Raúl Prebisch. Obras 1919 - 1948
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RAOL PREBISCH
OBRAS
1919- 1948

Esta publicación ha sido posible gracias al
apoyo recibido por el Banco Central de la
República Argentina.

RACJL
PREBISCH
OBRAS
1919 - 1948
1
FUNDACION RAUL PREBISCH

Supervisión: Dr. Gregorio Weinberg
Recopilación histórica y bibliográfica: Dr. Manuel Fernández López
Corrección de estilo y adecuación de texto: Olga Manfroni
Coordinación general: Dr. Gustavo Ferrari Wolfenson
© Copyright: Fundación Raúl Prebisch
Pasaje La Piedad 24
1037 Buenos Aires - Argentina
L" Edición 1991
2200 ejemplares
ISBN NU 950-99792
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Prebisch. Raúl (1901 - 1986)
Tomo
I : 1919 - 1928 - Artículos y ensayos.
Tomo
II : 1929- 1948 - Política económica argentina e internacional.
Tomo lII : 1944 - 1948 - Cursos universitarios e indagatorias teóricas.



PROLOGO
Esta obra se propone reunir los escritos de Raúl Prebisch, tarea nada fá-
cil por cierto. Su larga y fecunda vida fue la de un hombre de múltiple acción
y profundo pensamiento, condiciones rara ve: concurrentes, que trasladó al pa-
pel sus variadas experiencias. Su dilatada labor escrita, incluye textos apare-

cidos en libros, revistas y publicaciones de distintos países. Además, muchos de
los trabajos, en ra:ón de los cargos que desempeñó, no fueron firmados, pe-

ro se sabe a ciencia cierta que son de él.
Quienes integranws la Fundación que lleva su nombre, ante la magnitud de
su obra henws considerado conveniente organizarla en varias etapas, periodi-
zación que responde al criterio que determinan los hechos más destacados de
su actividad.

Una primera etapa estará constituida por su labor e11 su patria, y se extien-
de hasta 1948. Comprende, claro está, los mios de su precoz juventud, cuan-
do estudia en la Universidad de Buenos Aires, su paso siempre innovador por
distintos cargos en los sectores privado y público y, muy en especial, su actua-
ción como gerente general del Banco Central de la República Argentina, don-
de se desempeñó desde el origen de esta institución y durallfe los primeros mios
de su existencia hasta 1943. No corresponde al propósito de estas lineas intro-
ductorias destacar la decisiva influencia que Prebisch tuvo en la creación de
dicho Banco Central, cuando hizo de él un verdadero modelo para su tiempo
y un motivo de nostalgia en la actualidad. Esta primera parte abarca además

casi todo el qui11que11io posterior, cuando abandona sus funcio11es en aquel or-
ganismo y busca elaborar co11clusiones de orden teórico relacio11adas con la ex-
periencia adquirida.
La segunda etapa, que abarca un período que se inicia en 1949 y se extien-
de durante casi quince mios, está integrada fundamentalme11te por sus estudios
publicados como funcionario responsable de la CEPAL. Demostró allf, una vez
más, sus dotes de organizador. Se supo rodear de un grupo verdaderamente ex-
cepcional de eco11omistas y de especialistas de otras disciplinas afines, al cual

dirigió con la eficacia y el calor humano que lo caracterizaba, con la conta-
giosa dedicación que siempre ponía en su trabajo y con la lucidez de su in-
teligencia creadora. Desde ese organismo internacional se elabora un verdade-

VIII
RAÚL PREBISCH
ro modelo de desarrollo para América Latina, el que tiende a superar los se-
rios problemas derivados de las diferencias, que ya entonces se acentuaban, en-
tre lo que Prebisch denominó el centro y la periferia de la economía mundial.
Creemos conveniente abarcar con detenimiento este período de la CEPAL, no
siempre apropiadamente interpretado por ciertas corrientes del pensamiento con-
servador. Estamos convencidos que la publicación orgánica de esta parte de su
obra escrita contribuirá a esclarecer su pensamiento como a comprobar la sa-

gacidad de muchas de sus intuiciones.
Durante más de un decenio se desempe1ió como secretario general de la UNC-
TAD, y ese periodo constituirá la tercera etapa de esta obra. Aquf la figura de
Prebisch trasciende el continente americano y se convierte en el i1lférprete de
las angustias, aspiraciones y posibilidades del mundo en desarrollo. Y permi-
taseme aquí recordar una vivencia personal: jamás olvidaré la calurosa acogi-
da que recibió en oportunidad de la primera conferencia de la organización, ce-
lebrada en Ginebra en 1964, y a la cual asistí integrando la representación ar-
gentina, y que entiendo fue la reunión internacional más numerosa y con más

paises representados hasta entonces celebrada. El aplauso que recogió su dis-
curso, pronunciado en español, duró varios minutos, y expresaba la confianza
y la simpatía que este hombre despertaba entre los delegados, voceros de la ma-
yor parte de la población del mundo. Su desempeño frente a la UNCTAD jus-

tificó las esperan:as puestas en Prebisch, quien siempre contó --oportuno es re-
cordarlo- con el apoyo de los dirigentes máximos de esas naciones, y con los
cuales estableció muchas, perdurables y muy importantes relaciones.

Consideramos que, desde el punto de vista cronológico y lógico la prosecu-
ción de la obra debe abarcar sus trabajos realizados durante el lapso en que
dirigió la Revista de la CEPAL, iniciado en 1976, y cuando vuelca a través
de sus escritos la inigualable experiencia y refle.\\ión acumulada acerca de las

economías en desarrollo. Como él misnw expresó, por entonces, exploró respues-
tas coherentes para los problemas económicos de los paises de la periferia. re-
visando con gran espfritu critico sus ideas anteriores, para llegar a la conclu-
sión de que la metodología de cambio para dichos paises debe desplazar el ho-

rizonte más allá de la mera teorfa económica para penetrar en las modifica-
ciones estructurales en lo social. Integra esta etapa, la última de su vida, su
regreso a la Argentina, donde contribuye con ánimo y decisiones juveniles a con-
solidar el sistema democrático iniciado en 1983. Incluye, por cierto, su libro pós-
tumo: Crisis del desarrollo argentino: de la frustración al crecimiento vigoro-
so, donde aborda la difícil y compleja situación de la economía de su país.

Esta nota introductoria encabeza la obra de la primera etapa, la que com-
prenderá tres volúmenes, para cuya elaboración se contó con el invalorable apo-
yo del Banco Central de la República Argentina, que costeó la edición. Se han
incluido en esta primera parte, escritos firmados por Prebisch, y otros que sin
estarlo, sabemos con absoluta certeza fueron de su autoría. En cada caso se

sitúa el trabajo, aclarando lugar y fecha de su publicación.
Para esta delicada tarea se ha contado con las valiosas sugerencias del doc-

PRóLOGO
IX
tor Julio González del Solar, quien contribuyó con su consejo a ubicar los tra-
bajos de Prebisch en el collfexto en que fueron formulados. También se reci-
bió el asesoramiento de la Comisión de Publicaciones de nuestra Fundación, in-

tegrada por los doctores Osear Bardeci, Atilio Boron, Luisa Montuschi, Carlos
Moyano L/erena, Mario Rapaport, Gregorio Weinberg, Eduardo Za/duendo y Al-
berto Zelada Castedo. La compilación ha estado a cargo del doctor Manuel Fer-
nández López, quien con erudición y esmero ubicó cada escrito en la oportu-
nidad en que fue realizado. Oiga Manfroni, con mucho profesionalismo en la
tarea, se encargó de la revisión de la obra.

Especialmente deseo recalcar la labor de supervisión general que asumió el
doctor Gregorio Weinberg en nombre del Consejo de Administración y que ha
llevado a cabo con el sentidn afecto que siempre tuvo por Prebisch.

Tenenws fundadas esperanzas en que las organizaciones internacionales don-
de Prebisch tuvo relevante desempeño, contrihuirán también a posibilitar la con-
tinuación de este esfuerzo editorial. Es propósito, por tanto, de la Fundación
lograr que la obra toda de Raúl Prebisch constituya algo integrado y debida-
mente ordenado.

Para la Argentina esta publicación de los escritos de Prebisch expresará el
reconocimiento de la deuda contrafda por sus servicios al país, al cual hizo co-
nocer y representó magníficamente con su sola presencia, tanto en el ámbito t;e-
gional conw en el resto del mundo, especialmeme en los paises menos desarro-
llados. Y para finalizar, nos parece pertinente recordar las palabras pronuncia-

das por el cardenal Silva Enriquez, con rnotivo de sus exequias en Santiago de
Chile: "Amigo Raúl, no sé cual era tu fe, pero sé que eras un hombre de IUJ-
nor y también sé lo que has hecho por los pobres del mundo", quien prosiguió
recordando, con inocultada emoción, la generosa obra realizada por este exi-

mio economista y hombre público que tan honda huella ha dejado en todos los
lugares donde ha actuado.
ENRIQUE GARCÍA V ÁZQUEZ

NOTA PRELIMINAR
Esta obra reúne todos los escritos de Raúl Prebisch conocidos hasta el presente.
No existe ninguna colección similar para el período 1919-1948. Algunos trabajos
se publican aquí por primera vez y muchos no figuran en los varios catálogos de
sus obras. Los textos son íntegros y fidedignos. No se ha intentado ningún agru-
pamiento temático y se presentan ordenados cronológicamente para facilitar su
manejo por los múltiples lectores que tendrá este rico material.
Una sucesión de trabajos no describe una vida, pero los recuerdos de una vida
dan emoción y contenido a cada trabajo. Por ello será útil presentar ordenadas las
reminiscencias de Prebisch sobre sus propios escritos, tal como las manifestó a
familiares. amigos o al público en general.
Los primeros trabajos suyos de que tenemos noticia son dos monografías: Indus-
trialización del maíz (1918, 30 páginas), posiblemente escrita para las asignaturas
Tecnología Industrial y Rural. o Geografía Económica, ambas cursadas por Pre-
bisch ese año: y Teorfa del interés (1919. 155 páginas). acaso destinada al Semi-
nario de Economía que dirigía Mauricio Nirenstein. Las copias, presumiblemente
dactilografiadas. así como los volúmenes en que estaban encuadernadas, desapare-
cieron de su único repositorio, la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas
(Universidad de Buenos Aires). La desaparición de la segunda es tal vez más la-
mentable, no sólo por su extensión y tema, sino porque cabe pensar que fue escrita
a fines de 1919, año en que Prebisch se dedicó intensamente a los estudios de
Economía. Ese año, con la reforma universitaria. los estudiantes vieron suprimida
la asistencia obligatoria a clases y Prebisch estudiaba en la biblioteca mañana y
tarde, ocho horas diarias, "muy seriamente y muy profundamente".
En julio-septiembre de 1919 aparecen en letras de molde sus primeras colabo-
raciones en la Revista de Ciencias Económicas (véanse capítulos 1-7 del presente
volumen). Así narró esa experiencia: (los domingos) "iba a misa, volvía y me ponía
a estudiar y a escribir; empezaba ya a escribir pequeñas cositas para la revista de
la Facultad". Colaboraciones similares en la misma publicación corresponden a los
capítulos 9, 10, 11, 13, 14 y 21 de este volumen.
Sin embargo, Prebisch consideró como su primer artículo ¿Salarios a oro?,
aparecido en la revista La Hora, publicación "tercerista" del Partido Socialista, que
dirigía el profesor de la Facultad doctor Augusto Bunge. El artículo criticaba uno

XII
RAÚL PREBISCH
de los puntos de la platafonna electoral socialista, referente al pago de salarios en
oro para contrarrestar el alza del costo de la vida ocurrido durante y después de la
guerra. Prebisch demostraba que los precios en dólares convertibles -que equiva-
lían a or<>- también se habían desvalorizado, y que la solución era más bien ajustar
los salarios al costo de la vida. El artículo disgustó a Juan B. Justo, quien recriminó
duramente a Augusto Bunge por su publicación. No fue posible conseguir ningún
ejemplar de ese trabajo al momento de dar a imprenta este volumen. Prebisch
continúo investigando estos problemas en los capítulos 15, 18 y 24.
Los registros de la Facultad sefialan que en febrero de 1920 Prebisch era ayu-
dante en el Seminario de Economía y Finanzas, que dirigía Eduardo M. Gonella,
y que desde el 1 º de septiembre pasó a ser un cargo rentado. Prebisch, sin embargo,
solía indicar su segundo año de Facultad (1919) como el de comienzo en esa
función. Concurría a trabajar dos horas por la mañana y tres por la tarde. Una de
las misiones que le fueron encomendadas fue traducir abreviado el libro de J. H.
Williams, El comercio internacional argentino en un régimen de papel moneda
inconvertible,
publicado en cinco números consecutivos de la Revista de Ciencias
Económicas
(1921) y como folleto por el mencionado Instituto.
El eminente estudioso Alejandro Bunge nunca tuvo "inclinación a la docencia
fonnal", según su pública confesión. Por ello fue una feliz coincidencia que en
1920 dedicase su curso de Estadística a un seminario sobre "Costo de la vida y
poder adquisitivo de la moneda"- tema del que ya se había ocupado Prebisch
(capítulos 1 y 2)-, que en la mitad del curso renunciase el ayudante doctor Emilio
Ravignani, y que el cursante Raúl Prebisch fuese además ayudante del Instituto
donde se dictaba ese seminario. Bunge, "al notar en mí un cierto interés por estos
asuntos -en el curso del Seminario que entonces desarrollaba en la Facultad de
Ciencias Económicas--comenzó a impartinne un estímulo tal, que mi interés se
transfonnó en verdadero entusiasmo" (véase el capítulo 37). Mucho antes de
concluir el curso de Estadística (el examen lo rindió el 25 de noviembre), Prebisch
ya publicaba su primera colaboración en la Revista de Economía Argentina (capí-
tulo 12), fundada y dirigida por Bunge, como un "Resumen de la exposición hecha
en clase". Poco después, la misma Revista le publicó otro trabajo (capítulo 15),
donde es mencionado como "jefe de trabajos prácticos del Instituto del costo de la
vida y poder adquisitivo de la moneda". Al año siguiente, la Facultad incluyó en
su serie Investigaciones de Seminario un extenso estudio de Prebisch sobre esos
temas (capítulo 24), prologado por Bunge. La vinculación con Alejandro Bunge
continuó en las páginas de la Revista (capítulos 16, 20, 32, 34-38), donde es
reconocido como colaborador pennanente desde 1924, y en la Universidad de La
Plata, adonde Bunge, como profesor de Economía de la Facultad de Derecho, lo
llevó como jefe de Seminario, tarea que motivó a Prebisch para producir un inte-
resante estudio metodológico (capítulo 25), prologado por Salvador Oría.
En 1922, la Sociedad Rural Argentina, preocupada por la crisis ganadera y la
caída de los precios de la carne, en vista de la falta de estadísticas sobre el comercio
de carnes, decidió crear una Oficina de Estadística. Prebisch aceptó (5 de junio) el
cargo de director, que implicaba además el de ayudante y escriba en aquella

NarA PRELIMINAR
XIII
pequeña oficina. Su actuación le hizo conocer a notables como Ernesto Bosch
(presidente de la institución), Tomás LeBreton y otros. En septiembre produjo su
informe (capítulo 27), pero su conclusión acerca de la falta de concurrencia en el
mercado local causó desagrado y debió renunciar (4 de enero de 1923).
No pasaron dos o tres meses después del trabajo en la Sociedad Rural cuando
recibió una carta del ministro de Hacienda de la Nación, Rafael Herrera Vegas,
pidiéndole que le viese: "El doctor Lobos, mi consuegro, me ha sugerido su
nombre. Yo quiero que usted visite Australia y Nueva Zelanda para ver cómo se
aplica el impuesto a la renta en esos países. Son países agrícolas y yo creo que la
Argentina debe tener un impuesto a la renta, pero toda la gente con la cual consulto
me dice que en un país agrícola es muy difícil tener este impuesto. Yo quiero que
usted haga esa visita". Tampoco Alejandro Bunge fue ajeno al nombramiento de
Prebisch para esta misión, como este último aclaró (capítulo 37).
El fallecimiento de Vilfredo Pareto causó pesar en la Facultad, y el 2 de octubre
de 1923 le rindió homenaje en un acto público. Hablaron, por los profesores, el
doctor Hugo Broggi, y por los alumnos Raúl Prebisch (capítulo 31). Concluía
Prebisch afirmando su intención "de estudiar sistemáticamente la obra del sabio
maestro", uno de los autores que más influyeron en su formación.
Partió el 24 de octubre, cuando ya habían asumido las nuevas autoridades del
Ministerio de Hacienda que acortarían su viaje: Víctor M. Molina, ministro, y
Salvador Oría, subsecretario, respectivamente. Llevó consigo la Sociologfa general
de Paretto, que leía a bordo en las mañanas. Estuvo en Oceanía entre el 13 de
diciembre y el 17 de abril de 1924. En Nueva Zelanda visitó el Bureau of Censos
and Statistics, que dirigía Malcolm Fraser. En Melboume estudió la legislación,
reglamentación y aplicación del impuesto a la renta en el Department of Taxation.
También visitó a Sir George Knibbs, director de Estadística, organizador de la
estadística australiana y célebre por sus estudios sobre demografía. En su organi-
zación descubrió Prebisch las famosas "máquinas estadísticas" (perforadoras, cla-
sificadoras, tabuladoras), desconocidas en la Argentina. El 13 de marzo, invitado
por el Henry George Club de Melbourne, pronunció en inglés una conferencia
sobre el problema de la tierra en la Argentina (capítulo 33), publicada en el número
de abril de 1924 de Progress y en la Revista de Ciencias Jurfdicas y Sociales (11:
7, La Plata, octubre de 1924, págs. 247-251), en versión castellana del georgista
argentino Cándido Villalobos Domínguez. A fines de marzo le llegaba la resolución
por la que se le declaraba cesante. Resolvió quedarse unas tres semanas para
conocer otros aspectos. A su pedido, le llevaron a Nueva Gales del Sur para
conocer su organización agrícola.
"Como me sobraban unos pocos dólares, volví en barco en dirección a Europa.
Yo había ido por Estados Unidos. Me quedé en Italia. Estuve vagando un mes, más
o menos, por Italia, Francia, Inglaterra". En Cherburgo encontró al doctor LeBre-
ton, quien le inquirió sobre sus observaciones de la colonización agraria en Nueva
Gales del Sur y le solicitó que le viese en su despacho del Ministerio de Agricul-
tura, en Buenos Aires. El ministro le habilitó un despacho semejante al suyo y le

XIV
RAÚL PREBISCH
encargó estudiar el régimen de tenencia del suelo, a fin de dar curso a expedientes
acumulados solicitando títulos de propiedad. LeBreton había preparado un proyecto
de reforma agraria, que obtuvo la aprobación del presidente Alvear. pero que no
pudo impulsar ante la renuncia de LeBreton por razones políticas (capítulo 35).
"Así me pasé un año, hasta que se hizo un concurso en la Dirección de Esta-
dística de la Nación para proveer el cargo de subdirector. Como en los tiempos de
estudiante yo había trabajado tres meses allí, conocía la Dirección. Me había for-
mado una idea de todas sus fallas. y escribí un informe (julio del925) acerca de
cómo reorganizarla y cómo mecanizar la compilación. Proponía usar esas máquinas
que había visto en Australia, y sobre la base de ese trabajo me nombraron subdi-
rector" (capítulo 37). Fruto de esa función fue un importante estudio de demografía,
que leyó en conferencia pública el 17 de octubre de 1926 (capítulo 38).
Mientras ocupaba la Subdirección de Estadística se produjo la renovación de
autoridades en la Sociedad Rurál. Se designó presidente a "un hombre lleno de vida
y de ideas", el ingeniero Luis Duhau. Prebisch no lo conocía, pero en abril de 1927
recibió una invitación de Duhau para acompaflarlo a Estados Unidos. El motivo del
viaje era participar en alguna conferencia y reclamar contra el proteccionismo
agrario norteamericano. También lo acompañó al Canadá, donde efectuaron visitas
vinculadas con el régimen de comercialización agrícola, desde los elevadores de
campaña hasta los elevadores terminales, la clasificación de granos, etcétera.
El viaje le sirvió a Duhau, cuando fue nombrado ministro de Agricultura (1933)
para proponer la primera legislación de granos que hubo en la Argentina y el
establecimiento del régimen de elevadores y de clasificación de granos. En el viaje
de 1927 Prebisch produjo escritos para Duhau y asimismo un informe que fue
luego base de esa legislación. Esos escritos no se han podido ubicar hasta ahora.
A su regreso a la Argentina, Duhau fue recibido triunfalmente, y en septiembre
de 1927 fue nombrado vocal del Banco de la Nación. En los Estados Unidos le
había impresionado la Oficina de Estudios EConómicos de la Reserva Federal. Le
confió a Prebisch su intención de proponer al directorio la creación de una oficina
de investigaciones económicas. Su propuesta fue aceptada y Prebisch fue nombrado
director de la oficina. Allí empezó a formar un grupo con Ernesto Malaccorto, Max
Alemann y otros. "Un buen grupo, con gran intensidad de trabajo. Se empezó a
publicar una Revista Económica. Era el primer análisis que se hacía de la situación
argentina. Se empezaron a preparar informes internos. Se estableció también el
sistema estadístico, con gran apoyo del directorio. Casi toda la Revista la escribfa
yo. Era una revista sin posición económica, que analizaba los problemas. Allí, por
primera vez, se trató el problema del deterioro de la relación de precios del inter-
cambio". La declaración en bastardilla nos ha servido para incluir en este volumen
los capítulos 41 y 43-50.
Prebisch dominaba varios idiomas, como se evidencia ya en sus primeros escri-
tos. Tradujo obras destinadas a servir de texto para el estudio de economía. En 1919
la Revista de Ciencias Económicas (noviembre y diciembre) publicó una traducción
del francés de una parte de Les fondements de l'Economie Politique, de Adolf

NOTA PREUMINAR
XV
Wagner. En 1921. como se dijo antes, publicó su traducción abreviada del libro de
Williams. Por último, en 1926 se publicó su versión del italiano de los Principii di
Economia Politica
de Enrico Barone, iniciada por Mauricio Nirenstein. Estas obras,
no obstante su interés, no se incluyen en el presente volumen, aunque pueden
hallarse en la mayoría de las bibliotecas públicas.
MANUEL FERNÁNDEZ LóPEZ

