Raúl Prebisch. Obras 1919 - 1948
RACIL PREBISCH OBRAS 1919 - 1948 Esta...
RACIL PREBISCH
OBRAS
1919 - 1948

Esta publicación ha sido posible gracias al
apoyo recibido por el Banco Central de la
República Argentina.

RA(]L
PREBISCH
OBRAS
1919 - 1948
111
FUNDACION RAUL PREBISCH

Supervisión: Dr. Gregorio Weinberg
Recopilación histórica y bibliográfica: Dr. Manuel Fernández López
Corrección de estilo y adecuación de texto: Oiga Manfroni
Coordinación general: Dr. Gustavo Ferrari Wolfcnson
©Copyright: Fundación Raúl Prebisch
Pasaje La Piedad 24
1037 Buenos Aires - Argentina
1" Edición 1991
2200 ejemplares
ISBN Ng 950-99792
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Prebisch.Raúl (1901-1986)
Tomo
1 : 1919- 1928 -Artículos y ensayos.
Tomo
11 : 1929 - 1948 - Política económica argentina e internacional.
Tomo llI : 1944 - 1948 - Cursos universitarios e indagatorias teóricas.

INDICE
101. Antecedentes y proyectos de creación de un Banco Central
en Argentina...............................................................................................
1
102. El control de cambios en la República Argentina......................................
10
103. La política monetaria interna.....................................................................
88
104. Lineamientos de una política monetaria nacional...................................... 123
105. La política monetaria nacional y los planes
monetarios internacionales......................................................................... 189
106. El Banco Central como agente financiero del Gobierno Nacional............ 207
107. El patrón oro y la vulnerabilidad económica de nuestros países............... 228
108. Interdependencia entre el proceso monetario y la actividad económica.... 249
109. El mecanismo de la moneda, los cambios y el crédito ............................... 299
110. La relación entre el ciclo argentino y el ciclo monetario internacional..... 319
111. Fenómenos monetarios y crediticios del ciclo económico......................... 330
112. El coeficiente de expansión ........................................................................ 350
113. El papel de las inversiones en los movimientos cíclicos argentinos.......... 371
114. Las finanzas públicas durante el ciclo económico..................................... 381
115. La depreciación monetaria......................................................................... 384
116. Teoría del interés a largo plazo.................................................................. 420
117. Introducción al curso de Economía Política.............................................. 443
118. Las teorías económicas de Lord Keynes y las doctrinas
de los clásicos............................................................................................. 450
119. La propensión a consumir y la teoría keynesiana del multiplicador .......... 466
120. El sistema teórico keyncsiano y sus proyecciones
económicas y sociales................................................................................ 479
121. Introducción al curso de Dinámica Económica......................................... 492

101
ANTECEDENTES Y PROYECTOS DE CREACION
DE UN BANCO CENTRAL EN ARGENTINA*
Después de casi nueve años de experiencia en el Banco Central argentino. se
me ofrece ahora la oporrunidad de retlexionar sobre lo que allí se ha hecho. de exa-
minar desde lejos los acontecimientos sin preocupación alguna de acción inmedia-
ta, de juzgar éstos con espíritu crítico y visión de conjunto. y de extraer enseñanzas
positivas para la política monetaria y financiera.
Hemos vivido con frecuencia al margen de la buena doctrina monetaria; y ha
sido tan sistemático el desvío de ciertos principios en la historia de nuestro medio
circulante, que cabe preguntarse si esa buena doctrina era realmente buena para
nosotros. si respondía fielmente a la índole y estructura de la economía argentina.
¿No habrá llegado el momento de formular nuesu·os propios principios, derivados.
precisamente, de nuestra realidad comprobada y de tener nuestra buena doctrina
utilizando y adaptando todo lo útil de los principios generales para fincar una po-
lítica monetaiia nacional?
En un país nuevo y en pleno crecimiento. con amplio campo para la inversión
de capitales nacionales y extranjeros, con grandes recursos naturales que desenvol-
ver y con una economía industrial todavía por estructurar con vistas a la integra-
ción y autonomía de la nación. se requiere una política monetaria y financiera ajus-
tada a la propia realidad. ¿Por qué no buscar nuestros propios principios si aun los
mismos principios tradicionales están sufriendo w1 severo proceso de revisión
clitica'?
Viendo los problemas de mi país a la luz de la experiencia argentina, que no es
ciertamente breve, puedo asegurar que se ha logrado una organización de la mone-
da y de los bancos que, combinada adecuadamente con las enseñanzas nacionales y
extranjeras. nos permitirá desanollar una política monetaria y financiera que res-
ponda a las auténticas conveniencias nacionales.
* N. del &l. Ciclo de Conversaciones en el Banco de México SA., ofrecidas por Raúl Prebisch en-
tre el 24 de enero y el 7 de marzo de 1944. Impresas originalmente en mimeógrafo, fueron reeditadas
por el Banco Central de la República Argentina en La creación del Ba11co Central y la experiencia
monetaria arge11ti11a elllre los años 1935-1943, 2 volúmenes, Buenos Aires. 1972, págs. 255-623.

RAUL PREB'l.5CH .
Esta actitud no es incompatible con la más estrecha p<u-ticipación de los planes
de cooperación internacional si se logra acomodar inteligentemente lo exterior a lo
esencialmente nuestro y no lo nuestro a lo exterior. .Lo nuestro significa d funcio-
namiento ordenado de la actividad económica nacional. con el mínimo de repercu-
sión de las fluctuaciones y contingencias exteriores (que se agregan a las propias
de un país agrícola) y con la plena ocupación de sus fuerzas productivas. Un plan
de cooperación que responda a ello y no sofoque o limite nuestra expansión eco-
nómica ¡x>r la inadmisible subordinución a ciertos principios dogmáticos.· podrá
crear condiciones muy favorables para lograr una activi'i reanudación del comercio
mundial que favorecerá considerablemente el desarrollo de nuestras economías. ya
4ue no es en modo alguno inconciliable su vigoroso desenvolvimiento con una in-
rensa pmticipación en la economía mundial.
Mientras estas ideas se van elaborando. frente a los serios problemas de la reali-
dad argentina y después de una intensa crisis 4ue trastorna profundamente la orga-
nización mone1m-ia y bancm·ia. surge el B;mco Central en 1935.
He vivido íntimamente este proceso. y ustedes me ofrecen ahora la oportunidad
de situarme en la posición del observador objetivo imparcial. Espero mantenenne
en esa posición sin mayor esfuer.w: pero si en algún mómento la natural gravita-
ción 4ue ejercen en mi ánimo los acontecimientos en. que he intervenido en forma
directa me desvían involuntariamenLe de este camino: espero de la benevolencia de
ustedes. la pregunta oportuna o la amable sugestión. me hagan volver a él para no
defraudar el propósito de conocer en su verdadero valor laciperiencia reciente de
la moneda argentina.
PLAN DE LAS CONVERSACIONES
Para comprender mejor el significado y alcance de la experiencia monetaria ar-
gentina. me propongo describir primero la grave situación creada en el régimen de
la moneda y los bancos por la crisis mundial; y en seguida me referiré a la necesi-
dad que ello origina de corregir y sanear esa situación y construir un nuevo siste-
ma. Expondré a continuación los lineamientos generales de la reforma y sus ante-
cedentes inmediatos según se me ha sugerido. Hecho esto. entraremos al examen
concreto de la política monetaria del Banco Central dividiéndola en dos partes: por
un lado. Ja política de cambios o control de cambios y sus transformaciones sucesi-
vas hasta llegm· :il momento :ictual: y. pc1r otro. la política de regulación interna de
los medios de pago. Ambas constituyen los dos aspectos fundamentales de la po-
. lítica monetaria general que deben combinarse adecuadamente para lograr los obje-
tivos 4ue ésta persigue. Estos no han sido. por cíerto. idénticos en el curso.de la ex-

ANl'ECEDE~TES Y PROYECJ'OS DE CREACIÓN DE UN BANCO CENTRAL EN ARGENl'JNA
3
periencia del Banco Central; por el contrario. han ido evolucionando y apartándose
de ciertos conceptos monetaiios tradicionales para llegar gradualmente a manifes-
tarse en el propósito de conseguir el máximo de estabilidad en las actividades inter-
nas del país según lo explicaremos a su debido tiempo.
Examinada así la política monetaria del Banco Central. habrá llegado el mo-
mento de extraer de ella enseñanzas y sugestiones para elaborar las bases de una
política monetaria nacional que corresponda a las exigencias de nuestra realidad
económica y nos permita al mismo tiempo pa11icipar activamente en aquellos pla-
nes monetarios de c:u·ác.ter internacimlal a que nos hemos referido.
Con ello habremos examinado una de las funciones importantes que correspon-
den al Baui,:o Central argentino. o sea la de regular la moneda y el crédito. Otra de
sus funciones es la de se1vir como agente financiero y consejero del Gobierno. fun-
ción cuya ejecución describiremos una vez completada la exposición anterior. Y.
finalmente. haremos una breve mención de la tercera función importante del Banco
Central. relativa a la inspección de los establecimientos de crédito y la vigilancia
del cumplimiento de la Ley de Bancos. Para terminar nuestras conversaciones.
h:iré una referencia general a las tareas de investigación e información económica
que realiza el Banco Central. 1an10 para trazar su propia política como para colabo-
rar con el Gobierno Nacional. tareas a las que desde el primer momento atribuyo
una im¡x>nancia muy explicable. dada la orientación de la ¡x>lítica monetaria del
Banco Central.
LA CRISIS MlJ~DIAL
Podríamos resumir los aspectos de la situación creada en el régimen de la mo-
neda y los bancos ¡xir la intensa crisis mundial en los siguientes términos:
Primero. Abandono del patrón oro en un sistema monetario rígido. Destrucción
de las bases fundamentales de este sistema y necesidad de sustituirlo ¡x>r otro.
Segundo. Peligrosa situación de los bancos. tanto por los efectos de la crisis
como por los errores y abusos que se cometen en la política de crédito. Riesgo de
un colapso en el sistema bancario. Necesidad de sanear y consolidar la situación.
por un lado. y de prevenir la repetición de los males, por otro.
Tercero. Desorganización del crédito público. Los bancos están cargados de pa-
peles congelados del Tesoro: .hay una pesada deuda flmantc y falta un mercado fi-
nanciero organizado en donde el Gobierno pueda colocar regularmente sus emisio-
nes. Necesidad de resolver este problema.
Cuarto. Dispersión de los elementos de la política monetaria y financiera: Caja

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RAÜL PREBISCH
de Conversión. Banco de la Nación Argentina. Oficina de Control de Cambios y
Tesoro Nacional; necesidad de reunirlos y sistematizarlos, y. finalmente,
Quinto. Quebranto de la confianza pública en el régimen existente de la mone-
da y los bancos.
Fracaso del anterior sistema monetario
El sistema de la Caja de Conversión fue de extrema rigidez. Se limitaba ella a
entregar automáticamente papel a cambio de oro y oro a cambio de papel. de
acuerdo con una relación fija. Dentro de este régimen, para mantener la conversión
y la estabilidad monetaria. esto es. para mantener el patrón oro. era necesmio so-
meter las actividades económicas internas a las bruscas e intensas fluctuaciones del
balance de pagos.
El funcionamiento efectivo de la Caja de Conversión (aunque creada desde
1890) se inició prácticamente en 1903 y concluye en 1914, en que se cierra por lo
que hace a entregas de oro. Permanece clausurada hasta 1927, en que vuelve a
abrirse aunque para tornar a cen-arse en 1929.
La Caja funciona bien mientras ingresa oro para convertirse en papel; pero deja
de funcionar cuando. debido a balances de pagos adversos. hay que entregar papel
para exportar oro y someter a la economía interna a una violenta deflación.
No obstante el cieITc de la Caja en 1929. el Gobierno continúa exp011ando parte
de su oro para atender en el exterior los servicios de la deuda pública. Asimismo.
embarca graneles cantidades de ese metal a comienzos de 1931 para contener. sin
éxito. la depreciación ele la moneda. como lo veremos a su tiempo. Al exportarse el
oro en esta forma, disminuye paralelamente la emisión de billetes y se afectan sen-
siblemente los efectivos bancarios llevándolos a una posición sumamente crítica. A
causa de ello, en 1931 el Gobierno decide aplicar la vieja ley de redescuento de pa-
peles comerciales que hasta entonces no se había empledo por temor a la int1ación;
y la Caja de Conversión emite por p1imera vez billetes contra dichos papeles. El re-
descuento se usa moderadamente para reponer los efectivos de los bancos y no
para efectuar nuevos préstamos. En 1932 se introduce una nueva modificación en
el régimen de la Caja de Conversión; una ley de emergencia le lleva a emitir nue-
vos billetes contra papeles públicos para pagar urgentes compromisos que sofoca-
ban al Tesoro Público.
Con todas estas modificaciones deja de existir el sistema primitivo de la Caja
de Conversión; y así. bajo la presión ele las circunstancias. se va abriendo el cami-
no para la creación del Banco Central.
En el último balance de 1935 de la Caja de Conversióri', contra los 1.215.7 mi-

ANTECEDENTES Y PROYECTOS DE CREACIÓN DE UN BANCO CENTRAL EN ARGENTINA
5
llones de billetes emitidos, figura el siguiente activo: Oro. 561 millones: Títulos
Públicos, 145,3 millones: Redescuento, 216.4 millones: Descubierto por emisiones
del siglo pasado, 293 millones.
Necesidad de sanear la situación bancaria
En un país como el nuestro, la baja de los precios agrícolas en cerca de 50 por
ciento durante la crisis mundial, tenía que provocar naturalmente la inmovilización
general del crédito bancario. Pero aparte de este fenómeno de orden general, se
planteaba el caso especial de· bancos importantes que habían inmovilizado una
fuerte proporción de sus créditos por una gestión imprudente, mediante préstamos
o financiaciones directas a industrias, construcciones u otros negocios de lenta rea-
lización. ya sea directamente o por intennedio de filiales. En algunos casos estos
préstamos e inversiones fueron sanos y en otros causa de fuertes quebrantos. En
cuatro de los bancos más afectados por esta situación se había perdido totalmente
el capital y las reservas. y más de la mitad de los depósitos del público. Así, pues,
cuando en virtud de las exportaciones de oro se cancela una parte importante de di-
chos depósitos. y la desconfianza pública comienza a manifestarse, esos bancos tie-
nen que enfrentarse a una situación muy seria, sin la posibilidad de restringir el
crédito para afrontarla, tanto por la inmovilización de sus carteras, cuan~ porrazo-'
nes psicológicas. Acuden, pues, al redescuento en el Banco de la Nación Argenti-
na, el que, a su vez, se ve forzado a acudir a la Caja de Conversión. Diremos de
paso que el Banco de la Nación Argentina es un banco oficial de depósitos y des-
cuento. que tiene una proporción considerable de las operaciones bancarias del
país, al cual las circunstancias obligaron a tomar estas funciones de redescuento. El
Banco de la Nación Argentina tiene también inmovilizaciones y sufre quebrantos,
si bien ampliamente cubiertos estos últimos por su fuerte capital y reservas, a los
que se agregaban los préstamos al Gobierno Nacional para cubrir el déficit del pre-
supuesto y los préstamos a los bancos que acabamos de mencionar.
Además. el Banco de la Nación durante el proceso de la crisis acude con fre-
cuencia a su caitera para aliviai· la situación de empresas a las que otros bancos res-
tringían el crédito llevados por la absurda práctica de liquidar en tiempos de difi-
cultad. A consecuencia de esto el Banco de la Nación Argentina se enfrenta a una
situación difícil que es necesario remediar. Por ello se requiere:
a) Sanear a fondo la situación bancaria. Con este propósito se crea. por un
lado el Instituto Movilizador, y. por otro. el Banco Central aplica planes graduales
de liquidación y recuperación, mediante la aplicación espeeial de las utilidades de
los bancos. El Iilstituto Movilizador obtiene sus recursos de la revaluación del oro.

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RAúL PREBISCH
hi Prevenir la desriación de las buenas práctirns hancarias. las imnovili:a-
l'iones y crédi1os ahusivos. Con este objeto se dicta la Ley de Bancos y se crea la
lnspccción de Bancos como dependencia del Banco Central.
e) Crear 1111 organismo regulador de la moneda y el ffédito hancario para
orientar a los hancos en el desarrollo de su política de crédito. Este organismo es
el Banco Central.
Necesidad de organi:ar el mercadofinanciero
Desde 1931 hasta 1935 se realiza la tarea de saneamiento de las finanzas
públicas. se restringen severamente los gastos. se crean nuevos impuestos y se con-
vierte la deuda pública. Lo más apremiante de la deuda flotante del Tesoro se paga
primero con un empréstito que. en parte. se colcx:a entre el público y en parte se
cauciona en la Caja de Conversión. dando lug:u- a la emisión de billetes. según se
ha visto. El resto de esta deuda flotante. que pesa principalmente sobre los bancos.
se liquida después con parte del producto de la revaluación del oro. al crearse el
Banco Central. 1
El Tesoro Nacional no tiene en aquella época un mecanismo para colocar sus
papeles. En 1932 costó mucho trabajo susCJibir al público los 130 millones de pe-
sos del empréstito a que acabo de referinne para pagar la deuda flotante. No existe
propiamente un mercado financiero y el Tesoro colcx:a esporádicamente sus títulos
por ventas directas en la Bolsa y·en algunos bancos. Por otra parte. las letras de Te-
sorería a c0110 plazo se encuentran inmovilizadas en los bancos por muchos años.
Es. pues. indispensable organiz:u- el sistema de crédito público y el mercado finan-
ciero. y al Banco Central. en su carácter de agente financiero del Gobierno. le co-
rresponde en gran p:u-te esta tarea.
Di.1persiá11 de los elementos de un Banco Cen1ra/
Antes de la creación del Banco Central habían funcionado ya en forma dispersa
algunos de los elementos que corresponden a una institución reguladora de esta na-
turaleza. En.efecto. el Banco de la Nación Argentina prestaba a los bancos median-
te el redescuento y prestaba ademús al Tesoro. desempeñando funciones primarias
1 La revaluación del oro y la ganancia por moneda subsidiaria al crearse el Bam:o Central produje-
ron 701 millones. de los cuales 390 se destinaron al fostituto Movilizador. 301 al pago de la deuda llo-
tante del Tesoro y 1 O millones al pago de las acciones del Gobierno en el Banco Central.

ANTECEDENTEº'" "ROYECTOS DE CREACIÓN DE UN BANCO CENTRAL EN ARGENTINA
7
de agente financiero; todo ello a expensas de los recursos de que disponía para
cumplir sus funciones específicas de banco comercial. agraiio e industrial. La Caja
de Conversión emite contra oro. contra documentos comerciales y contra títulos
del Estado. El Tesoro coloca precariamente sus títulos y papeles y atiende directa-
mente el pago de sus servicios: maneja. además. un incipiente Fondo de Divisas
para regular los cambios por intermedio del Ban~o de Ja Nación. La Oficina de
Control de Cambios. aparte de sus relaciones con importadores y exportadores.
controla los movimientos de divisas de los bancos: su política tiene importantes re-
percusiones monetarias. Todas estas funciones .. excepto. aquella parte de las tareas
de la Oficina de Control de Cambios relacionadas con los Ímp011adores y exporta-
dores. pasan a ser los elementos constitutivos del B~nco Central en 1935.2
Quelmmro de la co11fia11:a
La desconfianza del público en los bancos impone la necesidad de tomar medi-
das; no habíu. sin embargo. un ambiente público preparado para crear el Banco
Central; por el contrario. existía indiferencia y cierto recelo "por la inflación que pu-
diera sobrevenir como consecuencin de la creación de este organismo. En este mn-
biente fueron necesm"ios la autoridad y prestigio del Ministro Pinedo y su experien-
cia parlamentaria. unidos a su tenacidad y energía p~u-a lograr del Congreso una
pronta aprobnción de los proyectos de reforma monetaria y bancaria consistentes
en la creación del Banco Central como institución permanente. en la del Instituto
Movilizador como institución transitoria para liquidar los activos congelados de los
bancos y en la expedición de la Ley de Bancos.
ANTECEDENTES DEL BANCO CENlRAL
El proyecto Niemeyer
El régimen de la Caja de Conversión fue criticado siempre en la Argentina.
Hubo. sin embargo. una gran resistencia a reformarla por el temor ele volver a las
viejas experiencias inflacionistas que tantos trastornos habían causado en el siglo
pasado.
Hay varios proyectos de bancos de emisión: uno de ellos de cm·ácter oficial.
que envía el Presidente Irigoyen en 1917 al Congreso Nacional y que éste no consi-
El resto tic las tareas de Control de Cambios pasó al Banco Central en 1941.

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RAÜL PREBISCH
dera. A la posibilidad de esludiar la creación de un Banco Central alude por p1ime-
ra vez la Oficina de Investigaciones Económicas del Banco de la Nación en un do-
cumento de 1929. impresionada por el cieITe de la Caja de Conversión y el curso
que había tomado el descenso cíclico. El Presidente del Gobierno Provisional. en
enero de 1931. se pronuncia públicamente a favor de la creación del Banco Cen-
tral. en pleno desarrollo de la crisis. Algunos meses más tarde. el Ministro de Ha-
cienda Uriburu proyecta uno basado en la revaluación del oro. Este proyecto sigue
en su estructura los lineamientos generales del que había sido preparado por Sir
Otto Niemeyer para el Brasil algún tiempo antes. Poco después el Ministro de Ha-
cienda Hueyo. que había formado parte de la Comisión que proyectó el Banco
Central bajo el ministerio de Uribum. abandona la idea de la revaluación del oro y
se limita a proyectar una Ley de Bancos y algunas reformas a la Ley de Redes-
cuentos destinadas a facilitar fondos a los bancos con inmovilizaciones. Al mismo
tiempo solicita el asesoramiento de Sir Otto Niemeyer. del Banco de Inglaterra.
quien a comienzos de 1933 elabora un Proyecto de Banco Central y otro de Ley de
Bancos. En 1934 llega al Ministerio el doctor Pinedo y emprende la reforma del ré-
gimen de moneda y bancos. Los proyectos que envía al Congreso se ajustan a los
de Sir Oteo Niemeyer en su estructura y disposiciones técnicas: hay, sin embargo,
diferencias fundamentales de concepción de la política bancaria. tanto en lo que
concierne a la situación bancaria presente. como al desarrollo futuro de esa po-
lítica. Veamos en qué consisten estas diferencias:
En cuanto a la situación bancaria, los proyectos de Niemeyer no preconizan
medida alguna de saneamiento: en cambio, los nuevos proyectos crean con este ob-
jeto el Instituto Movilizador con fondos de la revaluación del oro. según se ha vis-
to. Se consideraba esencial el saneamiento bancario p¡u-a que el Banco Central
principiara a funcionar sin tropiezos ni desviaciones. En cuanto a Ja deuda flotante.
mientras los nuevos proyectos acuden también a la revaluación para pagarla, el
proyecto de Nicmeyer propone. por el contrario. utilizar 130 millones de fondos
del Tesoro para amortizarla y una parte de los beneficios del Banco Central.
En cuanto a la política del Banco Central. las diferencias fundamentales son las
siguientes:
Primero. Los nuevos proyectos crean la Inspección de Bancos como dependen-
cia del Banco Central. con amplias facultades de examen de la situación de los es-
tablecimientos de crédito. En cambio. en los proyectos de Nierneyer. solamente se
exige a los bancos la presentación de balances al mismo Banco.
Segundo. En los nuevos proyectos se da al Banco Central un instrumento de ab-
sorción de fondos sobrantes en el mercado a fin de actuar en el proceso cíclico. En
los proyectos de Niemeyer no se hace referencia alguna a un instmmento de esta
naturaleza.

ANTECEDENTES y PROYECros DE CREACIÓN DE UN BANCO CENTRAL EN ARGEN11NA
9
Tercero. Mientras en los proyectos de Niemeyer el Banco Central podía tener
divisas sin limitación alguna, en los nuevos proyectos del Gobierno solamente pue-
de tener en divisas un 20 por ciento del total de oro y divisas. y el resto debía estar
completamente en metálico; y de este 20 por ciento en divisas solamente la mitad
podía computarse en el cálculo de la reserva legal del Banco Central.
Cuarto. En los proyectos de Niemcycr se dispone la elevación de la tasa del re-
descuento del Banco Central cuando la proporción de la reserva monetaria con res-
pecto a los billetes sea inferior al de 33 por ciento. En los nuevos proyectos del Go-
bierno se suprime esta medida restrictiva que sin duda habría tenido serias
repercusiones sobre la situación económica general en caso de aplicarse en una
fase de descenso cíclico y exportaciones de oro.
Quinto. Mientras los nuevos proyectos del Gobierno, teniendo en cuenta la
índole de las carteras bancarias y las modalidades de nuestros bancos, admiten el
redescuento de papel de una sola firma, más la firma del banco que redescuenta, el
proyecto de Niemeyer exige dos firmas independientemente de la bancaria y elimi-
na el papel industrial del redescuento.
Sexto. Los proyectos de Niemeyer no se ocupan ni del Fondo de Divisas. ni del
Control de Cambios. elementos que los proyectos del Gobierno incorporan al Ban-
co Central. según se ha visto.
Del cotejo que acaba de realizarse se desprende claramente que nuestra Ley de
Banco Central ha hecho el esfuerzo de adaptar al medio argentino el proyecto de
Niemeyer. modificándolo en tal forma que se ajuste a la realidad de nuestro país.
Esto mismo le lleva a dar mayor intervención al Estado asignándole la mitad del
capital. aunque sin derecho a voto en las asambleas. dejándole el nombramiento de
presidente del Banco, funcionario con amplias funciones ejecutivas y el del síndico
del Banco. con facultades de fiscalización. Se criticó en aquellos tiempos en el
Congreso la desviación que significaban estas disposiciones del modelo original.
Hoy se censura, por el contrario. la escasa intervención del Gobierno. Creo que
ambas críticas son infundadas y que la ley y la experiencia han colocado al Banco
Central en la justa situación en que debe actuar como organismo encargado de im-
portantes funciones estatales. como lo veremos a su tiempo.
Expuestos así, en forma muy sucinta los antecedentes del Banco Central Argen-
tino, en la próxima conversación comenzaremos a exponer la política de cambios o
sea uno de los aspectos de la política monetaria general del Banco Central.

102
EL CONTROL DE CAMBIOS
EN LA REPUBLICA ARGENTINA*
I. IN'IRODUCCIÓN
El sistema de control de cambios se implantó en Argentina a fines de 1931,
bajo la presión de los acontecimientos. como suele ocurrir con medidas de esta na-
turaleza. Todos creíamos que se trataba de una medida de emergencia. de duración
limitada. destinada a desaparecer después de normalizada la situación. Sin embar-
go. ha durado un tiempo considerable y hoy. si bien se ha aflojado en muchos as-
pectos. a tal punto que ya no existe control alguno en materia de importaciones.
perduran otros elementos del sistema.
En todo ese período. su organización ha ido transformándose. así en la técnica
como en los objetivos. adaptándose a los cambios que continuamente sobrevenían
en la realidad y aprovechando el resultado ele la experiencia que se lograba en su
aplicación.
El sistema ha sido manejado con acie11os y errores que vamos a puntualizar
despu~s. Gracias a la experiencia derivada de su aplicación. puede decirse que hoy
nuestro país tiene en sus manos un instrumento que sin duda le ha ele ser necesario.
si no indispensable. en los primeros tiempos de la postguerra. Más aún. acaso po-
dría llegar él a ser de uso permanente. y aplicarse con mayor o menor intensidad. en
forma intennitcnte y no continua. según las condiciones. como elemento comple-
mentario ele la política monetaria del Banco Central. Acaso el control de cambios
en una fonna elástica y muy atenuada en algunos de los rasgos más crudos del sis-
tema anterior. pueda llegar a ser un instrumento valioso que nos permita establecer
en un país de la fisonomía económica de la Argentina. un compromiso razonable
entre el sistemarígido del patrón oro. que hemos visto que sometía a la economía
del país a grandes e intensas fluctuaciones. y el régimen de la moneda inconverti-
ble. depreciada y fluctuante. que tiene también sus gravés inconvenientes.
N. del li.tl. Conversacioncs en el Banco de México S.A., t. 11. 1944. p:ígs. 15- 106. enero 24. 26 y
3 l; febrero 4 y 7. Reproducido en La creación del Banco Central ... , oh. cit.. p:ígs. 275-355.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
11
Propondría dividir esta exposición en varias partes: primero. mencionar breve-
mente los antecedentes del control de cambios. la situación que llevó al Gobierno a
establecerlo apresuradamente: luego. las distintas etapas o fases de su evolución:
en seguida estudiaríamos la organización administmtiva y algunos aspectos técni-
cos importantes y la evolución que va sufriendo conforme se modifica la realidad.
Todo ello haciendo las críticas y juzgando los resultados. Finalmente. trataremos
de proponer las bases generales para una política de cambios si las condiciones de
la postguerra y la continuación de los movimientos cíclicos aconsejan introducir
como rasgo pc1manente del sistema monetario cie1tos elementos del control de
cambios. Es lo que desearía exponer al final de estas explicaciones: dar el resultado
de las observaciones que los hechos nos han permitido hacer y formular un plan
acerca de cómo la Argentina podría establecer un sistema de control de cambios
después de la guerra. aprovechando toda la larga experiencia del período anterior y
haciéndolo en tal forma que signifique el mínimo de intromisión en la vida eco-
nómica y el mínimo de complicaciones administrativas.
ACONTECIMIENTOS QUE IMPUSIERON EL CONTROL DE CAMBIOS
Abandono del patrón oro en 1929
Comenzaremos por la exposición de los antecedentes del sistema de control de
cambios. En la exposición anterior sobre el Banco Central hemos visto cómo nues-
tra vida económica es una continua sucesión de ciclos. El inmediato anterior a la
crisis mundial se inicia en 1926 con una fase ascendente en la que el balance de pa-
gos del país se vuelve francamente favorable: ingresa oro y ello nos permite llegar.
sin violencia alguna. al restablecimiento del patrón oro después de tantos años de
inconversión.
Pasamos muy fugazmente por este régimen de patrón oro. pues en 1929 hubi-
mos de abandonarlo: ya después de invertirse el proceso cíclico y salir el oro del
país hasta terminar con todo el que había entrado anteriormente. se cierra la Caja
de Conversión. Así entramos en un régimen de inconversión en el que se exporta
oro sólo para atender los servicios de la deuda pública. En 1931. la caída de los
precios internacionales. por un lado. afecta en tal forma el valor de nuestras expor-
taciones. que se empieza a sentir una escasez considerable de cambios. mientras
que. por ou·o. las importaciones continúan a un alto nivel debido a la expansión de
crédito. Así. pues. no obstante el cambio político producido a fines de 1930, que
momentáneamente da más confianza con respecto al valor del peso. éste continúa
depreciándose. ¡,Qué hace el Gobierno para atacar este mal de la depreciación que

12
RAÚL PREBISCH
tanto preocupa al país en esos momentos? Pues tomar las típicas medidas ortodo-
xas que la buena doctrina recomendaba para casos similares: primero, equilibrio
del presupuesto. con una severa restricción de los gastos y aumento de los impues-
tos: aumento de los derechos de aduana con el doble propósito de dar mayores in-
gresos al fisco y de acelerar la compresión de las impo11aciones: en seguida se cre-
an el impuesto a los réditos y otros tributos. En materia monetaria. no obstante que
la Caja de Conversión está cerrada. a principios de 1931 se sigue una política re-
suelta de exportar oro para mantener el valor de la moneda. ( 1 )* La disminución de
los efectivos de los bancos provocada por la salida de metálico los lleva a la res-
tricción del crédito.
Medidas ortodoxas contra la crisis
De manera pues. que tenemos el cuadro completo de las medidas ortodoxas:
equilibrio del presupuesto. restricción de crédito y exp011aciones de oro para man-
tener el valor de la moneda. Naturalmente que el país y sus dirigentes veían con
gran aprensión la magnitud de las exportaciones de oro, pero se reflexionaba en
que ya la fase descendente, iniciada a mediados de 1928. tenía una duración bas-
tante larga y no tardaría en terminar. como habían terminado Jos otros ciclos ante-
riores en la vida del país. Por otro lado. ustedes recordarán que a principios de
1931 las noticias que nos llegaban acerca de la evolución de la crisis mundial eran
más bien favorables. especialmente en las publicaciones de Estados Unidos: todas
ellas señalaban que el restablecimiento ya estaba a punto de iniciarse. Creíamos.
pues. que estábamos al borde de una recuperación.
También esta política ortodoxa de exportar oro se basaba en la posibilidad de
hacer un gran empréstito en Francia. es decir. en recurrir a otra de las recetas
clásicas. Efectivamente. en esos primeros meses estaban muy adelantadas las nego-
ciaciones para conseguirlo; pero en el mes de abril se produce en nuestro país una
gran crisis política. porque el nuevo Gobierno. que creía tener el apoyo popular, es
derrotado en la provincia de Buenos Aires por el partido que meses antes había
sido desalojado del poder. Esto trae una situación tal de desconfianza y produce tal
sacudimiento psicológico, que no tardamos en sentir inmediatamente las conse-
cuencias sobre el peso argentino: una gran especulación y fuga de capitales. De-
saparecen por completo las posibilidades de empréstitos. Nadie quiere prestar en
* N. del F.d. Los números entre paréntesis remiten al final del capítulo. donde se publica el
di;ílogo que se estableció entre Raúl Prcbisch y algunos de los asistentes a las Co11versacio11es .. .. con
respecto a detenninados lemas.

EL CONrROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
13
esas condiciones políticas del país. Al mismo tiempo. la situación económica em-
peora y no permite recurrir a ninguna fuente de crédito.
De manera. pues. que a partir de abril de 1931 se tiene que abandonar esa po-
lítica de apuntalar la moneda con grandes exportaciones de metal. Se deja deslizar
la cotización y empieza entonces el peso a ser movido. no sólo por las corrientes
reales del balance de pagos. sino por las psicológicas que se manifiestan en la espe-
culación y en la fuga de capitales. Así llegamos al momento dificilísimo en que la
Gran Bretaña abandona el patrón oro. hecho que. en un país con vinculaciones eco-
nómicas tan estrechas con la Gran Bretaña. tenía que producir consecuencias de-
sastrosas y una nueva depreciación de nuestra moneda. Frente a nosotros no había
más salida que el establecimiento de un sistema de control de cambios. Ya se había
probado la exportación de oro, nuestras reservas se habían vaciado en una forma
impresionante y no se veía otra forma para contener la depreciación del peso que
fijarlo artificialmente. mediante un sistema de control. Es lo que se hace en los
últimos meses de 1931.
Antes de ver en qué consiste el sistema, será interesante examinar rápidamente
las cifras de nuestras tenencias metálicas. En enero de 1926. al iniciarse la fase as-
cendente. teníamos un equivalente de 1.080 millones de pesos papel (equivalente a
la par; todas las cifras que doy se basan sobre la antigua paridad); en junio de 1928
llegamos a 1.491 millones. punto éste el máximo. Ahí comienza el descenso: al ce-
rrarse la Caja de Conversión. teníamos 1.047 millones, o sea algo menos que lo
que teníamos antes. Comprobación de lo que se dijo acerca de nuestro proceso
cíclico: generalmente sale más oro del que ha entrado. El proceso continúa: des-
pués. en diciembre de 1930. pasamos a 989 millones, en diciembre de 1931. a 600
(quiere decir que. para 1931. el costo de haber pretendido mantener el valor de la
moneda era de 389 millones de pesos). Al iniciar sus funciones el Banco Central,
en 1935. teníamos 561 millones contra 1.080 diez años antes. Esto nos da una idea
de la intensidad con que la crisis afecta al sistema monetario y permite comprender
el estado de ánimo en que el Gobierno se vio arrastrado a implantar el sistema de
control.
Las cinco fases del sistema de control
En la evolución del sistema de control pueden distinguirse claramente cinco
etapas. que mencionaré enseguida para mayor facilidad de mi exposición. Estas
cinco etapas están. desde luego, vinculadas en forma muy íntima a la mayor o me-
nor cantidad de divisas que tiene el país y a la experiencia que se va obteniendo en
la aplicación del sistema. La primera etapa es la de la improvisación; no se sabe

14
RAÚL PREBISCH
bien cómo administrar el sistema y se tiene la idea primitiva que suele tenerse
cuando se acomete un problema de esta naturaleza por p1imera vez: fiscalizar todo.
controlar todas las transacciones para no dejar un solo resquicio por donde se pueda
filtrar movimiento alguno de divisas. El sistema fracasa. como veremos después.
Pasamos en seguida a otro régimen que. teniendo en cuenta la experiencia ante-
rior. ya no persigue el propósito primitivo de abarcar todo. sino que se contenta
con abarcar una parte. aquella que la experiencia demuestra que puede controlarse:
el resto se deja libre. También se recoge experiencia en cuanto al control de las im-
portaciones. y se establece un sistema de control previo. exigiendo un penniso para
poder importar. Esta es la segunda fase.
Algún tiempo después se inicia la época de crecimiento de las tenencias de
cambio. en una nueva fase ascendente: se alivian entonces las restricciones y el
permiso previo de cambio. que habfa sido el instrumento esencial del control, se
debilita como instrumento restrictivo y pasa a ser. mtís bien. uno de selección de
las impo11aciones por países. Esta es la tercera fase. (2)
En la cum·ta se recrudecen las restricciones. porque las divisas vuelven a esca-
sem· y es necesario aplicar el sistema en forma severa a algunas de nuestras impor-
taciones. Pero surgen algunas nuevas tendencias. Ya no se trata de actuar tan inten-
samente como antes en la restricción directa de las imp011aciones. sino por
intermedio del tipo de cambio.
La quinta fase es. a causa de la guerra actual, de aflojamiento del control de las
importaciones y de sustitución de ese control por otro impuesto por circunstancias
exteriores. En cambio. lo que antes no habíamos controlado. el movimiento de ca-
pitales. comienza a serlo.
PRIMERA FASE: FIJACIÓN DE UN TIPO RÍGIDO
El co11trol 101al
Vamos a comenzar nuestro examen con el estudio de la primera fase del control
ele cambios. Como he dicho. el Gobierno dispuso que todas las transacciones de
cambio pasman por un organismo llamado Comisión de Control de Cambios. ante
la cual tenían que venlilarse todos los permisos para remitir fondos al exterior. Es-
tábamos tan privados de experiencia en esa materia. y en materia de cambios en
general. que fue necesario integrar esa comisión con dos miembros extranjeros: los
argentinos hasta entonces no habían prestado mayor atención a esos problemas.
En cuanto concierne a la ofe11a de cambio. se disponía que los exportadores
quedaban obligados a entregar todo el cambio proveniente de sus exportaciones. a

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENllNA
15
medida que las fuesen realizando. Ya se habían notado frecuentes actos de especu-
lación de los exportadores. que previendo una mayor desvalorización del peso. re-
tenían su cambio para lanzarlo luego al mercado. una vez acentuada la deprecia-
ción. De manera que la primera reacción fue la de obligarles a entreg:u· a la
Comisión la totalidad de su cambio. calculado según el valor que ellos declaraban.
En cuanto a los importadores. podrían seguir haciendo sus pedidos al exterior en la
forma habitual. pero se racionó el pago de las importaciones. Cuando el importador
tenía que hacer éste. debía dirigirse a la Comisión de Control y solicitar un permi-
so. la cual lo otorgaba distribuyendo entre los importadores y demás remitentes de
fondos el cambio que los exportadores entregaban en el día.
El lipo rígido de cambio
No fue el objeto primitivo establecer un tipo rígido de cambio: por el contr:u-io.
la primera idea fue ir estableciendo un tipo de acuerdo con la oferta y la demanda:
el tipo de cambio se establecía según fuese más o menos grande la cantidad de
cambio entregada por los exportadores y la demanda de los imp011adores. empre-
sas extranjeras y remitentes particulares. Mas esa situación duró muy poco. En se-
guida sobrevino la tentación de fijar el tipo. de estabilizar artificialmente el valor
de la moneda y de suprimir las fluctuaciones. Y así se hizo. sólo que fijando, en re-
alidad. un tipo muy inferior a lo que las circunstancias del mercado aconsejaban.
Fue un tipo artificialmente bajo para el dólar. Las consecuencias de esta operación
no tardaron en sentirse. Para que se pueda mantener un precio bajo. ya sea el de
una divisa o el de cualquier mercadería. es necesario racionar estrictamente la esca-
sa cantidad de que se disponga para su compra. No se hizo así en este sistema: no
se racionó previamente la importación. sino su pago. ¡,Qué ocurrió entonces'? En
primer lug:u·. el tipo bajo del dólar estimuló la importación. De haberse puesto un
tipo más alto. la importación se hubiera comprimido. Al ponerse un tipo bajo. se la
estimuló con una prima de cambio. y así se pudo observar que. en 1932. no obstan-
te que continuaba la baja de precios internacionales y. por lo tanto. la contracción
de las exportaciones. las importaciones tendían a volver a crecer.
Lo mismo puede decirse de los servicios financieros. que en nuestro país se de-
terminan generalmente en pesos; las ganancias en pesos que hace el capital extran-
jero significan una mayor o menor demanda de dólares según que el tipo sea bajo o
alto. Por lo tanto. este tipo artificialmente bajo no sólo daba una prima a la impor-
tación. sino también una prima sobre los capitales remitidos al exterior.

16
RAÚL PREBISCH
Inexperiencia e improvisación
En cuanto respecta al funcionamiento administrativo del sistema. se tuvo que
pasar por todas las consecuencias iniciales de la improvisación e inexpe1iencia; no
había plan. La caída de la libra fue tan súbita y la necesidad de implantar el sistema
tan urgente, que se procedió sin programa alguno. Por otro lado, no había mucha
inclinación a formular un plan de vasto alcance, porque se tenía el sentido de la
transitoriedad. No hubo tiempo, tampoco. para preparar las bases estadísticas indis-
pensables en todo sistema de conu·ol; no sólo el conocimiento bien detallado de las
mercaderías que el país importa. de su clasificación, del destino final de los distin-
tos artículos. sino también el conocimiento de lo que cada firma ha importado, para
poder aplicar las restricciones en forma equitativa.
Nada de eso se hizo. Por ello, pues, confonne iba entrando el cambio, se distri-
buían los permisos de importación sin ajustarse a normas, lo cual daba lugar a con-
siderables protestas de la gente que no se sentía igualmente tratada que sus compe-
tidores. Hubo de seguirse este procedimiento necesariamente arbitrario y caer en
una complicación administrativa considerable, puesto que a las demandas de los
importadores y de las empresas exteriores se unían las demandas de los particula-
res, y éstas eran tan numerosas. y había tantas quejas. que el propio Ministro de
Hacienda de aquellos momentos, hombre muy meticuloso. resolvió él mismo auto-
rizarlas, con un trabajo que ustedes podrán imaginarse. Esas fueron las complica-
ciones de los primeros tiempos.
Incidencia desastrosa de la baja de precios
Vamos a ver ahora las consecuencias de este régimen, que duró desde fines de
1931 hasta fines de 1933. No repetiremos lo que se dijo acerca del tipo artificial-
mente bajo para el dólar. Lo más grave fue que al estabilizar la moneda en esta for-
ma artificial, en momentos en que continuaba acentuadamente la baja de los pre-
cios-oro en el mercado universal, se hacía incidir sobre la economía interna toda la
baja; así, el nivel de precios agropecuarios llegó a fines de 1932 a ser la mitad de lo
que había sido en 1926. Fueron muy grandes las perturbaciones provocadas por este
hecho. A la protesta creciente de la campaña, había que añadir también las conse-
cuencias de la baja de los precios industriales. Nuestra incipiente industria comenzó
a sentirlas intensamente; y el fenómeno de la desocupación. provocado por ello y
por la falta de poder de compra de la campaña, se manifestó en forma muy adversa.
Además. comenzaron a bloquearse los fondos. puesto que al estimularse la im-

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
17
portación. según se ha visto. y no encontrar luego el cambio necesario para cubrir-
las. empezó a acumularse una demanda atrasada de cambio. (3)
La bolsa negra de cambio
Finalmente. se desan-olló. como tenía que suceder, el mercado negro de cam-
bios. la bolsa negra. Todo aquel que no podía lograr el cambio necesario para pa-
gar íntegramente su importación. o para remitir el pago de serviéios. o para hacer
remesas particulares. en seguida se encontró con que algún exportador o negocian-
te estaba dispuesto a venderle divisas en la bolsa negra. O alguien que quería remi-
tir dinero a la Argentina, invertir capital, también vendía divisas a precios altos en
el mercado clandestino. Y así vimos el desarrollo rápido del mercado negro. con
todas las consecuencias. muy desfavorables, que tiene este fenómeno. En primer
lugar. la competencia desleal: el importador que espera quedar en condiciones infe-
riores que el importador impaciente que acude al mercado negro. El exportador
que vende cambio en el mercado oficial lo está que aquel otro que vende una parte
en el mercado negro. y así se va propagando este procedimiento y afectando hon-
damente al régimen de control. haciéndole perder la autoridad indispensable. sin la
cual un sistema de esta naturaleza no puede aplicarse eficazmente.
SEGUNDA FASE: MODIFICACIÓN DEL SISTEMA ORIGINAL
Así llegamos a noviembre de 1933, en que llega al Ministerio de Hacienda el
doctor Pinedo con nuevas ideas sobre el problema de los cambios. e inicia una se-
rie de reformas muy im¡x>rtantes que nos hacen entrar en la segunda fase de las
cinco en que habíamos dividido esta evolución. Los tres puntos fundamentales de
la reforma fueron: primero. el (;!Stablecimiento de un permiso previo para la impor-
tación. Ya no se podría importar lo que se quisiera, sino lo que la autoridad cam-
biaria daría mediante pe1misos. en función de las disponibilidades de divisas del
país. Segundo. se abandona el propósito de control absoluto y se dice más modes-
tamente: vamos a controlar lo que la práctica nos enseña que puede controlarse y lo
demás se deja afuera. en un mercado completamente libre. El tercer punto. fue el
desplazamiento de los tipos de cambio. Se abandona ese tipo artificialmente bajo y
se busca otro nivel más de acuerdo con las circunstancias.

18
RAÚL PREBISCH
Los dos mercados de cambios
Vamos a ver en qué consiste esta reforma. Primero. el mercado libre. ¿Qué se
hizo para evitar la bolsa negra? La respuesta fue sencilla: legalizarla. dar autoriza-
ción para que se haga públicamente lo que no se puede evitar que se haga en la os-
cw·idad. Así se divide el sistema en dos mercados: el mercadÓ oficial y el mercado
libre. Vamos a ver qué es lo que se autoriza a negociar en cada uno de ellos. En el
mercado oficial. los exportadores siguen obligados a. vender su cambio. pero ya no
el monto total. sino una parte. La realidad demoslró qué era.prácticamente imposi-
ble determinar el verdadero valor. aun el de las expo11i~ciónes de productos con
mercado universal. porque un exportador podría hacer mil mai1iobras. tanto más en
las exportaciones que están controladas por combinaciones, como son las de la car-
ne. Entonces se decidió fijar un aforo por unídad física de producto. Este aforo era
un precio oficial de venta. muy cercano al real, pero que. en todo caso. se prefería
fijar abajo del real y no en exceso de él. El exportador quedµha obligado a vender
la parte correspondiente al aforo y el resto podía negociarlo -y lo negociaba- en
el mercado libre.
·
En esta fonna. si bien es cierto que se perdía para el mercado oficial una parte
del cambio. éste no se perdía para·cl país. El cambio se negociaba en el mercado li-
bre. y como todos los exportadores estaban en igualdad de condiciones. la fracción
que se vendiera a precios 1-i1ás altos en el mercado libre· tení:i: necesariameille que
influir en el nivel de precios internos de. los productos por el juego de la competen-
cia. Los exportadores tenían que vender sus divisas en el ·mercado oficial. pero no
todas: sólo las derivadas de las exportaciones que el país hacía habituahnente. es
decir. las de sus grandes productos. Había otras exportaciones de carácter' menos
regular. esporádicas. de productos de pequeña importancia. resultantes de la acción
de grupos o entidades que trataban de abrirse nuevos mercados. Con respcctO"a
ellas. se resolvió no control:u· el cambio. tanto por razones de catacter económico.
para estimularlas con un mejor tipo. como p~ra no perdersee·i1 detalles y controles
inagotables. acerca de su verdadero valor .. Se autorizó asfa vender en el mercad()
libre las divisas de estas exportaciones "no regulares".
Las exportaciones a los países limítrofes. por las mismas razones económicas y
administrativas, se dejaron al mercado libre. Esto significaba, en aquella época.
más o menos la siguiente proporción: para las expo11aciones que debían v.ender su
cambio en el mercado oficial libre. un 15 por ciento. Esta proporción se inodificó
después. ( 4)
De manera. pues. que el mercado oficial se alimentaba. en cuanto a la oferta.
por una parte importante del valor de las exportaciones tradicionales del país. En

EL CONTROL DE CAMHIOS EN LA REP(IBUCA ARGEN'IlNA
19
cuanto a la demanda. por las importaciones con permiso previo y los servicios fi-
nancieros a los países con convenio de cambios.
¿Cómo se constituyó la oferta en el mercado libre? Primero. con esas exporta-
ciones que se llamaron entonces exportaciones no regulares: segundo. con las ex-
portaciones a los países limítrofes: tercero. con las inversiones de capital y de más
remesas a la Argentina: cuarto. con la diferencia entre el aforo. ele acuerdo con el
cual tenía el exportador que entregar su cambio. y el precio real a que podía ven-
derlo libremente.
¿.Qué demanda de cambios se ejercitaba en el mercado lihre?Primero. para pa-
gar las importaciones que no tenían permiso previo. abriéndoles así una válvula ele
escape. Se controla. estrictamente. la imp011ación. sometiéndola a un permiso. pero
se consiente en que el que no quiera. o no pueda. realizar importaciones en esa for-
ma. las realice por el mercado libre. Vamos a ver que esa situación no dura mucho.
Después todos los servicios financieros que no se autorizan en el mercado oficial y
todas las remesas de capital (o de fondos de cualquier índole) al exterior. que tam-
bién se pueden realizar sin trabas por el mercado libre.
·
Dos tipos ele cambio
En el mercado oficial se establecen dos tipos de cambio: el tipo .de 15 por lihra
esterlina para la compra de las letras de los exportadores y. luego. un tipo distinto,
más alto que el anterior. para la venta de las letras ele cambio a los importadores.
Pero como no se tenía idea de cu(ll sería el nivel real del mercado. porque se le ha-
bía sujetado durante dos años a un aparato ortopédico muy severo que le impedía
moverse. se ideó la siguiente fonna: ofrecer al mejor postor. en licitación. el cam-
bio que iba entrando día a día al mercado oficial. Así. pues. tocios los días se ha-
cían licitaciones que dieron al peso un valor superior al de 17 por libra. El procedi-
miento subsistió por algún tiempo. pues después del año '35 empieza una nueva
fase cíclica ascendente con su saldo favorable. Entra cambio y ya no hay por qué
racionarlo o entregarlo todos los días. siilci que se puede constituir una reserva y re-
gularizar es1a situación. Y entonces se termina con el régimen un tanto molesto de
las licitaciones y se establece un tipo fijo en 17 pesos por libra.
De manera. pues. que había un tipo comprador de cambio de 15 pesos y uil tipo
vendedor ele l7. y los dos pesos de diferencia iban a una cuenta llamada Fondo ele
Beneficio ele Cambios o. más comúnmente. Margen de Cambio. (5)
En cuanto al mercado libre. dije que se había fijado. por la oferta y la demanda.
en los primeros tiempos. un tipo hasta de 21 pesos por libra esterlina: luego bajó y
osciló alrededor de 20. Vean ustedes la intensidad de la depreciación que el tipo

20
RAúL PREBISCH
rígido no había permitido manifestarse: de 12.85 se pasó en el mercado libre al de
20. Es cierto que el mercado libre sólo representaba una pequeña parte de las tran-
sacciones fundamentales. (6)
Sentido de trnnsitoriedad
No se pensó a fines de 1933 en que éste sería un sistema ele mucha duración. Al
contrario. el propósito que tenía el Gobierno era ir pasando. poco a poco. elemen-
tos del mercado oficial al libre. hasta poder llegar. algún día. al mercado libre com-
pleto. Paso ele importancia que deseaba darse sinceramente. en la creencia de que
sobrevendrían condiciones favorables. Ya veremos que no fue así.
El mercnclo libre fue después la verdadera válvula de escape del mercado ofi-
cial. y eso es lo que permitió la desaparición total del mercado negro y del bloqueo
de fondos. Pero a pesar de ser libre. el Gobierno no se desentendió de él por com-
pleto. sobre todo a partir ele la creación del Banco Central. Este empezó a operar en
el mercado. no en forma de permisos. sino de compras y ventas de cambio --como
vamos a ver en seguida- y tuvo. y ha seguido teniendo. una intervención muy
marcada.
Señal:u·emos ahora cómo se resuelven los otros problemas creados por el régi-
men anterior. Ya dijimos que desaparece el tipo artificialmente bajo. que se esta-
blece el permiso previo y la posibilidad de operar en el mercado libre.
Influencia sobre los precios
Vemos. además. la influencia que tuvo sobre los precios agropecuarios la de-
preciación de la moneda. o. más bien dicho. el haber permitido que la depreciación
latente se manifcstarn concretamente en los hechos. El tipo comprador de 15 pesos
por libra significa más o menos una apreciación de 20 por ciento de la libra. Los
precios de exportación subieron aproximadamente en la misma proporción. El nue-
vo tipo vendedor para las importaciones significaba una apreciación de la libra de
cerca de 40 por ciento; los precios de importación subieron en cerca de 17 por
ciento. La razón es muy sencilla: el precio interno ele las importaciones está com-
puesto de una parte exterior. en moneda extranjera. y de una parte interior. más o
menos grande. en moneda nacional. derechos de aduana. utilidad del importador.
etc .. de tal manera que la incidencia sobre la importación fue menor. Y es intere-
sante ver lo que ocurre con el índice del nivel general de precios al mayoreo: sube
también con la depreciación y llega a un nivel apenas inferior en 5 por ciento al de

EL CONI'ROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN'IlNA
21
1926. mientras el precio del oro había subido en todo ese período en 1.21 por cien-
to. Quiere decir que toda la depreciación monetaria argentina apenas neutraliza en
el nivel general de precios las consecuencias de la baja drástica de precios habida
en el mercado internacional. En el año '34 nuestro nivel es aproximadamente el
mismo. una ligera diferencia de 5 por ciento con respecto a 36. mientras el oro vale
121 por ciento más. A pesar de todos estos trastornos monetarios mantenemos un
nivel general de precios estable. compuesto por precios agropecuarios más bajos
que los anteriores y precios de importación más allos: pero el promedio da esa im-
presión de estabilidad.
Elimi11ació11 de los fondos bloqueados
¿Cómo se resuelve el problema de los fondos bloqueados? Gran parte de esos
fondos co1Tesponden a empresas ferroviarias. a grandes empresas de capital extran-
jero y se les ofrece esta disyuntiva: o esperan una oportunidad más propicia para
enviar sus fondos al exterior. o aceptan en pago títulos de la deuda pública en mo-
neda extranjera. Aceptan la segunda forma de pago firmas que representan un total
de 325 millones de pesos: el resto de los fondos bloqueados se va liquidando gra-
dualmente a través del mercado libre. Con esas operaciones de bloqueo se despeja
también el terreno y se evita que el mercado libre surja con una presión muy gran-
de que hubiese llevado al peso a un nivel mucho más alto. (7)
Enero 24. 1944.
TERCERA FASE: AFLOJAMIENTO DE RESTRICCIONES
Ajuste del balance de pagos
Vimos en la conversación anterior que el sistema de control de cambios tuvo
distintas fases en su desenvolvimiento. De esas fases explicamos la primera y la se-
gunda. Ahora nos corresponde entrar en el examen de la tercera.
La forma rest1ictiva en que se otorgan en los primeros tiempos los permisos
previos de cambio y la elevación de los tipos tienen necesariamente que intluir de
modo muy sensible en el monto de las importaciones. Recordemos en qué medida
aumentan los tipos: de 12.85 pesos por libra esterlina a 17 para las importaciones
con pennisos previos y a cerca de 20 por libra para las importaciones sin permiso
previo. A partir de 1935 este tipo de importaciones. que se pagaban por el mercado

22
RAÚL PREBISCH
lihre y parn las cuales no había dificultades. se gravan con. un recargo de hasta 20
por ciento; El recargo se aplica en esta fo1ma: si la diferencia entre el tipo vende-
dor del mercado oficial en donde se pagan las importaciones con permiso previo y
el del mercado libre es inferior a 20 por ciento. se completa esa diferencia con un
recargo; de tal modo que. en todo caso. las importaciones sin permiso previo pa-
guen un 20 por ciento más sobre el precio de las divisas que pagan las importacio-
nes con permiso previo. Esta medida adicional de restricción recae principalmente.
como veremos después. en las importaciones de Estados Unidos.
Además de desalentar las importaciones y favorecer. por lo tanto. el reajuste del
balance de pagos llevándolo a un nuevo estado de equilibrio. el fuerte aumento de
los tipos de cambio. como hemos visto. contribuye poderosamente a estimular el
desarrollo de la industria nacional del país. que ya había sido favorecida en 1931
por aumentos de derechos aduaneros de cierfos artículos y por un aumento general
de 1 O por ciento sobre todas las mercaderías, aumentos que se aplican tanto porra-
zones económicas como por razones fiscales. Eso tiene una influencia muy grande
sobre el desarrollo de la industria de la última década.
En cuanto a la exportación. dijimos también que el aumento del precio de las
divisas extranjeras se reflejó preponderantemente en los precios internos de la pro-
ducción agraria.
Nueva fase ascendente
A poco andar la situación empiei.a a cambiar. El país entra a partir de 1935 en
una nuevil fase ascendente. Y a medida que ella se desarrolla. se van relajando las
restricciones cuantitativas que se habían aplicado a la importación y sólo se deja
actuar a los tipos de cambio. Ya en la Memoria del Ministerio de Hacienda de
1935 se hace referencia a esta transformación y se confiesa que gracias a la evolu-
ción satisfactoria del balance de pagos el control de cambios ha pasado a un plano
secundario.
Comienza. pues. una nueva fase ascendente con sus conocidas características:
aumento del valor de las exportaciones impulsado por un sensible aumento de los
precios agropecuarios. En esta gráfica que tenemos a la vista se puede apreciar la
caída de precios durante la fase cíclica anterior, y luego, a partir de 1935. el gran
ascenso (Memoria del Banco Central). Nos encontramos en un período de ascenso
que se manifiesta en estas curvas en los mismos rasgos que se notaron en otros ci-
clos: aumento del volumen de exportaciones y. sobre todo. aumento de precios. in-
versiones de capital a corto y a largo plazo. Las reservas de oro y divisas crecen
rápidamente. Cuando se establece el Banco Cei1tral en 1935. esas reservas aseen-

EL CONrROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTiNA
23
dían a 1.345 millones y suben en forma muy marcada a cerca de 2.400 millones a
mediados de 1937. El Banco sigue una intensa política de absorción de fondos. y a
fin de aprovechar estas divisas y cooperar en esta fonna con la política de absor-
ción. sugiere al Gobierno la repatriación de una parte importante de nuestra deuda
pública exterior en dólares. Estas operaciones de repatriación descongestionan el
mercado de parte del nuevo poder de .compra y reducen simultáneamente el efecti-
vo de los bancos. No me voy a ocupar aquíde esa política de absorción. pero basta
decir que gracias a ella los medios de pago durante esta fase ascendente crecen con
menos intensidad que la cantidad de oro y divisas. hecho que también se advierte
en la gráfica,
Durante esta fase ascendente, de abundancia de divisas. el permiso previo de
cambios que había sido establecido como instrumento restrictivo de las importacio-
nes. pierde el carácter de tal y se convierte más bien en un instrumento selectivo de
las importaciones. en virtud de los convenios de cambio que el país inicia en 1933.
Los convenios de pago
¿En qué consisten estos convenios? El primero se hace con la Gran Bretaña a
mediados de 1933. Recordarán ustedes que bajo el sistema primitivo de control de
cambios. se había bloqueado una gran cantidad de dinero, tanto para pago de im-
portaciones. como para pago de servicios financieros. La Gran Bretaña se conside-
ró muy afectada por este bloqueo. que se aplicó a sus remesas y a las remesas de
otros países. ¿Cómo es posible -adujo Inglaterra- que se apliquen las restriccio-
nes de cambio con igual intensidad a· la Gran Bretaña. que deja un fuerte saldo fa-
vorable a la República Argentina, que a Estados Unidos y a otros países que le de-
jan un saldo negativo?
Esta situación vino a acentuar el proceso que. de tiempo atrás, se venía notando
en el comercio de la Gran Bretaña: la competencia activa que hacían en el merca-
do. las mercaderías de Estados Unidos principalmente. Mientms el proceso fue na-
tural. mientras no hubo intervención de los gobiernos, las cosas pudieron seguir:
pero desde el momento en que el Gobierno argentino tomó ~I cambio disponible y
empezó a distribuirlo. los ingleses plantearon en seguida el problema de un reparto
equitativo de acuerdo con el monto de las compras que hacían en Argentina.
Así. pues. cuando va una misión argentina a negociar un tratado de comercio,
después de los pactos de Ottawa. los ingleses plantean este asunto. La Argentina.
naturalmente. se resiste en los primeros momentos a entrar en' un sistema de clea-
ring. tan lejano a sus prácticas comerciales. Los ingleses. sin embargo. aprovechan-
do la situación en que se encontraban. sugieren, en la forma que ellos saben hacer-

24
RAÚL PREBISCH
lo. que de seguir esta situación se verían forzados a implantar el clearing en forma
unilateral para aprovechar su situación de exceso de compras. y acaso establecer
mayores restricciones que las que ya habían establecido a las imp011aciones de car-
ne argentina. favoreciendo el producto nacional o las importaciones de otros pa-
íses. Esto causó. desde luego. gran desasosiego en la Argentina. y. bajo la presión
de esas circunstancias. se concertó con la Gran Bretaña un convenio por el cual la
Argentina se comprometía a destinar todo el cambio producido por las compras de
la Gran Bretaña en nuestro país. al pago de importaciones británicas. de servicios
financieros y de otras remesas nuestras a aquel país. excepto una cantidad razona-
ble. que se fijó en los primeros tiempos en tres millones de libras esterlinas. para
que la Argentina pudiese pagar se1vicios de la deuda pública en países como Esta-
dos Unidos. con los que teníamos un saldo negativo.
Debo decir que en verdad un convenio de este tipo no se alejaba violentamente
del cauce que había tenido nuestro tráfico comercial con la Gran Bretaña en un lar-
go período: correspondía adecuadamente a la realidad y. sobre todo. lo interpreta-
mos como un medio aconsejado o impuesto por las circunstancias para afianzar la
situación de las importaciones argentinas en el mercado británico. Allí se pudo ver
que la Gran Bretaña. por primera vez en su historia. iba a aprovechar fuertemente
su gran potencia como compradora en ciertos mercados para recoger los frutos y
asegurar la COITiente de sus exportaciones a esos mercados. Pero viéndolo bien y
no obstante la ventaja que acabo de señalar. el convenio de compensación con la
Gran Bretaña. así como los otros convenios que sucesivamente fue finnando nues-
tro país. además de sus complicaciones administrativas. que fueron grandes. sobre
todo en los primeros tiempos. representaban para nosotros el llevamos a comprar
en un mercado sin que el comprador pudiera ejercitar su libre preferencia en mate-
ria de precios. ni de calidad. ni de gusto. Se hizo. por ejemplo. un esfuerzo grande
para desviar las compras de automóviles de los Estados Unidos a la Gran Bretaña
para aprovechar los excedentes de cambio. Para lograrlo se estableció un régimen
aduanero preferencial. no en apariencia pero sí en el fondo: pero no se tuvo éxito.
Este convenio y los otros que se suscriben nos llevan necesariamente a aplicar
restricciones a las importaciones procedentes de Estados Unidos porque en esa
época las relaciones de éste con el nuestro se caracterizan por grandes exportacio-
nes y compras. relativamente pequeñas. en la Argentina. De manera. pues. que nos
vemos forzados a aplicar restricciones. Al principio se hacen en forma directa. pero
luego se ve que es mucho más cómodo desde el punto de vista administrativo ne-
gar el permiso para ciertos artículos en el mercado oficial, o darlo en menor canti-
dad de lo que se pide. y dejar que las importaciones se hagan por el mercado libre
para evitar las regulaciones cuantitativas. Y así. Estados Unidos siguió exportando
en grandes cantidades a la República Argentina: pero parte de sus importaciones

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN'llNA
tenían que hacerse por el mercado libre, en donde obraba aquel precio diferencial
de 20 JXlr ciento. Esto trajo. como ustedes comprenderán. reclamaciones de toda
suerte y una continua polémica entre los dos países con respecto a la política co-
mercial. Se daba más cambio a Estados Unidos cuando sus compras en la Argenti-
na eran mayores. y menos cambio. es decir, proporcionalmente, cuando bajaban
sus compras. Hubo momentos en que el otorgamiento de pe1misos fue muy liberal:
hubo otros en que la cantidad de cambio era pequeña y tuvimos, en consecuencia.
que acentuar las restricciones. Era difícil. en realidad. frente al régimen de los con-
venios que habíamos suscripto. salir de esta situación. puesto que facilitar la impor-
tación de Estados Unidos nos hubiera llevado fatalmente a comprar menos a la
Gran Bretaña y. por tanto. a acumular libras en la cuenta de este último país. que si
bien eran convertibles en oro en esa época, se imputaban siempre al convenio y se
presentaban en todo caso como un compromiso pendiente de nuestro país.
Por otro lado. esta política restrictiva que se siguió con respecto a Estados Uni-
dos. nos colocó en situación favorable para la negociación de un convenio que se
hizo en el año de 1941. en el cual se logró rebaja de derechos de importación sobre
ciertos productos como el lino y las carnes conservadas de Argentina. En ese con-
venio los Estados Unidos reconocieron también que. mientras subsista la situación
de libras bloqueadas que nosotros teníamos. la Argentina podría. no obstante la
cláusula de la nación más favorecida. dar un tratamiento preferencial a las merca-
derías británicas. Reconocieron. por primera vez. la situación de hecho en que nos
encontrábamos en nuestro comercio exterior. Después de este convenio con la
Gran Bretaña. el país hace un convenio similar con Alemania. que le permite de-
sarrollar intensamente sus ventas a ese país. convenio que no tiene ningún inconve-
niente en su aplicación. puesto que. para evitar el riesgo de los Reichmark. la Ar-
gentina establece la fónnula de que se podrán dar permisos de importación para
mercaderías alemanas en la medida que se exporte efectivamente a Alemania.
De manera. pues. que. salvo un cierto margen de elasticidad. el comercio se
desarrolló en compai1imientos cerrados. Hicimos además convenios con Holanda.
con Bélgica, con Suiza y también, uno de los últimos. con el Brasil. dentro de este
régimen de compartimientos. Juzgado desde el punto de vista teórico. este régimen
no puede ser más absurdo. Las circunstancias. sin embargo. nos obligaron a hacer
el primer convenio y a seguir con los otros.
El penniso previo. como dijimos. pierde en esa época su carácter de instrumen-
to de cambios y se convierte en un instrumento de política económica. En la Me-
moria del Banco Central de 1939 (pág. 13) se comentan estos convenios. con moti-
vo de haberse vuelto más severo todavía el régimen. al establecerse la fmma de
pago en libras bloqueadas por la Gran Bretaña:
"Mediante los convenios de compensación que se han venido desarrollando a

RAúL PREBISCH
partir de la crisis mundial -{!ice la Memoria- varias naciones han tratado de ha-
cer gravitm· su posición de grandes compradores ele los productos ele otros países
para asegurarse así sus propias ventajas. sea por razones comerciales de divisas o
-en el caso de algunos países europeos- por motivos de política internacional.
La experiencia de ellos es suficiente para llegar ala conclusión de que, si en casos
individuales. de país a país. este género de compensaciones puede promover el in-
cremento del comercio. desde un punto ele vista más amplio su generalización per-
judica seriamente el intercambio internacional. al segregarlo en una serie ele com-
pm·timientos estancos y forzm· en ellos las transacciones en procura de su equilibrio
bilateral. con las inevitables complicaciones 4ue este régimen trae para el ejercicio
regulm· de la actividad monetaria.
"Pero mal podría un país como el nuestro. con un comercio exterior relativa-
mente pequeño. dentro del comercio mundial. provocar con su iniciativa el mejora-
miento de éste: ni sustraerse eficazmente a la extensión del régimen de compensa-
ciones. Para esto último. sería indispensable que lograse sustituir con . nuevos
mercados a aquellos que se achican o se cierran. o dejan de ser libres en virtud de
la aplicación de ese sistema: en otros términos, si tuviese la opción de vender sus
productos en otros mercados. Desgraciadamente. esa opción no se presenta hoy por
hoy en grado suficiente. pues grandes mercados potenciales siguen siendo muy
poco accesibles a nuestras exportaciones por sus elevadas tarifas".
Nada indica que la Gran Bretaña vaya a volver a un régimen norm:.il de comer-
cio en los prime1:os tiempos de la guerra. de m:.inera que no me sorprendería que lus
circunstm1cius nos vuelv:.in a llevur a un régimen tm1 absurdo como éste. en el co-
mercio exterior de nuesli"o p:.iís.
Cómo funciona el mercado libre
Veamos ahora cómo se manifiesta la fase ascendenle. en los dos mercados de
cambio. en estos años de 1935 y 1936. y la primera mitad de 1937. que es el tiem-
po de duración de esa fase. En el mercado oficial se compran los excedentes de
cambio. por el fondo de divis:.is. y lo mismo ocurre en el mercado libre. Como en
los primeros tiempos el peso se había cotiz:.ido muy alto en el mercado libre. en
ciertos mome111os arriba de 20 pesos por libra. el B:.inco Central decid.e vender una
p:u-te del cambio oficial de exportaciones en el merc:.ido libre p:u-:.i ir apreciando en
él la moneda. Así. la libra baja de 21.12 en el segundo trimestre de 1934. a 18.47
en el tercero de 1936 y se venden 196 millones de cambio oficial en el mercado li-
bre. Pero en el cuai10 trimestre de 1936 las condiciones cambian fundamentalmen-
te: no sólo no es necesario vender cambio oficial para mejorar el mercado. sino

i::I.<'ONTROL DE CAMJ3JOS EN LA REJ>ÚllLICAARGENTINA
27
comprar grandes cantidades de cambio por la avalancha de fondos llotantes y de
capitales de inversión que sobreviene en ese momentó. Tanto es así. que en ese .
cuarto trimestre el Banco Central debe comprar 192 millones de pesos en el merca-
do libre: y se ve forzado a recomendar al Gobierno la baja del tipo vendedor de
cambio en el mercado oficial. de 17 a 16. con lo cual también se deja bajar el mer-
cado libre al tipo de 16. y allí se sostiene. En la primera parte del año 1937 se com-
pran apenas 23 millones. de manera que. en total. en tres trimestres. el Banco Cen-
tral adquiere 215 millones de cambio. Estas compras le servirían muy poco tiempo
después para regular el mercado en sentido contrario. como vamos a verlo.
La fase ascendente termina a mediados de 1937 y comienza una fase descen-
dente. con factores similares a los que habíamos observado en otros ciclos en la
República Argentina. En primer lugar la baja de precios. He aquí el alza hasta me-
diados de 1937 y luego la iniciación de la baja (Memoria del Banco Central, pág.
16). En segundo lugar. factores de orden psicológico. En la segunda mitad de 1937
empiezan a circular malas noticias sobre la evolución de las cosechas y. finalmen·
te. hay sucesos políticos en el Brasil que en la opinión internacional afectan tam-
hién a la República Argentina. y eso cambia el rumbo de los capitales flotantes. y
ohse1vamos en el exterior. en ese segundo trimestre de 1937. un movimiento inver-
so al que habíamos visto antes. Tanto es así. que el Banco Central. para apoyar el
valor del peso en el mercado libre. se ve forzado a vender 194 millones de pesos. o
casi lo que había comprado en los tres trimestres anteriores. Y la libra pasa de un
promedio de 16.24 en el segundo semestre del '37. a 16.82 en el último: en enero
de 1938 pasa a 19. y arriba de 20 a fines de 1938. De manera. pues. que no obstan-
te las intervenciones que hace el Banco Central. no se trata de mantener un nivel
fijo a la libra. sino que se da una gran elastieidad al mercado. que propende en el
año 1938 a contener la demanda que en él se ejercita.
Es interesante ver la opinión que el Banco Central tiene en esos momentos acer-
ca de los movimientos del mercado libre. Refiriéndose a las compras de cambio.
que se hacen en el período ascendente. en la Memoria de 1937 se dice (pág. 7):
"Muy serios motivos determinaron esta actitud (de comprar cambio) con la que
el Banco Central entendía cumplir su función regulativa. 'concentrnndo reservas
suficientes p:u·a moderar las consecuencias de la fluctuación de las inversiones de
capital extranjero' (Art. Y' de la ley que crea el Banco Central)."*
El Banco Central hace esta defensa porque la crítica pública le atribuyó en
aquel momento el designio de evitar la apreciación del peso: evidentemente la
evitó. pero con vistas a contener su depreciación en el período cíclico.
* N. del Ed. Véase capítulo 87. sección 3. tomo 11 de esta obra.

28
RAÚL PREBISCH
Y refiriéndose a la salida de fondos, voy a leer un párrafo que me parece intere-
sante:
"Los movimientos de fondos a corto plazo de un país a otro constituían una de
las características del régimen clásico del patrón oro. tal como se le recuerda con
frecuencia para señalar los contrastes de la época presente. Tendían ellos de conti-
nuo a la mejor repartición de los recw·sos líquidos del mercado financiero interna-
cional y daban a todo el sistema un alto grado de tlexibilidad: en cuanto una plaza
tenía escasez de fondos, allí acudían espontáneamente esos recursos atraídos por
las diferencias de interés; apenas en otra había abundancia y los tipos del dinero
eran bajos, salían las disponibilidades redundantes para colocarse en donde obtu-
viesen mejor remuneración.
"Es imposible encen-ar la realidad presente de este simple esquema. Los fondos
flotantes no van hoy a donde hacen falta. sino precisamente a donde no se les nece-
sita, y emigran tan pronto como la evolución desfavorable del estado económico
podrían hacer provec.hosa al país su permanencia. ·
''Nada más contrario a los principios que regían el buen funcionamiento del pa-
trón oro. como que este fenómeno es una de las consecuencias de la inestabilidad
política y económica del mundo y de la profuilda alteración de las condiciones
básicas en que se desenvolvía aquel régimen monetario."
Estos movimientos tan pronunciados del mercado libre no afectan sensiblemen-
te el nivel de los precios internos. puesto que la mayor parte de la exportación se
rige por el tipo del mercado oficial, que había permanecido estable. y también la
mayor parte de la importación, cuyo tipo se baja de 17 a 16, pero luego se vuelve a
subir a 17 cuando las circunstancias cambian. De manera, pues, que no intluye para
nada sobre el nivel de precios internos. Tampoco influye sobre la mayor parte de
los servicios financieros que se hacen por el mercado oficial, sino especialmente so-
bre los servicios financieros de Estados Unidos. hechos a través del mercado libre.
Pero sí tiene grandes repercusiones psicológicas. La gente no quiere reconocer
que el mercado libre no refleja el verdadero valor del peso argentino, sino de una
sección del balance de pagos. La gente está acostumbrada a medir el valor del peso
por su cotización en el mercado libre, de manera, pues, que así como la apreciación
causa un gran movimiento optimista. la depreciación causa sacudimiento psico-
lógico y pesimismo y no se dejan de sentir estos efectos en la Bolsa.
Naturalmente que siendo la Argentina el único país que practica esa política de
mercado libre. las repercusiones psicológicas son mucho mayores que en el caso
de que varios países siguieran el mismo procedimiento. Esa fue la conclusión a que
llegamos en esos años por las consecuencias que tuvo el desplazamiento del cam-
bio en el modo de pensar y de sentir de las gentes. Por otro lado, nos vimos frente a
este problema: ¿cómo desplazar el tipo de cambio cuando nuestras reservas de di-

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
29
visas del mercado libre disminuyen rápidamente? ¿Hacerlo de un golpe, o hacerlo
suavemente? El hacerlo con suavidad hubiese ido acostumbrando gradualmente al
mercado al nuevo nivel. pero tenía el grave inconveniente de desatar una gran es-
peculación: la gente ve la tendencia y obliga al Banco a emplear más divisas que
las necesarias. Al contrario. el movimiento brusco evita la especulación. pero sus
efectos psicológicos son mucho más fuertes. Volveremos a hablar de esto al final
de estas conversaciones, cuando examinemos el régimen ideal que podría seguirse.
si las circunstancias así lo aconsejan en el futuro, aprovechando la experiencia an-
terior.
Disminución de fas reservas monetarias
En lo que concierne al mercado oficial. el movimiento del comercio exterior
durante la fase del descenso cíclico fue el siguiente: las exportaciones bajan: en
contraste. las importaciones continúan por cie110 tiempo en un alto nivel por el im-
pulso adquirido anteri01mente y por el poder adquisitivo que en el período ascen-
dente se había acumulado, no obstante que, como dije antes. los medios de pago
crecieron con menos intensidad que las tenencias de oro y divisas. Así. mientras
las exportaciones caen de 2.330 millones en 1937 a 1.370 en 1938, y a 1.570 en
1939. las importaciones pasan de 1.460 en el '37. a 1.480 en el '38, todavía bajo el
impulso anterior, y sólo descienden a 1.220 en el '39. (8)
A raíz de esto. de los 2.400 millones a que alcanzaron las reservas de oro y di-
visas a mediados de 1937. en que se alcanza el punto máximo en la reserva, baja-
mos a mediados de 1939 a unos 1.250 millones, o sea. a una cifra menor que la que
teníamos al iniciarse el Banco Central. Esto da una idea de la amplitud que tienen
estos movimientos en nuestro país. aun cuando no haya una expansión de crédito.
como ocuffió en la fase anterior. Hubo cierta expansión muy moderada de
crédito: pero. en cambio. debido a la repatriación de la deuda que absorbe una par-
te de los medios de pago. y al crecimiento de los depósitos de ahoITo. los medios
de pago crecen con menos intensidad que el oro y las divisas. Esto nos da también
una lección muy importante con respecto al futuro. puesto que nos demuestra que
la violencia de los movimientos. tanto de alza como de baja, es muy fuerte en nues-
fro país. y el sistema monetario tiene que estar debidamente equipado para hacer
frente a la amplitud de esos movimientos.

30
RAÚL PRE!l!SCH
CUARTA FASE: RECRUDECIMIENTO DE LAS RESTRICCIONES
Necesidad de nuevas restricciones
Naturalmente. a causa de esta pérdida tan fuerte de nuestras reservas metálicas.
vuelve a pensarse en las medidas restrictivas a la importación. tanto más cuanto
que a fines de 1938. dehido a las dificultades para colocar nuestras cosechas de tri-
go. primero. y. más adelante. de maíz. sobreviene un proceso de expansión de cré-
dito que nos hace pensar en la necesidad de ayudar al mercado de camhios con
nuevas rcstricc.jones similares a las que habíamos aplicado en 1933.
Cuando en las conversaciones sobre la experiencia general del Banco Central
estudiemos la política de absorción. primero. y la política de expansión. después.
veremos el otro aspecto interno de este proceso que por esta razón no toco aquí. En
síntesis. se toman una serie de medidas que luego la guerra nos obliga a modificar.
Ellas fueron: restringir nuevamente los permisos previos de cambio. especialmente
en lo que concierne a las importaciones de Estados Unidos y de otros países con
los cuales tenemos un déficit en el balance de pagos; suspensión total del otorga-
miento de permisos previos para una serie de artículos superfluos (gran cantidad de
artículos que individualmente representan muy poco. pero que. en conjunto. signi-
fican una cifra apreciable). Se establece lisa y llanamente una suspensión de permi-
sos para esos artículos. Y otra medida muy importante. por la desviación que signi-
fica del plan primitivo: se suprimen las importaciones del mercado libre que antes
se habían hecho con toda libe11ad y se las incorpora al mercado oficial. sometién-
dolas también a un penniso y dejándolas a un tipo de 20 pesos por libra. O sea. que
la válvula de escape que antes se había creado para las importaciones del país. de-
jándolas entrar por el mercado libre. si bien a un tipo mayor. desaparece del siste-
ma. Se da un paso atrás en esta materia bajo la influencia de las nuevas circunstan-
cias. También veremos cómo se podría resolver este problema en un régimen ideal.
Además. se eleva nuevamente el tipo de 16 a 17. según habíamos dicho. para las
importaciones del mercado oficial.
Estas medidas se van tomando desde fines de 1938 a principios de 1939. Pero
la guerra obliga a alterar estos planes porque se plantean nuevos hechos. Primero
aparece el régimen de las libras bloqueadas. Hasta entonces. si bien es cierto que el
convenio con la Gran Bretaña nos llevaba a destinar todas las libras a la compra de
productos británicos. si había algún sobrante que no se usaba en esos productos. lo
usábamos libremente en otros mercados. En cambio. con el régimen de las libras
bloqueadas quedaban esas libras en Londres. sin poderse convertir ni usar fuera de
Inglaterra. Esto nos obligó a esforzamos más aún para comprar en la Gran Bretaña
en la medida en que ésta podía vendernos.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÜBLICA ARGENTINA
31
Primeras co11secue11cias de la guerra
Desaparecen los mercados del continente europeo y no sólo sufren nuestras ex-
portaciones. sino que nos llevan a desviar nuestras imp011aciones de esos mercados
hacia Estados Unidos. mientras Estados Unidos no aumenta el monto de sus com-
pras en Argentina.
Así es que en 1940 comienza a planteársenos un serio problema: por un lado.
seguimos vendiendo normalmente. puede decirse. a la Gran Bretaña y acumulando
allí saldos de libras bloqueadas: por otro. seguimos vendiendo lo mismo a Estados
Unidos y comprándole mucho más. Sobmn libras y faltan dólares. Se hace enton-
ces necesario tomm· una serie de medidas: en primer lugm·. disponerse a movilizar
el oro que hnbíamos recibido de la Caja de Conversión en 1935. Y así. por medida
de previsión. se mandan 200 millones de pesos a Estados Unidos para poder pagar
las compras de a11ículos esenciales que tanto necesitábamos. Pero esto nos obliga.
al mismo tiempo. a aplicar restricciones más drásticas a los otros artículos no esen-
ciales que las que se habían aplicado antes: grandes cortes y suspensión o prohibi-
ción de ciertas importaciones de Estados Unidos a fin de dejar el escaso cambio
disponible para la importación de artículos esenciales.
Este es un período que trae continuamente hechos nuevos que obligan a modifi-
car de un día para otro disposiciones anteriores. Es el período de prueba del control
de cambios. No siempre se procede con gran rapidez: a veces hay cierta inercia.
falta elasticidad y alguna imaginación. cosa esencial en todo sistema si han de irse
captando los hechos nuevos y viendo sus consecuencias. Y se cometen algunos
errores sobre los cuales vamos a volver cuando hagamos el cuadro completo de la
experiencia de este sistema.
Llegamos así a fines de 1940 y la falta de cambio nos obliga a recurrir a Esta-
dos Unidos en busca de empréstitos. Ya nos habían concedido a mediados de ese
año un préstamo de 20 millones de dólares que no se puede aprovechar. desgracia-
damente. porque el Congreso Argentino no llegó a aprobarlo. En condiciones muy
favorables se consiguen 110 millones de dólares a fines de 1940 en Estados Unidos
con el fin de p<xler aflojar las restricciones e importm· en la fonna más liberal posi-
ble de ese país. en vista de las complicaciones crecientes -de la situación. Por des-
gracia. ¡x)r razones políticas. el Congreso de nuestro país no da al Poder Ejecutivo
la autorización necesaria y no se pueden usar esos 110 millones de dóhu-es en los
seis primeros meses de 1941 en que el país pudo haberse llenado de mercaderías
norteamericanas. Pero ya en el primer semestre de 1941 se ven síntomas claros de
que la situación empieza a cambiar. En efecto. Estados Unidos empieza a comprar
en nuestro país grandes cantidades de cueros y de lanas y la exportación adquiere

3'.!
RA(JL PREBISCH
un ritmo muy intenso. Tanto es así. que. a mediados de ese año. se llega a la con-
clusión de que se puede dejar libre por completo la importación. puesto que ya en
ese momento. por modificaciones sucesivas del régimen de otorgamiento de permi-
sos previos. el 80 por ciento de la importación se hacía sin ningún permiso y sólo
actuaban los tipos de cambio. De manera. pues. que el Gobierno resuelve eliminar
totalmente el permiso previo de cambios y suprimir la Oficina de Control de Cam-
bios que había dependido hasta ese momento del Ministerio de Hacienda. pasando
el resto de esa Oficina al Banco Central para que siga aplicando algunas de las me-
didas limitativas que veremos más adelante. Hasta entonces. el Banco Central se
había concretado a colaborar con la Oficina de Control de Cambios por medio de
informaciones o sugestiones. pero no había tenido la responsabilidad de la ejecu-
ción de las medidas.
Régimen final de las importaci.ones
Es interesante ver cómo el régimen de importaciones había variado en todo este
período y en qué forma se aplicaba en el momento en que se suspende el permiso
previo de cambios. Las imp011aciones. después de una serie de modificaciones. ha-
bían llegado a esta situación: se estableció en los comienzos de la gue1rn. al depre-
eiarse la libra en términos de dólares. un tipo ele 15 pesos por libra. que era más o
menos 373 por cien dólares. o sea. el tipo que antes tenían las mercaderías que se
despachaban al tipo ele 17 por libra. Este tipo de 15 por libra se aplicaba y se sigue
aplicando para artículos que interesen a la industria. a materias primas y materias
esenciales. a la actividad de las construcciones y al consumo popular. es decir. los
artículos esenciales que requiere nuestro país; y. además. artículos que la Gran Bre-
taña nos podía seguir suministrando. A todos ellos se les aplica este tipo preferen-
cial para ir logrando la cancelación. por lo menos parcial. de los grandes saldos de
libras bloqueadas. Los artículos no esenciales para el país pagan el tipo de 17 pesos
por libra. Luego se crearon dos cornpa11irnientos más: uno. el de artículos menos
esenciales que éstos. y artículos superfluos y ele lujo para los cuales se estableció
un régimen de licitaciones de cambio. Y. por último. un régimen especial para cier-
tos artículos provenientes ele Estados UÍ1iclos. corno los automóviles y la maquina-
ria. cuyo cambio se vendía por una corporación especial que se constituyó al efecto.
La modificación más importante consiste en el régimen de licitaciones. En toda
esta época de los años '38. '39 y '40. en que fue necesario aplicar restricciones di-
rectas a la imp011ación. negando permisos previos o acortando el monto de Jos per-
misos previos otorgados. se pudo observar la enorme complicación que significaba
el tener qu1.; tratar con un gran número de importadores y un número enorme de ar-

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
33
tículos. Entonces se llegó a esta conclusión: que en lugar de estar aplicando restric-
ciones en esta forma, sería aconsejable aplicar restricciones mediante la elevación
del tipo de cambio. De todos modos el consumidor tenía que pagar. por la escasez.
precios más altos. Si el tipo de cambio se eleva, el precio del mercado interno sube
también: pero si se mantiene el tipo de cambio y se da una menor· canticmd que la
requerida por el mercado. también se eleva el precio. dejando grandes ganancias al
importador. Es la conclusión a que llegamos después de observar la realidad. Por
ejemplo, en el renglón de automóviles pudimos observar que las ganancias de algu:
nos importadores después de aplicar una restricción severa a la entrada de aquéllos,
eran iguales o mayores que las que tenían cuando importaban mayor cantidad. Se
llegó a la conclusión, entonces, de que la elevación del tipo de cambio representa-
ba ventajas económicas y ventajas administrativas con respecto a la implantación
de una restricción dírecta sobre las mercaderías.
Ahora trataré de explicar en qué consiste el mercado de licitaciones.
El régimen de /icitacio11es de cambio
Se procede en esta forma: para todo el grupo de artículos no esenciales, super-
fluos o de lujo. incluidos en este mercado. se decide ofrecer una cantidad de
dólares por año. cantidad que. de acuerdo con nuestros cálculos. podría destinarse
a esos artículos. No lo que había significado su importación en tiempos anteriores.
sino lo que podía darse de acuerdo con las disponibilidades de divisas del mercado
oficial o de nuestras reservas monetarias. Así. en 1941, se ofrecen al mejor postor
25 millones de dólares. Para adquirirlos se presentaron solicitudes hasta por 39 mi-
llones de dólares. De manera. pues. que se elige a los que ofrecen más por esos
dólares y se rechazan las solicitudes excedentes. Las cantidades que se dan por tri-
mestre son más o menos regulares: en el primer trimestre 6 millones: en el segundo
7 y medio: en el tercero 5;900.000 y en el cuarto 6 millones. Se hacen licitaciones
una vez por semana: se ofrece una determinada cantidad y los importadores. por in-
termedio de los bancos y corredores de cambios. presentan las propuestas corres-
pondientes que se adjudican a los que ofrecen precios más altos. Los desalojados
de una licitación van a la otra y proponen precios mejores y así se pudo llegar a un
tipo de 494 pesos argentinos por cien dólares.
El Banco Central iba ofreciendo y adquiriendo divisas, en mayor o menor canti-
dad. a fin de no alterar mucho los tipos, pero reservándose siempre la posibilidad
de empujar hacia arriba los tipos en caso de que la demanda aumente. Se trataba de
una infinidad de artículos. pero el sistema fue sumamente sencillo, puesto que no
se daban permisos para cada artículo, sino para el grupo de artículos, para todo su

34
RAúL PRElllSCH
amplio grupo. De manera. pues, que el importador que tenía un permiso por 100
mil dólares. podía. a su antojo. comprar cualquier cantidad de cualquiera de los ar-
tículos que figuraban en la lista. (9)
La experiencia que se hizo en este régimen de licitaciones, a mi juicio. es muy
aleccionadora. y a mi modo de ver. si en el futuro debiera implantarse un régimen
· d(: control de cambios. creo que tendrá que inspirarse. por lo menos en parte. en la
éxpericncia de las licitaciones. las cuales simplificaron mucho el trabajo adminis-
trativo. Sobre lodo. nos libró de las mil cuestiones enojosas que sobrevienen cuan-
do las restricciones tienen que aplicarse a una gran cantidad de artículos. Se evitan
las presiones y)as influencias que esgrimen argumentos como éste: pero si se trata
de diez mil dólares. de sólo mil dólares. ¿cómo es posible que el sistema de cam-
bios no tenga reservas para costear la imp011ación de este ~U"tículo que representa
una cantidad de dólares tan pequeña? Dan más trabajo esas restricciones que las
impuestas a artículos de gran importancia. como los automóviles. y que sólo atañen
a un pequeño l1úmero de importadores. El hecho de ponerlos a todos en un merca-
do en donde cada uno puede cor11prar lo que quiera. pagando el precio que el mer-
cado estahlezca. resuelve todas estas dificultades y elimina por completo t<xlas las
influencias y todas las gestiones. quejas o reclamaciones que tanto tiempo habían
absorbido anteriormente a los funcionarios enc~u-gados de este asunto. Este régi-
men funcionó hajo la jurisdicción del Banco Central y pudimos darnos cuenta de
las ventajas que ofrece.
Corporación de intercambio
Finalmente. voy a explicar brevemente en qué consiste el régimen de la Corpo-
ración péll"a fomentar el intercambio. La idea fue ésta: cuando vimos en 1940 que el
cambio que podía darse para la importación de automóviles era muy pequeño. en
vi11ud de las circunstancias descriptas hace un momento. se llamó a los importado-
res de automóviles y se les explicó cu:íl era la situación. El país no tenía ni exporta-
ciones. ni divisas libres. ni reservas metálicas para seguir trayendo la misma canti-
dad de automóviles. Entonces se les dijo: si ustedes logran aumentar la expo11ación
de la Argentina a Estados Unidos de los mil pequeños artículos que se podía en
aquellos momentos mandar por el cierre de los mercados europeos. todo el cambio
que provenga de esas exportá~iones adicionales a los Estados Unidos se entreg;mí
íntegramente para la importación de automóviles. maquimu·ia agrícola. repuestos y
otros productos. Pero a fin de c.vitm· Ia competencia entre los distintos exportadores
con todas sus consecuencias desastrosas. como ya se habían experimentado en un
rég~men de trueques individuales. se les advirtió que era esencial hacerlo en forma
colectiva y que las ventajas provenientes de este régimen se rcpm1irían equitativa-

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPLJBUCA ARGEi'fflNA
35
mente entre los importadores de acuerdo con la proporción de cada uno en el nego-
cio de automóviles o de otras mercaderías. Y üsí se eligió una lista de productos de
exportación cuyo mercado parecía posible dilatar. Entre otros, algunos productos
frigoríficos, carnes conse1vadas, etc .. que, según informaciones, una propaganda
hábil y vendedores diligentes podían conseguir ampliar sus ventas.
Se asignó así a la Corporación el cambio proveniente de la exportación de los
productos nuevos que lograsen enviar. autorizándola a fijar el tipo de cambio con
la aprobación del Banco Central para esas exportaciones y a venderlo entre los im-
portadores, :mtoriz:índolos también. con la aprobación del Banco Central a fijar el
tipo de venta de ese cambio a un nivel mucho m:ís alto que el de compra. Así, por
ejemplo. se estableció en los primeros tiem¡x>s el tipo de 421.80 para las compras
de los dólares de esas exportaciones. y los tipos de 422.89: 455 y 485 en las ventas
de cambio para la importación de camiones y repuestos y para im¡x>rtación de au-
tomóviles. La Corporación era una entidad que no lucraba. pues sus dividendos se
limitaban al 4 ix>r ciento del valor de las acciones, se beneficiaba con estas diferen-
cias de los tipos de cambio y estaba autorizada por el Gobierno. bajo el control del
Banco Central. para usar estas diferencias. ya sea para estudiar el mercado en Esta-
dos Unidos o la organización del mercado de distintos productos. o para el pago de
subsidios. o 1.!Sludios de car:ícter indus1rial en la República Argentina. En fin, se le
dio gran libertad de acción.
La Cor¡xlración se inicia bajo los mejores auspicios y empieza a trabajar en al-
gunos productos: pero en seguida surgen las dificultades de almacenamiento y lodo
el plan queda para mejores tiempos. Así. la Corporación en este momento sigue su
funcionamiento. pero dedicada a hacer investigaciones de carácter industrial. a cre-
ar un lnslituto Tecnológico. Hace. además. el estudio de distintos productos, con-
trola la calidad de algunas exportaciones y examina la posibilidad de ampliar la ex-
portación en la postguerra. Lo que quiere decir que su fin primitivo apenas pudo
realiz;U"se en muy pequeña medida. en los comienzos ele la guerra.
Corno el tiem¡x> ya ha corrido bastante. dejaría para la próxima conversación el
aspecto m;ís reciente del control de cambios o sea. el control de los movimientos
de capital. Nos ocuparíamos de eso en la próxima conversación, y además. exami-
naríamos a grandes rasgos la organización administrativa y otros aspectos de la téc-
nica del sistema. Hecho eso. y una vez examinada. en otras conversaciones. la po-
lítica de absorción de fondos. estaríamos en condiciones de discutir lo que llamo la
política ideal de control de cambios. la que tendría que seguirse en el futuro en
caso de que las circunstancias así lo aconsejen. ( 10)
Enero 26, 1944.

36
RAÚL PREHISCH
QUINTA !'ASE: DESAPARICIÓN DEL CONTROL DE IMPORTACIONES
Control del ingreso de fondos
En nuestra última conversación habíamos considerado las distintas medidas to-
madas en materia de mercado oficial de cambios. las diversas fases por las cuales
siguió el sistema hasta los tiempos en que la guerra impuso modificaciones funda-
mentales: también vimos lo que se hizo con el mercado libre de cambios. excepto
lo que ocurrió en los años '41. '42 y '43. que es. precisamente lo que pienso expli-
car en seguida.
Reacción del mercado libre
Recordarán los señores que cuando el balance de pagos se vuelve negativo en
la segunda mitad ele 1937. comienza a apreciarse rápidamente el dólar en el merca-
do libre de cambios y vuelve a una posición similar a la que había tenido en los
tiempos iniciales o sea. 20 pesos por libra esterlina. nivel que. después ele la depre-
ciación ele la libra. corresponde más o menos al de 420 pesos argentinos por 100
dólares. El mercado se mantuvo en un alto nivel en esos tiempos hasta que en 1941
notamos una persistente tendencia a la apreciación del dólar. 1941 significa. como
ustedes recordarán. un año de reacción favorable en el balance de pagos. Comien-
zan a aumentar nuestras exportaciones a Estados Unidos y a otros mercados y vuel-
ven a hacerse grandes inversiones de fondos en Argentina.
En los primeros tiempos. debo confesar a ustedes. vimos con espíritu muy favo-
rable estas inversiones. puesto que habíamos pasado por la zozobra de una gran es-
casez en 1940. De manera que no se les puso estorbo alguno. hasta se trató ele esti-
mularlas manteniendo más bien un tipo alto para atraer más fondos del exterior y
formar una reserva conveniente por si decaían nuevamente las exportaciones o por
si la gue1rn terminaba muy pronto. Nuestro deseo era tener un fondo de maniobra
suficiente para enfrentarnos a la reacción que necesariamente sobrevendría. Pero
ya en el curso de 1942 se vio que este movimiento era bastante persistente. a tal
punto que en ese año el ingreso neto de fondos a través del mercado libre fue de
unos 235 millones de pesos. Esto nos indujo a pensar en ciertas medidas para con-
tener esta entrada de capitales y el proceso de intensa valorización resultante para
el mercado libre. Esas medidas se tomaron tal vez un poco tarde. pues Ja mejor
época pudo haber siclo el año 1942: pero estos fenómenos se ven con más claridad
cuando el tiempo ha transcuITido y no en el momento en que están oeuITienclo.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENilNA
37
Exportaciones "110 regulares"
Las medidas que se toman son de dos órdenes: en primer lugar. eliminar del
mercado libre las exportaciones de aquellos productos no regulares que. ya vimos.
tenían muy poca importancia en 1933; con el estímulo que se da a esas exportacio-
nes y el desarrollo de la guerra. adquieren un gran volumen, cercano a los 300 mi-
llones de pesos en 1942. Esas exportaciones gravitan considerablemente sobre el
mercado libre y constituyen un factor de intensa apreciación del peso. Se resuelve.
entonces. para descongestionar el· mercado libre. eliminar estas exportaciones. Re-
cordemos el significado que ellas habían tenido dentro del sistema: se trataba de
exportaciones de gran infinidad de artículos de distintas calidades y precios cuyo
control hubiese sido sumamente difícil en los primeros tiempos del sistema. Se de-
cidió. entonces. tanto por razones administrativas. como por razones de estímulo
económico, mandarlos al mercado libre a fin de no controlar sus valores. En 1943.
para aliviar la presión de la oferta. se eliminan estas exportaciones del mercado li-
bre y se pasan al mercado oficial a un tipo especial cercano al que existía en aquél.
Con esto se complica el problema administrativo de control. que antes se había evi-
tado por completo. Se hace necesario entonces fiscalizar la calidad y el valor de
esas mercaderías y se plantea la necesidad de establecer gradualmente el régimen
de aforo pam muchas de ellas. confonne la experiencia lo iba indicando.
Al pasarlas al mercado oficial se establece un tipo especial cercano al del mer-
cado libre, como he dicho, tipo que en ese momento estaba a 17 por libra. o sea
4,22 el dólar, mientras el resto de las exportaciones seguía pagando el precio de
13,50 por libra. De manera que había un estímulo apreciable a favor de esas expor-
taciones. Política discutible. porque para gran parte de dichos artículos ese es-
tímulo de cambio se había vuelto absolutamente innecesario. puesto que se trataba
de artículos que. como los tejidos y otras manufacturas. tienen gran demanda en
los mercados exteriores. Así pues. al fijarles un tipo de cambio alto. es fácil ven-
derlos en el mercado internacional a un precio inferior al que posiblemente podrían
venderse de no existir esta regulación de cambios. Tanto es así, que al desplazarse
en 1943 el tipo de 17 a 16, siguieron saliendo sin ninguna perturbación y los pre-
cios en papel no se modificaron. Ahí se pudo notar cie11a inercia en el sistema.
Los fondos exteriores
En cuanto a la inversión de capitales del exterior, en los primeros meses de
1943 se torna una medida que significa también apartarse de la política de absoluta
libertad que hasta ese momento se había seguido en el mercado libre. Por primera

38
RAúL PREBISCH
vez se someten esos fondos a un control con el propósito de lnnitar y suspender
ciertas formas de inversión de capital que habían ido desarrollándose y tomando
gran amplitud en Argentina. El decreto. que se dicta a solicitud del propio Banco
Central. establece un petmiso para todos los movimientos de cmrada o salida de
fondos. Por supuesto que en ese momento no nos preocupaha nada el problema de
salida de fondos. sino el de entrada. Pero se quiso aprovechar esta oportunidad
para dar al Banco Central un instrumento que le permita obrar en sentido contrario
en la postguerra. o antes. si el fenómeno llegara a invertirse. También se quiso ha-
cer una advertencia al mercado sobre la existencia de este instrumento para mode-
rar también la entrada de aquellos capitales que en ese momento iban a la Argenti-
na con designio de salir posteriormente. al cambiar las condiciones.
No se podfa importar hie11es de capilal
Las razones que tuvo el Banco Central para solicitar esa medida fueron las si-
guientes: en primer lugar. esas entradas de capital no representaban en realidad un
ingreso de capital concreto. sino un ingreso de fondos. desde el momento en que la
salida de maquinaria. equipos. etc .. estaba prácticamente prohibida en los merca-
dos que podían suministrar capitales concretos. Como después de su ingreso. los
fondos no podían dedicarse a la importación de mercaderías. aumentaban la plétora
monetaria en el mercado interno. acentuando así el proceso inllacionista que ya era
patente en esos momentos en el país. Por lo tanto. el Banco Central consideraba
que las restricciones de guerra en los grandes mercados habían desnaturalizado la
inversión clásica de capital y que no se infligía ningún daño a la economía con sus-
pender momentáneamente ciertas formas de inversión de esos fondos.
Efectivamente. habíamos observado que el dinero que entraba en esta forma se
invertía. o en inmuebles. dando así mayor impulso al movimiento de alza. que ya
se venía observando. o en títulos. sin mayor utilidad para el país. puesto que desde
el año '43 el mercado estaba absorhienclo tacilmente todas las emisiones necesarias
para satisfacer los requerimientos del Tesoro. Como veremos en otras conversacio-
nes. en el año '43 el Banco Central empezó a preocuparse seriamente de la intensi-
dad de la demanda de títulos creada en parte por el ingreso de capitales y por los
cambios en la situación monetaria interna. También se colocaba ese capital en in-
versiones a corto plazo. como letras de Tesorería. y en acciones de empresas exis-
tentes. No creaba empresas nuevas por la sencilla razón de que no era posible obte-
ner maquinaria. De manera. pues. que ese capital iba a inllar más aquellas
categorías de bienes o de valores que ya lo estaban. y no se traducía. salvo muy ra-
ras ocasiones. en un incremento real de la producción del país. Tanto es así. que las

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN'llNA
39
medidas que el Gobierno dictó facultan al Banco Central a hacer una excepción, a
permitir el ingreso de esos capitales si se demuestra que se le destina al aumento
real de la producción o de las construcciones en el país.
En qué consiste el régimen restrictivo
El régimen que se establece es relativamente sencillo: el Banco Central se diri-
ge a los bancos diciéndoles que pueden entrar libremente al país todos los fondos
que vengan con propósito de invertirse: permanecen en los bancos durante un pe-
ríodo de noventa días, mientras sus dueños deciden el tipo de inversión que juz-
guen más conveniente: y que una vez decidida. deben solicitar una autorización del
Banco Central. quien juzgará de ella. aprobándola o rechazándola. Pero mientras
dura ese período de exploración o tanteo de los inversionistas. esos fondos tienen
que quedar en un banco autorizado para operar en cambios. y su monto íntegro ha
de depositarse en el Banco Central el mismo día. Es decir. el Banco Central esta-
blece un régimen de depósitos del 100 por ciento de los fondos que entran, para
-evitar que el fenómeno de congestión de los efectivos bancarios, que la entrada de
estos fondos estaba produciendo, se acentúe con el nuevo ingreso. De manera que
la primera medida que toma el Banco Central es: dejarlos entrar, pero absorberlos
inmediatamente para que no aumenten los efectivos bancarios. Tomada esta medi-
da, ya no existe urgencia alguna en que se decida lo que se ha de hacer con esos
fondos: se le da al interesado el tiempo suficiente para decidirse y presentar el caso
al Banco Central. Si éste considera que la inversión puede realizarse de acuerdo
con los principios que acabo de exponer. se da la autorización y esos fondos pue-
den ingresar al mercado transformándose en poder de compra activo. En cambio, si
niega la autorización. esos fondos pueden quedar esos noventa días. o más tiempo
si el interesado así lo requiere. puesto que no se manifiestan ni como poder de
compra. ni como efectivo bancario. Sistema elástico que ha dacio muy buenos re-
sultados y ha permitido ir trabajando con método y estudiar todos los casos presen-
tados sin precipitación de ninguna naturaleza. (11)
En realidad. este sistema de control impuesto por las circunstancias ha durado
poco tiempo, apenas tres meses: los acontecimientos políticos que sobrevinieron en
nuestro país hicieron inoperante el sistema. puesto que paralizaron, por lo menos
en el segundo semestre del año. las inversiones de capital. Por eso las solicitudes
en las cuales tuvo que intervenir el Banco Central fueron muy escasas. Hoy podría
seguramente desbaratarse todo ese procedimiento y volverse al régimen del merca-
do libre sin mayores consecuencias. Tampoco era el propósito del Banco Central
mantener este régimen por mucho tiempo: esperaba que la aplicación del sistema

40
RAÚL PREBISCH
permitiría crear cie11as normas que favorecieran la entrada de algunos capitales y
alejara la de otros. tanto más cuanto que ya el mercado llegó a saber que el Banco
Central tenía el propósito de tomar medidas restrictivas en el caso de salida de fon-
dos. Esto a muchos fondos tlotantes los habrá desanimado desde el primer momento.
Comienzos de un mercado negro
A pesar de lo breve de esta experiencia. ha sido suficiente para indicarnos los
peligros y las consecuencias de un sistema demasiado rígido de control de capitales
y la imposibilidad de llevarlo hasta el último extremo, pues en el poco tiempo
transcurrido empezamos a notar indicios de un mercado negro. especialmente para
algunas transacciones de poca importancia con los países limítrofes. Tanto. que ya
habíamos pensado en atlojar las restriciones. pues nuestro propósito no fue el de
mantenerlas como absolutas. sino de contener la avalancha de fondos y luego em-
pezar a aflojar y a tomar otras medidas. que examinaremos en la parte final de las
conversaciones sobre cambios.
Con esta breve explicación acerca de las medidas del control de capitales. que-
daría cerrada la primera pm1e de mi exposición relativa a la experiencia de control
de cambios. a la descripción de esa experiencia. más bien dicho. porque ya tendre-
mos oportunidad de volver sobre el asunto y derivar algunas conclusiones de ella.
Nos quedaría ahora por hacer el examen de los aspectos técnicos y administrativos
de la organización del control de cambios. (12)
Enero 31. 1944.
CRÍTICAS AL SISTEMA DE CON'IROL DE CAMBIOS
En las conversaciones anteriores he descripto la forma en que ha funcionado el
control de cambios y las distintas etapas de su aplicación. Ahora quisiera considerar
todo esto desde el punto de vista crítico. dividiendo la exposición en tres partes: una
relativa al funcionamiento administrativo del control de cambios; la segunda relativa
a la forma en que han funcionado los mercados. oficial y libre. y las observaciones
que se podrían hacer acerca de la política que se ha seguido; en la tercera me propon-
go fmmular un juicio general sobre los resultados del control de cambios. En lo que
concierne a la organización. la dejaría para más tarde. cuando estudiemos sus aspec-
tos técnicos y administrativos; me limitaría en esta conversación a criticar la política
seguida en el mercado oficial y libre y examinar los resultados del sistema.

EL CONTROL DE CAl\\IBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
41
Evo/11ci611 del sistema hacia el movimiento de los tipos de cambio
Recordemos brevemente que en el mercado oficial se negociaba todo el cambio
que podía ser controlado mientras que en el mercado libre se realizaban todas las
operaciones que no podían serlo fácilmente en el mercado oficial. Al mismo tiem-
po se quiso tener en este mercado una especie de válvula de escape del mercado
oficial; así que originalmente no solamente había movimientos de capitales y fon-
dos en el mercado libre. sino también una parte de las exportaciones, las de produc-
tos nuevos o susceptibles de expandirse, y una parte de las importaciones, las que
no podían atenderse en el mercado oficial.
Vamos a ver ahora cómo funcionó el mercado oficial. Como ustedes recordarán,
había dos instrumentos para actuar: el permiso previo de cambio y los tipos de cam-
bio. El primero actuó al principio como instrumento restrictivo. de 1934 a 1935; en
seguida. cuando viene la fase ascendente del ciclo y hay abundancia de cambios,
pasa a funcionar como elemento selectivo. para permitirnos la aplicación de los
convenios de. cambio. Más tarde. cuando sobreviene un nuevo descenso cíclico en
la segunda mitad del '37 y se prolonga por varios años. vuelve a actuar el permiso
como instrumento restrictivo, hasta que desaparece en el año de 1941. por la gran
abundancia de divisas y la restricción de las exportaciones de Estados Unidos.
Conforme se va recogiendo experiencia en la aplicación del permiso previo de
cambios. vimos que surgían dos inconvenientes fundamentales: primero. las gran-
des complicaciones administrativas a que da lugar la aplicación del permiso a gran
cantidad de importadores. por miles y miles de mercaderías; y segundo, los efectos
que tiene sobre los precios la restricción de la importación y las utilidades extraor-
dinarias que a cie11a categoría de importadores daba el sistema, puesto que se apli-
caba una cuota a cada importador. se le otorgaba una cantidad menor que la nece-
saria para satisfacer la demanda. hecho que tendía a elevar los precios internos
mientras el importador seguía pagando los mismos tipos de cambio. Por eso. por
las complicaciones administrativas y por las consecuencias económicas del régi-
men de regulaciones cuantitativas o de cuotas. el sistema va evolucionando hacia
el movimiento del tipo de cambio como medio de restricción de las importaciones.
hacia la elevación y diversificación de los tipos de cambio. Esto es lo que vamos a
ver rápidamente sintetizando lo que explicamos en las conversaciones anteriores.
Recuerden ustedes la mala experiencia que tuvimos en los años de 1932 y
1933. cuando se quiso fijar un valor artificial al peso argentino. un tipo rígido de
cambio que no estaba de acuerdo con la oferta y la demanda. Ese procedimiento se
abandona a fines de 1933 y se establecen dos tipos: uno fijo de 15 pesos la libra
para comprar el cambio de los exportadores. y otro, llamado el tipo de venta. para

RAUL PREBISCIJ
vender este cambio a los importadores y a los que tenían que remitir pagos para sus
servicios financieros. El temor de volver a caer en un tipo inflexible de cambio in-
dujo a no fijarlo rígidamente. como lo había estado antes: por eso se ofreció el
cambio que entraha diariamente en el mei·cado oficial en forma de licitaciones a los
que tenían permisos previos de camhio para importaciones o para se1vicios finan-
cieros. De suerte que en 1934 y 1935 no había un tipo vendedor fijo en el mercado
oficial. sino que se determinaba diariamente en función de dos elementos: por un
lado. la ore11a. o cantidad de cambio que entraba al mercado. y por otro. la deman-
da de los tenedores de permisos previos o permisos para servicios financieros. Así
que tuvimos un tipo que variaba de acuerdo con esas circunstancias. ¡,Cu:íles fue-
ron los erectos de ese sistema? En un momento dado. en plena fase ascendente.
cuando el cambio entraha ahundamentemente. p:u·a seguir dentro de la lógica de
este procedimiento. debió ofrecerse cantidades cada vez mayores en las licitaciones
diarias. lo cual no hubiese tardado en hacer hajm· el tipo del nivel que tenía. alrede-
dor de 17 por libra. hasta juntarlo con el tipo de 15 por libra. que se había fijado
para las exportaciones. Cuando se vio que la presión del mercado podía producir
esos electos. se abandonó el sistema de las licitaciones y se decidió fijm· el tipo en
17. en lugar de dejarlo bajm·. y. a la vez. comprar el excedente de oferta y constituir
así una reserva para satisfacer las necesidades del mercado oficial en la rase des-
cendente del ciclo. Pero no sólo se deseaba acumular estas reservas: también se te-
nía el temor de que la baja del tipo para todas las importaciones fuera transitoria y
que. más adelante. al sobrevenir un cambio en la situación y a la abundancia de di-
visas sucediera la escasez. tuviera que volverse a subir el tipo para !odas las impor-
taciones. sometiendo así al conjumo de ellas a un tipo de cambio pronunciadamen-
te inestable.
Se abandona. pues. la práctica inicial de las licitaciones y se establece un tipo
vendedor único de alrededor de I 7 por libra. que funciona bien en el período as-
cendente. en el período de abundancia de cambio. el cual se prolonga hasta media-
dos de 1937. En la segunda mitad de ese año comienza la fase descendenle del ci-
clo y el Banco Cen1ral se preocupa más y más por la necesidad de conlener la
impo11ación para equilibrar el balance de pagos. por un lado. y para desvi~u- el po-
der de compra hacia el mercado interno. por otro.
la diwr.1·(ficació11 dr los tipos
Entonces fue cuando se empiezan a diversificar los tipos de cambio ... ¡,Por qué
se diversifican? Porque se vio que para contener la importación primero. y para
restringirla después. era necesm·io no sólo aplicar regulaciones cuantitativas. sino

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REP(JBLICA ARGEN'llNA
43
también subir el tipo de cambio. encarecer la importación. Mas la aplicación de un
solo tipo de cambio habría encarecido todas las im¡xlrtaciones: se advirtió en segui-
da la conveniencia de no hacerlo así. de no afectar la extensa categoría de artículos
formada ele materias primas para la industria y los transportes y artículos acabados
requeridos por el consumo popular. En otros términos. no se quiso perturbar a las
actividades económicas fundamentales del país. las que abastecen el grueso de la
población de los artículos indispensables para sus necesidades. ya sea directamente
o a través de la industria local. No se quiso afccu1r a esas impo11aciones ni en su
precio ni en su cantidad: de ahí que se dejara para ellas el tipo de 17 por libra. Por
el contrario. se crearon tipos superiores para las im¡xirtacioncs de otros :U1ículos no
esenciales y para los superfluos. Así comienza el proceso de diferenciación y la
tendencia a ir usando distintos tipos para contener y restringir la importación. No
voy a repetir todo lo que ya dije: sólo recordaré cómo se había llegado a diversifi-
car el sistema en 1941.
Para las importaciones éscncialcs existía un tipo de 15 por libra. o sea de 3.36
por dólar. y un tipo de 17 por libra o sea de 3.73 por dólar. para el resto de las im-
portaciones. Esa fue la primera etapa. Luego se vio que ese tipo de 3.73 también te-
nía que diversificarse. y se creó la serie de tipos de la Corporación para la promo-
ción del intercambio. Esos tipos eran: 4.23. 4.55 y 4.85 por dólar: y. finalmente. el
mercado.de las licitaciones. en el que se ofrecía al mejor postor una cantidad deter- .
minada de cambios que en el primer año alcanzó hasta 30 millones de dól<u·es y du-
rante el cual los tipos oscilaron en tomo a 4.91. Había. pues. una gran diversidad
de tipos: desde 3J6 por dólar. hasta 4.9 l. Vemos cómo se vuelve a la idea primiti-
va de las. licitaciones. de ofrecer una cantidad de divisas al mejor postor a fin de
evit:u- las restricciones directas. Pero se aprovecha la experiencia :mtcrior; antes se
había tratad<) ele establecer el tipo de licitaciones para todas las importaciones. La
experiencia demuestra que no es conveniente hacerlo pmn todas. síno resgu<U"d:U" a
cierta zona ele importaciones fundamentales y aplic<U" el tipo elástico a otras que
pueden soportar esas variaciones de tipos y esos ti)XlS altos sin afecwr la activ.idad
económica nacional. ( 13)
·No había. pues. al comenzar el sistema. en cuanto a tipos se refiere. m1a idea
definida. Ustedes ven la serie de cambios y de tanteos. de diversas experiencias
que tuvimos que hacer. Primero un ti¡xi flexible. p:u-a abandonarlo después e impo-
ner uno fijo para no afectar las importaciones fundamentales: después comprobamos
que ese tipo fijo no era suficientemente elástico en un pcrí<xlo descendente y crea-
mos varios tipos: müs tarde se observó que entre éstos podía crearse. para ciertas
categorías de artículos. un procedimiento elástico. Se llega así al procedimiento de
las licitaciones. (14)

44
RAÚL PREBJSCH
Tanteos )'L\\periencias
Observen ustedes cómo hemos ido tanteando y modificando continuamente
nuestro sistema sin que pueda decirse que en 1941, cuando se suprimió el permiso
de cambio. pero dejando los tipos múltiples. se hubiese llegado al sistema ideal;
fue una nueva etapa en nuestra experiencia, de la cual me propongo sacar alguna
lección para el futuro. a fin de llegar a sugerir un sistema más orgánico y Jlexiblc
que el que hemos tenido. que nos evite estas continuas alteraciones. Por lo menos
en lo que a nosotros respecta. han sido necesarios esos tanteos y modificaciones;
sin ellos no hubiésemos podido recoger la experiencia que nos permite ahora for-
mular las bases de un nuevo sistema.
Los tipos a partir de 1941
En 1941 volvemos a tener abundancia de cambios y se plantea esta pregunta:
¿por qué no valorizar el peso para las importaciones y bajar estos distintos tipos. si
hay cambio disponible para hacerlo. puesto que habían respondido a propósitos
restrictivos en épocas ele escasez? No se hizo esto por la convicción ele que la reba-
ja de los tipos no hubiese llegado al consumidor. puesto que coincidió la abundan-
cia ele cambios con una gran restricción de la exportación en los mercados provee-
dores. ¿Qué· hubiese significado. por ejemplo. bajar el tipo para automóviles que
era de 4.91 pesos por dólar. en momentos en que venían menos automóviles y en
que la gente se los disputaba pagando precios internos en alza? Hubiese significado
no trasladar la utilidad al consumidor. sino al intermediario. Y así cx·u1-ría en todas
las mercaderías de importación que se importaban en cantidades menores a las que
la demanda exigía. La rebaja del tipo no habría tenido, a nuestro juicio. efectos per-
ceptibles sobre el consumidor. sino que la utilidad hubiese quedado en manos del
importador y del industrial.
Estahilidad de los tipos de exportación
En cuanto al tipo al cual se compraban las letras de los exportadores. vimos que
en 1933 se estableció en 15 la libra; después. con la guerra bajamos a 13.50; en
dólar este tipo. en toda esta época. oscila entre 321 y 290 pesos por cien dólares.
debido a las variaciones entre el dólar y la libra. de manera que en materia de ex-
portaciones cuyo cambio se vendía en el mercado oficial. el tipo ha sido bastante
estable en término de dólar. Les he mencionado en otra conversación el propósito
del Gobierno de mover el tipo de exportación o establecer un impuesto en ciertos

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN'nNA
45
casos. cuando subían los precios de las mercaderías exportadas: pero este propósito
no pudo realizarse.
/11co11sistencia en la política ele! mercado libre
Vamos a ver ahora la experiencia del mercado libre. Aquí debo confesar a uste-
des que en la política del Banco Central ha habido cierta inconsistencia. pues entra-
ron en confücto dos propósitos o preocupaciones distintas, y ese conflicto nos lle-
vó a un compromiso y los compromisos no siempre son la mejor solución en estos
asuntos. ¿En qué consistió ese conflicto'? Por un lado, la idea de dar la más absoluta
libertad al mercado libre y desentenderse de sus movimientos: por otro, la preocu-
pación que tenía el Banco Central de no afectar las exportaciones cuyo cambio se
vendía en el mercado libre, especialmente las exp011aciones de productos nuevos y
en crecimiento. lo mismo que a los servicios financieros. No dejaban tampoco de
preocupar las repercusiones psicológicas de los movimientos del mercado libre.
la primera experiencia
Como se recordará. hubo dos experiencias características en este mercado: la
primera, cuando en el año 1936 empieza a entrar gran cantidad de cambio en el
mercado libre por capitales que se introducen en el país, fondos flotantes. cte. Para
ser lógico con sus propias ideas. el Banco Central debió dejar caer el valor del
dólar en el mercado libre hasta el tipo vendedor mínimo del mercado oficial. o. si
se quiere. hasta el tipo comprador. Sin embargo, cuando el dólar caía intensamente.
el Banco se decidió a comprar esta divisa por dos razones: primero. porque estaba
persuadido. como dije ya en otras oportunidades. de que éste era un movimiento
transitorio y quería hacer una reserva de dólares para actuar sobre el mercado más
adelante y. después. porque esa caída del dólar hubiese afectado desvaforablemen-
te a todas las exportaciones que se estaban desarrollando al calor de ese tipo prefe-
rencial que era el ti¡xl del mercado libre: y en verdad que, como ustedes recorda-
rán. todo el cambio que compró el Banco Central en el mercado libre en ese
período de abundancia lo vendió rápidamente en la época de escasez que vino des-
pués. No sólo no tuvo pérdidas. sino que obtuvo utilidades. sin que este fuera. por
cierto. el fin que perseguía con esas operaciones.
Véase. entonces. cómo la idea de dejar absolutamente libre el mercado con un
tope mínimo p;u-a evitar su caída por debajo de los tipos del mercado oficial. no se
obse1vó en una forma muy clara y decidida por aquellas preocupaciones que traba-
ban la acción del Banco Central. De ahí olra de las conclusiones que anolaré cuan-

RAUL PREBISCll
do nos ocupemos del sistema que pienso sugerir. la conveniencia de deslindar bien
una cosa de la otra. y no llevar ni exportaciones ni importaciones en servicios nor-
males al mercado libre. Cuando en esa primera experiencia el Banco Central dejó
<1preciar rúpidamente el dólar. a pesar del empico de las rcsc1vas referidas; se pro-
dujo un sacudimiento psicológico bastante grande en la plaza. corno ya expliqué la
ve!". pasada. A pesar de que el mercado libre no influía sobre las tr;msaccion2s fun-
damentales del país y de que los fondos que salían pagaban el precio que podían
conseguir en un mercado en que actuaba la oferta y la demanda. había intranquili-
dad y repercusiones desfavorables. El Banco Central fue objeto de duras críticas
por haber dejado desvalorizar el peso a pesar de que nunca había asumido la res-
ponsabilidad del mercado libre. Había. desde luego. ademús de los intereses da-
ñados de aquellos que mandaban su dinero al exterior. el perjuicio de quienes tenían
que hacer servicios financieros y otras reservas regulares yuc. como no tenían un
tipo fijo. sufrían las consecuencias de la dcpreci:icicín. Esta repercusión psicológica
cohibió un tanto al Banco Central en su polí!ica posterior: de ahí que yo considere
que la segunda experiencia fue menos feliz todavía yue la primera. porque el Banco
Central no se consideró en una posición muy cómoda para dejar al mercado com-
plet:11nente abandonado a sus propias fuerzas. como vamos a ver. ( 15)
La segundo e.r¡Jerie11cia
Vamos a ver ahora en qué consiste la segunda experiencia en el mercado libre.
En el año de 1941 comenzcí a mejorar este mercado y nuevamente se presentaron
al Banco Central los dos caminos: o el de dej:u- absolutamente libre el mercado y
no inte1venir dej:índolo caer hasta el tipo.comprador. o hasta el tipo vendedor mús
bajo que era 3.36 ~si mal no recuerdo--. o el ele intervenir con operaciones de re-
gulación. Al Banco Central le preocupaba dejar desvalorizar muy rápidamente el
dólar. por varias consideraciones. Primero. porque creía conveniente acumular una
reserva de cambio en el mercado libre después del período ele penuria que tuvimos
en 1940. Recuérdese que hablo ele 194L en que no se podía adivinar lo que ocurri-
ría en 1942 y 1943: pero teníamos muy cerca el pasado cuando nos debatimos en
una grave escasez de cambio. De manera que el Banco Central prefirió mús bien ir
despacio y comprar cambio en el mercado libre y hacer una reserva que podría uti-
lizarla en el mercado«ificial en el caso de que la terminación de la guem1 obligase
a gastar cantidades crecidas de divisas en pago de importaciones. Esta ral",ón fue
poderosa en 194 l. pero conforme pasaba el tiempo y se acrecentaba la can! ida el de
cambio en el mercado oficial. iba perdiendo fuerza. La otra razón fue la siguiente:
no influir sobre esas exportaciones de productos nuevos que se estaban desarrollan-
do muy activamente. Es cierto yue en 1941 el Banco Central aconseJ<Í al Gobierno

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
47
sacar del mercado libre t<xlas las exportaciones de proouctos nuevos para que su
cambio no influyera como. facior ele clesv¡:ilorización del dólar. El Gobierno accedió
a esa sugestión y dio la facultad al Banco Central p:u-:1 establecer el tipo de cambio
para ellas a un nivel similar al del mercado libre. En otras palabras. las hacía gozar.
en realidad. del tipo del mercado libre. pero sin que su ofc11a de cambio inlluyera
en él. El mercúdo oficial tomaba la oferta directamente a esos tipos similares a los
del mcrcüdo libre .. Tamhién esta razón que doy. la de no influir (lesfavorahlemente
sobre los precios de estas cx¡xmaciones. fue perdiendo importancia conforme
avanzaba la guerra y mejoraba la situación del balance de pagos. porque estas ex-
. portaciones salími cada vez con más facilidad. requeridas principalmente por los
mercüdos de la América Latina. a tal punto que cuando hace pocos meses se resol-
vió por primen1 vez bajar el dólar para ellas. vimos que no sufrieron nada en abso-
luto. Tanto es así. que se proyectó bajarlo más aún a fin de poner esas exportacio-
nes ;1 un nivel simil:u· al de las regulares. Otm razón que se tuvo fue el riesgo de
que la guerra pudiese terminar de un momento a otro y diese vuelta el mercado: se
quiso entonces evitar oscilaciones fuertes. lo que era apartarse. asimismo. del con-
cepto primero que tuvimos del mercado libre. Por último. no se quiso dejar caer el
tipo del mercado libre por debajo de los tipos vendedores del mercado oficial: razón
que también perdió su peso. puesto que ello se hizo sin perturbaciones hace ¡x>cos
meses. cuando se dejó caer el mercado libre sin tocru· los tipos del mercado oficial
que llegaron así a ser superiores a los del libre. Se dispuso entonces que los que te-
ní:m permisos <Je camhio a esos tipos del mercado oficial dehfon seguirlos pagando:
se deslindó claramente lo que era mercado oficial de lo que cm mercado libre.
El hecho es que hubo tardanza en el Banco Central cuando decidió dejar caer el
dólar; en abril de 1943: el dólar bajó a cerca de 400 y simultáneamente se impone
el control de la entrada de fondos exteriores. con lo cual el Banco Central !lo re-
quiere seguir realizando nuevas compras de divisas.
Pueden ustedes observar entonces cómo el conflicto entre aquellos dos concep-
tos retardó la aplicación de una medida que de haberse tomado antes tal vez hubie-
se contenido las ventas de cambio en .el mercado libre exigiendo una menor inter-
vención compradora del Banco Central: porque sabiendo la gente que hay una gmn
presión de la oferta sobre la demaüda y que el Banco Central está deteniendo el
tipo del dólar en un nivel que se juzga indebidamente alto. sobreviene la tendencia
a especular. La gente se dice: es muy difícil que el mercado se invierta y si ello
ocurre. puedo salir en seguida: en cambio. es probable que al retinu·se el Banco del
mercado e interrumpir sus compras se aprecie más el peso y se desvalorice el dólar.
Por lo tanto, la tardanza·cn apreciar el peso provoca especulaciones y atrae más
fondos de los qli(: naturalmente iban ül mercado: lo mismo ocurrió también en
l 936. De ahí saco la conclusión. que presentaré como convicción categórica cuan-

48
RAÚL PREBISCH
do lleguemos a estudiar el sistema futuro. de que conviene separar del mercado li-
bre las exp011aciones e importaciones y dar también a los servicios financieros
cierta estabilidad. con el propósito de que ese mercado pueda moverse con toda li-
bertad sin que el Banco Central se vea de nuevo en la necesidad de establecer com-
promisos entre dos conceptos contradictorios. La política ideal en esos tiempos de-
bió haber sido la de tener las exportaciones fuera para no afectarlas y dejar caer el
mercado libre hasta el tope mínimo de los tipos oficiales. sin preocuparse de lo que
pudiera ocurrir posteriormente si el mercado se invierte y si en lugar de tener pre-
sión de la oferta sobre la demanda. hay presión de la demanda sobre la oferta. y el
dólar se aprecia. sin afectar ni a las importaciones y exportaciones. ni a los servi-
cios diversos.
Por lo tanto. esta experiencia del mercado libre nos indica lo que conviene ha-
cer y lo que conviene no hacer. y diría que la segunda enseñanza es más positiva
que la primera. Por cierto que ni en la primitiva intervención ni en la última hay
peligro de quebrantos. porque el Banco Central tenía beneficios anteriores hechos
en el mercado libre; además. todas estas compras de cambio que realizó en los
años 1942 y 1943. las venderá probablemente después de la guerrn. cuando el mo-
vimiento se invierta. No es eso lo que me preocupa. sino la tardanza con que se
procedió frente a los acontecimientos. por consideraciones que hubiese sido mejor
no tener; y para no tenerlas. debió haber dado al mercado libre un carácter distinto;
no asignarle otras funciones que las de dejar entrar y salir los capitales y fondos en
las condiciones que expondré más adelante.
Exportaciones e importacionesjilera del mercado libre
El mercado libre no tiene actualmente ni exportaciones ni importaciones. Re-
cuerden ustedes que las exportaciones se habían llevado en pequeña parte en los
primeros tiempos al mercado libre porque se trataba de productos de escasa impor-
tancia en que el control del valor ern muy difícil; se les mandó al mercado libre
para no ejercer ese control y. además. para estimular esas exp011aciones. El primer
punto subsiste. siguen siendo exportaciones de difícil control. aun cuando se va ex-
tendiendo poco a poco a ellas el sistema de los aforos. que es lo que resolverá el
problema. En cuanto al segundo punto. no puede negarse que el tipo de cambio ha
favorecido el desarrollo de estas exportaciones; pero. por otro lado. ha planteado
una serie de problemas. Así. por ejemplo, un producto tradicional. regular. que sa-
lía al tipo comprador del mercado oficial. si se elaboraba. aun cuando no fuese más
que en forma superficial. constituyendo un producto nuevo. salía por el mercado li-
bre a tipo de cambio muy superior. lo cual tiene efectos económicos perturbadores

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLlCA ARGEN11NA
49
en algunos casos. Después. muchos productos industriales del país pudieron ven-
derse al exterior a causa de los tipos favorables del mercado libre. a precios en pe-
sos en alza. produciendo también elevación de precios en el mercado interno y uti-
lidades extraordinarias a los exportadores. Y, finalmente. no se puede mantener en
forma indefinida un doble tipo para las exportaciones. hay que unificarlos alguna
vez para dar homogeneidad al mercado interno: cuanto más se mantiene esa situa-
ción irregular. tanto más difícil es volver hacia atrás. De ahí el empeño que el Ban-
co Central puso en los últimos tiempos para corregirla e ir modificando los tipos de
cambio para estas exportaciones hasta llegar a unirlos con el tipo comprador del
mercado oficial o por lo menos dejarlos en el más bajo al cual se vende el cambio
para el pago de importaciones. Esta evolución se está realizando en estos momen-
tos y no ha terminado aún. En cuanto a las importaciones que estaban en el merca-
do libre. recordemos que se habían llevado allí por tres razones: primero. para sim-
plificar el control y no tener que aplicar regulaciones cuantitativas a estas
importaciones: segundo. para que estas importaciones puedan realizarse sin dificul-
tad alguna actuando el mercado libre a manera de válvula de escape. y, tercero.
porque el Gobierno en los primeros tiempos del sistema de control de cambios qui-
so mantener la ficción de la libertad de importar para que el régimen no fuera obje-
tado constitucionalmente. El argumento del Gobierno era: no se prohíbe la impor-
tación. simplemente se restringe en el mercado oficial; pero el que no pueda
hacerlo allí. puede imp011ar sin trabas a través del mercado libre. Mas cuando se
habituó todo el comercio al sistema. no hubo ningún inconveniente en sacar las im-
portaciones del mercado libre y pasarlas al oficial. sin protesta alguna; la cuestión
constitucional no se ha suscitado. Naturalmente que desde el punto de vista técnico
y del control. la existencia de esa válvula de escape para las impo11aciones y la po-
sibilidad de vender cambio de exportaciones en el mercado libre, tiene su impor-
tancia: mas son mayores los inconvenientes que se derivan por las razones que he
anotado. que las ventajas que se experimentan: y creo decididamente que no con-
. viene tenerlas. salvo aquella parte de las exportaciones correspondiente a la dife-
rencia entre los aforos y los precios reales. (16)
Control y proteccionismo
Como dije en otra oportunidad, el tipo de cambio y b restricción directa de la
importación se hicieron también muchas veces con un ct·iterio proteccionista: ar-
tículos cuya introducción resultaba excesiva y perjudicial para la industria local.
fueron restringidos o se elevó el tipo de cambio. Con eso se ha hecho mucho bien
en los últimos años. porque se ha contribuido al desmrollo de la industria; pero no
creo que en un sistema racionalmente trazado convenga dar al control de cambios

50
Ri\\liL PREBJSCH
una responsabilidad de esa naturaleza. Es prefet"ible que se adopte una política
aduaneta bien clara que establezca los derechos que han de pagw· las mercaderías y
que el control· de cambios no tenga sino una simple función de restricción transito-
ria en épocas en que el cambio escasee. porque. de lo contrario. aparte de que el
control no .es de aplicación pemianente se ejercitan muchas influencias seccionales
. que puedén alterar el funcionamiento de su mecanismo. influencias para bajar o su-
bir los tipos con fines que no son de cambio sino de política económicü: por ello
considero que es necesario deslindar claramente los dos sistemas. coordinándolos
en la política fundamental. pero separando bien su campo de aplicación.
Resultados del control
Ahora. para terminar esta conversación me pregunto: ¿cuáles halJ sido los resul-
tados deh:ontrol de cambios en la Argentina? En su f11nciói1 de cquiljl1rar el haian- ·
ce de pagos. la elevaeión de tipos y las restricciones a la importación.implantadas a ·
fines ele 1933. han sido. sin duda alguna, factores poderosqs en el restablecimiento
del equilibrio real de pagos en esos años: como también en la seguódü mitad de
1937. yduranic 1938. 1939. 1940 l:1s medidas deregulación'de lasimportacioncs y
las nuevas elevaciones de tipós de cambio contribuyeron a a_tcnuar el desequilibrio
y .a evitar que tos fondos creados por el sistcmabancario cstimut:u-.u1 fo importa-
ción. dcs\\1iándolos hacia la industria local y fomentando su expansión. Crco._por lo·
tant<i. que la función del control de can1bios. ya sea como instrumento par¡1 cquilic
br;u- el hal:u)ce de pagos o para evitar un mayor desequilibrio y con.H~ rncdio de es•,
timular la industria local. desviando hacia ella el p<xler de compra. lm sído efic:1z.
no obstante tmfüs las alteraciones. los tanteos por los que huh~ de pasttrsc .por falta
de cxpcricúci;i. Asimismo. el control de cambios fue un instrumento eficaz "ctí· 1:1
aplicación de los convenios de pagos que. por las razones que he n1cncionadn. tuvi-
mos que concertar con los distintos países. Finalmente. el control de cambios ha
sido para la política monetaria del país una fuente muy impor!antc de experiencia.
que creo que será de positivo valor en la elaboración de una política monetaria na-
cion<il. Sólo nos quedaría entonces. para agotar este tema. salvo las preguntas o
puntos en que ustedes quieran insistir. estudiar la organización administrativa y
técnica de control de cambios. ( l 7)
Febrero 4. 1944.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REl'ÚBUCA ÁRGENTIN1\\
51
. Orga_ni=c1ció11 técnico-administrativa del co11trol de cambios
Ha llegado el momc1üo de ocupamos de la organización técnico-administrativa_
~el '.Control· de cambios. asunto que prócuraré. resumir en una colwersación. si bien
es cierto que habría much9 c;amJX> pam entrar en detalles que juzgo que no serán
i"nteresantes para ustedes. lo cual no quiere decir qae si en el curso de la exposiciém
haya algún punto que pueda revestir para ustedes importancia pai1icular. daré gus-
tosamente la explicaciém pertinente.
E111idades (júe intervienen en el sistema
En el manejo administrativo del control <,le cambios intervienen distintas entida-
des. Ante todo. el Ministerio de Hacienda. en cuyasrnai1os está la dirección gene•
:ral del sistema. El Ministerio de Hacienda. además de la colaboración que le pres-
tan naturalmente las distintas entidades administrativas que vamüs a ver en
sc,guida. recibe el ascs()ramic·nto especial de dos comisiones: la Comisión de Afo~:
· ros: q~ inicrvienc en ma1efü1 de exportaciones. y la Comisión de Divisas~ en mate·
rfo de i_mportaciones. La administración del sistema ha estado a cargél de una Ofici-
mi de Cóntrol.de Cambios cuyas funciones fueron transferidas en gran prn1e al
Banco Central ~n 1941.; antes de ello el Bmico Central tenía también algúnas fun-
cicmcs a st1 car~o. l:is que ofrecíadentro de un sistema descentralizado con la cola-
horac ió11 de t<)dos los bancos de· 1a plaza. de las instituciones financieras autoriza-
da,i, por el Gobienu; p:u·a hacer operaciones de cambio y de las casas de cambio.
Adenias. han iillcrvenido los corredores de cambios. que han actuado como inter-
r»cdíarios entre los exportadores e importadores y los bancos o el Banco Central •
. segúÍl los casos: finalmente. a partir de 1941. en que se reforma el sistema. intervie-
11en tanibién la Dirección Ge11en1l de Aduanas en la aplicación de las nonnas y re-
gfümenwciones de cambio~ cuando entran o salen las mercaderías del país. y la Di-
rccc\\ón dCl hnpuesto a los Réditos. en las inspecciones de los libl·os de exportadores
e iniportadores. para ver si aplican correctamente las disJX>siciones del cambio.
Mi11Wel'io de llade11da
V timos. a. ver rápidamente en qué consisten las funciones- de cada una de estas
entidades, El Ministerio de Hadenda de la Nación. a cuyo cargo ha estado la direc-
ciém general del sistema. noha intervenido en los detalles de su aplicación. sino
que se ha :limitado a diet:ír las nonnas o reglamentaciones generales de acuerdo

52
RAúL l'RElllSCH
con las cuales se desarrollan las tareas de la Oficina correspondiente del Banco
Central y de las demás entidades que intervienen. Si bien no intervenía en detalle.
como acabo de decir. lo hacía en casos especiales que se sometían a su considera-
ción. o en casos de apelación.
Comisión de Aforos
La Comisión de Aforos está compuesta por representantes de las bolsas de co-
mercio. de ·los exportadores. y de los Ministerios de Hacienda y de Agricultura.
Fija periódicamente los aforos de acuerdo con los cuales tiene que entregarse el
cambio por cada producto exp011ado. Como ustedes recordarán. se llegó a este pro-
cedimiento para poner a todos los exponadores en igualdad de condiciones. Estos
tienen que entregar el cambio de acuerdo con los aforos establecidos y el remanen-
te puede negociarse en el mercado libre; de manera que no es dado a ningún expor-
tador estar en condiciones más ventajosas con respecto a otro. Para la mayor parte
de los productos. los aforos se fijan quincenalmente y para los muy importantes y
de gran movimiento de precios se han llegado a fijar a diario. Esta Comisión de
Aforos. a pesar de lo estrecho de su nombre. inte1vicne en el estudio de todas las
resoluciones relativas al cambio de exportación. Es la asesora del Ministerio de
Hacienda. Cada vez que la Oficina de Control de Cambios o el Banco Central. en
su caso. no han podido o no se han considerado facultados para resolver un caso
especial. ha sido sometido a la consideración de la Comisión de Aforos. la cual da
su opinión al Ministerio de Hacienda. quien resuelve en última instancia. ( 18) Ade-
más. esta Comisión interviene especialmente en los casos de apelación. Cuando un
comerciante no está de acuerdo con la decisión del Banco Central o de la Oficina
de Control de Cambios. éstos tienen que presentar el caso a la Comisión de Aforos.
la cual dictamina ante el Ministerio de Hacienda. quien. de nuevo. resuelve en
última instancia.
Comisión de Di1·i.1·as
La Comisión de Divisas tiene funciones similares en lo que concierne al cam-
bio de importaciones. Es ella quien estudia los proyectos de reglamentaciones o re-
soluciones que prepara el Banco Central a la Oficina de Control ele Cambios acerca
ele la regulación cualltitativa de las importaciones. la forma en que se aplicm·á ella.
los artículos y las distintas moelalidades en que tiene que hacerse. También es con-
sultada cada vez que se proyectan modificaciones en los tipos de cambios que co-
rresponden a las distintas categorías de los artículos; y. finalmente. tiene funciones

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÜBLICA ARGENTINA
53
análogas a las de la Comisión de Aforos en lo que concierne a la consideración de
casos especiales y en las apelaciones. La Comisión de Divisas está compuesta por
representantes de las Bolsas de Comercio de Buenos Aires y Rosario. como expre-
sión de los intereses económicos generales. los importadores. los industriales. y los
Ministerios de Hacienda y Agricultura. y también el de Relaciones Exteriores. por-
que todas las disposiciones relativas al cambio de importación afectan a los conve-
nios o a la política económica del país. El Banco Central está. asimismo. represen-
tado.
Estas comisiones han probado ser excelentes como organismos consultivos.
siempre que las oficinas administrativas encargadas de estudiar en primer lugar los
asuntos les sometan proyectos bien elaborados. Es difícil que de aquellas comisio-
nes salga alguna iniciativa o proyecto: y no se les puede confiar funciones ejecuti-
vas. Resultan útiles. desde un punto de vista pasivo, pero el impulso tiene que ve-
nir o del Ministerio. o de las oficinas administrativas.
Desce111ra/izació11
Vamos a considerar ahora la administración del sistema. Desde un principio se
procuró por distintas razones descentralizar la aplicación de las medidas de control
de cambios utilizando los bancos como agentes del sistema bajo la vigilancia de la
Oficina de Control de Cambiqs o del Banco Central. según los casos. Pudo haber
sido muy simple la organización de un monopolio para concentrar en el Banco
Central todo el cambio de los exportadores. que en nuestro país son relativamente
pocos: pero esto hubiera significado quitar a los bancos un negocio tradicional y
recargar de trabajo al Banco Central sin necesidad alguna, puesto que los bancos
son los cauces más eficientes para hacer estas operaciones. Son ellos y las institu-
ciones autorizadas para operar en cambios (que no son necesariamente bancos sino
entidades financieras) quienes están en contacto con los exportadores: ellos venden
el cambio a los bancos e instituciones. las cuales. a su vez. lo revenden a los impor-
tadores o al Banco Central. si hay excedentes. También son los agentes que inter-
vienen en el trámite de los pennisos previos de cambios: el importador no gestiona
directamente en la Oficiiia de Control de Cambios su penniso. sino por intermedio
de un banco o de un corredor de cambios. La Oficina de Control de Cambios y el
Banco Central coordinan esta tarea y dan las directivas de acuerdo con las cuales
tendrán que realizarlas.

54
RAIIL PREBISCH
La O/iri11a de Control de Cambios
La Oficina de Control de Cambios hü.tenidolas siguiellle funciones que fueron
transferidas en 1941 al Banco Ce1llral: primero. el otorgamiento de los permisos
previós de cam hios de acuerdo coi1 las normas y reglamentaciones aprobadas por
el Ministerio de Hacienda y las prescripciones de los convenios de cambios. El per-
miso no sólo significa adjudicar mia dctemlinada cantidad de cambio. sino también
fijar el precio de éste: de manera que implica una operación a término que cubre
los riesgos del ,importador de la!'; mercaderías. La Oficina. una vez que otorga el
perniisó de cambio. tiene que cncatgarsc de comrol:u· o verificar la medida en que
los impo11adores utilizan ese, permiso por razones que veremos en seguida. Ade-
más. la Ofidna debe vigilar cn qué medida los exportadores entregan su cambio a
los hiti1cos. para evitar evasiones. Prepara todos los proyectos de resolución y de
reglamenta<;ión: es el orgai1is;no de estudio e11colahoración con el Banco Central.
así en lo que concierne a las regulaciones cuantitaiivas como al movimiemo de los
tipos de cambio: y está facultada. adé1iuís. para resolver casos especiales de menor
cuantía: los de mayor cuantía: debe someterlós siempre al Ministerio de Hacienda.
con la opinión de la Comisión tic Divisas.','
El Banco Cc111ml
El Banco Central. antes de la transferencia de las funciones que acabo de men-
cionar. ya tenía una intervencióti activa. pero no con respecto al otorgamiento tic
permisos tic cambios. sim) en lo que concierne a las operaciones de cambio de los
bancos. El Banco Cent1'al est:í en cqntacto directo con los distintos hancos y entida-
des de la pfoza j1ara controlar todas las o¡x:raciones de cambio que realizan en el
mercado oficial de cambios. Así es que diariamente el Banco Central recihe de
cada hanco o e1itidad una planilla muy detallada con totlas las operaciones de com-
pra de cambio realizad:1s a los exprn1adores, con las distintas constaticias que a
cada una de ellas corres¡xm\\)e. Y mediante esos datos y los de las ventas de camhio
que también reciben. el Banco Central está en condiciones de determinar continua~ ,
mente la posición que c;ida banco tiene frente a cad:i una de las monctlas. De ma·
nera que las o¡x:raciones se realizan en cada banco y l:ts informaciones se centrali-
zan y controlan en el Banco Central. Y para eslnr continuamente informado acerca
de la cantidad de cada monedá que cada banco tiene. y de las operaciones de com-
pra a los exportadores confo11ne se van realizando. se comunican por un servicio
telefónico directo al Banco Central para que éste pueda tomar las decisiones que
cada caso aconseje. Los bancos son. pues. los agentes de compra y venta del cmn-,

EL CONTROL DE CAMBIOS El' LA REPl:BLICA ARGENTINA
55
bío. Pueden retener en supoder el cambio que compran: con la facultad de vender-
lo al Banco Central en cualquiermomento. y la facultad del Banco Central de pedir
ese cambio también en cualquier momento.
El Banco Central hace siempre los arbitrajes de cambios del mercado oficial:
nunca los hnncos particulares porque de haberles dado esta función. un banco ha-
bría comprado por arbitraje una moneda que otro tendría en exceso. Además. los
bancos deben presentar planillas quincenales con la liquidación del beneficio de
cambio que corresponde al Gobierno Nacional. o sea la diferencia entre CI tipo a
que compran las divisas a los exportadores y el tipo a que las venden a los importa-
dores. Es un impuesto cuyo costo de percepción es insignificante puesto que la
misma tarea que los hancos realizan para anotar sus operaciones les da pie para que
puedan cobrar ese impuesto y transferir su producto al Banco Central por cuenta
del Gobierno Nacional.
El Banco Central fija. asimismo. los tipos de cambio. tanto para la compra de
letras de los exportadores como para la venta a los importadores. Pero como ello
cím1porta no sólo una función monetaria sino también de política económica gene-
ral por su innluencia sobre el nivel de precios. nunca se hace una modificación de
importancia sin la previa aprobación del Ministerio de Hacienda.
Otra de las funciones importantes que tiene el Banco Central en esta materia. es
la de ejecutar todas las operaciones relativas a los convenios de pago o de compen-
sación que tiene el país: lo que quiere decir que buena parte de las operaciones del
comercio exterior han pasado de este modo por el Banco Central. desde el momen-
to en que. antes de la guerra. una pai1e apreciL1blc de nuestro comercio exterior se
hacía ya según esos convenios. Es el Banco Central quien lleva las cuentas. quien
se comunica con los bancos centrales de otros países y quien está en contacto con
los bancos de la plaza para tener el. detalle de las transacciones. Todos los asuntos
derivados de los convenios se resuelven ¡x)r el Banco Central. salvo los de carácter
muy im¡xirtante. que se consultan al Ministerio de Hacienda.
Asimismo. el Banco Central tiene la administración del Fondo de Divisas: to-
das las operaciones de compra y venta de cambios que hace en el mercado oficial o
en el mercado libre. las hace en su condición de agente del Gobierno y por cuenta
y riesgo del mismo: de manera. pues. que la liquidación final de las ganancias o
pérdidas en estas operaciones de cambio no coffesponden al Banco Central. Este
recibe las instrucciones generales del Gobierno acerca de la política a seguir y del
tipo de cambio a establecer en las operaciones del Fondo de Divisas. Por cierto
que. conociendo In índole de las operaciones de cambio. no se puede suponer que
la intervencióri del Tesoro sea continua y detallada. sino que éste se limita a dicta1
normas o disposiciones generales y el Banco Central a cumplirlas e interpretarla
con la ncces:u·ia libertad de acción para resolver los distintos casos que se presen

56
RAÜL PREBISCH
ten. Eso sí. el Banco presenta una información muy detallada al Ministerio de Ha-
cienda para que se sepa bien qué es lo que se hace y el Ministerio pueda camhiar sus
directivas si así lo juzga conveniente. Al administrar el Fondo de Divisas. el Banco
Central no sólo opera en el mercado oficial. sino también en el mercado libre de
cambios. de acuerdo con las instrucciones que él propone al Ministerio de Hacienda.
Un punto al cual el Banco dio una im1xlrtancia muy especial desde los primeros
tiempos. fue el relativo a la organización de la estadística de cambios. no sólo
como medio de infonnación. sino también como medio de control de las operacio-
nes de los bancos. de los importadores y de los exportadores. Se lleva una esta-
dística detallada de las operaciones de cada expo11ador quien tiene que informar al
Banco Central de las ventas de productos que va haciendo. de los embarques que
realiza y del cambio que entrega a los bancos de la plaza. para que en cualquier
momento se sepa cuál es su posición. qué cambio adeuda al sistema y qué cambio
ha entregado. Asimismo se lleva una estadística muy detallada de los permisos
otorgados a cada importador y de lo que ese importador va utilizando para poder
en cualquier momento conocer su posición. En esto se han usado con todo éxito las
máquinas Hollerit por su gran precisión y la posibilidad de hacer toda clase de cla-
sificaciones. muchas veces imprevistas. pero que en un momento dado son indis-
pensables. Esto en lo que concierne al mercado oficial. en lo que toca al mercado
libre. aun antes de las medidas del control del movimiento de capitales dictadas
hace pocos meses. el Banco Central procuró tener una infonnación muy precisa so-
bre todas las operaciones que se hacían en el mercado libre y conocer bien la
índole de cada una de ellas: y así. toda operación mayor de 1.000 libras esterlinas.
era objeto de observación especial del Banco Central. Cuando los bancos no decla-
raban su índole con claridad. el Banco Central implantó la práctica de llamar por
teléfono al interesado o de mandarle. según la imJXlrtancia del caso. un informante
p:m1 conversar con él y saber de qué operación se trataba. Dicha práctica. al princi-
pio. llamó la atención. pero bien pronto el mercado se acostumbró a ella. Así se fue
logrando una info1mación muy exacta y precisa sobre lo que pasaba. Establecido
posteriormente el control de la entrada de fondos. pudo recogerse en forma directa
una información detallada que en casos especiales se complementa también con
una visita a quien ha realizado la operación. Al mismo tiempo. se ha hecho recien-
temente un censo de todo el capital extranjero inve11ido en el país. con sus caracte-
rísticas. su aplicación y todos los detalles que puedan ser útiles para conocer bien
de qué se trata. y Jos servicios que ese capital ha devengado en los últimos años. El
objeto de esta información no fue solamente conocer lo que ocunfa. sino preparar
elementos de juicio por si en el futuro llega a ser necesario tomar alguna medida en
materia de servicios financieros. Con esa información se sabe qué es lo que cada
empresa o firma ha estado acostumbrada a mandar y en qué consisten esas remesas.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN'l1NA
57
Los bancos y e11ridades que operan en cambios
Expuestas así en fonna general las funciones del Banco Central y de la Oficina
de Control de Cambios. diremos ahora en pocas palabras en qué consisten las fun-
ciones de los bancos y demás instituciones autorizadas para operar en el país.
Como he dicho hace un momento. los bancos compran directamente el cambio
a los exportadores. sea al contado o a término: en esto tienen absoluta libertad de
acción. sólo que en las operaciones a término el Banco Central. consultando de
tiempo en tiempo con los bancos de la plaza. fija los márgenes que ellos han de te-
ner con respecto a las operaciones al contado. Por ellas los bancos cobran el uno
por mil de comisión. En los primeros tiempos del sistema. esta comisión llegó a ser
mucho mayor. Se fijaron en ese nivel un tanto alto porque cuando comenzó a ac-
tuar el sistema de control de cambios. los bancos estaban en una situación bastante
difícil en sus cuentas de ganancias y pérdidas y fue necesario permitirles aumentar
aquéllas y llevarlas a un nivel razonable: pero después. cuando se notó que los
otros negocios les daban buenos ingresos, se bajó la comisión a la cifra indicada.
El cambio que los bancos compran a los exportadores. lo venden a los importa-
dores. empresas financieras y demás remitentes de fondos: cobran también una co-
misión de uno por mil: y cuando en esa comisión interviene un corredor de cam-
bio. cosa que se admitió por razones que veremos en seguida. ese corredor gana
otro uno por mil. Ya dije antes que los bancos retienen la cantidad de cambio que
desean y la venden en cualquier momento al Banco Central. Este puede pedir a los
bancos ese cambio en todo tiempo: pero para darles cierta seguridad en cuanto a
esos pedidos. se creó un régimen especial de cambio "declarado" y "no declarado".
Si un banco compra libras esterlinas y declara al Banco Central que las adquiere y
no desea entregarlas hasta finalizado el plazo de la operación. puede hacerlo. pero
pagando al Banco Central una pequeña comisión. Si no declara especialmente la
compra. queda obligado a entregar las libras en cualquier momento. Medida esta
dictada en una oportunidad en que fue necesario pedir libras o dólares a los bancos.
los cuales. no habiendo previsto el pedido por haberse acostumbrado a un período
de abundancia. se vieron forzados a hacer operaciones de crédito un tanto cuantio-
sas en el exterior. Cuando un banco necesita cambio. ya sea por c<u-ecer del sufi-
ciente o por no tener esa moneda. la solicita del Banco Central. Este. cuando nota
que un banco tiene una posición en descubierto. puede cubrírsela automáticamente
sin consullarle. girándole la moneda necesaria, para evitar cualquier posición exa-
gerada.
También dije que los bancos y los corredores son los agentes del Banco Central
en el trámite de los permisos previos de cambio. Esto se hizo para evitar que el

58
RAÚL PREl!ISCH
Banco Central debiera estar en contacto con los miles y miles de importadores. a
quienes hubiera tenido que atender: en cambio. dividida la tarea entre muchos ban-
cos y muchos cotTcdores. se descentraliza: y el Banco Central sólo interviene en
los casos especiales.
Por otro lado. los bancos y los principales corredores de cambio conoccri muy
bien todas las circulares y todo el sistema y son los consejeros naturales del comer-
cio. Eso ha demostrado ser un procedimiento eficaz. ( 19)
Los bancos intervienen también en el trámite de los llamados despachos a pla-
zo. Cuando llega una mercadería pedida de acuerdo con un permiso previo de cam-
bio. el importador. antes de despacharla de la aduana. necesita ir a un banco para
comprar al contado o a término el cambio correspondiente. Una vez que el banco
pone en el documento correspondiente la constancia de que ha vendido el cambio.
pasa ese formulario por el Banco Central. quien toma nota también del cambio
vendido. después de lo cual el impo11ador puede despachar la mercadería por la
aduana. Esto se hace no sólo para llevar una constancia de las operaciones y saber
en qué posición se cst:í y vigilar el cumplimiento de las disposiciones de los impor-
tadores. sino también para verificar el tipo de cambio que corresponde a cada o~X!­
ración. Los bancos tienen una gran cantidad de planillas estadísticas que llenar en
estas operaciones y por eso también se ha sido liberal en la comisión que se les
paga. Hemos ohserYado. sobre todo en los primeros tiempos. que hacían estas tare-
as en forma bastante deficiente. tanto que en los primeros tiempos del sistema nota-
mos que algunos bancos no sabúin cúal era su ~xlsición de cambio en algunas mo-
nedas. de manera que el Banco Central tuvo que mantenerse en contacto directo
con cada banco hasta llegar a un estado de cosas satisfactorio y en el cual se produ-
jeran muy pocos errores.
No sólo los bancos intervienen como agenies de compra y venta. sino también
el Banco Central ha seguido el procedimiento de darles más y m:ís facultades para
que ellos puedan resolver directamente una cantidad de casos y evitar así la coric
ccntración de tareas en el Banco Central y dar un servicio mucho m:ís eficiente al
público. Así. por ejemplo. en las prórrogas de los permisos de cambios. en las anu-
laciones en una cantidad de casos relativos al control del movimiento de capitales.
los bancos están facultados para resolver directamente. dando cuenta al Banco
Central. y de acuerdo con las disposiciones dictadas por éste. También en los pri-
meros tiempos este sistema tuvo desde luego sus inconvenientes. pero una vez
asentada la práctica. demostró ser muy ventajoso por la descentralización del traba-
jo y por la mejor atención del público.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
59
Los corredores de cambio
Llegamos finalmente a los corredores. Antes del sistema de control de cambios.
el corredor tenía un papel eficaz en el mercado. como en todo mercado libre; pero
una vez establecido aquél. pudo haberse desbaratado toda la organización de los
corredores. Sin embargo. por la misma razón por la que no se quiso monopolizar
los cambios cercenando las tareas de los bancos. se trató de mantener con vida a
los corredores de cambios. tratando de utilizarlos en la aplicación del sistema y en
el asesoramiemo de los importadores y exportadores. En materia de exportación no
es indispensable la intervención de un c01Tedor. pues se trata de grandes negocios y
los cxp011adores están en contacto muy íntimo con los bancos; hubiese sido dema-
siado artificioso el imponer la colaboración del corredor. Si un exportador quiere
tomarlo y pagarle una comisión especial, puede hacerlo: en la mayor parte de los
casos no ocurre así. Pero en la importación sí. porque es mayor el número de im-
portadores y menor la especialización que éstos tienen en materia de cambios. De
manera, pues. que si bien la intervención del corredor no es obligatoria, se ha esta-
blecido un sistema por el cual el banco. como he dicho. cobra el uno por mil. y si
el corredor interviene. éste recibe otro uno por mil, pagado por el Fondo de Benefi-
cios de Cambio. (20)
Los e.rpor/adores
Vamos a examinar ahora en qué forma operan los exportadores e importadores.
Los exportadores. desde el punto de vista de su obligación de entregar cambio ofi-
cial al sistema. se dividen en dos grupos: los exportadores autorizados y los no au-
torizados. Los primeros lo están para embarcar su mercadería sin previa entrega de
cambio: simplemente cuando embarcan. adeudan el cambio, y el Banco Central
puede pedírselos en cualquier momento. La práctica regular es la de ir entre-
gándolo continuamente. Ha habido algunos casos. sin embargo. de exportadores
que tenían una posición muy amplia que el Banco Central les ha obligado a redu-
cir. entregando desde luego parte del cambio. Esta clasificación de exp011adores
autorizados corresponde a las casas que por su solvencia y por el volumen de sus
negocios pueden ser acreedoras de este tratamiento especial. Los pequeños expor-
tadores o los exportadores que comienzan a actuar y que no tienen todavía sufi-
ciente solidez para que se les otorgue crédito en la entrega de cambio. tienen que
entregarlo al embarcarse la mercadería: no sale el barco cargado mientras no trai-
gan un certificado de haber vendido el cambio. o de haber afianzado por un banco
su entrega. (21)

60
RAÚL PREBISCH
En todas estas disposiciones el Banco Central procede en esta forma: elabora
sus proyectos y luego llama a los principales jefes de cambio de los bancos y a los
principales representantes de los exportadores y les da el borrador para que lo estu-
dien. Una vez que recibe sus observaciones. dicta la disposición definitiva. siem-
pre. claro está. que la medida que se vaya a tomar no entrañe un secreto. Esta cola-
boración ha demostrado ser muy conveniente; por lo general las circulares del
Banco Central no suscitan ya críticas porque se ha dado tiempo a todos los intere-
sados para hacerlas por anticipado. Muchas veces hemos notado que en casos en
que creíamos estar en el buen camino. la colaboración de los demás nos demostró
errores e imprevisiones antes de emitida la circular.
En conversaciones anteriores he dicho que para la entrega de cambio se sigue
este doble procedimiento. En la mayor parte de los productos. especialmente en los
productos importantes. se establece el aforo de acuerdo con el cual el exportador
tiene que entregar el cambio. Ahora bien. para los productos de exportación menos
importante. la de los productos llamados irregulares. por ser de exportación espo-
rádica o de poca monta. el cambio tenía que entregarse de acuerdo con los precios
de plaza. en los momentos de la entrega. Antes no. porque esos productos se podían
vender en el mercado libre. Cuando se les sacó del mercado libre para pasarlos al
oficial. tuvo que seguirse el procedimiento de los precios de plaza. del cual se va
saliendo gradualmente. para pasar al de aforos: pero se ha tropezado con algunas
dificultades. especialmente en aquellos productos de calidades muy diversas. Si se
sigue el procedimiento de tomar un promedio. se da una prima al de mejor calidad
y un castigo al que la tiene inferior. Si se toma la calidad inferior se da una prima a
los de calidad superior. De manera que no hay otra solución que ir hilando cada
vez más delgado y estableciendo tipos distintos. para lo cual se cuenta con la cola-
boración de las entidades gremiales de cada producto y la intervención de inspecto-
res de mercaderías que verifican los tipos. El procedimiento está expuesto desde
luego a todo lo que pueda ocurrir en casos similares; por eso se tiende más y más a
establecer aforos. aun con el riesgo de que difieran mucho de la realidad. Pero es
preferible colocar a todos los exportadores en igualdad de condiciones. Lo peor
que puede ocurrir es que un exportador cumpla y otro no. Es preferible que todos
lo hagan aun cuando el aforo no refleje la realidad con exactitud.
Los exportadores que han vendido cambio solicitan con frecuencia la anulación
total o parcial de las operaciones. Estas anulaciones pueden ser aprobadas por los
mismos bancos que han comprado el cambio: para ello hay ya reglas fijas. Si el dólar
ha subido, se le devuelven menos dólares al importador, aplicándole el nuevo tipo, y
si ha bajado. se le devuelve igual cantidad de dólares al tipo anterior. para evitar la
maniobra en que el exportador deshaga una operación, cosa que nosotros no pode-
mos justificar a la distancia, para beneficiarse con un nuevo tipo de cambio. (22)

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
61
Este ha sido un asunto muy discutido con los exportadores. Cuando por primera
vez se propuso el sistema. todos lo objetaron. pero se les dijo: muy bien. pro-
pónganos ustedes un régimen mejor. Y por más que trataron de imaginarlo. no se
pudo dar con uno que deje a salvo al Banco Central de maniobras de mala fe. Aho-
ra se aplica bastante bien; y en la práctica no se ha suscitado ninguna dificultad.
Los importadores
Veamos ahora lo que concierne a los importadores. quienes tienen que pedir su
permiso previo por intermedio de los bancos o corredores. Fue necesario. ante
todo. fijar una duración determinada al permiso previo de cambios. que es la de
180 días. salvo casos especiales. Una indusllia que, por ejemplo. necesita maquina-
ria, cuya construcción dura de uno a dos años, obtiene el plazo necesario: pero por
regla general el permiso dura 180 días. Y fue necesario establecer ese plazo para
no tener una masa indefinida de compromisos de cambios; de lo contra1io el Banco
Central nunca hubiese conocido sus necesidades reales para los próximos meses;
porque la cantidad de permisos pendientes se habría podido ejecutar en cualquier
época. Por cierto que el procedimiento fue bastante flexible: cuando un importador
no puede cumplir con su permiso en el plazo necesario. siempre se le otorga
prórroga. especialmente con motivo de la guerra, razón ésta por la cual el régimen
ha tenido que volverse aún más elástico.
También nos encontramos alguna vez con esta situación incómoda en lo que
respecta al monto de los permisos. Para muchos artículos no había limitación para
otorgar permisos y se daba al importador cualquier cantidad de cambio que solici-
taba, especialmente cuando se trataba de importaciones con países con convenios.
como la Gran Bretaña. Como al importador no le costaba nada tener el doble o el
triple del monto que necesitaba, pedía cantidades mucho mayores. Y así pudimos
observar que cuando se hizo necesario imponer restricciones a un artículo que no
las había tenido anteriormente, nos encontramos con que había una gran masa de
permisos pendientes que correspondían a un año o un año y medio de importacio-
nes. de tal modo que. al establecer la restiicción, hubiésemos tenido que esperar un
año y medio para lograr sus efectos. Tanto que en ese momento comprobamos que.
por lo general. se pedía el 40 por ciento más de cambio del que realmente se usaba.
Fue necesario dictar una disposición para obligar al imp011ador a usar. por lo me-
nos. el 90 por ciento del cambio solicitado; por la pru1e que dejaba sin utilizru·. te-
nía que pagm· un recm·go de 10 por ciento. Fue un procedimiento un poco duro.
pero no se encontró otro para poner en orden el sistema; y dio buen resultado por-
que desde ese momento el importador se acostumbró a pedir sólo lo necesario. Con

62
RAÚL PREBISCH
motivo de Ja gueITa. desde luego. tuvo también que interpretarse con mucha elasti-
cidad esa disposición. puesto que no dependía ya del importador el que pudiese
traer el artículo que necesitaba. (23)
Esto no sólo obedeció a la razón que acabo de explicar. sino también a la nece-
sidad de que en los convenios de cambio el importador se ajustase estrictamente a
lo solicitado: de lo contrario, podría ocurrir el caso de un importador que ha pedido
cambio oficial para traer. digamos. un artículo de la Gran Bretaña. y en lugar de
pagar por el mercado oficial. compraba en el mercado libre dando dólares libres al
importador británico a quien podría convenir recibir en una menor cantidad dólares
libres y no una mayor cantidad en libras: de manera que ese control de la utiliza-
ción de permisos ha venido a implantarse por distintas razones. Todo eso. como us-
tedes comprenderán. origina un trabajo administrativo. porque cada caso tiene que
ser seguido muy de cerca. Al principio fue motivo de complicaciones. pero todo se
simplificó cuando se logró organizar el sistema metódicamente.
El punto más delicado en materia de importación es el que tocamos incidental-
mente en la última conversación: el valor de la mercadería. Se estableció el régi-
men de la visación consular de las facturas. Hay sin duda posibilidades de evasio-
nes tanto mayores cuanto mayor es la diferencia entre los tipos de los mercados
oficial y libre. No puedo decir que el sistema haya sido absolutamente satisfacto-
rio: si bien es cierto que no se han conocido casos de filtraciones importantes. debe
admitirse la posibilidad de que haya podido haber ventas en pequeñas cantidades
en el mercado libre. Corno dije en la conversación anterior. alguna vez se había
pensado en la posibilidad de establecer aforos de importación. dando para cada
unidad de mercadería una determinada cantidad de cambio y obligando a comprar
el resto en el mercado libre. Se descai1ó esa medida porque la diferencia entre el
tipo vendedor más alto del mercado oficial y el del mercado libre se redujo. y no
fue indispensable aplicar esas medidas: pero en caso de tener que acudir nueva-
mente al sistema. tendrá que buscarse una solución de esta naturaleza. sin pe1:juicio
de otras formas. como la colaboración de los gremios interesados, la publicidad.
las declaraciones. etc .. teniendo en cuenta que lo fundamental es poner a todos los
importadores en igualdad de condiciones. Ello es más importante que evitar la fil-
tración ele cambio. porque si todos tienen la misma oportunidad de vender
lícitamente diferencias de cambio en el mercado libre en virtud de la fijación de un
aforo. la competencia regula naturalmente la situación de todos ellos.
Las aduanas
Es natural que. al introducirse las mercaderías. las aduanas tengan que observar
meticulosamente el cumplimiento de las disposiciones y la aplicación del tipo ele

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
63
cambio que corresponde a cada importación. lo cual consta en el permiso de cam-
bio. que tienen que exhibir los importadores junto con los demás documentos adua-
neros. Estas funciones estaban a cargo de personal de la Oficina de Control de
Cambios destacado en la Aduana de Buenos Aires (por donde entra la mayor parte
de las mercaderías) y en la de Rosario; en el resto de las aduanas del país (que re-
presentan el 10 por ciento de la importación como máximo). sus empleados actua-
ban directamente. Cuando se disolvió en 1941 la Oficina de Control de Cambios y
las funciones que ésta tenía. con el personal correspondiente. pasaron a la aduana.
se notó al poco tiempo la inconveniencia de la medida. porque ese personal. ajeno
a los trámites y a la modalidad de la tarea aduanera. no era suficientemente contro-
lado o bien dirigido por las aduanas. de manera que se pensó en volver ese perso-
nal. o al Banco Central o al Ministerio de Hacienda. para tener un más eficaz con-
trol de sus tareas.
La Dirección de Réditos
Finalmente. con motivo de esa reorganización. los inspectores que antes traba-
jaban directamente en la Oficina de Control de Cambios para examinar los libros
de los exportadores o imp011adores y averiguar el cumplimiento de las disposicio-
nes. cosa que se hacía cuando había alguna denuncia o alguna sospecha. pasaron a
la Dirección General del Impuesto de Réditos. lo cual ha sido muy conveniente.
pues como esa Dirección manda constantemente inspectores a las casas de exporta-
ción e importación. a la par que determinan las utilidades materia del impuesto.
controlan la aplicación de las disposiciones de cambio. Así. por ejemplo. hace al-
gunos años. se hizo una de las inspecciones más importantes a los exportadores.
gracias a la cual se les hizo entregar cuatro millones y medio de libras de cambio
que no habían entregado. por haberlas declarado a un precio inferior al que corres-
pondía al producto. Por eso. a raíz de esta comprobación se estableció el sistema de
aforos. Antes se declaraba el valor.
'
Es la misma inspección de réditos la que levanta los sumarios. aplica las mul-
tas. etcétera.
Orga11iwci611 de la Oficina de Control de Cambios
Finalmente diré algunas palabras con respecto a la organización de la Oficina
de Control de Cambios. Esta fue una oficina que. como ustedes recordarán por mi
explicación anterior. se tuvo que improvisar en los primeros tiempos y siempre

64
RAÚL PREBISCH
hubo acerca de ella el concepto de que era una oficina transitoria destinada a de-
saparecer muy pronto. De modo que. en los primeros años. tuvo más bien una vida
precaria. que no contribuyó precisamente a su buena organización, sino a dejar las
cosas en ese tcffcno de improvisación en que tuvo que funcionar al principio. Ade-
más. h<1bía fallas de personal: la Oficina se constituyó con el personal administrati-
vo común del Ministerio de Hacienda. cuy<1s normas de selección no son todo lo
estrictas que requiere un personal especializado en una función de cambios. Ad~­
más. no fue un personal muy numeroso porque se creyó que la t:u-ca era mucho
más simple de lo que resultó en realidad. Esa falla se notó pronto, cum1do creció en
tal forma el trabajo. que la oficina empezó a tener una marcha deficiente y dar. por
tanto. una defectuosa atención al público.
Al mismo tiempo. como el control de cambios se estableció sin un plan sujeto <1
una tranquila meditación. sino que fue el resultado de una decisión tomada bajo la
presión de circunstancias muy serias. no se hizo un examen rcpos<1do de toda la es-
tructura de b importación argentina, de la clasifirnción de los distintos productos.
de lo que cada producto representaba dentro de la economía nacional. la aplicación
que tenía. el significado para cada una de las industrias. los requerimientos de éstas:
en fin. ese estudio que debió tenerse antes. se fue elaborando con el and<1r del tiem-
po. Hoy se conoce perfectamente ese problema. "pero fue necesario mucho
tiempo. De allí que buena parte de las regulaciones primitivas que se aplicaron
fueran resoluciones tomadas sobre el papel. resultado del sentido más o menos
bueno de quien las proyectaba: pero no se basaban en el conocimiento de una reali-
dad muy compleja que no siempre se manifiesta en cifras. Esa fue una de las fallas
fundamentales de los primeros tiempos.
Además. la oficina carecía de un órgano eficiente de infonnación que le permi-
tiese ver en seguida de aplicada una disposición cuáles habían sido las imprevisio-
nes o cuáles los puntos en que la experiencia inmediata aconsejaba modificar el
criterio o reajustar la disposición. ya que es absolutamente imposible dictar dispo-
siciones perfectas. La oficina carecía de ese medio de infonnación. fue desarro-
llándose poco a poco con la colaboración del Banco Central. Otra de las fallas fue
el espíritu de inercia al cual también me he referido. Cada disposición del control
de cambios. cada modificación de una disposición, origina un trabajo tal que el
personal trata en lo posible de evitar esas modificaciones. De manera. pues. que
ese elemento de inercia impide moverse con la misma rapidez con que se mueve y
transforma la realidad. A veces los hechos que motivaban una resolución cambia-
ban. pero la resolución quedaba en vigor por algún tiempo. Esto se pudo observar
especialmente en los primeros tiempos de la guerra. Había razones imperiosas para
tratar de que b mayor parte de las impmtaciones de ciertos productos esenciales se
hicieran en la Gran Bretaña; por ejemplo. las de hojalata. Podíamos comprarla en