INDICE
l. Investigaciones sobre el "standard" de vida en China ....... ..........................
1
2. El costo de la vida en Italia ..........................................................................
3
3. La guerra y la población en Francia.............................................................
4
4. Departamento de investigaciones sobre fatiga industrial.............................
5
5. La riqueza y renta del mundo antes de la guerra..........................................
6
6. Geografía económica .. ... . ... ... .. ..... ..... .. .. ... .. ... .. ....... ... .. .. ... .. ... .. .. ... ..... .. .. .. . .. ..
8
7. La situación financiera de Francia . ... .. ... .. .. ........ .. ..... .. ..... .. ..... .. .. . .. ... .. .. .......
9
8. La cuestión social ......................................................................................... 11
9. Stabilizing the Dollar (La estabilización de la moneda), por lrving Fischer 13
lO. El medio circulante y los precios en Italia................................................... 18
l 1. El medio circulante y los preci9s ................................................................. 20
12. Comentarios sobre el trabajo Estadístíca de precios y números indicadores
del Perú, por Osear F. Arrús ............................................... .......................... 22
13. Deuda pública de las naciones antes y después de la guerra........................ 28
14. Principios de desinflación ............................................................................ 32
15. El ajuste de los salarios al costo de vida...................................................... 35
16. La organización de las estadísticas .............................................................. 42
17. La Conferencia de Bruselas ......................................................................... 43
18. Estudios sobre la moneda. J. B. Justo. Tercera edición.
Buenos Aires. 1921 ...................................................................................... 55
19. Anotaciones sobre la reforma....................................................................... 61
20. La Conferencia Financiera Internacional de 1920 ....................................... 68
21. El trabajo libre . .......... .... ... .. ..... ....... ... .. ................. .. ... .... ... .. ... .. .. ... ......... ....... 82
22. La ortopedia bancaria del profesor Piñero ......... .. .. ........ .. .. ... .. .. ... ......... ....... 84
23. Anotaciones sobre nuestro medio circulante. A propósito
del último libro del doctor Norberto Piñero ................................................. 93

XVIII
RAÚL PREBISCH
24. Planes para estabilizar el poder adquisitivo de la moneda ........................... 176
25. Carácter y finalidad de los cursos de Seminario .......................................... 217
26. Sobre la degradación del marco y el pago de las reparaciones .................... 227
27. Información estadística sobre el comercio de carne vacuna ........................ 236
28. -Anotaciones sobre la crisis ganadera ............................................... -............ 304
29. La Caja Internacional de Conversión ........................................................... 350
30. A propósito de la primera conferencia del profesor Jéze ............................. 360
31. La sociología de Vilfredo Pareto .................................................................. 365
32. Establecimiento de nuestra administración financiera sobre
bases comerciales ......................................................................................... 374
33. El problema de la tierra ................................................................................ 376
34. Determinación de la capacidad imponible. Método australiano
de promedios ................................................................................................ 381
35. Aclar~ciones al proyecto de colonización del Poder Ejecutivo ................... 393
36. Primer informe del doctor Raúl Prebisch sobre sus estudios
financieros y estadísticos en Australia ......................................................... 401
37. Anotaciones a la estadística nacional ........................................................... 404
38. Anotaciones demográficas ........................................................................... 421
39. De cómo discurre el profesor Olariaga ........................................................ 466
40. El régimen de pool en el comercio de carnes (informe presentado
a la Comisión Especial de Carnes de la Sociedad Rural Argentina) ............ 481
41. Organización de la Oficina de Investigaciones Económicas ....................... 498
42. Ritmo de crecimiento de la economía nacional ........................................... 502
43. Propósitos de esta publicación ..................................................................... 528
44. La posición de 1928 y las variaciones económicas de la última década ...... 531
45. El movimiento internacional del oro ............................................................ 553
46. La carne argentina en el mercado británico ................................................. 578
4 7. Los pagos internacionales y el ciclo monetario ........................................... 583
48. El estado económico .................................................................................... 592
49. El estado económico .................................................................................... 622
50. El estado económico .................................................................................... 634

1
INVESTIGACIONES SOBRE
EL "STANDARD" DE VIDA EN CHINA*
The Quarterlylournal of Economicsdenoviembrede 1918, trae un fragmento del
estudio completo que sobre presupuestos familiares vienen haciendo los alumnos del
"American Indemnity College" de Pekín, bajo la dirección de un profesor norteame-
ricano de Economía Política.ª Este fragmento corresponde a las investigaciones hechas
en el barrio de Tsing-Chiao, a poca distancia de Pekín.
A causa de los inconvenientes y dificultades que presenta este género de trabajo,
sobre 300 familias examinadas púdose obtener solamente 195 presupuestos uti-
lizables.
Las diferencias entre las estadísticas de Tsing-Huah y las obtenidas en 1857 por
Engel en Sajonia (que sirvieron como modelo) y últimamente, por el Departamento de
Labor en Estados Unidos, se podrán apreciar en la siguiente tabla:
Ingresos
Porcentaje de los gastos totales
Investigación
A) Altos
Alimen-
Luz y
Alqui-
B) Bajos
Vestido
Varios
tación
cale f.
le res
Engel B)
225-300
62,0
16,0
5,0
12,0
5,0
Engel A)
750-1.000
50,0
18,0
5,0
12,0
15,0C
Dep. de Labor de
Estados Unidos B)
200-4001
50,9
8,7
7,0
16,9
15,6
Dep. de Labor de
Estados Unidos A)
l .200-1.500C
36,5
15,7
5,0
17,4
25,4
Tsing Hua B)
30-49
79,0
3,4
6,0
9,9
1,3
TsingHuaA)
130-149
70,8
8,5
7,0
7,1
6,6
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, N2 73,julio de 1919, págs. 58-59. Finnado: "R.P."
N. del Ed. C. G. Dittmer, "An Estimate of the Standard of Living in China", QJE, noviembre de
1918, págs. 107-128.
b
N. del Ed. "Tsing-Thua", en el original.
N. del Ed. "5,0", en el original.

N. del Ed. "Under 200" en el artículo de Dittmer.

N. del Ed. "1.200 over", en el artículo de Dittmer.

2
RAÚL PREBISCH
En China (Tsing-Hua)f el porcentaje gastado en alimentación solamente, es casi
igual al gastado en Norteamérica en todas las necesidades de existencia; en cambio el
máximo gastado en varios, es 6,6 mientras en Nortt>américa el mínimo es más que el
doble de esta cantidad.
Con este "standard" tan bajo en que casi todo el ingreso es gastado en alimentación,
¿qué le queda a una familia para gastos de educación, libros, viajes, recreaciones,
obligaciones sociales, etcétera? En un pueblo como el chino, la vida se presenta en su
costado áspero y todas las energías se consumen en la lucha por la existencia, viéndose
impedido así el libre desenvolvimiento intelectual y espiritual y aun el desarrollo físico.
Ignorancia, superreproducción, baja posición de la mujer, epidemias, etcétera, es
el precio que pagan los chinos por su bajo "standard" de vida.g
Nota. Las cifras correspondientes a Estados Unidos y Sajonia son expresadas en
dólares, por las frecuentes fluctuaciones del cambio con el peso chino.
'
N. del &l. "Tsing-Thau", en el original.
N. del Ed. Los dos últimos párrafos se inspiran en Dittmer, oh. cit., pág. 128.

2
EL COSTO DE LA VIDA EN ITALIA*
Extractamos de la revista The Ame ricas, algunos datos sobre el aumento del costo
de la vida en Italia.
En agosto de 1918, los precios de los nueve artículos alimenticios de primera
necesidad, controlados bajo el sistema de raciones (pan, macaroni, arroz, harina, leche,
carne, manteca, tocino y aceite de olivas) muestran un aumento de 172 % comparado
con los de agosto de 1912. En agosto de 1917 este aumento fue sólo de 86 %.
El Boletín Municipal da los siguientes cálculos de gastos semanales en una familia
de obreros compuesta de 2 adultos y 3 niños, en 1918, en relación con los de 1914:
1914
1918
Alimentación
25,58
89,75
Vestido
4,94
15,16
Alquileres
4,70
4,70
Luz y calefacción
1,86
4,70
Varios
4,12
12,63
Total
41,20
126,33
Estas cifras nos indican que el costo general de la vida entre las clases trabajadoras
es ahora 206 % más alto que en 1914. En las clases más acomodadas, el aumento asume
más altas proporciones. Algunos renglones, como vestido y artículos medicinales,
presentan el alza más considerable en los precios. Según se desprende de investigacio-
nes hechas por la Municipalidad de Milán, los salarios, en las fábricas de esa ciudad han
sufrido desde 1914 una suba de 40 '% como mínimo hasta 200 % como máximo.
teniendo en cuenta las diferentes clases de trabajo y la habilidad de los trabajadores.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8. Nº 73. julio de 1919. págs. 60-61.

3
LA GUERRA Y LA POBLACION DE FRANCIA*
Según The Economist de 18 de marzo de 1919, las últimas estadísticas oficiales
francesas sobre nacimientos y defunciones correspondientes a los 77 departamentos no
invadidos por el enemigo, señalan, conjuntamente con las cifras a que asciende el
número de muertos y heridos, una grave disminución en las fuerzas de la nación. Antes
de la guerra, la población permanecía casi estacionaria y el porcentaje de nacimientos
tendía a declinar en todo el país, excepto en algunos departamentos rurales.
Los totales de nacimientos y defunciones en los 77 departamentos son:
Años
1913
1914
1915
1916
1917
Defunciones
587.445
647.549
655.146
607.742
613.148
Nacimientos
604.811
594.222
387.806
315.087
343.310
Déficit
53.327
267.340
292.655
269.838
Estos datos corresponden sólo a cinco sextos de la población civil; si tenemos en
cuenta a los 10 departamentos invadidos (que representan el sexto restante) la pérdida
resultará mucho mayor.
Considerando que el poder productivo de riqueza en la población reside entre los
hombres de 15 y 65 años, en el año 1935, suponiendo la población estacionaria y no
contando los residentes extranjeros, el número de estos hombres será de 2.000.000
menos que si no hubiese habido guerra. El número de muertos y heridos entre 16 y 48
años, que en 1955 habrían alcanzado la edad de 33 y 65, suman 1.400.000; la
disminución en los nacimientos de varones durante los años de guerra, causará otra
deficiencia de 600.000. El director de estadística predice que esta diferencia afectará
a la población rural más seriamente que a la urbana, pues el "éxodo rural" ha sido
intensificado durante la guerra, y es probable que continúe.
"' N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, N2 73,julio de 1919, pág. 62.

4
DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIONES
SOBRE FATIGA INDUSTRIAL*
Según The Labour Gazete del mes de enero de 1919, se acaba de crear en Inglaterra
por el Departamento de Investigaciones Científicas e Industriales conjuntamente con
el Comité de Investigaciones sobre Fatiga Industrial para considerar e indagar las
relaciones de las horas de trabajo y otras condiciones de empleo, incluyendo métodos
y procedimientos de labor, con la producción de fatiga, considerando tanto la eficiencia
industrial como fa preservación de la salud de los obreros.
El deber del Departamento será organizar y promover investigaciones en diferentes
industrias, con el objeto de encontrar el número más favorable de horas de trabajo e
intervalos de descanso y otras condiciones aplicables a los varios procesos según la
naturaleza del trabajo y su exigencia en el obrero. Para cumplir su objeto el Departa-
mento espera recibir ayuda de los patrones y obreros invitando a ambos a enviar sus
representantes para integrar el mismo.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, N2 73, julio de 1919, págs. 63-64.

5
LA RIQUEZA Y RENTA DEL MUNDO
ANTES DE LA GUERRA*
The Americas de junio de 1919 trae una interesante estadística, resultado de las
investigaciones que, sobre la riqueza y renta de las principales naciones del mundo,
antes de la guerra, hiciera el economista británico, doctor J. C. Stamp para la Sociedad
Real de Estadística de Londres.
Las cifras son importantes, a pesar de los cambios en el nivel de los precios, en la
capacidad industrial y agrícola de las naciones durante la guerra y las alteraciones en
todas las formas del capital líquido. Para establecer el crédito actual de esas naciones
y su presente riqueza, probablemente el mejor método será el de basarse en estas cifras
y hacer las correcciones correspondientes a los aumentos y disminuciones ocurridas en
el tiempo de guerra, cálculo bastante difícil y delicado por cierto.
Los siguientes datos numéricos son, en cifras redondas, las estimaciones sobre el
capital nacional y la suma per cápita.
Reino Unido
A $
72.500
millones
$
1.590
Estados Unidos
B " 210.000
2.120
Alemania
B "
82.750
1.220
Francia
B "
60.000
1.515
Italia
e " 22.400
640
Austria-Hungría
e .. 31.000
605
España
D "
14.700
720
Australia
A "
7.650
1.590
Canadá
B "
11.425
1.500
Japón
D "
12.000
220
Argentina
e " 12.000
1.700
N. del Ed. Revista de Ciencias EcomSmicas: 8, N2 74, agosto de 1919, pág. 145.

RIQUEZA Y RENI'A DEL MUNOO
7
Los símbolos antepuestos indican, según el doctor Stamp, la probable inexactitud
de las estimaciones: A, el 10 % de inexactitud probable; B, el 20 %; C el 30 % y D, puede
ser más de 40 % de inexactitud.
El cálculo de las rentas nacionales es el siguiente:
Reino Unido
A $
11.250
millones
$ 250
15,6
Estados Unidos
B "
35.250
"
360
16,6
Alemania
A"
10.750
" 150
12,3
Francia
B "
7.500
"
190
12,5
Italia
D"
4.000
" 115
17,9
Austria-Hungría
D"
5.500
" 105
17,3
España
D"
1.150
55
7,6
Australia
A"
1.290
" 270
16,9
Canadá
D"
1.500
" 200
13,3
Japón
e,,
1.575
30
13,6

6
GEOGRAFIA ECONOMICA *
Cada día se deja sentir más la necesidad de los estudios económicos; así lo entiende
el ministro de Chile1 en Madrid al aconsejar que los textos de geografía, tanto espafioles
como sudamericanos, no sólo se dediquen a la descripción fría y muerta de los sistemas
hidro y orográficos, sino que el estudio del medio debe ser acompañado por el de las
relaciones existentes entre él y las actividades económicas del hombre, pasando así de
los conceptos inertes de la geografía física a los más vitales de la geografía económica.
Esta idea no es nueva para nuestra Facultad. Su plan de estudios tiene dos cursos
de geografía económica, y decimos su plan de estudios, porque los propósitos
inteligentes de sus autores se ven desvirtuados en la práctica de la enseñanza.
Exceptuando las conferencias libres del doctor Kuhn, no se ha dictado todavía ningún
curso de la materia desde que no podemos designar con su nombre, al conjunto de
vaguedades e incoherencias que, hasta hace muy poco, se oían en primer afio, ni
tampoco al torrente de ciencia "express" formada de observaciones superficiales y a
la ligera, frecuentemente disimuladas con metáforas y abundancia de cifras estadísticas
de fechas dudosas, que cae sobre los alumnos.
Sin embargo, los programas sintéticos de la materia, satisfacen al más ávido de
conocimientos. El programa del primer curso se refiere al estudio geográfico econó-
mico de la República Argentina. El del segundo, trata de la aplicación de las relaciones
geográfico-económicas al estudio científico de las naciones civilizadas que mantengan
intercambio económico con el país o tengan productos similares a los nuestros y al de
las regiones destinadas a ser futuros mercados para los productos argentinos. Pero nada
de esto se lleva a cabo en realidad; el profesor del segundo curso se entrega todo el afio,
a lo que él llama metodología de la materia y su aplicación a Norteamérica, olvidándose
de naciones tan' importantes en nuestras relaciones económicas comp son las limítro-
fes.
Es de imprescindible necesidad que la enseñanza de materias de tanto significado
como la que nos ocupa, descanse sobre bases más científicas para que así nos sintamos
capaces de realizar los anhelos que tuvieron los fundadores de nuestra casa.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, N2 74, agosto de 1919, págs. 156-157.
'
La Nación del 28 de agosto en un artículo titulado "Geografía Comercial".

7
LA SITUACION FINANCIERA DE FRANCIA*
Tomamos del Journal des Economistes, agosto-septiembre 1919, las siguientes
notas sobre el estado financiero de Francia:
"Al 31 de diciembre de 1918 los créditos abiertos desde el principio de la guerra,
ascendían a 161 mil millones de francos, aunque no han sido empleados en su totalidad.
Por otra parte, los saldos deudores de las cuentas especiales creadas desde la guerra,
pasaban de 5 mil millones de francos.
Para hacer frente a esos gastos formidables se recurrió:
con 22.500 millones provenientes de impuestos;
con 52.500 millones provenientes de empréstitos consolidados;
con 26.000 millones provenientes de empréstitos a corto término.
En fin, con los recursos de la deuda flotante, con 41.000 millones de francos, de los
cuales 17.365 millones correspondían a los anticipos del Banco de Francia y del Banco
de Algeria.
El presupuesto para 1919 se elevará a 10.346.500.000 francos, según las proposi-
ciones de la comisión de finanzas.
Por otra parte, los créditos provisorios abiertos o solicitados para gastos militares
y para gastos excepcionales de los servicios civiles aplicables a los 3 primeros
trimestres, comprendidos los créditos adicionales, han llegado alrededor de 29.000
millones de francos. Además, se puede evaluar en 6.000 millones la suma de los
créditos que serán solicitados en el último trimestre.
El conjunto de gastos del ejercicio de 1919, llegará, pues, a un total que pasa de
45.000 millones de francos, pudiendo llegar a 47.000 millones si se siguen abriendo
cuentas especiales. ¿Con qué recursos se cubrirán?
Se recurrirá: 12) al producto de los impuestos y de las rentas públicas; 2º) a los
recursos para la deuda flotante.
Se ha evaluado el conjunto de recursos en 38.200 millones de francos. La nación
se encuentra frente a un déficit de 8.800 millones, que será preciso cubrir por un
* N. del Ed. Revisla de Ciencias Económicas: 8, Nº 75, septiembre de 1919, págs. 246-247.

10
RAÚL PREBISCH
empréstito consolidado. Pero como la última convención con el Banco de Francia nos
obliga a reembolsar 3.000 millones de francos sobre el próximo empréstito, se deberá
aumentar en otro tanto la suma a pedir prestada. Son, pues, 12.000 millones de francos.
en cifras redondas que habrá que pedir al nuevo empréstito.
Un impuesto se impone, pues, antes de fin de año, cualquiera que sea su forma, en
rentas u obligaciones, tanto para proceder a la liquidación de los ejercicios anteriores
a 1920 como para permitir la consolidación de una parte de nuestra deuda flotante.
Esta, al 31 de diciembre pasado, corre el riesgo de pasar la cantidad de 77.000
millones de francos.
Se manifiesta por múltiples indicios la abundancia de capitales disponibles. La
circulación fiduciaria, sobrepasa en grandes proporciones las necesidades de la hora
presente; no cesa la inflación de los depósitos en los establecimientos de crédito,
comprendido el Banco de Francia. donde, a pesar de no ganar intereses, pasan de 3 .000
millones. Los depósitos particulares en el Tesoro desconocidos hasta hoy, llegan hasta
850 millones. En resumen, es considerable la disponibilidad de los capitales en
expectativa de empleo en empréstitos consolidados o a largo término.
Pero en el momento en que serán solicitados por el empréstito de liquidación y
consolidación, los capitales serán igualmente atraídos por otras operaciones del mismo
Estado, ya sea directamente, ya por medio de intermediarios, acreditados por él, con
tanta instancia como que se tratará de la ejecución de urgentes obras."

8
LA CUESTION SOCIAL*
Pasamos por épocas agitadas, producto de la lucha de clases1 que conmueven los
cimientos de las instituciones que fueron, en tiempos anteriores, el exponente de ciertas
condiciones de hecho ahora sustituidas por otras, y que por consiguiente han perdido
su razón de ser para dar paso a otras nuevas, en consonancia con el ambiente actual.
La creación de nuevas formas, la reforma de las instituciones existentes, aprove-
chando lo que no tienen de malo, constituye la cuestión social. Nace con el agravamien-
to de las relaciones entre los grupos sociales que tienen intereses económicos en
oposición: entre los que aspiran a ver plasmadas en formas e instituciones nuevas las
relaciones originadas al calor de nuevas condiciones de hecho y los que la estabilidad
social conviene a sus intereses. ·
Afirmar que la cuestión social no existe en nuestro país significa ignorar la realidad
de las cosas, desconociendo la existencia de intereses en pugna entre el proletariado
industrial y el capitalismo y entre el proletariado rural y la clase propietaria de las tierras
e instrumentos productivos. Negar la cuestión social implica no aceptar la evolución
y sí el estancamiento. Es lógico que no se presenta en idéntica fonna en todos los países
ni aun en las distintas regiones de un mismo país desde que en cada caso, se halla
determinada por diferentes condiciones del ambiente económico.
El adelanto en los métodos productivos y el aumento en la eficacia del trabajo,
debidos al progreso de la técnica, cambian la estructura económica de las sociedades,
haciéndose necesario un cambio paralelo en la superestructura social que regía las
relaciones anteriores entre los que producen y dirigen la producción (Marx). La
cuestión social no es más que este proceso de reajustamiento de la superestructura
política y jurídica conforme a la nueva estructura económica.
* N. del &J. Revista de Ciencias Económicas: 8, N2 79-82, enero-abril de 1920, p4gs. 399-401.
1
No acepto el término "lucha de clases" en toda la amplitud que le daban Marx y Engels
principalmente cuando este último dijo que la lucha de clases constituye la historia de la humanidad; más
lógico es el socialista Turati cuando coloca, en ciertos casos, la "cooperación de clases" frente a la lucha
de clases.