EL C'O~TROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
65
la Gran Bretaña y en Estados Unidos, pero como había que usar libras bloqueadas,
las disposiciones de control de cambios inclinaron las compras hacia la Gran Breta-
ña. Esta. no cumplía con los compromisos contraídos por causas de fuerza mayor,
y el control de cambios se movió con mucha lentitud para modificar las disposicio-
nes y dar permisos para Estados Unidos. Se discurrió, finalmente. dar permisos do-
bles; al que pedía para Estados Unidos se le obligaba a traer también de la Gran
Bretaña para reforz¡¡r las existencias en caso de lograrse las merrnderías en ambos
mercados. Se llegó a eso después de perder mucho tiempo debido a la falta de elas-
ticidad del sistema.
Además, había cierta lentitud en el trámite de los asuntos. A veces. cuando se
presentaba un problema nuevo. se quería agotar el estudio. y para esto se recogía
toda suerte de estadísticas y se profundizaba el examen, de modo que cuando llega-
ba el momento de una resolución. era tardía. Todas esas deficiencias las fue ano-
. tando el Banco Central y en conversaciones con el Ministerio de Hacienda se llegó a
la conclusión de que era necesm"io modificar radicalmente el sistema, y por esa ra-
zón principal, en 194 l, se incorporó la oficina al Bm1co. Este no había querido in-
corporarla hasta ese momento por dos razones: primero. porque también creía que
el control de cambios era un mecanismo transitorio destinado a des¡¡parecer; y. en
segundo lugar. porque h¡¡bía estado en plena organización y no consideraba conve-
niente recargarse con un nuevo trabajo má~. Al ser transferida, se pudo nombrar
más personal. de mejor calidad. establecer un buen régimen de sueldos. Comproba-
mos que con el que tenía la OficÍim de Control de Cambios era imposible una mar-
cha eficiente. Las tareas quedaron mejor distribuidas. estableciendo claramente lo
que era trámite y control, y, sobre todo. se organizó un mecanismo de estudio. de
observación y de información. independiente de la tarea ejecutiva. porque compro-
bamos que el funcionario que está ejecutando las normas de un sistema, por lo mis-
mo que es un hombre responsable y concentra todo su tiempo en ello, no tiene
tiempo para pensar en iqs aspectos generales y en los problemas nuevos que van
presentándose continuamente. Llegamos. pues. a la conclusión de que si no se cre-
¡¡ba un 11úcleo independiente de los funcionarios que tenían la tarea ejecutiva, la
mezcla de las dos tarc¡¡s conducía fatalmente a la inelasticidad. o a la falta de previ-
sión. o a la falta de imaginación de quienes tienen el sistema en sus manos: cosa
esencial para ir aprovechando las enseñanzas de la realidad y sacando las conclu-
siones de los hechos conforme se presentan.
En cuanto a la atención del público. se estableció un sistema sumamente senci-
llo. En lugar de tener contacto directo con él. se estableció un formulario. en el
cual cada uno de los interesados declaraba el motivo de su reclamación o de su
queja. porque se observó que gran pmte de la gente que iba allí. lo hacía con desco-
nocimiento de las citculares y resoluciones de control de cambios. Parece éste un

66
RAÚL PREBISCH
detalle sin importancia, pero la tiene en realidad, porque ese formulario escrito per-
mite que la vigilancia de la resolución de los asuntos o del asesoramiento que el
personal presta al público, puede ejercitarse también desde arriba y puedan los de
arriba saber qué resultado van dando las disposiciones en el público para poder to-
mar las medidas necesarias. Para mantener informado al público se expedían circu-
lares en donde se exponía la forma en que se resolvían los asuntos y especialmente
se llamaba la atención sobre todos los casos de excepción o de interpretación espe-
cial. para que todos los que estuviesen en iguales condiciones pudieran solicitar el
mismo tratamiento.
En cuanto al conocimiento de la realidad, se organizó, mediante el personal de
la Oficina de Investigaciones Económicas del Banco, el contacto con la industria y
el comercio. Unas treinta personas se dedicaron continuamente a visitar estableci-
mientos comerciales e industriales; a recoger informaciones sobre su marcha; a co-
nocer y comprender sus problemas. de tal modo que al cabo de un cierto tiempo el
Banco logró tener una información muy precisa sobre los hechos importantes que
iban ocuITiendo y logró también acostumbrar a la gente del comercio y la industria
a presentar directamente sus problemas cuando podían ser de algún interés para el
Banco Central.
Toda la experiencia que se recogió en la atención de los asuntos de cambio, ha
sido aprovechada para dar los certificados de necesidad requeridos para la importa-
ción de Estados Unidos, ya que el trámite es exactamente igual, sólo que en lugar
de escasez de cambio, hay escasez, o de barcos o de exportaciones. Así es que el
Banco Central tuvo que colaborar con el Gobierno en la elaboración de un plan de
distribución de bodegas de la capacidad de los barcos disponibles, similar al plan
de distribución de permisos de cambio que antes se tenía. El Banco, no obstante
que desde el punto de vista administrativo hubiese deseado eludir una tarea de esta
naturaleza. la aceptó de buen grado. Sin embargo, convencido no solamente de que
disponía de la organización eficiente para hacerlo. lo cual no era, desde luego. la
razón fundamental porque otros también pudieron haberla formado, sino también
porque estábamos convencidos de que en la postgueITa sería difícil prescindir del
control de cambios. ya no en la forma en que se había aplicado sino alguna otra de
control de importaciones. El Banco Central no está dispuesto a perder ese instru-
mento tan fundamental de la política monetaria. Desde luego que al hablar de ins-
trumento en manos del Banco Central. no quiere significar que éste tenga faculta-
des para tomar decisiones de política económica; aludo simplemente a su manejo
dentro de las disposiciones dictadas por el Gobierno y en cuya elaboración el Ban-
co Central. por tener el asunto en sus manos, ejerce una inte1vención importante.
Finalmente. recogiendo la mala experiencia que en materia de inercia, falta de
elasticidad y lentitud, había tenido la Oficina de Control de Cambios. además de la

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
67
nueva organización implantada dentro del Departamento de Cambios del Banco
Central, se estableció. en la propia Gerencia del Banco. un sencillo mecanismo de
control. con funcionarios superiores. para vigilar el trámite de todos los pennisos y
sobre todo para seguir la política del control de cambios y evitar la arbitrariedad
que con tanta frecuencia habíamos comprobado en la resolución de ciertos asuntos.
Dado el enorme número de problemas y la multiplicidad de los casos. es indispen-
sable dejar la solución de gran parte de ellos al personal inferior. Pero no es posihle
dar a éste grandes facultades. gran discreción en cuanto a las decisiones. porque
todo el sistema se desatircularía. El Banco trató de remediar. tanto en el control de
cambios como en el otorgamiento de pennisos de necesidad. las consecuencias per-
judiciales que para el comercio tenían las resoluciones negativas: generalmente ese
personal inferior a cuyo cargo está la decisión de muchos asuntos. opta. en caso de
duda, por resolver negativamente, ya sea porque no quiere carga de responsabilida-
des. o sencillamente porque adquiere él mismo una noción exagerada de su impor-
tancia al decir que no, sobre todo cuando la gestión corresponde a asuntos de cierta
magnitud. Llegamos así a esta conclusión: que el control de los casos resueltos
afirmativamente. era bastante sencillo, pero no así el de los casos resueltos negati-
vamente. Entonces se establece este sistema: cuando se resolvía afirmativamente
un asunto. su verificación se hacía dentro del propio departamento por los órganos
del control que se había establecido: pero cuando se resolvía negativamente (cuan-
do se negaba un permiso de cambio. un certificado de necesidad o una soli~itud
para entrada de capitales). el asunto tenía que ir al jefe de Sección: si éste volvía a
decir que no. tenía que ir al jefe de Departamento: si éste insistía en el no. tenía
que ir al subgerente adscripto que vigilaba la aplicación del sistema, y si el sub-
gerente adscripto también negaba, el asunto pasaba a la Gerencia General. que
otorgaba el visto bueno definitivo. En casos muy contados quedaba, sin embargo, la
apelación al Ministerio de Hacienda. En esa forma se logró evitar una gran cantidad
de reclamaciones e introducir un elemento de gran elasticidad en las disposiciones.
Asimismo. se establecieron controles administrativos de la duración de los
asuntos. estableciendo plazos perentorios para su resolución. Se empezaron a hacer
y se prosiguieron reuniones semanales entre los que estudiaban los casos especia-
les planteados por industriales o importadores. Dichas reuniones resultaron tam-
bién muy útiles pam la buena marcha del sistema y así se llegó a perfeccionar la or-
ganización. Pero muy poco tiempo después, cuando se suprimió el penniso previo.
dejó de ser necesaria en materia de cambios: pero inmediatamente después tuvimos
que utilizar la misma organización para otorgar certificados de necesidad. Se trata-
ba ahora de una organización en marcha que había adquirido un alto grado de efi-
ciencia y a la cual seguramente habrá que recurrir en el futuro. (24)
Para concluir con la exposición del tema del control de cambios me faltan tratar

68
RAÚL PREBISCH
dos temas: lo que para mí sería el sistema ideal del control y las relaciones de éste
con los planes de estabilización monetaria internacional: pero como juzgo que un
entendimiento cabal de ellos requiere un examen de la política monetaria argenti-
na. explicaré ésta antes.
Febrero 7. 1944.
(1)
Sr. Gómez: ¿Me perdona?
Sr. Prebisch: Sí. señor.
Sr. Gómez: ¿Cu;íl fue la política de crédito que siguió el Gobierno: expansión o contracción
de crédito?
Sr. Prebisch: El Gobierno quiso poner en equilibrio su presupuesto. cosa que se consiguió
gradualmente desde el 31 al 34, en que se llega a él. Los bancos se vieron forzados a restrin-
gir el crédito por la disminución de sus efectivos.
Sr. Gómez: ¿No había Banco Central?
Sr. Prebisch: No lo había. y todos temían el redescuento. Quienes lo piden son los bancos
que, como dije en la exposición anterior, encontrándose en muy malas condiciones. se ven
forzados por las circunstancias a acudir a él.
Sr. Gómez: ¿Simu)t¡Íneamentc a esas medidas hubo contracción de crédito'!
Sr. Prebisch: Hubo contracción de crédito.
(2)
Sr. Prebisch: ¿Decía algo. señor Gómez?
Sr. Gómez: Deseaba saber si la selección de las importaciones por países era un arma de co-
mercio exterior que usaba Argentina.
Sr. Prebisch: Yo diría, 1rnís bien, que fue un arma de comercio exterior que usaron primera-
mente contra nosotros. pues nos pusieron en una situación en que no teníamos otra salida
que la de concertar convenios de pago. No ha sido el resultado de una libre opción, sino de
las circunstancias que nos obligaron a entrar por ese camino. como vamos a ver en seguida.
(3)
Sr. Gómez: ¿Incluidos los adeudos por los saldos anteriores?
Sr. t>rebisch: Sí. señor. Los anteriores no podían liquidarse en ninguna forma: habían que-
dado allí congelados. Pero además de los anteriores, se acumulaban Jos otros; tanto que a fi-
nes de 1933, un cálculo un tanto grueso nos !levó a la conclusión de que los adeudos anterio-
res. más los nuevos, representaban una sum<Í de cerca de 500 millones de pesos.
Sr. Villaseñor: ¿De pesos?
Sr. Prebisch: De pesos. Es decir que no solamente habíamos vaciado buena parte de nues-
tras tenencias de oro. reduciéndolas de 1.100 millones en 1926 a 500 y pico en el momento

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
69
de la fundación del Banco Central. sino que también habíamos acumulado esos otros 500
millones de adeudos.
14)
Sr. Villaseñor: ¿Cuáles fueron esos tipos de cambio que se establecieron?
Sr. Prebisch: Los siguientes: para la compra de cambio a los exportadores el de 15 pesos
por libra esterlina. En el mercado oficial anterior el cambio había estado a 1:2,85. Se pasó a
15. Ahora vamos a ver la existencia de otros tipos.
Sr. Villaseñor: ¿Cuál había sido el tipo de cambio que resultó bajo?
Sr. Prebisch: El de 1:2,85.
Sr. Villaseñor: ¿El anterior?
Sr. Prebisclt: Sí; pero conste que ese tipo de 15 es para la exportación; ya veremos después
qué tipos se fijaron para las otras transacciones. En cuanto a la demanda de cambios en el
mercado oficial. solamente podía hacerse para las importaciones con permiso previo y para
los servicios financieros a países con convenio. Las remesas de particulares y otras remesas
por comisiones, emigración de capital, tenían que hacerse por el mercado libre.
Sr. Villaseñor: ¿A cómo fijó el mercado libre la compra.de ese tipo de cambio?
Sr. Prebisclt: Variablemente. Se comenzó con un tipo que llegó en un momento dado hasta
11 pesos por libra.
(51
Sr. Villaseñor: ¿A dónde iba ese beneficio?
Sr. Prebisclt: El margen de cambios se creó con el objeto de poder indemnizar al Estado de
las pérdidas que hiciera en la venta de granos al exterior a un precio inferior al costo; ese fue
el objeto primitivo del margen de cambios, y recalco la expresión primitivo, porque también
la buena suerte ayudó al país en materia de granos. Si al principio se incurrió en pérdidas al
vender el trigo que se había comprado a precios mucho más bajos en el mercado internacio-
nal, poco después hubo malas cosechas en Estados Unidos, subió el precio de los granos y la
Junta pudo vender los suyos en condiciones muy favorables; y como el dinero en manos del
Estado siempre encuentra aplicación fácil. ese margen de cambios, ese beneficio de cam-
bios. fue a alimentar las arcas fiscales. El Tesoro tomó dinero de allí. entregando letras o
títulos. Hoy día existe aún una gran existencia de títulos en la cuenta de margen de cambios,
pero el dinero ha sido usado como el producto de cualquier impuesto.
(6)
Sr. Villaseñor: ¿No se daba el caso de que el exportador dejara sus saldos en el extranjero,
a su disposición?
Sr. Prebisch: El exportador tenía que entregar el cambio a medida que se hacían las expor-
taciones. Había cierta elasticidad, pero en cualquier momento la Oficina de Control podía
reclamar al exportador la entrega del cambio.
Sr. Villaseñor: ¿Quiere decir que no había evasión en el sentido de que alguien exportara
granos a alguna firma de Nueva York y los dólares dejaran de entrar?
Sr. Prebisclt: No sefior. Se procedió en esta doble forma. como lo voy a explicar después al
ver los aspectos técnicos. Se abrió un registro y los exportadores quedaron divididos en dos
grupos. Los exportadores autorizados a exportar con la mera declaración, eran las casas se-

70
RAÚL PREBISCH
rias. y los exportadores pequeños. o poco conocidos. y sin mayor responsabilidad. que te-
nían que garantizar mediante la inteIVención del Banco, la entrega de cambio. Pero era muy
fácil seguirlos por cuanto se puede vigilar muy bien la exportación física, que multiplicada
por el aforo, daba la deuda de cambio de todos los exportadores. Y así se llevaba para cada
firma un registro con el cambio que iba produciendo y el cambio que iba entregando. A ve-
ces se notó que algunas firmas lo demoraban mucho y se les obligó a entregarlo.
(7)
Sr. Villaseñor: ¿Estos títulos en moneda extranjera devengaban intereses?
Sr. Prebisch: Devengaban intereses, como el resto de los títulos de la deuda pública. Los
entregamos a tenedores británicos y daban un 4 por ciento. Son títulos que se cotizan en la
Bolsa de Londres y que desgraciadamente no los podemos repatriar ahora porque no nos re-
servamos la cláusula de rescate.
Lic. Martínez Ostos: ¿Esos títulos que se les dieron en pago a las operaciones bloqueadas
ya estaban en circulación'!
Sr. Prebisch: No. Se emitieron títulos nuevos.
Lic. Martínez Ostos: ¿Fueron empréstitos especiales?
Sr. Prebisch: Fueron empréstitos especiales. Se tomaron los fondos en pesos acumulados
en los bancos, esos fondos se transfirieron al Gobierno, el Gobierno entregó los títulos.
lng. Luna: Querría saber qué proporción representa respecto del total de cambio extranjero
que viene a Argentina, el del comercio con los países limítrofes, más la entrada de capital.
para tener una idea de la fortaleza del mercado libre frente al mercado oficial.
Sr. Prebisch: En aquellos años iniciales nuestras estadísticas no nos permite·n satisfacer su
pregunta. El mercado libre en aquellos tiempos representaba aproximadamente el :20 por
ciento o el :25 por ciento del conjunto de transacciones; pero hubo épocas en que adquirió
una importancia muy gra)1de: justamente en los años 1936 y 1937 que entra mucho capital.
el mercado libre se desarrolla.
Sr. Gómez: ¿A los países limítrofes no se les impuso el control de cambios por circunstan-
cias de control nacional, o porque se trataba de exportaciones?
Sr. Prebisch: Por las dos razones. Adenuís, porque se quería facilitar el comercio realizando
los pagos en pesos. aunque después también se abandonó el sistema, por iniciativa del Bra-
sil, que por el año 40 nos pidió hacer todas sus transacciones a través del mercado oficial.
Nosotros le dijimos sinceramente que se iba a perjudicar. porque pudiendo Brasil pagar el
trigo argentino por el mercado libre, le costaba menos dólares que lo que le costó después
por el mercado oficial. Situación que manteníamos nosotros precisamente porque queríamos
afianzarnos en el mercado de Brasil. Pero el interés de éste estaba en vender sus tejidos en
igualdad de condiciones competitivas con los británicos, y nosotros no tuvimos ningún in-
conveniente en ceder.
Sr. Gómez: ¿Nada más con Brasil?
Sr. Prebisch: Sólo con Brasil. Ultimamentc se tuvo la idea de reintegrar todas las importa-
ciones y exportaciones de los países limítrofes al mercado oficial porque habían desapareci-
do las razones de estímulo económico que aconsejaban darles el cambio libre, y si bien las
complicaciones administrativas iban a exigir un poco más de trabajo. como había mayor ex-
periencia y organización, las consideraciones que se tuvo en aquel momento inicial para de-
jarlas fuera ya habían desaparecido en buena parte.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
71
Sr. Urquidi: ¿Considera usted que la caída de la libra o la fuga de capitales fue lo que preci-
pitó la implantación del control de cambios'?
Sr. Prebisch: La caída de la libra aceleró en la Argentina la fuga de capitales. Materialmen-
te la caída de la librn no tenía por qué llevarnos al control de cambios. Fueron las conse-
cuencias psicológicas las que hicieron pensar a mucha gente que si la libra caía en semejan-
tes proporciones. el peso estaba destinado a caer con mucha más facilidad. Eso precipitó la
fuga de capitales.
Sr. Urquidi: ¿Y cómo se explica la sobrevaloración del peso argentino, es decir. el tipo de
cambio demasiado bajo del dólar'?
Sr. Prebisch: Porque cuando se estableció el control de cambios había un determinado tipo
que estaba en un proceso de depreciación, la línea iba descendiendo y se detuvo artificialmente
el descenso en un punto, mientras que los factores desfavorables del balance de pagos seguían
operando. De no haberse detenido artificialmente, la depreciación hubiese continuado.
Sr. Urquidi: Pero se restablece el equilibrio.
Sr. Prebisch: Sí. pero continúan todas las consecuencias psicológicas de la depreciación.
Lo que más se temía era precisamente que continuasen las variaciones diarias del cambio y
todos los trastornos psicológicos. Además, en ese momento se quería contener la deprecia-
ción por considerar que ya se había llegado a un límite bastante exagerado, es decir, muy
alto en el valor del dólar. Después las circunstancias demostraron que podía irse y que debía
irse a un límite más bajo aún para amortiguar la repercusión de la baja de los precios de los
productos agropecuarios.
Sr. Gómez: Es evidente que aun con el control de cambios no se puede establecer un tipo de
cambio por encima de lo que las condiciones económicas exijan.
Sr. Prebisch: Salvo racionando el cambio mediante un sistema muy severo, con todos los
peligros de la bolsa negra. Los acontecimientos posteriores nos demostraron la posibilidad
de mantener cierta estabilidad en el mercado oficial. dejando el mercado libre.
Sr. Gómez: Pero no muy lejos.
Sr. Prebisch: No muy lejos. Como explicaba en la otra conversación, si bien el mercado li-
bre es un mercado pequeño. que no representa las transacciones fundamentales del país, se
considera en el exterior el valor de la moneda argentina por la cotización del mercado libre.
Es algo que está tan grabado en el ánimo de las gentes, tan difícil de deshacer es ese senti-
miento que cuando dejamos caer el mercado libre en la segunda mitad de 1937, después de
haberlo tenido a 16, yendo rápidamente a cerca de 20, produjo una conmoción psicológica
muy desagradable en Argentina. no obstante que el mercado oficial mantenía sus tipos. Esa
experiencia también nos ha servido para llegar a ciertas conclusiones acervas del mercado li-
bre, puesto que en éste hay dos clases de operaciones: las remesas regulares de servicios fi.
nancieros que requieren estabilidad y aquellas otras operaciones como emigración de capita-
les, etc .. que pueden sufrir las fluctuaciones del mercado libre. Tal vez haya que llegar a una
división. Esas son las reflexiones que veremos al tenninar las conversaciones.
Sr. Urquidi: Creo haber entendido que la depreciación tuvo el efecto de elevar el nivel de
precios, es decir. la depreciación dio lugar a que subieran los precios internos. Desearía sa-
ber si esa alza no obedeció más bien a la política fiscal interna: gastos en obras públicas,
compras de granos, etcétera.
Sr. Prebisch: A las dos cosas. porque al fijarse el precio de los granos, simultáneamente
con la depreciación monetaria, se tuvo en cuenta el precio anterior más el incremento que
correspondía a la depreciación. El trigo estaba, digamos, para tomar cualquier cifra. a $ 4,

72
RAúL PREBISCH
cuando el cambio se había fijado artificialmente. Se desplaza el cambio. se aprecia Ja libra
en un 20 por ciento y los $ 4 que valía el trigo aumentan en un 20 por ciento. El nuevo pre-
cio fue el mínimo que fijó el Gobierno. Era el precio anterior del mercado más el incremen-
to correspondiente a la depreciación. Para evitar que la depreciación afectara los precios in-
ternacionales del grano. se estableció el sistema de la Junta Reguladora de Granos.
Sr. Gómez: Ahora una pregunta de cambios. Cuando en 1933. la libra esterlina estaba. no
recuerdo bien, a 3.60 dólares la libra, cuando Roosevelt devaluó el dólar. la libra esterlina
subió en términos de dólar. ¿ustedes pudieron mantener su paridad frente a la libra?
Sr. Prebisch: Aquí está una gráfica: justamente nos va a ilustrar sobre el problema. Fue a
comienzos del 33. ¿No es asf? En marzo del 33. En ese momento cae el dólar y mantuvimos
la libra.
Sr. Gómez: ¿Posteriormente no se pudo mantener esta situación?
Sr. Prebisch: Sí, la mantuvimos.
(8)
Sr. Gómez: ¿La reserva absorbe la diferencia?
Sr. Prebisch: Así es.
(9)
Sr. Gómez: ¿Pero era obligatorio que importaran?
Sr. Prebisch: Era obligatorio: pero. en realidad, no podía destinar los dólares a otra cosa. ya
que el tipo fijado a las licitaciones era alrededor de 4,94. entre 4,92 y 4.96: tipo que resulta-
ba muy superior al del mercado libre y al tipo vendedor de cambio. Para las otras importa-
ciones a nadie le convenía comprar caro este cambio para dedicarlo a importaciones o servi-
cios financieros 1rnís baratos.
(10)
Sr. Gómez: Quería hacer una pregunta más. ¿En 1938 se fijó. sin depreciar, el tipo de cam-
bio oficial?
Sr. Prebisch: No se pensó en depreciar por esta razón: porque las modificaciones del tipo
no solamente renían en cuenta la situación del balance de pagos. sino también el nivel de los
precios internacionales.
Sr. Gómez: ¿No había tenido el efecto de elevar los precios de los artículos que Argentina
exporta?
Sr. Prebisch: No era necesario en este momento. Si bien habían bajado los precios agrope-
cuarios, considerábamos que el producto podía absorber fácilmente esta baja. No creemos
que sea conveniente fijar un nivel de precios demasiado rígido sino dar cierta posibilidad de
oscilación. mover el tipo de exportación sólo cuando la baja de precios internacionales sea
tan severa que afecte los costos. Pero por lo general hemos considerado conveniente manre-
ner el tipo de exportación. Tanto es así que este tipo de exportación se mantiene casi inalte-
rado desde 1933. cuando se fijó en 15 por libra: y luego. cuando sobrevino la guerra, se re-
bajó a 13.50. que es algo superior en dólares.
Sr. Gómez: ¿Qué proporción de la exportación argentina se vendía por entonces en el mer-
cado oficial?
Sr. Prebisch: En 1938 se vendería en el mercado oficial alrededor de un 85 por ciento; pero

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
73
con la guerra y el desarrollo de las exportaciones de gran cantidad de productos nuevos y
productos industriales principalmente, la proporción es mayor. En este momento la exporta-
ción no regular debe llegar a un 30 por ciento.
(11)
Lic. Cosío: ¿Qué medio de control tendría el Banco Central para saber si los bancos autori-
zados para operar en cambios respetan esta medida?
Sr. Prebisch: Tenemos, en ese sentido. una gran confianza en los bancos porque con ellos
ya se ha desarrollado un sistema de trabajo tal, que todas las operaciones que hacen son de-
claradas día por día y las inspecciones que frecuentemente practica el Banco Central versan
también sobre la forma en que han cumplido las reglamentaciones de cambios. No sólo eso,
sino que la cooperación de los bancos con el Banco Central se ha vuelto tan estrecha que.
con motivo de estas medidas. aquél los autorizó a despachar directamente gran parte de las
operaciones. Para ello envió una circular que los faculta a resolver todos los casos de reme-
sas de fondos a la República Argentina por los mil conceptos a que esas remesas pueden
obedecer. excepto los casos típicos de inversión de capital. A fin de que los bancos tuvieran
alguna guía para proceder. se les envió una nómina de las operaciones más frecuentes de re-
mesas de fondos a la República Argentina. Por ejemplo: utilización de fondos enviados des-
de el exterior en moneda extranjera para operaciones expresamente en los puntos tales y
cuales. Solamente en los casos típicos de inversión de fondos en el país, no ya de pagos de
comisiones. seguros o lo que fuere, tenían que consultar al Banco Central previo depósito
del equivalente de la operación en las cuentas de éste.
(12)
Lic. Cosío: No nos dijo usted nada, en este último punto, de si se presentaron algunos casos
de salida de capital. y quisiéramos tener alguna idea respecto a cómo pensaba el Banco Cen-
tral manejar este movimiento. no de entrada, sino de salida. No sé si la misma situación po-
lítica a que usted alude y que tuvo como resultado no traer más capitales. no provocaba por lo
menos. alguna salida de ellos. Y en este caso. ¿cómo manejó la situación el Banco Central'!
Sr. Prebisch: Hubo muy escasa salida de capital. Poco tiempo después del cambio de Go-
bierno pudieron notarse salidas de fondos al Uruguay, que interpretamos al principio. como
manifestaciones de la desconfianza creada por la nueva situación; luego advertimos que se
trataba de fondos que iban a colocarse en una emisión de títulos del Uruguay en condiciones
de mayor rendimiento y exceptuados del impuesto a los réditos. Así que no se pensó en ese
momento en poner ninguna traba, al contrario, eso descongestionaba el mercado. Pero al so-
licitar este decreto al Poder Ejecutivo, el Banco Central no solamente actuó bajo la preocu-
pación de las circunstancias del momento, sino con el deseo de tener en la mano un instru-
mento restrictivo para la salida de fondos sin esperar a que llegara a presentarse, pues ya la
experiencia nos había enseñado que se requiere un tiempo bastante largo para persuadir al
Gobierno. Pero, además, no sólo queríamos tener un decreto, sino instrucciones del Ministe-
rio de Hacienda autorizándonos a tomar determinadas medidas restrictivas en caso de que la
realidad se invirtiera. El Banco Central obtuvo las instrucciones y quedó entonces en condi-
ciones de poder tomar esas medidas. Ese fue uno de los propósitos fundamentales que se
tuvo.
Como el Gobierno ya había declarado, y por cierto con toda sinceridad, su propósito de vol-
ver al mercado libre de cambios (en lo que coincidía el Banco Central), estas medidas signi-

74
RAÚL PREBISCH
ficaban una desviación muy importante de esos propósitos iniciales. desviación en que incu-
rrimos consciente y deliberadamente bajo la presión de las nuevas circunstancias que se ha-
bían creado. pero sin dar. ni a las medidas de entrada o salida de capitales que eventualmen-
te podían tomarse, el carácter de medidas permanentes, sino de muy transitorias. para
normalizar el mercado libre de cambios.
Sr. Gómez: Para precisar sus explicaciones quisiera saber si fueron las exportacones o las
importaciones las que primero se incorporaron al mercado oficial.
Sr. Prebisch: En 1939. cuando se impuso la necesidad de controlar severamente las impor-
taciones. se decidió pasar las importaciones del mercado libre al mercado oficial, y en 1943.
las exportaciones. Habíamos dejado las exportaciones en el año 1939 (a pesar de la tenta-
ción de sacarlas junto con las importaciones), para alimentar el mercado libre que había su-
frido una presión muy grande del lado de la demanda.
Sr. Gómez: Quizá porque en ese caso el mercado libre ya había disminuido sus operacio-
nes. porque los importadores tenían que recurrir al Banco Central para comprar cambio para
las importaciones.
Sr. Prebisch: Eso es.
Sr. Gómez: Entonces había menos aplicación para los fondos provenientes de las exporta-
ciones por el mercado libre y esa presión se distribuyó sobre el tipo del mercado libre.
Sr. Prebisch: Eso es. Eso alivió un tanto al mercado libre.
Sr. Gómez: Empezó a valorizarse el peso argentino en el mercado de cambios.
Sr. Prebisch: En 1939 y 1940 la medida de sacar las importaciones alivió al mercado libre
y evitó una ulterior depreciación; pero todavía no se había apreciado el peso. Es en 1941
cuando empiezan a actuar nuevas fuerzas.
Sr. Gómez: ¿Pero seguían ustedes comprando divisas en el mercado libre. con las cuales
alimentaban las nuevas necesidades de las importaciones?
Sr. Prebisch: No señor. En 1939 y 1940 no compramos en el mercado libre. sino que más
bien vendimos para mantener el mercado y evitar que el dólar fuese demasiado arriba.
Sr. Gómez: Entonces. ¿de dónde tomaban las divisas para las licitaciones del mercado oficial?
Sr. Prebisch: Del mercado oficial.
Sr. Gómez: ¿Y ahora que tanto las importaciones como las exportaciones se encuentran en
el mercado oficial. es muy poco el volumen de operaciones en el mercado libre?
Sr. Prebisch: Quedaban especialmente las operaciones de inversión de fondos y las remesas
por distintos conceptos que se hacen a través de ese mercado. Aquí tengo las cifras de fon-
dos libres en 1942 y una aproximación para 1943. En 1942 entraron 235 millones netos, esto
es. entradas menos salidas de fondos; los íletes y gastos de puerto de los vapores: 86 millo-
nes, también ingresan en el mercado libre. y varios renglones por 26 millones. En 1943. con
las medidas de control de fondos. se reducen las inversiones a 41 millones de pesos; en cam-
bio. los fletes y gastos de puerto pasan a 126 millones y los otros renglones a 62 millones.
De manera que ustedes ven que quedan cerca ele 250 millones de entrada todavía en el mer-
cado libre, de los cuales 41 son movimientos de capital. Eliminando esos 41. todavía queda-
rían unos 200 millones. Hemos observado que las remesas pequeñas son bastante considera-
bles en conjunto y pueden calcularse en un mínimo de 5 millones por mes, tanto en un
sentido como en otro, aun en tiempos de escasez de cambio. En tiempos de abundancia. han
sobrepasado de los 100 millones.
Sr. Gé>mez: ¿Remesas de familiares?

EL CONTROL DE CAhIBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
75
Sr. Prebisch: Remesas de familiares, pagos de comisiones, de seguros y otros distintos concep-
tos. Hablo de remesas de Argentina a países extranjeros, y de países extranjeros a Argentina.
Sr. Gómez: ¿Los reaseguros están en el mercado libre?
Sr. Prebisch: Así es.
Lic. Cosío: ¿Nos podría referir en términos generales algún caso de solicitud de inversión
de capitales (dentro de este régimen de control) aprobado por el Banoo Central y otro recha-
zado. para que tengamos una idea de cuál fue el criterio'?
Sr. Prebisch: Recuerdo varios casos típicos. Por ejemplo: solicitud para comprar acciones
de sociedades anónimas existentes en la Bolsa.
Lic. Cosío: ¿De compañías industriales'?
Sr. Prebisch: Negadas; solicitud para comprar títulos públicos o letras de tesorería, nega-
das; solicitud para comprar un campo ganadero o agrícola, negada; solicitud para comprar
cabezas de ganado y explotar un campo que no se dedicaba antes a la ganadería: aceptada;
solicitud para comprar una organización de distribución de películas cinematográficas de Ja
Argentina que estaba en manos argentinas. y que fue comprada por una distribuidora de Es-
tados Unidos. a fin de que los empresarios argentinos pudieran obtener fondos para ampliar
sus instalaciones de producción de películas locales: aceptada; fondos ingresados al país
para ampliar industrias existentes en los pocos casos en que eso podía hacerse. también
aceptadas.
Lic. Cosío: ¿Qué nacionalidad tenían predominantemente estos capitales'?
Sr. Prebisch: Había capitales suizos, capitales de Estados Unidos y muchos capitales de pa-
íses limítrofes. Especialmente de Chile había una- gran corriente no de sumas importantes;
pero sí en conjunto, capitales que huían por la situación política. Como esto permitía seguir
mejor y controlar mejor la salida de fondos. las autoridades monetarias recibieron con bene-
plácito este decreto. Hubo también el caso de sudamericanos que tenían fuertes disponibili-
dades en Nueva York y que las invertían en la República Argentina. Entre otros, hemos teni-
do un caso de cerca de 20 millones de pesos de iiwersiones.
Lic. Cosío: ¿No fue una medida que tuviese una repercusión desfavorable en algunos cen-
tros finaticieros?
Sr. Prebisch: Desde luego.
Lic. Cosío: ¿Del extranjero'?
Sr. Prebisch: No. En centros financieros del exterior, no lo creo; más bien en algunas insti-
tuciones financieras locales que habían empezado a trabajar en fonna activa en la inversión
de fondos y que creían, como se creyó también en 1937. que Buenos Aires estaba destinado
a formar un gran mercado financiero. Puede ser que sea un exceso de optimismo que no-
sotros no podíamos compartir por considerar que el país no está maduro todavía para ese gé-
nero de negocios que pueden dejar alguna ganancia a oosas financieras, pero que significan
trastornar nuestra estructura monetaria. Recuerdo que gente de mucha autoridad creía en
esos tiempos de entrada de grandes fondos (1936 y primera mitad de 1937) que esto consti-
tuía un desarrollo financiero permanente para el país. Y los hechos destruyeron esa ilusión
en la segunda mitad de 1937, durante Ja cual. como ustedes recordarán, salieron rápidamente
todos Jos fondos. No tiene nuestro país madurez suficiente para ello. Puede ser que en lo que
respecta a los países limítrofes eso sea posible. pero las ventajas que ello comporta son. a mj
juicio. y según mi experiencia personal. muy inferiores a las desventajas que representa la
existencia de Jos fondos monetariils. Con todo. creo que en una nueva organización del mer-
cado libre nos servirá esa experiencia para establecer un régimen que permita aprovechar al
máximo las ventajas y comprimir al mínimo las desventajas.

76
RAúL PREBISCH
Sr. Gómez: ¿En el caso que dieron ustedes autorización para poblar un nuevo campo. el ga-
nado era argentino?
Sr. Prebisch: El ganado era argentino. sí señor, pero como existe la creencia en la Argenti-
na de que conviene desarrollar la producción ganadera con vistas a la postguerra, no se han
puesto trabas a ese desarrollo.
Sr. Gómez: ¿Y en películas no existe el temor de la absorción total de la industria cinemato-
gráfica por los Estados Unidos?
Sr. Prebisch: En el caso concreto se trataba de la absorción de un mecanismo de distribu-
ción que ya no podía funcionar, porque las empresas de Estados Unidos habían resuelto es-
tablecer su propia agencia distribuidora; en cambio, el dinero que las firmas locales obte-
nían. lo incorporaban a la producción de películas. Pero aquella preocupación existe.
Sr. Gómez: ¿Quizá ese nuevo desarrollo de la industria cinematográfica podía haberse he-
cho con dinero argentino. sin necesidad de vender'!
Sr. Prebisch: Así es. pero nosotros no nos consideraníos autorizados en el Banco Central
para intervenir en casos de política económica sino mantenernos en el terreno estricto de
cambios. Todos esos casos se presentan luego al Gobierno para que pueda tomar alguna de-
terminación.
Sr. Urquidi: Sr. Prebisch, no sé si esta idea que tengo es correcta o no: siempre he creído que
el sistema de control de cambios de la Argentina ha estado vinculado a los convenios bilatera-
les de comercio, que obligaban a orientar la importación en cierto sentido y a discriminar.
Sr. Prebisch: Expliqué las distintas etapas que había tenido el sistema de control de cam-
bios por lo que se refiere a las restricciones de la importación señalando que en la primera,
después de ese período experimental de fijación artificial del tipo del peso en 1932, fue de
aplicación efectiva de las restricciones, puesto que se buscaba equilibrar el balance de pa-
gos. Se restringieron las importaciones por la elevación del tipo de cambio y por regulacio-
nes cuantitativas directamente aplicadas. Luego se presentó aquella fase ascendente de abun-
dancia de exportaciones y de inversiones de capitales extranjeros. fase en la cual no fue
necesario aplicar ya el permiso previo de cambios como instrumento restrictivo, y se convir-
tió en un instrumento selectivo o de redistribución de importaciones. En esta fase es exacto
que el permiso no actuó como instrumento restrictivo. sino de política económica. por cuan-
to los convenios de cambio nos obligaban a destinar las divisas de nuestras exportaciones a
las importaciones y servicios financieros de los países con los cuales habíamos hecho esos
convenios; y como Estados Unidos se encontraba en una situación singular, de país que ven-
día mucho a la República Argentina y compraba relativamente poco, era natural que las res-
tricciones de importación debieran incidir especiahnente sobre ese país, no tanto en forma
de restricciones directas, sino de desviación de las importaciones de Estados Unidos hacia el
mercado libre. Un caso típico fue el de los automóviles: mientras los ingleses se pagaban
por el mercado oficial de cambio al tipo de 15 pesos por libra, los de Estados Unidos, para
los cuales no siempre había permisos oficiales, solían pagarse por el mercado libre de cam-
bios en donde los precios eran superiores en un 20 por ciento.
Eso ocurrió en esa segunda fase del mercado, pero después, en 1938, cuando volvieron a
aplicarse restricciones de cambio. el permiso adquirió nuevamente el carácter de instrumen-
to restrictivo, a la vez que selectivo. La crítica que se ha hecho sobre las discriminaciones es
inexacta si por discriminación quiere decirse elección deliberada de un propósito. Hemos te-
nido nosotros una continua discusión con Estados Unidos durante todo ese período acerca
de nuestra política de permisos previos; discusión que tenninó en 1941 con la finna de un
convenio comercial en el cual se reconoce, por primera vez, y eso nos costó muchísimo tra-

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENilNA
77
bajo en Washington. que la Argentina. debiendo atenerse a convenios de cambio. sobre todo
a partir de la guerra, con una acumulación creciente de libras bloqueadas, no tenía más re-
medio que desviar las importaciones hacia Ja Gran Bretaña para utilizar esas libras bloquea-
das. En el convenio firmado con Estados Unidos hay una nota en Ja cual se reconoce que
mientras tengamos libras bloqueadas y no se llegue a un procedimiento para transformarlas
en divisas libres. la Argentina no tiene más remedio que discriminar. Estaban persuadidos
en el Departamento de Estado, y eso lo pude comprobar en dos meses de discusión. que no-
sotros habíamos abrazado por propia deliberación el sistema de convenios de compensacio-
nes por simpatía con el régimen establecido por Alemania para sus pagos exteriores; les de-
mostré que el primer convenio de cambio que hicimos, no lo hicimos con Alemania sino con
Inglaterra. en las circunstancias que expliqué la vez pasada.
Sr. Gómez: Ustedes se veían forzados a usar sus divisas al máximo para que no quedaran
bloqueadas.
Sr. Prebisch: Así es.
Sr. Gómez: Tenían que desviar 'ta importación a la Gran Bretaña.
Sr. Prebisch: Por más que no nos gustara. Porque si hay alguien persuadido de las compli-
caciones administrativas y de los efectos económicos nocivos qué a la larga tienen esos sis-
temas, es el propio Banco Central, que ha tenido que aplicarlos y verlos de cerca. Por más
que el Banco Central esté persuadido de ello, no descartamos la idea de que si después de fa
guerra no se da una solución satisfactoria al problema de nuestras libras bloqueadas que se
acumulan incesantemente y a las que se acumularán con las compras británicas en Jos prime-
ros tiempos de Ja guerra, tendremos que caer otra vez en ese sistema tan absurdo.
Sr. Gómez: A no ser que Inglaterra pueda dejarles en libertad las libras.
Sr. Prebisch: Naturalmente. Si Inglaterra encuentra un arreglo monetario satisfactorio, ese
arreglo será de gran ventaja para nosotros. Recuerden ustedes que el plan White propone un
sistema de liquidación en 20 años de Jos saldos bloqueados. Se calcula. o mejor dicho, cal-
culaba The Economist en un artículo reciente, que para que la Gran Bretaña pueda liquidar
los 1.000 millones de libras bloqueadas que tiene. de "los cuales la India debe tener Ja mitad.
y nosotros apenas 50 millones (en la fecha de ese artículo), necesitaría exportar 50 millones
de libras anuales, en exceso de Jo que ha exportado antes de la guerra. sin contar las exporta-
ciones adicionales que tendrá que hacer por otros motivos. Ello da una idea de la magnitud
del problema. Siempre hemos considerado que ese problema de las libras bloqueadas es un
problema cuya solución no está a nuestro alcance, que no tenemos más que procurar afron-
tar los hechos tal cual son en la forma más conveniente para el país. Antes de Ja guerra nos
vimos llevados a ese tipo de convenios con Ja Gran Bretaña porque era el mercado que ab-
sorbía gran parte de nuestros productos y porque en caso de que ella hubiese seguido cerce-
nando nuestras exportaciones de carne. no habríamos encontrado otro mercado para susti-
tuirlo.
Sr. Gómez: El Fondo les permitía a ustedes descontar parte de esas libras bloqueadas.
Sr. Prebisch: ... mediante su aplicación para reducir nuestra deuda con Ja Gran Bretaña. Ex-
pliqué en la última conversación las operaciones de repatriación de la deuda pública en li-
bras, que llega más o menos a 500 millones de pesos y que nos liquidan una buena parte de
Jo que hoy existe, pero seguramente en este año de 1944 acumularemos, como van las cosas.
una cantidad muy grande; entonces sería el caso de estudiar la repatriación de inversiones
privadas como el medio quizá más conveniente para el país. sin esperar 20 años para la li-
quidación de las libras. Lo cierto es que es muy difícil que se puedan liquidar esas libras por
compras equivalentes de mercaderías, salvo en ese período tan largo. Pero no es tanto el pro-

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RAÚL PREBISCH
blema de liquidación de lo acumulado en el pasado. porque alguna forma encontraremos
(ya sea comprando ferrocarriles o empresas de servicios públicos); lo grave es la continua-
ción del proceso. Lo grave sería que nos veamos nuevamente forzados, por falta de un en-
tendimiento monetario internacional. a seguir en ese sistema de compartimientos que es
tan absurdo.
Sr. Gómez: Una baja brusca de la libra perjudicaría sobremanera a Argentina.
Sr. Prebisch: Nos perjudicaría si es que no se cumpliese la chíusula que nos asegura la
equivalencia en oro de esas libras. porque el Banco Central tiene un convenio con el Banco
de Inglaterra por el cual, en caso de que la libra se deprecie en términos de oro, nuestra te-
nencia de libras subirá autom<Ílica y pro¡xircionalmente, y en caso de una apreciación bajará.
De manera que est:ín prácticamente cubiertas por una cláusula de oro. cuyo valor juzgarán
ustedes para el caso de una liquidación en la postguerra. Desgraciadamente no hemos conse-
guido la continuacion de una chíusula de oro contante y sonante que en los primeros tiempos
se nos dio, cuando la acumulación de libras era tan pequeña. El tener oro físico. si no era
una garantía absoluta. por lo menos era superior a la cláusula de oro. Así que hay una serie
de incógnitas que mucho nos preocupan.
Sr. Gómez: ¿Y en cuanto a la cláusula de oro la dará Inglaterra si puede?
Sr. Prebisch: Sí puede darla, y hará lo posible sin duda para cumplirla.
Sr. Urquidi: Si Estados Unidos admitiera la entrada de carne argentina sm aumentar los
aranceles, ¿sería esto una gran ayuda para Argentina?
Sr. Prebisch: Una gran ayuda. Se han hecho cálculos según los cuales si Estados Unidos
dejara entrar el l por ciento de su consumo de carne de la República Argentina. significaría
para nosotros un alivio considerable. Desde el momento en que la Argentina tenga la opción
para vender en otros mercados lo que no pueda vender en la Gran Bretaña. nuestro problema
desaparecería. Tengan ustedes en cuenta que la dificultad que se nos presentaría en el caso
de la Gran Bretaña si no hay un arreglo monetario de conjunto, se nos va a presentar en el
caso de otros países europeos con mayor razón. porque quedanín mucho más exhaustos.
¿Cómo vamos a vender a la Europa Central. a Francia, después de la guerra, si falta un plan
de reconstrucción, un plan monetario, si no es con un sistema como el que hemos tenido que
seguir con España? A España le hemos vendido trigo y otros productos en operaciones simi-
lares. de menor amplitud. desde luego, que las operaciones que se hacen con la Gran Breta-
ña. pero del mismo tipo. Pero el caso de España nos ha permitido entrever lo que serán las
dificultades para vender al continente europeo, si no se hace un arreglo como el que todos
esperamos, sobre todo para los primeros años de la postguerra.
Sr. Gómez: Por lo pronto. ustedes le est<Ít1 abriendo un crédito a Inglaterra.
Sr. Prebisch: Así es. Estamos vendiendo a crédito y sin interés como ustedes est:ín vendien-
do a crédito a Estados Unidos. sin interés; cuenta que no hace el señor Butler cuando habla
de ayuda, intereses que representan el monto de nuestra ayuda. Cuando llegue el momento
de considerar el sistema de control de cambios y su vinculación con los problemas moneta-
rios internos, podría discutirse la relación e incidencia que tendría ese sistema especialmen-
te en lo que concierne a los tipos diferenciales y variables de cambio para cierta:> mercade-
rías. con los planes internacionales. si éstos se aferran mucho al dogma sacrosanto ----Oiré-
de la unidad de los tipos y de la invariabilidad de los tipos. También podría examinarse cuál
será el futuro del fondo monetario de White o Keynes en caso de que Estados Unidos persis-
ta en su actitud. si no se le quiere llamar política. de pretender seguir vendiendo al resto del
mundo más de lo que compra (dejando de lado los movimientos de capital), porque no se
puede seguir acumulando indefinidamente saldos acreedores.


EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN11NA
79
Sr. Gómez: Bien, el Fondo es limitado de cualquier manera para seguir esa política por lar-
go tiempo. Se entiende que será para diferencias transitorias ...
Sr. Prebisch: En ese sentido parece tener más lógica la proposición de Kcynes. porque en
ella se van acumulando indefinidamente los saldos acreedores. no se van prestando indefini-
damente. Quiere decir entonces que. si por un lado ponemos a Estados Unidos y JX>r el otro
al resto del mundo, llegará un momento en que si Estados Unidos no modifica su actitud. la
acumulación de fondos será enorme.
Sr. Gómez: No puede ser. Ni va a resultar tampoco que el plazo que concede el acreedor
sea indefinido.
Sr. Prebisch: No; pero el acreedor va depositando en el Fondo sus saldos. ¿no es así? Du-
rante una primera etapa de la aplicación del plan esos saldos se prestan; pero si siguen acu-
mulándose. la posibilidad de prestarlos de acuerdo con las bases del sistema se limita. Cada
país sólo tiene la posibilidad de tomar prestado o de aprovechar una parte. Se paralizaní o
suspenderá, por lo tanto. la capacidad del sistema para prestar; mas seguirá acumulándose
una cantidad continua de saldos acreedores.
Lic. Cosío: ¿Que no tienen utilización?
Sr. Gómez: Lo cual no puede suceder.
Sr. Prebisch: Es decir. podría suceder durante un período limitado de tiempo; pero a la lar-
ga, el sistema tiene que fracasar. Pero no hay nada dentro del plan Keynes. ni mucho menos
dentro del plan White. que resuelva el problema de la acumulación.
Sr. Urquidi: Su solución está afuera.
Sr. Prebisch: Naturalmente.
Sr. Urquidi: Acabo de leer un libro que dice que para absorber todos los ahorros de Estados
Unidos después de la guerra. Estados Unidos tendrá que exportar 10.000 millones de dólares
al año.
Sr. Prebisch: A mi juicio para que el fondo de White o el sistema de Keynes anden bien. el
balance de pagos del resto del mundo con respecto a los Estados Unidos tendría que funcio-
nar como dentro de un sistema rígido de control de cambios que conduzca al equilibrio. Pa-
rece un po<.:0 paradójico lo que digo. Pero llego a esta conclusión: en un sistema de control
de cambios del resto del mundo, suponiendo como hipótesis extrema que el resto del mundo
se agrupe en una sola unidad y Estados Unidos en otra. la primera. a la larga. deberá tener
un balance de pagos equilibrado. puesto que no puede. indefinidamente. ni desprenderse de
sus reservas de oro. ni usar de créditos en esa forma. Llegará el momento. entonces, en que
el resto del mundo solamente podní comprar de Estados Unidos en la medida en que éste le
compre y le preste. o sea el régimen de equilibrio mundial, diremos, de un control de cmn-
bios "estricto".
Sr. Gómez: Cualquier sistema tíene que hacerlo.
Sr. Prebisch: Cualquier sistema tiene que llegar. fatalmente. a eso. Y no aparece muy claro
que así pueda ocurrir, en el plan de Estados Unidos: el reconocimiento del hecho de que no
hay sistema monetario, no hay arbitrio que pueda perdurar si no se resuelve el problema fun-
damental del comercio internacional. ya sea mediante rebaja de tarifas, lo cual parece cada
vez más difícil. o gracias a una polítida de plena ocupación en Estados Unidos que. a mi jui-
cio, es lo que tal vez pueda aproximarnos a la solución del problema. Ella permitiría impor-
tar todo lo que exceda o rebase de la copa. Pero no hay otra solución, y si no se llega a un
plan monetario. el Imperio Británico seguirá con su plan de libras. nosotros seguiremos aco-
plados. como anteriormente. a este plan. en la medida en que convenga a nuestros intereses

80
RAÚL PREBISCH
y así otros países. Si el sistema se extiende. llegaremos a una serie de compartimientos que
convergen en una forma o en otra hacia Estados Unidos. dentro de los cuales, a la larga. no
se comprará más de lo que se venda y reciba en préstamo de Estados Unidos.
Sr. Gómez: En el sistema de compartimientos no hay un elemento para la fluidez del co-
mercio internacional que le preoporciona el sistema regular comercial.
Sr. Prebisch: Una folla gravísima. No estoy preconizando eso como un sistema ideal ni mu-
cho menos. sino que temo que la falla de un plan monetario nos obligue a ello. No sé cuál
sea el caso de ustedes, pero veo con gran preocupación el nuestro. porque como estoy per-
suadido de que no hemos ido al régimen de compensación por nuestra voluntad. sino por
obra de los acontecimientos, temo que la falta de previsión y de un plan debidamente traza-
do que comemple muy bien la situación de los países como el nuestro. nos lleve fatalmente
a un régimen semejante. Tal vez no se llegue a tantas subdivisiones como en el régimen an-
terior a la guerra. pues Inglaterra ha aprendido a manejar los sistemas de compensación muy
bien. con bastante elasticidad. Es posible que se vayan ampliando y al abarcar a más y más
países pueda conseguirse mayor iluidcz.
Sr. Gómez: Pero Inglaterra nos tiene sumergidos en un sistema bilateral de compensación
con las libras que ellos llaman Central América. que son para América Central y el Caribe;
pero como todos los países de aquí somos competidores en la venta y en la compra a Ingla-
terra. quedamos en igual posición.
Sr. Prebisch: Es concebible. sin embargo. la posibilidad de arreglos que vayan aflojando un
poco las paredes de esos compartimientos. Así. por ejemplo. nosotros hemos hecho arreglos
con el Paraguay y con Bolivia para que puedan pagarnos en libras bloquedas los saldos ne-
gativos de su comercio con la República Argentina. Pero la posibilidad de un arreglo más
amplio es concebible.
Sr. Gómez: Pero ese arreglo les da a ustedes más libras.
Sr. Prebisch: Nos da nuís libras. pero hemos contribuido a resolver un problema de esos pa-
íses con respecto a la Argentina.
Sr. Urquidi: Recuerdo que cuando estuvo aquí míster Watson dijo que estaban ampliando
el sistema de convenios de pago para hacerlos multilaterales ... Por ejemplo. Argentina po-
dría permitir que Bolivia le pasara sus saldos en libras que tenía en Londres y hasta hacerlo
para toda América.
Sr. Prebisch: Brasil. por ejemplo. en ciertos momentos ha tenido necesidad de libras. mien-
tras nosotros hemos tenido exceso de ellas; pero si en cada caso hay que hacer una negocia-
ción especial. se complica enormemente la compensación.
(13)
Sr. Gómez: ¿Se estableció una base mínima para la importación?
Sr. Prebisch: Se puso una base mínima; se calculó la entrega de cambio semanal en tal for-
ma. que después de algunos tanteos iniciales se pudiera regular la oferta para que en ningún
caso bajara de 4.91.
Sr. Gómez: ¿Uno bajó de 4,91?
Sr. Prebisch: Si alguna vez amenazaba con caer. en otra licitación se ofrecía menos para
mantenerlo arriba de 4.91.
Sr. Urquidi: ¿Los importadores tenían alguna idea de cuál era el tipo de cambio o a veces
se encontraban con que subía mucho por la competencia?

EL CONfROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
81
Sr. Prebisch: No, no hubo grandes oscilaciones: precisamente porque cuando, digamos, se
ofrecían dos millones de dólares y había demanda por tres millones con cierta tendencia al
alza, el Banco Central, en lugar de vender solamente los dos millones ofrecidos, vendía los
tres. En otras oportunidades en que el mercado aflojaba, en lugar de vender los dos millones
ofrecidos se limitaba a vender, por ejemplo, un millón y medio. El Banco Central trataba 4e
evitar bruscas fluctuaciones; si notaba que había una persistente tendencia de ascenso en el
tipo, procuraba que el alza se produjera poco a poco y si notaba que había abundancia de
dólares y una persistente tendencia de descenso, trataba de que la caja se hiciera gradual-
mente; lo que se quiso evitar son las fluctuaciones fuertes de semana en semana.
{14)
Sr. Urquidi: ¿Se pensó alguna vez en conceder subsidios a ciertos importadores en forma
de exención de impuestos de aduanas en lugar de establecer tipos de cambio distintos?
Sr. Prebisch: No, nunca se pensó en ello. Nuestro Congreso hubiera sido muy difícil de mo-
ver en esos años para estas cosas.
Sr. Gómez: Es la otra razón. En vista de la dificultad de conseguir en el Congreso los decre-
tos para modificar las tarifas, existe un organismo que puede modificarlas con la oportuni-
dad necesaria.
Sr. Prebisch: Un sistema de control de cambios debe tener una gran flexibilidad y una gran
rapidez en los movimientos y además guardar el secreto, porque si se manda al Congreso un
proyecto de ley proponiendo subir el tipo de cambio para tal o cual grupo de mercaderías,
cuando el proyecto se aprueba por el Congreso, todos los que tenían que importar esas mer-
caderías ya han hecho su abastecimiento. Pero cuando llegamos a la etapa en la cual tene-
mos que aprovechar la experiencia de todo lo que se hizo, manifestaré mi convicción de que
conviene deslindar claramente la política arancelaria o económica, de la política de cambios;
cosa que no hemos hecho nosotros por razones que explicaré después.
(15)
Sr. Urquidi: ¿El fondo de divisas interviene alguna vez en el mercado libre?
Sr. Prebisch: Intervino el fondo de divisas: además de las compradas anteriormente en el
mercado libre, el Banco Central vendió divisas del mercado oficial en el mercado libre para
contener la desvalorización, pero como ésta coincidió con un período de escasez en el mer-
cado oficial, no pudo disponer de grandes cantidades para hacerlo. El Banco tenía que guar-
darlas para importaciones esenciales.
Sr. Urquidi: ¿En qué fecha ocurría esto y a qué puede atribuirse esa salida de capitales?
Sr. Prebisch: Ingresaron grandes cantidades de fondos en el país en los años 1936 y prime-
ra mitad de 1937, fondos a corto y largo plazo. que buscaban colocación transitoria; y luego.
en la mitad de 1937. se produjo el movimiento inverso ante la noticia de una mala cosecha y
acontecimientos políticos en el Brasil.
Sr. Urquidi: No me explico bien por qué se criticaba al Banco Central por dejar alto el tipo
que dañaba a los que hacían pagos cuando se vendía divisas para la salida de capitales.
Sr Prebisch: Por esta razón: la gente interpretaba equivocadamente que el mercado libre re-
flejaba el valor del peso argentino, y al ver que el dólar subía, se consideraba que el peso ar-
gentino se devaluaba continuamente. Era un fenómeno en gran parte psicológico, provocado
desde luego por los que en el mercado salían perjudicados por esos tipos altos. La gente no
se había acostumbrado todavía al mercado libre. fue la experiencia inicial. Nosotros te-

82
RAÚL PREBISCH
níamos una gran confianza. sabíamos que eso no podía producir ningún daño al país. pero la
mayor parte del mercado se sentía muy nerviosa y perturbada por ese desplazamiento. Siem-
pre se había medido el valor del peso a través de lo que ocurría en un mercado libre. sin con-
siderar que ya no tenía el significado de antes.
Sr. Urquidi: En realidad era disminuir la~ utilidades de la~ empresas extranjeras estableci-
das en la Argentina.
Sr. Prebisch: Así es. y frenar la salida de fondos sin afectar para nada las importaciones
esenciales: solamente se afectaba a las que se mandaron al mercado libre: automóviles y al-
gunos artículos superfluos y de lujo; por el contrario, los exportadores que vendían su cam-
bio en el mercado libre, se beneficiaron con esa depreciación, pero cuando alguien se benefi-
cia en el mercado. se calla y cuando alguien se perjudica. protesta.
Sr. Urquidi: ¿,Para protegerse contra la desvalorización los importadores no podían comprar
futuros?
Sr. Prebisch: No. porque el permiso de cambios ya es una compra de futuros; en el mismo
permiso se establece el tipo. Por eso no se perjudicaba en ninguna forma a los im¡x>rtadores
del mercado oficial. Por eso me refiero a una perturbación eminentemente psicológica. pero
fue tan general. que dejó un tanto resentido al Banco Central y temeroso de moverse con
mucha libertad en el futuro, y eso intluye mucho en la experiencia que se inicia en 1941.
Sr. Urquidi: ¿En el momento de la depreciación en el mercado libre no aumenta la evasión
del control por parte de los exportadores?
Sr. Prebisch: La mayor parte de los exportadores estaban bajo el régimen de aforos y se les
pennitía vender libremente la diferencia en el mercado libre. Rasgo del sistema que es muy
importante y que yo conservaría en tocias las formas.
Sr. Gómez: Ello se debe a que el aforo es. por lo general. más bajo que el precio real. de
modo que a los exportadores les queda un excedente que venden siempre en el mercado libre.
Sr. Prebisch: Y que permite prescindir del control.
(16)
Sr. Gómez: ¿De manera que el mercado libre en la Argentina, sólo se alimenta hasta ahora
de las diferencias del aforo con el precio real de venta?
Sr. Prebisch: Solamente con eso, en lo que concierne a las exportaciones.
Sr. Gómez: ¿Y con esas divisas se cubren los servicios?
Sr. Prebisch: No. Se cubren sólo los que no se abonan por el mercado oficial.
Sr. Gómez: ¿No hay convenios de pagos con todos los países?
Sr. Prebisch: No. Por ejemplo con Estados Unidos no existen. Los servicios que van a la
Gran Bretaña pasan por el convenio y se hacen con libras bloqueadas.
Sr. Gómez: ¿Y el movimiento de capitales, está en el mercado libre?
Sr. Prebisch: En el mercado libre.
Sr. Gómez: De manera que la salida de capitales junto con los servicios financieros al exte-
rior se alimentan con las entradas de capitales autorizadas y con remesas diversas.
Sr. Prebisch: Eso es. y con los fletes. Además. otras muchas operaciones pequeñas que.
como he dicho en otra oportunidad. significan poco aisladamente, pero que en conjunto lle-
gan a cifras cercanas a los 100 millones de pesos en un sentido y en otro.
Sr. Gómez: Así es que todo capital que ingresa y obtiene permiso para quedarse. se va al
mercado libre.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
83
Sr. Prebisch: Así es.
Sr. Gómez: ¿Y para salida de capitales?
Sr. Prebisch: No hay, por el momento, control de ninguna especie; el capital sale sin trabas
por el mercado libre, y ese es el rasgo que yo creo que debe mantenerse, no el otro.
(171
Sr. Gómez: Quería preguntar si alguna vez hubo operaciones de compensación antes de las
medidas de control.
Sr. Prebisch: Sí las hubo en el primitivo régimen de control de cambios. En 1932 y 1933 se
autoriwron compensaciones privadas, pero con pésimo resultado. ¿Qué sucedía? A alguien
se le ocurría traer un artículo. digamos de Francia, para el cual no se daba cambio; entonces
decía: yo puedo mandar a Francia un artículo argentino, se le daba la concesión para mandar
ese artículo y él, con tal de tener cambio para traer un objeto de lujo, sacrificaba precios,
perturbando el mercado de los exportadores regulares de productos argentinos en Francia,
sin ningún beneficio para el país, pues lo que hacía este nuevo exportador improvisado era
vender un producto que ya se estaba vendiendo por los canales normales. Es claro que podía
vender un poco más, bajando los precios, compitiendo deslealmente con los otros.
Sr. Gómez: ¿Y con Alemania?
Sr. Prebisch: Con Alemania se han hecho también en los primeros tiempos algunas opera-
ciones, pero después del control se negó terminantemente la autorización de operaciones in-
dividuales. Tanto es así. que la idea de esa corporación para la proposición del intercambio
que se creó en el año 1941. fue la de estimular nuevas exportaciones para usar el cambio re-
sultante en nuevas importaciones o en acrecentarlas. Sin embargo. no se quiso hacerlo en
forma individual: se les indujo a formar una corporación para que el cambio procedente de
esas nuevas exportaciones no se entregara a cada uno de los importadores que hubieran he-
cho esas exportaciones, sino que se distribuyera en conjunto y proporcionalmente entre to-
dos. La corporación tenía la responsabilidad de vender ordenadamente en el mercado. Hubo
que luchar mucho. porque recuerdo que las principales fmnas de automóviles, las más inte-
resadas debido a la restricción de las importaciones, querían tener el provecho individual de
la operación. Una de las firmas más importantes ya había estudiado una gran cantidad de
productos que podían mandarse al mercado de Estados Unidos y quería que se le diese a ella
todo el cambio proveniente de esas ventas.
Sr. Gómez: ¿Para su propia marca?
Sr. Prebisch: Para su propia marca. ¿Qué es lo que hubiera ocurrido? Que todas las firmas
hubiesen querido hacer lo mismo, con el consiguiente desorden de nuestro mercado de Esta-
dos Unidos.
Sr. Gómez: ¿Al abatirse los precios?
Sr. Prebisch: Sí. Costó mucho hacerles comprender que debían reunir todos sus esfuerzos
en una sola organización y que el cambio así obtenido se distribuiría de acuerdo con la pro-
porción de cada uno. Por eso es que yo soy decidido partidario de abandonar el sistema de
regulación cuantitativa y buscar la regulación por medio del precio. Es la experiencia última
que hicimos con el mercado de licitaciones; esto simplificó enormemente el sistema; los mi-
les y miles de pedidos fueron todos al mercado de licitaciones y se dio a cada importador un
permiso global para dejarlo importar a su antojo y al precio del mercado. Eso redujo como
por encanto el número de reclamaciones y quejas. aunque no se evitaran por completo, pues
siempre hubo personas que querían sacar el artículo del grupo de licitaciones y pasarlo a
otro grupo más bajo.

84
RAÚL PREBISCH
(18)
Lic. Cosío: ¿Qué es, exactamente, lo que ustedes llaman aforo? ¿Es el precio de exportación
de la mercancía o es la porción que debe ser entregada en cambio oficial?
Sr. Prebisch: Lo segundo. Es la cantidad de cambio oficial que se tiene que entregar por
unidad de mercadería. Se procura que esto se aproxime lo más posible al precio.
Sr. Gómez: ¿Pero por lo general al precio más bajo de la mercancía? Porque en trigo puede
haber diferentes clases. unos que valgan 1rnís que otros.
Sr. Prebisch: En el trigo hay poca diferencia de precios. Generalmente se toma un prome-
dio. en otros productos la tendencia es ir subdividiendo los aforos para no afectar indebida-
mente a los artículos de bajo precio.
(19)
Sr. Gómez: ¿Interviene un corredor o un banco? ¿Nunca un corredor y un banco"!
Sr. Prebisch: En el tr<Ímite de permisos, un corredor o un banco; en la venta de cambios,
puede intervenir el corredor y el banco.
(20)
Sr. Villaseñor: ¿No se da el caso de que los mismos bancos estimulen al corredor para que
intervengan, sacando así doble comisión del Banco Central?
Sr. Prebisch: Sí señor. y justamente lo que se ha querido con este nuevo procedimiento es
que el corredor intervenga en la mayor parte de los casos. Antes el banco tenía una comisión
de dos y medio por mil y si intervenía un corredor, cedía el medio por mil; de tal suerte que
el banco tenía interés en desalojar al corredor. A consecuencia de esto los corredores comen-
zaron a perder negocios. Con el nuevo procedimiento el corredor vuelve a asociarse a las
operaciones de cambio, cosa que para el Banco Central ha tenido la ventaja no sólo de no
desbaratar un sistema que puede ser útil cuando se vuelva a activar el mercado, sino para ir
formando en los corredores especialistas en la aplicación del sistema de control de cambios,
gente que conozca muy bien las circulares y pueda asesorar al público. Además, el contacto
del Banco Central con los corredores ha resultado de importancia por cuanto los corredores
son por lo general gente muy bien informada en la plaza. saben todo lo que est¡Í ocurriendo
y si el Banco Central está en contacto con ellos, tiene, además de sus propios informantes y
de sus estadísticas, la forma de ir captando todas las noticias importantes que circulan.
Sr. Villaseñor: ¿Y los c.orrcdores. como organización. existían antes?
Sr. Prebisch: Ya existían.
Sr. Villaseñor: ¡,Pero en qué correleaban?
Sr. Prebisch: En cambios y títulos.
Sr. Gómez: ¿Había un mercado libre de cambios lo baslante desarrollado para que un corre-
dor viviera de estar comprando y vendiendo cambio extranjero'?
Sr. Prebisch: Generalmente los corredores operaban en esta forma: un exportador, antes de
vender cambio a un banco, llamaba a un corredor, quien se ponía en conlacto por teléfono
con varios bancos viendo quién le ofrecía mejor precio.
(21)
Sr. Villaseñor: ¿Todas las exportaciones son con pago anticipado?

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPÚBLICA ARGEN11NA
85
Sr. Prebisch: Cuando el exportador es autorizado, puede exportar adeudando el camhio.
Los pequeños exportadores. llamados no autorizados, tienen que entregarlo o afianzarlo.
Ing. Robles: ¿Pero se les puede exigir en cualquier momento?
Sr. Prebisch: En cualquier momento.
lng. Robles: Porque hay artículos, como el café, que en gran parte se daba en comisión.
Sr. Prebisch: Justamente quería aclarar esto. Hay casos de mercaderías que salen en consig-
nación, trigo. por ejemplo. que sale del país sin haberse vendido. Estas operaciones tienen
un régimen especial: el exportador dispone de 120 días, prorrogables cuando el exportador
da razones que justifiquen la prórroga; pero por lo general ese plazo ha demostrado ser sufi-
ciente. Bien, se embarca la mercadería. se toma constancia de este embarque y se sabe que a
los 120 días el exportador tiene que hacer la entrega c01Tespondiente.
(22)
Sr. Gómez: Puede perder. nunca ganar.
Sr. Prebisch: Eso cs.
(23)
Lic. Martínez Ostos: ¿Aún en los casos de cancelación de contrato en el exterior. no impu-
tables al importador, se cobraba el 10 por ciento?
Sr. Prebisch: Antes de la guerra siempre se aplicó, porque era muy difícil comprobar la ve-
racidad de las dcclarnciones. Cuando se inició la guerra empezaron a estudiarse los casos
concretos y se vio que había razones justificadas que indujeron a no cobrar el recargo. Este
se aplicaba después de cierto plazo. una vez vencido el penniso. Cuando el Banco Central.
de acuerdo con la estadística que he mencionado al considerar el caso de importador por im-
portador, comprobaba una diferencia entre los permisos y lo utilizado, hacía la observación
al banco en cuestión para que aplicara aquella medida.
(24)
Sr. Gómez: ¿Solamente los bancos de Buenos Aires y Rosario son los que tienen autoriza-
ción para realizar operaciones de cambio sobre el exterior?
Sr. Prebisch: Sí señor; pero hay que advertir que son muy pocos los bancos del interior.
Los de Buenos Aires tienen sus ramificaciones en todo el país. Por otro lado, el comercio de
importación prácticamente está concentrado en Buenos Aires y Rosario. Pero si alguno de
los bancos del interior se hubiese presentado, quizá no habría habido inconveniente en darle
la autorización para operar en cambios.
Sr. Gómez: ¿Qué facultades tiene el Banco Central para solicitar el cambio que tienen los
bancos comerciales? ¿Es una disposición nacida del control de cambios?
Sr. Prebisch: El control de cambios ha sido anterior al Banco Central. de manera que esa
práctica ya existía con respecto a la Oficina de Control de Cambios. Esta actuaba por inter-
medio del Banco de la Nación en cuanto concernía a la compra y venta de divisas y podía
pedir en cualquier momento ese cambio.Después, cuando se creó el Banco Central. se dictó
al mismo tiempo una ley especial en la que se da una autorización legal muy amplia al Po-
der Ejecutivo para establecer las condiciones y nonnas de acuerdo con las cuales tiene que
funcionar el régimen de control.

86
RAÚL PREBISCH
Lic. Cosío: ¿La Oficina de Control de Cambios era una oficina cuyo personal superior di-
rectivo nombraba el Ministerio de Hacienda en su totalidad. o era una oficina compuesta
con un criterio de representación, es decir, del interés privado y del interés público. del Mi-
nisterio de Hacienda, del de Agricultura, etcétera?
Sr. Prebisch: El personal de la Oficina cm nombrado directamente por el Ministerio de Ha-
cienda, es decir, por decreto del Poder Ejecutivo. Cuando pasó al Banco Central. éste es
quien lo elige.
Lic. Martínez Adame: ¿Cuando la Comisión pasó al Banco qué funciones tenía el director?
¿Era responsable el director del Banco Central'?
Sr. Prebisch: Cuando pasó al Banco, esa Oficina fue a formar parte del Departamento de
Cambios del Banco Central. y, por lo tanto. se sometió a las reglas administrativas generales
del Banco. Quiero agregar que existe una disposición. muy general, que es la que menciona-
ba hace un momento, que faculta al Poder Ejecutivo para establecer las condiciones y las
normas generales de acuerdo con las cuales deberá funcionar el régimen de Control de Cam-
bios. Y otra en la que se dice que el Poder Ejecutivo puede facultar al Banco Central o a la
Oficina de Control de Cambios a recoger todas las informaciones que requiera con respecto
a las operaciones de cambio. De manera que en virtud de esa disposición. interpretada en
forma muy amplia desde el comienzo. se consideró facultado el Banco, previa autorización
del Poder Ejecutivo. para pedir toda clase de informaciones, no solamente a los que operan
en el mercado oficial, sino también a los que operan en el mercado libre.
Lic. Cosío: ¿No hubo casos en que la colaboración se negara o fuese notoriamente deficiente?
Sr. Prebisch: Sí, cuando antes del control del mercado de capitales el Banco quiso hacer el
censo. La persuasión no dio resultado y eso es lo que nos indujo, precisamente, a solicitar la
autorización; respaldados así por el Poder Ejecutivo. no tuvimos ninguna dificultad ulterior.
Tarde o temprano una de esas entidades tiene que hacer una operación de cambio, y sabe en-
tonces que si no ha cumplido con el Banco Central, éste no le despachará su operación hasta
no tener toda la información pertinente. y ello ha resucito el problema de la falta de colabo-
ración.
Lic. Cosío: Por supuesto que el censo de inversiones extranjeras no da un cuadro completo
de la situación mientras ustedes no tengan datos hechos en el extranjero. fuera de la Re-
pública Argentina. de tenedores de deudas públicas o privadas con Argentina.
Sr. Prebisch: Con respecto a la deuda pública. la información es bastante buena porque lo~
cupones de ella tienen que presentarse al Departamento de Títulos del Banco Central para su
pago; el Banco tiene muy buena información. no con respecto a todos los nombres. pero sí a
los cupones que cada banco envía, para luego remitir su producto al exterior; pero. además.
al hacer ese censo, el Banco Central pidió a todos los bancos, casas financieras o represen-
tantes de firmas del exterior o administradores de firmas del exterior. una declaración jurada
de los fondos de esas firmas o empresas y de los valores; de manera que el administrador de
un residente en Francia que tiene bienes en la Argentina en un campo. en cédulas hipoteca-
rias o en efectivo, está obligado a hacer una declaración al Banco Central de la existencia de
esos bienes.
Lic. Cosío: No sé hasta qué punto ~ea posible, pero esos países podían tener interés en obte-
ner la información que los gobiernos. particularmente el norteamericano e inglés, han levan-
tado con motivo de la guerra entre sus propios nacionales, tenedores de todo género de pro-
piedades extranjeras entendidas en cualquier forma. Porque este sería un elato complementario
de primer orden.

EL CONTROL DE CAMBIOS EN LA REPúBUCA ARGENllNA
87
Sr. Prebisch: Sí, eso se ha negado siempre a los gobiernos extranjeros. Por ejemplo, en la
Argentina hay una gran cantidad de bienes de personas residentes en España, y cuando dic-
tamos esa disposición, fueron algunos de los representantes a decirnos: muy bien. nosotros
no tenemos ningún inconveniente en dar estos datos al Gobierno Argentino, pero tememos
que puedan llegar al gobierno español, el cual tomaría medidas muy severas contra los que
no han declarado, en cumplimiento de sus disposiciones, los bienes que tienen en el exterior.
Nosotros lo vimos con un criterio especial, diciendo: sólo nos concierne a nosotros, esto: no
tenemos por qué dar esa información a gobiernos extranjeros, y se es1ableció entonces un
procedimiento para evitar en absoluto cualquier filtración. Se permitió a ciertos representan-
tes declarar esos bienes por una clave, cuya traducción estaba en posesión exclusiva de uno
de los funcionarios superiores del Banco para evitar cualquier indiscreción. Tenemos la im-
presión de que las declaraciones son bastante fehacientes, pues en diez años de funciona-
miento del Control de Cambios, la gente se ha convencido.por experiencia que tarde o tem-
prano tiene que hacer alguna solicitud, tiene que pasar por el Control de Cambios, de
manera, pues, que cuando se trata de un dato así, generalmente cumplen cuando hay una dis-
posición expresa del Gobierno por temor a no encontrarse en condiciones cuando tengan
que operar.

103
LA POLITICA MONETARIA INTERNA*
l. IN1RODUCCIÓN
Evolución de los conceptos de poUtica monetaria interna
Entraremos ahora al examen de la política de regulación monetaria interna se-
guida por el Banco Central. En esta materia los doce últimos años han sido en mi
país años de una experimentación variada e interesante, en que se ha perseguido,
con desigual intensidad, el propósito de amortiguar, primero, la incidencia de las
crisis mundiales; después, el de atenuar las fluctuaciones cíclicas y, finalmente,
contrarrestar la influencia depresiva de los primeros tiempos de la guerra.
Para hacer esta explicación he debido leer de nuevo las Memorias del Banco
Central, y antes de la creación de éste, los documentos de la época en cuya redac-
ción he intervenido varias veces directamente. Esta lectura me ha sido muy intere-
sante porque me ha permitido ver la evolución que las ideas monetarias han sufrido
en toda esa época y la forma en que, no solamente se ha ido modificando la técnica
monetaria, sino también las ideas y los objetivos de la política monetaria y la ma-
nera de combinar la regulación interna de medios de pago con la regulación de los
cambios a fin de lograr el propósito que en cada época se perseguía.
La polftica ortodoxa
Me referí en alguna otra oportunidad a los primeros años de la crisis mundial,
en los cuales prendió fuertemente en la dirección monetaria y financiera el virus
ortodoxo. En ellos, precisamente cuando se comprimía con gran violencia la activi-
dad económica interna, la de la industria, que era muy pequeña, pero ya de algún
significado, y la de las construcciones, que tanta importancia ha tenido en la vida
* N. del Ed. Conversaciones en el Banco de México SA., 1944, t. 11, págs. 130-176, enero 28 y fe-
brero 2 y 4. Reproducido en La creación del Banco Central .. ., oh. cit. págs. 379-423.

LA POÚTICA MONETARIA INIBRNA
89
del país, se sigue una política típica de deflación: reducción fuerte de los gastos
públicos, contracción de las obras públicas, aumento de impuestos y. en la esfera
bancaria, la restricción de crédito.
Recordarán ustedes que cuando se implanta el redescuento en 1931, no se hace
para seguir una política expansiva de crédito, ni para dar mayor cantidad de poder
adquisitivo al mercado. sino para reponer los efectivos de los bancos y evitar una
conmoción. De manera, pues, que hay una restricción violenta del poder de com-
pra. En cuanto a los precios agropecuarios, también vimos que en esa época se ha-
bían reducido a cerca de la mitad de lo que fueron en la anterior a la crisis. Frente a
este fenómeno se trató de contener la desvalorización monetaria. primero. con las
grandes exportaciones de oro, según hemos visto, en el afio 1931, y. luego, con la
estabilización artificial del tipo de cambio. No hubo el propósito de contrarrestar
esta baja de los precios en oro con una depreciación monetaria que permitiera pa-
gar precios mejores en papel. Se ve, entonces, que la primera parte de la lucha con-
tra la crisis fue de un corte absolutamente clásico.
Fue en materia de importaciones en lo que el país se apartó en algo de la doctri-
na. Preocupado el Gobierno por el desequilibrio del balance de pagos y por la fuerte
disminución de sus rentas -ya que en gran parte sus ingresos dependían de las
aduanas- subió los derechos aduaneros, dando una protección adicional a la indus-
tria, protección que tuvo consecuencias muy marcadas en los años subsiguientes.
· Nueva orientación circw1sta11cial en 1933
La opinión calificada del país vivió en esos tiempos pendiente del restableci-
miento mundial. Y así tenemos una gran desilusión cuando. en el afio 1933, fracasa
la Conferencia Económica Mundial en Londres, de la cual se esperaba el restable-
cimiento del comercio mundial y una serie de medidas que podrían tonificar la si-
tuación general. En ese momento el país reacciona contra esa política ortodoxa al
alterar los cambios en 1933, variando el valor del peso en la forma en que hemos
visto. No se pretende con ello tomar una medida aislada, sino que formaba parte de
un plan de acción económica que el Gobierno emprendió en ese momento. En ese
plan, por supuesto. el deseo de equilibrar el balance de pagos forma el capítulo de
· mayor ilrgencia; pero al desplazar el valor de la moneda se quiso al mismo tiempo
·favorecer a toda la economía agraria del país, a expensas de otros sectores de la co-
lectividad, especialmente los consumidores de mercaderías importadas y los remi-
tentes de servicios al exterior. Hubo una verdadera redistribución de utilidades den-
tro de la colectividad en la que el producto agrario vio aumentar las suyas en 20
por ciento, lo cual significó un considerable alivio económico.

90
RAÚL PREBISCH
No se trata. pues, de una mera medida de cambios. sino de un buen alcance eco-
nómico, combinada con la decisión, que se toma por primera vez en la vida del
país. de comprar los saldos invendibles de nuestras cosechas y de dar en esa forma
a la población una mayor cantidad de poder adquisitivo que la que obtenía con los
precios bajos y la limitación de las exportaciones. También se piensa en el es-
tímulo de la actividad económica general por medio de la construcción de obras
públicas. Con estas distintas medidas, la industria también resultaba estimulada
para suplir con la producción nacional las importaciones que no podíamos pagar.
De manera. pues, que. por primera vez, se pone en juego un plan de carácter
monetario y financiero que se sustrae a las viejas int1uencias clásicas.
Banco Central de tipo ortodoxo
Pero no se pretende en aquella época, esto es, en el año 1933. sentar las bases
de una nueva política monetaria. Todos tienen la convicción de que estas medidas
son de carácter extraordinario. como lo eran los hechos que trataron de corregir.
Tanto que en 1935. cuando se crea el Banco Central, se deja subsistente el instru-
mento de control de cambios, pero con el ánimo de desembarazarse de él y de vol-
ver al mercado libre de cambios y a la estabilización monetaria una vez que las cir-
cunstancias así lo permitan. El Banco Central. aun cuando en el Mensaje que el
Ejecutivo envía al Congreso a propósito de su creación se advierte una preocupa-
ción reiterada por los movimientos de orden cíclico, surge como entidad de tipo or-
todoxo, en su creación inicial, en el cual se introduce alguna forma nueva de actuar
en el mercado, pero no tanto para mantener la actividad económica interna. como
para estabilizar el valor de la moneda. Tanto que uno de los propósitos del Banco
Central es el de fo1mar reservas suficientes para hacer frente a las perturbaciones
que el movimiento de las exportaciones o las t1uctuaciones en la inversión de capi-
tales extranjeros causen sobre la actividad bancaria y económica, a fin de mantener
el valor de la moneda. La preocupación de orden exterior prevalece en el concepto
de los creadores del Banco Central, si bien se reconoce que nuestro país tiene ca-
racterísticas típicas. que aconsejan obrar. no solamente con el redescuento. sino
también con instrumentos de absorción de fondos. para atenuar la repercusión de
las fluctuaciones cíclicas. Como se ve. aún no se define con clmidad el concepto o
la aspiración de conseguir una actividad económica interna estable dentro de lo
posible.
Sin embargo. leyendo el Mensaje, se nota cierta actitud de precaución cuando
se dice que el propósito es crear un banco que permita mantener el valor de la mo-
neda. que permita retornar a la normalidad monetaria; pero siempre que lo hagan

LA POÚllCA MONETARIA INI'ERNA
91
las principales naciones del mundo y se restablezca el comercio internacional. Mas
si prevalece el régimen de economías cerradas -ya conocíamos la experiencia bri-
tánica con respecto a nuestro propio comercicr- agregaba el Mensaje, el país ten-
drá en el Banco Central los medios de adaptar su política a esta situación de hecho
en defensa de los intereses nacionales.
De manera, pues, que si bien el Banco es de corte clásico, nos inclinamos a
pensar .que la realidad no le iba a permitir actuar en esa forma y a admitir la posibi-
lidad de aplicar otro género de política.
Hemos descripto muy esquemáticamente en otra conversación la forma en que
se desarrolla el ciclo económico en la Argentina. Y señalamos entonces que aun
dentro del régimen estricto del patrón oro, había una falla intrínseca en el sistema,
a saber: durante el período ascendente crecen los efectivos de los bancos y esto los
induce a prestar más dinero por el juego normal de la competencia entre ellos, a
crear mayor cantidad de poder adquisitivo que la que se obtiene en virtud del ba-
lance de pagos. Esta creación de poder adquisitivo agranda los efectos de la fase
ascendente y obliga a una contracción más violenta en la fase descendente.
Esta es la preocupación que se advierte en el Mensaje del Gobierno relativo al
Banco Central, por lo cual le dota del instrumento necesario para evitar ttlta falla
en el desarrollo del patrón oro en la República Argentina. ¿En qué consiste ese ins-
trumento, y cuál es el concepto a que responde? Pues, sencillamente, a éste: cuan-
do van aumentando los efectivos de los bancos durante la fase ascendente, recoger
ese efectivo adicional y esterilizarlo para que no pueda servir a la expansión del
crédito, y, luego, cuando la situación se invierte, devolverlo para reponer los efecti-
vos y evitar una contracción. Tal fue la idea fundamental.
Desde luego que también se agrega a este mecanismo el redescuento, sólo que
con funciones limitadas. Cuando en la fase descendente, o en momentos en que se
pierde una cosecha o se reduce la expertación, se exporta metálico, conviene ali-
viar la situación de la plaza por medio del redescuento a fin de que no sobrevenga
una contracción del crédito que afecte indebidamente las actividades agrarias y las
conexas, o sea, ayudar a la economía del país a esperar un momento más propicio.
No iban más lejos las ideas en aquellos momentos. Sin embargo, eso significa-
ba ya un adelanto bastante serio con respecto a la concepción anterior, según la
cual había que seguir a las fluctuaciones anteriores para mantener la estabilidad
monetaria.
Así, esta primera etapa en las ideas monetarias da lugar a la primera interven-
ción del Banco Central en el mercado, en la fase ascendente que va de 1935 a me-
diados de 1937; pero cuando sobreviene la fase descendente, primera en la expe-
riencia del Banco Central, las circunstancias le obligan a dar un paso más adelante
en la evolución de sus conceptos monetarios. El Banco, aleccionado por su primera

92
RAÚL PREBISCH
experiencia, considera que no basta en la fase ascendente evitar que los bancos di-
laten su crédito. sino que, al mismo tiempo, lo es recoger una parte del poder ad-
quisitivo de manos del público para evitar que el desarrollo de la actividad eco-
nómica sea muy intenso y. luego; devolvérselo durante la fase ascendente para que
la contracción tampoco sea muy intensa. Es decir, la política que quiso delinearse
en ese momento se limita a suavizar la curva cíclica. Esto constituye la segunda
etapa en la evolución de nuestras ideas de política monetaria.
En la tercera se va mucho más lejos. Frente a la fuerte contracción a que nos
vemos expuestos en los primeros tiempos de la guerra, cuando desaparecen los
mercados tradicionales de nuestros productos, se quiere dar un papel mucho más
activo a la política de regulación de medios de pago. creando poder adquisitivo
para impulsar la industria y las construcciones, es decir, se preconiza una política
muy activa en el mercado para conseguir el desarrollo intenso de la economía, pero
siempre dentro de un circuito monetario controlado en sus conexiones exteriores
mediante el régimen de control de cambios.
El desarrollo ulterior de la gueITa, desde el 41 en adelante. cambia en tal forma
las circunstancias de la realidad que hace innecesaria esta política; no hace falta
crear poder adquisitivo cuando las exportaciones y la inversión de capitales extran-
jeros lo producen abundantemente, y no es necesario tampoco controlar la importa-
ción en la Argentina cuando ya la exportación está controlada en Estados Unidos.
Se presenta en esos años una experiencia valiosísima para la política monetaria.
porque precisamente la realidad nos lleva a una situación que. de otro modo, hubié-
semos provocado a fin de mantener el volumen de la actividad económica.
PRIMERA ETAPA: LA POLÍTICA DE ABSORCIÓN EN LA FASE CÍCLICA ASCENDENTE
Vamos a estudiar el desarrollo de estas tres etapas, siguiendo las modificacio-
nes de la realidad. Comencemos por la primera. Recordaremos que en esos años.
35, 36 y primera mitad del 37. el aumento de la exportación y la inversión de capi-
tales extranjeros hace crecer rápidamente la reserva de oro y divisas. Entonces se
presenta al Banco Central la p1imera oportunidad concreta de actuar para absorber
los efectivos que se iban incrementando debido a esas causas. ¿Cómo previene el
Banco Central la expansión de crédito en esa fase? En varias formas: primero. me-
diante la colocación de su papel de abaorción; segundo, por compras de cambio
con recursos existentes en el fondo de divisas; tercero, sugiriendo al Gobierno la
repatriación de la deuda exterior, y cuarto, por su autoridad moral sobre los bancos.
al recomendarles prudencia en el uso del crédito y provocando la coordinación de
su política mediante un arreglo que describiré más adelante.

LA POLITICA MONETARIA INIBRNA
93
La absorción de fondos
Consideraremos cada uno de estos cuatro puntos separadamente, comenzando
por los papeles de absorción. Recordarán ustedes que al constituirse el Banco Cen-
tral, recibe 400 millones de bonos consolidados del 3 por ciento resultantes de la
sustitución por ellos de 150 millones de títulos que se habían caucionado en la anti-
gua Caja de Conversión y 250 millones de letras de tesorería congeladas de mucho
tiempo atrás en el Banco de la Nación. El Banco Central no coloca directamente
bonos, pues son papeles de largo plazo, sino que lo hace mediante la emisión de
certificados de participación que se ofrecen quincenalmente a los bancos dentro de
un régimen de licitaciones. Son papeles que han variado de plazo, sobre todo en los
primeros tiempos, pero que, generalmente, se emiten a 90 días y se colocan al me-
jor postor en las licitaciones. Este papel podía ser redescontado en el Banco Cen-
tral al tipo de redescuentos vigente. casi siempre más alto que el interés que estos
- papeles devengan. El tipo de redescuento se fijó inicialmente en 3 1/1 por ciento y
estos papeles comenzaron a dar 2,75 de interés en el afio 1935; poco a poco el inte-
rés bajó. En ciertos momentos volvió a subir y últimamente. por la gran abGndan-
cia de fondos y la baja del interés de papeles similares en el mercado, el interés lle-
gó a ser 0,95 por ciento para 90 días.
Condición esencial para suscribir fondos fue la de tener un efectivo mucho más
alto que el mínimo legal. Porque se había notado que los bancos, deseosos de dar
inversión productiva a sus efec~vos, trataban de exprimir el limón hasta la última
gota, colocando todos los fondos en exceso del efectivo mínimo. El Banco Central
se dirigió a los de la plaza, haciéndoles notar la 'Conveniencia de mantener siempre
un efectivo elevado y seflalándoles que el propósito de los bonos no era darles a
ganar cantidades adicionales. sino regular la plaza. ( 1)
Estos 400 millones de certificados se agotaron rápidamente frente al crecimien-
to tan intenso de los efectivos. y el Banco Central se encontró sin instrumentos de
absorción en sus manos. Entonces pidió al Gobierno una emisión de 100 millones
de pesos de letras de tesorería de las cuales se dotaría al Banco Central para colo-
carlas entre los bancos y el público y absorber cantidades adicionales. (2)
Cuando se creó este nuevo papel se tuvo el propósito de colocarlo en el
público, pero el Directorio del Banco juzgó inconveniente la medida por dos razo-
nes: primero; se: expresó el temor de algunos de los directores de bancos de que el
Banco Central, al colocar papeles en el público, compitiese con los otros bancos
sacándoles sus depósitos. Ya habíamos notado esta resistencia cuando el Banco en
sus primeros tiempos comenzó a colocar las letras de tesorería del Gobierno de la
Argentina; tuvimos una fuerte oposición de algunos bancos. que veían desde un

94
RAÚL PREBISCH
punto de vista demasiado estrecho el empleo de sus depósitos en suscribir letras sin
reflexionar que el Tesoro usa esos dineros en hacer pagos y los fondos vuelven
nuevamente a los bancos, cosa de la cual se convencier.on al cabo de un cierto
tiempo. Hoy las letras de tesorería tienen una gran circulación en el público. Tuvi-
mos entonces este temor y, sobre todo, otro mucho más fundado: este papel se creó
en la época de gran entrada de fondos extranjeros y se temió que los atrajese aún
más. Ya habíamos observado que venía dinero del exterior a colocarse a corto pla-
zo en letras de tesorería. si bien, al mismo tiempo, los compradores de ellas se cu-
brían comprando futuros de monedas extranjeras para eliminar el riesgo de una
modificación en el tipo de cambio y ese dinero solía entrar en operaciones de pases
de cambio que se combinaban con suscripciones de letras. Tanto es así. que el Ban-
co Central recomendó a los bancos y corredores no efectuar esas operaciones.
Entre los dos papeles, el Banco Central llegó a colocar una cantidad de 654 mi-
llones y, al mismo tiempo, llegó a absorber divisas con el fondo de divisas por 207
millones, o sea, que la absorción máxima de fondos bancarios que hizo el Banco
Central en esa fase ascendente fue de 861 millones de pesos.
Les ha de interesar a ustedes, aunque no tiene importancia monetaria directa,
saber qué hizo el Banco Central con las diferencias de intereses. Los bonos le redi-
tuaban 3 por ciento y ya vimos que los certificados fueron colocados primero al
2,75 y finalmente a un interés mucho más bajo. Asimismo, el Banco Central consi-
guió desde el momento de su iniciación que el Gobierno le abonara por el dinero
que facilitaba el fondo de divisas para la compra de divisas, el 3 por ciento de inte-
reses. Estas tasas se han bajado hace pocos meses en forma muy sensible. De ma-
nera que el Banco Central percibía por esos fondos el 3 por ciento y colocaba los
papeles a un interés mucho más bajo, lo cual le permitía hacer cuantiosas diferen-
cias y acrecentar considerablemente sus beneficios. que le permitieron formar re-
servas extraordinarias. El Banco Central, por ley, debe entregar al Gobierno el ex-
cedente de sus beneficios, después de formadas las reservas, las amortizaciones,
etc., y de distribuir los dividendos máximos a las acciones de 5 por ciento. De
acuerdo con el Gobierno, con estos beneficios extraordinarios se constituyeron re-
servas también extraordinarias; pero con la condición de que, en caso de liquida-
ción del Banco, esas rese1vas se entregaran al Gobierno Nacional. Esto le ha per-
mitido acumular en los nueve años de funcionamiento reservas por cerca de 100
millones de pesos, que ha invertido en títulos. además de los 20 millones de su ca-
pital. Así, pues, a fines del ejercicio pasado, el Banco Central tenía aproximada-
mente 120 millones de pesos en títulos. Esta acumulación obedece a varias razo-
nes: en primer lugar, dar al Banco Central una base independiente de ganancias
que le permita subsistir i>in necesidad de actuar en el mercado, hipótesis extrema
porque aún en el período de depresión el Banco tiene una serie de comisiones; ade-

LA POLffICA MONEfARIA INIBRNA
95
más, crear una reserva para los bonos consolidados, papeles de 3 por ciento que el
Banco recibió a la par. Es cieno que no existe perspectiva inmediata de venta. pero
en caso de colocarlos definitivamente en la plaza o en un banco. el Banco Central
tendría un quebranto; y, sobre todo, este propósito fundamental: el Banco observó
desde los primeros tiempos que para hacer más efectiva su política de regulación
tendría que vender títulos en el público, en aquel público que no toma papeles a
corto sino a largo plazo. El Banco Central consideró que en el futuro. cuando llega-
ra a acumular una gran masa de títulos, le serviría de instrumento muy eficaz para
actuar, no tanto entre los bancos, sino principalmente en el público. Además. estos
títulos ya le sirvieron al Banco en muchas oportunidades para actuar en la Bolsa,
como vamos a ver al ocuparnos de las operaciones bursátiles. (3)
Por cierto. que alguna vez el síndico del Banco Central que es el representante
fiscalizador del Gobierno. objetó la acumulación de beneficios tan cuantiosos. y
hemos tenido la suerte de que los ministros de Hacienda apoyasen al Banco y no se
dejasen tentar con la idea de apropiarse de ellos. Es de esperar que esa política per-
dure.
Ultimamente. hace pocos mesé~. el Banco Central ha visto reforzada su capaci-
dad de absorción con otros 400 millones de pesos. en la siguiente fonna. Como us-
tedes saben, las ingentes operaciones de financiación de las cosechas se han hecho
utilizando crédito en el Banco de la Nación Argentina; éste llegó a tener un crédito
contra la Junta Reguladora de Granos de 1.000 millones de pesos. Preocupado por
esta situación. el Gobierno obtuvo del Congreso una ley por la cual se pagaba al
Banco de la Nación 750 millones de títulos y el resto en bonos amortizables del
Tesoro. El proyecto del Poder Ejecutivo era un proyecto muy conservador: estable-
cía que el Banco Central podría adquirir o caucionar esos bonos solamente cuando
el Banco de la Nación sufriera un retiro de depósitos. Pero como suele ocurrir. es-
tos proyectos prudentes corren el riesgo de transformarse en proyectos impruden-
tes. El proyecto del Ejecutivo fue alterado en tal forma que se llegó a autorizar al
Banco Central a comprar esos títulos o a caucionarlos hasta la cantidad de 400 mi-
llones. (4)
De manera que el Banco de la Nación hubiese podido ir en cualquier momento
a pedir al Banco Central 100. 200 o 400 millones de pesos para ampliar su hase de
crédito. El Ministro de Hacienda, al comunicar esta medida al Banco Central. le re-
comendó aplicarla en la forma que el Gobierno había propuesto; pero. de todos
modos. una recomendación de esa índole no tiene sino un valor circunstancial y
transitorio. Así que se nos ocurrió la forma de cancelar esta amenaza pendiente. di-
ríamos. de emisión, vinculándola a la operación de repatriación de la deuda. en esta
forma. La cantidad de libras bloqueadas llegó a ser muy importante el año pasado.
En un momento dado calculábamos que a fines de 1943 alcanzaría 56 millones de

96
RAÚL PREBTSCH
libras esterlinas. cantidad enorme para nosotros. Entonces se decidió repatriar una
buena parte de nuestra deuda pública en la Gran Bretaña y para hacerlo el Tesoro
propuso al Banco de la Nación. y éste aceptó. canjear los 400 millones de bonos re-
descontables por 400 millones de bonos no redescontables en el Banco Central.
pero con un interés un poco mayor y de liquidación más fácil porque eran bonos a
corto plazo. El Gobierno llevó los 400 millones de pesos de bonos así adquiridos al
Banco Central y éste los compró y dio al Gobierno los 400 millones de pesos. Sa-
lieron por una ventanilla y entraron por otra al entregarlos el Gobierno en pago de
un equivalente de libras bloqueadas. El dinero salió. pues. y se canceló inmediata-
mente. con lo cual se destruyó esa posibilidad de conseguir dinero mediante la en-
trega de bonos. Y en el activo del Banco Central, en fin de cuentas. se han sustitui-
do 400 millones de libras bloqueadas por 400 millones de títulos. contra los cuales
el Banco Central tiene facultad de emitir certificados de participación.
Se aprovechó. asimismo, esa oportunidad para refundir las dos autorizaciones
para emitir certificados de participación. de manera que el Banco Central puede
emitir ahora certificados de p<u·licipación. por 800 millones de pesos de valores na-
cionales y colocarlos también en el público. según veremos más adelante.
Con eso es posible que desaparezca. por lo menos por algunos años. el certifi-
cado de custodia. salvo que sobrevenga un período de gran aumento en los efecti-
vos de los bancos. Con esos 800 millones el Banco Central puede actuar holgada-
mente en la plaza.
El Fondo de Dirisas
Para no crear fondos nuevos. el Banco Central también compró divisas con re-
cursos del Fondo de Divisas. Este fondo se asemeja al Fondo de Igualación de la
Gran Bretaña. y está alimentado por recursos del Tesoro: producto de empréstitos
que todavía no se gastan. recaudaciones. distintos fondos del Tesoro y de reparti-
ciones conexas con el Tesoro. Cuando compra cambio de los exportadores. el Ban-
co Central en lugar de crear sus propios fondos. sus propias obligaciones. acude
primero a los recursos ya existentes en el Fondo de Divisas y los invierte en com-
prar ese cambio. Las divisas así adquiridas están fuera de los balances del Banco.
lo cual tiene la ventaja de permitir mantener confidencialmente ciertos movimien-
tos de divisas. cosa importante en algunos momentos. Estos fondos del Gobierno
están invertidos a la vista en divisas. Cuando éste gira sobre su cuenta. el Banco
Central toma para sí las divisas y paga al Gobierno su equivalente. (5) Cuando el
Fondo de Divisas no tiene suficientes recursos. el Banco Central las compra direc-
tamente. figurando entonces en su balance. Y por esos fondos que el Banco Central

LA POÚflCA MONETARIA INfERNA
97
suministra para ampliar el Fondo de Divisas, ha cobrado 3 por ciento de interés
hasta el año 43. Llegó un momento en que los recursos creados para pagar ese 3
por ciento eran insuficientes, y el Banco Central propuso al Gobierno reducirlo
fuertemente. Se estableeió entonces una comisión de 3/4 por ciento sobre las ven-
tas de cambio en el mercado oficial. De ahí salen los recursos para pagar comisio-
nes a los bancos por sus intervenciones en las operaciones de cambio y para pagar
los intereses sobre los fondos usados por el Banco Central en la ampliación del
Fondo de Divisas.
Repatriación de la deuda en dólares
Llegamos ahora a la tercera forma: absorción de fondos en la fase ascendente. o
sea, la repatriación de la deuda. El Banco Central se impresionó en esos años de as-
censo porque era demasiado violento y aconsejó al Gobierno destinar una parte de
las divisas a repatriar deuda en dólares en Estados Unidos. El Gobierno acogió con
mucho interés la idea, persuadido de que esta operación (que seguía a felices con-
versiones hechas.en Estados Unidos). aumentaría en el exterior el prestigio finan-
ciero del país y le pennitiría recunir nuevamente al mercado en épocas de escasez.
cosa que no se vio comprobada por la realidad, porque cuando necesitamos nueva-
mente el mercado, éste había desaparecido para los países deudores. Además de ra-
zones circunstanciales. el Banco Central quiso aprovechar el exceso de divisas para
reducir la deuda exterior y aliviar en los años sucesivos el balance de pagos. Al
mismo tiempo se cancelaba poder de compra en manos del público y. simul-
táneamente, fondos bancarios.
Se hizo así una repatriación por 375 millones de pesos, para lo cual el Gobierno
emitió un empréstito de repatriación de 200 millones que se colocó en el público,
aprovechó divisas adquiridas con los fondos de las letras emitidas ai1teriormente
por el Banco Central para recoger fondos y acudió también a recursos del Fondo de
Beneficios de Cambio. Esta operación fue imitada luego por la municipalidad de la
Capital y por la empresa telefónica de Buenos Aires, con lo que se sobrepasó la
medida: se ofrecieron demasiados títulos en la plaza y, como veremos a su tiempO,
se originó una sensible congestión. En esa forma se hicieron en la fase ascendente
repatriaciones de valores por cerca de 500 millones de pesos y eso, unido a los 860
millones, si mal no recuerdo, que absorbió el Banco Central. da una idea de la in-
tensidad con que en esa época se recogieron los fondos sobrantes.

98
RAÚL PREBISCH
Influencia del Banco Central sobre los bancos
Y, por último. la influencia moral del Banco Central. El Mensaje del Poder Eje-
cutivo sugiere al Banco Central la conveniencia de obrar en la plaza no solamente
con este instrumento de absorción, sino también por la influencia directa sobre los
bancos. Sucedió que. a pesar de la enérgica política de absorción, tentó a los ban-
cos las colocaciones fáciles que surgen en esos momentos de ascenso y de bonan-
za: préstamos para compra de inmuebles, construcciones, financiaciones industria-
les. etc. Así se desarrolló en el Buenos Aires de esa época una competencia muy
aguda entre los bancos. Aun los más serios de la plaza mandaban a visitar a clien-
tes nuevos ofreciendo su crédito en competencia con los otros y bajando cada vez
más los tipos de interés. Esto preocupó seriamente al Banco Central, primero por
razones monetarias. ya que ello podía conducir a una expansión inconveniente y a
operaciones ~uTiesgadas. y. luego. porque conociendo, como conocía. la situación
de los bancos. estaba persuadido de que no era el tiempo más propicio para dismi-
nuir las ganancias y entrar en operaciones aITiesgadas, ya que aún había muchos
quebrantos que sanear.
Así es que el Banco Central llamó a los principales bancos. comenzando por los
que estaban representados en su Directorio, les planteó este problema y les aconse-
jó coordinar su política y concertar un convenio entre ellos comprometiéndose a no
bajar la tasa de interés más allá del 4 por ciento. Esta idea fue recogida con mucho
escepticismo. Los bancos importantes manifestaron en los primeros momentos que
consideraban totalmente imposible que en la plaza de Buenos Aires se pudiera
cumplir un convenio de esta naturaleza, que la competencia seguiría aun cuando
ahora en forma encubierta. a pesar de ello el Banco insistió y sugirió a los bancos
probar esta política. comprometiéndose a auspiciarla y a hacer las verificaciones
necesarias por intermedio de la Inspección de Bancos. La medida se defendió con
tal determinación, que los bancos se resolvieron a firmar el convenio en condicio-
nes experimentales. Al cabo de unos cuantos meses se convencieron de que andaba
bien. El Banco Central se preocupó de verificar en sus inspecciones, ya sea genera-
les o especiales, el cumplimiento del convenio, de recoger discretamente cualquier
denuncia y hacer las comprobaciones. y todos los bancos se convencieron de que
era un medio de ordenar la competencia. Así. el convenio se prorrogó y desapare-
ció esa forma de competencia. (6)
Además de los propósitos que el Banco Central ha perseguido con esta política
de regulación de los tipos de interés. había otro: nos encontramos en las primeras
inspecciones con que había bancos. y algunos muy importantes, que tenían una
proporción muy pequeña de capital y reserva con respecto a sus obligaciones. Al-

LA POÚrICA MONETARIA INTERNA
99
gunos tenían apenas el 4 o el 5 por ciento. Se les recomendó aumentar esa propor-
ción, para lo cual los mayores beneficios que los bancos obtuvieron con estas me-
didas fortalecieron su posición. El Banco Central, por lo general. ha indicado a los
bancos la conveniencia de no pagar dividendos superiores a 5 por ciento. y todos
han aceptado la de destinar todo el excedente de utilidades. primero, a sanear su si-
tuación. y luego, a constituir reservas. Especialmente en algunos bancos extranje-
ros comprobamos eso: un capital muy exiguo en relación a sus obligaciones. Sin
embargo. hemos logrado. sin ninguna disposición legal, simplemente por medio de
la persuasión. el compromiso de destinar parte de sus utilidades a aumentar sus ca-
pitales. (7)
Todas esas medidas se han ido logrando por persuasión. Y ahora puedo respon-
der bien la pregunta del seí'ior Cosío. Es cierto que un banco encuentra más conve-
niente descontar un documento al 5 por ciento que invertir fondos en papeles de
absorción de bajo interés. si considera que no tiene ninguna responsabilidad mone-
taria. Pero toda la política del Banco Central, desde sus primeros tiempos. fue la de
inducir a los bancos a considerar que no son una mera empresa comercial. sino una
parte del sistema monetario con responsabilidades efectivas. y que en ciertos mo-
mentos en que el Banco Central recomienda una política prudente de crédito. lo
hace inspirado en propósitos de orden colectivo. en cuya realización los bancos de-
ben colaborar sin dejarse guiar exclusivamente por su interés. Pero el Banco Cen-
tral no se desentendió. sin embargo. del interés de los bancos y no les recomendó
privarse de hacer operaciones ventajosas sin darles alguna compensación para for-
talecer su situación. Esta política de detener la baja del tipo de interés sirvió. sobre
todo en los primeros tiempos, para demostrar a los bancos que el Central no veía el
problema en forma unilateral. sino que estaba dispuesto también a cooperar con
ellos en una forma efectiva.
Sin embargo, no dejamos de reconocer que el certificado de participación en
los bonos consolidados no era un instrumento perfecto •. por cuanto no había nada
en él que impidiese que un banco. en un momento dado. dejase vencer sus certifi-
cados a los 90 días y obtuviese el dinero necesario para salir a hacer nuevas opera-
ciones de préstamo. Nada había dentro del mecanismo que no fuera la autoridad
moral del Banco Central. Por ello éste consideró conveniente la colocación de ese
papel en el público y no en los bancos. porque en esa forma, éstos ya no son más
los tenedores potenciales del efectivo que el Banco Central les ha retirado. Supon-
gamos que el Banco Central encuentra que hay 200 millones de pesos de excedente.
Si coloca los certificados en los bancos. retira los 200 millones, pero nada impide
que un banco. cuando venzan esos certificados. utilice el dinero en la expansión
del crédito. Es cierto que el Banco Central siempre puede obrar subiendo los tipos
de interés y atrayendo a intereses más altos el dinero de los bancos. pero con todo.

100
RAÚL PREBISCH
esa política abre algunas puertas un tanto peligrosas. En cambio. si en lugar de ab-
sorber esos 200 millones directamente de los bancos. el Banco Central actúa direc-
tamente en el público. recoge 200 millones de poder de compra y, al mismo tiem-
po, 200 millones de efectivo que sale definitivamente de las arcas de ese banco por
los cheques que el público gira para pagar al Banco Central. La política. entonces.
es mucho más eficaz e independiente de la acción de los bancos. (8)
Pero no pudimos seguirla en los primeros tiempos del Banco Central por la sen-
cilla razón de que no había un mercado a corto plazo. que hemos ido formando con
las letras del Gobierno. Hoy está formado. y hace muy pocos meses el Banco Cen-
tral ha salido a la plaza a colocar sus certificados. Pudo haber salido. desde el pun-
to de vista técnico. tres años antes. porque el mercado estaba ya formado. maduro
para recibir el papel del Banco Central; pero como veremos al estudiar su política
en la última etapa, no lo hizo. porque el Gobierno necesitaba acudir al mercado
para colocar sus propios papeles. (9)
Como hemos dicho. en el desrurnllo de la fase ascendente. conforme va cre-
ciendo el efectivo de los bancos, el Banco Central ofrece más papeles y va reco-
giendo dinero. de manera que si vemos la línea de efectivos. encontramos con que
oscila en tomo a una horizontal; los medios de pago durante ese período crecen
con menos intensidad que la línea de oro y divisas. a pesar de una ligera expansión
del crédito. a la cual el Banco Central no da mucha importancia, porque es inferior
a la transfmmación de depósitos corrientes en depósitos de ahorro. En la medida en
que aumenta el volumen de los depósitos de ahorro. no crea nuevo poder de com-
pra con el aumento de los préstamos. porque. por un lado. se absorbe poder de
compra por los depósitos de ahorro y. por otro lado. se crea con el crédito; de ma-
nera que dentro de esos límites. no hemos objetado cierta expansión del crédito du-
rante la fase ascendente. Es lo que explica. p1incipalmente. que los medios de pago
hayan crecido menos que el oro y las divisas. Así, pues. en esta fase ascendente no
hubo ninguna razón para que las importaciones aumentaran con mayor intensidad
que el oro y las divisas. que. en última instancia, las engendra un aumento de la
cantidad de medios de pago. En esa fase ascendente. pues. el Banco Central logró
realizar la política que primitivamente se había propuesto.
Vamos a ver en la próxima conversación qué ocuITe en la fase descendente. Ahí
el Banco empieza a apartarse de la política que previamente se había propuesto se-
guir. con lo cual entramos en la segunda etapa en la evolución de nuestros concep-
tos monetarios.
Enero 28. 1944

LA POLITICA MONETARIA INTERNA
101
SEGUNDA ETAPA: LA DE TRANSICIÓN
Polftica monetaria en la/ase ascendente en general
En la conversación anterior sobre la política de regulación monetaria interna.
dijimos que su concepción había pasado, en nuestro país desde que el Banco Cen-
tral comienza a funcionar. por tres fases distintas. Explicamos en ella.cómo se de-
sarrolla inicialmente. precisamen.te cuando el Banco Central se ve por la primera
vez ante un ciclo económico. Vimos cómo durante la fase ascendente el Banco
Central sigue una activa política de absorción de fondos mediante sus. certificados
de participación. el Fondo de Divisas, la repatriación de la deuda y. además. con su
acción moral sobre los bancos, recomendándoles cautela en la expansión del crédi-
to y facilitándoles la coordinación de su política, auspiciando un convenio de tasas
mínimas de interés. También vimos que esa política había logrado sus propósitos
durante la fase ascendente evitando que el aumento de los efectivos de los estable-
cimientos de crédito lleyara a la expansión de sus operaciones de préstamo: de tal
suerte que en esa fase no se crea mayor cantidad de poder de compra que la que
proviene del movimiento del balance de pagos, o sea. de las exportaciones y de las
inversiones de capital. Antes bien, la cantidad de medios de pago que se crea es in-
ferior en virtud de. su neutralización que se opera por medio de los depósitos de
ahorro que crecen en esa fase ascendente. Por lo tanto, las importaciones tendieron
a aumentar en ella en forma correlativa a las divisas incorporadas al país. divisas
sobre las cuales se creó la cantidad adicional de medios de pago.
Comienza una/ase depresiva
Vamos a entrar ahora al examen de la segunda etapa en el desenvolvimiento de
las ideas monetarias del Banco Central. Se trata de una etapa de transición en que
las ideas primitivas no actúan ya con la misma fuerza y se empieza, por tanto. a re-
considerar la política en vista del giro que toma la realidad. En la segunda mitad de
1937 comienza la fase descendente del ciclo: la industria del país. las consfruccio-
nes y la actividad económica general, se desarrollaban en fonna satisfactoria. Mas
al comenzar la contracción del poder de compra en la fase descendente. esas activi-
dades empiezan a resentirse de acuerdo con el fenómeno perfectamente comproba-
do de que para reducir las importaciones es necesario reducir con mayor amplitud
el volumen de la actividad económica interna. según vimos al explicar el movi-
miento cíclico en general. El Banco Central. al iniciarse este fenómeno. estaba más
bien predispuesto a considerar esa contracción de la actividad económica interna

102
RAÚL PREBISCH
como un acontecimiento lógico y natural, indispensable al mismo tiempo para re-
ducir la importación y establecer el equilibrio en el balance de pagos.
Pero a medida que se desarrolla la fase descendente. empezamos a observar
ciertos elementos expansivos en el cuadro monetario: en primer lugar. el Banco de
la Nación Argentina comienza a desaITollar sus operaciones de crédito agrario en
virtud de una nueva ley que dicta el Congreso Nacional: más tarde. a fines de
1938, es necesario volver a comprar excedentes de trigo. lo cual requiere también
cierta política expansiva; y mucho más tarde. en 1941. el déficit del presupuesto.
resultado. en parte. de la intluencia de la guerra, también lleva a la dilatación del
crédito.
¿En qué consisten esas operaciones del Banco de la Nación? Debe recordarse
que al iniciarse el Banco Central y el lnstitu~o Movilizador. se sanea a fondo el
Banco de la Nación, razón por la cual se encuentra, después de muchos años. libre
de la carga opresiva del redescuento y de los préstamos al Gobierno y en condicio-
nes de dedicarse con intensidad a sus funciones específicas de ayuda a la agricultu-
ra. al comercio y a la industria. que en virtud de las otras operaciones se había visto
fonado a desatender. Es natural, pues, que al encontrarse con efectivos abundantes
(alrededor de un 25 por ciento de efectivo con relación a sus depósitos). el Banco
de la Nación acogiera con interés las operaciones agrarias que la nueva ley le per-
mitía realizar a plazos mayores que los habituales y operaciones de distinta índole
destinadas a favorecer al productor agrario. En esas condiciones. el Banco de la
Nación, en plena fase descendente. empieza a utilizar el dinero _que antes había in-
vertido en los certificados de absorción del Banco Central en incrementar sus prés-
tamos.
Y es ahí cuando nos encontramos. por primera vez, frente a una nueva realidad.
planteándose esta pregunta: ¿debe insistir el Banco Central ante el Banco de la Na-
ción en que postergue esas operaciones y no siga incrementando con ellas el poder
de compra de la campaña que. naturalmente. disminuía porque eran menores las
exportaciones?
Estabilidad intema y equilibrio del balance de pagos
En otros términos, ¿debe contribuir el Banco Central a que se comprima la acti-
vidad económica interna y lograr así el perfecto equilibrio del balance de pagos, o
debe dar preeminencia a la actividad económica interna y buscar otros resortes
para actuar sobre el balance de pagos? Tal fue la cuestión que se nos planteó a par-
tir del segundo semestre de 1937, y con tanto más fuerza cuanto más aguda era la
fase descendente. No tarda en comprender el Banco Central su responsabilidad in-

LA POÚfICA MONETARIA INTERNA
103
tema frente a la situación económica y. sobre todo, frente al hecho nuevo en la
vida argentina de una industria que trabajaba afanosamente desde hacía pocos
años. Se inclina entonces a proteger la actividad económica interna y recurre nue-
vamente a las medidas de control de cambios para evitar que el nuevo poder de
compra que crea el Banco de la Nación para ayudar a las actividades agrarias y que
luego se propaga por los distintos sectores de la economía. no repercuta sobre las
importaciones, sino que siga circulando dentro del propio mercado local.
Tomada esta decisión, el Banco recomienda al Ministerio de Hacienda que
vuelva a usarse el permiso de cambio como instrumento restrictivo de las importa-
ciones. Recordemos que en la fase ascendente el permiso había perdido tal ca-
rácter, para convertirse en un instrumento de política económica que facilitara la
aplicación de los convenios de pagos celebrados por el país. Además. recomienda
al Ministerio sacar del mercado libre de cambios las importaciones que hasta ese
momento se podían hacer sin permiso de ninguna naturaleza, para llevarlas al mer-
cado oficial, sometiéndolas al mismo régimen de permisos de las otras importacio-
nes. Esto significó un paso atrás en el concepto que se tenía acerca del mercado li-
bre de cambios. Al examinar con un espíritu crítico las medidas de control de
cambios. que hasta ahora nos hemos limitado a describir, examinaremos aquella
medida .. Por cierto que al dar este último consejo. el Banco Central tuvo en cuenta
el volumen considerable que las importaciones habían adquirido a través del mer-
cado libre de cambios, pues llegaron a 335 millones de pesos en 1938.
En fin, nos vemos nuevamente frente a los hechos concretos que nos llevan a
afrontar un mal necesario para prevenir males mayores. El Banco, desde luego. no
entra en este camino sin ciertas reticencias y vacilaciones. de las cuales da una cla-
ra idea la Memoria de 1938. Al referirse a las operaciones de crédito agrario, afir-
ma que "no se ha tratado. en realidad, de una mayor demanda de crédito normal
por las actividades económicas del país, sino que ha sido más bien ~l resultado de
la aplicación de la Ley de Crédito Agrario, los adelantos requeridos por las com-
pras de la Junta Reguladora de Granos y las necesidades fiscales" (pág. 22). Esto a
manera de advertencia de que nos estamos desviando de la política que antes se ha-
bía preconizado de adecuar estrictamente los medios de pago al volumen de nego-
cios. haciendo bajar aquéllos cuando éstos disminuyen, pero sin tratar de influir so-
bre el volumen de negocios.
Y a continuación se señala que "en virtud de este hecho, la declinación cíclica
en la cantidad de medios de pago ha sido inferior a la que hubiese correspondido a
causa del egreso de divisas (reconociéndose que) así se ha contribuido, sin duda. a
mantener la actividad económica interna en un nivel relativamente alto, si se tiene
en cuenta la fuerte contracción de las exportaciones. Pero a la vez, se ha propendi-
do, como era natural, a que las importaciones continúen también con un volumen

104
RAÚL PREBISCH
elevado. a tal punto que ... han llegado a constituir uno de los factores principales
del desequilibrio del balance de pagos" (pág. 22). Luego se explican las medidas
restrictivas sugeridas al Gobierno. agregándose que "es lógico esperar que. como
está sucediendo. el ¡x>dcr adquisitivo que debido a ello (a las restricciones de las
importaciones) no puede ya estimular desproporcionadamente a la importación. se
desviará en gran parte hacia la industria en la medida en que no se transformen en
ahorro. y que este ahorro no se emplee por los bancos. Por consiguiente. esta in-
dustria. que de otro modo sufriría con una intensidad mucho mayor. .. los efectos
de una exportación muy menguada. no sólo podrá mitigar en grado apreciable tales
consecuencias, sino que en algunas de sus ramas es capaz de alcanzar el desarrollo
de sus buenos tiempos" (pág. 23).
En seguida se hace una prevención cautelosa acerca del peligro que podría sig-
nificar una expansión excesiva de esa industria, advirtiendo que pasado el punto en
que ella trabaja a plena capacidad. sería imprudente alentar su ampliación mediante
los préstamos bancarios: "el momento -se afirma- no es propicio para ello. pues.
por un lado. aumentarían las inmovilizaciones de crédito y. por otro. se llegaría a
una inconveniente sobrecapitalización. a una inversión excesiva en plantas indus-
triales, bajo el estímulo ficticio de un poder adquisitivo que. al volver más tarde a
su cauce y volumen naturales. plantearía un grave problema de superproducción"
(pág. 23). Se ven, pues, las reservas con que el Banco Central acepta esta situación
creada al país por la fase descendente y la expansión del crédito.
A renglón seguido. la misma Memoria comenta la nueva interpretación que po-
dría darse a la política monetaria: "De todo lo que se ha dicho ... se desprende que
la política monetaria puede proponerse dos objetivos frente al desarrollo del ciclo
económico. El primero consiste en evitar que la expansión del crédito acentúe la
intensidad de los movimientos ondulatorios y conduzca en el balance de pagos a
un desequilibrio tanto más fuerte cuanto mayor haya sido en esa forma el sobrecre-
cimiento de las importaciones" (págs. 23-24 ). Este es el concepto al cual se atiene
primitivamente el Banco Central. "El segundo objetivo va más lejos. No se limita a
evitar que estas fluctuaciones se acentúen, sino que se propone. además. reducir su
amplitud y disminuir la intensidad con que varía la masa del poder adquisitivo du-
rante el proceso cíclico, para atenuar las consecuencias de tales variaciones sobre
el volumen de la actividad económica interna" (pág. 24). Expresa a continuación
que para retirar con ese objetivo poder adquisitivo en la fase ascendente es indis-
pensable poder colocar los certificados no ya en los bancos. sino en el público. y a
propósito. hace esta consideración: "la colocación de estos papeles en los bancos
no tiene toda la eficacia necesaria. según lo ha confinnado la práctica. porque es
una inversión transitoria. susceptible de liquidarse en breve plazo, si se desea colo-
car los fondos en otras inversiones" (pág. 25). Por eso prefiere el Banco Central ir

LA POÚf!CA MONFrARIA INTERNA
105
directamente al público y retirar el dinero de sus manos o indirectamente el efecti-
vo de los bancos: pero para ello se requiere la fmmación de un mercado a c0110
plazo que <;staba en esos momentos en su iniciación, por lo cual no era posible
practicar inmediatamente esa política.
En la misma Memoria del Banco Central se sugiere la importancia que tendría
en lo futuro una gran acumulación de títulos de propiedad del Banco (de los cuales
ya tenía 50 millones en ese momento, y tiene 100 actualmente), para poder usarlos
como masa de maniobra en el momento necesario, para absorber dinero de manos
del público y reforzar de ese modo su política de neutralización de poder de compra.
Así se pasa por los primeros tiempos de la fase descendente hasta que a fines de
1938, según ya dije, tiene que volver a comprarse excedentes de trigo, lo cual com-
porta una nueva expansión de crédito. una nueva incorporación de poder de compra
que sustituye al que va cancelando el déficit del balance de pagos, con efectos mo-
netarios y económicos similares a los de expansiones anteriores, pero con esta parti-
cularidad: en el presente caso el control de cambios permitiría desviar esos medios
de pago a la industria. sustrayéndolos, en cierta medida, de las importaciones.
Se le plantea al Banco Central este nuevo problema. El Banco y el Gobierno se
hallaban en absoluto acuerdo en cuanto a la necesidad y oportunidad de comprar
esos excedentes de granos. invendibles. por el momento, en el mercado internacio-
nal. Pero. ¿qué habría sucedido si el Banco Central hubiese tenido una forma dis-
tinta de pensar. si. por ejemplo, hubiera creído inconveniente esta política del Go-
bierno? ¿Qué argumentos habría presentado para oponerse a ella? ¿Habría
sostenido la conveniencia de una depresión agraria e industrial para equilibrar el
balance de pagos y asegurar la estabilidad monetaria en forma natural y espontánea
a expensas de la actividad económica interna? Basta plantear ese problema para
darse cuenta de la imposibilidad práctica y la inconveniencia de sugerir semejante
orientación. Es este nuevo hecho el que continúa promoviendo la evolución de los
conceptos monetarios del Banco Central frente a la realidad económica del país.
Por cierto que la experiencia nos demuestra que estas interferencias de la política
financiera del Gobierno en la política monetaria no llevan siempre la misma direc-
ción que en el caso presente, en que ya estaba evolucionando la política monetaria.
La experiencia también nos demuestra que un Banco Central no puede contrarres-
tar ni oponerse a la orientación financiera del Gobierno, ya que sólo dispone de su
autoridad moral y de su fuerza de persuasión. punto éste que tiene un gran interés.
según lo hemos visto en la práctica, para el desrurollo adecuado de la política mo-
netaria y sobre el cual me permitiré volver cuando estudiemos los planes de acción
futura. De paso afinnaré esta convicción: considerando la política financiera del
Gobierno como un hecho que el Banco Central no puede alterar por su propia deci-
sión, éste se encuentra dentro de un régimen de control en mejores condiciones

106
RAÚL PREBISCH
para sacar de ese hecho el máximo de ventajas y reducir las perturbaciones hasta
donde sea posible. que dentro de uno de patrón oro o de moneda depreciada. An-
ticipo la idea. reseivándome la oportunidad de tratar de d<tmostrar la verdad de este
aserto. En este caso concreto que estamos considerando lo que permite precisamen-
te afrontar esa situación es el control de cambios. y aquí entramos en la tercera eta-
pa del pensamiento monetario del Banco Central.
LA TERCERA ETAPA: LA POLÍTICA EXPANSIVA DEL CRÉDITO
Perturbaciones iniciales de la guerra
Esta tercera etapa nos lleva decididamente hacia adelante en la aplicación del con-
cepto monetario que se iba desaiTOllando en la etapa de transición. Es la guerra la que
nos lleva, con sus primeras consecuencias, a definir claramente la política a seguir.
En los primeros momentos. desde luego, la guerra se manifiesta con un gran sa-
cudimiento bursátil. con grandes preocupaciones en los bancos. que temen la reper-
cusión de los acontecimientos que se habían producido durante la guerra anterior.
El Banco Central interviene decididamente en la Bolsa, compra cantidades consi-
derables de títulos y restablece la calma en pocos días. Lo mismo sucede en los
bancos, a los cuales les ofrece ilimitadamente el redescuento contra simple presen-
tación de papeles: para mantener la confianza pública, les recomienda. al mismo
tiempo, el máximo de prudencia en las restricciones de crédito que ya habían co-
menzado en algunos establecimientos.
Ese período inicial de riesgo de contracción. tanto bursátil como monetai·ia.
dura muy poco tiempo y ll!, situación tiende rápidamente a normalizai·se desde ese
punto de vista; pero desde otro. comienza a tomar un giro inquietante. En efecto.
1940 fue para nosotros un año de grandes preocupaciones. Desciende intensamente
nuestra exportación por la pérdida de los mercados europeos; y se desvían fuerte-
mente las importaciones hacia Estados Unidos, planteándonos un serio problema
de "déficit en nuestro balance de pagos de divisas libres", expresión que ya ha-
bíamos comenzado a usar desde el momento que la Gran Bretaña empezó a blo-
quear nuestros saldos favorables. A tal punto llega la gravedad con que se insinúa
y se desaiTOlla esta situación, que para 1941 preveíamos un déficit de 500 millones
en nuestro intercambio con la zona de divisas libres, principalmente con Estados
Unidos. En la situación económica interna se perfilan con claridad síntomas de de-
clinación en los negocios y especialmente en las construcciones. que en nuestro
país tienen una importancia fundamental; es la principal industria e inlluye no sola-
mente en las industrias conexa<;, sino en toda la actividad económica interna.

LA POLÍTICA MONETARIA INTERNA
107
Ante tal situación. el Ministerio de Hacienda. ocupado nuevamente por el doc-
tor Pineda. creador del Banco Central. trabaja de común acuerdo con éste para ela-
borar un vasto plan de reactivación económica. basado en una política monetaria
decididamente expansiva. pero aplicada dentro de un circuito monetatio controlado
en sus conexiones exteriores por el mecanismo del control de cambios.
El plan de reactivación económica
Este plan se basa en el concepto de que es posible estimular la actividad eco-
nómica inyectando en ciertas zonas de ella cantidades moderadas de medios de
pago para estimular la demanda interna. A juicio del Gobierno. compartido por el
Banco Central. el país se encontraba en ese momento ante el peligro de las conse-
cuencias que traerüm consigo los grandes excedentes de productos invendibles:
malestar agrario. preocupación en toda la campaña. repercusión en la industria y en
la ocupación de las ciudades: en síntesis, amenaza de postración económica gene-
ral. El Gobierno consideraba difícil justificar que la industria y la actividad eco-
nómica del país se redujera en ese momento. cuando justamente podría operar con
el máximo de intensidad para suplir con la producción interna gran parte de los ar-
tículos que ya no venían por conducto de la importación. Por entonces ya había
síntomas de desocupación, precisamente cuando había mucho trabajo que hacer
dentro de la economía nacional para contrarrestar las graves conse<cuencias de la
disminución de las importaciones. Este no es un mal int1inseco en el proceso eco-
nómico -se expresaba en seguida-. sino un mal en la forma en que el proceso
funciona. Cuando declina el poder de compra y la demanda. se propaga la depre-
sión de rama a rama de la actividad. de negocio a negocio. creando continuamente
nuevos desocupados. que transmiten con mayor amplitud el movimiento depresivo.
Es una espiral que se va encogiendo progresivamente.
El propósito del plan era detener el movimiento de la espiral primero. e invertir-
lo después. Dar poder de compra a ciertas zonas propicias de la economía para que
esa espiral, en lugar de seguir encogiéndose hacia adentro. se desenvolviera hacia
afuera, extendiendo gradualmente el movimiento expansivo a todas las ramas de la
economía interna.
¿Cómo llevar a la práctica esta política expansiva'? En tres formas: primero. por
la compra de los excedentes de cosechas. no solamente de trigo. sino de maíz. que
ya se agregaba al cuadro sombrío que se presentaba en esos momentos: segundo.
por amplios planes de construcción: y. tercero. por la financiación de la industria.
En cuanto a los gastos públicos. y contrariamente a lo que se había hecho en la
anterior depresión de la crisis mundial. se adopta esta actitud: la contracción vio-

108
RAúL PREBISCH
lenta de los gastos. ya sea por reducción de sueldos, o del número de empleados. o
por la limitación de las obras públicas. había agravado el problema. creando nue-
vos desocupados e incidiendo desfavorablemente sobre la industria. las construc-
ciones y la actividad económica. No se trata. a juicio del Gobierno. de hacer lo
contrario. de acrecentar los gastos de la administración. sino de acrecentar los gastos
en el campo de la economía privada, sin preocuparse momentáneamente del pro-
blema financiero. El problema financiero se resolveóa fácilmente a medida que la
economía se recuperase dando al Gobierno mayores recaudaciones y mejores opor-
tunidades para percibir nuevos impuestos. Se piensa. por ejemplo. gravar los exce-
dentes de los beneficios que la reactivación económica produce a la industria. Pri-
mero la econmnía. se dice: después las finanzas.
En cuanto a la construcción. si va bien -se dice- todo lo demás irá bien. Aser-
to que tiene un gran fondo de verdad en nuestro país debido a la importancia consi-
derable de la construcción. Ultimamente las cifras del valor de todas las obras priva-
das y públicas han llegado a cerca de 900 millones de pesos. lo cual da una idea de
la magnitud de esta actividad. Porotro lado, se observaba con justa razón que no había
peligro alguno en la realización de un vasto plan de construcción de viviendas mo-
destas para empleados y obreros puesto que la demanda era considerable y crecía de
año en año con las nuevas generaciones. No había, pues. el peligro de superproduc-
ción. toda vez que resolviéndose atinadamente los problemas técnicos y eco-
nómicos que plantea la construcción. se pueden hacer casas a precios moderados y
en condiciones favorables de crédito. El desarrollo de este plan se basa en la posibi-
lidad de utilizar una gran proporción de materiales nacionales y no extranjeros.
En cuanto a la industria. el problema del Gobierno se basaba en esta considera-
ción fundamental: precisamente las épocas de mayor desarrollo industrial en la Ar-
gentina habían sido la crisis mundial y la primera guerra europea. o sea. cuando el
país se vio forzado a industrializarse para suplir lo que no podía importru·. Se pre-
sentaba nuevamente esa oportunidad y el Gobierno estaba empeñado en aprove-
charla facilitándole crédito a largo plazo en condiciones adecuadas. No voy a en-
trar en la explicación del régimen que se había concebido para resolver este
problema. pero sí señalaré que el control del volumen de los fondos prestables. tan-
to en materia de crédito industrial como en mate1ia de construcciones. dependía en
última instancia del Banco Central. quien iba a tener la llave para alimentru· a las
distintas entidades existentes. No se creaba ninguna nueva ni para el crédito indus-
trial ni para el crédito a las construcciones. Se optó por este procedimiento. en gran
prute. para evitar la influencia de entidades especiales cuya preocupación funda-
mental sería. como es natural. aumentar persistentemente sus negocios. indepen-
dientemente de toda consideración de orden cíclico. En cambio un Banco Central
está en mejores condiciones para regulru· el volumen de fondos prestables de acuer-
do con la fase cíclica en que el país se encuentre.

LA POLÍTICA MONETARIA JN1ERNA
109
Por cierto que gran parte de los recursos necesarios para poner en marcha este
plan de reactivación tenía forzosamente que extraerse del mismo sistema bancario,
puesto que en ese año de 1940 que estoy considerando, en el que principiaba una
depresión, la actividad bursátil. la capacidad de absorción del público. no habrían
permitido entrar en planes de la magnitud del que se pensaba. Al considerar este
punto. el mensaje del Poder Ejecutivo expresa que se busca un estímulo muy dis-
tinto en sus efectos al que pudo aplicarse en años anteriores de activo movimiento
económico interno. Agregar entonces --decía aquel documento-- nuevo poder de
compra al que surgía de las exportaciones y de la afluencia de capitales extranjeros
era hacer rebasar el movimiento con un desarrollo inmoderado de la importación,
con todas sus consecuencias. Pero no así cuando la actividad económica se va en-
cogiendo más y más por el debilitamiento de las exportaciones. En este último caso
se procura que con el incremento de poder de compra la actividad se dilate, pero
dentro de las propias fronteras del país. siempre que se impida firmemente que las
importaciones crezcan más allá de un límite prefijado. o sea, dentro de un circuito
severamente controlado.
Esto representa también. como advertirán ustedes, una clarísima evolución del
concepto con que se aplicaría el control de cambios. En su concepción primitiva
era un mero instrumento restrictivo para lograr el equilibrio del balance de pagos:
ahora lo vemos aparecer como instrumento de una política de intensificación del
movimiento económico interno.
El sistema de colaboración de los bancos que se ideó para expandir el poder de
compra resultó un tanto complicado, y no estoy seguro de que volvería a concordar
con esas ideas. porque la experiencia demuestra que cuanto más simples sean los
medios, tanto más fácil de ponerlos en práctica y persuadir a quienes tienen que
aplicarlos. El sistema por el cual los bancos cedían al Banco Central una parte de
sus depósitos a corto plazo era un tanto complicado. El Banco Central prestaba
esos fondos a los mismos bancos. a largo plazo: a medida que esos fondos. después
de cumplir su función en el mercado. regresaban a los establecimientos de crédito.
éstos debían depositarlos nuevamente en el Banco Central. quien reponía a cada
banco el efectivo que antes había egresado en proporción a la salida que había ex-
perimentado. Al mismo tiempo se establecía el control de los efectivos para evitar
una desmesurada expansión del crédito. Nuestro Banco Central no tiene facultad
para regular los efectivos de los bancos. En el proyecto que estoy examinando. se
le daba esa facultad ilimitadamente. hasta llegar al 100 por ciento del efectivo en
caso necesario.
También se pensó acudir a empréstitos exteriores para poder pagar las importa-
ciones indispensables que el país requería. Se obtuvo uno de 20 millones del Ex-
port-Import Bank a mediados de 1940 y otros por 110 del Export-Import Bank y

110
RAfJL PREBISCH
del Tesoro a fines del mismo año. que desgraciadamente no pudieron utilizarse por
dificultades* políticas: el Congreso no dio la autorización al Poder Ejecutivo para
la formalización de estas operaciones.
Esas mismas dificultades desbaratan el plan de reactivación de la economía. Sin
embargo. las perspectivas que ofrece 1941 hacen cada vez menos necesaria la apli-
cación de un plan de esta índole. puesto que ella se va produciendo naturalmente.
como en Estados Unidos. que en 1940 había estado prácticamente ausente del mer-
cado de ciertos productos en Argentina. para después comprm· en fonna muy acti-
va. Ello alivia nuestras preocupaciones con respecto al balance de pagos. pe1mite
distribuir cambio con m~ís liberalidad. da mayor poder de compra a la economía in-
terna y cambia rápidamente el cuadro de la situación.
Este nuevo acontecimiento comporta de paso una enseñanza para la política
monetaria futura. Estamos expuestos en nuestro país a cambios muy rápidos e im-
previstos en la situación económica. De un momento de sombrío pesimismo. de ne-
gras perspectivas. como fue 1940. pasamos. con unos meses de transición. a una si-
tuación opuesta. Esto aconseja dar una gran flexibilidad a los planes monetarios o
financieros para poder adaptarse rápidamente a los cambios en la situación. Basta
rel1exionar lo que habría ocurrido ele haberse iniciado el plan ele construcciones y
si al poder de compra lanzado en esa forma se hubiese agregado el nuevo poder
de compra derivado del aumento ele las exportaciones: se habría dilatado exagerJ-
clamente la circulación. con las consecuencias perniciosas que tiene siempre. Lo
peligroso en estos planes es detener el impulso cuando sobrevienen factores de otra
índole que hacen innecesm"io proseguirlo. También volveremos sobre este punto al
considerar los planes futuros.
Tal vez resulte excesivo para ustedes continuar esta explicación que podríamos
dejarla para una nueva conversación. Esta explicación concierne a los aconteci-
mientos que se desarrollan en los años 41, 42 y 43, los cuales. en síntesis, nos lle-
van a comprobar que la reactivación que no pudo llevm-se a la práctica en la forma
proyectada internamente. se hizo. en realidad. bajo impulsos análogos. pero prove-
nientes del exterior: creación de poder de compra por un lado. restricción de la im-
portación por otro. Pero no la restricción racional que dentro de un plan podía ha-
berse hecho. sino la restricción impuesta desde fuera sin tener siempre en cuenta
las condiciones y necesidades del país. Pero a pesar ele eso, se pudo desarrollar en
esos años un grado muy intenso de actividad productiva.
En la próxima conversación. por lo tanto podríamos terminm· el examen de lapo-
* N. del Ed. En el original dice "porque sobrevienen políticas". posiblemente un error de transcrip·
ción. Hemos puesto "dificultades" porque corresponde al contexto, y además Prebisch utili1,1 esa expre-
sión en la nota 10 (Cambio final de ideas) de este capítulo.

LA POLfrJCA MONETARIA INTERNA
111
lítica de regulación interna del Banco Central y hacer un rápido examen de la situa-
ción monetaria presente. Con esto terminaríamos lo que concierne a este punto. ( l 0)
Febrero 2. l 944
LA SITUACIÓN MONETARIA PRESENTE
Combinación de la política monetaria illfema
En la última conversación no pudimos terminar por falta de tiempo la explica-
ción de la política de regulación monetaria. Habíamos llegado a su tercera etapa.
aquella en que el Banco Central considera que combinando la expansión del crédi-
to con la política de cambios. es posible lograr un alto grado de actividad eco-
nómica intema. A poco de haberse pensado en un plan de esta naturaleza se pre-
senta espontáneamente la condición más favorable para ello: el crecimiento de las
exportaciones. También se cumple otra condición que el plan presuponía: el con-
trol severo de la importación. pero no ya como una medida nacional aplicada racio-
nalmente según las necesidades del país. sino por obra de las restricciones impues-
tas por Estados Unidos. De manera que. por un lado. crecen los medios de pago y.
por otro. el país. privado de gran parte de sus importaciones. tiene que desviar los
medios de pago hacia la economía interna. Lo que ocurre en los años 1942 y 1943
significa, a mi juicio. la comprobación concreta de la forma en que se puede actuar
sobre la actividad económica interna.
No deja de ser interesante observar que precisamente por la acción de Estados
Unidos. se vio forzado a restringir sus importaciones. la Argentina ha venido a
comprobar en forma bien clara las posibilidades de usar el control de cambios
(contra el cual había protestado siempre Estados Unidos) como instmmcnto com-
plementario de la política monetaria.
Hay, sin embargo. una gran diferencia. desde el punto de vista psicológico. en-
tre lo que ha ocurrido en la realidad y lo que pudo haber ocurrido con la aplicación
de un plan de expansión. La diferencia es ésta: cuando la realidad impone fatal-
mente esas soluciones. se las toma como tales. como el resultado inevitable de los
acontecimientos; pero en este caso las repercusiones psicológicas son más bien dé-
biles. En cambio. cuando es el resultado deliberado de un plan, las preocupaciones
de orden psicológico, las dudas acerca de la posibilidad de lograr un resultado con-
creto en la etapa experimental en que todavía se encuentra el mundo tras la
búsqueda de nuevas soluciones monetarias, actúan muchas veces en sentido desfa-
vorable y a veces pueden pc1:judicmfo seriamente, puesto que en un ambiente de

112
RAÚL PREBISCH
desconfianza y zozobra la actividad económica no se desairnlla satisfactoriamente.
Vamos a examinar rápidamente lo que ocurre en esos dos años de 1942 y 1943.
El poder de compra crece en nuestro país con mayor intensidad que la que habría
sido necesaria para estimular la actividad económica, por obra de factores externos
e internos. Entre los externos. el aumento de exportaciones. aumento no acompa-
ñado por uno similai· de importaciones y afluencia de capitales. Entre los internos.
la expansión de crédito provocada por la necesidad de seguir comprando grandes
cantidades de granos invendibles. y la provocada por el déficit fiscal. Por el es-
tímulo de esta dilatación del poder de compra que se repai·te entre todos los secto-
res ele la actividad económica interna. ésta alcanza en nuestro país en el 42 y el 43
los niveles máximos que se han registrado en nuestra historia económica. tanto en
la producción industrial como en las construcciones públicas y privadas.
La industria en nuestro país se encontraba preparada de algún tiempo atr:ís para
afrontar este proceso expansivo. En efecto. recordarán ustedes que para luchar con-
tra la crisis mundial se acude a los derechos aduaneros: después. cuando se despla-
za el tipo ele cambio en el año de 1933. se encai·ece el precio de las importaciones
extranjeras y esto significa un estímulo adicional: asimismo las regulaciones cuan-
titativas a la importación se aplican con frecuencia no sólo para aliviar la presión
de los cambios. sino también para fomentai· la industria local. Como resultado de
tocios estos factores. la industria ai·gentina se desenvuelve rápidamente en aquellos
años: pero. por desgracia. no ocurre este crecimiento de acuerdo con un plan or-
gánico, sino en virtud de medidas generales que promueven el desarrollo tanto de
industrias favorables para el país. que tienen verclaclera consistencia. como de in-
dustrias ai·tificiales. A pesar de ello. la Argentina pudo darse cuenta. durante la
guerra mundial. ele la importancia que pai·a el robustecimiento de su economía ha
tenido el crecimiento industrial: y no obstante tocias las dificultades de abasteci-
miento de materia prima y de maquinaria. ella ha podido satisfacer con bastante
eficacia las necesidades coITientes de la población.
Unas pocas cifras servirán pma señalar la intensidad de este fenómeno: el volu-
men físico ele la producción industrial en nuestro país ha crecido en 55 por ciento
entre 1935 y 1942: el valor. desde luego. aumentó debido al alza de los precios. en
110 por ciento. Es interesante también comparai· la relación entre la industria y la
agricultura y la ganadería en un país esencialmente agropecuario como el nuestro:
en 1935 el valor aproximado ele la producción agropecuaria se estimaba en 2.900
millones y el de la industria en 3.330 (hay que tener en cuenta que gran pai·te de las
materias primas de la industria son de origen agropecuario): en 1942 el valor de la
producción agropecuaria había llegado a 3.500 millones y el ele la industrial a
7 .000 millones.
Para destacar mejor el significado de este fenómeno. traigo aquí las cifras del

LA POÜBCA MONEfARIA INTERNA
113
valor agregado por la industria a los materiales que ella emplea en comparación
con el valor neto de la producción agropecuaria. El valor neto elaborado por la in-
dustria en 1942 era de 2.650 millones contra 2.700 en la producción agropecuaria.
Ambos pues, se hallaban nivelados. En 1935 las cifras respectivas habían sido de
1.300 para la producción industrial y de 2.150 para la producción agropecuaria.
La expansión de medios de pago estimula considerablemente este desarrollo de
las industrias al crear y mantener una demanda persistente para sus productos. Sin
embargo, el proceso expansionista. tanto por los factores internos como los exter-
nos que he señalado, tiende a sobrepasar el límite de lo razonable y ello preocupa
sobremanera al Banco Central. que hace escuchar su voz en el Ministerio de Ha-
cienda, llamando la atención sobre los peligros que esto c<'lmporta, ya que se había
llegado al estado de plena ocupación. Seguir creando medios de pago no habría te-
nido ya el efecto de acrecentar aquélla por falta de posibilidades físicas para hacer-
lo: sino que se habría manifestado en un crecimiento más intenso de los precios. El
Gobierno advierte este peligro inflacionista y en 194 l el Ministro de Hacienda.
doctor Acevedo. formula un plan para frenar el crecimiento de los gastos públicos,
pero sin disminuirlos y. al mismo tiempo, para retirar del público poder de compra
por medio de nuevos impuestos. Con este propósito se establecen tres impuestos:
uno sobre la exportación, similar al que ustedes tienen, destinado a captar el incre-
mento de precios en productos que, como la came, estaban subiendo en forma bas-
tante marcada: otro. sobre el excedente de beneficios, y el tercero no fue sino un
aumento del impuesto a los réditos. Este plan tropieza con una violentísima oposi-
ción de todos los afectados por esos impuestos. especialmente de los ganaderos. no
obstante que los recursos por obtenerse de las importaciones de carne no estaban
destinados a engrosar las recaudaciones fiscales sino a comprar libras bloqueadas
en la Gran Bretaña para ir resolviendo paulatinamente este problema. Es cierto que
la oposición se explica, en parle, porque con estos impuestos se iba acaso demasia-
do lejos: por ejemplo, en lugar de dejar al ganadero una pai1e del incremento de
precios para estimular el desarrollo de la producción, el Ministro trató de tomar el
total. De manera que este plan fracasa lamentablemente. y en 1942 nadie habla ya
de impuestos. En 1943 se produce el cambio de Gobierno. y ocupa el Ministerio de
Hacienda el señor Santamaiina. que había sido presidente del Banco de la Nación
y, como tal, miembro del Directorio del Banco Central. Compenetrado de los peli-
gros de la situación. esboza un plan, pero en vez de proceder como el Ministro an-
terior, llama a la misma gente que se había lanzado contra el plan de Accvedo, des-
trozándolo sin sustituirlo por otro nuevo. y les dice: "Señores, yo no tengo plan
alguno. acabo de llegar al Ministerio de Hacienda, la situación es ésta: si seguimos
con el aumento de gastos y con l:J contracción de los recursos, vamos fatalmente a
la inflación con tales y tales consecuencias: aquí tienen ustedes la situación por de-

114
RAÚL PREBISCH
!ante. estúdienla y si encuentran algún medio mucho más feliz que el de los nuevos
impuestos para corregir la situación. lo adoptaré con mucho gusto''. Así los pone
frente a los hechos y estos señores representantes de las principales fuerzas eco-
nómicas. conforme examinan la realidad. se dan cuenta de que era muy difícil en-
contrm una solución distinta de la de los impuestos. Y así. después de haberse
opuesto primeramente a ellos. terminan por recomendar al Ministro de Hacienda el
aumento del gravamen de réditos y un impuesto al excedente de beneficios: este
último. algo distinto del anterior que había sido un tanto tosco. En compañía de los
funcionarios del Gobierno elaboraron un impuesto bastante bien hecho por el cual
el excedente de los beneficios actuales con respecto a los beneficios de un período
representativo precedente. se grava fuertemente. El triunfo del Ministro Santamari-
na fue precisamente lograr que los mismos que pagarían el impuesto formularan el
plan. Desgraciadamente. por razones políticas tiene que renunciar don Jorge Santa-
marina. Y el sucesor aprovecha estos proyectos poniéndolos en vigor a principios
de 1944.
El Banco Central señaló también la conveniencia de procurar ¡xir todos los me-
dios posibles que el déficit no se siguiera cubriendo con créditos bancw"ios. sino
que se pnx:urara cubrirlo en su totalidad con emisiones de valores en el público y
no en los bancos. Y a eso felizmente se llegó en 1943. en que el público absorbió
aproximadamente 700 millones de tÍlulos. letras de tesorería y bonos del Tesoro. a
tal punto que no obstante el gran déficit de este año. se logró cubrirlo con poder ad-
quisitivo extraído del público y no que lo cubriera con poder adquisitivo nuevo el
sistema bancario. Por otro lado. esto coincidió con una circunstancia favorable: el
otro elemento de expansión de crédito que había actuado en forma intensa en años
anteriores dejó de obrar en 1943. a saber. la compra de cosechas. puesto que hubo
una cosecha pobre de maíz y las existencias anteriormente acumuladas empezru«in
a liquidru·se en el mercado. Así pues. a fines de 1943 el uso de crédito por concepto
de compras de cosechas era inferior que a fines de 1942. Con esto se neutralizaba
el segundo factor de inflación. Unido todo ello a un plan de no dejm· crecer los gas-
tos y de aumentru· los impuestos. pudo haberse llevado al país a una situación mo-
netaria más sana que la que se tenía.
El Banco Central. por su lado. resolvió tomar dos medidas de política moneta-
ria interna. Una de ellas consistía en colocar sus certificados de absorción en el
público según el viejo deseo a que nos referimos en conversaciones anteriores y que
por primera vez se podía poner en práctica. En efecto. mientras el déficit del presu-
puesto tenía que cubrirse parcialmente con recursos del crédito. esto cs. con la ex-
pansión de poder de compra. no era el caso de salir a colocm· los certificados y re-
coger ese ¡x>der de compra. puesto que el Gobierno hubiera tenido que crear más
poder de comp1~1 por medio del sistema bancario. Por lo tanto. el Banco Central es-

LA POLh'ICA MONETARIA INTERNA
115
peró a que el Gobierno colocara todos sus valores en el público para empezar a ab-
sorber los nuevos fondos que seguían creándose por obra del balance de pagos.
Esta política principió a aplicarse en los últimos meses de 1943. La otra medida en
que pensó el Banco Central fue la de recomendar a los bancos. por medio de una
circular, abstenerse de comprar títulos del Gobierno. salvo en la medida del aumen-
to de sus depósitos de ahmw. puesto que en la medida en que éstos aumentan. el
Banco simplemente devuelve al público los medios de pago que ha tomado de él
por medio del incremento de tales depósitos. Fuera de esto. se les recomendaba no
colocar dinero adicional en títulos porque eso significaba una nueva e innecesaria
expansión de crédito. A ello pudo llegarse precisamente por haber absorbido el
público los 700 millones necesarios pata cubrir el déficit y las obras públicas. La
circular. sin embargo. no llegó a mandarse porque concidió su preparación con la
salida del Ministro Santamarina que, a juicio del Banco Central, podía traer. por la
repercusión que tuvo. un cambio en el mercado y una modificación en la polWca
financiera. Ignoro cuáles son las circunstancias actuales y si el Banco Central ha
mandado o no esa recomendación. pero me parece interesante señalar ese hecho
para demostrar en qué forma se pensaba acometer la política monetaria de restric-
ción de poder de compra por medio de ce1tificados colocados en el público y de
detención de cualquier posible expansión. Quedaba como elemento incontrolable
de este cuadro el excedente de exportaciones. sobre el cual no se podía actuar en
ninguna forma. En cuanto al otro elemento exterior, la entrada de capitales, ya ex-
pliqué la medida de suspensión de su entrada que se aplicó en abril de 1943.
El plan financiero puede dar resultados positivos en lo que concierne a impues-
tos, pero mucho me temo que el crecimiento de gastos iguale o aun sobrepase el in-
cremento de los impuestos. puesto que se trata de un nuevo gobierno que tiene un
vasto programa. tanto en la administración como en las obras de fomento, sin con-
siderar la situación financiera y los peligros que ella compo1ta. Veo con cierta pre-
ocupación que una situación monetaria y financiera que podía ser bien controlada
-y los hechos que acabo de indicarles demuestran que podía serlo en gran pru·tc-
no lo sea por falla de una clara comprensión y firme determinación sobre lo que
hay que hacer en este momento para no extremar el proceso intlacionista.
Febrero 4, 1944

116
RAÚL PREBISCH
(1)
Lic. Cosío: Sr. Prebisch. ¿qué es lo que incitaría a los bancos a comprar o suscribir estos
certificados de participación si el interés era más bajo? ¿No obtendría un interés más alto
por su dinero justamente expandiendo crédito?
Sr. Prebisch: El propósito que se persiguió fue el siguiente: no había colocaciones muy
abundantes en esos momentos ...
Lic. Cosío: ¿De otros valores?
Sr. Prebisch: De otros valores. Como lo vamos a ver en seguida los bancos podían verse
forzados. como se vieron en realidad. a buscar calocaciones, echando abajo el tipo del inte-
rés por una competencia efectiva. Es cierto que un banco podía forzar la colocación de su di-
nero a intereses superiores. pero en operaciones no muy seguras; ello significaba entrar en
una zona de riesgos. en que el banco sensato prefería más bien colocar ese dinero a corto
plazo, en forma líquida. en el Banco Central. al 2..75 por ciento. que forzar la plaza en otras
operaciones. sobre todo teniendo en cuenta el convenio a que se les llevó para limitar la
caída en las tasas de interés.
Sr. G6mez: Quizá la inversión que hacían era con el propósito de esperar con tranquilidad
otras mejores. ¿Tenían en bonos una proporción muy alta de su efectivo?
Sr. Prebisch: Tenían. por lo general, todo el excedente de los porcientos de efectivo pres-
criptos por el Banco Central.
Lic. Cosío: En un período de actividad grande. como se supone que era el de aquella época,
el interés a corto plazo ...
Sr. Prebisch: Era mucho mayor, pero precisamente el Banco Central siguió esta doble
política: por un lado. la de aconsejar o influir sobre los bancos. especialmente cuando uno
de ellos expandía los préstamos en forma inconveniente, haciéndole ver que tenían esa co-
locación para su dinero. que no era necesario invertir cantidades adicionales en otros valores
o en nuevos préstamos. porque tenían una inversión líquida que les redituaba algún interés.
Lic. Cosío: Pero haciendo préstamos comerciales ordinarios. ¿qué interés ganarían?
Sr. Prebisch: Un interés mucho mayor. Pero el Banco Central les frenó y les aconsejó no
hacer esas inversiones; y. en cambio. invertir sus sobrantes en los valores de absorción. Les
dio una compensación mediante los bonos en la forma que vamos a ver.
Lic. Cosío: ¿En parte por una compensación?
Sr. Prebisch: El inte1'és del bono era pequeño. pero algo significaba. No se lu.vo re en la
persm1sión pura y simple, sino en la persuasión acompañada de una compensación c'On esos
intereses.
(2)
Sr. Gómez: ¿El interés lo pagaba la Tesorería?
Sr. Prebisch: El interés lo pagaba el mismo Banco Central. La Tesorería accedió; pero vi-
mos que este procedimiento tenía sus inconvenientes. En primer lugar. el público no siem-
pre comprendía bien el alcance de estas operaciones: iba familiarizándose con las letras de
tesorería cuyo producto iba al Tesoro fiscal. y no hacía la distinción entre esas letras y otras;
tal era el primer inconveniente. Segundo inconveniente: en esta forma se vinculaba de un
modo muy estrecho al Tesoro con la política de absorción, y eso no siempre JX)día ser muy
conveniente para dejar cierta libertad de acción al Banco Central. Fue por ello que éste se re-
solvió a crear el nuevo papel a que me he referido en una conversacicín anterior; el certifica-

LA POLÍTICA MONETARIA INTERNA
117
do de custodia de oro y divisas. simple artificio. diré. para no tropezar con objeciones legales.
porque en realidad se recibía dinero de los bancos, se les entregaba este papel. y el Ban-
co Central lo invertía en oro en sus arcas teniéndolo apartado en custodia, pero con una
equivalencia fija entre el peso y el oro; de manera que no se adquiría el oro sino que era una
entrega de pesos contra una garantía en oro.
(3)
Lic. Cosío: Sr. Prebisch, ¿ciento veinte millones de reserva extraordinaria contra qué capital
del Banco'?
Sr. Prebisch: El Banco tiene 20 millones de capital y 100 millones. aproximadamente. de
reservas. no siempre visibles. ¡xm1ue en los balances figura una cantidad menor. en virtud
de que castiga fuertemente el valor de los títulos.
(4)
Sr. Gómez: ¿Aunque no hubiera reducción de depósitos en el Banco'?
Sr. Prebisch: Aunque no la hubiera.
(5)
Sr. Urquidi: ¿Quién administra ese fondo'?
Sr. Prebisch: El Banco Central.
(6)
Sr. Gómez: ¿En la Argentina no hay limitación de plazo para la aceptación de los
depósitos?
Sr. Prebisch: No señor.
Sr. Gómez: ¿Puede prestarse a cualquier plazo?
Sr. Prebisch: Sí. Hay absoluta libertad en esa materia y el Banco Central. cuando practica
sus· inspecciones y encuelllra que una parte de la cartera está a plazos demasiado largos. ad-
vierte a los bancos la conveniencia de reducirlos. No se juzgó conveniente en nuestro país
, limitar los plazos para no caer en una reglamentación demasiado rígida. sobre todo entre no-
sotros, en que no hay crédito industrial especial. como tienen ustedes, y los bancos tienen
que hacer frente a la demanda de la industria con operaciones un poco más largas de las que
requiere el movimiento comercial. Eso ha quedado -y así lo manifiesta bien el Mcns:rje del
Poder Ejecutivo- a la observación prudente del Banco Central y a su acción directa sobre
los bancos. habiéndose logrado muy buenos resultados.
l7>
Sr. Gómez: ¿Tampoco la ley exige proporción de capital?
Sr. Prebisch: Tampoco.
(8)
Sr. Gómez: ¿Bajan los depósitos de los bancos?
Sr. Prebisch: Bajan los depósitos de los bancos y bajan sus efectivos y el Banco Central es-
teriliza efectivo y a la vez poder de compra.

118
RAÚL PREBISCH
(9)
Lic. Cosío: De todos modos, esa labor de persuasión moral del Banco Central se apoyaba
sobre un hecho económico indiscutible, y es que la demanda de crédito era inferior a la ofer·
ta. como lo revelaba el hecho de que las tasas de interés bajaban. ¡,Qué hubiera sido de esa
autorización en un caso inverso'?
Sr. Prebisch: Podría hacer una mera hipótesis, porque no hemos tenido ese fenómeno.
Lic. Cosío: Pongo. por ejemplo. el caso de algunas operaciones de crédito aquí en México.
que se realizan al 18 por ciento. Imagínese usted qué atractivo puede ser un certificado de
participación, si se paga menos del uno. En estos casos la autoridad del Banco tcndrí:t que
fracasar.
Sr. Prebisch: Sí. indudablemente sería nuís difícil al Banco Central con tasas tan tentadoras,
que no existen en nuestro país: pero tenga usted en cuenta que colocando los certificados en
el público, el Banco Central recoge el dinero antes de que el banco se haya acostumbrado a
tenerlo en sus efectivos. Supongamos que principia una fase ascendente y el Banco Central
empieza a colocar los certificados en el público; no les da tiempo a los bancos para sentirse
con efectivos abundantes. El Banco Central les saca en seguida el dinero. Por otro lado, ya
se ha observado claramente en nuestro país que la demanda de crédito es bastante elástica:
que una baja de un punto en la tasa de interés puede llevar a muchas gentes a operaciones
especulativas. a compras de títulos en la Bolsa y de valores que dan interés m:ís alto pagan-
do intereses nuís bajos en los bancos. Hay un mercado de ampliación muy fácil. Con todo,
yo creo que la forma más eficaz de actuación en el futuro será la colocación en el público de
certificados y de títulos que el Banco Central ha acumulado en sus reservas. En nuestra corta
experiencia hemos observado que cuando el mercado de títulos se vuelve demasiado fácil y
los empréstitos se colocan sin dificultades. eso hace incubar en seguida una serie de proyec-
tos a todos los gobiernos. nacionales. provinciales y municipales. De manera que. sin creer
que estamos en cundiciones de contrarrestar la política financiera del Gobierno. cosa que al-
guna vez discutiremos, es indudable que si antes de formarse ese ambiente de facilidad en la
Bolsa el Banco Central logra vender sus títulos y recoger el dinero. para guardarlo para otros
tiempos. habrá actuado útilmente. Ya lo hemos hecho. pt..'l"O no con el designio de absorber
el dinero, sino de satisfacer a la plaza en momentos en que el Gobierno no tenía necesidad
de vender títulos a fin de recoger fondos transitoriamente para evitar un alza excesiva en el
precio de los títulos, como vamos a ver al estudiar la política del Banco Central en esta ma-
teria.
En otros términos. creo que en el futuro el Banco Central va a tener que recmTir a distintas
formas, según los sectores y según la oportunidad: colocación de valores en los bancos; co-
locación de valores a corto plazo en el público. colocación de valores a largo plazo en el
público e influencia directa.
Sr. Gómez: ¿Cmíl es el interés que los bancos pagan por depósitos a plazo fijo?
Sr. Prebisch: Usted me advierte una omisión. Nosotros nos hemos encontrado con tipos
muy altos de plazo fijo. 4 por ciento y aun 5 en los primeros tiempos del Banco Central. Por
esta razón, los bancos que estaban en mala situación y que tenían ya alguna dificultad en el
redescuento antes del Banco Central, se habían acostumbrado a retener algunos clientes
fuertes con altos tipos de interés; nosotros encontramos en esas condiciones la plaza. y trata-
mos de inducir a los bancos a proceder con otro criterio y dar mayor t1exibilidad al mercado
del dinero. diciéndoles que para eso estaba el redescuento ...
Sr. (~ómez: ¿Más barato'!
Sr. Prebisch: Sí. más barato. Y ofrecimos hasta primas para el papel comercial; y se nos

LA POÚTICA MONETARIA INTERNA
119
ocurrió también expresar que no se darían certificados de participación a los bancos que
pagaran por sus depósitos un tipo más alto que el devengado por el certificado. Esa fue I~
medida de resultados efectivos. También se obró por acción directa, logrando que ciertos
bancos devolvieran depósitos a plazo a alto interés. Hasta que vino la guerra y aprovecha-
mos el momento para lograr que todos los bancos, incluso los más reacios al redescuento, lo
practicaran. Los mismos bancos se acostumbran a no sonrojarse por el hecho de haber redes-
contado. Eso contribuyó también a liquidar el problema y el interés de plazo fijo ha bajado
considerablemente. Hay algunos bancos que ya no reciben depósitos a plazo fijo.
(101
Cambio final de ideas
Sr. Villaseñor: Quiero hacerle una pregunta. Menciona usted una política con la cual -
según dijo usted- quizá no estaría muy de acuerdo, mientras que había un sistenrn de reco-
ger fondos de los bancos y de los que esLUvieran en depósitos a la vista para convertirlos. si
entendí bien, en créditos a largo plazo.
Sr. Prebisch: Sí señor.
Sr. Villaseñor: Y por medio del otorgamiento de créditos a largo plazo los fondos volvían
al público, y el público los volvía a llevar a los bancos, y éstos los vplvían a traer al Banco
Central. Ojalá que en alguna ocasión, y creo que ahora es oportuno. nos diera usted su punto
de vista sobre por qué ya no coincide con ese sistema o cuáles fueron los errores. Nosotros
hemos tenido un problema muy semejante. Sin que la hayamos formulado en esos términos
de hecho la política ha tendido a eso.
Sr. Prebisch: Es"toy de acuerdo con el fondo de la operación, pero no con la forma. En
aquellos momentos existía en el país la preocupación de la expansión de crédito y de los pe-
ligros a los cuales podría conducir. De ahí que al elaborar este plan se quiso presentar el
caso bajo otro aspecto. o sea. la creación de poder de compra desde otro punto de vista: reti-
rar fondos de los bancos. lnmsformarlos a largo plazo y prestarlos a los mismos bancos. Es
más simple autorizar a los mismos bancos a que. con ciertas limitaciones y providencias,
presten directamente en estas operaciones. facilitándoles el redescuento o la obtención de
fondos. ya sea por medio de la emisión de bonos y su colocación en el público, bajo el con-
trol del Banco Central. o simplemente por medio de préstamos directos del Banco Central.
De manera que es exactamente lo mismo. pero presentado en una forma mucho más simple
y sin el temor que entonces prevalecía a los efectos psicológicos de la expansión de crédito.
Pero lo que me parece muy importante, y que debe conservarse en todo plan de esta natura-
leza, es el poder actuar sobre los fondos que vuelven, después de esta excursión por la eco-
nomía, a los establecimientos de crédito, y evitar, bajo el control del Banco Central, que
vuelvan a prestarse por la propia acción de la competencia entre los bancos. si no son nece-
sarios para la prosecución del plan. Por eso habíamos pensado, y esto es la parte positiva
que debe conservarse. en la posibilidad de exigir a lQs bancos la completa esterilización del
incremento de esos fondos. no una determinada proporción. Además, existe ya el precedente
del 100 por ciento, según expliqué en otra oportunidad. Para evitar la acción de los fondos
exteriores que entraban al sistema bancario obligamos a los bancos a transferirlos
íntegramente todos los días al Banco Central. Nosotros hemos observado que si se produce
una expansión de crédito, o de poder de compra, ya sea por acción de las exportaciones e in-
versiones de capitales. o por una dilatación interna, los fondos. cuando vuelven a los bancos.

120
RAúL PREBISCH
retornan con distinta intensidad y en proporciones diferentes a las de su salida. Así. por
ejemplo. un banco que ha perdido, digamos, 50 millones de efectivo, es posible que sólo re-
cupere 30 y que los 20 restantes vayan a otros bancos. Por consiguien,té. si se establece una
nonna general no logramos captar el incremento de efectivo ahí donde se ha producido. Por
eso consideramos que en un caso semejante convendría tener la facultad de establecer una
nueva reserva independiente de la anterior y relativa solamente al incremento de los fondos.
Sr. Gómez: ¿Banco por banco o en general?
Sr. Prebisch: Si se trata del incremento de depósitos, tiene qli~ procederse neeesarimnente
banco por banco, tomando el 100 ¡xir ciento en la medida en que entran los nuevos
depósitos. Me parece una forma simple de resolver el problema.
Sr. Gómez: Usted dijo que se siguió una política de expansión de crédito para la industria.
Sr. Prebisch: Sí señor.
Sr. Gómez: ¿El procedimiento'?
Sr. Prebisch: Simplemente se proyectó.
Sr. Gúmez: ¿No se llevó a cabo'?
Sr. Prebisch: No, porque. como dije. este plan fracasó por dificultades políticas.
Sr. Gómez: ¿Pero cuál era el plan que tenían para abrir crédito a los industriales; debía po-
ner una parte del capital?
Sr. Prebisch: Ultimamente se ha aprobado por decreto bajo este nuevo Gobierno un plan
similar al que se había concebido en esta época, con algunas modificaciones. El primitivo
plan consistía. en síntesis. en Jo siguiente: en Ja emergencia que se presentaba, acudir a los
recursos de los bancos y transformarlos a largo plazo; pero como sistema permanente desen-
volver en el mercado la emisión de bonos; emisión que no se haría por los bancos. sino por
el Banco Central, para controlar en todo momento el volumen de los fondos prestables de
acuerdo con Ja situación del mercado y la evolución del sistema. El Banco Central facilitaría
esos fondos a largo plazo a Jos bancos; éstos, a su vez. los prestarían a Ja industria. En otras
palabras, el Banco Central no prestaría directamente. sino que canalizaría los fondos me-
diante la organización existente de los bancos.
Sr. Villaseñor: ¿Los bancos pueden hacer créditos a largo plazo'?
Sr. Prebisch: La ley lo permite; pero el Banco Central trató de limitarlos prudentemente te-
niendo en cuenta el monto de Jos depósitos de ahorro. salvo en el caso en que haya recursos
especiales a largo plazo, y eso es lo que se quería crear con este sistema.
Sr. Villaseñor: En realidad era una especie de redescuento de documentos a largo plazo.
Sr. Prebisch: Con fondos tomados del mercado.
Sr. Villaseñor: ¿En un departamento especial de redescuento'?
Sr. Prebisch: En un departamento especial del Banco Central; pero éste se abstendría de
prestar directmnente.
Sr. Villaseñor: ¿Había peligro de que un retiro de fondos del público obligara a una liquida-
ción anticipada de una cartera constituida de antemano a largo plazo'?
Sr. Prebisch: El público no podía retirar fondos, puesto que estaban colocados en bonos a
10 o 15 años de plazo. Se trataba de mantener la relación entre Ja duración del bono y la du-
ración del préstamo.
Sr. Villaseñor: ¡Ah! ¿El Banco Central hizo una emisión de bonos a largo plazo en el
público'?
Sr. Prebisch: El proyecto la preveía; pero no llegó a hacerla.