12
RAÚL PREBISCH
Esclavo, siervo, asalariado, son las tres palabras que marcan, a grandes rasgos, el
proceso evolutivo del trabajo humano, proceso que a su vez es el efecto de los cambios
ocurridos en la economía. Estamos en la tercera etapa, el asalariado, y marchamos
precipitadamente hacia un régimen que al decir de A. Menger, garantice el "derecho
al producto íntegro del trabajo".
La cuestión social descansa, pues, sobre bases materiales (económicas). No es el
efecto de ideas sentimentales esparcidas por espíritus generosos. Creer lo contrario,
sería tomar al efecto por la causa; la superestructura ideológica es un producto de la
estructura económica y no ésta de aquélla. Esto no quiere decir que dadas ciertas
condiciones de hecho sea imposible la germinación de ideas y modos de pensar que no
concuerden con ellas, sino que esas ideas serían utópicas y no encarnarían en la mente
colectiva.
Es lo que aconteció con el "Dogma socialista" de Esteban Echeverría, nutrido de
las ideas de los sansimonianos de la Francia industrial, pero que no respondían a las
condiciones económicas de nuestro país en aquel entonces. La impotencia de las ideas
frente a la evolución social se halla plenamente comprobada por la observación
histórica. La desaparición de la esclavitud en Roma, según Seligman (Pr. ofEcs.), fue
debida a la disminución de la eficiencia en el trabajo del esclavo, porque habiéndose
terminado las tierras disponibles para el cultivo, fue necesario concentrar mayor
número de esclavos en un terreno menor, pero en esas condiciones se precisaba mayor
destreza y eficacia de parte de éstos, que requiere el cultivo menos extensivo, lo que
sólo se consiguió dándoles participación en el producto de su trabajo, naciendo así la
institución del "colonus". Antes de esto, varios moralistas romanos, hicieron ver
el bajo nivel ético de la esclavitud, mas sus prédicas chocaron con condiciones econó-
micas adversas. El Cristianismo, con sus doctrinas de justicia y fraternidad, llegó en
condiciones propicias; de ahí que se lo tome como causa de la desaparición de la
esclavitud.
La evolución social es, pues, incontenible; es inútil querer detenerla; es lógico tratar
de encauzarla (esta es tarea de gobiernos). Nada podrá contra ella la retórica patriotera,
a que ya estamos acostumbrados, a pesar de los esfuerzos desesperados de los que
tienen el espíritu agobiado bajo el peso de los intereses creados.

9
STABILIZING THE DOLLAR
(LA EST ABILIZACION DE LA MONEDA),
POR IRVING FISCHER*
La moneda actual (peso, dólar, libra esterlina, etcétera), no es un patrón constante
para medir los valores a través del tiempo, desde que su poder adquisitivo sobre los
demás bienes, sufre continuas variaciones reflejadas por el alza o la baja del nivel
general de los precios. Por un espejismo explicable estamos acostumbrados a encarar
todos los aumentos nominales en los precios de los artículos en general, como
aumentos reales (producidos por aumento de valor) y no reparamos en que este
fenómeno se debe en casi su totalidad a una depreciación de la moneda (una
disminución del precio del bien único moneda, medido por los demás artículos).
Todas las naciones del mundo civilizado, han visto subir gradualmente el nivel
general de los precios, desde los últimos aflos del siglo pasado y últimamente con las
alteraciones que trajo consigo el conflicto mundial, el alza llegó a niveles inusitados
y persiste todavía. Si entonces las variaciones en los precios, en dirección opuesta a las
variaciones del poder adquisitivo de la moneda, fueron en sentido superior, en la última
década del siglo diecinueve, tuvieron, por el contrario, una dirección opuesta.
Los efectos de estas constantes variaciones son de inmensa repercusión en la vida
económica de la comunidad. Si una apreciación o depreciación del oro -o de la
moneda- tuviese consecuencias repartidas igual y proporcionalmente sobre todos los
habitantes de una nación, el mal no existiría en realidad.
Pero los hechos no ocurren de esta manera; sus efectos son de dos naturalezas:
favorables para unos y desfavorables para otros; y de ahí el mal.
Cuando la moneda disminuye su poder de compra, en general, recogen más
beneficios los industriales, comerciantes y agricultores, que ven subir rápidamente el
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 9, N~ 84-85, junio-julio de 1920, págs. 741-746,
incluido en la sección "Notas bibliográficas" y firmado "R. P." El mismo texto publicó la Revista de
Economía Argentina: 5, N" 27-28, septiembre-octubre de 1920, págs. 282-286, en la sección "Bibliogra-
fía''. con esta añadidura bibliográfica a la mención del libro comentado! "(XIX+305 páginas). New Yorlt.
1920". La confrontación de ambos textos permitió depurar numerosas erratas materiales.

14
RAÚL PREBISCH
precio de sus productos; mientras que, por otra parte, todos aquellos que tienen réditos
o entradas fijas, experimentan intensamente su insuficiencia para hacer frente al
aumento creciente en los precios de los artículos de su consumo, aunque en otros
tiempos, les fueron bastantes para esos fines.
Se benefician los poseedores de acciones de compafiías industriales y comerciales,
y en cambio, los poseedores de títulos del gobierno, debentures o cédulas hipotecarias,
pierden tanto en poder de compra cuanto fue la depreciación sufrida en el poder de
compra de sus valores nominales.
Los acreedores se ven en una situación desventajosa y por el contrario los deudores
sienten disminuir el peso de sus cargas, en proporción a la disminución del poder
adquisitivo del dinero.
Sería largo y ocioso, prolongar la lista de efectos producida por esta variación del
poder de compra de la moneda.
Bástenos agregar que la clase que más sufre las consecuencias de este fenómeno,
es la asalariada; los salarios "reales" tardan considerablemente en ajustarse a las nuevas
condiciones. Así se explica en gran parte las agitaciones que se suceden sin interrup-
ción en el mundo del trabajo.
Hemos considerado la depreciación de la moneda. Los efectos de una apreciación,
es decir, de un aumento del poder adquisitivo son en sentido opuesto: las posiciones
anteriores se invierten y la agitación, en este caso, no parte de la clase desposeída sino
de los agricultores, comerciantes e industriales. Recordemos, nosotros, lo que ocurrió
en nuestro país cuando la valorización de la moneda (antes de la creación de la Caja de
Conversión, que respondió precisamente a ponerle límite) y tendremos idea aproxima-
da de ias consecuencias de este hecho.
Estos fenómenos se hicieron de palmaria evidencia en los últimos afios; el nivel
general de los precios ha subido en proporciones nunca vistas hasta entonces, trayendo
consigo el malestar social que hoy conmueve al universo.
Si los economistas están de acuerdo sobre estos hechos innegables, no sucede lo
mismo cuando se trata de asignarles causas ni respecto al mejor método para evitarlos.
Para unos, el alza de los precios, antes de la guerra, y principalmente durante ella,
y en todas las naciones, es debida a una mayor demanda de la generalidad de los
artículos y a un encarecimiento en su producción y oferta. Otros atribuyen al aumento
en la cantidad del medio circulante (inflación de papel y aúrea, aumento en los
depósitos bancarios sujetos a cheque), la totalidad del fenómeno, reconociendo, sin
embargo, que en las circunstancias anormales recientes, juegan también un papel, sino
preponderante, al menos importante, los desarreglos sufridos en la producción y demás
trastornos experimentados por la economía de los países en guerra y neutrales.
Resumiendo: unos sostienen que la causa del alza del nivel de los precios está en
los artículos mismos (condiciones de su producción, aumento de la demanda); y otros
ven en todo esto sólo un fenómeno monetario, exterior a ellos.

LA ESTABILIZACIÓN DE LA MONEDA
15
Entre estos últimos se encuentra el ilustre economista americano lrving Fisher, que
con el objeto de llegar a una moneda estable en valor (to standardize or stabilize the
dollar) propone un ingenioso sistema, en su último libro Stabilizing the Do/lar, que
expondremos brevemente.
El asunto no es nuevo para Fisher; ya en su Purchasing P ower of M oney recomienda
un procedimiento análogo al que ahora presenta en una forma más clara, detallada y
perfeccionada.
Sostiene que "el nivel de los precios a que se efectúan los negocios está a merced
de las condiciones monetarias y del crédito" y que "hoy, el público en general reconoce,
como antes de la guerra se negaba a reconocerlo, que el nivel de los precios subirá con
un flujo de oro, papel moneda o crédito. Como consecuencia, se está produciendo, lenta
pero seguramente, una revolución en el pensamiento económico, similar a la revolu-
ción en el pensamiento cosmológico después de Copérnico.
Así como entonces aprendimos que el Sol, la Luna y las estrellas no se levantan ni
se ponen, aunque se muevan algo, sino que lo que así parece es la revolución de la Tierra
sobre sus ejes, así vamos aprendiendo que los artículos o bienes, en masa, no suben ni
bajan sino, lo que así parece es realmente el movimiento de la moneda".1
· Esta feliz comparación resume muy gráficamente las causas puramente monetarias
de los fenómenos que consideramos. Lo que realmente varía es el poder de compra o
el precio, en términos de los otros bienes, del bien único que se llama moneda y no los
precios del resto de los artículos cuyos precios se establecen en términos de moneda.
Esta es la única medida, usada en las naciones civilizadas que no se ha tipificado
("standardizado") todavía, como se tipificaron las de peso, longitud, etcétera. Es
necesario estabilizar su valor de manera que tenga el mismo poder de compra entre dos
épocas diferentes.
Para llegar a esto, será necesario dejar a un lado a la moneda de oro como tipo
("standar") de los valores y reemplazarla por una moneda-bienes (goods dollar) que
represente siempre la misma cantidad de artículos de demanda general. "Para conse-
guir una moneda constante en poder adquisitivo sobre los bienes en general, ésta
debiera representar un agregado de esos bienes. Haríamos por consiguiente, nuestra
moneda, corresponder a una moneda consistente"2 en porciones determinadas e
invariables de madera, trigo, carne, harina, azúcar, botines, tabaco, tejidos, alcohol,
etcétera.
Es natural que la circulación de semejante moneda sería imposible, pero al mismo
resultado se llegaría con otro procedimiento más sencillo.
Aquí llegamos a la piedra angular* del sistema de Fisher; nos referimos a los
números indicadores.
1
Stabilizing the Do/lar, pág. XXVI.
'
Ob. cit., pág. 85.
* N. del Ed. El texto dice "circular".

16
RAÚL PREBISCH
Este procedimiento estadístico nos permite tener constantemente una moneda igual
en valor a la moneda bienes, a su vez de valor invariable. Llenaría esta cualidad la
moneda cuya cantidad de oro variase directa y proporcionalmente a los cambios
experimentados en los números indicadores del nivel general de los precios.
U na repartición pública independiente no tendría otra tarea que la de variar automá-
ticamente la cantidad de oro contenida virtualmente en la unidad monetaria, basándose
en los datos suministrados por la oficina de estadística encargada de computar los
cambios sufridos por los números indicadores, y cuyos procedimientos, para que
merezcan entera fe, estuviesen bajo el control del público interesado. No es difícil darse
cuenta que materialmente no circularían monedas de oro-desde que sería enormemen-
te dificultoso fundirlas y volverlas a acuñar a cada corrección- sino certificados
representativos de una cantidad variable de metal.
Este permanecería en reserva bajo la custodia del gobierno, y una cantidad igual
podrá representar en épocas diferentes, cantidades desiguales de certificados en
circulación.
De manera que la moneda sufriría un continuo proceso de ajustamiento, contenien-
do, según sean los números indicadores, más o menos oro, o dicho en otros términos,
un certificado podría representar más o menos cantidad de oro de acuerdo con las
variaciones del nivel general de los precios.
Pero el sólo hecho de que una moneda contenga más o menos oro, no es suficiente
para corregir las desviaciones de los precios de su nivel ordinario (que corresponde a
la base 100 del número indicador); es decir para que el número indicador vuelva a 100.
Los precios bajan o suben en correspondencia a un enrarecimiento o aumento,
respectivamente, en la cantidad de medio circulante.
De esto se concluye la necesidad de que el gobiero regule directa o indirectamente,
pero nunca arbitrariamente, el monto de los certificados en circulación. Supongamos
que el número indicador haya subido de 100 a 101 y que por lo tanto sea necesario
aumentar en la misma proporción de uno por ciento, la cantidad de oro que representa
un certificado. La reserva de oro, no habiendo variado físicamente en cantidad no sería
ya, sin embargo, como anteriormente de 100 %, sino algo así como de 99 %, aunque
el número de certificados fuese siempre el mismo.
Ahora bien, para traer de nuevo las reservas a 100 %, o sería necesario cancelar
certificados en circulación, enrareciendo así la cantidad de medio circulante, lo cual
produciría una baja en los precios (operación que podría efectuarse por el gobierno,
destruyendo o retirando de la circulación los certificados recibidos por impuestos u
otras entradas, o si esto no es posible hacerse inmediatamente, retirando parte de sus
depósitos bancarios); y en caso inverso, cuando la reserva fuese mayor de 100 %,3
'
Aproximadamente de 101 o/o si es que la cantidad de oro se disminuyó en 1 o/o para responder a la baja
del número indicador a 99. •

LA ESTABILIZACIÓN DE LA MONEDA
17
habría que aumentar proporcionalmente la cantidad de certificados en circulación (lo
que el gobierno haría emitiéndolos para pagar sus gastos o salidas o -anticipándose a
éstos-, depositando igual cantidad e~ los bancos).
Este sería el sistema que Fisher llama de "reserva definida", explicando también los
de reserva indefinida y mixta, por los que la circulación de certificados en circulación
se contraería o expandería por acción de los particulares con sus compras o ventas de
oro, según los nuevos precios del metal. en su caso.'
Sin embargo, estos dos últimos sistemas no ofrecen la misma solidez del primero
y no obrarían en el caso de que varias naciones que mantienen intercambio con la que
adoptó el plan, resolviesen también llevarlo a la práctica.
No los analizaremos, reservándonos para otra ocasión, ni tampoco entraremos en
el comentario de los detalles técnicos-contenidos en un apéndice que forma la mitad
del libro, aproximadamente- ni de otras complicaciones del sistema, porque nuestro
objeto no es otro que exponer brevemente y en sus rasgos esenciales, un asunto de tanta
importancia que ha empezado a preocupar seriamente a los economistas, y contribuir
a la difusión de tan interesante libro como lo es Stabilizing the Dollar.
Agregaremos solamente que para nosotros la cuestión no nos es completamente
nueva, desde que hace algún tiempo, el profesor de nuestra casa de estudios, ingeniero
A. E. Bunge, teniendo en cuenta las aberraciones de la moneda, que cambia de poder
adquisitivo durante el tiempo, ideó un "coeficiente de corrección de la moneda" para
ajustar las deudas, salarios, impuestos, etcétera. El plan del profesor Fisher va más
lejos, puesto que la corrección o ajustamiento no se haría individualmente en cada caso
sino una sola y única corrección en la misma moneda.
La actualidad de este asunto se acentúa si se tiene en cuenta qoe E. R. A. Seligman
recomendó últimamente a la Conferencia Financiera Panamericana reunida en Wa-
shington "el estudio de la practicabilidad del plan para estabilizar la unidad monetaria
presentado por el profesor Irving Fisher de los Estados Unidos y del proyecto para
establecer el índice de corrección de la moneda formulado por el profesor A. E. Bunge
de la Argentina."

10
EL MEDIO CIRCULANTE
Y LOS PRECIOS EN ITALIA*
El director general del Banco de Italia, sefior Bonaldo Stringher, acaba de publicar
un interesante estudio sobre el estado de la "Circulación y mercado monetario durante
y después de la guerra", que despertará la atención de los estudiosos, dada la autoridad
del autor y la seriedad de las fuentes que le sirvieron de base para la determinación de
los hechos expuestos en el curso de su estudio. Extractamos de The Economist de mayo
29 de mayo de 1920 el siguiente cuadro estadístico, tomado a su vez de la obra en
cuestión, y que representa el monto creciente de las emisiones de billetes de banco,
desde que empezó la guerra hasta marzo 20 de 1920 (en millones de liras).
Billetes de banco
Total
Billetes
Emitidos
Emitidos
billetes
del Estado
al
al
Total
de banco
KSylO
comercio
Gobierno
y del Estado
Julio 31
1914
2.265,2
-
2.265,2
499,1
2.764,3
D\\ciembre 31
1915
1.898,7
2.069,3
3.968,0
1.082,l
5.050,l
Diciembre 31
1916
2.498,2
2.554,2
5.012,4
1.317,3
6.329,7
Diciembre 31
1917
2.592,0
5.833,0
8.425,0
1.748,8
10.173,8
Diciembre 31
1918
4.584,7
7.165,9
11.750,2
5.154,l
13.874,3
Diciembre 31
1919
5.651,6
10.659,7
16.281,3
2.271,3
18.552,6
Febrero 29
1920
-
-
-
2.271,3
-
Marzo 20
1920
-
-
15.608,0
-
17.879,3
Es necesario hacer una distinción entre los billetes emitidos para responder al
movimiento de los negocios, es decir, préstamos sobre títulos y descuento de papeles
comerciales, y los emitidos directamente por el Erario Público para las necesidades de
* N. del Ed. Revista de Ciencias Econ6micas: 9, Nm 84-85, junio-julio de 1920, págs. 750-751.
Publicado en la sección "Revista de revistas".

EL MEDIO CIRCUIANTE Y LOS PRECIOS EN ITAUA
19
emergtncia, o sea para financiar la guerra por medio de emisiones de papel. Los
primeros se hallan resguardados por oro y plata y por papeles comerciales, aunque
parece, según The Economist, que es muy probable que en 1918 y 1919, causas ajenas
al movimiento de los negocios y vinculadas a la guerra, hayan intervenido para
determinar la cuestión.
Se ve en el cuadro estadístico que las emisiones van en aumento de año en año,
originando con la inflación del medio circulante el alza de los precios, alza que a su vez
incita al comercio a solicitar más billetes y la disminución del valor adquisitivo del
salario.
El alza de los precios se registra en los números índices del profesor Bachi, cuya
base 100 corresponde a la media del período 1901-1905, y cuyos cálculos se efectúan
tomando los precios al por mayor.
Para los años 1914, 1915, 1916, 1917 y 1918 se encuentra los números índices co-
rrespondientes: 119,8; 167,2; 251,6; 381,9 y 515,5 (medias de números índices
mensuales). Para 1919 no hay número índice definitivo, pero el correspondiente a
diciembre de 1919 es 572,8).
El aumento en el costo de la vida de las clases obrera y media, más o menos de un
300 %; lo que ya basta para explicar el intenso malestar social reinante en las masas
productoras de la península.

11
EL MEDIO CIRCULANTE Y LOS PRECIOS*
Tomamos de The Economist de junio 12 de 1920 los siguientes números índices
publicados por el Board of Trade, sobre el aumento del medio circulante (de todas
las clases) y la correlativa alza de los precios, en varios países.
La simple observación de estas cifras nos muestra el notable paralelismo entre la
inflazón del medio circulante y la de los precios; en Francia e Italia, donde los números
índices de la circulación de febrero de 1920 y diciembre de 1919 son más altos que en
el resto de las naciones estudiadas, 400 para la primera y 656 para la segunda, los
números índices de los precios al por mayor son también mayores que los de otros
países: 522,4 y 452,6, respectivamente.
El alza menor en los precios al detalle de los alimentos, se explica, en parte, por el
esfuerzo hecho por los gobiernos para controlar la producción y la distribución y
mantener muchas veces los precios a un nivel más bajo que el costo, por medio de
subsidios a los productores.
Hay quienes desean el mantenimiento de esta inflazón monetaria: un grupo de
banqueros holandeses empezó a hacer una campafla netamente inflacionista, arguyen-
do que la prosperidad del país dependía de la continuación de la misma política
monetaria seguida en tiempos de emergencia. Sin embargo, esta propaganda tenden-
ciosa, fue contrarrestada por la opinión de varios economistas de Holanda, que
creyeron oportuno lanzar un manifiesto poniendo en claro los graves peligros que
correría el país en este caso. Los banqueros holandeses parece que han olvidado el
ejemplo histórico de Law.
La misma tendencia inflacionista se observa en los otros países que sufrieron en sus
regímenes monetarios durante la guerra. Uno de sus principales argumentos es el de
que aumentándose la cantidad de medio circulante (billetes de banco y del Estado),
disminuye el poder adquisitivo de la moneda, y por lo tanto las deudas de los Estados
contraídas para finalizar la guerra, se verían aliviadas en proporción a la depreciación
* Revista de Ciencias Económicas: 9, N~ 84-85,junio-julio de 1920, págs. 751-752. Publicado en la
sección "Revista de revistas".

EL MEDIO CIRCULANTE Y LOS PRECIOS
21
de la moneda. De más está decir que esta tesis sólo contempla un aspecto de la cuestión:
los intereses directos e inmediatos de los gobiernos, y en cambio descuida los intereses
de la comunidad en general.
¿Cuál sería el precio de la fuerza humana de trabajo, si se aguara la moneda, de
acuerdo con semejante criterio?
Los números índices toman como base el año 1913 = 100.
Circulación
Precios por
Naciones
(de todas
Precios por
menor de
clases)
mayor
alimentos
1913=100
1913=100
1914=100
Estados Unidos (marzo 1920)
177
253,0
196
Reino Unido (marzo 1920)
250
321,8
235
Suiza (diciembre 1919)
253
-
237
Dinamarca (enero 1920)
255
-
251
Japón (octubre 1919)
274
266,3
-
Suecia (marzo 1920)
275
354,0
291
Holanda (febrero 1920)
290
-
199
Noruega (febrero 1920)
305
-
294
Francia (febrero 1920)
400
522,4 (París)
297
Italia (diciembre 1919)
656
452,6
252

12
COMENTARIOS SOBRE EL TRABAJO
ESTADISTICA DE PRECIOS Y NUMEROS
INDICADORES DEL PERU,
POR OSCAR F. ARRÚS*1
El fenómeno de la carestía de la vida es universal; en unos países se presenta con
más intensidad que en otros, pero sus consecuencias son siempre perniciosas para el
regular funcionamiento de la economía nacional.
Para observar debidamente sus efectos y fundar medidas que solucionen el
problema, ya sea ajustando los salarios al costo creciente de la vida, o tratando de
impedir con dispositivos de emergencia el aumento de precio de ciertos importantes
artículos de primera necesidad, es necesario tener el conocimiento más aproximado
que sea posible de los hechos en que esos efectos se manifiestan; hechos, que a su vez,
son susceptibles de representarse estadísticamente por medio de los números indica-
dores.
A este propósito responde el folleto, cuyo título nos sirve de epígrafe, publicado
bajo la dirección del señor Osear F. Arrús, director de la estadística del Perú. Nos
complacemos en comprobar que el uso de los números indicadores se va abriendo
camino en las repúblicas sudamericanas, máxime cuanto que ésta es la primera
publicación oficial que en ellas se haya hecho sobre esta materia, después de la
República Argentina que cuenta con los del comercio exterior -de valor, de cantidad
y de precios- y con los semioficiales sobre el "costo de vida" y el "costo general" a
partir de 1910, publicados en la Revista de Economía Argentina.
Teniendo en cuenta que esta materia es novedosa para las personas no especializa-
das, comienza el autor, haciendo una exposición clara y comprensible de lo que son los
números indicadores y cuáles son sus aplicaciones prácticas, a las que no se llega si los
métodos adoptados no son bien entendidos y si el público no acepta su eficacia. En
* N. del &l. Revista de Economía Argentina: 5, Nm 25-26, julio y agosto de 1920, págs. 134-138.
1
Resumen de la exposición hecha en clase, en el Instituto del Costo de la Vida y Poder Adquisitivo
de la Moneda, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

EsTADÍSTICAS DE PRECIOS y NVMEROS INDICADORES DEL PERÚ
23
seguida detalla los métodos que aplica y las causas que los motivaron; trataremos de
dar una idea sucinta de ellos.
La investigación comprende un período de once años, desde 1909 hasta 1920
dándose el número indicador en cada semestre para los afios 1909 a 1915; desde este
último hasta 1920 en cada trimestre; y mensualmente para el año 1920.
Se ha tomado como afio básico a 1913, teniendo en cuenta que para los afios
anteriores, los datos investigados tienen menos precisión que los posteriores -para el
período 1909-1912 sólo ha sido posible computar los precios de una cantidad menor
de artículos que para los años siguientes-; por otra parte, siendo normal este año sirve
mejor como término de comparación.
La base tomada coincide con la de los números indicadores del costo de la vida en
la Argentina, a que antes aludimos, comenzados a publicar en la Revista de Economía
Argentina y continuados por el Seminario de la Facultad de Ciencias Económicas.
Alcanza a 58 el número de artículos observados y comprendidos en los dos grandes
rubros de "víveres" y "materias" o artículos industriales, correspondiendo 28, o sea el
48 %, al primero, y 30, o sea el 52 % al segundo. Estos dos rubros se dividen a su vez
en tres grupos el de "víveres" y en cinco el de "materias" según la siguiente
distribución:
Víveres
1) Materias de origen animal
{ Carnes
6
Leche y materias grasas
4
17%
Víveres
2) Materias de origen vegetal:
Cereales y legumbres
10
17%
Víveres
3) Diversos (incluso bebidas)
8
14%
Total
28
48%
Materias
1) Combustibles
5
9%
Materias
2) Maderas y materiales de construcción
6
10%
Materias
3) Textiles
5
9%
Materias
4) Metales
7
12%
Materias
5) Diversos
7
12%
Total
30
52%
Se han elegido pues 58 artículos de importancia en el consumo general, agrupán-
dolos según su naturaleza y fines, escogiendo los artículos que reflejen mejor las
tendencias de cada grupo. El número de 58 dividido en 8 grupos es el término medio
de las cantidades tomadas por

24
RAÚL PREBISCH
The Economist
22 artículos en 5 grupos
The Statist (comenzados por Sauerbeck)
45 artículos en 6 grupos
Soetber
114 artículos en 8 grupos
Opina el doctor Arrús que el número de artículos tomados es suficiente para reflejar
con exactitud las variaciones en el nivel general de los precios y que la cantidad
adoptada por los norteamericanos (más de 200 artículos) es excesiva. Estamos de
acuerdo con lo primero, pero creemos que en cuanto a lo último es preferible tomar el
mayor número de artículos que sea posible, no porque el número indicador pueda
resultar más exacto -58 artículos bien seleccionados bastan para esto- sino porque los
datos así recogidos podrían ser de utilidad en lo futuro en cualquier otra aplicacion que
todavía no sospechamos. Así lo han entendido la Oficina de Estadística del Africa del
Sur que lleva estadísticas completas en este sentido y el Departamento de Trabajo de
los Estados Unidos.
Como se deduce de los porcentajes transcriptos el sistema de ponderación se halla
determinado por el número de artículos y las diversas clases de éstos que intervienen
en cada grupo, ponderación que mitiga la rígida igualdad con que intervienen en el
promedio aritmético "simple'' que es el empleado. Así el primer grupo tiene un peso
de 17 %; el segundo, de 17 % ; el tercero, de 14 %; el cuarto, de 9 %; el quinto, de 1 O
%; el sexto, de 9 %; el séptimo, de 12 % y el octavo, de 12 %.
Este sistema de pesos bastante generalizado y usado por autoridades en la materia
no responde a una investigación científica -que por otra parte es casi imposible dado
el estado actual del método estadístico, siendo muchos los sistemas propuestos que
todavía se discuten entre los estadígrafos- sino que por métodos empíricos, se ha
procurado que difieran lo menos posible de lo que parece ser la realidad no del todo
conocida. Esto, sin embargo, no disminuye el valor de estas estadísticas, desde que,
como es sabido, los errores en los pesos tienen muy poca influencia en el resultado que
se busca, o sea el número indicador. Según el señor Arrús, varias de las proporciones
adoptadas tienen puntos de semejanza con algunos coeficientes de peso recomendados
por el Comité de la British Association.
Casi todos los precios computados son al por mayor y han sido suministrados por
las casas importadoras, exportadoras y comerciantes mayoristas. Para períodos atrasa-
dos, hubo que recurrir a las Memorias de la Cámara de Comercio de Lima, cuyos datos,
meramente informativos, restan algo de precisión a sus resultados.
Como existen ciertos artículos cuyos precios no se determinan simplemente se ha
seguido tres métodos diversos de promedios, según los casos:
a) Si los precios de un mismo artículo, tomados en diversas fuentes, difieren entre
sí, se toma la "mediana'', es decir el precio a que preceden y siguen números iguales

EsTADÍSTICAS DE PRECIOS Y Nill.mROS INDICADORES DEL PERÚ
25
de precios inferiores y superiores, respectivamente, con el fin de eliminar la prepon-
derancia de l~s precios extremos.
b) Si hay varios tipos de un mismo artículo, se toma el promedio aritmético de sus
precios, a falta de un coeficiente que represente el consumo.
c) Si existen varios productos de un mismo artículo designado genéricamente,
como aceites comestibles, en los que figuran el de oliva y el de pepita de algodón
clarificado, se obtiene por separado las rawnes de precio de cada producto y se toma
el promedio aritmético de dichas razones.
"El índice final" es el promedio aritmético simple de las razones de precio de los
cincuenta y ocho artículos en conjunto. Los índices parciales por grupos, sólo tienen
valor propio independiente; ellos revelan las oscilaciones dentro del grupo respectivo,
pero no se utilizan en la obtención del promedio general.
Por considerarlo interesante y de utilidad para hacer comparaciones con otros
sistemas, hemos formado la siguiente tabla de artículos tomados en la investigación:
Víveres
/.Animales
Il. Vegetales
III. Bebidas y otras
l. Carne de vaca de 1ª
11. Arroz flor
21. Azúcar de 21
2. Carne de vaca de 2ª
12. Arroz corriente
22. Azúcar marca T
3. Carne de camero de 1 ª
13. Cebada
23. Café
4. Carne de camero de 2ª
14. Maíz
24. Cacao
5. Carne de cerdo
15. Trigo
25. Té
7. b* Leche condensada
16. Frijoles
26. a* Aceite comestible de
7. Promedio de 7 a* y 7 b*
17. Pallares
oliva
8. a+ manteca de cerdo
18. Papas
26. b* Aceite de pepitas de
8. b* manteca compuesta
19. Harina de trigo
algodón
8. Promedio de 8 a + y 8 b* 20. Fideos corrientes
26. Promedio de 26 a* y 26 b*
9. Mantequilla
27. a* Aguardiente de caña
10. Queso
27. b +Aguardiente de uva
27. Promediode27 a* y27b+
28. Vinos del país
* Números indicadores no incluidos en el promedio general.
+ Números indicadores incluidos en el promedio general sólo en el período 1900-1912 y en 1920.

26
RAÚL PREBISCH
Materiales
N. Combustibles
38. Madera corriente
48. Fierro en barras y plan-
39. Pintura blanca
chas
29. Carbón de piedra
49. Fierro cochino
30. Carbón de palo
VI. Textiles
50. Plomo
31. Gasolina
51. Zinc
32. Leña
40. Algodón metafifi
33. Petróleo
41. Algodón semiáspero
Vlll. Diversos
42. Algodón suave (Egipto)
43. Lana de oveja, sucia.
52. Aceites lubricantes
44. Lana de oveja, lavada.
53. Almidón
V. Maderas y materiales de
54. a + Cera animal
construcción
54. b* Cera vegetal
Vil. Metales
54. Promedio de 54 a+ y 54 b*
34. Caña de Guayaquil
55. Cueros de cabra
35. Cemento extranjero
45. Acero
56. Cueros de res
36. Ladrillos refractarios
46. Bronce
57. Soda cáustica
37. Madera fina
47. Estaño
58. Sebo corriente
* Números indicadores no incluidos en el promedio general.
+ Números indicadores incluidos en el promedio general sólo en el período 1909-1912 y en 1920.
Sería largo transcribir la lista completa de los índices de precios; por esto, nos
limitaremos a dar los números indicadores totales.
Año
N.I
Año
N.I
1900- ler.
semestre 97,2
1916-3er. trimestre 148,2
1900-2º.
semestre 99,0
1916-4º
trimestre 160,0
1910- ler.
semestre 101,5
1917 -
ler. trimestre 159,2
1910-2º
semestre 98,0
1917-22
trimestre 163,3
1911- ler.
semestre 99,1
1917 -3er. trimestre 185,9
1911-2º
semestre 99,0
1917-4º
trimestre 194, 7
1912- ler.
semestre 100,8
1918-ler.
trimestre 206,4
1912-2º
semestre 100,0
1918-2º
trimestre 210,1
1913
100,0
1918-3er. trimestre 216,9
1914- ler. semestre 103,0
1918-4º
trimestre 216,6
1914-2º
semestre 105,1
1919- ler. trimestre 215,9
1915- ler. trimestre 117,2
1919-2º
trimestre 218,2
1915-2º
trimestre 118,4
1919-3er. trimestre 217,9
1915 -3er. trimestre 119,l
1919-4º
trimestre 227,3
1915-4º
trimestre 125,3
1920-Enero
230,1
1916- ler. trimestre 135,8
1920 -
Febrero
234,4
1916-2º
trimestre 139,7
1920-Marzo
241,7

EsTADÍSTICAS DE PRECIOS Y NÚMEROS INDICADORES DEL PERÚ
27
En las interesantes conclusiones que el doctor Arrús saca de estas cifras, se ve que
sigue la escuela de Fisher en lo que concierne a la variabilidad del patrón monetario y
la escuela de Bunge sobre la necesidad y posibilidad de formar una "unidad de valor",
aceptando su proposición de los "coeficientes de corrección de la moneda".
"El alza de precios -dice el señor Arrús-, no significa siempre y en toda su
extensión aumento de valor; el mayor precio que una cosa puede tener con relación a
otra época o a otro lugar, no significa necesariamente que cueste o valga más. Si
conjuntamente todas las demás cosas, capitales fijos, tierras, servicios, etcétera
aumentan también de precio (cualquiera que sea el grado de este aumento) es claro que
lo que hay de por medio es una disminución en el valor del patrón de medida, una
desvalorización de la moneda, que es el patrón de medida del valor".1
Continúa más abajo: "El patrón monetario no es inalterable como los demás patro-
nes de medida; varía con respecto al tiempo y al lugar; de allí la necesidad de fijar
'coeficientes de corrección' de la moneda, que permitan estudiar en su verdadero
alcance las variaciones de los precios y los valores".
"Lo que se precisa es entonces conocer en qué grado el alza de los precios se debe
a la disminución del poder adquisitivo de la moneda-causa que afecta por igual a todas
las cosas- y en cuál otro, a causas accidentales, irregulares, como los monopolios por
ejemplo, que pueden y deben ser neutralizados".2
Propone el autor, ocuparse del estudio de esta última cuestión, una vez que concluya
las estadísticas de salarios y costos de producción al mismo tiempo que las que
representan al otro "miembro de la ecuación del cambio" (para usar el término de
Fisher), a saber: cantidad de numerario en circulación, depósitos bancarios, importa-
ción de oro, etcétera. Asimismo intentará formar para el Perú, los ~'coeficientes de
corrección de la moneda" propuestos por el ingeniero A. E. Bunge.
El trabajo que comentamos sería más completo si tuviese tablas de los precios
absolutos de los 58 artículos observados. Sería de desear que en lo sucesivo podamos
contar con ellos; de esta manera, otras personas interesadas podrían utilizarlos para
cualquier otro propósito.
Además del interés práctico que tienen los datos investigados, el folleto del señor
Arrús aumentará provechosamente la escasa bibliografía que sobre números indicado-
res y sus sistemas, existe en castellano.
Pág. 15.
Pág. 16.

13
DEUDA PUBLICA DE LAS NACIONES
ANTES Y DESPUES DE LA GUERRA*
Desde que la histórica República Veneciana, inició en 1171, por primera vez, la
creación de deudas públicas para sufragar los gastos ocasionados por las guerras
(medida que tenía su razón de ser desde que era justo que las generacibnes venideras
soportasen también los sacrificios hechos en favor del país), las naciones han ido
aumentando, unas veces paulatinamente, y otras de una manera brusca, el peso de sus
deudas, hasta llegar en 1920 a la fabulosa suma de 265 mil millones de dólares.
Tenemos a la vista, los interesantísimos datos, que el estadígrafo del National City
Bank of New York, míster O. P. Austin, publica en The Americas de junio de 1920,
sobre el crecimiento de las deudas nacionales. Como facilmente se comprende, las
cifras correspondientes a épocas muy remotas son sólo aproximadas, dada la dificultad
de averiguarlas, lo cual no desmerece su importante valor. Según los datos a que nos
referimos:
Las deudas nacionales de todo el mundo desde 1713 hasta 1920 aumentaron según
el siguiente cuadro.
(1) Monto
Año
Período
(en millones
de dólares)
1713
Tratado de Utrecht
1.500
1793
Antes de las guerras napoleónicas
2.500
1816
Después de las guerras napoleónicas
7.000
1848
Al principiar la guerra de Crimea
8.400
1862
Al principiar la guerra civil de los Estados Unidos
13.400
1873
Al terminar el conflicto franco prusiano
22.400
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, Nº 86, agosto de 1920, págs. 849-852.

DEUDA PÚBLlCA DE IAS NACIONES
29
(1) Monto
Año
Período
(en millones
de dólares)
1897
Antes de las guerras hispano-americana, broer, ruso-
japonesa y balcánicas
30.200
1914
Guerra europea
44.100
1915
Guerra europea
56.000
1916
Guerra europea
120.485
1917
Guerra europea
199.100
1918
Guerra europea
225.300
1919
Guerra europea
248.000
1920
Guerra europea
255.000
Examinando estas cifras, se desprende que mientras antes de la guerra el aumento
anual de las cargas públicas era, más o menos de 1.000 millones de dólares, durante la
guerra el crecimiento se produjo bruscamente, ascendiendo a la enorme cantidad de
35.000 millones, o sea algo menos que su monto total al comenzar ésta o sea 44.000
millones de dólares.
Entre las causas principales de esta aberración numérica, figura en primera fila la
necesidad de dinero para financiar la guerra (para la adquisición de materiales bélicos
de todas clases, alimentos y vestidos para los ejércitos, municiones, para los gastos de
transporte, etcétera). Y si a esto agregamos los efectos producidos por la depreciación
de los signos monetarios, casi agotamos la explicación del fenómeno.
Los gobiernos necesitaban hacer sus compras, para lo cual emitieron empréstitos
recibiendo en cambio dinero que tenía cada vez un poder adquisitivo inferior al de antes
y por lo tanto era necesario en mayores cantidades. Además de la inflazón del papel que
tanto depreció el valor de la moneda, hubo la inflazón de créditos, de iguales efectos;
los bancos, en varias naciones beligerantes, concedían créditos a particulares, para
permitirles la adquisición de títulos recién emitidos, haciendo luego las transferencias
a las cuentas del gobierno en el mismo establecimiento; aumentó así la cantidad de los
depósitos sujetos a cheque con una elasticidad asombrosa, contribuyendo este aumento
al mayor crecimiento del medio circulante existente y por consecuencia a la suba de los
precios (por ejemplo: el caso de los "Liberty Bonds" y el Ele los títulos alemanes, de que
nos habla Fisher).
Las cifras que hemos transcripto representan sólo los valores nominales de los
títulos emitidos; pero hay que tener en cuenta que con excepción de los Estados Unidos,
Canadá y Australia, todos los países han seguido la práctica de colocar sus títulos bajo
la par, calculándose en 5.500 millones de dólares la cantidad que los erarios dejaron de
percibir por este concepto; lo cual espero de los factores causantes del crecimiento.

30
RAÚL PREBJSCH
Como es natural, el aumento de las deudas tuvo lugar con mayor intensidad en las
doce naciones y colonias que participaron en la guerra. De los 220.000 millones de
dólares de aumento, durante la guerra, lac; 9/10 partes pertenecen a las siete principales
naciones beligerantes: Gran Bretafia, Francia, Italia, Estados Unidos, Rusia, Alemania
y Austria-Hungría. Damos a continuación el:
Cuadro demostrativo de la deuda pública de las principales
naciones beligerantes entre 1913 y 1920 (en dólares)
Año 1913
Años 1918-1920
Naciones
Monto total
Monto total
Percápita
Per cápita
(en millones)
(en millones)
($)
($)
($)
($)
Gran Bretaña
3.500
78
38.000
850
(1920)
Francia
6.346
160
16.025
1.150
(1920)
Italia
2.921
83
18.102
365
(1920)
Alemania
1.149
18
48.552
800
(1920)
Rusia
4.537
27
25.000
(1917)
125
(1917)
Austria
2.152
63
17.678
525
(1918)
Hungría
1.731
70
9.412
387
(1918)
Australia
80
18
1.583
318
(1920)
Canadá
514
70
1.935
159
(1920)
Estados Unidos
1.028
11
21.984
225
(1920)
El crecimiento proporcionalmente mayor per cápita tuvo lugar en Alemania, cuya
deuda pública pesaba a razón de 18 dólares por habitante antes de la guerra, ascendien-
do ahora a 850.
Casi todo el monto de las deudas que las naciones contrajeron en el período bélico,
son deudas internas si se exceptúa a Rusia, que debía o debe 3 .500 millones de dólares
a Francia y 2.750 a Inglaterra; a Inglaterra, que hizo negociaciones con sus colonias y
a los Estados Unidos que prestaron 10.000 millones a Europa.
De manera que el resto de 210.000 millones se debe en su totalidad a los habitantes
del mismo país en que se formaron las deudas; a los poseedores de grandes fortunas,
rentistas, comerciantes e industriales y aun a gran parte de las masas del pueblo que
además contribuyeron doblemente con su sangre en defensa de su país.
Preocupan ahora a los financistas de esos países las consecuencias que traería una
desinflazón de los precios sobre la enorme responsabilidad que ya tienen las naciones
respecto a sus acreedores. Estas contrajeron sus deudas en moneda depreciada, de
poder de compra bajo, y si los precios bajan a su antiguo nivel (cosa que creemos casi
imposible porque el ajustamiento a las. nuevas condiciones ya se ha llevado a cabo en
gran parte), la moneda se aprecia, es decir que su poder adquisitivo aumenta, haciendo

DEUDA PÚBLICA DE LAS NACIONES
31
así más onerosa la carga para los deudores; tanto más onerosa cuanto la moneda
se haya depreciado.
La circunstancia de que las deudas hayan sido contraídas con los propios habitantes
de un país, no atenúa la gravedad de los hechos, desde que, como hicimos notar
anteriormente los principales acreedores pertenecen a las clases acomodadas y en una
cantidad relativamente menor a las clases que viven de su trabajo diario y en cambio
la carga de un Estado se distribuye sobre toda la población.
El problema se relaciona entonces con otro no menos difícil de política impositiva,
otro de los tantos kgados que la guerra dejó a las naciones y que economistas y hombres
de Estado tratan de descifrar.

14
PRINCIPIOS DE DESINFLACION*
En un comentario anterior, aparecido en esta Revista, tuvimos ocasión de hacer
notar el notable paralelismo que existe entre el alza del nivel general de los precios y
el monto del medio circulante, basándonos en los datos publicados por The Economist.
La lectura de un interesante artículo de España Económica y Financiera del 20 de
noviembre de 1920, sobre "La inflación y los precios", viene a corroborar, con nuevos
argumentos estadísticos, la tesis adoptada para explicar el alza mundial de los precios:
ésta se debe más a la inflación del medio circulante (moneda, billetes o certificados en
circulación, y depósitos sujetos a cheque) que a un enrarecimiento de la oferta causado
por los desarreglos de la producción.
En los Estados Unidos, el número indicador de precios que en 1914 era 86.566,
ascendió continuamente, salvo el leve descenso ocurrido después del armisticio, hasta
20.8690 (febrero de 1920) y desde entonces comenzó a bajar paulatinamente, de tal
modo que el número indicador correspondiente al último mes de octubre, tan sólo llega
a 160.9094.
¿Cuál es el origen de esta baja? Se sabe que como un acto de previsión en los
Estados Unidos, como en nuestro país, se prohibió la exportación de oro durante la
guerra, y debido a los saldos positivos de su balanza económica llegaron a acumular
en las reservas de sus bancos la cantidad de 700 millones de dólares en el período
comprendido entre agosto de 1914 y septiembre de 1920. El incremento neto del metal
amarillo que quedaba en este país fue aun mayor en los meses anteriores, pero como
en junio de 1919 el gobierno permitió su libre exportación, el oro pudo viajar
libremente y restablecer la paridad del dólar donde éste se encontraba depreciado (tal
era el caso, contrario a lo que boy sucede respecto del peso argentino).
Este aumento de las reservas metálicas permitió ensanchar la superestructura del
crédito, como puede verse por las cifras que transcribimos del Boletfn Mensual del
National City Bank of New York (agosto de 1920, págs. 5 y 6). Los préstamos y
descuentos de todos los bancos nacionales de los Estados Unidos el 30 de junio de 1914
sumaban 6.430.069.000 dólares, y el primero de noviembre de 1918, días después de
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 8, 88, octubre de 1920, págs. 1022-1024. Pinnado
"R.P." Los términos desinflación y desinfección aparecen en la tapa de la revista y como título del artículo
en su interior, respectivamente, pero en el texto Prebisch no utiliza ninguno de ellos.