LA POLÍTICA MONb'TARIA !NfERNA
121
Ahora les diré qué objeciones suscitaron los bancos. La más importante de ellas. a mi juicio.
fue ésta: el Gobierno trata de impulsar el desarrollo de la industria; la industria. por su pro-
pia naturaleza. constituye un riesgo mayor que el de las operaciones comerciales y la dura-
ción de los préstamos es mayor. ¿Cómo limitar ese riesgo? Por la participación del Gobier-
no. Que el Gobierno parlicipe en cada una de las operaciones de crédito industrial.
Recogimos esta idea y la incorporamos a este proyecto que se hizo decreto últimamente y
que seguramente se pondrá en ejecución en la siguiente forma. Como dije en esta conversa-
ción. el Banco Central ha llegado a acumular 100 millones de pesos de reserva que en
última instancia corresponden al Gobierno. por haber sido formada con beneficios sobre los
cuales tenía derecho. Entonces, el mismo Banco Central. para n..>coger esta observación ati-
nada de los bancos. aconsejó al Gobierno tomar una parte de esa reserva, unos 30 millones
de pesos. a fin de poder participar en las operaciones de crédito realizadas por los bancos
con esos fondos y cargar con el riesgo. con la parte más grande del riesgo de las opera-
ciones. Supongamos, por ejemplo, una operación ele cinco millones ele pesos; un grupo de
bancos se reúne para distribuirla. pero encuentra que el riesgo es superior a lo que ellos
pueden aceptar; lo dividen entre sí y ofrecen participación al Banco Central. en nombre del
Gobierno, utilizando esa reserva de 30 millones.
Sr. Gómez: ¿A perder proporcionalmente?
Sr. Prebisch: No señor. a perder preferentemente.
Sr. Gómez: ¿En primer lugar?
Sr. Prebisch: Sí. Los otros bancos tienen prioridad.
Sr. Villaseñor: Nosotros hemos desarrollado lentamente un procedimiento de ayuda a la in-
dustria y que aspira a resolver el mismo problema ele ustedes, pero wn esta modalidad. Des-
de luego, los bancos no hacen créditos a largo plazo. Por ley eso queda destinado a las socie-
dades financieras. La sociedad financiera emite bonos por Ja cartera industrial. Las
emisiones de bonos por la cartera industrial de las sociedades financieras son susceptibles ele
ser tomados por nosotros. con un pequeño castigo de 1/4 por ciento más ele interés wmo
estímulo para que lo retiren tan pronto como el mercado los pueda absorber. De manera que
estamos siempre en apoyo de una operación industrial que se hace por intermedio de una so-
ciedad financiera y que se financia por medio de emisión ele bonos al público; prestamos
nuestro apoyo tomando la parte de bonos que el públiw, por el momento, no absorbe. De
esta manera nuestra ayuda a la industria ha sido en parte efectiva, pero en parte puramente
moral, pues el solo respaldo ha hecho que los bonos vayan al mercado y los tome el público.
Naturalmente esto depende de las tasas de interés. Por otro lado. hay una ley. la del Fondo
de Garantía a la Industria. que no ha operado. que es puramente virtual, pero que. en el fon-
do, corresponde a la idea que ustedes tienen, aunque wn otro procedimiento y otra forma.
Sr. Prebisch: Me interesaría mucho ver de cerca el sistema de ustedes. porque ade1mís de
interesante. sería ilustrativo para nosotros. Le agradezco la explicación. que me interesa
muchísimo. En mi país el problema del crédito industrial dejó de ser tan agudo como fue en
el año 1.940 por la acumulación de beneficios en la industria y por la imposibilidad de ex-
pandirla rápidamente. pero se volverá a plantear sin duda alguna después de la guemt. Este
decreto del Poder Ejecutivo hecho con Ja colaboración del Banco Central, establece.
además. la autorización a Jos bancos para prestar a la industria. en préstamos hasta de 10
años. por el 10 por ciento de los depósitos ele ahorros no inmovilizados. El cálculo se haría
en esta forma: un banw. digamos. tiene 30 millones de capital y reservas; en inmuebles, 20
millones. en créditos inmovilizados. según el cálculo de la inspección de bancos del Banco
Central, otros 20 millones; además tiene en depósitos, 600 millones; el banco puede usar en

122
RAOL PREBISCH
créditos industriales, el 10 por ciento de la parte no inmovilizada, de esos depósitos, o sea,
90 millones. esto es. 9 millones. Se comenzó con una proporción muy moderada porque no
era necesario más en ese momento. En nuestro país. en donde los hancos tienen una masa con-
siderable de depósitos de ahorro y la van acrecentando año con año, porque salvo en un movi-
miento de gran depresión no suelen disminuir los depósitos. tienen así una estahilidad muy
grande. Y entonces hacemos este razonamiento: que no contraría las buenas pnícticas banca-
rias el poder tomar una parte del incremento de los depósitos de ahorro puesto que en ese caso
el banco no hace sino de intermediario entre el público que ahorra y la industria. Equivale
económicamente a la emisión de un bono. ¿Qué diferencia hay entre 100 pesos que una persona
lleva a un banco y éste los presta, y la emisión de un bono por 100 pesos que esa persona extrae
de sus depósitos'> Esto. desde luego. mientras no se desarrolla un mercado de bonos en la
Repúbl.ica Argentina. cosa que hubiese sido tal vez un poco difícil en los últimos tiem¡xis
puesto que el mercado estaba sobrecargado por la enorme cantidad de papel que el Gobierno
necesitaba colocar.
Ing. Robles: Simplemente subrayar el hecho de que hablaba el doctor Prebisch. Cuando ha-
blamos de bancos y pensamos en bancos comerciales hay que tener presente que en la
República Argentina el ahorro está muy desmrnllado, no digamos sólo en bancos; el ahorro
que hay en el correo en la República Argentina es enorme y cuando nosotros pensamos que
nuestros bancos comerciales se est¡Ín aventurando a hacer cosas que no corresponden a la
índole del depósito. es un problema completamente distinto.
Sr. Prebisch: Sí. Ahí hay una parte constante de recursos; la experiencia demuestra que se
puede contar en cierta proporción con ellos.
Sr. Génnez: Nosotros no tenemos pnícticamente depósitos de ahorro.
Sr. Prebisch: Pero sin duda que es más sano y sólido el colocar bonos en el público.
Sr. Villaseñor: Ha sido muy difícil. Al hacer la primera emisión no sabíamos si el público
lo tomaría. o si teníamos que absorberla íntegra ...
Sr. Prebisch: En esa materia. el Banco Central también trató de estimular por todos los me-
dios la colocación directa de acciones y obligaciones de las industrias en el público. Hace
seis o siete años era una cosa rarísima el lanzamiento de emisión de acciones; últimamente
se han hecho muchas emisiones por sumas pequeñas, 3. 4. 5 millones de pesos, en algún
caso se ha hecho una emisión de 20 para una compañía de navegación y todas esas acciones
y obligaciones se han cubierto bastante bien, de manera que eso nos hace pensar que cuidan-
do el mercado y seleccionando bien el papel. se pueda ir colocando cantidades crecientes.

104
LINEAMIENTOS DE UNA
POLITICA MONETARIA NACIONAL*
INTRODUCCIÓN
Vamos a exponer ahora los lineamientos generales de una política monetaria
nacional tendiente a dar una mayor regularidad a la actividad económica interna y
asegurar al mismo tiempo las condiciones más propicias para el crecimiento más
intenso de la economía nacional.
De todo lo que hemos dicho hasta ahora se desprende claramente que nuestro
país está sujeto en su vida económica no sólo a la fluctuación de sus cosechas y a
las oscilaciones del crédito. sino que depende. en alto grado. del curso de los acon-
tecimientos internacionales. de las fluctuaciones y contingencias de la economía
internacional. Tanto es así. que en el breve lapso de una generación hemos presen-
ciado dos guerTas mundiales y una crisis internacional muy intensa. aparte de las
fluctuaciones ordinarias de orden cíclico. Es así natural que nos preocupe encontrar
la política más adecuada para que la economía del país sea lo menos vulnerable po-
sible a esas fluctuaciones y contingencias internacionales. dándole una marcha más
regular y estable. y. al mismo tiempo. trazar una política económica. monetaria y
financiera que propenda al crecimiento máximo de la economía nacional. esto es, a
la solución del problema vital de la Argentina. que es desarTOllarse económica y
demográficamente. y mejorar desde el punto de vista social.
Dividiremos nuestra exposición, por razones de orden y de claridad. en varias
partes. En la primera vamos a considerar la política monetaria propiamente dicha.
discutiendo sus dos grandes aspectos. el de la política de cambios con los instru-
mentos que la experiencia aconseja emplear y. después. la política monetaria. o sea
la regulación de los medios internos de pago. Vamos a examinar cuál es la política
monetaria que corresponde seguir para obtener el máximo de ventajas de la política
de cambios y conseguir el propósito que perseguimos en cuanto a la economía in-
terna. Al llegar a este punto examinar·emos la forma en que la política monetaria ha
* N. del Ed. Conversaciones en el Banco de México S.A .. 1944, t. III. págs. 193-278, febrero 9. 11,
14 y 18. Reproducido en La creación del Banco Central.. .. ob. cit.. págs. 429-515.

124
RAúL PREBISCH
de coordinarse con la financiera para que ésta no exagere ni contraiTeste la acción
de aquélla. Con ese propósito hai·emos un pai·éntesis para discutir brevemente el
serio problema de la interferencia del Estado en el campo monetario.
La política financiera del Estado se sustrae por completo en todos los países a
la acción directa del Banco Central. que no dispone de más medio que el de la per-
suasión: sin embargo. en la política que vamos a recomendar. el Banco Central se
encuentra mejor situado que en los regímenes del patrón oro y el de moneda depre-
ciada para reducir al mínimo los inconvenientes de la interferencia financiera del
Estado y obtener para la economía nacional el máximo de ventajas de esa interfe-
rencia. según tratm·é de demostrarlo a su tiempo. Al tocar este punto. también con-
sideraré de paso el problema. que interesa fundamentalmente a la política moneta-
ria. de dar unidad y coherencia a los aspectos económicos. financieros y
monetarios de la política que vamos a considerar. que ejecutan. además. distintos
organismos. entre ellos el Banco Central.
Tanto la política monetai"ia como la financiera. tienen que basarse en las condi-
ciones fundamentales determinadas por la política económica del país: a esta
última le corresponde estructurm· las importaciones y las actividades internas en
forma que el país pueda escapar. en la medida de lo posible, a las tluctuaciones y
contingencias internacionales mediante la aplicación de una política adecuada en
materia monetaria y financiera.
Nos quedaría. finalmente. otro punto a considerar. Todo lo que hemos mencio-
nado hasta ahora responde a un concepto eminentemente nacional de la política
monetaria y financiera; pero cabe preguntar hasta qué punto es compatible el de-
sarrollo de una política nacional con planes de cooperación monctai·ia. financiera o
económica. en el terreno internacional. Yo creo que hay una zona bien clai·a y defi-
nida de compenetración o entendimiento entre lo nacional y lo internacional: pero
pm·a ello me pm·ece esencial robustecer. dar consistencia. dotar de la mayor fuerza
posible a la organización económica nacional y al ordenamiento monetai"io del
país. Al decir robustecer y dai· fuerza. no me refiero a magnitudes: se puede ser
fuerte sin tener una gran magnitud. siempre que se hayan integrado todos los as-
pectos de la vida económica nacional. Siendo fuertes. podremos colaborm·: las eco-
nomías débiles no colaboran. necesariamente se subordinan. y no es tal el tipo de
solución a que debemos encaminarnos. Nada mejor. a mi juicio. pm·a contribuir a
la mejor elaboración de aquellos planes internacionales. que exponer francamente
y con el máximo de clai·idad nuestros propios problemas: los defectos de nuestro
sistema monetario en sus conexiones con el régimen internacional. Tal es el cami-
no para llegai· a fórmulas que no sólo consideran la situación de los grandes países
industriales y acreedores. sino también la situación de los países en pleno creci-
miento. como es el caso de la República Argentina.

LINEAMIENJ'OS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
125
LA POLÍTICA DE CAMBIOS
El movimiento cíclico de las importaciones existe en cualquier régimen
Comenzaremos. pues. por considerar la política monetaria en su primer aspec-
to: el de la política de cambios. Desde luego. está completamente fuera de nuestro
alcance evitar esas fluctuaciones exteriores. llámense o no movimientos cíclicos;
pero sí lo está atenuar o. más bien dicho. neutralizar en mucho sus consecuencias
sobre la economía interna. De las otras conversaciones acerca de la forma en que
esos movimientos ondulatorios se realizan. se desprende claramente que tanto la
actividad económica interna. como las importaciones. están estrechamente vincula-
das al movimiento del balance de pagos. Creo que en nuestro país existe suficiente
experiencia para fonnular una política que permita suavizar esas fluctuaciones en
la actividad económica interna. darle el máximo de estabilidad. utilizando los pro-
pios recursos internos; pero en lo que concierne al otro elemento. el de las importa-
ciones. no depende de nosotros estabilizarlas. puesto que su volumen está estrecha-
mente ligado a nuestras disponibilidades de divisas. y ellas dependen funda-
mentalmente de las fluctuaciones exteriores. De manera. pues. que tenemos nece-
sariamente que tomar como punto de partida. como dato esencial de nuestro pro-
blema el hecho de que las importaciones están sujetas a continuos movimientos on-
dulatorios de alza y de baja. La realidad nos demuestra que las importaciones
tienen que ajustarse por necesidad, con un ritmo cíclico. a la capacidad de pago del
país ya sea dentro del régimen del patrón oro. ya en el de moneda depreciada. ya
en el régimen que preconizamos.
¿Qué sucede en el régimen del patrón oro cuando disminuye la exportación del
país o la inversión de capitales extranjeros en una fase descendente del ciclo? Se
comprime el poder de compra interno por la disminución del activo del balance de
pagos. y esta compresión del poder de compra restringe la actividad económica y.
al mismo tiempo. toda clase de importaciones; a unas categorías con mayor intensi-
dad que a otras; pero todas están sujetas necesariamente a la acción de una menor
cantidad de poder de compra en manos de la colectividad. Durante la fase descen-
dente de un ciclo lo mismo ocurre, aun cuando por otro mecanismo. en un régimen
de moneda depreciada. La fase descendente se caracteriza por un desequilibrio en
el balance de pagos: si va unido a una dilatación de crédito, como sucede con fre-
cuencia. ésta tiende a mantener, y si es muy intensa. a elevw· el volumen de la im-
portación. Esto agrava el desequilibrio. estimula la depreciación monetaria la que.
a su vez, incide fatalmente sobre las importaciones restringiéndolas porque no es
concebible que un país de moneda depreciada pueda seguir viviendo dentro de un

126
RAÚL PREBISCH
creciente desequilibrio del balance de pagos: tarde o temprano la acción del tipo de
cambio será lo bastante fuerte para contraer las importaciones. Por lo tanto. tam-
bién en un régimen de moneda depreciada la importación tiene que reducirse cuan-
do baja la exportación y cuando disminuye la inversión de capitales extranjeros en
la medida en que no se juzgue conveniente disponer de las reservas monetarias
para_ pagar ese excedente de importaciones. En el régimen de depreciación todas
las impm1aciones sufren la incidencia del mayor precio de las divisas extranjeras.
De manera. pues. que la restricción de importaciones que pretendemos hacer
con un régimen de control de cambios. no es una característica suya. como fre-
cuentemente se supone. Lo que lo caracte1iza es que esa restricción no se aplica
por igual a todas las importaciones. sino que es el resultado de la aplicación delibe-
rada. buena o mala. de una política que consiste en restringir unas cosas más y
otras menos. Tal es la única diferencia de fondo entre la contracción espontánea de
las impm1aciones en el régimen del patrón oro o en el de moneda depreciada. y la
contracción deliberada de aquéllas en un régimen de control de cambios: pero en
cualquiera de los tres las importaciones deben descender para lograr el equilibrio
del balance de pagos.
¿Por qué se justifica. o se explica si se quiere. esa intervención del Estado en
las imponaciones en un régimen de control de cambios? Por dos razones funda-
mentales: primero. para combinar esta política de· cambios con una ¡xilítica mone-
taria interna de creación de medios de pagos y de desviación. como ya hemos visto
en la realidad argentina. hacia la actividad económica interna. a fin de mantenerla
en un grado de alta ocupación: y. segundo. para evitar que los efectos de la depre-
ciación de la moneda. se dejen sentir en todas las actividades económicas del país.
puesto que la depreciación es general y afecta a todas.
¿Cuáles son las consecuencias de la depreciación monetaria? Son bien conoci-
das. y apenas necesitamos mencionarlas: la elevación del costo de la vida con todas
sus consecuencias: la restricción de las importaciones. así sean las esenciales para
la vida del país como las no esenciales. aunque con la particulaiidad de que. en un
régimen de depreciación. hay ciertos sectores de la colectividad que reciben benefi-
cios extraordinarios que les permiten hacer grandes importaciones de productos no
esenciales o de lujo. De manera. pues. que en un régimen de moneda depreciada no
todas las importaciones están sujetas a la acción de la depreciación. sino que algu-
nas son insensibles a ella. como sucede. precisamente, con las menos útiles desde el
punto de vista colectivo. Además. la depreciación de la moneda actúa como una
protección general a todas las formas de la industria nacional. tanto en aquellos ca-
sos en que es aconsejable proteger. porque la industria responde a las modalidades
y posibilidades nacionales. corno en aquellos otros en que no es conveniente la pro-
tección. En otras palabras. la depreciación es una protección sin discriminación a la

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
127
industria nacional. Si se ha de proteger. es prefe1ible. desde luego. hacerlo de
acuerdo con un plan racional y no en forma global. a todo lo que pueda desarrollar-
se en el país. Por último. una vez que la depreciación monetaria afecta a los distin-
tos elementos de la vida nacional. la experiencia demuestra que es muy difícil vol-
ver atrás. sobre todo cuando la depreciación ha favorecido a sectores de Ja
colectividad 4ue tienen una gran influencia política.
Gradación de las importaciones
Por el contrario. en un régimen de control de cambios es pasible circunscribir
este problema en tal forma, que todas las importaciones esenciales para el desarro-
llo de la actividad económica nacional y que en una u otra forma son indispensables
para satisfacer las necesidades coITientes de las grandes masas de población. pue-
den aislarse de las perturbaciones exteriores. de modo que incidan sobre aquellas
categorías de aitículos cuya significación para la vida del país sea mucho menor.
Examinemos. en efecto, esquemáticamente. la estructura de las importaciones
en Argentina. Encontramos primero materias primas indispensables para la act.ivi-
dad económica nacional que responden a lo que llamo el consumo corriente de las
grandes masas de población; esta importación está constituida tanto por materias
primas propiamente dichas y materiales básicos. como por artículos terminados o
semiterminados. En segundo lugar. encontramos la categoría de los bienes de capi-
tal, de carácter durable. requeridos también por la actividad económica: las
máquinas, equipos industriales, material ferroviario. automotores, aviones. etc. En
tercer lugar. otros artículos también de carácter durable. pero que i10 constituyen
bienes de capital porque no se usan directamente en los procesos productivos; tie-
nen la misma característica de los bienes de capital ya que, por ser durables. puede
prescindirse de ellos temporalmente sin que se perturbe la actividad económica ge-
neral. toda vez que en otros momentos su importación ha sido liberal y abundante.
En cuarto lugar. hay ai·tículos no cscencialcs. no indispensables para el consumo
general de la población. pero sí para ciertos sectores especiales por sus gustos o
por su situación económica. sectores que no experimentan una pérdida sensible en
caso de privarse transitoriamente de esos artículos; en caso de prescindir de ellos
tampoco afectan ni perturban el grueso de la economía del país. Y. finalmente. los
artículos superfluos o de lujo. de los cuales. en un momento dado. puede prescin-
dirse sin ningún trastorno.
Si las importaciones son heterogéneas, si tienen aplicaciones tan distintas. si
responden a necesidades tan diversas desde el punto de vista económico y social. si
tienen un grado tan distinto de duración. ¿cómo es posible que las afectemos por

128
RAÚL PREBISCH
igual con el mecanismo monetario. ya sea depreciando la moneda o comprimiendo
el poder de compra dentro del régimen del patrón oro? ¿Por qué no pensar en la po-
sibilidad de aplitar un criterio selectivo para que en caso de tener que comprimir la
importación por un desequilibrio del balance de pagos se comience por restringir
aquellas importaciones menos importantes para la vida del país? La lógica más ele-
mental indica dentro de esta clasificación tan esquemática y gruesa de las importa-
ciones que. en caso de necesidad de restringirlas se comience por las de lujo. se
continúe. si la restricción debe ser más profunda. por las menos esenciales. a fin de
resguardar en lo posible aquel primer grupo de artículos esenciales p:u-:1 la activi-
dad económica del país. Si la restricción de los artículos superfluos o de lujo y la
de no esenciales es insuficiente. puede llegarse también a los artículos durables.
sean o no bienes de capital ya que. como he dicho hace un momento. ¡x>r el hecho
de ser durables (y porque el país los tiene en existencia) pueden aceptar alguna
transitoria limitación.
La experiencia reciente de la crisis mundial nos ha demostrado la posibilidad de
que la economía del país. si ha logrado equipru·arse bien por medio de importacio-
nes anteriores abundantes de maquinaria y bienes de capital. puede soportar algu-
nos años con su equipo recutTicnclo a reparaciones y repuestos que aseguren su
funcionamiento sin grandes perturbaciones para la actividad económica nacional.
Puesto que es fatal en ciertas fases de la actividad económica la restricción de
las imponaciones. ¡,en qué puede pc1:judicar al desarrollo sano de la economía in-
ternacional o a los planes de cooperación internacional el hecho de que. en lugar de
disminuir las importaciones en la forma en que disminuyen bajo el régimen del pa-
trón oro o en el de moneda depreciada. sin discriminación alguna. disminuyan aque-
llas categorías que son menos necesru·ias pru·a la actividad nacional'? ¡,En qué puede
afectar al desarrollo de esos planes monetarios? Por más que pienso. no advie110
qué incompatibilidad puede haber entre lo uno y lo otro si pru·timos del supuesto de
que la restricción es indispensable. a menos que se disponga de crédito. como vere-
mos más adelante.
Ventajas del movimiento de los tipos de cambio
Bien. si hay que restringir. ¿,cómo hacerlo'? Ya hemos visto la nutrida experien-
cia argentina en esta materia. que nos lleva a la conclusión. para mí terminante. de
que. p:u·a hacerlo. hay que escapar del sistema inelástico y complicado de las regu-
laciones cuantitativas o cuotas. y preferir. en todo caso. la restricción por medio del
movimiento de los tipos de cambio. a fin de reducir la demanda de aquellas catego-
rías de importación que necesariamente tienen que restringirse al elevarse su precio.

LINEAMIENTOS DE UNA POLITICA MONETARIA NACIONAL
129
Las ventajas del movimiento de los tipos de cambio sobre el de las regulaciones
cuantitativas ya las hemos visto al estudiar la experiencia argentina, pero po-
dríamos resumirlas en pocas palabras. Primero. el movimiento de tipos de cambio
como elemento restrictivo. tiene el mínimo de complicaciones administrativas. en
lugar de los miles y miles de cuotas para los miles y miles de artículos e importa-
dores. se establecen. si se quiere. cuotas globales de cambio o sencillamente se da
libertad para acudir al mercado y comprar para esa categoría de artículos la canti-
dad de cambio que convenga. Segundo. el tipo de cambio permite elegir al impor-
tador dentro de las categorías establecidas. las mercaderías que más le convengan.
desplazando su demanda hacia aquellos renglones que pueden tener interés para él.
De ese modo se elimina la rigidez de las cuotas individuales que suele ser insopor-
table en un sistema de control. Es. pues. mínima la intervención del Estado en los
negocios privados. y esto puede hacerse sin peligro alguno. toda vez que no se pre-
tende usar la restricción con fines proteccionistas, lo cual no recomiendo por las m-
zones que veremos más adelante. La tercera ventaja del movimiento de los tipos
sobre la regulación cuantitativa es su aplicación instantánea. fácil, sencilla. que no
requiere una gran transformación de los procedimientos internos y las circulares
del control de cambios que desde el punto de vista práctico son ventajas muy apre-
ciables también: además. como el tipo de cambio es un tipo que resulta de las con-
diciones del mercado y no se divide su aplicación en mil clases de mercancías. evi-
ta también las reclamaciones e influencias que trae fatalmente un régimen de
regulaciones cuantitativas. Debo hacer. finalmente, una consideración muy impor-
tante desde el punto de vista económico, que también concierne a la autoridad mo-
ral que debe tener el sistema de control de cambios: me refiero al hecho de que las
regulaciones cuantitativas. desde el momento en que la importación de mercaderías
es inferior a los requerimientos de la demanda. permiten al importador obtener una
"solventilidad". puesto que el precio sube en el mercado interno mientras el tipo de
cambio no varía para el importador. Por el contrario. si la restricción ha sido el re-
sultado de una elevación del tipo de cambio. no sólo suben los precios internos.
sino también el precio del cambio para el importador. eliminándose así la posibili-
dad de un lucro extraordinario. punto al cual hay que darle una importancia muy
grande dentro de la organización de un sistema de control. Nótese bien que en el
régimen de los tipos flexibles. no son ellos los que determinan el encarecimiento
de la mercadería: en un régimen de cuotas también hay encarecimiento, puesto que
el precio interno depende de la demanda y de la oferta, y si la cantidad es restringi-
da, se encarecerán fatalmente los artículos del mismo modo que si el tipo de cam-
bio hubiese subido.
Naturalmente lo que yo sugiero significa apartarse del dogma de la unidad de
los tipos de cambio. y optar por CI régimen de pluralidad. Ahora bien. ¿cuáles son

130
RAÚL PREBISCH
las razones de peso que puedan darse en contra de esa pluralidad? Si es la misma
divisa la que se vende -se argumenta-. ¿por qué razón ha de tener precios distin-
tos según su aplicación? ¿Acaso en el mercado del dinero no se presta a tipos dis-
tintos. según se trate de operaciones a corto o a largo plazo. y según sean las otras
características? ¿Acaso el mismo Banco Central no tiene una política selectiva de
crédito al establecer distintas gradaciones de sus tipos de interés? ¿Por qué no se
han de establecer distintos precios para los tipos de cambio. si ese cambio se va a
destinar a distintas categorías de mercaderías desde el punto de vista económico y
social? El que siempre haya existido en la breve historia del patrón oro. que en fin
de cuentas es breve. un tipo único de cambio. no quiere decir que en esto. como en
otras cosas. el proceso natural de diferenciación en la economía no pueda llevarnos
por obra de la experiencia y de la adaptación de un sistema a las modalidades de la
realidad. a diversificar también los tipos de cambio.
¿Cómo morer los tipos de carnhio~
Veamos ahora otro aspecto de este sistema. ¿Cómo encarecer las divisas para
las distintas categorías de mercaderías? 1.Qué procedimiento debe seguirse? Ante
todo imaginemos un momento en que sea necesario aplicar el sistema. debido a
que el total de las divisas que producen las exportaciones y las inversiones de capi-
tal sea inferior a los requerimientos del país. y en el que no se juzga prudente usar
todas las reservas monetarias en la medida que la situación requiere. Habrá enton-
ces una cantidad de cambio disponible que. frente a la estimación de las necesida-
des. tendrá que destinarse tal cantidad para importaciones, tal cantidad para servi-
cios financieros y tal para otras remesas. Dentro de las importaciones separaremos
ante todo lo que se considere como indispensable para aquella categoría que no nos
proponemos restringir ni en su cantidad. ni afectar sus precios para no perturbar
esa zona de la actividad económica nacional que deseamos resguardar a toda costa:
en seguida determinaremos qué cantidades vamos a dedicar a artículos de lujo. a
artículos no esenciales. a bienes durables y a bienes de capital. Al determinar estas
cantidades debemos tener en cuenta las variaciones que continuamente se van pre-
sentando a fin de no seguir procedimientos rígidos. e ir adaptándose de continuo a
la realidad. ya sea que ésta mejore o empeore.
Veo tres procedimientos para ofrecer el cambio que se destina a cada categoría
en el mercado. Uno. el de ofrecerlo sencillamente al mejor postor en licitaciones
periódicas. Si se destina. por ejemplo. para bienes durables la cantidad de 20 millo-
nes de dólares al año haremos licitaciones periódicas de esos dólares en el curso
del año. ciando. digamos. en cada licitación mensual o semanal. una cantidad más o

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍ11CA MONETARIA NACIONAL
131
menos proporcional, que no necesila ser rígida; todos los importadores interesados
en adquirir ese cambio pueden comprarlo al precio a que estén dispuestos a pagar,
de tal modo que el Banco Central. al final de la licitación. distribuye el cambio en-
tre los mejores postores. Otro procedimiento sería el de fijar para cada importador,
no una cuota de mercaderías. sino una cuota de cambio para todas las de la categoría
que se proponga traer el importador; esta cuota se fijaría de acuerdo con lo que el im-
portador ha pedido en un período representativo anterior; y en lugar de dejar que el
mercado fije espontáneamente los precios de acuerdo con la oferta y la demanda. el
Banco Central sería quien los fijara en forma creciente. si es que las circunstancias
aconsejan restringir más y más. o en forma decreciente si aquéllas mejoran.
Un tercer procedimiento sería una combinación de los dos anteriores. o sea fijar
cuotas de cambio para los importadores y pcnnitirles comprarlo libremente en el
mercado de licitaciones dentro de esa cuota. Vamos a ver las ventajas e inconve-
nientes de estos tres procedimientos.
En el primero, observamos ante todo que los importadores operan sin ninguna
cuota: tienen. pues. la ventaja muy grande de la simplicidad y de la libertad: cada
importador. dentro de la categoría a que se refiere la licitación. es dueño de solici-
tar la cantidad de cambio que le plazca y al precio que. según su propia apreciación
de las condiciones del mercado. le convenga pagar. No interesa si ha importado
poco o mucho en un período anterior; puede importar cualquier cantidad. siempre
que pague el precio que el mercado determine. Tampoco hay limitación para los
nuevos importadores: cualquiera puede entrnr en las licitaciones sin necesidad de
permiso alguno. Existe. además. la ventaja muy grande. desde el punto de vista psi-
cológico. de que el tipo de cmnbio no es objeto de una manipulación del Banco Cen-
tral. pues se limita a ofrecer lo que tiene y el precio se determina en función de la
oferta y la demanda. Sin duda. en cic11os momentos. esto tiene imp011ancia desde el
punto de vista psicológico y frente a las críticas que se puedan hacer al sistema.
En cuanto a sus desventajas. son dos. La primera consiste en que, cuando se co-
nozca y generalice la índole del procedimiento. los importadores. al advertir que el
precio de la divisa extranjera va subiendo (y hay que tener presente que no existe
limitación alguna parn sus pedidos), pueden precipitarse al mercado y pedir canti-
dades exageradas y aún hacerlo con fines especulativos. previendo el alza posterior
del mercado. Una conducta semejante sería un factor de perturbación que haría su-
bir los precios en forma demasiado rápida. La segunda es ésta: como las categorías
son amplias. pues no conviene desmenuzarlas. hay importadores que operan con
productos de mercado muy receptivo que les permiten pagar precios más altos. o
aceptar aumentos mayores que en otros productos; esos importadores. que no siem-
pre son los que traen las mercaderías más útiles. pueden pujar mucho más fuerte.
despojando del cambio a los otros importadores.

132
RAUL PREBISCH
Veamos el segundo procedimiento. el de la fijación de cuotas. Tiene el grave
inconveniente de que los precios se fijan ai1ificialmente por el Banco Central: no
importa que éstos puedan corresponder o no a la oferta y la demanda: el hecho de
que el Banco Central los fije. introduce un cie110 elemento de arbitrariedad: por
otra parte. si el precio se fija m6s bajo del que resultaría de la acción de la oferta y
la demanda. los que han adquirido el cambio en el mercado resullan beneficiados
con una ganancia extraordinaria. inconveniente al que hemos dado mucha impor-
tancia para tratar de evitmlo en este régimen.
Finalmente. el procedimiento que me satisface en mayor grado es el tercero.
porque combina las ventajas de los dos y limita considerablemente sus inconve-
nientes. El propósito de la cuota en este tercer pnx:edimiento no es el de restringir.
como lo demuestra el hecho de que no había ningún inconveniente en fijar la cuota
de acuerdo con la importación m6xima en la fase ascendente que ha precedido a las
restricciones. El máximo traído por un importador servir6 para autorizarlo a com-
prar cambio en el mercado de licitaciones. Lo que se persigue con esta cuota es or-
denar un poco la demanda. evitar. en primer lugar. que el impm1ador que ha tenido
una importación máxima de 100. se precipite al comprar 200 o 300. anticipando
una posible apreciación del peso. o que aumente sus negocios en un período de res-
tricción a expensas de otros importadores. Dentro de esa cuota amplia. el importa-
dor puede presentarse a la licitación ofreciendo el precio que juzgue más conve-
niente. No habría el peligro de que esos precios sean demasiado bajos en relación a
la situación del mercado y estimulen un lucro extraordinario. si es que el monto de
las cuotas se determina con cierta amplitud. Supongamos. por ejemplo. que las im-
portaciones de un período m6ximo anterior ascienden a 500. y que no se juzgue
conveniente dar más de 300 de cambio. Una demanda de 500 frente a una oferta de
300 aumentad necesariamente los precios y facilitará la adjudicación del cambio al
mejor postor: no hay peligro de que se fije un precio artificialmente bajo. La cuota
no actúa entonces como elemento restrictivo. sino como elemento ordenador de la
demanda. El inconveniente 4ue subsiste. sin embargo. es el de que la cuota. aun fi-
jada con la liberalidad a que me refería. no permite el acceso de nuevos importado-
res. puesto que no hay un punto de referencia para fijar la cantidad 4ue ha de co-
rresponderles como cuota. Sin embargo. hay que preguntarse si cs. realmente. una
grave desventaja: es decir. si se justifica la intervención de nuevos im¡xH·tado-
res cuando el cambio para satisfacer las necesidades no1malcs de los impor-
tadores existentes. no es suficiente. ¿No será mejor abrir el campo para nuevos im-
portadores. no en un período de restricción. sino en uno de abundancia de divisas
para no perjudicar a los importadores existentes? Por todas esas consideraciones.
me inclino más bien hacia este procedimiento. que tiene la virtud de ordenar la de-
manda y la ventaja de permitir que el precio se establezca libremente en el merca-
do sin intervención directa del Banco Central.

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA M01'ETARIA NACIONAL
133
Funcionamiento de las licitaciones de cambio
Veamos cómo funcionaría este procedimiento. Supongamos que pam las impor-
taciones de artículos esenciales, destinadas a esa zona resguardada de la actividad
económica. se establezca. digamos. el precio de 15 pesos por libra esterlina. Este
podría ser también el precio básico del cambio para las licitaciones. precio que en
ningún caso sería inferior al fijado para los artículos esenciales. A partir de ese pre-
cio básico. los otros irían.siendo mayores según la necesidad de restringir la impor-
tación; con este propósito se ofrecerían cantidades decrecientes de cambio. de
acuerdo con el cálculo de las disponibilidádes. En esta forma. si el cambio se va
ofreciendo en licitaciones periódicas. se elimina toda posibilidad de demanda espe-
culativa. puesto que cada importador sólo puede moverse dentro de su cuota. Es
concebible que los tipos puedan llegar a un nivel muy alto si la cantidad ofrecida
es pequeña y la demanda grande. No se nos oculta que esto puede engendrar reper-
cusiones psicológicas desagradables. sobre todo en los primeros tiempos del siste-
ma. hasta que la gente se acostumbre a él. como ocurrió en el régimen de licitacio-
nes aplicado con buenos resultados en nuestro país. Pero téngase en cuenta que si
es escasa la cantidad de cambio que se da para la importación de esos artículos (ya
sea que se establezca un precio fijo de cambio o no. o se adopte el régimen de lid-
taciones ). y escasa la impo11ación y grande la demanda. el precio interno subirá de
todos modos. Así. pues. cuando la oferta es reducida y la demanda grande. no hay
forma de evitar que el precio suba. Ahora bien. si las circunstancias mejoran. se
podrá ir ofreciendo en las licitaciones cantidades mayores de cambio para bajar los
precios hasta que éstos puedan llegar nuevamente al punto de partida de 15 pesos
por libra.
La experiencia recogida en Argentina en esta materia nos demuestra que el
Banco Central debe idear un procedimiento de licitaciones muy elástico. Al princi-
pio habíamos pensado en dividir los 30 millones que se destinaban anualmente
para las licitaciones. en sumas iguales entre las distintas semanas hábiles del año.
pero el procedimiento pronto reveló algunos inconvenientes, puesto que la deman-
da no es constante y uniforme. Había semanas en que por ser intensa la demanda.
subían los tipos: otras. en que la demanda era baja. tendía a hacerlos caer. De ma-
nera que el Banco Central. sin apartarse de la cantidad de 30 millones. fue distribu-
yendo en forma un tanto arbitraria la cantidad en la siguiente forma: si. por ejem-
plo. alguna vez se ofrecía en una licitación un millón de dólares y la demanda era
de un millón y medio y subían mucho los precios, el Banco Central daba el millón
y medio de dólares; y en otra oportunidad en que también ofrecía el millón de
dólares y la demanda los hacía bajar, solamente adjudicaba ochocientos o quinien-

134
RAÜL PREBISCH
tos mil para mantener una línea más estable de precios. pero sin abandonar el pro-
pósito fundamental de ofrecer toda la cantidad en el curso del año. aunque sí la di-
visión aritmética estricta de esa cantidad. Se distribuía por un procedimiento de
tanteos para que la línea de precios no oscilara con brusquedad. En cuanto al
número de categorías sólo la práctica nos ha ido aconsejando cómo dividirlas.
Aforos para el cambio de importaciones
Veamos ahora otro aspecto de mucha importancia. En una de las últimas con-
versaciones sobre nuestro régimen de control de cambio. señalamos que en materia
de importaciones teníamos que guiarnos. en cuanto concierne a la determinación
de los valores. por las declaraciones de la factura consular. e indicamos que podía
haber filtraciones, sobre todo cuando la diferencia entre el tipo a que se daba el
cambio para importación y el del mercado libre era demasiado tentadora. ¡,Qué po-
dría hacerse dentro de este régimen para disminuir al mínimo la posibilidad de fil-
traciones? Disminuir al mínimo. digo. y no evitar en lo absoluto. porque me parece
que eso es imposible. No creo que en lo que concierne a las importaciones esencia-
les el problema sea muy difícil en la mayor parte de los casos. puesto que se trata
de materias primas. de clases y tipos perfectamente definidos o cuyos precios se
pueden controlar fácilmente. Pero cuanto más compleja es la fabricación y apare-
cen calidades y tipos muy distintos de artículos. el control es más y más difícil.
OcuITe pensar entonces si no sería posible establecer también para las importacio-
nes. así como hicimos en materia de exportaciones, un sistema de aforos. Y o creo
que es posible. y que el sistema de aforos tiene ante todo la vi11ud de colocar a to-
dos los importadores en igualdad de condiciones, pues lo peor que puede acontecer
es que el más alerta pe1:judique al menos alerta o al más escrupuloso; pero si a to-
dos se los coloca en igualdad de condiciones. se gana mucho. Veamos cómo opera-
ría un sistema semejante en las categorías de importaciones sujetas a tipos llexi-
bles. Se podría establecer el aforo para cada mercadería. o para grupos de
mercaderías de la misma índole general. pero de distintas calidades o tipos. y esta-
blecerlo sin cuidarse mucho de que el aforo sea ligeramente superior al precio real.
¡,Por qué razón? Porque si es superior al precio real y se aplica por igual. todos ten-
drán la misma oportunidad de negociar ese cambio en el mercado libre. si es que
este mercado tiene para las divisas extranjeras tipos superiores a los del mercado
de licitaciones. Hagamos números: supongamos que el tipo de cambio para l()s
bienes durables o las mercaderías no esenciales esté a 16.50 por libra y el mercado
libre a 17. Si fijamos el aforo para las mercaderías a un tipo ligeramente superior al
precio real de la mercadería. todos los importadores podrán vender el residuo en el

LINEAMJENfOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
135
mercado libre; la ganancia así obtenida los conducirá a proponer precios más altos
en las licitaciones de cambio. De manem que nada pierde el sistema. En caso con-
trario. es decir si el mercdo libre tiene tipos inferiores a los tipos de las licitaciones.
y se autoriza a los importadores a vender en ese mercado, su precio aumentará in-
convenientemente. En el caso anterior. cuando se vendía el residuo. estas ventas
tendían a aproximar el tipo del mercado libre al tipo del mercado de licitaciones;
en el otro caso las ventas residuales tenderán a apartar más estos tipos. Podría tam-
bién seguirse el procedimiento (que no tendría ningún inconveniente práctico) de
autorizar a los importadores a solicitar o usar el cambio por el total del aforo. o por
un 20 o 25 por ciento menos. por ejemplo. según les conviniere. de manera que
cuando el tipo del mercado libre sea inferior al del mercado de licitaciones. el im-
portador podrá comprar ese porciento de su cambio en el mercado libre. lo cual
tendrá también la ventaja de colocar a todos los importadores en igualdad de condi-
ciones y de no entrar en los ponnenores de un control que es prácticamente imposi-
ble. Estas compras en el mercado libre tendían, además. a elevar sus tipos acer-
cándolos a los de las licitaciones. Y o creo que. buscando la solución en los aforos.
se podrá llegar a un procedimiento que evite la desigualdad de situaciones entre los
importadores. y a colocar al Banco Central en posición cómoda para establecer
cantidades fijas para el otorgamiento de cambios sin tener que entrar a indagar si
las facturas son cotTectas o no. Llego. pues. a la conclusión de que buscando una
solución por ese camino, se puede vencer una de las dificultades más serias del sis-
tema de control de cambios.
Aspectos técnicos
Finalmente. si bien en este sistema no se aplicarían regulaciones cuantitativas.
sería conveniente mantener los permisos para todas las importaciones, inclusive las
de mercaderías esenciales; pero no un permiso que exija un trámite pesado. sino
una especie de f01mulario estadístico en el que el importador declare lo que está
dispuesto a importar a fin de que se tenga una información precisa de la tendencia
de las importaciones. Esto es muy impo11antc para vigilar las consecuencias de la
política intema de crédito. porque en un momento dado de expansión. hasta las im-
portaciones esenciales pueden tender a desarrollarse en forma excesiva. Se trataría
de un permiso o formulario global. no individual. que no se refiera a m1ículo por
artículo, sino a catcg01ías o grupos. Sería necesario también buscar la forma de re-
solver el problema que he mencionado al referirme al control de cambios, o sea li-
mitar la duración del permiso. para que el sistema no se encuentre con una gran
cantidad de cambio solicitado en forma indefinida, sin saber cuándo se van a ejecu-

136
RAÚL PREBISCII
lar las operaciones. Para evitar el abuso en los pedidos del cambio. puede estable-
cerse también una penalidad para el que no use la mayor parte de Ja cantidad de
cambio solicitado. Como ustedes recordarán. el 90 por ciento es lo que había reco-
mendado la experiencia argentina. Son aspectos técnicos que no tienen mayores
complicaciones prácticas. pero que definen en una forma más acabada las condi-
ciones en que tiene que operar el sistema de control de cambios.
Por ahora podríamos suspender esta conversación. ya que ha transcurrido una
hora. a fin de continuarla el viernes y tratar entonces. en la primera parte. el aspec-
to de política económica que enciem1 el control de cambios y luego examinar el
funcionamiento del mercado libre. puesto que dentro de este sistema. propondría
dos mercados: el oficial. donde se vendería todo el cambio de exportaciones y se
compraría el cambio para importaciones y servicios financieros y el mercado libre
para las otras operaciones. ( 1)
Febrero 9. 1944
LA POLÍTICA ECONÓMICA Y LA DE CAMBIOS
En la última conversación dijimos que el objeto de la política de cambios. en
síntesis. no es otro que el de restringir las importaciones que no afectan la activi-
dad económica corriente ni la satisfacción de las necesidades generales de las gran-
des masas de la población cuando el desequilibrio del balance de pagos no puede o
no quiere coJTegirse con el empleo de las reservas monetarias.
Los TIPOS DE CAMBIO NO DEBEN TENER FINES PROTECCIONISTAS
Las restricciones. dentro de la política que explicamos. se efectuaban mediante
el movimiento de los tipos de cambio. Subían cuando era necesario restringir y ba-
jaban cuando la abundancia de divisas lo permitía. De ahí la conveniencia de fijar
tipos muy 11cxibles. Por ello no podían servir sino como instrumento restrictivo de
importaciones. y nunca como elementos de carácter proteccionista; en caso contra-
rio el sistema no podría bajar los cambios cuando las circunstancias del balance de
pagos lo hicieran necesario. Se trata. pues. de un elemento activo de la política de
cambios. y no de un sustituto de los derechos proteccionistas. Más aún. el Banco
Central. al aplicar esta política. debiera aclarar perfectamente que el alza de los ti-
pos es de carácter transitorio y que en ninguna forma está destinado a proteger sino

Ln,mAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
137
a regular la importación. para que luego no pueda esgrimirse argumento alguno
acerca del carácter de esta medida.
Por lo tanto, es necesario deslindar claramente el objeto y el alcance de la po-
lítica de cambios y el de la política económica. La primera es de aplicación pasaje-
ra y circunstancial. mientras que la segunda tiene un carácter orgánico y de largo
alcance. Se concibe perfectamente la posibilidad de desarrollar una política de
cambios sin una política económica definida. sin un plan claramente trazado pm·a
aprovechar en la mejor forma posible las divisas y los recursos económicos del
país. puesto que dentro de cualquier política o sin ella. habrá artículos importados
menos necesarios que otros. Este mismo hecho de la distinta gradación de las nece-
sidades a las que responden las importaciones. permitirá aplicar una política de
cambios destinada a comprimir la importación de los menos necesarios. Pero sin
duda alguna que el máximo de eficacia que persigue una política de cambios. sólo
podrá obtenerse gracias a la armoniosa combinación con la política económica
puesto que una y otra tienen que proponerse el objeto fundamental de hacer lo me-
nos vulnerable posible la economía del país a las fluctuaciones y conl.ingencias de
orden exterior: la una actúa a corto plazo. la otra a largo plazo. De ahí la necesidad
de que ambas se complementen.
PELIGRO DE CAER EN TENDENCIAS AUTÁRQUICAS
Es indudable que si toda la actividad económica interna esencial para satisfacer
las necesidades coITientes de las grandes masas de población pudiera desarrollarse
en forma exclusiva con materiales nacionales. sin tener necesidad de importarlos
del extranjero. la política de cambios se simplificaiía considerablemente. puesto
que sólo quedarían en la importación maquinarias. bienes durables. artículos no
esenciales. supcrtluos o de lujo. La importación podría comprimirse drásticamente
en caso de gran penuria sin ninguna perturbación para la economía nacional. Pero
aun cuando técnicamente sea posible llegar a ese estado de cosas. hay obstáculos
económicos muchas veces infranqueables. También se concibe la posibilidad técni-
ca de hacer en el interior una buena parte de las máquinas que el país requiera, pero
tmnbién a costa de una elevación considerable del costo de producción pm·a toda la
economía nacional. Es un grave error creer que para el éxito de una política como
la que preconizamos -la de fortalecer la economía nacional y hacerla menos vul-
nerable a las influencias exteriores- haya de caerse necesariamente en la autar-
quía. La autarquía es tan absurda, a mi juicio. desde el punto de vista de nuestros
países. como el libre cambio. El libre cambio deforma y desintegra la vida eco-
nómica y la autm·quia empobrece. sofoca la vida nacional y crea intoxicaciones de

138
RAÚL PREBISCH
carácter psicológico de graves consecuencias. Hay que apartarse. pues. de uno y
otro extremos y buscar una solución que responda a la realidad económica de cada
país.
Sería un error producir a costos exorbitanes las maquinarias que un país requie-
re o los materiales de transporte si pueden comprarse a menor costo en el exterior
pagándolos con nuestras exportaciones. por la sencilla razón de que tratándose de
bienes durables. es posible prescindir de ellos por un tiempo bastante largo. No hay
que olvidar. además. que puede organizarse una industria ele repuestos y reparacio-
nes para prolongar la vida de las instalaciones industriales y de transporte mientras
no se pueda importar normalmente. Es esencial para el logro de una producción
económica y eficiente que la industria pueda disponer ele! mejor material. de los
mejores bienes de capital que requiera y al costo más reducido. Aquí se concilian
perfectamente la política de cambios con la política económica. Esta requiere la
importación de ese material a bajo costo. el cual podrá importarse sin dificultad al-
guna con el máximo ele liberalidad en las épocas de abundancia de divisas; la po-
líhca de cambios gradúa esas importaciones en épocas de escasez. si es indispensa-
ble hacerla para proteger aquella zona fundamental de la actividad económica y
después de haber agotado las restricciones en las categorías menos esenciales.
Es distinto el caso que se presenta a la política económica en lo que concierne a
las materias primas y :u"tículos esenciales para la actividad económica regular del
país. ya que no se trata de bienes durables. sino de artículos que deben consumirse
continuamente. Se plantea entonces el gran problema ele política económica que
consiste en determinar hasta dónde debe promoverse la fabricación. elaboración o
extracción local de esas materias y artículos esenciales para poner a cubierto la
economía de las fluctuaciones y contingencias exteriores. ¿Cómo elaborar una po-
lítica económica que tratando de satisfacer ese objetivo fundamental pe1mita. al
mismo tiempo. desarrollar económicamente la producción interna? Se trata de un
problema imposible de resolver en abstracto. puesto que el acierto en hacerlo de-
pende de la combinación de una serie de elementos. entre los cuales. los más im-
portantes son. a mi juicio. los siguientes. Primero. la tendencia permanente de las
exportaciones del país: la solución será distinta si las exportaciones tienden cons-
tantemente a crecer con las inevitables fluctuaciones de orden cíclico. o si. por el
contraiio. se han estacionado. Segundo. la solución depende también de la existen-
cia de recursos naturales y de la posibilidad de explotaifos económicamente. Terce-
ro, la posibilidad de acumular en tiempos de prosperidad grandes existencias de
materiales esenciales, o de desarrollar en tiempos críticos la producción de emer-
gencia o de sustituir. también en tiempos críticos. el material extranjero por el ma-
terial nacional. Cuarto. la solución depende del grado de desarrollo de la pobla-
ción. del mercado interno y de las aptitudes técnicas de la población. Y quinto. lo

LINEAMIENTOS DE UNA POÜOCA MONETARIA NACIONAL
139
condicionarían consideraciones relativas a la defensa nacional. No voy a entrar en
el examen de estos asuntos de política económica. pero sí me parece .conveniente
puntualizar los té1minos del problema para poder combinar mejor la de cambios
con la económica.
HIPÓTESIS DE EXPORTACIÓN CRECIENTE
Consideremos, pues. brevemente la primera hipótesis de exportaciones crecien-
tes. Ante todo tendremos un problema similar en materia de importaciones: será
esencial hacerlas crecer persistentemente para poder seguir exportando: pero. ade-
más, necesitaremos de las importaciones por cuanto la exportación creciente nos
dará la posibilidad de organizar las actividades internas en condiciones sanas y
económicas. Para decidir nuestro problema tenemos que preguntarnos hasta dónde
deberá aprovechar el país sus posibilidades técnicas sin pasar del punto en que la
producción resulta antieconómica o socialmente inconveniente. Para un país que
tiene un problema vital de crecimiento. este asunto me parece de importancia sus-
tancial y no siempre se le ha dado en las discusiones sobre política comercial el al-
cance que realmente tiene. Es esencial que el costo colectivo de producción sea el
más bajo posible, porque en esta fonna la mayor producción permitirá resolver.
más fácilmente los problemas sociales que se plantean a un país, los cuales son, en
el fondo, problemas cuantitativos de producción. Cuando lo que hay que dividir es
grande, todos esos problemas se simplifican; pero si la cantidad es pequefia por una
política económica desacertada, o por condiciones adversas, fos problemas son
muy difíciles de resolver. Por lo tanto, al considerar en el caso de exportaciones
crecientes la utilización de materiales nacionales, debe tenerse en cuenta que es ne-
cesario tener grandes importaciones para poder compensar las exportaciones cre-
cientes, y que si un país como la Argentina. gracias a las posibilidades técnicas que
se le presentan para desarrollar la producción de ciertas materias básicas a alto cos-
to, cae en la tentación de producirlas con esa desventaja, se encontrará que para po-
der seguir exportando cantidades crecientes, tendrá que acudir a la importación de
ciertos bienes durables como automóviles (siempre que no se pretenda entrar tam-
bién en la producción de ellos) o artículos no esenciales o de lujo. Se llegaría en-
tonces a la situación absurda de un país que produce maquinaria a costo alto y en-
carece los artículos indispensables para el consumo corriente de sus grandes masas
de población, y que, al mismo tiempo, importa liberalmente, y a bajo costo, ar-
tículos no esenciales, superfluos o de lujo. Sin duda alguna sería una solución ab-
surda. Claro que esa utilización inconveniente de los recursos de divisas de que el
país dispone no sería incompatible con la aplicación de una política de cambios

140
RAúL PREBISCH
como la preconizada. desde el momento en que la importación de productos super-
fluos o de bienes durables siempre podrá comprimirse en casos de n~cesidad.
ÜTRAS FORMAS DE DISMINUIR LA VULNERABILIDAD DE LA ECONOMÍA
Ahora bien. si en virtud de las consideraciones que acabo de señalar. y aten-
diendo al costo de producción y su significado nacional. un país importa gran parte
de las materias primas y artículos esenciales para su actividad económica. podría
argüirse que tendría una economía muy vulnerable. no ya en el caso.de movimien-
tos propiamente cíclicos. que podrían atenuarse •. sino cuando ocuITen depresiones
agudas y la cantidad de cambio disponible se reduce a cifras mínimas. y. sobre
todo. en el caso de contingencias exteriores que impidan el abastecimiento regular
del país de esos productos y artículos esenciales. La expe1iencia reciente justifica
con plenitud esa preocupación. pero antes de forzar la producción de materiales
básicos a alto costo para hacer frente a casos de extrema emergencia. convendría
quizás examinar en nuestro país si no hay otras soluciones más económicas desde
el punto de vista colectivo que permitan mantener un costo bajo de producción.
Así. por ejemplo. la acumulación de grandes existencias de materiales básicos.
comprados a bajo costo en el mercado mundial, para hacer frente a períodos de
emergencia. Desde !u.ego se presentan varios obstáculos. entre ellos dos que siem-
pre han sido muy importantes: primero. el costo financiero de una operación de esa
naturaleza y. luego. el peligro de alteración de los precios. Estas dos razones son
las que explican que la iniciativa privada no haya podido resolver satisfactoriamen-
te este asunto en ningún país. Pero bien examinado. se trata de materiales esencia-
les a la actividad económica nacional. para cuya adquisición se acumulan divisas
por las cuales el país no recibe interés alguno: ¿no podría idearse. por tanto. alguna
fórmula para la utilización racional de esas divisas en tiempos de abundancia en la
formación de grandes existencias de materiales básicos antes que producirlos a ele-
vado costo? Posiblemente el problema no es insoluble, puesto que cambiar divisas
que no ganan interés por materiales que tampoco lo perciben. no es una fórmula in-
accesible. Por ou·o lado, el problema de las variaciones de precios también ha de
tener alguna solución, haciendo recaer la incidencia de cualquier diferencia de pre-
cios sobre la colectividad o sobre el tesoro del país que la representa. Debe tenerse
en cuenta. además. que si esos materiales básicos acumulados en los períodos de
prosperidad. han de venderse en períodos de gran restricción o penuria: sus precios
generalmente tendrían que ser más altos: y aun cuando así no fuera. el hecho de po-
der tener esa acumulación de material y evitar una producción costosa. puede ser
desde el punto de vista colectivo más económico y más sano.

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
141
Hay varios ejemplos en nuestro país que demuestran la posibilidad de constituir
esas existencias: las había y cuantiosas, de pedacería de fierro. las cuales resultm·on
de gran importancia en la presente coyuntura. No hubo ningún plan. se trata de un
mateJial cuya exportación estaba prohibida: pero así como hemos tenido ése. bien
podríamos constituir existencias de otros mate1iales básicos en vez de aventuramos
en una producción a costo exagerado.
También debe ensayarse tener todo preparado para poder desenvolver
rápidamente la producción de emergencia de ciertos productos. El caso del azufre
es típico: en Argentina existen yacimientos cuya explotación resulta mucho más
costosa que el azufre extranjero importado por la gran distancia a que se encuentran
de los centros de consumo: y uno se pregunta si en vez de empeñarse en producir a
costo elevado todo lo que el país requiere. no convendría producir pequeñas canti-
dades y tener organizada la producción en forma que pueda ampliarse en casos de
emergencia: mientras. podría importarse el azufre extranjero a un precio muy bajo.
facilitando el desarrollo de todas las industrias que en nuestro país consumen esta
materia. La misma cuestión podría. acaso, plantearse por lo que hace al petróleo.
Su costo de producción es superior al costo de otros países; cabe preguntarse. pues.
en la hipótesis de exportaciones crecientes. si no sería más económico producir una
cantidad menor e importarlo en tiempos normales, pero sin dejar de prepararse con
todos los materiales de explotación para ampliar la producción en tiempos de emer-
gencia.También debe examinarse la posibilidad de sustituir en tiempos difíciles el
consumo de cienos materiales extranjeros por materiales nacionales. El caso típico
en nuestro país en los últimos tiempos ha sido la sustitución del hie1rn en las cons-
trucciones por la madera. especialmente en las construcciones pequeñas y media-
nas, sustitución que no es económica en épocas nonnales debido a que la madera
cuesta más que el hierro y representa una solución inferior; pero durante este pe-
ríodo crítico. la construcción de viviendas pequeñas y medianas en la Argentina se
ha desarrollado enormemente con un mínimo de hierro extranjero. Debe recordarse
también el caso tan importante de la sustitución de ciertos combustibles como el
carbón y el petróleo, por la leña y aún por el maíz, que ha permitido aliviar una
grave c1isis.
Carezco completamente de autoridad técnica para hablar de estos asuntos: por
ello no señalo soluciones. aunque sí planteo problemas que a mi juicio deben ser
objeto de un meditado estudio en nuestro país antes de lanzamos a una política
económica que podría resultar de efectos perniciosos para la actividad económica
general, y para el nivel de vida de las masas.

142
RAÚL PREBISCH
OTROS ELEMENTOS A TENER EN CUENTA
Además de lo que he mencionado acerca de las exportaciones y de la existencia
de recursos naturales. es evidente que para la solución de un problema de esta
índole hay que tener en cuenta. como dije al principio. las aptitudes técnicas. la
amplitud del mercado. etc .. cuestiones que no son de orden estático. sino que se
van modificando confonne el país crece y aumenta la eficiencia de la población.
Finalmente. el caso de la defensa nacional no es de índole económica: en esta
cuestión no siempre prevalecen las consideraciones de costo. importantes pero no
decisivas. sino causas de otra índole que pueden modificar un plan económico.
El problema de política económica es. pues. bien complejo y. por lo mismo.
debe ser estudiado con todo cuidado; sería tan insensato creer que las experiencias
críticas que hemos tenido en esta generación van a desaparecer. como caer en las
tendencias autárquicas que podrían ll~var tamqién al país a extremos sumamente
desfavorables.
HIPÓTESIS DE EXPORTACIONES ESTACIONARIAS
Hasta ahora sólo nos hemos referido al caso de exportaciones crecientes: puede
presentarse. sin embargo. el de exportaciones que no tienden a crecer. como ha su-
cedido precisamente con las argentinas en los últimos quince años. ¿Cuál sería la
política a seguir en materia de producción de materiales básicos. de maquinaria y
otros artículos dw·ables. si nuestras exportaciones son estacionarias? El país. como
dijimos. se halla frente a un problema de crecimiento. Si no puede crecer porque el
impulso de las exportaciones se paraliza. debe buscar la forma de crecer interna-
mente. Mas para ello necesita impo11ar materias primas. maquinarias y otros ar-
tículos durables. En este caso se verá forzado a comprimir considerablemente las
importaciones de artículos superfluos. de lujo y de materiales no esenciales para
procurarse aquellos otros: también se verá forzado a emprender la producción que,
en la hipótesis anterior de exportaciones crecientes, resultaba a un costo muy ele-
vado: pero que en la hipótesis de exportaciones estacionarias deberá acometerse a
fin de proseguir el desarrollo industrial. Este se haría a un costo más elevado. y el
nivel de vida de la población no sería tan alto como podría lograrse en un régimen
de exportaciones crecientes. Las posibilidades de desairnllo económico y demo-
gráfico del país. en este caso. serían inferiores a las que habría en el de exportacio-
nes crecientes.
En un caso semejante las inversiones de capital extranjero pueden ser mucho

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
143
más útiles y eficaces que en el de exportaciones crecientes, en que posiblemente el
país podría desenvolverse con una política económica claramente trazada. sin gran-
des inversiones de capital foráneo. En la nueva hipótesis. para que el país pueda
crecer con un ritmo activo, sería indispensable la inversión de capitales pero procu-
rando hacerlos de acuerdo con un programa tal que los recursos se inviertan en fi-
nes esencialmente productivos y en aplicaciones provechosas desde el punto de
vista colectivo. y no se malogren en aplicaciones de segundo orden. pues no hay
que olvidar que la carga de los intereses en un régimen de exportaciones estables
sería cada vez mayor.
PAPEL DE LA POLÍTICA MONETARIA INTERNA
No es el momento de considerar todavía el papel que habría de jugar la política
monetaria interna para promover el crecimiento económico del país en cualquiera
de las dos hipótesis consideradas. Lo haremos en otra oportunidad. pero quiero sub-
rayar que esa política monetaria interna tiene un papel fundamental. De la combi-
nación de estas tres políticas podrá resultar un crecimiento vigoroso de la industria
del país; no de la industria pesada. pues se carece de los recursos necesarios; pero
sí de las industrias que satisfacen las necesidades corrientes de la población y que.
a mi juicio. podrían. a pesar de su índole. constituir en nuestro país un factor de
crecimiento análogo al que ha tenido la tierra en el siglo pasado.
Los DERECHOS PROTECTORES
A la política económica concierne este problema. y a ella toca detenninar los
derechos protectores necesarios para estimular la producción de materiales esencia-
les y de la maquinaria que. en cualquiera de las dos hipótesis pueda elaborarse m-
zonablemente en el país. Establecidos los derechos sobre dicha base. tendrá que
aplicarse la política de cambios, no para complementarlos. sinp con una finalidad
distinta: la de graduar el ritmo de las importaciones que el país tenga que realizar
de acuerdo con las exigencias del movimiento cíclico. Aquí se ve claramente des-
lindada la acción de las dos políticas: la de cambios es esencialmente independien-
te de la económica, aun cuando una política económica racional facilitaría conside-
rablemente la aplicación de la política de cambios. Por supuesto que no he querido
apuntar la solución de este problema, sino presenlar con una perspectiva general el
posible contenido de la política económica para comprender mejor cuál debe ser su
papel dentro del sistema cuyos lineamientos vengo exponiendo.

144
RAÚL PREBISCH
LA POLÍTICA DE CAMBIOS EN EL MERCADO LIBRE
Hecho esto. podríamos continuar con la descripción de la política de cambios
en Jo que concierne al mercado libre. Hasta ahora habíamos considerado el caso de
las importaciones cuyo pago se deja al mercado oficial con el producto del cambio
de las exponaciones.
TRANSACCIONES DEL MERCADO LIBRE
En el mercado libre. el elemento fundamental del activo del balance de pagos
ha sido la inversión de capitales y fondos extranjeros: el del pasivo. los servicios fi-
nancieros y demás remesas. Considero esencial mantener ese carácter del mercado
libre en materia de movimientos de capital y al mismo tiempo darle el carácter de
mercado residual. en donde puedan negociarse libremente los residuos de las ex-
portaciones y de las importaciones. esto cs. aquella parte que no convenga. porra-
zones prácticas de control. negociar en el mercado oficial. En otras palabras. debe
facilitarse el desarrollo del mercado oficial con esa válvula de escape del mercado
libre. Recordemos que la parte de las exportaciones no cubierta por el aforo en el
régimen <u-gentino. se puede vender libremente en el mercado. Creo que es indis-
pensable seguir con el mismo sistema. Se recordará también que al hablar de la po-
lítica de cambios aplicada a las importaciones dentro del régimen que estamos es-
tudiando. examinamos la posibilidad de seguir un sistema de aforos que permita al
importador vender o comprar en el mercado libre. según el caso. la diferencia entre
el aforo y el precio real de la mercadería que importa. Vender cuando el mercado
libre tenga precios superiores al del mercado de licitaciones. y comprar. decíamos.
hasta un 20 por ciento. por ejemplo. del aforo de las mercaderías. cuando el merca-
do libre sea inferior al de licitaciones. Con ese elemento regulador podríamos sim-
plificar enormemente el sistema y establecer un control muy efectivo del valor de
la importación para los fines del suministro de cambio oficial.
Pero lo más importante. en lo que respecta al mercado libre. es el movimiento
de capitales. ya sea de inversión permanente o a corto plazo. o de fondos simple-
mente especulativos. Tengo una opinión terminante sobre la imposibilidad de con-
trolar estos movimientos. Hemos hecho dos experiencias: una que fracasó lamenta-
blemente en los años '32 y '33. y que dio lugar a la formación del mercado negro:
otra. más reciente. en la que no se tuvo el propósito de establecer un control perma-
nente sino muy circunstancial y pasajero. Del mercado de capitales se lograron mo-
mentáneamente los resultados perseguidos porque se tenía una información sufi-

LINEAMIENTOS DE UNA POLlTICA MONETARIA NACIONAL
145
ciente y la colaboración de los bancos: pero no obstante eso, de haberse mantenido
por mucho tiempo no dudo que habría dado lugar al desarrollo de un mercado clan-
destino con las mil combinaciones que discurre la imaginación de los interesados.
y que siempre resulta muy superior a la de los funcionarios del control, quienes ca-
recen. por lo demás. de los medios necesarios para evitarlas. Esto no quiere decir
que a pesar de los inconvenientes del control de capitales desde el punto de vista
permanente. no pueda, en ciertos momentos de gran presión. como puede ser el pe-
ríodo inicial de la postguerra. establecerse transitoriamente para controlar la salida
de fondos y capear los primeros tiempos de la tormenta y poder luego desarrollar
un sistema más racional y menos peligroso.
La gran falla de nuestro mercado libre no ha estado precisamente allí. sino en
dos puntos: primero. en la política un tanto inconsistente que hemos seguido. según
demostré en otra oportunidad. y después. en que los servicios financieros del capi-
tal que se ha invertido permanentemente en la Argentina. excepto en el caso de los
países con los que había convenios. como la Gran Bretaña, han sido tratados en la
misma forma que los fondos a corto plazo. que iban a buscar refugio o a especular.
Las firmas que han invertido capital en la industria. en el comercio, en la produc-
ción o en los transportes. han tenido que pagar el mismo tipo de cambio que las
que fueron a colocar circunstancialmente el capital y que en un momento crítico lo
abandonan a través del mercado libre de cambios.
EL INGRESO DE CAPITAL Y LOS SERVICIOS FINANCIEROS
Por lo tanto, como creo que nuestro país tendrá que recurrir por mucho tiempo
al capital extranjero. si bien de acuerdo con un programa bien trazado. será necesa-
rio darle como estímulo ciertas condiciones de estabilidad y no someter sus servi-
cios a las tluctuaciones. tal vez extremas. del mercado libre: tanto más si se sigue
la política que preconizo de dejar absoluta libertad a los otros movimientos del
mercado. Se me ha ocurrido un procedimiento que podría ser el siguiente: el ingre-
so de toda clase de capital sería absolutamente libre. ya que su control será muy di-
fícil, salvo que todos los países se pongan de acuerdo en un régimen de control de
capitales. Mientras ello no ocmTa. creo que conviene dejar libre la enti'ada. pero es-
tableciendo en el Banco Central un registro voluntario de lbs capitales y fondos
que entren al país. Ningún capital tendría obligación de registrarse: pero ese regis-
tro existiría en el Banco Central. Si éste aprueba la inscripción de un capital. la
aprobación significa que el inversor tendrá derecho a remitir sus servicios finan-
cieros de interés y amortización. aprovechando las facilidades que brinda el mer-
cado oficial de cambios: quien no pida la inscripción en ese registro o quien no la

146
RAÚL PREBISCH
logre. quedará expuesto a todas las eventualidades del mercado libre de cambios.
De manera. pues. que los capitales no inscriptos. así como los fondos a c0110
plazo. quedarían sujetos a su propio riesgo. sin ninguna garantía del Banco Central.
ni compromiso alguno con respecto a los tipos del mercado libre. Ese capital sabe
que entra al tipo que da el mercado y tendrá que salir. cuando así lo desee. también
al tipo que el mercado determina espontáneamente.
Veamos ahora el procedimiento a seguirse para detenninar el tipo de cambio
para los servicios financieros del capital que se hubiera registrado. Supongamos
que para las mercaderías esenciales que importa el país se establece al tipo de 15
por libra. y que ese también sea el tipo básico a partir del cual comenzaría a despla-
zarse el tipo flexible aplicable a las importaciones sujetas a restricciones cíclicas.
Se establecería para los servicios financieros un tipo fijo. por ejemplo. de 17. De
tal modo que cuando el tipo del mercado libre sea inferior. los servicios financieros
puedan girarse a través de dicho mercado; pero cuando sea superior. se concede-
rían divisas del mercado oficial para atenderlos. En esta forma los servicios finan-
cieros actuarían como elemento de regulación: cuando el mercado libre tienda a
caer por debajo de 17. la demanda de servicios financieros tendería a acercarlo
nuevamente a ese nivel: y cuando sea superior a éste el traspaso de los servicios fi-
nancieros al mercado oficial. descongestionaría la presión del mercado libre. Así.
pues. el tipo de cambio para los servicios financieros no sería enteramente estable
o rígido. sino que oscihu-fa entre un mínimo de 15 y un máximo de 17 pesos por li-
bra: pero sin dejar que sobrepase ese máximo. Los tipos serían llexibles y darían
más elasticidad al mercado libre.
Sin embargo. podría preguntarse: ¿por qué no se dete1mina un tipo fijo pam los
servicios financieros? Desde el punto de vista técnico. no habría ningún inconve-
niente en establecer para ellos el tipo de 15; pero recordemos que en momentos de
escasez de cambio. algunas importaciones estarían sujetas a tipos flexibles superio-
res a 15. En este caso no dejaría de criticarse que mientras algunas importaciones
de bienes de capital o bienes durables cuando hay gran escasez de divisas tienen
que hacerse a tipos superiores al de 15. los servicios financieros del capital extran-
jero se hicieren a un tipo inferior. Se me podría decir entonces: ¡,por qué en lugar
de 15 no se establece un tipo de 17 o de 18 de carácter fijo y se priva a los servi-
cios financieros de la posibilidad de comprar cambio en el mercado libre? Enton-
ces se presentaría esta otra dificultad: es muy fácil aplicar cualquier tipo a las im-
portaciones porque tienen que pasar necesariamente por la aduana: pero es muy
engorroso controlar los servicios financieros. para evitar que se efectúen por el
mercado libre. cuando éste les resulta más conveniente que el oficial. Para verificar
lo que cada firma ha remitido por el mercado oficial y no por el libre. habría que
organizar un sistema de inspecciones; sin embargo. debe preguntarse si vale la

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
147
pena entrar en complicaciones de esta naturaleza cuando se tiene la posibilidad de
evitarlo con medidas como las que propongo. De lo contrario, sería indispensable
esa fiscalización minuciosa de los se1vicios. pues el remitente. cuando el tipo del
mercado libre fuese inferior a 17. se sentiría tentado a comprar allí el cambio que
necesita en vez de hacerlo en el mercado oficial. Habría que ver qué es lo que ha
hecho con su dinero, exponiéndose a que manifieste que no ha querido girar sus
beneficios porque ha juzgado más conveniente retenerlos en el país o reinvcrtirlos.
y obligarle a no proceder en esta forma sería prácticamente imposible. A mi juicio
resultaría una serie de complicaciones que son fáciles de evitar con la fónnula sim-
ple que expuse. Por ou·o lado, esa inestabilidad del tipo de cambio entre 15 y 17.
no creo que comporte un problema grave para las empresas financieras; y es justo
que en las épocas de escasez de cambio sufran, dentro de límites moderados. la
presión de una demanda excesiva.
No se nos oculta que al asumir el Banco Central la responsabilidad de dar cam-
bio para los servicios financieros. en lugar de dejarlos expuestos a las tluctuaciones
del mercado libre. significa una nueva carga para el mercado oficial en tiempos de
escasez de divisas. Puede darse el caso de que éstas lleguen a ser tan escasas que
no haya mucho cambio pam atenderlos. En tal situación no habría más remedio
que establecer un régimen de cuotas para las remesas de esos servicios, las cuales
se fijarían de acuerdo con lo que cada empresa haya remitido en períodos represen-
tativos anteriores. Para esto el Banco Centml está bien informado y documentado.
Las cuotas se podrían fijar también de acuerdo con el por ciento que representan
las ganancias con respecto al capital. lo cual sería más complicado. También se
concibe la posibilidad de dejar remitir intereses hasta cierta cantidad y suspender
las amortizaciones; se puede. asimismo. combinar esto con la libertad de las em-
presas para girar parte de los servicios por el mercado libre; o de depositar en el
Banco Central. en pesos, sus remesas. hasta que llegue la oportunidad de realizar-
las. Como se ve. existen distintas soluciones para hacer frente a la eventualidad de
tener que racionar los servicios financieros en el mercado oficial. y no cercenar el
cambio necesario para las mercaderías indispensables.
Hemos visto el régimen que tendría la inversión de capitales y las remesas de
servicios financieros. Nos quedaría por ver el caso de otras que no tienen la misma
importancia numérica. pero que afectan a ciertos sectores de la colectividad. La in-
formación que se tiene sobre algunas remesas regulares es suficiente para poder in-
cluirlas sin peligro en el mercado oficial de cambios; pero hay otros casos en que,
si bien razones de equidad aconsejarían dar también un tipo máximo de 17 como
en el caso de los servicios financieros. razones de índole práctica no facilitarían
mucho la aplicación de este procedimiento. Así. por ejemplo, en nuestro país las
remesas de residentes extranjeros a sus familiares del exterior absorben una canti-

148
RAÚL PREBJSCH
dad bastante considerable de cambios; son remesas de orden reguJ<u· que tendrían
derecho a un tratamiento semejante al de los servicios financieros: pero su control
es más difícil. ya que muchas veces podrían fraguarse declaraciones o situaciones
inexistentes a fin de obtener las divisas. y luego venderlas en el mercado libre a
precios superiores. No encuentro un procedimiento completamente satisfactorio: lo
hemos buscado afanosamente en otras épocas sin poderlo hallar. y acaso si se de-
sea no exponerlas a las fluctuaciones del mercado libre. se pueda aplicar el proce-
dimiento que hemos aplicado con relativo éxito por otras razones a las remesas
para países europeos. que responden a requerimientos de carácter político. Se auto-
rizó a los bancos a enviarlas dentro de cantidades limitadas. siempre que el intere-
sado las hubiera hecho por un volumen similar en un período representativo. Si se
las quiere llevar al mercado oficial. se podría dar a los bancos una cantidad de cam-
bio pm·a su distribución pro¡xircional entre t<xlos aquellos que han efectuado reme-
sas en los tres o cuatro aiíos anteriores. Esto. claro está. no resuelve ni los casos en
que se justifique un aumento. ni los casos nuevos; se trata. pues. de un procedi-
miento imperfecto. pero que tendría la ventaja de asegurm· un tratamiento estable a
los que. de ordinario. remiten esos fondos al exterior.
ABSOLUTA LIBERTAD DEL MERCADO
Son imperfecciones difíciles de remediar: pero. a mi juicio. las ventajas que
ofrece el mercado libre son muy superiores a todas sus pequeñas desventajas. Por
ello soy un decidido partid:u-io de dejar la más absoluta libertad al mercado hhre.
toda vez que los servicios financieros y algunas otras remesas de cm·ácter ref!ular
puedan protegerse mediante el procedimiento que he indicado. o algún otro similm·.
La intervención del Banco Central sólo debiera consistir en comprar en el mer-
cado libre el cambio necesario para evitar que sus precios bajen del tipo de 15 por
libra. que se aplicaría a las importaciones esenciales. No hay ningún peligro en
cornp1-m· todo el cambio que se ofrezca a este tipo. el cual sería algo así corno el
punto de estabilización del patrón oro. En él se compraría a un determinado precio
todo lo ofrecido. puesto que el Banco Central podría vender ese cambio en el mer-
cado oficial. Detener la eventual valorización del mercado libre a ese tipo pero sin
proponerse estabilizmfo antes de llegar a 15. En otros términos. debernos cvit:u· la
repetición de los hechos del aiío '42. cuando compramos grandes cantidades de
cambio a un tipo de 17 por temor de dejarlo baj:u· a 15. Hay que dejm haj:u· al mer-
cado libre sin ninguna restricción. y subir también sin ninguna limitación cuando el
balance de pagos se invierta y salgan capitales y fondos flotantes. ¡,Qué perjuicio
experirnent:u·ía el país con oscilaciones de esa naturaleza'? Fuera de las repercusio-

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
149
nes psicológicas, ninguno: sencillamente el capital que entra en épocas de abun-
dancia recibiría menos pesos en razón de la baja de precios de las divisas extranje-
ras provocada por el exceso de la oferta sobre la demanda. Los fondos que salgan
en tiempos de escasez lo harían también a los precios crecientes que resulten del
juego de la ofe11a y la demanda. Si en este último caso, existe una gran presión en
el mercado. el precio del mercado libre subiría mucho pero sin que ello quiera de-
cir que el Banco Central no pueda intervenir si es que tiene disponibilidades sufi-
cientes y juzga conveniente hacerlo para que el movimiento no sea demasiado
brusco o para contenerlo en un determinado límite: pero sin asumir una responsabi-
lidad definida con respecto al mercado libre, semejante a la que tiene en el merca-
do oficial.
Es cie1to que, según lo hemos observado, estos movimientos del mercado libre
producen trastornos psicológicos y no puedo negar que tienen alguna importancia:
me inclino a creer. sin embargo. que a medida que se habitúe el público a la exis-
tencia de ese mercado libre y el Banco Central explique o insista, sobre todo en pe-
ríodos de abundancia de cambio. que no asume responsabilidad alguna por lo que a
ese mercado se refiere. se irá formando el hábito de considerarlo en su propio valor
objetivo y no como índice de la cotización de la moneda nacional.
Desde luego, lo ideal sería tener un mercado libre con tipo estable: pero ya sa-
bemos por experiencia que esto equivale prácticamente al patrón oro. el cual no ha
podido mantenerse regularmente en nuestro país. entre otras razones por la inesta-
bilidad del mercado internacional de capitales. De manera, pues, que tenemos que
optar por un mercado libre de tipo fijo, sujeto a grandes perturbaciones y sacudi-
mientos y a su eventual abandono: por un régimen severo de control de fondos.
con la posibilidad inmediata de la formación de un mercado negro: o. finalmente,
por un régimen de libertad de movimiento de fondos. sin afectar las transacciones
fundamentales del país, que son las importaciones y exportaciones. los servicios fi-
nancieros y otras remesas regulares.
En síntesis. el sistema que recomendaría para mi país, por razones pennanentes
de política monetaria. sería el siguiente: en el mercado oficial se venderían todas
las exportaciones a un tipo fijo de cambio, mediante un régimen de aforos que per-
mita al Banco Central eliminar el serio problema de fiscalizar los valores: los resi-
duos que da ese aforo se podrían vender sin trabas en el mercado libre; en el mer-
cado oficial se pagarían las importaciones. divididas en categorías. con objeto de
que aquellas susceptibles de restringirse en épocas de escasez sin pe1:juicio para la
economía nacional, lo sean por aplicación de tipos de cambio flexibles y no por re-
gulaciones cuantitativas. También se aplicarían aforos a ciertas categorías de im-
portaciones para eliminar dificultades de control y los residuos o diferencias po-
drían venderse o comprarse en el mercado libre. En el oficial también se pagarían.

150
RAÚL PREBISCH
en caso de que el tipo del mercado libre sea superior a 17. todos los se1vicios finan-
cieros en la forma que he expuesto y algunas remesas que la práctica aconseja in-
corporar. El mercado libre sería un mercado para los movimientos de capital y para
los residuos del mercado oficial. con el mínimo de interferencia del Banco Central.
Ese sería el régimen que. a mi juicio. podría evitar los inconvenientes que hemos no-
tado en la Argentina en los 10 años de experiencia del régimen de control de cambios.
ACLARACIONES SOBRE LAS CONSIDERACIONES DE POLÍTICA ECONÓMICA
No sé si he siclo suficientemente claro al rcfcrüme al alcance que doy a la po-
lítica económica brevemente esbozada. Por ello quisiera insistir en que. a mi juicio.
esa política económica es totalmente distinta ele la política de cambios: se concibe
perfectamente la aplicación de una política de cambios de carácter cíclico como la
que preconizo, sin que se modifique la política económica actual de nuestro país. o
más bien dicho. la falta de política económica. Si insisto. sin embargo. en la necesi-
dad de esta última es por tres razones fundamentales. En primer lug::u-. porque p::u-a
la mejor aplicación de esa política de cambios es necesario tener una política eco-
nómica racionalmente trazada. En segundo lugar. porque creo que con una política
económica como la que se sugiere. la posibilidad de crecimiento económico será
mucho mayor; y en tercer lugar. por esta otra convicción: creo que no podemos op-
tar entre tener o no tener una política econ6mica. o sea entre trazarla o dejar que las
cosas se resuelvan por sí solas. porque las cosas no se resolverán por sí mismas. Si
la Argentina no fija bien claramente qué es lo que quiere hacer de su economía y
de sus relaciones económicas con los otros países. la política econ6mica se hará en
parte desde fuera y en pa11e su tarifa será. fundamentalmente. resultado ele exigen-
cias fiscales, y tendremos. quiérase o no. una situación inorgánica. amorfa. como
consecuencia de tendencias contrapuestas. Es evidente. por lo demás. que en el
desarrollo del comercio exterior en la postguerra veremos acentuarse la acción de
grandes combinaciones industriales y comerciales. de modo que si la Argentina no
traza su política. se la trazarán desde afuera. Son esas combinaciones internaciona-
les las que van a definir lo que debe producir y consumir la Argentina. y ello no
siempre coincidirá con los intereses nacionales.
ACLARACIONES SOBRE LA POLÍTICA CÍCLICA
Otra aclaración que quería hacer es la siguiente: la política monetaria que pre-
conizo, ya sea que se refiera a las conexiones anteriores del sistema, esto es. la po-

LINEAMIENTOS DE UNA POLlTICA MONETARIA NACIONAL
151
lítica de cambios, o a la de regulación interna del poder de compra, tiene un ca-
rácter cíclico: esto no quiere decir que se requiera para su aplicación un conoci-
miento profundo del ciclo, ni mucho menos el tener que asentarla en ciertas previ-
siones sobre el futuro. puesto que si estas previsiones resultan desacertadas. como
por lo general resultan, expondremos toda esa política al fracaso. Lo único que se
requiere es esto: primero. reconocer que hay un ciclo; y segundo, reconocer que las
fases ascendentes no son indefinidas. Por ello siempre debe preguntarse: ¿cuándo
terminará? ¿Cómo? ¿Cuánto falta todavía por recorrer? Nada de esto ~bemos:
pero lo único que necesitamos saber es que esa fase ascendente va a tener un fin
tras del cual vendrá una fase de contracción. Eso es lo único que nos hace falta co-
nocer para poder desarrollar una política cíclica, e irla adaptando a todos los cam-
bios que ocun-an en la realidad. Con este propósito el plan de gastos cíclicos del
cual hablaré más adelante, debe tener una extraordinaria elasticidad. (2)
Febrero 11. 1944
LA POL!TJCA DE CAMBIOS EN LA TRANSICIÓN INICIAL DE LA POSTGUERRA
Las importaciones
Tanlo · Jas ideas que he des:urnllado en materia de importaciones relativas al
mercado oficial de cambios, como las que he señalado en lo que concierne al mer-
cado libre. están destinadas a la elaboración de una política monetaria permanente;
por lo tanto, no he considerado la época difícil de transición que seguramente se va
a presentar una vez terminada la guerra. Sería deseable. a este respecto, que nues-
tro país, antes de terminar la contienda, tenga su plan de política económica perfec-
tamente trazado para que sepa cuáles industrias, de las que se han desarrollado du-
rante la guerra, merecen protección y cuáles habrá que ir liquidando poco a poco.
Hecho eso, será necesario trazar el plan de importaciones a que nos hemos referido
para que, en caso necesario, pueda aplicarse la política de cambios.
Creo que si nuestro país se decide por una política de esa naturaleza, debiera te-
ner desde ahora una clasificación racional de las importaciones, no porque crea que
haya necesidad de restricciones inmediatas, sino para ir observando su tendencia y
poder lomar a tiempo las medidas necesarias. Por lo tanto, sugeriría que nuestro
país establezca, por grupos o categorías de importaciones, un formulario estadístico,
o permiso, a fin de que se vayan re8tringiendo los pedidos que se hacen al exterior
y el Banco Central pueda observar continuamente qué cantidad de divisas se va
comprometiendo en esa forma. Porque mi preocupación es ésta: no sabemos e11

152
RAOL PREB!SCH
qué medida nuestras necesidades de maquinaria y bienes durables van a poder ser
satisfechas en los primeros tiempos de la postguerra y hay que admitir la posibili-
dad de que nuestras importaciones de esos a11ículos. a pesar de todas las facilida-
des de cambio que se concedan. no adquieran la magnitud necesaria para satisfacer
nuesn·os requerimientos y que. por el contrario. buena pai1e de las divisas tiendan a
irse en importaciones de productos no esenciales. superfluos o de lujo. No sugiero
que desde el primer momento se restrinjan esas importaciones. pero sí la conve-
niencia de observarlas para que se puedan tomar medidas oportunas a fin de reser-
var las divisas necesarias para pagar la maquinaria y bienes durables. cuando éstas
puedan afluir regularmente a nuestro país. No creo que el establecer ese permiso
que tendría un sentido estadístico represente un gran trabajo administrativo. sobre
todo si no se hace distinción de artículos. sino de categorías de artículos y de im-
portadores. Esto. al mismo tiempo. tendría desde el punto de vista administrativo.
la ventaja de ir preparando al sistema para su eventual aplicación en caso de que
más adelante tenga que hacerse bajo la presión de las circunstancias.
Co11trol transitorio de la salida de.fondos
En lo que respecta al mercado libre de cambios. recordarán mi opinión termi-
nante sobre la inconveniencia que para nuestro país tendría la implantación penna-
nente de un sistema de control de los movimientos de capital. salvo que en los prin-
cipales países del mundo se implante uno satisfactorio. Esto no quiere decir que no
esté dispuesto a recomendar para los primeros tiempos de transición de la postgue-
rra algunos procedimientos transitorios. Han de recordar ustedes que al hablar del
decreto argentino sobre control de capitales expresé que no sólo lo habíamos solici-
tado al Gobierno por la gran anuencia de fondos. sino también para tener en manos
del Banco Central el arma necesaria para actuar sobre las remesas al exterior al ter-
minar la guena. Efectivamente. es de temer en la Argentina que buena parte de los
valores que se han colocado en los últimos años puedan liquidarse rápidamente en
la Bolsa. y si dejamos al mercado completamente libre. ello podrá manifestarse en
una gran salida de fondos que desvalorice el peso en forma demasiado rápida. El
establecimiento transitorio de un permiso para todas las remesas al exterior tendría
la virtud de tranquilizar las ventas en la Bolsa. sin preocuparnos de que sigan y el
Banco Central tenga que comprar esos títulos y lanzar dinero al mercado. siempre
que podamos. en alguna forma. limitar la salida y graduarla mediante ese permiso.
La aplicación del régimen podría hacerse en esta forma: obligar a todo remitente de
fondos al exterior a solicitar un permiso al Banco Central. delegar en los bancos la
facultad de otorgarlo cuando se trate de pequeñas cantidades. a fin de no recargar

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
153
trabajo en la institución reguladora. El Banco Central podría empezar a aprobar,
para cada permiso que exceda de cierta cantidad, una parte, el 20 o 30 por ciento
por ejemplo, y obligar a depositru· el resto de los fondos en pesos. ya sea en un ban-
co de la plaza o en el propio Banco Central. con objeto de esterilizar el dinero.
como hicimos en el caso de la inversión de fondos. a impedir que actúen interna-
mente o presionen sobre el mercado libre. El Banco Central iría graduando los per-
misos y los lanzru"fa al mercado libre a precios crecientes determinados de acuerdo
con la demanda conu·olada por el Banco Central y la oferta del mercado. en la que
también podría actuar el Banco. vendiendo cambio en la medida de sus disponibili-
dades. Este procedimiento se aplicaría por dos. tres o cuatro meses, y poco a poco,
a medida que lo permita la situación. ya que ese estado de efervescencia no ha de
durar mucho tiempo. se irían dando más permisos. En cualquier momento. por ha-
berse llevado el tipo de cambio al nivel en que se restablece el equilibrio. el Banco
Central pochía abandonar el régimen de permisos y dejar que la demanda opere li-
bremente. En esta forma creo que puede evitru·se el primer sacudimiento. sin dejar
mucho tiempo para el desruTollo de una bolsa negra activa; si el procedimiento se
prolonga por más tiempo. temo que empiecen a surgir las combinaciones y a esta-
blecerse un mercado clandestino al lado del oficial, destruyendo toda la base del
sistema.
LA POLÍTICA MONETARIA INTERNA
Vamos a entrar ahora en el examen del otro aspecto de la política monetaria.
Hasta. ahora hemos considerado exclusivamente la política de cambios; en esta
conversación examinaremos la política monetaria intema que debe acoplarse con-
venientemente con aquélla. Mientras la política de cambio trata de restringir algu-
nas importaciones pru·a facilitar el desanullo de las importaciones esenciales. la po-
lítica monetru"ia tiene por objeto suministrar el poder de compra suficiente pru·a que
las actividades económicas corrientes no se restrinjan. en virtud de una caída de las
exportaciones, o de una disminución de la inversión de capitales extranjeros.
Cómo repercute el descenso de las e.\\portaciones en las actividades internas
Para aclarar mejor el te1Teno en el que vamos a conversar. podríamos suponer
el siguiente caso bastante aproximado a una realidad muy frecuente en nuestro
país: que las exportaciones experimenten un descenso de 500 millones de pesos. o
sea que el poder de compra de las masas rurales se reduce en esa cantidad. ¿En qué

154
RAÚL PREBISCH
forma se restringen espontáneamente las importaciones de un régimen de patrón
oro, para restablecer el equilibrio'? De acuerdo con la teoría. sería necesario reducir
las importaciones en 500 millones para volver a equilibrar el balance de pagos. Por
comodidad uso la palabra exportaciones para referinne al activo del balance de pa-
gos. esto es. exportaciones más inversiones de capital y otras remesas: al hablar de
importaciones. también para simplificar. aludo a las importaciones. a los servicios
financieros y a otras remesas. ¿Cómo se hace esa restricción de las importaciones?
Desde luego debe decirse que no hay ninguna actitud deliberada del consumidor
cuando éste, al ver limitado su poder de compra. reduce su demanda general y
compra menos. En esa demanda general existe una determinada proporción de im-
portaciones.
Supongamos, en efecto, que del total de la demanda interna de nuestro país. el
70 por ciento se satisface usualmente con artículos y servicios- pe producción na-
cional. incluyendo las materias primas que sirven para fabricarlos., y el 30 por cien-
to con importaciones extranjeras. Veamos entonces cómo se restringe la importa-
ción en el ejemplo en que las exportaciones se reducen en 500 millones. Los
productores agropecuarios al recibir 500 millones menos. reducirán su demanda en
la siguiente forma: el 70 por ciento afectará la demanda de productos nacionales y
el 30 por ciento restante la de productos extranjeros: esto es. comprarían 350 millo-
nes menos de productos nacionales y 150 millones menos de artículos importados.
Esa menor demanda de 350 millones de productos nacionales significa que la in-
dustria y el resto de las actividades del país tienen 350 millones menos que gastar.
por lo cual comprimirán. a su vez. la demanda: y si seguimos suponiendo que el 70
por ciento de ésta es de productos y servicios nacionales y el 30 por ciento de pro-
ductos extranjeros. los que reciben esos 350 millones de menos comprarán 245 mi-
llones menos de productos nacionales y 105 millones menos de productos extranje-
ros. Y así sucesivamente. si vamo~ siguiendo el traspaso de poder de compra
decreciente de sector en sector. llegaremos dentro de esta hipótesis a la conclusión
de que para reducir la importación en 500 millones. ha sido necesario reducir en
1.666 millones de pesos la actividad económica interna. Esto comprueba nueva-
mente cómo las perturbaciones de origen exterior tienen una repercusión numérica-
mente mucho mayor en la economía interna. Claro que he dado un ejemplo muy
esquemático que se basa en una hipótesis que no siempre se cumple. o sea la de
que la demanda se contrae parejamente en los artículos nacionales y en los extran-
jeros según las proporciones habituales. En algunos casos sucederá que se contrae
más fuertemente la demanda de artículos nacionales y en otros, la de los extranje-
ros. Además. hay elementos de resistencia interna que impiden que el movimiento
se produzca en nuestro país con esa amplitud. Ante todo, los productores agropecua-
rios tienen depósitos de ahorro a los cuales acuden en mon_ientos de baja de precios

LINEAMIENTOS DE UNA POÚI1CA MONETARIA NA.CIONAL
155
o de malas cosechas. de manera. pues. que este poder adquisitivo depositado en
los bancos sale a la circulación y actúa en realidad en la misma fonna que el po-
der de compra creado por la expansión de créditos. Así, pues, la contracción del poder
de compra en manos del productor rural resulta inferior a la contracción de las ex -
portaciones. Por otra parte, el sistema de crédito está tan adaptado a la índole
agrícola de nuestro país. que las renovaciones o ampliaciones de crédito mantienen
en manos de estos productores rurales un poder adquisitivo superior al que de otro
modo se tendría. De manera. pues. que en la medida en que se use el ahorro. o en
la medida en que se amplíe el crédito. no hay contracción equivalente de importa-
ciones; por tanto subsistirá el desequilibrio del balance de pagos.
Ahora bien, si además de esos elementos de resistencia que acabo de mencio-
nar, se pone en juego deliberadamente una política de expansión de crédito y los
500 millones de contracción de poder de compra provocada por la baja de las ex-
portaciones, se reemplazan por 500 millones de nuevo poder de compra. la impor-
tación se mantendrá en el volumen anterior sin que se corrija el desequilibrio del
balance de pagos. Habrá que exportar 500 millones de oro de las reservas metálicas
para hacer frente a ese desequilibrio. y si al siguiente año no se corrige naturalmen-
te por una reacción de las exportaciones y continúa el proceso expansivo. tendre-
mos necesidad de exportar oro nuevamente. Las exportaciones de oro. como bien
sabemos. tienen su límite: no pueden continuar por un tiempo indefinido. tanto más
cuanto que las divisas que entraron durante la fase ascendente del ciclo ya habrán
salido para pagar las import:iciones dilatadas durante esa fase; de manera que las
nuevas exportaciones de oro tienen que hacerse usando las reservas anteriores a la
fase ascendente del ciclo. De ahí. pues, la necesidad de combinar la política de ex-
pansión con la política de camhios, para facilitar la reducción de las importaciones
en aquellas categorías que no son esenciales para la actividad económica general.
Los gastos cíclicos
¿Cómo desarrollar esa política expansiva? Aquí llegamos a un punto en que la
política monetaria tiene necesariamente que combinarse con la financiera del Esta-
do. Como se ha observado que la iniciativa privada en momentos de depresión no
constituye un factor suficientemente vigoroso. debido quizás a la misma situación
psicológica que se genera en tales circunstancias, debe ser el Estado el gran promo-
tor de gastos anticíclicos. o sea aquellos que se realizan para crear poder de compra
durante la fase descendente.
Una vez que el Estado empiece a gastar. es posible, como suele suceder. que la
actividad privada aproveche ese impulso y lo haga con tal fuerza que el mismo Es-

156
RAÚL PREBISCH
tado se vea llevado a disminuir sus propios gastos anticíclicos por haber sido susti-
tuidos por los de la inkiativa privada.
¿,Cuáles serían los principales gastos de ese orden en nuestro país? Depende del
factor que haya promovido el descenso de la exportación. Si el descenso es el re-
sultado de una cosecha que no puede venderse. habrá que comprar los excedentes.
crear en esa fonna poder de compra para sustituir al que no se ha desarrollado al
paralizarse la exportación. Si. en cambio. el descenso de exportación es el resulta-
do de una baja de precios internacionales. no se tratará ya de comprar cosechas.
sino de compensar esa baja del poder de compra rural por medio de trabajos
públicos de distinta índole o por un plan de construcción de viviendas. La índole
del plan tiene desde luego una gran importancia. pero no nos corresponde exami-
nar este asunto en nuestras conversaciones.
Cómo se desarrolla el proceso e.\\pansivo
Para desarrollar este plan de gastos cíclicos es necesario crear poder de compra.
pero al tomarlo del mercado de valores por el ahoITo que allí ingresa y volverlo a
poner en circulación. no nos da mayor poder de compra. pues se trata de un simple
traspaso de ese poder. Hay que crearlo mediante la expansión de crédito.
Para que se vea mejor el desarrollo del proceso de expansión me he permitido
preparar algunas cifras muy esquemáticas que espero faciliten el razonamiento. El
cuadro pai1e de un estado de equilibrio. En el balance de pagos. también en equili-
brio. las exportaciones e inversiones de capital llegan a 2 mil millones. las importa-
ciones y remesas a 2 mil millones. No hay saldos El monto de las obras públicas y
gastos del Estado llega a 400 millones que se cubren con la negociación de valores
en el público. puesto que habiendo un estado de equilibrio y de plena ocupación.
no se justificaría el uso del crédito. En ese año de equilibrio tampoco habría necesi-
dad de incrementar los medios de pago que suponemos. según la última columna.
llegan a 3 mil millones de pesos.

LINEAMIENTOS DE UNA POÚTICA MONETARIA NACIONAL
157
Cuadro esquemático de la expansión y contracción
de medios de pago en el proceso cíclico
Balance de pagos
Negociación de valores
y uso del crédito
Exporta·
lucre-
Circula·
Exporta·
clones o
mento de dónde
ciones y
Saldo
Público
Bancos
Total
lnversio·
medios
medios
remesas
nes
de pago
de pago
r~ 2.000 o 400 o 400 o 3.000
3.000
Equilibrio
1.700
2.000
-300
400
300
700
o
fase
1.500
1.500
o 500
400
900
400
3.400
descendente
1.400
1.400
o 800
200
1.000
200
3.600
1.400
1.400
o 900
100
1.000
100
3.700
1.500
+200
900
-200
700
o 3.700
Fase
{ 1700
2 OOO
1.800
+200
800
-400
400
-200
3.500
ascendente
·
2.000
700
-300
400
-300
3.200
(a)
2.000
o
2.000
2.000
o 600
-200
400
3.000
3.700
Fase
{ 1.700
1.500
+200
900
o
900
+200
descendente
2.000
2.000
o 1.000
o 1.000
o 3.700
(b)
. 2.000
2.000
o 1.100
o 1.100
o 3.700
.
Vamos a entrar ahora en la fase descendente, caracterizada, en primer lugar,
por un descenso de las exportaciones de la primera columna, de 2 mil millones a
1.700 millones. Como sobre las importaciones obra todavía el impulso de creci-
miento de la fase ascendente. suponemos, según ocurre con frecuencia en la reali-
dad, que se mantienen temporalmente en 2.000 millones en el primer año de la fase
descendente, con lo cual tenemo,s un déficit de 300 millones de pesos. Para com-
pensar la contracción que el poder de compra sufre en esta suma, debido a la res-
tricción de las exportaciones, el Estado resuelVe ampliar sus gastos cíclicos, de 400
a 700 millones: el incremento de 300 millones a fináhciarse íntegramente con cré-
dito bancario. S'uponemos. además. que el púNico sigue comprando la misma
cantidad de títulos. No hay ningána raión'para 1ijue compre menos. pues 'la con-·
tracción del. poder de compra de 300 millones ha sido sustituida por una expan-

158
RAÚL PREBISCH
sión por igual cantidad. Los medios de pago. desde luego. continúan siendo de
3.000 millones.
Pasemos al segundo año de la fase descendente. La exportación cae de l.700 a
l.500 millones. pero ya las medidas de restricción de cambios aplicadas a las im-
portaciones han logrado su objeto: las importaciones bajan tam])ién a l.500 millo-
nes, de manera que se restablece el equilibrio del balance de pagos. Para compen-
sar esa nueva disminución de 200 millones en el poder de compra, el plan de
gastos cíclicos se lleva de 700 millones el primer año, a 900 millones el segundo: o
sea 500 millones más que en el año de equilibrio. Ahora empieza a transformarse
la corriente de ahorro del público hacia el mercado de valores. En lugar de los 400
millones de dinero que van a la Bolsa a colocarse en valores. pongo 500 millones
de pesos. ¿Por qué razón supongo. precisamente en un período descendente y con-
tra toda la experiencia cíclica. que aumenta la absorción de valores del público?
Por ésta: reflexiónese que el poder de compra que en el punto de equilibrio era de
2.000 millones. sigue siendo de 2.000 millones, o sea l.500 de exportación más
500 de expansión de crédito; pero la importación ya no es de 2.ooo millones. sino
de l.500. Ello quiere decir que una parte del dinero que estaba acostumbrado a ir a
la importación, como no puede seguirlo haciendo, puest() que se ha restringido me-
diante las medidas artificiales que hemos aplicado, bajando a 1.500 millones. que-
dan 500 de poder de compra que ahora se desvían hacia el mercado interno. ¿Qué
se hará con esos 500 millones de pesos que ahora habrán de circular en el mercado
interno? A mi juicio, solamente pueden ocun-ir las siguientes transformaciones:
primera, que esos 500 millones. no pudiendo dedicarse a la importación de bienes
de capital. durables. superfluos o de lujo. sino en la medida en que el Banco Cen-
tral dé el cambio necesario, se dediquen a la actividad económica general. que au-
mentan la demanda general de bienes necesarios para el consumo corriente. En la
medida en que eso ocmTa. no necesitará el Estado seguir den-amando la misma
cantidad de gastos anticíclicos, quizá. por ejemplo, parte de esos fondos vaya a la
construcción; si ello ocurre, tampoco tendrá necesidad el Estado de desembolsar la
misma para gastos anticíclicos: puede ocurrir, también. que esos fondos que dejan
de ir a la importación se dirijan a otros sectores, por ejemplo. al de la compra de in-
muebles; pero la compra de inmuebles significa una venta. y el que los vende po-
drá usar su dinero, o en constmcciones, o en la actividad económica general o en
otras cosas que vamos a ver en seguida. Otra parte de eso 500 millones puede
transformarse en depósitos de ahorro, a plazo, en los bancos o ir al mercado de va-
l9res; son los 100 millones que. en nuestro ejemplo. supongo van allí. Otra parte se
absorberá en el mercado interno por los mayores precios que adquieren los bienes
de capital, los superfluos o de lujo. Finalmente, el resto irá a los bancos en forma

LINEAMIENfOS DE UNA POÚTICA MONETARIA NACIONAL
159
de depósitos corrientes con una velocidad de circulación reducida, en espera de
una oportunidad de inversión.
No son estas hipótesis completamente abstractas. puesto que es lo que ha ocu-
rrido en la Argentina en los últimos años con el poder de compra creado por la ad-
quisición de cosechas. por las exportaciones y por el déficit del presupuesto. el
cual, por no haberse dedicado a la importación debido a las conocidas restriccio-
nes, circula ~n el mercado interno precisamente en esa forma. Es cierto que una
parte del poder de compra en los últimos años fue absorbido por el alza general de
los precios: mientras en ese caso hipotético el alza se circunscribiría a los precios
de los artículos restringidos. Por eso pongo como cantidad razonable 100 millones
más de demanda de valores del público: podría poner una cantidad inferior o supe-
rior, sin alterar sustancialmente el caso.
Vamos a ver ahora el tercer año. Las exportaciones se reducen a 1.400 millo-
nes, y las importaciones también. Para compensar esa disminución de 600 millones
desde el año de equilibrio. el plan de gastos anticíclicos llega a 1.000 millones, de
los cuales supongo que 800 son suministrados por el público y 200 por los bancos.
Veamos qué ocurre con los medios de pago. El año anterior habían subido en 400
millones: ahora vuelven a subir en 200 millones más y llegamos a 3.600.
Por último. en el cuarto año de la fase descendente las exportaciones se mantie-
nen en 1.400 millones, las importaciones en la misma cantidad. el plan de obras
públicas o de gastos cíclicos en 1.000 millones, de los cuales suponemos que 900
son tomados por el público y_ 100 por los bancos. los medios de pago crecen en 100
millones, y llegamos a 3.700 millones en circulación.
Obsérvese cómo. contrariamente a lo que ocurre de ordinario en el ciclo, los
medios de pago, en virtud de la aplicación de esta política. han subido de 3.000 a
3.700 millones. precisamente porque. al suponer que no todo. sino una parte del di-
nero creado. vuelve en forma de ahorro directo o indirecto al mercado de valores,
es necesario compensar el resto con creación de crédito. Como hemos mantenido
durante toda esta fase un poder de compra de 2.000 millones. la actividad eco-
nómica podrá sostenerse al nivel que tuvo en el punto inicial y lo mismo las impor-
taciones de artículos esenciales. Así pues, las únicas que habrán sufrido serán las
impo11aciones de las categorías susceptibles de reducirse.
El ajuste de gastos cíclicos en la fase ascendente
Supongamos ahora que el quinto año sea de transformación del proceso: se ini-
cia una nueva fase ascendente. en la cual las exportaciones e inversiones de capital
pasan de 1.400 millones a 1.700. Las importaciones no crecen en la misma-intensi-

160
RAOL PRE131SCH
dad. sino sólo en 100 millones. de manera que hay un saldo positivo de 200. Si el
poder de compra aumenta en 200 millones. ya no será necesario mantener el mis-
mo volumen de gastos anticíclicos. por lo que habrá que disminuirlos en la misma
cantidad. Si la exportación aumenta en 300 millones. los gastos cíclicos se pueden
reducir sin ninguna perturbación de l.000 a 700 millones. Suponemos que 900 mi-
llones de valores se siguen colocando todavía con ahorro del público. puesto que
no ha aumentado ni disminuido su masa de poder de compra; y como los gastos
son solamente de 700 millones. el Estado podrá empezar ya a amortizar su deuda
bancaria en 200 millones de pesos; esto. en nuestro ejemplo. permite cancelar los
200 millones de medios de pago creados ya no por la expansión del crédito. sino
por el aumento de exportación; no hay. pues. incremento de medios de pago y és-
tos siguen en la cantidad de 3.700 millones.
En el segundo año. suponemos que la exportación pasa a 2.000 millones. La
importación no crece todavía con la misma intensidad. y es de l .800. Hay un nue-
vo saldo positivo de 200. lo cual permite reducir aún más los trabajos cíclicos de
700 a 400 millones. Suponemos que el público suscribe 800. de manera que hay
400 millones para cancelar la deuda bancaria creada anteriormente.
Así. sucesivamente. llegamos hasta el cuarto año de la fase ascendente en que
se produce el equilibrio de exportaciones e importaciones. sin saldo alguno. El
público solamente coloca 600 millones de ahorro en títulos. pero el plan de gastos
anticíclicos sólo es de 400. es decir. que vuelven al punto inicial de equilibrio. Los
medios de pago que habían llegado a un máximo de 3.700 millones. se reducen
nuevamente a los 3.000 millones originales. Esto. desde luego. en la hipótesis de
que todo pueda regularse en forma perfecta. es decir. que en la medida en que se
contraiga la exportación durante la fase descendente se inyecte una cantidad equi-
valente de medios de pago. y en la fase ascendente. a medida que se dilata la ex-
portación. se comprima la cantidad de aquellos medios.
Posible exageración de fos gastos cícficos
Aquí llegamos al punto difícil. Para que los gastos cíclicos se dilaten y compri-
man en la forma que hemos visto. es necesario el cumplimiento de dos condicio-
nes. En primer lug~U". que el plan de gastos cíclicos tenga una gran elasticidad: la
construcción de viviendas. por ejemplo. Lo mismo si se trata de compra de cose-
chas y construcción de caminos. cte. El punto difícil no radica en esto. sino en la
política financiera: ya no se trata solamente de la política monetaria del Banco
Central. sino de su acoplamiento con la política financiera del Estado. que no siem-
pre obedece a consideraciones cíclicas. Es muy posible que el Estado lleve los gas-

LINEAJl.f!ENTOS DE UNA POLIT!CA MONETARIA NACIONAL
161
tos más allá del punto necesario en nuestro caso esquemático. o que no detenga su
crecimiento en el punto en que cíclicamente debería detenerlo: una conducta seme-
jante podría pe11urbar intensamente el desmrnllo de nuestro esquema. Así. por
ejemplo, es concebible que durante la fase descendente, el Estado. en lugar de au-
mentar sus gastos cíclicos de 400 a 700 o 900 millones los eleve con ~n ritmo más
intenso. ¿Qué sucedería en este caso? Que tendríamos que aplicar restricciones aún
más intensas a los artículos de lujo y supertluos, a los no esenciales. pero también
a los bienes durables o de capital y hasta se concibe que sea tan fuerte la expansión
o, más bien dicho. la exageración que el Estado imprime a los gastos anticíclicos,
que se empiecen a sentir las consecuencias y no se pueda seguir sustrayendo a esa
zona privilegiada de la actividad económica. de las perturbaciones engendradas por
la política monetaria. No habría más remedio que empezar a contener las importa-
ciones esenciales o a elevar los tipos de cambio. puesto que ya se estaría en un pro-
ceso de intlación que no tiene otro coffectivo que su detención y eso en cualquier
régimen monetario. Después veremos en qué condiciones está el régimen moneta-
rio que preconizamos frente a los otros para responder a este hecho.
Aquí hay un aspecto interesante que señalar: si se mantiene la plena ocupación de
la economía interna y el Estado exagera su política expansionista. pueden presentarse
dos fenómenos. Uno, que el Estado aumente los sueldos o salarios de los obreros y
empleados que trabajan en las actividades sostenidas por los gastos anticíclicos: en-
tonces aumentm-á el poder de compra. pero no habrá un desplazamiento sensible en-
tre los distintos sectores de ocupación de la colectividad. En cambio, si el Estado au-
menta el volumen de gastos cíclicos. y hace más construcciones y caminos. como
habíamos supuesto que toda la población ya .está empleada, el aumento sólo podrá re-
alizarse a expensas de otros sectores dt: la actividad privada. ya de los que hacen in-
versiones de capital. o de los que producen bienes de consumo. Si sucede esto último.
habrá un nuevo elemento que propenderá al aumento del precio de estos bienes. pues
será menor su oferta. Entraríamos. en otras palabras. a un proceso de inflación.
Si la exageración de la política del Estado ocurre no ya en la fase descendente
como habíamos considerado. sino en la fase ascendente, las consecuencias no se-
rán desde luego las mismas. puesto que en ésta hay aumento de exportaciones que
sirve para pagar el de importaciones. Ocurrirá que el ritmo de crecimiento de las
importaciones será mucho mayor que el supuesto en nuestro ejemplo: y la situa-
ción que tendremos al concluir la fase ascendente y al iniciarse la descendente. será
mucho más vulnerable. En efecto, si el Estado no ha aprovechado la fase ascenden-
te para restringir sus gastos anticíclicos y amortizar sus operaciones de crédito rea-
lizadas en la fase descendente anterior. encontraremos que cuando termina el pe-
ríodo ascendente. habrá una circulación muy crecida (la alternatuva "h" del
cuadro); un poder de compra muy grande que seguirá golpeando sobre las importa-

162
RAlJL PREBISCH
ciones y exigirá. por lo tanto. restricciones mucho más severas que las que se ten-
drían en la alternativa "a". en la cual el Estado ha procedido estrictamente de acuer-
do con los requerimientos de la política cíclica.
Se ve que no estoy ofreciendo ninguna panacea; lo que propongo también pue-
de conducir a la inflación si el Estado se extralimita en los gastos cíclicos. Me pre-
gunto si hay algún medio conocido o concebible que impida la inflación cuando el
Estado sigue una política cíclica exagerada. Creo que no se ha descubierto ese me-
dio. Ahora pasamos a analizar en qué condiciones se encuentran los distintos siste-
mas para afrontar este hecho de la política financiera del Estado. pues hemos dicho
que debemos considerarla como un hecho. como algo que es ajeno a la determina-
ción de las autoridades monetarias.
LA INTERFERENCIA FINANCIERA DEL ESTADO EN LA POLÍTICA MONETARIA
La política financiera no se rige por consideraciones de orden cíclico. sino ge-
neralmente por consideraciones de orden político o de prestigio personal de los
hombres del Gobierno. o por la tendencia natural y muy explicable en un país que
tiene tanto por hacer. de aumentar constantemente los gastos del Estado. La misma
opinión pública suele juzgar muchas veces la eficacia de un gobierno. aunque no
exclusivamente. por el volumen de las obras públicas, las cosas palpables y visi-
bles que ha realizado. Sucede que todas esas tendencias. desgraciadamente. no res-
ponden al concepto de contrarrestar los movimientos cíclicos; por lo contrario. sue-
len ser más acentuados en los tiempos de prosperidad. El Banco Central no tiene
otra línea de conducta en un caso así. que la de persuadir e interpretar. en la forma
m::ís juiciosa posible, los requerimientos de la realidad.
Los DISTINTOS REGÍMENES FRENTE A LA EXAGERACIÓN DE LOS GASTOS CÍCLICOS
Esto parece ser una falla seria del régimen que estamos recomendando; pero va-
mos a analizar si no es mayor en los otros sistemas. Comenzaremos por considerar
el caso del patrón oro. Supongamos que comience una depresión en la actividad
económica intema. Si el Estado decide seguir una política financiera de expansión
para contrarrestar la declinación de la economía, creo que en el régimen de patrón
oro nos encontramos en el peor de los casos. El Estado. en efecto. comenzará a di-
latar la cantidad de medios de pago; y ello tenderá a mantener las importaciones
con el consiguiente desequilibrio del balance de pagos. Si la fase descendente se
prolonga y continúa la política expansiva. puede llegarse con facilidad al abandono

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
163
del patrón oro, como tantas veces ha sucedido en la realidad. La única forma de
mantenerlo sería menguar la actividad interna para disminuir al mismo tiempo las
importaciones; pero si el Estado desea contrarrestar esa tendencia depresiva. tendrá
que ampliar el crédito, y la expansión del crédito impedirá. primero, que el balance
de pagos se equilibre. desarrollándose. en seguida, una fuerte tendencia al desequi-
librio que eche por tierra el patrón oro.
Si nos encontramos en un régimen de moneda depreciada. los efectos no tarda-
rán en sentirse: subirá el precio de las divisas extranjeras y se depreciará más la
moneda con las consecuencias de todo orden que ello trae.
Finalmente. en el régimen que preconizamos. si se dilata el crédito en la misma
forma. ¿qué ocurrirá'? Si la expansión no sobrepasa el límite necesario para com-
pensar el poder de compra cancelado por la disminución de las exportaciones. no
ocurre perturbación alguna según hemos visto. Tal es la primera ventaja sobre los
regímenes de 'patrón oro o de moneda depreciada; dentro de ellos. cualquier gasto
cíclico del Estado aumenta el desequilibrio con las consecuencias señaladas. En el
régimen que estudiamos. por el contrario. si esa expansión se mantiene dentro de
límites moderados, el desequilibrio se corrige inmediatamente con la aplicación de
los tipos flexibles a las categorías de importaciones que deben restringirse. Ahora.
si el Estado, en lugar de mantenerse dentro de esos límites moderados, los traspone
y gasta más de lo que es necesario parn mantener la actividad económica intema. el
régimen que suge1imos se encuentra también en mejores condiciones. porque en un
régimen de patrón oro o de moneda depreciada. al gastarse más. el desequilibrio y
la depreciación consiguiente son mucho mayores; en el sistema que recomendamos
es posible reducir aquellas importaciones susceptibles de disminución a un grado
tal que pueda disponerse de cambio para el pago de las importaciones esenciales.
Sólo cuando el proceso de expansión es muy intenso será necesario atacar las im-
portaciones esenciales.
Creo. pues. que el régimen que sugiero ofrece una ventaja muy grande. porque
si se mantiene en té1minos adecuados la expansión del poder de compra. se logrará
mantener la actividad interna sin ninguna de las perturbaciones que ocurren en el
régimen del patrón oro o de moneda depreciada.
Si en lugar de encontrarnos en la fase descendente del ciclo. nos encontramos
en la ascendente. y el Estado en lugar de disminuir sus gastos cíclicos los mantiene
o los aumenta, nuestro sistema también está en mejores condiciones que los otros.
En efecto. si durante el período ascendente en un régimen de patrón oro el Estado
gasta excesivamente. se van incubando las fuerzas que echarán por tierra el patrón
oro cuando sobrevenga la fase descendente debido al gran desequilibrio del balan-
ce de pagos. Eso hemos visto en la experiencia argentina. en el año de 1929. por
ejemplo. y también en tiempos anteriores. Lo mismo acontece en un régimen de

164
RAÚL PREBISCH
moneda depreciada: serán muy fuertes las fuerzas de desequilibrio y de deprecia-
ción. En cambio. en aquel régimen. antes de afectar la zona de la actividad eco-
nómica que deseamos resguardar. es posible comprimir al mínimo las importacio-
nes de artículos de lujo. superfluos. no esenciales. y bienes de capital. Este régimen
tiene. por lo tanto. mayores posibilidades de evitar la inflación o de postergarla.
que el de patrón oro o de moneda depreciada.
La capacidad expansiva del crédito
Sin embargo. esto tampoco basta para dar un juicio definitivo: antes tenemos
que preguntarnos cuál de los tres regímenes que hemos analizado ofrece en la fase
descendente o en la ascendente mayores posibilidades de expansión. En el patrón
oro. cuando se exporta metálico para hacer frente a un desequilibrio. se restringe el
efectivo de los bancos. y por lo tanto. su capacidad de expansión. Eso podría ser un
freno para un gobierno que. en la fase descendente quisiera gastar; pero ¿qué ha su-
cedido en nuestro país'?: que las exportaciones de oro y la restricción del crédito
han conducido al cierre de la Caja de Conversión. al abandono del patrón oro. pre-
cisamente para evitar el empeoramiento de la situación monetaria. Pero aun aban-
donado el patrón oro y suspendidas las exportaciones de metálico, como los efecti-
vos de los bancos quedan reducidos. es posible que la fuerza de expansión sea muy
limitada si no interviene el Banco Central comprando títulos y redescontando papel
a los bancos para devolverles los fondos cancelados. En ese caso podríamos ver
que la facultad del Banco Central de comprar títulos en el mercado o al Gobierno.
o la de redescontar a los bancos. son factores que facilitan la expansión; sin embar-
go. podríamos decir también que el sistema que no tenga esta facultad de dilatación
está en condiciones superiores porque p{xlrá prevenir una política expansiva exage-
rada. pero sin dejm· de reconocer que en su ausencia no podría aplicársela modera-
damente en caso necesario pm«1 aliviar la situación económica interna. A nuestro
entender la solución no radica en privar a un Banco Central de la facultad de com-
prar títulos. facultad que el de la República Argentina no tiene desgraciadamente.
sino en limitar esa facultad. en no permitir que pueda comprar cualquier cantidad
de títulos. Para establecer ese límite pueden idearse distintos medios. pero quizás el
mejor sería conceder al Banco Central la facultad de comprm· títulos en fonna tal
que sus obligaciones. es decir. sus billetes y depósitos acrecentados por la compra
de títulos. no sobrepasen del promedio de los últimos cinco años. digamos. en más
de un 20 o 25 por ciento.
Si se trata. no ya de la fase descendente. sino de la fase ascendente del ciclo. di-
ría que cualquier régimen está en iguales condiciones. puesto que al dcsa1mllarsc

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍ'l1CA MONETARIA NACIONAL
165
aumentan las exportaciones y los efectivos de los bancos, y, por tanto. su capaci-
dad de dilatar sus operaciones de préstamo. Vemos. pues. que en el régimen del pa-
trón oro, los bancos también están en condiciones de dilatar su crédito y el Gobier-
no de aprovechar esas condiciones favorables para seguir una política expansiva.
Autoridad moral del Banco Central ji·ente al Gobiemo
En vista de lo anterior debemos preguntamos si en el patrón oro existe un ele-
mento que pueda evitar una política financiera exagerada o que remedie sus efec-
tos. Evidentemente no lo hay: el patrón oro no significa defensa alguna contra una
política semejante. Es claro que si sobreviene una fase de progresiva depresión
económica. el Banco Central podría. en un régimen de patrón oro, aconsejar al Go-
bierno no hacer gastos cíclicos y comprimir la actividad económica para mantener
el equilibrio monetario. Es muy poco probable que el Gobierno lo escuche si está
decidido a hacer algo pm·a evitar la desocupación y el malestar económico. ¿Qué
sucederá entonces? Que la sugestión del Banco Central no será atendida: el Gobier-
no aumentará los gastos y logrará en los primeros tiempos mantener la actividad
económica. Pero llegará un momento en que sea necesario detener ese proceso. y
cuando el Banco Central sugiera al Gobierno la conveniencia de hacerlo. habrá
perdido toda su autoridad moral. puesto que al haber desoído su consejo anterior y
aplicado una política expansiva, el Gobierno logró evitar el deterioro de la activi-
dad económica. Así pues. cuando el Banco Central vuelva a señalar peligros. cuan-
do los hay en realidad. no como antes que no los había. coTI"e el riesgo de que no se
tenga en cuenta su opinión. porque se dirá que así como antes hablaba de peligros
que resultm·on ilusorios. los que ahora señala lo son también. De manera. pues. que
si en una fase de depresión el mismo Banco Central aconseja una política expansi-
va. en lugm· de ponerle trabas: si él mismo reconoce que desde el punto de vista co-
lectivo es preferible mantener un alto grado de actividad interna al precio de res-
tringir artificialmente algunas imp011acioncs. estará en mejores condiciones para
persuadir al Gobierno. para tener más autoridad en el momento en que sea necesa-
rio recomendar contención.
Sin embargo. y aquí llegamos a la conclusión fundamental. el Banco Central no
puede proceder en esta forma si no tiene en sus manos el instrumento necesario
para restringir las importaciones y evitar el desequilibrio del balance de pagos.
En síntesis. después de lo que he manifestado. creo que un Banco Central. en el
régimen que hemos delineado. se encuentra en mejores condiciones para evitar el
desequilibrio del balance de pagos. mientras los gastos cíclicos se mantienen den-

166
RAÚL PREBISCH
tro del límite aconsejado: y para atenuar y retardar también las consecuencias de
una expansión inmoderada si es que esos gastos anticíclicos sobrepasan la medida
adecuada. (3)
Febrero 14. 1944
ÜTROS ASPECTOS DE LA POLÍTICA MONETARIA INTERNA
En nuestra última conversación examinamos la política de regulación interna de
medios de pago que. combinada con la política de cambios. nos permitiría mante-
ner un nivel estable de la actividad económica general. Vimos que para ello era ne-
cesario crear nuevo poder de compra durante la fase descendente a medida que se
comprima el proveniente de las exportaciones e inversión de capitales extranjeros.
En toda nuestra exposición no hicimos referencia alguna al instrumento de absorción
de fondos que tan útil había probado ser en manos del Banco Central en el ciclo ante-
rior a la guen-a. Y cabe preguntar. si en vista de la política de expansión del crédito
que se recomienda para la fase descendente. es indispensable seguir contando con él.
La absorción de fondos por el Banco Cemral
A mi juicio lo es y ha de iniciarse su empleo precisamente cuando la fase as-
cendente del ciclo ha llevado a la economía interna a la plena ocupación. Antes de
este punto sería conveniente· absorber fondos. puesto que ello significaría debilitar
el estímulo necesario para alcanzar el punto de actividad máxima.
¿Cuándo comenzar. entonces. la aplicación de ese instrumento? En el momento
en que todas las actividades del país estén en pleno funcionamiento y no puedan
expandirse más. Si la fase ascendente continúa debido a que prosigue el ingreso de
divisas provenientes de las exportaciones o de las inversiones de capitales extranje-
ros. ese será el momento oportuno para que el Banco Central comience a colocar
en el público su papel de absorción. pero no sin antes haber colocado los títulos
que pueda haber comprado durante la fase descendente anterior a fin de resarcir el
efectivo de los bancos debido a la disminución ocasionada por el déficit de los ba-
lances de pago. ¿Qué consecuencias tendría esta absorción de fondos por el Banco
Central? La más inmediata sería atenuar o contener el incremento de la importa-
ción. puesto que si en el país se ha llegado a un nivel de plena ocupación y sigue
aumentando la masa de poder de compra. no sólo seguirá aumentando la importa-
ción de bienes de capital. durables. no esenciales y de lujo. sino que también au-

LINEAMIENTOS DE UNA POLtrlCA MONETARIA NACIONAL
167
mentará la de artículos de consumo directo de la población. que ya no pueden ser
satisfechos por la actividad interna. que ha llegado a su máximo. Estas operaciones
podrían combinarse con algunas medidas para restringir importaciones excesivas
de artículos de lujo. superfluos o no esenciales en caso de que ello ocurra. a fin de
acumular una reserva de divisas mayor aún que la que se logmría indirectamente
por la política de absorción de fondos.
Aquí llego precisamente a un punto que había sido suscitado por el señor Cosío
en alguna de las conversaciones anteriores: ¿por qué. en lugar de seguir la política
de tipos flexibles. para aumentar la importación de bienes durables y de capital. en
los períodos ascendentes y disminuirla en los períodos descendentes. no acumular.
más bien, reservas de divisas? Como se ha visto. el procedimiento de los tipos fle-
xibles no es incompatible con la formación de una reserva, toda vez que se llegue
internamente a la plena ocupación: antes. sería prematuro entrar en una política de
esa naturaleza. Sin embargo. por más que se acumulen reservas. nada nos asegura
que resultarán suficientes para hacer frente a un desequilibrio ulterior del balance
de pagos sin tener necesidad de restringir las importaciones.
Como puede observarse, usar en esta forma los certificados de absorción de
fondos significa seguir una política distinta de la que el Banco Central había segui-
do en la Argentina en el ciclo a que aludimos al comienzo de esta conversación.
Como se recordará. en aquel momento se limitó a colocar sus certificados en los
bancos de la plaza para evitar el crecimiento de sus efectivos y una posible expan-
sión del crédito. Cuando hizo esa experiencia, el Banco Central sei'laló que era in-
completa, y que sería necesario colocar los certificados no sólo en los bancos. sino
principalmente en el público, a fin de restringir la cantidad de poder de compra en
las fases ascendentes y, al mismo tiempo. limitar el efectivo de los bancos. Pero
cuando el Banco Central señaló la posibilidad de completar la política de absorción
en esta forma. no dejó de expresar que al proceder así se limitaría la amplitud del
crecimiento durante la fase ascendente. a fin de atenuar también el descenso en la
fase subsiguiente. De manera, pues. que al Banco Central, al hacer esta observa-
ción, no le preocupaba que la economía no hubiese llegado a su máximo de activi-
dad. La política que recomiendo ahora da un paso más adelante, de modo que la
absorción de fondos en la fase ascendente, no debe iniciarse hasta que la economía
llegue a la plena ocupación.
El 100 por ciento de efectivo en los nuevos depósitos
Al considerar la política de regulación de mediós de pago durante el proceso
cíclico, debemos mencionar también coino elemento de mucha importancia la posi-

168
RAÚL PREBISCH
bilidad de obligar a los bancos a constituir en la fase ascendente un efectivo equi-
valente al ciento por ciento de los nuevos depósitos. o más bien dicho. del incre-
mento de depósitos que ingresa durante esa fase. Elevar el efectivo con respecto a
todos los depósitos no produciría. a mi juicio. resultados tan completos como el de
considerar solamente el efectivo correspondiente a los nuevos depósitos o a su in-
cremento: el poder de control de que dispone el Banco Central sobre la expansión
de crédito de la banca privada resultaría mucho más eficaz. Es evidente que al pro-
ceder en esta forma. los bancos ya no tendrian necesidad de comprar papel de ab-
sorción del Banco Central y éste tendría que colocarlo exclusivamente en el
público lo que. de paso. disminuiría el costo de estas operaciones para el Banco
Central.
El redescuento y la política expansiva
No hemos hablado tampoco del redescuento al referimos a la política expansi-
va. Recuerden ustedes que hemos juzgado indispensable que. en la fase descenden-
te. a medida que se contrae el poder de compra por la baja de las exportaciones.
debe ser el Estado o los organismos del Estado, quienes desarrollen un programa
de gastos anticíclicos: es natural que si esa política expansiva la realizan directa-
mente los bancos. acudiendo en redescuento al Banco Central, el programa se sim-
plifica mucho y adquiere una mayor elasticidad que la que quizá tendría en un pro-
grama de gastos anlicíclicos. Por lo general. en nuestro país no es fácil que en los
comienzos de la fase descendente las actividades privadas se sientan muy inclina-
das a usar más crédito para expandir sus negocios, puesto que. en general. el am-
biente psicológico es más bien de desgano que de optimismo: pero no cabe desc:u--
tar la posibilidad de que. iniciado el impulso por el crecimiento de los gastos
cíclicos del Estado. la economía privada adquiera mayor estímulo. Entonces la
banca particular, auxiliada por el Banco Central mediante las operaciones de redes-
cuento, puede concurrir al proceso de expansión cíclica.
LA POLÍTICA MONETARIA Y EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
El impulso de la demanda exterior
Terminada la exposición de la política monetaria interna de carácter cíclico. nos
queda todavía un asunto de importancia fundamental para mi país. relativo a la po-
lítica monetaria. pero no ya con fines cíclicos, sino con el propósito de promover el

LINEAMIENTOS DE UNA POÚ11CA MONETARIA NACIONAL
169
crecimiento continuado de la economía del país. Este es otro de los propósitos que
al principio de estas conversaciones at1ibuí a la política monetaria: uno era el de
conseguir el desrurnllo estable de las actividades económicas internas amortiguan-
do el ciclo. y el otro el de contribuir. junto con otros factores. al crecimiento más
intenso de la economía del país.
Este es un problema que ha venido planteándose en los últimos quince anos en
la Argentina. Durante gran parte de nuesjra historia económica. el país ha crecido
al impulso de exportaciones crecientes, es decir. gracias a la demanda persistente
del mercado mundial: pero a partir de la crisis internacional última. las exportacio-
nes dejaron de crecer. En los últimos quince años acusan una línea estable. lo cual
nos ha planteado el problema fundamental de cómo seguir impulsando la economía
del país si las exportaciones, en lugar de aumentar como en tiempos anteriores, son
estacionarias. A mi juicio. este problema se podrá resolver en nuestro país por el
crecimiento industrial. No pensamos desde luego en la industria pesada. puesto que
Argentina no tiene actualmente condiciones para ello: pero sí las tiene para de-
sarrollru· industrias transformadoras y para producir gran parte de lo que requiere el
consumo corriente de su población.
¿Cómo debe funcionru· la política monetaria para conseguir este propósito? Es
lo que veremos en forma muy breve. recordando cómo creció anteriormente el país
por el estímulo persistente de la demanda exterior. Cuando Argentina se abre al
mercado internacional en la segunda mitad del siglo pasado y recibe hombres y ca-
pitales que se invierten en nuestro territorio y se extiende considerablemente el
área cultivada. el proceso fue muy simple: demanda exterior creciente, inmigra-
ción. crecimiento de la producción, etc. Cada hombre incorporado a la producción
del suelo. significaba aumentar la demanda en otras actividades conexas. Asimis-
mo, la mayor demanda de importaciones compensaba el crecimiento de las expor-
taciones y las inversiones extranjeras. Mientras se mantuvo firme la demanda exte-
rior. el país pudo incorporar afio con año cantidades enormes de nueva población.
que se distribuía por todos los sectores de la economía sin necesidad alguna de ac-
ción estatal. Los nuevos pobladores se iban repartiendo en las distintas actividades
por obra espontánea del desarrollo que en ellas ocurría.
Este proceso permitió al país crecer con un ritmo muy intenso hasta la Primera
Guerra Mundial. No había ningún problema de colocación de producto§ •. puesto
que la demanda internacional era creciente: los hombres que se dedicaban a culti-
var la tierra podían aumentar fácilmente la producción y las export~ciones. El país
creció entonces por el estímulo exterior.

170
RAÜL PREll!SCH
LA INDUSTRIA COMO ELEMENTO DE EXPANSIÓN ECONÓMICA Y DEMOGRÁrICA
¿Cómo es posible que la industria en el futuro desempeñe el papel que ha teni-
do la tierra en la actividad económica? Siempre se ha dicho entre nosotros que no
habría industria por falta de población y que no habría población por falta de indus-
tria. encerrándonos así en un círculo vicioso. El problema radica en crear un factor
que haga crecer simultáneamente la industria y la población. factor que será el cre-
cimiento persistente de la demanda interior. paralelo al crecimiento persistente de
la demanda exterior que en otras épocas hemos tenido. Es decir. sustituir al es-
tímulo exterior por uno interior.
Para asegurar esa demanda persistente es indispensable combinar la política
monetaria y financiera con la política económica. La política monetaria tiene que
ser expansiva. pero dentro de límites aconsejados por la pmdencia y por los p1inci-
pios que se desprenden de nuestra exposición anterior. ¿Cómo podría iniciar el Es-
tado una política expansiva destinada a crear y mantener esa demanda persistente
sin el peligro de una exageración de carácter inflacionista? Sencillamente eligiendo
un sector de la economía de suficiente importancia y amplitud que influya sobre
los otros sectores. A mi juicio. el más indicado por una se1ie de consideraciones.
sería el sector de la construcción de viviendas populares. Se trata. en primer lugar.
de un sector de magnitud considerable que afecta un gran número de industrias en
forma directa e indirecta: en segundo. hay una demanda potencial enorme de vi-
viendas: en tercero. al satisfacer esa demanda se contribuye a resolver un importan-
te problema social. y. además. se tendría un plan de gastos cíclicos de carácter muy
elástico. que puede dilatarse o restringirse según las circunstancias. con una facili-
dad que no siempre tienen las obras públicas del Gobierno. Esto. sin embargo. no
excluye la posibilidad de emprender otras obras de desarrollo económico que pro-
pendan al mismo fin. Pero no es este el punto que nos preocupa en nuestras conver-
saciones. sino el de explicar el desmrnllo de la política monetm"ia y su combinación
con una política económica definida.
Veamos en forma esquemática cómo podría actuar un plan de esta índole. apo-
yado por la política monetaria. No conviene perder de vista que para que ello pue-
da realizarse sin perturbaciones. hay que tener a mano constantemente los resortes
que permitan obrar sobre las importaciones en la fonna que hemos explicado en
otras conversaciones. Supongamos que en un momento dado el país o la economía
se encuentre lejos de la plena ocupación y que para lograrla el Estado emprende di-
rectamente o por medio de los bancos hipotecarios u otras instituciones especiales
un vasto programa de edificación. El propósito es derramar. en esta fonna. una
cantidad considerable de poder de compra en un sector de la economía; por reper-

uINEAMIENTOS DE UNA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
171
cusión habrá mayor demanda de materiales. gran parte de los cuales se producen
en el propio territorio. La mayor capacidad de consumo de los obreros que trabajan
en la industria de la construcción los llevará a aumentar su demanda de bienes de
consumo; las industrias que producen estos bienes. a su vez. se verán estimuladas.
y al incremento de hombres ocupados en la construcción seguirá el incremento de
la ocupación en las otras industrias y así sucesivamente veremos ampliar la canti-
dad de gente ocupada. Si este estímulo prosigue con la amplitud necesaria. llegará
un momento en que toda la actividad económica del país esté en pleno funciona-
miento.
Las posibilidades de inmigración
De acuerdo con nuestra política cíclica. ahí debiera tenninar la acción de la po-
lítica monetaria y financiera. pero si queremos dar oportunidad para que aumente
la inmigración. o para que se incorporen nuevos hombres de afuera. la política de
expansión debe proseguir. Ocupados todos los brazos disponibles en la economía
interna. tanto los que estaban sin empico como los que podrían conseguirse por la
racionalización de otras actividades. los efectos de esa demanda persistente dar:ín
nuevas opm1müdades de trabajo a los hombres que se incorporen por la inmigra-
ción. Asegurada la demanda interior persistente. seguirá el mismo proceso que ca-
racterizó nuestro país cuando la demanda era externa. Y como en aquel entonces en
que sólo fue necesario un estímulo exterior general para aumentar constantemente
la población ocupada. en este caso la sola existencia de ese estímulo interior deriva-
do de Ja construcción se propagará después a las otras ramas de la economía. irá cre-
ando opo11unidades de trabajo y permitirá ocupm· a todos los nacionales desocupa-
dos; fomenta luego la inmigración y todo ello sin necesidad alguna de que el Estado
intervenga en la economía para colocar a la gente del país. o a los inmigrantes.
Límites de esta polftica
¿Hasta dónde puede seguirse esta política'? Tiene necesariamente sus límites.
los cuales son más o menos estrechos según lo que ocum1 con las exp011aciones. Si
éstas se mantienen en una línea estacionaria. esta política podrá seguirse hasta que
las exportaciones permitan pagm· el monto creciente de las importaciones de mate-
rias primas. de artículos esenciales para la industria. de bienes de capital y durables
y otros bienes esenciales. Conforme se vaya desarrollando la actividad económica
interna y creciendo la industria y la ocupación, habrá que ir comprimiendo progre-
sivamente las impo11aciones de artículos de lujo y no esenciales para pcrmit ir el in-

172
RAOL PREBISCH
cremento que de modo natural vaya operándose en las importaciones de artículos
esenciales para la industria y bienes durables o de capital. Más aún. para continuar
en la forma más intensa posible el crecimiento interno. llegará a ser indispensable
en cierto momento. cuando ya se haya avanzado mucho, economizar en la importa-
ción de materiales esenciales. estimulando la producción local de algunos de ellos.
no obstante que en otms circunstancias hubiera sido antieconómico hacerlo. y por
lo que se refiere a bienes durables o de capital. tratando de hacer una parte de ellos
en el país. para economizar divisas y dar lugar a Ja importación de otros materiales
esenciales.
No se nos oculta que seguir aplicando exageradamente esta política. aparte de
que implica el encarecimiento del costo colectivo de producción. según explicamos
en otras conversaciones. nos puede llevar a cierto estado en que nuestras importa-
ciones sean muy vulnerables a los fenómenos cíclicos. Es claro que si hemos ido
restringiendo hasta un punto mínimo las impo11aciones de productos no esenciales.
sólo podremos restringir las importaciones de maquinaria y artículos durables
cuando vengan épocas de depresión. restricción que puede resultar insuficiente.
Así. pues. la continuación de este proceso. cuando las exportaciones permanecen
estacionarias. se aproxima a límites muy difíciles de trasponer a medida que pasa
el tiempo. En las importaciones argentinas hay un amplio margen de artículos no
esenciales. superfluos o de lujo. para poder desarrollar esta política; pero una vez
cubierto. la economía del país sólo puede seguir creciendo con un ritmo muy lento.
Pero si a la exportación estacionaria se unen inversiones crecientes de capital.
el desarrollo económico interno y la inmigración podrán ser mucho más intensos.
Ello. sin embargo. nos plantearía el problema futuro de cómo pagar los intereses de
ese capital si es que las exportaciones son estacionarias. problema cuyo riesgo val-
dría la pena afrontar a fin de no detener el crecimiento nacional.
En caso de que la reconstrucción de la economía mundial permita a nuestro
país volver a tener exportaciones crecientes como en los tiempos anteriores a la cri-
sis mundial. todos estos problemas habrán de simplificarse y podremos acrecentar
las importaciones necesarias para un intenso desairnllo de la industria sin necesi-
dad de extremar la compresión de ciertas categorías de importaciones. sin pe1jui-
cio. desde luego. de la aplicación de una política de orden cíclico que en este mo-
mento olvidamos. En este caso de exportaciones crecientes. nuestra necesidad de
capital extranjero podría verse reducida a un mínimo si se sigue una política eco-
nómica de usar preferentemente las divisas para lo que realmente requiere la activi-
dad productiva del país.
No creo que sea el caso de emrar en detalles acerca del desarrollo de una po-
lítica de otra naturnleza. pues ello nos llevaría a considerar una serie de problemas
que nos desvim-ían de nuestro campo de exposición puramente monetario. He ere-

LL'<EAMIENTOS DE UNA POLÍ'DCA MONETARIA NACIONAL
173
ído conveniente. sin embargo. señalar cómo podría aplicarse esa política monetaria
porque hasta ahora nos hemos limitado a considenu- medidas de defensa cíclica. Lo
que acabo de decir demuestra la posibilidad de una política monetaria y financiera
activa que propenda al crecimiento de la economía nacional sin aquellas preocupa-
ciones de carácter monetario y financiero que tantas veces han contenido el de-
sarrollo de la economía de nuestros países por someterse excesivamente a ciertas re-
glas ortodoxas. Durante el siglo pasado tuvimos una serie de experiencias inflacio-
nistas que nos llevaron al desastre. las cuales han sido duramente criticadas por au-
tores extranjeros y nacionales. Conforme se reflexiona más en la realidad del país.
se observa que no todo ha ido mal. que la expansión de medios de pago. si bien ha
producido efectos monetarios desastrosos. ha sido uno de los factores importantes
de nuestro desarrollo. Con la experiencia acumulada en materia técnica, financiera
y monetaria. se puede seguir una política expansiva dentro de los límites que hemos
señalado. a condición de acoplarla con una política de cambios que evite la inciden-
cia del excedente de medios de pago sobre el balance de cuentas del país.
LA UNIDAD DE CONCEPCIÓN Y EJECUCIÓN DE LA POLÍTICA MONETARIA
FINANCIERA Y ECONÓMICA
Finalmente. voy a hacer una consideración que acaso parezca a ustedes un canto
fuera de lugar. pero que es de interés y conveniencia en nuestro país si ha de se-
guirse una política monetaria. financiera y económica como la que he venido expo-
niendo en estas conversaciones. Su realización exige unidad de propósitos. unidad
de concepción y una gran coordinación en su realización. Cabe preguntar si nuestra
maquinaria administrativa está realmente preparada para ello. El examen de nues-
tra organización ministerial nos lleva a conclusiones contrarias. Expondré breve-
mente lo que me preocupa en esta materia.
Dispersión de ji111.cio11es
La política económica interior está subdividida entre los Ministerios de Hacien-
da y de Agricultura. El Ministerio de Hacienda. además de su actividad financiera
directa. interviene en la fijación de derechos aduaneros por razones fiscales: e in-
terviene también dando las directivas de la política de cambios que. como ustedes
recordarán, ha tenido gran incidencia económica en nuestro país. El Ministerio de
Agricultura interviene en la política industrial y recomienda la elevación de dere-
chos aduaneros. no por razones fiscales sino de protección.

174
RA(Jl, PREBISCH
Asimismo. el Ministerio de Agricultura es quien ha intervenido en forma deci-
siva en la política de compra de granos, dejando que el de Hacienda busque la fi-
nanciación adecuada. o sea que el desarrollo de una política que tiene profundas
consecuencias monetarias. ha estado influida por un ministerio que no siente la res-
ponsabilidad de esas consecuencias.
Lo mismo podríamos decir en materia de obras públicas: en nuestro país. los
planes se elaboran por un ministerio independiente cuya mira es en general la de
ampliar en forma sistemática sus trabajos sin considerar su incidencia sobre la mo-
neda y la economía general.
Y así nos encontramos con que los resortes fundamentales de la política eco-
nómica, monetaria y financiera están dispersos en nuestro país, sin la necesru·ia co-
ordinación, la cual pretende alcanzarse frecuentemente mediante comisiones inter-
ministeriales que son organismos que no sólo no atenúan sino que agravan los
contlictos de jurisdicción y las opiniones dispares.
Si nuestro país ha de tener un plan vigoroso de acción en la postguerra, requiere
una reforma muy seria de su organización ministerial. que responde a épocas y
conceptos en que la acción del Estado era muy limitada.
U11 nuem Ministerio de Economía y Fi11an=as
Es necesario reunir en una sola unidad. digamos en un nuevo Ministerio de
Economía y Finanzas. toda la responsabilidad de la política económica. financiera
y monetaria mediante los órganos que dependan de éI. sin ninguna de las tareas ad-
ministrativas rutinarias que hoy sofocan la vida del Ministerio de Hacienda argenti-
no. Por ello. si bien el Ministerio de Economía y Finanzas. tendría naturalmente a
su cru·go la política impositiva. presupuesta! y del crédito público. lo emanciparía
por completo de toda la tarea administrativa que se relaciona con estos asuntos.
Así. pues. la ejecución del presupuesto. el control y contabilidad de los gastos. la
percepción de las rentas, el régimen de aduanas y de los impuestos en general. el
control de las organizaciones burocráticas autónomas. serían tru·eas puramente téc-
nicas que podrían quedm en un ministerio de presupuesto. de cru·ácter ejecutivo o
administrativo. que no tendría nada que ver directamente con la concepción y reali-
zación de la política financiera.
Asimismo, del Ministerio de Agricultura tomaría todas las funciones de política
económica. para pasarlas al de Economía y Finanzas. dejándole las de cru·ácter téc-
nico que son sumamente importantes en un país agrario y agregándole nuevas fun-
ciones relativas a la técnica industrial. Estas funciones técnicas se pueden deslindar
perfectamente de las funciones económicas. Así. por ejemplo. ¡,quién determinaría

LINEAMIENfOS DE UNA POLÍ11CA MONETARIA NACIONAL
175
la política de compra de granos. su monto. su op011mlidad. los precios y la forma
de financiarlos'? Tendría que ser el nuevo Ministerio de Economía y Finanzas. sin
perjuicio de que la realización de esa política. la compra física de los granos y el
proceso de todas esas operaciones. quedaran a cargo del ministerio técnico de agri-
cultura.
Del mismo modo. la política de obras públicas. el monto de éstas. y la orienta-
ción de esa política. debe tener un sentido eminentemente económico. Y ello ten-
dría también que estar en manos de ese Ministerio de Economía y Finanzas sin per-
juicio de que organismos especiales o un ministerio de carácter técnico tuvieran a
su cargo la ejecución de los planes de obras públicas.
En esta forma. creo que prepararíamos a nuestra organización administrativa
para seguir una política coherente. para dar a un mismo funcionario la responsabili-
dad de los distintos aspectos de una realidad que no se puede fraccionar sin el ries-
go muy grande de falta de coordinación. o de irresponsabilidad. como tantas veces
hemos visto en los conllictos entre los distintos ministerios. Juzgo que esta refor-
ma. si no indispensable para el desarrollo de una política monetaria. financiera y
económica como la que he señalado. facilitaría considerablemente la acción del Es-
tado tanto en la concepción como en la ejecución de esta política.
Con esto. si ustedes no tienen algún punto especial sobre el cual podríamos
conversar. daría por terminado el examen de la política monetaria interna. y sólo
nos quedaría para considerar en la otra conversación la relación que esta política
que preconizo podría tener con los planes de acción monetaria internacional. (4)
Febrero 18. 1944

176
RAÚL PREBISCI-1
(1)
Sr. Villaseñor: Si entendí bien, en el sistema combinado que usted propone para las impor-
taciones de artículos de lujo, supert1uos o durables. se establece la cuota de importación para
cada importador. tomando como base un período representativo. De manera que cada impor-
tador tiene derecho a comprar. cada semana. la cuota proporcional que le corresponde ...
¿Solamente esa persona puede usar la parte proporcional de lo que ustedes le venden y nadie
más? ¿No cree usted que no dejar que suba el tipo de cambio según van subiendo las mer-
caderías le resta flexibilidad al sistema? Porque ese señor no tiene por qué pujar mucho. ya
que no le darán más que esa cantidad y no le van a quitar su cuota porque de todas maneras
los otros es1<ín en las mismas condiciones. Bien. No veo cómo podía tener flexibilidad para
que fueran subiendo los tipos de cambio a paso y medida que subieran los precios a que ven-
den ellos los artículos de importación.
Sr. Prebisch: Muy bien, supongamos que los importadores del grupo de artículos super-
fluos o de lujo hayan tenido en un período representativo máximo una importancia mensual de
un millón de dólares; ese millón de dólares de demanda se distribuiría entre todos los impor-
tadores de acuerdo con lo que cada uno ha tenido, es decir, a cada uno se le daría el máximo.
En cuanto a la oferta, no ofreceríamos el millón de dólares en la licitación; si lo hiciéramos.
naturalmente todo el mundo propondría un precio bajo para las divisas extranjeras. Ofre-
ceríamos una cantidad de dólares proporcionada al cambio que finalmente nos proponemos
adjudicar. El millón de dólares era lo que se tenía en el período máximo; ahora tenemos que
dar una cantidad muy inferior, daremos 500.000 o 300.000 según nuestras disponibilidades,
de manera que, por un lado, habrá una demanda de un millón y por el otro una oferta de 300
o 500 mil.
Sr. Gómez: Entonces el que no pague lo bastante ...
Sr. Prebisch: Queda fuera.
Sr. Gómez: Y perdió definitivamenc su derecho.
Sr. Prebisch: No, puede presentarse en la sigu;ente licitación con su remanente de cuota.
Sr. Gómez: ¿Pero la que deja de aprovechar la pierde o la puede acumular?
Sr. Prebisch: No he pensado en este detalle. pero no veo, a simple vista, inconveniente para
que pueda acumularse.
Lic. Martínez Ostos: Pero el problema subsiste en el caso de artículos esenciales, pues
podría haber una confabulación de importadores para actuar en las licitaciones.
Sr. Villaseñor: ¿Para que ninguno pague más? Eso no pasaría nunca, pues hay siempre
quien tiene más urgencia.
Sr. Prebisch: En el caso extremo en que no haya pujas entre los importadores por haberse
confabulado. el Bane-0 Central puede anular la licitación como ocurre en las licitaciones de
letras de tesorería: se trata del mismo régimen que yo estoy proponiendo para el cambio:
existe una chíusula por la cual el Banco Central puede anular la licitación. cláusula que pusi-
mos justamente porque en los comienzos del mercado de letras había muy pocas casas que
se interesaban por ellas y podía darse el caso de una reunión o combinación entre ellas. Pero
si el Banco Central se <la cuenta de eso ...
Sr. Gómez: La rompe.
Sr. Prehisch: Rompe la combinación. Hay. además. otra forma más directa. que consiste en
ofrecer menos en la próxima licitación. Eso rompe necesariamente la combinación. porque
si se ofrece un millón y se ha repartido entre ellos el millón. es porque esta cantidad ha de
ser holgada; pero si se les ofrecen después 300.000 y en varias ocas10nes una cantidad

LINEAMIENTOS DE UNA POÜilCA MONETARIA NACIONAL
177
pequeña, la competencia tendrá que llevarlos a pujar pues el Banco Central es siempre el
más fuerte y tiene la oferta en sus manos.
Lic. Cosío: Las limitaciones del cambio disponible no se aplican a artículos concretos, au-
tomóviles. por ejemplo. sino a una categoría muy grande de artículos. Entonces será más
difícil que el importador de planchas eléctricas se ponga de acuerdo con el de refrigeradores.
Por otro lado, no olvidemos que inicialmente hay un impulso hacia el alza del tipo de cam-
bio proveniente de que se limitan los medios de pago, o la oferta de medios de pago. en rela-
ción con una demanda que se supone que en todos los casos ha bajado. pero no en las mis-
mas proporciones que el cambio. Siempre será menor la oferta que la demanda. Entonces la
tendencia de la mercancfa a subir es evidente, hasta que llegue al punto en que se encuentra
el nivel. La cuestión es que el beneficio del sobreprecio quede al Estado y no ¡1 quienes tie-
nen la patente de importación. Esta es la tendencia que debe seguir el Banco Central para
evitar que vaya a suceder lo que acontece en estos momentos con los importadores de au-
tomóviles: el afortunado importador a quien México le da una cuota de 100 automóviles y
en Estados Unidos consigue un certificado de prioridad, hace un negocio muy lucrativo.
porque el automóvil que le costó diez mil pesos lo puede vender en México a veinte mil.
Sr. Prebisch: Es el defecto de la cuota.
Sr. Gómez: Y toda esa ganancia es para don Fulano de Tal. el feliz mortal que tuvo la
suerte de haber estado metido en ese negocio en el período representativo; de manera que
necesitamos hacer derivar esa ganancia al Banco Central.
Sr. Prebisch: Creo que en ese sistema se deriva perfectamente.
Sr. Villaseñor: ¿En la práctica las distintas cuotas de licitaciones señaladas especialmente
en las cuotas para artículos esenciales. nunca sufrió el Banco Central las presiones políticas'?
Sr. Prebisch: No, nunca; y debe reconocerse que eso es un elemento muy importante dentro
del cuadro. Antes de la creación del Banco Central, la Oficina de Control de Cambios de-
pendía directamente del Ministerio de Hacienda. Pero una vez creado el Banco Central ha
tenido una libertad de acción muy grande y al mismo tiempo, ha tenido toda la autoridad
para oponerse a los pedidos que se hacían fuera de las normas o fuera de las reglamenta-
c10nes.
Sr. Villaseñor: ¿Y en el período anterior'?
Sr. Prebisch: En el período anterior, la Oficina de Control de Cambios ha sufrido con fre-
cuencia la presión de los intereses. pero felizmente se logró en todos los casos encuadrar la
acción de la Oficina dentro de normas dictadas por el Ministerio de Hacienda; de manera
que, cuando se presentaba un caso excepcional. de algún político u hombre influyente, la
Oficina consultaba a la Comisión de Divisas donde hay muchos ojos, pues no podía resol-
verlo directamente. y se estableció la práctica de que tampoco el Ministro resolviese los
asuntos sin el asesoramiento de la Comisión de Divisas. Claro que un Ministro dispuesto a
salirse de las normas. podía hacerlo: pero ello se traslucía demasiado. ya que tenía que pasar
por encima de la Comisión de Divisas y exponerse il que la Comisión fuera a plantear esta
cuestión. Por lo general esto ha andado bastante bien; y mejor aún cuando pasó el sistema al
Banco Central. pues entonces los Ministros de Hacienda podían argüir a los solicitantes que
el Banco es autónomo. Ahora bien. cuando hay alguien que eshí distribuyendo las cuotas en
pequeñas acciones (tanto para Fulano, tanto para Mengano), el riesgo de influencias es muy
grande. En cambio. cuando se dice: yo no doy para tal cosmético, tal aparato para absorber
polvo, sino que doy para un gmpo donde están todos esos artículos. y cada uno es dueño de
solicitar el cambio que quiera dentro del volumen de negocios que él ha tenido. las presiones
desaparecen.

178
RAÚL PREBISCll
Sr. Gómez: En la conversación usted hizo alguna sugestión que me parece interesante: la de
regular la moneda y la economía por medio de reservas en mercadería. Ustedes ya tienen la
experiencia de hacer una reserva que en realidad es una reserva monetaria. Sugiere usted
hacer también una reserva en artículos que ustedes no pueden producir económicamente.
por medio de emisión de dinero que podrán o no recoger con emisiones de bonos, pero que
en realidad es reserva monetaria. ya no en oro. sino también en mercaderías. Tengo la duda
de que cuando hay exceso de divisas es porque es la fase ascendente del ciclo, que se carac-
teriza por el alza de precios. Entonces se comprarían los diversos artículos a precios altos
para usarlos cuando estuvieran bajos en el mercado internacional.
Sr. Prebisch: Se concibe perfectamente la posibilidad de formar reservas de divisas en la
fase ascendente por la absorción de fondos sobrantes en el mercado en un período de gran
abundancia, y destinarlas luego a la compra de esos artículos en el momento adecuado. No
tengo un plan elaborado. en esa materia. como es de suponer; pero si apunto la idea es
porque observo en mi país cierta tendencia a desarrollar producciones que a mi juicio serían
de un costo extremo para el país. Tendríamos un costo de producción alto para elementos
básicos de toda la industria del país y las construcciones; y me he preguntado si no es el
caso de responder a quienes creen que el país debe prepararse para estas eventualidades y
constituir existencias para el consumo de uno, dos o varios años, para poder afrontar tiem-
pos de emergencia comprimiendo a la vez el consumo.
Sr. Gómez: Yo no quiero decir que no se pueda. sino que estoy recordando en este momento
que ya se han hecho muchos estudios sobre la posibilidad de acumular mercaderías como re-
serva monetaria y como medio de regular. Quizás en este asunto podría llegarse a un acuerdo.
Sr. Prebisch: Yo creo que sí, y considero que vale la pena explorar ese camino. Recuerdo
que en 1940. el Brasil. cuando fue el Ministro de Hacienda argentino a iniciar un arreglo.
propuso una idea muy interesante. Tenía el Brasil sobrnntes de café y la Argentina sobrantes
de trigo, y no había en ese momento restricción de transportes marítimos. El Brasil propuso
entonces comprar un millón de toneladas de trigo para el consumo de un año, nuís o menos;
la Argentina. en cambio. compraría un millón de toneladas de café. Esto significaba para la
Argentina, vender un millón de toneladas de su sobrante de trigo y para el Brasil un millón
de toneladas de café. Claro que este caso es especial. pues siempre existen facilidades de
transporte entre esos dos países; pero cuando se trata de artículos que vienen de mercados
m<Ís lejanos. la formación de existencias tiene mayor importancia.
Sr. Gómez: ¿Aun para fines estratégicos?
Sr. Prebisch: Aun para fines estratégicos.
Lic. Cosío Villegas: Y o quería hacer una observación similar a la que hace el señor Gómez.
porque en el transcurso de las explicaciones de usted. se ha referido a que una importación.
para usar los términos literales que usted emplea, hecha "liberalmente" durante la fase cre-
ciente del ciclo. permitiría a un país capotear las dificultades de abstenerse de bienes de ca-
pital y de bienes durables durante la fase menguante, o sea la época en la cual las divisas es-
casean a consecuencia de una reducción de sus exportaciones, hecho que lo lleva de un
modo fatal a comprimir sus importaciones. ya sea mediante el sistema de moneda deprecia-
da o de control de cambio. De allí, un poco insensiblemente, se salta a la idea de hacer una
reserva o un almacenamiento de este tipo de bienes. Tal es la idea que francamente expresa
Don Rodrigo. Creo que conviene explorar esta cuestión y aun cotejarla un poco e imaginar
posibilidades reales. porque mientras se trate de artículos de consumo cuya demanda du-
rante tal o cual período de tiempo es fácil de conocer. no parece haber ningún mayor peli-

LINEAMIENTOS DE UNA POÚTICA MONETARIA NACIONAL
179
gro. ni ninguna dificultad mayor, a condición de que no sean bienes perecederos; pero claro
que a medida que sea mayor la complejidad de este tipo de bienes. la posibilidad de hacer un
acopio de ellos se complica, llegando en algunos casos a la imposibilidad completa. En otras
palabras, pueden preverse las necesidades aun de ciertos tipos de mercaderías, digamos mo-
tores eléctricos básicos. de cierto tipo. Pero más alla de eso. no puede usted caminar. sobre
todo sin ayuda de estas dos cosas. y este es un punto en el cual me gustaría insistir, aunque
sin levantar siquiera el tono de voz. Primero. se requiere un conocimiento de las necesidades
económicas del país. que ninguno. que yo sepa. ha alcanzado a tener. Se requiere. por otra
parte, un conocimiento de metas económicas que ningún país. que yo sepa. exceptuando Ru-
sia. ha logrado fijar. Sin estas dos ayudas. es muy limitada la posibilidad de hacer acopio de
este tipo de mercancías. Es que esa "importación hecha liberalmente" apenas deja margen. o
no deja ninguno. puesto que el hecho de hacerla "liberalmente" implica que las divisas con
que pagan se agotan y no las habrá, en consecuencia. en la fase menguante del ciclo. Para
pasar el apuro durante esta fase. lo que en realidad debería hacerse es aplicar las restric-
ciones desde la fase creciente. y no ya en la menguante, cuando sería tarde.
Sr. Prebisch: Cuando sugerí la conveniencia de estudiar el problema de la acumulación de
existencias. me referí exclusivamente a existencias de materiales básicos. de algunos
artículos esenciales para la actividad nacional. los que la experiencia reciente nos ha indica-
do que son vitales: el hierro, los metales. algunos productos químicos, etc. En caso de en-
contrarse aceptable la solución, tendní que intervenir el Estado en alguna forma u otra con
un plan bien definido. En el caso de las maquinarias y de los bienes durables. no própongo
ninguna solución que implique la intervención directa del Estado. sino la libre iniciativa pri-
vada. Lo único que deseo es que en tiempos de abundancia de divisas se puede bajar el tipo
flexible al mínimo y estimular los créditos para importar la mejor maquinaria. De manera
que no se necesita que el Estado esté planeando o indagando qué es lo que van a recibir las
industrias; se les daría el máximo de libertad de importación y el máximo de facilidades.
para que cada una. con criterio de previsión. pueda importar lo que a su juicio sea necesario
para mantener la producción en períodos de crisis. En fin de cuentas. sin ninguna política de
previsión, la industria ha podido seguir funcionando en la Argentina en estos años con lo
que ya tenía en una época anterior no obstante que no se había practicado una política libe-
ral, como la que recomiendo, porque a veces se puso alguna dificultad a la importación de
maquinaria. A pesar de eso. la industria se ha desenvuelto con el equipo de máquinas y ele-
mentos de transportes que tenía. De manera, pues. que si se sigue en período de abundancia
una política de facilidad y se dan créditos especiales y a bajo interés para adquirir maquina-
ria. creo que el resultado será satisfactorio. y que no necesitará el Estado entrar en los de-
talles que corresponden a la iniciativa particular. Creo que el mismo industrial o importador
cuando vea bajar los tipos de cmnbios y sepa que esa situación es transitoria. tratará de
aprovechar esas facilidades.
Lic. Cosío Villegas: Otro camino. un tanto diabólico. sería el siguiente: no hagamos alma-
cenmniento de bienes de ninguna naturaleza. puesto que tropezamos con la dificultad doble
de que no sabemos cuáles son. ni siquiera si nos van a durar. porque los bienes durables son
durables mientras no hay otros que lós sustituyan. y a veces los progresos técnicos son sufi-
cientemente serios, no contando ya el capricho humano. que en esta materia el hombre es
tan veleidoso cmi10 la mujer. No almacenemos bienes propiamente, sino divisas, puesto que
con ellas podremo~ comprar en todo momento lo que nos haga falta. exceptuando la emer-
gencia, ya no tan remota porlo visto. de una guerra de estas universales, en que ya es una
dificultad de mercado y de transporte la que impide la importación . .Ahora bien, para hacer
un acopio de divisas. en realidad. el plan de compresión de las importaciones y si se quiere

180
RAÚL PREBISCH
apurar el razonamiento nada más con el espíritu de exageración. también de exaltación o di-
latación de las exportaciones. pongámoslo en práctica en la fase creciente del ciclo.
Sr. Prebisch: No es incompatible una cosa con la otra. Justamente hablaremos de ello más
adelante. No es incompatible esta solución muy sensata. con la otra. Cuando estudiemos la
política de regulación interna de los medios de pago. voy a proponer que en ciertos períodos
el Banco Central venda títulos en el mercado o coloque sus papeles para comprimir la canti-
dad de medios de pago. evitar que ese ¡xider de compra estimule importaciones. a fin de
acrecentar sus reservas de divisas. Pero a pesar de estas reservas puede haber una penuria de
cambios tal. como la que hemos tenido en otras oportunidades. que obligue a comprimir las
importaciones.
Lic. Cosío Villegas: ¿En qué circunstancias?
Sr. Prebisch: Pongamos el caso de una situación similar a la de 193 l. 32 y 33, en que dis-
minuyeron severamente nuestras reservas monetarias y no pudimos reponerlas por el nivel
bajísimo de las exportaciones, debido a la caída de los precios en oro del mercado universal.
De manera, pues. que deben preverse ciertas situaciones en las que por más divisas acumula-
das que haya, tengan que usarse para pagar cosas esenciales para el país. Entonces no habrá
más remedio que imponer restricciones. primero. a lo superlluo y de lujo; luego, a lo no
esencial y tal vez llegar a la maquinaria y a los bienes durables. No aplicaría restricciones a
la maquinaria, sino en última instancia. a fin de no sacrificar materias primas esenciales.
Lic. Cosío Villegas: Me faltó decir una cosa en relación con la primera observación que
hizo el señor Gómez. No sólo hace falta tener un conocimiento muy detallado de las necesi-
dades del país y establecer metas económicas bastante claras, sino que hace mucha [alta el co-
nocimiento íntimo del ciclo, puesto que todo esto se hace girar en torno a él. a su periodici-
dad. intensidad y duración medida, porque en función de todo ello vamos a optar ya sea por
la acumulación de divisas. por el almacenamiento de artículos básicos o por lo que sea. Es
decir. esta es otra guía que por fuerza debe tener un Banco Central o una autoridad moneta-
ria cualquiera para estos manejos. Es decir. que la aplicación de una política de esta natura-
leza. si se escarba a fondo, requiere la ampliación del campo de acción del Banco Central en
proporciones no usuales hasta ahora, ante las cuales. por cierto. no tiemblo.
Sr. Pl"el>isch: Pero deslindemos hien lo que es la política cíclica de una política económica
de previsi6n para contingencias como la guerra. Se puede aplicar perfectamente una política
cíclica como la que estoy recomendando y dejar de lado ese otro problema para que lo re-
suelva la política económica. La política económica resolverá. por ejemplo. si conviene pro-
ducir hierro a alto costo o si conviene traer grandes existencias de hierro, sin que ello inte-
rese a la política de orden cíclico en materia de cambios y en materia monetaria. Esto es un
problema completamente independiente que he señalado. pero no he pretendido resolver. En
cambio, señalo y pretendo resolver el problema de las fluctuaciones cíclicas. Así. cuando
digo que conviene facilitar la importación de maquinaria en las épocas de abundancia de
cambios, no estoy señalando la conveniencia de aplicar ningún plan orgánico que requiera el
conocimiento fundamental de la industria de parte de los funcionarios del Estado, porque se-
guramente cometerían grandes errores. Creo mucho más en la previsión y en el libre juego
de la iniciativa particular. Los miles y miles de fabricantes tienen una suma de previsión y
de experiencia que ningún cuerpo de funcionarios puede igualar. Eso lo hemos visto: por
más que los funcionarios estudien. llega un momento en que un modesto industrial ha pensa-
do mucho mejor en los problemas de su fábrica y en sus necesidades. Dejemos entonces ac-
tuar a esa gente con el I)l<Íximo de libertad posible: que acumulen todo lo que les convenga
acumular, que traigan siempre la mejor máquina que puedan conseguir. al precio de cambio
más bajo. Es todo lo que pido: que tengan facilidades para importar las mejores máquinas

LINEAMIENTOS DE UNA POLITICA MONETARIA NACIONAL
181
del exterior cuando abunda el cambio. Nada más. Pero no indicarles qué es Jo que dehen
traer ni el carácter que debe revestir esa importación, sino facilitarla ante el riesgo de tener
que comprimirla en caso de escasez de divisas. De numera que usted ve que es una política
cíclica un poco gruesa, que no requiere entrar en detalles. En todo este plan he procurado
que el Estado sólo tenga ciertos resortes de índole muy general y deje el máximo de libertad
para que la gente se arregle como mejor le plazca o mejor le convenga, porque estoy persua-
dido de que el Estado no puede hacerlo eficazmente en sustitución de la iniciativaprivada.
Sr. Gómez: Al iniciar esta conversación intervine porque me seduce mucho el estudio del
almacenamiento con fines regulatorios, no solamente aplicable a lo que hemos estado ha-
blando, sino a otras cuestiones más importantes. especialmente en México. Tenemos, por
ejemplo, el maíz y el trigo; a veces las cosechas son deficitarias y a veces arrojan sobrantes
que tenemos que exportar porque no hay dónde almacenarlas y entonces el país sufre mu-
cho. porque cuando sobra un 10 por ciento de maíz. su precio se abate. Basta un 10 por cien-
to de déficit para que el maíz se vaya muy alto, basta un 10 por ciento de superávit para que
el maíz caiga mucho, con todos Jos trastornos consiguientes. Si pudiéramos almacenar maíz
en la forma en que se hacía en España con Jos depósitos, podríamos almacenar, digamos,
hasta un año el consumo del país para que sirviera de base de regulación en este ciclo. En el
caso del trigo lo podríamos hacer; el Estado podría invertir dinero, puesto que los particu-
lares no Jo podrían hacer por los gastos de almacenamiento y los intereses; si lo hiciera el
Estado contaría con una masa de maniobra en especie para regular aun el precio como está
haciendo Ja Argentina con el trigo ahora que nadie puede exportar.
Sr. Prebisch: Y a un interés bajísimo, o aun a cero interés.
Sr. Gómez: Aun a cero interés. Ahora bien. no todos los bienes se pueden almacenar con el
mismo grado de certidumbre. El maíz y el trigo -si bien con algún riesgo- se pueden al-
macenar. Asimismo los lingotes de cualquier metal y sin muy alto costo. Ya en maquinaria
no, porque está trnís expuesta a la obsolescencia. Entonces, la política de importaciones libe-
rales de maquinaria durante la fase creciente del ciclo, cuando sobran divisas, no tiene
ningún peligro, porque la importan los industriales que saben que les va a costar ponerlas en
marcha y las van a estar usando mientras que llega el período en que ya no van a poder traer
más maquinaria con la trascendental ventaja de que cuando ya no se puede traer más, es
cuando ya no tienen tanto interés en traerla, puesto que es la fase menguante del ciclo. en
que no hay mayores ventas. en que no hay necesidad de hacer almacenamiento. De manera
que Ja regulación sí puede hacerse, nada más exige un gran estudio. Inglaterra estuvo ha-
ciendo, ya con fines militares. aunque se disfrazara con propósitos económicos. grandes al-
macenamientos de muchas mercancías desde varios años de la guerra; quizás esto la haya
salvado. He leído de algunos intentos de fijar la moneda sobre el precio de un conjunto de
mercancías. en lugar de fijarla únicamente con relación al oro. de manera que a mí me inte-
resa mucho estudiar todas las posibilidades que pueda haber en ese tipo de almacenamiento.
Sr. Prebisch: Yo no hablaría de tener directamente una reserva de mercaderías. porque mu-
cha gente se asustaría. sino simplemente. cuando hay excedente de divisas. tomarlas del
Banco Central por una operación de crédito de parle del Gobierno, y comprar con esas divi-
sas esas mercaderías; no decir que la moneda esiá respaldada. aunque de hecho esté.
Sr. Gómez: Porque ustedes tienen a la vista una cantidad x de oro y divisas, pero además
tienen acumulada una gran cantidad de cosechas de trigo que van a convertir en moneda; de
maneraque su trigo es una reserva monetaria y la moneda argentina no sólo está garantizada
con divisas. sino que está garantizada con trigo y el maíz, si no se utilizara como combusti-
ble; pero en realidad estuvieron invirtiendo ustedes moneda contra almacenamiento de las
cosechas del maíz.

182
RAÚL PREBISCH
Sr. Prebisch: Así es.
Sr. Gl1mez: Otro punto: cuando el tipo libre llegue al tipo mínimo del mercado oficial. dice
usted que se puede comprar ilimitadamente. y ningún perjuicio causa. hasta donde el Banco
Central esté capacitado para absorber por medio de emisiones de bonos. cédulas, certifica-
dos, el dinero que dan ustedes por ese cambio libre; cuando empiece a ser superior. entonces
va a afectar un poco los precios del interior del país, ¿no cree usted?
Sr. Prebisch: Sí. Cuando sea excesiva la entrada. Fuera desde luego de la política monetaria
interna, que tendría que absorber esos fondos para evitar la congestión del mercado. la única
forma de evitar una gran abundancia de fondos cuando se ha llegado ya al tipo de 15, es es-
tablecer el control de capitales; no habría otra forma. pero creo que con el régimen de regis-
tro del capital, y la declaración del Banco Central de que no asume ninguna responsabilidad
por esos fondos se restringe la entrada, y sobre todo, si no se empieza a comprar cambio por
el Banco Central en grandes cantidades antes de llegar al público. por que muchos de esos
fondos van atraídos por una especulación de resultado bastante seguro cuando el Banco
Central empieza a comprar antes que el público.
Lic. Cosío Villegas: Yo creo que en ciertas circunstancias el control es absolutmnente ne-
cesario.
Sr. Gómez: Yo creo que nos lo van a imponer.
Sr. Prebisch: Yo no me opongo al control en ciertas emergencias, y justamente creo que la
Argentina no se va a librar de él por algunos meses en la postguerra; señalé simplemente
que siendo contrario. radicalmente contrario al control de capitales, no vacilaría en imponer-
lo durante un tiempo limitado como lo aconsejé el año pasado en la Argentina, y como lo
aconsejaría fervientemente para el período inicial de la postguerra, y por esta razón: porque
si bien creo en la conveniencia del mercado libre, abandonado a sus propias fuerzas. temo
que en nuestro país inmediatamente después de iniciada la postguerra, una parte importante
de las inversiones en títulos y en letras de tesorería. quiera salir rápidamente aun a precios
altos. y entonces tengamos una presicín muy fuerte en la Bolsa. la cual no es posible contro-
lar. En este caso no vacilaría en establecer un control de las salidas de capital por un tiempo
suficientemente limitado como parn no dar margen a que empiecen a hacerse combinaciones
en el mercado libre.
Lic. Cosío Villegas: Para conseguir una salida gradual.
Sr. Prebisch: Para graduar la salida. sí. Y entonces. una vez establecido el control. veremos
cufü es la cantidad de fondos que están dispuestos a salir y podremos planear su liquídacicín
gradual.
(3)
Sr. Gúmez: Es claro que si el Banco Central y el Gobierno siguen una política congruente.
con vistas al ciclo. de aumentar o restringir los gastos cíclicos, según se trate de la fase des-
cendente o de la ascendente. no habría ninguna dificultad para llevar la economía del país
por el camino conveniente. pero sabemos que es muy difícil lograr ese acuerdo. No es im-
posible, pero sí muy difícil.
Sr. Prebisch: Muy difícil.
Sr. Gómez: Descartando también la posibilidad de los gastos exagerados del Gobierno con-
tra lo cual no hay remedio posible y suponiendo que el Gobierno sigue una política cons-
tante de gastos públicos normales no exagerados, independientes de los movimientos
cíclicos. quedaría la posibilidad al Banco Central de regular con sus propios medios de pago

LINEAMIENTOS DE UNA POLh1CA MONETARIA NACIONAL
183
y de poder de compra en manos de la población. Cuando la fase es descendente. el Banco
puede aumentar su crédito por medio del redescuento a los bancos. por compras de valores
al público. disminuyendo el encaje con los bancos. Entonces se pi¡ede poner en manos del
público el poder de compra que impida la disminución de las actividades en general que.
como usted explicaba muy bien. el patrón oro hacía descender la actividad del país en vez
de aflojar las importaciones; entonces podría el Banco Central mantener la misma cantidad
de dinero en la calle, en los bancos. Luego. en la fase ascendente, el Banco Central puede
empezar a restringir el medio circulante, disminuyendo el crédito a los bancos. vendiendo
los valores que tenga en su cartera. que son casi los únicos medios que tiene; así podría tra-
bajar con vista al ciclo; para lo cual se necesita que el Banco Central esté dotado de la masa
de maniobra de bienes que pueda vender. en un momento dado, y operar marginalmente.
Sr. Prebisch: Sí. en una fase moderada podría tener éxito; pero si es muy fuerte el movi-
miento. al decidirse el Banco Central a comprar títulos es necesario que alguien los venda; si
está solamente el público frente al Banco con la masa de títulos que solía tener. éste no
podrá comprar mucho; es necesario que alguien salga a vender títulos nuevos. Podría ser.
por ejemplo. el Banco Hipotecario. para promover las construcciones. Comprando cédulas
hipotecarias se pennitiría al Banco Hipotecario extender considerablemente sus préstamos.
Esto confirma entonces lo que usted decía.
Sr. Gómez: Nosotros hemos tratado de persuadir a las sociedades financieras a que emitan
bonos generales, que nosotros estrunos autorizados a comprar, a condición de que estén ga-
rantizados con determinado tipo de inversiones que nosotros consideramos convenientes
para la economía del país. Así. pues. nuestra ley nos pcnnite seguir esa política en un mo-
mento dado. pon1ue podemos comprar esos bonos generales; ahora, por ejemplo. hemos di-
cho que cuando se trate de importación de maquinaria estamos dispuestos a comprarlos para
fomentar la importación de la maquinaria de segunda mano que haya en Estados Unidos. En
una fase descendente también podemos persuadir a las sociedades financieras para que emi-
tan bonos generales para extender crédito y comprarlos; podemos también aumentar el
redescuento a los bancos y disminuir su encaje, de manera que tenemos un gran margen para
aumentar la cantidad de circulación con objeto de mantenerla a la altura deseada; claro que
nuestro poder es limitado y que llegará un momento en que no podamos más.
Sr. Prebisch: Pero que sería muy eficaz. Conserva. además. la elasticidad en sus manos.
Sr. Gómez: Y conserva la elasticidad en nuestras manos. Cuando no son muy profundos los
movimientos cíclicos, podemos atenuarlos sin necesidad de estudiar nuevos procedimientos.
En cambio, cuando se trata de la fose descendente y el Gobierno sigue con sus mismos gas-
tos y no los disminuye, entonces también tenemos medios para restringir el dinero de la cir-
culación hasta cierto grado.
14)
Sr. Villaseñor: Lo que usted ha dicho me hace pensar o plantear la cuestión de si durante
esos dos períodos de crecimiento del país no ha habido inversión de capitales.
Sr. Prebisch: En el primer período, anterior a la crisis mundial. además de las grandes ex-
portaciones. hubo una corriente muy importante de capital extranjero. En el segundo período
fue menor, sobre todo en los primeros años. que coinciden con los de la crisis mundial. La
corriente de capitales se reanuda a fines de 1935; pero entre el 30 y el 35 hay ul'i crecimiento
industrial que en gran parte se hace con capital nacional y con expansión de crédito; después
interviene el capital extranjero.