PRINCIPIOS DE DESINFLACIÓN
33
celebradoelarmisticio,ascendíaa 10.096.940.000dólares,enmayode 1920estasuma
ascendía a 12.288.582.000 dólares, de tal manera que el aumento total de préstamos de
los bancos nacionales desde el 30 de junio de 1914 hasta el 4 de mayo de 1920, fue de
dólares 5.858.513.000.
Es claro que esta extraordinaria expansión del crédito había de causar el alza de los
precios. "No era posible crear un nuevo y enorme poder adquisitivo semejante en el
mercado, sin forzar los precios al alza. Y he aquí que este nuevo factor resulta fútil. El
nuevo crédito otorgóse porque se consideró necesario para estimular la producción, y
sin embargo la producción ha aumentado muy poco desde hace un año, según los datos
disponibles. "La expansión de los préstamos, el aumento de salarios y el alza de precios
han seguido parejas desde 1914, y continuarán ascendiendo en iguales proporciones
hasta que se haga un esfuerzo definitivo para restringirlo". (Boletín citado.)
Pero desde que se permitió la libre exportación del oro, el "stock" metálico de los
Estados Unidos, fue disminuyendo, a medida que la expansión del crédito seguía in
crescendo. Como consecuencia de este hecho, la relación entre el monto de las reservas
metálicas y de los préstamos, tendía a bajar cada vez más, poniendo en peligro la
estabilidad de los Bancos Federales de Reserva. La situación era tanto más difícil si se
tiene en cuenta que la misma alza de los precios estimulaba las transacciones y
multiplicaba las solicitudes de préstamos. Entonces el "Federal Reserve Board" 1
decidió controlar seriamente el crédito y evitar prudentemente, mediante el alza de la
tasa del descuento, una mayor expansión de los préstamos y descuentos. Esta política
se inauguró en los meses de noviembre y diciembre de 1919, y enero y febrero de 1920,
y tuvo el mejor éxito, pues si bien es cierto que la expansión continuó por algunos
meses, fue en proporciones menores que en los anteriores.
Este control restrictivo del crédito, al disminuir la cantidad del medio circulante,
fue la causa primordial de la baja general de precios que se ha iniciado en los Estados
Unidos, que demuestran los números indicadores arriba citados, dado que ni la
producción ha aumentado sensiblemente ni la demanda ha disminuido, como preten-
den algunos.
En Inglaterra las condiciones son algo diferentes, debido a que aún se mantiene la
prohibición de exportar oro, pero se ha logrado estabilizar el monto de los billetes en
circulación (la emisión actual es de 354 millones de libras contra 356 correspondientes
a diciembre de 1919) y contraer elcrédito. El número indicador del nivel de precios que
en julio de 1914 llegaba a 116,6, llegó a su punto culminante en marzo de 1920 (379 ,6)
para luego bajar gradualmente en el mes de octubre a 326.
En Italia, en cambio, la circulación total de billetes emitidos (no conocemos cifras
respecto a la expansión del crédito) ha aumentado de 18.405 millones de liras en marzo
de 1920 a 20.225 millones; un aumento paralelo se nota en los indicadores de Bachi:
780 en marzo y 832 en septiembre.
Ante la evidencia de estas cifras es difícil negar la correlación existente entre el
circulante y los precios, si no en una forma estricta, a la cual se llegaría si todos los
1
Federal Reserve Bu/letin, julio de 1920, pág. 665.

34
RAÚL PRE.Brsrn
demás factores del equilibrio inicial fuesen siempre los mismos, al menos de una
manera suficiente para permitir ciertas normas de política monetaria y bancaria.
En la República Argentina es evidente que la inflación, no de papel, sino de oro (oro
estancado arbitrariamente por el cierre de la Caja y la prohibición de exportarlo) no ha
disminuido y que el alza de los precios ha sido considerable, aunque menor que en los
otros países (según las investigaciones del estadígrafo norteamericano Mitchel, la
República Argentina y la India son los países en que la elevación de los precios se ha
presentado con menor intensidad). Sin embargo, nos faltan los datos necesarios para
el planteo de este problema de correlación, tanto en lo que respecta a los montos
precisos del medio circulante en diversas épocas, cuanto en lo que respecta a los
números indicadores, que sólo tenemos sobre el costo de la vida y no generales, y para
períodos anuales y no mensuales o bimensuales, como harían falta para esta clase de
investigaciones.
Es de desear que en el próximo año escolar, se dedique uno de los seminarios al
estudio completo de esta interesante cuestión.

15
EL AJUSTE DE LOS SALARIOS
AL COSTO DE LA VIDA*
UNA ENCUESTA OFICIAL SOBRE LOS PRECIOS AL DETALLE EN BÉLGICA.
UNA INICIATIVA DE LA COMISIÓN NACIONAL MIXTA DE MINAS DE BÉLGICA
En las líneas que van a leerse nos proponemos exclusivamente, informar a los
lectores de la Revista de Economía Argentina sobre algunas de las nuevas investiga-
ciones y de las iniciativas privadas y oficiales que se proponen hacer más fácil y más
científico el ajuste de los salarios a las variaciones de su poder de compra. Este asunto
ha sido y sigue siendo tratado en esta Revista bajo distintos aspectos, de modo que
nuestra recopilación será un complemento de aquellos trabajos.
CONS1RUCCIÓN DE UN ÍNDICE PONDERADO DEL COSTO DE LA ALIMENTACIÓN
Revisten especial interés, tanto por los métodos de ponderación, como por sus
aplicaciones prácticas (de que damos cuenta más adelante) las investigaciones que el
Ministerio de la Industria, del Trabajo y Abastecimiento de Bélgica, viene efectuando
desde el mes de mayo de 1919, cuyos resultados han sido publicados en un extracto por
laRevue du Travail (15-31 de octubre de 1920).
Antes de la guerra, todas las investigaciones que se hacían sobre las variaciones del
nivel general de los precios, tenían, casi podría afirmarse, sólo un interés académico,
dada la poca amplitud de éstas.
* N. del Ed. Revista de Ecorwmla Argentina: 5, N" 29-30, noviembre-diciembre de 1920, págs. 333-
341. El artículo está firmado: ~Raúl Prebisch. Jefe de trabajos prácticos del Instituto del Costo de la Vida
y Poder Adquisitivo de la Moneda de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos
Aires".

36
RAÚL PREBISCH
Servían para demostrar que el oro es una medida inestable de los valores y los
planes de corrección de la moneda que entonces se proponían nunca plasmaron en
aplicaciones prácticas. Por otra parte, los precios en que estas investigaciones se
basaban, eran al por mayor, puesto que su cómputo es más fácil y preciso, y responden
mejor a los fines que entonces tenían los estudios de la materia.
Pero desde entonces, hasta ahora, las circunstancias han cambiado fundamental-
mente, y las necesidades prácticas en el mundo del trabajo requieren el conocimiento
tan exacto como sea posible de datos sintéticos que indiquen, ya sea las variaciones en
todos los precios en general, ya en los de los artículos que entran en el presupuesto de
un obrero, o ya, en un círculo más cerrado, sólo de aquellos que constituyen el renglón
alimenticio.
En estos dos últimos casos, el objeto inmediato de estos datos sintéticos, los
números indicadores es el ajuste de los salarios y jornales, de tal suerte que el trabajador
pueda mantener su "standard" de vida. Se comprende fácilmente que, en estas
condiciones, sólo los precios al detalle o al por menor sirven al fin propuesto, desde que
con ellos tiene que ponerse en contacto el obrero en la vida diaria, y sus oscilaciones,
aunque en períodos largos siguen paralelamente a los por mayor, en períodos cortos
experimentan diferencias más o menos amplias, debidas principalmente a la fuerza de
la costumbre.
En cambio, los precios al por mayor son más útiles cuando se desean averiguar los
efectos que una inflación de la moneda, o una expansión del crédito, tienen sobre el
nivel general, pues los mayoristas y fabricantes están más íntimamente ligados al
mecanismo bancario y monetario.
Las investigaciones de que nos ocuparemos, dado su fin práctico -el ajuste de los
salarios- consideran los precios al por menor y se limitan solamente a 56 artículos
alimenticios. Su aspecto más interesante, en el orden metodológico, lo constituye el uso
de una "unidad de consumo", casi olvidada por los estadígrafos.
Entre los varios sistemas de ponderación usados para la construcción de los
números indicadores, se ha adoptado el más común, consistente en asignar a cada uno
de los artículos un peso proporcional a la importancia que juega en el presupuesto
doméstico de una familia obrera tipo. Hasta hace poco tiempo, el Ministerio sólo había
calculado indicadores simples debido a la dificultad con que se tropezaba para obtener
datos estadísticos concernientes a los presupuestos domésticos, ya que, de las últimas
investigaciones sobre esta materia, efectuadas en 1910 por el Instituto de Sociología
Solvay sólo se publicaron presupuestos que no contienen ninguna información
respecto a las cantidades realmente consumidas y no son utilizables para determinar el
costo de la existencia en dos épocas diferentes.
Para el actual trabajo se emprendió la tarea de despojar las fichas de 1910,
correspondientes a 1.028 presupuestos de obreros belgas, de los datos que el Instituto
no tuvo en cuenta, relativos a las cantidades realmente consumidas y al sexo y edad de
las personas que componen la familia. En la encuesta del Instituto, además, la
composición de las familias observadas no es uniforme, lo que no permite obtener
resultados comparables entre sí. Con este último objeto, en la investigación que nos
ocupa, se ha adoptado una unidad uniforme de medida, que ya Ernesto Engel usaba en

EL AJUSTE DE LOS SALARIOS AL COSTO DE LA VIDA
37
sus magistrales trabajos del siglo pasado, designándola con el nombre de "quet" en
memoria del ilustre estadígrafo Adolfo Quetelet.
El "quet" consiste en una unidad convencional para la comparación de los presu-
puestos domésticos, y se basa en la observación bastante aproximada a la realidad,
según la cual, si se toma por unidad la potencia de consumo de un recién nacido, se
puede aceptar que la de un individuo aumenta en razón de un décimo por año hasta los
25 años en el hombre y los 20 en la mujer. Así, la potencia de consumo de un hombre
adulto de más de 25 años es de 3,5 unidades y la de la mujer de la misma edad es de
3 unidades. De esta manera, se hace posible averiguar la potencia de consumo de una
familia compuesta de varios miembros de diferentes edades conocidas y reducir a una
unidad media de consumo, los gastos y las cantidades que figuran en el presupuesto de
una serie de familias de diversa composición. Mister Atwater, fisiólogo norteame-
ricano, ha llegado a comprobar la certeza de las investigaciones de Engel; relacionan-
do a 100 los coeficientes de este último y comparándolos con los de Atwater, se tienen
los siguientes resultados:
Coeficientes de
Composición de la familia
Engel
Atwater
Padre
100
100
Madre
86
80
Niños de 11 a 14 años
60-69
70-80
Niños de 7 a 10 años
50-60
50-60
Niños de 4 a 6 años
40-46
40
Niños de menos de 3 años
20-34
30
En la presente investigación se han adoptado los coeficientes de Engel como
medida común de los consumos expresados en los presupuestos. Por lo tanto, los
resultados se expresan por una unidad de consumo o "auet", y si se quieren obtener los
resultados completos concernientes a una familia, basta calcular el número de "quets"
que ésta presenta y multiplicar este número por los datos relativos a una unidad de
consumo.
Como el consumo sufre modificaciones cualitativas y cuantitativas, según los
recursos de las diferentes familias, se ha dividido a éstas en tres grupos: 12) las que
tienen entradas diarias menores que 5 francos (602 familias); 22) familias con recursos
diarios comprendidos entre 5 y 8 francos (317); 3º) familias con recursos mayores que
8 francos (109). Para cada uno de estos grupos, y, como definimos anteriormente,
despojando las fichas del Instituto de Sociología se ha buscado la cantidad de gramos
de los diversos alimentos considerados, comprendidos en cada "quet". Así por

38
RAÚL PREBISCH
ejemplo, respecto al pan, la cantidad de gramos por "quet" para la primera categoría
es de 2.768, para la segunda es de 2.738, y para la tercera es de 2.370. Respecto a la
leche, l.004, 919 y 645; etcétera.
Se ha supuesto que el "standard" de vida del obrero belga no ha variado y que por
lo tanto consume actualmente las mismas cantidades de víveres desde 1910 hasta la
fecha. Suposición contraria a la realidad, pues no se necesita ir muy lejos para
demostrar que las condiciones de vida no sólo del obrero sino de casi todos los
miembros de la colectividad, se han alterado en estos últimos años.
Pero, de esta disconformidad, no se pretenda colegir que el método empleado sea
malo, como frecuentemente se ha hecho al tratar de otras investigaciones sobre el costo
de la vida. Cuando en meses anteriores la Revista de Economía Argentina publicaba
los números indicadores del costo de la vida en la Argentina, investigados por los
alumnos del Seminario de la Facultad de Ciencias Económicas, bajo la dirección del
ingeniero Bunge, el señor Enrique Kohn, desde el Buenos Aires Handels Zeitung
sostenía que el sistema de ponderación adoptado, tomando como base las proporciones
en que entraban en el total los diversos renglones de los presupuestos obreros
recopilados en el año 1913 adolecía de defectos, desde que estas proporciones, según
lo demostraba, habían variado, principalmente en lo que respecta a la alimentación,
vivienda y vestido. La observación estaba bien fundada si se tiene en cuenta que los
salarios habían disminuido impidiendo de esta suerte al asalariado, seguir el mismo
tren de vida que antes; pero si se tiene en cuenta que la investigación de los indicadores
del costo de la vida tiene como principal objeto el ajuste de los salarios a los nuevos
precios, la objeción se desvanece, ya que el fin que se persigue es el de averiguar cómo
ha variado su costo y precisamente el de mantener el mismo salario real y el mismo
"standard" de vida que antes, y no permitir que éste decaiga bajo la influencia de las
nuevas condiciones adversas (alza general de los precios).
Hecha esta ligera disgresión, puesto que la oportunidad se ha presentado. sigamos
el análisis del método empleado. Aceptando la suposición anterior, el indicador
ponderado se encontrará multiplicando por 100 la relación que existe entre los gastos
necesarios para procurarse una cantidad fija de alimentos. expresada para cada uno de
ellos por la cantidad de gramos comprendida en un "quef', entre las dos épocas
diferentes que se consideran. Si se representan por Q1, Q2"' las cantidades por P1• P2 •••
los precios del año base y por p1, p2"' los del año cuyo indicador se quiere encontrar,
este último estará dado según la fórmula
QI P1 + Q2 P2 + .. .
100
QI pi + Q2 p2 + .. .
con arreglo a la cual se han calculado mensualmente los números indicadores, tomando
como base los datos del 15 de abril de 1914 y a partir del 15 de enero de 1920, para las
tres categorías antedichas.
Hemos formado el siguiente cuadro, resumen de las investigaciones publicadas:

EL AJUSTE DE LOS SALARIOS AL COSTO DE LA VIDA
39
Números indicadores ponderados (año 1920)
Meses
Primera
Segunda
Tercera
categoría
categoría
categoría
Enero
382
381
382
Februo
399
399
405
Marzo
449
449
455
Abril
456
457
460
Mayo
451
445
445
Junio
454
446
446
Julio
459
451
451
Agosto
496
487
488
Wesley C. Mitchel demuestra gráficamente en un gráfico reproducido por Fisher
en su última obra Stabili::.ing the Dollar, que cuando se toma un número suficien-
temente grande de artículos, con el objeto de eliminar las causas y variaciones parciales
y tomar sólo en cuenta las de carácter general, los indicadores simples no difieren casi
nada de los ponderados. A esta misma conclusión se ha llegado en el presente trabajo,
pero valiéndose no, ya del método gráfico sino de la fórmula general de las correlacio-
nes1 que permite calcular la intensidad de la correspondencia entre las variaciones de
los indicadores simples y ponderados. Así, se ha llegado a obtener un coeficiente
de + 0,947, bastante aproximado a la unidad, o sea la correspondencia o correlación
absoluta.
De aquí se tiene que no es esencial para la construcción de números indicadores que
sinteticen aproximadamente los datos complejos de la realidad, la investigación
minuciosa y precisa de los pesos correspondientes a cada uno de los artículos. Basta la
exactitud en el cómputo de los precios y su prudente selección, al mismo tiempo que
la cantidad suficiente de ellos para eliminar las variaciones de carácter parcial.
El folleto de la Revue du Travai l enriquece provechosamente la literatura metodo-
lógica sobre las investigaciones del costo de la vida.
EL AJUSTE DE LOS SALARIOS AL COSTO DE LA VIDA EN LOS
TRABAJOS DE MINAS EN BÉLGICA
Si se consultan las estadísticas de las huelgas y conflictos obreros en los últimos
años, se llegará a la conclusión de que la mayoría de ellos fueron originados por pedidos
de aumento de salario para hacer frente al creciente costo de la vida.
'
La fórmula general de correlación = r ~
se ha usado en este caso. Su deducción puede
n 'IX 'IY
verse muy bien expuesta en G. U. Yule, "/ntroductory to the Theory of Statistics",

40
RAÚL PREBISCH
Para evitar esas fricciones en el mecanismo industrial, que casi siempre se
resuelven en destrucción de valores se han llevado a la práctica procedimientos de
ajuste de salarios, preconizados desde mucho tiempo antes por economistas y estadí-
grafos.
Responde a este objeto la convención salida el 28 de julio de 1920 del seno de la
Comisión Nacional Mixta de Minas de Bélgica que regula las fluctuaciones de los
salarios según el costo de la vida al mismo tiempo que introduce correcciones en la
fijación de los salarios mínimos. La convención se aplica a los salarios de todos los
obreros que trabajan en las minas de carbón y a los beneficiarios de la ley sobre
pensiones a la vejez, y podrá ser denunciada en cualquier tiempo por cualquiera de las
partes; pero la denuncia sólo surtirá sus efectos un mes después de ser conocida por la
Comisión Mixta.
La convención provee a la solución de las diferencias que puedan ocurrir entre las
partes, sometiéndolas primero al comité local de conciliación,; en caso de no bastar
éste, a los consejos regionales mixtos, y en último caso a la Comisión Nacional Mixta.
Veamos primero las disposiciones sobre las "fluctuaciones de los salarios según el
costo de la vida".
El artículo 4 establece que los salarios variarán según el número indicador de los
precios al por menor, publicados mensualmente por la Revue du Travail. Estas
variaciones se efectuarán de tal modo que cuando el N .l. experimente, a lo menos, un
ascenso de 4 1(2 %, 9 1/2 %, 14 1/2 %, etcétera, sobre el último "indicador base", los
salarios vigentes se elevarán respectivamente en 5, 10, 15 %, etcétera, y los nuevos
salarios serán puestos en relación del nuevo "indicador base,. igual al precedente más
un aumento de 5, 10. 15 %, respectivamente. Inversamente, cuando el N.I. bajase, el
procedimiento contrario podrá hacer descender los salarios y el indicador base; y si por
cualquier razón, los salarios no hubiesen sido disminuidos cuando el indicador lo
permitiese, el indicador base no se modificará, y el último indicador base será el punto
de partida de las fluctuaciones ulteriores de los salarios.
Teniendo en cuenta, seguramente, la dificultad que representa para las empresas
el aumento impremeditado de los salarios y para los obreros la disminución de los
mismos, aunque en "salarios reales", recibirían siempre la misma cantidad, en la
convención se ha estipulado que las modificaciones de los salarios se harán, si hay lugar
a ello, a partir del primer domingo del tercer mes que sigue a la fecha del indicador
publicado por la Revue du Travail.
El primer indicador base corresponde al 15 de febrero de 1920 y será modificado
en las mismas proporciones en que se aumenten o disminuyan los salarios.
La convención se ocupa asimismo del "salario mínimo de los obreros que no son
pagados por día", al considerar que aquél no puede verse reducido exageradamente por
circunstancias ajenas a la voluntad del obrero.
El salario mínimo se fijaráen cada sitio de explotación, para las diversas categorías
de obreros que no trabajan por día, que la convención enumera. Para cada una de estas
categorías de obreros se calculará el valor medio de los salarios diarios pagados en abril
de 1920, y este valor medio disminuido en 10 % será el salario mínimo base de la

EL AJUSTE DE LOS SALARIOS AL COSTO DE LA VIDA
41
categoría considerada. Este salario mínimo base será sometido a las mismas correccio-
nes que los demás salarios según el procedimiento antes expresado.
Las disposiciones últimas comenzarán a tener vigor el 15 de agosto de 1920 y serán
revisadas después de seis meses de aplicación; lo que bien se comprende teniendo en
cuenta la novedad de esta clase de convenciones y por lo tanto la falta de experiencias
a su alrededor. El tiempo permitirá afirmar sus ventajas y corregir sus defectos.
El ajuste de los salarios mínimos, cuyo objeto se desnaturaliza y dejan de llenar el
fin que persiguen, cuando suben los precios, no es, entre nosotros, a lo menos en teoría,
una disposición nueva. El diputado Anastasi, en uno de los artículos de su proyecto de
ley de salario mínimo presentado a la Cámara de Diputados en las últimas sesiones del
período ordinario, propone que el salario mínimo fijado por las comisiones mixtas se
haga variar periódicamente de acuerdo con las fluctuaciones del costo de vida
sintetizadas en los números indicadores.
Un convenio análogo sobre el ajuste de los salarios, puede verse en la convención
colectiva entre los fabricantes de correas y talabarteros de Verviers y la Central de los
obreros de la misma industria, celebrada el 31 de julio de 1920 (Revue du Travail,
15-31 de agosto de 1920, pág. 1059).
Por otra parte, el gobierno belga ha concedido a los funcionarios, empleados y
obreros permanentes, provisorios y temporarios, una indemnización de carestía
(indemnité mobile de la viechére), que aumenta o disminuye según el ascenso o la baja
del nivel de los precios que marca el número indicador de la Revue du Travail. El
aumento o la disminución se hace por tercios, correspondientes a 60 unidades del
número indicador.
En Inglaterra y Estados Unidos, el procedimiento de ajuste está mucho más
extendido que en Bélgica, y los convenios se remontan hasta el año 1918, dando buenos
resultados. Pero ahora, en estos dos países, la cuestión del ajuste ha perdido su
oportunidad ya que según los N.I. que publica The Economist para el primero y la
estadística oficial para el segundo, los precios en general han llegado a su punto
culminante y desde los últimos meses la tendencia bajista se acentúa cada vez más
como consecuencia del control restrictivo del crédito que han iniciado los bancos para
evitar la mayor expansión de éste y la correlativa alza de los precios, expansión
desmedida que amenazaba las bases del organismo bancario. Esta política de los
bancos marca los comienzos de la desinflación del circulante, sin la cual es imposible
pretender la baja de los precios.
Como lo indicábamos antes, trataremos de ocupamos de las nuevas iniciativas que
surgen en el país y en el exterior, relacionadas con esta materia.