184
RAÚL PREBISCH
Sr. Villaseñor: ¿El aumento de Ja inmigración solamente existió durante el período de au-
mento de exportaciones'? ¿No hubo aumento de inmigración después de paralizado su creci-
miento?
Sr. Prebisch: No hubo; fue muy pequeño. Nuestro país. en los últimos quince años ha teni-
do un crecimiento vegetativo. Como siempre habíamos visto el crecimiento del país bajo el
impulso de estímulos exteriores. cuando observamos que nuestra exportación se detenía. el
país restringió deliberadamente la inmigración y perdió Ja oportunidad de acrecentar su po-
blación debido a esa actitud. ya que no puedo llamarle política. Toda la psicología del país
durante esa época ha sido de defensa: en la moneda. en la política económica interna y en Ja
política demogrMica.
Sr. Villaseñor: Dijo usted que le correspondía a la Secretaría de Hacienda el manejo de la
tarifo de importaciones; ¡,puede usted decirme si Ja Secretaría de Hacienda tiene facultades
constitucionales para mover esa tarifa o si son facultades del Congreso'?
Sr. Prebisch: Del Congreso.
Sr. Urquidi: ¿Cuando usted habla del estancamiento de Ja exportación. se refiere usted al
volumen o al valor?
Sr. P1·ebisch: Al volumen físico.
Sr. Urquidi: ¿Entonces un aumento de Jos precios de los productos primarios podría indicar
un aumento a favor de Ja exportación?
Sr. Prebisch: Desde luego. Pero en los últimos quince años no hemos tenido aumentos de
precios sino oscilaciones de carácter cíclico.
Sr. Urquidi: Pero para el futuro. ¿usted cree que los productos primarios aumentarán de
precio con relación a los productos de otros países industriales?
Sr. Prebisch: Con respecto al futuro no hago ninguna previsión. sino que me limito a hacer
una serie de hipótesis para ver qué es Jo que ocmTiría en cada una de ellas. ¿Quién puede
predecir el futuro de los precios? Naturalmente que si sube el nivel de precios de los produc-
tos agropecuarios y aumentan por ello las exportaciones, estaremos en esa hipótesis feliz de
exportaciones crecientes. para las cuales. sin embargo. no veo ninguna perspectiva en estos
momentos salvo en el período inicial de Ja postguerra que sení necesario alimentar a Europa.
Ing. Robles: Esa política monetaria que usted ha señalado tiene dos aspectos. uno de
carácter cíclico y otro de fomento y desarrollo. cuya característica, según he podido enten-
der. es permanente. Si no fuera permanente. y desde ese punto de vista, creo que es muy
bueno el campo experimental que usted ha elegido, porque la vivienda es una necesidad hu-
1m11n permanente; como esa necesidad se ha satisfecho muy medianamente ofrece un campo
ilimitado, aun cuando habría que calcular Ja vida de las construcciones, el aumento de la
población. etc., etc., para estar seguros de no suspender nunca esa política; de lo contrario
sería contraproducente. es decir, se causarían perturbaciones muy serias. Esto por un lado;
por otro, a primera vista, me pm·ece que podría haber e-0ntlictos de hecho entre la política
anticíclica que usted señala y la política permanente de desarrollar una industria escogida
con ciertas características. La idea me ha interesado plenamente. ¡xHque en alguna ocasión
estuve tratando de encontrar no una industria. sino un grupo de industrias que llemmm esas
condiciones; recuerdo que entre ellas pensé en la industria de la producción de leche. con
base en un infonne de la situación de la infancia en Suecia que es la nación más adelantada
del mundo por lo que hace a materia social, informe del que resultaba que la población in-
fantil de Suecia estaba muy mal nutrida. Proyectando ese hecho en nuestra realidad mexica-
na, pensé que Ja industria de Ja leche podría ser fomentada en una forma casi permanente.

LINEAMIENTOS DE UNA POLÍ'llCA MONETARIA NACIONAL
185
Sr. Prebisch: Voy a tratar de contestarle, ingeniero. Elijo el plan de construcción como
estímulo inicial. sin excluir. desde luego, otros planes de obras públicas. de carácter colecti-
vo, o aun planes de desarrollo de la economía privada. Por un tiempo bastante largo no creo
que debamos preocuparnos en nuestro país de que se agote la necesidad de satisfacer la de-
manda de casas. por cuanto se ha calculado que para Ja población existente. y para asegurar
el ritmo de los próximos años harían falta 1.500 millones de pesos. Si suponemos que cada
año entran 100. 150 o 200 mil inmigrantes. para poner una cifra relativmnenle moderada en
relación a las registradas antes de la Primera Guerra, esos hombres necesitarán habitaciones
adicionales. lo cual hace suponer que no pecaremos precisamente por exceso; al contrario,
temo que no podamos realizar el plan con la amplitud necesaria. porque el fomento de la
construcción cstimulaní otras ramas de la economía y absorbení mano de obra; y creo que es
tanto lo que tendremos que hacer en materia de desarrollo económico en un plan inteligente-
mente trazado, que no podní hacerse todo a la vez. y que. a la larga. habrá que sacrificar una
parte del plan de construcciones para realizar otras cosas. No temo entonces por ese lado,
sino por el otro. que nuestras aspiraciones sean demasiado ambiciosas en relación a los me-
dios disponibles. Por otrn parte. no creo que para asegurar una demanda persistente, sea in-
dispensable un estímulo persistente, pues es muy probable que, una vez iniciado el plan de
edificación. el impulso propagado a otros sectores de la economía. mantenga ese crecimien-
to sin necesidad de que el Estado gaste continuamente; el Estado debe estar preparado para
gastar cuando allojc la economía privada. La mera cifra de 1.500 millones aun en el supues-
to de que pueda ser exagerada, permite desarrollar un plan por muchos años. sin contar con
el incremento de la población y las mil obras públicas que sic11lprc es necesario realizar en
un país en crecimiento.
Sr. Villaseñor: ¡,El problema de las construcciones se ha dejado íntegramente en Argentina
a la iniciativa privada?
Sr. Prebisch: A la iniciativa privada y a la oficial. en esta forma: el Banco Hipotecario Na-
cional. que es una institución del Estado, hace préstamos hipotecarios para construcción de
casas y. además. hay instituciones privadas que dan las mismas facilidades, y otras. como la
del crédito recíproco. Por otra parte. el Estado construye. directamente. viviendas populares.
pero en forma limitada; casi la mayor parle de lo que se ha hecho. es por la vía privada bajo
el estímulo oficial.
Sr. Villaseñor: ¿Tienen ustedes el problema del hierro para construcción?
Sr. Prebisch: Existe; pero felizmente durante la guerra ese problema fue casi tot¡tlmcnte re-
sucito en lo que se refiere a la vivienda pequeña o mediana. porque se ha hecho un empico
muy intenso de la madera nacional; como recordarán, al estudiar la política cíclica, señalé
precisamente la posibilidad de acudir nuevamente a la sustitución del hierro por la madera
nacional. en momentos de escasez de divisas. Normalmente, es tal la relación de precios,
que de ordinario conviene más usar el hierro. pero en ciertas fases de restricción de cambios
tal vez convendría explotar madera hasta como elemento de reactivación cíclica en el inte-
rior del país.
Sr. Villaseñor: Se me ocurre pensar de momento. si no estaremos examinando un problema
que quizá sea una solución permanente, porque cada época tiene una necesidad de casas re-
lativa a esa época; si la cantidad de poder de compra del país crece. y también la población.
entonces la necesidad de viviendas será permanente; porque, además de concluir casas nue-
vas. habrá que reparar las viejas, y eso sin considerar que las ventajas de la civilización
harán que la gente cambie constamemente de una vivienda de tipo antiguo. a una vivienda
de tipo moderno. No es difícil. pues. que estemos tocando una posible industria clave, que
era Jo que buscaba el ingeniero Robles.

186
RAÚL PREBISCH
Sr. Prebisch: Creo que en mi país será así; pues no hay sino tener en cuenta que hemos es-
tado gastando anualmente en construcciones entre 600 y 900 millones de pesos. Esta cifra
de 900 millones, como monto total del valor de las obras, ha tenido una influencia enorme
en la economía del país en el año 42 porque mantuvo la demanda de todas las otras indus-
trias. La industria de la construcción ofrece, además. la ventaja de que sus efectos son
rápidos. muy rápidos. y no se necesita una gran acumulación de bienes de capital para produ-
cir viviendas; todo se puede improvisar en muy poco tiempo. Los bienes de capital necesa-
rios para la construcción son relativamente pequeños en relación al valor de la construcción.
Sr. Villaseñor: ¿En Argentina. el cemento se produce o se importa?
Sr. Prebisch: El cemento es de producción interna. En general, en la construcción, antes de
la guerra, se calculaba que entre un 20 o 15 por ciento del material empleado era de origen
extranjero; y con la guerra se ha llegado a eliminar casi por completo en la vivienda pequeña
y en la mediana. En la vivienda grande, en casas de departamentos, edificios llamados de
renta. se calcula entre un 5 y 1 O por ciento; se ha hecho, pues. una gran economía.
Sr. Gómez: ¿Ustedes han llegado al período que la tierra cultivable está acondicionada parn
la producción? ¿Ya están hechas las obras de riego?
Sr. Prebisch: Sí. las tierras para la producción en gran escala de cereales y carnes; pero en
nuestro país se han hecho muy pocas obras de riego, puesto que sólo se requieren en ciertas
regiones del interior.
Sr. Gómez: Lo pregunto porque me parece que ustedes ya llegaron al momento en que tie-
nen que pensar en dar buen albergue a la población.
Sr. Prebisch: Ah. sin duda alguna.
Sr. Gómez: Nosotros al llegar a ese punto quizií necesitemos acondicionar la tierra; primero
hacer estos gastos cíclicos, o de expansión. para acondicionar nuestras tie1rns y después se-
guir con la industria. Entre nosotros existe un campo vastísimo para aplicar la misma
política de gastos cíclicos y de estímulo económico del país, dedicando el dinero que haya
de ponerse en circulación a obras de producción antes de llegar a obras de consumo como es
el de Ja vivienda. Nuestro pueblo está muy mal alimentado y sería bueno aumentar la pro-
ducción de leche.
Sr. Prebisclt: Nosotros vamos a tener el mismo problema: el no usar el total de la energía
sobrante del país en satisfacer necesidades de consumo como son las de vivienda. porque
también tenemos posibilidades muy serias de desarrollar la producción. Por ejemplo, las
mismas obras de riego en ciertas zonas del país, en donde son necesarias, por distintas ra-
zones económicas y sociales; la utilización de las caídas de agua para el desarrrollo de Ja
fuerza eléctrica. lo cual va a requerir muchos capitales; el desarrollo de los caminos y Jos
transportes; y el de la incipiente aviación comercial. ele., etc. Así que cuando me refiero a Ja
vivienda. no hago sino citar un ejemplo de la forma de actuar sobre la economía. mas que
como preferencia excluyente de otrns formas de desarrollo de una política expansiva.
Lic. Cosío: Me gusta que haya usted hecho esa aclaración, porque al citar el caso de una
política de viviendas populares dentro de la explicación general de usted, no la tomé sino
con ese valor. como el de un ejemplo que ilustra el principio de que una política monetaria
anticíclica puede elegir campos propicios de reactivación económica. Porque si fuera a darse
al ejemplo el valor de un campo de inversión y de estímulo pennanente, a mí. francamente,
me parece una idea de cierta ingenuidad, entre otras cosas porque deberíamos estar seguros
de que las industrias que nosotros eligiéramos como campo de reactivación permanente fue-
ran industrias que tuviesen una facultad de imán. es decir, industrias cuyo desarrollo trajera
como consecuencia inevitabl~ el máximo desarrollo de otras industrias. Y es muy dudoso

LINEAMIENTOS DE UNA POLf11CA MONETARIA NACIONAL
187
que la industria en construcción sea la que esté en mejores condiciones para eso. Por otro
lado, no se podría pensar en una política demasiado insistente y permanente de viviendas
populares. porque nos expondríamos a afinar la guitarra simplemente templando sólo una de
sus cuerdas. concluyendo por reventarla y quedar desafinada la guitarra.
Sr. Prebisch: Completamente de acuerdo.
Lic. Cosío: Es decir, la vivienda es una cosa que corresponde a un nivel de vida. y no
podríamos pensar en manera alguna el que creciese la vivienda sin que otras cosas crecieran.
Es decir, voy a poner el caso dramático de una gran vivienda en una población rural o urba-
na que no tenga dotación de aguas. que no tenga drenaje. Yo creo que el principio de uno o
varios campos de reactivación económica pennanente es muy importante y uno de los que
debiera llamar más la atención a nuestro Departamento de Estudios Económicos. Por eso re-
cojo con cierto calor estas ideas: cuáles podrían ser esos campos en que una acción
económica y monetaria se pudiese emplear, con cierto favor. con cierta preferencia, partien-
do del supuesto de que los recursos sean limitados.
Sr. Prebisch: Si lo he citado como ejemplo, y como un ejemplo que me atrae mucho ...
Lic. Cosío: Yo sé que los argentinos tienen una cierta debilidad por la vivienda popular.
Sr. Prebisch: Sí, porque tiene muchas ventajas; pero sin excluir otras cosas. En primer lu-
gar, la industria de la construcción tiene una influencia muy grande en otras industrias; el
desarrollo de la construcción trae consigo no solamente la producción de materiales para la
construcción, que emplea mucha gente y el crecimiento de los transportes. sino el desarrollo
de todas las industrias de consumo y. además. desde el punto de vista cíclico, y esto me pa-
rece de gran importancia para la política monetaria, tiene la ventaja de impulsarse o restrin-
girse muy nípidamente. Por ejemplo, si se emprenden obras de electrificación. por razones
obvias. no es posible, a medio camino. detenerlas por consideraciones de orden cíclico; hay
que terminarlas necesariamente. En ese sentido la construcción tiene una elasticidad muy
grande. Pero es evidente que en esto como en otros aspectos, se nos presenta un problema de
orden económico: hay una determinada cantidad de energías del país que no son necesarias
para abastecer el consumo corriente, que pueden capitalizarse. ¿ Cmíl será la forma más pro-
ductiva de capitalización'? No he querido dar preferencia de ningún orden a la edificación;
quizá por una cierta deformación circunstancial he suscitado la construcción. porque en
1941 cuando veíamos avecinarse una gran depresión, acudimos a esta idea porque no había
otra susceptible de ser improvisada; pero eso es todo.
Sr. Gómez: Cada país debe escoger. de acuerdo con sus condiciones; en México todavía no
estamos en el punto de pensar exclusivamente en construcción de viviendas. nos faltan otras
muchas cosas por hacer.
Sr. Prebisch: No hay que utilizar una parte muy grande de los recursos del país en el consu- ·
mo presente. cuando hace falta estimular la producción para que el consumo del futuro sea
mayor.
Lic. Cosío: Probablemente se necesita. en primer lugar. tener una idea de Jos recursos del
país y de las metas que se propone alcanzar. Y tocar distintos resortes. Y o diría que. por
ejemplo, en México debiera abordarse una política de rehabilitación ele los ferrocarriles,
política que representaría una demanda de cierta permanencia para la industria siderúrgica,
reposición de vías y construcción de vagones. etcétera.
Sr. Gómez: Reposición de los durmientes.
Lic. Cosío: Para nosotros y por tener una industria siderúrgica. llamémosla en marcha. tiene
un interés muy grande esa posibilidad. En materia de industria siderúrgica, el programa de
vivienda popular, si tenemos que pensar en un tipo de habitación, que corresponda a un

188
RAÚL PREBISCH
progreso, ciertamente, de nuestro medio social. pero no a una cosa quimérica y fantástica, va
a significar una demanda relativamente pobre para la industria siderurgica, porque muy pro-
bablemente el tipo de la vivienda popular, o no consuma hierro del todo, o lo consuma en
una proporción bastante pequeña. De manera que no podríamos pensar en ese como
estímulo para una industria tan importante para nosotros.
Ing. Robles: Quiero hacer una observación. en la que estoy de acuerdo con el doctor Pre-
bisch. La industria de la construcción tiene como característica demandar artículos de un
gran número de industrias. Si se considera la industria siderúrgica en particular. es justo lo
que usted dice, y no se compara. por ejemplo. con la ferrocarrilera.
Sr. Villaseñor: Yo iba a decir nada m{is esto: que la exposición del Lic. Cosío disminuyó el
alcance de la industria de la construcción. tanto que hasta la teoría. un tanto rom;íntica para
nosotros, de la vivienda popular, ya reducida a estos límites escuetos, es mucho más vulne-
rable a un juicio. Creo que. no estoy seguro. pero me parece que el señor Prebisch se refirió
a la construcción en general. no sólo a la vivienda popular. Es posible que ellos hayan empe-
zado a usar la vivienda popular. pero en términos generales. En México hemos tenido una
experiencia que quizás es un poco especial. que cuando la gente no invirtió dinero absoluta-
mente en nada. no dejó nunca de invertir en la construcción; al grado de que para nosotros
también sea un medio eficiente no sólo en períodos de crisis. porque es una cosa permanente
entre nosotros, es decir. que quiz;Í para nosotros es hasta al revés, que en períodos de activi-
dad muy grande tenemos que andar viendo cómo lo atajamos, porque se excede. sin que
deje nunca de ser una actividad importante. y mientras más baja la actividad general. más
importante resulta la construcción ...
Sr. Prebisch: Yo tengo la misma opinión que usted. señor Villaseñor. porque en nuestro
país, justamente, en los períodos de prosperidad es cuando nuís se desarrolla la construcción
y excepto en estos últimos años excepcionales se ha desarrollado al calor de las emisiones
de cédulas y de bonos hipotecarios. En la política cíclica. sería necesario. en la fose ascen-
dente, comprimir precisamente esas emisiones, y tal vez recoger dinero del mercado con
emisión de papel de absorción para facilitar estas emisiones en una fase ascendente y hacer-
la servir de elemento de compensación cíclica.
Sr. Villaseñor: Tenía que comprimírsela especialmente para poderla utilizar en el descenso
cíclico.
Sr. Prebisch: En el descenso cíclico.

105
LA POLITICA MONETARIA NACIONAL Y LOS
PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES*
l. COMPATIBILIDAD DE LO INTERNACIONAL CON LO NACIONAL .
Después de haber expuesto lo que podríamos designar como plan monetario na-
cional. ha llegado el momento de considerar si las ideas que este plan entraña son o
no son compatibles con las ideas que animan a los planes de reconstrucción moneta-
Iia internacional que hasta ahora hemos conocido. Yo creo que, en lo fundamental,
las ideas no son incompatibles. y no lo son a mi juicio, por distintas razones. Pri-
mero. porque en el plan monetario nacional. hemos puesto como objeto fundamen-
tal el de mantener la actividad económica interna. lo cual significa la necesidad de
controlar las importaciones en la fase descendente del ciclo económico. Si el plan
procura los recursos necesarios para pagar estas importaciones, no hay incompali-
bilidad en lo que a ello respecta, entre la idea nacional y la idea intemacional: am-
bas concuffen a mantener cierto grado de estabilidad económica interna. Por otro
lado, como los créditos no son ilimitados. el hecho de tener dentro de la política
monetaria nacional resmtes que permitan comprimir ciertas importaciones cuando
los créditos se han agotado, tampoco conspira contrn los planes internacionales,
sino que pennite más bien su desarrollo regular. En tercer lugar, si bien es cie1to
que dentro de ese plan de política monetaria nacional. se acude a los tipos tlexibles
de cambio parn restringir las importaciones. no lo es menos que esos tipos se cir-
cunscriben en su aplicación a ciertas categorías de importaciones, resguardando a
aquellas que son esenciales para el desarrollo de la actividad económica nacional,
sin intluir sobre el nivel interno de precios, ni sobre los precios intem)cionales.
Por estas tres razones. considero que. como he dicho anteriormente, en la parte
sustancial, en los propósitos fundamentales, no hay incompatibilidad entre ambos
planes o sistemas de ideas: pero en cuanto los planes internacionales pretenden in-
* N. del Ed. Co11versacio11es en el Banco de México S.A., 1944, t. 111, págs. 279-307. febrero 21 de
1944. Reproducido en La creación del Banco Ce111rnl ...• ob. cit., págs. 519-542. La parte 1 es Ja versión
del Banco de México. La parte 11 es una versión revisada, publicada en El Trimestre Económico: 11.
N° 42, México.julio-septiembre de 1944. págs. 185-208.

190
RAÚL PREBISCH
miscuirse en la política monetaria nacional, allí sí hay una manifiesta incompatibi-
lidad. según veremos más adelante: pero considero que ese deseo de inmiscuirse en
la política nacional. no es indispensable para la realización de los planes moneta-
rios. son meras excrecencias de esos planes. que podrían ser perfectamente elimi-
nadas sin alterar el carácter sustantivo de ellos.
Il. OBSERVACIONES SOBRE LOS PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES*
Lo esencial en los planes monetarios, tanto el de White como el de Keynes. es
la organización de un sistema de créditos internacionales. Este sistema de créditos
ha existido ya en el mundo en aquella época en que la Gran Bretaña tenía el domi-
nio monetario internacional: pero ya hemos visto. a través de la experiencia argen-
tina. que ese mecanismo de créditos internacionales. lejos de tender a contrariar los
movimiemos cíclicos. los acentuaba. puesto que hemos observado en la realidad
que en los períodos ascendentes. de prosperidad. de holgura monetaria en los gran-
des centros financieros internacionales. principalmente en Londres. era cuando se
prestaba el dinero para luego interrumpir esos préstamos en los períodos de descen-
so. o sea que aun en lo que podríamos llamar la mejor época del patrón oro. el mo-
vimiento de los préstamos internacionales no ha sido anticíclico. sino de acentua-
ción cíclica: no solamente en los hechos. sino en la misma elaboración de la teoría
monetaria. A través de la teoría inglesa. vemos el reconocimiento del efecto benéfi-
co de las fases descendentes. épocas de expiación de los pecados monetarios. eco-
nómicos y financieros que se cometían en el período ascendente. de corrección de
ciertas inversiones mal orientadas en los países extranjeros. De manera. pues. que
ni en la práctica ni en la teoría del patrón oro existió un esfuerzo deliberado para
cambiar el carácter de esas inversiones.
Por primera vez vemos ahora. en estos planes que han surgido. un concepto to-
talmente distinto. un concepto anticíclico; no se ofrece dinero a los países que lo
requieren en épocas de prosperidad. sino precisamente en momentos de déficit en
la balanza de pagos. en momentos en que la experiencia nos ha demostrado que la
banca privad¡i no ha estado siempre dispuesta a colaborar con los países deficita-
rios. en hacer' frente a ese desequilibrio de las cuentas internacionales. De manera
que desde ese punto de vista. desde el punto de vista de un sistema de créditos in-
* Versión de una charla infonnal tenida en la ciudad de México. en el mes de febrero. con un gm-
po de econo1nistas mexicanos. Las i<lcas del señor Prebisch sobre política monetaria nacional e inten1a-
cional. se encuentran expresadas en fomia sintética en El parrón oro y la l'lllncrabilidad econámica de
nuestros países,
ponencia presentada en el Seminario sobre la América Latina. Centro de Estudios
Sociales. El Colegio de México. Jornadas. Nº 11. 1944. N. del Ed. Reprcxlucido en el capítulo IOX dd
presente volumen.

PüLlTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INffRNACIONALES
191
ternacionales. la idea es excelente; pero cuando pasamos de ello a la organización
de un régimen monetario internacional. sobrevienen grandes dudas sobre si las ba-
ses de este sistema son suficientemente estables y fuertes como para pennitir el
desarrollo ordenado de la moneda en las relaci~nes internacionales. A mi juicio. es-
tos planes dejan subsistente el mismo problema que pudimos observar en el mundo
con respecto al funcionamiento del patrón oro; no hay nada dentro de los planes
que asegure el cumplimiento de las reglas del juego esenciales para llegar al equili-
brio internacional de los balances de pagos.
Para demostrarlo. consideremos el caso de Estados Unidos. país que. en épocas
anteriores ha seguido -o ha debido seguir. si es que no queremos atribuirle un
propósito deliberado- una conducta económica que ha impedido el cumplimiento
de las reglas del juego en materia de patrón oro. Para que ellas se cumplan. es ne-
cesario que ese país compre al resto del mundo y le preste por lo menos tanto como
lo que le venda; puesto que es imposible que un sistema monetario. cualquiera que
sea. pueda resistir un desequilibrio crónico. Antes. durante el período comprendido
entre la Primera Guem1 y la actual. hemos visto al resto del mundo pagar ese de-
sequilibrio acudiendo a sus reservas monetarias. En los planes de While y de Key-
nes se acudiría. para hacerlo. a los bancos o unitas provenientes de la expansión del
crédito intemacional. Pero en uno y en otro caso hay un límite preciso. determina-
do. al empleo ya sea de las reservas monetarias de los distintos países del resto del
mundo. o de su aptitud para hacer uso del crédito internacional, puesto que en los
dos planes se limita el uso del crédito. De manera. pues. que si no se coJTige el fac-
tor fundamental de desequilibrio. llegaremos a un momento en que el desaJTollo de
ese sistema monetario se encontrará seriamente trabado y no podrá seguir funcio-
nando más. salvo que se le autorice a seguir prestando.
Por lo tanto. si no se crea dentro de los planes monetarios ningún resorte que
pueda asegurar el cumplimiento de las reglas del juego. caeremos en la misma si-
tuación trágica en que habíamos caído en los tiempos pretéritos del funcionamiento
del paU"Óll oro. y llegaremos al mismo fracaso tarde o temprano. De ello se han
dado cuenta claramente los hombres que en la Gran Bretaña no se dejan llevar por
ninguna ilusión acerca del futuro funcionamiento del patrón oro, precisamente en
el país donde surgió y se desarrolló brillantemente la teoría de ese patrón. Ha pasa-
do la defensa de éste a Estados Unidos. a los banqueros y economistas ortodoxos
de Estados Unidos. pero no hemos visto en ellos ninguna contribución seria que
nos pennita tener esperanzas de que el funcionamiento del patrón oro se va a hacer
teniendo en cuenta las exigencias que el mismo sistema debe tener. ineludiblemen-
te, para no llegar al fracaso. Son precisamente los economistas no ortodoxos los
que están preconizando planes de plena ocupación, quienes con su prédica podrán
llevar. si es que Estados Unidos se endereza hacia esa política. a una solución com-

192
RAfJL PREilISCH
patiblc con el desarrollo armonioso del comercio mundial. según veremos más ade-
lante. y evitar el desequilibrio de las cuentas internacionales.
Pero. antes de proseguir. debemos plantear esta pregunta: ¿por qué Estados
Unidos no ha cumplido las reglas del juego en la aplicación del sistema del patrón
oro? ¿Qué es lo que le ha impedido. qué es lo que le ha llevado a saltar sobre esas
reglas? Esas reglas significan en síntesis esto: todo país que por un aumento de ex-
portaciones incorpora a su circulación monetm·ia interna una cantidad adicional de
poder de compra. debe permitir que ese poder de compra actúe inmediatamente en
la economía interna y propenda al desa1rnllo de las importaciones. El aumento de
esas importaciones equilibra así el de las exportaciones. Para comprender bien por
qué razón eso no ha podido ocurrir en Estados Unidos. no hay más que establecer
un contraste entre la situación de un país como Argentina y Estados Unidos. En
nuestro país. con un volumen de ex¡xmaciones. digamos. para poner un ejemplo
aproximado a la realidad. de 2.000 millones de pesos. si ocurre un aumento de mil
millones. llevando la cifra a 3.000 millones. o sea un 50 por ciento. el poder adqui-
sitivo crecerá en esos mil millones. Como la circulación monetaria podríamos cal-
cularla aproximadamente en 4.000 millones. esos mil millones representan. con
respecto a ellos. un incremento de 25 por ciento. cifra suficientemente fuerte para
dete1minar en seguida el desarrollo de ese proceso en la economía interna que lleva
fatalmente al crecimiento de la importación.
Veamos ahora el caso de Estados Unidos: caso distinto. en donde el grado de
sensibilidad es mucho más débil. Supongamos una exportación de 4.000 millones
y un aumento también de 50 por ciento, o sea de 4.000 a 6.000 millones: son 2.000
millones de dólares de incremento. ¿Qué significan 2.000 millones de dólares en
una circulación de 40.000 millones. o 70.000. como entiendo que tiene actuahnen-
te'! Una fracción insignificante: sobre 40.000 millones. es apenas el 4 por ciemo.
Esto quiere decir que un estímulo igualmente intenso en las exportaciones de uno y
otro país significa. en el mecanismo monetario interno. una influencia totalmente
distinta: muy intensa en la Argentina. muy escasa en Estados Unidos. Bastaría que
en Estados Unidos disminuyera en una fracción la velocidad de circulación de los
medios de pago pm·a que ese 4 por ciento de estímulo interno resultante de un au-
mento de 50 por ciento en la exportación se vea completamente neutralizado: y no
solamente eso. pues bastaría una contracción de crédito o un incremento del ahorro
para que ocurriera lo mismo. ya sea aisladamente o en forma conjunta. Es más. si
la economía de Estados Unidos no se encuentra en un estado de plena ocupación.
sino muy abajo del tope. el incremento de poder de compra provocado por el au-
mento de la exportación estimulm·á seguramente el des<UTollo de los negocios inter-
nos. puesto que las altas tarifas le harún desviarse de la importación. o donde natu-
ralmente podría ir. hacia la economía interna.

POLÍTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES
193
Finalmente. una política deliberada de esterilización de medio circulante. que
absorba apenas 2.000 millones. o sea una cantidad pequeña en relación con la gran
esterilización de fondos que hubo en el período comprendido entre las dos guerras.
bastaría para neutralizar en absoluto el efecto del poder de compra causado por el
incremento de la exportación sobre la economía interna. No pretendo con esto ex-
plicar una realidad muy compleja como la que se desenvolvió en Estados Unidos
entre las dos guerras. pero sí señalar que es tal la magnitud de la economía de Esta-
dos Unidos con respecto al resto del mundo y tan pequeña la proporción de sus im-
portaciones y de su comercio exterior en la vida económica total del país. que el
género de reacciones monetarias que ocurren allí es totalmente distinto en su gra-
do. y aun en la índole del fenómeno. a las reacciones que el patrón oro trae necesa-
riamente. según lo ha comprobado la experiencia en otros países de menor magni-
tud y en que el comercio exterior tiene mayor importancia relativa.
A mi juicio, en la postguerra el problema fundamental a resolver en Estados
Unidos. desde el punto de vista de la economía monetaria internacional y del co-
mercio internacional. será el problema de la plena ocupación. Y para definir mejor
nuestras ideas sobre ello, juzgo conveniente dar un ejemplo. Supongamos que en
Estados Unidos se llega a la plena ocupación. con un ingreso nacional. digamos.
para citar cualquier cifra. de 1 I0.000 millones de dólares. y que Estados Unidos
exporte al resto del mundo la cantidad de 10.000 millones de dólares. Tendremos
entonces, por un lado. poder de compra de la población interna. 110.000 millones
de dólares. y mercaderías y servicios a su disposición por 100.000 millones. puesto
que 10.000 ya han sido exportados. ¿Qué va a suceder si. por un lado. hay 110.000
millones de demanda o de poder de compra. de los cuales 10.000 provienen de las
exportaciones, y solamente 100.000 millones de artículos y servicios'? Que habrá
un desequilibrio entre el poder de compra y la cantidad de bienes. un desequilibrio
entre la demanda y la oferta global de bienes en ese país, que tenderá necesaria-
mente a subir los precios en general. en unas mercaderías y servicios más que en
otros. Ello tendrá este resultado inmediato: muchas mercaderías de otros países que
antes no podían saltar la tarifa, se encontrarán ahora en situación mucho mejor para
hacerlo, desde el momento que su precio sube en Estados Unidos. El poder de
compra, por primera vez, desde el momento que hay plena ocupación, va a tender a
desbordarse hacia afuera. va a tender a traducirse en una mayor importación por
cuanto el obstáculo de una actividad económica creciente que absorbía los medios
de pago, ya no existe, y aquel otro obstáculo de la tarifa tiende también a debilitar-
se por obra del alza de precios de ciertas mercaderías que ya no pueden en ninguna
forma satisfacerse con la producción interna, desde que ésta. según nuestra hi-
pótesis de plena ocupación. no puede pasar de los 100.000 millones que habíamos
calculado en nuestro ejemplo.

194
RAÚL PREBISCH
Sin embargo. para que ese proceso pueda cumplirse satisfactoriamente. es in-
dispensable que Estados Unidos no vuelva a subir sus tarifas. porque de lo contra-
rio estaremos en el mismo caso de antes.
La plena ocupación de Estados Unidos es. pues. esencial para resolver el equili-
bro del balance de pagos del resto del mundo con respecto a ese país. Si llegamos a
esa conclusión. debemos indagm· ahora en qué condiciones se encuentran los pla-
nes para llevar a Estados Unidos a la plena ocupación. En el plan de White. la can-
tidad de créditos es realmente pequeña. frente a los medios de pago que tiene hoy
Estados Unidos. pm·a poder traer un efecto sensible. Es posible que el estímulo de-
rivado de los créditos. o sea el nuevo poder de compra que de ellos emerge. se pier-
da en el vasto campo económico y monetario de Estados Unidos. como hemos vis-
to que se podía perder el derivado de un aumento de la exportación. En cambio. en
el plan de Keynes. en donde la cantidad prestable es muy superior a la del plan de
White. sí sería posible que el estímulo que el resto del mundo ejerza por medio del
uso de estos créditos sobre las exportaciones de Estados Unidos y. a través de ello.
sobre su economía interna. pueda contribuir poderosamente al desarrollo de la ple-
na ocupación en Estados Unidos. por el incremento considerable del poder de com-
pra que significarían estos créditos.
Pero aquí está precisamente el gran peligro que encierra el plan Keynes. porque
ese enorme poder de compra adicional. resultante de la expansión del crédito inter-
nacional. si bien es cierto que podría actuar como un estimulante dentro de la eco-
nomía interna de Estados Unidos mientras ésta no se encuentre en el estado de ple-
na ocupación, sería de consecuencias altamente perniciosas si Estados Unidos. por
una razón o por otra. ya está cerca del punto de plena ocupación. o se encuentra
precisamente en el estado de plena ocupación. Supongamos que eso ocurra. y que
el resto del mundo. no obstante que toda la economía interna de Estados Unidos
está ya saturada. aumente sus compras en este país en virtud de los créditos que el
sistema de Keynes le permite utilizar. ¿Qué ocurriría? Simplemente que ese incre-
mento de poder de compra llevaría a Estados Unidos fatalmente a la inflación. al
alza de precios. puesto que si hay mayor poder de compra y la economía interna no
puede dilatm·se más porque se ha llegado a la ocupación óptima de todos sus recur-
sos. no habrá otra salida que el alza de precios. que la inflación en el vasto plano
internacional.
Para abarcar el peligro que esto significa. tengamos en cuenta dos elementos.
que con justa razón preocupan a la opinión financiera de Estados Unidos. Primero.
la enorme acumulación del poder de compra que hay en ese país en estos momen-
tos como resultado de la economía de guerra: y luego. la acumulación bastante
apreciable de saldos en dólares de otros países, tanto de México corno de la Argen-
tina y otros países de este continente. Si a esos dos factores de orden inflacionista

POLÍTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS JNfERNACIONALES
195
se agrega un nuevo crédito, podemos darnos una idea clara de lo que podría signifi-
car para Estados Unidos. si es que llega a la plena ocupación después de la guerra.
el tener que hacer frente a esa demanda mundial, acrecentada en esta forma. con
una oferta de mercaderías muy inferior a la necesaria pam satisfacerla; tanto más
cuanto que podría ocurrir que en Estados Unidos la conversión de la economía de
guerra a la economía de paz no se haga con la misma rapidez con que lo quisiera la
demanda mundial. con lo que. en tal caso. la intlación en nuestra hipótesis podría
sobrevenir antes de haberse llegado al punto de plena ocupación.
Se comprende, pues. y se justifica plenamente, la preocupación de Estados Uni-
dos con respecto al plan Keynes. por dos razones. Primero. por la magnitud que
tiene la capacidad potencial de expansión del crédito, y segundo, por el automatis-
mo del plan de Keynes. porque las cuotas de los créditos no se van a usar de acuer-
do con la situación de la economía mundial. sino dentro de lo que a cada país se le
ha reconocido para el empleo de ese crédito. De manera, pues, que en límites bas-
tante amplios habría una indetenninación completa en cuanto a la intensidad con
que se crearía nuevo poder de compm internacional. con consecuencias muy serias.
primero sobre la economía de Estados Unidos. país en donde irán a hacerse preferen-
temente las compras. y después sobre el resto del mundo por natural repercusión.
Así que lo que a simple vista nos seduce en el plan de Keynes. que es la facili-
dad para usar del crédito internacional. es en donde se encuentra el mayor peligro
de ese plan. mientras no haya una dirección deliberada en el otorgamiento de los
créditos; mientras el plan se cumpla automáticamente, según parece ser la idea que
lo mueve.
Naturalmente que es muy seductor el plantear el problema en esta forma: si Es-
tados Unidos vende al resto del mundo más de lo que le compra y le presta. que Es-
tados Unidos deje ese saldo positivo o ese sobrante en un fondo intemacional. para
que el resto del mundo no tenga que ir a la deflación a fin de pagarle. Expresada en
esta forma. la idea de Keynes es muy aceptable, pero también se puede expresar en
esta otra forma. y decir: que el resto del mundo, en virtud de los recursos del plan
de Keynes. puede forzar su demanda de mercaderías de Estados Unidos. puesto
que se encuentra en condiciones de comprar buena parte de estas mercaderías a
crédito, independientemente del estado de ocupación en que se encuentre Estados
Unidos, de tal modo de que si se encuentra ya en estado de ocupación plena, o cer-
ca de ese estado. el uso de ese crédito traerá fatalmente las consecuencias inflacio-
nistas que acabo de mencionar.
En fin de cuentas habremos caído en la misma falla de automatismo que contri-
buyó a la destrucción del patrón oro, es decir. a querer encontrar dentro del sistema
algo que, sin deliberación ni dirección, conduzca al equilibrio. En verdad, es de im-
portancia fundamental para el mundo. para todos nuestros países especialmente,

196
RAÚL PREBISCH
que Eslados Unidos llegue a ese eslado de plena ocupación; pero es bien compren-
sible que, si ello ha de ocurrir. Eslados Unidos quiera llegar por sus propios recur-
sos. por su propia política y no por imposición del exterior. Y eslo por muchas ra-
zones. Primero. por una razón fundamental de soberanía a la cual sahremos
lambién acudir cuando llegue el caso de considerar lo nuestro. En segundo lugar,
es bien natural que Estados Unidos no quiera vender a crédilo al resto del mundo
sin tener el recurso necesario pm·a controlar el monto de esas ventas. En tercer lu-
gm·. es perfectamente comprensible. también. que Estados Unidos. si es que desea
ir a la política de plena ocupación. quiera hacerlo directamente y bajo su control di-
recto. con la aptitud para graduar la aplicación de esa política de acuerdo con las
condiciones internas y de poder frenarla en caso necesario. y no someterse a que
ella se ejercite desde afuera en una fonna incontrolada.
Si Estados Unidos. por su propia política monetaria nacional. llega a la plena
ocupación, será esencial para que el resto del mundo pueda equilibrar su balance
de pagos con ese poderoso país. que preste al resto del mundo por lo menos una
cantidad equivalente a la del poder de compra que allí se ahorra internamente. neu-
tralizando poder adquisitivo que podría ejercitarse en una mayor demanda de im-
portaciones. Volvamos a nuestro ejemplo de los 110.000 millones de ingreso na-
cional: 10.000 millones de exportación y 100.000 millones de artículos y servicios
que quedan a disposición de la población de Estados Unidos. Si en esle país el
público. en lugm· de gastm· los 110.000 millones de poder de compra que tiene. gas-
ta 105 y ahorra 5. se neulralizan 5.000 millones de poder de compra que en varia-
ble medida afectm·án las imporlaciones y la demanda inlerna de arlículos y servi-
cios. Esto último traerá consigo una conlracción en la actividad interna y lo
primero impedirá que se equilibre el balance de pagos del resto del mundo con Es-
lados Unidos. Pm·a corregir eslas consecuencias perniciosas será indispensable que
esos 5.000 millones ahorrados vuelvan a ejercitarse como poder de compra en for-
ma de préstamos inlernos e inlernacionales. De manera. pues. que aun en el estado
de plena ocupación. para que el resto del mundo pueda hacer funcionar equilibra-
damenle sus cuentas con Estados Unidos. será indispensable que si el sistema ban-
cm-io no presla esponláneamente al exterior. lo haga alguna organización oficial.
puesto que de lo conlrm'io se privará al reslo del mundo de los medios de pago ne-
cesarios pm·a mantener ese volumen de 10.000 millones de compras con Estados
Unidos. y caeremos en la siluación que hemos descripto en alguna olra oporluni-
dad. El resto del mundo. en alguna forma o en otra. tendrá que limitar sus importa-
ciones de Estados Unidos.
No hay ninguna solución concebible. dentro de ningún sislema monelario ima-
ginable, que permita al rcslo del mundo. una vez que se ha llegado a esa situación.
continuar comprando en exceso a Estados Unidos. puesto que las reservas me-
\\

POLÍTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES
197
tálicas no son inagotables. Así que no habrá sino dos salidas: o Estados Unidos
presta sistemáticamente, o el resto del mundo limita sistemáticamente sus importa-
ciones de Norteamérica mediante la aplicación de sistemas de control de cambios.
De la política que se siga dependerá que el nivel del comercio mundial sea alto o
sea bajo. En última instancia. pues. la solución de este asunto está en gran parte en
manos de Estados Unidos.
Por supuesto que la opinión que hay en Estados Unidos no siempre concuerda
con nuestro punto de vista en esta materia. Hay un economista. C. P. Kindleberger.
que sostiene esta teoría un tanto extraña: que el resto del mundo está predestinado
a comprar a Estados Unidos más de lo que le vende, porque desea más. necesita
más, las manufacturas de Estados Unidos. que lo que Estados Unidos requiere los
productos del resto del mundo. Por otro lado, agrega, en la mayor parte de los pro-
ductos industriales. la eficiencia de Estados Unidos es muy superior a la del resto
del mundo.*
De manera. pues. que Estados Unidos está en la situación de un país que puede
tener internamente todo lo que necesita. y. por lo tanto. sólo requiere comprar del
resto del mundo mucho menos de lo que el resto del mundo se ve precisado a com-
prar de ellos. Por esto. el resto del mundo tiende fatalmente a desequilibrar sus
cuentas con Estados Unidos. Yo tengo la vehemente sospecha de que eso no es así.
Sin embargo, no vale la pena entrar en una discusión si el único juez que puede di-
rimir el caso, que es la experiencia futura, no existe todavía. Para poder saber si
eso es así o no, tenemos que esperar que Estados Unidos se encuentre en estado de
plena ocupación, en el cual la tarifa o el crecimiento de la economía interna no
puedan evitar como antes el restablecimiento del equilibrio. Si nosotros, una vez
que Estados Unidos esté en plena ocupación. vemos que no hay elasticidad de su
demanda. habremos comprobado la teoría de Kindleberger: pero mientras no suce-
da tal cosa. eso será una mera hipótesis. pero no una teoría que pueda aceptarse por
su lógica perfecta. Más aún. el único elemento de prueba que da Kindleberger para
apuntarhu· su aserto. es la experiencia de la República Argentina precisamente.
Para demostrar que el resto del mundo procede en la forma que él dice. señala el
caso de la Argentina. que en los años 36 y 37 ve aumentado su poder de compra
por el incremento de las compras de Estados Unidos, debidas en gran parte al alza
de los precios; y observa Kindleberger que este estímulo lleva a la Argentina a
comprar de Estados Unidos una cantidad mayor que la coffespondiente al incre-
mento de las compras de Estados Unidos en la República Argentina. Tal es la
única comprobación de su tesis. No tiene en cuenta, sin embargo. que lo que lleva
* C. P. Kindlcbcrgcr, "Intemational Monctaiy Stabilization". en Postwar Eronomic Prob/ems (ctl.
por S. E. Hanis). Nueva York. 1943.

198
RAÚI, PREBISCH
a la Argentina a expandir sus compras más allá de lo que puede pagar con el incre-
mento de las compras a Estados Unidos. no es esa cualidad intrínseca que atribuye
a las mercaderías de ese país. sino la dilatación interna del crédito. el fenómeno
que hemos estudiado en las conversaciones anteriores. Si la Argentina no hubiese
dilatado su crédito. no habría traído más importaciones de Estados Unidos. que las
que pudo haber pagado con el incremento de su poder de compra. pues por más
que se deseen más automóviles y refrigeradores. no hay demanda de ellos si no se
tiene poder de compra para adquirirlos. Por eso. creo que la comprobación que
Kindleberger da es complemente deleznable. lo que no quiere decir que no pueda
tener razon. Lo veremos una vez que se llegue a ese estado en la economía de Esta-
dos Unidos. si es que se llega; una vez que comprobemos fehacientemente que
esos 10.000 millones más de poder de compra que tiene Estados Unidos con res-
pecto a los m1ículos y servicios de que dispone en la economía interna. no obran
externamente. Yo creo que sí van a obrar. que habrá una gran cantidad de artículos
de otros países en que se sentirá el estímulo de esa mayor demanda. Pero espere-
mos los hechos concretos para asentar una teoría definitiva.
Hemos señalado que corresponde a la política monetaria nacional de Estados
Unidos el emprender un plan de plena ocupación de esta naturaleza; y para que se
note mejor qué diferencia fundamental hay entre el fenómeno monetario de ese
país. de gran magnitud y de tanta importancia en la economía mundial. y un país
como el nuestro. no hay más que hacer una ligera comparación entre lo que ocurri-
ría allí y en la Argentina, frente a un plan interno de plena ocupación.
Si en Estados Unidos se expande el crédito. con este propósito, mientras no se
llegue a la ocupación plena. las importaciones tenderán a crecer lentamente. como
que están resguardadas por la tarifa. Al chocar con ésta. el poder de compra se des-
viará hacia la economía interna. En la Argentina ya hemos visto que hasta una dila-
tación de crédito de cierta importancia. para estimular inmediatamente las importa-
ciones. Primera diferencia: insensibilidad en la importación de Estados Unidos
mientras no se llegue a la plena ocupación. y gran sensibilidad en la importación
de la Argentina. aun cuando se esté muy lejos de la plena ocupación.
Segunda diferencia: aun en el caso de que crezcan las importaciones de Estados
Unidos. sea o no en la medida necesaria para equilibrar el balance de pagos. ese
crecimiento, por grande que sea. así se duplique la importación. no amenaza las re-
servas metálicas. pues son tan considerables que esa duplicación de la importación
no tiene gran importancia monetaria. En cambio. en la Argentina. un aumento de
esa intensidad en la importación pone en peligro. fatalmente. las reservas moneta-
rias. dada la gran importancia que tiene el comercio exterior con respecto a ella. al
volumen interno de medios de pago y a la renta nacional. En Argentina hay. pues.
un gran riesgo que no existe en Estados Unidos.

PoLlTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INfERNACIONALES
199
En tercer lugar. si la importación de Estados Unidos crece intensamente con la
aplicación de un plan de plena ocupación. es muy grande la importancia de este fo-
nómeno para el resto del mundo: aumenta su poder adquisitivo y una vez que se
haya llegado al equilibrio del balance de pagos. ese poder adquisitivo se ejercita
activamente en una mayor compra de productos de Estados Unidos por el resto del
mundo; o. en otros términos, la experiencia pasada demuestra que todo incremento
de las compras de Estados Unidos en el resto del mundo propende inmediatamente
a aumentar las compras del resto del mundo en Estados Unidos. No ocurre lo mis-
mo en la Argentina. Si ésta aumenta sus importaciones, eso no quiere decir que el
resto del mundo aumente automáticamente sus compras en Argentina. porque
como apenas tenemos una cantidad que ha de oscilar en uno o en uno y medio por
ciento del comercio mundial. el hecho de que realicemos un 50 por ciento más de
importaciones se diluye o se absorbe en las reservas monetarias. o en la velocidad
de circulación. o en el incremento del ahorro. o en la esterilización que puede ocu-
rrir con una cantidad tan pequeña de poder de compra en el resto del mundo. De
manera. pues, que no se produce la misma· reacción. Tercera diferencia que nos lle-
va a esta conclusión fundamental: en Estados Unidos es posible seguir con toda in-
tensidad una política expansiva del crédito, sin ningún peligro para su balance de
pagos y sus reservas monetarias; en cambio. en la Argentina existe ese peligro. De
ahí que en Estados Unidos a nadie se le haya ocurrido establecer un sistema de
control de importaciones; mientras que en un país como el nuestro es fatal su im-
plantación si se quiere realizar una política de plena ocupación. a menos que haya
abundantes créditos exteriores.
A mi juicio basta este ejemplo. al cual atribuyo importancia sustancial. para lle-
gar a estas conclusiones. No debemos mirar los fenómenos monetarios y eco-
nómicos de uno y otro país a través del mismo cristal. No es posible seguir exacta-
mente la misma política ni las mismas directivas en materia monetaria. Los países
que están en la situación del mío. requieren una política monetaria distinta en algu-
nos aspectos fundamentales de la que se pueda seguir en un país como Estados
Unidos. Los planes monetarios internacionales tienen necesidad de considerar esta
desigual situación, sin querer vestir a todo el mundo con el mismo sayo.
Estas mismas consideraciones nos llevan a este otro aspecto del problema. Si
para seguir una política de plena ocupación en un país como Argentina debemos
tener a mano los resortes de una política de cambios. esto no quiere decir que no
sea de un gran auxilio para nosotros el poder disponer de créditos internacionales;
por el contrario. se concibe pe1fectamente que. empeñada la Argentina en una po-
lítica de plena ocupación. o en una lucha contra la depresión que viene de fuera. el
disponer de créditos internacionales para seguir realizando sus importaciones po-
dría postergar y aun evitar la aplicación de las medidas restrictivas a la importa-

:mo
RAÚL PREBISCH
ción. Recordemos simplemente nuestra expe1iencia de 1940. año en que vimos que
las exportaciones declinaban en forma muy intensa. mientras se trataba de mante-
ner la actividad de la economía interna con la dilatación de crédito. Si al ver redu-
cirse severamente nuestras reservas metálicas hubiésemos podido disponer de cré-
ditos fáciles. sin necesidad de complicadas negociaciones: si hubiésemos sabido
que esos créditos estaban a nuestra disposición por 300. 400 o 500 millones de pe-
sos. no habríamos tenido por qué iniciar la aplicación de restricciones drásticas a la
importación. Habríamos podido espenu· doce meses y quizá más. Ese intervalo nos
hubiese permitido llegar hasta el año 194 l. en que volvieron a crecer las exporta-
ciones. De haber tenido esos créditos. no habríamos necesitado acudir a la política
de cambios para equilibrar el balance de pagos. Esto nos hace ver la extrema utili-
dad que ellos habrían tenido. Pero. al mismo tiempo. la prudencia más elemental
nos habría recomendado el tener siempre a mano esos instrumentos. porque así
como en 1941 se acrecentaron las exportaciones. pudo haber ocurrido lo contrario
o. lo que es peor. las exportaciones hubiesen podido seguir declinando. y entonces.
como no hubiéramos podido. si hubiese sido aconsejable. aun dentro del mismo es-
píritu de los planes. seguir usando y abusando del crédito. habríamos tenido necesi-
dad de implantar las restricciones indispensables.
Los mismos planes consideran esta eventualidad. y ante la posibilidad de que
un país siga usando esos créditos. se le llama la atención diciéndole: tomen ustedes
medidas de reajuste. ¿,En qué forma? ¿Qué medios de reajuste hay si esas palabras
mágicas con que los planes esperan que coffegirán su situación los países con su-
perávit no su11en el efecto deseado? ¿Qué queda a los países deficitarios sino com-
primir su importación? No hay otra solución. Los planes no quieren la deprecia-
ción. como medio de restricción: tampoco es de suponer que sean partidm"ios de la
aplicación automática y violenta del patrón oro, ·por cuanto comprimirían severa-
mente la economía interna. ¿Qué queda entonces si no es el control de cambios?
Alivia un poco mis preocupaciones ver que en el plan para la fundación de un
Banco Central en Cuba, formulado por economistas norteamericanos. entre los
cuales figura el propio Mr. White. se reconozca por primera vez en un documento
emanado de funcionarios del gobierno de Estados Unidos. que un país sujeto a
grandes fluctuaciones como es el caso de Cuba -y también el nuestro- se vea
precisado a acudir a un sistema de control de cambios para limitar sus importacio-
nes y movimientos de fondos con el exte1ior.* Eso me induce a suponer que ya no
ha de horrorizar tanto en Estados Unidos la idea de un control de cambios como
instrumento de equilibrio del balance de pagos; y me anima a creer también. discu-
* "Report of the American Tcchnical Mission on the Central Bank of Cu ha". Federal Reserve B11-
lleti11. agosto de 1942. Reproducido en el Boletín del Banco Central de Bolil'ia, julio-scpticmhrc. 194'.l.

POLÍTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES
~01
tiendo con ellos el problema y explicando nuestro punto de vista, se ha de poder
llegar a una conciliación en lo que concieme a este detalle, porque no creo que ten-
ga una importancia fundamental para el éxito de los planes.
Aquí llegamos a este punto. que es uno de los más delicados del plan. Tanto en
el de Keynes como en el de White, un país no puede alterar individualmente el tipo
de cambio (salvo el pequeño margen que reserva el plan de Keynes) sin el consen-
timiento de las autoridades monetarias internacionales. En dichas autoridades.
como es razonable que así sea. figura una representación prominente de las grandes
potencias. Surge. pues. este problema de tanta trascendencia para nosotros: ¿vamos
a enajenar. en fin de cuentas por un plato de lentejas. nuestra soberanía monetaria.
nuestra facultad de mover los tipos de cambio de acuerdo con nuestra apreciación
de las condiciones internas y externas del país? ¿O vamos a delegar esa facultad
privativa en un mecanismo internacional? Creo que. planteado ese problema en
nuestro país. la opinión pública no<flceptará semejante decisión.
Por otro lado, uno se pregunta si realmente tienen autoridad infalible los hom-
bres de las principales potencias como para que se delegue en sus manos una facul-
tad de esta natw·aleza. ¿Han demostrado en tiempos anteriores tanta sabiduría y es-
píritu de previsión como para que tengamos absoluta confianza en ellos? ¿Han
demostrado comprender a fondo nuestros problemas monetarios. nuestras necesi-
dades y las tragedias de nuestra vida económica, como para que deleguemos en ellos,
en su poder de veto, el manejo de nuestros tipos de cambio? Evidentemente no.
Nadie podrá conocer nuestros propios problemas como los que estamos trabajando
en ellos; lo que no quiere decir que el asesoramiento o la consulta no puedan ser
importantes y utilísimos; pero ello es muy distinto del consentimiento.
Aparte de esas consideraciones. examinemos la situación que en cada país
nuestro tiene el Banco Central. ¿Qué ocurriría con su autoridad moral y su presti-
gio si después de haberse hecho uso de los créditos y no haber podido equilibrar el
balance de pagos, el Banco Central recurre al organismo internacional pidiéndole
permiso para mover el tipo de cambio y, por incomprensión o por lo que fuere, no
se le concede ese permiso? ¿En qué situación quedaría el Banco Central frente a la
opinión pública? Es una situación moral deplorable. El Banco Central vería seria-
mente menoscabado su presligio. el prestigio indispensable en estos momentos; y
no sólo eso, sino que de un mero problema monetario. habríamos creado innecesa-
riamente un problema de orden internacional. Se acusaría al Banco Central. y al
Gobierno que lo apoye. de estar sacrificando los intereses del país a favor de los in-
tereses internacionales: situación que tampoco conviene en fonna alguna a un Ban-
co Centml.
Por ello, así como Estados Unidos se opone al plan Keynes y en ello influyen
posiblemente consideraciones acerca del desarrollo de su propia política.monetaria.

202
RAÜL PREBISCH
deberíamos hacer ver por nuestra parte que, en lo que concierne a los tipos de cam-
bio. estamos precisamente en una situación análoga: que así como ellos no desean
que su política monetaria nacional se vea perturbada por el desarrollo automático
de un plan internacional. así también nosotros no sabríamos vernos privados de
nuestra indispensable libe11ad de acción en esta materia. por someternos a las deci-
siones de un organismo internacional. Pero. por otro lado. si tuviéramos la convic-
ción de que esa rigidez de los tipos fuese absolutamente indispensable para cons-
truir un sistema monetario internacional. tal vez nos sintiéramos arrastrados a este
sacrificio y a explicar a nuestra opinión pública que ello es indispensable para pro-
mover una regularidad mayor en el desarrollo de la economía internacional. Pero.
en verdad. después de examinar el problema no tenemos una convicción de esa na-
turaleza. y sobre todo cuando se considera que dentro del plan nacional que pro-
pongo para la Argentina.* la flexibilidad de los tipos no produce ningún inconve-
niente ni interno ni internacional. No hay inconveniente interno. porque deja una
zona extensa de la economía completamente libre de esas fluctuaciones. ni interna-
cional. porque el objeto esencial de esa elevación del tipo de cambio es restringir la
importación. que. como hemos dicho. en cualquier caso tendría que hacerse. y los
mismos planes así lo admiten. De manera. pues. que se me ocurre que en todo esto
no hay sino un mero obstáculo formal. derivado en gran parte del desconocimiento
de lo que han significado los planes de control de cambios. que no responden a un
concepto arbitrario. aunque en la mayor parte de los casos hayan sido aplicados ar-
bitrariamente. sino a una necesidad fundamental de ciertos países que no pueden
defender en otra forma su balance de pagos y la estabilidad de su economía interna.
Por eso me pregunto si no sería suficiente que un país. en lugar de pedir con-
sentimiento a las autoridades monetarias internacionales. les consulte, les explique
las razones que tiene para tomar esa actitud. y. después de haber escuchado la opi-
nión de los expertos internacionales. tome su decisión; pero sin declinar su libertad
de acción.
Por otro lado. se comprende muy bien que los países que van a prestar en
última instancia esos fondos tengan algunas pretensiones. unas razonables y otras
irrazonables: me parece perfectamente razonable que Estados Unidos. que es quien.
por lo menos en los primeros tiempos. contribuirá con la mayor suma de los fondos
prestables. no vea con buenos ojos que el fondo preste a un determinado país sin
cierta fonna directa o indirecta de consentimiento. Sin embargo. no se ha insistido
mucho en ese aspecto del problema. Por el contrario. se ha querido. y esto también es
razonable. que cada país sepa que dispone de una detenninada cuota. y que puede mo-
* Véase El l'alrán otro y'" 1·11/nerabilidad económica de 1111estros países. México. Centro de Estu-
dios Sociaks. El Colegio de México. 1944 (.lonwdas, Nº 11).

POLÍTICA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INTERNACIONALES
203
verse holgadamente dentro de ella. Pero. en cambio. se le priva de la libertad de mo-
ver sus tipos monetarios. según hemos visto. Yo preferiría lo otro; o, mejor dicho.
que la cuota se divida en dos partes y que solamente pueda usarse la primera. sin
negociación alguna, en forma automática: en tanto que para usar la segunda parte
se entre en una negociación para combinar su empleo con ciertas medidas de po-
lítica monetaria interna. Así se podría llegar a un acuerdo perfectamente honorable.
Supongamos esto: que un país desee obtener del fondo esa segunda parte de la cuo-
ta y se discute el problema del país en cuestión. digamos. la Argentina. Se examina
el balance de pagos y la Argentina demuestra que, tal cual están las cosas. si de-
sarrolla su política de estabilidad económica interna. le es indispensable, o mover
los tipos de cambio para comprimir la importación. o tener nuevos créditos. Pues
bien. es posible que se llegue a un acuerdo para obtener ese crédito con el compro-
miso. mientras dure su aplicación, de no mover los tipos de cambio. Ahora bien, si
se ha restablecido mientras tanto el equilibrio. desaparece el problema; pero si ello
no ha ocurrido. habrá que volver a conversar y negociar: y. en todo caso. el país in-
teresado tendrá libertad de acción para mover el tipo de cambio si no obtiene un
nuevo crédito o si considera imprudente seguir haciendo uso del crédito para no
afectar las importaciones de artículos superfluos o no indispensables. De todos mo-
dos, si no se llega a un acuerdo. este procedimiento tendrá la ventaja de impedir
una ruptura unilateral de los convenios. Sería a todas luces preferible que. en vez
de esa ruptura un país que no pueda usar el crédito. por no haber podido ponerse de
acuerdo con las autoridades del Fondo, siga su política de elevación de tipos sin re-
tirarse de éste.
Por otro lado, creo que en esta negociación de una segunda cuota. el Banco
Central. frente a su propio Gobierno, se encuentra en una situación mucho más
cómoda que con la falta de consentimiento que anotamos hace un momento. En
efecto. supongamos que en Argentina el Gobierno sigue una política exagerada-
mente expansiva. llevando al país a un proceso inflacionista que estimula despro-
porcionadamente las importaciones. Recurre la Argentina al Fondo, y las autorida-
des expresan dudas de que sea recomendable este crédito mientras la Argentina.
por haber llegado a la plena ocupación. no necesite ya continuar su política expan-
siva. Es muy posible que la presentación clara del problema permita al Banco Cen-
tral acentuar su influencia ante el propio Gobierno con el respaldo moral del Fondo
internacional, haciéndole ver que con la prosecución de esa política el desequilibrio
será cada vez mayor y no habrá tampoco posibilidades de seguir usando del crédito
porque será inútil hacerlo mientras perdure esa situación. Creo que la autoridad
moral del Banco Central se vería fortalecida por la acción persuasiva del Fondo: en
tanto que una imposición podría traer consecuencias contraproducentes al herir la
sensibilidad nacional del Gobierno y la opinión pública.

204
RAÚL PREBISCH
Si en materia de importaciones estoy persuadido de que un país como el nues-
tro tiene que reservarse esa indispensable libertad de acción para mover los tipos
de cambio. pienso en forma totaÍmente dístinta en lo que concierne a las exporta-
ciones. Es posible que en e_sto último haya estado tal vez la preocupación mayor de
los autores de esos planes. -movidos por el propósito de evitar que de nuevo pueda
desarrollarse en el mundo una caiTera competitiva entre distintos países que. me-
diante depreciaciones de su moneda. tratan de conquistar una participación mayor
en los mercados internacionales. Si esa es la preocu¡¡ación, la reconozco y compar-
to en absoluto. puesto que la experiencia nos ha demostrado claramente que son
transitorias láS ventajas que un país pueda obtener de la depreciación de su moneda
en materia de exportaciones y que son mínimas en relación con las perturbaciones
que se introducen en el desenvolvimiento del mercado internacional. No se podía
concebir. en efecto. un plan internacional con libertad de depreciación monetaria
en lo que respecta a las exp011aciones. Por ello no vería ningún inconveniente en
que nuestro país suscribiera un compromiso firme en esta materia. pero con una
salvedad, aconsejada también por la experiencia de los años de crisis. Esa salvedad
es la de que no se pueda modificar el tipo de cambio para las exportaciones mien-
tras el nivel de precios de· nuestros productos en el mundo no descienda. digamos.
en más de un 25 por ciento. De manera. pues. que si la Argentina se viera nueva-
mente en una situación tan crítica como la que experimentó en Jos años de la crisis
mundial y sus precios descendieran por debajo de un 25 por ciento. tendría derecho
a mover el tipo de cambio de sus exportaciones previa consulta con las autoridades
del Fondo. Los países afectados por un descenso de tal magnitud en los precios in-
ternacionales podrían así corregir internamente las consecuencias de este fenómeno
distribuyendo entre los distintos sectores de la colectividad la carga que de otro
modo sufrirían por entero los productores agropecuarios. Esto cs. se tomaría una
medida de depreciación. no para estimular las exportaciones (para lo cual se po-
drían dar ciertas garantías como las que nosotros pusimos en juego en 1933). sino
para lograr una redistribución más equitativa de los réditos dentro de la colectivi-
dad nacional. y con efectos netamente internos que no perturben para nada el de-
sarrollo de las transacciones internacionales.
Si bien se mira, el que los precios internacionales caigan en más de 25 por cien-
to significa que los planes de reconstrucción no han dado el éxito deseado, que han
fracasado. que no se han combinado los planes monetarios con planes internaciona-
les de compra de sobrantes. o con planes de estímulo de la economía mundial: y. si
ello es así. ¿cómo vamos a p1ivarnos de una facultad de ajuste tan necesaria frente
al fracaso o al mal funcionamiento del plan? Eso sería pedir demasiado de los
países que van a suscribirlo.
En síntesis, diría que el propósito de estos planes es excelente: que no me pare-

POLfTJCA MONETARIA NACIONAL Y PLANES MONETARIOS INTERNACIONAUiS
'.!05
ce imposible llegar a una conciliación entre estos planes y los nacionales puesto
que convergen en sus propósitos fundamentales de estabilidad. Por otra parte, des-
pués de haber seguido las discusiones desde que los planes salieron a luz. tal vez el
camino más razonable sería procurar llegar a algo menos ambicioso acaso que el
plan de Kcynes y algo menos rígido que el plan de White. Se comprende bien. por
un lado. que Estados Unidos tenga el temor de esa gran masa de maniobra interna-
cional que da el plan de Keynes. y de su juego automático; se comprende. por otro
lado. que Inglaterra abrigue temores por la rigidez excesiva que caracteriza al plan
de White. Y se me ocurre pensar si la solución más conveniente no estará dentro de
los lineamientos trazados por el profesor Williams. de la Reserva Federal. quien
sostiene que lo mejor. en materia de compromisos relativos al valor de la moneda.
sería procurar el entendimiento entre las principales potencias.* Logrado esto. si
las principales potencias aseguran una estabilidad monetaria razonable. habrán de-
saparecido muchos de los motivos de pe11urbación monetaria en los otros países. En
-cuanto al plan de Keynes. el hecho de que haya señalado los peligros que entraña
esa gran masa de poder de compra internacional que podría ponerse en juego. no
quiere decir que lo vea personalmente con malos ojos; creo que ha sido una idea
muy feliz la de Keynes el haber trazado para el conjunto del mundo un plan basado
en la idea sencilla del circuito monetario cerrado. en donde los saldos positivos se
ponen a disposición de los países deficitarios para poder pagar sus adquisiciones en
los países acreedores. sin ninguna tensión monetaria interna. La idea me parece ex-
celente desde distintos puntos de vista; y promete facilitar la aplicación de otros
planes internacionales tendientes a la regulación de los mercados o a las inversio-
nes de capital; lo que temo es la aplicación automática de la idea, sin ningún princi-
pio deliberado de regulación. por las razones que he señalado. Aplaudo también la
audacia de Keynes de no establecer una relación fija entre el bancor y el oro. Por-
que tanto lo uno como lo otro darían a ese fondo una considerable capacidad para
poder obrar rápidamente si es que el mundo se encuentra al borde de una de-
presión. El poder usar una gran masa de poder de compra tal vez podría ahorrarnos
un proceso de esa naturaleza; pero así como no creo en un patrón oro automático.
así como no creo en ningún sistema automático de política monetaria interna, tam-
poco creo en un sistema internacional que funcione sin una deliberación inteligente.
Finalmente creo que cada país debe estudiar estos planes a la luz de su propia
experiencia. Es lo que he tratado de hacer con respecto a mi país; he tratado de
analizar cómo habrían funcionado el plan de Keynes y el plan de White en épocas
anteriores. frente a las distintas vicisituiles en que nos hemos encontrado. y a raíz
* J. H. Williams. ''La estabilización monetaria: los planes de Keynes y de While", El Trimes/n•
Económico, vol. x. 3. págs. 431-449.

206
RAt'JL PREBISCH
de ese examen he llegado a las conclusiones que les acabo de exponer y que son.
como ustedes habrán visto, de un carácter general y no tocan los detalles de estos
planes. Ojalá que en una próxima discusión de estos asuntos se pueda llegar a com-
prender la posición de los países como el nuestro. ver sus verdaderos problemas y
llegar a un arreglo que. si no tiene la amplitud de los aITcglos originarios. por lo
menos nos permita iniciar un sistema de créditos internacionales e ir recogiendo ex-
periencia. que es lo que. en fin de cuentas. será lo único que nos ha de permitir. con
el andar del tiempo. madunu- las ideas y lentamente llegar a soluciones definitivas.

106
EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO
DEL GOBIERNO NACIONAL
EL BANCO COMO CONSEJERO Y EJECUTOR DE LAS OPERACIONES DEL TESORO
En las conversaciones anteriores hemos explicado las funciones monetarias del
Banco Central argentino. Ahora diremos en qué consisten sus funciones como
agente financiero del Tesoro Nacional. La más importante de ellas es la de conseje-
ro financiero del Tesoro y ejecutor de sus operaciones. Dejaré de lado todas las
otras de carácter rutinario, como son los movimientos de fondos del Tesoro, en su
doble aspecto de recaudaciones y pagos; las relacionadas con los servicios de la
deuda pública interna y externa, y las de cambios del Gobierno Nacional, sobre las
cuales creo que nada interesante hay que decir.
En su condición de consejero financiero, el Banco Central sigue de cerca el de-
sarrollo del ejercicio financiero del Gobierno Nacional y hace cálculos periódicos
acerca de su probable desai.rnllo a fin de determinar cuáles serán las necesidades de
crédito a corto y a largo plazo que tendrá que satisfacer el ,"esoro en el curso del
ejercicio. Sobre la base de estos datos, prepara informes periódicos que presenta a
la consideración del Ministerio de Hacienda, el cual los estudia y toma las decisio-
nes pe1tinentes, dejando su ejecución al Banco Central. Esto, como ustedes com-
prenderán, requiere una estrecha relación y colaboración entre las dos institucio-
nes. pero así como que el Banco Central esté informado prolijamente acerca de
todos los hechos de importancia que vayan ocun-iendo en el Tesoro.
Esta su intervención como agente financiero, tanto pai.·a aconsejarle como para
ejecutar sus operaciones y realizar las emisiones de valores en el mercado por
cuenta del Gobierno. es típica de los bancos centrales; pero no sólo por esta razón
la ley y la práctica la han encomendado al Banco Central argentino, sino por otras
de carácter especial. En primer lugai.·, se ha considerado que el Bai.1co Central, por
su conocimiento detallado de las condiciones bancarias y del mercado financiero,
así como por el prestigio y la autoridad que tiene, tanto en los bancos como en la
* N. del Ed. Conversaciones en el Banco de México S. A., t. IV. 1944, mar., 3 y 7. Reproducido en
La creación del Banco Ce111ral ... , ob. cit.. págs. 561-623.

208
RAÚL PREBISCH
Bolsa, está en situación inmejorable para asumir la responsabilidad ejecutiva de
aquellas operaciones. En segundo. es evidente que las operaciones de emisión de
valores tienen una repercusión monetaria: intluyen sobre todo si son de gran mag-
nitud en el mercado monetario y financiero que es el campo natural de acción de
un Banco Central. Ha de recordarse. además. que el propio banco es un emisor de
sus papeles de absorción y que estas operaciones y las del Gobierno Nacional nece-
sitan combinarse convenientemente para la mejor regulación y funcionamiento del
mercado. En tercero. el hecho de que el Banco Central tenga estas funciones. le
permite estar más cerca del Ministerio de Hacienda y aprovechar ese contacto y esa
rsponsabilidad para ejercitar la acción paciente de ilustración y persuasión, a la
cual nos hemos referido en conversaciones anteriores: y. al mismo tiempo. lo po-
nen en condiciones más propicias para conseguir una satisfactoria coordinación en-
tre la política monetaria del Banco y la financiera del Gobierno. punto esencial de
cuya importancia también hemos hablado en conversaciones anteriores.
La atribución de las funciones de agente financiero a un organismo especial in-
dependiente del Banco Central habtia quitado unidad a la política monetaria y fi-
nanciera. No es fácil. en verdad. establecer una coordinación adecuada cuando hay
dos o más entidades actuando en el mismo terreno con facultades concmTentes.
Tarde o temprano surgen las diferencias de puntos de vista o los conflictos de juris-
dicción. sin que este estado de cosas pueda cmregirse mediante la intervención di-
rectiva y coordinadora del Ministro de Hacienda. Por lo general. esa intervención
no logra sus propósilos -así lo hemos visto en otros casos en la experiencia argen-
tina- por cuanto la política que se ha trazado en un momento dado suele irse mo-
dificando según la mayor o menor intluencia en el desarrollo del programa de una
u otra de las entidades. En casos así se pierde la armonía y la continuidad indispen-
sable para llevar a la práctica con eficacia una política detenninada.
ESTADO DE COSAS ANTERIORES AL BANCO CENTRAL
Vamos a ver. previamente. cuál era el estado de cosas que en esta materia exis-
tía antes de la creación del Banco Central. En aquellos tiempos. en realidad. no ha-
bía en Argentina un increado financiero: los papeles del Gobierno se colocaban en
sectores muy restringidos: compañías de seguros. algunas entidades financieras.
grandes empresas. pero sin llegar al público. que prefería depositar sus fondos en
cajas de ahorro o dedicarlos a la compra de inmuebles. La gente no conocía el
título: en cambio. existía un papel del Estado que había adquirido gran prestigio y
difusión debido a una propaganda sistemática e inteligente: me refiero a la cédula
hipotecaria. emitida por el Banco Hipotecario Nacional. El Gobierno Nacional rea-

EL BANCO CENfRAL COMO AGENIB FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
209
lizaba sus operaciones de emisión colocando lotes aislados de papeles. ya sea en un
banco o con un corredor. que luego los vendían gradualmente en el mercado. sin
mayor organización. Esto cuando se acudía a las emisiones internas. puesto que.
generalmente. y en épocas en que el mercado financiero exterior era propicio. se
realizaban operaciones en el extranjero. no sólo por falta de organización del mer-
cado del país. sino por el hecho de que no había suficiente ahorro nacional para re-
alizar las emisiones que el Gobierno requería. Además, el título nacional carecía
totalmente de defensa en la Bolsa y estaba, por lo tanto, expuesto a la acción per-
turbadora de todos los movimientos que afectan su valor. De tiempo en tiempo se
observaban. además. fluctuaciones muy acentuadas del precio de los títulos. ya por
una venta grande que no encontraba suficiente número de compradores. ya porque
la demanda tomaba un impulso muy marcado. No había, además. una organización
de regulación en la Bolsa que diese al mercado las características que en otros ha-
bían adquirido las operaciones de esta índole. Finalmente, en lo que concierne a los
papeles a corto plazo del Tesoro. llamados letras de tesorería. la experiencia había
sido sencillamente desastrosa: se comenzai·on a emitir durante la primera guerra
europea y, desde entonces. hasta la creación del Banco Central en 1935. se renova-
ron sistemáticamente en las carteras de los bancos; eran papeles del Gobierno com-
pletamente congelados. y como tales. sin prestigio como instrumentos del mercado
financiero.
MEDIDAS ADOPTADAS POR EL TESORO Y EL BANCO CENTRAL
Este era el cuadro que existía cuando el Banco Central inició sus operaciones
de agente financiero del Gobierno Nacional. Para afrontar el problema. adopta en
el curso del tiempo una serie de medidas que pueden resumirse así: primero. orga-
nización de un consorcio para la colocación regular de los valores nacionales; se-
gundo. difusión en el público de las condiciones y ventajas que ofrecen los valores
nacionales; tercero. regulación y defensa permanente del mercado financiero por el
Banco Central; cuarto. coordinación de todas las emisiones de valores públicos y
privados en la Bolsa. mediante la creación de una comisión de valores; y, quinto. la
creación de distintos tipos de papel del Estado para satisfacer los diversos reque1i-
mientos o modalidades del público inversionista. Me propongo examinar breve-
mente cada uno de estos conceptos que acabo de enunciar. comenzando por el con-
sorcio organizado para la colocación de los valores nacionales.

210
RAÚL PREBISCH
ORGANIZACIÓN DEL CONSORCIO DE VALORES
En justicia, debo decir que poco tiempo antes de la creación del Banco Central
ya se había iniciado con éxito la práctica de los consorcios financieros. Una casa fi-
nanciera de importancia reunió a los principales bancos del país y a un grupo de
corredores para realizar, a partir de 1933, operaciones de emisión de títulos del Go-
bierno Nacional. Este consorcio, de índole netamente privada, tomaba en firme al
Gobierno el total de la emisión y luego. por cuenta y riesgo de los asociados, la co-
locaba en el público mediante un lanzamiento que se hacía a una fecha determina-
da. El Gobierno no corría riesgo alguno en la colocación de los títulos. que le eran
pagados inmediatamente por el consorcio. Cobraba por estas operaciones al Go-
bierno una comisión global de 3% que comprendía su garantía y, al mismo tiempo,
la tarea de colocación de los títulos en el público. Cuando el Banco Central. pasa-
dos sus primeros tiempos de organización, se propuso tomar para sí las funciones
que la Ley y el Decreto Reglamentario le habían confiado, se encontró con la acti-
va resistencia, con el interés creado de este consorcio, y costó algún esfuerzo con-
seguir estas operaciones. En contra de ello se presentaron distintos argumentos:
que el Banco Central no tenía experiencia alguna en esta materia, mientras que el
consorcio ya la había recogido en los dos años anteriores: que era necesario dejar
trabajar libremente a la banca privada y no absorber sus operaciones con la intro-
misión excesiva del Banco Central.
Estos argumentos no prevalecieron felizmente. El Banco Central. si bien no te-
nía experiencia. estaba en aptitud de formarla hasta llegar a igualar, primero. y su-
perar luego, la del consorcio privado. En cuanto a la participación de los bancos. se
proyectaba darla bajo la dirección y coordinación del Banco Central. que de nin-
gún modo competiría con ellos en la colocación de los títulos. porque no había por
qué hacerlo. Además. el Banco Central señaló las ventajas que para el Tesoro Na-
cional representaba tener un organismo completamente imparcial para la coloca-
ción de sus valores, que no estaba movido por ningún interés privado y que, por tal
razón. ponía al Tesoro completamente a cubierto de las influencias dominantes que
en otros países han llegado a tener los grupos financieros y bancaiios por su inter-
vención en los empréstitos. Todas estas razones prevalecieron y se le confían al
Banco Central. a partir de 193 7. las operaciones de colocación de títulos mediante
un consorcio que él mismo constituyó. utilizando a los principales bancos, casas fi-
nancieras y corredores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, cuya acción se
había limitado antes en forma arbitraria. La idea del Banco Central al organizar el
consorcio y darle esa amplitud, fue asegurar el máximo de competencia entre todas
las entidades y corredores que pudieran intervenir con eficacia en la colocación de

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
211
los títulos. precisamente para evitar esa acción perturbadora de grupos a que me he
referido hace un momento.
Explicaré ahora. a grandes rasgos. cómo ha funcionado el consorcio de coloca-
ción de valores. Ante todo. diré que el Banco Central ha logrado formar en su seno
una organización que le permite seguir paso a paso todas las operaciones importan-
tes que se hacen en el mercado financiero, conocer cuál es el estado de ese merca-
do, el momento psicológico en que se encuentra, sus condiciones de absorción. de
tal modo que está en aptitud de saber cuál es el momento propicio para lanzar las
operaciones de colocación requeridas por el Tesoro Nacional. de acuerdo con el
plan previamente presentado a la aprobación del Ministerio de Hacienda. En esta
forma. cuando el Banco Central. después de haber observado las condiciones de la
plaza. cree que ha llegado el momento de lanzar una emisión, se dirige confiden-
cialmente al Ministerio de Hacienda sugiriéndole hacer esta operación, y si éste da
su visto bueno. el Banco reúne en seguida a la junta consultiva del consorcio.
Esta junta consultiva. formada por representantes de los principales bancos y
entidades financieras y de los corredores agrupados en la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires. ha resultado sumamente eficaz. El Banco Central la consulta inva-
riablemente en todas las operaciones de emisión y conversión. grandes o pequeñas.
El Banco. si bien ya tiene elaborado un plan al presentarse a la junta consultiva. no
lo da a conocer sino que se limita a hacer una serie de preguntas sobre los distintos
puntos que interesan en toda emisión. En primer lugar interroga si la junta consulti-
va cree que el momento es oportuno para lanzar una emisión; en segundo. el monto
que podría tener la emisión. dadas las condiciones del mercado; en tercero. los pre-
cios a que podrían colocarse los títulos y la clase y plazo de ellos. y así todos los
otros pormenores de la operación. Los miembros de la junta. por fortuna. se han
acostumbrado a dar sus opiniones con la más absoluta franqueza y libertad. Des-
pués de escuchar y pesar cuidadosamente todas estas opiniones. el Banco revisa su
propio plan. introduce las modificaciones pertinentes y presenta inmediatamente al
Ministerio de Hacienda el plan definitivo. tanto en lo que concierne a los puntos
fundamentales. como a todos los detalles de la operación. Si los aprueba. se fija
una fecha determinada para lanzar el empréstito en la forma en que veremos.
El consorcio se ocupa exclusivamente de la colocación de los títulos. sin garan-
tizar la operación. Hasta ahora no se ha considerado conveniente que haga lo que
en los mercados extranjeros se llama la operación de 1111denvriri11g o de garantía.
No se justifica. además, pues la experiencia demuestra que los bancos y entidades
que toman los títulos en garantía los venden al poco tiempo. lo cual significa pagar
una comisión adicional por colocaciones a corto plazo. que el Tesoro puede hacer
directamente en el mercado. o usar del crédito en el Banco Central si las circuns-
tancias no son propicias para el lanzamiento de un gran empréstito.

212
RAÚL PREBISCH
Tanto los bancos como las casas financieras y corredores pueden suscribir
títulos, ya sea por cuenta del público o para su propia cartera. Por estas sucripcio-
nes reciben una comisión que primeramente se fijó en 1 %, a fin de estimular el in-
terés de los miembros del consorcio para la colocación de los títulos, y últimamente
se redujo a 1/2% en virtud de f!Ue la organización del mercado y el conocimiento
que el público había adquirido de los títulos admitían esta reducción. El Gobierno.
por inte1medio del Banco Central, contrae con el consorcio el compromiso de reali-
zar a través de él tocias sus colocaciones de títulos en la plaza, salvo las operacio-
nes de regulación a las que me voy a referir en seguida. Ese compromiso. así como
otras características de estas operaciones. se incorporan en un convenio anual cele-
brado entre el Banco Central en su carácter de agente financiero del Gobierno y los
miembros del consorcio. Se comprende perfectamente que se conceda al consorcio
la exclusividad de la colocación de los títulos ya que en esta forma se ha logrado
estimulm· a los bancos para que persuadan a su clientela de las ventajas de colocar
sus ahorros en títulos nacionales. trabajo que toma tiempo, que es de largo alcance
y que no se realizaría si supieran los miembros del consorcio que en cualquier mo-
mento el Banco Central puede actuar directamente como colocador de títulos. des-
plazándolos del mercado. No habría razón alguna para hacerlo, puesto que la expe-
riencia ha demostrado que la intervención de los bancos, casas financieras y
corredores es sumamente eficaz. además de que la comisión por su intervención es
bastante reducida.
Una vez que el consorcio coloca el empréstito entre el público. se inicia el pe-
ríodo de absorción, o sea un tiempo razonable durante el cual los miembros del
consorcio se comprometen a no lanzar al mercado los títulos que han comprado
para su cm·tera a precios inferiores a los de emisión: también adquieren ese com-
promiso, aunque en forma distinta. con respecto a los títulos que han colocado en-
tre su clientela. Me explicaré con más claridad: supongamos que un empréstito se
coloca al precio de 92 y que inmediatamente después de iniciada su cotización en
la Bolsa, un corredor o un banco venden en el mercado títulos a un precio inferior.
De acuerdo con el convenio. esas operaciones no pueden hacerse en un plazo que
vm'fa de un mes y medio a tres meses. y que con frecuencia se reducen cuando la
plaza absorbe.fácilmente el empréstito. El Banco Central tiene una información
precisa de todas las operaciones que se van realizando. de manera que cuando se
hace una de esa naturaleza. compra a costa de ellos los títulos en el mismo merca-
do y se los devuelve al corredor o al banco que ha realizado la colocación. ya que
el objeto del consorcio es colocar los títulos en manos firmes: por tanto. si durante
ese período de absorción salen títulos a precios más bajos que los de colocación,
ello quiere decir que no han sido bien colocados y que no se justifica el pago de
una comisión. En los primeros tiempos experimentales. esta práctica nos dio algún

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
213
trabajo: fue necesaiio ir educai1do gradualmente a los bancos y a los corredores y
enseñarles a cumplir en forma leal y correcta sus obligaciones de colocadores, sin
aprovecharse de las ventajas que podrían obtener mediante prácticas no muy reco-
mendables y que, con el andar del tiempo, se han ido extirpando poco a poco en el
mercado.
De acuerdo con el convenio que rige las operaciones del consorcio. el Banco
Central puede retener hasta un 10% del monto de cada emisión en sus manos. sin
entregarlo a la suscripción pública. a fin de disponer de una masa de maniobra que
le permita regular los precios de los títulos en la ·Bolsa. una vez que el empréstito
ha comenzado a cotizarse. De manera que si el Banco Central nota que sus precios.
llevados por el entusiasmo del momento. tienden a subir exageradamente. puede
utilizar ese 10% para int1uir sobre la plaza, aparte de que tiene. lo mismo que el
Tesoro. un buen volumen de valores que permite actuar en fo1ma muy eficaz en la
Bolsa para regular los precios.
Cuando las suscripciones resultan. como suele suceder. superiores a lo ofreci-
do. se procede al prorrateo entre los distintos suscriptores, dejando a salvo a los pe-
queños. a los cuales generalmente se les da el total de sus suscripciones para no
quitarles el estímulo para nuevas operaciones.
Por lo general. el Banco. al ofrecer públicamente un empréstito. por razones
elementales de prudencia, no anuncia el total que quiere colocar. sino una fracción.
Si se trata de colocar 200 millones, sólo ofrece 100, con opción a colocar otros
100: de manera. pues. que si la suscripcion ha sido débil, el Banco Central se limita
a colocar los 100 millones. y si ha sido amplia. duplica la cantidad para satisfacer
la mayor demanda del público.
·
En los primeros tiempos, observamos que con frecuencia había suscripciones
abultadas. en virtud de que los bancos ofrecían facilidades a los con-cdores y sus-
criptores para canjear los nuevos títulos por otros que tenían ya en su cartera: mu-
chas veces el abultamiento de suscripciones tenía resultados desfavorables, porque
los títulos tomados con carácter transitorio con ayuda del crédito se lanzaban des-
pués a la plaza en forma inmoderada y el Banco Central tenía que comprarlos. A
causa de esa experiencia. se insertó en el convenio_ w1a cláusula tendiente a conse-
guir que los bancos procedieran moderadamente al admitirlos como garantía cola~
teral y que en momentos en que se está por realizar una operación. traten de mante-
ner el monto de estas operaciones dentro de las cifras regulares. a fin de que las
suscripciones sean reales y no ficticias. En esto, como en otras cosas, es imposible
fijar reglas escritas: la experiencia del mercado va creando las modalidades más
eficaces bajo la dirección del Banco Central, que continuamente observa el de-
sarrollo de las operaciones y llama la atención a los bancos o corredores acerca de
su forma de operar.

214
RAÚL PREBISCH
DIFUSIÓN PÚBLICA DE LAS VENTAJAS DEL TÍTULO
Expuesto así. en forma muy general. el funcionamiento del consorcio. diré al-
gunas palabras acerca de la tarea de difusión que emprendió el Banco Central para
hacer del conocimiento público las condiciones y ventajas de los títulos nacionales.
Con este propósito. el Banco Central organizó un vasto plan de publicidad. en oca-
sión de cada uno de los empréstitos. por medio de los diarios. de la radiotelefonía,
del cinematógrafo. y de anuncios murales en las calles. estaciones. tranvías. luga-
res públicos. etc. Esa publicidad ha tenido un costo importante. pero como se ha
referido a operaciones de gran magnitud, apenas ha constituido una fracción muy
pequeña del porciento de gastos de cada una. La publicidad fue sumamente eficaz.
pues pudimos observar que con ella el título iba entrando poco a poco en sectores
de la población en que antes no se conocía. Trató de apelar al inversionista media-
no o pequeño. que tenía cierto recelo hacia el título, pues consideraba que éste con-
cernía exclusivamente a las grandes operaciones financieras y no era accesible a
las personas de recursos moderados. Se explicó, pues. qué era el título. la sencillez
con que podía comprarse a través de un banco o de un coITedor. cómo podía ven-
derse .en cualquier momento en la Bolsa mediante el pago de una pequeña comi-
sión. En ningún caso se dijo que el título era la mejor inversión. sino que se explicó
en qué consistía ésta. se destacaron sus características con respecto a otras inversio-
nes y se hizo ver que si el rendimiento era menor, también lo era el riesgo y absoluta
la seguridad en el cobro de una renta. estable y no sujeta a variaciones. Además, el
Banco Central preparó prospectos explicativos y circulares para que los bancos y
coITedores pudieran enviar a toda su clientela las informaciones neces:rrias.
REGULACIÓN DEL MERCADO
Vamos a ver ahora el otro punto mencionado. o sea la regulación del mercado.
El Banco Central está continuamente en el mercado de títulos: tiene teléfonos di-
rectos con la Bolsa y. a medida que se des:mollan las operaciones. recibe una con-
tinua información sobre todo lo que ocurre no sólo a los títulos nacionales. sino a
los otros valores. En esa forma se encuentra en condiciones para dar sus órdenes de
compra o de venta. a medida que las operaciones se realizan.
Estas operaciones de intervención del Banco Central, son de tres clases: opem-
ciones que podríamos llamar ordinarias de regulación; las de emergencia. y las que
se proponen influir en el curso de los precios. Las ordinarias son de varios tipos;
por ejemplo. cuando se anuncia un nuevo empréstito. el público. los bancos. coITe-

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
215
dores y casas financieras. que se desprenden de títulos de su cartera para tomar los
nuevos y beneficiarse con la pequeña diferencia de ·precios. o con la comisión que
corresponde a la nueva emisión si se trata de los miembros del consorcio. El Banco
Central. para evitar una baja de los precios. ha tenido que intervenir frecuentemen-
te comprando esos valores. sin perjuicio de educar. como dije antes. a los bancos y
corredores. haciéndoles ver la inconveniencia de realizar estas operaciones en
vísperas de un empréstito. Después de lanzar un empréstito, también hemos obser-
vado que, aparte de las operaciones de venta de títulos nuevos que están penadas.
como acabo de decir hace un momento, algunos suscriptores venden títulos de otra
naturaleza para poder realizar el pago de los títulos nuevos. El Banco Central ha te-
nido también que intervenir a veces para evitar que la baja de los otros títulos intlu-
ya en las cotizaciones del nuevo empréstito. Estas operaciones son muy simples y
no presentan dificultad alguna. puesto que los que compra el Banco Central pueden
venderse al cabo de muy pocos días. También interviene en operaciones ordinarias
de regulación. cuando en un momento dado aparece en la plaza un lote muy grande
de títulos que amenaza con bajar bruscamente las cotizaciones. En caso de no ha-
ber compradores en la plaza. el Banco destaca a sus propios corredores para adqui-
rir esos títulos: del mismo modo, si en un momento dado, por cualquier razón. hay
una demanda muy intensa de un título nacional, siempre está dispuesto a satisfacer-
la para evitar alzas bruscas, mediante los corredores que operan por su cuenta. El
propósito que persigue en estas operaciones de regulación ordinaria no es contrariar
la tendencia natural de los precios. sino el de suavizar el movimiento, de evitar que
haya tluctuaciones violentas y de procurar que siempre haya compradores y vende-
dores en todas las operaciones: cuando no los hay, el mismo Banco Central se
constituye en comprador o vendedor. (l)
Esto en lo que concierne a las operaciones ordinarias, que son numéricamente
de escasa importancia. No así las operaciones de emergencia, en las que el Banco
Central suele comprar grandes cantidades de títulos. Casos típicos de ésta los tuvi-
mos cuando aquella fuga de fondos tlotantes de la segunda mitad del año 1937. en
que hubo grandes liquidaciones de títulos en la Bolsa que lo obligaron a intervenir.
no para sostener los precios en el nivel existente, sino para graduar el descenso y
evitar serias conmociones psicológicas. Algunos meses más tarde, cuando el mer-
cado libre desplazó rápidamente los tipos del dólar, también hubo una repercusión
psicológica en la Bolsa que se manifestó en grandes liquidaciones de valores que el
Banco Central absorbió rebajando gradualmente los precios. Más tarde, cuando es-
talló la gue1rn europea. las ventas de valores en la Bolsa fueron de gran importan-
cia. El Banco Cental dejó caer los títulos algunos puntos y se mantuvo luego en
uno fijo, manifestando que estaba dispuesto a comprar cualquier cantidad. Las
compró y grandes. hasta que la Bolsa adquirió la seguridad de que había un com-

216
RAÚL PREBISCH
prador dispuesto a afrontar todas las liquidaciones. La tranquilidad volvió poco a
poco. Un fenómeno similar lo tuvimos cuando la caída de Francia, y después cuan-
do Estados Unidos entró a la guerra. que coincidió con la gran operación de con-
versión de 4 mil millones de valores y que obligó a adquirir grandes cantidades de
éstos. En todos los casos así. el Banco Central procuró que durante el tiempo nece-
sario para ir liquidando los valores adquiridos no hubiese nuevas emisiones. a fin
de poder realizar paulatinamente y sin perturbaciones la negociación de los títulos
adquiridos. En este caso. como en el anterior. el Banco Central no pretendía alterar
la tendencia general de los precios. sino evitar los cambios bruscos que las conmo-
ciones psicológicas causan en el mercado financiero. y que no responden. en reali-
dad. a alteraciones profundas de la oferta y la demanda sino a movimientos de ca-
rácter circunstancial. Por lo menos así lo ha demostrado la experiencia. pues
pasada la pe11urbación. el Banco Central ha podido vender los títulos al nivel que
la oferta y la demanda establecía. Estas ventas. por lo general. las hace con ganan-
cia. ya que sus compras las hace durante la baja y espera que la plaza se tonifique
para empezar a vender los valores comprados.
Finalmente. la tercera categoría de operaciones de regulación es de carácter
algo distinto. El Banco. contrariamente a lo que ocmTe en las anteriores. trata de
influir sobre los precios del mercado: para explicarles mejor. recmTiré a dos ejem-
plos típicos: uno se refiere a lo ocrnTido a fines de 1936 y principios de 1937, o sea
a la época de mayor impulso de la fase ascendente del ciclo que consideramos en
otras conversaciones. El Banco Central. después de haber colocado directamente
en la Bolsa una cantidad de títulos del Gobierno (en esa época todavía no existía el
consorcio), observó una tendencia muy fuerte de alza en el valor de los títulos na-
cionales. tanto de los nuevos como de los que ya estaban en el mercado. y pudo
cerciorarse de que en esa tendencia había un elemento especulativo muy poderoso.
provocado por la actitud de c01Tedores que por haber comprado activamente títulos
en las colocaciones anteriores. trataban de inducir a su clientela a comprarlos a pre-
cios en alza, difundiendo noticias optimistas y haciendo ver que tenían todavía
buenas probabilidades de subir. El Banco Central, que tenía la conciencia clara de
que nos encontrábamos en una base cíclica de duración limitada. en la cual actua-
ban intensamente en la Bolsa los fondos extranjeros a corto plazo. decidió frenar
ese movimiento de alza que le parecía inmoderado y que no correspondía a la reali-
dad del mercado. Para ello empezó a vender títulos en la Bolsa. Las ventas las hizo
al contado. pero cuando la Bolsa se dio cuenta de que el Banco Central estaba dis-
puesto a vender toda la cantidad de títulos requerida. empezó a hacer operaciones
a plazo en alza. El Banco Central. a su vez. siguió una tendencia. vendió activa-
mente a plazo. logrando detener también el alza de las cotizaciones a plazo. Esto
duró algunas semanas. después de lo cual el movimiento alcista se detuvo al con-

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
217
vencerse de que no podía vender al Banco Central, que dispone de mucha fuerza
en el mercado y de grandes cantidades de títulos que podía vender. Al sobrevenir
la reacción, el Banco compró a precios más bajos gran parte de los títulos que antes
había vendido, al contado y a plazos. a precios elevados. Como era su primera ex-
periencia de esta índole. se empeñó en dar al mercado la sensación de que ya no se
lo podía manejar en forma arbitraria. y de que había una entidad consciente de su
responsabilidad ante el Tesoro y ante el inversor de títulos, que trataba de dar al
mercado la mayor regularidad posible.
Esa fue la primera expe1iencia. La otra ha sido reciente y del mismo tipo. Se
produjo después de 1941. Entonces se hizo una gran operación de conversión y el
Banco Central. no obstante que se daba cuenta de la fuerte tendencia al alza de los
títulos. recomendó al Gobierno colocarse en un punto moderado, en la conversión
de los títulos. y entregar los nuevos valores, convertidos por los anteriores. a un
precio razonable. Efectuada la operación de conversión de valores del Gobierno
Nacional, quedó todavía una gran cantidad de títulos provinciales y municipales
por convertir bajo el auspicio del Gobierno Nacional. Para facilitar la conversión.
el Banco Central permitió que los títulos nacionales subiesen un poco. lo cual esti-
muló la tendencia alcista del mercado y la especulación de los corredores y bancos
al hacerles creer que el alza iba a continuar. Tanto es así. que algún tiempo después
de la conversión nacional se hizo otra operación importante de conversión de la
deuda de la municipalidad de la Capital Federal. también dirigida por el Banco
Central. Los nuevos títulos. cuando salieron al mercado. encontraron un ambiente
muy favorable, formado en gran parte por los c01Tedores y grupos que habían teni-
do posiciones en estos papeles. y que trataban de llevar sus precios muy aniba. El
Banco Central. que tenía en su poder una gran masa de esos títulos, recibida por el
Gobierno Nacional en pago de deuda de la municipalidad, los empezó a vender ac-
tivamente para moderar la tendencia alcista. Como ésta, no obstante las ventas. se-
guía operando en forma muy activa, el Banco Central decidió. por primera vez,
vender. por intermedio de corredores grandes cantidades de títulos nacionales en la
Bolsa. haciéndolos bajar en cerca de 3 puntos. a fin de obrar indirectamente sobre
los nuevos títulos municipales. detener su crecimiento y colocar los títulos naciona-
les en un nivel que el Banco consideraba más prudente. Tuvo éxito esta operación. y
se estableció en el mercado un nuevo nivel que el Banco Central mantuvo vendien-
do continuamente los títulos que la plaza requería. Esta actitud de evitar la valori-
zación de los títulos. fue severamente criticada por ciertos sectores de los bancos y
de la Bolsa; no obstante lo cual. el Banco, de común acuerdo con el Ministerio de
Hacienda, se mantuvo en esa posición contraria a ulteriores valorizaciones. ¿Qué
razones había para ello'? En primer lugar. porque el Banco Central no solamente
veía el problema inmediato. como lo veían los bancos y corredores, sino que tenía

218
RAÚL PREBISCH
en cuenta las enonnes cantidades que el Tesoro Nacional necesitaba vender tanto
para atender las obras públicas. como para cubrir el déficit del presupuesto: canti-
dades que no siempre tenían presente los operadores del mercado. Por otro lado. el
Banco Central consideró que aun cuando estas necesidades pudieran satisfacerse
completamente por colocaciones directas de títulos en el público. tampoco se deja-
rían de vender títulos. porque entonces habría llegado el momento de que el Banco
Central comenzara a operar con sus propios papeles y a absorber los fondos redun-
dantes de la plaza. Se consideraba pues que habiendo en el mercado un vendedor
de títulos -el Banco Central- con existencias suficientes para dar todo lo que la
plaza pudiera requerir. no se justificaba elevar el precio de los papeles a un nivel
exagerado. con la consiguiente baja del tipo de interés. baja que. en opinión del
Banco Central. había llegado a límites extremos teniendo en cuenta la posibilidad
de una reacción al terminar la guerra. ¿Por qué? Porque cuanto más suban los
títulos, en momentos de abundancia de fondos, debido. en gran parte. a causas arti-
ficiales. tanto más violenta será la caída y la necesidad de intervenir para moderar-
las. Por esas razones el Banco siguió en el mercado una política prudente de deten-
ción del alza de cotizaciones: sin esperar la terminación de la guerra. se pudo
comprobar que esa política era acertada. puesto que cuando se produjeron los acon-
tecimientos políticos que ustedes conocen, la demanda del mercado se restringió
considerablemente, y ese impulso, que tan activo había sido anteriormente. se detu-
vo en forma súbita. El Banco Central tuvo que intervenir comprando títulos. lo
cual hizo comprender a todos los que habían criticado sistemáticamente su política.
que un alza inmoderada está siempre expuesta a reacciones de esta naturaleza. reac-
ciones que podrían ser muy serias al terminar la guerra y una parte de los fondos
nacionales o exteriores invertidos en títulos se dediquen a otras colocaciones. No
es de carácter permanente esta acción del Banco Central en el mercado para influir
sobre el curso de los precios. sino que se ejercita solamente en condiciones excep-
cionales como las dos que acabo de mencionar.
Hay una cuestión que ha preocupado al Banco Cenu·al. Estas operaciones de in-
tervención. en las que compra grandes cantidades de títulos en momentos de emer-
gencia. las ha podido realizar porque el Tesoro Nacional disponía de amplios re-
cursos para hacerlo. Pero podría ocurrir que el Tesoro no se encuentre en esas
condiciones. que no tenga fondos suficientes. En un caso así el Banco Cenu·al tro-
pezaría con ciertas dificultades por cuanto la ley no lo autoriza a comprar títulos
sino en la medida en que lo permitan los recursos provenientes de su capital y de
sus reservas. Por esta razón, el Poder Ejecutivo. por recomendación del Banco
Central. mandó al Congreso un proyecto. aún no aprobado por éste. por el cual se
le faculta para comprar títulos en la Bolsa en operaciones de regulación 'dentro de
ciertos tipos.

EL BANCO CENTRAL Cc;>MO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
219
LA COMISIÓN DE VALORES
Me faltan todavía dos puntos que voy a tratar de desarrollar lo más rápidamente
posible. Uno de ellos se refiere a la coordinación de emisiones. En 1937. después
de colocado el primer empréstito que hizo el Banco Central. destinado a la repatria-
ción de la deuda en dólares, el éxito de esta operación atrajo una gran cantidad de
emisores de títulos: la Municipalidad de Buenos Aires salió también con un em-
préstito de repatriación; una empresa privada hizo otro de importancia; muchas
provincias y municipalidades principiaron a vender sus valores y. en un momento
dado, la Bolsa se encontró en un estado de saturación que produjo una caída bas-
tante fuerte de los precios. Se vio entonces que el desorden en la colocación de va-
lores constituía un factor de inestabilidad que no sólo perjudicaba a los que así se
conducían. sino también a los emisores ordenados y cuidadosos del mercado. como
era el caso del Gobierno Nacional. Como no había ley alguna que permitiese inter-
venir, el Banco Central decidió proponer a la Bolsa y a los bancos la constitución
de una Comisión de Valores que no tendría. por supuesto, ninguna facultad impera-
tiva, sino que ejercitaría sus funciones por simples recomendaciones a los bancos y
a la Bolsa.
La Comisión comenzó a trabajar en esta forma: solicitó a la Bolsa de Comercio
que no inscribiera ningún título en su registro para cotizado y venderlo en ella en
caso de no considerarlo conveniente, en vista de las circünstancias. sin la recomen-
dación favorable de la Comisión de Valores. De manera, pues, que todos los emi-
sores iban a ésta a presentar sus. proposiciones. La Comisión. por ejemplo. reco-
mendaba una disminución de la emisión o simplemente la dejaba para mejor
oportunidad; pero siempre en forma de recomendaciones sin ninguna fuerza ejecu-
tiva. Ellas no sólo se hacían a la Bolsa. sino también a los bancos y corredores. pi-
diéndoles no operar en ningún título que no tuviese recomendación favorable.
En los primeros tiempos la Comisión de Valores recomendó el aplazamiento de
todas las nuevas emisiones con objeto de dar tiempo a la absorción de todos los
títulos que habían provocado la saturación; logrado esto, comenzó a dar. poco a
poco, recomendaciones favorables hasta que el mercado pudo restablecerse por
completo.
No obstante que la plaza. a pesar de los primeros recelos, se convenció de la ne-
. cesidad y eficacia de la Comisión de Valores, ésta comenzó, con el andar del tiem-
po. a ser objeto de duras críticas, no ya de los operadores, de los bancos y corredo-
res. sino de las provincias y municipalidades, especialmente de las provincias de
importancia que consideraban abusiva la. intervención del Banco Central al reco-
mendar o no las emisiones que las provincias querían hacer. Las críticas llegaron a

220
RAÚL PREBISCH
ser tan agudas y frecuentes. que el Banco Central llegó a decir en sus memorias
que había creado la Comisión de Valores a falta de otro sistema mejor, que la exis-
tencia de una legislación que resolviera satisfactoriamente este punto sería celebra-
da por el Banco Central; pero que a falta de ella estaba dispuesto a seguir con este
procedimiento hasta no encontrar una fórmula más feliz. Al mismo tiempo. el Ban-
co Central se manifestó partidario de una reforma del sistema. según la cual la Co-
misión de Valores ya no sería la que determinara las cifras globales de lo que emi-
tiría la Nación. las provincias y las municipalidades. sino que ellas debían ser el
resultado de un acuerdo tomado en reuniones periódicas, convocadas por el Minis-
tro de Hacienda de la Nación. por todos los Ministros de Hacienda provinciales y
Secretarios de Hacienda municipales. La Comisión de Valores daría su opinión. es-
pecialmente el Banco Central como miembro de ella. acerca de la capacidad de ab-
sorción del mercado. y en seguida el Gobierno de la Nación y los gobiernos pro-
vinciales y municipales se pondrían de acuerdo sobre la mejor fonna de distribuir
esos valores. La Comision de Valores ya no intervendría, por lo tanto. en forma di-
recta, sino para aconsejar la oportunidad en que debían hacerse esas emisiones.
Así. por ejemplo, en el supuesto de que una provincia hubiera recibido una canti-
dad a negociarse. antes de hacerlo se presentaría a la Comisión de Valores. la cual
detenninaría la opm1unidad más propicia para colocar los títulos. ya que esa venta
podría coincidir con una situación débil del mercado o con la preparación de una
operación de empréstito del Gobierno Nacional. La coincidencia podría perjudicar
las dos emisiones. En esta forma la tarea de la Comisión de Valores tendría un ca-
rácter mucho más técnico y se evitarían toda.s las críticas que injustamente. aunque
en fonna muy comprensible, se le enderezaban.
También se ocupó la Comisión de Valores de aconsejar a la Bolsa la inscrip-
ción de los valores p1ivados. En esta materia se procedió con el máximo de libera-
lidad. puesto que fue propósito declarado del Banco Central estimular en todas las
formas posibles la negociación de acciones y obligaciones industriales en la Bolsa.
De manera. pues. que el Banco. sobre todo n·atándose de cantidades individuales
relativamente pequeñas. no puso en la Comisión de Valores ningún obstáculo; al
contrario. ensayó favorecerlas. Se consiguió. eso sí, establecer la práctica de pre-
sentar al público en cada emisión un prospecto claro y completo que le permitiera
juzgar de la índole de la operación. (2)
DIVERSIFICACIÓN DE LOS PAPELES
El Banco Central procuró. desde los primeros momentos. que el Tesoro Nacio-
nal diversificara sus papeles para responder a las distintas modalidades del público

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
221
inversor. Hasta ese momento sólo había en el mercado títulos a largo plazo. de más
de treinta años; puesto que las letras de tesorería. o sea los papeles a corto plazo,
no habían salido al mercado por la razón que expliqué al comienzo de esta conver-
sación. Se trataba de papeles congelados, de renovación difícil y penosa. que era
necesario cambiar en mucho antes de empezar a operar con ellos en el público. Por
eso. cuando se establece el Banco Central, se hace esa gran liquidación de letras de
tesorería congeladas; según vimos en las primeras conversaciones, el Tesoro pro-
cura atenderlas regularmente sin tratar de colocarlas en el público inmediatamente,
sino de fonnar primero un ambiente entre los bancos, organizando licitaciones
quincenales. a las cuales concurrían sólo los bancos de la plaza.
Cuando pasaron algunos afias y el público pudo darse cuenta, lo mismo que los
bancos, de que esos papeles no se renovaban ya como antes. sino que se pagaban
puntualmente a sus vencimientos, ya sea con fondos del Tesoro provenientes de
sus rentas o de la emisión de empréstitos, o de la colocación de nuevas letras. el
mercado se fue preparando para recibir ese papel sin el recelo que antes provocaba.
Pasado ese tiempo preparatorio. el Banco Central. de acuerdo con el Tesoro. deci-
dió ampliar las licitaciones y dar intervención en ellas a todo el público por inter-
medio de bancos o corredores. Con ese objeto se les pidió su cooperación para ex-
plicar al público el carácter del papel. su gran liquidez. la posibilidad de negociarlo
en el mercado en cualquier momento sin dificultad alguna; tarea de persuasión en
la que tuvimos la colaboración de los corredores. pero no siempre la de los bancos. ·
porque en los primeros momentos se opusieron a que las licitaciones se extendie-
ran al público. por haberse acostumbrado a tener la exclusividad de este papel y te-
mer que el público retirara depósitos para ir a suscribir las letras. Se les explicó
que, en realidad, esos depósitos se retirarían transitoriamente, puesto que al gastar
el Gobierno los fondos, volverían al circuito monetario. No obstante esa resisten-
cia, se lanzaron las letras al público y, poco a poco, la oposición se desvaneció.
Hoy día los bancos son colaboradores eficaces en la colocación de letras entre
el público. Para facilitar esas operaciones. se eximió a las letras de los impuestos
de sellos. del que grava los réditos. si bien el contribuyente tiene que incluir su ren-
ta en las declaraciones anuales. Se ob~uvo de la Bolsa, asimismo, la cotización de
las letras y la anotación en las pizmrns de las operaciones que se realizaban. El
Banco Central. pm·a estimular el mercado, se puso a operar en compras y ventas
por medio de corredores, para ir dando un volumen de importancia a estas transac-
ciones y ofreciendo a los suscriptores la seguridad de que, en cualquier momento.
habría comprador o vendedor del papel en la Bolsa; es decir, se procedió en forma
análoga a la que s.e había seguido en materia de títulos del Gobierno Nacional.
El mecanismo de las licitaciones es muy sencillo: el Banco Central ofrece una
determinada cantidad de letras, y cada coITedor o banco presenta sus propuestas

RAÚL PREBISCH
por cuenta de sus comitentes, a quienes no se pide dar sus nombres, porque son
operaciones al portador: se hace el cómputo de todas las suscripciones y se adjudi-
can al mejor postor. El Banco ~entra!, como agente del Gobierno. se reserva el de-
recho de anular en cualquier momento la licitación, derecho que nunca ha usado.
pero que lo ha establecido para el caso de que hubiese alguna combinación. como
dijimos al tratar de las licitaciones de cambios. Por otro lado;'Cl mismo Banco Cen-
tral es un elemento activo en las licitaciones. porque con frecuencia cuando la de-
manda flaquea. toma letras para su propia cartera, o las vende por intennedio de
corredores. cuando la demanda ha sido excesiva y no ha quedado satisfecha por
completo. Muchas veces también algunas agencias del Gobierno son adquirentes
de letras de tesorería para colmar los claros que puedan producirse en una licita-
ción y evitar así la fluctuación brusca de las tasas de interés en un mercado muy
sensible, como es el de las operaciones a corto plazo.
Emitidas las letras en el público, se contaba ya, pues. con títulos a largo plazo,
por un lado. y títulos a muy corto plazo. por otro. Pero era necesario crear catego-
rías intennedias: con ese objeto, primero se lanzó un valor a 10 años, que se colocó
con gran éxito en el mercado y, algún tiempo después. otro valor en series de uno a
cinco años: la primera emisión fue de 250 millones de pesos. y se realizó en 1941.
Haré un relato de la forma en que los bancos recibieron esta operación. Cuando el
Central convocó al consorcio para plantearla. notamos que los bancos querían un
tipo de interés que considerábamos desproporcionado al interés que correspondía a
este papel: ante esa resistencia y recelo de los bancos, recomendó al Ministerio de
Hacienda, en vista de que no había urgencia. postergar la operación: y para con-
vencer a los bancos de que el Tesoro no necesitaba pagar esos intereses altos que
los bancos solicitaban. en las siguientes licitaciones de letras de tesorería aconsejó
al Tesoro ofrecer cantidades muy bajas. lo cual se podía hacer. por cuanto el Teso·-
ro tenía fondos a su disposición. Al ofrecer estas cantidades más bajas. como la de-
manda de letras. especialmente por parte de los bancos. continuaba siendo muy ac-
tiva. se provocó una baja del interés: algunas semanas más tarde. los mismos
bancos que se habían opuesto a aquella operación de bonos fueron a solicitarla al
Banco Central, aceptando el tipo de interés de 21/2 por ciento que se había estable-
cido para esta operación de 1 a 5 años. (3)
LA TÉCNICA DE LA EMISIÓN DE TÍTULOS
No quisiera entrar en mayores detalles, aunque habría muchísimos otros aspec-
tos de estas operaciones que considerar. Me limitaré, para terminar. a decir que el
Banco Central. en los 8 años y medio de funcionamiento. ha ido asimilando, poco

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
223
a poco. la técnica de los grandes mercados financieros y adaptándola a las modali-
dades del país: logrando en esa forma formar en su departamento de títulos un con-
junto de funcionarios que han resultado muy capaces y que manejan las operacio-
nes con mucha eficacia. El Banco ha podido así adquirir en el mercado financiero
bastante autoridad moral para tener éxito en sus recomendaciones y dar la seguri-
dad de que cuando patrocina una operación de emisión. lo hace después de un estu-
dio cuidadoso y maduro de las condiciones: y, si bien es cierto que no asegura la
estabilidad absoluta de los valores. se sabe que está siempre resguardando la plaza
para librarla de cualquier conmoción o de cualquier sacudimiento. Todo ello ha
sido. a mi juicio, un factor muy favorable en el desarrollo del mercado de títulos
nacionales: pero no debemos olvidar que el Banco Central ha podido actuar en to-
dos estos años a favor de un mercado en continua alza por la abundancia de fon-
dos; eso le ha ayudado considerablemente. Ha habido cantidades crecientes de aho-
rros que han ido a colocarse en el mercado de títulos nacionales, a precios que,
excepto épocas transitorias de baja, han tenido una tendencia persistente de ascen-
so, lo cual ha llevado a todos los que ha'n invertido sus recursos en valores naciona-
les a experimentar crecimientos en el valor de su capital. que han intluido en el
prestigio de los títulos. De manera que, al calor de ese factor favorable, el Banco
Central ha podido acrecentar la eficacia de su intervención en sus operaciones de
agente financiero del Gobierno Nacional.
Marzo 3. 1944
m
Sr. Gómez: ¿Con sus propios recursos?
Sr. Prebisch: Sí, creando recursos.
Ing. Robles: ¿Con fines monetarios'?
Sr. Prebisch: Con fines de regulación financiera y monetaria.
lng. Robles: Así se podría hacer una regulación del mercado de los títulos, ya que el Banco
Central de Argentina no puede por ahora comprar valores con fines de regulación monet•1ria.
Sr. Prebisch: No puede comprar valores, ni con fines de regulación bursátil, ni con fines de
regulación monetaria.
Lic. Martlnez Ostos: ¿El Banco tampoco puede regular con letras de tesorería?
Sr. Prebisch: Sí puede, pero es de temer que cuando haya liquidación en gran escala de
títulos en la Bolsa. la gente tampoco tome letras de tesorería, o las liquide. El Congreso. o
ciertos sectores del Congreso, tienen el temor de dar la facultad que se le solicita porque pu-
diera abrir la puerta para que el Gobierno coloque grandes cantidades de tít.ulos en el Banco
Central. a pesar de que las limitaciones del proyecto de ley no permitirían hacer operaciones
de esa naturaleza. Creo que es esencial dar al Banco Central esa facultad, no solamente por
razones de regulación burs.ltil, sino también monetaria.

224
RAÚL PREBISCH
lng. Robles: Usted dice que estas operaciones las hace en cierto modo el Banco Central por
cuenta del Gobierno federal. y que cuando quiere comprar lo hace con recursos del Gobier-
no. No veo con claridad esta doble posición del Gobierno que está colocando los bonos y
que tiene estos recursos ...
Sr. Prebisch: El origen de esos recursos es múltiple: pueden ser recursos provenientes de
empréstitos colocados anteriormente, o de títulos vendidos por el Banco Central en la Bolsa.
o de operaciones de crédito a corto plazo, realizadas por el Gobierno. El Gobierno, general-
mente, tiene en el Banco Central grandes cantidades de fondos. En los últimos años así ha
sucedido; y en momentos de emergencia, como los que he señalado en mi exposición. han
permitido al Banco Central actuar con fondos del Tesoro.
Lic. Martínez Adame: Pero si el Tesoro dispone de cuantiosos bienes. ¿para qué coloca un
nuevo empréstito?
Sr. Prebisch: Coloca nuevos empréstitos, y el caso se presentó precisamente en 1943.
porque el Banco Central creyó conveniente detener el alza de los títulos, y para detenerla fue
colocando todos los valores que podía en la Bolsa y apartando ese dinero en las cuentas del
Tesoro para utilizarlo al llegar el momento en que el Tesoro tenga que hacer sus pagos en el
resto del año.
Lic. Martínez Adame: Si yo entiendo bien. lo que dice el ingeniero Robles es esto: lo que
el Estado vende con una mano, lo compra con la otra.
Sr. Prebisch: No simull<1neamente; los recursos provenientes de lo que el Estado ha vendi-
do en un período en que pudo hacerlo, los utiliza para comprar los títulos que se ofrecen en
la Bolsa y no encuentran comprador en períodos de exceso de oferta. No hace operaciones
simultfü1eas de compra y venta. Supongamos que el Gobierno ha colocado un empréstito de
300 millones de pesos y a los 15 días, por una noticia exterior o interior, la Bolsa afloja.
cambia el sentido de su movimiento y. en lugar de ser compradora. la Bolsa se vuelve ven-
dedora; entonces el Gobierno utiliza parte de los fondos que ha obtenido en comprar los
títulos que se ofrecen.
Ing. Robles: Quizá sea esto; el Gobierno tiene interés en mantener su crédito; para mante-
nerlo conserva siempre una masa de maniobra en efectivo depositado en el Banco Central. y
para regular el mercado de valores del Gobierno. se usa para comprar éstos cuando tienden a
bajar. o lanza títulos del Estado a través del Banco cuando las condiciones del mercado de
valores fiscales y monetarias lo exijan o lo permitan. El Banco hace. pues, lo mismo que
otros bancos centrales pero sólo como fiduciario del Gobierno.
Sr. Prebisch: Eso es.
Sr. Gómez: Para atender eso aunque no necesite los fondos y aun cuando le cueste el interés
para regular el mercado del dinero, para mantener siempre en buenas condiciones a fin de
que el pequeño inversor tenga una renta fija exenta de oscilación.
Sr. Prebisch: Esta es precisamente la idea. Por otro lado, en los últimos años no ha preocu-
pado al Banco Central que se vayan acumulando fondos en la cuenta del Gobierno porque
ha sido una de las formas de absorber fondos sobrantes en el mercado. Por lo tanto. el fin
que ha perseguido el Banco Central al vender títulos en 1943 ha sido doble: primero. detener
la tendencia exagerada hacia el alza de valores y luego absorber todos los fondos que la pla-
za iba dando.
Sr. Gómez: En otras palabras. como el Congreso ha tenido temor de darle facultades al
Banco Central para comprar títulos del Gobierno, éste se ha visto obligado a colaborar con
el Banco Central en la tarea de regular la moneda y el mercado de valores.

EL BANCO CENTRAL COMO AGENTE FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
225
Sr. Prebisch: Sí señor. Naturalmente que si el Banco Central no tiene esa autorización le-
gislativa y sobreviene un momento en que sea necesario comprar grandes cantidades de
títulos. encontrará alguna solución. Ya se ha pensado en una, por ejemplo, llamar a bancos
fuertes de la plaza y ofrecerles cauciones de títulos nacionales y con esos fondos comprar
esos títulos.
Sr. Gómez: ¿Está autorizado el Banco Central a caucionar?
Sr. Prebisch: Al Tesoro. sí. El Tesoro puede tomar valores de su cartera y dirigirse a los
bancos por intermedio del Banco Central y caucionar esos títulos. Los bancos de la plaza su-
ministrarían fondos al Tesoro y éste al Banco Central, para que regulen el mercado. Claro
que estas operaciones carecerían de la limpieza y elegancia que deben tener las de un Banco
Central potente que se presenta en la plaza en condiciones de comprar cualquier cantidad de
títulos; y ello podría tener repercusiones psicológicas desfavorables. porque estas opera-
ciones trascienden al público y denotan que el Banco Central no tiene la fuerza suficiente.
además de que ésta puede agotarse. Por eso se ha insistido mucho en obtener esa facultad.
Sr. Gómez: ¿Sigue siendo el Estado en este caso, persuadido por el Banco Central, el regu-
lador del mercado de moneda'?
Sr. Prebisch: Sí señor. Y si carece de esa facultad no es por olvido al hacer la ley. sino que
se temía mucho en aquellos tiempos que el Banco Central pudiera convertirse en un meca-
nismo inflacionista destinado a dar recursos fáciles al Gobierno.
Sr. Gómez: Conocemos la actitud.
Sr. Prebisclt: Bueno. estamos en buena compañía.
(2)
Ing. Robles: ¿Quién da fe de la veracidad del prospecto?
Sr. Prebisch: Hace poco tiempo -y no sé si la idea se ha puesto en práctica- se pensó que
ese prospecto lleve la firma de un contador público autorizado, que atestigüe la veracidad de
las cifras. Por otro lado. todas estas emisiones se hacen por consorcios privados que antes de
autorizar una emisión tienen buen cuidado de enterarse bien de las características del nego-
cio puesto que va implícita su propia responsabilidad ante el público. No hemos creído con-
veniente establecer un control demasiado riguroso en esta materia porque el propósito es
precisamente desarrollar el mercado de acciones y de obligaciones industriales con el
mínimo de trabas. Tampoco se ha considerado conveniente que el Banco Central o la Co-
misión de Valores. asuman la responsabilidad acerca de la calidad del papel que se utiliza.
Lo que quiere el Banco Central es que el público tenga toda la información necesaria para
juzgar. pero no juzgar en nombre de él; que el público sea el responsable de sus operaciones
de colocación y que aprenda a elegir el consorcio o el grupo de bancos por el cual dehc ha-
cer sus compras de papeles. Por lo menos en el estado actual de cosas el Banco Central no
consideró conveniente ir más lejos. Sólo en casos muy especiales negó la recomendación fa-
vorable aun tratándose de papeles de primer orden. En el caso de empresas de se1vicios
públicos, por ejemplo. que querían acudir al mercado local por grandes cantidades (20. 30
millones de pesos) cuando tenían dividendos cuantiosos que giraban al exterior y que con
haberlos dejado en el país podían resolver su problema de financiación. No porque el Banco
Central considere que eso sea inconveniente, sino porque en las circunstancias del momento.
esos 20 o 30 millones de pesos se podían distribuir entre varias industrias nacionales que
querían emitir sus papeles. Esas fueron las consideraciones circunstanciales y. por cierto.
bastó la recomendación del Banco Central para que no se hicieran esas operaciones. Debo

RAUL PREBISCII
decir que el Banco Central se ha preocupado mucho de estudiar los antecedentes de los
miembros que constituyen los directorios de las entidades, de estudiar sus balances, de pedir
una serie de aclaraciones a fin de tener la seguridad de que se trata de empresas serias. Más
aún, en una emisión reciente de bastante importancia hecha por una compañía que deseaba
pagar una deuda grande que tenía en libras esterlinas. el Banco Central mandó sus conta-
dores a la empresa para recibir las explicaciones del caso. El procedimiento tuvo resultados
muy satisfactorios.
(3)
Sr. (;ómez: ¿De dos y medio?
Sr. Pt·ebisch: Sí; el promedio de interés.
Sr. Gómez: El promedio de interés que se adjudicaba en proporción de l, 2. 3. 4. 5 año,.
Sr. Prebisch: Sí. en cantidades iguales.
Sr. Gómez: ¿,Qué clase de interés para las letras de tesorería?
Sr. Prebisch: Según el plazo. Hay letras hasta de 45 días que dan un interés que ha oscilado
alrededor del 0,4()<)L Las letras a 3 meses, entre 0.90 y un punto de interés; en las letras a 1
año, poco más o menos. las tasas oscilan alrededor de 1,90 a 2 por ciento.
Lic. Martínez Ostos: ¡,Los rendimientos no están proporcionados al plazo. verdad?
Sr. Prebisch: No pueden ser aritméticamente proporcionales.
Lic. Martínez Ostos: ¿No se calcula una forma más o menos proporcional?
Sr. Prebisch: No se pueden establecer cánones fijos porque es el mercado, según la abun-
dancia o escasez de fondos dispuestos a emitirse, a colocarse en los distintos plazos. lo que
determina las tazas; ¡x>r ejemplo. en ciertos momentos se nota que la mayor demanda pre-
fiere plazos cortos. plazos de letras hasta 3 o 6 meses, y entonces eso t icnde a hacer bajar
esos plazos. sin que bajen los de arriba de 6 meses. Otras veces vemos que el énfasis se ¡xme en
los papeles un poco m<1s largos. El mercado es muy variable.
Lic. Martínez Ostos: Pero de todos modos se estipula el tipo de interés en cada ktra.
Sr. Prebisch: La letra de tesorciia no tiene un tipo de interés. Se ofrece. y el proponente
tiene que cotizar un precio.
Sr. Gómez: Enteramente bajo para que tenga el rendimiento deseado.
Sr. Prebisch: Eso cs. y en función de esto se establece el rt~ndimicnto.
Sr. Gómez: Es que los bonos a cono plazo en los Estados Unidos tienen una escala diferen-
cial de inteí·escs ligeramente ascendente. de 3 meses a 1 año, con fluctuaciones como las que
usted dice; a veces se nota que esa escala se rompe a favor o en contra de los dcpcísilos a lar-
go plazo hasta un año.
Sr. Prehisch: Sí. va de abajo a arriba. y no siempre el mercado sigue ese nitcrio mate-
mático. Pero, por supuesto, hay una progresión muy clara en los tipos de interés. De manera,
pues. que van desde un mínimo de 0.40'7r1 en los papeles muy cortos hasta 4.20 que es el ren-
dimiento neto de los títulos a largo plazo. Cuando se decidió colocar estos bonos. se entregó
a los corredores y bancos para que explicaran a su clientela una tabla con cálculos sobre la
incidencia que tendría en estos papeles de 1 a 5 años, una baja de 2 puntos, 1 punto. 1/2 pun-
to. en los títulos a largo plazo: para que se viera que en estos títulos a corto plazo la inciden-
cia es mínima. y que por lo tanto. si bien es cierto que tienen un interés reducido. la posibili-
dad de fluctuaciones en el valor es muy pequeña. Se recomendó a los corredores y bancos
que indujeran a la clientela descosa de hacer inversiones a un plazo medio a invertir en estos

EL BANCO CENI'RAL COMO AGENI'E FINANCIERO DEL GOBIERNO NACIONAL
227
papeles y no comprar títulos nacionales, porque el Banco Central no garantiza en ninguna
forma la estabilidad del precio. El Banco Central resguarda al mercado de sus fluctuaciones
bruscas, pero en ningún caso asume la responsabilidad de mantener los valores. Justamente
había omitido decir que cuando hace algunos meses, provocamos la baja de los títulos nacio-
nales en la Bolsa, una de las razones fue demostrar al mercado que los títulos nacionales es-
taban sujetos a la baja. y que no era prudente, por Jo tanto, colocar fondos a largo plazo. que,
por su índole, tenían que ser de colocación transitoria. En esa forma se fue educando al mer-
cado.

107
EL P A TRON ORO Y LA VULNERABILIDAD
ECONOMICA DE NUESTROS PAISES*
l. INTRODUCCIÓN
La buena doctrina monetaria
Poco hemos participado los países de América Latina, al menos públicamente,
en la controversia acerca de los planes monetarios internacionales y el futuro del
patrón oro. El tema, sin embargo, tiene fundamental importancia para nosotros.
Hemos vivido frecuentemente en esta materia al margen de la buena doctrina.
No llegan a veinticinco los años de patrón oro en la historia monetaria argentina de
los últimos tres cuartos de siglo.
No todo se explica por impe1icia y desorden finaneiero. Por donde cabe pregun-
tarse si esas buenas doctrinas monetarias han sido realmente buenas para nosotros.
Sostengo que no. Y acaso sea suficiente nuestra experiencia, cotejada con la de
otros países similares, para ir elaborando nuestras propias ideas y ajustando a ellas
el desarrollo de una política monetaria nacional.
Para trazar los lineamientos de esa política hay que determinar claramente las
metas u objetivos que se persiguen.
Desde el punto de vista de la Argentina, considero que deben ser los siguientes:
primero, resguardar la economía interna de las fluctuaciones y contingencias exte-
riores asegurándole el máximo de estabilidad; y, segundo, propender a que el de-
sanollo económico y demográfico del país sea lo más intenso posible, con la plena
utilización de sus recursos disponibles.
* N. del Ed. Publicado en El Colegio de México, Centro de Estudios Sociales • .Tomadas. Nº l l.
Reimpreso en Revista de Ciencias Económicas, año 33. Serie 2ª, N2 272, Buenos Aires, marzo de 1944.
págs. 211-235; Revista del Banco de la República Orie11tal del Uruguay, Departamento de Investiga-
ciones Económicas. año 3, Nº 10, Montevideo, julio de 1944. págs. 32-39. La edición de El Colegio de
México presenta el trabajo como el primero de una serie de doce sesiones del Seminario Colectivo so-
bre "La América Latina". seguido de trabajos de Allonso Reyes, José Gaos y otros. La primera reunión
se fijaba para el 30 de marzo de 1944. pero en la reimpresión Prebisch acotó: "Proposiciones para la
discusión de este problema presentadas el 27 de marzo de 1944 al inaugurarse el Seminario sobre pro-
blemas económicos y sociales de América Latina del Colegio de México, México. D.F.".

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAISES
229
El patrón oro, tal cual lo hemos visto funcionar, no permite cumplir con esos
objetivos. Somete la actividad interna a las variaciones de la economía internacio-
nal provocando una continua sucesión de fases de actividad y depresión con sus
conocidas consecuencias económicas y sociales. E impide el desarrollo de una po-
lítica expansiva de crédito, indispensable para que un país con grandes posibilida-
des de crecimiento pueda utilizarlas sin el peligro de crónicas perturbaciones.
Pero también tiene mucho de bueno el patrón oro. El oro en sí está profunda-
mente arraigado en los usos monetarios de la humanidad. Es preciso contar con él.
Sólo que habrá que emplearlo mejor aprovechando las enseñanzas de pasadas ex-
periencias. Hay que despojarlo de su excesivo automatismo y complementarlo con
otros resortes de probada eficacia.
Es lo que desearía discutir brevemente aquí, a la luz de la experiencia argenti-
na, pues tiene algunos elementos comunes con las de otros países de la América
Latina.
El sentido de la experiencia monetaria argentina
El sentido fundamental de esta experiencia, desde la crisis mundial, ha sido el
empeño en atenuar la repercusión de graves fenómenos exteriores sobre nuestra
economía interna. El control de cambios ha respondido a ese propósito. No ha ha-
bido, sin embargo. una política definida. Por el contrario, fueron tiempos de conti-
nuos tanteos y modificaciones, de aciertos y e1TOres. Pero algunas enseñanzas im-
portantes ha dejado todo ello. Una, quizá la más significativa, es la que voy a
considerar ahora: para conseguir el desenvolvimiento estable de la actividad eco-
nómica interna, para hacerla lo menos vulnerable posible a la exterior. es indispen-
sable que la política monetmia nacional. basada en el empleo del oro. cuente con
un instrumento completamentario del patrón oro: un instrumento que le permita
olmu- eficazmente sobre ciertas categorías de importaciones a fin de que una po-
lítica expansiva de crédito, tendiente a contrarrestar las depresiones económicas y
estimular el desarrollo de las actividades internas, no nos lleve fatalmente al des-
equilibrio del balance de pagos y a la depreciación monetaria, según tantas veces
ha acontecido.
la política monetaria nacional
¿Vamos a seguir entonces con los complicados sistemas de control de cambios,
con la reglamentación de las importaciones y la detallada determinación por el es-

230
RAÚL PREBISCH
tado de lo que ha de importarse. de quiénes han de importar y en qué t¡1edida. con
todas sus complicaciones y perniciosos resultados?
Terminantemente no. Sin que quiera entrar en una discusión doctrinaria sobre la
intervención del Estado. por no caber en este trabajo. he visto demasiado de cerca la
minuciosa regulación cuantitativa de las importaciones para persuadirme de la con-
veniencia de evitarla. Preconizo algo distinto. inspirado en los viejos principios de
la oferta y la demanda que tan bien siguen resistiendo a la crítica implacable.
Es más. si por una política monetaria y financiera adecuada se logra desaimllar
establemente y en un alto nivel la actividad económica interna. con el discreto ma-
nejo desde arriba de ciertos res01tes fundamentales del sistema. la necesidad de in-
tervenir en las actividades privadas será mínima. Reflexiónese en que estas inter-
venciones suelen ser más frecuentes en las épocas de depresión y desocupación,
que cuando la economía se desenvuelve con ritmo intenso.
Lejos de ser irreconciliable una vigorosa política monetaria nacional con la ini-
ciativa p1ivada. ha de contribuir a crear las condiciones propicias para que ella pueda
ejercitarse con el máximo de libertad en extensos campos de la realidad económica.
Tampoco es incompatible esa política monetaria nacional con los propósitos
que entrañan los planes monetarios internacionales. Hay mucha materia de entendi-
miento y cooperación. Nos interesa vivamente el crecimiento de nuestro comercio
exterior en las condiciones más estables que sea posible. Pero para que ello nos rin-
da el máximo de provecho nacional -y ningún país puede tener otra aspiración-.
es indispensable que nuestra economía se integre, se fortalezca, se vuelva lo menos
vulnerable posible a lo exterior. Las economías débiles no colaboran, se subordi-
nan fatalmente.
11. EL CICLO ECONÓMICO Y LAS FALLAS DEL PATRÓN ORO
Las fases del ciclo
Vamos a examinar ahora, en forma muy breve, cómo se desarrollan nuestras
tluctuaciones o ciclos económicos y l_as fallas que presenta el patrón oro.
Las alternativas de la economía internacional agregadas a las variaciones de
nuestras cosechas se manifiestan en la Argentina en un continuo sucederse de fases
de ascenso y depresión en las actividades económicas internas.
La fase ascendente se caracteriza generalmente por el incremento de las expor-
taciones y la inversión de capitales extranjeros. Aumentan las tenencias de oro. cre-
cen los efectivos de los bancos y se acrecienta el poder de compra de la población.
El acrecentamiento del poder de compra estimula ccmelativamente la demanda.

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAISES
231
tanto de artículos y servicios nacionales como de artículos importados. Ese poder
de compra. derramado originariamente en un sector de la economía interna. se
transfiere a otros sectores y de éstos a otros y así sucesivamente hasta abarcar todo
el ámbito de la economía nacional. Y en cada sector surge una mayor demanda de
artículos internos y una mayor demanda de importaciones. Crece pues la actividad
interna con una amplitud varias veces mayor que la del estímulo inicial, esto es. el
incremento del poder de compra. Y crecen también las importaciónes, con lo que
se va utilizando el oro y las divisas provenientes de las exportaciones y el ingreso
de fondos extranjeros.
Pero llega un momento en que el impulso ascendente se agota. sea porque dis-
minuye la demanda mundial o se debilita la corriente de inversiones o las dos cosas
simultáneamente, como que sobre estos fenómenos se reflejan las alternativas eco-
nómicas de los grandes países. Se desarrolla entonces la fase descendente. Dismi-
nuye el poder de compra de la población y decrece la demanda de artículos y servi-
cios nacionales y de artículos importados. Las actividades internas se contraen más
que lo que disminuye el poder de compra, lo mismo que antes se había amplificado
su dilatación. Las importaciones también decrecen; y, mientras se llega a un nuevo
punto de equilibro en el balance de pagos, siguen saliendo el oro y las divisas de
las reservas monetarias.
Estabilidad monetaria e inestabilidad illferi01:
Este es el proceso esquemático de un ciclo económico perfecto desde el punto
de vista del patrón oro. El metálico ingresa y egresa del Banco Central y se mantie-
ne la estabilidad monetaria. Pero todo ello a costa de una gran inestabilidad en las
actividades económicas internas que se expanden y contraen con gran desperdicio
de las energías y recursos de la colectividad.
Tal cual ha funcionado el patrón oro, la estabilidad monetaria exterior comporta
sacrificar la estabilidad de las actividades económicas internas.
Para mantener la estabilidad económica interna sería indispensable expandir el
crédito, esto es. compensar la disminución ael poder de compra provocado por el
decrecimiento de las exportaciones y el ingrei¡o de fondos exteriores con nuevo po-
der de compra de origen intemo. Se consigue así evitar la contracción de la deman-
da interna, pero quedan también al mismo nivel las importaciones, y como son me-
nores las exportaciones y los capitales que ingresan, se produce un desequilibrio
que tiene que cubrirse con nuevas exportaciones de oro y divisas. Este proceso tie-
ne sus límites por cuanto las reservas monetarias no son inagotables. Si la depre-
sión es intensa y prolongada y se expande fuertemente el crédito para combatirla.

232
RAÚL PREBISCH
llegará un momento en que tendrá que abandonarse el patrón oro por haber llegado
esas reservas a peligrosos extremos. Comienza entonces la depreciación monetaria
con sus conocidas consecuencias.
Acentuación de los trastomos cíclicos
La realidad suele ser más compleja que este simple esquema. Ha sucedido con
frecuencia en la Argentina que la amplitud de los movimientos cíclicos es mucho
más intensa. precisamente por otra falla en el funcionamiento automático del pa-
trón oro que pasamos a exponer.
Al describir más ruTiba la fase ascendente mencionamos el aumento de los efec-
tivos bancru'ios que en ella acontece. Los bancos. que persiguen primordialmente
su mayor beneficio. tratan de utilizar el nuevo efectivo en acrecentru· sus présta-
mos. Lo cual significa agregar cantidades adicionales de origen interno al poder de
compra proveniente del exterior. La demru1da crece más intensamente y también
las importaciones. El desequilibrio ulterior del balance de pagos y la presión contra
el patrón oro son en consecuencia mucho más fuertes en Ja fase descendente. sobre
todo si la expansión del crédito continúa, como tantas veces ha ocurrido.
Uno de los motivos de esta expansión ha sido en la Argentina el déficil fiscal.
En tiempos bonacibles los mejores ingresos fiscales y la facilidad para colocar va-
lores del Estado favorecen el crecimiento de Jos gastos públicos: pero cuando so-
breviene el descenso y decrecen los ingresos y Ja colocación de valores, se produce
generalmente el desarreglo pues los gastos públicos no se reducen correlativamen-
te: la depresión más bien impulsa al Estado a aumentarlos.
Suele ser muy seria la incidencia monetru'ia de esta política financiera. Pero no
es eso todo. Hay capitales del exterior que cuando comienza la depresión salen
prontamente por temor de perturbaciones. Nos referimos principalmente a esos
fondos flotantes que tantos trastornos han causado. Vienen cuando no se les necesi-
ta y se van cuando podrían ser útiles. Pues bien. cuando vienen estimulan la impor-
tación como si se tratase de capital que se invierte permanentemente. y esa impor-
tación se paga con el oro y las divisas ingresados con dichos fondos. Y cuando se
van. como las divisas ya se hru1 utilizado. hay que acudir a las reservas monetarias
preexistentes para poder efectuar su transferencia. La entrada de esos fondos flo-
tantes origina en fin de cuentas una salida de divisas de doble magnitud y represen-
ta así un elemento adicional de trastornos monetarios.

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DENUESTROS PAÍSES
233
III. ¿PUEDEN CORREGIRSE LAS FALLAS DEL PATRÓN ORO?
Las tres fallas
De esta descripción tan esquemática del desarrollo del ciclo en la Argentina, o
como quiera llamarse a esta sucesión irregular pero continua de épocas de prosperi-
dad y depresión. se desprende que las fallas fundamentales del patrón oro o de
cualquier sistema de regulación automática, son: primera, que la compresión es-
pontánea de las importaciones para conseguir el equilibrio del balance de pagos en
la fase descendente acontece conjuntamente con la de las actividades internas del
país: segunda, que la tendencia natural de los bancos a aumentar sus préstamos en
virtud del incremento de sus efectivos contribuye a exagerar la amplitud del ciclo:
y tercera, que los fondos flotantes. abusando de la estabilidad de cambios que brin-
da el patrón oro, acentúan también las perturbaciones cíclicas.
Pues estas son las fallas que debemos esforzamos en corregir, no para destruir el
patrón oro en nuestros países, sino para perfeccionarlo. ¿Por qué no habríamos de
perseguir este designio si nadie conoce mejor que nosotros nuestra propia realidad?
Graduación de las importaciones
Comencemos por la primera falla. Para subsanarla hay que buscar la fonna de
reducir las importaciones en la fase descendente sin provocar la contracción de
aquellas actividades internas que son indispensables para dar ocupación constante
a las grandes masas de la población y suministrarles los artículos que requieren
para satisfacer sus necesidades corrientes. O en otros términos, es necesario encon-
trar la manera de circunscribir la restricción a aquellos artículos que no influyen
sensiblemente en el desarrollo de esas actividades que, por ser esenciales, debemos
proteger de las fluctuaciones y contingencias exteriores.
Examinemos para ello, en sus grandes lineamientos, el contenido de las impor-
taciones: a) mate1ias primas y esenciales para el desenvolvimiento de la industria,
las construcciones y los transportes que satisfacen las necesidades corrientes de la
población, así como artículos terminados que le son indispensables; b) bienes de
capital de carácter durable. requeridos por la producción y el movimiento eco-
nómico: máquinas y equipos industriales, material ferroviario, automotores. avio-
nes, etc.; c) otros artículos durables que sin ser bienes de capital. por no emplearse
en la producción o los transportes, tienen la misma característica en cuanto puede
prescindirse. en ciertas épocas, de una parte más o menos grande de su importa-

234
RAÚL PREBISCH
ción. sobre todo si ésta ha sido fácil y abundante en tiempos anteriores: d) artículos
no esenciales o indispensables para las necesidades corrientes de las grandes masas
de la población y que sin embargo son útiles o agradables para ciertos sectores. no
obstante lo cual no se deriva ningún perjuicio social o colectivo de su restricción
temporal; e) artículos superfluos o de lujo a los que corresponde en mayor grado el
concepto anterior. 1
Si ello es así. si las importacio11es son distintas según su índole. aplicación y
durabilidad y según las necesidades a que corresponden, ¿por qué se ha de afectar a
todas ellas por igual cuando se contrae el poder de compra en el sistema de patrón
oro o se eleva en general el tipo de cambio en un régimen de moneda depreciada'!
Hace falta establecer un procedimiento selectivo en que para corregir el desequili-
brio en el balance de pagos se comience a disminuir primero los artículos super-
fluos o de lujo y se siga con los no esenciales: y en que, si ello no fuere suficiente
para nivelar las cuentas exteriores. se reduzcan más bien las importaciones de ar-
tículos durables y aun los bienes de capital antes que afectar las importaciones
esenciales que hemos mencionado. La experiencia reciente nos ha demostrado la
posibilidad de pasarse algunos años con escasas impo11aciones de estos bienes. pre-
cisamente por su carácter de durables. Situación momentánea que no afecta a la in-
dustria y los transportes si es que se encontraban bien equipados y sigüen teniendo
importaciones regulares de materias y artículos indispensables.
La restricción de ciertas importaciones por el tipo de cambio
No nos detendremos a discutir este punto por más que sea de gran jmportancia.
Sólo queríamos señalar la conveniencia de aplicar un régimen selectivo a las im-
portaciones cuando haya necesidad de reducirlas a fin de equilibrar el balance de
pagos sin perturbar las actividades internas. ¿Es indispensable acudir a las cuotas
de importación para conseguirlo? En modo alguno. El procedimiento que propone-
mos es muy sencillo y a él habíamos llegado en la Argentina. si bien parcialmente.
después de los malos resultados de las cuotas. Consiste en determinar las cantida-
des de divisas que puede destinar el Banco Central a cada una de las categorías
enunciadas y licitarlas periódÍamente entre los importadores adjudicando las divi-
sas al mejor postor. La oferta y la demanda determinarán el precio en cada catego-
ría. No es el caso de entrar en pormenores técnicos: sólo señalaremos que el Banco
Central. manejando cuidadosamente las cantidades de divisas ofrecidas y adjudica-
1
No consideraremos las importaciones relativas a la defensa nacional sobre cuyo desarrollo no
pueden prevalecer. por razones obvias, las consideraciones de orden cíclico.

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAISES
235
das. podría suavizar las oscilaciones de sus precios. aunque sin contrariar sus ten-
dencias generales de alza o baja cuyo libre juego es indispensable para establecer
el equilibrio.
Cabría argüir que con este procedimiento se ene<U"ecerían las importaciones de
las categorías afectadas. Naturalmente que sí. No hay otro medio efectivo para res-
tringir la demanda que la elevación de precios. Pero si se aplican cuotas de impor-
tación sucede lo mismo. puesto que al disminuir la oferta y proseguir la demanda.
en virtud del nuevo poder de compra que se crea. los importadores y distribuidores
pueden encarecer fácilmente sus mercancías. Pero en tal caso queda el sobrebenefi-
cio en sus manos: mientras que al elevarse los tipos de cambio es el Estado quien
recoge la diferencia.
Me deja sin preocupación el alza transitoria de los precios de estas importacio-
nes en la fase de descenso cíclico: no afecta en ninguna forma la satisfacción de las
necesidades corrientes del país. pues no sufren trastornos las importaciones esen-
ciales para la industria y ésta sigue trabajando reguhmnente con los equipos exis-
tentes. Tal es la ventaja evidente de este procedimiento sobre el de la depreciación
general de la moneda que pe1judica a todas las importaciones y repercute sensible-
mente sobre el costo de la vida.
Pasada la fase de descenso cíclico. al crecer nuevamente las exprn1aciones y las
inversiones de capital extranjero. el Banco Central ofrecerá mayores cantidades de
divisas para esas categorías de imprn1ación hasta que sus precios vuelvan al tipo
originario. esto es, al que corresponda a las impo11aciones esenciales.
lnco11ve11ie111es de co11trolar el mm'irniento de capitales
El movimiento de los precios representa la forma tradicional. e insuperada has-
ta hoy, de determinar el equilibrio en los mercados. No veo por qué no habremos
de emplearlo para nivelar el balance de pagos sin causar ningún pe1:juicio de orden
colectivo. No sólo en materia de imp011aciones. como acaba de verse. sino también
en materia de capitales y fondos exteriores. según veremos en seguida. La expe-
riencia demuestra que es imposible controlar permanentemente sus movimientos.
Hemos tratado de hacerlo en la Argentina en 1932 y 1933 con muy malos rcsulla-
dos: las operaciones oficialmente denegadas se realizaban en un mercado negro o
clandestino en donde el fértil ingenio de los negociantes corría mucho m:ís aprisa
que el celo y los recursos de los funcionarios. Sólo podría pensarse en un control
semejante en un breve lapso. como podría ser la época inicial de la postguerra.
A mi juicio. la solución de este problema no est:í en un rígido sistema de con-
trol sino en establecer dos mercados de cambio como se hizo en nuestro país des-

236
RA(JL PREBISCH
pués de aquel fracaso. Un mercado oficial en que se efectúen las operaciones fun-
damentales relativas al comercio y las demás transacciones regulares con el exte-
rior: y un mercado libre. independiente del anterior. en donde queden completa-
mente aislados los otros movimientos de fondos y capitales sin que puedan afectar
en fmma alguna a esas transacciones regulares,
En el mercado oficial el Banco Central compraría sus divisas a los exportadores
a un tipo estable y las vendería también a un tipo estable a los importadores de ar-
tículos esenciales. tal cual ocurre en un régimen de patrón oro: pero se apartaría de
este concepto de estabilidad en la venta de divisas para el pago de las otras impor-
taciones a las que aplicaría la política cíclica que ya hemos visto. en caso de que
las circunstancias así lo aconsejen.
Los movimientos de otros fondos y capitales en el mercado libre se efectua-
rían a los precios que vaya determinando el funcionamiento sin trabas de la oferta
y la demanda. Si el ingreso de fondos es superior a la salida. el tipo de las divisas
extranjeras tenderá a bajar y el Banco Central podrá comprar sin riesgos el exce-
dente de ofe11a no absorbido por el mercado, al tipo a que vende el cambio para
las importaciones esenciales. Por el contrario. si la salida es mayor que la entrada
de fondos. el tipo de las divisas subirá hasta llegar a un nivel en que se alcance el
equilibrio del mercado. El Banco Central no asumirá compromiso alguno acerca
de los movimientos del mercado libre, lo que no obsta para que si lo juzga conve-
. niente pueda vender el cambio comprado anteriormente o emplear parte de sus re-
servas en aliviar la presión del mercado. En consecuencia, los fondos que ingre-
san y egresan por el mercado libre quedan librados a su propia suerte y no
perturban las transacciones regulares del país que se efectúan separadamente en el
mercado oficial de cambios.
Entre estas últimas incluyo los servicios del capital extranjero invertido perma-
nentemente. Para estimular estas inversiones, que pueden ser muy convenientes si
se ajustan a un programa bien meditado de desarrollo nacional. habrá que dar cierta
estabilidad al tipo de las divisas necesarias pru·a el pago de sus servicios de interés
y amortización. Los fondos que ingresen al país para invertirse permanentemente y
se inscriban en el Banco Central, tendrán derecho a obtener estas divisas para la re-
mesa regular de sus servicios. Los no inscriptos; por haberse negado a hacerlo el
Banco Central en virtud de su carácter de fondos flotantes o por la índole de la in-
versión que buscan. estarán en libertad de invertirse en donde más les conviniere;
pero sus servicios o su retiro total quedarán expuestos a las fluctuaciones del mer-
cado libre. Es posible que esto desaliente a los fondos flotantes.
Expongo estas ideas en lineamientos muy generales evitando detalles técni-
cos que no contribuirían a su fácil comprensión. Sólo agregaré que el mercado
libre constituye una vülvula de escape que pe1mite librar al sistema de cambios

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAÍSES
237
de un complicado mecanismo de control. Tal es el significado de la experiencia
argentina.~
Disto mucho de considerar que este régimen del mercado libre es perfecto. La
oscilación de las divisas extranjeras. en el mercado libre. especialmente el alza de
sus precios en tiempos de demanda intensa, pueden tener repercusiones psico-
lógicas desfavorables. no sólo en los perjudicados por ellas, sino también en quie-
nes interpretan equivocadamente que allí se refleja en forma auténtica el valor de la
moneda nacional. Pero las ventajas me parecen muy superiores a estos inconve-
nientes. puesto que estos movimientos del mercado libre de cambios. contraria-
mente a lo que ocuITe en el funcionamiento simple del patrón oro, no afectan las
reservas monetarias del país ni perturban el desarrollo de sus transacciones funda-
mentales.
La expa11sió11 del crédito para mantener la actividad económica i11tema
Mientras la política de cambios actúa sobre las conexiones exteriores de la eco-
nomía nacional. la política monetaria interna ha de proveer a las actividades eco-
nómicas el poder de compra indispensable para mantener su ritmo cuando disminu-
yen las exportaciones y las inversiones de capital. Ya no existe el riesgo de que ese
poder de compra. al estimular las importaciones, traiga consigo el desequilibrio del
balance de pagos. según acontece en el régimen de patrón oro. pues la política de
cambios se encarga de evitarlo.
¿Cómo desarrollar esa política expansiva? Es difícil que el impulso venga es-
pontáneamente de la iniciativa individual, puesto que los primeros síntomas de de-
presión suelen retraer más bien que estimular a las actividades privadas. De todos
modos. el sistema bancario. con el instrumento del redescuento y las posibles com-
pras de valores por el Banco Central, está en condiciones de satisfacer la demanda
adicional de crédito que esto llegare a originar. Pero lo más probable es que el Es-
tado tenga que imprimir el impulso inicial mediante un plan de gastos que llamare-
mos cíclicos. esto es. destinados a derramar y distribuir sobre la economía en tiem-
pos adversos una cantidad de poder de compra oque sustituya al que disminuye por
factores de origen exterior.
~ El mercado libre penuite también resolver satisfactoriamente el problema de la detem1inación
del valor de las exportaciones e importaciones, en el mercado oficial de cambios. para que no haya fil-
traciones fraudulentas de divisas. que son muy difíciles de evitar por más que se extreme la fiscaliza-
ción: la solución consiste en establecer un régimen de aforos por unidad física de los artículos exporta-
dos e importados y dctem1inar sobre esta base la cantidad de cambio que ha de comprarse a los
expo11adores o venderse a los importadores, dejando a wms y otros que negocien las diferencias o resi-
duos en el mercado libre.

238
RAÚL PREBISCH
No entraremos a discutir aquí qué tipo de gastos cíclicos es el que más convie-
ne desde el punto de vista económico. asunto que reviste por cierto gran importan-
cia. Es necesario. sin embargo. que sus efectos se manifiesten rápidamente en la
actividad económica general y que el plan tenga suficiente flexibilidad para ajus-
tarse a la intensidad del movimiento cíclico y suspenderse cuando haya desapareci-
do la necesidad de crem· poder de compra adicional.
La po/fticaji11a11ciera del Estado
A la política monetaria. mediante la expansión del crédito. corresponde poner
en juego los recursos necesarios para que el Estado desmrnlle este tipo de gastos.
Pero el Estado no suele ajustarse a consideraciones de orden cíclico. a graduar la
amplitud de sus planes financieros de acuerdo con el proceso del ciclo económico.
Un Banco Central no tiene otro recurso que el de explicar y tratar de persuadir al
Tesoro Público. influyendo con su prestigio y autoridad moral. A pesar de ello. es
bien posible que el Estado exagere estos gastos o que continúe con ellos no obstan-
te haber terminado el descenso y comenzado una nueva fase ascendente. Existe. sin
duda. el riesgo de falta de correlación entre la política financiera del Estado y la
política monetaria del Banco Central, como tantas veces lo hemos visto. Pero ese
riesgo se presenta también en un régimen de patrón oro como en el de moneda de-
preciada. Es más. en aquellos comienza a existir desde el preciso momento en que
el Estado aumenta sus gastos para luchar contra la depresión. aun cuando el poder
ele compra se desarrolle en sus justas proporciones desde el punto de vislfl cíclico.
Mientras que con la aplicación de nuestra política ele cambios no ocurre tal cosa.
según lo tenemos dicho. Y en caso de exageración ele esos gastos ella permite ate-
nuar o ret~u-dar sus efectos perturbadores obrando más enérgicamente sobre las im-
portaciones. De ahí las ventajas que el régimen que examinamos presenta sobre el
funcionamiento puro y simple del patrón oro.
No siempre la exageración ele la política expansiva es el resultado de la acción
financiera del Estado. Hemos señalado en otro lugar que el aumento de los efecti-
vos bancarios durante el ascenso cíclico puede inducir a los bancos a aumentar su~
préstamos. aun cuando el clesa1rnllo de las actividades económicas no exija una
mayor cantidad de poder de compra. Ello constituye otra de las fallas del funciona-
miento automático del patrón oro que un Banco Central puede corregir. ya sea co-
locando sus valores en el mercado pm·a absorber y neutraliz:u· los fondos excesi-
vos. o elevando las proporciones de efectivo que deben tener los bancos con
respecto a sus obligaciones.

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAÍSES
239
IV. LA POLÍTICA MONETARIA Y EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
El patrón oro como elemento limitativo de crecimie11to
Hasta ahora nos hemos limitado a explicar muy escuetamente una política mo-
netaria de defensa tendiente a resguardar las actividades económicas intemas de las
fluctuaciones y contingencias exteriores. El patrón oro no permite hacerlo median-
te una política expansiva de crédito sin serio peligro para la estabilidad monetaria.
Se convierte así en elemento limitativo del crecimiento económico. Y dentro de su
teoría es bien lógico que lo haga. p~u·a no desatar las fuerzas que terminarían por
destruirlo.
T(xlo ello crea en las autoridades monetarias un sentimiento inhibitorio. Si una
cosecha se pierde o no logra exportru·se y hay hombres desocupados y depresión en
la industria, el dilatru· el crédito para contrruTestar ese fenómeno, suscita explicables
temores. No hay otra actitud prudente dentro de ese sistema. El empeño de llevru· la
economía a un estado de plena ocupación, de completa utilización de sus recursos
disponibles. conspira frecuentemente contra la estabilidad monetaria. La política
cuyos lineamientos estamos exponiendo nos libra de este dilema. por cuanto la ex-
pansión del crédito en que se manifiesta no comporta el riesgo de aumentar las im-
portaciones y desequilibrar el balance de pagos. si sabe actuarse sobre ellas con un
adecuado manejo de los cambios.
Adviértase el alcance económico y social que ello tiene y las posibilidades que
entraña para resolver ciertos problemas de mejoramiento técnico de la agricultura.
la industria y los transportes, que hoy no pueden afrontru·se resueltamente por el
riesgo inquietante de provocar desocupación.
Es más. aquella recelosa actitud que en muchos de nuestros países se ha tenido
frente al inmigrante por la comprensible preocupación de que los nuevos hombres
no puedan ser absorbidos espontáneamente por el sistema económico. no se justifi-
cru"fa si. alcanzada la plena ocupación. el crecimiento persistente de la demanda si-
gue brindando nuevas oportunidades de trabajo.
El crecimiento económico arge111i110
El crecimiento persistente de la demanda exterior de sus productos y las inver-
siones de capitales extranjeros fueron los elementos dominantes del intenso de-
sarrollo económico y demográfico de la Argentina hasta la crisis mundial. La de-
manda exterior de productos agrarios permite en aquellos tiempos incorporar a la

240
RAÚL PREBISCH
tierra grandes cantidades de inmigrantes extranjeros; y el poder de compra que és-
tos reciben, al propagarse de sector en sector de la economía nacional. multiplica la
demanda general de artículos y servicios y engendra así nuevas oportunidades de
ocupación para nuevos inmigrantes. Sin requerir intervención alguna del Estado,
unos y otros se distribuyen espontáneamente por el campo de la economía que se
ensancha de continuo.
En los últimos quince años. a partir de la crisis mundial. deja de aumentar el
volumen físico de nuestras exportaciones. Pero se ha encontrado en la industria el
medio p:m1 seguir creciendo. Tenemos vastas posibilidades de desa1rnllo en las in-
dus1rias que satisfacen las necesidades corrientes de la población, especialmente
aquellas que emplean materias nacionales o elaboran eficientemente las extranjeras
agregándoles una proporción fuerte de trabajo nacional.
Cuanto más se desarrollen estas industrias y cuanto más alta sea la proporción
de esas materias nacionales tanto menos vulnerable seremos a las influencias exte-
riores.
Se ha dicho con frecuencia que nuestra industiia no puede crecer intensamente
por falta de población; y asimismo. que nuestra población no crece como pudiera
hacerlo por falta de industrias. Ambas afirmaciones entrañan una parte de verdad.
Lo que se requiere es un elemento común que estimule simultáneamente la indus-
tria y la población. Y ese elemento tiene que ser el crecimiento persistente de la de-
manda interna como fue en tiempos pasados el de la demanda exterior: que sustitu-
ya a ésta como estímulo económico y demográfico si las exportaciones siguen
estacionarias. o se agregue a ellas si reanudan su progresivo desenvolvimiento.
El papel jimdame111al de la industria en el crecimiento económico y demográfico
No voy a esbozar aquí un programa. Basta ofrecer un caso ilustrativo de aplica-
ción de una política monetaria expansiva. Si la actividad económica llega al punto
de plena ocupación y el Estado emprende un plan de viviendas populares, por
ejemplo, el nuevo poder de compra que se crea por el crédito bancario seguirá esti-
mulando la demanda general: habrá necesidad de más gente en las industrias direc-
iamente favorecidas y en las que atienden el consumo corriente. así como en los
distintos sectores de la economía; y esta necesidad, no pudiendo satisfacerse inter-
namente, dará oportunidades adicionales de trabajo a la inmigración extranjera. Por
el estímulo inicüil·de la construcción, transmitido de industria en industria, de rama
en rama de los negocios, las actividades económicas absorberán nuevos hombres.
Y la industria. al satisfacer así las necesidades crecientes de la población. y ofre-
cerle al mismo tiempo ocupación cada vez mayor, habrá tomado el papel que había

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NU1oSTROS PAÍSES
'.!41
correspondido anteriormente a la tierra en el crecimiento económico y demográfico
del país.
Pero el desarrollo de la industria y de la actividad económica en general depen-
de fundamentalmente de dos factores. Primero, de la posibilidad de importar las
cantidades siempre mayores de materiales y artículos esenciales. maquimu-ia. y de-
más bienes de capital y durables que ellas requieren. Y segundo. de la posibilidad
de elaborar en el país a costo relativamente bajo parte de esas importaciones. a fin
de seguir trayendo del exterior sin dificultades lo que siga siendo indispensable.
Si las exportaciones tienen tendencia estacionaria no habrá otra forma de resol-
ver lo primero que a expensas de los mlículos no esenciales. superlluos o de lujo.
Y agotadas las posibilidades de compresión. no habrá cómo pagar importaciones
crecientes de materiales y artículos esenciales. bienes de capital y otros artículos
durables. como no sea con inversiones de capitales extranjeros. Llegamos aquí a un
punto crítico. más allá del cual la continuación de la política expansiva de crédito.
de tan benéficos resultados hasta entonces. nos llevaría fatalmente a un proceso de
franca inllación.
Es natural que si parte de esas importaciones logra sustituirse económicamente
por la pnxlucción interna. la industria podrá seguir creciendo dentro de más am-
plios límites. Pero es indispensable que ello se haga con eficiencia y bajo costo.
Producir materias caras y maquinarias y bienes durables costosos significa aumen-
tar el trabajo colectivo que se requiere para satisfacer las necesidades corrientes de
la población. No tendría sentido entonces estimular la inmigración a expensas del
nivel de vida general y con el riesgo de agravar los problemas sociales que. en fin
de cuentas. sólo se resuelven satisfactoriamente cuando aumentan las dimensiones
de la masa de productos a repartir.
Apa11émonos en esto de las tendencias autárquicas. La autarquía es tan absurda
como el libre cambio. Este deforma y desintegra la vida nacional. Aquélla la sofo-
ca y empobrece. con graves intoxicaciones de carácter psicológico.
Desde luego. si las exportacones suben persistentemente en vez de ser estacio-
narias. el problema de desarrollo industrial se simplifica y disminuye la necesidad .
de capital exrranjero. Por donde la activa reanudación del comercio internacional
sigue siendo de fundamental impo11ancia en la determinación del grado de intensi-
dad con que ha de seguir creciendo la economía nacional.
En úno y otro caso me parece de imperiosa necesidad un plan de política eco-
nómica con sus objetivos clm·amente definidos. La política de cambios sólo tiene un
alcance cíclico o circunstancial y debiera ser ajena a fines proteccionistas. Es indis-
pensable. entre otros elementos de ese plan. recurrir a la tarifa aduanera pm·a deter-
minar lo que habremos de importar y lo que prcxluciremos internamente. No hay otra
alternativa. Si no trazamos deliberadamente un plan. corremos el grave peligro de

242
RAÚL PREBISCH
que nos sea aplicado desde fuera y que en materias de vital importancia p:u-a el país
la industria extranjera y las grandes combinaciones internacionales tomen las deter-
minaciones que más les convenga acerca de lo que se nos hará producir y de lo que
tendremos que importar. Sólo con un programa nuestro. trazado con inteligencia y
convicción. pcxlrcmos asegurar nuestras auténticas conveniencias nacionales. que
no son incompatibles. por cierto. con un alto grado de cooperación internacional.
Entendámonos bien. El más serio problema de la economía y la cultura de nues-
tros países es el de encontrar la fórmula que nos permita prese1var y desarrollar vi-
gorosamente nuestra personalidad nacional en un vasto campo de compenetración
internacional. La solución del problema está fundamentalmente dentro de nosotros
mismos.
Aquí se encuentra también la clave de los planes monetarios internacionales en
lo que concierne a nuestra política monetaria nacional. según lo veremos en seguida.
V. Los PLANES INTERNACIONALES y LA POLÍTICA MONETARIA NACIONAL
No hay incom¡)(ltihi!idad con /a política monetaria nacional
El propósito de los planes de Whitc y Keyncs es excelente. en cuanto se empc-
íian en organizar un sistema tic créditos internacionales de carácter anticíclico. Un
sistema que nos permita emplc:u- el crédito internacional p:u·a hacer frente al de-
sequilibrio del balance de pagos en tiempos adversos. no sólo no se opone a lapo-
lítica monetaria nacional que hemos delineado, sino que converge hacia uno de los
propósitos que ella persigue. a saber. el mantenimiento del equilibrio del balance
de pagos sin desmedro de las actividades económicas internas. Mientras haya cré-
ditos o juzguemos prudente seguir usándolos, no habrá por qué restringir las im-
portaciones con la aplicación de tipos variables de cambio. ¿Y si se hubieran agota-
do esos créditos o no nos conviniera seguirlos usando? No habría otra solución que
restringir las importaciones cualquiera que sea el régimen monet:u"io. sin excluir el
patrón oro. Los mismos planes lo reconocen implícitamente pero imponen la obli-
gación de solicitar permiso a las autoridades monetarias internacionales antes de
hacerlo por medio del movimiento de los tipos de cambio.
Grave error de concepto. Si los planes monet:u"ios son perfectamente concilia-
bles con la política monetaria nacional en sus propósitos primordiales. no lo son en
cuanto concierne a este punto, que. a mi juicio. representa una mera excrecencia de
aquellos. inneces:u·ia para su correcto funcionamiento.
Admito fácilmente un compromiso para no desplazar unilateralmente el tipo de
cambio de las exportaciones a fin de soslay:u· los inevitables dcs:meglos que de lo

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABllJDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAÍSES
243
contrario podrían lx:urrir en Ja economía internacional. Al menos mientras haya
una estabilidad razonable en el nivel de los precios mundiales. Si no la hubiere.
significaría que el plan monetario y su indispensable complemento. el plan de re-
gulación internacional de excedentes de productos. habrían fracasado lamentable-
mente. Y en tal caso. si los precios mundiales de nuestras exportaciones descien-
den. por ejemplo. por debajo de 25%. es justo que conservemos la libertad de
ajustar el tipo correspondiente de cambio para distribuir equitativamente el que-
branto en los distintos sectores de la colectividad.
flay que consen•ar la libertad para mover ciertos tipos de cambio
¿Pero en qué puede afectar a la economía internacional si en vez de reducir las
importaciones por el severo procedimiento de la deflación en un régimen de patrón
oro. lo hacemos con el tlexible instrumento de los tipos de cambio aplicados a cier-
tas categorías de importaciones'!
El solicitar permiso para desplazar el tipo de cambio a las autoridades interna-
cionales. sobre ser de gmn violencia para nuestra soberanía monetaria. comporta la
posibilidad de no obtenerlo. Nuestros problemas y dificultades no siempre se han
comprendido desde afuera. Y habrá que recoger mucha experiencia y sabiduría para
manejar un sistema internacional sin los inconcebibles errores monetarios y finan-
cieros que hemos visto en nuestra propia generación. Por lo demás. la situación de
un Banco Central en semejante caso será extremadamente crítica frente a la opinión
pública nacional. Quebrantaríamos su prestigio y autoridad moral. elementos esen-
ciales de su existencia. y de un sencillo asunto de ajuste haríamos un molesto pro-
blema internacional.
Alivia mucho nuestra preocupación el comprobar que el mismo doctor White
en el informe de los expertos sobre el proyectos de Banco Central para Cuba. haya
reconocido la necesidad temporal de limitar deliberadamente la importación en un
país sujeto a
grandes tluctuaciones exteriores. por la aplicación del control de cam-
bios. Un paso más adelante podría llevarle a la conveniencia de sustituir su engo-
rroso mecanismo por el simple procedimiento de los tipos variables aplicados a
ciertas categorías de impo11aciones esenciales.
Las reglas del juego en el patrón oro
Es tanto más necesario preservar la autonomía de la política monetaria nacional
cuanto que no hay nada en los planes que remueva el serio obstáculo que tanto ha

244
RAÚL PREBJSCH
contribuido anterionnente a dislocar el mecanismo monetario internacional. Ese
obstáculo ha impedido seguir estrictamente las reglas del juego en el patrón oro.
Una de esas reglas señala que cuando ingresa oro en el país. tienen que crecer co-
rrelativamente sus importaciones o sus préstamos exteriores para restablecer el
equilibrio de su balance de pagos con el resto del mundo. No ha sucedido así en el
caso de Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. No se ha cumplido.
no se ha podido cumplir acaso. esa regla principal del juego. Y si Estados Unidos
siguen comprando y prestando al resto del mundo menos que lo que el resto del
mundo les compra. no hay sistema monetario capaz de resistir a un desequilibrio
crónico de semejante trascendencia.
¿Por qué no aumentaron en la medida correspondiente las importaciones de Es-
tados Unidos? En el fondo hay un problema de magnitud. En la vastísima dimen-
sión económica de ese país el comercio exterior. como es bien sabido. representa
escasa proporción. Cuando en la Argentina aumentan las exportaciones en 50%.
por ejemplo. los medios de pago de la colectividad crecen aproximadamente un
25% y estimulan en seguida la actividad económica illlerna y las importaciones. En
Estados Unidos un aumento de igual intensidad en las exp011acíones apenas se tm-
duce en un pequeño incremento en los medíos de pago. Bastaría un ligero descenso
en la velocidad de circulación para anularlo completamente. Pero lo que realmente
ha ocmTido es que buena parte del incremento de los medios de pago provocado
por las exportaciones ha sido neutralizado por la política de esterilización del oro.
¿Cómo pudo entonces haberse restablecido el equilibrio del balance de pagos con
el resto del mundo?
Supongamos que esa política no se vuelve a seguir después de la gue1rn y que
tampoco actúe factor alguno de neutralización interna de los medios de pago. Que-
dará. sin embargo. un punto importantísimo. Sí los Estados Unidos no se encuen-
tran en plena ocupación. el aumento de medíos de pago proveniente de las exporta-
ciones. ya que no puede dirigirse fácilmente hacia las importaciones a causa de la
elevada tarifa. ha de absorberse en gran parle en el desmrnllo de los negocios inter-
nos. sin obrar eficazmente sobre el balance de pagos. Con lo cual seguiríamos en la
misma situación que contribuyó al fracaso internacional del patrón oro.
Trascendencia de una po/ftica monetaria de plena ocupación en Estados Unidos
Tengo por ello esta convicción. Mientras los Estados Unidos no alcancen en su
actividad interna un nivel de plena ocupación es muy poco probable que se cumpla
aquella regla elemental del juego del patrón oro. Pero logrando ese punto de satura-
ción económica interna. el poder de compra adicional que siga creándose con nuc-

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAÍSES
245
vas exportaciones. no pudiendo estimular más la actividad interna. podrá desviarse
hacia la demanda exterior; y al elevar los precios de los artículos extranjeros por
esta mayor demanda podrá llevarles muchas veces a saltar la tarifa sin desmedro
para la producción local que ya no puede aumentar. No habrá en tal caso las pode-
rosas razones que hubo para subir la tarifa cuando la economía no funcionaba ple-
namente. Y si no vuelve a incurrirse en tan grave medida. se alcanzarán por prime-
ra vez las condiciones propicias al aumento de las importaciones del resto del
mundo en Estados Unidos. No hablo desde luego de la rebaja de tarifas pues no
veo síntoma alguno de que se tenga intención de hacerlo.
Sin embargo. si las impo11aciones no aumentaran por una razón u otra en la me-
dida necesmia. la única forma en que Estados Unidos podrán mantener su exceso
de exportaciones será prestando o gastando en el exterior su equivalente. De no ha-
cerlo así, no creo que los otros países. aleccionados por la desastrosa experiencia
de tiempos anteriores. persistan en comprar desproporcionalmente a Estados Uni-
dos en menoscabo de sus reservas monetarias. No habrá más remedio que limitar
esas compras. con lo cual. eliminando el factor persistente de desequilibrio que
ellas comportan. se concibe fácilmente la posibilidad de restablecer un régimen de
gran fluidez monetaria entre los países del resto del mundo.
La plena ocupación de Estados Unidos es asunto exclusivo de su política mone-
taria nacional. Compréndese muy bien por ello la resistencia que ha suscitado el plan
Keynes con su considerable masa potencial de maniobra. El incremento de la de-
manda mundial que ésta facilitaría podría llevar a Estados Unidos a la plena ocupa-
ción. Pero también podóa llevarle a la inflación. si. traspuesto el punto de saturación
económica, continúa la fuerte demanda mundial de sus productos a base de crédito.
Hay que escapar en los pl~nes internacionales del peligro del automatismo que
tanto daño ha hecho al patrón oro.
Es natural que Estados Unidos. en asunto de tamaña trascendencia. no estén
dispuestos a que su política monetaria se les imponga desde fuera. en fin de cuen-
tas con sus propios recursos. y sin tener los medios para graduarla en la medida
que mejor les convenga. Con lo que. al encontrar plenamente justificada esa posi-
ción. subrayo un argumento más que nos ha de servir para defender la autonomía
monetaria de nuestros países.
No creo que la participación de Rusia en el intercambio mundial pueda modificar
estas conclusiones. No se concibe que este país. con el estricto control que tiene de
su comercio exterior. vaya a recibir el oro, o los bancores o unitas. con que los países
que hacen uso del crédito internacional le paguen sus exportaciones, para acumular-
los insensatamente en sus rese1vas monetarias. Los usará probablemente para pagar
importaciones útiles para su economía. con lo cual esos medios de pago internacio-
nales volverán a circular con el mismo riesgo inflacionista que antes.