16
LA ORGANIZACION DE LAS ESTADISTICAS*
The Economist de noviembre 20 de 1920, comenta en los siguientes ténninos el
mensaje de Sir R. Henry Rew, K. C. B., Presidente de la "Royal Statistical Society"
sobre la organización y coordinación de las estadísticas de las diversas naciones:
La agitación (por una mejor organización de las estadísticas), no es nueva, sino que,
como resultado de la guerra, el valor de las estadísticas y la necesidad de un sistema
mejor de comparación, nacional e internacional, se aprecia con más intensidad. "La
importancia de una infonnación más completa y más exacta, en una fonna numérica
sistematizada, del progreso y de la situación económica del mundo, se reconoce ahora
universalmente. Sin embargo existe el riesgo serio de que algunas tentativas impa-
cientes para satisfacer esta 'sentida necesidad' puedan resultar difusión de energías,
extensión innecesaria y desorden general. La recolección y publicación de la infonna-
ción estadística es una función de gobierno y gracias, en gran parte al trabajo del
Instituto Internacional de Estadística y recientemente también al Instituto Internacio-
nal de Agricultura, hay ahora sólo pocas naciones civilizadas que no admiten la
obligación y hagan algún esfuerzo para librarse de este deber. Si los gobiernos no
ejecutan este trabajo, no hay duda que la iniciativa privada se encargará de él, pues las
estadísticas se hacen cada vez más esenciales a los interesados en el comercio
internacional". El Presidente opina que la coordinación y el desarrollo de las estadís-
ticas internacionales será mejor cumplida bajo la dirección y guía de la Liga de las
Naciones.
* N. del Ed. Revista de Economía Argentina: 5, Nm 29-30, noviembre-diciembre de 1920, pág. 443.
El artículo está firmado: "R. P."'.

17
LA CONFERENCIA DE BRUSELAS*
El problema de la inflación del medio circulante, y sus dos inevitables consecuen-
cias, el envilecimiento de los signos monetarios y la dislocación de los cambios, han
constituido uno de los temas principales de las deliberacione~ de la primera Conferen-
cia Financiera Internacional reunida en Bruselas, bajo el patrocinio de la Liga de las
Naciones.
~
Hace ya algunos meses que la conferencia se reunió. Sus debates y resoluciones nos
fueron transmitidos en forma concisa, vaga y muchas veces oscuras por la prensa
diaria; pero el detalle de sus puntos de vista y el contenido de las opiniones de los
expertos a quienes fueron sometidos los asuntos a tratarse no han sido dados a la
publicidad en fonna accesible y completa. Es por esto que no vacilamos en darlos a
conocer a nuestros lectores, pues los meses transcurridos desde la celebración de la
conferencia, no han invalidado sus principales declaraciones.
Los PROCESOS DE LA INFLACIÓN
Antes de entrar en materia haremos una ligera revista de las formas y origen con
que se ha presentado una de las consecuencias casi inevitables de las guerras, a saber,
la inflación del medio circulante; su importancia es capital, pues ni las industrias
locales ni el tráfico internacional podrán desarrollarse sobre bases seguras, si el
instrumento de los cambios continúa en el estado en que hoy se encuentra.
La inflación del circulante no tuvo en todos los países las mismas causas, aunque
éstas, en última instancia son un producto de la anormalidad que la guerra trae consigo,
ni se presentó en las mismas proporciones.
Alguna vez hemos repetido la afirmación de que Norteamérica, el Japón, la
Argentina y otros países neutrales tuvieron una verdadera inflación de metálico, debida

N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 9, serie II, N" 91, enero de 1921, págs. 43-56. El
artículo se publicó en la sección "Ideas y Comentarios".

44
RAÚL PREBISCH
a los saldos favorables de sus balanzas económicas respectivas; pero los problemas que
esta inflación origina (y que en cierto modo es una expresión de la riqueza de los países
que la tuvieron) son diferentes tanto en su naturaleza como en su gravedad, a los
originados por las excesivas emisiones de papel y la desmesurada expansión del crédito
ocurridas en los países beligerantes.
Los procesos por los cuales la inflación se presentó, pueden reducirse a cinco,
según la enumeración que Joseph Davis1 hace de ellos.
1 º El peor de ellos consistió en la emisión directa por los gobiernos para hacer
frente a sus necesidades; emisión que no se volvió a redimir o retirar de la circulación
(Rusia, Austria-Hungría y otros países). Las emisiones de la Tesorería italiana y las
británicas, pertenecen a esta categoría (inflación de papel).
2º Los bancos de Estado (semipúblicos) prestaron grandes cantidades sobre
colaterales (especialmente sobre los títulos de los empréstitos de guerra). emitiendo
billetes o creando depósitos a favor de los clientes (inflación de papel o del crédito:
inflación del circulante). Sistema muy usado en Alemania y en otros países.
3º Los gobiernos han obligado o persuadido a los bancos centrales a hacer
adelantos o comprar bonos de Tesorería que fueron redimidos menos rápidamente que
las nuevas solicitaciones de adelantos; este método ha sido usado casi universalmente,
en forma moderada en los Estados U nidos y la Gran Bretaña y en grandes proporciones
en Alemania, Francia e Italia. El producto de las negociaciones fue acreditado en
cuenta corriente o entregado en billetes, según la costumbre de los países (inflación del
crédito o de papel).
4º Se han vendido bonos o certificados de Tesorería a los particulares y a los
bancos a cambio no de ahorros reales, sino de medio circulante creado por los mismos
bancos (billetes o depósitos), que tomaban los bonos como colaterales de préstamos
que servían las más de las veces para pagar los mismos bonos o financiar otras
operaciones. El caso común fue el siguiente: un particular solicitaba crédito a un banco
para comprar títulos de un empréstito de guerra; el banco concedía el crédito, en la
cantidad solicitada, y al mismo tiempo requería del gobierno la compra de los títulos
(que guardaba como colaterales o garantía), acreditaba al gobierno el importe. y
debitaba al particular la misma cantidad. Por un simple movimiento de cuentas, los
gobiernos encontraban circulante con que financiar sus necesidades de guerra (infla-
ción del crédito). El sistema se desarrolló principalmente en los Estados Unidos.
5º Finalmente, las reservas metálicas han sido movilizadas y centralizadas de tal
manera que su coeficiente necesario pudiese ser disminuido al mismo tiempo que
Joseph S. Davis, Review ofEconomic Statistics, agosto de 1920. Artículo "World Banking and
Currency: A Review of Recent Developments", pág. 209.

LA CONFERENCIA DE BRUSELAS
45
permitiese la mayor expansión de los billetes y depósitos creados. Tal fue el caso de
los Estados Unidos con el mecanismo de sus Bancos Federales de Reserva.
De estas maneras el circulante se ha inflado muchas veces, y como las mercaderías
y demás objetos de las transacciones no han crecido en las mismas proporciones, ni
mucho menos, cada una de las unidades monetarias ha rebajado su poder adquisitivo.
Los cuatro primeros procesos que acabamos de enunciar responden simplemente
a la financiación de las necesidades de los diversos Estados. Y si las naciones siguen
teniendo déficit en sus presupuestos y para colmarlos no pueden recurrir al ahorro
genuino, será forzosa la necesidad de acudir al método indirecto de la inflación.
Como consecuencia de esta expansión de la moneda, su valor en oro y en bienes
se ha reducido enormemente. La garantía metálica de las valutas es ínfima y su valor
en oro se expresa aproximadamente por sus cotizaciones respecto a las valutas a la par
(principalmente a la valuta norteamericana); y estas cotizaciones no sólo dependen de
la cantidad de papel y oro existente, del estado del balance de pagos y de la intromisión
de los respectivos gobiernos (prohibición de exportar oro, arreglos, etcétera). sino que
son también el reflejo de hechos de otro orden (situación política y social, etcétera), que
producen bruscas fluctuaciones en los cambios, aunque no son capaces de fijar la
dirección general de éstos.
LA CONFERENCIA
Las ideas que anteceden, bastarán para formamos la impresión de inestabilidad que
ofrece la situación monetaria de los ex beligerantes y de algunos neutrales, y de la
complejidad de uno de los problemas que más distrajeron la atención de la Conferencia,
cuyas resoluciones más importantes expresaremos más adelante valiéndonos del
interesante artículo que el mismo escritor, más arriba citado, publicó en un número
posterior de laReview of Economic Statistic.2
En la Conferencia estaban representadas 39 naciones por ochenta y seis delegados,
la mayoría financistas, banqueros y representantes de las finanzas públicas. Los
trabajos preliminares formaban un valioso antecedente y estuvieron a cargo de
eminentes economistas y estadígrafos: la Conferencia estaba bien informada para
tratar las cuestiones que le fueron encomendadas.
Tenía a su cargo el estudio de la actual crisis financiera y la recomendación de
medidas para remediar y mitigar sus consecuencias. Ninguna de las cuestiones que
constituían las negociaciones entre los aliados y Alemania podían ser discutidas en sus
Diciembre de 1920, World Currency and Banking, "The First Brussels, Financial Conference",
pág. 349.

46
RAÚL PREBISCH
sesiones. restricción que indudablemente, al eliminar las discusiones acaloradac;,
contribuyó al éxito de la Conferencia. Esta "conferencia de especialistas en enferme-
dades financieras, reunidos para diagnosticar los agudos males de las naciones, alcanzó
un acuerdo unánime sobre los principales puntos del diagnóstico y sobre los medios de
tratamiento apropiados a las fases presentes de la enfermedad". Las bases para este
tratamiento fueron formuladas por el Comité de Consulta en la forma siguiente:
1 º Obtener una imagen tan completa como sea posible de la situación del mundo,
y por medio de la comparación de las situaciones de los diferentes países, hacer posible
la formación de un juicio sobre la importancia y la dificultad de los problemas a que
cada uno tiene que hacer frente.
2º Por un intercambio de opiniones y experiencias, ayudar a cada país a llegar a
la política más sana para resolver sus dificultades y asegurar que las diferentes políticas
nacionales no sean antagónicas.
3º Discutir o formular un plan o planes para salvar esas dificultades en donde la
acción nacional necesite ser suplementada por un acuerdo internacional.
Para alcanzar el primer objeto se tomaron varias medidas. Se reunieron datos
estadísticos y otras informaciones pertinentes por la Secretaría de la Liga de las
Naciones. Algunos economistas de reputación internacional fueron invitados indepen-
dientemente para dar sus expertas opiniones que, impresas. fueron repartidas a los
delegados antes de la primera reunión. A su vez, éstos presentaron informes sobre la
situación de sus respectivos países.
Casi todas las energías de la Conferencia se encaminaron hacia el segundo punto,
a saber: la consideración desde un aspecto general, de la mejor política a seguir
por cada país respecto a los problemas comunes revelados por los informes. La con-
sideración de las políticas nacionales fue la tarea de tres grandes comisiones: la de
Finanzas Públicas, la de Circulación y Cambios y la de Comercio Internacional, que
elevaron sus informes a la Conferencia, para ser discutidos en ella.
Respecto a la acción internacional, la Secretaría adelantó ciertas sugestiones que
circularon entre los delegados. Estas sugestiones y otras proposiciones de los econo-
mistas adscriptos y de los delegados fueron consideradas en parte por un cuarto Comité
sobre los Créditos Internacionales.
EL MATERIAL RECOGIDO PARA LA CONFERENCIA
Interesante para el que pretende estudiar la situación de Europa y conjeturar su
futuro, resulta el material recogido y publicado en inglés y francés por la Liga de las

LA CONFERENCIA DE BRUSELAS
47
Naciones.3 (Sin duda pueden conseguirse informes en la oficina de la Liga de las
Naciones, 2702 Woolworth Building, Nueva York.) Versa sobre La circulación
y los cambios, Las finanzas públicas, los precios al por menor, y La producción,
consunw y comercio de carbón. Los datos estadísticos no son colecciones groseras de
cifras sino que están seleccionados y presentados en forma accesible a ser interpreta-
dos; se sugiere, respecto a ellos, métodos de análisis que podrán utilizarse con
éxito en sucesivas investigaciones. Por ejemplo, el folleto sobre el Comercio Interna-
cional sumariza los varios métodos usados en diferentes naciones para evaluar las
importaciones y exportaciones, reduce las cifras de cada país a moneda uniforme para
hacer posible las comparaciones, etcétera. En una palabra, la compilación de la
Secretaría, a pesar de ciertas lagunas y deficiencias. representa un valioso material de
estudio. Además, es un antecedente importante en el terreno de la unificación de las
diferentes estadísticas nacionales. tarea que la Secretaría se propone proseguir y que
tantos beneficios dará a los investigadores que ahora tropiezan en este punto con la más
completa anarquía.
Es imposible expresar en pocas palabras la impresión conjunta resultante de estos
datos, pero algunos ejemplos bastan para darse cuenta del caótico estado de cada una
de las economías nacionales. El Reino Unido y la Checoslovaquia son los únicos países
cuyos recursos presupuestados para 1919 y para 1920, exceden a los gastos presupues-
tados para 1920; por consiguiente, las deudas públicas continúan creciendo más o
menos rápidamente. Los gastos públicos por cabeza en las principales naciones
europeas oscilan entre el 21yel40 % de las rentas nacionales. En término medio, el
20 % de los gastos públicos se invierte en armamentos; y puede afirmarse que aun
descartando la elevación de los precios, los gastos en este renglón son mayores que los
de 1913.
Además de las publicaciones estadísticas hubo otras sobre la situación de Europa
respecto a los alimentos y a los transportes, sobre las Medidas de los gobiernos en lo
que concierne a los créditos de asistencia y a la pronwción de las exportaciones,
en
que se estudia la obra del Comité Internacional de Créditos de Asistencia (Relief
Credi ts),
las provisiones de la Corporación Americana Financiera de la Guerra. la Ley
Edge, la Ley Webb Pomerene, las provisiones y operaciones de la Ley Británica de
Comercio Ultramarino (Crédito y Seguros). y el origen y las funciones del Banco
Nacional Francés del Comercio Exterior. En otro escrito se estudian las medidas
tomadas en diferentes países para regular las operaciones de los cambios, y se incluye
el texto de las leyes, decretos y reglamentos administrativos más importantes que se
dictaron sobre el particular. Casi todos los ex beligerantes europeos, excepto la Gran
Bretaña, han adoptado medidas para controlar los cambios y también el Brasil y
España; su objeto general fue el de conseguir el uso más racional y provechoso de los
fondos que cada país pueda obtener en el extranjero. Los objetos específicos fueron los
de: 1) restringir la exportación de capitales; 2) prevenir la especulación en cambios y
moneda; 3) asegurar que sólo se obtenga moneda extranjera en cambio de la
Impreso por Harrison y Sons, Ltd. St. Martin's Rane, Londres, W. C. 2.

48
RAÚL PREBISCH
exportación de mercaderías o títulos; 4) restringir la importación de ciertos artículos;
y 5) prevenir la exportación de la moneda doméstica. Los métodos son engorrosos y
causan fricciones en el comercio internacional; sus resultados no se han investigado.
LAS OPINIONES DE LOS ECONOMISTAS
Los eminentes economistas Pantaleoni (Italia). Gide (Francia), Bruins (Holanda).
Pigou (Inglaterra) y Cassel (Suecia), sometieron a la Conferencia sus puntos de vista.
individualmente. y en conjunto, respecto a sus convicciones comunes. sobre materias
de importancia práctica inmediata.
Siguen los puntos de vista en conjunto:
"La principal necesidad de Europa es la reasunción del trabajo y de la producción.
Las siguientes recomendaciones están sujetas a la comprensión de esta necesidad y su
cumplimiento es una condición muy importante de esta reasunción.
l. Inflación
1. Es esencial que se detenga en todas partes y tan pronto como sea posible la
inflación del crédito y de la circulación.
2. Con este fin, los gastos públicos deben ser reducidos, la conducción de las
empresas públicas a menos que el costo y el pago de subsidios sobre artículos
particulares y servicios debe ser abolido tanto como sea posible, y los gastos militares
y navales deben ser violentamente restringidos.
3. El equilibrio de los presupuestos debe ser restablecido, y no debe recurrirse a
los préstamos para hacer frente a las necesidades ordinarias y corrientes.
4. Debe evitarse las tasas bancarias bajadas artificialmente, fuera de conformidad
con la escasez real de capitales. permitidas sólo por la creación de nuevos circulantes.
5. Las deudas flotantes deben ser consolidadas tan pronto como sea practicable.
//. Cambios
6. El nivel de los cambios tiende a corresponder con los valores internos relativos
de las circulaciones de los diferentes países. La seria depreciación de ciertos cambios

LA CONFERENCIA DE BRUSELAS
49
por bajo de sus paridades reales, seóa mejorada por: a) la consolidación de las deudas
flotantes con el exterior en la forma de bonos; b) la restauración tan pronto y en tanta
extensión como sea practicable, del intercambio comercial normal entre los distintos
países.
fil. Créditos internacionales
7. La concesión de créditos (ya sea por un empréstito internacional o por un
sistema de garantías a los prestamistas privados o de otra manera) a los países
necesitados debe naturalmente ser hecha bajo la condición de que se conceda alguna
prioridad a esos créditos y de que sean pospuestos otros derechos hasta que aquellos
créditos hayan tenido tiempo de ejercer su influencia sobre la producción.
8. La concesión de créditos debe estar sujeta a las siguientes condiciones: 1) Sólo
se usarán para los fines inmediatamente productivos, incluida en éstos la provisión de
medios de subsistencia para la población obrera; y 2) los países prestatarios deberán
hacer todo lo que esté en su poder para cooperar en el trabajo de restaurar toda la vida
económica.
9. La capacidad del mundo prestamista para conceder créditos, dependerá, en gran
medida, de la restauración de la paz real y de las condiciones normales del comercio
internacional".
Los informes aislados difieren entre ellos. Pantaleoni indica la raíz de los males en
la intromisión del gobierno en la vida económica. Este ya no se limita a hacer cumplir
la ley y los contratos, sino que pretende gobernar casi toda la vida económica adminis-
trando industrias, controlando los precios, etcétera. La Liga de las Naciones es un
instrumento para "encadenar la actividad privada, la libertad de los contratos, la
libertad de la circulación del capital y del trabajo, la responsabilidad por las propias
acciones". El resultado es el enorme aumento de los costos, la insuficiencia del traba-
jo, la miseria. El remedio es simple: laissez /aire. Si se detiene la inflación, la
estabilidad seguirá automáticamente. La desinflación pondrá las cosas en peor estado.
Ningún nuevo impuesto, y abnegación en los gobiernos. La verdadera ayuda a las
naciones necesitadas será la abolición de las trabas que dificultan la libre circulación
de mercaderías, capitales y ciudadanos. Pantaleoni se muestra un vocero del viejo
evangelio económico.
Gide es más moderado y no censura las medidas de los gobiernos. Sostiene que la
inflación ha tenido algunos buenos efectos y que se exagera sus aspectos perniciosos;
que es deseable una desinflación gradual principalmente por sus consecuencias
psicológicas en el exterior; que es necesario equilibrar los presupuestos, pero no dice
nada de la locura armamentista que es su causa principal. Arguye que es imprescindible
para el mejoramiento de Europa, la rehabilitación de la producción, que implica por lo
tanto la satisfacción de ciertas aspiraciones de las clases trabajadoras "difíciles de

50
RAÚL PREBISCH
comprender y que ellas mismas no pueden definir". Gide lamenta que la guerra no haya
traído consigo una "entente" financiera entre los países que los hubiera ayudado en el
mal paso en que se encuentran.
Bruins relega a segundo plano la cuestión del desorden monetario; será más bien
un problema para el futuro. En cambio recalca los desarreglos de la producción, el caos
de los transportes, los obstáculos del comercio internacional y la mentalidad anormal
que siguió a la guerra: son los grandes males contra los que hay que reaccionar. A pesar
de este punto de vista, recomienda la detención de la inflación y la subida de la tasa del
descuento hasta el monto de la tasa de las inversiones para evitar la mayor expansión
del crédito, y la consolidación de la deuda flotante; se podrá alcanzar cierta estabilidad
en los cambios deteniendo la inflación, restaurando la libre circulación de las merca-
derías y consolidando los créditos flotantes internacionales (incluyendo al papel
moneda), y alcanzado esto, por una inteligente política gubernativa y por la coopera-
ción de los bancos centrales.
Sostiene además que la concesión de créditos de asistencia a los países necesitados
es una condición sine qua non de la restauración de la vida económica. Estos créditos
debieran estar sujetos a un mínimo de garantías tanto en lo que respecta a su inversión
en usos productivos como a su reembolso fiel.
Pigou acentúa el hecho de la escasez de bienes de consumo y de bienes para la
producción y el de la mala distribución de los bienes existentes, que contribuye a
perpetuar los males. Remedios: economía en los consumos y uso efectivo de las fuerzas
productivas.
En cuanto a los créditos internacionales, reconoce su gran necesidad y se inclina
por el sistema de la emisión de bonos garantidos por una autoridad internacional que
los países prestatarios venderían en los mercados internacionales. El producto se
destinaría a saciar las necesidades urgentes de la población al mismo tiempo que a la
restauración de las fuerzas productivas.
El curso de la inflación es resumido brevemente por Pigou en la forma siguiente:
rentas públicas inadecuadas, recurso a los préstamos bancarios, transferencia de los
saldos bancarios del gobierno a las cuentas particulares, aumento de los precios, nueva
emisión de billetes; resultados: impuesto a la renta disimuladamente proporcionado
que no tiene en cuenta las condiciones de la familia, que no distingue entre rentas
ganadas (carned incomes) y rentas invertidas (invested incomes), sin graduación de
tasas, que grava especialmente a las clases asalariadas y causa fricción en el ajusta-
miento de los salarios a los precios, y resulta en la transferencia de la renta real de los
propietarios de títulos a renta fija a los tenedores de títulos de renta variable.
Para remediar la situación, recomienda a los gobiernos la abstención de nuevos
créditos bancarios, la consolidación de las deudas flotantes. y aboga por el alza de la
tasa del descuento para evitar la mayor inflación del crédito. Opina que debe tratarse
de establecer la paridad del papel con el oro, lo que se alcanzará a medida que se detenga
la inflación y se mejoren las balanzas comerciales de los países. Es lógico que en
países que como Inglaterra el papel sólo alcanzó una depreciación del 20 % se retome
a la vieja paridad; pero en países como Alemania, Austria y aun Francia e Italia, que
sufrieron depreciación seria en sus respectivos circulantes, pretender volver a ella sería