246
RAÚL PREBISCH
D~fere11cias entre el caso de Estados Unidos y otros pafses
Los Estados Unidos. por otro lado. están en condiciones de seguir delihcrada-
mente una política de plena ocupación sin peligro alguno para su estabilidad mone-
taria. Es muy gmnde la magnitud de sus reservas metálicas para afrontar cualquier
desequilibrio. Y sobre todo que. corregido eventualmente el balance de pagos con
el resto del mundo por el aumento de las importaciones en Estados Unidos. según
las posibilidades que explicamos. el ulterior crecimiento de estas importaciones. al
aumentar el poder de compra de los otros países. será seguido prontamente por el
incremento de sus adquisiciones en Estados Unidos. No es este el caso de la Ar-
gentina y otros países de estructura similar. No es dable seguir en ellos una política
monetaria de plena ocupación sin el riesgo inminente de un fuerte desequilibrio
que conduzca a la inestabilidad monetaria. Es de comprenderse. pues. que en aque-
llos grandes países no se atrihuya el significado que realmente tiene una política de
camhios tendiente a evitar esas consecuencias mientras se dilata internamente el
volumen de la actividad económica.
VI. CONCLUSIONES
De lo que hemos expuesto fluyen las siguientes conclusiones:
1. No sólo por inercia :,. desorden financiero hemos vivido frecuentemente al
margen de la buena doctrina monetaria. El patrón oro. tal cual ha funcionado. no
responde a las exigencias de nuestras realidad.
2. Debemos trazar una polb;a monetmia nacional que corrija las fallas del pa-
trón oro y aproveche plenamente sus ventajas.
3. Los objetivos de esa política deben ser: primero. resguardar las actividades
internas de las lluctuaciones y contingencias exteriores asegurándoles el máximo
de estabilidad: y segundo. propender a que el desarrollo económico y demográfico
del país sea lo más intenso posible sin las limitaciones que impone el patrón oro.
4. El primer objetivo podrá conseguirse por la combinación de una política de
cambios con una política monetaria expansiva en tiempos de descenso de las ex-
portaciones y menor ingreso de capitales exteriores. A esta última corresponde pro-
veer el poder de compra indispensable p:m1 que no declinen la demanda y la activi-
dad interna. Y a la política de cambios. evitar que ello provoque el desequilibrio
del balance de pagos y la depreciación monetaria.
5. La regulación directa de las importaciones en un régimen de éontrol de
cambios trae complicaciones administrativas y consecuencias económicas incon-

EL PATRÓN ORO Y LA VULNERABILIDAD ECONÓMICA DE NUESTROS PAÍSES
247
venientes. Es aconsejable por ello. cuando hay escasez de divisas, obrar sobre cier-
tas categorías de importaciones de las cuales es posible prescindir temporalmente,
mediante la aplicación de tipos variables de cambio que las restrinjan en conjunto
sin necesidad de regulaciones individuales. En esta forma se podrán continuar rea-
lizando a tipos estables y sin limitaciones las importaciones esenciales para la in-
dustria y las demás actividades económicas que satisfacen las necesidades corrien-
tes de las grandes masas de la población.
6. En cuanto al segundo objetivo, a saber, contribuir al más intenso crecimiento
del país, a la política monetaria corresponde un importante papel de estímulo den-
tro del cuadro más vasto de una política económica clara y definida. La política
monetaria debe estimular la demanda interna para que crezcan simultáneamente la
industria y la inmigración. Traspuestos ciertos límites, la intensidad de este creci-
miento depende fundamentalmente de nuestra capacidad para comprar materiales
esenciales, maquinaria y otros artículos durables con los recursos provenientes de
nuestras exportaciones y las inversiones de capital extranjero. Por ello nos interesa
sobremanera la reanudación activa del comercio internacional.
7. La aplicación de una política monetaria nacional y el intenso desan-ollo de
las industrias que satisfagan las necesidades corrientes de la población, harán nues-
tra economía mucho menos vulnerable a las fluctuaciones y contingencias exterio-
res. Ello es compatible con el intenso crecimiento de las importaciones en la medi-
da en que podamos exportar (apai1e de lo que nos permita hacer el ingreso de
capitales extranjeros).
8. En el régimen automático del patrón oro no hay medio para evitar los trastor-
nos monetarios debidos al movimiento internacional de fondos flotantes. Es
prácticamente imposible controlar estos movimientos salvo en un complicado sis-
tema que requiere la colaboración de todos los países afectados. Es preferible aislar
estos movimientos en un mercado libre de cambios para que no perturben el co-
mercio exterior y las transacciones regulares con los otros países. Ello no significa
que no pueda acudirse al control durante tiempos de c011a duración, por ejemplo.
los de transición inicial en la postguerra.
9. El desarrollo de un;1 política monetai·ia nacional que persiga los objetivos ex-
puestos y trate de con-egir las fallas del patrón oro en nuestros países no es incom-
patible con los planes monetarios de White y Keynes, que son excelentes en cuanto
tratan de establecer un sistema de créditos internacionales. Pero no es posible acep-
tar que el ejercicio de nuestra facultad de mover los tipos de cambio para restringir
ciertas importaciones mientras se sigue una política monetaria expansiva en el or-
den intento. quede sujeto a la aprobación de las autoridades monetarias internacio-
nales. Ello no es tampoco necesario para el buen funcionamiento de los planes.

248
RAÚL PREBISCH
Tales son las ideas derivadas de una experiencia monetaria que he podido se-
guir muy de cerca en los últimos quince afios. No habría cabido en esta exposición
extenderse mucho sobre ellas. Me he limitado a delinearlas. Y si logran provocar la
discusión acerca del sentido de las metas de la política monetaria nacional en nues-
tros países se habrá cumplido largamente su objetivo primordial.

108
INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO
MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONOMICA*
IN'IRODUCCIÓN
Vamos a entrar ahora en la primera parte del curso que, como se ha dicho, se va
a referir al examen de los hechos de la moneda argentina. En esta parte de la expo-
sición trataré de ser absolutamente objetivo. Me limitaré a a explicar cómo ocurren
esos hechos y cómo se entrelazan entre sí, sin desviarme en momento alguno en la
búsqueda de soluciones. lo cual haremos a su tiempo. Veremos los hechos, pues,
tal cual son y no tal cual quisiéramos que fuesen.
El fenómeno monetario. tanto en nuestro país como en otros países, está
íntimamente vinculado al proceso de la actividad económica en forma tal que cual-
quier variación importante en la cantidad de moneda1 tiene una influencia conside-
rable en el ritmo de las actividades económicas del país. Y a su vez. las actividades
económicas tienen una influencia muy grande sobre el fenómeno monetario.
Para poder analizar estos fenómenos con mayor claridad, se ha preparado un
cuadro sintético. muy esquemático, sobre la actividad económica argentina. En él
figuran los principales sectores en que se divide nuestra actividad económica, sepa-
rados en dos grandes grupos: primero. el de las actividades económicas internas.
Aquellas comprenden el sector de la producción agropecuaria y el de la industria.
Asimismo, comprenden otros sectores tales como el comercio y los transportes, las
profesiones y los servicios diversos, el Estado, etc., todos los cuales están incluidos
en el concepto de "Otras actividades".
Las actividades económicas externas se reflejan en el llamado balance de pa-
gos. constituido por un lado. por las exportaciones y el ingreso de capitales del ex-
terior. y por otro por las importaciones y otras remesas que se hacen al extranjero.2
* N. del Ed. fascículos Nº 2, 3 y 4, págs. 1-42 de los apuntes sobre "La moneda y los ciclos
económicos en la Argentina". tomados de las clases dictadas por el profesor Raúl Prebisch en la Facul-
tad de Ciencias Económicas de Buenos Aires en 1944. publicados con su autorización y corregidos por
los editores. Julio Gonz¡ílez del Solar. Pascual M. Martínez y Juan Carlos Menescaldi. Impresos en Ro-
taprint Argentina. Buenos Aires. 12 y 21 de junio, 21 de julio de 1944.
1 Por ahora se excluyen otros factores tales como la velocidad de circulación. el ahorro y el ateso-
rami~nto o cancelación transitoria de medios de pago a los que nos refe1iremos a su tiempo.
" En la primera etapa de nuestras explicaciones. el balance de pagos se compondrá exclusivamente
de expo1taciones y de importaciones. para no complicar por ahora nuestro razonamiento. Ya habni tiem-
po para hacerlo. confonne nos vayamos aproximando sucesivamente a la realidad.

~50
RAÚL PREBISCH
Entre los distintos sectores existe una gran interdependencia. Los ingresos. en-
tradas o réditos de un sector -como quiera llamársele o lo que percibe netamente
la población que trabaja en cada uno de esos sectores- depc11den de lo que otros
sectores adquieran en él: y a su vez, los ingresos de los otros sectores dependen de
lo que adquieren en ellos los sectores restantes. Esa interdependencia es tal. que si
se modifica el volumen de los ingresos o réditos de un determinado sector. todos
los ingresos. tomados individualmente y la suma total de ellos se modificará. Y
además, esa modificación producida en un sector se transmite a los otros con una
amplitud mucho mayor: es decir que cualquier perturbación que ocurra en un sec-
tor, propende a ;:implificarse al transmitirse y propagarse a los otros sectores de la
actividad económica del país.
Esta explicación somera sólo constituye una enunciación simple del proceso
que consideraremos en el curso de nuestras clases.
1. los factores monetarios que excitan o reducen la actividad económica
En nuestro país existen factores de dos órdenes: externos e internos. que han
demostrado en la práctica tener una importancia fundamental en la actividad eco-
nómica.
La explicación de la influencia de los factores internos y exteriores sobre la ac-
tividad económica nos permitirá comprender el proceso del ciclo económico de la
República Argentina y ver por qué razón cuando ocurre una determinada variación
en la exportación, o en el volumen del crédito bancario. por ejemplo. el volumen
de las actividades económicas internas tiende a modificarse con mucha amplitud.
ya sea en un sentido de aumento o disminución. Esto es. las influencias externas o
internas provocan fenómenos de dilatación y contracción superiores en su amplitud
a la importancia numérica del impulso inicial que los. origina.
El factor exterior está constituido por los fondos que obtiene el país. ya sea por
sus exportaciones o por las inversiones de capitales extranjerns. Si. por ejemplo. el
volumen de las exportaciones argentinas aumentase -ya sea por el crecimiento de
la cantidad exportada o por el aumento de los precios- el sector agropecuario re-
cibirá ingresos correlativamente mayores que le pe1mitirán aumentar su deman<la
de los artículos y servicios producidos en los otros sectores, y, asimismo. de los ar-
tículos importados. Habrá una mayor demanda de artículos industriales: más activi-
dad en el comercio y en los transportes: mayor utilización de servicios profesiona-
les y personales y mayores importaciones. A su vez. esos sectores que habrán
recibido mayores ingresos aumentarán su demanda de artículos y servicios produ-
cidos dentro del mismo sector y en otros sectores. y así sucesivamente se irá am-

INTERDEPENDENC1A F~"ITRE FL PROCESO MO!'lo'ET ARIO "t LA ACTIVIDAD EC'ONÓMIC A
251
pliando la influencia o el efecto del crecimiento inicial de ingresos del sector agro-
pecuario. producido por el aumento de sus exportaciones.
Un incremen'to de la exportación uende pues. a provocar una expansión mucho
mayor en el conjunto de las actividades económica.-;. Y. asimismo. una disminu-
ción de la exportación propende a una contracción mucho mayor en la actividad
económica interna.
Las exportaciones tienen así. un papel activo e importante. Sus variaciones pro-
ducen el desequilibrio en todo el sistema económico. pues modifican los réditos de
todos los sectores. Pero es tal el funcionamiento del sistema. que tiende a volverse
espontáneameme a una nueva situación de eqwhhntl. Se llega a él cuando el incre-
mento de ingresos proveniente de la mayor exportación desaparece por el aumento
de las importacmnes y otros pagos al extenor.
El factor interno más importante es de un carácter totalmente d1sunto y lo cons-
tituyen las variaciones que ocurren en la canudad de moneda y que no son origina-
das dentro del proceso mismo de la actividad económica.' smo que son producidas
por la acción. deliberada o no. del mecanismo de la moneda y de los bancos. Si en
un sector cualquiera de la actividad económu.:a interna aumentan los ingresos por-
que los bancos prestan a ese sector cantidades considerables de dinero. sobreven-
drán en la economía fenómenos similares --en la primera parte del proceso-- a los
que acabamos de anotar en el caso de las exportaciones. pero fundamentalmente
distintos en la segunda parte del proceso.
Así. si el Estado aumentara sus obras públicas. aumentaría la demanda en cier-
tas industrias y los mayores ingresos o réditos de éstas se traducirían en una mayor
demanda de artículos de otras industrias. de productos agropecuarios. etc.; y todo
esto imprimirá mayor actividad al comercio y los transpones. etc.; lo cual. a su
vez. significará mayor demanda industrial. Tenemos así. que. al mejor.ir los réditos
de un sector. aumenta la demanda de artículos y servtóos de los otros. y los mayo-
. res ingresos de cada uno de éstos acrecienta. a su ve1. la demanda y los ingresos de
los restantes. y así sucesivamente. El aumento m1c1al en los ingresos de un sector
se amplifica al pasar a otros sectores.
2 Un ejemplo muy simple basado en un aume1110 de las e.tportaczones
Para explicar el proceso de expansión de la actividad económica intema. vamos
a partir de un caso sumamente sencillo y abstracto. para luego ir introduciendo ele-
mentos que nos vayan acercando a la reahdad tal cual es. Vamos a suponer que la
3 Más adelante tomaremos en cuenta este tipo de variaciones.

252
RAÚL PREBL'iCH
actividad económica está dividida en tres sectores distintos. que llamaremos l. IJ y
III. Leídas en sentido vertical. las columnas del cuadro N2 l representan los ingresos
de esos grupos, y en sentido horizontal indican los gastos que cada grupo realiza.
CuadroNº 1
Gastos o egresos
Ingresos, entradas
o réditos
Sectores
1
11
III
Total
Sector 1
-
400
400
800
Sector 11
400
-
400
800
Sector III
400
400
-
800
Total
800
800
800
2.400
No tomamos en cuenta por simplicidad, los productos y servicios que se produ-
cen y consumen dentro de cada sector. Supondremos que cada uno está trabajando
con una actividad muy inferior a la que le permite su capacidad de producción y que
aumentar esa producción es tarea sumamente sencilla y de efectos inmediatos. Supo-
nemos que el sector 1 tiene un total de ingresos de 800, provenientes de las compras
que los sectores 11 y III le efectúan separadamente por un importe de 400 cada uno.
En el sector IJ consideraremos también un total de ingresos de 800, que se constituye
por 400 que el sector 11 deriva al vender sus productos y servicios al sector 1 y por
otros 400 que se originan en la venta de sus artículos y servicios al grnpo 111.
El grupo III también dispone de 800 de ingresos, que se obtienen por la venta de
400 que efectúa a cada uno de los otros dos sectores.
En cuanto a los egresos, el grupo 1 gasta 400 adquiriendo productos en el grupo
II, y otros 400 en el grnpo III. Lo mismo el grupo 11, que tiene ingresos de 800, los
gasta por partes iguales entre los grnpos 1 y III. Y el grupo III adquiere 400 del gru-
po 1 y 400 del grupo II, o sea. gasta en total 800. Todos los grupos gastan, pues.
íntegramente los ingresos que reciben.
Supongamos que el grupo l. que produce 800 y consume 800, experimenta una
demanda adicional proveniente de un nuevo grupo IV que adquiere 800 más de los
productos del grupo l, con lo cual los ingresos de éste pasan de 800 a 1.600. El gru-
po 1 gasta inmediatamente todo ese incremento de ingresos adquiriendo artículos y
servicios de los grupos II y III en la misma proporción que antes. Anotaremos en el
cuadro número 2 los incrementos de ingresos que obtienen todos los sectores al
gastarse esos 800 adicionales del sector l.

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
253
En el cuadro número 2 puede verse que el sector 1 gasta los 800 de ingresos
adicionales comprando 400 más en el sector 11 y 400 más en el sector III. o sea que
aumenta sus gastos en 800. El sector 11 tiene 400 más de ingresos -provenientes
de los gastos que el sector 1 acaba de realizar en ese sector- que gasta por partes
iguales en los sectores 1 y 111. Lo mismo sucede con el sector III que recibe 400
más de ingresos y que gasta por mitad en los sectores 11 y l.
Puede así verse como una demanda adicional de 800, provocada por un aumen-
to equivalente en los ingresos -y gastos- del sector l. se ha transformado en un
incremento exactamente igual, de igual magnitud en la demanda -o los ingre-
sos- de los otros sectores.
Vamos a ver lo que ocurre en la segunda etapa del proceso. El sector 1 ha reci-
bido en la primera etapa 200 del sector 11 y otros 200 del sector III. Esa suma total
de 400 constituyen los ingresos adicionales del sector 1, con los cuales inicia sus
pagos en la segunda etapa. Dicha suma se gasta en la misma proporción que en la
p1imera etapa, o sea una mitad en pagos al sector 11 y la otra al sector III.
CuadroN!12
Incrementos
Aumentos de gastos
Etapas
de
Sectores
ingresos
11
III
Total
Col. l
Col. 2
Col. 3
Col.4
Col. 5
Sector 1
1
800
400
-
800
2
3
:I~
1
200
400
2
200
100
200
3
300
300
Sector 1
1
400
400
2
200
200
3
300
Nota: Para seguir mejor el desarrollo del proceso, se han marcado con una línea: - - los movi-
mientos de la primera etapa y con dos líneas =
los de la segunda.

254
RAÚL PREBISCH
Quedan ahora por distribuir las sumas recibidas por los sectores II y IlI en la
primera etapa, o sea, 200 cada uno. Los gastos de dichos sectores se distribuyen
por partes iguales entre los restantes.
Al iniciar la tercera etapa del proceso. los sectores l. 11 y III cuentan con 200.
300 y 300, respectivamente. de ingresos adicionales que no han distribuido aún.
Pero, en las etapas anteriores cada sector ha gastado en los otros las sumas cuyos
totales figw-ai1 en las respectivas columnas números 2 a 4. Si a esas cifras de los
gastos e ingresos de cada sector sumamos los gastos o ingresos que les corres-
pondían según el cuadro l, tendríamos a esta altura del proceso la siguiente situa-
ción, que se detalla en el cuadro Nº 3.
El volumen de los ingresos del primer grupo. que era de 800, aumenta en 800
más hasta alcanzm· 1.600. Al gastarse esos ingresos adicionales. los otros grupos
demandan más productos del gmpo l y elevan los ingresos de éste. que pasan así a
2.200. Ahí se ve la acción de los grupos 11 y IIl sobre el primero por el estímulo
recíproco de la demanda.
Los grupos 11 y III tenían en el cuadro l ingresos por valor de 800 y en el cuadro
3 tienen ingresos por valor de 1.700 cada uno. El total de réditos de esta colectivi-
dad. que antes era de 2.400. asciende a 5.600 por la ampliación de los impulsos ini-
ciales al circular el incremento de ingresos dentro de los sectores de la colectividad.
Faltan distribuir en el grupo I 200; 300 en el II y 200 en el III, o sea 800 en to-
tal. Vamos a suponer ahora que la capacidad de producción de esos grupos de la
economía interna se ha colmado. que ya no pueden producir más de 2.000, 1.400 y
1.400. Se ha llegado al estado de plena ocupación; están ocupados todos los obre-
ros y todas las maquinarias y toda la tierra, y no se puede producir más sin incorpo-
rar nuevos obreros y nuevas maquinarias. No hay en qué gastar. dentro del merca-
do interno que hemos supuesto hasta.ahora, los ingresos que cada sector aún tiene
por distribuir (200. 300 y 300. respectivamente). ¿Dónde irán. entonces, esas canti-
dades adicionales? A la importación.
Veremos así. el significado del grupo IV. que es la entrada de exportadores en
el mercado cerrado. Cuando el sector I lleva sus réditos de 800 a 1.600. es porque
el aumento de exportaciones le ha hecho duplicar su producción. con lo cual este
mercado ha entrado en contacto con el exterior y tiene 800 de recursos que puede
utilizar en el exterior. Si ya no puede emplear estas cantidades adicionales de in-
gresos en el mercado intemo. ¿qué hm·á? Importar. Llamemos al sector IV exporta-
ción, e importación a los ingresos que cada sector tiene aún por distribuir, y habre-
mos completado este cuadro esquemático de la actividad económica con un
balance de pagos primitivo. en donde la exportación es exactamente igual a la im-
portación.

Cuadro Nº 3. Gastos o egresos
......
7,
...,
m

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til
Sectores de actMdad
~
Ingresos,
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entradas o
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1
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tos
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origi-
tos
Total
origi-
tos
Total
8
nal
nal
nal
nal
"'
[JJ
o
Sector 1
-
-
-
400
600 1.000
400
600 1.000
800 1.200 2.000 200 2.200
~
Sector 11
400
300
700
-
-
-
400
300
700
800
600 1.400 300
1.700
>
Sector III
LI.()()
300
700
400
300
700
-
-
-
800
600 1.400 300
1.700
~
o
Su):ltotal:
800
600 1.400
800
900 1.700
800
900 1.700 2.400 2.400 4.800 800
5.600
-<:
~
Sector IV
800
-
800
-
-
-
-
-
-
800
-
800
-
800
>
1.600
600 2.200
800
900 1.700
800
900 1.700 3.200 2.400 5.600 800 6.400
g
;$
~
ü
"'
~
~
>
,_,
Este total cmnprende los ingresos ori?inales más los que no se han distribuido hasta la tercera etapa o los que en ese entonces quedan por distribuir.
'-"
V\\

256
RAÚL PREBISCH
3. Diferencia e111re la realidad y nuestro ejemplo
Por cieno que en la realidad los fenómenos no ocmTen en esta forma. Entre la
realidad y este cuadro hay ya una diferencia fundamentalísima: el ritmo con que
crece la importación o. más bien dicho, la forma en que crece la importación con-
forme se desan-olla este proceso circulatorio de ingresos. El mercado no está cerra-
do para ab1irse súbitamente y comerciar con el exterior, sino que en cada etapa. el
incremento de ingresos que se transfiere de sector en sector va desviando una parte
a la importación. Por ello, este esquema ya nos ha dado la utilidad que tenía para
nosotros y podremos prescindir de él y trabajar con otros que se aproximen más a
la realidad y que nos permitan ver el proceso de crecimiento de la importación a
medida que aumentan los ingresos.
Pero antes de dejarlo. conviene observar que si en esta colectividad la capaci-
dad de producción de los grupos l. 11 y III se hubiese colmado al llegar el total de
réditos a esas cifras. el proceso de crecimiento de la actividad interna podría seguir
indefinidamente puesto que el incremento original de 800 no perdería su fuerza
conforme circulase. En cambio. en la realidad pierde su fuerza, porque una parte de
ese incremento. conforme se gasta al pasar de sector en sector, se va perdiendo en
el pago de las importaciones hasta que llega un momento en que el incremento de-
saparece totalmente al haberse acrecentado las importaciones en una suma igual al
incremento original.
Ha llegado el momento de hablar por primera vez de billetes, y lo haremos para ex-
plicar cómo desaparece parte del incremento inicial cuando se gasta en importaciones.
Supongamos que antes de producirse el alimento de las exportaciones. el Banco
Central tenía, en el activo de su balance, oro y monedas extranjeras o divisas por
un equivalente de 3.000 millones de pesos, contra los cuales emitió 3.000 millones
de billetes. Cuando se realiza la exportación, las tenencias de moneda extranjera
aumentan en 800 por la entrega que hacen los exportadores, quienes reciben su
equivalente en billetes del Banco Central.4 En ese momento ocurre un aumento de
los billetes en circulación.
A su vez, los importadores que deben pagar sus importaciones en moneda ex-
tranjera, la adquieren al Banco Central pagándola con los billetes recibidos de los
distintos sectores que compraron artículos importados. A medida que esto ocun-e
4 En la realidad esta operación se hace por intcm1edio de los bancos, a quienes no necesitamos aún
ha<:er inte1venir. Podríamos también suponer que los exportadores pagan a los productores. ferroca-
rriles. etc., en billetes (no necesitamos tampoco hacer intervenir el cheque, que no modificaría ni la
índole ni la magnitud de los fenómenos que describimos) y que parte de las divisas extranjeras recibi-
das por el Banco Central se transfmman en oro para escapar a riesgos, pero ello tampoco alteraría el
proceso y no necesitamos complicar el problema a esta altura del razonamiento.

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
257
va disminuyendo el renglón Oro y Divisas del balance del Banco Central y correla-
tivamente el de billetes. La circulación monetaria total se va, así, reduciendo, y la
reducción alcanzará el importe del incremento original en las exportaciones. A me-
dida que este proceso se desaiTOlla, el incremento de Oro y Divisas también de-
saparece del balance.
4. Un ejemplo más cercano de la realidad
Nos acercamos más a la realidad con un nuevo cuadro, cuyas cifras globales
corresponden aproximadamente·a ella ..
Cuadro Nº4
Egresos o gastos
Ingresos
Actividades internas
1111 portac.
Total
P. agríe.
lndustr. Otras act.
Prod. agrícola
340
590
1.270
400
2.600
Industrias
280
610
1.410
600
2.900
Otras activ.
720
1.520
2.960
1.000
6.200
Exportaciones
1.260
180
560
-
2.000
Total
2.600
2.900
6.200
2.000
13.700
Vamos a analizar el significado del cuadro. Por un lado tenemos las actividades
internas: Producción agropecuaria, Industrias y Otras actividades. Por otro, la ex-
portación y la importación y demás pagos al exterior.
En la primera columna vertical vemos cómo deriva sus ingresos la Producción
agropecuaria vendiendo sus productos a la Exportación, "i a otras actividades inter-
nas; mientras la p1imera línea horizontal muestra cómo gasta esos ingresos en la
compra de artículos y servicios de las distintas actividades internas y en la adquisi-
ción de a11ículos importados y otros pagos al exterior.
Lo mismo que hemos dicho para la producción agropecuaria, puede repetirse
para la industria y las otras actividades, cuyos ingresos y gastos están determinados
en las columnas verticales y h01izontales, respectivamente.

258
RAÚL PREBISCH
Antes de seguir adelante aclararemos algunos otros conceptos para mejor com-
prensión.
En cada uno de los sectores de la actividad interna figuran los ingresos o réditos
de todos los que allí trabajan o tienen inve1tido capital.
En el sector Producción agropecuaiia. por ejemplo. consignamos lo que perci-
ben los propietarios de la tierra por arriendos, los beneficios de los propietarios o
aITendatarios: los salarios de los obreros y peones. los intereses de los que han
prestado dinero en hipoteca o en cualquier otra forma.
Lo mismo tenemos en el sector de la Industria: beneficios de los empresarios.
sueldos y salarios. alquileres o arrendamientos. intereses, etcétera.
En cuanto al sector "Otras actividades". para simplificar hemos reunido en él al
comercio. los transportes, las profesiones y servicios personales y además al Esta-
do. De esta forma. tenemos que el sector "Otras actividades" percibe -por ejem-
pi<>-- de la producción agropecuaria lo que ésta paga al comercio en concepto de
beneficios. sueldos. salarios por las distintas mercaderías que adquiere por su inter-
medio, ya sea a la industria. la importación o dentro del propio sector agropecua-
rio, para su consumo o utilización directa.
Recibe también del sector agropecuario lo que se paga a los ferrocarriles. y de-
más transportes. por los productos que adquiere; lo que aquél abona a los profesio-
nales por sus servicios. etc.: y finalmente los distintos impuestos que pagan directa-
mente al Estado los que constituyen ese sector (contribución sobre la tierra. réditos.
y lo que se facilita en préstamo por compra de valores. etcétera).
Del sector industrial recibe por conceptos similares: pago de servicios al comer-
cio, los transportes por los artículos que aquél adquiere para su consumo o utiliza-
ción directa, por los honorarios profesionales y servicios personales y por los im-
puestos que la industria paga al Estado, sea sobre lo que produce. sea en relación a
los beneficios o en otra forma o por los valores que adquiere.
Se supone que el Estado percibe los impuestos en retribución de los servicios
que presta. Tendremos que· discutir este punto al hablar del rédito nacional. Por
ahora, sólo nos interesa saber que el Estado toma ingresos de las otras activida(ies
en forma de impuestos o empréstitos. Estos ingresos se gastan en adquirir artículos
o servicios de las actividades internas y artículos importados. ya sea directamente
por el mismo Estado. para el funcionamiento de la administración y la realización
de las obras públicas. o indirectamente por la forma en que se gastan los sueldos y
salarios que se pagan a sus empleados y obreros.

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y lA ACTIVIDAD ECONÓMICA
259
5. El sign~flcado de los "ingresos netos"
Hemos subrayado: artículos que compra cada sector para su consumo o utili:a-
ción directa. No están comprendidos los artículos que un sector adquiere. ya sea en
el mismo sector o en otro. para transfonnarlos y volverlos a vender. De esta mane-
ra se evitan duplicaciones. que se observarían sobre todo en el sector industrial.
Hemos considerado pues. los ingresos netos de cada sector. En el industrial. éstos
están constituidos por los sueldos, salarios. beneficios, intereses, arrendamientos y
alquileres. o sea el valor neto agregado por la industria a los artículos que elabora
y que provienen de otros sectores: este es el valor real de la producción industrial.
A ello se agrega el de los artículos que se extraen dentro del mismo sector ~
petróleos. productos mineros- pues por simplificación hemos reunido estas activi-
dades con la industria. Y estos ingresos se gastan en artículos para el consumo de
la población de este sector o su utilización directa en la industria. De manera que
en la casilla de lo que las Otras actividades adquieren a la industria. por ejemplo.
sólo figura el valor agregado. mientras que los artículos a los cuales se agregó este
valor por medio del trabajo industrial figuran en la casilla de la producción agrope-
cuaria, en la de importaciones. etc .. según el caso.
En la columna de cada sector figuran los artículos producidos y consumidos en
tal sector. Así. en el de la ·producción agropecuaria están incluidos: a) los artículos
que cada productor produce y consume por sí mismo; b) los artículos que producen
unos y consumen otros dentro del mismo sector (carne para los agricultores); y c)
los artículos producidos dentro del sector y que vuelven al mismo sector después
de haber sido elaborados por la industria. En h:t casilla de la industria se consigna el
valor agregado por ella a los productos de otros sectores que se elaboran y consu-
men en ese sector. así como los artículos que se extraen y consumen en el mismo
sector.
Con este procedimiento se logra. pues. que en cada sector de la actividad eco-
nómica del país figuren exclusivamente sus ingresos netos, o sea: primero lo que la
población que trabaja en cada sector recibe en forma de sueldos y salarios; según-
do, lo que reciben los empresarios en concepto de ganancias o beneficios; tercero.
los intereses que se pagan en cada sector por el capital invertido en el mismo y. fi-
nalmente. la renta del suelo que paga cada sector a los propietarios de la tierra.
Nada hubiese costado hacer de estos dos últimos conceptos dos grupos distintos.
pero se ha tratado de simplificar el cuadro. y de no complicarlo. Por esa razón, den-
tro de cada sector están agrupados un sinnúmero de conceptos que desde el punto
de vista económico tienen una gran diferencia entre sí.
Supongamos que el sector de la producción agropecuaria adquiere m$n 1.000

260
RAÚL PREBISCH
de alambre. Esa suma se distribuirá entre los otros sectores en la siguiente forma:
la importación recibirá y girará al exterior el costo del hierro importado necesario
para fabricar el alambre: ese hierro pasa por el sector industrial y sale transformado
en alambre. con un valor mayor. agregado por el proceso industrial a la materia pri-
ma. De manera. pues. que el sector industrial no recibe como ingreso neto todo el
valor comercial del producto. sino simplemente el valor que la actividad manufac-
turera agrega a la materia prima. Lo mismo cabe decir con respecto al sector
"Otros". en donde. como se recordará. están el comercio y los transp011es. Las mer-
caderías en los sectores entran. se recargan por el importe de los fletes. de los suel-
dos de los empleados del comercio que manipulan esa mercadería y de los benefi-
cios de los comerciantes. y salen también con un mayor valor. Es decir. que en
cada sector sólo figura el incremento del valor que experimentan las mercaderías al
pasar por él.
Otro caso concreto. Supongamos que el sector "Otros" adquiere tejidos de lana
para el consumo de su población. La lana empleada en los tejidos ha sido produci-
da en el sector agropecuario. que recibe así el valor originario de la misma: luego
pasa por el sector industrial. en donde se incrementa su valor con el trabajo agrega-
do por la industria. Antes y después de salir del sector industrial ha pasado por el
comercio y los transportes. en donde se agrega un nuevo valor representado por los
servicios que estos sectores prestan. De manera. pues. que el valor de los tejidos de
lana que adquiere el sector "Otros" se distribuye en los distintos sectores de acuer-
do con lo que cada uno de ellos ha participado en la formación del valor total del
producto en cuestión.
EL EQUILIBRIO DEL SISTEMA Y SUS ALTERACIONES.
PRINCIPALES FACTORES DE PERTURBACIÓN
En el cuadro N~ 4 el sistema económico está en perfecto equilibrio. puesto que
los ingresos y egresos totales coinciden exactamente .. Los ingresos derivados de la
actividad económica interna coinciden con los egresos de la actividad económica
interna: así como los ingresos provenientes de las exportaciones coinciden con los
egresos que van al exterior. en pago de importaciones y otros conceptos. V eremos
después que el equilibrio interno es correlativo del equilibrio exterior: no puede ha-
ber equilibrio en las cuentas exteriores del país-representadas en este caso por im-
portaciones y exportaciones- si no hay un equilibrio en la actividad interna. y no
puede haber equilibrio interno sin equilibrio en el balance de pagos.
El equilibrio del sistema puede romperse por factores de dos órdenes: externos
e internos.

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
::?61
Entre los factores externos consideraremos dos: a) aumento o disminución de
las exportaciones. causados por variación de los precios o de las cantidades. y b)
variación en la corriente de capitales y demás fondos del exterior que se invierten
en el pa_ís.
Entre los factores internos mencionaremos. por ahora. solamente los siguientes:
a) el ahorro. Si en lugar de gastarse totalmente los ingresos se gasta solamente una
parte de ellos. el equilibrio se altera. A su tiempo demostraremos que si cualquiera
de los sectores económicos del país ahorra una parte de sus ingresos y no vuelve a
inve11ir el monto de ese ahorro -ya sea en el mismo o en otros sectores- habrá
una contracción de la actividad económica. Ella no solamente alcanzará al sector
que ahorra. sino a todos los otros; y esa contracción en la actividad será de mayor
amplitud que el monto originario del ahorro; b) la expansión del crédito. Por el
contrario. si se gasta una suma mayor que la que permiten los ingresos de los dis-
tintos sectores de la colectividad también se produce un desequilibrio, pero de sen-
tido contrario al anterior: la actividad económica interna tiende a dilatarse y a de-
sequilibrarse negativamente el balance de pagos del país: c) cambios en /a propor-
ción que las importaciones representan con respecto al total de ingresos del pafs.
Finalmente, hay perturbaciones cuando se altera la proporción de ingresos que se
gasta en importación y la suma total que se gasta en productos de las actividades
económicas internas.
Dejaremos para más adelante el análisis de las perturbaciones que provocan los
factores internos.
1. Los/actores externos. Hipótesis del aumento de las exportaciones
Comenzaremos considerando el primer caso, o sea, los efectos que sobre este
sistema en equilibrio tiene una expansión de las exportaciones. Demostraremos
que si aumenta la exportación y si los mayores ingresos así derivados se gastan to-
talmente. las impo11aciones aumentarán en una suma igual al aumento originario
de esos nuevos ingresos. y la actividad económica interna en una cantidad mucho
mayor. Sobrevendría así. primero, la dilatación de la actividad económica interna y
luego, el aumento de la importación,
Si todos los ingresos se gastan totalmente y no hay creación artificial de recur-
sos en la economía interna. el aumento de la exportación tiene que producir, fatal-
mente. un aumento equivalente de importación. La razón es muy sencilla. Si por
ejemplo se produce un aumento de exportaciones agropecuarias. ese sector tiene un
incremento en sus ingresos que gasta, una parte. en productos y servicios de la acti-
vidad económica interna y. otra parte, en importaciones. Las sumas provenientes

262
RAUL PREBISCH
de ese incremento que se gastan en importaciones. se sustraen de la actividad eco-
nómica interna. puesto que es dinero que se cancela al comprar las monedas ex-
tranjeras necesarias para pagar la importación. Queda. pues. en el circuito de acti-
vidad interna. una cantidad inferior a la del incremento primitivo. que sigue
circulando por los distintos sectores. Cada uno de ellos destina una nueva pa11e a
pagar importaciones y otra a adquirir artículos y servicios producidos por la activi-
dad económica interna del país. Esta última cantidad o estímulo de la actividad
económica interna disminuye cada vez. de más en más. pues una porción se dedica
al pago de imp011aciones. Llega un momento en que se ha extinguido totalmente
porque toda ella se ha dedicado. en última instancia. al pago de importaciones. En
otras palabras. el incremento originario de ingresos ha dado lugar a un incremento
exactamente igual de egresos en pago de importaciones.
2. Ejemplos prácticos de la hipótesis del aumento de exportaciones
Para mayor comprensión haremos un ejemplo numérico.
Partamos del cuadro Nº 4. que mostraba una situación de equilibrio en el siste-
ma económico. y supongamos un incremento de 1.000 millones en los ingresos de
la producción agropecuaria, proveniente de un aumento en sus exportaciones. el
que automáticamente genera 388.9 millones de ingresos al sector "Otras activida-
des" (comercio, transportes. Estados. etcétera).
Los 388.9 millones surgen de esta proporción: si 1.260 millones de ingresos
provenientes de la ex¡x>rtación ele productos agrícolas. más de 180 millones de ex-
portaciones del sector industrias (o sea en total 1.440 millones) producen 560 mi-
llones al sector Otros. el incremento de 1.000 milllones de exportaciones agrícolas
producirán sólo 388.9 millones.
Esos l.388.9 millones de incremento inicial. si se gastan íntegramente en rodas
las etapas que recorran al circular entre los distintos sectores. producirán dos efec-
tos: a) aumentar la importación en una cantidad igual; y b) aumentar la actividad
de los distintos sectores ele la economía, esto es. la actividad general del país.
Para que se comprenda clatamente el proceso, examinaremos etapa por etapa
en otro cuadro. Supondremos que el incremento de ingresos que experimenta cada
sector siga distribuyéndose. en las mismas proporciones que antes. en adquirir los
artículos y servicios de otros sectores y :u1ículos importados. Si estas proporciones
cambian no se altera la índole del proceso sino la velocidad con que aumenta la im-
portación: y la amplitud con que crece la actividad general.
¿Por qué tiene que crecer la importación en esos l.388.9 millones y no en una
cantidad mayor o menor si se gastan todos los ingresos?

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
263
Antes de trabajar con el cuadro reflexionaremos en la naturaleza del proceso.
Esos l.388,9 millones de incremento en los ingresos de los sectores se gastan total-
mente y una parte del gasto se dedica a la importación, con lo cual se cancela defi-
nitivamente esa última cantidad. El remanente vuelve a gastarse en los sectores que
lo perciben -.todos los sectores- y una parte va a la importación.
La cantidad inicial vuelve a sufrir una nueva disminución y el segundo rema-
nente vuelve a gastarse y una parte a cancelarse en importaciones. Y así sucesiva-
mente, en cada etapa el remanente es menor por la cantidad que va cancelándose al
crecer las importaciones hasta que llega un momento en que los l.388.9 millones
se han extinguido totalme111e. precisamente porque han ido a pagar l.388.9 millo-
nes de importaciones. Estas no pueden seguir creciendo más por cuanto el estímulo
que las hacía aumentar se ha agotado por completo.
Para desrurnllar el ejemplo distribuimos simultáneamente los 1.000 millones de
incremento en la producción agrícola y los 388.9 millones en el sector Otros. Ambos
sectores redistribuyen esos ingresos de acuerdo con los porcientos que resultan de la
participación que tiene cada sector en la distribución de los gastos, según el cuadro
Nº 4 y el desarrollo de esa redistribución sería el que figura en el cuadro Nº 5.
Las cantidades distribuidas de acuerdo con el cuadro.Nº 5 se han volcado en el
cuadro Nº 6. que permite ver cómo los incrementos sucesivos van disminuyendo a
medida que avanza el proceso.
La importación va sustrayendo cada vez una cierta proporción de la masa total
de ingresos. de manera que el conjunto de sectores que componen las actividades
internas dispone cada vez de un incremento menor.
Al final del proceso. los aumentos sucesivos de las importaciones suman una
cantidad igual al incremento inicial que se operó en las exportaciones. y los ingre-
sos de los de1nás sectores se han expandido ·en una cantidad nrncho mayor. según
se observa en el cuadro Nº 7.
En verdad si bien los cuadros siguientes han de ser convenientes para ver con
claridad el proceso de crecimiento de los ingresos y de las importaciones hasta lle-
gar a un nuevo punto de equilibrio, no necesitábamos tantos cálculos aritméticos
pru·a llegru· a los resultados finales.

264
RAÚL PREBJSCH
CuadroN!!S
Etapas
Incrementos Produc.
Otras
Total
agrícola
Industrias
activid.
Importac. acumulado
l. Sector P. agrkola
13,1%
22,7%
48,8%
15,4%
1
1.000.0
131.0
227.0
488.0
154.0
1.000.0
2
176.1
23,l
40.0
85.9
27.1
1.l 76,1
3
132.6
17.4
30.1
64.7
20.4
1.308.7
4
-109.4
14,3
24.9
53.4
16.8
1.418.1
5
90.4
11.8
20.5
44.1
14.0
1.508.5
**
10
35.I
4.6
8.0
17.1
5.4
1.773.8
****
20
5.3
0.7
1.2
2.6
0.8
1.916.4
****
30
0,7
0.1
0.2
0,3
O,l
1.943.6
****
40
O,l
-
-
0.1
-
1.946.8
2. Sector lndustr.
9,7%
21,0%
48,6%
20,7%
l
-
-
-
-
-
-
Q
322.3
3l.3
67.7
156.6
66.7
322.3
3
272,8
26.5
57.3
132.6
56.4
595.1
4
225.7
21.9
47.4
109.7
46.7
820,8
5
186.8
18.1
39,2
90,8
38.7
1.007.6
**
10
72.3
7.0
15.2
35.1
15.0
1.555.1
****
20
10.8
1.0
2.3
5.2
2,3
1.849.3
****
30
l.6
0.1
0.3
0.8
0.4
1.893.7
****
40
0.2
-
0.1
0.1
-
1.899.7

INfERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
265
Cuadro Nl! 5 (continuación)
Etapas
Incrementos Produc.
Otras
Tot~I
agrícola
Industrias
activid.
lmportac. acumulado
S. Sector Otr. act.
11,6%
24,5%
47,8%
16,1%
1
388.9
45.1
95,3
185,9
62,6
388,9
2
673.9
78,2
165.1
322,1
108.5
1.062.8
3
564.6
65.5
138,3
269.9
90.9
1.627.4
4
467.2
54,2
114,5
223.3
75.2
2.094.6
5
386,4
44.8
94.7
184.7
62.2
2.481.0
****
10
149.7
17,4
36.7
71.6
24.0
3.614.l
****
20
22.5
2.6
5,5
10.8
3,6
4.223,5
****
30
3.3
0.4
0.8
1.6
0.5
4.314.7
****
40
0.5
-
0.1
OJ
0.1
4.326.5
Cuadro Nº6.
Distribución de los incrementos, en cada etapa,
entre el circuito interno y la importación
Etapa
Incrementos
Circuito Interno
Importación
%
%
1
1.388.9
1.172.3
84,4
216.6
15.6
2
1.172.3
970,0
82.7
202.3
17.3
3
970.0
802.3
82,7
167,7
17,3
4
802.3
663,6
82.7
138,7
17.3
5
663.6
548.7
82.7
114.9
17.3
10
257.1
212.7
82,7
44,4
17.3
20
38.6
31.9
82.7
6,7
17.3
30
5.6
4.6
82.7
1,0
17.3
40
0,8
0,7
82.7
OJ
17.3

266
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº7
Réditos
Incremento total
Réditos
anteriores
Importe
% aumento
totales
Produc. agrícola
1.340
940,5
70,2
2.280.5
Industrias
2.720
1.900,3
69,86
4.620,3
Otras activid.
5.640
3.939,2
69.84
9.579.2
Subtotal
9.700
6.780.0
69,90
16.480,0
Importación
2.000
1.388,9
69.45
3.388.9
Total
11.700
8.168,9
69,82
19.868,9
En efecto. si el incremento inicial de ingresos de 1.388.9 millones se gasta en
artículos y servicios de la actividad interna y en importaciones en la proporción de
antes. los ingresos totales de los distintos sectores tendrán que crecer por sucesivas
etapas hasta que hayan podido adquirir 1.388.9 millones más de importaciones.
Antes. los réditos o ingresos netos de los distintos sectores de la actividad inter-
na eran de 11.700 millones (excluidos los 2.000 de exportaciones que se cambian
por importaciones. para evitar duplicaciones).
Para que los réditos o ingresos totales puedan adquirir 1.388.9 millones más de
importaciones tienen que crecer en 8.168;9 millcfnes. Sumando este incremento a
las cantidades anteriores llegamos al total de los gastos actuales en sus distintos
conceptos. a saber: 19.868.9 millones. Este total, en el nuevo punto de equilibrio a
que se ha llegado. coincide. desde luego. con el total de réditos.
Si al distribuirse entre los distintos sectores el incremento inicial de ingresos
disminuye la proporción de ingresos que se gasta en imp011aciones. es obvio que
para que éstas crezcan en los 1.388.9 millones. como en cada etapa del proceso cir-
culatorio de los ingresos. las importaciones crecen menos que antes. tendrán que
hacerse más etapas para lograr ese efecto, o sea que la dilatación de los ingresos
de las actividades internas tendrá que ser mayor. Por ejemplo, si la proporción de
las importaciones baja de 17.3% a 10% los ingresos deberán crecer en 13.899 para
que lleguen a adquirir esos 1.388,9 millones más de artículos importados.
Por el contrario. si la proporción de las importaciones aumenta a 20%, el creci-
miento de los réditos tendrá que ser menor o sea 6.944,5 para lograr el mismo au-
mento.
Cqnviene hacer notar que en nuestro razonamiento hemos hecho una serie de

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
267
supuestos (tácitos o explícitos) cuya correspondencia con la realidad examinare-
mos después. Primero, que todos los ingresos se gastan y que lo que se ahorra por
unos se gasta por otros. (En realidad, una parte de los ingresos se retiene cuando
aumenta la actividad económica al aumentar las necesidades monetarias.) Segundo.
que las distintas actividades internas pueden expandirse fácil y rápidamente. Terce-
ro,
que el desembolso del incremento de ingresos se hace rápidamente. Por el mo-
mento no complicaremos nuestra exposición con la modificación de estos supues-
tos~ Pero conviene insistir en que la realidad suele ser distinta, lo cual. si bien no
modifica la naturaleza del fenómeno, modifica su amplitud;
3. Una aclaración sobre el tipo de análisis aplicado e1i el ejemplo alllerior
En. todo este 4esarrolló hemQs seguido un procedimiento que con frecuencia he
practicado. tanto en la consideración de los problemas de orden teórico que he de-
bido plantearme. como en la búsqueda de soluciones prácticas en materia de po-
lítica económica y monetaria. Es necesario que los estudiantes vayan acostum-
brándose a descomponer' el fenómeno económico concreto, a buscar sus ele~ntos
fündamentales y . aislarlos. a fin. de poder utilizarlos para elaborar hipótesis y de-
. sarrollar éstas con estricta lógica, para luego obtener resultados que, confrontados
o cotejados con la realidad, nos permitan ir introduciendo modificaciones o nuevos
· supuestos que nos aproximen de más en más a. e'se fenómeno concreto que nos. ha
servido de punto de partida.
.
Acaso la éootribución más importante que podría prestarles en estas clases es la
de ponerlos en el camino. en el cual comiencen a razonar lógicamente, a pensar ob-
jetivamente. haciendo caso omiso -mientras realizan esa tarea- de los intereses,
pasiones. sentimientos o prejuicios. Y no solamente por el mérito científico qu~ ese
·procedimiento pueda. tener, sino tam"ién porque. será la mejor defensa contra el
. error de buena fe o contra la falsedad. que repetida incesantemente de mala fe ter-
mina, como procedimiento de persuasión, en erigirse en virtud o en principio res-
petable, .según un procedimiento que en la última década hemos visto prosperar en
todo el mw1do.
4. Vinculación entre el aumento de réditos y la población ocupada.
Aspectos a estudiar más adelallfe
Vamos a tpmar nuevamente los cuadros Nº 4 y Nº 5 a fin de indagar en qué cli-
fiere el supuesto, del cual hemos ;irrancado para razonar, con la realidad. Especial-

268
RAÚL PREBISCH
mente el cuadro de síntesis (Nº 4), nos va a acompañar con frecuencia en nuestra
exposición porque veremos en él distintos aspectos de una realidad económica ar-
gentina, que iremos analizando poco a poco.
El cuadro Nº 4 con la distribución de ingresos y egresos en las distintas activi-
dades económicas. podría traducirse, y así lo haremos más adelante, en un cuadro
similar de la población ocupada en los distintos sectores de las actividades eco-
nómicas del país. Veremos así cómo el incremento o la disminución de las activi-
dades en un determinado sector modifica el volumen de la ocupación de obreros y
empleados en otros sectores y en el conjunto de la colectividad. Bástenos señalar
en este momento que el total de actividades resumidas en este cuadro representa en
nuestro país, aproximadamente 5 millones de personas ocupadas. de las cuales. al-
rededor de 2 millones están en el sector agropecuario, 1 millón en la industria y los
dos millones restantes en las otras actividades; lo que equivale a decir que por cada
persona ocupada en el sector agropecuario hay media persona ocupada en la indus-
tria y una pe.rsona ocupada en otras actividades. Si un incremento persistente de las
exportaciones agrarias provoca un aument" en la población ocupada en la agricul-
tum. es dable esperar .. con el andar del tiempo. uil incremento de 1 1/2%. de acuer-
do con nuestra~"cifras. en la población empleada en los demás sectores de la activi-
dad económica del país. Grosera aproximación, desde luego. de un fenómeno que
estudiaremos en una etapa muy posterior de nuestro curso. pero que nos permite
plantear, de paso, uno de los problemas que abordaremos. Hemos de estudiar,
pues. en qué forma o qué posibilidades y limitaciones tendría la industria en· nues-
tro país para promover el desenvolvimiento demográfico de nuestro territorio en
forma similar a la que ocurrió en el siglo pasado y en la primera parte del presente.
cuando la tierra fue el factor más importante de nuestro desenvolvimiento eco-
nómico y obrero. Y veremos también en qué forma la industria podría propender a
hacer crecer el ritmo de. la ocupación en otros sectores de nuestra actividad eco-
nómica.
Por cie1to ~sto es otro problema que veremos a su tiempo- lo fundamental
no es hacer crecer simplemente la població1i, sino procurar la elevación de su nivel
de vida. La simple consideración de la cifra previsional de 11.700 millones5 como
suma de los réditos totales de la colectividad en nuestro país, comparada con los 5
millones de personas ocupadas, demuestra que el rédito e ingreso por persona que
trabaja es de 2.400 pesos por año, o sea de 200 pesos por mes. Esta cantidad impre-
siona por su escasa magnitud y nos lleva a recordar una vieja verdad el(1menta-
lísima: que el problema fundamental e-n nuestro país, si se ha de elevar el nivel de
vida de su población, no reside tanto en modificar la distribución de los réditos
5 Esta cifra está sujeta a ev~ntuales rectificaciones.

INrERDEPENDENCIA ENfRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
269
sino en incrementar la producción de artículos y servicios útiles para la masa de la
población. puesto que si el rédito medio es de $ 200. en cualquier forma que se dis-
tribuya será poco. Cualquier otra solución que no se encamine a ello no tendrá sino
el resultado de promover cambios en la distribución de los réditos. pero sin alterar
lo que toca a todos los habitantes.
Veremos también a su tiempo que este problema, tan fundamental para la vida
del país, depende de varios factores: del sentido común, de la productividad del tra-
bajo y de la concentración de la producc(ón nacional en aquellos campos de acción
en que se puede trabajar económicamente, dejando a la importación el papel que le
corresponde en la integración de nuestra economía. Además, el volumen de nuestm
producción depende dé que se empleen al máximo las actividades de trabajo en tal
forma que la proporción más alta posible esté en las actividades productivas. y ade-
más, en la utilización eficaz de esas fuerzas de trabajo, tanto en el espacio como en
el tiempo. En el espacio. procurando llevar una política que propenda a la plena
ocupación con el mínimo de fluctuaciones; y'en el tiempo, no incurriendo en gra-
ves errores de utilización del material humano como el que comporta. por ejemplo.
la jubilación prematura, que significa sustraer a la actividad productiva del país
hombres que están en pleno período de productividad.
Rozo estos problemas para darles una idea de la orientación y contenido de
nuestro curso. Por el momento, volveremos al aspecto monetario de la realidad de
nuestro cuadro.
5. Las hipótesis en que hemos basado el desarrollo del proceso
de expansión de los réditos
Hemos hecho varios supuestos, de los cuales nos apartaremos a fin de compli-
car nuestro problema y acercarlo a los fenómenos concretos. En primer lugar, todo
el desarrollo de nuestro razonamiento se ha basado hasta ahora en la hipótesis de
que la capacidad de producción podía extenderse fácilmente. hipótesis que sola-
mente se comprueba en la realidad dentro de ciertos límites. En segundo lugar, he-
mos supuesto que el incremento de ingresos que recibe cualquier sector de la acti-
vidad económica se distribuye en la misma forma que antes, es decir de acuerdo
con las mismas proporciones, entre los distintos artículos y servicios de la activi-
dad económica interna y las importaciones. Hipótesis ésta que tampoco se com-
prueba en la realidad. por cuanto allí vemos que varía constantemente la propor-
ción. lo cual no quiere decir que nuestro desarrollo no nos preste un gran servicio.
como lo veremos en seguida. En tercer lugar, el elemento tiempo tiene una impor-
tancia capital en el desarrollo de nuestro problema, o sea el número de etapas que

270
RAÚL PREBISCH
los ingresos deben recorrer a fin de provocar los efectos que hemos visto en nues-
tro cuadro.
En el ejemplo que hemos considerado. para que el incremento de exportaciones
se transforme en un incremento igual de importaciones y en una gran dilatación de
la actividad económica interna. era necesario que este incremento circule alrededor
de cuarenta veces. o sea que recorra cuarenta etapas en cada una de las cuales va
disminuyendo la porción que se dedica a la actividad económica interna. Si en lu-
gar de un incremento de esa magnitud y de un país como el nuestro, en el que las
importaciones tienen el 17% del consumo de artículos y servicios de la colectivi-
dad. estamos. en presencia de un país en el cual las importaciones dese1npeñan un
papel mucho menos importante ---<:orno Estados Unidos, donde constituyen una
fracción pequeña de los réditos nacionales-. el proceso de difa1aci611 de la activi-
dad económica interna por un aumento de la exportación, es fundamentalmente el
mismo. pero toma un tiempo considerablemente más largo para desarrollarse. a tal
punto que en la práctica. muchas veces. ciertos incrementos resultan inoperantes.
Este elemento tiempo tiene una importancia fundamental. En la Argentina. el
incremento de impm1aciones ocurre rápidamente, y ocmTió mucho más cuando en
tiempos pasados las importaciones tenían una proporción mucho mayor de los rédi-
tos de la colectividad. Y a medida que disminuye la proporción de importáciones.
el número de etapas tiene que ser mucho mayor. y es muy grande en países en que
la proporción es muy pequeña. De ahí surge la importancia decisiva que tiene el
factor tiempo en este problema.
Finalmente. y como cuarta observación, hemos supuesto en nuestro desarrollo
que todos los incrementos de ingresos. se gastan totalmente y que no se gasta más
que eso, lo que tampoco sucede siempre en la realidad. De manera pues que en la
prosecución de nuestro examen. vamos a ir introduciendo todas estas modificacio-
nes a fin de acercarnos más. como he dicho. al fenómeno concreto.
6. Cómo se inlerrumpe el proceso cuando se llega a fa plena ocupaci611
Para tener en cuenta la primera observación. vamos a suponer que en el ejem-
plo que hemos considerado. cuando la industria acrecienta en cerca de 35% el nivel
de su producción. se llega a un estado de plena ocupación. O sea. que nos encontra-
mos en un punto tal más allá del cual no se puede pasar porque no hay maquinarias
ni obreros adicionales que puedan dilatar o seguir dilatando la producción. A ello
se llega en nuestro ejemplo demasiado temprano, en la cuarta etapa. Y esto podrá.
según comprobaremos más adelante. ocurrir fácilmente en la primera parte del pro-
ceso cíclico argentino.

INrERDEPENDENCIA ENfRE EL PROCESO MONETARIO Y IA ACTIVIDAD ECONÓMICA
271
Un incremento del 35% aproximadamente en la producción industrial significa
. un aumento de l.007 .6 millones en ese sector y de 3.608,2 millones en el conjunto
de los réditos o ingresos de todos los sectores de la actividad interna. Las importacio-
nes sólo han crecido hasta este punto en 725,3 millones, de tal manera que aún deben
aumentar en 663.6 para absorber completamente el incremento original de l.388,9.
Esta masa de 663.6 representa los ingresos sin gastar de que dispone la colectividad.
Antes de ver qué es lo que ocurre cuando se ha alcanzado ese punto -que podremos
llamar de saturación económica o de plena ocupación-, vamos a ver qué es lo que
podría ocurrir con la proporción de los gastos o. más bien dicho, con la fmma en que
se gastan los ingresos entre los distintos sectores de la actividad económica.
7. Efectos de un aumento de los réditos sobre la distribución de los gastos
Supongamos que antes de llegar a este punto haya habido población desocupa-
da, total o parcialmente. Es concebible que los nuevos réditos o ingresos adiciona-
les de esta población se sigan distribuyendo en la misma forma en que los distribu-
ía la población ya ocupada; pero es más probable que sobrevengan modificaciones
en todos aquellos casos de personas que ya estaban totalmente ocupadas antes y
que ven acrecentar sus ingresos. Al hacerse esta reflexión tengan en cuenta la elas-
ticidad de las necesidades o de la demanda. Es muy probable que la población ya
ocupada, especialmente la que tiene réditos un tanto altos, cuando aumenten esos
réditos no consuma más alimentos. pero que en cambio, consuma mayor cantidad
de productos manufacturados; lo que no vaya al sector agropecuario en el reparto
de los ingresos se desplazará hacia la industria, que trabaja con materias primas del
país y con importaciones. Y al acrecentarse a su vez la demanda de la industria lo-
cal esos ingresos se transfonnarán en un estímulo para la demanda del sector agro-
pecuario, y en un estímulo para la de1nanda de importaciones. en proporciones dis-
tintas de las que la industria tenía antes de sobrevenir ese nuevo estímulo.
Es muy probable, asimismo, que parte del incremento en los réditos de ciertos
grupos de la población se dedique, si se trata de industriales por ejymplo, a la ad-
quisición de nueva maquinaria en el exterior con lo cual también se modifica la
proporción de los ingresos de la industtia que se destina a pagar importaciones. Y
es concebible también que parte de ese incremento se dedique a la construcción.
Como la construcción en nuestro país, especialmente la pequeña y mediana. tiene
una escasa proporción de material extranjero. la proporción de importaciones que
en última instancia así se genere, será seguramene distinta de la que se habría teni-
do si ese incremento de réditos se hubiese consumido directamente por la industria
y por los demás sectores.

27'2
RAÚL PREBISCH
Señalamos simplemente los posibles elementos de modificación de la propor-
ción de nuestras importaciones, sin pretender deducir por el momento qué es lo que
ocuffe en nuestro país durante el proceso de los ciclos; bástenos decir que si la pro-
porción de importaciones con respecto al total de réditos se eleva, el proceso de
crecimiento de éstas será. desde luego, más rápido y menor será el estímulo de la
actividad económica interna. Y si la proporción se reduce, será mayor el estímulo
para la actividad económica interna, y menor, desde luego, el ritmo de crecimiento
de las importaciones. Llegará un momento en que, al estudiar concretamente el
proceso cíclico en la Argentina, volvamos a examinar el problema.6
¿Qué sucede cuando se llega a la plena ocupación? En nuestro ejemplo del cua-
dro Nº 8 suponemos que ello ocuffe cuando el incremento de la producción indus-
trial resulta ser del 35%. En el ejemplo anterior, los ingresos siguen circulando y
aumentando la actividad económica interna y las importaciones. En este caso ya no
es posible aumentar la actividad económica interna, porque se ha llegado, como he-
1rios supuesto, al punto de plena ocupación. ¿Qué ocuffe entonces con los ingresos
que no se han agotado todavía. puesto que las importaciones han crecido en una
cantidad moderada? Según está calculado, han crecido solamente en 725,3 millo-
nes. debiendo haber crecido en 1.388,9 millones. ¿Qué fenómeno se presentará y
alterará la fisonomía de nuestro cuadro? ¿Qué hará la población con los ingresos
que aún tiene en su poder derivados del incremento de las exportaciones y que se
han distribuido entre los distintos sectores de la actividad económica en las cuatro
primeras etapas de nuestro ejemplo? Seguirá gastando como antes; pero oomo la
industria está saturada. tenderá naturalmente a elevarse el precio de los artículos in-
dustriales. ¿Hasta qué punto se puede ir en ese proceso de elevación de precios si
es que el comercio exterior se desatTolla normalmente y hay estabilidad monetaria,
o sea, si es que nos encontramos --como todavía lo estamos en nuestra hipótesis-
ei1 un régimen de patrón oro?
8. El aumento de los ingresos expande las importaciones en vez
de actuar sobre los precios de éstas

Vamos a examinar la influencia del aumento de los ingresos sobre nuestros pre-
cios mayoristas. Podríamos dividir a estos precios en tres o cuatro grupos funda-
mentales: primero. los precios de exportación; luego los de los artículos importa-
6
Por cierto que nuestras estadísticas son muy incompletas; solamente disponemos en este caso.
de las estadísticas de importación, que clasificadas en distintas categorias nos pennitirán ver cuál es el
andamiento cíclico de las cifras.

lNfERDEPENDENOA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
273
dos; en tercer lugar los precios de los artículos de fabricación nacional -en los
cuales intervienen materias primas nacionales y productos importados- y, final-
mente, una cuarta rama pequeña de precios que llamaremos autónomos porque no
están muy íntimamente ligados al mercado internacional. como ocurre con los tres
primeros grupos.
Analicemos punto por punto. ¿Qué ocurre con los precios de exportación del
trigo o de la lana. por ejemplo? ¿Si aumenta la demanda interna es concebible que
aumenten los precios locales sin haber aumentado los precios internacionales? Des-
de luego que no; por lo tanto. aunque haya un incremento eil la demanda interna de
trigo o lana por el aumento que puede haber ocurrido en el consumo durante el pro-
ceso de dilatación de la actividad económica, sus precios no podrán elevarse arriba
de los precios del mercado internacional. Podría ocurrir algún ca'>o especial -
como podría ser el de la carne. producto éste que cuenta con un mercado con carac-
terísticas muy peculiares. en el que la Argentina tiene una importancia fundamental
en la oferta- donde es posible que un aumento de la demanda argentina provoque
un aumento de los precios, aun en el mercado internacional. Pero en la mayor parte
de los artículos de nuestra exportación. el incremento de la demanda local, no tiene
importancia alguna en la determinación de los precios, que siguen siendo regidos
por el nivel de precios internacionales.
Cuadro Nº 8. -situación hasta la cuarta etapa del desarrollo del proceso de
aumento de ingresos provocado por un aumento de 1.388,9 millones en las
exportaciones. Se supone que se ha llegado a la"plena ocupación"
Actividades internas
Importaciones
Actividades
Prod.
Industria Otras
Total
Re ali- A realizar
agrop.
activ.
zadas (Ingresos
, a gastar)
Total
Total
Prod. agrop. 185,8
322,0
692.0 1.199,8 218.3
90,4
308,7 1.508.5
Indust.
79,7
172,4
398,9
651,0
169,8
186.8
356,6 1.007.6
Otras activ.
243.0
513,2 1.001.2 1.757,4 337.2
386,4
723.6 2.481.0
508.5 1.007.6 2.092,I 3.608,2 725,3
663,6 1.388,9 4.997,I
Descartado el primer grupo tomemos el segundo, el de los precios de importa-
ción. Tampoco es dable suponer que habiendo estabilidad en las cotizaciones de

274
RAÚL PREBISCH
las monedas extranjeras. un incremento de la demanda local aumc)lle esos precios.
por. cuanto la competencia exterior actúa inmediatamente y anula cualquier .incre-
mento pasajero que podría ocurrir. Los precfos de exportación e importación están
pues. íntimamente vinculados a los precios internacionales.
¿Qué ocurre con la industria? ¿Es concebible que por el hecho de aumentar la
demanda de productos industriales de fabricación local aumente el precio de la ma-
teria prima y del producto importado que sirve para elaborarlo? Si esas materias
primas también están regidas en sus precios por los del mercado internacional. ocu-
rrirá lo mismo que en el primer caso, es decir, que los precios no subirán. aun
cuando la materia prima sea importada.· En cambio si se trata de una industria pro-
tegida con derechos aduaneros, cuyos precios han estado por debajo de los que co-
1Tesponden al precio de costo de la mercadería extranjera. que no se importa. más
el derecho aduanero. podrá ocurrir un alza de précios hasta' igualar el precio extran-
jero más el derecho. es decir. hasta estrechar esa diferencia. Y si siguen creciendo
los precios. se reiniciará la importación del exte1ior, o aumentará la. importación. y
se mantendrá por lo tanto el nivel de precios que corresponde a esa mercadería en
función del costo exterior más la tarifa. De manera, pues~ que en .ese caso también
el incremento posible de precios está limitado por la competencia exterior.
Finalmente. queda el grupo autónomo, por así decir, en donde los productos
más típicqs son el vino o el azúcar. En los precios del vino se observan movimien-
tos de alza o baja independientes del mercado internacional y también. en cierta
medida. en el caso del azúcar. salvo en los casos en que se llega por aumento de
precios a un punto tal en que el producto extranjero más su derecho puede entrar a
competir con el producto nacional. Pero estos casos son relativamente pequeños
dentro del conjunto de la economía nacional. Por lo tanto. manteniéndose la estabi-
lidad monetaria, un incremento de la demanda interna causado por la continuación
del proceso circulatorio de los ingresos, no traerá el alza de los precios sino el au-
mento de las importaciones; y. habiéndose llegado al punto de plena ocupación en
la actividad económica interna. el excedente de ingresos que viene circulando se
· dirigirá a la importación si es que sigue gastándose. como hemos supuesto desde el
comienzo de nuestra clase. Ocurre lo mismo que OCUITÍa en aquella primera hi-
pótesis que hicimos de un mercado cerrado en donde bruscamente se detiene la ex-
pansión de la producción y el excedente de ingresos se gasta en importaciones.
Esta es la única explicación aceptable de este proceso en nuestro país. En la te-
oría monetaria clásica el aumento de importaciones se atribuía. o estaba sujeto.
más bien. a otra explicación. Cuando aumentaban los ingresos en un país subían
los precios --de acuerdo con la teoría clásica- y el alza atraía más mercadería a
nuestro país. Lo mismo. la baja de precios por mia COl\\tracción de ingresos hacía
bajar fos precios y quitaba estímulo a la importación.

INTERDEPENDENPA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y lA ACTIVIDAD ECONÓMICA
275
Al leer, hac.e muchos años. esta teoría y tratar qe verificarla en la realidad ar-
gentina, pude notar.en seguida. tanto por la observación de los hechos como por la
lógica más sencilla. que no era dable esperar· un aumento de precios en nuestro
país, si ellos estaban regidos en gran parte por los precios internacionales. La expli- .
cación había que buscarla en otro terreno, y a mi juicio, está en el desarrollo del
proceso que hemos venido consiqerando, según el cual un incremento en los ingre-
sos de la colectividad circula y se distribuye en forma tal que en cada etapa una
parte se destina a la importación de mercaderías y servicios.
Volviendo a nuestro ejemplo (cuadro N2 8) teníamos que llegados a la cuarta
. etapa se disponía de 663.6 millones de ingresos sin gitstar que se dedicarán a la im-
portación ya que no pueden dedicarse a la actividad económica interna, salvo una
parte que queda en la actividad económica interna en forma qe moneda pues sus
necesidades han aumentado durante el proceso de dilatación de las actividades eco-
nómicas.
9. Hipótesis de una reducción en las exportaciones
Veremos ahora qué ocurrirá si en lugar de un aumento de la exportac.ión se pro-
duce una disminución de la exportación. Supongamos que hemos llegado a un esta-
do de equilibrio, en donde la producción industrial, c0mo se ha dicho. aümenta en
35%. lo mismo que han aumentado las otras actividades del país. con una exporta-
ción mayor en l.388 millones de pesos. ¿Qué ocurrirfa si la exportación vuelve a
disminuir. a la cifra anterior'? ¿Por qué mecanismo las importaciones van a dismi-
nuir esta vez en lugar de aumentar a fin de volver a un nuevo punto de equilibrio en
·el balance de pagos y en la actividad económica interna? ¿Tenemos que .examinar
un proceso distinto o valemos del mismo proceso para llegar a nuestra explicación?
El proceso es, fundamentalmente, el mismo; en lugar de un aumento en la pro-
ducción agropecuaria, tendremos una disminución de 1.000 en los ingreSüs de la
producción agropecuaria y de 388,9 en los del sector "Otros". y sucederá que la
producción agropecuaria tendrá una menor demanda de importaciones. y una me-
nor demanda de los artículos y servicios que producen o elabo~ los otros secto-
res. De manera que si se sigue este proceso con las mismas proporciones de antes.
la disminución de 1.000 en los ingresos de la producción agropecuaria y de 388,9
en el sector "Otros" va a producir una disminución en las importaciones, igual al
aumento que experimentaron antes. En la etapa siguiente ya no se ·ejercitará sobre
los sectores de la economía una disminución de 1.388,9 millones, sino una dismi-
nución de esa suma menos lo que ha disminuido la importación (216 millones) o
sea 1.172 millones. En la tercera etapa la disminución de la actividad económica in-

276
RAÚL PREBISCH
tema será inferior. ya no en los 1.172 sino en 970. Y así sucesivamente. la dismi-
nución de la actividad económica intema provocada por la disminución de los in-
gresos irá decreciendo en la misma forma en que antes aumentaba, de tal modo que
llegaremos a un punto en que toda la disminución de ingresos habrá llevado a dos
resultados: primero. una disminución de una cantidad equivalente en las importa-
ciones y. simultáneamente. una contracción de mayor amplitud en la actividad eco-
nómica interna.
Anotamos para terminar con este punto, una conclusión preliminar: que el au-
mento de exportaciones en nuestro país propende a dilatar la actividad económica
en una cantidad mayor que la del estímulo inicial, y que la disminución de importa-
ciones propende a comprimir, también con una mayor amplitud, la actividad eco-
nómica interna. Agregaré, para dar una idea del camino que pienso seguir en las
próximas clases. que en el régimen del patrón oro -es decir cuando el valor de las
monedas extranjeras en términos de moneda nacional, se mantiene constante. y
para lo cual se mueve el metálico en un sentido o en otro. según el estado del ba-
lance de pagos- estas fluctuaciones de la actividad económica interna, provoca-
das por un aumento o disminución de las exportaciones, se hacen sin trabas de nin-
guna naturaleza. Vale decir que en el régimen de patrón oro la estabilidad
monetaria exterior. esto es. la constancia en el precio de las monedas extranjeras.
significa inestabilidad económica interna, significa gran amplitud en las oscilacio-
nes de la actividad económica interna traducida en los ingresos de los distintos gru-
pos que constituyen la colectividad. Anotamos de paso esta idea que será desarro-
llada con mayor amplitud más adelante.
10. Los factores illfemos: hipótesis de 1111 aumento en los gastos del Gobierno
Supongamos ahora, para entrar a considerar el factor interno de perturbación
que mencionamos en clases anteriores, que a fin de neutralizar las consecuencias
provenientes de la disminución de las exportaciones, el Estado expande el crédito.
o, en otros términos. supongamos que el motivo por el cual las exportaciones -
que habían llegado a 3.388,9 millones- disminuyen nuevamente a 2.000 millones
es la falta de salida de ciertos productos importantes en el conjunto de la exporta-
ción. Los mercados exteriores no las absorben y quedan sobrantes sin vender; el
Estado decide adquirir esos sobrantes para lo cual acude a los bancos. quienes ex-
• panden el crédito. crean medio circulante o medios de pago que el Estado entrega a
los productores rurales a cambio de los sobrantes de cosecha que éstos no han po-
dido exportar. De manera pues que los productores rurales, que antes recibían ese
incremento de 1.388.9 millones junto con las otras actividades, ahora recibirán el

INTERDEPENDENCIA ENfRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
277
mismo incremento. pero éste no provendrá de las ventas de los exportadores. sino
de la acción del Estado que ha comprado las cosechas invendibles.
¿Qué efecto tendrá sobi:e la economía esa sustitución artificial del Estado a los
exportadores en el juego de este mecanismo? Esos 1.388 millones de ingresos crea-
dos artificialmente por el Estado. ¿surtirán en la economía interna y en las importa-
ciones efectos iguales que los que habían ejercido los l.388 millones de aumento
en la exportación. o habrá alguna diferencia?
Vamos a examinar. El agricultor que recibe el dinero del Estado, lo gastará en
la misma forma en que lo solía hacer cuando recibía el mismo dinero de los expor-
tadores. El dinero va a circular en la economía interna en la misma forma que an-
tes. y va a estimular un aumento de las importaciones exactamente en la misma
forma que en el ejemplo anterior. Pero hay sin embargo. una diferencia elemental
entre la hipótesis según la cual las importaciones y la actividad económica interna
han crecido en virtud de la expansión de las exportaciones. En ~l primer caso.
cuhndo las exportaciones crecen de 2.000 millones a 3.388 millones. las importa-
ciones crecen a la larga con la misma amplitud y equilibran las unas a las otras. En
el nuevo caso que planteamos, las exportaciones no han crecido. mientras que la
importación ha aumentado. y se ha producido un desequilibrio de l.388 millones
entre importaciones y exportaciones. Ello se debe a que el Estado compensó los
efectos de la reducción de exportaciones creando artificialmente ingresos en favor
de los productores rurales.
Adviertan la diferencia entre este caso y los anteriores. En los casos anteriores
partíamos de una situación de equilibrio en el balance de pagos que se rompía por
un aumento de los ingresos creados por la exportación y se volvía a un nuevo pun-
to de equilibrio mediante el aumento de las importaciones. En cambio en este nue-
vo caso no llegamos a un nuevo punto de equilibrio; se dilata la actividad interna.
crecen las importaciones. pero no así las exportaciones, y se nos plantea por prime-
ra vez un desequilibrio en el balance de pagos que hasta este momento está forma-
do por importaciones y exportaciones. Esta es, precisamente, una de las caracte-
ósticas fundamentales del régimen del patrón oro en nuestro país.
11. Cómo se restablece el equilibrio del balance de pagos
en un régimen de patrón oro

Se recordará cuáles son las caracteósticas del patrón oro; en síntesis una de las
fundamentales es la estabilidad del valor de las monedas ex:tranjeras o del oro en
términos de moneda nacional. Parn mantener esa estabilidad es necesario. como

278
RAÚL PREBISCH
veremos a su tiempo. exportar oro cuando se produce en el balance de pagos un
desequilibrio de la naturaleza del que acabamos de ver.
El oro de las reservas metálicas responde precisamente a esa función y no a
otra: no tiene otra función útil que la de hacer frente a desequilibrios en el balance
de pagos. En nuestro ejemplo se ha tenido que exportar esa cantidad de oro para
mantener la estabilidad exterior de la moneda; pero, ¿cuál habrá sido el costo del
mantenimiento de la estabilidad exterior en nuestro caso? Una compresión muy
fuerte de las actividades económicas internas. En efecto. los réditos totales de la co-
lectividad. que habían crecido de 11.700 a 16.480 millones. vuelven a comprimirse
y llegan hasta la cantidad de 11.700 millones. en virtud de una disminución de
l.388 millones en las exportaciones. La disminución de los réditos de la colectivi-
dad resulta ser mucho más intensa. o de mayor magnitud que la del factor que la
originó. del mismo modo que había sido mayor el incremento de los réditos totales
cuando las exportaciones aumentaron. Es decir que el patrón oro cumple su misión
de mantener la estabilidad de la moneda a costo de una contracción intensa de los
réditos o ingresos de la colectividad. así como anteriormente había cumplido su
función de llevarnos a un nuevo punto de equilibrio merced a un aumento en los
réditos de la colectividad. En otros ténninos. el juego libre del patrón oro significa
mantener a la colectividad en un estado de dilatación y contracción sucesivos de su
actividad -del volumen de sus ingresos- conforme aumente o disminuya el valor
de las exp011aciones.
Si la situación planteada en el caso que acabamos de examinar se prolongara,
¿adónde Uegaiiamos? Supongamos. para continuar el desarrollo lógico de nuestro
ejemplo. que esa dificultad para vender nuestros productos en el exterior. subsista
por 2. 3 o 4 años y que el Estado continúe su política de comprar las cosechas in-
vendibles y de dar a los productores rurales. en fonna artificial, los mismos ingre-
sos que antes tenían. ¡,Qué ocurrirá?
Cada año las reservas metálicas irán disminuyendo, lo cual, como veremos a su
tiempo. podría llevar las reservas metálicas a un punto tan crítico más allá del cual
las autoridades monetarias no consideren prudente seguir exportando oro. Tendría
que abandonarse el patrón oro. Este punto será estudiado en otra etapa de nuestras
explicaciones.
¡,Qué habría que hacer para evitar el abandono del patrón oro? Supongamos que
no se puede contraer ningún empréstito nuevo en el exterior. Nos mantenemos en
la hipótesis de que no vienen capitales del exterior. ¿Hay alguna otra solución en el
caso que estamos considerando. además de continuar exportando oro. para llegar a
un equilibrio? Habrá que dejar de comprar las cosechas. ¿Y qué resultado sobreven-
dría a raíz de esa medida aparte de que Jos productores agrícolas se verían seria-
mente heridos en sus intereses? Habría una contracción de las actividades eco-

. ,INTERDEPENDENCIA ENTRE FL PROCESO MONETARIO Y LA ACI1VIDAD ECONÓMICA .• 279
nómicas internas. En efecto. Wl incremento de .1.388.9 millones en los gastos del
Gobicruo ---completamente artificial. pues proviene o de la emisión de billetes por
el Estado, o de la expansión del crédit()-.,. ha permitido mantener un incremento de
4.700 millones en los réditos de la colectivi~ad y nos plantea por otra parte un se-
rio problema de desequilibrio en el balance de pagos.
Deritro de la fórmula clásica del patrón oro no habrá otra fonna de restablecer
el equilibrio -e insiste sobre este punto, que tiene gran importancia- que inte-
rrumpir totalmente Ja expansión.del crédito. Hecho e8o. la actividad económica in-
terna se irá comprimiendo, e irán disminuyendo las importaciones, hasta alcanzar
un nuevo punto de equilibrio en el cual los réditos de la colectividad vuelvan a los
·11.700 millones que hemos señalado en el primer caso.
. Este hecho tiene para la Argentina una importancia fundamentalísima. puesto
que la experiencia nos revela que hemos estado durante toda 11uestra historia eco-
nómica sometidos de continuo a un proceso de dilatación y contracción de nuestra
actividad ecónómica, provocado tanto por las exportaciones como por el movi-
miento de capitales extranjeros.
Suele creerse eritre nosotros que el crecimiento industrial del país nos hace me-
nos vulnerables a la· acción de estos factores internacionales de perturbación. La
creencia no está totalmente fundada. Voy a demostrar a su tiempo que el creci-
miento industrial podría hacemos.menos vulnerables, pero si el país pretendiese se-
guir manejándose con el patrón oro clásico, el crecimiento industrial nos baria más
vulnerables que antes.
LA INFLUENCIA DEL COEFICii!NTE DE IMPORTACIONES EN LA DURACIÓN
DEL PROCESO DE RESTABLECIMIENTO DEL EQUILIBRIO
Hemos visto que cuando en nuestro país aumentan los ingresos totales de la co-
lectividad por un incremento de las exportaciones, se destruye temporalmente el
equilibrio exterior e.interior del sistema económico. Pero el equilibrio tiende a res-
tablecerse espontáneamente en· virtud de los efectos que produce el aumento de los
ingresos al circular dentro del sistema. Dijimos también que si no fuese fácil ex-
pandir las actividades inte.rnas, o se llegase a la plena ocupación antes de alcanzado
el nuevo punto de equilibrio. el incremento de ingresos sin gastar aún se traduciría
en importaciones en la medida en que no fu.ese posible adquirir más artículos y ser-
vicios internos, con lo cual se aceleraría el restablecimiento del equilibrio.
Esta aptitud del sistema económico para que el incremento de exportaciones
provoque un incremento correlativo de importaciones, es un requerimiento funda-
mental del régimen del patrón oro; una de las reglas primordiales del juego sin

280
RAÚL PREBISCH
cuyo cumplimiento aquél no funciona bien o fracasa, según lo comprueba la expe-
riencia. En términos más amplios. el aumento de oro y divisas provenientes del
crecimiento de las exportaciones o de las inversiones o entradas de capitales o fon-
dos extranjeros tiene que provocar el ascenso de las importaciones (o de otros pa-
gos al exte1ior o egresos de fondos). Es decir que para que el régimen del patrón
oro funcione eficientemente. el aumento de las reservas metálicas tiene que ser se-
. guido por una disminución posterior de las mismas.
Pero ello no basta. sin embargo. El tiempo en que se cumple el proceso, o sea
su duración. tiene una importancia fundamental y la dilucidación de este punto in-
teresa para comprender mejor el mecanismo monetario internacional y las fallas de
su funcionamiento.
1. Nuestro intercari1bio ji·ente al del resto del mundo
La duración del proceso. en paridad de otros factores, depende de la proporción
que tienen las importaciones en el consumo total de artículos o servicios. o lo que
es lo mismo, de la proporción de las importaciones con respecto a los ingresos tota-
les del país o de un grupo de países.
Hemos comenzado a entrever la índole de este problema cuando demostramos
recientemente que un incremento de determinada magnitud en las exportaciones ar-
gentinas se transforma. en un tiempo relativamente corto. en un aumento equiva-
lente de nuestras importaciones. En cambio, si la vastísima agrupación de países
que constituyen el resto del mundo experimenta un crecimiento igual en sus expor-
taciones a la Argentina, sus importaciones de nuestro país (esto es las exportacio-
nes argentinas) tardarán un tiempo considerablemente más largo en crecer y alcan-
zar un incremento semejante. Y es tan largo el tiempo requerido que si el
inctémento de las exportaciones del resto del mundo a la Argentina se debe a que
nosotros estamos expandiendo el crédito, el incremento de las compras del resto
del mundo en la Argentina será tan lento, tan insignificante, que de persistir la ex-
pansión, y por lo tanto el desequilib1io, agotaremos una parte sustancial de nuestras
reservas de oro y divisas, dando en tie1Ta con el patrón oro. según lo explicaremos
en otra oportunidad.
La razón de esta diferencia fundamental en la duración del proceso es que.
mientras nuestras importaciones del resto del mundo representan aproximadamente ·
el 17 J % de l).uestro consumo total de artículos y servicios, o sea de nuestros ingre-
sos totales, las importaciones del resto del mundo de productos argentinos apenas
constituyen una pequeñísima fracción del ingreso total del resto del mundo. Diga-

lNrERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
281
mas algo así como el 0,3% para poner un ejemplo que nos dé una idea de la des-
proporción, ya que no hay cifras al respecto.7
Debido a ello. un incremento de l.000 millones en las exportaciones argentinas
en 12 etapas del proceso circulatorio se transforma en 892.8 millones de importa-
ciones adicionales. Mientras que esa misma cantidad de exportaciones adicionales
del resto del mundo a la Argentina apenas hace crecer en esas mismas 12 etapas las
importaciones provenientes de nuestro país en 35,4 millones. Quedarían circulando
lentamente 964,6 millones en el resto del mundo.
Bastaría una ligera contracción en la actividad económica mundial o una leve
disminución de la velocidad de circulación de la moneda en un país importante -
como también lo explicaremos-. para que se anule totalmente ese incremento de
ingresos en circulación en el resto del mundo provocado por el aumento de las im-
portaciones argentinas.
Para un país como el nuestro. esta comprobación sencilla tiene gran significa-
do. Si el resto del mundo aumenta sus compras de productos argentinos. o en otros
términos, si se acrecientan nuestras exportaciones, acrecentaremos también nues-
tras importaciones. en vütud del proceso referido. Encierra pues una gran verdad,
en este sentido, el dicho vulgar de que las exportaciones se pagan con importacio-
nes: así nos paga el resto del mundo y esto es, según veremos también. lo que nos
conviene fundamentalmente. Pero si, debido a la expansión del crédito, a la crea-
ción artificial de ingresos, aumentan nuestras importaciones más allá de lo que per-
miten las exportaciones,8 no por ello el resto del mundo contribuirá a aumentar per-
ceptiblemente el volumen de estas exportaciones comprando más productos
argentinos. Y en tal sentido no podrá decirse que un aumento de importaciones se
paga con un aumento de exportaciones.
Esta es. sin embargo. una aproximación todavía un tanto grosera del fenómeno
real, porque si seguimos analizando lógicamente estas cifras, tendremos que llegar
a la conclusión de que alguna vez, dentro de bastante tiempo, el resto del mundo
importará productos argentinos por los mil millones que la Argentina le había com-
prado en exceso debido a su expansión del crédito. Sin embargo, no es así. Si el
proceso continúa ilo se llegará jamás, según lo espero demostrar, a una importación
óe mil millones en el resto del mundo, o sea que el oro que ha salido de la Argenti-
na en pago de esos 1.000 millones de excedente de importaciones sobre exporta-
ciones. provocado por la expansión del crédito, no vuelve sino en proporción muy
7 Nuestras importaciones constituyen alrededor del 2% de las exportaciones totales del resto del
mundo. las cuales. ·suponemos, fomrnn a su vez el 15% de los ingresos totales. Por lo tanto, el 2% de
este 15% constituye la cifra que acaba de mencionarse.
8
No consideramos la afluencia de capitales y otros fondos para no complicar el problema.

282
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 1
Importaciones
1.000 .-----:===============-----=~
800
600
400
200
3
6
9
12
15
. 18

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACfIVIDAD ECONÓMICA
283
pequeña a nuestro país. No se opera pues. el fenómeno a que acabo de referirme.
sino parte de él.
En la discusión pública de esta materia hay mucha confusión de ideas. Así.
aquellos que ante una situación semejante de desequilibrio. de exceso de importa-
ciones provocado artificialmente. se preocupan de reducirlas para cuidar la estabili-
dad de la moneda. son a veces calificados de enemigos del comercio exterior o par-
tidarios de la autarquía o de un extremo nacionalismo económico. Lo cual no les
libra de oh·as designaciones. igualmente arbitrruias __.:.si bien de sentido opuesto-
cuando en pleno equilibrio se oponen a que se reduzca inconvenientemente la impor-
tación: se les atribuye entonces el funesto designio de hacer prevalecer lo internacio-
nal sobre lo nacional. de sacrificar la actividad nacional a los intereses extranjeros.
Todo eso puede tener algún valor persuasivo en el grueso público: pero no per-
turbará el curso de nuestro razonamiento objetivo ni nos impedirá. al.final de nues-
tro curso. exponer los lineamientos de una política monetaria y económica nacional
que sólo podrá juzgarse-por su fuena lógica y la forma en que contribuya a resol-
ver los grandes problemas de la realidad argentina.
2. La illfensidad del crecimiento de las importaciones depende de la proporción
de éstas con respecto al total de ingresos del país

Para que se comprenda mejor la naturaleza del asunto que nos ocupaba antes de
esta digresión. se han elaborado algunas cifras y curvas que resultan muy ilustrati-
vas. Se refieren al efocto que una exportación adicional de 1.000 millones, y el co-
rrespondiente incremento de ingresos. tendría en distintos países en los que sus im-
portaciones representasen desde el 2.5% hasta el 50% de los ingresos totales
respectivos. Se han calculado 18 etapas en la circulación del incremento de ingresos.
CuadroN11 9.
Crecimiento de las importaciones en distintas etapas de circulación
de un incremento de 1.000 millones
Proporción de las Importaciones con respecto al
Etapas
total de ingresos
2,5%
5%
10%
20%
50%
3
72.8
142.8
271.0
488.0
875.0
6
140.8
264.8
468.6
737.9
984.4
9
203.8
369.6
612.6
865.8
994.8

284
RAÚL PREBISCH
Proporción de la~ importaciones con respecto al
Etapas
total de ingresos
2,5%
5%
10%
20%
50%
12
261.6
459.6
717.6
931.3
999,8
15
316.0
536,8
794.2
964,8
999,9
18
366.0
602,8
849.0
982.0
999,9
En el cuadro Nº 9 damos las cifras que alcanzan las importaciones en cada
caso. de tres en tres etapas: y esas cifras han sido representadas en el gráfico Nº 1.
La sola observación de las curvas permite ver fácilmente las grandes diferen-
cias que presentan los distintos casos. Cada línea indica el valor que van adquirien-
do las importaciones conforme se realizan las etapas circulatorias. Nótese como.
mientras el crecimiento es lento en el país que acusa 2,5% de imp011aciones con
respecto a los ingresos totales. se acelera para los demás países conforme sube la
proporción hasta llegar a ser muy rápido para aquel país cuyas importaciones re-
presentan el 50% del total de réditos. Allí la línea asciende casi en f01ma vertical y
al terminar la tercera etapa las importaciones ya han absorbido 875.0 millones del
incremento de 1.000 millones de ingresos originado por las exportaciones. en tanto
que en esa misma etapa. las del primer país considerado, con 2.5% de proporción.
apenas han llegado a insumir 72.8 millones de incremento de exportaciones.
Al cumplirse la novena etapa, en el país con 2.5% las importaciones sólo han
logrado absorber el 20.4% del incremento de ingresos y en el país con 5%, el 37%.
Se trata de países en que el incremento de las exportaciones estimula lentamente a
las importaciones, pues una parte muy grande del mismo se dedica a adquirir ar-
tículos y servicios producidos por las actividades internas y una parte pequefia a
comprar directa o indirectamente artículos importados. En cambio, en el país con
20% de proporción. las importaciones han absorbido el 86.6% del incremento de
exportaciones en la novena etapa. y en el país con 50% se ha absorbido el 99.5%:
son países en los cuales las importaciones tienen un crecimiento rápido. Es fácil
imaginar lo que ocurre en países en que la importación constituye más del 50% de
los réditos totales: en ellos. en las primeras etapas. las importaciones llegan a ab-
sorber cerca del 100% del incremento de las exportaciones.
El país cuyas importaciones constituyen el 10% de los ingresos totales está en
posición intermedia entre los de crecimiento lento y los de crecimiento rápido: las
importaciones han tomado el 61.3% del incremento de las exportaciones al cum-
plirse la novena etapa.
De todo esto va desprendiéndose una primera conclusión: es muy distinto el

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
285
grado de retención del oro que ingresa a los países del mundo en el juego de las
transacciones mundiales. En los países con un alto coeficiente de importaciones el
oro ingresado tiende a salir rápidamente; en los de bajo coeficiente tiende a salir
con gran lentitud.
Empezaremos ahora a hablar de oro y moneda. En realidad hemos estado ha-
blando de ello sin saberlo. como aquel célebre personaje que descubrió tardíamente
haber estado hablando en prosa. Porque todos los movimientos de los ingresos y
egresos, tanto en la actividad económica interna como en la internacional. se hacen
en moneda.
En el régimen de patrón oro. cuando un país aumenta sus exportaciones recibe
en pago de ellas un incremento de oro o de moneda extranjera convertible en cual-
quier momento en metálico. Ya veremos que en la realidad actual no siempre suce-
de así: aumentan las tenencias de oro y divisas o moneda extranjera en el Banco
Central o la institución emisora del país en cuestión, y contra ello el Banco Central
emite su equivalente en moneda nacional. de acuerdo con el tip<1 fijo de cambio
para convertir oro en papel o papel en oro. que es la característica esencial del régi-
men del patrón oro.
El país recibe, pues, su incremento de ingresos en oro y lo convierte en moneda
nacional y así circula en todo el ámbito de la economía interna dedicándose una
parte de él, de etapa en etapa, a adquirir importaciones; esta parte de la moneda na-
cional o del papel que se dedica a importaciones atlicionales, se cancela al canjear-
se por oro en el Banco Central; oro que se emplea en efectuar el pago de dichas im-
portaciones a los países extranjeros. Por el momento no nos interesa examinar el
mecanismo ~ue
es bien simple- de estas operaciones. Bástenos saber que el oro
que ingresa por el aumento de exportaciones tiende a salir nuevamente en pago de
importaciones después de circular en forma de moneda nacional en la economía in-
terna.
LA DISlRIBUCIÓN ENTRE DISTINTOS PAÍSES DEL INCREMENTO DE INGRESOS OCURRIDO
EN UNO DE ELLOS SE EFECTÚA EN PROPORCIÓN AL VOLUMEN DE SUS RÉDITOS
Como hemos dicho, unos países retienen el oro mucho más tiempo que otros:
pero esta es una primera aproximación, muy grosera, del fenómeno real. En reali-
dad. una paite del oro que reciben los países de bajo coeficiente de importaciones.
o sea de alto grado de retención del metálico. no vuelve a salir, según trataremos
de demostrarlo.
En el lapso transcurrido entre las dos guerras se ha hablado mucho en el mundo
entero de la mala distribución del oro y se vuelve a plantear el problema en estos

286
RAÚL PREBISCJI
días. al discutirse los planes monetarios internacionales. Brevemente expuesto el
problema es el siguiente: el incremento de la producción de oro monetario en el
mundo. en vez de distribuirse entre los distintos países en proporción de su comer-
cio exterior y dem{ts transacciones internacionales -pues el oro no tiene otra fun-
ción monetaria que la de facilitar estos pagos- tiende a concentrarse preferente-
mente en algunos países. Estados Unidos ha llegado así a absorber una parte
considerable de la producción mundial de oro.
Hay distintos factores que explican este fenómeno; pero por razones de método
expositivo no estamos aún en condiciones de examin~ufos a todos. Nos limitaremos
a explicar el que. a nuestro juicio. tiene mayor importancia. si no por sus resultados
numéricos. por su carácter de elemento permanente de perturbación en el rcpa110
mundial de la producción de oro. mientras no exista una estado de ¡i!ena ocu¡)([-
l"ión en los principales ¡wíses del mundo.

Subrayo especialmente esta última expresión. El patrón oro funciona en forma
diferente según haya o no plena ocupación. Si existe. su funcionamiento se aproxi-
ma posiblemente a lo que explicaron los economistas clásicos. Y al hablar de los
clásicos. en esta materia. me refiero exclusivamente a los que formularon origina-
riamente los principios del patrón oro y los analizaron observando la realidad eco-
nómica. razonando con rigor científico y no a los que profesando esos principios
en forma dogmática. no hicieron más que repetirlos sin advc11ir las transformacio-
nes profundas que se iban operando en la realidad económica y social. Afirmo. por
lo tanto. que estamos más cerca de los clásicos. los que tratamos de hacer lo mismo
que ellos -esto cs. ohsc1var la realidad y tratar de interpretarla científicamente-
que sus meros repetidores.
La plena ocupación tiene también gran importancia en el estudio y la formula-
ción de la teoría del comercio internacional. Existiendo ella en un país se verifican
ciertos principios clásicos. Pero no habiendo plena ocupación. la protección adua-
nera de ciertas actividades. lejos ele comportar una destrucción de riqueza. según la
fórmula consagrada. permite acrecentar los ingresos reales de la colectivielael.
como lo demostraremos a su tiempo.
Entraremos ahora en la explicación ele lo que nos preocupaba. Advierto que se
trata de una simple hipótesis que he trazado recientemel!te al reflexionar sobre los
planes monetarios internacionales. y que expondré aquí por primera vez. No ha pa-
sado pues por el severo tamiz ele la crítica. indispensable en estos casos. Por esto.
las preguntas u observaciones que mi explicación sugieran. serán una colaboración
muy útil. ya que permitirán dar más cl:u·idad o modific~u- mis ideas. o acaso de-
secharlas.

INTERDEPENDENCIA Ei'•ffRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACl'JVIDAD ECONÓMICA
287
l. Un ejemplo del proceso de distrih11ció11 entre dos países
De acuerdo con el procedimiento que venirnos siguiendo. plantearemos primero
casos simples que permitan comprender gradualmente las complejidades de la rea-
lidad.
Supongamos dos países --o grupos de países- que comercian entre sí en estas
condiciones: a) no hay transacciones financieras entre ellos (movimientos de capi-
tal. pago de servicios. etc.) y b) la actividad económica no funciona plenamente: no
hay en ellos plena ocupación.
Para facilitar los cálculos ~u-itméticos. supongamos que en el país A el coefi-
ciente de importaciones con respecto a los ingresos totales es ele 10% y en B de
.'i0%. Es esencial para nuestro ejemplo que los coeficientes sean distintos. pero no
importa su magnitud -que acaso pueda ciamos más trabajo en el cálculo o dilatar
el procedimiento. pero en ningun otro caso afectar la índole de este proceso--. Su-
pongamos ahora que el país o grupo de países B tiene una producción de oro ele
1.000 millones. El Banco Centrnl adquiere oro y entrega. en cambio. su equivalen-
te en moneda nacional. Aumentan. pues. los ingresos de un sector de la actividad
económica del país B y se inicia el proceso circulatorio que conocemos. De los
1.000 millones de incremento. el 50% se dedica a adquirir artículos y servicios de
la actividad interna y el otro .'i0%. o sea .'iOO millones. a la importación de artículos
que produce el país A. pagándole con oro que se extrae del que había adquirido el
Banco Central. Ahí termina la primera etapa. (Cuadro ND 10.) En la segunda. el
proceso circulatorio se opera en ambos países. Los 500 millones que recibe A por
las compras ele B se distribuyen así -previa su transformación en moneda nacio-
nal en el Banco Central respectivo-: 4.'iO millones a la actividad interna y .'iO mi-
llones a importar de B. Y los 500 millones que quedaron en el país B -en que se
originó el movimiento- se dividen así: 250 millones para la actividad interna y
250 millones para una nueva importación de productos de A. que también se paga
en oro. De manera que al terminar esta segunda etapa. B tiene para iniciar la terce-
ra. esos 2.'iO millones que qued~u-on en la actividad interna más los 50 millones pro-
venientes de importaciones que hizo A -y que A paga con parte del oro recibido
de B-. En Ja realidad estos movimientos se compensan. Pero. para no confundir-
nos no lo haremos en el ejemplo. Y B tiene los 4.'iO millones que quedaron en la se-
gunda etapa en la actividad interna más los 250 millones que le compró Ben la se-
gunda etapa. o sea un total de 700 millones.
Obsérvense las relaciones de interdependencia que se desarrollan en los dos pa-
íses. Ello no ocurría en aquel ejemplo de las curvas de países con distintos coefi-
cientes de importación con que iniciarnos. en forma simple. nuestra explicación.

288
RAÚL PREBISCH
Allí, en cada curva el incremento originario de las exp011aciones se va transfor-
mando en importaciones; pero no se considera para nada que los países de donde
provienen esas importaciones. esto es que los países que exportan al país en cues-
tión. aumentan con ello sus ingresos y se ponen a su vez en condiciones de aumen-
tar sus propias importaciones. Tal es lo que ocurre en el presente ejemplo: en la
primera etapa B importa 500 millones de A y en la segunda A utiliza el 10% de los
ingresos adicionales que así obtiene en comprar 50 millones en el país B. el cual
así aumenta los ·ingresos que le quedaban. provenientes de su producción de oro.
Se establece así una serie de acciones y reacciones: la acción del aumento de in-
gresos de B sobre A al comprarle sus productos es seguida por la reacción de A.
cuyo incremento de ingresos. así obtenido. le permite comprar en B. y así sucesiva-
mente.
Cuadro N!! 10.
Proceso de distribución entre dos países de un incremento de ingresos de 1.000
ocurrido en uno de ellos
País U
País A
Incremen· Adividad
Importa·
In ere·
Actividad Importa·
Etapa
to de
interna
dones
mento de
interna
clones
ingresos
(50%)
(50%)
ingresos
(90%)
(10%)
1
l.000.0
500.0
500.0
-
-
-
2
500.0
250.0
250.0
500,0
450.0
50,0
3
300.0
150.0
150,0
700.0
630.0
70,0
4
220.0
110.0
110,0
780.0
702.0
78.0
5
188.0
94.0
94.0
812.0
730.8·
81.2
6
175.2
87.6
87,6
824.8
742.3
82.5
7
170.1
85.1
85,0
829,9
746.9
83,0
8
168.1
84.0
84,1
831,9
748,7
83,2
9
167.2
83.6
83.6
832,8
749.5
83,3
10
166.9
83.5
83,4
833,1
749.8
83.3
11
166.8
83,4
83.4
833.2
749.9
83.3
12
166.7
83,4
83,3
833,3
750.0
83,3

INTJ·:RDEPENDl'NCIA E~"J'RE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONO~llC
A
289
Obsérvese cómo el país B va realizando de etapa en etapa sus importaciones de
A. tanto por la circulación del incremento de ingresos provenientes del oro como
de los nuevos ingresos que obtiene al exportar cantidades crecientes de sus otros
productos a A: productos que A adquiere precisamente por el incremento de ingre-
sos que obtiene por las importaciones que B hace de productos de A. Nótese tam-
bién que si bien el total de importaciones que va realizando B crece continuamente
la amplitud del crecimiento en cada etapa es cada vez menor: 500. 250. 150 ...
83.3. En cambio. las exportaciones de B hacia A. esto es las importaciones de A
son mayores de etapa en etapa. a saber: 50. 70. 78 ... 83.3.
Y así nos vamos acercando al momento más importante del desarrollo del ejem-
plo: aquel en que en B las imp011aciones de la etapa a que se ha llegado son iguales
a las exportaciones realizadas en la misma etapa: lo cual equivale a decir que en A
las exportaciones de esa etapa equivalen a las importaciones. A este momento se
llega en nuestro ejemplo en la etapa Nº 12. cuando las importaciones y expo11a-
ciones de cada país alcanzan la cifra de 83.3 millones.
Veamos ahora lo que esto significa. Mientras el incremento de ingresos del país
B va disminuyendo de etapa en etapa. el de A va aumentando. Cuando se llega a la
etapa 12 en que se cumple el equilibrio de importaciones y exportaciones. el incre-
mento de ingresos de A es cinco veces mayor que el de B lo cual es condición ab-
solutamente esencial de dicho equilibrio. En efecto. como en A sólo el 10% de los
ingresos se dedica a la importación mientras que en B el 50% o sea cinco veces
más. se necesita un incremento de ingresos cinco veces mayor en A para lograr una
importación de la misma magnitud que en B en una determinada etapa del proceso
circulatorio.
Alcanzado así el equilibrio se mantiene indefinidamente. en igualdad de otros
factores. puesto que en cada una de las etapas siguientes, los ingresos que cada país
pierde por las importaciones son recuperados simultáneamente por una exportación
de igual magnitud.
¡,Pero qué representa en realidad el incremento de ingresos que venía circulan-
do y sigue circulando en cada país después de alcanzado el punto de equilibrio'?
Precisamente el incremento de oro que queda en el Banco Central respectivo. En
efecto. los 166.7 millones de incremento que quedan en B más los 833.3 millones
de incremento que ha logrado el país A constituyen aquellos 1.000 millones origi-
narios a que ascendió la producción de oro en el país B.
Evidentemente. el rep~u·to de oro entre los dos países. una vez alcanzado el pun-
to de equilibrio, no se ha realizado teniendo en cuenta el comercio exterior. por
cuanto ambos lo tienen en igual magnitud en nuestro ejemplo. según se observa en
el cuadro N'' 11.

290
RAÚL PREilISCH
Cuadro Nº 11. Cifras acumuladas en todas las etapas del proceso
Países
Importaciones
Exportaciones
Saldos
A
861.1
1.694.4
+ 833.3
B
1.694.4
861.1
- 833.3
Si el oro no se ha repa11ido. por lo tanto. en relación al comercio exterior. ¡,con
respecto a qué otro elemento se ha efectuado su reparto'? Nos falta cabalmente de-
terminar este elemento. que hasta ahora no habíamos necesitado pero que a esta al-
tura del razonamiento nos es indispensable. P<m1 ello vamos a construir el cuadro
Nº 12 de estructura similar a los que usamos para los sectores económicos del país
(cuadros Nº 1 y NQ 4) y que nos muestra la dist1ibución de los réditos totales de A
y B entre actividad interna y comercio exterior. La última columna nos indica la
proporción que representan los ingresos totales de cada país en el conjunto de los
réditos de amlx>s.
Cuadro Nº 12. Ingresos totales de los países
Países
n
A
Total
B
5.000
50%
5.000
10%
10.000
16.6%
A
5.000
50%
45.000
90%
50.000
83.3%
Total
10.000
100%
50.000
100%
60.000
100.0%
Nada habíamos dicho acerca del comercio que existía anterionnente entre los
dos países de nueslro ejemplo. Supongamos que haya sido de 10.000 millones. A
importa. pues. 50.000 millones de By éste igual cantidad de A. ¿Cuál es el total de
ingresos de cada país? Es fácil calcularlo si se recuerda que en A la importación
constituye el 10% del ingreso lota!; éste alcanza a 50.000 millones. de los cuales
5.000 millones se obtienen de la exp011ación y los 45.000 restantes provienen de la
actividad económica interna de A y se emplean a su vez en adquirir los artículos y

INTERDEPENDENCIA El'<TRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACfJVIDAD ECONÓMICA
291
servicios que allí se producen. En cuanto a B. sus importaciones constituían el 50%
de los ingresos totales. que resultan así de 10.000 millones.
Los ingresos totales de A son. por lo tanto cinco veces mayores que los de B; es
decir. guardan entre ellos la misma proJX>rción que guardaban los ingresos de am-
bos países al llegar a la etapa 12 del proceso. o sea. el nuevo punto del equilibrio.
Lo cual nos demuestra que en el ejemplo que estamos considerando el oro no se ha
repartido de acuerdo con el comercio exterior sino en relación al ingreso total de
cada país.
Examinemos ahora lo que ha ocurrido con el cuadro Nº 12 después de haber
llegado al nuevo punto de equilibrio en la etapa 12. El total de ingresos ha aumen-
tado (cuadro Nº 13) y seguirá aumentando si continúa gastándose en cada país el
incremento de oro o de ingresos que ha quedado al llegarse al equilibrio. Todo ello
mientras no se llegue a la plena ocupación. Traspuesto ese punto la continuación
del proceso circulatorio conduce hacia el alza de los precios.
Cuadro Nº 13. Situación de los países antes de la iniciación del proceso
y después que éste ha llegado al nuevo punto del equilibrio
Ingresos
Países
B
A
Total
sin gastar
Total
B
5.000
5.000
10.000
166,7
10.166,7
A
5.000
45.000
50.000
833,3
50.833.3
Total
10.000
50.000
60.000
1.000,0
61.000,0
Adviértase bien que aquí termina la similitud con el cuadro relativo a los distin-
tos sectores de la economía del país. En ese ejemplo el incremento de ingresos se
iba reduciendo de etapa en etapa por el pago de las importaciones. en tanto que en
el presente caso el incremento de ingresos --0 el oro que representa- circula
siempre entre los dos países, pues lo que uno pierde lo recibe el otro hasta llegar a
la situación de equilibrio a partir de la cual se mantiene la relación que hemos en-
contrado de 5 a 1. Este caso se asemeja así a aquel primer caso de un mercado ce-
rrado en que el incremento de ingresos seguía circulando continuamente sin dismi-
nución alguna, hasta llegarse a la plena ocupación.

292
RAÚL PREBISCH
2. A las mismas co11clusio11es se llega si se consideran tres países
Así como hemos considerado dos países o grupos de países en este ejemplo
simple. podríamos considerar tres o más países o grupos de países, complicando
nuestra exposición, sin alterar en lo más mínimo la índole de las conclusiones que
hemos extraído del ejemplo de dos países.
Desarrollaremos un nuevo ejemplo con tres países. A. B y C. cuyos coeficien-
tes de importaciones representan el 20%. 5% y 6.66% de sus ingresos totales, res-
pectivamente. Hemos construido el cuadro Nu 14, cuyas columnas verticales repre-
sentan la forma en que cada país obtiene sus ingresos vendiendo dentro de su propia
economía parte de los artículos y servicios que produce y exportando otra parte.
Cuadro Nº 14
Países
A
JI
e
Total
A
160.000
10.000
30.000
200.000
B
10.000
380.000
10.000
400.000
e
30.000
10.000
560.000
600.000
Total
200.000
4CXl.OOO
600.000
1.200.000
Al pie de las columnas verticales figura el total de ingresos así obtenidos por
cada país. P<.u-a mayor claridad en el cuadro Nº 15 se presentan las mismas cifras,
agrupándolas en dos rubros: actividad interna e importación.
Cuadro Nº 15
Proporción de
Al"lh'idad
las importa·
Países
interna
Importación
Total
dones sobre
el total de
réditos
A
160.000 14.5%
40.000
40%
200.000 16,6%
20.00%
B
380.000 34.5%
20.000
20%
400.000 33.3%
5.00%
e
560.000 51.0%
40.000
40%
600.000 50.0%
6,66%
Total
1.100.000 100.0%
100.000
100%
1.200.000 100 %
8.33%

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
293
En las columnas horizontales se presenta la forma en que cada país emplea sus
ingresos, comprando artículos o servicios dentro de sí mismo o importando de los
otros. Como partimos de un punto de equilibrio, el total de gastos o egresos coinci-
de con el total de ingresos, tanto para cada país como para el conjunto de los otros
países (o grupos de países).
Como en el caso anterior. suponemos que en el país A ocurre o existe en el año
en cuestión una producción de oro de 100 millones. Desde el momento en que el
país A tiene 100 millones más de ingresos, se estimularán las importaciones de ese
país de productos provenientes de B y C. A su vez ese estímulo provocará un au-
mento de las importaciones de B y C, ya que estos países importarán más de A y
de B, en el caso de C, y más de A y C. en el caso de B. Las proporciones del au-
mento de sus réditos que los tres países mencionados dedican a la importación y al
consumo interno están indicadas en el cuadro Nº 16 que muestra el desarrollo del pro-
ceso. Según ese cuadro. A recibe 100 millones de ingresos de los cuale.~ dedica 20 mi-
llones a la importación distribuyéndolos entre B ( 5 millones) y C ( 15 millones).
A su vez, B distribuye entre su actividad interna y entre sus importaciones pro-
venientes de A y C, el monto de lo que ha recibido de A; y C hace lo mismo con
las sumas que ha recibido de B y de A.
Cuadro N!! 16
Etapa~
In ere-
ActMdad
·importaciones
mento
Interna
B
e
Totales
PafsA
(80%)
(5%)
(15%)
(20%)
1
100.0
80,0
5,0
15,0
20,0
5
44.7
35,8
2,2
6.7
8.9
10
24,4
19.5
1,2
3,7
4,9
20
17.7
14,l
0,9
2,7
3,6
30
17.0
13,6
0,9
2,5
3.4
40
16,8
13,4
0,8
2,5
3,4
48
16.7
13.4
0.8
2,5
3,3
PafsB
A
e
(95%)
(2 1/2%) (2 lfl%)
(5%)
2
5.0
4.8
0,1
0.1
0.2
5
14.9
14.2
0.4
0.4
0.8
10
22.8
21.6
0,6
0.6
1.2
20
28.8
27.4
0.7
0.7
1,4

294
RACJL PREBISCH
Etapas
liu·re-
Actividad
lm1>0rtaciones
mento
interna
A
e
Totales
País B
(95%)
(2 1/2%) (2 1/2%)
(5%)
30
31.2
29.6
0.8
0.8
1.6
40
32.3
30.7
0.8
0.8
1.6
48
32.8
31.2
0.8
0.8
1.6
¡\\
n
Pafs C
(93.3%)
(5%)
(1.66%)
(6.66%)
2
15.0
14.0
0.7
0.3
1.0
5
40.4
37.7
2.0
0.7
2.7
10
52.8
49.3
2.6
0.9
3.5
20
535
49.9
2.7
0.9
3.6
30
51.8
48.4
2.6
0.9
3.5
40
50.9
47.5
2.5
0.9
3.4
48
505
47.2
2.5
0.8
3.3
Al llegm· a la etapa Nº 48 del proceso. el incremen.to de ingresos que queda en
cada país es proporcional a los réditos de cada uno de ellos. En efecto. la propor-
ción de réditos es la siguiente: el país A tiene el 16.66% de los réditos de los tres
países: el país B tiene 33.33% y el país C el 50%. Y en el Cuadro N!' 17 se puede
comprobar que los incrementos de ingresos que quedan en cada país en el punto de
equilibrio tienen entre sí la misma relación. o sea que llegamos exactamente a la
misma comprobación que habíamos obtenido en el ejemplo anterior de d.os países.
Véanse los resultados a que se ha llegado en la etapa 48 (cuadro N\\1 17) y se ad-
vertirá que no se trata de cifras acumuladas, sino de las cifras de esa etapa. En ella
el país A tiene un incremento de réditos de 16.7 millones sobre un incremento ori-
ginario de 100. y ese incremento lo gasta: 13.4 en la actividad interna. 0.8 en la im-
portación de B y 2.5 en la importación de C. En el país B. tenemos un incremento
de 32.8 y en el C de 50.5. ¿Qué representan esos incrementos en los ingresos del
país? Los 16.7 del país A -dado el coeficiente de importación de 20% que tiene
ese país- representan una importación de 3.3. El incremento remanente en B.
dado el coeficiente de importación de 5% que tiene. representa un incremento de
importación. en esa etapa. de 1.6 y el incremento de 505 en los ingresos del país
C. en virtud de la proporción de 6.66% que tienen sus importaciones con respecto a
los ingresos totales. representan una importación de 3.3. Los incrementos en los in-

lNrERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVJDAD ECONÓMICA
::!95
gresos totales. como se refieren al aumento inicial de 100, representan a la vez las
proporciones que guardan los réditos o el incremento de ingresos o remanente de
ingresos en la última etapa. con respecto al total original de 1 OO.
Cuadro Nº 17. Situación en la etapa Nº 48 del proceso
Países
A
B
e
Total
A
13.4
0.8
2,5
16.7
B
0.8
31.2
0.8
32.8
e
2.5
0.8
47,2
50.5
Total
16.7
32.8
50.5
1()(),0
La conclusión fundamental que se obtiene es que para alcanzar el equilibrio en-
tre el comercio de A.By Cha sido necesario que el remanente de réditos que que-
da circulando en esos países sea de tal magnitud y tenga la misma relación que la
que habíamos considerado en la situación inicial. O sea que para llegar al punto de
equilibrio. el incremento 01iginario de ingresos se distribuye proporcionalmente a
los réditos de los distintos países considerados. Esto es exactamente lo que ha-
bíamos visto en el caso de dos países.
Vamos a tratar de derivar alguna otra conclusión de estas cifras. Obsérvese el
comercio exterior de cada país y las cifras de sus réditos. El país A tiene réditos
por 200. B por 400 y C por 600. En cambio, su comercio exterior guarda una rela-
ción distinta. El comercio exterior de A es 40. el de B es 20 y el de C es 40. o sea
que el país A y el país C tienen el mismo comercio exterior pero su volumen de ré-
ditos es distinto. Si el oro se repartiese entre estos países de acuerdo con el comer-
cio exterior. al país A le tocaría exactamente la misma cantidad que al país C. En
cambio. como el oro se distribuye de acuerdo a los ingresos totales. el país C va a
tener una proporción mucho mayor. esto es el 50% de la producción de oro. no
obstante que su comercio tiene una relación muy inferior al 50%. como lo es la de
un tercio.
La iln¡x)rtancia de este hecho puede comprenderse claramente si hacemos un
sencillo cálculo. Supongamos que en cada uno de estos países la circulación mone-
taria interna represeme normalmente -ya veremos cómo ocurre este fenómeno en
la realidad- el 20% de los rédilos de cada país. Si ello es así. el país A tendrá una

296
RAÚL PREBISCH
circulación monetaria de 40. el país B una circulación monetaria de 80 y el país C
de 120. Supongamos ahora que en el país A disminuye su comercio exte1ior en 10
millones en el año. o sea en 25%. y que al año siguiente ocmTc otra disminución de
10 millones.
·
Dos años seguidos de disminución de 1 O millones en las ex¡xlftaciones del país
A representarán disminuir a la mitad su reserva monetaria. En cambio. la misma
disminución en el país C. que tiene exactamente igual exportación. apenas reducirá
sus reservas monetarias de 120 millones a 100, mientras que en el país B una dis-
minución de 25% durante dos años. o sea 10 millones. reduciría la reserva moneta-
ria de 80 a 70 millones. Ello indica que el país A tiene un grado de vulnerabilidad
exterior mucho mayor que la de los otros países. Esto es precisamente el país que
tiene menos réditos y una proporción más alta de comercio exterior. Por lo tanto. al
distribuirse el oro entre los países del mundo de acuerdo con los ingresos de los pa-
íses y no de acuerdo con su comercio exterior. resultan en una posición mucho más
vulnerable frente a las tluctuaciones del comercio exterior y de su balance de pa-
gos, aquellos países que tienen una menor cantidad de réditos y un coeficiente más
alto de imp011aciones. punto éste que tiene mucha importancia en la política mone-
taria nacional e internacional. como a su tiempo lo veremos. Me limito a ir se-
ñalando todos estos puntos para que luego podamos avanzar sin dificultades en
esta exposición.
3. Las conclusiones anteriores también smz aplicables a los movimientos
del oro proveniente de las reservas monetarias.
En los dos ejemplos anteriores hemos examinado la fonna en que se distribuye,
entre distintos países. un incremento de la producción de oro del mundo. Ello ocu-
rría, no de acuerdo con la importancia del comercio exterior, sino en pro¡x)rción al
total de ingresos de los respectivos países.
Pero este reparto no sólo se realiza así con el nuevo oro que se produce, sino
también con el que se cnc.:ontraba en las rese1vas monetm·ias y ha salido de ellas ya
sea por una expansión del crédito o por obra de los préstamos internacionales. Va-
mos a explicar también estos otros casos. pues, como el anterior. tienen gran im-
portancia pm·a comprender el funcionamiento internacional de la moneda y nos
permitirá en la pm·te final de nuestro curso. penetrar mejor en la entraña de los pla-
nes monetarios de postguerra que hoy se discuten.
Ya hemos considerado el caso de la expansión de crédito que provoca una ex-
portación de oro. Precisamente. a raíz de este caso, habíamos entrado en todos es-
tos razonamientos sobre el oro. Se trataba de lo siguiente: la Argentina había teni-

INTERDEPENDENCIA ENTRE EL PROCESO MONETARIO Y LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
297
do primero un aumento de exportaciones que se tradujo en aumento de importacio-
nes e incremento mucho mayor de las actividades internas. Llegado el sistema eco-
nómico a un nuevo punto de equilibrio. descienden las exportaciones al nivel que
tenían anteriormente. lo cual impone la necesidad de contraer nuevamente las acti-
vidades internas llevándolas a su nivel anterior, a fin de que las importaciones
vuelvan a equilibrarse con las exportaciones. Pero en vez de dejar funcionar espon-
táneamente este mecanismo. suponemos que se expande el crédito a fin de evitar
que desciendan las actividades económicas internas del allo nivel a que habían lle-
gado. Pero las importaciones también se mantienen en un alto nivel. y como las ex-
portaciones son menores. hay que desprenderse de oro para pagar el excedente.
Este metálico irá a los demás países del mundo y tenderá a aumentar lentamen-
te sus importaciones de productos argentinos. Recordemos las cifras que dimos an- ·
teri01mente: en doce etapas del proceso circulatorio el incremento resultaba insig-
nificante. pudimos haber pensado al dar ese ejemplo que. sin embargo. con el lento
andar del proceso. las importaciones de productos argentinos del resto del mundo
crecerían hasta alcanzar el monto de nuestras importaciones que habían provocado
las exportaciones de oro y que. por lo tanto, el oro tenninaría alguna vez por volver
a nuestro país en la misma cantidad en que había salido.
Sin embargo. los razonamientos poste1iores nos demuestran que ello no puede
ocurrir en un mundo en que no hay plena ocupación en los principales países. El
oro sólo tenderá a volver a la Argentina en muy pequeña proporción, tan pequeña
como la que representan nuestros ingresos en el conjunto de los ingresos del mun-
do. o sea alrededor de 1,8%. Ya conocemos la forma en que ocurre este fenómeno.
Al recibir el resto del mundo 1.000 millones adicionales de ingresos provenientes
de la Argentina. irá aumentando poco a poco sus compras en nuestro país. Al reci-
bir de vuelta parte de esos ingresos en pago de un aumento de nuestras exportacio-
nes iremos. a la vez. aumentando nuestras importaciones. En cada etapa nuestras
importaciones de productos del resto del mundo serán mayores. En cambio. las im-
portaciones del resto del mundo de productos argentinos serán menores. Llegará
una etapa en que. al haber srec_iclo una cifra y decrecido la otra, ambas se igualan.
Es la etapa de equilibrio en que. defos~t:OOO millones de oro que había exportado
la Argentina sólo habrán regresado a sus reservas monetarias 18 millones y habrá
quedado retenido en los distintos países del mundo. proporcionalmente a sus ingre-
sos. el remanente de 982 millones. En efecto, el ingreso de esos 18 millones de oro
adicionales permite a la Argentina importar 3 millones del resto del mundo. puesto
que nuestro coeficiente de importaciones es de 17% aproximadamente: y a su vez.
los 982 millones de oro que han quedado retenidos en el resto del mundo les per-
mite a los demás países importar productos argentinos por 3 millones. puesto que
el coeficiente de importaciones de nuestro país que corresponde al resto del mundo

298
RAúL PREBISCII
es OJ%. Por lo tanto. aun cuando no sobrevenga en la economía mundial. pertur-
bación alguna que altere el desarrollo del mecanismo ele equilibrio con la Argenti-
na -supuesto que desde luego no se cumple- el oro sólo regresaría en una frac-
ción insignificante a nuestro país. Podrá volver por otras razones. pero no como
consecuencia ele un proceso natural de intercambio.
Por supuesto que los efectos son los mismos. cualquiera que sea el objeto del
aumento ele los préstamos bancarios (déficit fiscal. mayores necesidades del co-
mercio y la industria. mantenimiento del nivel de activiclad interna. cte.): el oro
egresa y sólo vuelve en pequeña proporción. debido a que nuestras importaciones
adicionales provocadas por la expansión del crédito sólo se comprimen en mínima
pm·te con exportaciones adicionales.
Supongamos ahora que en vez ele exportar oro ele sus reservas monetarias en
una fase ele declinación de las exportaciones. un país acuda al crédito internacional
para pagar su excedente de importaciones. El oro que se ha prestado al país en
cuestión tenderá a repartirse en el mundo de acuerdo con los ingresos ele cada país
y. por lo tanto. a quedarse preferentemente en aquellos que tienen mayores ingre-
sos. sin tener en cuenta el volumen de su comercio exterior.

109
EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CAMBIOS
Y EL CREDITO*
En nuestras clases anteriores hemos hablado de los movimientos del oro y de la
expansión del crédito; pero nos falta ver en detalle cómo funciona el mecanismo
monetario. Sin embargo, aun con ello estaremos muy lejos de terminar con el exa-
men del movimiento de los ingresos dentro de la economía del país. Estamos en re-
alidad en el comienzo de nuestro problema. y para situamos mejor en la etapa a
que hemos llegado conviene recordar rápidamente cuál había sido el propósito que
perseguíamos con aquellas demostraciones.
Como se recordará. habíamos supuesto el sistema económico en absoluto equi-
librio, tanto en lo que concierne a la actividad interna como a las conexiones exte-
riores. y dijimos que ese equilibrio puede perturbarse ya sea por obra de factores
exteriore.$ o de factores internos. Entre los primeros señalamos los dos más impor-
tantes: las exportaciones y el movimiento de capitales. Y al hablar de las exporta-
ciones consideramos los efectos de su incremento o disminución. 1
Luego consideramos otros factores de perturbación de origen interno: la con-
tracción de ingresos provocada por el ahorro que no se vuelve a invertir -que es-
bozamos muy rápidamente- y la modificación de los coeficientes de importacio-
nes. que ocmTe de continuo en la realidad.
Ahora vamos a entrar en el estudio del funcionamiento del mecanismo de la
moneda y los bancos. Pero aun una vez que hayamos recorrido los principales pun-
tos en él comprendidos. no estaremos muy adelantados; simplemente habremos
desbrozado el camino para llegar a interpretar el fenómeno cíclico en nuestro país.
y su relación con el movimiento ondulatorio internacional. Estamos. pues. en una
etapa preliminar y aún nos falta introducir algunas modificaciones en nuestras pre-
misas o supuestos. para llegar gradualmente a la realidad.
El aspecto que vamos a considerar se podrá apreciar mejor en forma nu~érica.
* · N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos en la Argentina, Fascículo Nº 5, págs. 42-60. im-
preso el 22 de agosto de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).
1 Los efectos de un incremento o disminución de las inversiones de capitales extranjeros son, des-
de el punto de vista del balance de pagos, exactamente los mismos que los de un aumento o disminu-
ción <le las expo1taciones.

300
RAÚL PREBISCH
Con ese objeto se ha preparado un cuadro esquemático (cuadro Nº 1), cuyos movi-
mientos han ocurrido frecuentemente en la realidad económica argentina, tanto en
tiempos recientes como en el siglo pasado, y a través de todos los sistemas moneta-
rios que ha tenido el país.
Comenzaremos con el desarrollo de un balance de pagos cuyo equilibrio se per-
turba inicialmente por un aumento de exportaciones; el saldo positivo así obtenido
desaparece por obra de una disminución de exportaciones y aumento de importa-
ciones. Vamos a estudiar qué es lo que ocurre en la economía interna del país y en
el mecanismo monetario en virtud de esos movimientos. Para ello vamos a partir
de un Banco Central hipotético y de un conjunto de bancos ligados por sus opem-
ciones al Banco Central.
l. EL MEDIO CIRGULANTE Y EL PROCESO MONETARIO INTERNO
Pero antes de entrar en la explicación del cuadro conviene- recordar ciertas no-
ciones sobre el funcionamiento de los distj.ntos elementos que figuran en el mismo.
Al Banco Central va el oro y las monedas extranjeras (divisas) que ingresan al
país por su intercambio con el exterior. El exportador que vende mercaderías al ex-
tranjero obtiene su pago en una letra de cambio en moneda extranjera, que vende a
un banco comercial. recibiendo de éste un depósito en cuenta corriente por el equi-
valente, o el pago en billetes. A su vez, el banco comercial vende al Banco Central
el cambio extranjero que ha comprado al exportador, y recibe en pago un depósito
en su cuenta corriente con el Banco Central, pór su equivalente en pesos. En otros
términos, el banco comercial aumenta los depósitos corrientes del público por el
equivalente de la letra adquirida al exportador, y su efectivo también crece en la
misma cantidadº por el depósito que recibe del Banco Central en pago de las divisas
que le ha vendido.
En el activo del balance del Banco Central figurarán las divisas así adquiridas,
y en su pasivo el depósito a favor del banco comercial. En el balance de este
último figurará: en el activo, el depósito que tiene en el Banco Central y en el pasi-
vo el·depósito que ha constituido a favor del exportador.
No tiene importancia monetaria si el banco comercial paga al exportador con
billetes o con un crédito en su cuenta corriente. Según los usos del público y según
sus necesidades, los depósitos de los bancos -y por ende del Banco Central- se
transformarán en parte más o menos intensa, en billetes. Si el público requiere más
billetes, la cifra de sus depósitos corrientes disminuirá, y lo mismo ocurrirá con el
efectivo de los bancos: pues parte del mismo habrá sido utilizado en virtud del reti-
ro de depósitos. A su vez, el banco comercial retirará parte de su efectivo en forma

EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
301
de billetes del Banco Central, lo que significará una reducción en los depósitos de
éste y un aumento correlativo de los billetes emitidos.
Para el Banco Central es exactamente igual tener como obligación los depósitos
de los bancos comerciales o los billetes que emite: el medio circulante total, que ha
aumentado en ese proceso. es la suma de los depósitos corrientes del público en los
bancos. más los billetes en circulación. Dada la absoluta igualdad económica de
ambos elementos, cuando nos referimos al total de medio circulante sumaremos
los billetes que tiene el público con los depósitos corrientes que tienen los bancos.
2. LA INFLUENCIA DE LAS VARIACIONES DEL BALANCE DE PAGOS
SOBRE EL CIRCUITO MONETARIO INTERNO
Vamos a estudiar los fenómenos que ocurren en el campo monetario a raíz de
perturbaciones en el balance de pagos. Consideraremos cuatro hipótesis distintas:
en la primera vamos a examinar lo que acontece cuando la exportación decrece y
deja un saldo positivo en el balance de pagos; en la segunda hipótesis, veremos los
efectos de una reducción de las exportaciones que absorbe el saldo positivo ante-
rior, sin que los bancos expandan el crédito para compensar los efectos del decreci-
miento. La tercera hipótesis será aquella en que, a medida que decrecen las expor-
taciones y por lo tanto se comprime o amenaza comp1imirse la actividad
económica interna, los bancos expanden el crédito para neutralizar esa disminu-
ción, pero sólo en la medida necesaria para lograr esa neutralización y mantener en
un nivel más o menos estable la actividad económica intema. La cuarta hipótesis
nos llevará a un caso de exageración del crédito, en el que los bancos no se limiten
a compensar los efectos de una disminución del medio circulante provocada por la
merma de las exportaciones, sino que vayan más lejos: que expandan el crédito
mucho más allá de lo que requiere la actividad interna para mantener el volumen
de réditos. Estos desarrollos permitirán comprender, con el máximo de claridad, un
fenómeno que suele presentarse a veces en forma muy confusa.
3. EL CRECIMIENTO DE LAS EXPORTACIONES COMO FACTOR EXPANSIVO
Veremos ahora cómo se mueven los distintos elementos contenidos en el cua-
dro Nº 1 cuando actúan factores exteriores de perturbación. Comencemos por las
tres primeras columnas relativas al balance de pagos, que hasta ahora para nosotros
está constituido sólo por exportaciones e importaciones. Vamos a partir de una si-
tuación de equilibrio. representada en el año I, en que las importaciones son iguales a
las exportaciones. En ese año, la cantidad de circulante a disposición del público

302
RAÚL PREBISCH
(columnas 5 a 7) asciende a 2.600 millones, de los cuales 1.100 millones son bille-
tes y 1.500 millones depósitos del público en sus cuentas con-ientes bancarias, que
se utilizan por medio de cheques.
El balance del Banco Central (cols. 9 a 11) tiene en su activo 1.800 millones
de oro y divisas y en el pasivo 1.800 millones de billetes y obligaciones. Finalmen-
te consideraremos el conjunto de bancos comerciales (cols. 12 a 16) y también nos
limitaremos -como en el caso del Banco Central- a tomar solamente los renglo-
nes que realmente tienen importancia para el estudio del proceso monetario. Por un
lado, en el activo de su balance anotamos el efectivo de que disponen (col. 12) y
que está c'?nstituido por billetes que poseen en sus cajas o por depósitos en el Ban-
co Central, y por los préstamos (col. 13) otorgados al público. al comercio. a la in-
dustria. etc. Y el pasivo estará representado por los depósitos (cols. 14 a 16) que
ascienden en el año I a 2.500 millones, de los cuales 1.500 millones son depósitos
en cuenta c01Tiente a que ya nos hemos referido (col. 6) y l.100 millones depósitos
de ahmrn, que no forman parte de los medios de pago. puesto que el depósito en
caja de ahorro no se usa de inmediato. En caso de que fuera usado. ese depósito de
ahorro se transformaría en billetes o en un depósito en cuenta coITiente.
Vamos a empezar ahora a mover nuestras cifras. suponiendo que el balance de
pagos se desequilibre por un incremento de las exp011aciones (col. 1). Estas pasan
de 2.000 millones. en el año l. a 2.500 millones en el año Il. Ya hemos considera-
do en detalle el proceso por el cual las importaciones tienden a crecer paralelamen-
te a las exportaciones. aun cuando con distinta intensidad. Vamos a suponer que en
este primer año de desequilibrio en el comercio exterior (año 11). las importaciones
crezcan más bien lentamente: 200 millones. contra 500 millones de aumento en las
exportaciones. El incremento sin gastar (col. 4) o sea 300 millones. seguirá circu-
lando y aumentando poco a poco la importación de los años subsiguientes.2
Debido a ese aumento de 500 millones en la exportación. dw·ante el primer año.
los exportadores ofrecerán 500 millones de moneda extranjera a los bancos comer-
ciales. y éstos aumentarán así los depósitos del público. Dicho aumento tiene como
contrapai1ida. en el activo del balance de los bancos comerciales, un rubro que
aquí no figura. por razones de simplicidad: el cambio extranjero.
¿Por qué si ha habido un incremento de 500 millones en los depósitos solamen-
te anotamos un incremento de 300 millones de circulante en el público (col. 7. cua-
dro NQ l)'? Ello se debe a que, por otro lado. el crecimiento de las importaciones ha
absorbido parte del incremento originalmente creado.
2
Estas cifras, si bien guardan bastante relación con la realidad. no son exactas. Así como hemos
supuesto que la impo1tación crece en 200 millones, pudimos suponer que crecía en 300 o 400 millones.
En el proceso real. sin duda, tiene importancia el ritmo de crecimiento de las impmtaciones pero no
ocurre así en nuestro ejemplo.

EL MECANISMO DE LA MONEDA. LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
303
Vamos a aclarar ahora el significado de la variación en los préstamos y en los
depósitos de ahoITo (cols. 13 y 15). En el año I los depósitos de ahorro sumaban
l.000 millones y en el segundo año 1.100 millones. Ello se debe a que hemos su-
puesto que una parte del medio circulante derivado del incremento de las exporta-
ciones, ha sido "esterilizado" por el público. convirtiéndolo en depósitos de ahorro.
En la realidad. una parte variable de los ingresos va de continuo a esterilizarse en
los bancos por medio de los depósitos de aho1TO. Y para no complicar la demostra-
ción. hemos supuesto. arbitrariamente. que los ingresos que se retiran de la circula-
ción por medio de depósitos de ahmrn. vuelven a la actividad económica interna
por un aumento de los préstamos que los bancos hacen al público (col. 13 ).
Por ese motivo. los préstamos de los bancos comerciales. que en el año I suma-
ban 1.800 millones. pasan en el año II a 1.900 millones. con lo cual se vuelve a lan-
zar a la circulación el dinero que se esterilizó por depósitos de ahorro.3
Obsérvese cómo se desarrolla en los años IIl y IV el movimiento del balance de
pagos. A raíz de continuos aumentos de las exportaciones. crecen también las im-
portaciones pero con menor intensidad. y el aumento de oro y divisas que así se
produce. se refleja en un aumento de los medios de pago. que circulan dentro de la
economía interna. expandiéndola al mismo tiempo que crecen las importaciones.4
En el tercer año de nuestro ejemplo. la exportación pasa a ser de 3.200 millones
mientras que la importación ha crecido solamente hasta 2.600 millones: hay pues
un saldo positivo de 600 millones. que puede advertirse en el incremento de oro y
divisas en las cuentas del Banco Central.
Los bancos comerciales reciben ese impo11e, que se refleja en un aumento de
400 millones en sus depósitos corrientes y 200 millones en los de ahorro. Como los
bancos dilatan sus préstamos ¡x)r una suma igual a esta última. el efectivo de estas
instituciones sólo se incrementa en 400 millones: los 200 restantes quedan fuera de
los bancos comerciales. como billetes en manos del público. que aumentan en esa
suma (col. 5).
Los ingresos sin gastar (col. 4). que en el año 11 sumaban 300 millones. crecen
en una suma equivalente al saldo positivo del balance de pagos. y llegan a 900 mi-
Veremos a su tiempo que la medida en que los bancos esterilizan fondos mediante depósitos de
ahorro. o los devuelven a la actividad por medio de un aumento de los préstamos, tiene gran impo11an-
cia en d dcsarro.llo de este proceso. Por el momento. vamos a suponer que ambas operaciones se neu-
tralizan.
4 Cuando nos ocupemos del fenómeno cídico en la Argentina. se observan\\ que, por lo general. el
aumento de las exponacioncs y el ingreso de capitales extranjeros obedecen a circunstancias de orden
internacional. Y así observaremos que hay 2; 3 o 4 m1os de incremento sostenido de las ex¡x,ttaciones o
de las inversiones de capitales extranjeros y luego sobreviene un descenso. Ello produce una sucesión
continua de movimientos ondulatotios que repercuten en la actividad interna y se manifiestan en au-
mentos o disminuciones de los ingresos y de la ocupación.

304
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 1
Balance de pagos
Medio circulante en pí1blko
Ingresos
Exporta-
lmpor-
sin
Depósitos
Réditos
Años
dones
tal'io-
Saldo
gastar
Billetes
ctes.
Saldo
totales
nes
1
2
3
4
5
6
7
8
a) Crecimiento de exportaciones
2.000
2.000
1.100
1.500
2.600
10.000
lI
2.500
2.200
+300
300
1.200
l.700
2.900
11.000
III
3.200
2.600
+600
900
1.400
2.100
3.500
13.000
IV
3.500
3.200
+300
1.200
1.500
2.300
3.800
16.000
b J Decrecimie11to de e,,portaciones
V
3.000
3.500
-500
700
l.300
2.000
3.300
17.500
VI
2.400
3.100
-700
l.100
1.500
2.600
15.500
VII
2.100
2.100
l.100
1.500
2.600
10.500
e) Decrecimiento de exportacio11es y expa11si611 crediticia compensatoria
V
3.000
3.600
-600
1.100
1.400
2.300
3.700
VI
2.400
3.100
-700
l.000
1.300
2.300
3.600
VII
2.100
2.700
-600
700
l.200
2.100
3.300
VIII
2.000
2.600
-600
300
1.200
l.700
2.900
d) Decrecimiento de exportaciones y expansión crediticia exagerada
V
3.000
3.800
-800
1.200
l.400
2.400
3.800
VI
2.400
3.500
-900
1.200
l.300
2.500
3.800
VII
2.100
2.900
-800
1.000
l.200
2.400
3.600
VIII
2.000
2.800
-800
700
1.200
2.100
3.300

EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CA~ffiIOS Y EL CRÉDITO
305
Cuadro N2 1 (continuación)
Banco Central
Bancos comerciales
Oro y
Prés-
Bill.
Prés·
Corrien-
De
Años
divisas
tamos
y
Efectivo
tamos
tes
ahorro
Total
oblig.
9
10
11
12
13
14
IS
16
a) Crecimiento de exportaciones
1.800
1.800
700
1.800
1.500
1.000
2.500
1
2.100
2.100
900
1.900
1.700
1.100
2.800
11
2.700
2.700
1.300
2.100
2.100
1.300
3.400
III
3.000
3.000
1.500
2.200
2.300
1.400
3.700
IV
bJ Decrecimiento de exportaciones
2.500
2.500
1.200
2.100
2.000
1.300
3.300
V
1.800
I.800
700
1.900
1.500
1.100
2.600
VI
1.800
1.800
700
1.900
1.500
1.100
2.600
VII
e) Decrecimiento de e.\\portaciones y e.\\pansión crediticia rompensatoria
2.400
2.400
1.000
2.600
2.300
1.300
3.600
V
1.700
100
1.800
500
3.100
2.300
1.200
3.500
VI
1.100
600
1.700
500
3.400
2.100
1.200
3.300
VII
500
1.200
1.700
500
3.600
1.700
1.200
2.900 VIII
dJ Decrecimiento de e.\\portaciones y expansión crediticia exagerada
2.200
-
2.200
800
2.900
2.400
1.300
3.700
V
1.300
500
1.800
50'1
3.700
2.500
1.200
3.700
VI
500
l.200
l.700
500
4.300
2.400
1.200
3.600
VII
-300
2.000
1.700
500
4.800
2.100
1.200
3.300 VIII

306
RAÚL PREBISCH
llones. Esos ingresos sin gastar están en forma de billetes y depósitos coITientes,
los cuales han aumentado (cols. 5 a 7) de 2.600 millones en el año 1 a 3.500 millo-
nes en el año III.
Mientras el sistema bancario no ponga en circulación medios de pago adiciona-
les -por medio de la expansión del crédito- en mayor proporción de lo que cre-
cen los depósitos de ahorro. el incremento de divisas del banco tiene necesariamen-
te que coincidir con el incremento del medio circulante en manos del público.
Ambas curvas tienen que ser perfectamente paralelas.
En el cuarto año la exportación crece en otros 300 millones y llega a 3.500 mi-
llones, mientras que la impcmación adquiere un impulso mucho mayor. pasando de
2.600 a 3.200 millones. El saldo positivo es así de sólo 300 millones: pero como
había una acumulación de 900 millones de ingresos sin gastar. éstos llegan hasta la
cantidad de 1.200 millones, suma que debe coincidir con el incremento de los me-
dios de pago a disposición del público (col. 7). En efecto. vemos que éstos llegan
en el año IV a 3.800 millones. contra 2.600 millones. en el año l.
La existencia de divisas del Banco Central crece en el cum10 año en el monto
del saldo positivo del balance de cuentas internacionales: el efectivo de los bancos
comerciales crece con menos intensidad. puesto que se ha retirado una parte de los
depósitos; los préstamos crecen en la medida necesaria pm·a compensar la esterili-
zación del medio circulante causada por el incremento de los depósitos de ahorro.
Y así hemos llegado al punto máximo de la fase de ascenso. en la que han crecido
la exportación y el medio circulante, ha aumentado la actividad económica interna
y se ha elevado la importación.
Aun cuando la proJX>rción de efectivo de los bancos ha crecido considerable-
mente. hemos supuesto que los préstamos bancarios han aumentado solamente en
la medida necesaria para contrarrestar la esterilización de medios de pago. Esto es
una mera hipótesis. y al estudiar el proceso cíclico en la Argentina, observaremos
que, con frecuencia, cuando en Ja fase ascendente los bancos ven aumentar su efec-
tivo. tienden a aumentar sus préstamos, y lo hacen generalmente sin obedecer a
consideraciones de orden monetm·io alguno; sino llevados por su propio interés.
por su espíritu de ganancia; que es natural que lo tengan por ser empresas comer-
ciales que tratan de obtener el máximo de provecho de la situación.
Vamos a ver que cuando los bancos aumentan su crédito. la fase de ascenso
cíclico es más intensa y obliga después. cuando sobreviene la fase descendente. si
es que se quiere conservar el patrón oro. a una contracción también más intensa en
las actividades internas.

EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CAMBIOS Y EL CRÉDlTO
307
4. LA REDUCCIÓN DE LAS EXPORTACIONES Y LA NIVELACIÓN DEL BALANCE DE PAGOS
Vamos a continuar ahora con el estudio de la fase descendente. En la segunda
parte -(b) decrecimiento de las exportaciones- del cuadro Nº 1 suponemos que
la exp011ación disminuye hasta llegar a un punto análogo al que había tenido origi-
nariamente, y que. mientras ello ocurre. los bancos se limitan a reducir sus présta-
mos a medida que descienden los depósitos de ahorro.
Las transformaciones que ocurren en el cuadro serán similares a las de la fase
ascendente pero en sentido contrario. o sea que va disminuyendo la cantidad de
medio circulante en manos del público y las tenencias de oro y divisas del Banco
Central. Pero el hecho principal a !]estacar es que no obstante que en el año V las
exportaciones se reducen a 3.000 millones, las importaciones siguen creciendo -
pasan de 3.200 a 3.500 millones- debido a que los ingresos sin gastar siguen cir-
culando en la actividad económica interna; recién decrecerán en el afio VI. como
oportunamente veremos.
Esta hipótesis está muy cerca de la realidad. En efecto, en las fases ascendentes
del ciclo argentino se observa que al aumentar la exportación. también crece la im-
portación pero con menor intensidad. hasta que se llega a un momento en que la
primera agota su impulso de crecimiento y sobreviene un descenso. mientras que la
imp011ación. impelida por el medio circulante que mantiene el público en sus ma-
nos como incremento proveniente del aumento ante1ior de la exportación. sigue
creciendo aun cuando la exportación haya bajado.
Hay pues. un retardo en las importaciones. perfectamente explicable cuando se
analiza por etapas, como lo hemos desarrollado en clases anteriores.
En el año V se produce un saldo negativo de 500 millones en el balance de pa-
gos que reduce. a su vez. en una cantidad equivalente, las tenencias de oro y divi-
sas del Banco Central. y comprime asimismo el circulante en manos del público.
La reducción de 500 millones en este último rubro se ret1eja en los bancos comer-
ciales en una merma de 300 millones de efectivo (col. 12) y en un descenso de 200
millones en los billetes en manos del público. Nótese que los préstamos se han re-
ducido en 100 millones, o sea en la misma cantidad en que han caído los depósitos
de ahorro. La reducción de los préstamos compensa en parte la disminución del
efectivo de los bancos, que sólo alcanza así a 300 millones a pesar de que los de-
pósitos totales se han reducido en 400 millones.
En el año VI la importación disminuye; pero no tan rápidamente como la expor-
tación -así como antes no había aumentado con la misma rapid~z- y se produce
un nuevo saldo negativo de 700 millones en el balance de pagos. con lo cual de-
saparecen por completo los ingresos sin gastar que se habían acumulado en la fase

308
RAÚL PREBISCH
ascendente. Siguen disminuyendo los medios de pago. se reducen aún más las te-
nencias de oro y divisas y disminuyen también las cifras bancarias. Llegamos así al
año VII en donde suponemos que, habiendo desaparecido totalmente el saldo de in-
gresos sin gastar. la importación se nivela con la exportación. Es el punto de equili-
brio del balance de pagos que se alcanza en la cantidad de 2.100 millones. Han
desaparecido totalmente el incremento de oro y divisas y de medio circulante, el
que ha vuelto a sumar 2.600 millones.
Se nota, sin embargo. un pequeño cambio en el conjunto de los bancos comer-
ciales: han quedado l 00 millones má5 de depósitos de ahorro y los préstamos son
100 millones más altos que en el año I. Al considerar el fenómeno concreto del ci-
clo podremos ver que en la realidad no se vuelve nunca al punto de partida anterior:
se vuelve a un punto más alto o más bajo, pues la importación crece con más o me-
nos intensidad: pero la forma en que se desairnlla el fenómeno es la que acabamos
de referir.
Vamos a calcular ahora los réditos totales. Se ha dejado adrede en blanco la co-
lumna 8 de réditos totales. para que se calcule sepai·adamente.
Analizaremos en primer término lo ocmTido con los ingresos totales del país
durante la fase ascendente y luego durante el período descendente.
Ante todo. debemos preguntarnos si el coeficiente de importaciones ha permane-
cido constante o no. durante la fase ascendente y si en ella la población ha seguido
gastando la misma proporción de sus ingresos en importaciones y la misma propor-
ción que antes en productos y servicios de la actividad económica interna. y final-
mente. cómo ha crecido el volumen de réditos.
Supongamos que en el año I los réditos del país hayan sido de 10.000 millones:
debemos calcular en qué medida habrán tenido que crecer para poder absorber. a
través del proceso circulatorio que conocemos. una masa mayor de importaciones.
La respuesta es sencilla: del~n haber experimentado un incremento similar al que
ha ocu~Tido en las imp011aciones, si es que el coeficiente se mantiene constante.5
5. REDUCCIÓN DE LAS EXPORTACIONES Y EXPANSIÓN CREDITICIA COMPENSATORIA
En este ejemplo hai·emos jugar dos c01Tientes opuestas: por un lado la originada
en una disminución de las exportaciones, que tiende a reducir el volumen de ingre-
sos ilel país. y por otro una coITiente hacia la expansión del crédito, que tiende a
compensar la reducción de los ingresos provocada por la reducción de las exporta-
ciones y por lo tanto a mantener altas. o a hacer crecer las importaciones.
5 Recuérdese lo dicho anterionnente sobre este punto: que en la realidad el coeficiente de importa-
ciones es variable.

EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
309
Hemos planteado este ejemplo con cierta arbitrariedad a fin de describirlo mejor.
Suponemos que la exportación comienza a contraerse en el año V y que el crédi-
to se expande en tal forma que llega a la colectividad una cantidad de medios de
pago igual a la que se contrae por la disminución de las exportaciones.
Obsérvese qu-e entre los años IV y V la exportación declina de 3.500 millones a
3.000 millones. mientras que los préstamos aumentan en 400 millones, suma ésta
que más los 100 millones de disminución de los depósitos de ahorro, constituyen
los 500 millones que reemplazan a los 500 millones que se han cancelado por la re-
ducción de las exportaciones.
Adviértase además cuál es el efecto de la expalisión del crédito sobre el efectivo
de los bancos. Este disminuye de 1.500 en el año IV a l .000 millones en el año V.
Veamos cómo se desarrolla el proceso. Los préstamos realizados por los bancos
comerciales aumentan en 400 millones, pasando de 2.200 a 2.600 millones. lo que
trae un aumento equivalente de los depósitos corrientes, que no se aprecia en el
cuadro porque simultáneamente tienden a disminuir nuevamente hasta 2.300 millo-
nes debido a los retiros (cheques) que se realizan para comprar las divisas necesa-
rias para el pago de las importaciones.
Ese retiro de depósitos corrientes por valor de 400 millones. más el retiro de de-
pósitos de aholl"o por 100 millones y la reducción de 100 millones en los billetes en
circulación constituyen la suma de 600 millones con que el público abona el déficit
del balance de pagos en ese año V. Como ese déficit debe abonarse con oro y divi-
sas, se reducen las tenencias de oro y divisas del Banco Central en 600 millones.
Al año siguiente, esto es entre V y VI. los depósitos corrientes no disminuyen a
pesar de que hay un nuevo retiro de fondos de 700 millones para pagar el déficit
del balance de pagos. debido a que en parte (500 millones) es cubierto por una ex-
pansión del crédito o de los préstamos. La diferencia de 200 millones se cubre me-
diante un préstamo de 100 millones que efectúa el Banco Central a los bancos co-
merciales y con 100 millones de circulante (billetes) que entrega el público (col. 5).
A esta altura de nuestro razonamiento se aprecia que en esta fase de declinación
cíclica, el mantenimiento de un alto nivel en la actividad interna por medio de la
expansión del crédito, ha repercutido desfavorablemente en el efectivo de los ban-
cos. que se ha reducido notablemente. En esta situación los bancos consideran que
la proporción de su efectivo con respecto a sus depósitos totales es menor de la que
creen prudente mantener y acuden al Banco Central en procura de fondos, redes-
contando en el mismo parte de su cartera, lo que les permite reconstruir en parte su
efectivo, elevándolo a 500 millones. Así aparece en el activo del balance del Banco
Central un nuevo rubro: préstamos.
El Banco Central se ha asociado. así, a ese proceso de expansión del crédito y
en el afio VII, en virtud de un nuevo redescuento de 500 millones. los préstamos

310
RAÚL PREBJSCH
bancarios pueden nuevamente subir de 3.100 millones a 3.400 millones. Lo mismo
sucede en el año VIII. El saldo negativo de 600 millones del balance de pagos es cu-
bierto con un retiro de depósitos corrientes por 400 millones y una nueva expan-
sión de los préstamos por 200 millones.
Los bancos comerciales no modifican en ese importe su efectivo pues redes-
cuentan igual suma en el organismo central.
En este proceso de expansión del medio circulante en la fase de descenso
cíclico surge claramente que las fuerzas que en el caso b) tendían a equilibrar el ba-
lance de pagos por medio de la contracción de los ingresos de la colCctividad. se
ven neutralizadas por la creación artificial de ingresos que va a sustituir al que dis-
minuye por la contracción de las exportaciones. En estas condiciones es imposible
llegar al equilibrio del balance de pagos a menos que sobrevenga un aumento de
las exportaciones. En efecto. a medida que se sigue expandiendo el crédito irán su-
biendo las importaciones -o disminuirán en proporción inferior a la caída de las
exportaciones- y el déficit resultante deberá ser enjugado con oro y divisas que
saldrán de las tenencias del Banco Central.
6. EXPANSIÓN EXAGERADA DEL CRÉDITO
En este caso (d). en vez de llegar solamente a compensar el saldo negativo del
balance de pagos mediante la expansión de los préstamos. como en el caso ante-
rior. se hacen crecer los préstamos con mucha mayor intensidad que el déficit del
balance de pagos. El resultado es que las reservas metálicas del Banco Central no
sólo se agotan totalmente. sino que se produce un déficit de 300 millones prove-
niente de algún crédito en el exterior. El razonamiento puede seguirse fácilmente a
través de las cifras del cuadro, sobre las bases de los tres casos anteriores.
7. DIFERENCIA ENTI{E EL CASO B Y EL CASO C
En el caso c. la expansión del crédito hace descender la imp011ación con lenti-
tud y por lo tanto el déficit se acentúa en vez de extirparse. como en el caso b.
En cuanto a las reservas metálicas. se observa que en el caso b --que no había
habido expansión del crédito- vuelven a la cifra inicial; no así en el caso c y d. en
que la expansión del crédito expele no solamente el oro y las divisas que habían in-
gresado al país durante la fase ascendente (caso a) sino también una parte conside-
rable del oro y las divisas que ya existían antes de iniciarse el proceso.
En una situación semejante a la planteada en el caso c) bastaría que en el año IX

EL MECANISMO DE LA MONEDA. LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
311
continuase Ja expansión del crédito para que el Banco Central quedase totalmente
privado de reservas metálicas. Por lo general. ante una situación de esta índole no
se espera a que se alcance este punto sino que antes .. los acontecimientos llevan a
abandonar el patrón oro: el mundo de los negocios advierte que el Banco Central
va perdiendo rápidamente sus reservas metálicas y se desarrollan fenómenos que
acentúan ese movimiento. Se inicia la huida de fondos que, ante el temor de una
desvalorización, buscan refugio en otras divisas, lo que aumenta la presión en el
mercado de cambios y agudiza el proceso de pérdida de metálico del Banco Cen-
tral. No solamente operan así los que tratan de ponerse a cubierto de una desvalori-
zación sino que también intervienen los especuladores. que compran cambio ex-
tranjero para luego volverlo a vender cuando la desvalorización ya ha ocurrido.
obteniendo un beneficio proporcional a Ja desvalorización.
8. LA ACCIÓN DE UN BANCO CENTRAL PARA EVITAR LA INFLACIÓN DEL CRÉDITO
Todo ello pone al Banco Central en la situación de tener que suspender la entre-
ga de oro contra billetes. o sea. lo lleva a abandonar el patrón oro.
Pero antes de haberse llegado a ese punto extremo, el Banco Central puede ha-
ber obrado eficazmente para detener el proceso; en efecto, en el año VI los bancos
han tenido que recunir al Banco Central para reponer su efectivo mediante opem-
ciones de redescuento o de venta de títulos públicos. Este no está obligado a satis-
facer la demanda de los bancos y puede. por Jo tanto, exigirles la detención del pro-
ceso de expansión del crédito. Así. éste adquiere Ja posibilidad de un control más
intenso sobre Jos bancos.
Si el Banco Central no lo hace y accede al redescuento. continuará alimentando
a los bancos con los medios de pago mediante los cuales éstos prosiguen la expan-
sión del crédito, y comenzará a complicarse en Ja política expansiva que culminará
con el abandono del patrón oro.
Esto no quiere decir que el Banco Central no disponga de otros medios de inter-
vención: su único instrumento de acción es el redescuento: tiene también otras for-
mas de influir sobre Ja política de crédito de los bancos: aparte de Ja obra de per-
suasión sobre los banqueros. puede reducir el efectivo de los bancos mediante la
venta de valores en la plaza o a los mismos bancos directamente.
9. EL DÉFICIT FISCAL Y SUS EFECTOS MONETARIOS
Analizando Ja experiencia de nuestro país. se encuentran dos elementos funda-
mentales responsables de la dilatación de los préstamos bancarios: primero. la ex-

312
RAÚL PREBISCH
pansión provocada por los mismos bancos. que tratan de ampliar sus préstamos
cuando tienen abundancia de efectivo en sus arcas (este ha sido uno de los factores
más importantes de expansión. especialmente en ciertas épocas) y segundo. el défi-
cit fiscaL derivado de la política financiera de los gobiernos. Comenzaremos por el
estudio de este segundo factor. que reviste especial interés para nosotros y que en
la realidad ha sido quizá más importante que el ante1ior, tanto por su amplitud
como por sus proyecciones. En nuestro país. como en otros. los gobiernos han sido
muchas veces factores fundamentales en la expansión del crédito a raíz del de-
sequilibrio de sus presupuestos.
El caso más corriente entre nosotros ha ocmTido en la siguiente forma: durante
la fase ascendente. crecen los ingresos totales de la colectividad y crece también.
espontáneamente, la recaudación fiscal. Las mayores entradas del Gobierno no
obedecen a un aumento de los impuestos sino al más activo movimiento de los ne-
gocios y al aumento de los beneficios de las empresas. El ahorro público también
tiende a crecer, lo cual facilita la colocación de los títulos del Gobierno. Es así
como en la fase ascendente la gestión del Tesoro público se ve considerablemente
facilitada. La mayor abundancia de recursos impulsa al Gobierno a aumentar sus
gastos; aumentan los empleos. se elevan los sueldos. se encaran grandes planes de
obras públicas, esto último estimulado en parte por la mayor facilidad para colocar
los papeles del Gobierno.
Todo este proceso continúa mientras dura la fase ascendente. Pero apenas ini-
ciada la fase descendente y reducidos los ingresos de la cole"ctividad. también mer-
man las recaudaciones oficiales. Por otro lado, del mismo modo que se había ex-
pandido la capacidad de absorción del mercado de valores por la mayor afluencia
de ahorro privado, cuando éste se reduce al declinar los réditos totales de la colecti-
vidad. el Gobierno no encuentra colocación fácil para la misma cantidad de títulos
que emitió en la fase ascendente. El público invierte de menos en menos sus aho-
rros en títulos del Gobierno. Así como el Tesoro había visto facilitada su gestión
en el período de prosperidad ahora la ve entorpecida en el período de depresión.
Surge entonces el fenómeno del déficit. por cuanto así como es fácil expandir
los gastos, resulta extraordinariamente difícil reducirlos, tanto por razones políticas
como económicas. La expansión de los gastos es fácil; en pocos meses se pueden
aumentar las erogaciones fiscales. Pero comprimir los gastos reduciendo los suel-
dos. despidiendo empleados o paralizando obras públicas, precisamente en un mo-
mento en que hay desocupación en la industria, son actitudes poco menos que im-
posibles de asumir desde el punto de vista político. Sería posible reducir los planes
de obras públicas y empleos cuando crece la actividad económica del país. y puede
absorber los hombres desocupados. Pero cuando la actividad económica del país
declina, la contracción de los gastos públicos provoca una mayor intensidad en
aquella declinación.

EL MECANISMO DE LA MONEDA, LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
313
Así hemos notado con frecuencia en nuestro país que. cuando precisamente co-
mienza la fase descendente, sobreviene un proceso de expansión del crédito provo-
cada por el déficit fiscal. Por un lado. se contrae la cantidad de medios de pago,
tendiendo ello a contraer la importación, pero por otro se dilata la cantidad de me-
dios de pago a raíz del aumento de los préstamos bancarios. y ello tiende a dilatar
las importaciones -o por lo menos a mantenerlas en un nivel más alto que el con-
veniente para el equilibrio.
10. SIGNIFICADO MONETARIO DEL AHORRO
Hemos visto una de las formas que asume el ahorro dentro del sistema eco-
nómico: la de los depósitos de ahorro. Pero hay otras; una de ellas es la constituida
por los ingresos que el público ahorra y se invierten en títulos de la deuda pública,
en cédulas hipotecarias, en valores en general; otra, constituida por las inversiones
directas en bienes de capital, especialmente en el caso de beneficios de empresas
comerciales e industriales que no se distribuyen; se reservan a fin de adquirir nue-
vas maquinarias o ampliar edificios o plantas industriales.
Por lo tanto. de la masa total de ahorro que se va engendrando conforme circula
el incremento de ingresos, una parte se vuelca visiblemente en el mercado y otra
queda en manos de quienes ahorran. transformada en inversiones de capital.
La paite que sale es aquella que vemos afluir a la Bolsa en forma de dinero que
busca inversión en valores. o que vemos ir a los bancos en forma de depósitos de
ahono o a las cajas de ahono.
Lo esencial, desde el punto de vista monetario, es que todo ese ahono se utilice
en el proceso de la actividad económica. Si no vuelve al giro de esa actividad, dicho
ahorro significa una contribución del incremento de ingresos y por lo tanto una dis-
minución o atenuación de los efectos que de otro modo desanollaría en la actividad
económica general. tanto en el proceso interno como sobre las importaciones.
Si un individuo en lugar de llevar su ahono a un banco, invertirlo en la compra.
de títulos. o edificar una casa, retiene los billetes en su poder o compra oro y lo
guarda, sustrae ese ahorro al giro de la actividad económica y propende, por lo tan-
to, a hacer menos intenso el proceso de su desanollo. Este fenómeno de atesora-
miento adquiere. en ciertos momentos. alguna importancia. Exactamente lo mismo
acune en la economía del país cuando el ahorro, en lugar de atesorarse en manos
de quienes lo acumularon, se deposita en un banco y éste no lo presta. En uno y
otro caso, ya quede en manos de quienes ahorran o en un establecimiento bancario,
esos ingresos sin gastar, al no incorporarse a la actividad económica, dejan su equi-
valente inmovilizado en las tenencias de oro y divisas del Banco Central.

314
RAÚL PREBISCH
Si por ejemplo. en el caso que hemos considerado esquemáticamente. los ban-
cos cuando aumentaron los depósitos de ahorro de 1.000 a 1.100 millones. no hu-
bieran aumentado en una cantidad equivalente sus préstamos. habrían reducido en
100 millones el estímulo a la actividad económica. y por lo tanto. la importación se
habría incrementado en 100 millones menos, quedando en consecuencia en el Ban-
co Central una suma igual de oro y divisas.
Conviene ahora hacer una aclaración para destruir un error que con frecuencia
se comete. relativo a la esterilización de ahorro por los bancos. Gente poco habi-
tuada a interpretar estadísticas bancarias repara a veces en las existencias de gran-
des depósitos de ahorro en los bancos. y no vacila en sugerir movilizarlos ya sea
forzando a los bancos a tomar títulos del Estado o por medio de cualquiera de las
formas conocidas de extraer dinero de una institución bancaiia. Evidentemente es
errónea esta forma de considerar los depósitos de ahoffo de los bancos. pues no es-
tán totalmente inmovilizados en sus arcas ya que una buena parte ha sido prestado."
Es distinto el caso del nuevo ah01TO que se va acumulando y que los bancos no
han prestado aún. Ese es el origen de la confusión que con tanta frecuencia se co-
mete. Si el ahorro ha sido gastado. no por quienes lo acumularon sino por quienes
lo recibieron en préstamos. ya ha producido sus efectos dentro del sistema eco-
nómico. y no se puede gastar dos veces la misma cantidad so pena de caer en una
expansión del crédito.
11. LA EXPANSIÓN DEL MEDIO CIRCULANTE Y EL ABANDONO DEL PATRÓN ORO
Del análisis que acabamos de hacer al refe1irnos al déficit fiscal. surge la posi-
bilidad de llegar al abandono del patrón oro. situación a la que en buena parte han
contribuido los efectos psicológicos desarrollados a raíz de la disminución de las
reservas metálicas del Banco Central.
En ese momento. si se concede un empréstito exterior al Banco Central y la expan-
sión interna del crédito continúa. los efectos de ese empréstito serán transitorios pues
la importación. en lugar de caer rápidamente. lo hará con cierta lentitud. Los fondos de
ese empréstito no tardarán en volver a salir en pago de importaciones o de remesas que
haga la especulación o en forma de capitales flotantes que se alejen del país.
Pero supongamos que la expansión del crédito se detiene. que el Banco Central
consigue detener el aumento de los préstamos bancarios por cualquiera de los méto-
6
Si se pretendiera retirar 500 millones de Jos bancos. es decir la mitad e.le los 1.000 millones e.le
depósitos <le ahorro que teníamos en el mio 1 en nuestro cuadro N2 1, el efectivo --que es de 700 mi-
llones- debería reducirse a 200 millones.

Et. MF..CANISMO L>E l.A MO!'lil:.Di\\, 1.0S C'AMlllOS \\ El. ( 'N.El>fl'O
315
dos que puede usar en estos casos y que el Banrn Cemr.il está lkcidido a obtener el
equilibrio del balance de pagos por medio de una reducciün de las imponaciones.
Si por un lado el Banco Centml consigue reducir las imprn1aciones -y por
ende eqúilibrJr el balance de pagos- 110 habrá más s;1lida de oro y divisas del
Banco Centml ei1 pago de un déficit. ni continuará tamiu:o la reducción de los
efectivos bancarios. pues no habrá cancdacicí11 alguna de medios Je pago.
Pero si se continúa con la expansión desmesurada del néJito. el consiguiente
aumento de los medios de pago podría provoc:ar una inll:u.:iún de precios. a menos
que la cantidad Je bienes y servicios prodw.:1dos intem;1111c.ntc se acrecienie
rápidamente. Sin embargo. no es posible suponer que l;1 produl·ciün intema se ex-
panda con la i'apidet necesaria como para mantener el riuno de crcacic)n de los me-
dios de pago. Tendrí!J para ello que cambiarse sustancialmente el régimen de la
producción industrial. puesto que se dispone de menos 111:11.ruinarias y materias pri-
mas importadas pum realizar una prooucciün mayor que la :mterior.
ParJ expandir la producción sería necesario susJituir r:ípidamente las materias
primas importadas por nacionales y fabricar en el país una parte de las maquinarias
y equipos que antes se imponab:m: lo que ·requiere bastantl' tiempo y necesita un
ambiente de confia111.a que no siempre se tiene en un proceso de in Ilación. por cuan-
to ~1 público tiende a abstenerse de hacer algunas inversiones de capital que. luego.
una vez restablecida la normalidad monetaria. put.>den rcsult;1r inconvenientes.
De todo ello se desprende 4ue. si bien es cierto que por meJio del control de
cambios se puede lograr de inmediato restahlccer el equilibrio del balance de pa-
gos. por otro lado se provcx:a una elcv:tl·itin Je los precios. con todas las conse-
cuencias econ<>micas y sociales 4ue conocemos. El control de cambios podrá con-
seguir ficticiamente el equilibrio exterior. pero no evit:1 la depreciacic)n interna de
la moneda provocada por el alza de los precios. Repárese 'fUC en un régimen de pa-
tnji1 oro clásico t:unbién hubiesen subido los precios 1:11110 por efectos de la expan-
sión interna como por el despla1amie1110 cJCI tipo de cm.ubio. Esto úllimo es justa-
mente lo que se ha evitado por medio Jcl rnmrol de cambios.
Bajo el régimen del patrón oro. la tcntmiva de un gobierno. Jet Banco Central o
de los bancos de contrariar el· Jescenso Je la actividad económica provocado por la
disminuci<ln de las exixirtaóones lleva tat.almente. si el lcnúmeno alk¡uiere ampli-
tud. al abandono del pa1rün oro. y si ab:mJonmlo el p.11ni11 oro se cominúa con ese
proceso. se llega a una desvaloriz:tl·iün monetana. 1:11110 m:ís intensa cuanlo más
fuene haya sido el proceso de expans.1cín.
Hay pues. incompatibilidad entre una política de expan"iicín intema o de mante-
nimiento de la activiJad económica interna en una fase descendente provocada por
la disminución de las exportaciones. con la eslabilidad monct:u·ia inherente al régi-
men del patrc)n oro. L>c ahí 4ue. cuando ante aconlecimientos de esta natur.lleza.

316
RAÚL PREBISCH
los gobiernos continúan durante la fase ascendente el ritmo de los gastos. sobrevie-
ne en seguida la colisión entre el Gobierno y el Banco Central; y ambas partes. des-
de su punto de vista tienen razón. La actitud del Gobiemo está justificada si por
medio de la expansión de sus gastos quiere evitar que el fenómeno de declinación
cíclica adquiera la intensidad que suele tener en algunos casos. y el Banco Central
también tiene razón desde el momento que se le ha encargado de conservar la esta-
bilidad monetaria y de oponerse a la expansión del crédito que fatalmente lo lleva-
rá a la depreciación monetaria general.
En un conflicto de opiniones de esta naturaleza. prevalece la opinión del Go-
bierno. Los Bancos Centrales no pueden, en ningún país del mundo, tener wm po-
lítica monetaria propia en contraposición con los puntos de vista del Gobierno: po-
drán persuadir o tratar de influir sobre los gobiernos, pero si no logran hacerlo. no
hay fuerza que los detenga, salvo que al llegar a una situación grave habrá de ocu-
rrir una rectificación o un cambio de rumbo en la política financiera y monetaria.
Una vez que el Banco Central ha llegado a situaciones como las que analizamos en
los casos c y d (páginas 310 a 311), sólo podría detener el proceso de expansión
del crédito. y luego comenzar a reducir gradualmente el volumen de préstamos,
con lo que se conseguirá ir sofocando paulatinamente el elemento que permitía
mantener las importaciones a un nivel exagerado.
Por supuesto que ello será posible siempre que los bancos se encuentren en
condiciones de comprimir rápidamente el crédito. Pero generalmente sucede que
en la fase de descenso cíclico los bancos suelen encontrarse con serias dificultades
para volver al equilibrio monetario a través del proceso de deflación, por cuanto
los bancos encuentran obstáculos muy grandes para disminuir sus préstamos tanto
oficiales como p1ivados. Una parte de los créditos concedidos en el período ascen-
dente -también descendente- representa inmovilizaciones bancarias; son présta-
mos que no pueden ser liquidados fácilmente. lo que coloca a los bancos en situa-
ción de no poder comp1imir o restringir fácilmente sus carteras. Por lo tanto, el
proceso de restablecimiento del equilibrio encuentra un serio obstáculo, al que se
une la presión de los intereses que conspiran contra cualquier contracción de los
préstamos bancarios. Y esas dificultades son tanto mayores cuanto más intensa
haya sido la expansión del crédito o más prolongado el proceso de ascenso.
Si bien hemos dejado de considerar hasta ahora la solución del problema que
plantea en un país como el nuestro la oscilación de las exportaciones o los movi-
mientos nerviosos de capitales. conviene anticipar aquí la conclusión de que es per-
fectamente posible, por medio de una política monetaria y de cambio adecuada,
evitar situaciones como las que hemos analizado. Es posible evitar una intensa con-
tracción de la actividad económica como la que vimos en el caso b). No creemos
que sea necesario vernos llevados a situaciones extremas que nos obliguen a optar

EL MECANISMO DE LA. MONEDA, LOS CAMBIOS Y EL CRÉDITO
317
entre la estabilidad interna y· la estabilidad exterior. Por el contrario. tenemos la
convicción de que es posible llegar a fórmulas de política monetaria que pennitan
mantener en un grado o nivel razonablemente alto la actividad económica interna
sin dislocar el equilibrio económico y afectar la estabilidad de los cambios.
12. AUTOMATISMODELPA1RÓN ORO.
Obsérvese cómo en nuestro ejemplo (cuadro Nº 1) todo el proceso monetario se
ha realizado en forma automática, como que es automático en ciert() modo el de-
sarrollo o funcionamiento del patrón oro. Especialmente en los casos a y b, el oro
ha entrado como contrapartida de un incremento de ingresos". ha circulado en for-
ma de billetes y depósitos en la actividad económica interna. ha dilatado la activi-
dad interna y las importacíones. y luego. cuando disminuyeron las exportaciones se
realizó el proceso contrario hasta llegarse a un nuevo punto de equilibrio. Mientras
tanto, el nivel de la actividad económica interna subió y luego bajó con todas las.
consecuencias que ello tiene sobre la colectividad. especialmente sobre el volumen
de la ocupación obrera. Por eso, se dice que el funcionamiento del patrón oro es
automático. que no requiere dirección de ninguna ·naturaleza para producir sus
efectos expansivos y de contracción en el sistema económico. Indudablemente es
automático y seguirá siéndolo mientras no exista el propósito de contrarrestar ese
fenómeno de sucesiva expansión y contracción de los negocios, que tantas pertur-
baciones económicas y sociales determina. Pero, por otro lado. el patrón oro ha sido
un sistema automático. sólo para ciertos países. No lo fue parn Inglaterra. que lo
manejó hasta la Primera Guerra Mundial. El concepto de automatismo del patrón
oro es una aberración dogmática de esas que son tan frecuentes en materia eco-
nómica. Hay investigaciones muy interesantes y opiniones de los últimos años.
aunque pocas frente al gran conjunto de los que siguen creyendo en el automatis-
mo del patrón oro. que señalan claramente cómo el patrón oro ha sido un sistema
altamente dirigido; no por una sola autoridad, o por tin gobierno., sino por un con-
junto de banqueros, encabezados por el Banco de Inglaterra, que fueron acumulan-
do sucesivamente una gran experiencia en los negocios británicos mundiales •
. Ha habido un fuerte grado de dirección y una aptitud gradualmente desarrollada
para dirigir ese sistema. Se ha dirigido ese sistema desde el punto de vista de los
intereses británicos y más aún desde el punto de vista de una clase social de Gran
Bretaña, de gran influencia económica y política, a la cual interesaba sobremanera
mantener la estabilidad monetaria interna no obstante las consecuencias que de ella
pudieran derivarse para la actividad económica internacional.
Es conveniente, pues, precaverse contra las generalizaciones, en las que incu-
rren taJJto los hombres teóricos como los banqueros, de creer que el patrón oro era

318
RAÚL PREBISCH
una institución que podía andar sola. que requería simplemente el cumplimiento de
ciertas reglas elementales y que no era .necesario que hubiese un conjunto de hom-
bres capaces y de buen sentido para dirigirlo.
A tal punto llega esa aberración que, en un informe encargado por el Senado de
los Estados Unidos después de la Primera Guerra. para ilustrar al resto del mundo
acerca de lo que debiera hacerse para volver al patt·ón oro, se hizo una explicación.
por uno de los grandes especialistas bancarios de aquella época. diciendo que es un
sistema de manejo muy sencillo. que el patrón oro lleva en sí elementos que pro-
penden al equilibrio. que el oro se distribuye sin ninguna dificultad en el resto del
mundo de acuerdo con los precios de cada país a fin de reajustar el nivel de precios
internacionales.

110
LA RELACION ENTRE EL CICLO ARGENTINO
Y EL CICLO MONETARIO INTERNACIONAL*
l. RELACIÓN ENTRE EL CICLO ARGENTINO Y EL INTERNACIONAL
Vamos a entrar ahora en la explicación del ciclo económico argentino. Los ra-
zonamientos abstractos sobre el proceso monetario que hemos seguido hasta este
momento nos permitirán comprender mejor el fenómeno, y explicar los factores
del crecimiento económico argentino a través de los distintos períodos de prosperi-
dad y depresión.
·
Las características del ciclo argentino difieren de las que son comunes a los pa-
íses industriales y acreedores. Pero si bien el proceso es distinto. nuestros ciclos
son en realidad el reflejo de los de esos países, principalmente de Gran Bretaila an-
tes de la Primera Guerra Mundial, y luego de Estados Unidos, por el papel predo-
~inante que ambos países. en su época~ han tenido en las actividades económicas
del mundo. Antes de estudiar el proceso .cíclico argentino, conviene por ello exami-
nar en qué forma sus movimientos ondulatori.os están ligados al proceso cíclico de
los demás países. Comenzaremos mencionando brevemente la forma en que se pro-
yecta sobre nosotros el ciclo británico~ pues ello nos permitirá interpretar mejor las
variaciones de la actividad económica de nuestro país.1
" N. del Ed. úi moneda y los ciclos económicos en la Argelltina, Fascículo N2 6, págs. 61-70, im-
preso el 21 de agosto de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).
1 Para el período anterior a Ja Guerra Mundial 1914-1918, pueden encontrarse interesantes estudios
sobre el ciclo económico argentino en un trabajo publicado por el señor Prebisch titulado" Anotaciones s.o-
bre nuestro medio circulante" que apareció en 1921 en Ja Revista de Ciencias Económicas (N. del Ed.
Este trabajo se publica en el tomo 1 de esta obra, capítulo 23). y en el libro de John H. Williams titulado
Argentine lnternatioml Tmde Under lncomvertible Paper Money. Para el período posterior a la Prime-
ra Guerra Mundial, se recomienda la lectura de la Revista Eco11ómica del Banco de la Nación (conti-
1tuada luego por el Banco Central de Ja República Argentina), y las Memorias A1111illes de esta última
institución. Especialmente los siguientes números de la Revista Eco11ómica son de interés: Nos l. 10.
12 del vol. 11; Nos l. 4, 5, 6 del vol. III; Nos l. 2. 3. 4. 6, 8 del vol. IV; Nos 2, 6 del vol. V; N2 8 del
vol. VI; Nos 1, 4. 5, 8 del vol. VII; lo mismo que toda la Serie ij de dicha revista. y las Memorias del
Ba11co Cemral.
especialmente las correspondientes a los años 1938 y 1942.

320
RAÚL PREBISCH
1. El ciclo monetario internacional antes de la Primera Guerra Mundial.
Cómo manejaba la Gran Bretaña el patrón oro internacional

Hasta antes de la Primera Guen-a Mundial, Londres constituía el "centro" del
sistema internacional del patrón oro. La Gran Bretaña estaba unida al resto del
mundo, a los países de la "periferia". por fuertes vínculos comerciales y eco-
nómicos y constituía el principal centro financiero del globo. De ahí que los movi-
mientos de expansión y contracción que allí se originaban repercutieran sobre la
actividad económica del resto del mundo.
Después de una depresión en la economía británica -provocada por factores
monetarios o no monetarios- el centro financiero· intemacional que era Londres
se encontraba con recursos líquidos que. ya restablecida la confianza, trataban de
encontrar aplicación provechosa. Había dos formas de hacerlo y las dos se seguían
conjuntamente: una. la expansión del crédito bancario para acompañar y estimular
directamente el desarrollo de los negocios -principalmente internos-; otra. los
préstamos exteriores para fomentar y aprovechar el desan-ollo económico de los
países nuevos. Ambos factores tendían a expeler oro de Gran Bretaña; a desviar ha-
cia ob·os países el oro nuevo que afluía a Inglaten-a y a reducir asimismo sus pro-
pias reservas monetarias.
En efecto: la expansión del crédito bancario propendía a aumentar los ingresos
del mercado interno y a elevar las importaciones, y creaba así un desequilibrio ne-
gativo en el balance de pagos que debía pagarse en oro. Y el mismo resultado te-
nían las inversiones británicas en el exterior. ya sea que tomasen la forma de em-
préstitos públicos o privados que el resto del mundo contrataba en Inglaterra, o de
colocaciones directas de firmas inglesas en el extranjero.
Naturalmente. el aumento de las exportaciones y de los ingresos de capitales
que así se producía en la periferia del sistema significaba a los demás países del
mundo -y entre ellos a la Argentina- un aumento de sus tenencias de oro, que
les llevaba a aumentar sus importaciones de mercaderías tanto de la Gran Bretaña
como de otros países. A su vez. estos otros países que recibían así un estímulo au-
mentaban también sus importaciones, y así. por sucesivas acciones y reacciones, se
transmitía de país a país el estímulo a las actividades económicas que se habían ori-
ginado en Londres. lo que a su turno expandía también las exportaciones inglesas
de mercaderías. propendiendo al equilibrio del balance de pagos británico.
Pero este proceso requería un cierto tiempo para producirse. Recuérdese al
efecto que ya dijimos que en la fm;c ascendente de nue;">tro movimiento cíclico las
exportaciones crecían más rápidamente que las importaciones y el balance de pa-
gos an-ojaba un saldo positivo. mientras que en la fase descendente las exportado-

LA RELACIÓN ENfRE EL CICLO ARGENTINO Y EL CICLO MONETARIO INl'ERNACIONAL
321
nes decrecían más rápidamente que las importaciones. De allí que primero nuestro
país pudiese contar con un aumento de sus tenencias de oro que luego desaparecía.
cuando las importaciones, al no decrecer en la fase descendente con el mismo rit-
mo que las exportaciones, provocaban un desequilibrio negativo en el balance de
pagos.
En la Gran Bretaña ocurría preciamente el movimiento contrario. La liquidez
del mercado londinense al terminar una fase de descenso impulsaba la expansión
del crédito, lo que a su vez estimulaba las importaciones que crecían por lo tanto
primero que las exportaciones. La salida de oro que, como hemos dicho, se produ-
cía por esta causa y por las exportaciones de capitales, estimulaba las compras de
artículos ingleses por parte del resto del mundo y el oro volvía así a Inglaterra en
pago de esas exportaciones inglesas y de los servicios financieros por capital inver-
tido.
Podría ocurrir, sin embargo, que en virtud de la expansión del crédito en Ingla-
terra y del aumento de sus préstamos al exterior, las reservas metálicas británicas
se hubiesen debilitado y llegado a un punto tan bajo más allá del cual el Banco de
Inglaterra no juzgaba prudente permitir el descenso. Se acudía entonces al remedio
clásico del alza del tipo de descuento: con ello se detenía o invertía el proceso ex-
pansivo del crédito y se debilitaban o cesaban las exportaciones de capitales. Así.
dejaban de crecer o disminuían las impo11aciones británicas, mientras sus exporta-
ciones seguían creciendo pf!!cisamente por el fenómeno que hemos recordado; por-
que no habían tenido tiempo aún los países de la periferia de transformar en impor-
taciones el oro que habían recibido en pago de sus exportaciones y por el ingreso
de capital extranjero. Volvía así el oro a la Gran Bretai'ía. Y además el alza del tipo
del descuento disminuía el monto de las letras de exportación de los países del res-
to del mundo que Londres estaba dispuesta a descontar, lo cual servía para que di-
cho mercado retuviese o atrajese fondos a corto plazo de otros países.
En otros términos. el oro tendía a salir de la Gran Bretai'ía, del centro del siste-
ma, y a entrar en los países de la periferia en la fase ascendente del ciclo. Pero en
un determinado momento terminaba la fa-se de ascenso y el oro regresaba a la Gran
Bretai'ía. Así pudo Inglaterra hacer funcionar el patrón oro y mantener la estabili-
dad monetaria en su propio país.
2. El ciclo argentino es un reflejo del ciclo monetari.o i11temacio11al
Pero el funcionamiento del patrón oro no era el mismo en el centro del sistema
y en la periferia del mismo. En el centro, en Londres, los bancos y las casas finan-
cieras procedían con entera libertad a expandir el crédito y a aumentar sus présta-

322
RAÚL PREBISCH
mos cuando había abundancia de oro en el mercado. Y lo hacían sin temor de cau-
sar una reducción excesiva de sus reservas monetarias que podría llevarles al aban-
dono del patrón oro por cuanto Londres tenía el recurso supremo para detener e in-
vertir el movimiento en el momento en que se juzgaba crítico. Los bancos de los
países de la periferia -como lo enseña nuestra experiencia- también tenían liber-
tad para expandir el crédito cuando ingresaba metálico en la fase ascendente, y su
deseo natural de no tener fondos improductivos en sus saldos estimulaba esta ex-
pansión. Pero cuando el oro salía en la fo1ma que hemos visto. no había otro medio
de corregir la situación y evitar que salga el metálico que había entrado que la con-
tracción del crédito. tanto más intensa cuanto más fuerte había sido la expansión
anterior. No se concebía. desde luego. la posibilidad de actuar mediante la eleva-
ción de la tasa del descuento en competencia con el centro monetario londinense."
El patrón otro era pues un sistema automático para los países de la periferia
pero no para el centro. La oligarquía financiera de Londres disponía de la organiza-
ción, la flexibilidad y la aptitud necesarias para manejar el sistema internacional
del patrón oro de acuerdo con sus propios designios. y la estabilidad monetaria bri-
tánica sólo pudo mantenerse con éxito a costa de las perturbaciones monetarias de
los países de la periferia.
También podía mantenerse a costa de la inestabilidad económica interna de la
Gran Bretaña. Cuando sobrevenía el descenso y la depresión. el reajuste de la eco-
nomía interna se hacía hacia abajo. con la consiguiente desocupación y la declina-
ción de los salarios. Pero hoy la organización gremial de las masas obreras y su
fuerza política no permiten hacerlo. Y el empresario sufre por ello más intensa-
mente las consecuencias del ciclo. lo mismo que el sistema bancario. Esto explica
una de las razones poderosas de la preocupación general por una política anti-
cíclica en la Gran Bretaña.
3. La experiencia de Estados Unidos en el sistema monetario i11ternacio11al
Pero hay otra razón más poderosa aún que la anterior y es que la Gran Bretaña
ha perdido en parte su posición de centro del sistema monetario internacional y se
ha desplazado un tanto hacia la periferia. Los recursos de ese centro han pasado
2 Por supuesto que la tenninación de ]a fase ascendente de Inglaterra podía también deberse a fe-
nómenos no 111onetatios. Por ejemplo, el crecimiento excesivo de la producción de bienes durables y de
capital. scc!or de tanta i111prn1ancia en la actividad de los grandes países indust1iales. La contracción de
este sector provocaba la de otros y airaía la depresión. con el efecto consiguiente sobre las importacio-
nes británicas y sobre el desa1rnllo cíclico de otros países. Esta adve11encia tiene ¡x1r objeto aclarar que
no se pretende dar una explicación monetaria del ciclo sino simplemente analizar el aspecto monetario
del mismo.

LA RÉLACIÚN ENTRE EL CICLO ARGENTINO YEL CICLl> MONETARIO INTERNACIONAL
323°
poco a poco a Nueva York y a otros mercados después de la Primera Guerra Mun-
dial; y ese procesó se ha acentuado en la guerra actual. Pero no ha pasado a Nueva
York la experiencia secular ni la aptitud para dirigir ~l sistema ni el conocimiento
práctico de la economía mundial. de la oligarquía financiera británica, y tampoco se
reproduce el ambiente histórico e institucional en que funcionaba el patrón oro
bajo la dirección británica antes de la Primera· Guerra Mundial.
Y sin perder totalmente su intervención en el centro. la Gran Bretaña se encuen-
tra ahora con que allí prevalecen otras manos que no habían podido formar su ex-
periencia y que no sólo no pudieron corregir las fallas tradicfonales del jJatrón oro
-que ya antes de la guerra anterior iba evolucionando-- sino que han contribuido
a agrandarlas consideral,)lemente entre las dos guerras. Y lo qqe es más, han contri-
buido a privar al oro de su función esencial de estímulo en la actividad económica
del mundo por cuanto en cierta medida Estados Unidos ha impedido que el consi-
derable ingreso de metálico al centro que es Nueva York desarrolle su actividad in-
terna en la medida necesaria para estimular. a su vez, la economía de los países del
resto del mundo'. Ello condujo al fracaso del patrón oro. y ha afectado la duración y
amplitud del ciclo económico, por cuanto mientras la economía mu~dial carezca de
un elemento de estímulo persistente. como el oro, que tienda a aumentarla deman-
da internacional y por lo tanto la actividad ec,onómica internacional resulta más di-
fícil salir de una depresión. Esas fuerzas de crecimiento y de expansión que surgen
del funcionamiento pleno del patrón oro. ayudan a salir de ella. pero cuando se de-
bilitan. la depresión tiende necesariamente a alargarse.3
.
Precisamente la concentración del oro en los Estados Unidos debilita considera-
blemente su papel de estímulo en la actividad económica mundiaL Y privados de la
posibilidad de seguir creciendo por el estímulo recíproco del comercio internacio-
nal. el resto de los países. y entre ellos el nuestro, se ven forzados a buscar la forma
de crecer hacia adentro.
La Gran Bretaña no escapa a este fenómeno. Al pasar parcialmente hacia los
Estados Unidos el centro del antiguo sistema, Inglaterra comienza a sentir los fe-
nómenos de la perife1ia que tanto habíamos sufrido en otros países y después de
Al señalar estos hechos no se desea cometer una injusticia de apreciación. Son enonnes las difi-
cultades que Estados Unidos ha tenido para manejar el patrón oro, con un sistema bancario de conside-
rable dispersión. sin gran experiencia y conocimiento del resto del mundo, y con un ambiente interna-
cional poco propicio para el funcionamiento del patrón metálico. No ha sido. pues, fácil la tarea de las
autoridades monetarias. tanto m.ás cuanto que los sucesivos aumentos en la tarifa norteamericana
ponían nuevas trabas en el c1,Unplimiento de su función monetaria internacional. Pero la misma eleva-
ción de las tarifas ha sido en gran parte impuesta por dos grandes depresiones. y ha servido para prote-
ger la economía interna contra la desocupación. Sólo una vigorosa política de. plena ocupación en Esta-
dos Unidos puede evitar la repetición de estos hechos y contribuir a que el mundo alcance un nuevo
equilibrio monetario.

324
RAÚL PREBISCH
una penosa experiencia que constituye el retorno del patrón oro en 1925 y su aban-
dono en 1931, la realidad le sugiere otros caminos. Gran Bretaña no está más en la
posición de mantener el patrón oro sin afectar su estabilidad interna. Ya no dispone
del control sobre el centro del sistema en la medida necesaria para hacer recaer so-
bre los países de la periferia el peso del mantenimiento del patrón oro. Los ingle-
ses, según acaban de declararlo. no aceptarán compromisos monetarios internacio-
nales que vinculen establemente la libra con el oro -característica esencial del
patrón metálico-- ni que les impidan controlar sus importaciones. Tal actitud se
explica por este designio fundamental del gobierno y la opinión pública británica:
mantener la plena ocupación atenuando hasta donde sea posible los movimientos
cíclicos. Acaso se comprenda mejor ahora las vicisitudes monetarias argentinas.
Nosotros también hemos aprendido tras dura experiencia que no es posible atenuar
el ciclo y mantener un alto nivel de actividad económica interna sin cierto grado de
flexibilidad monetaria o sin cierta intervención en las importaciones.
Acaba de salir un plan británico oficial que tiende a lograr la plena ocupación
después de la guerra. El problema es mucho menos difícil en Estados Unidos. Pero
si en este último país se consigue mantener también la plena ocupación y no se ele-
van nuevamente las tarifas, ello bastará para acrecentar el comercio mundial y faci-
litar a los otros países la aplicación de una política similar. La tesis que expondre-
mos con todo detalle a su tiempo es ésa: si los grandes países industriales y
acreedores logran ponerse de acuerdo o seguir simultáneamente una política de
plena ocupación. los otros países necesitarán mucho menos de medidas restrictivas
para lograr lo mismo. o tal vez podrán prescindir de ellas. Tanto más simple será
entonces para nosotros la aplicación de una política anticíclica.
4. La política anticfclica de fa Argentina
Como quiera que resuelvan sus problemas monetarios y económicos los gran-
des países industriales y acreedores. no concebimos para nuestro país un sistema
que nos haga depender en alto grado de las decisiones. buenas o malas, acertadas o
no. que se tomen en el centro del sistema, como ha sucedido en el régimen del pa-
trón oro, tanto cuando se manejaba bien como cuando se ha manejado mal. Necesi-
tamos para ello una política monetaria nacional definida. Los elementos de esa po-
lítica comenzaron a formarse hace algo más de una década. cuando aleccionado
por los graves efectos de la crisis mundial. el país comienza a ponerse a cubierto de
las vicisitudes exteriores y a buscar dentro de sí mismo las fuerzas de crecimiento
que ya no le venían del exterior. La posición de la Gran Bretaña frente al patrón
oro y al mantenimiento y desarrollo de la actividad económica interna no difiere

LA RELACIÓN ENTRE EL CICLO ARGENI1NO Y EL CICLO MONETARIO INTERNACIONAL
325
fundamentalmente del pensamiento que hemos tenido que ir elaborando nosotros
para guiar nuestra política monetaria nacional bajo el imperio de acontecimientos
internacionales. que si bien no podíamos modificar, podíamos al menos atenuar en
sus consecuencias sobre el propio país. Todo esto. guardando las diferencias resul-
tantes, no sólo de la distinta magnitud y grado de evolución económica y social de
ambos países. sino también por constituir nosotros un país en que apenas hemos
iniciado desde aquel entonces la tarea silenciosa de capacitamos en la ciencia y la
técnica de nuestros propios fenómenos monetarios.
ll. Los MOVIMIENTOS CÍCLICOS ARGENTINOS
Nuestros movimientos ondulatorios se caracterizan por una fase ascendente en
que el balance de pagos es positivo. crece el comercio exterior. se dilata el medio
circulante, se expande la actividad económica interna y la ocupación y prosperan
las finanzas públicas -seguida por unajáse descendente- en que ocurren los fe-
nómenos contrarios que nos llevan a la depresión. El paso de la fase ascendente a
la descendente a veces va acompañado de intensas perturbaciones a las que se de-
nomina crisis. Pero no siempre la crisis ocurre en el proceso cíclico y hay transi-
ciones relativamente tranquilas. en que aquélla no se presenta.
Para mayor facilidad de exposición dividiremos el estudio de las fases en distin-
tos aspectos: primero. balance de pagos y comercio exterior; segundo, fenómenos
monetarios y bancarios internos; tercero, actividad económica interna; y cuarto.
desarrollo de las finanzas públicas.
1. Balance de pagos y comercio exterior
Hasta ahora. al hablar de balance de pagos sólo hemos tenido en cuenta. por
simplicidad, las exp011aciones y las importaciones. No se modifica sustancialmente
nuestro razonamiento al incluir los otros elementos, que junto con los ya mencio-
nados, constituyen el balande de pagos. Así, en el activo (ingresos), además de las
e.\\portaciones hay que considerar las í11versio11es de capitales extranjeros a corto y
largo pla::o y otras entradas dh 1er~as, y en el pasivo (egresos). además de las im-
portaciones. hay que tomar en cuenta otras operaciones que significan pagos al ex-
terior o egresos de divisas. como son los servicios de la deuda pública extenza. los
serl'icios de capital privado invertido en el país. los gastos públicos en el exterior.
las remesas de particulares constituidas por los_giros de los inmigrantes. los gas-

326
RAÚL PREBISCH
tos de los viajeros argentinos en el exterior, los pagos por fletes que los comercian-
tes del país hacen a favor de empresas navieras extranjeras. etcétera.
Las compilaciones sobre balance de pagos son regularmente publicadas en las
Memorias del Banco Central. y en ellas se pueden apreciar sus variaciones de año
a año durante el proceso cíclico.4 Citaremos algunos ejemplos para dar una idea de
su magnitud. Todas las cifras están expresadas en moneda argentina.
Las exportaciones llegan a 1.140 millones en 1933. año de mínima de un ciclo y
pasan luego de sucesivos aumentos a 2.330 millones en 1937, año de máxima en el
ciclo siguiente. En cambio las importaciones, que habían llegado a un mínimo de
840 millones en 1932 llegan a 1.460 millones en 1937 y en el año siguiente. 1938,
todavía continúan creciendo hasta tocar los 1.480 millones a pesar de que las ex-
portaciones habían descendido. El ingreso neto de capitales a c0110 y largo plazo
también tieile una tendencia similar a la de las exportaciones. En 1933 llega a 15
millones. y pasa a 150millones en 1934 y a la misma cifra en 1935. años éstos de
recuperación económica. Y en 1936 suben mucho más. pero en 1937 y 1938 hay
una salida neta de capitales -un saldo pasivo neto de 13 y 68 millones respectiva-
mente- hasta que en 1941 otra vez se produce un ingreso neto de consideración
que asciende a 325 millones. Los fletes y otros gastos de vapores han constituido
en los últimos años una fuente importante de ingresos de divisas al país, y han lle-
gado a 110 millones en 1942.
Los servicios de la deuda pública se mantienen más o menos estables alrededor
de 150 millones pues se trata de inversiones de réditos fijos En cambio. los servi-
cios del capital privado varían con el nivel de actividad económica del país. En los
años de baja llegan aproximadamente a 250 millones y en los años de prosperidad
ascienden aproximadamente a 330 millones. En cuanto al saldo de las demás reme-
sas de particulares, también sujetas a variaciones similares a las que afectan a los
servicios del capital privado. oscila en los últimos años entre 40 y 90 millones. a
nuestro favor.
· El ingreso o egreso neto de oro y divisas al país está dado por el saldo del ba-
lance de pagos. En 1933. año de depresión. fue negativo -es decir. hubo una sali-
da de divisas y oro- por 230 millones. En los años 1934 y 1935 el saldo fue posi-
tivo en las sumas de 123 milones y 164 millones, respectivamente. y en 1937 el
saldo a nuestro favor alcanzó a 380 millones. suma ésta que se empleó en operacio-
nes de repatriación de nuestra deuda externa. Al año siguiente. el saldo 11egativo
fue de 460 millones y en 1941 hubo nuevamente un ingreso neto de oro y divisas
por la suma de 4 70 millones.
4
En la Rnista Eco11ómica del Banco Central de la República Argc11ti11a. Serie II. vol. 1. Nos 1 y
3 se describe la evolución del balance de pagos en el periodo 1926-1937. Para los afios siguientes. con-
sultar las Memorias del Banco Central.

LA RELACIÓN ENTRE EL CICLO ARGENTINO Y EL CICLO MONETARIO INTERNACIONAL
327
2. Los movimiemos cfclicos de los distintos rubros del balance de pagos
Los factores dominantes de nuestro ascenso cíclico han sido el aumento de las
exportaciones provocado por el alza de los precios internacionales. y la entrada de
capitales. Ambos fenómenos suelen coexistir como que dependen o son el reflejo
de los ciclos en los grandes países industriales y acreedores. como acaba de verse.
Las exportaciones están sujetas a variaciones en la cantidad --Oebidas a los cam-
bios en la magnitud de nuestras cosechas o de la demanda exterior- y a variacio-
nes en los precios. efectos éstos de movimientos cíclicos. aun cuando en algunos
casos hay también factores de otros órdenes que modifican el nivel de los precios
de nuestras exportaciones. Si un aumento de los precios va unido a buenas cose-
chas la amplitud del ascenso es mayor: esto depende. como es lógico, de la forma
en que se combinan o neutralizan estos distintos factores. Las inversiones de capi-
tales dependen generalmente de la situación económica de los países acreedores.
Nos referiremos a ellas en seguida.
En cuanto a los rubros del pasivo del balance de pagos, ya hemos visto cómo
reacciona el principal de éstos. las importaciones: en líneas generales. crecen cuan-
do aumentan los ingresos por efecto de las mayores exportaciones o inversiones de
capital -factores exteriores- o cuando se expande el crédito -factor interno- y
se contraen cuando las exportaciones o la entrada de capitales decrece o cuando
disminuyen los préstamos bancarios.
Otro rubro importante del pasivo son los servicios financieros: los hay fijos y
variables. Son fijos los de la deuda pública exterior y los de las obligaciones. espe-
cialmente las ferroviarias. Los servicios variables aumentan o disminuyen de
acuerdo con las fases del ciclo económico y están constituidos por los rendimientos
de las acciones y otras inversiones privadas.
Todos estos elementos del pasivo. excepto los servicios fijos de capital privado
y los empréstitos. varían de acuerdo con la situación interna: tienden a subir con el
incremento de ingresos y a bajar con su descenso. No tiene pues por qué modificar-
se la índole del razonamiento que hemos desarrollado en la primera parte de nues-
tro curso, pero debemos afinar el concepto de la proporción de importaciones, con
respecto al total de ingresos. que por simplicidad hemos considerado constante en
las distintas etapas del proceso.5
En primer lugar. es probable que en ciertas fases de ascenso cíclico la propor-
ción de las importaciones tienda a crecer porque aparte de las importaciones esen-
ciales para el consumo en la actividad económica corriente. crecen las de maquina-
Recuérdese lo expresado al respecto en el capítulo 108, págs. 27 l y 272.

328
RAÜL PREBJSCH
rias. automóviles y bienes durables y materiales de construcción, así como las de
artículos superfluos o de lujo en virtud de la mayor prosperidad.6
En segundo lugar. los beneficios de los capitales extranjeros no guardan tampo-
co una relación exacta y precisa con las variaciones cíclicas de los réditos o ingre-
sos. Y en tercer lugar. la parte constante de los servicios puede tener gran impor-
tancia en ciertos momentos. Así en 1931. 1932 y 1933. años éstos de gran
· depresión interna. todos los elementos del pasivo del balance de pagos fueron sus-
ceptibles de contraerse excepto los rubros fijos.
Para resumir. diremos que no es posible saber. por falta de estadíst.icas sobre
los réditos o ingresos. cómo varía a través del ciclo la proporción de las importa-
ciones con respecto al total de ingresos: sólo podemos decir que cuando éstos su-
ben. aumentan manifiestamente las importaciones, los servicios financieros y las
remesas, aun cuando no en la misma proporción. Si la proporción de lo que hay
que girar al exterior por estos conceptos en cada etapa del proceso circulatorio que
hemos descripto aumenta o disminuye. la duración del proceso tiende a ser mayor
o menor. y la amplitud con que crece la actividad interna menos o más intensa que
lo que ocurrirá con una proporción constante. Es todo lo que podemos decir. pero
conviene notar que el proceso es sustancialmente igual con la introducción de estos
nuevos elementos. Es su intensidad la que puede variar según las circunstancias.
3. Los movimiemos de capitales a corto y /árgo plazo
Conviene hacer una distinción entre los capitales a largo plazo o de inversión
permanente y los a corto plazo o de inversión transitoria. Los primeros están cons-
tituidos por los empréstitos que el país contrata en el exterior, por las inversiones
en servicios públicos, tie1rns. industrias y otras actividades. en las cuales los inver-
sores tienen interés en radicar sus fondos pennanentemente. En cambio. las inver-
siones a corto plazo tienen un carácter temporario que las hace muy variables. Pue-
den distinguirse im·ersiones normales o sea aquellos créditos que nonnalmente
nuestros expo1iadores usan para sus transacciones normales o que los bancos em-
plean para hacer frente a demandas estacionales de fondos -e inversiones anor-
males- que están constituidas por el deseo de buscar una inversión transit01ia o
un refugio no permanente y que se liquidan cuando se modifican las condiciones.
que han detenninado su inversión en este país y se emigran hacia otros lugares.
Generalmente estas inversiones toman la forma de compras de papeles a corto o
¡,
Hay un campo muy interesante de investigación. no explorado aún. en los ciclos de los distintos
iubros di: nuestro crnnercio exterior.

LA RELACIÓN ENTRE EL CICLO ARGENTINO Y EL CICLO MONETARIO INTERNACIONAL
329
largo plazo. letras y otros negocios de fácil liquidación que se hacen sin la inten-
ción de radicar pennanentemente el capital en el país.7
Desde el punto de vista del balance de pagos. el ingreso de capitales a corto pla-
zo, al igual que el de capital de largo plazo. estimula las impÜrtaciones, y por lo
tanto, el oro o las divisas que originariamente ingresaron por aquel concepto vuel-
ven a salir en pago de tales importaciones. Pero si después sale inopinadamente el
capital a corto plazo será necesario disponer de una cantidad adicional de divisas
para pagarlo; en tanto que el capital a largo plazo se va pagando lentamente.
La configuración del balance de pagos de los países acreedores y deudores de-
pende del monto de los nuevos capitales que se invierten con respecto a los servi-
cios de capital invertido anterionnente. Por ejemplo, cuando los nuevos capitales
que se invertían en la Argentina eran mayores que los servicios de los capitales ya
invertidos, el Úcedente nos permitía tener un exceso de importaciones sobre ex-
portaciones. Pero en general, en nuestro balance de pagos hemos debido tener ma-
yores exportaciones que importaciones para cubrir la diferencia en exceso entre los
servicios del capital invertido y los nuevos capitales.
En la Gran Bretaña, antes de la guerra actual, las importaciones excedían nor-
malmente a las exportaciones: los servicios que percibe por el capital invertido an-
terionnente y las remuneraciones que recibe por sus servicios bancarios y financie-
ros y su ilota, le permitían esa situación. Estados Unidos. por el contrario, ha
dejado de prestar al mundo a partir de la crisis mundial y no obstante que percibe
también servicios por el capital invertido anteriormente. tiene un exceso crónico de
exportaciones sobre importaciones que ha tenido una intluencia muy desfavorable
sobre .el resto del mundo y el mecanismo monetario internacional.8
La transfonnación de un balance de pagos para adaptarse al movimiento de ca-
pitales o servicios se realiza de acuerdo con un proceso similar al que conocemos:
en cada etapa del proceso circulatorio interno el incremento de ingresos provocado
p0r el aumento de la exportación o las inversiones de capital se transforma en una
detenninada proporción de divisas para el pago de importaciones, servicios finan-
cieros y remesas que hay que hacer tanto menores son las posibilidades de impor-
tar, pues lo que se usa por un concepto no puede usarse para otro.
7 · Estos movimientos anonuales han causado grandes trastornos en el mundo entre las dos guerras.
En la Memoria del Banco Central de 1937 puede encontrarse una interesante referencia a ellos.
8 Poclria también expresarse este concepto de otro modo y decir que la configuración del balance
. de pagos de un país está dada por la magnitud, ímportancia y tendencia que generalmente tienen el ba-
lance de capitales (entrada y salida de capitales), el balance de servicios.(ingresos o pagos de los réditos
provenientes de las inversiones). y el balance comercial (importaciones y exportaciones). La Argentina
tiene un balance de servicios negativo, cuyo saldo se cubre por el excedente que arroja el balance co-
mercial, y eventualmente. el de capitales.

111
FENOMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS
DEL CICLO ECONOMICO*
Hemos explicado cómo el incremento de ingresos generado por el aumento del
activo del balance de pagos (exportaciones e inversiones de. capitales extranjeros)
circula en la economía interna generando nuevos ingresos y haciendo crecer las im-
portaciones, los servicios financieros y las demás remesas al exterior que constitu-
yen el pasivo del balance de pagos.
Esta es. la primera aproximación a la realidad de nuestro razonamiento, en el
que hemos supuesto que todo elincremento del dinero en que se expresa ese incre-
mento originario de ingresos se gasta íntegramente de etapa en etapa circulatoria
hasta agotárse por completo en dichos pagos exteriores.
En una segunda aproximación, introduciremos dos elementos nuevos que com-
plican nuestro problema: primero. una parte del incremento del dinero se va rete-
niendo por el público. de etapa en etapa, a medida que se van dilatando los ingre-
sos, en virtud del mayor volumen de transacciones de donde provienen los
mayores ingresos. Segundo. los bancos van creando nuevos incrementos de dinero
gracias al mayor efectivo de que disponen por el incremento originario de ingresos.
El dinero que el público retiene por el aumento de sus necesidades circulatorias
propende a disminuir la amplitud de la dilatación de ingresos y del desarrollo de
las importaciones, servicios y demás remesas al exterior. en tanto que el dinero
nuevo que los bancos crean tiende a aumentar esa amplitud. De la combinación de
ambos elementos depende -siendo constantes los otros elementos- la intensidad
con que el incremento originario de ingresos dilata la actividad económica en la
fase ascendente del ciclo.
1. EL CONCEPTO DE VELOCIDAD DE CIRCULACIÓN
V amos a examinar el primer punto o sea las necesidades de dinero de la pobla-
·ción. Es un hecho de observación corriente que, conforme aumentan las transaccio-
* N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos en la Argentina. Fascículo N° 6. págs. 70-86. im-
preso el 21 de agosto de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDil'ICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
331
nes. es necesario acrecentar la cantidad de dinero en circulación. Explicaremos
ante todo este hecho para luego pasar a la relación entre el volumen de las transac-
ciones y los réditos o ingresos de la actividad.
Supongamos el caso de una firma industrial. Como sus pagos en concepto de
sueldos y salarios. mate1ias primas, y otras mercaderías. etc .. deben lógicamente
hacerse antes de percibir el producto de las ventas, la firma en cuestión necesita te-
ner como parte de su capital circulante una cantidad de dinero en forma de billetes
y depósitos conientes. Esta cantidad de dinero varía continuamente: así disminuye
en razón de aquellos pagos y se va reponiendo conforme entra el dinero provenien-
te de las ventas al contado o a crédito. Pero siempre la firma retiene una cantidad
de dinero para hacer frente a sus pagos. La experiencia muestra a cada finna qué
cantidad de su capital circulante necesita tener en dinero para hacer frente a un de-
terminado volumen de transacciones.
El dinero que paga esta finna a sus empleados y obreros no se utiliza inmedia-
tamente por éstos. sino que se va desembolsando en el transcurso del mes: los em-
pleados y obreros retienen en sus manos una cantidad que va decreciendo y vuelve
a subir a fin de mes. y así sucesivamente. Los pagos que la firma hace a otras por
las materias primas y mercaderías que les compra aumenta momentáneamente la
cantidad de dinero que tienen y les pe1mite realizar sus propios pagos. Lo mismo
sucede con el Estado: retiene una parte del dinero que percibe por impuestos o por
uso del crédito para ir haciendo gradualmente sus pagos por gastos y sueldos.
Si pudiéramos sumar todos los pagos que en un mes detenninado hacen todas
las firmas en el país, más los de los productores agropecuarios. más los desembol-
sos de los empleados y obreros y del resto de los individuos que componen la co-
lectividad: y si a ello sumáramos también todos los pagos del Estado, tendríamos la
cifra total de transacciones efectuadas en dicho mes. Por otro lado, si pudiéramos
saber qué cantidad diaria de dinero ha tenido cada firma o individuo y la que ha te-
nido el Estado, llegaríamos al total del dinero (billetes y depósitos conicntes) que
ha permitido realizar ese volumen de transacciones.
Si el promedio diario del dinero ha sido. por ejemplo, de 4.000 millones en el
mes en cuestión y el volumen de transacciones de 10.000 millones quiere decir que
para poder hacer tal cantidad de pagos. esos 4.000 millones han tenido que cambiar
de manos entre las firmas. individuos y el Estado. dos veces y media en el mes.
Si esto mismo ocurre durante todo el año, con 4.000 millones de dinero se ha-
brán hecho 120 mil millones de transacciones. o sea que el dinero ha cambiado 30
veces de mano en el curso del año. Diremos entonces que la velocidad de circula-
ción del dinero
es de dos y medio por mes, o de 30 por año.

332
RAÚL PREBISCH
2. VARIACIONES EN LA V~LOCIDAD DE CIRCULACIÓN
Las firmas tienen habitualmente -como parte de su activo circulante- una
cantidad de billetes y depósitos corrientes que les permite ir realizando sus pagos
de sueldos y salarios. materias primas. mercaderías. etc .. hasta que afluya el dinero
proveniente de sus ventas. La experiencia indica a cada firma. dentro de cada ramo
de actividad, qué cantidad de dinero corresponde aproximadamente a un determi-
nado volumen de transacciones. Cuando la actividad es poco intensa --en la fase
de depresión cíclica- esa cantidad de dinero mueve un menor volumen de trnnsac-
ciones. o sea que la velocidad de circulación disminuye. Es más fuerte aún la dis-
minución si el dinero disponible aumenta durante la fase de depresión cíclica por la
liquidación del activo circulante que ha estado transitoriamente invertido en mate-
rias primas, productos en curso de elaboración, y elaborados. Esto, siempre que no
haya tenido que utilizarse este suplemento de dinero en abonar deudas o haya sido
colocado en inversiones.
Evidentemente. si los negocios vuelven a crecer, sucede el fenómeno contrario.
El dinero se utiliza más activamente y el promedio de dinero retenido por las fir-
mas tiende por ello a disminuir hasta llegar a un punto que, resultando ya insufi-
ciente para mover el volumen creciente de transacciones. tiene que usm·se dinero
nuevo creado por el crédito bancru"io.
Este dinero nuevo tiende a cmpleru·se prontamente en pagar los gastos de una
producción creciente o en adquirir las mercaderías necesru·ias para atender un volu-
men de ventas que va en aumento. según la índole industrial o comercial de la fir-
ma. Y tanto más rápidamente se usa si los precios también tienden a elevarse como
suele suceder por reflejo de movimientos exteriores durante el ascenso cíclico. Por
el contrru"io. cuando los precios tienden a bajar las compras son menos activas en
previsión de nuevas bajas. El alza de precios propia de la fase ascendente. contri-
buye. pues. a aumentm· la velocidad de circulación del dinero; y la baja. que suele
ocurrir en la fase declinante, contribuye a disminuirla.
Es en la vasta zona de las firmas productoras, industriales. comerciales. bur-
sátiles y financieras en donde la velocidad de circulación del dinero aumenta, en la
forma que hemos visto. cuando se acrecienta el volumen de transacciones. No su-
cede lo mismo en la masa de la población que recibe sueldos. salarios u otros rédi-
tos sujetos a escasa vru·iación. Allí la forma de gastar --0 en otros términos. el di-
nero que se retiene- depende de hábitos que sólo se modifican muy lentamente: y
que por lo tanto no son muy sensibles. como en aquel otro caso. a las alternativas
cíclicas. No hay motivos pm·a suponer que el aumento de la ocupación. o del incre-
mento de sueldos o salarios. tenga modificaciones en las costumbres circulatorias

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDmCJOS DEL CICLO ECONÓMICO
333
de la población, una vez pasado el momento inicial de ajuste a la nueva situación.
En todo caso, si aumenta algo la velocidad de circulación, el aumento será relativa-
mente poco intenso en relación al que ocurre en aquellas actividades. De tal modo
que puede afamarse que las vaiiaciones cíclicas en la velocidad de circulación se
deben preponderantemente a la intensidad con que las firmas o empresas emplean
su dinero en el giro de sus negocios.
3. RELACIÓN EN'IRE EL VOLUMEN DE 'TRANSACCIONES Y EL DE RÉDITOS O INGRESOS
Para explicar la velocidad de circulación del dinero hemos necesitado introdu-..
cir un concepto nuevo: -el del volumen de transacciones. ¿Qué relación tiene con el
concepto de réditos o ingresos que habíamos empleado hasta ahora en nuestros ra-
zonamientos?
Desde el punto de vista de su relación con los ingresos podemos distinguir cua-
tro clases o categorías:! primera. transacciones que representan un volumen varias
veces mayor al de los réditos que engendran: segunda. transacciones de un volu-
men equivalente al de los réditos que producen; tercera, transacciones que no origi-
nan réditos; y cuarta, transacciones que significan un mero desplazamiento o trans-
ferencia de réditos ya producidos.
A la primera categoría corresponde la parte más considerable de las transaccio-
nes. Se trata de aquellas realizadas por los productores rurales, firmas o empresas y
negociantes de cualquier índole que adquieren materias primas, mercaderías o va-
lores, pagan sueldos, salarios. abonan alquileres o intereses para poder luego ven-
der las mercaderías o prestar los servicios a que se dedican. El beneficio o rédito
neto de estas firmas, empresas o negociantes representa un porciento del volumen
de sus ventas o servicios prestados; que varía según la rama de la actividad o nego-
cio de que se trata y según el movimiento de precios. Por ejemplo, si una empresa
industrial tiene un volumen de ventas de 3.000.000 y un beneficio de 5% sobre di-
chas ventas, o sea 150.000, para obtener este ingreso neto ha sido necesario reali-
zar un volumen de transacciones 20 veces mayor. Y un operador de títulos que ob-
tiene un beneficio medio de 2%, ha tenido que realizar un volumen de
transacciones 50 veces mayor.
La segunda categoría se refiere a las transacciones que efectúan los empleados.
1 Considernmos transacción a la opernción por la cual se percibe una cantidad de dinero por ventas
de mercaderías o valores o servicios prestados. Pero esta renta tiene como_ contrapartida una compra y
cada servicio prestado un servicio recibido, y por lo tanto, cada entrada de dinero tiene como contrapar-
tida una salida. En consecuencia, para evitar duplicaciones pl computar todas las transacciones de la co-
lectividad solamente tomamos 11110 de los ténninos de la transacción. Cualquiera que sea, el razona-
miento resulta igual.

334
RAÚL PREBISCH
obreros. profesionales. y demás individuos de la colectividad que prestan sus servi-
cios personales ya sea a productores. filmas. empresas o negociantes a otras perso-
nas. El volumen de estas transacciones equivale al de los ingresos que perciben
aquéllos.
La tercera categoría concierne a las transacciones del Estado. el cual percibe
impuestos y tasas para cubrir las funciones que desempeña y los servicios que pres-
ta; para lo cual paga sueldos y salarios y adquiere mercaderías como cualquier fir-
ma o empresa. Pero difiere de éstas en que no obstante realizar un volumen consi-
derable de transacciones. no deriva rédito o be11eficio 11eto alguno. salvo en los
casos en que el Estado trabaja como empresa comercial o industrial. casos com-
prendidos dentro del primer grupo de transacciones. Y finalmente el cuarto caso se
refiere a !as transferencias de ahorros. Cuando una persona. finna o empresa o el
Estado recibe un préstamo ahorro de otra'> personas, firmas o empresas, hay una
simple transferencia de una parte de los ingresos o réditos que éstos han preferido
no gastar y que gastarán aquéllos.
En este breve examen se advierte que el volumen de transacciones es mucho
mayor que el de ingresos. Sólo las dos últimas categorías, si bien se trata de tran-
sacciones de poca importancia. no originan ingresos. mientras que en la primera
categoría las transacciones representan varias veces el monto de ingresos. Es más:
esta primera categoría ele ventas y servicios de finnas y empresas constituye una
cantidad considerablemente superior a la de los sueldos y salarios pagados en la
colectividad. En efecto. una proporción muy alta de los sueldos y salarios se dedica
a comprar esas mercaderías y servicios. Pero esto apenas representa la última etapa
del comercio minorista en donde se repiten las transacciones de los mayoristas más
los sueldos. salarios y gastos pagados por los minoristas. A su vez los mayoristas
repiten las de los minoristas e industriales. más sus sueldos. salarios y gastos; y los
industriales las cifras de los productores e importadores a quienes compran la ma-
teria prima más sus respectivos sueldos. salarios y gastos.
No es de extrañar. por consiguiente. que el volumen ele transacciones represen-
te muchas veces el del total de réditos o ingresos. No me sorprendería si en nuestro
país en que se calcula el total de réditos para 1942 en unos 12 millones. el volumen
de transacciones se aproxime a unos 100 millones. teniendo en cuenta las cifras de
los cheques girados y compensados.
Con las cifras del volumen de transacciones poclria formarse un cuadro muy in-
teresante del sistema económico parecido al ele réditos o ingresQs que sirvió en las
primeras clases como punto de partida de nuestros razonamientos. Nos mostraría la
interdependencia o trabazón entre los ingresos bmtos o transacciones de los distin-
tos sectores en la actividad económica (agrupados en distintas formas). por una
parte. y el ingreso neto correspondiente, por otra. Y nos haría ver cómo una pertur-

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
335
bación de las exportaciones, relativamente pequeña en comparación al volumen to-
tal de transacciones o ingresos brutos, produce en éstas variaciones de gran ampli-
tud por la serie de acciones y reacciones que se producen dentro del sistema hasta
. alcanzar una nueva posición de equilibrio. El familiarizarse con la índole de estas
acciones y reacciones. la forma en que se va propagando y amplificando por medio
de ellas una perturbación inicial del equilibrio, y el carácter general de movimiento
-pues abarca a todos los sectores- es a mi juicio esencial para comprender el fe-
nómeno monetario y su interrelación con la actividad económica.
4. EL DINERO CREADO POR LA EXPANSIÓN DEL CRÉDITO
Pero no tenemos aún todos los elementos necesarios para comprender todo
nuestro problema. Nos falta uno de gran importancia: a saber, el dinero nuevo crea-
do por la expansión del crédito. Ya conocemos sus efectos en una primera aproxi~
macióndel fenómeno. Ahora estamos en condiciones de hilar más delgado.
Importaciones

336
RAúL PREBISCH
Recordamos las curvas típicas de las exportaciones e importaciones durante el
movimiento cíclico (curvas A y B del gráfico}.2
La curva de las importaciones va en zaga a la de las exportaciones por el tiem-
po que tarda el proceso circulatorio del movimiento originario de ingresos y la rea-
lización de las importaciones. Esto en el supuesto de que tanto el incremento origi-
nario de ingresos como el incremento de los nuevos ingresos que se van creando se
gasten íntegramente. Pero ya nos hemos salido de este supuesto al tener en cuenta
que una parte del dinero que circula se va reteniendo por el aumento del volumen
de transacciones. En la medida en que ello ocmTe crecen con menos celeridad las
imp011aciones (curva e del gráfico) en la fase ascendente pero también disminuyen
con más lentitud en la fase descendente. En efecto. el dinero que se retiene deja de
traspasarse de etapa en etapa. en la fase ascendente. y por lo tanto de engendrar
nuevos incrementos de ingresos y de importaciones: pero cuando en la fase de des-
censo las exportaciones disminuyen y por lo tanto la demanda comienza a declinar
y el volumen de transacciones a reducirse. el dinero retenido vuelve a salir a la cir-
culación. neutralizando en mayor o menor parte la intensidad del descenso.
Pero si durante la fase ascendente aumenta la velocidad de circulación del dine-
ro y disminuye en la descentkntc. como suele suceder. será necesario retener una
menor cantidad de dinero. En consecuencia. la nueva curva de importaciones (cur-
va D del gráfico) correrá entre las otras dos. Cuanto más aumenta la velocidad de
circulación tanto más se aproxima la curva D a la curva B en la que no habíamos
supuesto retención alguna de dinero; lo que. si bien se rellexiona. significa que
todo el incremento de transacciones podría realizarse gracias al aumento en la velo-
cidad de circulación.
Estamos ahora en condiciones de introducir el factor del crédito. Si durante la
fase ascendente se aumentan los préstamos por las razones que veremos un poco
más adelante. el dinero nuevo que así se crea produce efectos contrarios a los de la
retención· de dinero. esto es. tiende a acelerar el incremento de nuevos ingresos y
de las importaciones. Si el dinero nuevo 11eutraliza o compensa simplememente la
cantidad de dinero que se retiene, la curva de importaciones será igual a la curva B
durante la fase ascendente y si se sobrepasa. la curva de las importaciones será ma-
yor. se aproximará a la de las exportaciones (curva E) y aún podría sobrepasarla si
la expansión del crédito es muy intensa.
Supongamos primero que el dinero nuevo compensa solamente al que se retie-
ne por las necesidades circulatorias. ¿Qué sucederá en la fase descendente?
2
En estas explicaciones sobre el ciclo, al referimos a los movimientos del balance de pagos sólo
mencionaremos las curvas típicas de cxpm1aciones e importaciones. Les seguiremos llamando así por
comodidad dado que los otros mbros del balance se mueven casi paralelamente a a<1uéllas y según he-
mos dicho. no alteran sustancialmente nuestros razonamientos.

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
337
Aquí llegamos a un punto cuya dilucidación es indispensable para atender los
fenómenos crediticios y su vinculación con el balance de pagos.
Hay una diferencia su.stancial - a este respect<>- entre el crédito de pronta li-
quidación y el de liquidación lenta. Tanto uno como otro, al poner dinero adicional
en circulación, contribuyen al más intenso desarrollo de la actividad económica y
las importaciones durante la fase ascendente. Pero cuando sobreviene la fase des-
cendente aparece la diferencia fundamental. El crédito de pronta liquidación se
contrae y permite a los bancos reabsorber el dinero creado anteriormente, con lo
cual facilitan la restricción de la actividad económica y las importaciones en la me-
dida necesaria para el restablecimiento del equilibrio del sistema económico. Por el
contrario, el crédito de lenta liquidación, al no poder encogerse fácilmente, mantie-
ne circulando ese dinero y propende, en consecuencia, a que tanto la actividad eco-
nómica y las importaciones, sean mayores que las que corresponden a una nueva
posición de equilibrio.
Trataremos de explicar estos conceptos examinando las formas típicas de crédi-
to bancario en nuestro país y sus consecuencias cíclicas.
5. EL PROCESO DE bA EXPANSIÓN DEL CRÉDITO. IMPORTANCIA DE LAS PREVISIONES
Y CONJETURAS DEL SECTOR AGROPECUARIO EN LA FASE DE ASCENSO DEL CICLO
Comencemos por el crédito a los productores rurales. El agricultor necesita ge-
neralmente crédito, primero para la preparación de la tierra y la operación de siem-
bra, y luego para la operación de recolección. Acostumbra a planear la extensión
que va a sembrar teniendo en cuenta las perspectivas del mercado tal cual las inter-
preta. Se prepm·a la producción para una demanda futura, que no es un hecho cie110
sino materia de estimaciones o conjeturas. Encontramos pues aquí el elemento psi-
cológico que tanta importancia tiene en el desarrollo del crédito y del proceso
cíclico. Si el agricultor amplía la extensión sembrada, su demanda de crédito será
mayor. Los bancos crean dinero nuevo con el que el productor paga sus gastos. Ahí
se abre lo que llamaremos el circuito del crédito. Ese dinero circula y engendra in-
gresos e importaciones. El cierre fácil del circuito dependerá de si los hechos con-
firman las previsiones o conjeturas.
En estas conjeturas sobre el probable resultado económico de la producción se
combinan en mayor o menor grado el razonamiento y el sentimiento, y están fuer-
temente influenciados por la forma en que han venido ocurriendo los hechos pre-
se/lfes.
No se limitan al productor rural sino que tienden a propagarse a todo el
ámbito de la economía. En efecto, el comercio de campaña está bien informado de
los planes de los productores de su radio y formula así sus propias estimaciones o

338
RAÚL PREBISCH
conjeturas sobre la probable demanda de los artículos que vende una vez levantada
la cosecha. Mientras tanto, también vende a plazo y junto con los bancos constitu-
ye la fuente de crédito del productor. En función de esta probable demanda futura
hace sus pedidos al mayorista de la ciudad. Las grandes casas mayoristas que tra-
bajan con el interior del país tienen, como se sabe, una red de agentes o vendedores
que las mantienen continuamente informadas. Formulan así sus propias estimacio-
nes y en función de ellas, a su vez, realizan sus pedidos a las industrias del país o a
los importadores. si ellos no actúan directamente como tales. Tanto los mayoristas
como los industriales e importadores saben por experiencia que las variaciones de
la demanda de la campaña son un síntoma de variaciones de la demanda general en
todo el país. No esperan a que las exportaciones aumenten o disminuyan para aco-
modar a ello el ritmo de sus propios negocios. sino que proceden continuamente
por estimaciones o conjeturas y van ajustando o reconsiderando de continuo sus ac-
titudes conforme se van presentando los hechos presentes, o van cambiando sus
apreciaciones sobre la perspectiva de los hechos futuros.
En otros términos, la actividad del comercio, la industria y la importación, no
sólo depende en un momento dado de la demanda presente sino de la combinación
de las conjeturas de gran número de personas con respecto a la demanda que está
por desarrollarse.
La fase ascendente del ciclo se caracteriza por una sucesión de conjeturas favo-
rables que abarcan los sectores más importantes de la economía nacional. Esas
conjeturas se basan en hechos presentes. El alza de precios internacionales aumen-
ta el valor de las exportaciones tanto más cuanto mejores resultan las cosechas.
Hay aumento general de la demanda. Las inversiones del exterior la acrecientan
aún más. Crean los ingresos y también el ahorro, esto es aquella parte de los ingre-
sos que no se consume directamente, sean beneficios, sueldos, salarios o entradas
profesionales. Hay camJX) favorable para nuevas inversiones. Este aspecto del ciclo
lo estudiaremos en otro de los capítulos en que hemos dividido nuestro examen.
T<xlo esto estimula la demanda del crédito. Los bancos están preparados para res-
ponder favorablemente pues, como se recordará, sus efectivos crecen con buena
parte del dinero que crean el aumento de las exportaciones e inversiones extranje-
ras. Ello trae consigo la baja del interés bancario. Más aún, cuando el aumento de
efectivos es fuerte y la baja del interés resulta insuficiente para promover las colo-
caciones de dinero que los bancos desean efectuar, ha solido ocurrir en nuestras fa-
ses ascendentes que los bancos compitan fuertemente con ellos para realizar estas
colocaciones ofreciendo facilidades que más tarde han contribuido a agravar los
trastornos de la fase descendente.
Veamos primero cómo se desarrolla este fenómeno en las firmas o empresas
comerciales e industriales cuando experimentan el aumento de la demanda y hacen

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDI11CIOS DEL CICLO ECONÓMICO
339
conjeturas favorables sobre la continuación de este hecho en.la fase ascendente. Al
ocuparnos de la velocidad de circulación del dinero ya hemos visto que en una pri-
mera etapa de la fase creciente de los negocios. las firmas o empresas tratan de em-
plear con la mayor intensidad su dinero disponible para poder afrontar el incremen-
to de la demanda que se está operando o que. calculan que ocurrirá. El aumento en
la velocidad de circulación facilita el desarrollo de las transacciones. Llega un mo-
mento. sin embargo. en que las firmas o empresas se ven precisadas a usar el crédi-
to bancario, o a acrecentar su empleo, si es que ya lo han estado haciendo. Con el
dinero adicional que los bancos les suministran, compran más materias primas y
mercaderías. pagan mayores sueldos y salanos. etc .. a fin de responder a las exi-
gencias de la demanda creciente.
Tanto ese dinero adicional creado por los bancos, como el que las finnas han
puesto anteriormente en circulación, se agrega al incremento de dinero consiguien-
te al aumento de las exportaciones e inversiones. y producen conjuntamente los
efectos que ya conocemos.
Recuérdese que es precisamente el aumento de las exportaciones e inversiones
lo que ha provocado el impulso creciente de los negocios. Cuando la curva se de-
tiene y declina iniciando la fase descendente del ciclo, aquellas finnas y empresas
que habían estado comprando y produciendo para una demanda en aumento. en-
cuentran ahora que la demanda disminuye. Se acumulari entonces existencias exce-
sivas de mercaderías. Es necesario ir reduciéndolas a fin de pagar los créditos ban-
carios. Las firmas o empresas no tienen otra forma de conseguirlo que restringir su
producción o sus compras de mercaderías más abajo de lo que decrecen sus ventas.
En otros términos, la contracción de los pagos en concepto de compras de mate-
rias primas, mercaderías, sueldos o salarios, es más intensa que la de las entradas
que perciben por las nuevas ventas que realizan. En esta forma van liquidando sus
créditos bancarios. Lo cual significa que el dinero correspondiente no vuelve a sa-
lir a la circulación sino que se reabsorbe por los bancos. A la creación anterior de
dinero adicional sucede ahora su reabsorción. Las consecuencias son lógicamente
opuestas -al acrecentarse el dinero se engendran nuevos ingresos y aumentan las
importaciones; y al contraerse disminuyen los ingresos y las importaciones. ·
Si la declinación de las ventas continúa y las filmas o empresas han podido ali-
viar lodos sus compromisos bancarios. el proseguir la liquidación de existencias les
permitirá recuperar aquel dinero disponible propio que habían empleado al comen-
zar la fase ascendente. La actitud que sigan en este punto dependerá en gran parte
de factores psicológicos, del optimismo o pesimismo con que se vean las perspecti-
vas del mercado.
En síntesis, en la fase ascendente. las firmas o empresas emplean más intensa-
mente su propio dinero disponible y recurren al dinero nuevo de los bancos para

340
RAÚL PREBISCH
comprar materias primas o mercaderías e ir pagando mayores cantidades de suel-
dos o salarios. etc .. para responder a las mayores ventas. Dilatan sus inversiones de
pronta liquidación. En la fase descendente. cuando las ventas disminuyen. contraen
sus inversiones de pronta liquidación.
Aquí llegamos a nuestro punto imp011ante. Si las inversiones son de pronta li-
quidación, la contracción se consigue disminuyendo la producción o las compras.
Pero si el dinero nuevo de los bancos se ha empleado no sólo en ello sino también
en inversiones de lenta liquidación -en adquisición de nuevas máquinas. en exten-
der las construcciones. en ampliar el capital fijo- la contracción del crédito no
puede realízarse fácilmente. Y si los bancos. movidos por el pesimismo o ta des-
confianza que toma impulso en la fase descendente, o forzados por la disminución
peligrosa de sus efectivos. según veremos. se proponen recuperai" esos créditos.
aunque sea parcialmente, sólo les queda el camino de forzar la liquidación no ya de
las existencias -que en tal caso no resolverá el problema- sino de las mismas fir-
mas o empresas. Volveremos más adelante sobre este punto importante.
6. LA REDUCCIÓN DE LOS INGRESOS DEL SECTOR AGROPECUARIO
Y LA CONTRACCIÓN DEL CR('.DITO EN LA FASE DE DESCENSO
Mientras tanto averiglie111os qué sucede en la fase descendente con los présta-
mos otorgados a los productores agrarios. Vamos a considerar cuatro casos
típicos de imestro país. a saber: priIBero. baja de los precios de los granos; segun-
do. baja de los precios acompañada de malas cosechas; tercero. baja de los pre-
cios unida a fue11e restricción de los mercados exte1iores con la consiguiente acu-
mulación de existencias en nuestro país: y cuarto. baja de los precios y exceso de
oferta de ganado.
Todos estos casos, como se ve, tienen un elemento común: la baja de los pre-
cios internos provocada por la de los precios internacionales. Esta es el resultado
de la disminución de la demanda que acompaña al descenso cíclico de los grandes
países y que se extiende rápidamente al resto de los países. Esto basta para hacer
descender los precios. Y si a ello se agrega el crecimiento excesivo de la produc-
ción. la baja resulta mucho más intensa. como es lógico. Hay muchos otros casos
similares cuya consideración nos demoraría demasiado sin mayor ventaja para
nuestra explicación general del proceso cíclico.
En el primer caso. si la baja de precios es intensa, el productor encuentra difi-
cultades pm·a atender regularmente sus créditos. El circuito de crédito se interrum-
pe por la fuerza de las circunstancias. No puede cerrarse en la producción rural.
como es posible hacerlo en el comercio y las industrias en desmedro del nivel de

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
341
ocupación. Los bancos y el comercio de campaña tienen que esperar necesariamen-
te un cambio favorable en las circunstancias.
El segundo caso es el primero agravado por la pérdida total o parcial de las co-
sechas. El descenso cíclico adquiere entonces más profundidad y la inmovilización
del crédito es más intensa y general.
El tercer caso, en que la baja de precios va acompailada de una acumulación de
existencias de granos, tiene más aparente similitud con la que ocurre en las firmas
comerciales o industriales. Esto ha llevado a ciertos ortodoxos a preconizar el mis-
mo remedio: restringir la producción a fin de poder vender las existencias acumula-
das. No creo, en verdad, en la bondad de un régimen en el que haya que recurrir
periódicamente a liquidaciones en masa -con todo el sufrimiento social que com-
porta- para restablecer el equilibrio. Menos aún en el caso de la agricultura por
las particularidades que presenta. En efecto, el volumen de la producción industrial
es el resultado de la deliberación, de la determinación de los empresarios. No suce-
de así en la producción agrícola; el área sembrada lo es desde luego; pero el volu-
men de la producción depende de factores meteorológicos incontrolables. Por lo
tanto es muy natural que el agricultor, aunque haya existencias invendibles de gra-
nos, trate de sembrar como antes pues la experiencia le enseña que una mala cose-
cha puede venir inesperadamente y permitirle la liquidación de esas existencias.
Hay un ejemplo reciente que tiene gran significado para nuestro país. Como es
sabido, a partir del año 1939, el Estado tuvo que volver a comprar las cosecha'> de
maíz. Las cosechas eran excesivas y la demanda mundial disminuyó primero por el
descenso cíclico y luego por la guerra. La acumulación de existencias, financiadas
con dinero nuevo de los bancos, llegó a cifras impresionantes y aumentaba año tras
año. Naturalmente, si el Estado no hubiese adquirido el maíz, los precios habrían
bajado a tal punto que se habría dejado de sembrar según aquel remedio que algu-
nos preconizaban. Pero el desastre que ello había traído para la campaña y la grave
repercusión sobre las actividades económicas, la fuerte reducción de los ingresos
de la colectividad, determinaron la compra de las cosechas. Pero como los agricul-
tores seguían sembrando como antes, pues ellos vendían su cosecha y el Estado no,
llegó a decirse en un momento a los agricultores que sólo se les compraría el maíz
que produjesen en w1a superficie menor que la acostumbrada. Felizmente éstos no
oyeron la recomendación ni hubo oportunidad de lamentarlo pues en 1942 fracasó
la cosecha y a la abundancia siguió la escasez. En nuestros dos últimos ciclos se
acumularon por primera vez en el país grandes existencias de granos invendibles.
Esa política fue parte de la experiencia anticíclica que la Argentina inició a raíz de
la crisis mundial. Ha habido errores, faltas y complicaciones burocráticas. Pero la
experiencia encierra, a mi juicio, elementos muy útiles para formular las bases de
nuestra política anticíclica.

342
RAúL PREBISCH
Retornando a nuestro punto, aparte de lo que la experiencia enseña al agricultor
acerca de la sucesión de buenas y malas cosechas. debe rellcxionarse en lo siguien-
te. En una empresa industrial o comercial. la producción se hace con el trabajo de
empleados y obreros que el empleador desocupa parcial o totalmente al restringir
la producción. En tanto que gran parte del trabajo de una explotación agrícola se
realiza por el chacarero y su familia y no tendría sentido el provoc:u· la desocupa-
ción de sus propios hijos p~u-a reducir la produccióri siempre que se tenga lo indis-
pensable para vivir.
Nos queda finalmente el caso cu:u·to relativo a la producción de ganado vacuno.
En esta producción se observan ciclos que no tienen necesariamente que coincidir
con el ciclo económico general. Los explic:u·emos brevemente con la advertencia
de que este fenómeno. no obstante su importancia. no ha sido aún debidamente in-
vestigado en nuestro país.
En un momento dado escasea el ganado en relación a la demanda y los precios
suben. Nuestra producción tiene gran int1uencia en los precios del mercado bri-
tánico en virtud del lugar que allí ocupamos. Si la escasez concide con la fase as-
cendente. el alza resulta lógicamente mayor. Pues bien. el alza estimula la produc-
ción. Como en la producción industrial, el volumen también es el objeto de la
deliberación de cada productor. Pero transcurre un tiempo largo entre la determina-
ción de producir y la obtención del producto. Aumentar la producción significa
destinar más terneras a vacas y esperar luego la pm·ición y la transformación del
ternero en novillo listo p~u-a el consumo local o la exportación f1igorífica. Pasan
pues algunos años y mientras tanto la demanda puede haber cambiado. como ocu-
rre con frecuencia. Por otro lado. cada productor procede aisladamente y aunque la
demanda no hubiese cambiado, el volumen de la producción no tiene por qué coin-
cidir con ella. Si ha habido una producción excesiva. como ocmTe con frecuencia
bajo el estímulo de precios altos -tanto más si ha habido facilidades de crédito-
los precios bajan cuando llega al mercado. Y bajan más intensamente si ello coinci-
de con la declinación cíclica de la demanda.
Los precios bajos tienden a desalentar la producción. Disminuye la transforma-
ción de terneras en vacas y aumenta la matanza de vacas. Los efectos.sobre los pre-
cios. sin embargo. tardarán bastante en hacerse sentir pues durante algún tiempo
seguirán afluyendo al mercado los novillos de la producción emprendida anterior-
mente en la fase de optimismo de este ciclo ganadero.
El ganadero y el invernador hacen uso de crédito para extender la produccióri, cré-
dito que les resulta más fácil si ello coincide con la fase ascendente del ciclo eco-
nómico general. De tal manera que cuando sobreviene la baja de precios como la pro-
ducción no puede restringirse rápidamente. como en la industria. o como las compras
en el comercio. la inmovilización de créditos tiende a ser más intensa y más larga.

f'ENóMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
343
El ciclo ganadero obedece pues. por un lado. al tiempo largo que toma el ajuste
de la producción a la demanda -lo cual bastaría para provocarlo- y por otro a los
cambios de la demanda inherente al ciclo econóniico general.
El circuito de crédito es mucho más largo que en la producción industrial. y por
lo tanto tarda mucho más tiempo en producirse el ajuste para llegar a un nuevo
punto de equilibrio entre demanda y producción. una vez que el circuito se ha inte-
rrumpido.
El ejemplo más notable de este fenómeno que yo recuerde lo tuvimos en Ja
postguerra cuando la oferta excesiva de ganado provocada por los altos precios de
la guerra y el lapso subsiguiente de gran bonanza, coincidió con el violento descen-
so cíclico que comienza en todo el mundo en la segunda mitad de 1920.
7. Los PELIGROS DE LA INMOVILIZACIÓN DEL CRÉDITO
Ha llegado ahora el tiempo propicio para hacer algunas reflex:iories sobre los
hechos que hemos venido exponiendo. Nos hemos referido al comienzo a dos tipos
de crédito -el de la pronta liquidación, destinado a facilitar el giro creciente de
los negocios del agricultor, el comerciante y el industrial; y el de lenta liquidación.
cuyos fondos se dedican a inversiones fijas. Podríamos agregar ahora el crédito de
liquidación media que corresponde a la producción de ganado;
En el crédito de pronta liquidación. el dinero nuevo que crean los bancos cuan-
do expanden sus préstamos, promueve el crecimiento de los·ingresos y de las im-
portaciones. pero el circuito se cierra dentro de un breve lapso si, justificadas las
conjeturas. crecen las exportaciones y suministran oro o divisas para compensar las
que se utilizaron con el pago de importaciones e ingresos. que permitieran cancelar
en lós bancos el dinero prestado.
Mientras tanto; allí están las reservas de efectivo de los bancos y de 'Oro y divi-
sas del instituto emisor para hacer frente a las necesidades internas o externas
mientras se va cerrando el circuito.
El circuito del crédito de liquidación media es mucho .más amplio y el sistema
bancario necesita mayores reservas para poder cubrir el lapso de algunos afios que
toma el desarrollo de la producción.
Sucede en uno y otro c~so que. ya sea por el fracaso de las Cost'Chas por el de-
sarrollo del ciclo económico general o de un ciclo particular. el circuito del crédito
se interrumpe y ocurre un fenómeno de inmovilización del crédito que tiende a
propagarse por natural repercusión a otros S<..'Ctores de la actividad económica.
En cambio, en el crédito de lenta liquidaéión, la inmovilización se reduce desde
el momento en que el crédito se otorga por los bancos. No importa la forma. que

344
RAúL PREBISCH
suele ser de documentos a corto plazo: lo esencial es la sustancia. esto es. la aplica-
ción del dinero a inversiones fijas.
Lo mismo puede decirse en general del crédito bancario de que hace uso el Es-
tado. Salvo los casos de créditos estacionales destinados a cubrir el lapso entre el
gasto y las recaudaciones o los créditos que se cubrirán próximamente con el pro-
ducto de emisiones de empréstitos. tales créditos, no obstante que en general revis-
ten la forma de documentos a corto plazo, constituyen en realidad inmovilizaciones
que.tardan años en liquidarse o que no se liquidan nunca pues terminan por incrus-
tarse definitivamente en el activo del sistema de la moneda y los bancos, como lo
explicaremos más adelante.
Véase ahora esta diferencia fundamental para el equilibrio del sistema eco-
nómico. En las inmovilizaciones provocadas por los créditos de lenta liquidación o
los créditos al Estado, el dinero nuevo que sale de los bancos -salvo la parte que
pueda retenerse por el crecimiento a largo término de las necesidades circulato-
rias- no se extingue sino por un incremento correlativo de las importaciones. Pero
no hay contrapartida alguna de exportaciones acrecentadas para cubrir esa<> impor-
taciones, como no sea el fenómeno de crecimiento a largo término de las exporta-
ciones que no ofrece desde luego aporte alguno de oro y divisas en las fases
críticas de descenso cíclico. Hay que hacer uso entonces de las reservas metálicas
preexistentes.
Y aquí llegamos precisamente al punto a que queríamos llegar. Ya dijimos que
cuanto más dinero nuevo haya salido de los bancos en la fase ascendente tanto más
habrán crecido las importaciones y los ingresos de la colectividad y tanto menor la
cantidad de oro y divisas que la fase ascendente habrá dejado para la fase descen-
dente. En consecuencia. tanto más intensa tendrá que ser la restricción del crédito
cuando descienden las exportaciones a fin de que la severa contracción resultante
en la actividad económica comprima las importaciones hasta llegar a un nuevo
punto de equilibrio.
Este es el momento crítico en toda la experiencia monetaria argentina.
La posibilidad de contraer el crédito depende fundamentalmente de la propor-
ción de inmovilizaciones que haya en el activo bancario y de la practicabilidad de
liquidar una parte de estas inmovilizaciones de créditos. Más aún, es precisamente
en las fases de descenso cíclico cuando el Estado suele hacer uso intenso del crédi-
to bancario. según ya lo hemos dicho otra vez, para cubrir su déficit y proseguir
sus obras públicas.
Por otro lado, la mayor o menor posibilidad de contraer el crédito debe relacio-
mu·se a la magnitud de las reservas de oro del instituto emisor, para soportar fue1tes
extracciones. hasta que llegue una nueva fase ascendente. Nunca se sabe cuándo
llegará y qué intensidad podrá tener. Y esta gran incógnita suele influir poderosa-

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
345
mente en la psicología de las autoridades monetaria<> en circunstancia<> de esta natu-
raleza.
·
En efecto. puesto que las inmovilizaciones no permiten que el dinero prestado
por los bancos vuelva a ellos para reabsorberse, ese dinero continúa circulando -
como ya hemos dich~ hasta extinguirse en pago de nuevas importaciones, mien-
tras descienden las exportaciones. El pago de estas importaciones tendrá que hacer-
se con las reservas que tenía el sistema monetario antes de comenzar la/ase ascen-
dente.
pues las acumuladas mielllras éstas se desarrollaba11 servirán para pagar las
importaciones que genere el incremento de dinero provocado por el aumento ante-
rior de ·1as exportaciones que aún quede en circulación.
En consecuencia. las importaciones provocadas por el dinero nuevo que no se
reabsorbe debido a las inmovilízaciones de crédito tienen que pagarse con las re-
servas preexistentes
de oro y divisas, que se tenían antes de comenzar el ciclo. La
seriedad del problema del desequilibrio depende, por lo tanto. de.la relación entre
el monto de las inmovilizaciones de crédito y las reservas preexistentes de oro y di-
visas.
Por esto, cuando en las fases de descenso cíclico en nuestro país el volumen de
crédito no se ha contraído o se ha expandido más bien por efuso del crédito por el
Estado. por el incremento de préstamos oficiales que se agregaban a las de créditos
inmovilizados en la actividad económica privada que venían de la fase ascendente.
el desequilibrio consiguiente en el balance de pagos ha afectado en tal forma a las
reservas del instituto emisor y al efectivo de los bancos. que ha tenido frecuente-
mente que abandonarse el patrón oro. o sea suspenderse la entrega de oro contra el
dinero que querrá canjearse por él para realizar pagos al exterior~
Este ha sido. a mi juicio. el elemento fundamental de nuestros fracasos moneta-
rios, sin desconocer. por cierto, el papel circunstancial de otros fenómenos que,
como la especulación y la fuga del peso. han solido agravar nuestras vicisitudes
monetarias.
No necesito explicar el mecanismo de este fenómeno pues los movimientos del
cuadro Nº 1 son suficientes para comprenderlo. Recuérdese en él la situación de los
bancos. En la fase descendente sus efectivos sufren considerablemente: por un lado.
no vuelve a ellos el dinero que prestaron debido a las inmovilizaciones; y por otro
lado disminuyen esos efectivos por los cheques que se giran contra sus depósitos co-
rrientes para pagar el excedente de las importaciones y otras remesas al exterior. ·
Algunos bancos, a veces gran parte de ellos. se ven llevados entonces a provocar
liquidaciones, sobre todo si no hay un instituto emisor que les preste dinero para re-
poner sus efectivos. o si el instituto no desea hacerlo para proteger sus reservas me-
tálicas, o si los mismos bancos no quieren hacerlo para liquitar sus riesgos y evitar
mayores quebrantos o para no deber al instituto emisor. Todo esto suele ocurrir.

346
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 1
Balance de pagos
Medio cin·ulantc en pí1blico
.
Ingresos
Exporta·
lmpor·
sin
Depósitos
Réditos
A1ios
dones
lacio·
Saldo
gastar
Billetes
eles.
Saldo
totales
ncs
l
2
3
4
5
6
7
8
a) Crecimiento de exportaciones
2.000
2.000
1.100
1.500
2.600
10.000
II
2.500
2.200
+300
300
1.200
1.700
2.900
11.000
III
3.200
2.600
+600
900
1.400
2.100
3.500
13.000
IV
3.500
3.200
+300
1.200
1.500
2.300
3.800
16.000
b) Decrecimiento de exportaciones
V
3.000
3.500
-500
700
1.300
2.000
3.300
17.500
VI
2.400
3.100
-700
1.100
1.500
2.600
15.500
VII
2.100
2.100
1.100
1.500
2.600
10.500
e) Decrecimiento de exportaciones y e.\\]}(111Si6n crediticia compensatoria
V
3.000
3.600
-600
1.100
1.400
2.300
3.700
VI
2.400
3.100
-700
1.000
1.300
2.300
3.600
VII
2.100
2.700
-600
700
1.200
2.100
3.300
Vlll
2.000
2.600
-600
300
1.200
1.700
2.900
d) Decrecimiento de exportaciones y expansión crediticia exagerada
V
3.000
3.800
-800
1.200
1.400
2.400
3.800
VI
2.400
3.500
-900
1.200
1.300
2.500
3.800
VII
2.100
2.900
-800
1.000
1.200
2.400
3.600
VIII
2.000
2.800
-800
700
1.200
2.100
3.300

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMJCO
34 7
Cuadro N2 1 (continuación)
Banl.'o Central
Banl.'os l'Omcrdales
Oro y
Prés-
BHI.
Prés-
Corrien-
De
Años
divisas
tamos
y
Efel'tivo
tamos
les
ahorn)
Total
oblig.
9
10
11
12
13
l.&
15
16
a) Crecimiento de exportaciones
l.800
1.800
700
l.800
1.500
l.000
2.500
1
2.100
2.100
900
1.900.
1.700
1.100
2.800
II
2.700
2.700
1.300
2.100
2.100
1.300
3.400
I1I
3.000
3.000
1.500
2.200
2.300
1.400
3.700
IV
h) Decrecimielllo de exportaciones
2.500
2.500
1.200
2.100
2.000
1.300
3.300
V
1.800
1.800
700
1.900
1.500
1.100
2.600
VI
1.800
1.800
700
1.900
1.500
1.100
2.600
VII
e) Decrecimielllo de e.,portacio11es y expa11sió11 crediticia compe11satoria
2.400
2.400
1.000
2.600
2.300
1.300
3.600
V
1.700
100
1.800
500
3.100
2.300
1.200
3.500
VI
1.100
600
1.700
500
3.400
2.100
l.200
3.300
VII
500
1.200
1.700
500
3.600
l.700
1.200
2.900 VIII
d) Decrecimie1110 de exportacio11es y expa11sió11 crediticia exagerada
2.200
-
2.200
800
2.900
2.400
1.300
3.700
V
1.300
500
1.800
500
3.700
2.500
1.200
3.700
VI
500
1.200
1.700
500
4.300
2.400
1.200
3.600
VII
-300
2.000
1.700
500
4.800
2.100
1.200
3.300 VIII

348
RAÚL PREBISCH
8. EL REMEDIO ORTODOXO DE LA LIQUIDACIÓN DE ACTIVOS EN MASA ACENTÚA
LA INTENSIDAD DE LOS PERÍODOS DE DEPRESIÓN
Sí la liquidación de las existencias de mercaderías y ganado no resultan sufi-
cientes se recurre a la liquidación de firmas o empresas con créditos inmovilizados.
Entre los créditos que han servido para inversiones fijas, ya sea en la producción
rural, la industrial y las construcciones. el comercio y los transportes, los hay bue-
nos y malos. Pero las consecuencias monetarias son las mismas y unos y otros
acentúan el desequilibrio del balance de pagos y la declinación del efectivo de los
bancos.
A veces estas liquidaciones adquieren gran intensidad, como ocuni.ó en el vio-
lento descenso del ciclo de 1926-1933 que estudiaremos a su tiempo. Empresas efi-
cientes fundamentalmente sanas fueron liquidadas, lo mismo que otras malas, por-
que no podían hacer frente a vencimientos de documentos cuyo producto se había
dedicado a inversiones fijas y que los bancos renovaban de contín!IO mientras los
negocios iban bien.
Los graves trastornos que presenciamos en esos tiempos constituyeron luego
uno de los factores determinantes de la creación del Banco Central. Pero esto no
basta, el Banco Central es un instrumento eficaz para una política anticíclica pero
también puede no seguirla y aplicar una política ortodoxa de severa contracción del
crédito y de liquidación en masa de productores y empresas, como muchos reco-
mendaban en aquella severa crisis y han seguido recomendando después a fin de
mantener o restablecer el patrón oro o desembarazarse del control de cambios.
Dentro del concepto del patrón oro y del designio de protegerse a sí mismos por
los medios a su alcance sin reparar en los efectos generales, comprendo muy bien
que un banco -si no hay una política anticíclica seguida por el instituto emísor-
recurra a la liquidación de los otros para aliviar su propia situación. Pero lo que
nunca he comprendido es que pretenda erigirse esa política lamentable en doctrina
científica -como muchas veces se ha hecho- y sostener que esa liquidación es
un saneamiento severo pero indispensable para eliminar los ineficientes o los im-
prudentes y restablecer con ello el equilibrio.
Conviene a la colectividad que una explotación o empresa comercial o indus-
trial ineficiente, mal organizada o manejada, pase a otras manos más hábiles o res-
ponsables. Pero esos casos individuales que ocurren de continuo son distintos de
los casos generales que acontecen en la fase de descenso cíclico cuando declina la
demanda y las empresas y productores eficientes también suelen verse implicados
en dificultades de crédito, que, sí no son tan serías como las de los ineficientes.
suelen conducir también a liquidaciones forzadas. Pierde entonces la colectividad
una cantidad valiosa dé aptitudes y experiencia.

FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO ECONÓMICO
349
Una política anticíclica no basta, por cierto, para corregir estos males. Es indis-
pensable prevenirlo evitando las extralimitaciones en el uso del crédito de lenta li-
quidación, pero sin caer en el extremo de frenar el espíritu de empresa y de asumir
riesgos, que es esencial para el desarrollo del país.
Nos hemos referido una vez más al abandono del patrón oro pero no hemos ex-
plicado aún lo que ocurre después. Lo haremos al terminar la explicación del ciclo
por razones de método. El abandono del patrón oro es la consecuencia del desequi-
librio en el balance de pagos. La moneda se deprecia y se encarecen las importa-
ciones; ello propende a restablecer el equilibrio siempre que la expansión del crédi-
to no continúe. Si continúa, la moneda continúa depreciándose y la inflación
adquiere caracteres de extrema gravedad.

112
EL COEFICIENTE DE EXP ANSION*
SÍNTESIS DE LOS FENÓMENOS MONETARIOS Y CREDITICIOS DEL CICLO
De todo lo que venimos diciendo desde nuestras primeras clases se desprende
que el problema fundamental del ciclo es el siguiente: un determinado incremento
en las exportaciones o inversiones de capitales extranjeros provoca una expansión
de mayor amplitud en la actividad económica interna y en el volumen de ingresos:
lo mismo que una disminución en aquéllos trae consigo en éstos una contracción,
también de mayor magnitud.
Hasta este momento, por razones elementales de método. hemos ido estudiando
separadamente cada uno de los elementos de nuestro problema. Ahora ha llegado
la oportunidad de combinar esos elementos y de hacer una síntesis de nuestra expo-
sición para lo cual procuraremos calcular un coeficiente de expansión que nos per-
mita medir la intensidad con que un determinado incremento de ingresos produce
esos efectos.
Este coeficiente de expansión que deseo explicar relativo al ciclo económico
tiene una aparente similitud con otro coeficiente que Lord Keynes ha calculado en
uno de sus libros 1 y que se ha vulgarizado con el nombre de "multiplicador". Pri-
mero voy a exponer el coeficiente nuestro y luego consideraré el multiplicador de
Keynes. pero haré la advertencia previa de que llegamos a esta fórmula para apo-
yru· nuestro razonamiento y no para prescindir de él. como suele ocun-ir con fre-
cuencia con el uso de las fó1mulas.
Uno y otro reposan sobre una teoría sustancialmente distinta. Es posible que
mis ideas en esta materia tengan alguna parte de originalidad, resultante de mi ob-
servación de la realidad argentina y de la-reflexión sistemática que sobre ella vengo
haciendo. Lo digo para que se extreme el juicio crítico en quienes me escuchan.
por curu1to entre los que asisten a estos cursos hay algunas personas versadas en las
* N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos en la Argentina. Fa~cículo Nº 7. págs. 86-103.
impreso el 25 de octubre de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108 ).
1
Teoría general de la acupación. el interés y el dinero. Hay traducción castellana publicada por
el Fondo de Cultura Económica de México.

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
351
teorías de Lord Keynes a las cuales yo someto en crítica mis propias ideas, dis-
puesto a enmendarlas o modificarlas si de la discusión resultaran razones suficien-
tes para ello.
l. El cojiciente de expansión
Vamos a suponer un país cuyo sistema económico interno y balance de pagos
estén en equilibrio: que realice 100.000 millones de transacciones al año. las que
dan lugar a 10.000 millones de ingresos netos. y que disponga de un promedio
anual de dinero de 3.333 millones. o sea que para realizar aquel volumen de tran-
sacciones el dinero ha debido cambiar treinta veces de manos por año. Y como el
total de ingresos es la décima parte del volumen total de transacciones resulta que,
en término medio, cada unidad de moneda ha servido para mover tres unidades de
ingresos en el curso del año.
Por simple deducción hemos llegado a esta cifra de 3. que se explica mejor con
el siguiente razonamiento: téngase presente nuestros cuadros de las primeras clases
y recuérdese cómo unos ingresos van gastándose y transformándose en otros den-
tro del proceso circulatorio.
Supongamos que haya un incremento de 100 millones en las inversiones entra-
bajos públicos. por ejemplo. y que esos 100 millones hayan sido pagados
íntegramente a empleados y obreros.
Aun cuando esos ingresos se gasten íntegramente por los empleados y obreros.
no pasarán de irnnediato a otros miembros de la colectividad sino que transcurrirá
un cierto tiempo. por cuanto el gasto no es instantáneo. Supongamos que se dedi-
que una parte de ese dinero a adquirir mercade1ias en el comercio minorista. el que
aumentará así sus ingresos. Una parte de éstos corresponderá a sus propios benefi-
cios: otra a los ingresos de sus empleados: y el remanente pasará en la otra etapa
circulatoria al comercio mayorista. en el cual una parte quedará como beneficios y
otm pasará a los importadores. productores. industriales. y así sucesivamente. Unos
ingresos se transforman en otros pero el proceso de transformación tarda cierto
tiempo. La transformación es más o menos lenta. según los usos y costumbres mo-
netaiias de la colectividad.
Así es como esos IOO millones originarios de incrementos en los ingresos se
transformarán en nuevos ingresos en el curso del tiempo. r.asando por un volumen
muy superior de transacciones. En nuestro ejemplo. pam producir 10.000 millones
de ingresos ha sido necesario mover 100.000 millones de transacciones. Luego po-
demos suponer que. en término medio. en cada etapa circulatoria de los ingresos ha
habido un volumen de transacciones 10 veces mayor. Y como para mover un total

352
RAÚL PREBISCH
de 10.000 millones de ingresos se necesitan 3.333 millones de dinero. se sigue que
ese dinero se ha movido como ingreso tres veces. o sea que en el año unos ingresos
se han transfo1mado en otros ingresos tres veces.
Si suponemos que en dicho país el coeficiente de importaciones es de 20%. de
ese incremento de ingresos de 100 en la primera etapa circulatoria 80 se dedicarán
a comprar artículos y servicios de la actividad económica interna y 20 a importa-
ciones; en la segunda etapa quedan 80 de los cuales 16 se dedican a la importación
y 64 a la actividarl interna. y así sucesivamente. según se ve en el cuadro Nº l.
Si en el año el incremento ha circulado tres veces, pero disminuyendo en cada
vez. los 100 originarios de incremento de ingresos se habrán transformado en 244
millones de incremento de ingresos; o sea que la cifra originaria se ha multiplicado
por 2.44. Esto sería lo que Keynes llama "multiplicador", es decir. el número de
veces que un determinado incremento se expande en el sistema económico.
Cuadro Nº 1
Etapas
Incrementos
Gasto de los ingresos
de ingresos
Actividad
Importaciones
Primera
100.0
80.0
20,0
Segunda
80,0
64.0
16.0
Tercera
64.0
51,2
12,8
-
Total del
primer año
244.0
195,2
48,8
Primera
51.2
41,0
10,2
Segunda
41.0
32.8
8,2
Tercera
32.8
26.2
6.6
Total del
segundo año
125.0
100,0
25,0
Al final del primer año. l<J5.2 mi1101\\es de los 244,0 millones de ingresos crea-
dos se han gastado en la actividad interna. y el resto de 48.8 millones ha ido a la
importación. Quedan pues sólo 51.2 millones de aquellos 100 millones originarios.
Este remanente seguirá circulando en la misma forma, si no se alteran la velocidad

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
353
de circulación y el coeficiente de importaciones. El total de ingresos de este segun-
do año será así el 51,2 x 2,44, o sea 125 millones. Y así sucesivamente podría con-
tinuarse calculando el volumen adicional de ingresos a crearse en cada afio. hasta
que la impmtación absorba íntegramente una cantidad igual a los 100 millones ori-
ginarios.
Pero nuestro ejemplo considera un sistema económico abierto. ¿Cuál sería el
coeficiente de expansión en un sistema ceITado? Si la velocidad de circulación de
los ingresos es también de tres. el coeficiente sería tres, es decir que en un año los
100 millones de incremento de ingresos circularían tres veces sin que parte alguna
se cancele o absorba por la importación y generarían 300 de ingresos.
De todo ello se desprende que en cualquier sistema económico, abierto o cerra-
do, el coeficiente de expansión está limitado por la velocidad de circulación de los
ingresos, o sea por el ritmo con que unos ingresos se transforman en otros en el
proceso circulatorio de la colectividad. Nótese que no hay ahoITo alguno en los sis-
temas que hemos considerado, y sin embargo el coeficiente está limitado.
2. Dos esquemas sobre el desarrollo de los fenómenos monetarios
y crediticios del ciclo

Con la ayuda del coeficiente de expansión de 2,44 vamos a desanollar un ejem-
plo muy esquemático sobre la expansión y contracción del sistema en las fases de
prosperidad y de depresión (cuadro Nº 2).
Supondremos que el equilibrio del sistema se perturba por el aumento de la'> ex-
portaciones. Estas que eran de dos mil millones en el primer año (de equilibrio) pa-
san a 2.300 en el segundo, 2.700 en el tercero y 3.000 en el cuarto. o sea 50% más
que en el primero. ¿En cuánto se habrá expandido el total de ingresos en este año?
Tendremos que aplicar el coeficiente año por año. Los 300 de incremento de ex-
portaciones que ocuITen en el segundo con respecto al primero expanden los rédi-
tos en 732 millones, o sea 2,44 veces más, de los cuales 146,4 millones se gastan
en importaciones (20%). De los 300 originarios de incremento queda pues un re-
manente de 153.6 millones que pasa al tercer año y se agrega al incremento de 700
millones que vuelven a tener las exportaciones. La nueva cantidad de 853,6 millo-
nes. de dinero expande los ingresos. aumenta las importaciones y así sucesivamente
como puede observarse con claridad en el cuadro citado.
En el cuarto año se llega al máximo en la fase ascendente. El incremento de
1.000 en las exportaciones con respecto al primer año más el remanente de dinero de
los años anteriores provocan una expansión de 3.506,3 en los ingresos. o sea un 35%
de aumento en relación a los 10.000 millones a que ascendían en el primer año.

354
RAliL PREBISC!l
Las importaciones. en virtud de la forma en que se realiza el proceso circulato-
rio. han crecido con menor intensidad que las exportaciones. Se han ido acumulan-
do así saldos positivos en el balance de pagos que aumentan las tenencias de oro y
divisas y que son iguales al remanente de dinero a fin de cada año pues no se ha
creado dinero nuevo por los bancos.
Sobreviene ahora el descenso cíclico. A partir del quinto año las exportaciones
bajan y el incremento con respecto al primer año se va reduciendo hasta extinguir-
se en el séptimo. A estos incrementos cada vez menores sigue agregándose el re-
manente de dinero de años anteriores. Comprobamos así numéricamente lo que
tantas veces hemos señalado: que en la fase descendente las importaciones descien-
den con menos celeridad que las exportaciones. En esta forma se va consumiendo
el remanente de dinero o. lo que es lo mismo en este caso. el oro y las divisas pro-
venientes de los saldos positivos de la fase precedente.
Al terminar el séptimo año queda aún un remanente de 255.6 millones que pa-
sará al año siguiente. Para su total extinción serían necesarios aún algunos años.
Pero mientras tanto ¡x)drían volver a v;U"iar las exportaciones. Se tiende. pues.
constantemente hacia el equilibrio pero es muy improbable que pueda ser alcanza-
do en la realidad porque intervienen de continuo nuevos factores de perturbación.
Ahora vamos a complicar nuestro ejemplo suponiendo que varía la velocidad
de circulación y que el sistema bancario crea dinero nuevo que se agrega al prove-
niente del incremento de las exportaciones.
Si se reflexiona en nuestra explicación de la velocidad de circulación. se com-
prende que ésta aumenta cuando el dinero inactivo en manos de las firmas o em-
presas en épocas de escasa actividad. comienza a salir en forma creciente a la cir-
culación en pago de sueldos. salarios. cte .. apenas comienza a desarrollarse la fase
ascendente de los negocios. El dinero aparece cambiando más veces de manos. no
porque se haya alterado necesariamente el ritmo de pagos y cobros de las firmas o
empresas. sino porque va saliendo a la circulación el dinero antes inactivo. El rit-
mo de cobros y pagos depende fundamentalmente de las costumbres de las firmas
o empresas. de la población en general. por lo que nos parece más probable que el
papel más importante en el desarrollo cíclico lo desempeñe la cantidad de dinero
inactivo que varía según las circunstancias.
Por esta razón. supondremos que se incorpora a la circulación una parte de
a4ucllos 3.333 millones de dinero que antes estaba inactivo en las firmas o empre-
sas e individuos. Así aparecen 100 millones en el tercer año y 200 en el cuarto.
Además. consideraremos que los bancos ponen en circulación 150 millones de di-
nero nuevo en el tercer año y 250 millones en el cuarto. aprovechando el creci-
miento de efectivo causado por la entrada de oro y dívisas. 2
,
- No necesitamos. desde luego. volver a explicar la mecánica de estos movimientos pues ya lo hici-
n10:-. <intcritlnnente.

Cuadro N2 2
Dinero remanente
Incremento
Incremento de
Saldo del
Incremento de
Años
de años
Total
de
importaciones
balance de
Acumulación
exportaciones
anteriores
ingresos
(20%)
pagos
de oro y divisas
11
300
-
300,0
732.0
146,4
153,6
153,6
III
700
153,6
853,6
2.082.8
416.6
283,4
437.0
IV
1.000
437,0
1.437,0
3.506,3
701.3
298,7
735.7
V
600
735.7
1.335,7
3.259,1
651,8
- 51.8
683.9
~
VI
300
683,9
983.9
2.300,7
460,1
- 160.1
523.8
~
g
VII
-
523,8
523.8
1.278,1
255.6
- 255,6
268.2
:J
2.631.8
~
Cuadro N2 3
;.:.:
Incremento
~
Incremento Cin:ulación
Incremento
Dinero
Incremento
Saldo
Acumula· Remanente
total de
Incremento
z
de importa-
Años
de exporta-
de dinero
'J)
total de
de
del balance
clón de oro
de
inactivo
nuevo
dinero
ciones
ciones
dinero
de pagos
y divisas
dinero
(acumulado)
ingresos
º'
(20%)
-~
11
300
-
-
300
-
732.0
146,4
153,6
153,6
153,6
III
700
100
150
950
1.103.6
2.692,8
538.6
161,4
315,0
565,0
IV
1.000
200
250
1.450
2.015.0
4.916.6
983.3
16,7
331.7
1.031,7
V
600
- 100
- 50
450
1.481.7
3.615.3
723,0
- 123,0
208,7
758,7
VI
300
- 100
- 50
150
908,7
2.216.2
443,2
- 143.2
65,5
465.5
VII
-
- 100
- 50
-150
315,5
769,8
154,0
- 154,0
- 88.5
161,5
2.988.5
·~
._,,

356
RAÚL PREBISCH
Con estos nuevos elementos hemos formado el cuadro Nº 3. En la primera co-
lumna figura el incremento de dinero proveniente de las exportaciones: en la se-
gunda, el de la incorporación de dinero inactivo: y en la tercera. de la dilatación del
crédito bancario. La suma de las tres columnas nos da el incremento total de dinero
en circulación que ocurre en cada año (cuarta columna), a lo cual se agrega el re-
manente de dinero que pasa del año anterior (quinta columna). Aplicando a cada
año el coeficiente de expansión, se obtiene el correspondiente incremento de ingre-
sos el cual. multiplicado por el coeficiente de importaciones, nos da el valor de és-
tas. según se observa en las otras columnas del cuadro.
Adviértase cómo el total de ingresos crece más intensamente que en la fase as-
cendente del primer caso en virtud de la incorporación de dinero antes inactivo y
de dinero nuevo al proceso circulatorio de los ingresos. En el año IV, de máxima.
han crecido en 4.916.6 o sea en 49,2% con respecto al punto de partida. mientras
que en el primer caso el crecimiento había sido de sólo 35,0%.
Las imp011aciones crecen también con mayor rapidez y los saldos positivos
son. por lo tanto, menores que en el primer caso. (En el cuadro Nº 4 pueden obser-
varse las cifras pertinentes.) A fines del cuarto año, el incremento de oro y divisas
es de 331.7 millones contra 735.7 millones en el primer caso. Esta vez el incremen-
to de oro y divisas no coincide con el remanente de dinero a causa de la creación
de dinero nuevo.3
Pero si bien es más intensa la expansión de la actividad económica y del total
de ingresos en la fase ascendente en este caso con respecto al primero. también lo
es la contracción subsiguiente. En efecto, del máximo de 4.916.6 millones a que
llegan los ingresos en el cuarto año. s~ baja a 769,8 millones en el séptimo. mien-
tras que en el primer caso se desciende de 3.506.3 millones a 1.278.1 millones.
Esto se explica por la más intensa dilatación y contracción del dinero en el segundo
caso con respecto al primero. Por lo que respecta a la dilatación. ya sabemos las ra-
zones. En cuanto a la contracción. es también más intensa porque. por un lado.
conforme se encoge el volumen de las transacciones. va retornando a la inactividad
el dinero que antes se había incorporado a la circulación y por otro lado. se contrae
el crédito que antes se había expandido; pero no por completo: de los 400 millones
de dinero nuevo que se habían creado en la fase ascendente, suponemos que sólo
se reabsorben 150. quedan pues inmovilizados 250 millones. Véase ahora cómo se
comprueba lo que dijimos en clases anteriores: que la contracción no es total.
3 El dinero inactivo ya estaba respaldado por oro y divisas· antes de la iniciación del proceso.

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
357
CuadroN11 4
Primer raso
Segundo raso
En todo el delo
Incremento total de exportaciones
2.900.0
2.900.0
Incremento total de importaciones
2.631,8
2.988,5
Al tenninar
Remanente de dinero
268.2
161,5
Remanente de oro y divisas
268.2
- 88.5
En el primer caso al temlinar el ciclo el séptimo año. queda aún un remanente
de dinero. igual al remanente de oro y divisas. pues el incremento de las importa-
ciones. en virtud de la índole del proceso circulatorio, no ha tenido tiempo de ab-
sorber por completo el de las exportaciones; pero el remanente seguirá circulando
y se completará el proceso aunque confundido con otras variaciones que sobrevie-
nen en la realidad. según ya anotamos. En el segundo caso. el incremento de las
importaciones es superior en 88,5 millones al de las exportaciones a causa de que
en la fase descendente no se ha reabsorbido todo el dinero nuevo debido a la inmo-
vilización del crédito. Se ha debido hacer uso por ello de las reservas preexistentes
de oro y divisas. Así se cancelan 88,5 de los 250 millones de dinero que quedaron
en circulación por la inmovilización; los 161,5 de remanente seguirán circulando
hasta extinguirse completamente por el pago de nuevas importaciones con oro y di-
visas de aquellas reservas preexistentes.
Ha de observarse que. si bien hemos atribuido al dinero inactivo que sale a la
circulación y luego retoma el papel de contribuir primero a la mayor dilatación de
los ingresos y las importaciones y, luego. a su mayor contracción. no lo tomamos
en cuenta en el resultado final por cuanto retorna todo lo que ha salido. No sucede
así con el dinero nuevo proveniente de la expansión del crédito por cuanto cierta
cantidad se inmoviliza.
Si suponemos que las reservas de oro y divisas antes de comenzar el ciclo.
cuando el sistema económico estaba en equilibrio, llegaban a 1.666 millones, o sea
el 50% del dinero en circulación. los 88,5 millones perdidos y lo que se perderá
por la inmovilización de los 250 de crédito, no representan por cierto una cantidad
que pueda afectar el mantenimiento del patrón oro. La organización monetaria de
un país sujeto a grandes fluctuaciones exteriores, tiene que tener reservas suficien-
tes para hacer frente a estos fenómenos hasta que un nuevo ascenso cíclico pennita
la liquidación de los créditos inmovilizados.

358
RAÚL PREBJSCH
Pero si la inmovilización es mayor debido a la intensidad con que actuán los
factores exteriores sobre nuestra economía. o a la impmdente gestión de los ban-
cos. o al uso excesivo de crédito bancario por el Estado. ya sea en la fase ascenden-
te o más bien en la descendente. como suele ocmTir. la contracción del dinero nue-
vo será menos fuerte. o en lugar de ~lla habrá expansión y el desequilibrio del
balance de pagos podrá adquirir tal seriedad que obligue a abandonar el patrón oro.
según lo dijimos en otras oportunidades.
No creo necesario hacer nuevos ejemplos numéricos para que se comprendan
estos fenómenos. Sin embargo. recomendaría hacerlo a quienes quieran familiari-
zarse con ellos. pues estos cálculos y sus resultados obligan a pensar con más pro-
piedad y eficacia.
Todo esto no es sino un simple instrumento para indagar mejor lo que ocurre en
la vida real y tratar de explicar sus complejos fenómenos. Pero no hay que perder
de vista la realidad ni las premisas o condiciones o supuestos sobre los que se ba-
san y caer en interpretaciones mecánicas que resulten peligrosas.
Cuando suponemos. por ejemplo. que el coeficiente de importaciones es de
20% al comenzar el ciclo. debemos tener en cuenta la posibilidad de que aumente
en la fase ascendente y contribuya así a atenuar la amplitud del crecimiento de la
actividad económica. Lo mismo tendríamos que decir acerca de todos los otros ele-
mentos que entran en nuestro problema.
3. Diferencia entre el multiplicador de Keynes y nuestro coeficiente de expansión
Al comenzar nuestra exposición dijimos que el coeficiente de expansión que
hemos calculado difiere del multiplicador de Keynes. no obstante su aparente simi-
litud.
Nuestro concepto es el siguiente: un incremento dado de ingresos provoca un
crecimiento de mayor amplitud en el total de ingresos: pero este crecimiento está
limitado. en 1111 determi11ado tiempo por dos elementos: por el número ele veces que
el dinero cambia de manos para producir tales ingresos y por la cantidad ele dinero
que se pierde en cada cambio en el pago de importaciones.
La idea fundamental de Keynes puede resumirse así: un incremento dacio en las
inversiones provoca un crecimiento de mayor amplitud en el total de ingresos: cre-
cimiento que podría ser indefinido si no estuviera limitado por el ahorro. Conforme
crecen los ingresos tiende a disminuir la propensión a consumir y a aumentar la
propensión a ahorrar.
Supóngase que del aumento de ingresos provocado por un incremento origina-
rio de lOO millones en las inversiones se ahorra el 20%. En tal caso los ingresos

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
359
sólo podrán crecer hasta 500 o sea la cantidad que permita ahorrar una cantidad
igual al incremento originario de il11•ersio11es. El multiplicador es 5. si la propen-
sión a ahorrar fuera de 40% el multiplicador sería 2,5; y si la propensión a ahorrar
fuera de 10%. el multiplicador sería JO. Cuanto menor sea la propensión a ahorrar,
tanto mayor será el multiplicador. esto es. lafuerza e;i.pansiva de un determinado
incremento en las inversiones. Así. con 2% de ahorro el multiplicador sería 50, con
l %. 100 y sin ningún ahorro. sería infinito. Admite Keynes que ocuffen ciertas fil-
traciones debido a las importaciones pero sólo hace una referencia pasajera a ellas.
Lo que en su concepto constriñe la expansión de Ja actividad económica y conspira
contra la plena ocupación es el ahorro.
Examinemos el punto. Supongamos que esos 100 millones de incremento a que
nos hemos referido se encuentran totalmente invertidos en un momento dado en un
sistema cerrado. sin exportaciones o importaciones. Se encuentran pues transfor-
mados en 100 millones adicionales de sueldos. salarios y otros ingresos en los dis-
tintos sectores de la actividad económica nacional. Supóngase además que el ingre-
so medio por persona adicional ocupada sea de 2.500 al año.
Creados así esos 100 millones de ingresos se irán gastando en adquirir artículos
y servicios producidos en tales sectores. A medida que se gastan se van transfor-
mando a su vez en otras cantidades equivalentes de sueldos, salarios y otros ingre-
sos. Cantidades equivalentes y no menores --como estamos acostumbrados- por-
que en este caso no hay dinero que se pierda en importaciones. Pero esta
transformación de unos ingresos en otros ingresos al gastarse íntegramente los pti-
meros, y de estos en otros y así sucesivamente, tarda un cierto tiempo según lo sa-
bemos. Si suponemos que en un año son tres las transformaciones o etapas circula-
torias, el multiplicador. en la unidad de tiempo mio, será 3 .y los 100 millones
01iginarios de incremento de las inversiones habrán dado un total de ingresos de
300 millones. o sea una ocupación adicional para 120 mil personas.
Retlexiónese en que estas 120 mil personas ya han sido empleadas en la prime-
ra etapa recibiendo los 100 millones originarios de ingresos. Al desembolsar esos
ingresos se demandan mutuamel//e los artículos y servicios que producen. lo cual
mantiene en la segunda etapa el nivel de la ocupación adicional alcanzado en la
primera. y así de etapa en etapa. Naturalmente. no es necesario para ello que la de-
manda en una etapa se dirija a los artículos o servicios producidos por las mismas
120 mil personas en los mismos sectores. Se trata de un sistema cerrado, y si la de-
manda no se dirige allí irá a concretarse en otros puntos dentro del sistema generan-
do ocupación adicional por un monto equivalente al que en otras partes disminuye.
El nivel adicional de ocupación en la unidad de tiempo no podrá elevarse mien-
tras: a) no haya un nuevo incremento de inversiones o gastos, que es lo mismo en
el proceso circulatorio; b) no se acelere el ritmo con que se gastan los ingresos
para transformarse en nuevos ingresos.

360
RAÚL PREBISCH
Si ello no ocurre y si ha habido, digamos, 600 mil desocupados. los 100 millo-
nes de incremento de inversiones o gastos sólo habrán absorbido la quinta parte del
total de desocupados en la unidad de tiempo. Al seguir circulando en los años sub-
siguientes esa cantidad de dinero dará ocupación a la misma cantidad de personas
sin aumentarla. Es claro que si la misma cantidad se va sumando año tras afio lle-
garemos a 600 mil al cabo de cinco afios y la cifra seguirá creciendo indefinida-
mente. Pero ello no modifica en forma alguna la misma cantidad de 480 mil de-
socupados que se mantendrá sin alteración durante esos cinco años. Por más que
continúe en el tiempo el proceso circulatorio. no aumenta más de lo que ya ha au-
mentado inicialmente
la intensidad de la ocupación o actividad económica.
No ha habido ahorro en nuestro ejemplo y sin embargo en vez de un crecimien-
to indefinido de los ingresos y la ocupación. según el supuesto keynesiano. nos he-
mos encontrndo con un multiplicador relativamente bajo resultante del ritmo con
que se transforman unos ingresos en otros. o como quiera llamársele. de la veloci-
dad de circulación del dinero.
Si pasamos de un sistema económico cerrado a otro abierto. menor será aún el
multiplicador pues. como se recordará. en cada etapa una parte de los ingresos. en
vez de transformarse en otros ingresos se transforma en importaciones y deja de
circular. Por ejemplo. con un coeficiente de importaciones de 20%, el multiplica-
dor resulta de 2,44 según hemos visto. aplicado a un multiplicando de 100 en el
primer afio: en el segundo año el multiplicador es el mismo pero el multiplicando
-el remanente de esos 100 de incremento originario de dinero-- se reduce al 51.2
y así sucesivamente hasta agotarse.
Sucede en esta forma que el nivel adicional de ocupación o incremento de acti-
vidad económica logrado en la primera etapa irá disminuyendo de et~1pa en etapa
hasta extinguirse también, a no ser que haya nuevos incrementos de inversiones o
gastos como sucede en la fase ascendente del ciclo económico.
En los varios afias que dura el proceso los 100 millones de incremento de inver-
sión habrán dado un total de 500 millones de ingresos, sumando los ingresos que
percibe año tras año la cantidad decreciente de ocupados adicionales. Si en una hi-
pótesis extrema suponemos que la duración de las etapas circulatorias se abrevia en
tal forma que todo el proceso se efectúa en un año, esos 500 millones de crecimien-
to de ingresos habrán ocurrido en ese año con el consiguiente aumento de la ocupa-
ción. Pero el impulso expansivo se habrá agotado fntegrarnellfe al tenninar el afio
y se volverá al nivel de ocupación y de actividad económica que existía antes del
incremento de gastos o inversiones.
Por lo tanto. por donde se mire aparece limitado el multiplicador sin necesidad
de hacer intervenir el ahorro: en un sistema cerrado sin "filtraciones" provocadas
por las importaciones. lo limita la velocidad de transformación de unos ingresos en
otros: y en un sistema abierto. con intensa velocidad, lo limitan las importaciones.

EL COEFICIENfE DE EXPANSIÓN
361
Dije, sin embargo, en clases anteriores que el ahorro que 110 se invierte dismi-
nuye la intensidad del crecimiento de la actividad económica provocada por un in-
cremento originario de ingresos. Por ejemplo, si en un sistema con un coeficiente
de importaciones de 20%, la propensión a consumir es de 70% y el 10% restante
está constituido por ahorro que no se invierte sino que se atesora en dinero, el mul-
tiplicador en vez de 2.44 será 2,19 según este sencillo cálculo:
CuadroN11 5
Increment.o
Distribución de los ingresos
Etapas
de
Actividad
ingresos
interna
Ahorro
Importaciones
.
Primera
100.0
70,0
10,0
20,0
Segunda
70,0
49,0
7,0
14,0
Tercera
49.0
34,3
4,9
9,8
Total en el año
219,0
153.3
21,9
43,8
La falta de inversión del ahorro es, sin embargo, un fenómeno que puede tener
importancia en ciertos momentos del desarrollo cíclico cuando por desconfianza
hacia cualquier género de inversiones o porque se espera una mejor oportunidad
para invertir, la gente, según la expresión de Keynes, prefiere tener su dinero
líquido en los bancos o. si también duda de los bancos, lo atesora en sus propias ar-
cas o lo atesora en metálico si su desconfianza se extiende también a la moneda. Se
trata, sin embargo, de un fenómeno transitorio que no explica por lo tanto la limi-
tación constante del multiplicador.
Como Keynes no es muy explícito en su libro, no se sabe a ciencia cierta si atri-
buye la limitación del multiplicador al exceso sistemático del ahorro sobre las in-
versiones, o simplemente a la existencia del ahorro. Si se refiere a lo primero, se
necesitaría demostrar con hechos concretos el carácter general y persistente del fe-
nómeno, lo que no se ha hecho en forma alguna. Y si se refiere a lo segundo. el
ahorro no desempeña papel alguno en el multiplicador si es que se invierte.
En efecto, lo que dejan de gastar o consumir los que ahorran, lo gastan los que
lo toman prestado al realizar sus inversiones y hacer consumir a otros.

362
RAúL PREBJSCH
4. El papel del ahorro e11 la teorfa de Keynes
Todo esto tiene gran importancia en la teoría económica y también en la po-
lítica monetaria. Se justifica entonces que le dediquemos algún tiempo.
He buscado afanosamene en Keynes la explicación recóndita de su pensamien-
to pero no he tenido la suerte de encontrarla. Admito por ello que yo pueda haber-
me extraviado en mis críticas por no haber encontrado el buen camino y espero que
si es así algunos de los lectores de Keynes que me escuchan puedan ayudarme a re-
tomar a él.
Tengo por Keynes. por otro lado. un profundo respeto y admiración porque
considero que es quizás el economista más brillante de su generación. el que ha te-
nido mayor penetración en su crítica a la política monetaria inglesa y a la política
monetaria internacional. Ha tenido grandes aciertos en sus críticas y ha hecho con-
t1ibuciones teóricas de gran importancia y proposiciones de un enorme significado
práctico. Por lo tanto. al formular esta crítica lo hago con el respeto que Lord Key-
nes me merece como hombre de brillante talento.
Prefiero la confusión y el desorden de Keynes. que ejerce en todo lector atento
un enorme poder sugestivo. que lo lleva a uno a pensar en nuevos aspectos de fe-
nómenos que antes no había podido penetrar. a explorar nuevos campos de la in-
vestigación científica. a criticar ideas que uno había recibido como la verdad pura.
Esa es la gran influencia que Keynes ha tenido en Inglaterra y en las nuevas gene-
raciones de economistas de todo el mundo.
Prefiero. por lo tanto. un Keynes confuso e impreciso en algunas de sus cosas. a
la gran cantidad de economistas mediocres que con claridad y precisión nos vienen
repitiendo viejas verdades. que cada vez pierden más lo de verdad y ganan lo de
viejo.
Desconcierta un tanto la afirmación keynesiana de que el ahorro es igual a la in-
versión. Dice en efecto que un incremento determinado de inversiones hará crecer
los ingresos hasta que éstos produzcan una masa adicional de ahorros que equival-
ga al incremento de inversión. Por ejemplo si se ahorra el 10% de los ingresos y el
incremento de inversiones es de 100, los ingresos tendrán que crecer hasta 1.000
para producir un incremento de ahorro de 100. De todos nuestros razonamientos
anteriores se desprende que esto sólo podrá ocurrir en un sistema económico cerra-
do y siempre que el ahoITo se atesore y no se invierta. La inversión anterior ya está
hecha y el ahoITo que ella genera requiere nuevas inversiones. Si éstas no se hacen.
sucederá lo que dice Keynes. No así en un sistema abierto, que es la realidad. En el
ejemplo numérico de las tres etapas que hemos dado más atrás se observa que si el
incremento de ingresos generado por un incremento original de inversiones de 100

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
363
se ahorra y no se invierte. el ahorro del primer año será sólo de 21.9: al completar-
se todo el proceso circulatorio al cabo de algunos años el ahorro tampoco habrá
crecido hasta igualar el incremento de la inversión. En efecto. de los 100 origina-
rios. 66.66 se habrán transformado en importaciones y 33,33 se habrán ido sustra-
yendo de las etapas circulatorias por el ahorro que no se invierte y queda en forma
de dinero en los bancos o los tesoros individuales. Temo que esta generalización
sobre la equivalencia forzosa entre el aho1m y las inversiones haya llevado a Key-
nes a su concepto del multiplicador.
He tratado de establecer en un cuadro simple los distintos aspectos de la reali-
dad a la que Keynes se refiere en su obra. Y encuentro asítres categorías de hechos
o hipótesis que considerar: l º) las manifestaciones de Keynes de carácter histórico
acerca de la función que el ahorro ha tenido en la actividad económica en otras
épocas: 2º) los conceptos de Keynes sobre el papel que tendrá el ahorro en el futu-
ro en una generación. o dos. si es que se sigue acumulando con un ritmo igual o
mayor que el que hemos conocido: y en tercer lugar, los hechos presentes. el pasa-
do inmediato o futuro inmediato.
En esos tres campos se mueve el pensamiento de Keynes. El peligro que coITe
el lector está precisamente en aplicm· a lo presente conceptos relativos al pasado o
en anteponer las hipótesis sobre el futuro a la realidad actual.
¿Qué dice Keynes acerca del pasado? En síntesis lo siguiente: el ahorro. diga-
mos. en Egipto o en la sociedad medieval. en gran parte tomaba la forma de ateso-
ramiento de oro o de plata y es evidente que si el oro en lugm· de seguir circulando
se sustrae de la circulación tiene que haber llevado a comprimir la actividad eco-
nómica. Por lo tanto. podemos estar perfectamente de acuerdo con Keynes cuando
afirma· que la construcción de las pirámides o la construcción de edificios suntuo-
sos en el pasado ha llevado a reactivar la actividad económica. a poner nuevamente
en movimiento el dinero atesorado y engendrar así un incremento de ingresos y de
ocupación. Es posible que en ciertas épocas históricas haya habido un exceso de
ahorro con respecto a las posibles inversiones: que al no invertirse ese ahorro haya
tendido a comprimir la actividad económica. La muy desigual distribución de la ri-
queza permitía la acumulación de grandes cantidades de ahorro en ciertos grupos a
expensas del resto de la colectividad.
Pasemos ahora al futuro. Dice Keynes que es muy posible que si los grandes
países del mundo mantienen un estado de plena ocupación. el ahorro llegue a au-
mentar en tal forma que haga de más en más posible la realización de inversiones
que den un rendimiento probablemente cada.vez más bajo. Por ejemplo: si el aho-
rro se vuelve abundante y el interés del dinero baja del 4% al}% y luego al 2 y me-
dio%. será posible realizar a esos tipos de interés ciertas inversiones que hoy no se
efectúan puesto que no dan un rendimiento que permita pagm· ese interés. Keynes

364
RAÚL PREBISCH
va aún más lejos y dice que podría llegar un momento en que no haya inversiones
que hacer al tipo de 2% y que el ah01TO siga acumulándose y tendiendo a bajar el
tipo de interés. Entonces podría ocurrir que la preferencia de los que ahorran por la
liquidez. les llevara a no querer desprenderse de ese ahorro. salvo que se les pague
una tasa de interés adecuada a sus deseos. No solamente actuará en ese caso la pre-
ferencia de liquidez sino también el factor costo de prestar dinero. y Keynes llega a
la conclusión de que será muy difícil reducir la tasa de interés. digamos. abajo de
2. porque por menos de 1 % los inversores no quieren hacer los gastos de prestar
dinero a largo plazo aun cuando no ganen ese pequeño interés. Por otro lado. agre-
ga Keynes. cuanto más bajo el tipo de interés del dinero. tanto mayor es el riesgo
del que invierte. por cum1to el precio de los títulos se ha elevado mucho y si el inte-
rés sube ligeramente hace caer el precio de esos papeles. Si se invie11e. digamos. a
1 1/2%. esa elevación de 1/2 punto en el interés provocará una baja en el precio de
los títulos muy superior al 1/2% de interés que ha ganado el inversor. Cuanto más
bajo el tipo de interés tanto mayor es el riesgo de perder intereses por una caída en
el precio de los títulos.
El hecho es que podría llegarse a un estado de cosas tal en que el tipo de interés
ya no baje más no obstante que hay mucho ahorro y que no haya más inversiones
que puedan hacerse a esos tipos. Habrá así un exceso de ahorro con respecto a las
inversiones que tenderá a disminuir la actividad económica y sobrevendrá la de-
socupación.
Esta hipótesis de Keynes ha sido objeto de muchas discusiones. Keynes supuso
que en una generación o más podría llegarse a ella. Keynes escribió en el año 1935
y es posible que hoy alargue más ese plazo porque la guerra ha provocado una des-
trucción enorme de capital en los países que han sufrido las consecuencias directas
del conflicto y una falta de renovación del capital en los países que no han sufrido
directamente.
5. Keynes y /a tendencia hacia la acumulación excesiva de ahorro en !a realidad
Hemos visto lo que Keynes pensaba sobre el pasado y sobre el futuro: ahora
nos corresponde pensar si en la realidad presente hay algo que se parezca al pasado
o futuro. Pregunto ante todo lo siguiente: ¿se ha observado en los grandes países
del mundo. durante la fase ascendente de los ciclos más recientes alguna manifes-
tación de atesoramiento de oro o de billetes por aquellas personas o grupos de la
colectividad que no desean invertir tales recursos en papeles o en casas o en indus-
trias. y sí tenerlos en forma líquida'?
La experiencia demuestra -no nos referimos al caso de este país, pero sí a los
grandes países como Estados Unidos. Inglate1Ta- que no se observa en la fase as-

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
365
cendente semejante fenómeno de atesoramiento. Hemos visto a raíz de la crisis
mundial y de los largos años de inestabilidad que se sucedieron, el fenómeno del
atesoramiento, ya sea en billetes u oro. pero en la fase de depresión, de desconfian-
za. También hemos visto que los países de Oriente, especialmente la India. siste-
máticamente han absorbido una parte de la producción de oro del mundo en forma
de ahorro -es decir. que el fenómeno de los viejos tiempos ha subsistid<>-- pero
en los países como Inglaterra o Estados Unidos a que me refería no ha existido en
la fase ascendente de los ciclos más cercanos semejante caso. No podríamos decir
pues. que lo que ocurría en el pasado ocurre en el presente.
La experiencia tampoco demuestra que haya algún síntoma indicativo de que
en la fase ascendente del ciclo haya una cantidad de ahorro superior a las inversio-
nes que se van haciendo; más aún, en las fases ascendentes, por lo1general. no sola-
mente se invierte una cantidad creciente de ahorro, sino que con frecuencia las in-
versiones son mayores que el ahoITo, por el dinero creado por la expansión del
crédito. Por lo tanto. si el ahorro resulta inferior a las inversiones en la fase ascen-
dente. no podríamos decir que en el multiplicador. cuya aplicación es típica dentro
de la fase ascendente, el aho1rn ha de desempeñar un papel limitador. Lo que limita
el multiplicador en la fase de ascenso no es la existencia de ahorro, que se invierte
totalmente. sino la velocidad de circulación y las importaciones.
Vamos ahora a considerar la fase descendente. Durante estos períodos se plante-
an en los grandes países -ya veremos que en el nuestro no sucede es<>-- algunos fe-
nómenos que podrían dar asidero a la creencia de que la cantidad de ahorro es supe-
rior a las inversiones. Vamos a poner un ejemplo para comprender bien el problema.
Supongamos que a raíz de la depresión no se han construido nuevas casas para
satisfacer los requerimientos de la población, del comercio y de la industria, y que
en un momento dado sobreviene un incremento de las inversiones en la construc-
ción que se efectúa por gente que espera recoger buenos frutos de esa inversión.
Habrá empresarios que toman prestado dinero en el mercado a un determinado tipo
de interés. y que calculan un determinado rendimiento probable haciendo conjetu-
ras sobre el nivel de los alquileres que podiían obtener tal cual lo hace cualquier
empresario en cualquier otra forma de la producción. El incremento de inversiones
va provocando el desarrollo de la fase ascendente que se caracteriza por el incre-
mento de ingresos y también por el incremento de ahorro. y ese ahorro. suponga-
mos. se vuelve a invertir. ya sea en construcciones o en otras inversiones. Así. en
nuestro ejemplo. se ha seguido construyendo casas hasta que sobrevenga un mo-
mento en el que por la abundancia de las casas construidas. los alquileres comien-
cen a bajar más allá de lo que los empresarios han calculado como rendimiento.
La experiencia nos revela que cuando esos síntomas empiezan a aparecer, los
inversores se retraen por el temor de que la baja continúe. Por lo tanto. podemos

RAllL PREBISCH
vernos en un momento dado en esta situación: por un lado el ahorro sigue momen-
táneamente afluyendo al mercado y por otro lado los que antes tomaban ese ahorro
prestado para realizar sus inversiones. se abstienen de hacerlo.
En ese momento podríamos hablar de un exceso de ahorro que afluye con res-
pecto a las inversiones que comienzan a contraerse. Pero. es obvio que esto no se
debe a que la cantidad de ahorro ha sido ya excesiva sino a que factores psico-
lógicos han interferido en nuestro problema y han llevado a los empresarios a ver
con desconfianza el futuro de sus inversiones. llevándolos por lo tanto a abstenerse
de realizarlas. Supongamos que en ese momento haya todavía desocupados en la
colectividad. que el incremento de ingresos no haya podido todavía absorber a to-
dos los hombres sin trabajo y que en ese sistema económico haya posibilidades de
extender más aún la construcción bajando los alquileres. es decir. que habría aún
en el mercado una demanda potencial de casas. pero a alquileres cada vez más ba-
jos. Si el interés en el momento en que el proceso se interrumpe era de 4% y pudie-
ra bajar a 3%. a 2% y producir casas a un menor costo y alquiler. a menor alquiler
la demanda de casas podría seguirse extendiendo. Pero podría ocurrir que la baja
de los alquileres continúe y desaliente a los inversores. y que el fenómeno no se
circunscriba allí sino que al contraerse los ingresos que genera la industria de la
construcción. se contraiga la actividad económica según el razonamiento que ya
conocemos. Al contraerse progresivamente la actividad y por lo tanto los ingresos
de la colectividad se contrae también la cantidad de aho1rn. es decir. que JX>r un
lado la demanda de ahorro ha disminuido. y por otro lado la oferta de ah01To ha
disminuido. Si por una abstracción arbitraria supusiéramos que la demanda de aho-
rro ha disminuido y por lo tanto el volumen de construcciones y la oferta se man-
tienen constantes. bajaría el tipo de interés hasta niveles extremadamente bajos.
Pero no ocurre eso. No hemos visto bajar el tipo de interés en nuestro país a nive-
les tan bajos. No siempre la contracción de la actividad económica se genera en un
fenómeno de la naturaleza que acabo de decir.
He puesto un ejemplo típico. pero no refleja estrictamente lo que ocurre en la
realidad económica de otros grandes países. La terminación de la fase ascendente y
su transformación en descenso y depresión puede ocurrir por factores completa-
mente distintos. Por ejemplo. si durante la fase descendente el crecimiento de las
importaciones ha expelido una cantidad de oro que las autoridades moncta1ias con-
sideran excesiva. como ocurrió sistemáticamente en los ciclos ingleses. se sube la
tasa de descuento y esa es la señal para una contracción del crédito.
La contracción del crédito significa restricción de la actividad económica. es
decir. contracción de la demanda de la colectividad y al contraerse. todas las inver-
siones que se están realizando y las que se pensaban realizm· dan rendimientos infe-
riores a los que se habían calculado. También puede ocurrir que sin exportaciones

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
367
de oro. las autoridades monetarias juzguen --como ha ocurrido con tanta frecuen-
cia en Estados Unidos entre las dos guerras- que la fase ascendente se va extrali-
mitando y con razón o sin ella suban la tasa ele descuento o realicen operaciones de
mercado abierto ¡xu-:1 provocar la contracción de la actividad económica y por lo
tanto el descenso cíclico. siguiendo una política que quizás Keynes ha sido uno de
los hombres quien con más brillo ha atacado por absurda. pero impuesta muchas
veces por las circunstancias.
Yo me pregunto si después de este examen un poco rápido y superficial que
acalx> de hacer. se podría justificar la creencia de que en la sociedad contempo-
ránea existe una tendencia hacia la acumulación del ahorro en mayores cantidades
que las inversiones pueden absorber. No veo ningún síntoma de que ello haya ocu-
rrido en la actualidad. ni veo ninguna manifestación del pnx:eso tal cual ha ocurri-
do en otras época~ históricas o tal cual podría ocurrir en el futuro. siempre que la
enorme destrucción de ahorro provocada por las fases descendentes no vuelva a
ocurrir. Se comprenderá que con la sucesión sistemática de fases descendentes en
la actividad económica y la enonne contracción de los ingresos. t(xlos los países
del mundo sufren la pérdida de enormes oportunidades para ahorrar. Si mediante la
política que Keynes y otros hombres preconizan los principales países logran evitar
esos descensos sistemáticos de la actividad económica en las foses cíclicas. es posi-
ble que la pérdida de ahorro se reduzca a lo que fatalmente se perdería por defi-
ciencias del sistema o por mala aplicación del ahorro -tanto por parte de los indi-
viduos como de los gobiernos- en inversiones impnxluctivas o por las gue1Tas.
Entonces sería posible que el ahmrn crezca en tal forma que sobrepase el monto de
las inversiones que Jl(Xlrían hacerse a detenninados tipos de interés. Pero no veo en
la realidad actual síntoma alguno de que ello ocurra.
En tocio este razonamiento hemos tomado el caso de países desarrollados. Para
el caso ele países nuevos. como el nuestro. mi preocupación es que se utiliza mal o
se destruyen grandes cantidades de ahorro nacional. sustrayéndolo así de las aplica-
ciones productivas esenciales para elevar el nivel de vida de la población. La inver-
sión adecuada del ahorro acumulado en los años de abundancia permitirá aumentar
la eficiencia de la producción y la cantidad de bienes y serviéios, o sea, la cantidad
de réditos netos del país. Sin ello no será posible lograr la progresiva elevación del
nivel de vida. Lejos pues de ver para nuestro país en el futuro inmediato un proble-
ma de exceso de ahorro. veo con gr.in preocupación un problema de falta de ahorro
propio que 1ios lleve a tener que importar ahorro extranjero en cantidades excesi-
vas, por deficiencia o mala utilización del ahorro nacional. ·
Por lo tanto. yo no encuentro en la teoría del ahorro de Keynes tal. cual se la po-
dría interpretar. y sobre tocio en el multiplicador tal cual lo ha presentado, elementos
suficientes como para afinnar que está justificada por la obse1vación de la realidad.

368
RAÚL PREBISCH
6. El debilitamiento del desarrollo económico y la falta de estímulo
persistente e11 la demanda mu11dial
Pero no puedo dejar de desconocer que el hecho que ha intluido más sobre
Keynes y los hombres que han escrito sobre esta materia entre las dos gue1ws es el
fenómeno de la desocupación crónica.
Era necesario. en verdad. encontrar una explicación teórica -no una justifica-
ción- de este fenómeno que caracterizó especialmente a Inglaterra y en gen¡!ral a
todos los países en el lapso comprendido_ entre las dos guerras. No es aún el mo-
mento de referirnos a estos asuntos pero sí ha llegado la oportunidad de plantearlo
simplemente.
Volvamos al razonamiento teórico. Se concibe muy bien un sistema económico
en perfecto equilibrio en el cual las exportaciones igualan a las importaciones y los
ingresos se gastan íntegramente --en donde el ahorro se invierte por completo-- y
en el cual sin embargo no hay plena ocupación. Sean los ingresos I0.000 y las ex-
portaciones e importaciones 2.000. esto es el 20%. Supóngase que los ingresos
puedan crecer en 25% más absorbiendo a todos los desocupados. Las exportacio-
nes han dejado de crecer. Anterionnente su crecimiento persistente en el tiempo. a
través de las fluctuaciones cíclicas, había provocado el crecimiento constante de
los ingresos. Mientras tanto se han incorpomdo nuevas generaciones que sólo en-
cuentran parcialmente trabajo.
En tales circunstancias la expansión del crédito bancario para realizar incre-
mento.1· de gastos o inversio11es que permitan absorber los desocupados encuentra
prontamente un serio inconveniente: el desequilibrio del balance de pagos y la pér-
dida persistente de oro y divisas.
Lo que impide hacerlo es el alto coeficiente de imp011aciones. El sistema ha al-
canzado su equilibrio con un coeficiente de importaciones que no le permite llegar
a la plena ocupación. Para llevar los ingresos a 12.500. o sea el 25% adicional que
decíamos. sólo hay dos caminos: aumentar las expmtaciones de 2.000 a 2.500. lo
que no es posible hacer por la estancación de las exportaciones: o bajar el coefi-
ciente de importaciones de 20% a 16% de modo que las importaciones se manten-
gan en 2.000 no obstante el crecimiento de ingresos.
En tal caso. el incremento de gastos e inversiones mediante la expansión del
crédito para conseguir la plena ocupación no afectaría el balance de pagos ni las re-
servas metálicas.
La demostración es sencilla. Supongamos que la cantidad de dinero era de
3.333 o
sea que se transformaba en ingresos 3 veces en el año para producir el total
de 10.000. No contamos las disminuciones por importación de cada etapa circula-

EL COEFICIENTE DE EXPANSIÓN
369
toria pues se compensan con aumentos equivalentes por exportación en un sistema
en equilibrio. Ahora bien. Disminuido el coeficiente de importaciones se aumenta
la cantidad de dinero de 3.333 a 4.000 o sea en 25%. Si la velocidad de circulación
no ha cambiado. esos 4.000 de dinero llevan los ingresos a 12.500 de los cuales el
16% se gasta en importaciones o sea los mismos 2.000 de antes cubiertos por las
exportaciones. Véanse las cifras en el cuadro que sigue.
CuadroN11 5
1
11
Ingresos totales
10.000
12.500
Actividad interna
8.000
10.500
Importación
2.000
2.000
Dinero
3.333
4.000
Oro
1.666
1.666
Coeficiente de importaciones
20%
16%
Proporción de oro con respecto al dinero
50%
41.2%
Reflexiónese en que no se han disminuido las importaciones para aumentar el
total de ingresos: simplemente se ha modificado su cÓmposición. reduciendo. por
ejemplo, la cantidad de artículos cuya producción interna se desea expandir y au-
mentando las importaciones de materias primas y maquinarias.
Obsérvese también que si bien la proporción del oro con respecto al dinero cir-
culante ha descendido. no se debilita la posición monetaria por cuanto se tiene la
misma cantidad de oro para el mismo balance de pagos de donde provienen las
fluctuaciones que exigen el empleo de esas reservas.
Hay que advertir finalmente en que si bien el total de ingresos en dinero ha au-
mentado en 25%, los artículos y servicios a disposición de la colectividad no tienen
necesariamente que haber subido en la misma proporción. Ello depende de la efi-
ciencia con que hayan desairnllado las nuevas producciones o se haya expandido la
producción exisaente.
Bástenos por ahora este planteo esquemático del serio problema que muchos
países, entre ellos el nuestro. han tenido que afrontar después de la crisis mundial.
La lenta recuperación del comercio exte1ior ha llevado después de penosas expe-
riencias a bajar en una forma u otra el coeficiente de importaciones para reactivar
la economía interna y disminuir la desocupación. Entre los factores que más han
intluido en ese fenómeno del comercio exterior se menciona siempre la elevación
de las tarifas, principalmente por parte de EE.UU. y las restricciones que con tanta

370
RAÜL PREBISCH
rapidez se propagaron en todos los países del mundo. Hay que agregar un factor
que a mi juicio ha tenido también una importancia capital y que ya he mencionado
otra vez: el debilitamiento de la función del oro como estímulo persistente de la de-
manda mundial. No es este aún el lugar para ocupamos de ello aparte de que nos
hemos alejado un tanto de la descripción cíclica recorriendo un camino que nos ha
de permitir comprender mejor el ciclo y la índole de los procesos monetarios en la
realidad.

113
EL PAPEL DE LAS INVERSIONES EN LOS
MOVIMIENTOS CICLICOS ARGENTINOS*
l. EL CICLO EN NUES'IRO PAIS NO SE ORIGINA POR FACTORES INTERNOS
Hasta ahora habíamos considerado los fenómenos que ocurrían en el balance de
pagos y en el crédito en la economía interna y habíamos visto cómo la influencia
de los elementos exteriores es preponderante: elementos exteriores resultantes del
curso del ciclo internacional y traducidos en nuestro país por un incremento de la
demanda exterior. que hace aumentar las exportaciones. y por un incremento en las
inversiones de capitales extranjeros.
No he observado. ni en los ciclos que he visto de cerca ni en los que he podido
estudiar en nuestra historia. la existencia de elementos internos con fuerza suficien-
te como para promover por sí mismo nuestro movimiento ondulatorio. En esto.
precisamente, nuestras teorías sobre el ciclo argentino tienen que diferir fundamen-
talmente de las que explican el mismo fenómeno en los grandes países industriales
y acreedores.
Recordemos previamente cuáles son los elementos característicos del ciclo en
esos países, para luego compar.rrlos con los nuestros. Uno de ellos. quizás el más
característico. se manifiesta en la producción de bienes instrumentales o de capital.
Supongamos que se haya prolongado por algún tiempo la fase de depresión. en tal
forma que la industria. en virtud del decaimiento de la demanda, no haya tenido el
incentivo suficiente pam renovar sus plantas. sus maquinarias y mucho menos para
extenderlas. Llega un momento en que· la demanda, que había estado desarro-
llándose en un úivel extremadamente bajo. se aviva y ello da el signo para comen-
zar a realizar inversiones, renovando y ampliando las plantas industriales. Esas in-
versiones se manifiestan inmediatamente en un aumento de la demanda de
maquinarias y de bienes instrumentales. Las industrias que los producen tienen una
importancia considerable en el conjunto de la actividad económica de esos países.
de manera que la reactivación de esa demanda engendra un proceso de crecimiento
* N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos en la Arge11ti11a: Fascículo N2 8. págs. 104-112.
impreso el 2 de noviembre de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108 ).

372
RAÚL PREBISCH
económico. que se transmite y amplía a través de la circulación del dinero que se
pone en juego al pagar materias primas. salarios, sueldos. etc. Así. pues, la fase as-
cendente del ciclo se caracteriza en esos países por un ascenso en la producción de
bienes instrumentales y por la repercusión que esto tiene en el resto de la actividad
económica.
Llega un momento en que ese proceso se detiene: por un lado, porque la indus-
tria de bienes de consumo se ha equipado con los bieIÍes instrumentales que necesi-
taba y por otro, porque decae la demanda de los bienes de consumo que estas in-
dustrias fabrican. ya sea por razones internas de crédito o por razones exteriores.
Sobreviene así la contracción en la actividad de las industrias de bienes instrumen-
tales, y así como la expansión anterior provocaba una mayor expansión de la acti-
vidad económica general. esa contracción es el signo del comienzo de una fase des-
cendente.
Esa es. muy esquemáticamente. la descripción del movimiento cíclico en los
países industriales. Pero ello no quiere decir que todos los ciclos respondan a esa
norma: se concibe perfectamente que se desarrolle a causa de otros factores. El ci-
clo también puede obedecer a factores de índole monetaria. independientes de los
otros factores que hemos visto actuar en lo que respecta al desairnllo de la produc-
ción en las industrias de bienes instrumentales.1 En realidad. unos y otros actúan
conjuntamente con mayor o menor intensidad, según las circunstancias.
Veamos ahora en qué consisten las diferencias entre los factores típicos de ese
ciclo y los del ciclo argentino. Salvo pequeñas excepciones. no existen en nuestro
país industrias que producen bienes instrumentales: la casi totalidad viene del ex-
tranjero, de manera que nuestra demanda de tales bienes se refleja en el curso de
las importaciones. No podríamos pues explicar todo el desarrollo de nuestro proce-
so cíclico por las fluctuaciones en la demanda de esas importaciones. Tampoco es
dable concebir en la Argentina el desa1rnllo de un ciclo provocado por fenómenos
de orden monetario iguales a los que operan en esos países industriales y acreedo-
res. En ellos, la depresión se caracteriza por una reabsorción del oro que en la fase
ascendente había salido para los países de la periferia entre los cuales está el nues-
tro. mientras que entre nosotros la fase de depresión se caracteriza. precisamente.
por una disminución de las reservas metálicas. que no solamente afecta al oro y las
divisas que habían entrado en la fase ascendente sino que muchas veces toca las re-
servas metálicas preexistentes. Por lo tanto, mientras en los países industriales y
acreedores es posible salir de la depresión con una dilatación del crédito -lo que
1 En las páginas 61 a 63 se explica sumernmentc el típico proceso cíclico <le Inglaterra antes de la
Primera Guerra Mundial, donde la acumulación de recursos monetarios intemacionales en Londres du-
rante las depresiones favorecía la iniciaci<>n de la fase ascendente. (N. del Ed. Las páginas citadas
corresponden al capítulo l 00 de este volumen.)
·

EL PAPEL DE LAS INVERSIONES EN LOS MOVIMIENTOS CÍCLICOS ARGENTINOS
373
puede hacerse en virtud de que las reservas metálicas han sido acrecentadas por
obra de los factores que hemos mencionado--- en los países de la periferia no es
posible hacerlo sin graves consecuencias. puesto que precisamente la fase de de-
presión se caracteriza por esa disminución de las reservas metálicas. de suerte que
cualquier expansión autónoma del crédito. ocasionaría en seguida trastornos muy
serios en el sistema bancario. que agravaóan el desequilibrio del balance de pagos,
o nos llevaóa a una mayor depreciación monetaria, si es que el país ha debido
abandonar el patrón oro anteriormente.
De este cotejo lógico que acabo de hacer entre las características del ciclo inter-
nacional y el nuestro. se desprende que aquellos factores que en esos países tienen
magnitud y fuerza suficiente para provocar el fenómeno cíclico no la tienen en
nuestro país. o no pueden hacerlo en forma autónoma por cuanto el fenómeno del
balance de pagos se interpone.
Esto no excluye que se desarrollen ciclos autónomos en la Argentina; los hay
en distintas industrias pero ellas no tienen la magnitud e importancia que las indus-
trias de bienes instrumentales ocupan en los países industriales. Sus ciclos parcia-
les se circunscriben al sector en que ellos ocurren sin llegar más lejos que a algu-
nas industrias o actividades conexas. Al hablar de las inmovilizaciones del crédito
ya se ha mencionado el ciclo ganadero. y existen también ciclos típicos en la indus-
tria del vino. La producción se estimula en momentos en que una mala vendimia
provoca la suba de precios y ello induce a extender los cultivos y a aumentar la
producción local. Al cabo de cie110 tiempo es el fenómeno de superproducción el
que ocasiona la baja. tanto más seria si coincide con una fase descendente en el ci-
clo económico general.
Existe además una indusuia muy importante cuyos ciclos podrían tener una in-
tluencia general. Es la industria de la construcción, otra de las actividades típicas
del desarrollo cíclico en los países indusu-iales y acreedores. La construcción, como
es sabido, tiene en nuestro país una enorme importancia y afecta a una gran cantidad
de industrias conexas: los ingresos de los hombres que trabajan en ella tienen una
considerable intluencia colectiva en el resto de la actividad económica. Sin embar-
go, no observamos tampoco en esta industria ciclos autónomos que puedan intluir
considerablemente sobre el ciclo económico general, porque no se concibe en nues-
tro país un desarrollo intenso de la construcción, sino en la fase ascendente, cuando
debido a la expansión de la actividad económica y al acrecentamiento de los ingre-
sos se acumulan cantidades crecientes de ahorro. En este último caso, la industria de
la construcción puede desarrollarse; pero cuando sobreviene la fase descendente no
puede seguir haciéndolo con la misma amplitud. Si se usa crédito bancario, el auge
que podrá señalar estará necesariamente limitado por las consecuencias que la ex-
pansión de los préstamos de los bancos no tarda en provocar en el balance de pagos.

374
RAúL PREBISCH
Por lo tanto. podemos formular esta conclusión: que en nuestro pa'ís la fluctua-
ción de la actividad económica ha obedecido a las variaciones de los factores de
origen exterior que configumn el movimiento de nuestro balance de pagos. Pode-
mos afümar que no hay factores internos independientes capaces de generar por sí
solos el desan-ollo cíclico; pero ello no significa negar que cuando a los factores
exteriores se agregan factores internos que provocan una mayor demanda de crédi-
to o aceleran la velocidad de circulación del dinero. el fenómeno de expansión
cíclica es más intenso. No repetii·emos lo dicho acerca del multiplicador y los fac-
tores que en él influyen.
Hecha esta aclaración. vamos a entrar a examinar las características principales
de la actividad económica interna en el movimiento cíclico.
El hecho de que las inversiones de ahorro en bienes instrumentales o en otros
campos productivos no tengan en nuestro país fuerza suficiente para generar el ci-
clo económico. no quiere decir que no se observe en ellas un movimiento ondulato-
1io característico y definido. La fase ascendente se caracteriza por un incremento
de las inversiones y un aumento del consumo general de la población. que provie-
ne. por un lado. de la incorpomción de capitales extranjeros. y por otro. de la apli-
cación del aho1rn interno que se va generando en la fase ascendente. Veamos
cuáles son las oscilaciones de las inversiones en la fase ascendente del ciclo.
Analizaremos. en primer lugar. la tierra: luego las construcciones; en seguida la
construcción de ferrocarriles. el desarrollo de los transportes y los servicios
públicos; en cuarto lugar las obras públicas del Estado. y finalmente las inversio-
nes en la industria. el comercio. la banca. las compañías de seguros. etcétera.
Al enumerar estas distimas formas de inversión no se da a unas prelación sobre
otras. Ella depende del ciclo y del momento histórico en que el mismo se desairnlla.
2. LAS INVERSIONES EN TIERRAS
Las inversiones en la tierra son características de los ciclos de la segunda mitad
del ·siglo pasado y del período que transcurre hasta la Primera Guerra Mundial. Son
tiempos de crecimiento continuo de la economía nacional en virtud de dos factores
que actúan persistentemente: la demanda exte1ior y las inversiones sistemáticas de
capital. Ese crecimiento intenso induce a invertir capital en el sector agropecuario.
que era la fuente de producción por excelencia que respondía ya sea con ahorro na-
cional -beneficios obtenidos en la misma producción agropecuaria o en otros sec-
tores o con crédito bancario corriente- o con ahorro extranjero. que se incorpora-
ba directamente a la tierra o afluía por la colocación de cédulas hipotecarias en los
mercados exteriores. Ese capital que se invierte en la tierra da lugar a que se incre-

EL PAPEL DE LAS INVERSIONES EN LOS MOVIMIENTOS dcucos ARGEN11NOS
375
menten nuestras importaciones por la mayor demanda de maquinaria agócola. de
reproductores. de molinos. de alambre. es decir. de todos aquellos bienes instru-
mentales que requiere la producción agropecuaria. El criterio con que se hacen es-
tas inversiones está influido intensamente por el curso de los precios internaciona-
les. por la demanda de los productos y por la forma en que los medios de
transporte se van extendiendo por todo el territorio nacional. Los que invierten su
dinero en la tierra. ya sea para producir en ella o para especular. hacen conjeturas
acerca del futuro desenvolvimiento de la producción y de los precios: esas conjetu-
ras. en la fase ascendente del ciclo. están coloreadas por un gran sentimiento de op-
timismo que lleva. por lo general. a una valorización marcada de la tierra. Esta se
compra a precios de más en más altos. tanto por los que desean producir en ella
como por los que especulan con su propio ahorro o con dinero nuevo creado por
los bancos. El alza de precios de los inmuebles. que la gente espera se mantenga.
atrae las inversiones de quienes buscan recibir de ella réditos cada vez mayores. u
obtener un beneficio de capital al realizar el bien a precios superiores al de compra.
Así se explica que el dinero invertido en propiedades dé muchas veces un ren-
dimiento inferior al que podría obtenerse en hipotecas o en títulos. Es que en esos
casos se descuenta la futura valorí:t,ación de la tierra. por la influencia del alza de
precios o la evolución de los medios de transporte en el país.
Asimismo. en ciertos momentos el aumento de las inversiones en la tierra pue-
de ser el resultado de la desconfianza en la moneda. La gente teme que ésta pierda
su valor y busca un campo de aplicación para su dinero. que lo ponga a cubierto de
pérdidas o que le permita ganar por la continuación de la valorización de la tierra.
El movimiento de alza en el precio de los inmuebles termina de rcpeilte cuando
sobrevienen los primeros síntomas del descenso cíclico. y ello tiene la influencia
que todo cambio en los factores psicológicos ejerce sobre la gente. Aquellos que
han creído en la valorización indefinida de la tie1Ta se abstienen de invertir al ver
que se contraen las expo11aciones o bajan los precios de los productos agropecua-
rios. Empiezan así a caer los precios de las tierras y los bancos. que habían alenta-
do la especulación inmobiliaria dando facilidades de crédito a los que operaban en
propiedades. ven reducirse el efectivo de sus arcas por obra del balance de pagos y
contraen el crédito acentuando así las fuenas de liquidación del proceso descen-
dente.
Por su parte. se retraen también los préstamos hipotecarios y sube el tipo de in-
terés. Así. pues. las especulaciones inmobiliarias en nuestro país han tenninado en
el momento en que apa,recen los primeros síntomas de descenso del ciclo. y la ca-
ída ha sido tanto más intensa cuanto mayor haya sido el impulso especulativo de la
fase ascendente y cuanio más dinero ajeno se haya empleado en el proceso. A ve-
ces la baja de los precios de la tierm se prolonga por mucho tiempo. de tal suerte

376
RAÚL PREBISCH
que cuando sobreviene una nueva fase ascendente -ocasionada por la recupera-
ción de los factores exte1iores- suele continuar pues no se confía aún en su recu-
peración. Es lo que hemos observado en los ciclos anteriores a la primera guerra
europea. En los que siguen. por ejemplo en la fase ascendente del que culmina en
1920. no solamente no se observa un gran movimiento de propiedades. sino que se
desarrolla bajo la influencia de un movimiento prolongado de baja en los precios de
los inmuebles. reacción natural contra el alza que·caracteriza al ciclo de anteguerra.
que fue de gran actividad inmobiliaria. de gmn especulación en inmuebles en donde
intervienen los bancos. los capitales extranjeros y las cédulas hipotecarias.
Asimismo el ciclo caracterizado por el abandono del patrón oro en el año 1929
no tiene síntomas manifiestos de especulación inmobiliaria. Se observa un movi-
miento más activo que de costumbre y una cierta elevación de precios, pero no
como las anteriores. Después. debemos llegar hasta años recientes para notar fe-
nómenos típicos de valorización inmobiliaria como el que presenciamos en estos
momentos. que no afecta tanto a la propiedad rural -por cuanto los precios no han
subido durante este ciclo con la intensidad suficiente para provocar un movimiento
·de esa naturaleza- sino a la propiedad urbana, debido en gran parte a la dificultad
para utilizar esos ingresos en la importación.
Además en el movimiento de alza que se desarrolla en los últimos años. tampo-
co encontramos la intervención activa del crédito bancario; es un movimiento de
alza marcado en gran parte por el dinero propio que la gente invierte en inmuebles,
de modo que cualquier eventual caída de precios no tend1ia las mismas consecuen-
cias que si interviniese el crédito bancario en el proceso de valorización.
3. LAS CONS'IRUCCIONES. LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y LAS OBRAS DEL GOBIERNO
El segundo campo de inversión que mencionamos se refiere a las construccio-
nes. característica persistente de todos nuestros ciclos. En todas las fases de ascen-
so hemos observado con más o menos intensidad la inversión activa de capital en
las construcciones. Lo mismo que en el caso de las inversiones en tierras. el au-
mento de las construcciones incide sobre las importaciones, puesto que buena parte
de los materiales que se usan proviene del exterior; Si bien el fenómeno ha cambia-
.do algo en los últimos años, en todos nuestros ciclos el desanullo de la construc-
ción ha significado necesariamente el aumento de las importaciones de ciertas cate-
gorías de bienes instrumentales requeridos en la construcción.
También a veces se ha observado que junto al ahorro genuino se usaba crédito
bancario. que al igual que en las operaciones inmobiliarias conduce a la inmovili-
zación en la fase descendente. según se ha explicado.

EL PAPEL DE LAS INVERSIONES EN LOS MOVIMIENTOS cicucos ARGENTINOS
377
Una fonna muy típica de inversión. de capitales extranjeros en nuestros ciclos
del siglo pasado y de los primeros años del actual. anteriores a la guen-a mundial,
ha sido la construcción de fen-ocarriles y el desan-ollo de servicios públicos. Una
parte considerable del capital extranjero que nos llegaba en la fase de ascenso se
invertía en esas formas de actividad económica. dando lugar a un gran incremento
de la ocupación. seguido luego, en la fase descendente. por un fenómeno de de-
socupación.
En la fase ascendente se observa habitualmente el incremento de las obras
públicas del Estado. En los ciclos anteriores a la gran crisis mundial de 1930, en el
desarrollo de las obras públicas. prevalece generalmente la intervención del capital
extranjero. El Gobierno hacía obras públicas en la medida en que conseguía fondos
del exterior, pero en la fase descendente con frecuencia hacía uso del crédito ban-
cario para continuar las obras cuando se le agotaban los recursos.
El uso del ahorro nacional en la realización de obras públicas del Gobierno es
un fenómeno nuevo de los últimos diez años. explicable por varios factores. En pri-
mer lugar. porque al detenerse la atracción que la tierra tenía tradicionalmente so-
bre el ahorro nacional, por la detención del crecimiento físico de nuestras exporta-
ciones, ese dinero tiende a ir en parte a los títulos del Estado. Además, el
crecimiento de los ingresos y del ahon-o nacional ha sido acompañado por modifi-
caciones técnicas en el mercado de capitales. que en cierto modo han incidido para
que ese ahmrn, a través de su inversión en papeles del Estado, participe en Ja finan-
ciación de las obras públicas.
4. LAS INVERSIONES EN LAS DEMÁS ACTIVIDADES
Finalmente, mencionaremos las inversiones en la industria, en el comercio, en
la banca y en las compañías de seguros. En las primeras es donde hemos notado
tanto el concurso del capital extranjero como del nacional. en especial del ahorro
proveniente de los beneficios de la industria.
El desarrollo industrial en el país se ha referido especialmente a las de consu-
mo. esto es. transformadoras de materias primas nacionales o extranjeras. y ha sido
muy intenso en los últimos diez años. Por ello no se ha observado ese fenómeno de
activa ocupación y desocupación industrial en las fases ascendente y descendente
del ciclo respectivamente. como podría ocurrir en los ciclos futuros, si es que una
hábil política monetaria no nos permite atenuar la incidencia de los factores exte-
riores en nuestro país.
Como ya se ha expresado, no parece posible que el reciente e intenso creci-
miento de la industria de consumo vaya a poner al país a cubierto de las fluctuacio-

378
RAÜL PREBISCH
nes anteriores. No creo en tal cosa y ya vimos oportunamente algunos datos sobre
la incidencia de determinadas fluctuaciones del comercio ex1erior en países de dis-
tinto coeficiente de imporlaciones. de los cuales se desprendía que aquellos países
con un coeficiente de alrededor del 20% eran los que más desfavorablemente situa-
dos se encuentran frente a las fluctuaciones de factores externos. Y el fenómeno es
perfectamente explicable mientras las exportaciones en un país agropecuario como
el nuestro sigan teniendo una importancia tan grande en el total de los ingresos de
la economía nacional. en forma tal que sus variaciones incidan sobre la demanda
total del país. tanto para mercaderías y servicios nacionales como extranjeros.
Por otro lado. la industria necesita en buena parte maquinarias y materias primas
del extranjero. lo que. unido a la importancia que aún conservan las exportaciones en
el conjunto de la actividad económica nacional. ponen a nuestra actividad manufactu-
rera. en un campo muy sensible a la oscilación de los factores de orden externo. expo-
niéndolos a las fluctuaciones de la ocupación que son características de los ciclos de
los países indus1riales. Ello se agrega así a las otras formas típicas de ocupación y de-
socupación que han caracterizado el desarrollo de los ciclos económicos argentinos.
Conviene aclarar que si bien el desatrnllo de la industria acentúa el proceso
cíclico en nuestra economía. estoy. por otro lado. persuadido de que la política mo-
netaria anticíclica que consideraré al final del curso podrá. si se aplica con energía.
atenuar en gran parte la acción de los factores exteriores y asegurar un desarrollo
estable de la industria. Esla ha venido. pues. a introducir un nuevo elemento en la
actividad económica. y a traernos nuevas posibilidades de acción anticíclica que
antes no teníamos. Basla reflexionar en que ese crecimiento de la industria y de las
otras aclividades económicas internas nos ha permitido reducir el coeficiente de
importaciones en el país y nos permitirá. según sea el cw·so de la economía interna-
cional después de esta guerra. aplicar una política económica que facilite nueslro
des~mollo aun cuando crezcan lenlamente las exportaciones. y que nos pem1ita cre-
cer muy vigorosamente si las exportaciones crecen vigorosamente.
5. EL FACTOR PSICOLÓGICO EN EL PROCESO CÍCLICO
He hablado hasla ahora de los distintos factores del balance de pagos. de la forma
en que éstos se tmducen a lravés del mecanismo monetario en fenómenos que afec-
tan la actividad económica interna. Pero queda todavía por señalar la importancia de
un factor de extrema significación en el movimiento cíclico: el factor psicológico.
Una determinada combinación de elementos en el balance de pagos. un determi-
nado crecimiento de la exportación que produzca un determinado incremento en el
efectivo de los bancos producirá un efecto de igual. mayor o menor magnitud. según

EL PAPEL DE LAS INVERSIONES EN LOS MOVIMIEJl<IOS CÍCLICOS ARGENTINOS
379
el estado psicológico de la población, de los hombres de negocios. de los banqueros.
y de los hombres de Gobiemo. Es muy fácil comprenderlo por cuanto ya hemos vis-
to que la actividad se desarrolla en función de las perspectivas que ven y de las con-
jeturas que hacen los productores rurales. los comerciantes de campaña. los indus-
triales y los importadores acerca del curso de la demanda futura. En esas conjeturas.
naturalmente. la apreciación individual -intluida por el ambiente psicológico- tie-
ne una importancia fundamental. Así que determinados factores de orden objetivo
producen al combinarse. efectos más o menos intensos. según la índole de los facto-
res psicológicos que en un momento dado entran en juego en la fase ascendente. ·
Naturalmente que estos últimos no son absolutamente independientes: depen-
den del curso de la situación mundial. de las perspectivas que la gente ve para las
empresas. de la situación política intema y externa. Todos estos elementos objeti-
vos influyen sobre los hombres. cuyas determinaciones tienen gran significación
en el desarrollo de los negocios. ya sea de las inversiones. del consumo o de la acti-
vidad de la administración pública. Esa reacción psicológica depende. por otro
lado. de la combinación. diremos. de los factores humanos. por llamarlos así. que
entran en una determinada situación.
Hay hombres de empresa. hombres de gran empuje. de imaginación. de optimis-
mo. capaces de afrontar riesgos. de tomar decisiones en el mundo de los negocios sa-
biendo los peligros que corren y teniendo en cuenta la posibilidad <le hacer ganan-
cias. Son los hombres que provocan la expansión. o que aprovechan las
circunstancias favorables a ella en la vida económica coITiendo los riesgos típicos
del sistema de libre concu11"encü1 en que vivimos.
Hay otros hombres de características psicológicas completamente opuestas: son
los hombres prudentes. los que no hacen uso extensivo del crédito como lo hacen los
primeros. los hombres que prefieren más bien acumular sus ahmms y beneficios
para esperar el momento oportuno y hacer sus inversiones. Son los hombres capaces
que en la vida de los negocios van paso a paso. y que en la vida de las finanzas
públicas no acometen ninguna obra pública hasta no tener en las ai-cas el dinero con
que pagar esas obras: son los hombres que actúan principalmente en los períodos de
depresión. Cuando buena parte de los otros entran en una situación débil o fracasan.
aparecen los hombres capaces para comprar generalmente a bajo precio lo que los
otros construyeron con optimismo y espíritu de riesgo en la fase ascen~ente.
Unos y otros hombres son indispensables en la colectividad. El desarrollo <le
nuestros ciclos depende de la forma en 4ue esos hombres se combinan tanto en la di-
rección de la economía privada como en la dirección de la economía pública. Si los
hombres activos. de imaginación. prevalecen. o si su proporción es excesiva. la ines-
tabilidad es muy grande. Si los otros son los que prevalecen la estagnación del país
es la camcterística de la fase.

380
RAÚL PREBISCH
Pero no hemos explicado todavía otra categoría de hombres que no son ni extre-
madamente optimistas ni extremadamente pesimistas: son los irresponsables.
El hombre optimista que corre riesgos porque sabe muy bien en qué consisten
esos riesgos, sabe muy bien lo que hace. También sabe lo que hace el hombre extre-
madamente pesimista. Pero el irresponsable toma riesgos sin saberlo, porque los ig-
nora o no tiene la penetración o espíritu de previsión necesarios para darse cuenta de
que determinados actos en la vida de los negocios van a producir fatalmente determi-
nadas consecuencias. En este caso no hay riesgo. sino certeza en cuanto a las conse-
cuencias que se producirán. De manera que cuando en esa combinación entra una
proporción demasiado fuerte de in-esponsables, ya sea en la vida de los negocios o
en la vida de las finanzas públicas y mucho más si se agregan a la vida bancaria del
país o a su vida financiera. los resultados son evidentes en la fase descendente. La
actuación de los irresponsables en este país ha sido la inflación monetaria con todas
sus catastróficas consecuencias en la vida nacional.

114
LAS FINANZAS PUBLICAS
DURANTE EL CICLO ECONOMICO*
1 ... os falta estudiar un punto para tenninar el examen de la teoría del ciclo. Sub-
rayo la teorfa del ciclo porque espero tener luego la oportunidad de estudiar algu-
nos de los últimos ciclos y verificar en qué medida esta temía se cumple en la reali-
dad de nuestro país. Se refiere al curso de las finanzas públicas durante el ciclo,
punto sobre el cual hicimos por cie110 algunas referencias en clases anteriores.
Dos hechos bien característicos configuran el desarrollo de las finanzas del Es-
tado durante la fase de ascenso: en primer lugar, por obra del aumento de los ingre-
sos de la colectividad crecen las recaudaciones públicas y el mismo aumento de in-
gresos expande la cantidad de ahorro que afluye al mercado en busca de
inversiones.
En buena parte de la historia de nuestros ciclos, los impuestos de aduana han
desempeñado un papel muy importante. Su proporción en el conjunto de las recau-
daciones nacionales ha sido tan grande que al crecer las importaciones. como pri-
mera consecuencia, el Tesoro ha podido siempre aumentar sus ingresos y así en
mayor o menor grado las entradas por otros impuestos. Aun antes de crearse un tri-
buto tan elástico como el Impuesto a los Réditos. nuestras recaudaciones acusan
una conducta absolutamente cíclica: aumentan en la fase ascendente y disminuyen
en la fase descendente del ciclo sin que se toquen las tasas impositivas. Cuando su-
ben las recaudaciones y crece la posibilidad de obtener empréstitos en el exterior.
los gastos fiscales aumentan con suma facilidad, según fue la característica de casi
todos nuestros ciclos hasta los últimos años.
Asimismo, cuando se hace más fácil obtener ahorro local, los trabajos públicos
y las obras diversas que emprende el Estado también aumentan. Es decir que el in-
cremento de gastos, lejos de ser anticíclico, es decir, lejos de tender a disminuir la
amplilud de las fases ascendentes y descendentes contribuye más bien a exagerar-
las cuando el Estado, además de los recursos provenientes del empréstito y del im-
puesto que aumentan en la fase ascendente, hace uso del crédito bancario. La exa-
* N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos e11 la Argentina. Fascículo NQ 8. págs. 112-115,
impreso el 2 tle noviembre de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).

382
RAÚL PREBISCH
geración del movimiento es mucho mayor si cuando se desmTOlla la fase descen-
dente, el Estado no dispone de los recursos del empréstito ni del impuesto para cub1ir
los nuevos gastos que ha iniciado en la fase ascendente, sobre todo en un país de
gran potencia de crecimiento como es el nuestro.
Se incurre así en déficit y se tiende a su aumento progresivo, puesto que el Go-
bierno encuentra dificultades para contraer violentamente las obras públicas em-
prendidas y para rebajar los sueldos o arrojar de la administración a los empleados
que ha nombrado durante la fase ascendente. Por eso es un rasgo típico de la fase
descendente del ciclo argentino el déficit del presupuesto, que representa, como he-
mos visto, la inmovilización del crédito bancario y que tiende. por lo tanto, a expe-
ler una mayor cantidad de oro de la que había entrado en la fase de ascenso.
Por ello ha sido el déficit fiscal un factor de considerable importancia en el fe-
nómeno del abandono del patrón oro en nuestro país. Precisamente, por este curso
cíclico de los gastos del Estado se ha sugerido algunas veces, tanto en nuestro país
como en otros, la conveniencia de que durante la fase de prosperidad del Estado en
lugar de aumentar sus gastos con los recursos que fácilmente obtiene por el desen-
volvimiento cíclico, reserve sin gastar una pai1e de los impuestos, o acumule fon-
dos de los empréstitos a fin de poder emprender gastos de carácter compensat01io
durante la fase descendente del ciclo.
Aun cuando no ha llegado el momento de tratai· la política anticíclica, diré de
paso que hay dos grandes obstáculos que se oponen al desmTOllo de una política tal
en nuestro país: uno económico y otro de carácter político y humano. El primero
consiste en lo siguiente: si en la fase ascendente todavía no se ha llegado, como no
suele llegarse, al punto de plena ocupación de las fuerzas productivas del país, no
tendría aparentemente sentido alguno que el Estado, pudiendo emprender obras
que dilaten la actividad económica y contribuyan a llevarla a ese punto de plena
ocupación, se sustraiga de la tentación de hacerlo; tentación muy explicable e im-
puesta por las circunstancias y por el propio impulso del desarrollo del país. Sus-
traer del mercado una pm1e del incremento de ingresos engendrados por el ciclo
significa disminuir la intensidad de la actividad económica y por lo tanto impedir
que parte de los desocupados se incorporen a esa actividad.
En segundo lugai· nos encontramos con otro inconveniente. también muy com-
prensible. Es natural que la eficacia de un gobierno dependa en gran parte de los
recursos o de los incrementos de recursos que ha tenido para desarrollar su gestión,
y así suele medirse tal eficacia de acuerdo con la índole y cantidad de obras
públicas, con los servicios sociales que el Gobierno ha incorporado.
Si un gobiemo cuenta con recursos suficientes para emprender esas obras
públicas o dilatar los servicios de la administración, muy pocos serán los hombres
responsables de la gestión pública que consientan en una política anticíclica, que

LAS FINANZAS PÚBLICAS DURANl'E EL CICLO ECONÓMICO
383
signifique atesorar esos recursos para que luego un gobierno posterior los gaste y
tenga. por lo tanto. la oportunidad de hacer una gestión eficiente de la cual se vería
privado el que ha contenido sus gastos.
Esta consideración de orden práctico tiene una importancia fundamental. a tal
punto que al preconizar una política anticíclica. tomando los hechos tal cual son.
me libraré por completo de hacer una sugestión de esta naturaleza. Lo más que se
podría pedir en una política anticíclica es que. llegada la actividad económica del
país al punto de plena ocupación. el Gobierno no exagere sus gastos porque ya no
tendría ningún sentido económico y social el hacerlo.
Para terminar este examen, anotaremos que el fenómeno cíclico que hemos es-·
ludiado desde el punto de vista exclusivamente monetario y económico, prescinde
de esos problemas y tiene repercusiones en otros ámbitos. especialmente en el de-
mográfico y social. En nuestra historia, en aquellas épocas en que el país estaba
abierto a la inmigración, la fase ascendente ha coincidido generalmente con la acti-
va entrnda de hombres del exterior. El ciclo interno iba acompañado, por lo tanto.
de esa manifestación externa. Por otro lado, también se ha comprobado en este país
-y a mí me tocó hacer este estudio1-
que ciertos fenómenos, como el de la nup-
cialidad. tenían un curso cíclico. que los movimientos observados en la Capital Fe-
deral tenían una correlación muy estrecha con el movimiento del comercio exterior
argentino. que es el mejor índice de nuestro desarrollo cíclico. Y así en otros fe-
nómenos de la vida social se notan las repercusiones de carácter cíclico. En nuestro
país tenemos allí por delante un campo que espera todavía ser explorado por el in-
vestigador.
1 Anotaciones demográficas a propósito de la teoría de los movimientos de la población, por Raúl
Prebisch. Buenos Aires, 1926. (N. del Ed. Publicado en el tomo 1, capítulo 38, de esta obra).