LA CONFERENCIA DE BRUSELAS
51
sumamente lento y düícil. Más expeditivo sería seguir el ejemplo de la Argentina en
1889.
El problema de la estabilización de los cambios es, según Cassel, en parte un
problema de estabilización de las circulaciones internas y en parte de remoción de las
barreras que impiden la restauración del comercio internacional. Opina en contra de
una circulación internacional, que no haría más que aumentar la inflación; en cambio
se inclina por la vuelta al patrón oro, y en este_ caso, sostiene que habrá que evitar que
el metal suba más de valor, lo que se conseguiría si una combinación de países
resolviese volcar en el mercado todo el oro disponible para aumentar la cantidad de
metal respecto a la de papel; esto haría bajar su valor en términos de papel hasta quizás
en medida suficiente para restaurar la vieja paridad. La desinflación en los Estados
Unidos "agravaría seriamente la restauración de la paridad de anteguerra o el mante-
nimiento de una paridad recién establecida".
Como estudioso y neutral, Cassel habló francamente respecto a las condiciones de
paz y a la política de la entente, que obstaculizan la reconstrucción de los países
vencidos y los sepultan en el hambre y las enfermedades que van minando las nuevas
generaciones y haciéndolas casi inútiles para el trabajo intenso y la organización
metódica que necesitarán sostener para levantarse. Una de las medidas más efectivas
para la reanudación del tráfico en Europa, sería la centralización de todos los ferroca-
rriles y la cooperación internacional en otras actividades.
Los PUNTOS DE VISTA CONJUNTOS
¿Cuáles fueron las vistas de la Conferencia? El mundo está pasando por un enorme
debilitamiento de su capacidad productiva; durante la guerra, lejos de crearse nuevos
capitales, se ha destruido gran parte de los existentes, y se ha paralizado el ahorro. El
trabajo, está resentido en su eficiencia. El comercio local e internacional se ve
obstruido materialmente por falta de medios y además por las restricciones de los
diversos países y por el estado de los cambios. Faltan los alimentos, las materias primas
y el combustible, y la existencia actual está mal distribuida. En esta diagnosis la
Conferencia no ha hecho más que recalcar lo que ya antes sabíamos más o menos sobre
la situación europea. El problema queda planteado en el sentido de restaurar y
desarrollar las fuerzas productivas; lo que requiere el más completo aprovechamiento
de la tierra y el capital y la mayor eficiencia del trabajo y de la empresa; implica la
reducción de los consumos a lo necesario mientras se renueven y aumenten los
capitales destruidos; requiere la cooperación nacional e internacional; precisa de la
armonización de las mejores inteligencias y de la coordinación de los esfuerzos para
sobrepasar las dificultades políticas, económicas y sociales que impidan la reconstruc-
ción. La crisis por que atraviesa la humanidad es grave, mucho más grave que lo que
suponen ciertos optimistas que ven en dos o tres años más la resolución del problema;

52
RAÚL PREB1sCH
y por esto mismo. la tarea es compleja y grave. Pero aún hay tiempo para encarar la
situación con resoluciones vigorosas.
PRESCRIPCIONES DE LA CONFERENCIA SOBRE LA ACCIÓN LOCAL
Resumiremos a renglón seguido las principales conclusiones: 1) Es necesario tener
ideas claras de la situación para tomar buenas resoluciones. 2) No hay panacea para los
males actuales y la recuperación será obra lenta y penosa. 3) La acción internacional
es un suplemento y no puede reemplazar el esfuerzo vigoroso de cada país. 4) Es vano,
si no imposible prescribir un tratamiento completo ni general, para todos los países,
pues tendrá que variar de paciente a paciente. Un buen tratamiento debe dirigirse a las
raíces de los males y no a sus síntomas. 5) No todos los remedios para males financieros
deben ser financieros: la paz, el desarme, el establecimiento de las relaciones del
trabajo sobre nuevas bases, no son soluciones financieras, pero ayudarían a normalizar
la situación.
La Conferencia sostuvo que ciertas políticas y prácticas deben abandonarse cuanto
antes: 1) La inflación debe ser detenida con prontitud; 2) Los gobiernos deben limitar
sus gastos a sus rentas, excepto cuando se trata de la reconstrucción de áreas
devastadas; 3) Los gastos públicos en armamentos, donaciones y servicios a menos de
su costo deben ser abandonados; 4) Los gobiernos no deben vivir más del crédito, que
sólo se usará para operaciones "productivas''; 5) Los bancos, particularmente los de
emisión, deben sustraerse a los aprietos políticos y fijar la tasa del interés de acuerdo
a la escasez real de capitales. Además, "hasta que el crédito pueda controlarse
meramente por la tasa del interés, sólo debe concederse para necesidades económicas
reales", y con exclusión de las actividades especulativas; 6) Debe abandonarse el
control del comercio y de la industria y removerse las trabas del comercio internacio-
nal; 7) Deben levantarse la barreras económicas artificiales para que el intercambio de
artículos se haga sin restricción y la unidad de la vida económica europea no sea
perjudicada; 8) ''La economía más estricta, es el deber de todo ciudadano patriota; sólo
así el ahorro se dirigirá a la restauración de las fuerzas productivas".
Por otra parte, en el terreno de la política positiva, deben adoptarse las siguientes
medidas: 1) Debe hacerse esfuerzos para iluminar la opinión pública sobre los hechos
reales de la situación. El verdadero estado de las finanzas públicas debe ser revelado
corrientemente. La relación viciosa entre los déficit fiscales y el costo de la vida debe
ser aclarada, y debe enseñarse la importancia de la disminución de los gastos privados
y del ahorro genuino. 2) Los nuevos impuestos sólo deben crearse para hacer frente a
los gastos positivamente necesarios; debe cuidarse de que no disminuya en lo menos
posible, el estímulo al trabajo, al ahorro, y a la empresa 3) Las deudas flotantes deben
ser consolidadas y las naciones acreedoras, por interés común, deben facilitar esta
acción. 4) Los nuevos empréstitos deben limitarse a los fines más prontamente
remunerativos, y ser efectuados a base del ahorro genuino. 5) Para la restauración de

LA CONFERENCIA DE BRUSELAS
53
la producción doméstica y el comercio exterior, es necesaria la seguridad interior. 6)
Deben concentrarse los esfuerzos para conseguir plena eficiencia en los transportes. 7)
Debe establecerse, donde no existen, nuevos bancos centrales de emisión, si es
necesario, con la ayuda extranjera, 8) Es deseable el retomo al patrón oro aunque en
esto hay que poner mucho cuidado. 9) Finalmente, la "industria debe ser organizada de
tal manera que estimule el máximo de producción por parte del trabajo, porque por sólo
esta producción, el trabajo será capaz de obtener aquellas mejoras en sus condiciones
de vida que es lo que desea todo país para su pueblo". Todas las clases debieran
participar en ello y aceptar los cambios necesarios para remediar la situación presente.
RECOMENDACIONES SOBRE LA ACCIÓN INTERNACIONAL
Como complemento a la acción nacional, la Conferencia recomendó las siguientes
medidas de carácter internacional: 1) Es esencial la reducción de los armamentos y
demás preparaciones para la guerra. 2) Un comité de la Liga debe continuar recogiendo
estadísticas económicas e investigar las medidas de los gobiernos respecto a la
circulación y demás cuestiones financieras. 3) Se debe dar control internacional sobre
los nuevos bancos de emisión formados con ayuda de capital extranjero. 4) Debe
encargarse a los expertos el examen de la posibilidad de extender, con carácter
internacional, el sistema existente de seguro a los créditos de exportación. 5) Un cuerpo
de consulta de abogados y hombres de negocios debe ser designado para recomendar
la acción legislativa respecto a la salvaguarda de los exportadores que exportan
materias primas para las manufacturas y reexportan por un sistema especial de créditos.
6) Debe promoverse la unificacion de la legislación internacional sobre letras de
cambio, conocimientos; etcétera, resolverse la cuestión del tratamiento recíproco en
diferentes países de las sucursales de los bancos extranjeros, estudiarse el estableci-
miento de un ''clearing house" internacional, etcétera.
Sobre la concesión de créditos internacionales para financiar las importaciones, las
conclusiones de la Conferencia parecerán desconcertantes a los que esperaban amplias
facilidades sobre el particular; pues en esto, va implicada la solvencia de los países
prestatarios y las garantías que puedan ofrecer a sus acreedores, condiciones que los
países necesitados no poseen en demasía. La Conferencia, en este punto, alcanzó
conclusiones negativas y sólo hizo una propuesta importante: se pronunció en favor de
la constitución de una comisión internacional, compuesta de banqueros y hombres de
negocios de reputación internacional para informar respecto a las operaciones de
crédito y a las condiciones de los solicitantes; según el resto de esta propuesta sobre los
créditos internacionales, los gobiernos de los países importadores garantizarán las
letras de cambio de los importadores con bonos a oro que emitirán al efecto; bonos
garantidos a su vez por parte del activo y de las rentas de los erarios públicos
respectivos. La comisión tendría la vigilancia de la concesión del crédito, de la emisión
de los bonos y demás detalles del sistema.

54
RAÚL PREBISCH
Esta es, a grandes rasgos. la obra de la primera Conferencia Financiera Internacio-
nal reunida en Bruselas hace pocos meses. Sus conclusiones y recomendaciones. se
basan en principios sanos de economía y de finanzas y aquellas últimas reconocen la
gravedad de la situación y tratan de atacar los males en sus raíces.
Pero de esto al cumplimiento y observación de las medidas propuestas por la
conferencia a los diversos gobiernos hay gran distancia. Es aún temprano para
expresarse en este sentido, pero desde ya, hay síntomas poco halagadores.
Los presupuestos de los principales países beligerantes de Europa siguen en
constantes déficit, que sólo pueden ser llenados recurriendo al crédito a corto plazo de
los bancos, lo que continuará la inflación del circulante, cuya detención recomendó
unánimamente la Conferencia. Por otra parte, los gastos en armamentos de guerra
siguen insumiendo gran parte de los recursos públicos y desequilibrando los presu-
puestos, a pesar de la necesidad puesta en evidencia por la reunión financiera, de poner
freno a la locura armamentista.
En Inglaterra y Francia, por la elevación de la tasa del descuento, se ha obstaculi-
zado la mayor expansión del crédito y la desinflación parece ser un hecho. Pero en
Alemania. continúa su desenfrenada emisión la imprenta del Reichsbank, y en algunos
países de Sudamérica (el Brasil principalmente), esta delicada función ha sido
recientemente desnaturalizada (al menos hasta hace algunos meses).
No seguiremos la enumeración de los síntomas a que hicimos referencia. Bástenos
sólo agregar, que la remoción de las trabas del comercio entre las naciones, base
esencial de una segura reconstrucción, que tanto preocupó a Jos delegados de Bruselas.
parece no haber sido tomada en cuenta por mister Fordney y el partido triunfante en los
Estados Unidos. Sus vistas estrechas y de interés inmediato, son una gran amenaza para
la reorganización sana de Ja economía de las naciones.

18
ESTUDIOS SOBRE LA MONEDA. J.B. JUSTO.
TERCERA EDICION. BUENOS AIRES. 1921 *
En realidad, la teoría de la moneda está perfectamente establecida. En pocos
campos de la investigación económica las conclusiones teóricas armonizan tan bien
con los hechos como en lo referente a las cuestiones monetarias. Es que las hipótesis
que han servido para deducir estas conclusiones, responden con mucha aproximación
a las condiciones de hecho de la realidad. Así pudo afirmar Ricardo hace un siglo que
nada nuevo podía agregarse sobre la moneda.
Pero cuando las condiciones de hecho en que se afirma la teoría, se modifican, ya
sea que otras fuerzas entren en acción o que el Estado exceda los límites que le fijan
las leyes económicas, los problemas monetarios adquieren un viso especial, y su
estudio, muchas veces, se toma fecundo en conclusiones que amplifican o dan nueva
forma a la teoría.
Este último carácter reviste seguramente la historia monetaria argentina de uno de
cuyos aspectos se ocupa en forma brillante el doctor J. B. Justo en un opúsculo de 95
páginas, en que reproduce una conferencia dada en 1903. junto con otros escritos
menores. La reciente aparición de la edición tercera de este folleto nos induce a ocu-
parnos de él y rectificar algunas de sus afirmaciones.
En pocas palabras expone el autor, en el estilo diáfano y conciso que caracteriza
sus escritos, la evolución y los principios fundamentales de la moneda. Nace ésta como
necesidad técnica de simplificación de los cambios, cuando éstos toman vuelo merced
a la división del trabajo, y se desarrolla con independencia del Estado "cuya interven-
ción en esta materia sólo es ventajosa y necesaria cuando respeta las limitaciones que
le imponen las leyes económicas elementales que, quiéranlo o no los gobiernos, rigen
los fenómenos del cambio''. Lo que, si bien es cierto, los gobiernos han estado muy
lejos de reconocer, como lo atestiguan las acuñaciones de monedas de menor peso que
el legal de que se aprovechan con tanta frecuencia los soberanos de la Edad Media y
de principios de la Moderna para arreglar sus maltrechas finanzas.
El mismo carácter depredatorio de la riqueza del pueblo revisten las emisiones
excesivas que se encuentran en la historia financiera de casi todos los países, y que,
* N. del &J. Revista de Ciencias Económicas: 9, serie 11, Nº l, agosto de 1921, págs. 72-78. El
artículo está datado y finnado: "Mayo de 192 l. Raúl Prebisch."

56
RAÚL PREBJSCH
hasta hace pocos años eran un lugar común en las naciones sudamericanas. Y no por-
que estos signos representativos de la moneda fuesen en sí mismos un mal; emitidos
con "inteligencia y limpieza", representan una ventaja para la comunidad, que se libra
no sólo -como únicamente sostiene el autor- "de costear el desgaste del numerario
metálico reemplazado por el papel moneda y dispone de éste para fines de utilidad
pública sin recurrir a empréstitos ni impuestos", sino también porque permite la
disposición para fines productivos de parte de los capitales que de otro modo tendrían
que dedicarse a las funciones de instrumento de los cambios. Siempre que la emisión
de los signos representativos no sobrepase el límite máximo fijado en relación a las
necesidades reales de la'> transacciones, el papel logrará mantener su paridad con el oro;
de lo contrario. se envilecerá.
Esto último caracteriza precisamente Ja historia de Ja moneda, o más bien dicho del
papel moneda argentino, cuyos hechos culminantes pasa en revista el autor, ocupán-
dose con detención de los acaecidos en las últimas décadas. En algunas interpretacio-
nes que hace el doctor Justo a este respecto, estribará nuestra crítica, que en realidad
se desprende de un admirable trabajo que un joven universitario de Harvard, John H.
Williams. ha hecho últimamente sobre "El comercio internacional argentino en un
régimen de papel inconvertible, 1880 - 1900"1 (en él se estudia con un método de que
carecen nuestros investigadores y en absoluto casi todos los profesores de Ciencias
Económicas de la Argentina, la interrelación entre el papel moneda, los préstamos
tomados en el extranjero y el balance comercial).
Al hablar de la depreciación del papel moneda, medida en términos del oro.
sostiene el doctor Justo una interpretación unilateral que ya se revela claramente en las
primeras páginas del folleto, cuando -en el prólogo a la segunda edición-, al referirse
a la manera, que él conceptúa defectuosa, de expresar los valores representativos de los
pesos chilenos y bolivianos en peniques, dice lo siguiente: "Ese modo de decir conduce
al error teórico de subordinar el agio del oro a las fluctuaciones del comercio exterior,
cuando en realidad, el agio sólo depende de la proporción entre la cantidad de signos
monetarios circulantes y la necesidad actual de numerario para las transacciones
internas. Concíbese muy bien un país sin comercio exterior y con un agio monetario
cualquiera". Y más adelante, al tratar la crisis de principios de 1885, punto de partida
de una nueva inconversión del billete, la atribuye a las emisiones "excesivas" de papel
moneda sin reparar en los movimientos del metálico entre el país y el exterior.
consiguientes al estado de los balances de pagos.
Porotra parte, es frecuente encontrar esta interpretación unilateral, en los escritores
argentinos que se ocupan del papel moneda. Trataremos de demostrar, siguiendo al
autor norteamericano citado, que si las emisiones excesivas debidas a las malas
administraciones de los gobiernos deshonestos y extravagantes tuvieron gran influen-
cia sobre el envilecimiento de los signos monetarios. no fueron causa menos importan-
te de las fluctuaciones del valor del billete los saldos del balance económico del país.
Véase· ta traducción y síntesis de este libro, comenzada a publicar en la primera parte de este
número.

EsTIJDIOS SOBRE LA MONEDA
57
El mero aumento del papel moneda no explica, suficientemente, los ascensos y
descensos de la depreciación del signo monetario, o de su inversa, el premio del oro;
y, concretándonos a los fenómenos de 1885, la cantidad de papel, no tiene ninguna
influencia en el estallido de la crisis y en la inconversión consiguiente.
V amos por partes. En realidad, las emisiones excesivas, que según el doctor Justo
fueron la causa del colapso del 85, brillaron por su ausencia. A principios del período
1880-1890 gravitaba sobre el país una redundante masa de papel inconvertible que
alcanzaba a$ 882.000.000. Para convertir en certificados o billetes metálicos este papel
tan depreciado y para conseguir unifonnidad en la circulación monetaria, se dictó la
pretenciosa ley monetaria del 81; los bancos fueron obligados a convertir dentro de un
plazo detenninado, sus billetes envilecidos por nuevos billetes metálicos --converti-
bles a la vista y a la par- a razón de 25 pesos antiguos por un peso de las nuevas
emisiones. El efecto de esta disposición fue extraordinario,2 ya que a fines de 1884, la
circulación anterior había sido reemplazada por 61.739.000 pesos de certificados
metálicos convertibles.
Los primeros síntomas de crisis aparecen a fines de 1884, y al comenzar el año
siguiente, el gobierno de Roca accede al pedido de los bancos, decretando la inconver-
sión de sus notas. ¿Cuál fue la causa real de la inconversión, si los billetes lejos de
aumentar disminuyeron? Recién en 1886, casi dos años después del colapso, el Banco
de la Provincia comenzó de nuevo las emisiones al serle permitido el aumento de su
circulación en 7 .000.000 de pesos. Las emisiones "excesivas" quedan pues descarta-
das.
Analicemos ahora el otro aspecto de la cuestión. Los años anteriores al 85, se
caracterizan por las fuertes operaciones de préstamos de capitales extranjeros efectua-
das por el país ya sea para acelerar su expansión económica (la fiebre especulativa en
la construcción de ferrocarriles y otras empresas) o para responder a las necesidades
del erario público unas veces originadas por la extravagancia de sus gastos y otras
determinadas por guerras externas o conflictos internos. He aquí el monto de estos
préstamos, el de sus cargas anuales, y el de los saldos efectivos a recibir por el país:
Balance de préstamos, 1881-1885
(miles de pesos oro)
Años
Nuevos
Intereses
Saldos
préstamos
a pagar
(1 - 2))
(1) ($)
(2) ($)
($)
1881
14.075
11.467
+
2.108
1882
25.293
15.724
+
9.568
1883
47.399
19.496
+
27.903
1884
39.732
27.574
+
12.158
1885
38.732
22.637
+
15.522
Sin que esto signifique que atribuyamos este efecto a la ley del 81, en sí misma, sino a su
coincidencia con balances de pago favorables al país.

58
RAÚL PREBISCH
En este cuadro puede observarse que la corriente de los préstamos, que crece hasta
1883, baja abruptamente en 1884, mientras que los intereses experimentan un fuerte
ascenso ese mismo año. determinando de este modo la brusca disminución de saldo de
27.903.000 pesos en 1883 a 12.158.000 pesos en 1884. Con todo, los saldos de los
préstamos son "favorables" al país en este breve período; es decir que tendían a
aumentar la oferta de letras de cambio a oro sobre el exterior, ya que los préstamos se
estipulaban, como todas las transacciones internacionales. en metal amarillo.
Examinando ahora el movimiento de las importaciones y exportaciones y el de sus
saldos, en el siguiente cuadro, puede notarse los crecientes saldos comerciales
"desfavorables", debidos, no a una disminución de las exportaciones que lejos de esto
aumentaron, sino a un fuerte aumento de las importaciones (en parte resultado directo
de los préstamos efectuados por los ferrocarriles en el exterior para la compra de
materiales. 15 o 20 % del total de las importaciones).
Balance comercial1881-1885
(miles de pesos oro)
Años
Exportaciones
Importaciones
Saldos
(1)
(2)
(l - 2))
($)
($)
($)
1881
57.938
55.706
+
2.232
1882
60.389
61.246
-
857
1883
60.208
80.436
-
20.:228
1884
68.030
94.056
-
26.026
1885
83.879
92.222
-
\\.'U
-·-· ------·- --~- ·---·
Esta expansión de las importaciones que coincide con la de los préstamos. es un
hecho bastante común en estas investigaciones, que se observa aun con mayor
intensidad en los años que precedieron al segundo colapso que ocurre en 1891.
Con los dos cuadros anteriores puede formarse un tercero sobre el balance
económico general del país con el exterior, en el que se ve que el creciente saldo
favorable del balance se torna súbitamente en desfavorable en 1884 -debido a la
Balance de pagos internacionales, 1881-1885
(miles de pesos oro)
Años
Créditos
Débitos
Saldos
(1) ($)
(2) ($)
(1 - 2) ($)
1881
72.013
67.673
+
4.340
1882
85.682
76.970
+
8.712
1883
107.607
99.932
+
7.830
1884
107.762
121.630
-
13.868
1885
122.611
114.859
+
7.752

EsTIJDIOS SOBRE LA MONEDA
59
disminución del saldo favorable de los préstamos y al aumento del saldo desfavorable
del comercio exterior-, es decir que la suma de los intereses y del valor de las
importaciones que el país tiene que pagar al exterior. excede en 13.868.000 pesos oro
a la suma que el país tiene que recibir por concepto de préstamos tomados en el
extranjero y de cobro del valor de sus exportaciones de productos.
¿Cuál fue el efecto de esta inversión súbita del saldo, sobre los cambios y el valor
del papel moneda? No pudo haber sido más claro. El exceso de la demanda de cambios
sobre el exterior, sobre la oferta deprimió de tal manera los tipos. que hizo necesaria
la exportación de metálico. Y tan intensa fue esta necesidad. que tendió a la depleción
de las reservas de los bancos, y la suspensión de los pagos metálicos es decir la
inconversión; esta última apareció algunos meses después que el déficit en el balance
de pagos. debido a los desesperados esfuerzos de los bancos para contenerla.
Luego pues. la crisis del 85, la inconversión y el agio o premio del oro se deben
únicamente a un balance de pagos adversos, no interviniendo en absoluto en estos
fenómenos la cantidad de signos monetarios en circulación.
Más adelante, el autor ha condensado la historia monetaria del país, en un diagrama
que la presenta con claridad suma y que si no fuera la demostración de leyes
económicas conocidas, conduciría a descubrirlas y formularlas. Lo ha "construido con
datos de la Dirección Nacional de Estadística sobre el monto de papel moneda
circulante y el premio anual del oro en este período, y con esos términos" -es decir,
con los cocientes resultantes de dividir la cantidad de billetes en circulación por el agio
del oro- ha "calculado para cada afio, el monto del oro representado por el papel
moneda" y que representa por otra línea inferior. Esta línea "representa en realidad el
fenómeno fundamental, las necesidades monetarias reales del país en los diferentes
momentos".
Nosotros creemos sin embargo que las necesidades monetarias reales del país,
están en función del volumen de los negocios y que no se pueden representar por una
relación más o menos arbitraria e irregular como es la del diagrama del folleto que
comentamos, pues arbitraria e irregular en cierto sentido es la línea del agio del oro
-que sirve para deducirla junto con la del papel en circulación-ya que está influenciada
por los movimientos del balance de pagos. Mientras que, como muy acertadamente
expresa más abajo el seilor Justo, la curva de las necesidades monetarias reales
"depende de factores regulares y estables. ajenos a la pillería y locura de los gobiernos
emisores" y "expresa la circulación de valores reales, para cuyo cambio sirve como
signo el papel moneda y depende en última instancia del estado de la producción'' y no,
agregamos nosotros. del balance de préstamos más o menos caprichoso, como. en
última instancia depende la curva inferior a que nos referimos.
Continuemos. "Y el agio del oro, no es más que el índice de la situación monetaria
del país, un fenómeno secundario, y la línea que lo representa; aparte oscilaciones
insignificantes debidas a la especulación, no tiene una marcha propia, sino que depende
de la relación de las otras dos, elevándose cuando ellas se alejan, bajando cuando se
acercan". De estas "otras dos" una índica el monto de papel en circulación. y la otra
representa "las necesidades monetarias reales". Pero, habíamos visto que esta última
línea es simplemente una relación entre la primera y la que ahora se presenta como