115
LA DEPRECIACION MONETARIA*
Vamos a entrar ahora en un campo interesantísimo para nuestros economistas y
sociólogos que ha provocado vivas controversias y polémicas apasionantes en la
Argentina. tanto en el pasado remoto como inmediato. y en las que pocas veces se
ha podido ver con claridad la verdad objetiva. Faltan todavía investigaciones serias
sobre la historia monetaria del país y sobre el proceso crónico que hemos tenido.
En el fondo. se ha observado un conflicto persistente entre los elementos di-
námicos propios de un país con grandes posibilidades de crecimiento con una pro-
pensión natural hacia el crecimiento y la exageración, por una parte: y la inadecua-
ción del régimen del patrón oro que sistemáticamente se ha tratado de implantar y
que en la misma ha sido destruido por la realidad. por otra. Basta señalar este he-
cho muy significativo: en los últimos 75 años de la historia monetaria argentina. el
patrón oro solamente ha actuado en un número de años que no excede de 25. y ha
actuado en la fase ascendente. o sea. cuando entraba oro y era fácil mantenerlo. de-
jando de funcionar en la fase descendente del ciclo.
El abandono del patrón oro significa la depreciación monetaria. y si los precios
en el mercado internacional no han variado fundamentalmente. ésta se traduce en
un incremento del nivel general de nuestros precios internos que provoca un pro-
fundo cambio en la distribución de los réditos de la colectividad. Tales transforma-
ciones llegan en ciertos casos a ser inocuas por cuanto significan el desplazamiento
de los ingresos de unas clases a otras. la expoliación de unas clases de la sociedad
en beneficio de otras.
Los problemas monetarios no son meras inquietudes teóricas. Representan un
aspecto de una realidad muy compleja en donde intervienen otros elementos de ca-
rácter social y político. De ahí que en pocos campos se vea tan claramente la ac-
ción de los intereses de grupos o clases sobre la política económica. Y también la
acción de las ideas dogmáticas en materia monetaria. que tanto daño han causado
en todo el mundo y que son una manifestación del estado científico p1imitivo en
que se encuentra la teoría económica.
* N del l'.d. La 111011cda v los ciclos l"<"o11ómicos e11 la Arge11ti11a, Fascículos No>. 9 y 10. p¡Ígs.
116-149. impresos el 13 y IX de noviembre de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
385.
El origen de la depreciación monetaria está en un desequilibrio del balance de
pagos, que no puede ser cubierto con oro. De ahí los dos tipos de depreciación que
hemos visto en la historia del país. El más frecuente, y que caracteriza buena parte
de nuestros ciclos hasta la crisis mundial, es la depreciación provocada por una ex-
cesiva expansión monetaria interna que propende al crecimiento exagerado del pa-
sivo del balance de pagos;
crecimiento que supera a la exportación y demás ren-
glones del activo, provocando una salida de oro que conduce a su abandono como
patrón y a la gradual depreciación de la moneda.
El otro tipo de depreciación, que ha sido menos frecuente. es el provocado por
una contracción de origen externo que reduce persiste11teme11te el activo del balan-
ce de pagos.
Es el caso de la Argentina durante la crisis mundial en que -además
de la expansión del crédito- su situación se vio acentuada después por la contrac-
ción de las exportaciones ocasionada por la violenta baja de los precios en oro en
el mercado universal.
El primer tipo de depreciación va acompañado por la elevación de los precios
internos. provocada por la misma desvalorización: mientras que en el segundo este
fenómeno ha venido a atenuar en el sistema económico argentino las consecuen-
cias de las bajas internacionales de precios en oro.
l. EL CASO DE LA EXPANSIÓN MONETARIA INTERNA
SUPONIENDO PLENA OCUPACIÓN1
Vamos a considerar el caso de un país que se encuentra en plena ocupación. es
decir. sin desocupados y con toda la capacidad productiva colmada; y en donde
también el balance de pagos se encuentra equilibrado, situación un tanto irreal pero
que tiene un gran valor lógico para hacemos penetrar en nuestro problema.
Supongamos que ese país tenga un total de ingresos de l0.000 millones; que
sus exportaciones e importaciones representen 2.000 millones cada una, y que el
dinero en circulación sea 3.333 millones; es decir. que la velocidd de circulación
que permite desarrollar esos 10.000 millones de réditos sea 3. Presumamos que el
Estado ha hecho uso del crédito bancario. o sea que ha creado 400 millones de di-
nero nuevo para aumentar sus gastos y poder así mejorar los sueldos o adquirir una
parte del excedente de una cosecha. etcétera.
Vamos a seguir el camino que recon-en estos 400 millones, para ver cómo se
distribuyen en cada etapa circulatoria. Primero, van a un determinado grupo de la
colectividad que lo gasta íntegramente. ya que supondremos que lo que se ahorra
1 Más adelante iremos complicando nuestro ejemplo con otras alternativas más cercanas a la realidad.

386
RAÚL PREBISCH
por unos se gasta por otros. Como el coeficiente de importación es de 20%. 80 mi-
llones (20% de 400 millones) van a la importación y desaparecen del proceso cir-
culatorio. pues estamos en un régimen de patrón oro. El déficit del balance de pa-
gos se cubre así con parte de las reservas preexistentes pues no ha aumentado la
exportación. El 80% restante del incremento (320 millones) se dedica a adquirir ar-
tículos y servicios de la actividad económica interna.
Cuando se ha abandonado el patrón oro. ya no se utiliza más metálico de las re-
servas metálicas preexistentes para los pagos internacionales. El sistema económico
se limita a utilizar las divisas provenientes del intercambio comercial. y ya no hay
tal cancelación de dinero. En el mercado de cambios habrá la misma cantidad de
divisas que antes. pues suponemos la exportación constante. pero habrá una mayor
demanda por las mismas a fin de pagar las importaciones que han crecido lo que
hará subir el precio de las divisas extranjeras en té1minos de moneda nacional.
En el curso de Bancos se habrá visto que el precio de las divisas extranjeras
bajo un régimen de patrón oro, no puede trasponer el punto de exportación del me-
tálico: es decir. la paridad de las divisas extranjeras más una pequeña cantidad.
que no llega normalmente al 1 %, que es el costo de enviar oro a otros mercados.
Pero cuando deja de utilizarse el oro como elemento de pago internacional, la valo-
rización de las divisas extranjeras -o sea la depreciación de la moneda nacional-
no tiene límites: depende de la magnitud de la demanda provocada por el aumento
de las importaciones que es. a su vez, consecuencia de la mayor cantidad de dinero
nuevo que se ha puesto en circulación. Si éste va aumentando indefinidamente. la
valorización de las monedas extranjeras será también indefinida hasta que se ponga
fin al proceso de inflación.
Es así como el dinero nuevo con que se pagan las importaciones no se cancela.
como cuando el país se encontraba en un régimen de patrón oro. Ese dinero adicio-
nal. creado durante el proceso de inflación. que usan los importadores para com-
prar cambio. no desaparece sino que pasa a manos de los exportadores, o sea que
volvemos al circuito monetario cerrado que habíamos considerado como hipótesis
muy irreal al tratar el patrón oro. Y si los expo11adores no tienen divisas suficientes
para satisfacer toda la demanda de los importadores. se ganará por las pocas que
existan un precio cada vez mayor2 o sea que los exportadores venderán sus produc-
tos al exterior a precios más altos en términos d~ pesos.
¿Y dónde irá. pues. ese dinero adicional que los exportadores reciben de los im-
,
- Mientras nos m:mlcngamos en la hipótesis de exportaciones constantes. éstas sumarán 2.000 mi-
llones de pesos del antiguo valor. Si suponemos que esta suma representa 500 millones de divisas. o sea
que cada unidad extr..mjcra vale 4 pesos. la presión de la demanda en el mercado de cambios superior a
la oferta elevará aicho .precio más arriba de 4 pesos. El punto del oro ya no opera como límite por cuan-
to no se exporta más oro.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
387
portadores? Si hay libre concurrencia, en gran parte irá a los productores agrope-
cuarios. Si no lo hay. sólo irá una parte, y la otra quedará en manos de los exporta-
dores. Pero el dinero quedará siempre dentro del sistema económico y permitirá a
quienes lo reciben acrecentar sus gastos.
Veamos la influencia que tiene sobre el volumen de ingresos el incremento de
dinero que sigue circulando.
Si suponemos que la velocidad de transformación de unos ingresos en otros si-
gue siendo 3. los 400 millones habrán cin:ulado en forma de réditos y hecho aumen-
tar el valor de los ingresos totales del sistema económico en 1.200 millones. Digo el
valor simplemente. por cuanto si me mantengo en la hipótesis de que en el sistema
había plena ocupación no es posible que aumente la cantidad de mercaderías y ser-
vicios bajo el estímulo del incremento de ingresos. o sea que todo el efecto de la ex-
pansión del dinero se traducirá exclusivamente en el aumento de los precios.
Para ver más claramente este fenómeno, volvamos a nuestro ejemplo de las eta-
pas circulatorias. Del primer incremento de 400 millones, el 80% se gasta en servi-
cios y actividades internas. pero como el volumen de estas últimas ya no puede di-
latarse por cuanto la ocupación ha llegado a su punto de saturación, la mayor
demanda de los que han recibido ese incremento de ingresos se traducirá en el alza
de los precios.
En la segunda etapa circulatoria se producirá un fenómeno similar, o sea que
esos ingresos se vuelvan a encontrar con una cantidad constante de artículos y servi-
cios, de modo que el alza anterior se mantiene. Es claro que me estoy refiriendo al
término medio de los precios, al índice general de precios del mercado, que no in-
cluye los salarios. Eso no quiere decir que se mantengan altos los precios de todos
los artículos: pues no dependerá de las transformaciones que vayan ocurriendo en el
proceso de inflación y en la demanda de los distintos grupos de la colectividad.
¿Qué habrá ocurrido con las importaciones? Los réditos de la colectividad han
subido de 10.000 millones a 11.200: son los l.200 de incremento provocado por la
circulación de los 400 míllones de dinero nuevo. El valor nominal de las importa-
ciones3. ha tendido a subir hasta que se llega a un nuevo punto de equilibrio en que
la demanda es exactamente igual a la oferta. Todo ello sin que el coeficiente de im-
portación haya variado. El monto de la importación en términos de pesos del nuevo
valor. será igual al 20% del nuevo volumen de réditos de 11.200 millones. o sea
2.240. El saldo 11omi11a/ de las impo11aciones es de 240, y por lo tanto también el
de las expo11aciones. El aumento de precio de las importaciones será. por lo tanto.
de 12% (240 x 100 + 2.000) y en todo el sistema económico habrá habido un au-
3 Digo valor nominal por cuanto no ha podido subir el valor de las importaciones medidas en mo-
neda extranjera. puesto que sólo hay 500 millones de divisas extranjeras.

388
RAÚL PREBISCH
mento de 12%. que es precisamente lo que significan esos 1.200 sobre los 10.000
millones de réditos. Eso en una hipótesis sencilla, alejada de la realidad. en que su-
ponemos que los otros elementos que influyen en el proceso no se modifican
Subrayo bien este hecho esencial: que 110 se pierde una sola partfcula del dine-
ro que se crea o engendra por el proceso de inflación. Ese dinero sigue circulando
y aumentando los ingresos de cierta categoría de gente. o manteniendo los ingresos
que se han producido en la colectividad en la primera etapa.
2. Los PERJUICIOS DE LA INFLACIÓN: LA SUBA DE PRECIOS
Y LA REDIS1RIBUCIÓN DE LOS RÉDITOS
Mientras tanto se va desarrollando otro fenómeno de gran importancia: el volu-
men total de los ingresos no cambia pero comienza el proceso de su redístribuciór;
hasta encontrar un nuevo punto de equilibrio. Se han trastornado todas las relacio
nes de precios y costos en el sistema económico. Si la inflación al subir los precios
de importación. exportación. y los de los otros ru·tículos que produce la actividad
económica interna. hiciera también subir automáticamente los sala1ios. interés. tari-
fas. seguros. etc .. no habría trastorno alguno en la distribución de los réditos. El
que antes ganaba 100 por sus ventas al exterior ganru·ía 200 sí los precios han au-
mentado al doble. y el que antes percibía 100 de sueldo tendría 200 y estará relati-
vamente en la misma situación que antes.
Pero eso no ocurre. Ante todo. veamos el caso del productor agropecuario. Se-
gún sea el grado de concurrencia entre los exportadores que compran sus productos
para mandarlos al exterior. recibirá íntegramente o en menor proporción ese incre-
mento: pero una parte del mismo proviene del alza de precios de la exportación.
que ocurre cada vez que la moneda se deprecia sin que hayan cambiado los precios
internacionales. Así. el productor recibe precios más altos. pero es un hecho de ob-
servación vulgar que los salru·ios que paga el productor no suben con la misma ra-
pidez. Hay un atraso. a veces considerable. en el alza de los salarios. Por otro lado.
si el productor es un arrendatario tampoco va a ver subir instantáneamente los
arrendamientos que están fijados por contratos: si es deudor. ya sea a corto plazo o
deudor hipotecario, los intereses y amortización que paga no tienen por qué alterar-
se cuando la moneda se deprecia ya que están expresados en moneda nacional. sal-
vo el caso de operaciones contraídas en moneda extranjera. en que entonces sí se
pe1judica.
Los únicos costos del productor que comienzan a subir instantáneamente son
los de aquellos artículos que compra en el mercado a los nuevos precios determina-
dos por la inflación.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
389
De manem. pues. que mientras los distintos elementos del costo del productor
agropecuario no siguen proporcionalmente el incremento de los precios de sus
productos, hay un margen de ganancia que se transfiere al productor quien así se
beneficia considemblemente con la inflación hasta que se haya logrndo el nuevo
ajuste. Coino la cantidad de artículos y servicios de la colectividad no se ha dilata-
do por el proceso de inflación, esa mayor cantidad de ingresos que queda en manos
del productor le permite tomar una cuota mayor de artículos y servicios a expensas
de los que perciben sueldos y salarios fijos, de los que son acreedores o propieta-
rios, etc., verdaderos perjudicados por la intlación.
El caso de las empresas industriales es similar. Aquellas que fabrican artículos
sujetos a la competencia exterior señalan una tendencia hacia el alza de precios
mucho más rápida. En efecto. al escasear la importación y subir sus precios, sube
también rápidamente el precio del artículo competidor en el mercado interno. sea
que se fabrique con materia prima nacional o proveniente del exterior. El movi-
miento es más lento en los precios de ciertos artículos que no compiten de hecho
con el extranjero. como el vino, el azúcar y el arroz; o que no tienen una propor-
ción muy alta de material extranjero en su elaboración.
Hay un tipo de ganancia de las empresas comerciales. industriales y producto-
ras que proviene de la valorización de las existencias de mercaderías que tenían an-
tes del proceso de inflación, las que van vendiendo a precios en alza en el curso del
proceso. En este caso. el beneficio de las empresas se hace directamente a costa de
la colectividad en general.
Las tarifas de los transportes y servicios públicos, por lo general están en una
situación distinta. pues casi siempre son fijas y no pueden ser aumentadas con rela-
tiva facilidad. Por otro lado. esas empresas tienen que comprar materiales a precios
más altos, y si tienen obligaciones a pagar en el exterior. deben comprar las divisas
a un precio más alto. lo cual empeora su situación llevándolas a solicitar aumentos
de tarifas con tanta mayor intensidad, cuanto habrán tenido que aumentar los suel-
dos y salarios de su personal. por el encarecimiento del costo de la vida.
En este sentido. los gremios mejor organizados y los que tienen mayor aptitud
para la contienda. son los que logran más pronto el ajuste de sus salarios a las nue-
vas condiciones. La eficacia de la organización obrera tiende pues a restablecer
más pronto el equilibrio si consiguen que una parte, por lo menos. del beneficio ~x­
traordinmio del productor o industrial vuelva a sus manos.
La situación en que se encuentra el Estado depende de la índole de su sistema
impositivo y de sus gastos.
Hay impuestos que no aumentan durante el proceso de inflación. como por
ejemplo la mayor parte de los impuestos aduaneros: los impuestos internos. la con-
tribución tcffitorial. cte. En cambio. hay otros en que el aumento de ingresos se

390
RAÚL PREBISCH
manifiesta rápidamente en un incremento de la recaudación. como es el caso del
impuesto a los réditos.
En cuanto a los gastos. los hay deliberativos y no deliberativos. Los p1imeros
son. por ejemplo. los sueldos. que pueden ser modificados por el Estado. Pero no
depended de la deliberación del Gobierno el volumen de los gastos que tenga que
afrontar por el encarecimiento de las divisas para pagar los servicios de la deuda
pública externa o por las adquisiciones que haga en el exterior. Hay ciertos rubros
constantes. como los servicios de la deuda pública interna y otros que varían con la
depreciación de la moneda. El Estado agranda su déficit o lo reduce según la com-
binación de estos elementos. Generalmente lo agrava porque aumentan los sueldos
y salarios, y los gastos no deliberativos.
En síntesis los productores rurales. industriales y comerciales. o en aquellos
grupos de la colectividad cuyos ingresos están representados por beneficios varia-
bles se ven favorecidos principalmente por la inflación a expensas de otros grupos
o clases sociales. a saber:
a) de los empleados y obreros de sus propias firmas o empresas en la medida en
que los sueldos y salm·ios no suben hasta alcanzm· el alza de los precios y en cuanto
lo permite el incremento de los beneficios:
b) de los propietarios de la tierra en el caso de los productores arrendatarios y
de los inmuebles de las firmas industriales o comerciales hasta que suban propor-
cionalmente los aITendamientos o alquileres:
c) de los acreedores: en este caso no hay ajuste posible y la pérdida es definiti-
va mientras que en los casos anteriores va disminuyendo: se pe1judican así los te-
nedores de cédulas hipotecarias y los acreedores hipotecarios cuyos ahorros se
prestaron directa o indirectamente a las firmas o empresas: los depositantes de aho-
ITO en los bancos por la misma razón:
d) de los empleados y obreros de las empresas de transportes y otros servicios
públicos que utilizan los productores. firmas o empresas directa e indirectamente.
lo mismo que los accionistas de tales empresas. mientras no suban las tarifas:
e) de los empleados y obreros del Estado mientras no suban sus sueldos y sala-
rios por aumentos ele impuestos que recaen en una forma u otra sobre los benefi-
cios de los productores. finnas o empresas: y de los tenedores de tftulos de la deu-
da pública interna;

t) de los consumidores en general por el aumento de los precios de las mercade-
rías que los productores. firmas o empresas tenían anteriormente en sus existencias.
Las clases obreras se ven pues seriamente pe1:judicaclas. especialmente el vasto
número de obreros no calificados cuya falta de organización les impide luchar efi-
cazmente por el aumento de sus salarios. Por esta misma razón la clase media sufre
también intensamente y por lo general relativamente más que los gremios bien or-
ganizados de las clases obreras.

LA DEPREC1ACIÓN MONETARIA
391
En estas últimas figuran además las que. sin depender de firmas o empresas, re-
ciben remuneraciones por sus se1Ticios personales de magnitud similar a la de los
salarios; lo mismo que en la clase media en lo que respecta principalmente a los
profesionales. Estas remuneraciones por servicios personales se mueven también
lentamente. en parte por la inercia de la costumbre, y principalmente porque ellas
dependen de los ingresos de los obreros y empleados que utilizan tales se1vicios.
Figuran también estas clases:
a) la gran masa de depositantes de aho1rn de los bancos o cajas: son acreedores
que cuando retiran sus depósitos reciben la misma cantidad de dinero pero con un
menor poder adquisitivo: se pe1judican en beneficio directo de los productores. fir-
mas o empresas. si es que éstas son las deudoras. o indirectamellte si es que los
deudores son empleados. obreros o profesionales cuyos sueldos. salarios o remune-
raciones. suben lentamente;
b) la gran masa de jubilados o pensionistas cuyos aportes anteriores. en tiem-
pos en que trabajaron, representaron en realidad la acumulación de ahorros inverti-
dos por las c~tjas en títulos y cédulas: es pues un caso similar al anterior;
c) una parte de los que tienen seguros de vida; caso también similar.
Fuera de las clases obreras y la clase media -en su acepción económica- los
que se perjudican principalmente por la inflación son los tenedores de títulos y cédu-
las por sumas superiores, lo mismo que los que contrataron seguros de vida elevados.
Es cierto que los propietarios de inmuebles también se perjudican mientras es-
tén en vigencia los contratos anteriores por arrendamientos o alquileres. Pero en
cambio tienden a subir intensamente los precios de los inmuebles con la inflación
por la gran demanda de quienes invierten en ellos sus ahon-os o el producto de la li-
quidación de títulos para ponerse a cubierto de la pérdida de valor de la moneda.
Del mismo modo suben también las acciones de empresas -que representan bienes
concretos-. salvo lo que se dijo acerca de las de servicios públicos -con lo que se
capitaliza el incremento que se espera en los beneficios- en virtud de la inflación.
En síntesis, para tenninar con este punto, diremos que el alza general de los
precios provoca grandes trastornos en la distribución de los ingresos de la colecti-
vidad por cuanto los ingresos o beneficios de los productores. industriales o comer-
ciantes suben más i11te11same11te que los precios. con lo cual reciben una cuota ma-
yor
que antes en el reparto de los artículos o servicios que produce la colectividad.
Todo ello en desmedro de los que están sujetos a sueldos, salarios y otros ingresos
que suben menos intensamente que los precios y de los acreedores y tenedores de
distintas formas de ahorro (depósitos. títulos. seguros, jubilaciones) en cuyo caso
no ocurre ajuste alguno.
La pérdida causada a los acreedores y tenedores de ahorro por la intlación es
definitiva: la que afecta a los sueldos. salarios y otras remuneraciones es transitoria

392
RAÚL PREBISCH
y va disminuyendo a medida que se ajustan al alza de precios. Pero el proceso es
muy lento en extensas categorías de. la población. y si el alza es persistente -ya
sea por la inflación o por la elevación constante de los precios internacionales
(como también ha ocurrido)- la suma total de artículos y servicios. de riqueza.
que se transfieren arbitrariamente de unos grupos sociales a otros por la inflación
puede llegar a ser de vastísimas proporciones.
Este ha sido un factor de considerable importancia en la acumulación de fortu-
nas en la historia económica de nuestro país.
3. LA EXPANSIÓN MONETARIA INTERNA NO EXISTIENDO PLENA OCUPACIÓN
Vamos a complicar nuestro ejemplo del punto l (páginas 385 a 388) suponien-
do que:
a) no existe plena ocupación; es decir. que es posible intensificar la actividad
económica interna y absorber desocupados;
b) se modifique el coeficiente y la composición de las importaciones;
c) se altere la velocidad de circulación del dinero;
d) y además intervengan factores psicológicos que acrecienten la demanda de
divisas.
Vamos a considerar primero los puntos a) y b). Supóngase. como en el ejemplo
mencionado. un total de ingresos de 10.000 millones. de los cuales 2.000 (20%) se
gastan en importaciones pagadas con igual cantidad de exportaciones. Estos 2.000
millones equivalen a 500 millones de unidades de divisas extranjeras. lo que da
una relación de 4 unidades de moneda local por divisa. La cantidad de dinero es de
3.333 millones. que suponemos aumenta por incrementos sucesivos hasta llegar al
doble: 6.666 millones. debido a Ja expansión del crédito bancario. sea por motivos
fiscales o por las necesidades crecientes de la actividad económica.
Cada incremento de dinero cumple el conocido proceso circulatorio sin que se
pierda cantidad alguna en el pago de importaciones. por encontrarnos en un circui-
to cerrado. según lo explicamos.
En la primera etapa circulatoria el incremento de dinero. al gastarse tanto en ar-
tículos y servicios internos como en importaciones. engendra una cantidad igual de
nuevos ingresos. que en la segunda etapa vuelven a transferirse íntegramente y a
crear otros ingresos equivalentes y así ra manteniendo el volumen acrecentado de
ingresos de etapa en etapa.
Lo mismo ocurre con los incrementos sucesivos de dinero nuevo y mientras
este proceso se desarrolla. crece el volumen de ingresos expresados en dinero.
En el ejemplo anterior. el aumento de los ingresos provocaba exclusivamente la

LA DEPREOACIÓN MONETARIA
393
elevación de los precios. pues ya había plena ocupación. En cambio. en el presente
ejemplo el incremento de demanda provocada por cada incremento sucesivo de di-
nero, al mismo tiempo que hace subir los precios, estimula el aumento de la pro-
ducción. Suponiendo que haya capacidad disponible o facilidad pam ampliarla. el
aumento se produce tanto en artículos y servicios, en los que la producción interna
abastecía totalmente al consumo, como en los artículos que antes se importaban to-
tal o parcialmente. Contrariamente a lo que ocurre en el régimen de patrón oro, en
vittud del empleo de las reservas metálicas. las importaciones no pueden aumentar
más allá de las 500 unidades de divisas que proveen la'> exportaciones. Por lo tanto,
sube el precio de las divisas conforme aumenta la demanda de importaciones. Y
esta alza de precios tiene efectos inmediatos similares a los de aumento de los dere-
chos aduaneros. hasta que se ajustan completamente el nivel de los salarios y de-
más costos a las nuevas condiciones. Mientras tanLo. el empresruio industrial en-
cuentra conveniente extender la producción existente o emprender nuevas
producciones. según los casos.
Supongamos que a causa de este estímulo de la producción local, el coeficiente
de importaciones haya bajado de 20% a 16%. Examinemos los efectos que ello ten-
drá en el proceso circulatorio. Los incrementos sucesivos ya han llevado la canti-
dad de dinero en circulación al doble. o sea 6.666 millones.
Esto significa que en cada etapa circulatoria los ingresos alcanzan ahora a dicha
cantidad y si la velocidad con que unos ingresos se transforman en otros, de etapa
en etapa. no ha cambiado. esos 6.666 millones al circular tres veces en el año ha-
brán engendrado un total de 20.000 millones de ingresos. Ahora bien, en cada eta-
pa el 16% de los ingresos se gasta en importaciones. de acuerdo con el nuevo coe-
ficiente. y el 84% restante en artículos o servicios de la actividad interna: de
manera que en las tres etapas anuales de los 20.000 millones a que ascienden ahora
los ingresos. 3.200 millones corresponden a importaciones y 16.800 millones a ar-
tículos y servicios internos.
Esos 3.200 millones de importaciones representan el nuevo valor en moneda
nacional que adquiere la ca111idad co11sta11te de 500 unidades de divisas que se dis-
putan en libre concurrencia los importadores. lo que quiere decir que el precio de
la unidad de divisa ha pasado de m$n 4 a m$n 6.40 o sea que ha subido en 60%.
En esta medida han tendido pues a subir los precios de las importaciones y las ex-
portaciones.
¿En qué medida ha aumentado la cantidad o volumen ff sico de la producción
interna por el estímulo de ese aumento de 60% en el precio de los artículos impor-
tados y por el aumento de los otros precios? Es fücil averiguarlo.
En efecto. de los 10.000 millones de ingresos. se gastaban anteriormente 8.000
millones en artículos y servicios internos y 2.000 millones en importaciones. De

394
RAÚL PREBISCH
los 20.000 millones de ingresos actuales acabamos de ver que corresponden 3.200
millones a las importaciones y 16.800 millones a aitículos o servicios internos. El
valor de éstos ha aumentado pues de 8.000 millones a 16.800 millones o sea en
110%.
¿Pero en qué medida ello corresponde al aumento de cantidad de ru1ículos y
servicios? Para saberlo necesitamos conocer el ascenso que ha experimentado el
término medio de los precios. Este aumento no es necesariamente igual al de los
precios de importaciones y exportaciones por dos razones. Primero. porque el au-
mento de la producción en artículos que compiten con los importados puede haber
contribuido a que el alza sea inferior. Segundo. porque en artículos que no compi-
ten con la importación. al ampliru·se fácilmente la producción. en virtud de la capa-
cidad disponible y de la existencia de desocupados. es posible que sus precios ha-
yan subido menos intensamente que los de importación. Esto podrá ocurrir hasta
que se llegue a la plena ocupación. Si alcanzado ese punto el dinero sigue acrecen-
tándose. el alza de estos precios podrá volverse tan fuerte como la de importación.
Podríamos suponer. en consecuencia. que el alza media de los precios de los ar-
tículos y servicios internos ha sido de 50%. Esto nos pennite "desinllar" los 16.800
millones a que ahora asciende el valor total calculando el valor a los precios ante-
riores. La nueva cifra resulta así de 11.200 millones contra 8.000 millones anterior-
mente. o sea un incremento de 40%.
Para saber el total de artículos y servicios que tiene ahora la colectividad. ten-
dremos que sumar a esos l l.200 millones de valor "desinflado" de artículos y ser-
vicios internos los 2.000 millones de valor "desinflado" de las importaciones. o sea
13.200 millones. Comparado este total con los 10.000 millones de antes. nos da un
inaemento neto de ingresos reales. calculados a precios constantes. de 32%.
Véase pues la diferencia entre este segundo ejemplo y el anterior. Mientras en
aquél. por haber plena ocupación todo el incremento de dinero se dirigía hacia los
precios. haciéndolos subir proporcionalmente. en el presente ejemplo una parte del
incremento de dinero es absorbida por el aumento de la actividad económica. pro-
vocada por la mayor demanda y el alza de los precios.
4. LA EXPANSIÓN DE LOS RÉDITOS REALES DURANTE LA INFLACIÓN
Y LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN DE LOS INGRESOS
Pero debemos considerar con ciertas reservas el incremento de la producción de
artículos y servicios que la inllación ha provocado cuando. como en el caso recién
considerado. la depreciación de la moneda en términos de divisas extranjeras hace
descender el coeficiente de importaciones.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
395
En efecto. la mera comprobación de ese incremento es insuficiente para juzgar
su valor económico y social. Hay que conocer dos hechos fundamentales: de qué
artículos y servicios se trata y qué clases o grupos sociales van a disfrutar de ellos.
Si se trata principalmente de artículos superfluos o de lujo, destinados a las clases
favorecidas por la inflación. tiene un significado muy distfnto de si fueran artículos
o servicios destinados al consumo de las grandes masas de la población. o de bie-
nes instrumentales que permitan en lo futuro acrecentar la producción de tales ar-
tículos.
En consecuencia. para juzgar acerca de este importante aspecto de nuestro pro-
blema es indispensable saber qué metas u objetivos persigue la Política social de la
colectividad.
Para mí, ese objetivo fundamental, en el orden económico. es elevar el nivel de
vida material de la clase obrera y la clase media. Eso sólo podrá conseguirse efi-
cazmente. primero. aumentando la producción de los artículos y servicios que re-
quieran para satisfacer sus necesidades, y segundo. haciendo recaer sobre los otros
grupos sociales que ya tienen un altísimo nivel de vida una parte mayor del costo
de la administración y de los servicios sociales. No hay que olvidar. sin embargo.
que esto plantea una cuestión de difícil solución. Si esos gravámenes tienden sola-
mente a limitar los consumos superfluos de las clases ricas y su producto se emplea
eficientemente por el Estado. la colectividad habrá ganado en su conjunto. Pero si
los gravámenes reducen la masa de ahorro que esas clases invierten en extender y
mejorar la producción o incorporando las mejoras que ocurren en la técnica y la or-
ganización productiva, a la larga se habrá privado a la colectividad del aumento fu-
turo de la producción de artículos o servicios que ello traería consigo.
Concierne a nuestro ejemplo el primer punto, a saber, el aumento de los ar-
tículos y servicios a disposición de la~ grandes masas de la colectividad. La infla-
ción no propende al cumplimiento de este propósito por los trastornos que, según
hemos visto. provoca en la distribución de los réditos o ingresos.
Si los sueldos, salarios. beneficios. y demás ingresos subieran paralelamente a
los precios. no habría razón alguna para que se modifique la demanda. o sea la for-
ma en que se reparte el total de ingresos en los distintos artículos o servicios. Tam-
poco tendría por qué modificarse el coeficiente de importaciones en virtud de la
depreciación monetaria y por lo tanto por qué ocurrir un estímulo a la producción.
Sólo la elevación de los derechos de aduana podría crear ese estímulo.
Pero como ocull'en los trastornos que ~a sabemos en la distribución de los in-
gresos. se producen también alteraciones importantes en la demanda. En efecto, la
inflación beneficia principalmente a grupos cuyo monto anterior de ingresos ya les
permitía cubrir holgadamente las necesidades inherentes a su nivel de vida. El in-
cremento de ingresos les llevará por lo tanto a acrecentar la demanda de artículos y

396
RAÚL PREB.L5CH
servicios no esenciales. superfluos o de lujo: a las construcciones suntuarias y a
otras formas de despliegue de la riqueza. OcuITe así una verdadera deformación o
distorsión en la actividad económica y una parte apreciable del incremento de la
producción de :u-tículos y servicios va simplemente a aumentar la cuota que corres-
ponde en el reparto colectivo a los grupos beneficiados por la inflación.
Naturalmente, cuando más rápidamente suben los sueldos y salarios. disminuye
la intensidad de esta deformación de la demanda pero también disminuye el incen-
tivo para extender la producción o emprender nuevas producciones en virtud de la
declinación lógica de los beneficios industriales. El incremento de ingresos de los
grupos favorecidos por la inflación COITesponde en consecuencia a sus propios con-
sumos. Y el incremento de ahorro que pueda producirse tiende también a invertirse
en las actividades a las que se dirige preferentemente la demanda.
Algunas cifras aclararán nuestro razonamiento. Supongamos que de los 10.000
millones de ingresos totales del segundo ejemplo, 1.500 millones corresponden a la
categoría de los que serán beneficiados por la inflación. y 8.500 millones a la cate:
goría de los pe1judicados. La inflación. dijimos. aumentó los ingresos reales -
esto es la producción de artículos y servicios descontando el alza de los precios- a
13.200 millones. El nivel de ocupación se elevó en proporción coITelativa, o sea en
32%.4 Pero este incremento de ingresos reales de at1ículos y servicios no se distri-
buye proporcionalmente entre las dos categorías según ya sabemos. sino que favo-
rece a una categoría en desmedro de la otra. Esto significa que en la categoría de
los perjudicados -principalmente las clases obrera y media- el incremento de in-
gresos reales resulta inferior al incremento de ocupación, o sea que el obrero o em-
pleado tiene. en término medio. un ingreso real inferior al de antes. mientras que
en la categoría de los favorecidos. el incremento de ingresos es superior al de la
ocupación. Tanto la categoría en sú conjunto -firmas o empresas comerciales. in-
dustriales y productoras- como cada individuo componente de la misma tiene. en
término medio. un ingreso real superior al de antes. En el siguiente cuadro se pre-
sentan cifras hipotéticas para aclarar el caso pero no para demostrar estas conclu-
siones.
4 Para simplificar el razonamiento suponemos que la proporción es la misma, si bien el incremen-
to de costos reales al aumentar la producción int1uye en que los artículos y se1vicios crezcan menos in-
tensamente que la ocupación.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
397
CuadroN2 l
En la inflación·
Antes de la
Crecimiento
Crecimiento no
Inflación
proporcional
proporcional
Ingresos
%
Ingresos
%
Ingresos
%
reales
reales
reales
Total de ingresos
Reales
10.000
100
13.200
100
13.200
100
Categorías:
Favorecida
1.500
15
1.980
15
3.000
22,7
Perjudicada
8.500
85
ll.220
85
l0.200
77,3
En consecuencia, el aumento del nivel de ocupación se ha efectuado en detri-
mento del nivel de vida medio de las masas. Para que ese detrimento no ocurra, se-
ría indispensable que el incremento real de ingresos se efectúe proporcionalmente,
como en la segunda columna del cuadro Nº l. Pero ello es absolutamente ilógico
pues, como hemos visto, el estímulo de la producción es el resultado exclusivo de
este crecimiemo desigual de ingresos y tennina cuando el ajuste de los sueldos, sa-
larios y otros costos. al alza de precios se ha realizado totalmente.
El elemento expansivo que entraña la inflación es, pues, un resultado del trastor-
no que la inflación provoca en la distribución de los ingresos de la colectividad.
Por eso dista mucho de satisfacer el propósito fundamental que atribuimos a lapo-
lítica social. Afortunadamente, hay otras formas de utilizar ese elemento expansivo
a fin de llegar a la plena ocupación y utilización máxima de las fuerzas productivas
del país, sin los graves trastornos o injusticias sociales que la inflación trae consigo.
Al hacer esta crítica de la inflación, conste que hemos comenzado el razona-
miento con el ejemplo más favorable, en el que por obra de la depreciación de la
moneda el coeficiente de importaciones baja y se estimula la actividad económica
interna. Pero los hechos no ocmren necesariamente así. Es posible que gran parte
del acrecentamiento de la demanda de artículos no esenciales, superfluos o de lujo
de los grupos beneficiados con la inflación se concrete persistentemente en ar-
tículos importados, por varias razones como las siguientes: que se trate de artículos
que, como los automóviles por ejemplo, no pueden ser producidos en el país con la
protección transitoria de la moneda depreciada; o de materiales para la fabricación
local de tales artículos, que tampoco puedan producirse localmente por la misma
razón; que el gusto de los consumidores no se satisfaga por una razón u otra con ar-

398
RAÚL PREBISCH
tículos de procedencia local; o que los inversores no juzguen conveniente aplicar
su ahoITo a la expansión de las industrias que se requiera para satisfacer en el país
el incremento de esta demanda, que por cierto no está destinado a persisitr mucho
tiempo como veremos más adelante.
En tal caso el coeficiente de importaciones no solamente no bajaría como en el
caso anterior, sino que podría hasta llegar a subir, y el perjuicio social que traería la
inflación sería mucho más serio pues se comprimiría más intensamente la cantidad
de artículos y servicios a disposición de las clases castigadas por la intlación, sin
que el aumento de la ocupación pueda compensar con una nueva demanda la pérdi-
da de demanda que ello origina en la actividad económica inLerna. Es más; se conci-
be la posibilidad de que la ocupación más bien disminuya si el desplazamiento de la
demanda de los grupos favorecidos por la inflación hacia las imp011aciones es muy
intenso y si por lo tanto aumenta sensiblemente el coeficiente de importaciones.
Recurramos a nuestro ejemplo anterior para ver mejor el caso. Supongan que la
modificación de la demanda de los grupos favorecidos por la inflación eleve el co-
eficiente de importaciones de 20% a 30%. En consecuencia, de los 20.000 millones
a que asciende el total de ingresos. 6.000 millones coITesponden a las importacio-
nes contra 2.000 millones antes, o sea que el precio medio de éstas ha aumentado
en 200%. También ha aumentado con la misma intensidad el de las exportaciones
y por lo tanto ha tendido a subir intensamente el de los importantes artículos de
consumo interno que siguen a los de exportación. Es fácil comprender entonces
que si la elevación de estos precios obliga a las clases perjudicadas por la inflación
a destinar a los artículos respectivos una mayor proporción de sus ingresos. queda-
rá una menor proporción para otros artículos y servicios de la actividad interna. Y
si ello no se compensa por la mayor demanda que para esos artículos trae el incre-
mento de la ocupación --que en este caso no se opera o se opera débilmente en vir-
tud de la nueva hipótesis en que nos encontramos- las actividades afectadas verán
disminuir su nivel de ocupación.
Veamos los números. Si el valor de las importaciones ha subido a 6.000 millo-
nes quedan 14.000 millones para los artículos y servicios de la actividad interna,
contra 8.000 millones anteriormente. Si los precios han subido allí, en término me-
dio, en 100% en vez del 200% de los de importación y exportación. el valor debió
pasar de 8.000 a 16.000 millones si no hubiese disminuido el volumen físico de los
artículos y servicios. Pero como ha subido sólo a 14.000, es evidente que éste ha
disminuido.
Obsérvese pues cómo en este nuevo caso hipotético extremo al reducirse la can-
tidad de artículos y servicios internos e importados que les corresponden a las cla-
ses pe1judicadas no sólo ha disminuido su nivel de vida, sino que la intlación, por
los graves trastornos que provoca en la distribución de los réditos, lejos de promo-
ver la absorción de desocupados contribuye más bien a aumentarlos.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
399
1. LA DIS1RIBUCIÓN DE LOS INGRESOS Y LA INTENSIDAD
DE LA ACfIVIDAD ECONÓMICA
Hago aquí un parénlesis para señalar la importancia que la distribución de los
ingresos o la riqueza tiene en la intensidad de la actividad económica, o en otros
términos. en el total de ingresos de la colectividad. Los ingresos exagerados de
ciertos grupos sociales cuya demanda se satisface en buena parte por la importa-
ción de una proporción relativamente grande de artículos no esenciales. superfluos
o de lujo. exagera el coeficiente de importaciones y contribuye, así. a que la colec-
tividad no alcance el nivel de plena ocupación o no utilice eficientemente sus re-
cursos colectivos. El problema del nivel de producción no puede disociarse del
problema de la distribución de la riqueza que ella engendra.
Creo indispensable insistir en las repercusiones sociales de la inflación porque a
veces se han invocado motivos o consideraciones sociales para justificar el aumento
intlacionista de los gaslos del Estado. Pero la inflación no tarda en destruir toda o
buena parte de las ventajas de esa índole acordadas a las clases que se quiere benefi-
ciar. La elevación del nivel de vida de las masas es. según ya lo dije. el objetivo
principal de la política social. Pero la inflación no es el medio para conseguirlo.
Ya hemos visto, en efecto. que aún en los casos en que la inflación trae consigo
el incremento de la producción de artículos o servicios. ese aumento en buena par-
le, va a parar a manos de los grupos favorecidos por esta grave perturbación mone-
taria. Pero es más; las industrias nuevas que se implantan o las que extienden su ca-
pacidad para responder al incremento de la demanda de esos grupos reposan sobre
una base precaria.
Esa demanda. que ha llevado a una distorsión de la actividad productiva, tiene
una duración limitada. Por una razón o por otra, tarde o temprano, se detiene el
proceso inflacionista y el alza de los precios. mientras los sueldos, salarios y demás
costos, que les iban en zaga. continúan subiendo. Los beneficios extraordinarios
van así disminuyendo hasta desaparecer. En consecuencia. la distribución de los in-
gresos y por lo lanto la composición de la demanda tiende a aproximarse a lo que
fue antes. Las empresas y firmas comercü1les y los servicios que antes se habían
expandido desmesuradamente para satisfacer el fuerte crecimiento de la demanda
de artículos no esenciales, superfluos o de lujo. se encuentran ahora con que la de-
manda decae y las inversiones de ah01To o de crédito resultan excesivas. Este es el
fenómeno llamado de sobrecapitalización en el proceso inflacionista.
Si los artículos en cuestión tienen competencia exterior. se tratará de resolver el
problema aumentando los derechos aduaneros para restringir e impedir las importa-
ciones. Pero si no hay competencia exterior, las industrias sobreexpandidas no tie-

400
RAÚL PREBISCH
nen otra salida que la de trabajar a un nivel más bajo. o cerrar unidades productivas
con la consiguiente desocupación.
La presión para lograr el aumento de la protección aduanera no sólo proviene
de las industrias sobrcdes<urnlladas; en todos los casos. la depreciación de la mone-
da. esto cs. el alza del precio de las divisas extranjeras. ha tenido los mismos efec-
tos inmediatos del incremento de la tarifa aduanera. según lo hice notar en otra par-
te. Esos efectos inmediatos van agotándose a medida que suben los sueldos,
salarios y otros costos. Se llega al punto crítico cuando las nuevas industrias o las
industrias ampliadas durante la inflación ya no pueden soportar nuevos aumentos
de costos mientras que las industrias que antes vivían con protección o sin ella pue-
den seguir soportándolos hasta que sus beneficios lleguen al nivel normal que te-
nían antes del proceso inllacionista. Compréndese así que esas industrias que se
habían ampliado o formado b•\\io la protección transitoria de la depreciación mone-
taria reclamen ahora la protección definitiva de los derechos aduaneros para conso-
lidar la situación adquirida. y evitar la pérdida del capital invertido y la desocupa-
ción de los empleados y obreros.
2. LA TEORÍA CUANTITATIVA DE LA MONEDA
No creo que haga falta extenderse en mayores argumentos para demostrar en
qué consisten los máximos trastornos económicos y sociales que provoca la infla-
ción. Volveremos ahora por un momento al aspecto monetario del problema para
relacionar lo que habíamos discurrido acerca de la influencia de la cantidad de di-
nero sobre los precios con la conocida teoría cuantitativa de la moneda. No quisie-
ra tomm· tiempo en explicarla. 1
La leoría cuantitativa se expresa en esta fórmula simple. La cantidad total de di-
nero o moneda M multiplicada por la velocidad de circulación V. es igual al volu-
men de transacciones T. multiplicado por el término medio de los precios. Si varía,
pues, M y no varían V y T, el aumento de M tendrá que producir un aumento pro-
porcional en los precios P. Tal es el primer caso que consideramos con el fin exclu-
sivo de entrar más fácilmente en nuestro fenómeno. Porque en la realidad varían T,
o sea las transacciones y el volumen de ingresos a que ellas darán lugar. y V, la ve-
locidad de circulación. En el segundo caso. M aumenta al doble. pero los precios
no suben en la misma proporción sino en 51.5%, puesto que el incremento de 32%
en las transacciones absorbe una ¡xu·te del incremento de dinero.
i
Por lo demás lo hacen muy bien los buenos libros, entre los que quiero recordarles uno que me
parece excelente. Ja /111rod11cl'ió11 a la Teoría Mon<"laria de [.ester Chamllcr. Hay traducción castellana
publicada por el Fondo de Cultura Económica de México.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
401
Cuando el incremento de M en vez de circular indefinidamente en un circuito
cerrado, como sucede en un régimen de inconversión monetaria como el que esta-
mos estudiando, sale --en un régimen de conversión monetaria- al exterior en
forma de oro y divisas, no se produce el alza de los precios interiores. Ya explica-
mos en las primeras clases cómo no es posible que bajo el patrón oro nuestro nivel
de precios de los artículos sujetos a la influencia del intercambio con el exterior di-
fiera sensiblemente del nivel de los precios mundiales. La teoría cuantitativa sólo
se verifica entre nosotros en un régimen de inconversión. Por lo contrario, en paí-
ses de gran magnitud económica el aumento de la cantidad de moneda hace au-
mentar las transacciones y los precios, y este fenómeno se propaga al resto de los
países del mundo.
Es oportuno mencionur ahorn la velocidad de circulación del dinero que hemos
supuesto constante para no complicar nuestro problema. No suele suceder así en la
realidad sin embargo. especialmente cuando el alza de precios es rápida. Los con-
sumidores tratan de retener el dinero lo menos posible y de transformarlo en ar-
tículos que después valdrán más. Los comerciantes. industriales y productores ha-
cen lo mismo. Aumenta así la velocidad de circulación del dinero y hace más
intensa aún el alza de los precios. El caso más notable de este fenómeno de nuestra
época es el que ocuiTió en Alemania en la inflación de la postguerra, sobre el cual
se ha escrito abundantemente. La moneda llega a ser una brasa quemante que todos
tratan de pasar a otras manos.
Este deseo de desprenderse del dinero se manifiesta también en las compras de
divisas: ya sea por razones meramente especulativas, o simplemente para buscar un
refugio en otras monedas o para anticipar pagos exteriores que luego podrán costar
más según se ha explicado en otra oportunidad. Esta demanda adicional de divisas
hace subir con más fuerza su precio y las importaciones tienen que comprimirse en
la medida en que se emplean con esos fines las divisas provenientes de la exporta-
ción y otros renglones del activo del balance de pagos.
Corresponde ahora ver lo que sucede con los principales renglones normales
del balance de pagos en la inflación. Sólo nos hemos ocupado de las importacio-
nes. El Estado. las empresas de servicios públicos y demás entidades o firmas que
deben girar cantidades dete1minadas de divisas extranjeras por servicios financie-
ros u otros conceptos. se ven desde luego perjudicados por el encarecimiento de
esas divisas. El capital extranjero inve11ido en la producción, industrias y comercio
también tiene que pagar más por las divisas extranjeras pero sus beneficios son
también mayores. En algunas ramas de los negocios los beneficios crecerán más
rápidamente que el precio de las divisas y en otras menos, según el grado con que
hayan favorecido los desplazamientos de la demanda a que ya nos hemos referido.
En cuanto a las expo11aciones. las hemos supuesto constantes en nuestro razo-

402
RAÜL PREBISCH
namiento. El alza de los precios tiende desde luego a estimular la producción pero
sus efectos, en un país agrario. no se sienten con la misma prontitud que en los pa-
íses de exportación industrial en que el volumen de lo que se produce y exporta es
el resultado de la deliberación directa de los empresarios. Habiendo en un momen-
to dado una determinada cosecha que vender. cuya magnitud no se puede alt<!rar
hasta el año siguiente. el estímulo de la depreciación no permite agrandar la canti-
dad existente sino que promueve más bien la extensión de la producción futura. El
estímulo inmediato sólo se opera en aquellos casos de grandes existencias acumu-
ladas que no pueden liquidarse sin forzar los precios internacionales. La deprecia-
ción de la moneda facilita esta liquidación sin afectar los precios en moneda nacio-
nal o aún subiéndolos si ella es intensa en relación a la baja que el mercado
internacional requiere.
Fuera de estos casos, el estímulo de la depreciación sobre las exportaciones de
un país agrario toma necesariamente tiempo para volverse efectivo. Y como sucede
en las industrias. el estímulo va disminuyendo a medida que el beneficio extraordi-
nario de los productores se va reduciendo por la elevación de los sueldos, salm"ios
y demás costos.
3. LA ESPIRAL DE LA INFLACIÓN
Conforme se des~urnlla el proceso inflacionista. hay elementos que tienden a
exagerarlo. Al factor originmio de la inflación -que frecuentemente es el déficit
fiscal- se va agregando otro provocado por el incremento de los precios. que inci-
de sobre las finanzas públicas, esto es. sobre los sueldos y salm"ios y demás gastos
a cargo del Estado. Ello agrava el déficit y lleva al Estado a hacer uso más intenso
del crédito para cubrir las necesidades ele su presupuesto.
Dentro de la actividad privada existen también dos elementos que contribuyen
a hacer más intenso el uso del crédito. Uno se refiere a la mayor necesidad de dine-
ro de las empresas. provocada por el aumento ele los precios y el otro a la demanda
de crédito para realizar nuevas inversiones en aquellos campos de la actividad eco-
nómica donde el alza inflacionista de los precios tiende a estimular las inversiones.
En esta forma. los incrementos de dinero se suceden continuamente durante el
proceso inflacionista y conforme los sueldos y salarios se van ajustando a un nuevo
nivel de precios. sobreviene otro aumento de crédito que hace subir más aún Jos
precios y requiere un nuevo ajuste de sueldos y salarios. Esto es lo que se llama
"círculo vicioso" o "espiral de Ja inflación".
La mayor demanda provocada por el incremento de dinero. que hace subir los
precios. permite subir también los salm"ios en las empresas o sectores ele Ja activi-

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
403
dad económica beneficiados por dicha alza de precios. Es precisamente ese ajuste
entre costos y precios lo que lleva al sistema económico a un nuevo punto de equi-
librio. Pero hay otras actividades donde los precios no han subido con la misma in-
tensidad y mpidez que en las primeras y donde el mayor costo de la vida impele a
los obreros y empleados a luchar también por el alza de sus salarios. En este último
caso. el alza de los salarios puede ser un motivo del alza de los precios, al revés de
los primeros casos donde el alza de los precios es el motivo del alza de los salarios.
Ya no se trata. pues. de un mero ajuste a las nuevas condiciones creadas por la in-
flación. sino del surgimiento de un nuevo factor inflacionista que tiende a hacer su-
bir los precios.
Es fácil encontrar en las crónicas sobre el proceso inflacionista en los países en
guerra ejemplos recientes de este proceso. La controversia entre grupos obreros
que tratan de hacer subir sus salarios en aquellas actividades donde los beneficios
del alza de los precios han sido absorbidos por los impuestos es corriente.
4. CLASES DE INFLACIÓN
a) La Íl!flació11 de guerra
Vamos a examinar ahora los distintos factores que históricamente han prov<>ca-
do la inflación. El más común y serio por sus consecuencias proviene de los gran-
des gastos que los gobiernos tienen que hacer para costear la guerra.
La guerra es un factor de inflación en los países beligerantes. y la repercusión
de la contienda sobre los países neutrales. a través de las transacciones comercia-
les. representa también un factor de inflación para estos últimos. Son los dos casos
de inflación que presenciamos en estos momentos.
De los procesos int1acionistas que hemos visto en la historia de nuestro país so-
lamente uno ha sido provocado por necesidades de la guerra: es el caso del conflic-
to con el Paraguay. En el resto de nuestras experiencias inflacionistas. o se ha trata-
do de la repercusión de inflación exte1ior o de casos autóctonos de inflación.
principalmente provocados por el déficit fiscal, unido con frecuencia al abuso del
crédito en las actividades económicas privadas.
El fenómeno de la in11ación es prácticamente inevitable en el caso de la guerra.
sobre todo con los gastos ingentes que comporta la guerra moderna. Hay tres for-
mas de financiar tales gastos: el impuesto. el empréstito y la expansión intlacionis-
ta del crédito.
El impuesto y el empréstito se limitan a trasladar al Tesoro Público el dinero ya
existente en manos de los contribuyentes o de los inversores. En cambio. la expan-

404
RAÚL PREBISCH
sión del crédito crea nuevas cantidade.s de dinero. Es muy complejo el proceso por
el cual los gobiernos dan preferencia a una u otra forma de financiación: en los pri-
meros tiempos de guerra es fatal acudir a la expansión del crédito. por cuanto la ur-
gencia de los gastos militares no permite organizar un sistema impositivo de emer-
gencia que dé al Tesoro los recursos abundantísimos que requiere para financiarlos.
Luego, conforme se desmrnlla la guerra se van ajustando los resortes que permiten
combinar la expansión del crédito con las otras formas de financiación. El resulta-
do final dependerá de una serie de factores. no solamente de carácter económico y fi-
nanciero, sino también de carácter político y social, que en gran parte dependen a su
vez de la presión de las distintas clases que pueden verse favorecidas o perjudicadas.
La inflación, como vimos. representa para las clases perjudicadas un verdadero
impuesto a sus consumos. Por lo tanto. al recurrir a esta forma de financiación los
gobiernos están disimulando un impuesto que tal vez hubiera sido muy difícil im-
poner en forma directa sobre las vastas wnas de población que tienen que contri-
buir al costo de la guerra. Pero hay casos en que ese impuesto. creado indirecta-
mente por la inflación. viene a agregarse al sistema de financiación de la guerra
cuando ya no es posible extraer de las otras clases sociales recursos suficientes
para mantener las finanzas bélicas. Es el caso que presenciamos ahora en Inglate-
rra. en donde el impuesto sobre los réditos medianos y altos ha llegado a límites ta-
les que es prácticamente imposible sacar más para el Tesoro Público.
La inflación significa simplemente en ese país el gravar los consumos en una
forma más fücil que mediante el complicado sistema de impuestos.
Por supuesto que esta descripción simplifica un fenómeno que es sumamente
complicado y que cada vez reviste características más especiales. Por otro lado, no
es mi propósito hacer un estudio de la financiación de la guerra sino mencionar de
paso las características de la inflación que ella provoca: además de analizar cómo
en los países en guerra tanto en ésta como en la del 14. se ha tratado de evitar o dis-
minuir los profundos trastornos económicos y sociales de la inflación.
Medidas antiintlacionarias de países en guerra
Esto último se ha conseguido en dos formas: en primer lugar. se ha tratado de
combatir el alza de precios de los artículos que requiere el Estado en su producción
bélica y en las industrias esenciales para la colectividad, mediante el establecimien-
to de precios máximos y por la distribución regimentada de las existencias disponi-
bles de esos artículos. Por otro lado. como de todos modos ha sido indispensable
permitir ciertos aumentos. se ha tratado de captar los beneficios extraordinarios
provocados por esos aumentos en las empresas comerciales e industriales. median-
te fuertes impuestos que toman una pm1e considerable de la ganancia.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
405
En lo que concierne al consumidor, se ha tratado de evitar las consecuencias de
la inflación, tanto por el alza de los salarios. en los gremios obreros principalmen-
te. como por las medidas de racionamiento y de limitación de precios de los ar-
tículos principales de consumo, para evitar que los que tengan mayores recursos
puedan abastecerse en mayor proporción que otros que tienen menores recursos.
Así pues en todos los países. en unos con más y en otros con menos éxito. se ha
tratado de morigerar las consecuencias de la inflación en las distintas formas que
se acaba de enunciar en ténninos muy generales.
Costo real de la guerra
Cabe hacer esta pregunta. Si se ha evitado hasta cierto punto el alza de precios,
si se ha tratado de corregir las desigualdades sociales engendradas por la inflación,
y si se ha tratado de hacer ingresar al Estado gran parte de los beneficios extraordi-
narios provocados por la inflación. ¿quién paga entonces. en la colectividad en
guerra, los gastos ingentes que ésta demanda? Veamos un caso concreto de cómo
se paga el costo de la guerra en Estados Unidos. punto que tiene una gran impor-
tancia por la consideración que vamos a hacer en seguida.
Cuando un sistema económico está en plena ocupación. es decir. cuando todos
los recursos humanos y productivos están trabajando normalmente, la producción
de guerra tiene que hacerse necesariamente. fatalmente, a expensas de otras pro-
ducciones. Si de una economía de paz ~uya producción está destinada. por un
lado. a los artículos de consumo que requiere la población, y por otro, a la fabrica-
ción de bienes instrumentales para la producción (es decir. a la formación de ca-
pital)- se pasa a una economía de guerra, que debe producir con los mismos hom-
bres los elementos bélicos que requiere el Estado. esto último tiene que hacerse
necesariamente a expensas de la producción de artículos para el consumo civil y de
bienes instrumentales que contribuyen a la formación de capitales.
El problema así enunciado es muy simple. Sin embargo. no sucedió así en los
Estados Unidos porque no había plena ocupación en el año 1941. En esa época ha-
bía siete millones de hombres desocupados. no obstante la intensidad del movi-
miento ascendente que se venía operando por el esfuerzo bélico, que comenzó des-
de tiempo atrás. y por la intensificación de la actividad económica de paz
provocada por la misma guerra. Esos desocupados fueron absorbidos por la econo-
mía bélica y, por otro lado. aumentó la jornada de trabajo, es decir. hubo una utili-
zación más eficaz de las fuerzas humanas desde distintos puntos de vista. Y a pesar
de su enorme aporte humano a los ejércitos. la economía de los Estados Unidos. se-
gún cálculos que figuran en la última e interesantísima memoria de la Reserva Fe-
deral 2• ha tenido en 1943 una fuerza de trabajo superior en 25% a la de antes éle la
2 Federal Rescivc Bank of New York. A111111al Reporl, 1943.

406
RAÚL PREBISCH
guerra. de tal suerte que se ha podido hacer el enorme esfuerzo de producción béli-
ca sin un grave sacrificio para el consumo civil de la población. La misma Memo-
ria tiene un párrafo muy interesante (página 7): "Para el conjunto de la colectivi-
dad. el consumo ha subido sustancialmente desde 1939".
Y agrega luego. lo que también es importante como factor de distribución. que
el consumo reducido de algunos grupos ha sido más que compensado por el au-
mento de otros grupos: pero no solamente se explica que esa gran producción béli-
ca se haya podido hacer sin alterar el consumo en virtud de las nuevas fuerzas de-
socupadas que se van incorporando a la economía sino también a expensas de otros
dos elementos muy importantes en la actividad económica de Estados Unidos. Uno
de ellos es la fo1mación de capital, o sea, las ingentes sumas de ahorro que de afio
en afio se invierten en ese país. no sólo para restablecer el capital que se va desgas-
tando y envejeciendo, sino para expandir la producción por mejoras de la técnica
para fabricar nuevos productos. Estas sumas importantes de la renta naciunal que
se gastaban normalmente en la formación de capital se han reducido a cantidades
insignificantes durante la guerra. Y por otro lado. en el consumo entra una cantidad
de artículos durables. principalmente automóviles. cuyo tiempo de uso es prolonga-
do. y otros artículos semidurables. como radios, muebles. cuyo uso puede ser pro-
longado en las circunstancias de emergencia que atraviesa una economía de guerra.
La producción de estos artículos se ha reducido mucho para el consumo civil. Sólo
se ha mantenido la producción en los artículos de consumo inmediato para satisfa-
cer las necesidades corrientes.
Menciono este ejemplo porque las finanzas de guerra y el desarrollo de la acti-
vidad económica -tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña y en el largo
proceso de prepamción de Alemania. desde el acceso al poder del nacional socia-
lismo-- nos están demostrando que las economías de esos países tienen enormes
fuerzas que no han sido debidamente desarrolladas por fallas del sistema eco-
nómico. en gran parte fallas de la organización monetaria. Ello demuestra que sola-
mente ante la presión de las enormes necesidades de guerra la gente entra por cier-
tas vías que normalmente no se anima a usar. Y así se da el extraordinario caso de
que se puede llegar a la plena ocupación para producir artículos bélicos pero no
para producir artículos necesarios para elevar el nivel de vida de las masas.
Es de esperar que de esta experiencia quede una gran enseñanza, que sin duda
tendrá más efecto sobre la política monetaria y financiera de todos los países en la
postguerra que se avecina. que los que tuvo en la postgueITa anterior. en que se
desató sobre el mundo un fantástico proceso de detlación que causó muchas pérdi-
das. Estos fenómenos no solamente han sido mejor comprendidos por los teóricos
en la actualidad. sino que hay hombres teóricos que desde antes de la guen-a vienen
preconizando una política monetaria distinta de la que se ha seguido tradicional-

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
407
mente y que tiende a utilizar precisamente esos elementos expansivos de la econo-
mía y a mantener un alto nivel de actividad.
b) Repercusiones de la inj7ació11 exterior
Vemos ahora cómo la inflación de los países beligerantes repercute en los otros
países. Nosotros hemos tenido dos veces en este siglo fenómenos de esta naturale-
za: durante la guerra anterior y durante la actual. Vamos a estudiar esto último en
clases posteriores. pero hay algunas características comunes entre uno y otro fe-
nómeno que conviene destacar ahom: alza de prt>.Cios proveniente del exterior: be-
neficios extmordinarios en distintas actividades de la economía nacional: restric-
ción de importaciones impuesta por la situación de guerra y aumento de nuestras
exportaciones. Esto último permitió al país, tanto en la guerra anterior como en la
actual, acumular grandes cantidades de oro y divisas. con lo cual se acentuó el alza
de precios provenientes de factores exteriores por el aumento de la circulación mo-
netmia. Tanto en uno como en otro caso, esa creación de dinero nuevo se ve refor-
zada en la economía interna por la creación de dinero nuevo emergente de la ex-
pansión del crédito originado en buena parte en las necesidades fiscales. de suerte
que a los factores exteriores de inflación, se agregan factores internos que acentúan
el proceso. Hasta aquí la similitud; luego veremos algunas diferencias. La más im-
portante es que. mientras en la guerra anterior subieron intensamente los precios de
la exportación argentina y también los de la importación, en esta guerra los precios
de exportación han subido muy poco y en cambio han subido extraordinariamente
los de importación.
e) Aumento de gastos fiscales
Mencionaremos el tercer factor. Se ha producido en nuestra historia monetaria
el caso de inflación originada en factores puramente locales. asociados al desarro-
llo del ciclo económico. Durante la fase ascendente hemos visto a veces que el Es-
tado y los hombres que lo manejan, arrastrados por el sentimiento de optimismo
que prevalece, aumentan los gastos públicos y propenden a una expansión del dine-
ro nuevo mucho mayor que la que el propio ciclo engendra. Las consecuencias de
ello no se van a ver muy bien en la fase ascendente -en que sigue entrando oro--
sino en la descendente, cuando los créditos bancarios inmovilizados provenientes
del abuso de préstamos que ha hecho el Estado no pueden ser comprimidos y dan
lugar a la necesidad de un reajuste más violento en el balance de pagos. Ello gene-
ralmente no se efectúa, por razones que hemos visto, y conduce a la depreciación
monetaria, tanto más cuanto que en la fase descendente esa expansión del crédito.
originada en la ascend!;!nte. no suele contenerse sino acentuarse frente a la situación

408
RAÚL PREBISCH
que se crea a la economía por la contracción natural en las fuerzas que se mueven
allí. Por lo tanto. si a la dilatación del crédito en la fase ascendente se agrega un
nuevo proceso de expansión en la fase descendente. la inflación puede adquirir una
gran amplitud, tanto más cuanto que suele entrar el cuarto factor.
d) El desarrollo del crédito en la economfa privada
Cuarto factor que me limitaré a mencionar porque lo he considerado al tratar
los ciclos, en cuya fase ascendente aumenta el efectivo de los bancos y éstos. impe-
lidos por sus deseos de acrecentar sus beneficios, tienden a dilatar el crédito y a in-
ducir a la economía privada a hacer mayor uso de las disponibilidades bancarias
con lo cual el proceso de inflación se acentúa.
5. FuERZAS POLÍTICAS. ECONÓMICAS Y SOCIALES QUE FAVORECEN LA INFLACIÓN
Está todavía por escribirse la historia de la inflación en la Argentina. como está
por escribirse el examen de los ciclos. El fenómeno más característico de la infla-
ción lo hemos tenido en la última crisis del '90. El profesor Williams. de la Univer-
sidad de Harvard. hizo un muy buen estudio. aunque de un solo aspecto del proble-
ma. que recomiendo leer por la importancia que tiene este capítulo de nuestra
historia monetaria:1 A los que quieran conocer otros aspectos de esa cris~'i que tu-
vieron una gran gravitación política y social. les recomiendo leer un libro del doc-
tor Balestra. El noventa~.
Si la intlación causa tan profundos trastornos económicos y sociales. si his-
tóricamente ese fenómeno ha provocado grandes trastornos políticos. ¿por qué se
cae en la int1ación?
¿Por qué una vez que un país - a veces impelido por circunstancias accidenta-
les como son las ·de la guerra- se ve llevado a la intlación no frena el proceso in-
flacionista cuando ha comenzado a desarrollarse'? Hay muchos elementos que con-
siderar para lograr una explicación cabal de este fenómeno. pero los principales
podríamos separarlos en dos grupos.
Hay impulsos que propenden a la inflación. tanto por la índole de un país en
crecimiento, como por los intereses que la inflación favorece y pone en juego.
Argentine Tntemational Trade 11nder Inconvertible Paper Money. por John H. Williams.
Haivard University Press. t920. Hay una traducción y síntesis publicada por el profesor Prebisch en la
Revista de Ciencias Económicas de agosto de 1921. serie 2, Nº l.
~ El noventa, por Juan Balestra, Editorial La Facultad, 1935.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
409
a) Impulsos espo11tá11eos
¿En qué consisten esos impulsos propios de un país en crecimiento? Muy senci-
llo decirlo: un país que tiene enormes posibilidades para desarrollarse. que ofrece
un campo considerable a la inversión de capital, en el que lo que hoy se hace se
agranda mru1ana por el solo impulso del crecimiento del país, es natural que induz-
ca tanto a los hombres de la economía privada como a los que tienen en sus manos
la administración del Estado a hacer uso del crédito para desarrollar el país.
Hemos visto en el siglo pasado y en los primeros años del presente que median-
te el uso del crédito la actividad privada ha abierto nuevas tierras; ha incorporado a
la producción regiones antes inexplotadas; ha construido industrias; ha hecho obras
de mejoramiento en la campaña y en las ciudades. Y, por otro lado. tanto por el
desarrollo natural de la administración como por la ingente cantidad de obras
públicas que esperan ser realizadas. los gobiernos cuanto más progresistas sean,
tanto más tienden a hacer uso del crédito para realizar sus planes.
Ese impulso espontáneo hacia el uso del crédito. lo hemos visto sistemáticamente
en todos nuestros procesos de inflación. Pero generalmente junto con ellos hay otra
suerte de impulsos que se mueven.
b) Impulso de los i11teresesfavorecidos por la i11flació11
Vamos a ver en primer lugar los intereses de aquellos hombres que detentan el
poder político y que tienden a aumentar los empleos, los sueldos y servicios del Es-
tado, las obras públicas. no ya guiados por ese empuje de engrandecimiento del
país. sino por el deseo de favorecer ciertos intereses de las clientelas que requieren
para sostenerse en el poder. Ese es un factor que históricamente ha tenido mucha
importancia ~n el proceso inflacionista en éste y otros países del mundo, bajo cual-
quier forma de gobierno. En primer lugar, aparecen en este país los intereses de los
productores agropecuarios que son esencialmente inflacionistas.5 No quiero decir
que deliberadamente hayan provocado la inflación, sino que en la historia del país
no hay ningún caso de oposición de su parte a un proceso que tiende a elevar los
precios y a darles beneficios extraordinarios. Esos intereses han tenido su manifes-
tación pública en determinadas teorías de política monetaria que tienden a favore-
cer el curso de la inflación y beneficiru·les más.
El otro gremio favorecido por la inflación lo constituyen los industriales que
5 Hago las excepciones naturales que debo hacer en todos estos grupos. incluso los del Gobierno.
en donde al decir que los gobiernos suelen favorecer la inflación, tengo en cuenta que hay hombres que
se oponen a ella. Me refiero a fenómenos de carácter general sin pretender particularizar con detenuina-
das épocas o personas.

410
RAÚL PREBISCH
también cosechan beneficios extraordinarios; los comerciantes; los bancos. que son
meros intermediarios en la colocación del ahorro del público y crean dinero. y al
crear dinero acrecientan sus negocios y sus beneficios. Con esto tampoco quiero
decir que todos los bancos sean inflacionistas: sería un error y una injusticia. Hay
bancos que en el proceso inflacionista argentino han visto sus intereses futuros y
no han dejado prevalecer sus interess inmediatos sobre el problema. Pero no surge
generalmente entre ellos un freno poderoso a la inflación porque también se ven
arrastrados por el optimismo de grandes beneficios. Los especuladores de tierras
que hemos visto sistemáticamente en la fase de ascenso de nuestros ciclos hasta los
primeros años de este siglo. también han sido favorecidos por la inflación y mu-
chas veces con su gran influencia han logrado facilidades de crédito y ventajas que
les han permitido acrecentar el progreso y hacerlo más intenso.
Todos esos grupos de población son. desde luego. ardientes defensores. o por lo
menos espectadores no indiferentes sino interesados, en la continuación del proce-
so. y hasta es concebible que ciertos gremios obreros no se opongan al mismo si ha
llegado a ellos un aumento de salarios que les compense con creces el encareci-
miento de los artículos. Tales aumentos no pueden abarcar a toda la clase obrera y
mucho menos a toda la clase media. que son las que pagan las consecuencias de la
inflación.
Sin embru·go. son las clases o grupos desorganizados. que por lo general no tie-
nen la fuerza de los grupos organizados. los que saben defender bien sus intereses
y suelen tener la conciencia del fenómeno inflacionista. Ven subir los precios y
prende fácilmente en la mentalidad de las gentes la explicación de que es el resulta-
do de la especulación o del acaparamiento o de la fuga de capitales. hechos que
ellos que tienen que pagar precios más altos. atribuyen a los beneficios de los inter-
mediarios y están dispuestos a celebrar cualquier medida que se tome contra el in-
termediario. De ahí que esa gran fuerza social no tenga potencia ni importancia al-
guna para detener o para impedir el proceso inflacionista. Surgirá más tarde
cuando el alza de precios haya llegado a tales extremos que el malestar sea inconte-
nible; surgirá para frenar en su última etapa el proceso de inflación.
Dirán ustedes. ¿y qué influencia tienen los economistas o los teóricos? General-
mente ninguna. por una razón psicológica muy importante: porque las teorías en sí.
mientras no reflejan sentimientos o intereses, tienen muy poca gravitación en la di-
rección de la vida política y además. porque los economistas y los teóricos en ma-
teria monetaria tienen poca autoridad pues como único remedio a los males mone-
tarios han venido preconizando constantemente el patrón oro. la deflación o
cualquiera de los ingredientes de farmacopea universal en esta materia. Han perdi-
do prestigio precisamente porque frente a ciertos males económicos y sociales no
se les ha ocurrido otra cosa que recomendar un sistema rígido que la realidad ha re-

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
411
pudiado en este país y en otros. principalmente en los que están en la periferia del
régimen monetario internacional. De ahí pues que su intluencia es muy escasa.
Más tarde. cuando las cosas se complican en tal forma que la gente busca una
orientación para salir de ese estado de cosas entonces suele ser de importancia la
opinión de los teóricos. pero mientras tanto los economistas están en el último rin-
cón de la economía nacional.
6. TERMINACIÓN DEL PROCESO INFLACIONISTA
¿Cómo tennina el proceso intlacionista? A veces tiene una terminación muy
violenta y a veces de relativa tranquilidad; depende de una serie de factores. En
primer lugar. la intensidad de la inflación va a tener una importancia muy grande
en la f01ma de terminación del proceso; en segundo lugar, la etapa en que la infla-
ción se frena tiene también importancia lo mismo que los hombres que actúan para
frenarla -aquí vemos un elemento humano que tiene una gran importancia- la
conjunción favorable o no de ciertos factores exteriores que, confonne el proceso
de la inflación se va agudizando. empiezan a surgir en Jos distintos campos de la
actividad económica y social del país.
1 .
La reacción social de las masas pe1judicadas que conforme los precios suben y
se hace más visible. crea un factor de intranquilidad que a veces suele ser de gran
importancia. Por otro lado. se desaITollan factores psicológicos que deben tener
una trascendencia muy grande. Esos factores los hemos visto actuar en el mercado
de cambios cuando se desencadenó -a raíz del alza continuada de divisas extran-
jeras- el fenómeno de especulación o de fuga de moneda nacional que tiende a
llevar la depreciación de la moneda a límites más altos que los que corresponden
por el mero proceso intlacionista.
La cotización de la moneda tiene una gran importancia en la colectividad y
cuando va pasando de ciertos límites que la gente no ha previsto, comienza a con-
moverse la confianza que antes caracterizaba el desarrollo de la intlación. Por otro
lado, los mismos bancos empiezan a sentir sus dificultades. Los que han estado
prestando libremente. sienten que algunos de sus créditos se van inmovilizando o
que ha salido demasiado dinero de sus arcas por el incremento de las necesidades
del público y se encuentran con una situación de caja que les empieza a preocupar;
el propio instituto emisor que directa o indirectamente ha contribuido a la expan-
sión del crédito llega, en ciertos momentos. a encontrarse impotente para combatir
la desvalorización de la moneda y empieza por lo tanto a querer actuar con más
prudencia en la concesión de créditos al Estado o a los bancos.
Las propias finanzas públicas ven acentuar generalmente su déficit. tanto por el

412
RAÚL PREBISCH
costo cada vez mayor de los servicios del público en virtud de la depreciación de la
moneda. como por el incremento de los gastos y sueldos y la presión de los obreros
y empleados del Estado ante el aumento del costo de la vida. Surgen fuerzas de dis-
tintos sectores que van acumulando elementos de perturbación que en un momento
dado desencadenan una situación tal que la inflación ha llegado a su punto de
crítica más allá del cual no puede seguirse sin desprestigiar al país.
La historia del '90 es el caso típico. Hay otros casos en que la terminación suce-
de en forma tranquila y otros en que antes de la terminación del proceso se han to-
mado algunas medidas que han restablecido la confianza. Por ejemplo. el acceso al
poder político de un hombre que ponga cierto orden en las finanzas. que frene la
expansión de gastos. que sea con su sola presencia un factor de confianza. puede
detener el proceso y así contribuye a atraer al país los fondos que hubieren salido
en el proceso de inflación. El caso típico de un hombre así fue el de Poincaré. Bas-
tó su acceso a la cartera de Hacienda en Francia para estabilizar la moneda france-
sa y las finanzas públicas.
Es claro que en la transición y en el grado de tranquilidad en que puede hacerse
esta transición influye mucho la acción de los factores exteriores. Si en el momento
en que el país quiere frenar la inflación los factores exteriores se presentan favora-
bles. como ocurrió en nuestra historia. el problema es mucho más simple. Nuestro
desairnllo económico hasta la crisis mundial se caracterizó por una línea de ascenso
continuo que vemos a través del movimiento cíclico y de cada ciclo se ha salido
para subir más ai-riba. El comercio exterior ha aumentado y el aumento de la pro-
ducción rural que la inflación pudo haber estimulado encuentra fácil colocación;
las finanzas del Estado mejoran porque la impo11ación crece y suben sus recauda-
ciones junto con otras recaudaciones que dependen de la actividad económica; las
industrias. que han tendido a producir en cantidad excesiva ven aumentar su de-
manda por el crecimiento de la prosperidad. En una palabra. el hecho de que la ter-
minación de la inflación coincida con un movimiento de recuperaciones provocado
por las fuerzas exteriores ayuda considerablemente a las medidas que los gobiernos
toman para volver a un estado de cosas más normal para la colectividad.
Desde luego que el proceso no es simple, porque cuanto más intensa haya sido
la inflación, tanto más difícil resulta liquidarla. La inflación deja por liquidar la si-
tuación de todos los que han especulado y han caído con la inflación. especialmen-
te con el crédito; la de empresas que se han dilatado considerablemente bajo el es-
tímulo de la deformación de la demanda creada por la inflación; de ciertos activos
bancarios recargados de créditos inmovilizados. o sea situaciones debidas a la es-
peculación o a las empresas que han especulado.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
413
a) La restricción del crédito y la baja de precios. Factores exteriores
que favorecen o dificultan el proceso de deflación

No voy a describir detalladamente las características del proceso deflacionista
engendrado por la contracción del crédito porque es análogo al que ocurre en la
fase descendente del ciclo con todas sus características: desocupación; desconfian-
za general que abarca todas las categorías de negocios, que se manifiesta tanto en
el orden de la industria y de la producción como en el orden de las inversiones; en
fin, todos los fenómenos característicos de contracción cíclica se acentúan durante
la reacción descendente del proceso inflacionista.
Todas aquellas industrias que se habían desarrollado en forma excesiva se en-
cuentran ante una doble situación crítica. En primer lugar, la baja de precios inhe-
rente al proceso deflacionista les afecta sobremanera. Por otro lado los sueldos y
salarios han ido creciendo en tal forma que las industrias ven reducir su margen de
beneficios y aquellas que sufren de la competencia exterior no tardan en solicitar
aumentos de los derechos aduaneros, aumentos que vienen a suplantar la protec-
ción transitoria que la elevación del tipo de las divisas extranjeras había significado
para esas industrias.6
Desde luego que las finanzas públicas no escapan a la necesidad de un severo
reajuste, tanto más cuanto que·el 01igen de la inflación en nuestro país ha sido pre-
cisamente el de la dilatación exagerada de los gastos. Ello había llevado al Tesoro
fiscal a hacer uso del déficit bancario. o sea a la emisión de dinero nuevo, factor fun-
damental en el proceso inflacionista. Por lo tanto, para detener el proceso es indis-
pensable equilibrar el presupuesto. Llega el momento en que tienen que ajustarse
las cuentas de la inflación y no hay otra forma de ajustarlas que la de elevar los im-
puestos o contraer los gastos.
El Tesoro público no tiene otra salida. El aumento de impuestos puede ser un
aumento directo y visible, o la estabilización del tipo monetario en un nivel tal que
signifique un impuesto indirecto sobre los consumos de la población, especialmen-
te de aquellas clases más castigadas por ef alza de precios, como vimos en clases
anteriores. Pero fatalmente tiene que cubrirse el déficit de presupuesto en esta for-
ma o en la otra. de lo contrario la inflación no se termina y puede llevar a exagera-
ciones que conducen al caos monetario y financiero~ como lo revela la experiencia
de otros países, especialmente en la postguerra anterior.
6 Cuando me ocupé de este aspecto del problema dije que la protección resultante de la deprecia-
ción monetaria era absolutamente transitoria y que tarde o temprano esas industrias necesitarían fatal-
mente, para evitar su total liquidación, la elevacil'1n de los derechos aduaneros. Y eso hemos visto que
ha ocurrido en nuestro país en el proceso de la liquidación de la inflación.

414
RAúL PREBISCH
Si se toman medidas destinadas a restablecer el equilibrio financiero. que es
. precisamente lo que hahía hecho surgir el proceso inflacionista. la confianza se va
restableciendo y los primeros síntomas se notan en el balance de pagos. por efectos
del retorno gradual de parte de los fondos que habían salido en el proceso de infla-
ción. impelidos por razones especulativas o por el deseo de evitar las consecuen-
cias de una ulterior desvalorización de la moneda. Este factor psicológico. o sea el
restablecimiento paulatino de la confianza no es suficiente. sin embargo. para pro-
vocar el saneamiento de la moneda. Aun las medidas internas tomadas para supri-
mir la fuente de la inflación resultan insuficientes. El restablecimiento depende en
buena pane. como ya señalé. de la amplitud de aquellos factores exteriores (expor-
taciones e inversiones de capitales) que configuran nuestro balance de pagos. Si
esos factores siguen creciendo con gradual intensidad- como ha sido la caracte-
rística de nuestro país hasta la crisis mundial el proceso de liquidación y de sanea-
miento es más fácil. Pero en cambio. si después de la inflación no hay una expan-
sión de nuestras exportaciones e inversiones extranjeras de por lo menos la misma
intensidad que antes. el proceso de saneamiento es mucho más largo y penoso.
¿Cómo obran esos factores exteriores en el proceso de recuperación? La infla-
ción había desequilibrado el balance de pagos y llevado la cotización de las divisas
extranjeras a un determinado nivel, en torno al cual osciló la moneda llevada por
factores transitorios. psicológicos o especulativos. Si las exp011aciones siguen cre-
ciendo y el restablecimiento de la confianza del país vuelve a atraer capitales ex-
tranjeros. el peso tiende a valorizarse. es decir, el precio de las divisas extranjeras
tiende a bajar. Por otro lado, el dinero redundante que había engendrado la infla-
ción, va poco a poco reabsorbiéndose con el crecimiento de la actividad económica
propia, lo cual no tarda en producir sus consecuencias en la economía interna: los
precios comienzan a bajar y se produce un fenómeno completamente contrario al
que vimos durante la fase ascendente. Comienzan a sentir las consecuencias, espe-
cialmente los productores agropecuarios y las indusllias. porque al descender el pre-
cio de las divisas extranjeras desciende correlativamente el precio de sus productos.
Si la inflación ha durado poco tiempo, el descenso de los precios no hiere fun-
damentalmente al productor agropecuario puesto que los arrendamientos. sueldos y
salarios no habían tenido tiempo de subir. y el productor tiene un margen que le
pennite sufrir el de::;censo de los precios. Pero si la inflación ha durado mucho
tiempo y el saneamiento. en virtud tanto de factores interiores y exteriores. ha to-
mado un tiempo largo, la baja de precios sorprende al productor rural con costos
más elevados que los que tenía antes de la inflación. con salarios. fletes y arrenda-
mientos más altos. Por lo tanto. la baja de precios no corrige los fenómenos que ha-
bían ocurrido durante el proceso de alza. sino que causa nuevas pe1turbaciones que
tienden a hacer declinar la producción y a generar el fenómeno de desocupación.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
415
Lo mismo ocurre con los productores industriales. puesto que cuando ven que
los precios de los productos de competencia exterior han bajado más allá de lo que
les permite seguir trabajando. reducen su producción y al reducirla comienzan a
generar el fenómeno típico de desocupación que va arrastrando a otras ramas de los
negocios.
Estos trastornos provocados por la baja de precios hacen surgir fuerzas muy po-
derosas que obran sobre las autoridades monetarias aconsejándoles la estabilización
del tipo de cambio para que no siga bajando el precio de las divisas extranjeras.
b) la experiencia argentina: la ley monetaria de 1899
El caso típico que hemos tenido en nuestro país es el de la estabilización de
1899, a la que se llega nueve años después de la terminación del proceso inflacio-
nista más marcado que hubo en nuestra historia. En esos nueve años los sueldos, sa-
larios. arrendamientos y demás costos habían subido y tendido a adaptarse al nuevo
nivel de los precios agropecuarios e industriales argentinos. de manera que cuando
aquellos factores favorables -o sea exportaciones e inversiones de capitales, uni-
dos a la absorción gradual del dinero redundante en la economía interna- fueron
provocando la caída del precio de las divisas extranjeras. se sintieron las manifesta-
ciones que acabo de decir: desocupación industrial. desaliento en la campaña: dis-
tintos trastornos que fueron tomando cuerpo y llevaron al Gobierno. en defensa de
los intereses afectados. a detener el proceso de valorización de nuestro peso.
Ese fue el significado de la Ley de Conversión del año 1899. La Ley de Con-
versión tenía un mecanismo muy sencillo. Simplemente el de decir: a un determi-
nado tipo de la divisa extranjera el Gobierno, por intermedio de la Caja de Conver-
sión, dará papel en la cantidad en que se le entregue oro a cambio de ese papel.
Establece un precio fijo para el oro. precio fijo que no se hace efectivo sino en el
año 1903 porque el público no tenía suficiente confianza en la Caja de Conversión
y los factores·exteriores no eran suficientemente favorables para hacer efectiva la
estabilización monetaria.
Fue en esa época en que un comerciante alemán establecido en la Argentina,
Silvio Gesell -a quien Keynes dedica algunos páiwfos muy interesantes en su li-
bro--7 escribía un folleto8 que luego fue seguido de obras más fundamentales so-
bre la moneda. Gesell hacía ver cómo la baja de precios resultante de la valoriza-
7 En La teoría general de la oc11¡>ació11, el interés y el dinero. de J. M. Keyncs. se cita. entre otras.
la obra de Gesell. Tite Na/lira{ Economic Order. Hay edición en castellano publicada en Buenos Aires
en 1936 bajo d título El orden económico natural.
8 Silvio Gcsell. ú1 plétora monewria de 1909 y la anemia monetaria de ]908. Buenos Aires. 1909.

416
RAÚL PREBISCH
ción monetaria retraía el dinero de los negocios. La gente, a la espem de nuevas
bajas, prefería retener el dinero en sus manos y esa retención contraía la demanda y
provocaba fuerzas de depreciación mayores que las que la simple desvalorización
iba trayendo. Ese fenómeno luego sirvió a Gesell como base de su teoría y como
base de las proposiciones que mucho tiempo después hizo para activar o retener.
según los casos. el uso del dinero. Cito esto como una curiosidad por cuanto Gesell
adquirió notoriedad después. fuera de la Argentina.
No voy a hacer aquí un estudio de esta medida tan interesante de estabilización
del año 1899.9 Bástenos decir que esa Ley de 1899 que impedía al peso argentino
volver al nivel que tenía en 1881. como quería muchá gente llevada por ideas dog-
máticas en esta materia. fue severamente criticada en el país y sobre todo en el ex-
terior, donde la crítica fue sumamente violenta. Se acusó al Gobierno argentino y a
las autoridades monetarias de haber despojado definitivamente a la clase perjudica-
da por la intlación y el capital extranjero de lo que les correspondía por sus inver-
siones en el país.
Pero pasaron los años y la expe1iencia de la postguerra lleva a estudiar nueva-
mente la medida de estabilización argentina y a comprenderla mejor. Hoy estamos
en condiciones de formular un juicio mucho má'> objetivo y sereno sobre la estabi-
lización de l 899 al ver las grandes dificultades que la Gran Bretaña tuvo que afron-
tar después de 25 años por haber vuelto a un tipo de conversión equivalente a la
par: y después de haber visto cómo otros países, para evitar ese género de dificulta-
des, hicieron lo mismo que lo que hizo la República Argentina. es decir. volver a la
conversión. pero a un precio de las divisas extranjeras superior al que tenían antes.
Esto no quiere decir que en todas las circunstancias es defendible una medida
de esta naturaleza. En el caso del '99 lo fue por el larguísimo tiempo que se había
abandonado la paridad. La paridad monetaria resultante de la ley de 1881 se aban-
donó en 1885 y mientras tanto se habían ajustado los costos en toda la actividad
económica argentina en tal fo1ma que llevar el peso a la par hubiera causado tras-
tornos considerables sin beneficiar precisamente a las clases que habían sido perju-
dicadas por la inflación. porque son esas clases las afectadas por la desocupación.
7. EL SEGUNDO TIPO DE DEPRECIACIÓN MONETARIA: LA CONTRACCIÓN DEL ACTIVO
POR UNA BAJA PERSISTENTE DEL PRECIO DE LAS EXPORTACIONES
Con esta consideración final dejo temünada la primera parte de la teoría gene-
ral de la intlación. o sea la teoría referente a aquel caso típico de nuestro país. en
"
.
.
;
9 Ver asimismo A110/acio11es sobre nuestro medio circ11/a111e. por Raúl Prebisch. y·1i.citado.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
417
que la depreciación de la moneda es el resultado de creaciones excesivas de dinero
nuevo por el sistema bancario.
Nos queda ahora por considerar un caso que solamente se ha visto una vez en la
historia monetaria argentina. Me refiero a la depreciación provocada no por una
expansión interna de la cantidad de moneda sino por una contracción del activo del
balance de pagos.
Este es un fenómeno totalmente distinto del fenómeno de depreciación provo-
cada por la expansión del dinero nuevo. En efecto, la expansión de dinero nuevo
deprecia la moneda porque hace crecer excesivamente el pasivo del balance de pa-
gos en relación al activo. En cambio, el tipo de depreciación que vamos a conside-
rar ahora es provocado por una contracción del activo con respecto al pasivo del
balance de pagos.
Voy a hacer una referencia muy rápida a este proceso, por cuanto los hechos
concretos que corresponden a este ejemplo van a ser analizados por nosotros en
clases posteriores cuando llegue el momento de examinar las consecuencias que
tiene la crisis mundial sobre la economía argentina. y especialmente sobre la mone-
da. Aquí no haremos otra cosa que señalar por qué esa contracción de las exporta-
ciones. del activo del balance de pagos ha provocado la depreciación monetaria.
La contracción de las exportaciones fue el resultado de una baja persistente de
los precios en oro de nuestros productos en el mercado universal. Esa baja no era,
como ocurre en el proceso típico de inflación, una reacción a un alza exagerada de
los precios en la fase ascendente, puesto que antes de esa caída los precios agrope-
cuarios no habían subido. Durante la década del 20 no se observa ningún creci-
miento inflacionista de los precios agropecuarios.
Desde el momento que comienza la baja, los productores agropecuarios sienten
en fonna evidente los trastornos típicos de una deflación pues los costos de produc-
ción no se pueden ajustar con la misma intensidad por rnzones que ya conocemos:
porque los arrendamientos están fijados por contratos anteriores lo mismo que los
tletes. los salarios. los intereses y servicios de las deudas. Conforme la baja de pre-
cios agropecuarios se va desarrollando. los productores se verán sucesivamente
castigados al no poder reducir sus costos en la misma medida.
La baja de precios no solamente se refería a los productos agropecuarios sino
también a los productos de importación. aunque.fue menos inten.sa, y un fenómeno
parecido se produjo en el campo de la producción industrial. Las finnas y empresas
industriales no pudieron bajar los sueldos y salarios y demás elementos de sus cos-
tos con la misma intensidad y empieza a desarrollarse el fenómeno de la desocupa-
ción. El Estado se vio en una situación similar. agravada por cuanto anteriormente
se habían dilatado en forma excesiva sus gastos -tanto Jos gastos ordin¡irios del.
presupuesto como los inherentes a la construcción de trabajos públicos- de mane- ·

418
RAÜL PREBL5CH
ra que cuando sobreviene la baja internacional de precios el Estado se encuentra
con un déficit creciente provocado tanto por la caída de sus recaudaciones como
por la contracción del ahorro que iba a colocarse en sus títulos.
El Estado acudía a la expansión para cubrir el déficit. primer factor que evita el
reajuste de la economía interna a las nuevas condiciones creadas por la baja de pre-
cios. Pero había otro factor muy importante en la economía privada que evita ese
ajuste. Fue la inmovilización del crédito.
Cuando en clases anteriores explicamos cómo se provocaba la inmovilización
del crédito en nuestro país. estudiamos la incidencia que la baja de precios tenía en
las empresas agropecuarias o en las empresas industriales. Ella impedía atender re-
gularmente los compromisos y p:u·a evitar una liquidación de esas actividades, los
bancos no tuvieron más remedio que mantener el volumen de crédito. O sea que
por un lado el Estado tendía a aumentar y aumentaba los préstamos bancarios
como resultado del déficit creciente del presupuesto, y por otro los bancos no po-
drían liquidar esos créditos inmovilizados so pena de desencadenar una liquidación
general.
Hubo liquidaciones desastrosas, pero no de carácter general como hubiera sido
indispensable desde el punto de vista estrictamente monetario para llevar la econo-
mía a un nuevo punto de equilibrio. Pero eso fue social y políticamente imposible,
precisamente por la inflexibilidad de los costos de producción. Si los productores
agropecuarios e industriales pudieran ajustar rápidamente sus costos, la baja de
precios no tendría mayonnente consecuencias. De otro modo la baja causaría al
país trastornos considerables. trastornos que hemos visto en la crisis mundial, a pe-
sar de la desvalorización de la moneda que fue suficientemente intensa como para
aliviar la situación.
Por lo tanto, el crecimiento del crédito. provocado por el déficit fiscal y la im-
posibilidad de liquidar las empresas. mantuvo una cantidad de dinero que impedía
a las importaciones ajustarse al nivel nuevo de las exp011acioncs. Ese desequilibrio
del balance de pagos no pudo seguirse cubriendo sistemáticamente con exportacio-
nes de oro. como se hizo en los primeros tiempos. Hubo un momento en que esas
exportaciones se suspendieron por el cierre de la Caja de Conversión y por la ter-
minación de las exportaciones que el Gobierno seguía haciendo para evitar la des-
valorización monetaria hasta que las reservas llegaron a un punto tan bajo y la cri-
sis mundial se acentuó en tal forma que se decidió no exportar más oro. con lo cual
la desvalorización monetaria fue muy lejos. Esa desvalorización permitió. tanto a
los precios de exportaciones como de importación. caer con menor intensidad en
nuestro mercado interno que lo que habían caído en el mercado internacional, lo
cual contribuyó a aliviar las dificultades considerables de reajuste de la producción
rural e industrial al nuevo nivel de precios en oro en el mercado universal.

LA DEPRECIACIÓN MONETARIA
419
Nada tiene que ver. por lo tanto. ese tipo de depreciación monetaria con el tipo
de depreciación monetaria provocado por la inflación. no obstante lo cual vimos en
esa época del país reproducirse todos los argumentos que históricamente se habían
dado en contra de la inflación. Hubo sectores importantes que preconizaron la li-
quidación lisa y llana para llegar a condiciones nuevas de equilibrio.
Simplemente me he limitado a anotar la existencia de un tipo de depreciación
monetaria distinto del que tradicionalmente habíamos observado en la realidad.
que requiere una interpretación por lo tanto diferente sobre la base de los hechm
concretos.

116
TEORIA DEL INTERESA LARGO PLAZO*
Vamos a estudiar ahora los factores que influyen en nuestro país sobre la deter-
minación del tipo de interés a largo plazo y la relación que tiene este problema con
la actividad bancaria. Veremos en qué forma los bancos. ya sea mediante su absor-
ción de ah01rn o mediante la creación de dinero nuevo. influyen sobre el mercado a
largo plazo. especialmente sobre el mercado de títulos. y luego consideraremos en
qué medida el Estado. el Banco Central o los bancos pueden influir sobre la tasa de
interés y hasta qué punto sería posible determinar arbitrariamente el nivel del tipo
de interés en un mercado abierto y en conexión con el resto del mundo como es en
nuestro país.
Como la teoría del interés del dinero ha sido estudiada por ustedes en el primer
curso de economía, no voy a hacer un análisis de algunos aspectos que seguramente
ustedes conocen. Simplemente recordaré en forma general los factores que en nues-
tro país determinan las variaciones del tipo de interés a largo plazo. Esos factores se
mueven en el mercado de inversiones de acuerdo con la oferta y la demanda de fon-
dos invertibles, como sucede en la determinación del precio de otras mercaderías,
pero haciendo ciertas salvedades de importancia que más adelante voy a exponer.
l. COMPOSICIÓN DE LOS FONDOS INVERTIBLES
Los fondos invertibles están formados. primero, por el ahorro que busca inver-
sión; segundo, por el dinero inmovilizado o atesorado, o sea por el ahorro anterior
que no se ha invertido. que se ha atesorado en manos del público o en los bancos y
que ahora afluye al mercado en busca de inversión. En tercer lugar. los fondos in-
vertibles están constituidos por el dinero nuevo que crean los bancos y que -en
una forma o en otra- va al mercado de inversiones; y en cuarto lugar. por el aho-
rro del exterior, o sea por los capitales a corto plazo o a largo plazo que se invier-
ten en el mercado argentino.
* N. del Ed. La moneda y los ciclos económicos en la Argentina, Fascículo Nº 10, págs. 149-169,
impreso el 18 de noviembre de 1944 (véase la Nota del Editor al capítulo 108).

TEOR1A DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
421
La demanda de fondos invertibles en nuestro país podría dividirse en dos gran-
des categorías: la demanda del Estado. que es un gran consumidor de ahorro. y la
demanda de la actividad económica p1ivada. Esta última. para detenninar las con-
diciones sobre las cuales hará uso del ahorro o del dinero inmovilizado o del dinero
nuevo de los bancos que afluye al mercado, se atendrá principalmente a un cálculo
del rendimiento probable de las inversiones que desea realizar con ese ahorro. En
cambio, en la inversión del ahorro por conducto del Estado en las obras públicas o
en el déficit fiscal. el rendimiento de las inversiones, desde el punto de vista eco-
nómico. no desempeña el mismo papel puesto que el Estado puede hacer inversio-
nes no productivas o inversiones a pura pérdida pagando los intereses mediante los
impuestos que extrae de la colectividad. Por lo tanto, el móvil y las condiciones de
acuerdo con las cuales se usa del ahorro son fundamentalmente distintas en el caso
del Estado y de la economía privada, lo que no quiere decir que el Estado no pueda
acudir al mercado con un criterio económico, sobre todo cuando actúa como em-
presa comercial, industrial o bancaria.
¿Cómo está compuesto el ahoITo en nuestro país? Por varias categorías de fon-
dos que buscan inversiones: en primer lugar, hay un tipo de ahorro que se usa cons-
tantemente por intermedio de las empresas productoras industriales o. financieras
que tienen que dedicar una parte de sus entradas a los fondos de amortización o re-
novación por el desgaste y el envejecimiento de sus activos. Esos fondos se rein-
vierten en las mismas empresas, lo que no quiere decir que su aplicación sea inde-
pendiente de las otras aplicaciones del mercado. como veremos en la segunda
categoría que paso a enunciar.
Esta segunda categoría se refiere a los beneficios que obtienen dichas empresas.
La parte de los beneficios que no se distribuye y que se reinvierte en la empresa. o
que va a formar fondos de reserva que también se reinvierten en las empresas o en
el mercado, constituyen una categoría importante del ahorro del país.
Luego, el ah01rn propiamente dicho, o sea aquella parte de los réditos persona-
les de cualquiera de los grupos sociales del país que en lugar de consumirse se aho-
ITa. se pone de lado y se invierte ya sea directamente en la Bolsa, ya sea adquirien-
do una participación en una empresa comercial. ya sea depositándolo en un banco
que luego invierte ese ahorro en préstamos o en adquisiciones de valores en el mer-
cado. Ese es el ahorro visible, el que vemos ir al mercado o que vemos alojarse en
las cuentas de los bancos.
Hay otras formas menos directas de ahorro, pero de gran importancia también
en nuestro país. Cuando hablábamos de la incidencia de la inflación mencioné el
ahoITo que hacen aquellos que se aseguran la vida o aquellos que contribuyen con
cuotas a las cajas de jubilaciones y pensiones. Ese aho1rn no se invierte en el mer-
cado directamente por quienes lo hacen. sino a través de las compañías de seguros
y de las cajas de jubilaciones.

RAíJL PREBISCH
De esta breve enumeración. que no necesito explicar más por ser obvio el signifi-
cado de estos conceptos. se desprende que solamente una parte del ahoITo nacional
va a la Bolsa: otra parte se invierte directamente por las mismas empresas que hacen
el ahorro. Quienes ahorran no buscan muchas veces una inversión bursátil sino que
invierten directamente en la economía; o sea que la Bolsa, si bien es la parte visible y
más prominente del mercado de inversiones. solamente refleja una parte importan-
tísima por cierto. del movimiento general de las inversiones. en lo que concierne a la
detenninación del precio del dinero o de los distintos tipos de interés.
En efecto, la Bolsa está en contacto estrecho con el resto del mercado de inver-
siones. Si en un momento dado el rendimiento probable que un industrial encuen-
tra para el incremento de sus beneficios -teniendo en cuenta el factor riesgo- le
pm·ece bajo en relación a lo que podría conseguir invirtiendo en cédulas hipoteca-
rias o en títulos del Gobierno. los fondos de ese industrial en lugar de invertirse en
su propia empresa buscarán una inversión en el mercado bursátil y en esta forma se
establece el equilibrio entre ambos sectores del mercado. Por otro lado, si a juicio
de los inversores el tipo de interés del mercado bursátil. a igualdad de riesgos. re-
sulta demasiado bajo con respecto al rendimiento probable de otras inversiones. el
dinero que afluye a la Bolsa tomará el camino de otros sectores de inversión. En
esa forma la Bolsa está fluctuando de continuo por lo que ocurre en el resto del
mercado y no puede ocurrir v:u-iación significa!iva alguna en el mercado de inver-
siones que no se refleja en el elemento nivelador de las inversiones que es la Bolsa.
2. EL VOLUMEN DE AHORRO Y LA CANTIDAD DE INGRESOS
¿Qué factores influyen sobre la cantidad de ahorro en un momento dado? El
ahorro depende fundamentalmente del nivel de ingresos de la colectividad. Es un
hecho observado en nuestro país y en otros la estrecha dependencia entre el monto
del ahorro en forma de beneficios y del ahorro visible. y el aumento de ingresos. A
mayor cantidad de ingresos colectivos. mayor cantidad de ahorro. pero no pode-
mos decJJ" a ciencia cierta en qué proporción aumentará el ahorro con respecto al
aumento total de ingresos.
Por otro lado, no solamente depende el monto del ahorro del monto total de in-
gresos. sino de la distribución de los ingresos y. sobre todo. de la forma en que ese
aumento o disminución se ha producido en las distintas clases sociales. Es proba-
ble. por ejemplo. que en un período de alza de precios no acompañado de ajustes
fáciles en los gastos, especialmente de sueldos y salarios, los beneficios de las em-
presas crezcan rápidamente, como vimos al considerar el fenómeno de la inl1ación
v que la proporción de la renta ahorrada crezca con respecto al punto de pm·tida.

TEORÍA DEL INfERÉS A !ARGO PIAZO
423
¿Por qué? Porque los beneficios se refieren precisamente a aquellos grupos que se
ven favorecidos por el alza de precios y que pueden ahorrar en mayor cantidad por
estar ya satisfechas las necesidades corrientes impuestas por su nivel de vida. Este
punto tiene una gran importancia. como veremos un poco más adelante al conside-
rar algunos ejemplos acerca de la incidencia que sobre el ahorro total de la colecti-
vidad podrían tener ciertas medidas monetarias cuando no hay plena ocupación.
3. LA OFERTA Y DEMANDA DE FONDOS INVERTIBLES Y EL TIPO DE INTERÉS
En cuanto a la relación del ahorro con el tipo de interés que por él se paga. po-
drían ustedes pensar lo que bien les plazca. O sea que igualmente aceptarán ustedes
la explicación según la cual cuando aumenta el tipo de interés. aumenta la cantidad
que un individuo está dispuesto a ahorrar. como están dispuestos a aceptar la afir-
mación contraria. Sobre esto ha habido discusiones interminables que no vale la
pena emprender pues sencillamente sucede lo uno y lo otro, según las clases socia-
les. la psicología de las personas y según el propósito que una persona se proponga
al ahorrar. Es posible que cuando suba el tipo de interés algunas personas que están
atentas a recibir una determinada renta en el futuro crean conveniente consumir
más puesto que con una menor cantidad de ahorro van a recibir igual renta. y pue-
de ser que otros hagan lo contrario.
La observación directa nos revela también un hecho más importante: la indife-
rencia de buena parte del público con respecto a los tipos de interés. Es un hecho
comprobado en nuestro país que en los últimos diez ailos. a pesar de la disminución
del interés sobre los depósitos bancarios de ahorro y sobre el interés de los títulos,
no ha habido una reducción en la cantidad de ahorro. Pero no podríamos sacar nin-
guna conclusión lógica de ello puesto que paralelamente ha habido un crecimiento
del total de ingresos que podría haber contribuido a aumentar la cantidad ahorrada
no obstante la rebaja del tipo de interés.
Nos basta saber que. para el país en su conjunto, la cantidad de ahorro sigue
aproximadamente a la cantidad de réditos, o sea que en la fase de ascenso cíclico
aumenta la cantidad de ahorro y disminuye en la fase descendente.
En cuanto a la demanda de fondos invertibles, dijimos hace un momento quepo-
drían hacerse dos grandes categorías. Por un lado está el Estado, que es generalmen-
te insensible a los tipos de interés, puesto que su demanda está determinada por el
impulso que puede dar a las obras públicas y por el déficit del presupuesto. En cam-
bio. la demanda de la actividad económica privada está siempre pendiente en la re-
lación entre el tipo de interés del dinero y lo que se puede obtener de ese dinero
aplicado a una determinada inversión en el comercio, la industria o la producción.

424
RAÚL PREBISCH
Por cjenrlo. si en un momento dado la escasez de casas hace subir los alquile-
res, subirá d rendimiento de la propiedad y eso tenderá a atraer inversiones para la
construcción de casas. Pero el rendimiento no es algo concreto y preciso, sino que
es el resultado de una apreciación. de una conjetura: el inversor que toma dinero
prestado mediante cédulas hipotecarias para construir una casa de departamentos
puede saber lo que esa casa le va a devengar de rédito en un determinado momento
inmediato. pero en cuanto al rendimiento futuro tendrá que hacer una serie de con-
jeturas que hacen todos los que invierten a plazos largos, y que están coloreadas
por la situación psicológica del momento.
Cuando los alquileres suben, la gent~ tenderá a creer que el alza se va a prolongar
calculando que el rendimiento va a durar un tiempo relativamente largo. De ahí que
la demanda de ahorro en un momento dado dependa de las distintas conjeturas que la
gente hace sobre el rendimiento probable de la inversión de los incrementos de capi-
tal que pueden obtener, directamente en la Bolsa o en el mercado de inversiones.
Si por un fenómeno de escasez o debido a reformas técnicas del procedimiento
de producción o a la posibilidad de fabricar productos nuevos o modificados se
presenta un campo favorable para las inversiones, un rendimiento más alto, habrá
una mayor demanda del ahorro. que tenderá a hacer subir el tipo de interés para las
inversiones a largo plazo. Si a ello se agrega un crecimiento de la demanda del Es-
tado -no influido, como he dicho, por consideraciones de orden económico--- el
tipo de interés subirá aún más. En ese sentido, la intervención del Estado en el mer-
cado bursátil desempeña, sobre todo en nuestro país donde el Estado toma una gran
parte del ahorro nacional, un papel muy importante.
La participación del Estado influye en forma muy intensa en la determinación
del tipo de interés, pero no arbitrariamente sino a través de la oferta y la demanda.
Si en un momemo dado aumenta la afluencia de ahorro o disminuye su demanda
por parte del Estado o de la actividad económica privada, el tipo de interés a largo
plazo tenderá naturalmente a bajar de acuerdo con la explicación corriente --que
acepto-- y tenderá a atraer ciertas colocaciones o inversiones que antes no hacían
porque el interés era alto.
En nuestro país hay un tipo muy flexible de inversión, que está sujeto a tales
movimientos. que es el dinero aplicado a la construcción de casas. Se trata de un
fenómeno sumamente importante entre nosotros. Cuando una acción de una indus-
tria está dando un determinado dividendo fijo y sobreviene la baja del interés del
dinero, el precio de esa acción tiende a subir y si esa industria ofrece buenas pers-
pectivas habrá dinero para expandirla. Es decir que a medida que baja el tipo de in-
terés, en un mercado abierto que puede importar maquinarias, o hacerlas sin difi-
cultades. puede ocurrir una expansión industrial. Pero no sucede así en lo que
concierne a la tierra, sobre todo en la edificación urbana, que está en cantidades li-

TEORÍA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
425
mitadas en función de la distancia; ilimitadas cuando la distancia crece. pero
prácticamente limitada para una determinada población y una determinada red de
medios de transporte. De ahí que se observe este fenómeno: que confonne baja
persistentemente la tasa de interés a lo largo del tiempo. los efectos que tendría la
baja en la promoción de la edificación se ven en gran parte anulados por la valori-
zación simultánea de la tierra.
Supongamos el caso de un empleado que desea construir mediante los sistemas
en boga. pagando los servicios del capital con el descuento de una parte de su suel-
do. Si ha bajado el tipo de interés. aun cuando las otras condiciones no cambiasen,
es posible que ello estimule a los de sueldos inferiores a entrar en el mercado:· pi-
diendo préstamos hipotecarios para construir. Pero esa mayor demanda. que se pro-
duce solamente por la baja de los tipos de interés, en se&uida se transfiere al merca-
do y hace subir los precios de la tierra. en lo que vemos un fenómeno
completamente distinto del que sucede en la industria donde es posible expandir
rápidamente. mientras que en la construcción las ventajas de la reducción del inte-
rés se ven absorbidas por la valorización de la tierra.
El mismo fenómeno lo hemos visto en nuestro país, no solamente en lo que
concierne a la baja de los tipos de interés y su efecto sobre las tierras de edifica-
ción, sino a la baja de los fletes que ha provocado una mayor valorización de la tie-
rra de cultivo. Este es un fenómeno digno de estudio que tiene una importancia
muy grande desde el punto de vista económico y financiero social.
4. LA REDUCCIÓN DEL TIPO DE INTERÉS Y LA POLÍTICA MONETARIA
He dicho que tiene una importancia considerable el dinero nuevo que los ban-
cos incorporan al mercado de capitales junto con el ahorro que las empresas o la
población vuelcan al mercado de inversiones. No se trata de dinero que el público
les ha llevado en fonna de depósitos de ahorro, sino dinero nuevo creado por la ex-
pansión del crédito. Los bancos tienen. por lo tanto, dos formas de hacer préstamos
a largo plazo1 a la industria: invirtiendo directamente el ahorro en préstamos a lar-
go plazo a su clientela o comprando en la Bolsa títulos del Estado u otras obliga-
ciones. Pero tienen además otra forma de intervenir no ya con el ahorro sino con el
dinero nuevo: compran títulos y pagan creando depósitos, o prestan a corredores de
bolsa. a especuladores o a inversores para que compren papeles de inversión.
1
En realidad no se trata de préstamos bancarios a largo plazo sino de préstamos comeré:iales co-
munes que, en virtud de renovaciones continuas. se vuelven de plazo mayor que los créditos ordinarios.

426
RAÚL PREBISCH
,
Si los bancos están en condiciones de acudir con dinero nuevo al mercado de
títulos, la afluencia de esos fondos provocará una baja en el tipo de interés. si la de-
manda no ha aumentado por otro lado. Y nos preguntamos entonces si no sería po-
sible mantener bajas las tasas de interés por sucesivas inyecciones de dinero nuevo
creado por los bancos. Importante punto que se plantea y resuelve Keynes en su
último libro cuando sostiene que el Banco de Inglaterra podría tener una influencia
muy sensible en la determinación de los tipos de interés en ese país con una po-
lítica monetaria adecuada. Se trataría de lograr hacer bajar los tipos de interés y por
lo tanto extender la posibilidad de nuevas inversiones y hacer acrecentar así el total
de ingresos de la colectividad.
Veamos hasta qué punto en un país como el nuestro sería posible practicar una
política de esta naturaleza. Nos planteamos esta pregunta. no para resolver en este
momento un problema concreto de política monetaria. sino para explicar un aspec-
to de la teoría monetmia. ¿Qué es. en fin de cuentas. ese dinero nuevo que los ban-
cos incorporan al mercado de títulos comprando directamente o dando fondos a ter-
ceros para que compren títulos? Es un aumento de la cantidad de crédito
exactamente igual que cuando el Estado acude a los bancos. ya sea entregándoles
títulos o letras o tomando de los bancos adelantos en cuenta corriente. Quiere de-
cir. por lo tanto. que si nos atenemos a las explicaciones teóricas que hemos dado
en nuestras clases anteriores. ese aumento de dinero nuevo provocará los efectos
que hemos visto. y que serán distintos según el estado de la actividad económica
en que se encuentra el país. y según las medidas complementarias que pueden to-
marse acompañando esa expansión de crédito.
Volvamos a referirnos al coeficiente de importaciones. Supongamos un país
que no se encuentra en estado de plena ocupación. o sea que tenga desocupados
que podrían ser absorbidos por la industria. la producción. el comercio. etc. Dije al-
guna vez que es perfectamente concebible un Estado de absoluto equilibrio del ba-
lance de pagos con desocupación interna. Supongamos que nos encontramos en un
punto así. ¿Qué efectos tendrá la incorporación de dinero nuevo al mercado de
títulos? Supongamos que el Gobierno emite nuevos títulos que son comprados por
corredores e inversores o son directamente adquiridos por los bancos y pagados
con la creación de dinero nuevo. ¿Qué efectos van a producir esas inyecciones de
dinero nuevo en el mercado? Habrá un aumento de la demanda general y de las im-
portaciones, y crecerá la ocupación. Supongamos que el Gobierno acude a este proce-
dimiento en colaboración con los bancos y que la cantidad de dinero vaya de año en
afio aumentando. ¿Podrá seguirse indefinidamente este proceso'? Es concebible que se
llegue a la plena ocupación.¿ pero a qué costo podrá mantenerse la plena ocupación?
De acuerdo con lo que hemos explicado en clases anteriores. el aumento de di-
nero nuevo tiende a provocar un aumento de análoga magnitud en la importación.

TEORÍA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
427
pero mientras tanto. se ha ido aumentando la actividad económica interna. El au-
mento de importaciones va requi1iendo usar la reserva metálica y llegará un mo-
mento en que ésta se habrá agotado por completo o habrá llegado a un nivel tal que
se impone el abandono del patrón oro en el cual nos encontramos con nuestro
ejemplo.
5. LIMITACIONES DE UNA POLÍTICA MONETARIA Y rJSCALTENDIENTE
A REDUCIR EL TIPO DE INTERÉS
Veamos otro caso. Para ello.he preparado este ejemplo (cuadro Nu 1). en donde
vamos a introducir algunos conceptos nuevos que no habíamos considerado todavía.
Supongamos que el total de ingresos sea de 10.000 millones; vamos a suponer
que de ese total. el Estado tome la cantidad de 1.250 millones en la siguiente for-
ma: 1.000 millones por medio de impuestos. 250 millones por medio de la coloca-
ción de títulos. utilizando el ahorro genuino del mercado. o sea que hasta ahora no
hay ninguna creación de dinero nuevo. Quedan 8.750 millones en la economía pri-
vada. de los cuales supondremos que se consumen 8.000 millones y se invierte el
resto. o sea 750 millones.
¿En qué consisten esas inversiones? En primer lugar. las inversiones que re-
quiere la colectividad para mantener sus maquimu"ias, sus bienes instrumentales. la
construcción y reparación de casas y las nuevas inversiones provocadas por las me-
jores técnicas o el establecimiento de nuevas industrias.
Podemos dividir en otra fonna los 10.000 millones de ingresos. De esta suma.
1.000 se invierten: 750 por la economía privada y 250 por el Estado. Quedan por lo
tanto, 9.000 millones de consumo. de los cuales 8.000 pertenecen a la economía
privada, y 1.000 que el Estado percibe del consumo de este sector y traslada nueva-
mente a sus empleados y obreros. Y cabe finalmente una tercera división. ¡.Cuánto
c01Tesponde de los 10.000 millones de ingresos a la actividad interna y cuánto a la
importación? Pondremos como siempre 8.000 y 2.000 respectivamente. o sea que
el coeficiente de importación es de 20%. Por último. suponemos que hay 4.000 de
dinero. o sea que la velocidad de circulación del dinero en términos de réditos o in-
gresos es de 2,5. Esos 4.000 millones de dinero se mueven 2 1/2 veces para poder
realizar los 10.000 millones de ingresos en el año. El dinero está en forma de bille-
tes en circulación y depósitos y hay también oro por 2.000 millones.
Vamos a suponer que no hay plena ocupación y que los bancos crean dinero nue-
vo que afluye al mercado de títulos. El Estado toma medidas de carácter aduanero
que permiten hacer crecer el total de ingresos de 10.000 millones sin hacer crecer la
importación. o sea que permiten reducir el coeficiente de importación de 20%.

4'.!8
RAÚL PREBISCH
Si suponemos que se llega a la plena ocupación con un total de ingresos de
12.000 millones (Columna 11) y una importación de 2.000, el coeficiente seria de
16.6%. ¡,Cómo podría llegarse a este estado? Supongamos que de año en año va-
yan los bancos expandiendo el crédito y aumentando sucesivamente la cantidad de
dinero de 4.000 a 4.800 en cuatro años. o sea 200 millones por año. Supongamos
que ya estamos en el cuarto año: yo sostengo que habiéndose reducido a 16.6% el
coeficiente de importación y no habiéndose alterado la velocidad de circulación. el
total de ingresos. de acuerdo con nuestros razonamientos anteriores. habrá subido
en la misma proporción que la cantidad de moneda. Supongamos que el total de in-
gresos ha aumentado a 12.<XlO millones: como el coeficiente de importación ha dis-
minuido a 16.6%. esta nueva cantidad de dinero de 4.800 al circular 2 1/2 veces en
el año. produce 2.000 millones de importaciones.
Cuadro Nº 1
1
11
111
Total ele Ingresos
10.000
12.000
14.000
Primera división
Eswdo:
1.250
1.500
2.000
Impuestos
l .<XlO
l.200
1.300
Empréstitos
250
300
700
Economía pril•ada:
8.750
10.500
12.000
Consumo
8.000
9.600
11.100
Inversiones
750
900
900
Segunda división
Consumo total:
9.000
11.800
12.400
Estado
1.000
1.200
1.300
Economía privada
8.000
9.600
11.100
Inversiones de ahorros totales:
1.000
1.200
1.600
Estado
250
300
700
Economía privada
750
900
900
Tercera división
ActiFidad interna:
8.000
10.000
12.500
l mportacio11es:
2.000
2.000
1.500
Coeficiente de imp011aciones
20%
16.6%
12%

TEOIÚA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
429
1
11
111
Dinero
4.000
4.800
5.600
Oro
2.000
2.400
3.600
Relación oro/dinero
50%
50%
50%
Velocidad de circulación del dinero
en términos de ingresos
2 l/2
2 l/2
2 l/2
Ahora vamos a ver qué es lo que ocurre con los otros renglones de nuestro cua-
dro. para lo cual vamos a hacer una serie de suposiciones. Primero, para simplifi-
car. no voy a tomar en consideración el pequeño incremento de precios que pudo
haber ocurrido pdr la disminución del coeficiente de importaciones; segundo. va-
mos a suponer asimismo -suposición que podremos variar- que la proporción de
ahorro de la colectividad no cambia conforme aumenta el total de ingresos, o sea
que se ahorra. como antes. el 10% de los réditos. En consecuencia. vamos a supo-
ner que al aumentar los réditos a 12.000 millones, también aumente el ahorro en la
misma proporción. Podríamos suponer una mayor o menor proporción de aumento.
que no altera sustancialmente nuestra demostración.
Supongamos. como decimos. para simplificar que el ahorro pasa de l.000 a
l.200 millones. ¿Quá habrá ocurrido con los impuestos del Estado'! Tenderán a au-
mentar y el hecho de que aumenien en proporción mayor o menor dependerá de su
régimen. Si hay impuestos que se aplican sobre valores, éstos crecerán proporcio-
nalmente. Para simplificar. vamos a suponer que también aumentan en la misma
proporción que los ingresos totales, o sea en 20% y que llegan a 1.200.
¿Qué sucederá, en estas condiciones, con el ahorro y con el precio o el interés
del dinero? Vimos que el ahorro ha subido de l.000 a l.200; que el Estado recauda
impuestos por l.200 millones en lugar de 1.000 millones. o sea que el Estado ya no
necesita en esta etapa seguir acudiendo a la expansión de crédito para pagar el in-
cremento de gastos con que se había iniciado este proceso.
Recuérdese que supusimos que el Estado gastaba 250 millones provenientes de
la colocación de títulos que se facilitaba a raíz del incremento del crédito. Pero
como el Estado y los bancos han hecho crecer la cantidad de réditos y también ha
crecido la cantidad de impuestos. resulta que el Gobierno podría en este caso redu-
cir a 50 millones sus colocaciones en títulos, con lo cual, más los l .200 de impues-
tos. cubriría sus gastos normales dejando, además, una mayor cantidad de ahorro a
disposición de la actividad privada. Si la demanda de ah01rn por parte de esta
última no ha crecido más fuertemente que el crecimiento de los ingresos, será posi-
ble reducir la tasa de interés pues habrá una oferta de ahorro superior a la demanda
del mercado.

430
RAúL PREBISCH
Vamos a suponer ahora otro caso. en que el crecimien10 de impuestos sea inferior
al de los réditos totales. pero que se mantenga el crecimiento de la cantidad de ahorro
como en el ejemplo anterior. Si los impuestos del Estado no han crecido en la misma
proporción que los réditos. el Estado deberá utilizar los 200 millones de incremento
en el ahorro para seguir haciendo sus gastos. En este caso no habrá. pues. una oferta
de ahorro en el mercado superior a la demanda de ahorro. por pa11e de la actividad
económica interna que permita reducir el tipo de interés. Por otra parte. en la activi-
dad privada habrá también un incremento de la demanda de inversiones proveniente
de su mayor volumen de producción. Es concebible que durante este proceso los ban-
cos o el Banco Central. si es que éste ha estado comprando los títulos del Estado. ha-
yan podido bajar arbitrariamente el tipo de interés inyectando dinero nuevo que ha
ido a satisfacer plenamente la demanda de ahorro del Gobiemo y del público. Pero
cuando se llega a la plena ocupación, ya no es posible intentar hacerlo sin graves peli-
gros por cuanto al no poder absorberse el dinero por un incremento real de la activi-
dad económica. irá a llevar los precios hacia arriba. y del proceso expansivo que con-
duce a un aumento de la producción. pasaremos a un proceso inflacionista.
No voy a detenerme en el examen de lo que ocurriría si llegados a ese estado de
plena ocupación el Estado sigue haciendo uso del crédito en lugar de limitarse a
obtener los recursos por medio del impuesto del empréstito. puesto que se entraría
en el franco proceso de inflación que ya conocemos.
6. EXPANSIÓN ECONÓMICA INTERNA Y REDUCCIÓN ARTIFICIAL
DE LAS IMPORTACIONES QUE FACILITA LA COLOCACIÓN DE EMPRI~STITOS FISCALES
Vamos a pasar. en vez. al caso que realmente nos interesa. o sea. al de un país
en el cual el medio circulante aumenta en forma intensa por un lado. mientras por
otro lado las importaciones se comprimen. ya sea por obra de un sistema de control
de cambios o ixir restricciones impuestas por la economía bélica de otros países.
Consideramos pues. una situación que tendría ciertos puntos de contacto con lo
que ha ocurrido en los últimos años en nuestro país. pero les ruego no sacar infe-
rencias con respecto a los hechos concretos actuales. de los cuales nos ocuparemos
al final de nuestro curso. si tenemos tiempo. Por el momento planteo simplemente
el caso teó1ico para que se advie11a cómo en una situación como la que voy a des-
cribir se produce un incremento tal en la cantidad de ahorro de la colectividad debi-
do a la desigual distribución de los réditos provocada por la inflación. que el precio
de los títulos puede subir considerablemente -o sea bajar el interés del dinero--
situación que. sin embargo. es sumamente precaria y transitoria por ser de esa
índole los factores que la han provocado.

TEORÍA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
431
Nuestro estudio. entonces. se va a dividir en dos partes: en primer lugar. estu-
diaremos el proceso en su desarrollo y culminación. y luego estudiaremos la tmns-
formación que ocurriría en ese sistema económico. desde el momento en que ese
proceso se interrumpe y sobreviene el fenómeno inverso. o sea la reanudación de
las imp011aciones por haber terminado la situación anormal que le impedía crecer. ·
Vamos a presentar un tercer ejemplo, siempre pai1iendo del cuadro N2 l. En
este ejemplo. la cantidad de dinero del sistema económico va a aumentar en virtud
de que mientras se mantiene constante el nivel de las exportaciones, se reduce el de
las importaciones debido al freno del control de cambios. o a la restricción de la
economía bélica de otros países. Supondremos. entonces. que en lugar de los 2.000
de importaciones. este país solamente puede hacer 1.500 millones de importacio-
nes y que mantiene su cifra de 2.000 millones de exportaciones. ¿Qué es lo que
ocurriría entonces? Que se produce un excedente de 500 millones por año entre ex-
portaciones e importaciones. excedente que en un sistema económico abierto. nor-
mal. sin las restricciones a las importaciones impuestas por la economía bélica del
exterior y sin control de cambios. no podría mantenerse por mucho tiempo debido
al crecimiento natural de las impo11aciones. Pero en este caso, como es imposible
acrecentar la importación. esos excedentes del comercio exterior se van acumulan-
do dentro del sistema y provocando un aumento de la cantidad de oro y divisas por
un lado. y de la cantidad de dinero por otro lado.
Supongamos que al cabo de cierto tiempo se llega a elevar la cantidád..de oro de
2.000 a 3.600 millones. A los cuatro años tenemos 3.600 millones y la cantidad de
dinero crece paralelamente de 4.000 a 5.600. Supongamos por el momento qúe ~l
dinero sigue circulando con la misma velocidad de circulación que antes (es posible
que en la realidad no suceda así y que la velocidad de circulación disminuya. que es
lo que ocurre actualmente en nuestro país. pero por el momento razonaremos sobre
la base de una velocidad de circulación constante). El total de réditos o ingresos de
la colectividad habrá subido a 14.000 millones. Supongamos que al crecer la canti-
dad de réditos. se haya llegado a la plena ocupación que hemos supuesto en el se-
gundo ejemplo. pero a ello se ha llegado aumentando algo los precios.
¿Cuáles son los que más habrán aumentado'! En primer lugar los precios de im-
portación. Considérese que esa colectividad tiene en sus manos una cantidad de di-
nero que ha subido de 4.000 a 5.600. o sea en 40% y sin embargo la cantidad de
mercadería que se podía importar del exterior no sólo no ha subido, sino que ha ba-
jado de 2.000 a l.500 millones. Los precios de las mercaderías importadas habrán
subido y esto ocurre tanto en un sistema de control de cambios como en una infla-
ción de guerra en que no se mciona aquí la mercadería sino en los países exporta-
dores. Los importadores. que han traído al país 1.500 millones de mercaderías. se
encuentran frente a una demanda muy superior y pueden subir los precios con toda

432
RAÚL PREBISCH
facilidad y hacer beneficios extraordinarios. Al subir los precios de la importación.
también ocurrirán en olros sectores los.fenómenos de alza, carncterísticos del pro-
ceso inflacionista que vimos en clases anteriores. En la industria. como los costos
-especialmente los salarios- no suben en la misma proporción. nos encontramos
con otra fuente de beneficios extraordinarios y lo mismo cabe decir de los benefi-
cios comerciales. O sea. que esa nueva canlidad de 14.000 millones de total de in-
gresos no se distribuye entre los dislinlos grupos y clases sociales en la misma for-
ma que en nuestro punto de partida (columna 1), sino que se presentan los
fenómenos característicos de desigual distribución de ingresos que se producen en
la fase de ascenso de precios, agravados en este caso por la acumulación de benefi-
cios extraordinarios. Esto último no es una característica del proceso normal de in-
flación. porque cada impo11ador tiene que pagar un precio más alto por las divisas
extranjeras; en cambio, en este caso. las divisas extranjeras se han mantenido a los
mismos tipos de anles y el imporlador se ha beneficiado por el alza de precios. Por
otro lado, reflexionen ustedes que en un país en que una parte de la expansión de la
industria liene que hacerse necesariamente -por la índole de nuestra produc-
ción- con bienes instrumentales provenienles del exterior. si su producción no
puede aumentar y más bien disminuye. el proceso expansivo de la industria, que de
otro modo se hubiese desarrollado en forma muy acentuada en virtud de la mayor
demanda engendrada por el incremento del poder de compra. se ve frenado por la
dificultad de importar. o sea que la tendencia natural a extender las inversiones en
la actividad económica privada. se ve se1iamente contenida por la imposibilidad de
importar bienes instrumentales o de capilal. Se comprime. por lo tanto. el campo
para nuevas inversiones mientras que. por otro lado, los fondos invertibles aumen-
tan intensamente en virtud de los beneficios extraordinarios.
Así, supondremos que la cantidad de ahorros crece algo más intensamente que
los réditos. En el caso anterior habíamos supuesto que la proporción de ahorro de
esta colectividad respecto al total de réditos se mantenía y que. por lo tanlo. al au-
mentar los réditos o ingresos. aumentaba proporcionalmente la cantidad de ahorros
o inversiones. En este caso (columna Ill) vamos a suponer que las inversiones pa-
san de 1.000 a 1.600 millones. ¡,Dónde va ese aumento de ahorro? ¿Qué sucederá
con ese incremento de ahorro?
Antes, de los 1.000 millones de ahorro, 750 se invertían en la economía privada
y 250 por el Estado. Ahora, en lugar de los 1.000 millones tenemos 1.600 millones.
¿Se habrá mantenido la vieja proporción entre las inversiones de la economía pri-
vada y del Estado? No. por cuanto la economía privada no puede expandirse por la
limilación de las importaciones. según lo hemos dicho. Por lo tanto. vamos a supo-
ner que el Estado puede tomar una proporción mayor de ahorro. Podremos suponer
entonces que en la economía privada se mantienen las inversiones del segundo

TEOR!A DEL INfERÉS A LARGO PLAZO
433
ejemplo: o sea. que solamente absorbe 900 millones de aho1rn que al no ser absor-
bidos por la actividad económica privada buscan naturalmente ir al mercado de
títulos y ante ese crecimiento de la oferta de ahorro en el mercado. es natural que
suban el precio de los títulos. o sea baje el nivel del interés del dinero.
Una mayor cantidad de ahorro podrá asimismo ir al mercado de inmuebles.
Pero el dinero que se invierte en un inmueble pasa del inversor al vendedor. quien
tiene luego el mismo problema de inversión; por ello. es natural que en una situa-
ción de esa naturaleza el excedente de ahorro provocado por la desigual distribu-
ción de los réditos resultante del alza de precios vaya a buscar colocación en la
Bolsa. Podemos. pues. suponer que esos 700 millones se colocan en títulos.
Vamos a deducir las otras cifras del cuadro; si los réditos llegan a 14.000 millones
y las inversiones a 1.600 (900 millones en la economía privada y 700 millones en va-
lores del Estado) quedarán para el consumo de la colectividad 12.400 millones de in-
gresos. de Jos cuales corresponden a la economía privada 11.100 y al Estado l .300. o
sea que suponemos que el Estado aumenta sus impuestos apenas en 300 millones con
respecto a la situación inicial. Pero sus gastos. en virtud de l~ facilidad para colocar
títulos. han podido ser llevados de 1.200 a 2.000 millones, es decir. que el Estado ab-
sorbe una mayor proporción ele los réditos ele la colectividad acudiendo al empréstito.
Supóngase que el Estado. en lugar de tomar los réditos de la colectividad me-
diante el empréstito. decide tomarlos mediante el aumento del impuesto. Si el Go-
bierno loma una proporción más grande de las ganancias industriales o de los im-
portadores. es natural que disminuirá la cantidad de réditos que el Gobierno puede
tomar por medio del empréstito. Pero el Gobierno. en un caso así está en condicio-
nes de aumentar sus entradas ya sea por el empréstito o impuestos. desde que Jos
beneficios de la colectividad tienen un crecimiento en virtud de la desigual distri-
bución de los réditos. Por supuesto. que aquí al poner la cifra de 1.500 millones en
las importaciones me refiero exclusivamente a lo que paga el importador al exte-
rior. pero no a lo que percibe al venderlas.
7. CAMBIOS PROVOCADOS POR LA REANUDACIÓN DE LAS IMPORTACIONES
¿Hasta dónde puede seguir esta situación? Observen ustedes que no ha habido
ninguna expansión de crédito. o sea que todo el incremento de dinero proviene de
la adquisición de oro y divisas. resultante del saldo positivo de nuestro comercio.
El Gobierno se ha limitado a transferir a su Tesoro una parte del incremento de ré-
ditos provocado por ese comercio. pero no ha creado cantidades de dinero nuevo.
De haberlo creado. el aumento de la cifra nominal de réditos habría sido superior.
aunque ello no nos altera la índole de nuestro problema.

434
RAÚL PREBISCH
Aproximémonos a la situación real: supongamos que las restricciones a la im-
portación terminan. ya sea porque se elimina el sistema de control de cambios o
porque termina Ja economía bélica en el exterior y el país puede reanudar nonnal-
mente sus importaciones.2 ¿Qué ocurrirá en este sistema económico? ¿Cuál será la
primera manifestación que observaremos? Un aumento de las importaciones. Va-
mos a suponer que el país necesita normalmente 2.000 millones de importaciones
de materias primas y artículos necesarios para el consumo corriente de su pobla-
ción. Al reanudarse las importaciones habrá una baja en los precios de importación
y en Jos de la producción interna cuyo primer efecto será disminuir gradualmente y
luego suprimir los beneficios extraordinarios de los importadores. En la industria
local sucederá exactamente lo mismo. Tendremos a la inversa el mismo proceso
anterior. según lo hemos visto ya al hablar de la int1ación.
Al disminuir los beneficios de los importadores. industriales y comerciantes y
tender esos beneficios a desarrollarse en un nivel normal. ¿cuál será el resultado
del mercado de títulos? ¿Podrá el Estado, que antes gastaba 1.250 millones de los
cuales 250 millones provenían de Ja colocación de títulos. seguir colocando 700
millones de títulos y gastando los 2.000 millones'? Podrá hacerlo. pero siempre que
el Estado aumente los impuestos en tal forma que presione a la colectividad a vol-
ver a los 10.000 millones de réditos originales. Pero vamos a suponer que los rédi-
tos sólo bajen a 12.000 millones y que se mantenga la plena ocupación. ¿Cómo po-
dría hacer el Gobierno para mantener. en este caso, ese volumen de gastos? Podría
el Gobierno. a los mismos tipos de interés colocar 750 millones de títulos cuando
los ingresos de la colectividad han bajado a 12.000 millones?
Ello solamente sería posible en caso de que las inversiones en la economía pri-
vada. en lugar de ser los 900 millones. bajen más pero no es concebible que las in-
versiones privadas se reduzcan precisamente ahora, que es posible traer máquinas
y bienes instrumentales del exterior. Por el contnu"io, las inversiones privadas ten-
derán a subir por toda la reposición de maquinarias que una economía sometida a
las privaciones de la guerra tiene que desarrollar cuando ese fenómeno desaparece.
No es posible, pues. comprimir más aún las inversiones privadas. aun cuando, en
una hipótesis extrema. se concibe que el Estado eleve en tal forma su demanda de
títulos y haga crecer en forma tan alta el interés del dinero que impida a la econo-
mía privada ir al mercado de capitales, o haga que resulte más conveniente invertir
en maquinarias. Otra alternativa podría ser el aumento de los impuestos. Suponien-
do que el Estado en lugar de colocar 700 millones coloque 400 millones. tendría
Para no complicar moment<Íncamcntc nuestro problema, vamos a suponer que esas importacio-
nes se reanudan al mismo nivel de precios exteriores que antes. Luego. en otro ejemplo, vamos a hacer
subir los precios.

TuoRIADEL INTERÉS A lARGO PLAZO
435
que hacer un incremento de impuestos de 600 millones. lo que con respecto al pun-
to de partida representa una suba de un 60%. Ello es técnicamente posible, pero tie-
ne obstáculos de diversa naturaleza. sobre todo si se trata de un aumento de 60%.
Aun si pudiera hacerse nos plantearía este problema: ¿conviene a un país en de-
sarrollo que mientras la renta ha subido de 10 a 12.000 millones la parte de la renta
que toma el Estado haya subido en mayor proporción? Todo depende de la eficien-
cia con que el Estado gaste esos réditos.
8. LA EXPANSIÓN DEL CRÉDITO PARA CUBRIR GASTOS FISCALES AGRAVA EL PROCESO
¿Y si el Estado no aumenta los impuestos ni disminuye los gastos cómo hará
para proseguir su nivel de gastos en 2.000 millones? No tiene más remedio que ha-
cer uso del crédito a corto plazo. es decir. recurrir al dinero nuevo de los bancos.
No hay otra salida. lo que quiere decir que llega un momento en que todo Estado,
en circunstancias análogas, se ve enfrentado con un problema muy sencillo, de sen-
tido común. pero de muy difícil solución en la práctica: de algún lado tiene que sa-
lir el dinero parn pagar los gastos, o sea que en buen criollo, del mismo cuero salen
las correas. No hay posibilidad de salir por un camino lateral. puesto que siendo
determinada la renta de un país y no pudiéndosela ampliar porque se ha llegado a
la plena ocupación. no es posible seguir gastanto lo mismo, si no se quiere tomar
una mayor proporción de esa renta por medio del impuesto o del empréstito. salvo
que los bancos facilitamn crédito.
Si continuase el proceso anterior, sobrevendría la disminución de la reserva de
divisas puesto que como ahorn se puede importar fácilmente, todo incremento de
los gastos fiscales hecho con dinero nuevo necesariamente aumenta las importacio-
nes. Esta reserva se va usando más o menos rápidamente, según la magnitud del
proceso expansivo del crédito. proceso de disminución de las reservas monetarias
que probablemente en nuestro ejemplo se vería acentuado por obra de una reacción
muy comprensible en virtud de los años que se ha pasado sin importaciones norma-
les. Parte del dinero invertido en títulos cuando no era posible importar nonnal-
mente, tenderá a salir al exterior en pago de bienes de capital necesaiios para la ex-
pansión de la industria o para la reposición del instrumental de la industria. lo cual
podrá tender a aumentar la demanda de divisas en una forma anormal aparte de que
en la economía privada. los años de compresión de muchas necesidades insatisfe-
chas por la importación de artículos del exterior. también se harán sentir.
De manera que si a la reacción natural de una economía cuyas necesidades han
sido comprimidas por factores exteriores. se agregan las consecuencias de la po-
lítica de expansión del crédito, esta economía puede llevarse a igual punto crílico

436
RAúL PREBISCH
que mencionamos antes de la dilatación del crédito. Ante todo, una parte del oro
tenderá a ser retenida y una parte a ser repelida. Tenderá a ser retenida la parte de
oro absorbida en la economía interna en virtud del descenso del coeficiente de im-
portación. El dinero aumenta de 4.000 a 4.800 millones sin que salga nada al exte-
rior en virtud de haberse mantenido las cifras de exportaciones por una baja del co-
eficiente. Otra parte del oro va a tender a salir por el proceso natural de desarrollo
de la economía y aún sin expansión del crédito. Pero si se agrega la expansión que
hemos dicho, no solamente podrá salir todo lo que había ingresado y aún los 800
millones retenidos. sino que el país podría quedar con las reservas metálicas
exhaustas si es que continúa el proceso expansivo.
Ya sabemos que de acuerdo con nuestro razonamiento esos 400 millones tende-
rán a expeler una cantidad equivalente de oro; si salen por las necesidades propias
de la economía 800 millones. quedar;ín de los 3.200 millones unos 2.400 millones
restantes. cantidad que puede verse al cabo de cuatro o cinco años considerable-
mente dilatada. mientras se expanden los medios de pago.
Volvamos a nuestro punto de partida. Hemos visto que el ahorro de la colectivi-
dad aumentaba. que había clases prósperas que gastaban más y ahom1ban más. que
el Estado podía colocar sus títulos a precios en baja; pero un buen momento nos
encontramos con que todo eso era en gran parte consecuencia del alza de precios y
de su desigual incidencia en las distintas clases sociales; era el resultado de un ver-
dadero impuesto forzoso. aunque oculto. que las clases beneficiadas por el alza de
precios imponían a las clases obrera y media. no beneficiadas por el alza de pre-
cios. Y como las clases beneficiadas no pueden consumir todos los beneficios ex-
traordinarios, dedican una parte grande al ahorro y eso da la impresión de que ha
aumentado el ahorro colectivo. Lo que ha aumentado es la inversión aparente del
ahorro con una enorme traslación de réditos de unas clases a otras. Cuando esa
traslación se corrige con la baja de precios. todo se desinfla y volvemos a encon-
trarnos en el punto de partida.
En el tercer ejemplo recién considerado, supusimos que todo el incremento de di-
nero provenía de un excedente de divisas que el país acumulaba en virtud del exce-
dente del balance de pagos. No había habido en ese ejemplo ninguna expansión del
crédito. pero sin embargo como el aumento de la cantidad de dinero unido a la restric-
ción de las importaciones había provocado un aumento de los precios con las consi-
guientes modificaciones en la distribución de los réditos, habíamos dicho que el Teso-
ro podía colocar más títulos en virtud de que el ahorro aparentemente crecía por la
desigual distribución de réditos y por la imposibilidad de que ese ahorro se colocara
fácilmente en otras inversiones. precisamente. por la limitación de las importaciones.
Vimos entonces en ese ejemplo cómo le era posible al Gobierno colocar cantida-
des muy grandes de títulos con ahorro que alluía a la Bolsa ante la falta de otros cam-

TEoRIA DEL INTER~S A LARGO PLAZO
437
pos de inversión. Si a ese caso agregamos como factor <Je incremento de los medios
de pago la expansión del crédito. el alza de los precios será mayor. Crecerá también
la cantidad de fondos que afluye al mercado en busca de inversiones y por lo tanto
mayor será la elevación de los precios de los títulos y la facilidad para colocarlos.·
El Banco Central o los bancos expandiendo el crédito pueden llevar mucho más
lejos todavía el alza de precios de los títulos. Se concibe también perfectamente. una
situación en que no haya incremento en la cantidad de divisas y que sin embargo au-
mente la cantidad de dinero por la expansión del crédito (como sabemos se frena
cualquier posibilidad de aumento de la importación). Ocurrirá un proceso similar de
alza de los precios. de beneficios extraordinarios en todos los que se ven favorecidos
por la inflación de precios y de aumento del ahorro que afluye al mercado.
Todo ello por obra de la política expansiva de crédito que en un mercado
prácticamente cerrado siguen las autoridades monetarias. En todos esos casos ve-
mos que es posible. mientras el proceso se desmTOlla. determinar una tasa de inte-
rés más baja que la que correspondería en otras condiciones. Pero esa determina-
ción está perfectamente limitada en el tiempo: solamente puede hacerse mientras
se sigan acumulando beneficios extraordinarios por obra de la inflación. En cuanto
esos beneficios comienzan a disminuir por la baja de precios resultante de la remo-
ción de las trabas que contenían las importaciones. la afluencia de fondos inverti-
bles al mercado disminuirá progresivamente hasta acercarse a las cifras de tiempos
normales y es entonces cuando. si el Gobierno quiere el restablecimiento de las
condiciones normales anteriores. no tiene más remedio que disminuir los gastos o
aumentar los impuestos. Cualquier otra medida tiene que caer en alguna forma de
expansión de crédito de consecuencias inflacionistas. Ello ayudará a expeler el oro
que había entrado anteriormente, sumándose a los factores naturales que tenderán a
expelerlo y a poner al organismo monetario en tal situación que no tendrá más sali-
da que abandonar el patrón oro si es que se está en el patrón oro y si se está en un
régimen de moneda inconvertible, a aumentar el tipo de las divisas extranjeras.
9. EL EFECTO DE LOS CAMBIOS E~LOS PRECIOS SOBRE LA ACTIVIDAD
ECONÓMICA Y EL AHORRO
Los razonamientos anteriores se han basado en la hipótesis de que al restable-
cerse el juego libre de las importaciones, éstas retornan a su antiguo nivel de pre-
cios. Vamos a suponer ahora que cuando la importación se reanuda no se vuelve a
los precios anteriores sino a precios más altos que los que anteriormente regían.
¿Cómo se allerará nuestro ejemplo? Considerando los precios tal cual habían subi-
do durante el proceso inflacionista. el total de ingresos de la colectividad llegaba a

438
RAÚL PREBISCH
14.000 millones. Si los precios bajan a un nivel anterior. el total de ingresos tende-
rá a acercarse nuevamente al punto de pm·tida de 10.000 millones. siempre que
mientras tanto no se haya modiíicado el coeficiente de importaciones. Si se ha mo-
dificado. para llegar a la plena ocupación el total de ingresos representará la cifra
de 12.000 millones. Supongamos que los precios de importación lienen un nivel tal
que permiten llevar el total de ingresos de la colectividad a los 14.000 millones.
¿Cuál sería la situación del Gobierno? ¿Tendría o no frente a sí el mismo problema
de desequilibrio que habíamos encontmdo en este caso? Vamos a analizarlo.
Parte de la mayor colocación de títulos se debe a ganancias extraordinarias de
los imp011adores y de los industriales. Se recordará que habíamos supuesto que el
nivel de precios exteriores era el mismo y que subían los precios internos como
consecuencia de la expansión del crédito y de la contracción de las importaciones.
Pero si tal diferencia se reduce porque suben los precios internacionales. el impor-
tador tendrá beneficios normales y no extraordimu"ios. con lo que una fuente im-
portante de beneficios habrá desaparecido.
En lo que concierne a la industria, los beneficios extraordinarios se debían al
alza de precios provocada en parte por la reducción de las importaciones y en parte
por la mayor demanda interna. además de la lentitud en el ajuste de salarios y de-
más elementos del costo de producción. ¡,Qué sucederá con la cifra de los benefi-
cios industriales? En primer lugar. en la medida en que una industria usa materias
primas y otros artículos provenientes del exterior no derivará ninguna ventaja por-
que esas materias primas han subido de precios. Solamente le quedará como fuente
de beneficios. la diferencia entre los nuevos precios altos a los cuales vende esa in-
dustria sus mtículos y los costos de producción. Pero conforme se vaya operando el
alza de salarios y el alza de costos. irán disminuyendo los beneficios extraordina-
rios de los industriales y por lo tanto. también por obra de las importaciones se irá
achicando la cifra de 900 millones.
Existe otro factor que va a causar perturbaciones. Recuérdese que en el caso an-
terior dijimos que los imp011adores o los industriales no podían destinar sus benefi-
cios extraordinarios para ampliar sus plantas industriales por las dificultades de im-
portación. Pero si ahora no existen tales dificultades. es probable que parte de los
beneficios extraordinarios que aún sigan realizando las importadores los destinen a
inversiones propias y no a inversiones de títulos del Gobierno. En la nueva hi-
pótesis en que nos hemos colocado, de precios internacionales de importación su-
periores a los que había antes, se plantearán dificultades análogas al Gobierno.
Pero habrá. sin embargo. algo que diferencia ese caso del anterior.
Supongamos que se haya producido una situación de perfecto equilibrio, que
los salarios y demás costos hagan desaparecer las ganancias extraordinarias y que
los distintos grupos de la colcctiviad distribuyan sus réditos en la misma fonna que

TEORfA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
439
antes. ¡,Cuál de los dos casos será más favorable al Gobierno para sus colocaciones
y para sus impuestos? Yo digo que el de la columna III del cuadro Nº 1 por cuanto
si el Gobierno tiene que percibir 2.000 millones para sus gastos. le será más fácil
percibirlos cuando el total de ingresos es de 14.000 millones que cuando es de
12.000. Con 14.000 millones la cantidad de ahorro es mayor y la materia imponi-
ble también mayor.
De manera que en la hipótesis de precios más altos se hace más fácil la extirpa-
ción del déficit. a tal punto que si suponemos que los precios de importación y de
exportación suben en tal forma que el monto nominal del total de ingresos de la co-
lectividad suba. llegará un momento en que estos 2.000 millones representan con
respecto al rotal de ingresos la misma proporción que los 1.250 respecto al total de
ingresos del punto de partida. Es decir. que cuanto más crezcan los precios y cuan-
to más aumente el total de ingresos. tanto mayor será la cantidad de ahorro y de
impuestos que sobre esos ingresos puede recaudar el Tesoro. O sea. para ponerlo
en otros ténninos. que !ns personas a las cuales van a parar los 2.000 millones que
gasta el Estado. cuando d nivel de precios es bajo reciben un mayor poder adquisi-
tivo que cuando los precios son más altos. Los 2.000 millones que paga el Estado
tienen en este último caso un poder adquisitivo menor y. por lo tanto. se diluyen so-
bre toda la colectividad las consecuencias del alza de precios. Podríamos complicar
nuestro problema suponiendo. además del alza de precios de importación. el alza de
precios de exportación. Si suben únicamente los precios de impo11ación sin que
ocurra lo mismo con los de exportación. o si ambos suben. tiene para el país una
diferencia fundamental. En el primer caso, la economía nacional en su conjunto
tendrá una situación menos conveniente con respecto al exterior que la que tenía
antes; es decir. que parn poder importar en la misma cantidad tendrá que exportar
más. En esa hipótesis las importaciones tendrán que restringirse. no ya por una al-
teración del coeficiente. sino por la desigual intensidad con que suben los precios
de importación y exportación y al bajar la importación provocará necesariamente el
desempleo en el país y será necesario tomar una medida de reajuste de la importa-
ción para volver a tener la plena ocupación en el mercado interno. En cambio. si
los precios de exportación suben paralelamente a los de la importación. tal proble-
ma no se presentaría. Hago una referencia ligera a ello porque el considerar estas
hipótesis nos llevaría más tiempo del que dispongo para tenninar mi programa.
10. EL RETRAIMIENTO DE LOS INVERSORES Y LA "PREPERENCIA
POR LA LIQUIDEZ" DE KEYNES
He tenido necesariamenle que considenu· en forma muy esquemática el fe-
nómeno de alza de precios de los títulos, o sea de la baja del tipo de interés. valién-

440
RAÚL PREBISCH
dome del tipo de ejemplo que acostumbro a usar. En la realidad. en el mercado de
títulos no solamente obran las cifras de la oferta y demanda de ahorro. sino los mil
factores originados por cambios en la situación psicológica del mercado y del país.
Tanto es así que cuando la gente, en el caso III de los 14.000 millones de ingresos.
advierte que el alza de los precios ha llegado ya a su límite y que la terminación de
los factores que han estado provocando esa situación hace factible la iniciación del
proceso contrario, es posible que ocurra. en nuestro ejemplo. aquel interesante fe-
nómeno que Keynes designa por "preferencia de liquidez". O sea, que aquellos que
tienen fondos invertibles no realicen esas inversiones por el temor de perder el in-
terés y una parte del capital por la baja de precios que puede ocurrir más adelante
al cambiar los precios.
Por ejemplo. si el precio de los títulos de 5% de interés ha llegado a 100. habrá
inversores que ante el peligro de que el precio de los títulos baje a 90 -con lo cual
perderían el interés de un año más una parte de capital- se retraigan del mercado
a la espera de mejores condiciones o de precios más bajos que les signifiquen una
menor pérdida eventual. Se trata de un fenómeno psicológico que puede ocurrir y
que ha ocurrido en otros países. La retracción de las inversiones de gente que pre-
fiere tener su dinero en efectivo acentúa más la baja de precios. a la que fatalmente
se llega. Por un lado. dificulta las colocaciones nuevas del Tesoro y de otros inver-
sores y por otro. acentúa las fuerzas que impulsan hacia la baja de precios.
Es claro que ese dinero. que se conserva sin invertir en virtud de la preferencia
de liquidez. generalmente no se gasta y se aloja en las cuentas bancarias. Y si el ins-
tituto emisor en ese momento emite dinero para pagar los títulos que adquiere, en
realidad no está haciendo una operación inl1acionista. sino sustituyendo el dinero
que se ha retraído de la circulación por otro dinero nuevo. Pero es evidente que so-
breviene el aumento de dinero y por lo tanto un fenómeno de carácter inflacionista
si, cuando vuelve a la circulación el dinero que se había retraído. el Banco Central
no retira el dinero nuevo que había creado en las circunstancias de emergencia.
Puede también ocurrir que los bancos tiendan a cortar el crédito si es que tienen
fuertes existencias de títulos del Gobierno, ya que la baja de los precios significa
una reducción de sus activos. El ejemplo más elocuente de esa posibilidad es lo
que ocurrió en Estados Unidos durante la crisis mundial. Si mal no recuerdo fue en
el año 1931 u otoño de 1932 cuando el Banco de Francia retiró cerca de 1.000 mi-
llones de dólares que tenía en Estados Unidos. Ello provocó una reducción de los
efectivos bancarios que llevó a los bancos. por un lado, a contraer violentamente el
crédito y a liquidar sus ctuteras de títulos acentuando. por lo tanto. la contracción.
En esos casos. un Banco Central tendría que estar preparado para sortear con cora-
je el contragolpe y en lugar de tender a achicar más la circulación monetaria. debe-
rá tender a facilitar la acción de los bancos para que no compriman el crédito.

TEORÍA DEL INTERÉS A LARGO PLAZO
441
Experiencias en esta materia, aunque en circunstancias distintas, las hemos teni-
do nosotros en los últimos diez años. Existieron momentos de gran conmoción psi-
cológica del mercado. en que sin haber un desequilibrio fundamental, la gente salía
a vender grandes cantidades de títulos. Fueron los momentos en que intervino el
Tesoro por intermedio del Banco Central para recoger todos los títulos y restable-
cer el equilibrio del mercado, si es que había tendencias fundamentales de equili-
brio. Pero cuando éstas no prevalecen, entonces se puede preparar el Banco Central
para recoger muchos más títulos que los recogidos anteriormente. y pasará un tiem-
po relativamente largo hasta que se ajuste la situación.
11. CONSIDERACIONES FINALF..S SOBRE LA REDUCCIÓN DE LA TASA DE INTERÉS
POR EXPEDIENTES MONETARIOS
Podemos suponer un fenómeno de alza de precios y de alza de salarios y costos
pero más lentamente que el supuesto en los ejemplos anteriores. Es posible que se
llegue a la plena ocupación. es decir. que en vit1ud de los beneficios extraordina-
rios se tienda a acrecentar la producción y que se. Jleve a la economía a la plena
ocupación. Pero si una vez llegada la economía a la plena ocupación no se ha pro-
ducido el ajuste de precios y costos, seguirán por un tiempo derivándose beneficios
extraordinarios. hasta que ta curva de costos iguale nuevamente a la curva de pre-
cios. Es éste el momento en que deja de atluir a la Bolsa la cantidad de beneficios.
Ello demuestra que los límites dentro de los cuales es posible a un Banco Central
obrar reduciendo el tipo de interés son estrechos. Puede hacerlo. sin llegar a la in-
flación. si es que no hay plena ocupación y si eleva el coeficiente de importacio-
nes. Podría el Estado o el Banco Central agregar nuevo dinero. el cual sería absor-
bido por el incremento de ingresos de la colectividad, lo que es posible gracias a
que se han reabsorbido desocupados en la economía por efectos del mismo aumen-
to de circulante y de la rebaja del coeficiente de importaciones.
Ello ha sido posible. repito. por cuanto el Gobiemo ha podido perfectamente
aumentar los impuestos para cubrir los gastos y no ha aumentado su demanda de
ahorro con mayt>r intensidad que lo que aumentó la oferta de ahorro. Durante ese
proceso se ha podido provocar perfectamente un alza de títulos en la Bolsa. Si el
Banco Central sale a comprar títulos o sí los bancos dan crédito abundante a corre-
dores para que lo hagan. es posible que durante ese momento feliz baje el tipo de
interés del dinero y suban los intereses de los títulos de~de que hay una nueva masa
de dinero que se incorpora al mercado y eso se repite el año siguiente y así sucesi-
vamente. Pero cuando se ha alcanzado la plena ocupación ya no es posible seguir
operando en esa forma. Si el Tesoro. en lugar de aumentar el tipo de los títulos

442
RAÚL PREBISCH
para recoger la misma proporción de ahorro que recogía en el punto de partida. si-
gue inyectando cantidades de dinero nuevo por algún tiempo, logrará el mismo
efecto y aun aumentará la cantidad de ahorro. pero a expensas del alza de precios
de carácter inflacionista. Esto es posible especialmente en un mercado cerrado.
donde los beneficios que derivan los importadores y los industriales no pueden ser
usados en ampliar la producci6n mediante importaciones adicionales de maquina-
rias. Los inversores no tienen. por lo tanto, campos amplios de inversión y se ven
forzados a recurrir a los títulos. Pe1·0 cuando se trata de un mercado abierto. en
donde es posible hacer nuevas inversiones. es perfectamente concebible que los
fondos invertibles en lugar de dirigirse a la Bolsa vayan a otras colocaciones. sobre
todo si no se ha alcanzado la plena ocupación. y haga que el Gobierno no pueda co-
locar fácilmente títulos. Entonces no cabrá otro recurso que el del impuesto, o el de
parar la inflación. Cada caso concreto tiene que ser examinado de acuerdo con los
factores particulares que en él intervienen a fin de evitar generalizaciones peligro-
sas en esta materia.
Una consideración final: decía que en un mercado prácticamente cerrado en
donde no hay campos de inversión alternativos que puedan presentarse. los precios
suben. Efectivamente. si en el mercado hay acciones que dan mayores beneficios
como por la demanda de que serán objeto por los que tienen fondos invertibles
acrecentados. subirá también el valor de los inmuebles. pues habrá gente que pre-
fiere invertir en ellos antes que en títulos. Pero llegado el proceso de alza a un cier-
to punto. habrá otros que tratarán de repru1ir sus inversiones porque tanto los
títulos como los inmuebles y las acciones tienen el peligro de la desvalorización
cuando cambie la situación que ha dado lugru· a este estado de cosas.

117
INTRODUCCION AL CURSO DE
ECONOMIA POLITICA *
l. Hace veinte años, en estos mismos días. dejaba súbitamente de ser estudiante
para convertirme en profesor en esta Facultad.
Me dominaba una fe profunda, un gran entusiasmo por la teoría económica. No te-
nía aún mayor experiencia concreta. Pero después me fue dado penetrar en campos
muy diversos de la realidad económica y tener alguna responsabilidad en la conside-
ración de problemas colectivos. He pasado allí años de vida intensa.
Largos años frente a hechos complejos y cambiantes. Tuve que transformarme en
hombre de la práctica. Cuanto más lo hacía, más necesitaba la guía, el apoyo constan-
te de la teoría económica, para explicarme los fenómenos, desentrañar la razón de ser
de ciertos hechos y averiguar la forma de actuar sobre ellos para conseguir un deter-
minado objetivo de política económica o monetaria.
Pero con frecuencia no pude encontrar ese apoyo. Los hombres de la práctica sue-
len entonces divorciarse definitivamente de la teoría, uniéndose a quienes abominan
de ella sin haber tenido oportunidad de conocerla.
Pues a mí me ha sucedido lo contrario. El andar del tiempo, es cierto, ha templado
mi entusiasmo. Pero lo que antes era fe, ahora es firme convicción. Estoy persuadido
más que nunca de la importancia de la teoría para llegar a la solución de los grandes
problemas de la realidad económica.
La teoría que yo he aprendido en aquellos tiempos se asemeja a esos mapas anti-
guos, en que aparece una idea vaga y confusa de la configuración de las tierras, las mon-
tañas, los ríos y los mares. Han sido indispensables muchísimos años de labor pacien-
te para hacer cartas geográficas que coincidan aproximadamente con la realidad, y que
sirvan eficazmente para actuar sobre ella.
En materia económica continúan profusamente esos viejos mapas. El del patrón
oro, el del proteccionismo y libre cambio, el de la libre concurrencia reguladora y mu-
* N. del Ed. Publicado en Revista de Ciencias Económicas, 21 serie, año33, N2 288, págs. 525-530.
Oase inaugural del curso de Economía Política (Dinámica Económica), del que Prebisch era profesor ti-
tular, dictada probablemente el 24 de abril de 1945, según el libro de temas y finnas de ese año, existen-
te en el Archivo de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires.

444
RAÚL f>REBISCH
chas otros. Y si como aquellas cartas antiguas sólo fuesen buscados por coleccionis-
tas y decoradores, no merecerían comentario alguno. Mas no sucede así: están suspen-
didos en los gabinetes de trabajo de hombres de Estado, políticos, economistas, ban-
queros y periodistas, y no siempre se recurre a ellos como a una mera hipótesis para
explorar la realidad, sino que se les toma como la revelación de la verdad plena.
No hay que prescindir de tales mapas. Sólo es necesario conformarlos mejor con los
fenómenos reales. Tal es la tarea de revisión de la teoría económica: acentuar sus gran-
des aciertos, enmendar sus muchos errores.
Esa tarea, en lo que toca a nuestro país, concierne primordialmente a quienes tra-
bajan en esta Facultad, si ella ha de dar los frutos que cabe exigirle.
2. Estamos en lamentable condición para hacerlo. Hay deficiencias en los hombres
y en las cosas. En quienes actúan de tiempo atrás es muy difícil corregirlas. Se impo-
ne formar otros, formar los estudiosos e investigadores desde abajo. Y precisamente
para ello es urgente cambiar la forma presente de las cosas. Sólo mencionaré dos pun-
tos de los varios que habría que tocar: la reforma de los programas y el envío de estu-
diantes y egresados capaces a perfeccionarse en el extranjero.
Nuestros programas son absurdos. Que yo sepa, no hay facultad o.escuela impor-
tante de economía en el mundo que los tenga parecidos. Se confunden entre sí carre-
ras muy dispares y se agobia al estudiante con un recargo impresionante de materias
que no contribuyen a formar su cultura general, ni su preparación científica, ni sus ap-
titudes técnicas. Cada vez que se habla de reformas suele proponerse el agregado de
alguna nueva materia a ese conglomerado de asuntos heterogéneos; Faltan por lo con-
trario materias indispensables.
Preconizo en primer lugar, la separación de las carreras de contador, economista y
actuario.
.
El contador no tiene hoy los conocimientos técnicos que requiere en las distintas ac-
tividades a que se dedica en la práctica. Faltan materias esenciales. Sobreabundan, en
cambio, los cu:rsos de derecho y legislación. No niego que al contador que va a actuar
en el terreno judicial deba exigírsele un conocimiento esmerado de ciertos aspectos de
esas materias. No veo, sin embargo, por qué se ha de obligar a lo mismo a quienes no
se proponen ni remotamente ejercer tal actividad. los cuales forman una buena parte
. sino la mayoría de los profesionales.
El problema se resuelve muy fácilmente dividiendo el plan de estudios de contador
. en materias básicas y optativas. Las materias básicas deberán ser comunes a todos los
contadores. Las materias optativas podrían elegirse de acuerdo con las predilecciones
de cada uno. Se exigiría al contador aprobar. digamos. ocho o diez materias básicas y
cuatro optativas. Para optar habría, por ejemplo, 16 materias de las cuales algunas po-
drían seguirse en las carreras de economista o actuario. Tendría que haber grupos de
materias optativas que respondan a la inclinación del futuro profesional por el traba-
jo de tribunales, o por la'> tareas de la administración pública y sus vastas reparticio-
nes. o por las de las empresas y grandes organizaciones de la actividad económica pri-
vada.

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE ECONOMÍA POLtrlCA
445
Para dar un caso concreto. No creo en modo alguno que al contador deba exigírse-
Ie, como materia básica, este curso dedicado al estudio especial del movimiento eco-
nómico, que debiera tener carácter optativo. Le bastaría un curso simple de economía
a fin de tener nociones generales. Tampoco considero que deba exigírsele estadística
de acuerdo con el actual programa. Le sería mucho más útil un curso optativo de es-
tadística aplicada en que se le ensene procedimientos gráficos, índices y otros asun-
tos de orden práctico; y se le familiarice con el empleo de estadísticas y el manejo de
las principales cifras económicas y financieras.
De acuerdo con estas ideas, que sólo menciono como orientación general, se con-
cibe que el contador obtenga certificados especiales que le habiliten para ejercer su ac-
tividad en cada una de las ramas mencionadas o que la experiencia aconseje crear.
Más poderosas son aún las razones a favor de un criterio parecido en la carrera de
economista, que podría terminar en la de doctor en Ciencias Económicas después de
trabajos muy serios de investigación personal. El plan debiera tener materias básicas
con el mínimo de derecho o legislación, como no sean conceptos muy generales so-
bre las instituciones jurídicas y el Estado. En cambio, habría que dar mucha más in-
tensidad al estudio de la economía y el medio social, histórico e institucional en que
se desarrollan los fenómenos económicos. Las materias optativas debieran poder com-
binarse en grupos que permitan por lo menos estas tres especializaciones: moneda,
bancos y ciclos económicos; industria y comercio internacional; y finanzas y adminis-
tración. Habría que abrir ampliamente la carrera de eé:onomista al bachiller, sin lastra-
bas indecibles con que hoy se dificulta su acceso. Mejorará el nivel del conjunto con
estudiantes que tienen más preparación general que el perito mercantil.
El alivio que tengan los estudiantes de la carrera de economista con la simplifica-
ción de los planes y la consulta de sus preferencias, permitirá obligarles a dar un ren-
dimiento que desgraciadamente es hoy muy precario.
Los planes absurdos, sin embargo, sólo constituyen uno de los males: acaso el que
requiere remedio más urgente. Es imperioso formar buenos profesores. Debiera ofre-
cerse a los mejores egresados la oportunidad de proseguir los estudios en grandes uni-
versidades del extranjero. Dos anos de trabajo met6dico y excluyente de otras preo-
cupaciones probarían ser de benéficos resultados, según demuestra la experiencia que
de algunos anos atrás viene realizando el Banco Central con gente joven que envía a
la Universidad de Harvard. Vuelven con muy buenos conocimientos y sobre todo con
la aptitud para pensar por sí mismos, que tan poco se cultiva entre nosotros. De seguir-
se esta práctica por nuestra Facultad, veríamos surgir dentro de algunos anos profeso-
res para nuestros cursos básicos y optativos e investigadores que no tomen la tarea de
los institutos como una simple función de burocracia escolar.
3. Atribuyo en parte al sobrecargo de materias de los planes y al hecho de que los
contadores se ven forzados a asistir a esta materia, el esca~ interés que ha desperta-
do en los estudiantes genuinos mi curso del ano pasado, salvo algunas excepciones que
me halaga recordar. Pero también cargo de buen grado con la responsabilidad que me
corresponde como profesor.

446
RAÚL PREBISCH
He solicitado insistentemente la ayuda amistosa de la crítica para mejorar mi tarea
docente. Se me ha dicho con razón que desde el comienzo de mis explicaciones del año
pasado se advierte una determinada orientación hacia ciertas soluciones prácticas, lo
cual me llevaría a mezclar con las explicaciones teóricas, preocupaciones concretas
que afectan la objetividad de la exposición e impiden seguir claramente el hilo del ra-
zonamiento. También se me ha señalado el riesgo de que el desarroilo de algunos ejem-
plos numéricos infunda el concepto de procesos mecánicos muy distintos de los que
ocurren en la realidad. Me han sido útiles estas críticas y procuraré no volverlas a me-
recer en el presente curso.
Más lejos que el año pasado de la necesidad de obrar en problemas inmediatos, li-
bre de la preocupación de resolverlos, he podido meditar con mayor profundidad so-
bre los fenómenos que he visto. En el curso anterior expuse algunas observaciones
fragmentarias acerca de ello. Ahora he tratado de unirlas y encontrar los principales
eslabones que faltaban en mis razonamientos. He procurado darles una cohesión que
antes no tenían y sistematizarlas en un conjunto de principios teóricos.
Expresé entonces que los fenómenos de la moneda y el ciclo económico acontecí-
an en nuestros países en forma distinta que en las grandes naciones industriales, expor-
tadoras de capital e importadoras de materias primas. Afirmé la necesidad de encon-
trar nuestra propia interpretación de la realidad. Creo haber avanzado algo más en es-
te terreno. En verdad, no hay que buscar dos órdenes de teorías. Se trata, más bien, de
dos fases, de dos aspectos distintos del mismo fenómeno internacional. Pero no es ad-
misible aplicar la interpretación de una fase a los acontecimientos que suceden en la
otra fase, al anverso que al reverso.
Me he visto impulsado así a indagar el desarrollo en extremo interesante de la cir-
culación internacional de los réditos o ingresos. La actividad económica interna e in-
ternacional se manifiesta en un continuo proceso de circulación de ingresos. A través
de este proceso nos aparecen claramente fenómenos que de otro modo es bien difícil
explicar. Uno de ellos es la influencia fundamental del oro en el ritmo de crecimien-
to de la actividad económica. Hay que formular los principios a que obedece este fe-
nómeno y el de la distribución del oro entre los distintos países con las consecuencias
profundas que comporta. Otro es la propagación internacional de las fluctuaciones cí-
clicas y otras perturbaciones económicas y las complicaciones monetarias que entra-
ña y que en buena parte se deben al largo tiempo que tarda el proceso circulatorio in-
ternacional de los ingresos en forma de oro. Tal análisis nos demuestra las fallas teó-
ricas del régimen internacional del patrón oro, sin cuya enmienda no podrá funcionar
eficazmente.
Pero no me voy a ocupar de este problema en la primera parte de mi curso. Será ex-
clusivamente una exposición teórica, despojada de toda preocupación de problemas
concretos: Procuraré sustituir los ejemplos numéricos por gráficos de más fácil com-
prensión, y trataré de explicar los hechos tal cual son, absteniéndome de toda referen-
cia a la manera de transformarlos para conseguir una meta determinada de política mo-
netaria o económica.

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE ECONOMÍA POÚTICA
447
Reservaré todo esto para una segunda parte del curso. Me propongo, en consecuen-
cia, trazar una división precisa entre la teoría pura y su empleo en la solución de los
problemas que nos presenta la realidad, sin olvidar que la teoría económica sólo nos
explica una parte y no toda la realidad.
4. Naturalmente me interesan en forma inmediata la moneda y el ciclo argentino.
Expuse algunas ideas de política anticíclica el ai\\o pasado~ Se me atribuye por ello cier-
ta proclividad intervenci@nista. Lamento que la realidad imponga la necesidad inelu-
dible de tener una política. Sería mucho mejor que los fenómenos se regulen por sí mis-
mos. Podría prescindirse del considerable trabajo de construcción de diques y embal-
ses si la corriente de las aguas se regulara por sí misma. Que yo preconice ciertas for-
mas de política económica. no es porque me gusten o tenga preferencia por ellas. El
problema no está en saber si nos agradan o no, sino en discernir con sentido de la res-
ponsabilidad si son o no indispensables.
Y o creo indispensable una política de estabilización económica, una política anti-
cíclica, mediante el manejo inteligente de ciertos resortes superiores del sistema ban-
cario y económico. Esto es muy distinto de la intervención opresiva de la burocracia
estadual en el detalle de la vida económica. La conveniencia de un dique no compor-
ta la necesidad de imponer minuciosamente los cultivos que se han de realizar con el
agua de riego.
La depresión cíclica de las actividades económicas en los grandes países industria-
les se debe a que se contrae la corriente circulatoria de los ingresos porque una parte
deja de gastarse o invertirse por una u otra razón. Se requiere una política anticíclica
para devolver a la circulación los ingresos que se sustraen de ella a fin de mantener es-
table el nivel de la actividad económica y evitar la desocupación.
Hay un vasto campo de discusión acerca de la índole de tal política y la manera de
aplicarla, sobre si el Estado debe emprender grandes gastos compensatorios o basta-
ría la coordinación de esfuerzos en la actividad privada con el apoyo del sistema ban-
cario. La experiencia irá indicando el buen camino en esta materia, en donde tanto que-
da aún por conocer.
En los dirigentes de la actividad económica privada y en un buen número de eco-
nomistas, políticos y periodistas ortodoxos de Estados Unidos prevalece aún la creen-
cia arbitraria de que basta dejar funcionar libremente el mecanismo económico para
que estos males se corrijan espontáneamente sin necesidad de una política compensa-
toria como la que vienen preconizando notables economistas. Y todo eso se sigue re-
pitiendo dogmáticamente entre nosotros.
El no haber tenido esa política para combatir desde sus comienzos la gran depre-
sión mundial, ha provocado allí y en el mundo entero ese género de intervención per-
turbadora delEstado en la vida económica a que hice referencia. El New Deal y la de-
valuación del dólar con las serias consecuencias que trajeron, fúeron el resultado de
la depresión. Como lo fueron el reérudecimiento mundial del proteccionismo, los sis-
temas de control de cambios y muchas formas pemiciósas de interferencia estadual en
las actividades privadas. Hay distintas formas de acción del Estado en la vida econó-

448
RAÚL PREBISCH
mica. Unas significan la transformación gradual del capitalismo para hacer servir las
fuerzas de la iniciativa privada y la formación del capital en provecho de la colectivi-
dad, y otras entrañan la perversión del capitalismo, su degeneración progresiva, y aca-
so su destrucción, sin tan siquiera el mérito de una nueva doctrina.
El capitalismo experimenta grandes transformaciones. Ha estado siempre en cons-
tante evolución lo mismo que el patrón oro. Sucede, sin embargo, que una determina-
da forma de esa evolución, esencialmente transitoria, se ha cristalizado~n la concep-
ción mental de ciertos teóricos mientras la realidad seguía su movimiento irrefrenable.
El evitar o atenuar las depresiones periódicas que desde los grandes países se ex-
tienden al mundo entero contribuirá poderosamente al perfeccionamiento del capita-
lismo, en bien de la colectividad. Pero nuevas depresiones como la de la crisis mun-
dial, nuevas masas ingentes de desocupados frente a un enorme potencial de produc-
ción, volverían a provocar el más crudo intervencionismo si no la transformación vio-
lenta del capitalismo, para conseguir después de penosos trastornos lo que pudo haber-
se logrado por la dirección superior del sistema.
Aquí está la responsabilidad trascendental de Estados Unidos como centro mone-
tario y económico del mundo. El mantenimiento de la plena ocupación en tal país, lle-
vará el comercio mundial a un nivel mucho más alto que el anterior a la guerra y es-
timulará intensamente la prosperidad de los otros países del mundo, facilitando la so-
lución de sus cuestiones económicas y sociales. El problema del bienestar colectivo se
simplifica en verdad cuando es mayor la masa de productos.a repartir. Háblase allí de
la necesidad de un incremento considerable de las exportaciones para mantener la ple-
na ocupación. Si los Estados Unidos no vuelven a subir las tarifas como lo hicieron en
depresiones anteriores, el crecimiento de su actividad económica hará crecer espon-
táneamente sus importaciones de los otros países del mundo y éstos acrecentarán es-
pontáneamente sus compras en Estados Unidos. Plena ocupación significa mayores in-
gresos de la población de Estados Unidos y .nayores importaciones y éstas significan
mayores ingresos en el resto del mundo y mayores importaciones de artículos de Es-
tados Unidos. Con plena ocupación no habrá necesidad de forzar las exportaciones.
Tengo, sin embargo, algún motivo de preocupación. No podrán lograrse t~os los
efectos que es dable esperar de una política compensatoria si la resistencia psicológi-
ca de los grandes dirigentes de la economía privada en Estados Unidos les lleva a re-
traerse del campo de las inversiones. Lo que se requiere es cabalmente desarrollar esas
inversiones para mantener y estimular la actividad económica. No se ha conseguido
aún en ese país la coincidencia fundamental de propósitos que vemos ahora en la Gran
Bretaña acerca de una política semejante. Lo cual agrega una nueva y considerable di-
ficultad a la enorme complejidad práctica del problema de la plena ocupación.
5. En consecuencia, debemos seguir pensando en una política anticíclíca argenti-
na. Nuestra eventual incorporación al plan monetario internacional facilitará la apli-
cación complementaria de esta política. En Breton W oods se ha atenuado la rigidez del
plan y la interpretación que se ha dado en Londres a algunas de las cláusulas del pro-
grama coincide mejor con las exigencias de nuestra realidad. La mejor contribución

}NfRODUCCIÓN AL CURSO DE ECONOMíA POLtrlCA
449
que podría prestar la Argentina a estas medidas de cooperación internacional sería exa-
minarfraricamente algunos de los aspectos observables del plan a la luz de su propia
experieneia, que es similar a la de otros países igualmente expuestos a las fluctuacio-
nes y contingencias de la economía internacional.
~. Llevado por el razo~amiento. he saltado sobre algo mucho más urgente. El pro-
blema de la inflación. Nada nuevo puedo agregar a lo que dije el ano precedente.
¿Cómo se lucha contra la inflación? Pues, sencillamente, evitándola. Captando el
exceso de dinero, de ingresos. allí donde se produce. Pero no para volver a gastarlo
agregándole dinero nuevo por obra del crédito, sino para retirarlo del proceso circu-
latorio. He visto con gran satisfacción resplandecer esta verdad en la publicación de
recientes documentos oficiales. Quisiera ver por fin al país en el buen camino que no
se supo emprender a tiempo desde hace varios anos. no obstante oportunas adverten-
cias que no es el momento de recordar. No están, por cierto, exentas de responsabili-
dad ciertas organizaciones de las fuerzas activas de la economía que ahora claman con-
tra la inflación.
Será necesario una gran decisión, una convicción muy seria para hacerlo. La éon-
vicción de que la inflación, si no 8e detiene su curso, irá borrando inexorablemente las
mejoras sociales y disipando la trágica ilusión de quienes, proponiéndo8e elevar. el ni~
vel de vida de las masas para asegurar el progreso social argentino, van a comprobar
tardíamente que al llegar al fin se estará de nuevo en el punto de partida. Y mientras
tanto se habrá consumado arbitrariamente una formidable transferencia de ingresos re-
ales, perpetrado un verdadero despojo de bienes de las manos de los muchos a las ma~
nos de unos pocos con incalculables consecuencias para el futuro económico y social
de nuestro país.

118
LAS TEORIAS ECONOMICAS DE LORD KEYNES
Y LAS DOCTRINAS DE LOS CLASICOS*
PRIMERA PARTE. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL .SISTEMA KEYNESIANO
l. La obra de Key11es
l. La obra de Lord Keynes tiene influencia profunda en el pensamiento económi-
co contemporáneo, particularmente entre las recientes generaciones de estudiosos.
Son muy vivos los antagonismos que suscita la nueva doctrina, no sólo en los eco-
nomistas que siguen fieles ala escuela clásica, sino también en quienes supieron de
tiempo atrás emanc-ipar~ de sus enseñanzas.
¿A qué se debe ese influjo extraordinario, ese poder de agitación ideológica de las
ideas keynesianas? No es sólo el brillo del estilo, la vasta fuerza dialéctica lo que ex-
plica su penetración. Hay algo más sustancial en el sentido de su obra. Como que com-
porta una respuesta inteligible a la pregunta más inquietante del mundo económico
presente y ofrece a la vez una solución definida al grave problema que entraña.
¿Por qué no puede conseguirse permanentemente un alto grado de ocupación en la
actividad económica? ¿Por qué hay un ingente desperdicio de recursos productivos y
el nivel de vida de las masas no llega a ser lo que podría con el enorme potencial pro-
ductivo de las grandes colectividades modernas?
Keynes nos da la respuesta y la sustenta en una imponente construcción teórica, eri-
gida con audacia entre los fragmentos que su crítica implacable ha dejado en el cam-
po de la economía clásica.
2. Sus primeras ideas de hace veinte años van depurándose en la controversia y ad-
quiriendo la consistencia de un sistema, hasta que, sin haber dejado del todo la forma
polémica, se condensan en 1935 en el libro capital que nos ha dejado el insigne eco-
nomista: La teoría general de la ocupación, el interés y la moneda.1
* N. del Ed. Publicado en Boletín del Banco Central de Venezuela: VI, Nos 23 y 24, enero y febre-
ro de 1947, págs. 18-23, U-14. El material de este capítulo, revisado, fue utilizado por Prebisch para com-
poner su I ntrod11cció11 a Keynes, México, 1947, Prefacio y caps. 1 y 11.
1
Tire General Theory of Employme11t, /llterest a/Id Mo11ey, por JOhn Maynard Keynes, Nueva Yolk.
Hay una traducción castellana publicada por el Fondo de Cultura Económica de México .. En las citas que
hago con frecuencia en estos artículos he traducido libremente el texto a fin de expresar con la mayor cla-
ridad posible el pensamiento de Lord Keynes.

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE ECONOMÍA POLÍTICA
449
que podría prestar la Argentina a estas medidas de cooperación internacional sería exa-
minar francamente algunos de los aspectos observables del plan a la luz de su propia
experiencia, que es similar a la de otros países igualmente expuestos a las fluctuacio-
nes y contingencias de la economía internacional.
6. Llevado por el razm;iamiento, he saltado sobre algo mucho más urgente. El pro-
blema de la inflación. Nada nuevo puedo agregar a lo que dije el año precedente.
¿Cómo se lucha contra la inflación? Pues, sencillamente, evitándola. Captando el
exceso de dinero, de ingresos, allí donde se produce. Pero no para volver a gastarlo
agregándole dinero nuevo por obra del crédito, sino para retirarlo del proceso circu-
latorio. He visto con gran satisfacción resplandecer esta verdad en la publicación de
recientes documentos oficiales. Quisiera ver por fin al país en el buen camino que no
se supo emprender a tiempo desde hace varios años, no obstante oportunas adverten-
cias que no es el momento de recordar. No están, por cierto, exentas de responsabili-
dad ciertas organizaciones de las fuerzas activas de la economía que ahora claman con-
tra la inflación.
Será necesario una gran decisión, una convicción muy seria para hacerlo. La éon-
vicción de que la inflación, si no se detiene su curso, irá borrando inexorablemente las
mejoras sociales y disipando la trágica ilusión de quienes, proponiéndose elevar el ni-
vel de vida de las masa-; para asegurar el progreso social argentino, van a comprobar
tardíamente que al llegar al fin se estará de nuevo en el punto de partida. Y mientras
tanto se habrá consumado arbitrariamente una formidable transferencia de ingresos re-
ales, perpetrado un verdadero despojo de bienes de las manos de los muchos a las ma-
nos de unos pocos con incalculables consecuencias para el futuro económico y social
de nuestro país.

TuoRfAS ECONÓMICAS DE K.EYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
451
Acaso esa misma efervescencia polémica explica la oscuridad de muchos pasajes,
la falta de precisión de algunas explicaciones y el aparente desorden de su explicación.
Comprender este libro resulta así tarea no exenta de serias dificultades. Para facilitar-
la se han publicado diversos ensayos de divulgación. Mas no se ha hecho, que yo co-
nozca, ninguna tentativa de esta naturale1.a en nuestro idioma. Me propuse realizar es-
te trábajo; y ahora ofrezco sus resultados en una serie de cinco artículos, cuya apari-
ción en este Boletín debo a la especial deferencia, que mucho agradezco, de las auto-
ridades del Banco Central de Venezuela.
Ha sido necesaria mucha paciencia y dedicación para recoger lo que tan profunda-
mente ha sembrado el talento keynesiano, ordenar metódicamente las ideas y explicar-
las con una claridad que, si ayuda a entenderlas, entrafla también el riesgo de incurrir
en impropias simplificaciones. Me he esforzado en reducir ese riesgo con atentas lec-
turas; y de evitar. al mismo tiempo, todo comentario o juicio propio que pudiera me-
noscabar la fidelidad de mi exposición. Tengo, por cierto, algo que decir sobre las ide-
as de Lord Keynes. Pero he preferido comenzar por hacerlas accesibles.
3. En el fondo, la tesis keynesiana es simple y terminante. La desocupación cróni-
ca del sistema económico, que se acentúa intensamente en las depresiones, proviene
de la riqueza misma que han acumulado las grandes comunidades industriales.
Desarróllase en ellas una tendencia inmanente al desequilibrio que el laisse /aire,
el juego espontáneo de las fuerzas económicas, no es capaz de remediar. La explica-
ción es sencilla. Cuando crece el ingreso del conjunto de la comunidad al aumentar la
ocupación, crece también la cantidad de ahorro, sin que se plantee problema alguno
mientras las inversiones se desarrollen paralelamente. Pero no tarda en llegar el mo-
mento en que deja de suceder así. Se carece, entonces, de inversiones suficientes pa-
ra absorber íntegramente el ahorro de la comunidad, por cuanto la tasa de interés se re-
siste a bajar en el grado necesario para estimular tales inversiones. El sobrante de ri-
queza que no se consume, expresado en el ahorro, impide, así, que siga creciendo la
ocupación de los factores productivos. Es más, ni tan siquiera es posible mantener el
nivel alcanzado. Pues son de tal índole las fuerzas del sistema económico, que se im-
pone la contracción de su actividad, con la consiguiente desocupación, hasta que se lle-
gue a un punto mínimo de equilibrio. En ese punto de equilibrio el ingreso nacional ha-
brá descendido a un nivel tan pr,ecario que la escasez del ahorro equivale a la peque-
fla magnitud a que se reducen las inversiones.
4. En otros términos, insuficiencia de las inversiones significa insuficiencia de la
demanda para absorber toda la producción que podría lograrse con la plena ocupación
de las fuerzas productivas. De ahí la conclusión práctica que Keynes extrae de su te-
oría: hay que provocar deliberadamente el crecimiento de las inversiones hasta que su
magnitud permita un nivel óptimo de ocupación y actividad económica. A los Bancos
Centrales corresponde en primer lugar el cumplimiento de este designio. Para estimu-
lar las inversiones privadas deberán seguir una política persistente de descenso del ti~
po de interés, creando todo el dinero que se.a necesario para conseguirlo.
Si ello no resultare suficiente, tendrá que intervenir el Estado con sus propias inver-

452
RAÚL PREBISCH
siones para llenar el claro. Y hasta se concibe la socialización de las inversiones si es
que ha de llegarse mejor y más prontamente con ello a su magnitud deseada y a su re-
parto más adecuado desde el punto de vista colectivo.
5. Extirpado el mal crónico de la desocupación y el grave despilfarro de recursos
productivos que comporta, habrá desaparecido uno de los más graves defectos del ré-
gimen capitalista.
Quedaría, es cierto, la inequitativa distribución dela riqueza y los ingresos, que es
otra de sus fallas notorias. Pero también se abreun nuev.o camiilo para atacarla con las
ideas keynesianas. al destruirse ciertos conceptos falaces sobre el ahorro que eran tam-
bién un dogma ortodoxo. Resulta ahora un. tanto imaginario, a juicio de Lord Keynes,
el peligro de que los impuestos progresivos inspirados en consideraciones de justicia
distributiva lleguen a impedir la acumulación de capital indispensable para el progre-
so económico. Pues dentro del esquema keynesiano elincremento de inversiones pro-
voca el ahorro con que han de realizarse.
Más aún, el mantener la plena ocupaeión conestas inversiones haría posible hacer
crecer en tal forma el capital de la comunidad que es dable esperar que en el lapso de
una generación su abundancia haga descender a cero' Ja tasa de interés. Habríamos lle-
gado así a la eutanasia del rentista, a su muerte lenta, con trascendentales consecuen-
cias para la magnitud de la masa social de productos y su equitativa distribución.
Por donde se ve que no se ha propuesto Lord Keynes un mero propósito de expli-
car científicamente la realidad. Hay un objetivo político definido que aparece persis-
tentemente en toda su obra y hace florecer las frases más ingeniosas de su polémica,
las más agudas ironías de su contienda con la escuela ortodoxa.
Estas conclusiones prácticas constituyen el coronamiento del sistema teórico de
Keynes. Si las menciono ahora sin esperar el fin de mi exposición, es para que pueda
abarcarse el conjunto con mejor perspectiva.
11. Contenido de estos artículos
6. Iniciaremos ahora el examen de ese sistema teórico. Para facilitar su exposición
he creído conveniente dividirla en los cinco artículos referidos, sin atenerme estricta-
mente a la distribución de la materia que nuestro autor hace en su libro.
Este primer artículo es naturalmente de introducción. Se propone delimitar el teqe"
no señalando la diferencia fundamental entre Keynes y los clásicos. Mientras que pa-
ra éstos Ja desocupación es la consecuencia de salarios relativamente altos, para aquél
tiene un origen totalmente distinto. Es la insuficiencia de la demanda colectiva lo que
provoca la desocupación. Y esta insuficiencia se debe al ahorro. De ahí el nuevo sig-
nificado que adquiere este fenómeno en el análisis keynesiano.
En el segundo nos demuestra Keynes por qué el incremento de las inversiones es
indispensable para que desaparezca la desocupación y se llegue al estado óptimo de ac-
tividad económica; y establece cierta relación entre ella<> y el ingreso, teniendo en

TEOIÚAS ECONÓMICAS DE l<EYNF.S Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
453
cuenta la propensión a consumir de la colectividad. Despliega en esta forma su teoría
del multiplicador, aceptada por unos como axioma, discutida por otros desde el pun-
to de vista lógico y experimental. El multiplicador nos dice en qué medida debe cre-
cer el ingreso para producir un incremento de ahorro igual al incremento de inversio-
nes.
En el tercero se explica cómo la magnitud de las inversiones, que son el elemento
esencialmente dinámico de la economía, depende por un lado de la tasa del interés y
por otro del rendimiento conjetural o eficiencia del capital, según la llama Keynes. La
ta~ de interés es un fenómeno convencional y es dable a la autoridad monetaria, den-
tro de ciertos límites. fijarla en el nivel que convenga. Para llegar a esta conclusión re-
volucionaria arremete Keynes contra la explicación clásica de los factores que deter-
minan la tasa de interés.
En el cuarto artículo hemos tratado de reunir las referencias dispersas de Keynes
acerca de la tendencia histórica de la tasa de interés a no declinar en la medida suficien-
te para que todo el ahorro colectivo pueda emplearse en inversiones. Esa tendencia pa-
rece interrumpirse a partir del siglo.xix con el ingente desarrollo de la actividad eco-
nómica. Pero hay síntomas de que comienza a operar de nuevo. Parecería, sin embar-
go, que las contracciones cíclicas no responden a esa tendencia. Más bien se deben, a
juicio deKeynes, al subito descenso de.la: eficiencia marginal del capital.provocado
por factores psicológicos. Es tal la fuerzá de este fenómeno que la baja más intensa que
fuere practicable realizar en la tasa de interés no bastaría para reanimar las inversio-
nes. Así ocurre al final de la fase ascendente del ciclo económico, al que dedica Key-
nes interes.,ntes·anotaciones.
En el quinto artículo se combinan los elementos anteriormente expuestos para lle~
gar a la teoría general de la ocupación, el interés y la moneda. El nivel de ocupación,
y por L tanto el ingreso de la colectividad, están determinados por el nivel de las in-
versiones y la propensión a consumir. El nivel de las inversiones, a su vez, está deter-
minado por el tipo de interés y la eficiencia marginal del capital. Y el tipo de interés
está determinado por la política bancaria, y de la propensión del público a mantener
dinero líquido en su poder, esto es, su preferencia de liquidez. Obsérvese la importan-
cia que ciertas propensiones psicológicas de la colectividad, a saber, la propensión a
consumir, y la propensión a la liquidez, tienen en la construcción de Keynes.
Estos son los elementos esenciales que, encerrados en un sencillo esquema, forman
el sistema teórico keynesiano. Expuesto este esquema, su autor lo emplea en seguida
para discutir el problema de los precios y~el de los salarios, a los cuales se refiere fre-
cuentemente e!l el curso de su libro. Deduce así esta conclusión importante. No es el
incremento de líeantidad de moneda, sino principalmente el rendimiento decrecien-
te de la actividad pr-Oductiva, lo que hace subir los precios cuando aumenta la ocupa-
ción. Y en cuanto a los salarios, la aplicación de su esquema le lleva a afinnar que su
descenso deliberado no constituye una medida eficaz para evitada desocupación.
Termina el último artículo con la mención de las conclusiones que extrae Lord Key-
nes de sus teorías, acerca del funcionamiento del sistema capitaUsta y la posibilidad

454
RAÚL PREBISCH
de corregir sus fallas fundamentales sin desmedro alguno de la libertad individual.
7. Responde este empeño iníode exponer el pensamiento keynesiano a una preo-
cupación muy justificada en quien ha tenido alguna responsabilidad en la política mo-
netaria argentina desde 1930 hasta 1943: la preocupación de encontrar en la teoría la
explicación racional de los movimientos de la realidad económica, a fin de actuar in-
teligentemente sobre ella.
Pero la teoría dinámica de la economía sólo ha comenzado a desarrollarse en las úl-
timas décadas. Le hacía falta un impulso vigoroso. Lord Keynes ha tenido indudable-
mente una clara noción de ello: de ahí la oportunidad y trascendencia de su obra.
Espero que mi exposición permita al lector discernir cabalmente el valor científi-
co de esta obra. Por mi parte, me encuentro dedicado al examen crítico de ella en mi
cátedra de la Universidad de Buenos Aires. ¿Hasta qué punto ha logrado Lord Keynes
ofrecer esa explicación racional del movimiento económico formulando los principios
a que obedece? Es lo que me propongo considerar después en un trabajo de más alien-
to sobre el sistema keynesiano y el ciclo económico. Mientras tanto, tratemos de com-
prender en las siguientes páginas los términos esenciales de este sistema.
SEGUNDA PARTE. LA INSUHCIENCIA DE LA DEMANDA CON RESPECTO
A LA OFERTA EN EL CÚNJUNTO DE LA COLECI1VIDAD
l. Los salarios y los clásicos
l. Liberado del donrinio de los clásicos. Keynes nos marca a cada paso la diferen-
cia entre sus nuevas ideas y la vieja doctrina.
Por cierto que aquéllos no se preocuparon mucho en explicar las variaciones en el
nivel de la ocupación, a juicio del famoso economista. Partían más bien en sus razo-
namientos del supuesto de una determinada cantidad de tierra y de capital, y explica-
ban cómo se distribuían entre sus distintas aplicaciones esos tres factores productivos
y cómo se fijaban sus respectivas remuneraciones y el valor de sus productos.
Si bien discutían las fluctuaciones en la ocupación, los clásicos no se detuvieron en
elaborar una teoría que las explique, por parecerles demasiado simple y evidente. Si
hay desocupados, es porque se rehusan a aceptar el salario que corresponde a la pro-
ductividad del trabajo. La desocupación es pues un fenómeno voluntario que se corri-
ge por la baja adecuada de los salarios. Salvo.es claro, la desocupación provocada tran-
sitoriamente por los ajustes del sistema económico; se trata en este caso de un fenó-
meno involuntario que resulta principalmente del tiempo que requiere el desplaza-
miento de una ocupación a otra en virtud de cambios sobrevenidos por diversas razo-
nes.
Para Keynes, por el contrario, la desocupación es la consecuencia de una deman-
da insuficiente que impide absorber todos los productos resultantes del empleo pleno
de las fuerzas productivas.

TEORÍAS ECONÓMICAS DE l<EYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
455
2. Hay sin embargo cierta zona de coincidencia teórica entre Keynes y los clásicos.
Ambas escuelas aceptan que los salarios corresponden a la productividad marginal y
que ésta es decreciente conforme aumenta la cantidad de producción. Recordemos bre-
vemente estos principios.
El primero nos dice que el salario es igual al producto marginal deltrabajo, esto es
al incremento del producto correspondiente al incremento de ocupación, previa deduc-
ción de los otros costos. Desde luego que esta igualdad se perturba si la competencia
o los mercados son imperfectos.
El segundo principio nos agrega que el producto marginal del trabajo disminuye a
medida que aumenta la ocupación, debido a que "la industria está sujeta normalmen-
te a rendimientos decrecientes en períodos cortos en los que se suponen constantes"
el equipo de capital, y la técnica y organización productivas. Y como el salario depen-
de del producto marginal, al disminuir éste tiene también que disminuir aquél, de ma-
nera que "un aumento de ocupación sólo puede ocurrir si declina simultáneamente el
nivel de los salarios reales" (pág. 17).
Digamos de paso, pues nos servirá más adelante. que con ello aumentan los bene-
ficios de los empresarios, pues el salario real más bajo correspondiente a la menor pro-
ductividad de los trabajadores adicionales. se extiende también a los trabajadores de
mayor productividad que ya estaban ocupados.
3. Pero cuando introducimos el concepto de la resistencia marginal al trabajo ter-
mina la concordancia de Keynes con los clásicos y se plantea su fundamental discre-
pancia. Me he atrevido a traducir libremente por resistencia marginal al trabajo la ex-
presión de "marginal disutility of labour" que según Keynes "abarca cualquiera de las
razones que pueden llevar a un hombre o grupo de hombres a abstenerse de trabajar
antes que aceptar un salario que tiene para ellos una utilidad inferior a cierto mínimo".
Tales razones pueden ser el "resultado de la legislación o las prácticas sociales, o de
la combinación entre los obreros para negociar convenios colectivos, o de una lenta
adaptación a nuevas condiciones o de la mera obstinación humana" (pág. 6).
Consideran los economistas clásicos que si la resistencia marginal a trabajar no se
opone a la baja de salarios exigida por el decrecimiento de la productividad marginal.
no hay razón para que existan desocupados, como no sean los provenientes de ajustes
del sistema. La desocupación se debe esencialmente a que el salario correspondiente
al producto marginal que podría obtenerse de los trabajadores desocupados no es su-
ficiente para inducirles a trabajar. esto es, para vencer su resistencia al trabajo. En otros
términos, el fenómeno de la desocupación, según la doctrina clásica se debe a que el
salario que se exige es superior al que justifica la productividad marginal del trabajo.
"Un economista clásico-aftade Lord Keynes- puede tener simpatía por los obre-
ros que se rehusan a aceptar cortes en los salarios ... pero su integridad científica'' le
obliga a reconocer que los salarios superiores a la productividad constituyen sin em-
bargo el origen de la desocupación" (pág. 76).
4. En consecuencia, si la desocupación se debe a salarios relativamente altos, pa-
ra aumentar el empleo de trabajadores es indispensable rebajar los salarios en dinero

456
RAÚL PREBISCH
a fin de que bajen los salarios reales hasta ponerse de acuerdo con la productividad mar-
ginal del trabajo. Keynes tiene a este respecto dos afirmaciones tenninantes. Prime-
ro, la desocupación no se debe a esa actitud de los trabajadores sino a la demanda ge-
neral insuficiente de la colectividad. Segundo, la desocupación no puede corregirse
por la baja de los salarios en dinero.
La demostración del primer punto constituye el objetivo cardinal de la teoría Key-
nesiana. Es la demanda insuficiente lo que obliga al sistema económico a contraer la
producción. Con una demanda creciente provocada por el incremento de inversiones
se irían absorbiendo los desocupados hasta llegar al nivel óptimo de plena ocupación.
Es cierto que los rendimientos decrecientes. confonne se acrecienta la producción, de-
tenninarían el alza de los precios y en consecuencia la baja de los salarios reales. Pe-
ro esta baja suele ser aceptada por los sindicatos trabajadores dentro de ciertos lími-
tes, según lo demuestra la experiencia. "No dificultan el aumento de la ocupación con
el obstáculo que les atribuye la escuela clásica" (pág. 15).
5. Por donde se observa una aparente falta de lógica entre la oposición de los tra-
bajadores a una rebaja directa de su salario en dinero como medio de achicar sus sa-
larios reales. y su tácita aceptación de una rebaja indirecta de salarios cuando aumen-
tan los precios al crecer la producción. Por fortuna los hechos suceden en esta fonna,
expresa Keynes. Pues la rebaja directa de los salarios en dinero, como se explica en la
úlima parte de su libro, no tiene la virtud de aumentar la demanda general, que es lo
único que hace disminuir la cantidad de desocupados. Mientras que la aceptación de
menores salarios reales cuando crece la demanda general. es lo que pennite precisa-
mente que se acreciente la ocupación.
6. Podría argüirse, de paso, que al proceder en esta última fonna los trabajadores
disminuirían su resistencia al trabajo conforme con el dictamen de la escuela clásica.
Ambas escuelas volverían pues a coincidir. Pero esto carece de importancia primaria.
La coincidencia en considerar que los salarios son superiores a la productividad mar-
ginal en el estado de desocupación es en verdad compatible con la profunda disiden-
cia teórica que se ha visto. Pues mientras los clásicos afirman que ello es la causa del
fenómeno de desocupación, Keynes sostiene que se trata por el contrario de un efec-
to de la insuficiencia de la demanda, que sólo puede corregirse por el aumento de és-
ta como acaba de explicarse. Y en tanto que para aquéllos el remedio está en la reba-
ja de salarios en dinero, el crecimiento de la demanda general es el único correctivo.
según nuestro autor, para quien dicha rebaja tendría efectos contraproducentes.
Que los salarios relativamente altos, en tiempos de desocupación, sean un efecto de
la insuficiencia de la demanda. como acaba de decirse, no significa que. en un momen-
to dado, los trabajadores no puedan conseguir aumentos que excedan a la productivi-
dad. Sin embargo, estos aumentos tampoco tendrán por resultado la desocupación si-
no el alza de costo y precios. No han de negarlo, ciertamente, los clásicos, si ello$ mis-
mos nos ensefiaron "que los precio5 están determinados por el costo primo marginal
en términos de dinero y los salarios en dinero detenninan en gran parte el costo pri-
mo" (pág. 12).

TEOR1AS ECONÓMICAS DE KEYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
457
Íl. Posición de equilibrio y desocupación
7. Ya es bien perceptible la importancia que en la teoría keynesiana tiene la tesis de
la insuficiencia de la demanda y la oferta conjuntas de los artículos producidos. Pues-
to que los ingresos que pagan los empresarios a los distintos factores de la producción
en forma de sueldos, salarios y otras remuneraciones, renta o intereses. así como sus
propios beneficios, constituyen la demanda conjunta, cuyo valor es igual al de la pro-
ducción u oferta conjunta.
Impulsados por el incentivo de beneficios, los empresarios aumentan la ocupación
y crece paralelamente la demanda de la producción que se acrecienta. Hay así una su-
cesión de puntos de equilibrio
de la demanda y oferta conjuntas con "una escala infi-
nita de valores igualmente admisibles" (pag. 26). Y se tiende continuamente a llegar
a la plena ocupación, si la resistencia marginal al trabajo no opone un obstáculo infran-
queable.
Sostiene Keynes. por el contrario. que sólo hay un punto de equilibrio, un solo ni-
vel de ocupación en que coinciden la demanda y oferta conjuntas. Generalmente es in-
ferior al de plena ocupación. al que sólo se llega por accidente o designio. Más allá de
ese punto de equilibrio. la demanda resulta menor a la oferta y. en consecuencia, la ocu-
pación no puede acrecentarse.
8. El nivel de ocupación, dados los factores de la producción y la técnica, depen-
de de la suma de beneficios que se espera obtener de la producción. "Pues los empre-
sarios tratarán de fijar la cantidad de ocupación en el nivel en que calculan obtener el
. máximo de beneficio" ... así se trate de "una empresa o industria como del conjunto
de empresas" (pág. 24).
Así. el empresario individual calcularálos incrementos de beneficios que pueda ob-
tener de sucesivos incrementos hipotéticos de producción teniendo en cuenta que, con
un determinado equipo de capital, el rendimiento disminuye conforme aumenta el ni-
vel de ocupación. Cada incremento le representa un beneficio adicional que aumen-
ta la suma total de beneficios. Le conviene, pues. extender la producción. Pero como
el beneficio de cada incremento sucesivo va disminuyendo por el rendimiento decre-
ciente, el empresario detendrá su expansión en aquel incremento cuyo costo apenas es-
té cubierto por el valor de los respectivos productos.
En este punto en que se equilibran el costo de la oferta marginal y el valor de la de-
manda marginal, la suma total de los beneficios habrá llegado al máximo. Allí queda
determinada la cantidad de ocupación que resulta más provechosa al empresario. El
agregar un nuevo incremento de producción traerá pérdidas y, en consecuencia. dis-
minución de esa suma total de beneficios.
9. Lo mismo sucede en el conjunto de empresas. Mientras el valor quelos empre-
sarios esperen recibir de cada incremento de producción, en función de la demanda
conjunta, sea mayor que el costo de oferta conjunta "habrá un incentivo paraextender
la producción ... y si es necesario, para elevar los costos compitiendo entre sí los em-
presarios por los factores de la producción". Se seguirá en esta forma hasta llegar en

458
RAÚL PREBISCH
los cálculos a un incremento hipotético cuyo valor sea igual al costo de oferta de la pro-
ducción ... "Así el volumen de la ocupación está dado por el punto de intersección" de
la curva de la demanda con la de la oferta conjuntas "pues es en este punto que la su-
ma total de beneficios que esperan los empresarios llega a su máximo" (pág. 25). Llá-
mase demanda efectiva a la correspondiente a este punto de equilibrio. En este pun-
to único de equilibrio el ingreso correspondiente a la producción marginal provoca una
demanda cuyo valor iguala al costo marginal. El trasponerlo significaría pérdidas pa-
ra los empresarios, por resultar insuficiente la demanda con respecto al costo de ofer-
ta. esto es. por haber desequilibrio entre la oferta y la demanda conjuntas. Ya no hay
aliciente para aumentar la ocupación. Ha de comprenderse que al pasar de una empre-
sa al conjunto de empresas es necesario, para evitar repeticiones. eliminar del costo de
la oferta conjunta aquellos artículos comprados entre empresarios que se han emple-
ado en el proceso productivo resultante de una determinada ocupación. Para simpli-
ficar, Keynes elimina también el desgaste del equipo de capital. (Comprenderemos
mejor estos conceptos en la tercera parte.) El costo de oferta conjunta queda así redu-
cido al costo de los factores o sea los ingresos que pagan los empresarios en forma de
remuneraciones, renta e intereses. Estos ingresos, más el ingreso propio o beneficio de
los empresarios, constituyen, como ya hemos visto, el ingreso conjunto de la colecti-
vidad. Este ingreso conjunto, al traducirse en la demanda de los bienes de consumo e
inversión resultantes del proceso productivo, vuelve nuevamente a la<; empresas co-
mo resultado final de una determinada cantidad de ocupación.
lll. El dogma de la economía ortodoxa
10. Desde los tiempos de Say y Ricardo los economistas clásicos niegan la posibi-
lidad de insuficiencia de la demanda. al sostener que la oferta, cualquiera que sea su
magnitud, crea su propia demanda. No tiene por qué existir desequilibrio. Por ejem-
plo. J. S. Mill expresa lo siguiente: "Lo que constituye los medios de pago con que
cuenta una persona para adquirir la producción de otras personas consiste en la pro-
ducción que ella misma tiene. Todos los vendedores son inevitablemente comprado-
res por el mismo significado de la palabra. Si pudiéramos duplicar súbitamente la ca-
pacidad productiva del país, podríamos duplicar la oferta en los mercados; pero en vir-
tud de ese mismo hecho duplicaríamos el poder de compra. Cada uno tendría una de-
manda doble, lo mismo que una doble producción; cada uno podría comprar dos ve-
ces más que antes, porque dispondría de dos veces más para ofrecer en cambio" (pág.
18). Como corolario de esta doctrina se ha supuesto que todo acto individual de abs-
tención de consumo lleva necesariamente. en una forma u otra, a invertir el ahorro en
la producción de bienes de capital.
Es cierto que en los tiempos que corren no se hacen afirmaciones en forma tan cru-
da. Sin embargo, estas ideas siguen apuntalando toda la teoría clásica, que se desmo-
ronaría sin ellas.

TuoRfAS ECONÓMICAS DE KEYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
459
11. Esta doctrina del equilibrio de la demanda y la oferta conjuntas constituye un
dogma de la economía clásica que no obstante los esfuerzos de Malthus pára conven-
cer a Ricardo de su inexactitud "ha conquistado a Inglaterra tan completamente como
la Santa Inquisición ha conquistado a España" (pág. 32).
"Lo absoluto de la victoria ricardiana tiene tanto de curiosidad como de misterio.
Ha de atribuirse a un complejo de ventajas que la doctrina tenía para el medio ambien-
te en que había surgido. Que llegaba a conclusiones completamente distintas de las que
podía esperar una persona corriente y sin instrucción, ha contribuido posiblemente a
su prestigio intelectual. Que sus enseñanzas, aplicadas en la práctica eran austeras y
resultaban frecuentemente de sabor amargo. ha redundado en su mayor virtud. Quepo-
día soportar una superestructura lógica, vasta y consistente, le dio belleza. Que podía
explicar mucha injusticia social y crueldad manifiesta, como un incidente inevitable
en el desarrollo del progreso, y que el propósito de cambiar tales cosas traería proba-
blemente más mal que bien, la recomendaba a la autoridad. Y que ofrecía un justifi-
cativo a las actividades libres del capitalista individual, le atraía el apoyo de las fuer-
zas sociales dominantes detrás de la autoridad" (pág. 33).
12. Tal doctrina ha sido aceptada sin discutir por los economistas ortodoxos has-
ta tiempos recientes. no obstante su falta de correspondencia con la realidad. No ha de
extrañarse, pues, la creciente resistencia del público a acordar a los economistas el res ..
peto que tiene por otros grupos científicos cuyos resultados teóricos se confirman por
la observación de los hechos.
Puede ser que la teoría clásica represente la forma en que quisiéramos que nuestra
economía funcionara. Como que toma la plena ocupación como punto de partida de
sus razonamientos. Se trata, sin embargo, de un caso extremo en las posibles posicio-
nes de equilibrio de la actividad económica al cual se lleva rara vez. De allí que "las
enseñanzas de los clásicos son equivocadas y desastrosas si tratamos de aplicarlas a los
hechos concretos" (pág. 3).
En lugar de considerar ese caso especial, la teoría debe explicar el fenómeno gene-
ral y los factores que determinan las variaciones de la ocupación en la vasta escala de
la realidad. Es por esta razón que Keynes trata de construir una teoría general para sus-
tituir a la teoría especial de los clásicos.
TERCERA PARTE. EL INGRESO, EL AHORRO Y LAS INVERSIONES
l. Concepto de ingreso
l. Antes de averiguar, en el próximo artículo, por qué la demanda conjunta puede
ser insuficiente. explicaremos, al terminar el presente, algunos términos que no siem-
pre resultan accesibles en la exposición keynesiana.
La ocupación de una determinada cantidad de trabajadores comporta dos clases de
gastos para los empresarios:

460
RAÚL PREBISCH
a) las cantidades que paga a los distintos factores de la producción por sus servicios
corrientes, a saber sueldos, salarios y demás remuneraciones, rentas e intereses; llama-
remos a esto, costo de /os factores <factor cost); y
b) el valor o costo de los artículos insumidos en el proceso productivo, que com-
prende tanto las materias compradas a los otros empresarios y empleadas en dicho pro-
ceso, como el desgaste sufrido por el equipo de capital; llamaremos a esto. costo de los
artículos insumidos o costo insumido (user cost). El costo de los factores más el cos-
to insumido representa el costo primo de la producción (prime cost).
El exceso del valor resultante de la producción sobre el costo primo, es el ingreso
o beneficio del empresario. El beneficio de los empresarios, más los ingresos que en
forma de distintas remuneraciones, renta e intereses reciben todos los factores de la
producción, constituye el ingreso conjunto que la colectividad obtiene de la ocupación
de una determinada cantidad de trabajadores.
2. Para que se abarque más fácilmente el significado de estos conceptos, nos val-
dremos de sencillos ejemplos numéricos. Un empresario, en un determinado período
productivo compra distintos artículos a otros empresarios en forma de materias primas,
combustibles, maquinarias, repuestos, etc. Sea 800 el valor total de estos artículos.
Supóngase que al final del período productivo el equipo de capital del empresario
ha experimentado un aumento neto de 200 con respecto al principio. En el capital se
incluye tanto el de índole fija (maquinarias. instalaciones, etc.) como el circulante (ma-
terias primas, artículos en proceso y artículos terminados).
Es obvio que si de los artículos comprados a otros empresarios. a saber 800, dedu-
cimos el incremento de 200 en el valor de los artículos que constituyen el equipo de
capital de nuestro empresario, la diferencia de 600 representa el costo de los artículos
insumidos en todo el proceso productivo. Este costo insumido corresponde tanto a los
artículos absorbidos en el proceso como al desgase sufrido por el capital fijo.
Supongamos por otro lado que el empresario vende los artículos producidos por la
cantidad de 1.500. Si de esta cantidad deducimos los 600 de artículos insumidos en el
proceso productivo, el residuo de 900 representa necesariamente la cantidad de ingre-
sos que el empresario ha pagado a los distintos factores de la producción utilizados en
el proceso (remuneraciones, renta e intereses) conjuntamente con el ingreso propio o
beneficio obtenido por el empresario en esa venta de 1.500. En resumen:
Artículos comprados a otros empresario................................................
800
-
Incremento de equipo de capital............................................................. 200
Costo de los artículos insumidos............................................................
600
Ventas totales .......................................................................................... 1.500
-
Costo de los artículos insumidos*..........................................................
600
Ingresos..................................................................................................
900
• La ventaja de calcular el costo inswnido en la forma que se ha visto, a juicio de Keynes, consiste en
que no es necesario adjudicar el costo de los factores entre los artículos que se venden y el incremento del
capital (pág. 67).

TEOR.ÍAS ECONÓMICAS DE KEYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
461
3. Es fácil pasar ahora del empresario aislado al conjunto de los empresarios que tie-
ne la comunidad, mediante la suma de los conceptos respectivos. Supongamos para
simplificar que las mismas cifras representen las cantidades conjuntas.
El ingreso conjunto será, pues, de 900. Esta cantidad equivale a la producción con-
junta. la cual, a su vez, está formada por artículos de consumo e inversiones. Las in-
versiones de los empresarios están representadas por el incremento del equipo de ca-
pital, que fue de 200. En cuanto al consumo, si el total de ventas llegó a 1.500 y las ven-
tas entre empresarios alcanzaron a 800 la diferencia de 700 tiene que corresponder a
las ventas al público. o sea al consumo. En consecuencia, el ingreso y la producción
conjuntas se distribuyen así:
Consumo (venta al público)......................................................................... 700
Inversiones...................................................................................................
200
Ingreso conjunto..........................................................................................
900
4. No hemos explicado aún de dónde resulta el incremento del equipo de capital,
expresión sinónima de inversiones.
Por un lado, durante el período productivo el equipo de capital fijo y circulante au-
menta en virtud de la compra de maquinarias y artículos entre empresarios y del va-
lor agregado al proceso productivo por los factores de producción empleados.
Por otro lado el valor del equipo disminuye por los artículos insumidos en el pro-
ceso, tanto por el desgaste del capital fijo como por el descenso del capital circulan-
te en virtud de las materias utilizadas.
El incremento del equipo de capital está representado. en consecuencia, por la di-
ferencia entre su aumento y su disminución durante el período productivo. Desde lue-
go. pueden darse casos en que la diferencia entre ambas magnitudes arroje disminu-
ción en vez de incremento del capital invertido. A esta diferencia negativa se le llama
desinversi6n en oposición al concepto positivo de inversión.
5. Se ha considerado hasta ahora el beneficio bruto del empresario, dado por la di-
ferencia entre el ingreso conjunto y el costo primo. Explicaremos ahora el beneficio
neto
y el ingreso neto. Para ello necesitamos deducir otra cantidad adicional llamada
el costo suplementario.
El costo suplementario se refiere a la pérdida de valor del capital por el mero trans-
curso del tiempo, independientemente del desga'ite físico. Se trata pues de una dismi-
nución involuntaria en el valor del capital, en tanto que el costo de los artículos insu-
midos representa una disminución incurrida voluntariamente por el empresario cuan-
do se decide a producir en busca de su máximo beneficio. El costo suplementario es
pues una pérdida involuntaria aunque previsible según las prácticas contables, que de-
be deducirse del ingreso y del beneficio bruto para determinar las cantidades netas.
Asimismo, debe deducirse de las inversiones. para tener las inversiones netas, pues el
costo suplementario disminuye el valor del equipo de capital existente.
La distinción tiene importancia para el empresario. "En su capacidad de productor,
el costo primo y el beneficio bruto son los conceptos significativos en su decisión de

462
RAÚL PREBISCH
usar o no su equipo productivo. Pero en su capacidad de consumidor el monto del cos-
to suplementario trabaja en su mente como si fuera parte de su costo primo" (pág. 57).
6. "Queda finalmente la posible disminución o aumento, en el valor del capital de-
bido a cambios imprevistos en los precios, a envejecimiento excepcional o a destruc-
ción por catástrofe. lo cual es involuntario y en un sentido lato, imprevisto. Las pér-
didas por este concepto que llamaremos fortuitas (windfall loss) corresponden a la
cuenta capital y no se las considera ni aún en el cálculo del ingreso neto" (pág. 57). Des-
de luego. el importe de estas pérdidas o ganancias fortuitas influye también en la de-
terminación de lo que se gasta en consumo.
11. Concepto de ahorro e inversión
7. Todos concuerdan en que ahorro significa el exceso del ingreso sobre el gasto
en consumo. Cualquier duda ha de surgir, pues, de los conceptos de ingreso o consu-
mo.
Ya sabemos lo que es ingreso. En cuanto al consumo. cualquier definición razo-
nable nos serviría igualmente bien. siempre que se aplique consistentemente. La du-
da de si consideraremos la compra de un automóvil o de una casa como consumo o in-
versión se disipa trazando claramente la línea entre consumidores y empresarios. He-
mos despejado así el asunto al distinguir las ventas de artículos entre empresarios y las
ventas al público en nuestra explicación precedente. Habiendo definido ingreso y con-
sumo, fluye naturalmente la definición de ahorro. que es el exceso del ingreso sobre
el consumo. En efecto desde que:
el ingreso = ventas totales - costo insumido
el consumo = ventas totales - ventas entre empresarios
el ahorro =ventas entre empresarios - costo insumido
8. Este es, precisamente, el concepto de las inversiones, según se desprende del
ejemplo numérico del comienzo de esta tercera parte, en el cual, si se resta de los 800
de artículos vendidos a otros empresarios. los 600 de costo insumido, obtenemos los
200 de incremento del equipo de capital. o sea las inversiones. Por donde el concep-
to de inversiones resulta igual al de ahorro, y ambos representan la parte del ingreso
que no se gasta en consumo. "Por lo tanto, mientras el importe del ahorro es el resul-
tado de la conducta colectiva de los consumidores individuales; y el importe de las in-
versiones, el de la conducta colectiva de los empresarios individuales, ambos impor-
tes son necesariamente iguales, desde que cada uno de ellos es igual al exceso del in-
greso sobre el consumo. Además, esta conclusión no depende en forma alguna de su-
tilezas o peculiaridades en nuestra definición de ingresos" (pág. 63).Siempre que se
acepte que:
el ingreso = el valor de la producción - el consumo + la inversión; y que:
el ahorro = el ingreso - el consumo, tendrá que aceptarse necesariamente que:
el ahorro = a la inversión

ThORfAS ECONÓMICAS DE KEYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
463
"En consecuencia el exceso del ingreso sobre el consumo, que llamamos ahorro, no
puede diferir en el conjunto de la adición al capital que llamamos inversión. Lo mis-
mo sucede con el ahorro y la inversión netos. El ahorro es en realidad un mero residuo.
Las decisiones de consumir y las decisiones de invertir determinan entre sí el ingre-
so. Suponiendo que las decisiones de invertir se vuelven efectivas, deberán hacerlo, ya
sea restringiendo el consumo o expandiendo el ingreso. Por lo tanto el acto de inver-
tir en sí mismo no puede dejar de provocar que el residuo o margen que llamamos aho-
rro ~umente en una cantidad equivalente" (pág. 64).
9. ¿Cómo reconciliar esta identidad del ahorro y la inversión con la libertad de los
individuos de ahorrar lo que prefieran, independientemente de lo que puedan estar in-
virtiendo los empresarios? Lo comprenderemos mejor más adelante, cuando hayamos
demostrado que un incremento determinado de las inversiones hace crecer el ingreso
en la medida necesaria para provocar un incremento igual de ahorro. Mientras tanto,
reflexiónese en que el ahorro como el gasto es un asunto bilateral. "Pues aun cuando
el monto de ahorro de un individuo no tendrá probablemente ninguna influencia so-
bre su propio ingreso, la reacción desfavorable que la rebaja de su gasto en consumos
tiene sobre los otros ingresos hace imposible que todos los individuos ahorren simul-
táneamente una determinada cantidad. El propósito de ahorrar más en la comunidad,
reduciendo el consumo, afectaría en tal forma el ingreso conjunto que terminaría por
fracasar. Es igualmente imposible para la comunidad en su conjunto ahorrar menos
que el monto de las inversiones corrientes, desde que ello provocaría necesariamen-
te el aumento de los ingresos hasta el nivel en que las cantidades que la gente prefie-
re ahorrar llegue a una cifra exactamente igual al monto de las inversiones" (pág. 84).
ll/. Ac/aració11 de otros conceptos
10. A juicio de Keynes no hay contradicción entre su concepto de ahorro y el del
profesor D. H. Robertson. Pondremos un ejemplo numérico para aclararlo.
Para Robertson, el ingreso de hoy es igual a lo que ayer se ha gastado en consumo
más las inversiones. (Hoy y ayer se refieren más bien a períodos circulatorios de los
ingresos.) Por lo tanto, si se ha gastado ayer 80 en consumo y 20 en inversiones con
una cantidad equivalente de ahorro, los ingresos de hoy son 100. Si hoy vuelven a gas-
tarse iguales cantidades en consumo e inversión los ingresos de mafiana serán también
100. Pero si en vez de gastarse 80 se gastan 70 en consumo, habrá 30 de ahorro y só-
lo 20 de inversión y el ingreso de mafiana será 90 en vez de 100, en virtud del exce-
so del ahorro sobre la inversión.
"Así cuando el Sr. Robertson sostiene que hay un exceso de ahorro sobre inversión,
significa literalmente lo mismo que cuando yo digo que el ingreso está bajando; y el
exceso de ahorro en el sentido del profesor Robertson es igual a la declinación del in-
greso en mi sentido" (pág. 78).
11. Keynes no encuentra sentido preciso ni aceptable en la expresión "ahorro for-

464
RAÚL PREBISCH
zado" que usan algunos economistas. Naturalmente. en condiciones de plena ocupa-
ción, cuando la producción ya no puede expandirse, el aumento de las inversiones tie-
ne que realizarse a expensas del consumo mediante la elevación de los precios, lo cual
comporta ahorro forzado de los consumidores. "Pero la tentativa de extender esta no-
ción perfectamente clara a condiciones que no sean de plena ocupación implica difi-
cultades. Es cierto. desde luego, que cualquier aumento en la ocupación importa cier-
to sacrificio de ingreso real para aquellos que ya estaban empleados, debido a los ren-
dimientos decrecientes que resultan de aplicar cantidades adicionales de ocupación a
un determinado equipo de capital. Pero no es probable que resulte fructuosa la tenta-
tiva de relacionar esta pérdida con el aumento de inversiones que pudiera acompañar
al aumento de ocupación" (pág. 81). En verdad, Lord Keynes se limita a afirmar es-
tas proposiciones pero no intenta su demostración en forma alguna.
IV. Unidades de medida
12. No hemos dicho nada aún acerca de las unidades de medida con que Keynes mi-
de la magnitud del ingreso, o lo que es lo mismo, la producción. Usa dos unidades, una
de valor, en términos de dinero y otra de cantidad.
Como la producción no es homogénea, carece de sentido sumar cantidades de ar-
tículos distintos. Para resolver el problema Keynes crea la unidad de trabajo, que le
permite medir la cantidad de ocupación. Luego considera que la cantidad de ocupa-
ción es un índice satisfactorio de la cantidad de producción obtenida con un determi-
nado equipo de capital.
La unidad de trabajo mide la cantidad de horas de trabajo. Pero no puede atribuir-
se la misma importancia a distintas calidades de trabajo; por ejemplo, al trabajo ordi-
nario que al trabajo especial o calificado. Si se toma como unidad una hora de traba-
jo ordinario y la hora de trabajo calificado tiene una remuneración doble. la conside-
raremos como dos horas o sea dos unidades. El procedimiento es aceptable en tanto las
diferentes clases de trabajo mantengan entre sí aproximadamente la misma relación
en sus remuneraciones.
Keynes llama unidad de trabajo a esta unidad de medida de la ocupación y la pro-
ducción; y al salario en dinero de una unidad de trabajo lo llama unidad de salario.
"La gran diferencia que existe evidentemente en la destreza especializada de los tra-
bajadores y en su adecuación a diferentes ocupaciones, no contradice el supuesto de
homogeneidad en la oferta de trabajo. Pues si la remuneración de los trabajadores es
proporcional a su eficiencia, las diferencias se tienen en cuenta al considerar que los
distintos individuos intervienen en la oferta de trabajo proporcionalmente a su remu-
neración. En tanto que. si al aumentar la producción una firma dada se ve precisada a
tomar trabajadores cada vez menos eficientes por unidad de salarios pagados. ello re-
presenta solamente uno de los factores, entre otros. que contribuyen al rendimiento de-
creciente de un equipo de capital, en términos de producción. a medida que se le apli-

TEORÍAS ECONÓMICAS DE l<EYNES Y DOCTRINAS DE LOS CLÁSICOS
465
ca mayores cantidades de trabajo" (págs. 41-42). En vez de considerar que disminu-
ye el rendimiento del trabajo, consideraremos que disminuye el rendimiento del equi-
po de capital.
Por lo tanto, para medir las variaciones de la producción y el ingreso, Keynes con-
sidera el número de horas de trabajo que se emplean en el equipo de capital existen-
te ya sea para producir artículos de consumo o nuevos equipos de capital, mediante la
ponderación de las distintas calidades de trabajo de acuerdo con su remuneración.
13. Se ha dicho más arriba que la cantidad de ocupación, medida en unídades de
salarios, es un índice satisfactorio de la cantidad de producción y por lo tanto del in-
greso.
Pero la producción o el ingreso no son una función única de la cantidad de ocu-
pación, pues la relación entre ellos depende de la índole de actividades. Por ejemplo,
dos distribuciones de la misma cantidad de ocupación en distintas industrias determi-
nan valores diferentes del ingreso medido en unidades de salarios. "Pero en general es
una buena aproximación considerar el ingreso en términos de unidades de salarios co-
mo determinado únicamente por la cantidad de ocupación" (pág. 90).

119
LA PROPENSION A CONSUMIR Y LA TEORIA
KEYNESIANA DEL MULTIPLICADOR*
PRIMERA PARTE. LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
l. El consumo y la insuficiencia de la demanda
1. En la insuficiencia de la demanda radica el motivo de la desocupación, según se
ha visto en el artículo precedente. Nuestro problema consiste ahora en averiguar a qué
se debe esa insuficiencia.
Es en realidad el resultado de una "ley psicológica fundamental, que con toda con-
fianza podemos deducir a priori de nuestro conocimiento de la naturaleza humana y
de los hechos de la experiencia en las comunidades modernas" (pág. 96) sostiene Key-
nes.
De acuerdo con esta ley. cuando aumentan sus ingresos, la gente está dispuesta a
acrecentar sus gastos en consumos. pero no tanto como el aumento en los ingresos.
Esto sucede especialmente en las fluctuaciones cíclicas, pues se refieren a períodos
cortos de tiempo en que los hábitos de la población "no tienen tiempo de adaptarse al
cambio en las circunstancias objetivas" (pág. 97). Se observa, en efecto, que cuando
suben sus ingresos. la gente continúa por algún tiempo manteniendo su nivel de vida
habitual. Así, los ingresos crecientes suelen traer consigo aumento de ahorro, mientras
los ingresos decrecientes traen su disminución, sobre todo en los momentos iniciales.
Pero esta ley no sólo se verifica en el tiempo. en virtud de las fluctuaciones en los
ingresos. En un momento dado, obsér\\rase también que cuanto mayores son los ingre-
sos de los distintos sectores de la población, tanto mayor es la cantidad de ahorro que
se realiza.
En uno y otro caso es lícito afirmar que en general el aumento del ahorro es propor-
cio11alme11te superior al de los ingresos. Y su disminución suele ser asimismo propor-
cionalmente más intensa cuando descienden los ingresos; a tal punto que puede acon-
tecer que el consumo exceda a los ingresos cuando éstos se contraen sobremanera: pues
* N. del Ed. Publicado en BoletÍll del Banco Central de Venezuela: VI, N2 24, febrero de 1947, págs.
14-21. El material de este capítulo, revisado, Jo utilizó Prebisch para componer su Introducción a Keynes,
México, 1947, caps. III y IV.

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
467
es la oportunidad en que las personas e instituciones acostumbran a gastar el dinero de
sus reservas y los gobiernos a incurrir en déficit. Gracias a ello la desocupación no lle-
ga a tan grandes extremos.
2. Dicho de otro modo, si aumenta la ocupación 110 todo el incremento de ella se re-
querirá para satisfacer las necesidades adicionales de los consumidores; y, en conse-
cuencia, el aumento de la ocupación no resultará conveniente si no hay un aumento de
inversiones para absorber esa parte de la producción que no se consume, o sea el aho-
rro.
De esto depende esencialmente la estabilidad del sistema económico.
Sólo hay equilibrio en el sistema cuando el valor de las inversiones es suficiente pa-
ra absorber "el exceso de la producción total sobre lo que la comunidad prefiere con-
sumir" (pág. 27) o sea, cuando se cumple la igualdad esencial entre inversiones y aho-
rro, en un determinado nivel de ocupación. Por consiguiente, dadas esas característi-
cas psicológicas de la comunidad, el equilibrio entre la demanda y la oferta conjuntas
depende del monto de las inversiones.
Entiéndese por equilibrio el punto en que los empresarios no tienen incentivo pa-
ra aumentar ni disminuir la ocupación y por consiguiente la producción. Cualquier otra
cantidad de ocupación significará desigualdad entre la demanda y la oferta conjuntas.
No hay razón en general para esperar que la ocupación sea plena en el punto de equi-
librio. A la plenitud de ocupación sólo se llega cuando las inversiones "son iguales al
exceso ... que la producción emergente de la plena ocupación representa sobre lo que
la comunidad preferirá gastar en consumo cuando está plenamene ocupada" (pág. 28);
o lo que es lo mismo, cuando las inversiones igualen a la cantidad de ahorro que re-
alizaría la comunidad en un estado de plena ocupación. A esta igualdad sólo se llega
por "accidente o designio" según ya se dijo (pág. 28). Es obvio, pues, que "la ocupa-
ción sólo puede aumentar pari passu con el aumento de las inversiones" (pág. 98). Si
las inversiones no crecen en medida adecuada, la demanda será insuficiente y la pro-
ducción real resultaría inferior a la producción potencial que sería posible alcanzar en
virtud de la técnica, los recursos y los costos.
3. "Es más, cuanto más rica es una comunidad, tanto mayor tiende a ser la diferen-
cia entre la producción real y la potencial y por consiguiente tanto más obvios y agra-
viantes resultan los defectos del sistema económico. Pues una comunidad pobre esta-
rá dispuesta a consumir la mayor parte de su producción, de manera que una medida
modesta de inversiones será suficiente para que alcance la ocupación plena. Mientras
que una comunidad rica tendrá que descubrir más amplias oportunidades de inversión,
si la propensión a ahorrar de sus miembros más prósperos ha de ser compatible con la
ocupación de sus miembros más pobres. Si en una comunidad potencialmente rica el
incentivo a invertir es débil, el principio de la demanda efectiva le compelerá a redu-
cir su producción hasta que, a pesar de su riqueza potencial, se ha vuelto tan pobre que
el sobrante que no consume se ha reducido suficientemente hasta corresponder al es-
caso incentivo o invertir".
4. "Peor aún. En una comunidad rica no sólo la propensión a consumir es débil, si-
no que, debido a la gran magnitud de su acumulación de capital, las oportunidades pa-

468
RAÚL PREBISCH
ra ulteriores inversiones son menos atrayentes, a no ser que la tasa de interés descien-
da con suficiente rapidez" (pág. 31).
La tasa de interés tiene en efecto gran importancia en la teoría keynesiana. Conjun-
tamente con el rendimiento marginal del capital determinan el volumen de inversio-
nes. Y el volumen de inversiones, como ya se ha visto, determina a su vez, conjunta-
mente con la propensión a consumir, la cantidad de ocupación y por consiguiente la
de la producción y el ingreso total de la comunidad. Tal es un primer esbozo de la te-
oría keynesiana.
11. Factores objetivos y subjetivos de que depende la propensión a consumir
5. Llamaremos propensión a consumir a esas características psicológicas que es-
tablecen una relación funcional entre un determinado nivel de ingreso y el correspon-
diente gasto en consumo. La propensión a consumir depende de diversos factores ob-
jetivos y subjetivos. El más importante entre los primeros es la variación de la unidad
de los salarios en términos de dinero. Como se recordará, esta unidad es el salario en
dinero de una unidad de trabajo. Por lo tanto, si al definir la propensión en la forma en
que acaba de hacerse expresamos el ingreso y el consumo en unidades de salarios. ha-
bremos eliminado en forma sencilla los efectos de sus variaciones sobre la propensión
a consumir. Puesto que al variar la unidad de salarios y alterarse en esta forma el in-
greso se modificará en la misma proporción el gasto en consumo, así como los precios,
de tal suerte que se seguirá consumiendo la misma cantidad de artículos medida en uni-
dades de trabajo.
Aplicaremos, pues. este procedimiento que nos permite eliminar la
influencia de la variación de los salarios sobre la propensión a consumir.
Otro factor objetivo es la alteración fortuita en el valor del capital, que puede ad-
quirir gran importancia en las fluctuaciones cíclicas. El aumento o la disminución en
el valor especulativo de las acciones. por ejemplo. es susceptible de influir considera-
blemente sobre la propensión a consumir.
Las modificaciones importantes en la tasa de interés también pueden afectar direc-
tamente al consumo; pero esto no debe confundirse con la considerable influencia in-
directa de la tasa a través de las inversiones, que explicaremos en otro artículo.
Finalmente la política fiscal es otro de los factores objetivos que pueden resultar de
importancia. Así, los cambios impositivos son susceptibles de influir considerable-
mente sobre el consumo. sobre todo cuando se proponen modificar la distribución so-
cial del ingreso. En determinadas circunstancias la política de la deuda pública pue-
de tener, asimismo, una gran intluencia sobre el consumo. Si el Estado. por ejemplo,
deja de usar el crédito y sigue la política opuesta de amortizar sus deudas con dinero
proveniente de impuestos y sustraído al consumo, se expone a provocar una severa
contracción en la demanda efectiva.
6. Los factores subjetivos son el resultado de características psicológicas e institu-
cionales. En lo que concierne a los individuos van desde el sentido de la previsión has-

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
469
ta el orgullo y la avaricia. Y en lo que respecta a los gobiernos y grandes corporacio-
nes, que acumulan de una tercera a dos terceras partes del ahorro conjunto en moder-
nas comunidades industriales como Estados Unidos y la Gran Bretana, Ios motivos son
también diversos: el deseo de conseguir recursos para realizar inversiones sin incurrir
en deudas o acudir al mercado financiero; el de contar con fondos líquidos para emer-
gencias; el de mejorar el rendimiento financiero futuro de la empresa; Y• finalmente,
el motivo de prudencia que lleva a hacer provisiones financieras en exceso al desgas-
te y envejecimiento real del equipo de capital.
La fuerza de estos factores subjetivos "varía enormemente según las instituciones
y la organización de la sociedad económica; según los hábitos formados por la raza,
la educación religiosa, los convencionalismos y la moral corriente: según esperanzas
presentes y pasadas experiencias; según la escala y técnica del equipo de capital; y se-
gún la distribución prevaleciente de la riqueza y el nivel de vida establecido" (pág.
109). Pero tales variaciones son lentas y es "muy poco probable que estos factores ex-
perimenten un cambio importante en un corto período de tiempo, excepto en circuns-
tancias anormales o revolucionarias ... Por ello los consideraremos como términos da-
dos de nuestro problema (pág. 91).
7. En síntesis, si se eliminan las alteraciones en la unidad de salarios, la influencia
de los factores objetivos sobre la propensión a consumir es de importancia secunda-
ria; y los factores subjetivos están sujetos a lentas transformaciones. Por lo tanto, es
lícito afirmar que en cortos períodos, el ingreso conjunto, medido en unidades de sa-
larios, es la principal variable de que dependen los gastos en consumo en la demanda
conjunta. La propensión en sí sólo está expuesta a alteraciones secundarias.
Il/. Las provisiones financieras y el consumo
8. Entre los factores subjetivos que afectan la propensión a consumir hemos men-
cionado las provisiones financieras de las grandes corporaciones, que, cuando son ex-
cesivas, contribuyen a la inestabilidad del sistema económico.
Estas provisiones pueden sobrepasar los gastos corrientemente realizados para
mantener el valor del equipo de capital, ya sea porque la "prudencia financiera" acon-
seja hacer rápidas amortizaciones o porque, en virtud de tratarse de capitales nuevos,
provenientes de inversiones recientes, no ha llegado aún el momento de gastar en re-
novaciones y reparaciones el monto completo de dichas provisiones financieras.
Cuando sucede así, "el exceso no se manifiesta ni en una inversión corriente ni que-
da disponible para el consumo. Por lo tanto, tiene que ser compensado con nuevas in-
versiones, cuya demanda es independiente del desgaste corriente del viejo equipo pa-
ra el cual se ha hecho la provisión financiera" (pág. 99).
Se hace necesaria, en esta forma, una mayor cantidad de nuevas inversiones para
hacer posible un nivel dado de ocupación.
9. "En Estados Unidos, por ejemplo, la rápida expansión de capital en los cinco años

470
RAÚL f>REBISCH
anteriores a 1929 condujo a una acumulación en escala tan considerable de fondos de
amortización y depreciación de equipos que aún no necesitaban renovación, que lle-
gó a requerirse un volumen de inversiones completamente nuevas para absorber tales
provisiones financieras".
"Hubiera sido casi imposible encontrar campo de aplicación para la ingente canti-
dad de ahorro nuevo que una comunidad rica habría estado dispuesta a realizar en con-
diciones de plena ocupación. Este solo factor hubiera sido suficiente para provocar una
depresión" (pág. 100). U na tendencia similar advertía Keynes en la Gran Bretaña al es-
cribir su libro en 1935.
En ambos países las inversiones de capital decayeron notablemente en la depresión
posterior a 1929, mientras que las distintas provisiones o deducciones por deprecia-
ción, desgaste, mantenimiento y reparación del capital existente prosiguieron en un al-
to nivel, de manera que las inversiones netas de capital se redujeron a cifras relativa-
mente exiguas.
10. Volviendo a nuestro punto, las provisiones financieras no van unidas necesa-
riamente a la creación física de capital, ya sea porque la "prudencia financiera" las cal-
cula con exceso, o porque el cálculo financiero y la operación física no coinciden en
el tiempo. En uno y otro caso, una parte de los ingresos del público que retoma a los
empresarios en pago de la producción. no vuelve a transformarse en nuevos ingresos,
puesto que los empresarios se abstienen de emplear los fondos en la producción físi-
ca de nuevo capital.
Cuando las provisiones exceden en realidad al desgaste físico y envejecimiento del
equipo de capital, el exceso corresponde a una parte del ingreso o beneficio neto de los
empresarios, que así deja de gastarse. En cambio, cuando el exceso comporta una sim-
ple falta de coincidencia en el tiempo. ocurre una verdadera desinversión de capital.
cuyo equivalente también deja de gastarse. Se opera así una contracción de ingresos
en la colectividad; y, por consiguiente disminuye su demanda conjunta "perjudican-
do su bienestar, como hay tantos ejemplos para atestiguarlo" (pág. 105).
11. Nos será más fácil comprender lo que antecede si reflexionásemos en que lacre-
ación de nuevo capital significa preparar anticipadamente un consumo futuro, como
que el objeto final de toda la actividad económica es el consumo. Pero esta prepara-
ción anticipada de un consumo futuro no puede extenderse indefinidamente. Cuanto
mayor sea la cantidad de capital acrecentado en esta forma, tanto más difícil será en-
contrar nuevas oportunidades para la preparación anticipada del consumo futuro.
Tiende así a debilitarse uno de los elementos que constituyen la demanda conjun-
ta, a saber, el gasto en inversiones. La demanda conjunta dependerá entonces de más
en más del gasto en consumo presente. Pero desgraciadamente, cuanto mayor es el in-
greso, mayor se vuelve el margen entre él y el consumo. "De manera que. a falta de un
nuevo expediente, no hay respuesta al enigma. a no ser que haya suficiente desocupa-
ción para hacemos tan pobres que nuestro consumo sólo sea inferior a nuestro ingre-
so en una cantidad equivalente a la preparación física del consumo futuro que resul-
ta conveni~nte producir ahora" (pág. 105).

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
471
En otros ténninos, el exceso de provisiones financieras tiende a disminuir el con-
sumo presente. Para mantener la demanda conjunta, y más aún, para acrecentarla, es
necesario preparar anticipadamente el consumo futuro en fonna de nuevas inversio-
nes. Pero estas nuevas inversiones sólo pueden sobrepasar a la desinversión que se ope-
ra de continuo en el capital, si los empresarios esperan que crecerá el consumo fatu-
ro.

Al debilitarse el consumo presente sólo es posible conseguir el equilibrio preparan-
do el consumo futuro. Con lo cual agravamos la dificultad de conseguir el equilibrio
futuro, pues en lo futuro nos será de más en más difícil encontrar oportunidad para nue-
vas inversiones que preparen anticipadamente el consumo. "La disminución de la pro-
pensión a consumir hoy sólo puede conciliarse con el interés público si se espera que
algún día aumente la propensión a consumir" (pág. 106).
En fin de cuentas, "el capital no es una entidad que pueda subsistir sin el consumo.
Por lo contrario. cada debilitamiento en la propensión a consumir considerado como
hábito permanente debe debilitar la demanda de capital tanto como la de consumo"
(pág. 106).
SEGUNDA PARTE. EL MULTIPLICADOR Y LAS INVERSIONES
l. Indo/e, magnitud y efectos del multiplicador
1. Hemos visto en la primera parte que la ocupación sólo puede aumentar parale-
lamente con las inversiones, a no ser que cambie la propensión a consumir. Ahora da-
remos un paso más adelante que forma parte integral de nuestra teoría de la ocupación: ·
explicaremos el multiplicador;
Dada la propensión a consumir y en determinadas circunstancia8, el multiplicador
de inversiones representa la relación definida entre el monto del ingreso conjunto y el
nivel de las inversiones.
El multiplicador también define la relación entre la ocupación conjunta y la ocupa-
ción en las industrias de inversión. En tal caso le llamaremos multiplicador de ocupa-
ción. Para simplificar supondremos que esta relación tiene la misma magnitud que en
el caso anterior, a pesar de que no existe una vinculación constante entre ocupación y
producción en todas las industrias.
También supondremos que las variaciones de la ocupación son un buen índice de
las variaciones del ingreso medido en unidades de salarios, al que consideraremos co-
mo expresión de las variaciones del ingreso real.
En consecuencia, en toda la teoría de Keynes estas variaciones del ingreso real re-
sultan de "aplicar cantidades diferentes de ocupación (esto es de unidades de trabajo)
a un determinado equipo de capital de manera que el ingreso real crece y decrece con
el número de unidades de trabajo ocupadas" (pág. 114).

472
RAÚL PREBISCH
El concepto de multiplicador surgió en 1931 a raíz de la preocupación de R. F. Kahn
de establecer una relación cuantitativa entre un incremento de inversiones y el incre-
mento resultante de ocupación.
2. Hemos visto, asimismo, que de acuerdo con nuestra ley psicológica normal,
cuando el ingreso de la comunidad aumenta o disminuye también lo hace el consumo
pero no con la misma rapidez.
A la relación entre el incremento de ingreso y el incremento de consumo le llama-
remos prope11sió11 marginal a consumir.
Esta relación o "cantidad es de considerable importancia, pues nos dice cómo el pró-
ximo incremento de producción (o ingreso) tiene que dividirse entre consumo e inver-
sión. Pues, el incremento de ingresos = al incremento de consumo+ el incremento de
inversión".
Por ejemplo, si el incremento de ingresos es 100 y se divide en 80 de incremento
de consumo y en 20 de incremento de inversiones, el incremento de ingresos resulta
ser 5 veces el incremento de inversiones. "De manera que podemos escribir: incremen-
tos de ingresos= k veces el incremento de inversiones" .
. . . ''Llamemos a k el multiplicador de i11versiones. Nos dice que cuando hay un in-
cremento de inversión conjunta, el ingreso crecerá en una cantidad que es k veces el
incremento de inversiones" (todo ello expresado en unidades de salarios) (pág. 115).
Lo mismo sucede con la ocupación. Si el multiplicador de ocupación es también de
cinco como en el ejemplo anterior "la ocupación total causada por un acrecentamien-
to de obras públicas será cinco veces la ocupación primaria absorbida por las mismas
obras públicas, siempre que no ocurra en otro sector una disminución de las inversio-
nes" (págs. 116 y 117).
3. Por otra parte, el incremento de ingresos resultante de las inversiones, de acuer-
do con el multiplicador, es indispensable para que el público pueda aumentar su can-
tidad de ahorro. En efecto, "un incremento de inversiones por los empresarios, en tér-
minos de unidades de salarios. no puede ocurrir si el público 110 está preparado para
aumentar su ahorro en términos de unidades de salarios" (pág. 117). "Es imposible
que la intención de los empresarios que han tomado dinero prestado para aumentar sus
inversiones, pueda hacerse efectiva ... más rápidamente que lo que el público decide
aumentar su ahorro" (pág. 82). Puesto que las inversiones tienen que ser necesariamen-
te iguales al ahorro, según se tiene dicho.
El público no ahorrará ordinariamente la cantidad necesaria a no ser que aumente
el ingreso. "Así, su esfuerzo para consumir una parte de los ingresos acrecentados es-
timulará la producción, hasta que el nuevo nivel y la distribución del ingreso prove-
an un margen de ahorro suficiente para corresponder a las inversiones acrecentadas.
El multiplicador nos dice en cuánto tendrá que crecer la ocupación para que resulte un
incremento de ingreso real suficiente para inducir al público a realizar el ahorro adi-
cional necesario. El multiplicador es un resultado de sus propensiones psicológicas ...
A no ser que estas propensiones sean distintas de lo que suponemos, el incremento de
ocupación en las inversiones debe necesariamente estimular las industrias que produ-

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
473
cen para el consumo y llevar así a un aumento total de la ocupación, que sea un múl-
tiplo de la ocupación primaria requerida por dicho incremento de inversiones" (págs.
117 y 118).
4. Es evidente que "cuanto mayor sea la propensión marginal a consumir, tanto ma-
yor será el multiplicador. y por lo tanto, mayor la influencia que sobre la ocupación ten-
drá un cambio determinado en las inversiones" (pág. 125). Por ejemplo, si la propen-
sión marginal a consumir es 90% del incremento de ingresos, el multiplicador será l O;
si es 80%, será 5 y si es 50% será 2.
Por consiguiente, si se consume casi todo un· incremento de ingreso, esto es si la pro-
pensión marginal a consumir no dista mucho de l 00% y el ahorro es muy escaso, "pe-
queñas fluctuaciones en las inversiones provocarán grandes fluctuaciones en la ocu-
pación; pero al mismo tiempo un incremento relativamente pequef\\o en las inversio-
nes llevará a la plena ocupación" (pág. 118).
Por lo contrario, si la propensión a consumir es pequeña, esto es, si la propensión
se acerca a cero, y el ahorro es en consecuencia muy grande, pequeñas fluctuaciones
en las inversiones provocarán también pequeñas fluctuaciones en el ingreso; y será ne-
cesario un gran incremento en las inversiones para lograr la plena ocupación. En tal ca-
so la cantidad de ocupación será poco variable, pero con un nivel posiblemente bajo
que sólo podrá elevarse con muy drásticos remedios.
"Esto parecería llevarnos a la conclusión paradójica de que una comunidad pobre,
en que la propensión marginal a consumir es elevada y el ahorro constituye por lo tan-
to una pequeña proporción del ingreso, estará sujeta a fluctuaciones más violentas que
cuando la propensión es más baja y el ahorro significa una mayor proporción del in-
. greso y por lo tanto el multiplicador es más pequefto" (pág. 125).
Pero no sucede así. Precisamente, por ser relativamente pequeftas las inversiones
en una comunidad pobre, sus fluctuaciones, por alto que sea el multiplicador, influyen
en forma relativamente poco intensa en las variaciones del ingreso. En cambio, en una
comunidad rica, en que las inversiones son de gran magnitud, sus variaciones afectan
intensamente el ingreso no obstante tener un multiplicador más bajo.
En la realidad la propensión marginal se encuentra más cerca de 100% que de ce-
ro, "con el resultado de que, en cierto sentido, tenemos lo peor de ambos mundos, las
fluctuaciones en la ocupación son considerables y, al mismo tiempo, el incremento de
inversiones necesario para conseguir plena ocupación es demasiado grande para que
pueda manejarse fácilmente" (pág. 118).
El multiplicador parece haber sido inferior a 3, y haber oscilado en tomo a 2,5 en
Estados Unidos, o sea que la propensión marginal a consumir no ha excedido de 60 a
70%, "cifra completamente aceptable para la expansión anterior a 1929, pero a mi jui-
cio probablemente muy baja para la depresión" (pág. 128). Si bien es posible que el
conservadorismo financiero de las corporaciones al efectuar provisiones excesivas,
haya impedido que crezca la propensión marginal a consumir como de otro modo ha-
bría ocurrido. "Sospecho que este factor pueda haber tenido un papel significativo en
la agravación de la reciente depresión en Estados Unidos" (pág. 128).

474
RAÚL PREBISCH
5. Naturalmente. a igual magnitud de inversiones, los efectos serán tanto más gran-
des cuanto mayor sea el multiplicador. Esto nos permite inferir que el empleo de un
determinado número de personas, cuando la desocupación es grande y el ahorro pe-
queño, aumentará intensamente la cantidad total de ocupación. Se comprende así que
aun los trabajos públicos de dudosa utilidad puedan ser muy convenientes en tiempos
de severa desocupación.
En cambio. "a medida que nos aproximamos a la plena ocupación. si es exacto que
la propensión a consumir declina constantemente. resultará de más en más engorroso
conseguir un determinado incremento de <x:upación conforme siguen aumentando las
inversiones" (pág. 127).
11. Aclaraciones sobre el multiplicador
6. Desde luego, el multiplicador no puede llevar la expansión del ingreso real más
allá de la plena ocupación. Traspuesto este punto, tendríamos un proceso de inflación
y el ingreso sólo aumentaría en forma nominal. Es lo que sucedería. en verdad. si se
consumiera íntegramente un determinado incremento de ingreso. esto es, si la propen-
sión marginal a consumir fuera igual a 100%: "Los precios aumentarían sin límites y
no habría punto de estabilidad" en el sistema (pág. 117). En el quinto artículo volve-
remos sobre este punto.
Si con una propensión a consumir menor que 100% se siguiera aumentando las in-
versiones después de llegarse a este punto los precios habrían subido juntamente con
el ingreso real a consecuencia de los rendimientos decrecientes.
7. Conviene hacer algunas aclaraciones acerca del cálculo del multiplicador. Nos
hemos referido hasta ahora al incremento neto de las inversiones, que es lo que ha de
considerarse en el multiplicador. Bien podría ocurrir, en efecto, que mientras el Esta-
do aumente las inversiones para combatir la desocupación, disminuyen otras inversio-
nes. ya sea por el alza del tipo de interés provocado por la financiación de aquéllas, o
por los efectos psicológicos desfavorables de esta política sobre la preferencia de li-
quidez o la eficiencia marginal del capital.
Asimismo, el multiplicador disminuye en un sistema económico abierto. que tie-
ne relaciones de comercio exterior. Pues una parte del incremento de consumo corres-
ponderá a artículos importados. razón por la cual habrá que excluirla del multiplica-
dor si se trata de medir el efecto local de las inversiones.
En esta forma, una determinada variación de la'> inversiones provocará fluctuacio-
nes tanto menores en la ocupación cuanto más importante sea el papel que desempe-
ñe el comercio exterior. Pero al repercutir en otros países los efectos de las mayores
importaciones del país en que aumentan las inversiones y mejorar así la situación eco-
nómica de ellos. aumentarán también sus compras al país en cuestión, con lo cual és-
te podrá recuperar parte de las filtraciones de ingresos que había experimentado por
su incremento de importaciones.

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
475
Finalmente, la propensión marginal a consumir suele desplazarse cuando ocurren
cambios de gran magnitud en la situación económica. Lo mismo sucede, entre otros
casos, cuando al decrecer los rendimientos en períodos cortos aumenta la proporción
de ingreso que en forma de beneficios corresponde a los empresarios, cuya propensión
a consumir es probablemente menor que la del promedio de la colectividad. Es obvio
que el multiplicador tendrá entonces que alterarse.
8. Hasta ahora hemos supuesto implícitamente que el aumento en las inversiones
ha sido previsto por las industrias de consumo con la anticipación suficiente para au-
mentar su producción paralelamente con las industrias de capital; No habría otra con-
secuencia sobre los precios que la resultante del rendimiento decreciente, conforme
aumenta la cantidad producida.
Pero si tal aumento en las inversiones no hasido previsto. sus efectos ocurrirán en .
el curso del tiempo. En tal caso hay que considerar dos puntos: primero, "la expansión
en las industrias de capital no tiene un efecto instantáneo de igual magnitud en la in-
versión conjunta, sino que causa un aumento gradual de esta última ... Así ocurren una
serie de incrementos ... eri períodos sucesivos en un inteIValo de tiempo" (pág. 123).
Segundo, la propensión marginal a consumir se aleja momentáneamente de su valor
normal en esos períodos sucesivos, esto es, "de los valores que habría tenido si la ex-
pansión hubiera sido prevista y de lo que será cuando la comunidad se haya acomo- ·
dado a un nuevo nivel de inversiones" (pág. 123).
Es lógico que, si el aumento no ha sido previsto, no habrá aumento alguno en la pro-
ducción de artículos de consumo en el primer momento. "El esfuerzo de los nuevos
ocupados en las industrias de capital para consumir una proporción de sus ingresos
acrecentados, elevará los precios de los artículos de consumo hasta que se llegue a un
nuevo equilibrio temporalentre la oferta y la demanda" (pág. 123).
El equilibrio se restablece, en parte, al posponerse el consumo debido a los altos pre-
cios, con lo que se reduce transitoriamente la propensión a consumir y por lo tanto el
multiplicador. Y, en parte, porque los altos precios provocan la disminución de las
existencias de mercaderías. o seauna desinversión que disminuye el resultado neto del
incremento de inversión en las industrias de capital: el multiplicando no crece eviden-
temente tanto como dicho incremento.
Pero con el tiempo las industrias de consumo aumentan su producción. Y cuando
se satisface el consumo pospuesto, aumenta más allá de su nivel normal la propensión
a consumir, para compensar su disminución anterior; y vuelve eventualmente a dicho
nivel normal. Al mismo tiempo, al restaurarse las existencias de mercaderías, el incre-
mento de inversiones excede temporalmente al de las inversiones en las industrias de
capital. "El mismo efecto tiene temporalmente el incremento de capital circulante co-
rrespondiente a la mayor producción" (pág. 124).
No hay razones, sin embargo, para suponer que este proceso de adaptación de las
industrias de consumo a la nueva situación tome más que un breve intervalo de tiem-
po, a no ser que ya estuviesen trabajando a plena capacidad y fuese necesario ensan-
char su planta.

476
RAÚL PREBISCH
Pero nada de esto invalida la teoría del multiplicador. El hecho de que una expan-
sión no prevista en las industrias de capital desarrolla gradualmente sus efectos tiene
importancia en particular en el examen del ciclo económico. "Pero ello no afecta en
modo alguno el significado de la teoría del multiplicador que se ha explicado; ni la
vuelve inaplicable como indicación del beneficio total que ha de esperarse en la ocu-
pación a raíz de la expansión en las industrias de capital" (pág. 124). Por lo tanto, "la
teoría lógica del multiplicador se cumple continuamente, sin retardo. en todos los mo-
mentos del tiempo ... " (pág. 122). Así lo afirma categóricamente nuestro autor, si bien
no ofrece otros argumentos para demostrarlo que los que acaba de mencionar suscin-
tamente.
lll. El multiplicador y los conceptos clásicos sobre el ahorro
9. De la teoría keynesiana del multiplicador, se desprenden ciertos conceptos sobre
el significado del ahorro que difieren sustancialmente de las enseñanzas clásicas. El
incremento de inversiones genera la creación de una cantidad equivalente de ahorro
mediante el crecimiento de los ingresos. Las inversiones promueven el ahorro y no el
ahorro las inversiones. El ahorro no trae consigo nuevas inversiones, y si éstas no au-
mentan por otras causas, aquél provocará necesariamente la contracción en la activi-
dad económica.
Los razonamientos clásicos sólo tienen validez en el caso de plena ocupación. Pe-
ro la realidad no es esa. La plena ocupación es excepcional; y el ahorro "depende de
la medida en que la tasa de interés sea favorable a las inversiones, teniendo en cuen-
ta la eficiencia marginal del capital" (pág. 112). "Ni la virtud ni el vicio" desempeñan
papel alguno en el nivel del ahorro y de los gastos de una colectividad. No dependen
del espúitu de previsión, del cálculo sobre el futuro, del orgullo, la avaricia o cualquie-
ra de los otros rasgos psicológicos que influyen sobre la actitud de los individuos, las
corporaciones o el Estado en esta materia.
Sin embargo, si se logra manejar la tasa de interés en forma que permita mantener
continuamente la plena ocupación, "la virtud retomaría su imperio" (pág. 112) y el ni-
vel del ahorro de la colectividad -y por lo tanto el ritmo de la acumulación del capi-
tal- dependerían de los distintos factores subjetivos que influyen sobre la propensión
a consumir. Keynes y los clásicos se pondrían nuevamente de acuerdo.
Naturalmente, Keynes no desconoce la influencia de estos factores sobre el ahorro
individua/ antes de la plena ocupación, según se vio en otro capítulo. Pero el ahorro
conjunto
de una colectividad sólo depende de su ingreso conjunto y éste del monto de
sus inversiones.
10. Si un aumento en la tasa de interés induce a ahorrar más a algunos individuos,
no por ello aumenta.r:í la cantidad total que se ahorra. Por lo contrario, disminuirá.
"Desde que el ahorro conjunto está gobernado por la inversión conjunta, el alza en la
tasa de interés provocará el descenso de las inversiones, siempre que no vaya acom-

LA PROPENSIÓN A CONSUMIR
477
pañada de un aumento correspondiente en la tabla de la demanda de capital. De ahí que
la elevación de la tasa de interés tendrá el efecto de comprimir el ingreso hasta un ni-
vel en que el ahorro haya disminuido en la misma medida que la inversión" (pág. 110).
"Cuanto más virtuosos seamos, cuanto mayor sea nuestra determinación de frugalidad
y nuestra obstinación ortodoxa en las finanzas públicas y privadas, tanto más tendrán
que bajar nuestros ingresos si la tasa de interés se eleva en relación a la eficiencia mar-
ginal del capital. La obstinación sólo puede merecer castigo y no recompensa. Pues el
resultado es inevitable" (pág. 111).
Es lógico que así como el incremento de las inversiones, en virtud del multiplica-
dor, provocará el de los ingresos en la medida necesaria para hacer crecer el ahorro has-
ta el nuevo nivel de dichas inversiones, su decrecimiento hará disminuir el ingreso has-
ta que el nivel del ahorro se iguale con el de las inversiones. De tal modo que cuando
el alza del tipo de interés disminuye las inversiones, se reduce también el consumo sin
que por ello haya más margen para el ahorro, pues el ahorro y el consumo disminu-
yen al descender los ingresos.
Lo mismo sucede si al disminuir la propensión a consumir aumenta la cantidad de
ahorro que los individuos desean realizar sin que crezca paralelamente la cantidad de
inversiones.
11. Tal es la naturaleza del ahorro. Porque si bien el ahorro significa abstenerse de
un consumo presente, no por ello se crea un consumo futuro que compense a la deman-
da conjunta de esa disminución. "Para decirlo así, un acto de ahorro individual signi-
fica la decisión de no almorzar hoy. Pero ello 110 requiere la decisión de almorzar o de
comprar zapatos dentro de una semana o dentro de un año o en cualquier época deter-
minada. Por donde el acto individual de ahorro deprime la actividad de preparar el al-
muerzo de hoy si11 estimular la actividad de prepararlo para un acto de consumo futu-
ro. No es una sustitución de una demanda presente de consumo por una demanda fu-
tura de consumo: es u11a dismi11ució1111eta de tal demanda. Además, los empresarios
basan de tal modo su expectativa del consumo futuro sobre la experiencia corriente del
consumo presente, que una reducción de este último deprimirá probablemente al pri-
mero" (pág. 210). De ello resulta que el acto de ahorrar no sólo afecta los precios de
los artículos de consumo, al reducir su demanda, sino que también tiende a afectar pro-
bablemente la eficiencia marginal del capital sobre la que tanto influyen las conjetu-
ras sobre el consumo futuro. En tal caso, el ahorro propende también a reducir la de-
manda presente de inversiones, con las consecuencias ya señaladas.
En otros términos, la decisión individual de ahorrar no comporta dar una ordenan-
ticipada de producción de artículos para el consumo futuro, sino la mera e ncelación
de una orden presente. ''Por lo tanto, desde que la estimación conjetural del consumo
es la sola razón de ser de la ocupación, no habría nada de paradojal en afirmar que la
disminución de la propensión a consumir tiene un efecto dcpresi vo sobre la ocupación,
si no cambian otros datos del problema" (pág. 211).
"La idea absurda, aunque casi universal, de que un acto de ahorro individual es tan
bueno para la demanda efectiva como un acto de consumo individual, se alimenta en

478
RAÚL PREBISCH
la falacia ... de que el mayor deseo de tener riqueza, por lo mismo que equivale al de-
seo de poseer mayores inversiones, estimulará la demanda de éstas y por lo tanto su
producción; de manera que el ahorro individual promueve las inversiones en la medi-
da en que disminuye el consumo presente" (pág. 211).
12. El deseo individual de aumentar el ahorro provoca la desocupación y la contrac-
ción del ingreso cuando no va acompañado de nuevas inversiones, que, por cierto, no
tiene la virtud de engendrar. No es extraño, pues. que aun las inversiones extravagan-
tes puedan en tales casos ser útiles a la colectividad.
"Si el Tesoro Público llenara viejas botellas con billetes, enterrándolas. junto con
desperdicios de las ciudades, a profundidades apropiadas en minas de carbón abando-
nadas, y dejara a la actividad privada desenterrarlas de acuerdo con principios bien pro-
bados de laissezfaire, no habría más desocupación. Y serían tales las repercusiones,
que el ingreso real de la comunidad y también su riqueza de capital, se volverían pro-
bablemente mucho mayores de lo que son actualmente. Por supuesto que sería mejor
construir casas y otras cosas útiles. Pero si hay dificultades políticas y prácticas para
hacerlo, lo que acaba de decirse sería mejor que nada" (pág. 129).
"La analogía entre este expediente y las minas de oro del mundo real es completa.
En épocas en que puede lograrse oro a profundidades apropiadas. la experiencia de-
muestra que la riqueza real del mundo crece rápidamente; y que cuando hay poco oro
disponible nuestra riqueza sufre y declina" .
.. . "Así como las guerras han sido las únicas formas de gastos con empréstitos en
gran escala que los estadistas han creído justificables, las minas de oro han sido el úni-
co pretexto para cavar agujeros en la tierra aceptado por la banca y la finanza sana; y
cada una de esas actividades ha tenido su parte en el progreso a falta de otra cosa me-
jor" (pág. 130).
"El antiguo Egipto tuvo la doble fortuna de poseer dos actividades a las que indu-
dablemente debió su fabulosa riqueza: la construcción de pirámides y la busca de me-
tales preciosos, cuyos frutos, inapropiados como eran para el consumo humano no su-
frían menosprecio por su abundancia. La Edad Media construyó catedrales y cantó mi-
sas para los muertos. Dos pirámides, dos funerales, son tan buenos como uno. Pero no
tanto dos ferrocarriles de Londres a York".
"Pero nosotros somos tan sensibles y tratamos en tal forma de aparentar prudencia
financiera cavilando mucho antes de aumentar las cargas financieras de los hombres
de la posteridad haciéndoles casas para que vivan en ellas, que no encontramos fácil
escape a los sufrimientos de la desocupación" (pág. 131 ).

120
EL SISTEMA TEORICO KEYNESIANO Y SUS
PROYECCIONES ECONOMICAS Y SOCIALES*
PRIMERA PARTE. EsQUEMA DE LA TEOIÚA KEYNESIANA
l. Cómo las variables independientes determinan el ingreso y la ocupación
l. Estamos ahora en condiciones de presentar en síntesis la teoría general de Lord
Keynes. Agrupemos primero los elementos determinalltes del sistema econónmico en
tres órdenes: las condiciones que supondremos dadas, por estar sujetas a cambios len-
tos que no afectan nuestro problema; las variables independientes y las variables de-
pendientes.
Tomamos como condiciones dadas: "la cantidad y destreza del trabajo disponible;
la calidad y cantidad del equipo existente; el estado de la técnica; el grado de compe-
tencia; los gustos y costumbres de los consumidores; la resistencia al trabajo en sus di-
ferentes clases, incluidas las actividades de organización y supervisión; y la estructu-
ra social, que abarca todas las otras fuerzas que determinan la distribución del ingre-
so nacional fuera de nuestras variables" (pág. 245). La variables independientes son:
a) La propensión psicológica a consumir.
b) "Las conjeturas psicológicas sobre el futuro rendimiento de los capitales". La ta-
bla de la eficiencia marginal del capital depende en parte de esta variable y. en parte.
de la cantidad de equipo existente y de las condiciones físicas de su producción, que
están comprendidas en las condiciones dadas.
c) "La actitud psicológica hacia la liquidez".
d) "La cantidad de dinero determinada por los Bancos Centrales". De esta variable
y la precedente depende la tasa de interés.
Estas cuatro variables independientes determinan las variables dependientes, asa-
ber, el volumen de ocupación y el ingr,eso o dividendo nacional. cuyas variaciones son
concomitantes aunque no de igual intensidad.
• N. del Ed. Publicado en Boletín del Banco Central de Veneruela: VI, N2 26-27, abril-mayo de 1947,
págs. 21-28. Material de este capítulo fue utilizado por el autor en su obra Introducción a Keynes, Méxi-
co, 1947, caps. IX, X y XI.

480
RAÚL PREBISCH
Sólo nos limitaremos a mencionar entre las variables independientes "la unidad de
salarios resultante de los convenios entre empresarios y trabajadores", pues sus varia-
ciones han sido eliminadas al expresar en unidad de salarios la ocupación y el ingre-
so.
La división que hemos hecho entre condiciones y variables es arbitraria desde un
punto de vista absoluto; pero tiene la ventaja de permitirnos destacar los elementos cu-
yas variaciones influyen principalmente sobre el ingreso nacional y "elegir los que
pueden ser deliberadamente controlados o regulados por la autoridad central en la cla-
se de sistema en que vivimos en lo presente" (págs. 246 y 247).
2. De las cuatro variables independientes, tres actúan sobre las inversiones; y las in-
versiones, conjuntamente con la variable restante. determinan el ingreso nacional. La
forma en que todas ellas se combinan es la siguiente:
La cantidad de dinero y la actitud psicológica hacia la liquidez, por un lado, y las
conjeturas psicológicas sobre el rendimiento probable del capital, por otro, hacen cre-
cer o decrecer el volumen de las inversiones hasta que el tipo de interés y la eficien-
cia marginal del capital coincidan aproximadamente. Y la propensión psicológica a
consumir, al darnos la magnitud del multiplicador de inversiones, se conjuga con és-
tas para determinar el volumen del ingreso nacional.
Finalmente, si suponemos en una primera aproximación que el multiplicador de in-
versiones es igual al multiplicador de ocupación, nuestras variables independientes de-
terminarán en la misma forma el volumen de ocupación.
Cualquier alteración de estas variables, al influir sobre las inversiones o el multi-
plicador. modificará la magnitud del ingreso, flevándolo a una nueva posición de equi-
librio.
3. Hay que tener en cuenta, ciertamente, algunas repercusiones del proceso que in-
fluyen sobre la posición de equilibrio. Por ejemplo al aumentar el ingreso y la canti-
dad de dinero. es probable que varíe también la tabla de preferencia de liquidez por ha-
berse alterado las conjeturas sobre el futuro.
Asimismo "una reducción en la tasa de interés estimulará las inversiones; pero si
baja simultáneamente con mayor intensidad la eficiencia marginal, no ocurrirá talco-
sa. Un aumento en las inversiones propenderá a hacer crecer la ocupación: salvo que
al mismo tiempo disminuya la propensión a consumir. Finalmente, si aumenta la ocu-
pación los precios se elevarán en parte por los rendimientos decrecientes y en parte por
el ascenso de la unidad de salarios de dinero. Y cuando la producción ha aumentado
y los precios han subido. será necesario aumentar la cantidad de dinero para mantener
una determinada tasa de interés" (pág. 173).
Estas y otras repercusiones, y la forma imprevista y a veces intensa en que se mo-
difican las variables, explican la extrema complejidad con que ocurren los hechos. Sin
embargo, encontraremos que esos hechos son más manejables sí nos servimos de nues-
tro esquema de variables. despejando así el terreno para que trabaje mejor "nuestra in-
tuición práctica que puede tomar en cuenta un complejo más detallado de hechos que
los susceptibles de tratarse mediante principios generales" (pág. 249).

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
481
!l. Características de las variables que propenden a la estabilidad del sistema
4. Tal es la síntesis de la teoría general de Keynes. Para explicar, sin embargo, los
fenómenos reales del sistema económico debemos tratar de averiguar ciertas caracte-
rísticas de nuestras variables independientes que, si bien no son lógicamente necesa-
rias
dentro del sistema, la experiencia nos demuestra que tienen importancia concre-
ta.

Dentro de la teoría general, en efecto, cabe la posibilidad lógica de una violenta in-
estabilidad del sistema económico. Pero no sucede así en realidad. Las fluctuaciones
tienden a agotar su propio impulso antes de llegar a grandes extremos, hasta invertir
el sentido en que ocurre movimiento. En esto se basa precisamente la explicación de
las fases pendulares del ciclo económico.
Examinemos nuestras variables, para ver si existen características que nos expli-
quen esta forma especial de los hechos dentro de nuestra teoría general.
5. Tomemos primeramente la propensión a consumir. Si fuera muy grande y, en
consecuencia muy elevado el multiplicador, "un aumento de las inversiones, por pe-
queño que fuere, engendraría un movimiento acumulativo de la demanda efectiva de
tal amplitud que se llegaría a la plena ocupación; en tanto que una disminución de las
inversiones, provocaría un movimiento acumulativo de descenso hasta que no queda-
ra nadie ocupado ... La ocupación fluctuaría pues entre cero y la plenitud ... Sin em-
bargo la experiencia nos demuestra que nos encontramos en una posición interme-
dia ... Por lo que es evidente que el multiplicador, aunque exceda la unidad, no es enor-
memente grande en circunstancias normales" (pág. 251).
Esto nos demuestra que la propensión a consumir no es muy intensa, y que "incues-
tionablemente se cumple nuestra ley psicológica" (pág. 252), según la cual "el consu-
mo se expande cuando aumenta el ingreso real, pero en menor cantidad que este au-
mento: y que se contrae cuando disminuye el ingreso real, pero en menor cantidad que
esta disminución" (pág. 251).
Esta característica de la propensión a consumir propende pues a la estabilidad del
sistema.
6. En segundo lugar consideremos la eficiencia marginal del capital y el tipo de in-
terés, los cuales dependen de sus respectivas variables psicológicas. La experiencia
también nos demuestra que un cambio moderado en estas variables no implica "un
cambio indefinidamente grande en el volumen de inversiones" (pág. 252). Esto se de-
be probablemente a que al aumentar intensamente la producción de equipos de capi-
tal, en respuesta a dichas inversiones, sube su costo por ser limitada la cantidad de los
equipos primarios que sirven para producirlos. Así se explica también que las rápidas
alteraciones en el rendimiento probable del capital, debidas a grandes inversiones o a
cambios intensos en las estimaciones conjeturales, no provoquen una inestabilidad
muy grande en el sistema.
7. En tercer lugar, la experiencia nos demuestra también que ha de haber cierta ley

482
RAÚL PREBISCH
psicológica según la cual los trabajadores no tratan de conseguir un salario en dinero
mucho mayor cuando mejora la ocupación, ni permiten una reducción muy grande an-
tes que sufrir alguna desocupación" (pág. 253). Esto tiende más bien a moderar las os-
cilaciones de los precios más que las de la ocupación. De no operar esa ley, habría una
violenta inestabilidad de los precios a causa de las variaciones de los salarios. Volve-
remos a este punto al ocupamos de los salarios.
· 8. Finalmente, mencionaremos otra característica que no se refiere a las variables
psicológicas como en los casos anteriores, ni propende tampoco a la estabilidad del sis-
tema, sino más bien a sus alternativas de receso y recuperación. Se basa en el supues-
to de que los bienes de capital tienen distintas edades y se desgastan en un tiempo que
no es muy largo. "De manera que si el nivel de inversiones cae por debajo de un mí-
nimo es sólo cuestión de tiempo la elevación de la eficiencia marginal del capital en
la medida suficiente para estimular la recuperación de las inversiones, siempre que no
ocurran grandes fluctuaciones en otros factores. Del mismo modo, cu:mdo crecen las
inversiones, es sólo cuestión de tiempo el descenso de la eficiencia marginal en la me-
dida suficiente para provocar un receso si no sobrevienen factores compensadores"
(pág. 254). Tal es la razón por la que los movimientos de recuperación y receso tien-
den con el tiempo a invertirse.
9. Las cuatro características a que acabamos de referimos nos explican este rasgo
significativo de nuestra realidad: "oscilamos alrededor de una posición intermedia
evitando las más graves fluctuaciones extremas de la ocupación y los precios en am-
bos sentidos, y esa posición intermedia se encuentra a una distancia tan apreciable de
la plena ocupación como del mínimo de ocupación más allá del cual no podría decli-
narse sin peligrar la vida" (pág. 254).
No se interprete sin embargo que esa posición es la consecuencia de una ley natu-
ral. Que ocurra en el mundo tal cual es o tal cual ha sido no significa necesariamen-
te que ha de ocurrir lo mismo en el que pudiera ser.
SEGUNDA PARTE. APLICACIÓN DEL ESQUEMA A LOS SALARIOS Y LOS PRECIOS
l. Los cambios e11 los salarios y la ocupaci611
1. En opinión de los clásicos la flexibilidad de los salarios es indispensable para que
el ajuste espontáneo del sistema económico lo conduzca siempre al equilibrio. La ri-
gidez de los salarios es causa de desequilibrio.
Cuando hay desocupación, la rebaja de salarios hace descender los precios y esti-
mula la demanda y la ocupación hasta el punto en que los salarios en dinero apenas
compensan la productividad marginal del trabajo. Como se recordará, ésta decrece
conforme aumenta la ocupación, dado un equipo determinado de capital.

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
483
Esto sería correcto si pudiéramos demostrar que la demanda efectiva, mientras dis-
minuye por efecto directo de la rebaja de salarios, aumenta con mayor fuerza por efec-
to indirecto; y hace crecer así la ocupación y el ingreso conjunto.
2. Para averiguarlo,· Keynes usa su esquema de variables, según el cual la ocupa-
ción sólo puede crecer si aumenta la propensión a consumir o si se estimulan las in-
versiones. ¿Tiene esos efectos la rebaja de salarios?
En cuanto a la propensión a consumir es probable que más bien disminuya. pues se
benefician los empresarios y rentistas, que suelen tener más baja propensión, a expen-
sas de los trabajadores.
En cuanto a las inversiones, su aumento depende de conjeturas más favorables acer-
ca del rendimiento futuro del capital, o de la rebaja de la ta~a de interés.
Las conjeturas podrían volverse más favorables si los empresarios supieran que,
con la rebaja. los salarios llegan a su punto mínimo y que es probable que vuelvan a
subir más adelante encareciendo nuevamente los costos. Esto sólo es concebible en pa-
íses con gobiernos autoritarios en que todos los salarios pueden reducirse simultáne-
amente por decreto administrativo. Pero en los otros países las rebajas se operan por
cambios graduales e irregulares, sin que pueda saberse si son o no finales; y están ge-
neralmente acompañadas de contiendas desastrosas entre empresarios y trabajadores,
que perturban la confianza. Es, pues, poco probable que la rebaja de salarios favorez-
ca las conjeturas sobre el rendimiento del capital y. por lo tanto, contribuya a alentar
las inversiones.
3. Sólo nos queda ahora el posible efecto de la rebaja sobre la tasa de interés. Ha-
bría algo que esperar aquí desde el punto de vista lógico, si bien desde el punto de vis-
ta práctico tendríamos que rechazar asimismo esta política.
Lógicamente, si la cantidad de dinero es virtualmente fija y disminuye en forma no-
minal el ingreso por la baja de los salarios y los precios, aumenta la cantidad de dine-
ro en relación al ingreso. Tal aumento relativo de la cantidad de dinero haría bajar la
tasa de interés. Por lo tanto lograríamos los mismos efectos sobre la tasa "reduciendo
los salarios y dejando intacta la cantidad de dinero, que aumentando el dinero y dejan-
do intactos los salarios" (pág. 266).
Si fuera posible lograr la rebaja de salarios por acción concertada, evitando sus re-
percusiones desfavorables en el estado de confianza, obtendríamos efectos similares
a los de una política bancaria tendiente a influir sobre la tasa de interés. Sólo que ha-
bríamos transferido la regulación monetaria del sistema bancario a los sindicatos obre-
ros.
Por lo demás, esta política de salarios tendría las mismas limitaciones que la polí-
tica monetaria. "Un aumento moderado en la cantidad de dinero puede ser insuficien-
te para influir en forma adecuada sobre la tasa de interés a largo término; y un aumen-
to inmoderado corre el riesgo de neutralizar sus buenos efectos al perturbar el estado
de confianza. Del mismo modo, una rebaja moderada en los salarios en dinero puede
resultar inadecuada. mientras que una rebaja inmoderada, aun cuando fuera practica-
ble. podría trastornar la confianza" (pág. 267).

484
RAÚL PREBISCH
4. Sería gran necedad preferir una política flexible de salarios a una política mone-
taria flexible más fácil de aplicar.
Si los salarios en dinero fueran inflexibles, las variaciones de los precios se debe-
rían principalmente a las variaciones de la productividad, conforme varía el volumen
de la producción del equipo existente. Salvo, es claro, los artículos administrados o
monopolistas, cuyos precios obedecen a otras consideraciones además del costo pri-
mo marginal. En esta forma la disminución de productividad afectaría equitativamen-
te a todas las clases sociales; y sólo una persona injusta podría inclinarse hacia una po-
lítica de salarios flexibles; a no ser que se demuestre ventajas que no vemos por aho-
ra.
5. Tal es la posición keynesiana si se trata de un sistema económico cerrado. En un
sistema abierto, como existe en realidad, sería necesario recurrir a las fluctuaciones del
cambio a fin de mantener el equilibrio con el resto del mundo y sin que la rebaja de sa-
larios en otros países perturbe el sistema interno de precios.
6. La política de salarios inflexibles nos daría un grado satisfactorio de estabilidad
de los precios, mucho mayor, desde luego, que con la política contraria. El nivel de pre-
cios sólo cambiaría en cortos períodos por influencia de la productividad sobre el cos-
to primo marginal. Pero como la productividad marginal cambia intensamente con las
fluctuaciones en la ocupación, no habría estabilidad de precios hasta que logremos evi-
tar estas fluctuaciones.
En períodos largos. los precios dependerán de las modificaciones del costo por la
renovación y aumento de los equipos y las innovaciones técnicas. Queda por elegir la
política a seguir en este caso: dejar caer suavemente los precios manteniendo fijos los
salarios, o dejar subir los salarios manteniendo fijos los precios. Keynes prefiere la úl-
tima alternativa. Es más fácil mantener la ocupación cercana a su plenitud cuando los
salarios tienden a subir, por su efecto sobre los rendimientos conjeturales; y hay ade-
más cierto estímulo psicológico en la tendencia moderada al aumento de salarios. Asi-
mismo, el alza gradual de los precios disminuye la carga de las deudas, con evidente
ventaja social, y facilita el ajuste de las industrias que decaen y prosperan. Pero no hay
cuestiones esenciales de principio en esta discusión.
ll. La teorfa de los precios y la cantidad de moneda
7. Es singular el dualismo de los clásicos. Mientras se mantienen en lateorfa del va-
lor y la distribución nos dicen que los precios están determinados por las condiciones
de la demanda y de la oferta, regida esta última por el costo marginal. Pero al pasar lue-
go a la teorfa de la moneda y los precios abandonan esos conceptos inteligibles y nos
sumergen en un mundo en que los precios dependen de la cantidad de moneda y de la
forma en que ella se comporta.
No se ha hecho el esfuerzo para reconciliar esas teorías que responden, por lo de-
más, a una falsa divjsión. Más lógica pareciera la separación entre la teoría de la in-

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
485
. dustria o empresa individual y la teoría de la producción y ocupación de la industria
en su conjunto.
Corresponde a la primera averiguar la forma en que se distribuye una determina-
da cantidad de ocupacióJl y se establecen las remuneraciones de los distintos factores,
dadas sus respectivas cantidades, y los precios de los productos resultantes. En tánto
que a la segunda conciernen lasfluctuaciones de la ca11tidad de ocupación y los fac-
tores que las determinan.
La teoría individual es una teoría del equilibrio estacionario a la cual no le intere-
san las características de la moneda. Mientras que la teoría conjunta es una teoría del
equilibrio cambiante en que es indispensable introducir el concepto de moneda.
En el mundo real, según nuestro esquema de variables, las decisiones de los empre-
sarios acerca de la magnitud de la ocupación que más les convenga, dependen de las
estimaciones psicológicas del futuro. Y esas estimaciones actúan sobre la ocupación
mediante las variaciones de la cantidad de moneda. de las cuales depende la tasa de in-
terés y por tanto el nivelde las inversiones. En eso radica la importancia de la mone-
da: "es un artículo sutil para vincular el presente con el futuro" (pág. 294 ). Y no por
introducirlo en una teoría del equilibrio cambiante deja de ser ésta una teoría del va-
lor y la distribución para convertirse en una teoría del dinero.
·
8. Vamos a examinar ahora cómo actúan las variaciones del dinero y qué efectos
tienen sobre los precios.
Un determinado incremento en la cantidad de dinero, conjuntamente con las pre-
ferencias de liquidez. modifica la tasa de interés. La conjunción de la nueva tasa con
la eficiencia marginal del capital determina.el nuevo volumen de inversfones. Y esto
.unido al multiplicador, determina el nuevo volumen de ingreso. Supongamos· por un
momento. que durante este proceso no se altera la unidad de salarios mientras haya des-
ocupados y que el trabajo de éstos es homogéneo y aplicable a cualquier género de pro-
ducción. En tal caso "un aumento en la cantidad de dinero no tendrá efecto alguno so-
bre los precios; y la cantidad de ocupación crecerá en proporción exacta al aumento
de demanda efectiva creado por el incremento en la cantidad de dinero".
"Pero tan pronto como se llega a la plena ocupación, los salarios y precios aumen-
tarán' en proporción exacta al aumento de demanda efectiva" (pág. 295). por cuanto ya
no es posible seguir aumentando la producción.
Podríamos enunciar así una teorfa cuantitativa de la moneda, si esos supuestos tan
simples no nos alejasen demasiado de la realidad. Para volvemos a acercar a ella de-
bemos introducir varias complicaciones que hacen variar los costos y precios e impi-
den que la demanda efectiva crezca proporcionalmente a la cantidad de dinero.
9. LOs costos, y por tanto, los precios varían principalmente en dos formas a medi-
da qµe aumenta la ocupación:
Primero, por la productividad decreciente del trabajo, dado el equipo de capital
existente, ya sea por el trabajo en sí o por la limitación de dicho equipo; si suponemos
un intervalo suficiente para que aumente la cantidad de e.quipo, el decrecimiento de la·
productividad será menos intenso.

486
RAÚL PREBISCH
Segundo, por la tendencia de la unidad de salarios a subir; el aumento no ocurre con-
tinuamente, sino de tiempo en tiempo, según la psicología de los trabajadores y lapo-
lítica de los empresarios y los sindicatos; y podría considerarse, desde cierto punto de
vista, como un fenómeno de semii11flaci611 que tiene alguna analogía con el de infla-
ción que veremos más adelante.
Además, los precios están sujetos a influencias de otra índole, ya sea por el tiem-
po que la producción requiere para responder al incremento de la demanda. o por la dis-
paridad en los recursos indispensables para hacerlo.
El período de producción tiene importancia en lo que respecta al tiempo. En algu-
nos productos es prácticamente imposible aumentar su producción con rapidez cuan-
do crece la demanda, a no ser que haya existencias sobrantes y exceso de capacidad
productiva en cada fase del proceso. Pero cuando se agotan los sobrantes la produc-
ción no podrá ampliarse sin cierto retardo. "Por estas razones es imposible la perfec-
ta estabilidad de los precios en una economía sujeta a cambios; salvo que exista algún
mecanismo peculiar que provoque fluctuaciones compensadoras en la propensión a
consumir" (pág. 288). Los aumentos de beneficios resultantes de esta inestabilidad de
los precios no tienen, sin embargo, por qué estimular inversiones excesivas que dila-
ten innecesariamente la capacidad productiva. Puesto que dichos aumentos correspon-
den sólo a aquellos empresarios que han tenido la suerte de encontrarse con existen-
cias de artículos en etapa avanzada de producción, sin que los otros empresarios pue-
dan hacer nada para atraer tales beneficios hacia sus empresas. por no estar en tales con-
diciones favorables. En consecuencia, no ha de inferirse equivocadamente que "toda
desviación temporal de la estabilidad de precios provoca necesariamente un desequi-
librio acumulativo" (pág. 289), pues los beneficios con que favorece a los empresarios
no son precisamente de la índole que les incita a exagerar sus inversiones de capital.
Por otra parte, la disparidad de recursos productivos suele ser tal, que, así que se
acrecienta la producción. se agotan algunos recursos y ciertos artículos no pueden se-
guir aumentando en cantidad, mientras hay aún abundancia de otros recursos. Los pre-
cios de estos artículos escasos suben en la medida necesaria para que la demanda se
desvíe en otro sentido.
El alza de los precios originada en las distintas formas que acaban de verse absor-
be una parte de la demanda efectiva. En otros términos, "la demanda efectiva se gas-
ta, parte en aumentar el nivel de ocupación y parte en elevar el nivel de precios" (pág.
296). El crecimiento de la ocupación no es, pues, exactamente proporcional al aumen-
to de la demanda efectiva.
10. Asimismo, acontecen otras repercusiones que nos alejan más del caso simple
que expusimos como punto de partida. La eficiencia marginal no permanece invaria-
ble, por cuanto las conjeturas acerca de la política monetaria futura, en las circunstan-
cias en que ocurre el incremento de dinero, pueden influir sobre la estimación de los
rendimientos probables del capital; y el multiplicador se ve afectado por la forma en
que el incremento de ingresos provocado por la mayor demanda efectiva se distribu-
ye entre las distintas clases de consumidores.

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
487
La realidad nos obliga a considerar repercusiones como éstas, emergentes del jue-
go recíproco de nuestras variables. El objeto del esquema teórico de Keynes no es olro
que ayudamos a pensar metódicamente, aislando uno a uno los distintos elementos de
un problema. Pero luego es indispensable examinar esas acciones y reacciones entre
las distintas variables.
Por no hacerlo así "caen en gran falta aquellos métodos de análisis económico en
que se abusa del simbolismo pseudo matemático. Se supone expresamente una estric-
ta independencia entre los factores en cuestión. De manera que cuando se deja de la-
do tal hipótesis se pierde toda autoridad y fuerza de convicción. En el lenguaje ordi-
nario no manipulamos ciegamente los datos. sabemos en todo momento lo que esta-
mos haciendo. y lo que significan las palabras; y mantenemos siempre en el fondo de
nuestra mente las reservas y calificaciones necesarias y los ajustes que tendremos que
hacer más tarde". Pero no podemos hacer lo mismo en varias páginas de álgebra en que
se pierde "la noción de las complejidades e interdependencias del mundo real en un fá-
rrago de símbolos tan pretensiosos como inservibles" (pág. 298).
11. En síntesis, las variaciones en la cantidad de dinero, a través de la tasa de inte~
rés, aumentan la ocupación y modifican las condiciones de oferta conjunta. al mismo
tiempo que hacen crecer la demanda efectiva hasta que se alcanza un nuevo punto de
equilibrio. En este punto de equilibrio la demanda efectiva tiene una relación defini-
da con el incremento de dinero, que podríamos determinar si conociéramos todos los
hechos y sus mutuas relaciones.
Cuando el incremento en el dinero y la demanda efectiva ya no provocan un nue-
vo incremento en la producción y se absorben por completo en el aumento de los cos-
tos y precios, nos encontramos en un estado que podría llamarse correctamenteü!f7a-
ción. "Hasta este punto el efecto de la expansión monetaria es completamente una
cuestión de grado, y no hay pQnto anterior en el que nos sea dado trazar una línea di-
visoria y declarar que comienzan las condiciones de inflación. Cada aumento anterior
en la cantidad de dinero, en cuanto hace crecer la demanda efectiva, será absorbido en
parte en aumentar los costos y en parte en aumentar la producción" (pág. 303).
Los hechos ocurren en la siguiente forma. Si hay desocupados deseosos de traba-
jar y el aumento de dinero hace crecer la demanda efectiva "la ocupación también se
acrecienta, pero a un salario real igual o inferior al existente; hasta que llega un pun-
to en que no hay sobrante de trabajadores al salario real existente; o ~a
que no hay hom-
bres adicionales dispuestos a trabajar. ni trabajadores dispuestos a dar horas adiciona-
les de trabajo a no ser que los salarios en dinero suban mds rápidamente que los pre-
cios".
Si alcanzado este punto continúa la expansión monetaria "las condiciones de es-
tricto cquilihrio requieren que los salarios y precios y, por consiguiente, los beneficios,
suban en la misma proporción que los gastos en dinero, mientras que no cambia más
la posición real, esto es la ocupación y el volumen a la producción" (pág. 289).
12. Lo que tenemos dicho hasta ahora se refiere a la forma en que la cantidad de di-
nero afecta a los precios en cortos períodos. ¿Hay alguna relación más simple en pe-
ríodos largos?

488
RAÚL PREBISCH
Se trata más bien de un asunto de generalización histórica que de teoría. Es posi-
ble que, a través de períodos de optimismo y pesimismo, haya una cierta estabilidad
en la preferencia de liquidez y que la gente no quiera mantener en forma de dinero in-
activo más que una cierta proporción media del ingreso nacional. De manera que to-
do exceso tenderá a hacer bajar la tasa de interés hasta absorber el dinero inactivo anor-
mal en mayor producción y más altos precios. Esto, siempre que la tasa de interés no
baje hasta el mínimo convencional que conocemos. En el caso contrario el razona-
miento es similar. Pero si la deficiencia de dinero se prolonga demasiado, la solución
se encontrará más bien en reformas monetarias que permitan aumentar la cantidad de
dinero antes que forzar la rebaja de salarios. "Cuando el dinero es relativamente abun-
dante sube la unidad de salarios y cuando es relativamente escaso, se encuentra algu-
na forma de aumentar su cantidad efectiva" (pág. 307).
13. En el siglo x1x el desarrollo del dinero bancario permitió satisfacer la preferen-
cia normal de liquidez y hacer crecer gradualmente la unidad de salarios. ''Pero tam-
bién crecía la eficiencia del trabajo. De manera que el equilibrio de fuerzas permitía
una medida satisfactoria de estabilidad en los precios. Los promedios quinquenales de
precios entre 1820 y 1914 registran apenas una diferencia de 50 por ciento con respec-
to al promedio más bajo. Esto no fue accidental. Es correcto atribuirlo al equilibrio de
fuerzas en una época en que los grupos de empresarios eran suficientemente podero-
sos para evitar que la unidad de salarios subiese más rápidamente que la eficiencia de
la producción, y cuando los sistemas monetarios, suficientemente elásticos y cautelo-
sos a la vez, permitían la creación de dinero en cantidades que, teniendo en cuenta las
variaciones en la unidad de salarios, dejaban prevalecer las más bajas tasas de interés
compatibles con las preferencias de liquidez de las clases ricas. Desde luego. el térmi-
no medio de ocupación estuvo muy por debajo del estado pleno, pero no era tan into-
lerable que provocase cambios revolucionarios" (pág. 308).
Pasando ahora al futuro, "la relación entre el ingreso nacional y la cantidad de di-
nero dependerá de las preferencias de liquidez. Y a la larga. la estabilidad o inestabi-
lidad de los precios dependerá de la fuerza de la tendencia ascendente de los salarios,
o más bien dicho de todos los costos, comparada con el ritmo de aumento de eficien-
cia en el sistema productivo" (pág. 309).
CONCLUSIÓN. LA TEORÍA DE KEYNES Y SU FILOSOFÍA SOCIAL1
l. El no haber podido lograr la plena ocupación y la distribución arbitraria de las
riquezas e ingresos constituyen las fallas salientes de la sociedad económica en que vi-
vimos.
1
En este capítulo final de Keynes. escrito con gran claridad, hemos seguido el texto original con más
rigor que en el resto del libro, si bien abreviando en todo lo que no fuera comprometer la fidelidad de su
pensamiento. Hemos prescindido pues de las citas, que hubieran sido muy abundantes.

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
489
Muchos que quisieran aumentar los impuestos directos sobre la renta y las heren-
cias para atenuar las fallas distributivas encuentran un obstáculo serio: la creencia de
que el crecimiento del capital depende del ahorro, especialmente de las clases ricas.
A la luz de las teorías keynesianas mal podría seguirse justificando esa actitud. An-
te todo, porque la baja propensión al consumo, la abstinencia de los ricos, lejos de pro-
pender al crecimiento del capital, lo retarda. Y en seguida porque la experiencia de- ·
muestra que es más que adecuado el ahorro que se realiza por medio de instituciones
y fondos amortizantes. Por tanto, las medidas de redistribución de ingresos que aumen-
ten la propensión a consumir pueden resultar muy favorables a la acumulación de ca-
pital. Todo ello, hasta que se logre un estado permanente de plena ocupación en el que
el ahorro volverá a tener su papel tradicional.
Si aumentan los impuestos a la herencia y disminuyen los impuestos al consumo,
por ejemplo, se elevará la propensión a consumir y, lejos de disminuir la acumulación
de capital, tenderá a ser más abundante.
Desaparece así una de las razones para proceder cautelosamente en el designio de
corregir las grandes desigualdades. Cree, sin embargo, Lord Keynes que hay razones
humanas y psicológicas que justifican ciertas disparidades, si bien mucho menores que
las actuales. Hay valiosas actividades que requieren el incentivo de la ganancia y que
acaso contribuyan a desviar al hombre de la crueldad, la ambición de poder y autori-
dad personal y otras peligrosas proclividades. Pero el incentivo no necesita ser tan fuer-
te como hoy. La atracción intrínseca de ciertas tareas es bien grande. Y ha de ser po-
sible que la comunidad consiga la inteligencia, la determinación y el trabajo ejecuti-
vo de los empresarios y financieros en términos más razonables. La tarea de modifi-
car la naturaleza humana no debe confundirse con la de encauzarla.
2. Es más importante aún, desde el punto de vista de la desigualdad presente, la con-
clusión keynesiana sobre la tasa de interés. Se ha tenido hasta ahora por cierta la ne-
cesidad de una tasa de interés relativamente alta para provocar una cantidad adecua-
da de ahorro. Keynes llega precisamente a la conclusión contraria. La promoción del
ahorro depende de una tasa baja de interés. Puesto que ella acrecientalas inversiones
y éstas hacen crecer los ingresos hasta que crezca también el ahorro y alcance a la mag-
nitud de tales inversiones. Conviene, en consecuencia, bajar la tasa de interés en la me-
dida suficiente para llegar a la plena ocupación.
El objeto final de la política keynesiana de inversiones es aumentar en tal forma la
cantidad de capital que se termine definitivamente con la escasez presente. El interés
del dinero se habrá eliminado, entonces, y el costo de los capitales y otros bienes du-
rables será similar al de los artículos de consumo: cubrirá solamente el costo del tra-
bajo más cierta cantidad para compensar el riesgo y la dirección del empresario.
Con elinterés habrá desaparecido también el inversor sin funciones, el rentista. Y
con la eutanasia del rentista, la del poder opresivo del capitalista para explotar el va-
lor de escasez del capital.
3. El ahorro no comporta ciertamente un sacrificio genuino que merezca la compen-
sación del interés. Podría ocurrir sin embargo que en un estado de plena ocupación, en

490
RAÚL PRE.BISCH
que el ahorro vuelve a ser indispensable para la acumulación del capital, no se ahorre
lo suficiente para lograr el objetivo de terminar con la escasez de aquél en una o dos
generaciones. No es ilusoria esa posibilidad. El descenso de la tasa de interés podría
estimular demasiado la propensión a consumir a expensas del ahorro. La misma con-
secuencia podría derivarse de los altos impuestos a los ingresos y las herencias. Pero
quedará siempre el ahorro suficiente para acrecentar el capital, en la medida en que se
juzgue conveniente restringir el consumo de las generaciones presentes a fin de que sus
sucesores alcancen en el curso del tiempo el estado de saturación de inversiones.
4. Todo esto requiere que el Estado asuma ciertos controles en materias que hoy es-
tán principalmente en manos de la iniciativa privada. Será necesaiio que influya so-
bre la propensión a consumir por medio del sistema impositivo, la tasa de interés y otras
medidas. Y en cuanto a las inversiones, tendrá que llegar probablemente a su sociali-
zación como único medio para conseguir la plena ocupación. Pues la manipulación de
la tasa de interés no parece suficiente.
No se requiere ir más lejos y llegar a la socialización de los instrumentos de produc-
ción. Basta con que el Estado determine el conjunto de los recursos destinados a au-
mentar tales instrumentos y la tasa de remuneración que corresponde a quienes los po-
seen.
5. Quedará, sin embargo, un ancho campo para la iniciativa privada y la responsa-
bilidad personal. No se trata de entorpecerlas sino de modificar el ambiente que requie-
ren para ejercitar toda su potencialidad de producción. Con lo que seguiremos tenien-
do todas las ventajas del individualismo. Recordemos cuáles son:
La eficiencia proveniente de la descentralización de decisiones y de la responsabi-
lidad propia en el juego del propio interés. La importancia de este factor tal vez sea ma-
yor que la que le atribuyó el siglo XIX. Y sobre todo, la libertad personal. Si el indi-
vidualismo se purga de sus defectos y abusos, será la mejor defensa de esa libertad y
de la variedad de vida cuya pérdida es la mayor de las pérdidas en el estado homogé-
neo o totalitario.
El estado totalitario ha resuelto el problema de la desocupación a expensas de la efi-
ciencia y la libertad. Curemos el mal sin perderlas.
6. El mal está en la desocupación, en el intolerable escándalo público del despilfa-
rro de recursos. Pero no en la forma en que se emplean los recursos ocupados. Se co-
meten, sin duda, errores de previsión en el sistema individualista. Pero no se evitarán
con la centralización de decisiones. Cuando hay 9.000.000 de hombres ocupados de
10.000.000 que saben y quieren trabajar, el problema no consiste en que esos hombres
cambien de tareas por no aprovechai'se eficazmente sus esfuerzos, sino en aprovechai'
también el esfuerzo del 1.000.000 restante. Es en lo que concierne al volumen y no a
la aplicación de la ocupación en que ha fracasado el sistema.
7. Si logramos que ese volumen llegue a la plena ocupación en la medida en que sea
practicable, la aplicación de los recursos productivos se acercará a lo que enseñaron
los economistas clásicos. No objetaremos, entonces, la forma en que el interés priva-

EL SISTEMA TEÓRICO KEYNESIANO
491
do determina lo que ha de producirse, en qué proporciones deberán combinarse los fac-
tores de la producción para hacerlo y cómo se distribuirá entre ellos el valor del pro-
ducto final. Y no objetaremos tampoco la acumulación del ahorro.
8. Si bien las guerras obedecen a distintas causas, no puede negarse que la lucha por
mercados, provocada por la desocupación, ha sido un factor muy importante en los
tiempos del laissez /aire y del patrón oro. Por donde la política keynesiana resultaría
también favorable a la paz mundial.
9. ¿Son visionarias. estas ideas y muy fuertes los intereses que atacan?, se pregun-
ta Lord Keynes en la página final de su libro.
Si las ideas son correctas, contesta, prevalecerán en el curso del tiempo. Se exage-
ra el poder de los intereses sobre las ideas. Las ideas de los economistas y filósofos po-
líticos son más poderosas de lo que se cree comúnmente. El mundo está regido por muy
poco más. Hombres prácticos que se creen libres de influencias intelectuales son ge-
. neralmente esclavos de algún economista difunto. Y gobernantes lunáticos que se ere-
. en inspirados por voces en el aire, destilan sus ideas frenéticas de algún escritorzue-
lo académico de años pa~ados.
Perolas ideas toman tiempo. No hay muchos que se dejen influir por nuevas teo-
rías económicas o políticas despues de los 25 o ~O años. Por lo que es probable que las
ideas que los funcionarios, los políticos y aún los agitadores aplican a los aconteci-
mientos corrientes no sean las más nuevas. Pero tarde o temprano son las ideas, no los
intereses creados, las que prevalecen para bien o para mal.

121
INTRODUCCION AL CURSO DE
DINAMICA ECONOMICA*
l. LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS y EL DESARROLLO
DE LAS DISCIPLINAS TEÓRICAS
Hace un año, al verme precisado a alejarme de esta cátedra, tuve la sensación de una
gran pérdida, porque si bien es cierto que el ambiente de esta Facultad es :;iún de ma-
nifiesta precariedad científica, no lo es menos que ofrece al estudioso algunos alicien-
tes que es muy difícil encuentre en la soledad de su retiro.
A pesar de ese ambiente desfavorable, la Facultad permite, sin embargo, la posi-
bilidad de mantener contacto y discutir con algunos colegas, colaboradores y alumnos,
y brinda también al profesor -y espero que ello sea en grado creciente- la oportu-
nidad de contribuir al desarrollo de un pequeño núcleo de hombres jóvenes que ten-
gan vocación por los estudios económicos; así como la posibilidad de descubrir esa vo-
cación para desarrollarla; de enseñar a pensar, a formar su juicio propio, a descubrir
por sí mismos la verdad, a tener la paciencia necesaria en estudios de esta naturaleza,
la constancia, la firmeza de propósitos; en fin, el ambiente propicio no sólo a la for-
mación intelectual, sino también a la orientación y apoyo moral a los alumnos, que tan-
to carecen de ello. Esa noción de la grave pérdida que yo estaba experimentando la tu-
ve claramente apenas traspuesta el aula de la Facultad, porque, con gran sorpresa mía,
entre los estudiantes que me tendían su mano para despedirse, encontré algunos egre-
sados de la Facultad que habían venido asistiendo regularmente a mi curso, no obstan-
te que ya habían cumplido con la obligación que aquélla les imponía, rindiendo el exa-
men de práctica. Esto y algunas cartas que recibí también con motivo de mi retiro, me
* N. del Ed. Publicado en Revista de la Facultad de Ciencias Económicas: I, N2 4, Buenos Aires, ju-
lio de 1948, págs. 447 -463, con estas anotaciones al pie: "Por Raúl Prebisch, profesor titular de Economía
Política (Dinámica Económica). Versión taquigráfica de la clase inaugural del corriente curso, corregida
por el profesor adjunto doctor Julio Broide". También publicado como capítulo I de Apuntes de Economía
Política (Dinámica Económica),
clases dictadas en el curso universitario de 1948 por el profesor titular don
Raúl Prebisch. Texto corregido por el profesor adjunto asistente doctor Julio Broide. Versión taquigráfi-
ca tomada porlos señores Juan Carlos Menescaldi y Alberto Guillén, Buenos Aires, 1948, págs. 1-16. El
curso, iniciado en abril de 1948 por el profesor adjunto, recién fue inaugurado por el profesor titular el 4
de junio. El contenido del presente capítulo corresponde a las clases dictadas en junio, que Prebisch, en el
libro de temas y firmas indicó como "Introducción al curso" y "La crisis de la Economía Política. Keynes.
Los clásicos", respectivamente.

INrRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
493
conmovieron hondamente y empecé a pensar que las circunstancias me habían pues-
to en el trance particularmente duro para mí, de declinar por primera vez en mi vida
el deber que me había impuesto y que siempre traté de cumplir: el de contribuir en lo
que me fuera posible, a la formación de una juventud apta para servir eficazmente a
la economía nacional. Así me encontraba en estas reflexiones, y discurriendo acerca
de lo que yo podría hacer desde mi vida de estudioso solitario para continuar en el ca-
mino anterior, cuando recibí la noticia de que las autoridades de la Facultad, en un ges-
to muy noble que obliga a mi reconocimiento, me llamaban nuevamente a la cátedra
que desempeñé con intermitencias desde 1925, y además me ofrecían la oportunidad
de dirigir el instituto que es especialmente de investigaciones teóricas. y que por ser
así venía a brindarme un nuevo medio, mucho más favorable, por cierto, para conti-
nuar las indagaciones de carácter teórico en que me encuentro empeñado desde hace
cerca de 5 años. Vuelven pues a renacer en mí, en este momento, viejas esperanzas, si
bien algo templadas por la madurez de los años, viejas esperanzas no exentas, desde
luego, de muy hondas preocupaciones. ¿Cuál es el motivo de esas preocupaciones?
Creo oportuno decirlo en esta primera clase.
2. NECESIDAD DE REFORMAR EL PLAN DE ESTIJDIOS, EMANCIPANDO LA CARRERA
DE ECONOMISTA DE LA DE CoNrADOR PUBLICO NACIONAL
Esta Facultad, no obstante su pomposo nombre de Facultad de Ciencias Económi-
cas, en vez del más modesto de Facultad de Economía que suele usarse en otros paí-
ses, no forma economistas. Hace 30 años comencé a estudiar en ella y desde entonces
oigo alternadamente declaraciones como éstas: la Facultad no forma economistas, di-
cen unos, porque no tiene buenos profesores; y otros agregan: no hay buenos profeso-
res porque la Facultad no forma economistas.
·
Hace 30 años que escucho esto y sigo escuchándolo hasta hoy; pero desgraciada-
mente ha faltado en todo este largo lapso el ánimo y la aptitud para romper de una vez
por todas este crrculo vicioso de profesores deficientes, malos alumnos y peores eco-
nomistas~ Hubo un solo hombre, en aquellas viejas épocas, que yo recuerdé, el sabio
maestro Lobos, el que tuvo la clara visión de las necesidades de nuestra Facultad. Pe-
ro desgraciadamente, la obra que inició Lobos se fue perdiendo, irremisiblemente, en
la rutina que ha solido caracterizar la vida de esta casa de estudios.
Me causa, sin embargo, un gran alivio en estos momentos el saber que las autori-
dades de la Facultad tienen ahora una clara noción de este problema y se esfuerzan por
encontrarle solución. Yo no creo que ésta sea la circunstancia oportuna para ocupar-
me de dicho asunto, pero creo de mi deber señalar que en mi opinión no se podrá re-
solver el problema implicado en ese círculo vicioso a que me he referido, mientras no
se emancipe al economista de la carrera de contador. que está sofocando el estudio y
la investigación de la economía. Hasta que no se logre esa emancipación y se simpli-
fique el programa de estudios del economista-no me refiero en este momento al con-
tador por carecer de autoridad para hablar sobre ello. pero sí al programa del econo-

494
RAÚL PREBISCH
mista- todos los esfuerzos resultarán estériles, pues tengo la convicción de que es ne-
cesario librar dicho programa de la inútil sobrecarga presente despojándolo de mate-
rias que tanto desde el punto de vista cultural como del científico o técnico, son abso-
lutamente inútiles; y de que hay que reforzar. en cambio, la preparación básica en te-
oría económica, que hoy es sencillamente precaria y que resulta imprescindible para
desarrollar la aptitud para la investigación científica.
3. LA CREACIÓN DE BECAS UNIVERSITARIAS COMO INSTRUMENTO DE
PERFECCIONAMIENTO DOCENTE Y ESTÍMULO A LA INVESTIGACIÓN
Todos sabemos, por una larga experiencia, por una experiencia de todos los días,
que el estudiante medio de nuestra Facultad carece del tiempo suficiente para dar la ne-
cesaria seriedad a sus estudios, pues Ja mayor parte de ellos tiene que trabajar para cos-
tear su carrera. Este es otro aspecto muy serio del problema, para cuya solución debe
comenzarse por aliviar el plan de estudios de todas esas materias innecesarias, a fin de
poder exigir a aquél, que el escaso tiempo de que dispone lo distribuya preferentemen-
te en las materias que constituyen la base de la carrera del economista.
Pero esto no basta. Mientras el estudiante solamente pueda consagrar una parte se-
cundaria de su tiempo al estudio de la carrera de economista, no tendremos los hom-
bres que el país tanto requiere en esta disciplina. Por ello me complace mucho también
oír hablar de becas. Yo creo que la institución de la beca. en este momento, es indis-
pensable en nuestro país. cuando se otorga a aquel estudiante que haya demostrado dos
condiciones: no solamente una genuina vocación por el estudio de la economía, sino
también el espíritu de sacrificio para realizarlo, porque sin ese espíritu de sacrificio,
sin la abnegación necesaria para prescindir de cosas placenteras para dedicarse al es-
tudio científico. no creo que pueda llegarse a tener buenos economistas. Hablo de be-
cas, no sólo para que. en bien del país. un grupo selecto de estudiantes pueda dedicar-
se con esmero a formar su preparación en las universidades del exterior, sino también
de becas concedidas a excelentes estudiantes para que continúen en nuestros propios
institutos el plan normal de estudios, dedicándose de preferencia a la investigación per-
sonal. Yo estoy seguro de que, modificados los planes de estudio y aligerada en esta
forma la situación de los alumnos que merezcan la ayuda de las autoridades, al cabo
de pocos años podremos empezar a recoger los primeros frutos de nuestras dedicacio-
nes y veremos entonces cómo el problema de la falta de hombres para nuestras cáte-
dras e institutos de investigación quedaría. si no resuelto. por lo menos en vías de una
promisoria solución.
4. LA COLABORACIÓN DE LOS GRADUADOS COMO FORMA DE PROPENDER
AL MEJORAMIENTO DE LOS ESTUDIOS
También se habla de la formación de postgraduados y yo creo que en esto se está
tocando. asimismo, un punto de la mayor importancia para el desarrollo de nuestra Fa-

INTRODUCCTÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
495
cultad y la preparación de sus hombres. El egresado de esta Facultad, que se dedica en
la vida práctica a los asuntos económicos en una forma u otra. por lo general se des-
vincula totalmente de la vida de ésta, y ello constituye una gran pérdida, no sólo pa-
ra la Facultad sino también para la Nación. Para la Facultad, porque el medio que se
tendría de otro modo, de ir recogiendo a través de los egresados la experiencia múl-
tiple que ellos van encontrando en la vida real, se pierde y, además. porque esos hom-
bres que se alejan definitivamente de la Facultad, ya no tienen el estímulo ni los me-
dios de proseguir el desarrollo de su preparación científica~ tanto más cuanto que la ba-
se que se adquiere en los estudios es ciertamente insuficiente.
Hay que atraer al egresado a la Facultad, según sea su vocación, su predilección y
su experiencia, ya sea a los institutos prácticos o a los institutos de elaboración de te-
orías. Pero se nos presenta a este respecto el problema del tiempo. Si el alumno care-
ce de tiempo para estudiar, el egresado. posiblemente con más razón que el alumno,
carece asimismo de tiempo, porque ha ido creciendo.su responsabilídad en la vid.a
práctica. ¿Cómo afrontar el problema? Yo lo he visto y sentido personalmente en la Ar-
gentina y también en otros países, como en México, en donde un grupo de hombres jó~
venes está tomando con gran interés el estudio de la economía, tratando de ver las co-
sas a través de su propia mente y de desligarse de ciertas teorías extranjeras que nos
están perturbando el análisis desde hace muchos años. Ese grupo de entusiastas tiene
el mismo problema que algunos espíritus despiertos encuentran en nuestro suelo: que
la vida absorbente de la práctica profesional les quita todo el tiempo disponible que pu-
dieran dedicar a .la investigación.
Por esa razón fue bien recibida la sugestión que me permití hacer en la primera Con-
ferencia de Expertos de Bancos Centrales del continente americano, reunida en Mé-
xico, hace ya más de un ano, a la que asistieron un gran número de economistas jóve-
nes de. distintos países. sef\\alando la conveniencia de que el economista consagrado a
la tarea de investigación concreta o a la función ejecutiva en un Banco Central u otras
instituciones del Estado, pudiera alternar esas tareas prácticas y ejecutiva<> con la in-
vestigación científica, de tal modo que-un hombre consagrado durante dos o tres af\\os
a dichas actividades, pudiera desligarse de ellas y concurrir a los institutos universi-
tarios de investigación, para poder reflexionar durante uno o dos años sobre su propia
experiencia; ahondar sus estudios, transmitir a otros sus conocimientos experimenta·
les, discutir los problemas que le habían preocupado; en otros términos; consagrarse
durante ese tiemw al estudio, a fin de volver luego a sus antiguas actividades con una
cuantía de conocimientos técnicos mucho mayor que la que poseía anteriormente.
5. LA REALIDAD EOONÓMICA Y LOS ESTUDIOS TEÓRICOS
. En esa forma, espero que el economista que está trabajando en la realidad, al po-
der recogerse en sí mismo de tiempo en tiempo, y ver y pensar teóricamente en dichos
problemas, no sólo va a ser mucho más eficaz al volver a la actividad práctica, sino que
va a ir dejando en la universidad el resultado de su propia experiencia personal, esto

RAÚL PREBISCH
es, va a acercar los institutos de investigación a la vida concreta. por un lado, y va a en-
señar a los egresados a pensar abstractamente. a pensar teóricamente. por otro lado. lo
que tiene una enorme importancia en la vida práctica. El creer que la vida práctica sig-
nifica la mera aplicación de nociones adquiridas en los libros es un grave error. La vi-
da práctica requiere la aptitud para pensar originalmente, la aptitud para pensar con
método, con precisión, y esa aptitud solamente se adquiere en la disciplina de la inves-
tigación económica. en el raciocinio abstracto hecho fuera de los acontecimientos y
alejado de ellos. sin la preocupación de encontrar un fruto práctico inmediato.
Todos estos son, por cierto. lugares comunes en otras ramas del conocimiento cien-
tífico. que. como la economía. están sujetas a una incesante elaboración. Si ello es así,
existen sobradas razones para creer que la necesidad de contribuir desde la Facultad
a la elaboración científica es mucho mayor en la economía que en esas otras ramas del
saber. porque la economía -es necesario confesarlo y comprenderlo de una vez por
todas- como disciplina científica está en un· grado de atraso considerable. si se la co-
teja con el adelanto operado en otras manifestaciones del pensamiento humano.
6. LA CRISIS DE LA ECONOMIA COMO DISCIPLINA CIENTIFICA
El desarrollo científico de la economía es aún incipiente e indeciso. Es por lo tan-
to enorme el campo de exploración y de investigación que tienen delante de sí los eco-
nomistas. Más aún: después de haber estado durante muchos años en los hechos y tra-
tado de encontrar en la teoría económica la guía para actuar sobre esos hechos. para
conocer la realidad y poder influir sobre su desarrollo, he llegado a la convicción. for-
talecida en los años posteriores a mi alejamiento de las cosas prácticas, de que la eco-
nomía, como disciplina científica, está pasandoporuna grave crisis. Subrayo la expre-
sión "la economía, como disciplina científica" porque también desde el punto de vis-
ta moral la economía está sufriendo una cris\\s no menos grave por su desmedida exal-
tación del interés personal como supremo regulador de la actividad económica.
¿Por qué está en crisis la economía política?, cabe preguntarse. No llamo. por su-
puesto, crisis a ese constante proceso de renovación a que está sometida toda activi-
dad científica; llamo crisis a ese mal agudo que de tiempo en tiempo se plantea en una
ciencia y que obliga a hacer un esfuerzo completo para renovarla desde sus mismas ba-
ses. ¿Cuál es el mal agudo en donde se origina la crisis presente de la economía polí-
tica? Sencillamente, es su ineptitud para explicarnos racionalmente, desde el punto de
vista lógico y experimental. la forma en que se realiza el movimiento económico, la
forma en que se producen los fenómenos de la economía, la razón de ser, el porqué.
Y si la economía política no nos ha podido enseñar todavía eso, mal podríamos encon-
trar en ella los recursos indispensables para actuar sobre una realidad que desconoce-
mos. Ese es el problema que· se plantea en estos momentos: Ja economía es insuficien-
te para abarcar, describir y explicar los problemas de la realidad y. por lo tanto. para
darnos los medios para actuar sobre e\\la con eficacia. \\

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
497
7. CARLOS MARX Y LA PRIMERA CRISIS DE LA ECONOM1A
Es la segunda crisis que' en su historia, relativamente breve, experimenta la econo-
mía política. La primera ya data de varias décadas y fue provocada por Carlos Marx.
La obra de Marx es, en el fondo, y aparte de sus implicaciones políticas, una acu-
sación terrible a la economía tradicional o clásica, por no haber sabido explicar las dos
grandes fallas del mundo capitalista en que vivimos, a saber:·la exagerada desigual-
dad en la distribución de los ingresos resultantes del trabajo productivo de la colecti-
vidad y la profunda inestabilidad del sistema económico. Para resolver su problema,
Marx recurre, como punto de partida de su construcción teórica, a la teoría del valor
y a la noción de la plusvalía. No fue difícil a la economía clásica y a los economistas
que militaban en ella hacer ver en seguida que la teoría marxista del valor tenía enor-
mes inconsistencias lógicas; no fue difícil destruirla y quitar por lo tanto la pretendi-
da base científica al marxismo. Se hizo eso, pero quedaron sin explicación, en el mar-
co de la economía clásica, esas dos grandes fallas de la sociedad capitalista: la exage-
rada desigualdad de los réditos y la profunda inestabilidad del sistema.
8. LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMfA Y SU SEGUNDA CRISIS
Vino luego la reconstrucción de la economía. Siguieron los clásicos razonando so~
bre un número limitado de premisas; perfeccionaron esos razonamientos, llevaron al
extremo el raciocinio lógico y acudieron más tarde a las matemáticas para dar a todo
este edificio teórico un rigor, una precisi~n, una elegancia científica de que hasta en-
tonces había carecido el cuerpo de las doctrinas clásicas. Es así como espíritus profun-
dos como Walras y Pareto, al emplear las matemáticas en la economía política, nos die-
ron una noción clara y firme de la interdependencia económica que hasta entonces no
se había tenido, y con ello llevaron a la ciencia económica a una etapa superior de ade-
lanto. Pero todos ellos la llevaron por un camino que, conforme más se razonaba, más
iba alejando al cuerpo de la doctrina de la realidad viviente y de la explicación de sus
problemas. Fueron, pues, realizando esta construcción en el aire liviano y alejándose
del mundo real que la economía tenía que explicar, a fin de damos los medios para ac-
tuar sobre ella.
Así se llega hasta la segunda crisis de la economía política, pero antes de mencio-
narla veamos, en líneas generales, cuál era en ese momento el estado del desenvolvi-
miento de la economía.
9. LA CONCEPCIÓN FUNDAMENTAL DE LA ECONOMfA CLÁSICA
El hablar de economía clásica o economía tradicional, no significa qúe se haya
llegado a un cuerpo compacto y firme de doctrinas. Había, y sigue habiendo. en la eco-

498
RAúL PREBISCH
nomía clásica una gran disparidad de modos de ver en problemas importantísimos de
la teoría y de la realidad. ¿Por qué se habla, entonces, de una economía clásica, de una
docfrina tradicional? ¿Por qué Keynes arremete contra la economía clásica, como si
fuera un cuerpo compacto de doctrinas? Por una razón fundamental: porque a pesar de
esas disparidades hay ciertas características esenciales en todos estos pensadores, tan-
to frente a los hechos, en su empeño por explicarlos racionalmente. como frente a la
actitud que se ha de tener políticamente ante esos hechos para actuar sobre ellos.
a) La libre concurrencia y el óptimo de producción
¿Cuáles son esas características comunes de la economía clásica? Ya se han visto
seguramente en el primer curso de Economía Política. Anotemos rápidamente en qué
·consisten; en tomo a qué gira la concepción fundamental de la economía clásica. Gi-
ra en tomo a la figura del empresario, que movido por el incentivo del beneficio, com-
bina los factores productivos y las innovaciones técnieas que estáll a su alcance, a fin
de aumentar la producción y satisfacer el consumo creciente de la población persi-
guiendo el máximo de provecho. La teoría económica clásica demuestra que -en un
régimen de libre concurrencia, sin trabas. sin interferencias del Estado. de sindicatos
obreros o coaliciones patronales- los empresarios combinan los distintos factores de
la producción en la forma más conveniente para la colectividad. ¿Por qué dice esto la
economía clásica y por qué demuestra que esa combinación de los factores es tal que
la colectividad recibe el máximo de producto, el óptimo de producción con el pleno
aprovechamiento de los factores productivos?
·La economía clásica pretende demostrar que, guiados por su incentivo de benefi-
cios y en un régimen de libre concurrencia, los empresarios tienden a alcanzar una si"
tuación de equilibrio con el máximo de producto social a repartir. Esta es.fa primera
de sus grandes afirmaciones, concerniente al volumen de la producción, a la tenden-
cia a obtener el óptimo de producción con el total o pleno empleo de las fuerzas pro-
ductivas, o como diríamos hoy, en lenguajekeynesiano. con la plena ocupación.
Ahora veamos el segundo punto fundamental. Para que pueda llegarse a este esta-
do óptimo, sostienen los economistas clásicos, es necesario que se cumplan ciertas
condiciones indispensables en la distribución de los ingresos, esto es, de remuneración
de los factores productivos. que la libre concurrencia establece también espontánea-
mente; se desarrolla, así, la teoría clásica de la distribución.
b) La distribución de los ingresos
¿Cuáles son las condiciones de distribución. compatibles con ese máximo de pro-
ducción? Al formularlas para llegar al equilibrio óptimo. no deja de ver la economía
clásica. a través de los escritos de muchos de sus economistas. que esa forma de dis"
tribuir el producto social para alcanzar el máximo de producción, puede ser inconve-
niente desde el punto de vista ético. político o social. Los economistas clásicos han re-
conocido este planteo; pero fieles a su raciocinio. se han opuesto siempre a que se in-

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
499
terfiera en la libre concurrencia y la libre iniciativa de los empresarios para modificar
esas condiciones de distribución y de producción. ¿Por qué razón? Porque sostienen
que toda interferencia disminuye el óptimo, es decir, disminuye el máximo de produc-
tos e impide el aprovechamiento más eficaz y racional de los recursos productivos.
Por ello prefieren modificar la distribución mediante el impuesto. antes que pertur ~
bar la acción dela libre concurrencia. Se consigue así el óptimo de producción y su me-
jor reparto.
e) El liberalisnw eco11ómico
Esta es la actitud científica de la economía clásica y. al mismo tiempo, su posición.
eminentemente política. que ha dado lugar a lo que ustedes tantas veces han oído men-
cionar como el liberalismo económico o sea aquella actitucl delEstado prescindente,
que se limita a establecer ciertas condiciones básicas de carácter político o jurídico pa~
ra el funcionamiento libre de la economía tratando de corregir sus resultados con gra~
dos muy distintos de intervención. La creencia es que la economía.librada así a sos pro-
pias fuerzas, ha de llegar a la solución más conveniente para la colectividad, desde el
punto de vista de la producción, lo cual no es incompatible con el propósito de niodi~
ficar la distribución.por medios políticos.
10. LA REALIDAD ECONÓMICA ES EMINENTEMENTE dCUCA
TodÓ este cuerpo de doctrinas, deSde el punto de vista científico, han llegado a su
refinamiento, tras sucesivas generaciones de economistas, a adquirir un brillo lógico
muy grande eimpresionante, pero, como he dicho anteriormente, este conjunto de doc-
trinas clásicas no ha sido capaz de explicarnos lo que ocurre en la realidad. La reali-
dad, a mi juicio. es eminenteménte cíclica. El ciclo es la forma típica de crecer que ha
tenido históricamente, y sigue !eniendo. el capitalismo. La actividad económica, si la
observamos en todo el desenvolvimiento capitalista, se expande y contrae continua-
mente, es una sucesión ininterrumpida de fases de crecimiento en los ingresos, en la
ocupación y en lapróducción, seguidas de fases de decrecimiento, éon la consiguien-.
te declinación de la producción y la ocupación; No hay punto de reposo: se aSc:iende ·
para descender y se desciende para ascender nuevamente.
·
· En el desarrollo capitalista, por lo general; el ascenso ha sido más fuerte que el des-
censo anterior, salvo una que otra excepción, y, en esta forma, con ascensos má~ fuer-
tes que los descensos precedentes~ ha ido creciendo la economía. En ese movimiento,
no hay punto de equilibrio; ese movimiento es una sucesión continua dedesequjlibrios.
Sin embargo, la economía clásica pretende demostrarnos que los empresarios; movi-
dos por el incentivo del beneficio, llevan la economía o tienden a llevarla a uó punto
de equilibrio óptimo. Trataré de (femostrar que esta forma ondulatoriadel movimien-
. to real, es como se manifiesta en el conjunto de la econoinía,la acción de los empre-
sarios acicateados por la ganancia en un régimen de libre competencia.

500
RAÚL PREBTSCH
11. EL RAZONAMIENTO DE LA ECONOMíA CLÁSICA ES INCONCILIABLE
CON LA REALIDAD CÍCLICA
¿Cómo se concilia esta afirmación con la observación que sistemáticamente hace-
mos del movimiento ondulatorio de la realidad? ¿Cómo se concilia la tendencia hacia
el óptimo de producción cuando vemos que periódicamente aparecen en la economía
fases de aguda depresión de las cuales se sale para crecer nuevamente; y apenas se lle-
ga a un punto cercano al de pleno aprovechamiento de los recursos productivos. se
vuelve a caer con un enorme desperdicio de fuerzas productivas? ¿Cómo se concilia
la economía clásica con esa realidad en la que el capitalismo se nos manifiesta como
un fenómeno eminentemente inestable y en que la distribución de los ingresos se ha-
ce también en una forma muy distinta de la que postula en sus desarrollos teóricos la
economía clásica? No es posible conciliarlo; de ahí la crisis de la economía política.
de ahí su ineptitud para explicamos la manera de ser y de producirse de los fenóme-
nos económicos. En otros términos, si los desequilibrios del ciclo constituyen un mal
inherente al proceso capitalista, mal podríamos explicar la realidad cíclica con las doc-
trinas clásicas que sostienen que ese proceso conduce al equilibrio. ¿Cómo es posible,
dirán ustedes, que en tantas décadas de desarrollo y de sistematización, la economía
clásica no se haya preocupado de estas discrepancias entre las enseñanzas y la reali-
dad? ¿Vamos a concluir con esto que la economía clásica ha ignorado los fenómenos
cíclicos o se ha negado sistemáticamente a verlos? Desde luego que no. Pero no ha te-
nido frente a esos fenómenos la única aptitud que científicamente puede pretenderse,
o sea la de ir desechando las teorías que no logran explicar satisfactoriamente la rea-
lidad. En cambio, en lugar de rechazar esas teorías, se ha apegado a ellas y ha toma-
do sucesivas actitudes. que resumiré a continuación. Una de esas actitudes, ha sido la
de explicar, por ejemplo, el agudo fenómeno de la desocupación periódica de la socie-
dad capitalista por ciertas interferencias o rigideces del sistema económico, que impi-
den que la distribución se realice de acuerdo con las exigencias del equilibrio óptimo.
12. LA ACTITUD DE LA ECONOMÍA CLÁSICA FRENTE AL FENÓMENO DE LA
DESOCUPACIÓN Y LA POSICIÓN DE KEYNES
¿Cuál es el caso típico de explicación teórica de la desocupación por una rigidez?
El de los salarios. Hay economistas clásicos que han sostenido que la desocupación.
característica de la bajan te del ciclo, es el resultado de la falta de adaptación de los sa-
larios a la productividad marginal del trabajo. De acuerdo con la teoría clásica, se de-
muestra que el salario tiende a igualar la productividad marginal del trabajo. Si los tra-
bajadores, por una razón u otra, se abstienen deliberadamente de aceptar del empre-
sario el salario correspondiente a la productividad marginal, como el empresario no
puede pagar un salario superior, se produce la desocupación. Esta ha sido una forma
de explicar el fenómeno de la desocupación, por la resistencia a aceptar aquella dis-
tribución de los ingresos que conduce al óptimo de la producción. Vean ustedes la con-
secuencia lógica de la teoría clásica. Hay ciertas condiciones esenciales para llegar al

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
501
óptimo, ciertas condiciones de distribución: si ellas no se cumplen porque se interfie-
re en la libre concurrencia, no se puede llegar al óptimo y hay desperdicio en el em-
pleo de fuerzas productivas. El mismo Lord Keynes; que hizo un gran esfuerzo para
emanciparse de las enseñanzasclásicas, cae también en un tipo de explicación eminen-
temente clásica. ¿Cuál es la explicación de Keynes, con relación al caso que he cita-
do precedentemente? Sencillamente, que cuando el tipo de interés no baja en la me-
didaen que ha caído el rendimiento marginal del capital, o eficiencia marginal del ca-
pital, queda una parte del ahorro de la colectividad sin emplear y se produce la desocu-
pación. Para los economistas clásicos anteriores a Keynes, la rigidez de los salarios,
que no se adaptaban a la productividad marginal del capital, provoca la desocupación.
Por otro lado, Keynes, al pretender salirse de los clásicos, cae en un tipo de explica-
ción eminentemente clásica de la desocupación. A mi juicio, ambas están equivoca-
das porque en la realidad no se presentan los fenómenos en esa forma;
Esta es la primera actitud de los economistas clásicos frente al problema del ciclo:
sostener que no se debe a que el razonamiento sea erróneo o a que sus premisas sean
incompletas o falsas, sino a que en la realidad no se ha dejado a los factores abarca-
dos por ese razonamiento ajustarse espontáneamente a las condiciones requeridas por
el equilibrio óptimo de la producción; a que hay rigideces, o trabas, en el sistema eco-
nómico que impiden la adaptación necesaria de los factores.
13. EL MAL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA MONETARIO Y LOS CLÁSICOS
El segundo tipo de explicación clásica ha sido de otra naturaleza. Es más frecuen-
te atribuir los excesos de prosperidad y luego el descenso cíclico al mal funcionamien-
to o manejo abusivo del sistema monetario, que al engendrar una expansión demasia-
do fuerte trae necesariamente la contracción, o que la libre concurrencia se ha visto per-
turbada, ya sea por la concentración de las empresas y, por lo tanto, la disminución de
la competencia, o por la intervención del Estado o por derechos aduaneros: en fin, por
una serie de factores que afectan el desarrollo normal del sistema económico, dentro
de la ideología clásica. Este es el segundo tipo de explicación que se ha querido encon-
trar a
los movimientos cíclicos que representan la forma en que crece la economía ca-
pitalista.
14. Los FACTORES EXÓGENOS Y EL CICW ECONÓMICO
La tercera actitud de los economistas ha sido la de atribuir el ciclo a factores aje-
nos al sistema económico. Son fas explicaciones exógenas, es decir, que no pertene-
cen al sistema económico, como por ejemplo, las guerras, que alteran el funcionamien-
to del sistema económico. Otros han tratado de encontrar en la variación de las cose-
chas el elemento perturbador; otros han llegado en sus explicaciones hasta factores de
orden cósmico, por ejemplo, suponer que el ciclo es en gran parte el reflejo, a través
dela psicología de los individuos, de ciertos fenómenos que ocurren en la esfera so-

502
RAÚL PREBISCH
lar. y que las alteraciones de optimismo y pesimismo, características del ciclo econó-
mico, se derivan de factores cósmicos, de la desigual intensidad en la radiación solar.
También se trata de factores ajenos al sistema económico, que dejaban a los clási-
cos tranquilos con respecto a la validez de sus propios razonamientos. La economía
tendía a llegar al equilibrio. pero factores extraños impedían con sus perturbaciones.
que la economía llegara a ese estado de equilibrio. No es que el razonamiento sea ma-
lo, sino que en la realidad sobrevienen factores que la teoría no puede tener en cuen-
ta debidamente.
15. Los FACTORES ENDÓGENOS y EL MOVIMIENTO ctcuco
La cuarta actitud ha sido sencillamente la de dejar desarrollar las teorías cíclicas in-
dependientemente del cuerpo de doctrina tradicional. Las tres primeras actitudes son
perfectamente compatibles con la validez teórica del sistema clásico, pero la cuarta nos
plantea una incongruencia. ¿Por qué? Porque estas teorías a que me refiero en la cuar-
ta actitud son las teorías endógenas del ciclo, o sea aquellas teorías que tratan de de-
mostrar que el ciclo es un fenómeno inherente al propio proceso capitalista; que el ci-
clo es el resultado lógico. espontáneo, de la forma en que actúan los empresarios, y que
éstos no llevan. en su forma de actuar. al equilibrio, sino precisamente. a la sucesión
de desequilibrios, característica del ciclo económico.
16. LAS TEOIÚAS ENDÓGENAS DEL CICLO SON INCOMPATIBLES CON LAS
TEOIÚAS DEL EQUU,JBRIO ECONÓMICO
Por lo tanto. estas teorías según las cuales el ciclo es un fenómeno inherente al pro-
ceso capitalista son totalmente incompatibles con las teorías del equilibrio de los eco-
nomistas clásicos. No es posible pretender demostrar que la acción de los empresarios,
en un régimen de libre concurrencia, tiende a llevar a la colectividad a un punto ópti-
mo de equilibrio y, por otro lado, demostrar que la acción de los empresarios lleva a
una sucesión continua de desequilibrios. Hay una manifiesta incongruencia entre es-
tas dos formas de explicar la realidad y, sin embargo. hemos visto con frecuencia que
los economistas clásicos por un lado aceptaban todo el cuerpo de sus doctrinas tradi-
cionales y, por el otro, se dedicaban a explicar el ciclo con doctrinas completamente
incompatibles con aquéllas.
Precisamente, hace pocos días leí una crítica a un compendio de economía políti-
ca reeditado hace pocos meses en Estados Unidos, por el profesor Hansen y el econo-
mista Garver. Ese compendio es clásico, ortodoxo, y en él se trata de explicar los fe-
nómenos en la forma en que a grandes rasgos he señalado hace un momento. Por otra
parte. bien sabemos todos nosotros que el profesor Hansen ha escrito varios libros so-
bre el ciclo, en los que demuestra que éste es un desequilibrio típico de la economía
capitalista. El mismo economista que habla de equilibrio se ha dedicado especialmen-
te en su vida profesional al estudio del ciclo económico y pasa de una cosa a la otra sin

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
503
el menor escrúpulo teórico. Ese caso del profesor Hansen, que es uno de los grandes
maestros de la Universidad de Harvard, es lo que a mi juicio refleja mejor el estado de
incongruencia de la teoría económica. Lo que hace el profesor Hansen lo han hecho
casi todos los economistas clásicos, cuando han escrito un libro de economía política:
en una primera parte nos han expuesto con gran rigor doctrinario sus teorías del equi-
librio. y en un capítulo sobre el ciclo nos exponen la teoría del desequilibrio sin pre-
ocuparse de que no pueden combinar dos teorías fundamentalmente distintas; si el ci-
clo fuera un mero accidente que, de tiempo en tiempo, se registrase en la economía,
sí sería posible combinarlas, pero como el ciclo es la forma de moverse de la econo-
mía, la teoría del movimiento económico no puede ser otra que una teoría cíclica. Por
lo menos esa es mi convicción. que trataré de demostrar en clases sucesivas.
17. LA GRAN DEPRESIÓN MUNDIAL, JouN MAYNARD KEYNES
Y LA SEGUNDA CRISIS DE LA ECONOMÍA
En este estado de incongruencia teórica e ineptitud para explicar la realidad. sor-
prende a la economía política la gran depresión mundial iniciada en 1929.
Las dos grandes fallas del sistema. a saber. su profunda inestabilidad y la exagera-
da desigualdad en la distribución no encuentran pues una explicación satisfactoria en
la teoría ni ésta ofrece, en consecuencia, la forma de corregirlas.
La gran depresión mundial pone de manifiesto estos hechos y provoca la segunda
crisis de la economía política, que se encuentra desarmada no solamente para expli-
car la extraordinaria intensidad de la depresión y sus manifestaciones agudas, sino
también para sugerir alguna forma practicable de obrar sobre los hechos, a fin de evi-
tar las graves consecuencias económicas y sociales que la depresión traía consigo. Fue
en este momento en que comienza a imponerse John Maynard Keynes, que ya había
adquirido una considerable notoriedad en el mundo de los economistas por la certi-
dumbre de algunos de sus juicios con respecto a la política monetaria.
Ante el profundo desconcierto de los economistas clásicos que esperaban del libre
juego de las fuerzas económicas una solución que tardaba en venir y frente a la funes-
ta visión de los detractores del sistema capitalista, Keynes presenta en aquel entonces
una solución al problema, que resulta compatible con un alto grado de libertad econó-
mica. Al presentar estas ideas, la fuerza de persuasión. la sencillez y el brillo con que
las expone, dan a Keynes un gran número de adeptos y despiertan también violenta
oposición entre los economistas tradicionales. Los adeptos surgen. principalmente,
como es natural, de la nueva generación de economistas; y la oposición, de sus con-
temporáneos.
18. LA OBRA DE KEYNES
Keynes no sólo ofrece una solución práctica, sino que para defenderla construye
una nueva teoría del movimiento económico, para lo cual tiene antes que destruir prin-

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RAÚL PREBISCH
cipios fundamentales de la economía clásica. Hay tres partes, en la obra de Keynes, que
merecen ser destacadas. La más prominente en el momento al cual nos referimos, fue
sin duda su solución práctica; la otra fue su crítica a lo clásico. y la tercera su construc-
ción doctrinaria. Evidentemente hay una estrecha vinculación entre las tres partes del
pensamiento keynesiano. Pero a pesar de ello,.es posibie aceptar o impugnar cualquie-
ra de ellas, sin por eso aceptar o negar las dos restantes. La polémica suscitada por la
aparición de la "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero", de Keynes, du-
ra hasta nuestros días .. La conqúista de adeptos a su teoría ha sido tan considerable que
ha llegado a decirse hace poco tiempo que una vez que desaparezcan de la escena los
economistas que hoy tienen más'de 50 al'los, será total el dominio de Keynes sobre el
pensamiento económico contemporáneo. Ello es sin duda una exageración; pero es.-
tas manifiestaciones reflejan en forma manifiesta el vigor que ha adquirido la polémi-
ca keynesiana, la que sigue desarrolándose aun después de desaparecida su figura. A
tal punto que el keynesianismo se ha convertido en un dogma que sus discípulos ya no
discuten, sino que lo toman como ia·verdad revelada, salvo algunos detalles o inter-
pretaciones, y erigen sobre el conjunto de las llamadas verdades keynesianas nuevas
construcciones teóricas que se alejan cada vez más de la realidad, como es; a mi jui-
cio, la misma construcción de Keynes .. ·
·
19. KEYNES Y LAS LEYES DEL EQUILIBRIO ECONÓMICO
Yo no voy a hacer en este momento, por ser prematura. la crítica de las doctrinas
de Keynes. Pienso ocupar buena parte de este curso en efectuatla, péro antes es nece-
sario recorrer un largo camino; sí quiero sel'lalar, sin embargo, mi convicción de que
Keynes, desde el punto de vista teórico, dista mucho de haber resuelto la crisis de la
economía política.
He dicho que una de las partes de su obra es la crítica a la economía clásica. Y es
curioso comprobar, reflexionando sobre el contenido de la "Teoría general", que Key-
nes se desliga quizá mucho menos que lo que él cree haber hecho, de la doctrina clá-
sica; más aún, creo que el vicio fundamental de que adolece su obra, desde el punto de
vista teórico, está en no haber sabido desenmaral'larse completamente de ciertas com-
plicaciones fundamentales de dicha doctrina. En verdad, es sorprendente que los dos
críticos más formidables de la doctrina clásica, Marx y Keynes, hayan tropezado con
la misma dificultad. Marx porque pretende edificar toda su doctrina e interpretación
del capitalismo sobre la base de una teoría del valor, heredada de la doctrina clásica.
La teoría marxista del valor es fundamentalmente la teoría ricardiana del valor. En
cuanto a Keynes, tampoco logra abandonar por completo los hábitos mentales de los
clásicos, que le llevaron a perseguir. en su sistema teórico, la búsqueda de posiciones
y leyes de equilibrio en la economía. Trataré de demostrar, oportunamente, que este
camino es completamente extraviado, y el haberlo seguido se explica por haber sido
Keynes un clásico en la primera parte de su vida, que fueron años decisivos de su for-
mación de economista. En efecto, la parte revolucionaria de Keynes está. desde el pun-

INTRODUCCIÓN AL CURSO DE DINÁMICA ECONÓMICA
505
to de vista teórico, en su famosa teoría del multiplicador, que como a su tiempo vere-
mos, es una teoría más del equilibrio económico, muy parecida en su estructura a la vie-
ja teoría cuantitativa de la moneda, que no en vano Keynes en su libro anterior había
adoptado como una verdad en materia monetaria. Tal es el vigor de ese hábito men-
tal clásico, del cual Keynes no lograría emanciparse jamás.
Siguió pues a los clásicos en donde menos debió seguirlos, precisamente en la bús-
queda de leyes de equilibrio, que es a mi juicio el obstáculo más considerable que tie-
ne por delante la economía política para progresar desde el punto de vista teórico; de
modo tal que si no se remueven vigorosamente dichas trabas continuaremos hacien-
do construcciones ajenas a la realidad. Compréndese que en las primeras etapas de la
formación de la economía política haya fascinado a los economistas el pensar que el
caos aparente de los fenómenos estaba sujeto a leyes precisas de equilibrio. Pero las
leyes de movimiento admiten también un grado muy alto de rigor científico y sólo la
persistencia de esos viejos hábitos mentales, impide que se dedique a su indagación el
vasto caudal de energía que ello requiere. En esto, pues, Keynes sigue siendo clásico,
y en donde deja de serlo al apartarse, fundamentalmente, de la teoría tradicional, que
es en su teoría del multiplicador, del ahorro y del interés del dinero, cae, a mi juicio,
en inconsistencias lógicas. Los clásicos, como dije anteriormente, construyeron con el
andar del tiempo, después del esfuerio de varias generaciones de economistas, un sis-
tema teórico que es eminentemente lógico. Su razonamiento es estricto, tanto más
cuanto se hace gran uso de las matemáticas para explicar y expresar algunas verdades
fundamentales. Si todo ese cuerpo de doctrinas lógicas no explica satisfactoriamente
la realidad, se debe a que se han tomado premisas incompletas o equivocadas como
punto de partida. Porque por más que se razone con rigor, si las premisas de donde par-
te el rawnamiento son equivocadas, la construcción podrá ser muy lógica, pero no co-
rresponde a la realidad. En cambio Keynes no sólo parte -en mi opinión- de premi-
sas equivocadas, sino que su razonamiento carece del vigor de los clásicos en su es-
tructura lógica y además tiene considerables inconsistencias que quitan a su construc-
ción teórica el valor que le atribuyen sus adeptos. Afirmación, dirán ustedes, un tan-
to sorprendente en quien ha pasado buenas horas tratando de interpretar y estudiar a
Keynes. No lo es sin embargo, pues si he afrontado esa tarea ha sido precisamente pa-
ra poder comprender a fondo la obra de Keynes y no iniciar una crítica que luego ten-
dría que adolecer de fallas corrientes. al basanne en una interpretación arbitraria, equi-
vocada e incompleta de lo que pretendo criticar.
20. EL APORTE TEÓRICO DE KEYNES Y SUS PROPOSICIONES PRÁCTICAS
Por eso creo que el aporte teórico de Keynes será a la larga relativamente peque-
ño, lo que no quiere decir que su influencia no ha sido y seguirá siendo profunda por
mucho tiempo aún, al haber provocado un enorme interés, una considerable eferves-
cencia doctrinaria y un estímulo para la investigación científica. Keynes ha dejado
también soluciones prácticas que son independientes de su teoría, que pueden admi-
tirse o rechazarse, con completa prescindencia de su teoría. Dichas soluciones prác-

506
RAÚL PREBISCH
ticas son de una gran importancia y aun no han sido superadas, a tal punto que, si so-
breviniese una nueva depresión económica, Keynes llegaría a adquirir después de
muerto, la misma notoriedad que tuvo en la gran depresión mundial. Dirán ustedes que
hay contradicción entre mi posición teórica para juzgar a Keynes y mi respeto por al-
gunas de sus proposiciones prácticas. No la hay, pues el aceptar una interpretación de
la realidad totalmente distinta de la de Keynes, no implica ver el aspecto favorable que,
a falta de otra mejor, podrían tener dentro de ciertas limitaciones, algunas de sus pro-
posiciones prácticas.
21. EXPLICACIÓN KEYNESIANA DEL CICLO ECONÓMICO
Hay otra analogía entre Keynes y los clásicos, que causa cierta perplejidad. Key-
nes pretende explicar la teoría general de la ocupación y sus variaciones cíclicas, pues-
to que la ocupación, la producción y los ingresos varían cíclicamente en la realidad ca-
pitalista, dejando de lado las teorías que ha venido edificando, entre ellas la teoría del
multiplicador, y pasando a explorar un camino distinto, tal cual lo hicieron los econo-
mistas clásicos respecto al ciclo económico. Para explicar ese fenómeno de continuos
desequilibrios de la realidad, Keynes dedica algunas páginas al final de su obra -las
llamadas notas sobre el ciclo- en las que no usa para nada los resultados alcanzados
en su discusión teórica. Busca la explicación del ciclo en otra forma vaga. Dice que la
fase ascendente termina con un súbito colapso en el rendimiento del capital, sin expli-
car sus razones ni qué relación tiene con el fenómeno estudiado en la teoría general:
o sea que encontramos como en los clásicos, que sus teorías fundamentales son inap-
tas para explicar la realidad cíclica, es decir la forma en que se desenvuelve el proce-
so económico en el mundo capitalista.
Este libro se terminó de imprimir en los talleres de
Estilos Gráficos S.A., Morón 2761. Capital,
en el mes de enero de 1992.
La encuadernación de los tres tomos de la obra
estuvo a cargo de Polosecki S.C.A.

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  • Portada
  • Indice
  • Antecedentes y proyectos de creaci�n de un Banco Central en Argentina
  • El control de cambios en la Rep�blica Argentina
  • La pol�tica monetaria interna
  • Lineamientos de una pol�tica monetaria nacional
  • La pol�tica monetaria nacional y los planes monetarios internacionales
  • El Banco Central como agente financiero del Gobierno Nacional
  • El patr�n oro y la vulnerabilidad econ�mica de nuestros pa�ses
  • Interdependencia entre el proceso monetario y la actividad econ�mica
  • El mecanismo de la moneda, los cambios y el cr�dito
  • La relaci�n entre el ciclo argentino y el ciclo monetario internacional
  • Fen�menos monetarios y crediticios del ciclo econ�mico
  • El coeficiente de expansi�n
  • El papel de las inversiones en los movimientos cicl�cos argentinos
  • Las finanzas p�blicas durante el ciclo econ�mico
  • La depreciaci�n monetaria
  • Teor�a del inter�s a largo plazo
  • Introducci�n al curso de Econ�mia Pol�tica
  • Las teor�as econ�micas de Lord Keynes y las doctrinas de los cl�sicos
  • La propensi�n a consumir y la teor�a keynesiana del mulplicador
  • El sistema te�rico keynesiano y sus proyecciones econ�micas y sociales
  • Introducci�n al curso de Din�mica Econ�mica