60
RAÚL PREBISCH
dependiente de las otras dos. siendo que a su vez una de éstas se dedujo de aquélla y
de la otra. Es claro entonces que se elevará cuando las otras se alejan y descenderá
cuando se acercan. Por esto, en lógica, se denomina un círculo vicioso ...
En los años posteriores al 85. puede analizarse mejor la influencia que sobre el agio
del oro tiene el estado del balance de pagos, y las emisiones de papel moneda en
cantidades excesivas (que entonces existieron en realidad). Sería imposible analizar la
segunda crisis (1891) sin referirse a la acción de estos dos factores.
Pero el hecho de atribuir al balance de pagos un papel a lo menos tan importante
como el de las emisiones excesivas en unos casos, y el de presentarle como única causa
del agio en otros, no significa la contemplación menos severa de la política adminis-
trativa y monetaria extravagante y con frecuencia deshonesta de los gobiernos. Si
divergimos con el doctor Justo en el modo de analizar ciertos fenómenos, nos
solidarizamos con él en la manera de juzgar los acontecimientos en esta época de
desenfrenada especulación.
Con suma claridad analiza luego el autor los efectos deprimentes del agio sobre el
nivel de vida de la clase trabajadora -que conforme crece aquél, siente disminuir el
poder adquisitivo de sus salarios- sin capacidad 3 aún para oponer la fuerza de sus
organizaciones frente a la política de rapacidad monetaria; menciona el funesto sistema
de emisión de los bancos garantidos; y critica acerbamente la Ley de Conversión que
puso una valla artificial a la apreciación del billete.
En otros escritos critica mordazmente y a trechos satiriza, la teoría del numerario
que el economista italiano E. Lorini, trató de aplicar, al estudiar nuestros problemas
mon~tarios de fines del siglo pasado, y la evolución de nuestro instrumento de los
cambios. Aunque lo que dice el doctor Justo nos parece concluyente, el desconocimien-
to de la obra de Lorini, impídenos pronunciarnos a este respecto.
En un apéndice final reproduce el autor su "Informe sobre la carestía'º de la vida
destinado a presentarse al Congreso Socialista que debió reunirse en Viena en 1914.
y en el que propicia la exigencia de los obreros por medio de sus organizaciones
sindicales del ajuste de sus salarios al costo de la vida. No repetiremos lo dicho en otra
ocasión sobre el resultado eficaz de esta medida.
La parte más nueva de esta edición de los ''Estudios sobre la moneda" la
constituyen unas breves anotaciones sobre la depreciación actual del papel moneda
argentino debida primero a que no es convertible en la Caja de Conversión ni circula
en el país y segundo. a la desvalorización arbitraria del oro que está en el país. por la
prohibición de exportarlo. Concluye el autor pidiendo la apertura de la Caja en lo que
estamos absolutamente de acuerdo.
Por lo claro y objetivo de su exposición de nuestros problemas monetarios en lo
pasado, el folleto que acabamos de comentar será indispensable para el que desee
estudiar algunos aspectos de aquellos problemas.
Y que en cuanto a esta capacidad de nuestra clase trabajadora frente a los problemas de la moneda
no se ha adelantado mucho, puede juzgarse al leer la ridícula e insustancial contestación que el ciudadano
Juan Pallas de la FORA, daba sobre la propuesta del mismo doctor Justo (el año pasado) sobre el pago de
los salarios a oro.

19
ANOTACIONES SOBRE LA REFORMA*
... indicar los verdaderos métodos de estudio a la juventud; decirle que hay
fenómenos sociales argentinos tan susceptibles de una inteipretación científica
como los europeos ...
JuAN Aous'IÚI GARC!A (La Ciudad Indiana. pág. 7) .
•.• esa educación fundada en la reproducción, y en la negación práctica del libre
ejercicio de la originalidad, constituye una canalización adonde naturalmente se
precipitan las comentes conservadoras de la sociedad. Los caracteres que salen de
la escuela, el colegio y la universidad mejor dotados y activamente pertrechados, son
en mucha parte aquellos caracteres capaces de amoldarse dócilmente al pensamiento
ajeno y que practican el arte subalterno de remedar con ciertasformas y coloridos el
pensamiento original, que en ellos es mera apariencia.
ERNEsro Na.soN (La cuestión .social y la cultura, pág. 148).
NUESTRA REvrsT A
Algunos años atrás la transformación sobrevenida en la Revista de Ciencias
Económicas -cuya dirección compartiremos desde el número próximo con la Facul-
tad- hubiese parecido imposible. Y en realidad lo era, pues no podía existir coopera-
ción vigorosa y fecunda entre los estudiantes y las autoridades universitarias, cuando
estas últimas desconocían casi en absoluto el carácter y las aspiraciones de los
primeros, en una situación en que ambas fuerzas estaban divorciadas por una latente
inarmonía.
Nuevas tendencias, aún no bien comprendidas tratan de abrirse camino en la
Universidad, a través de los poderosos obstáculos que dificultan su expansión. Sus
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 9, serie ll, N• 96-97 ,junio-julio de 1921, págs. 345-
353. El artículo está firmado: "La Dirección". Este número de la revista hlvo a Raúl Prebisch como únieo
director, quien declaró ser autor del trabajo en sus Curricula Vitae.

62
RAÚL PREBISCH
esfuerzos constructivos, resultado de un proceso anterior de crítica, flotan más o menos
definidos en el ambiente de las ideas, pero con suma lentitud plasman en hechos. Sin
duda alguna, uno de éstos lo constituirá en adelante esta Revista, en cuanto su próxima
organización rompe con la tradicional frialdad de relaciones entre profesores y
alumnos, y con la indiferencia de los que por sus funciones no debieron tenerla.
EL CONTENIDO REAL DE LA REFORMA
Tan amplio es el horizonte de la reforma universitaria que en un momento llegó a
concentrar aquellas nuevas tendencias, que este hecho aislado en el terreno de las
manifestaciones concretas aparece de exigua importancia si se le compara con lo que
aún queda por conseguir. En efecto, el movimiento de renovación iniciado en 1918, ha
triunfado externamente al darnos representación en los gobiernos de la<; distintas
facultades y al permitir que se nos tenga en cuenta en sus deliberaciones; lo que sólo
significa un instrumento para alcanzar sus fines fundamentales.
Porque, desprovisto del follaje externo, privado del verbalismo a veces ampuloso
y casi siempre esterilizador de la acción -inherente, si bien es cierto a todas las
agitaciones- con que se reviste con frecuencia, este movimiento de reforma encierra
un riquísimo contenido que podemos sintetizar en dos de sus manifestaciones princi-
pales: cambio en la orientacion de los estudios universitarios y transformación de los
métodos de enseñanza. Aceptando esta interpretación de la reforma y examinando la
realidad anterior y posterior a ella, es forzoso concluir que nos hemos detenido en la
preparación del terreno en que debieron fructificar sus anhelos.
Al estallar la agitación, hace cuatro años, nuestra Facultad estaba en situación más
despejada que otras facultades en que dominaba la anquilosis. Era la primera que,
orientándose en las nuevas corrientes de la educación, logró siquiera sea de nombre,
la creación de los seminarios e institutos de investigaciones, sistema hasta entonces
desconocido en el país en materia social. La tradición, pesado fardo que gravitaba sobre
sus congéneres, no había tenido tiempo de formarse como fuerza estable. Pero, si bien
en nuestra casa había menos que cortar, la tarea constructiva no era la menos difícil.
NUEVAS ORIENTACIONES Y MÉTODOS
Entremos al análisis. Los dos principios o manifestaciones fundamentales a que
hemos hecho referencia, aunque en su forma se presentan diferentes, en el fondo están
íntimamente ligados. Si se quería bajar a la ciencia de su pedestal místico, acercarla a
la vida ordinaria de la cual era una entidad extraña, haci6ndola así más fecunda: si la

ANOTACIONES SOBRE LA REFORMA
63
Universidad, abandonando su secular enquistamiento, debía hacerse más sensible a las
vibraciones del mundo real, era indispensable el cambio fundamental de los métodos.
Al estatismo de la ciencia, correspondían determinados moldes educacionales. La
enseñanza consistía pura y simplemente en la herencia de lo que otros cerebros habían
creado, en su asimilación y cuidadosa conservación. De ahí, el preponderante papel de
la memoria y, lógicamente, la institución de los exámenes para medir la capacidad
receptiva y el arte mnemotécnico del alumno.
Pero, al cambiar de orientación la ciencia universitaria, a la vez que su horizonte
de experimentación se ensancha al contacto con la realidad material y concreta, los
viejos métodos de asimilación se toman inadecuados para el estudio de la vida real,
fuente en que desde mucho antes ya bebían los que fuera de la Universidad contribuían
al progreso de los conocimientos que ésta no hacía más que recoger. Entonces, la
asimilación del producto intelectual ajeno, en lugar de ser una finalidad en sí misma,
se transforma en la base sólida en que necesariamente debe descansar la capacidad
investigadora y creadora y la libre iniciativa para el descubrimiento dé nuevas verdades
y el perfeccionamiento de la ciencia. A la preponderante función de la memoria se
sustituye así el estímulo y desarrollo de la inteligencia en cuanto es capaz de crear y
descubrir. Y a los profesores eruditos, buenos asimiladores de los conocimientos
ajenos, rebosantes de cultura libresca, y muchas veces amenísimosen sus conferencias,
se les relega a segundo plano reemplazándoles por hombres que, a la consistencia de
sus conocimientos adquiridos, uniesen su propio método y disciplina en la indagación
y el estudio de los hechos concretos.
El contacto con la vida real no implicaba con esto la "materialización" del
pensamiento, como podría argüirse, sino la complementación de su proceso al unir la
razón con la experiencia.
Los HECHOS. LA FUNCIÓN DE NUESTROS PROFESORES EN GENERAL
ES SIMPLEMENTE REPRODUCTIVA
Y bien, ¿cuál es el terreno recorrido por nuestra Facultad respecto a la reforma
objetivamente considerada? Escasísimo. Indudablemente, algún progreso se hizo en
los seminarios e institutos desde su creación; por otra parte, el actual decano1 en
repetidas ocasiones ha significado y acentuado su importancia, pero sus orientaciones,
concordantes con el movimiento de renovación, se han visto desvirtuadas en la
Desde los comienzos de su Decanato, el doctor Lobos se ha preocupado del contenido objetivo de
la reforma, tratando de intensificar las investigaciones de los seminarios, y traer buenos profesores del
extranjero. Hay pues un buen germen ...

64
RAÚL PREBISCH
práctica. Y dos son los grandes obstáculos: uno, el más fuerte, de parte de los
profesores, y el otro, menos intenso, de parte de los alumnos.
Salvo contadas excepciones, los profesores que dirigen seminarios carecen de
capacidad de investigación y por lo tanto no pueden desarrollar ésta en sus discípulos.
Están imbuidos del viejo espíritu de la enseñanza. Leen, asimilan, sintetizan, repiten,
y aun refutan ciertas teorías: trabajo --o investigación, si se quiere- puramente
subjetivo. Mas, trátase de estudiar objetivamente los hechos de nuestra vida económica
-de nuestra economía nacional tan lamentablemente desconocida, pese al
"nacionalismo" sui generis de muchos profesores-, necesítase para ello el trabajo
paciente y largo (y con frecuencia infructuoso) de búsqueda y selección de complejas
informaciones y datos estadísticos, muchas veces en el mismo terreno de los hechos,
de su examen prolijo y de su coordinación; y nuestros profesores se encuentran
desorientados.
Es que su intelecto se desarrolló en el ambiente universitario que adoleció de las
mismas taras de que la reforma le quiso librar; les faltó lo que nosotros ahora pedimos:
buenos investigadores. Su ciencia, cuando la poseen, chispea en sus conferencias y
escritos pero se esfuma ante los hechos concretos y la vida ordinaria; donde puede ser
más fecunda.
No caeremos en el exceso de negar la función útil de los profesores referidos, ya
que los conocimientos que nos transmiten son una base necesaria. Tanto más cuanto
que si dirigimos la mirada a nuestras bibliotecas, vemos que no son más que depósitos
de libros, groseramente clasificados; lo que reduce enormemente su utilidad, ya que de
casi nada sirve acumular gran cantidad de material bibliográfico si nadie sabe lo que
contiene. Con buenas informaciones bibliográficas, sistemáticamente clasificadas y
tenidas constantemente al día, el estudiante está en condiciones para bastarse a sí
mismo en muchas materias. Tal fue la tendencia de las universidades alemanas de antes
de la guerra, en las que el profesor de viejo cuño desaparecía paulatinamente bajo la
influencia de las bien organizadas bibliotecas, y cediendo a la creciente intensificación
de las investigaciones de seminario. Y no es ajeno a este movimiento el cuidado que
los estadounidenses ponen en el desarrollo de sus institutos y en la elección de sus
librarians.
TRAIGAMOS INVESTIGADORES
Visto el primer obstáculo, ¿qué se podría hacer para abatirlo?
Cuando los norteamericanos se convencieron de que para formar sus universidades
no podían contar con el escaso elemento propio, llevaron hacia ellos un núcleo de
profesores e investigadores europeos, que con su labor constante, cimentaron en
fundamentos sólidos sus seminarios.

ANOTACIONES SOBRE LA REFORMA
65
¿No podríamos imitar en esto a la república del norte, privándole de alguno de sus
profesores, o haciendo venir algunos profesores europeos para nuestros seminarios,
suprimiendo, si es necesario, los profesores de ciertas materias que podemos estudiar
solos, o asistiendo a otras facultades en que también se dictan?
No se responda apriorísticamente que estos profesores fracasarían por no conocer
nuestro ambiente económico y social, pues, para destruir la afirmación nos bastaría
citar dos hechos que no requieren mayor comentario: el del norteamericano Williams,
de Harvard, que acaba de publicar un meditado estudio sobre nuestro comercio exterior
en el período 1880-1900, y la influencia que sobre él tuvo el papel moneda depreciado
e inconvertible; y el del alemán Enrst Schmidt que estudia a fondo nuestra economía
agraria en su Die Agrarische Exportwirtschaft Argentiniens.
LA REFORMA NOS DIO RESPONSABILIDAD ..•
Seríamos injustos y unilaterales si no nos refiriésemos al segundo obstáculo.
Mucha de la rémora de nuestros seminarios debemos buscarla y encontrarla en nosotros
mismos. Tenemos profunda aversión por todo lo que salga de la exposición ordinaria
del profesor y de la lectuia fácil de textos y apuntes, la apropiación de cuyo contenido
nos permitirá pasar en los exámenes. Nos desagrada sobremanera el trabajo metódico
y paciente en los seminarios, tan penetrados estamos del sistema educacional poco
menos que automático que nos acompaña, si bien es cierto, desde que comenzamos a
escribir las primeras letras, consistente en oír o leer y repetir, con profundo desmedro
de nuestra potencia creadora.
Por otra parte, profesores de seminario hay, que con buenos núcleos de alumnos
podrían conducir a feliz término sus investigaciones; pero son los menos. Mucho del
relajamiento de esfuerzo que caracteriza nuestto paso por los seminarios se debe, a
nuestro entender, a la falta de estímulo de parte de los mismos profesores, a causa de
las razones anteriormente sentadas; bastante se debe, por otro lado, a la complacencia
de ciertos directores que no vacilan en aceptar pésimos trabajos, a veces efectuados en
pocas horas, de alumnos que, en todo el año, han concurrido, sólo dos o tres veces a las
reuniones comunes. ¿Pero acaso no es lógica esta complacencia en profesores
incapaces de dirigir un seminario, o que se desalientan al menor obstáculo?
Es que estamos impregnados aún del viejo concepto de que las universidades son
máquinas laminadoras de doctores. Salir con su título bajo el brazo, es la suprema
aspiración de muchos, no importando la insuficiencia de la preparación con que se sale.
A este respecto, la posición de nuestra Facultad no es de las peores; el título de Doctor
en Ciencias Económicas es un acicate más débil que el de Doctor en Derecho o en
· Medicina, y la ventaja profesional, inherente al mismo, es ínfima en relación a la de
estos últimos. Todo, en nuestra carrera, depende de la aptitud personal de los que la

66
RAÚL PREBISCH
cursaron. Lógico sería entonces concluir de esto, que los que abrazan el estudio de la
Economía van guiados por fuerte vocación; mas, no es así. Porque muchos de los
peritos mercantiles que han entrado y entran en nuestra Facultad, lo han hecho y lo
hacen por encontrar casi herméticamente cerrada<i las puertas de las otras facultades2
y como a toda costa quieren seguir alguna carrera universitaria, siguen la que no les
ofrece mayores obstáculos, generalmente con escasa vocación. Si lográsemos desem-
barazarnos de ese elemento de remolque, colocándolo en posición de seguir sus
aptitudes, la masa estudiantil quedaría menor en número, pero superior en carácter.
Por otra parte, en lugar de facilitar la entrada a nuestra institución de jóvenes que
si pretenden ingresar es por verdadera inclinación, dado el escaso aliciente del título
(nos referimos a los bachilleres) últimamente, el Consejo Directivo de la Facultad,
guiado por un estrecho criterio, ha creado una valla más junto a las existentes, sin ser
requerida por los fines de la enseñanza.
LA SUPRESIÓN DE LAS TESIS
Un fiel reflejo de lo que antes hemos expresado, a saber que la reforma universita-
ria de hecho aún tiene que efectuarse, y que en el fondo, el conjunto universitario sólo
ha sido rasguñado por el movimiento de renovación, lo constituye, a nuestra manera
de ver, un reciente pedimento elevado al Consejo directivo, sobre la supresión de las
tesis. De seguro que no se fundamenta en la falta de materiales para hacer el trabajo,
ni en la carencia de objetivos, pues pocos egresados se ven ante un campo tan
inexplorado y desconocido como los diplomados en Ciencias Económicas. La causa
es otra; se hace la observación que las tesis, actualmente, no tienen valor alguno; en lo
que estamos en absoluto acuerdo. Salvo raras excepciones, los trabajos de tesis son
pura hojarasca. Pero, ¿significa ello que debemos pedir a las autoridades que sean más
exigentes sobre su contenido, o que las supriman?
Lo primero podría hacerse en cierta escala rechazando de plano ciertas tesis que no
respetaría aun el más profano en cuestiones económicas, o cuyo material es demasiado
elemental y empírico para que pretenda representar la culminación de estudios
superiores (por ejemplo, contabilidad ganadera). Pero más no cuadraría exigir, en vista
de que, en general, el egresado sale sin aptitudes para hacer una investigación seria y
meditada, dado el carácter de la enseñanza que ha recibido.
Lo segundo, que es lo que se solicita, equivaldría a querer borrar una de las
manifestaciones de un mal general, sin preocuparse mayormente de las causas internas
que le originan: pésimo e inconducente sistema. La supresión de las tesis nos evitaría
Se les exige alrededor de veinte materias para completar su bachillerato. siendo que muchas de las
mismas las han estudiado en la escuela de comercio.

ANOTACIONES SOBRE LA REFORMA
67
la tarea de hilvanar rápidamente las lecturas con que nos atoramos algunos días antes,
o tal vez la labor paciente de investigación; pero está muy lejos de atacar el mal en sus
raíces como quiso hacerlo la reforma. Porotra parte, cuando ésta encarne en la realidad,
las tesis junto con las monografías de seminario, reemplazarán el arbitrario método de
los exámenes -pero no por eso discordante con el actual y arcaico sistema educacio-
nal- pues aquilatarán la capacidad investigadora y constructiva de su autor, del mismo
modo que aquél aquilata su capacidad reproductiva o su arte mnemotécnico; a nuevos
sistemas educacionales, nuevas formas.
MANEJEMOS CONSCIENTEMENTE EL INSTRUMENTO CONQUISTADO
Todo descansa, pues, en la realización de los principios específicos de la reforma
universitaria. Y hacia ella deben tender todos nuestros esfuerzos, un tanto enervados
en los últimos tiempos por triunfos electorales en la política universitaria, por
concesiones sin mayor trascendencia, que lejos de ser un fin en sí mismas, constituyen
un medio del que nos debiéramos valer conscientemente en nuestra lucha por la
conquista de aquellos principios. Esta lucha, por la naturaleza distinta de los estudios,
toma en cada facultad un matiz diferente: es así, por ejemplo, que la docencia libre,
destinada, cuando realmente se implante, a dar valiosos frutos en otras instituciones
superiores, en la nuestra, carece casi de contenido, en lo presente, por la falta de
hombres capacitados para desempeñarla; la lucha, entonces, debe dirigirse ante todo,
a buscar esos hombres en el extranjero, quienes con su enseñanza y experiencia
formarían sus propios sucesores argentinos.
Encarada en tal aspecto -a saber, cambio de orientación y de métodos- el
movimiento del 18 representa el desiderátum de lo que en materia de enseñanza
superior puede lograrse, dentro de las presentes condiciones sociales en que vive la
Universidad. Mientras tanto, cada día se afirma con rasgos más nítidos el ideal
educacional consistente en permitir a cada individuo el completo desarrollo de su
potencia psíquica y su capacidad creadora (ideal que junto al que persigue el consorcio
de la educación con el mundo concreto, nos hace entrever un prodigioso desenvolvi-
miento del progreso). Pero vallas económicas se oponen en última instancia a que este
ideal encarne en la realidad ... y en nuestra condición de estudiantes sólo indagando su
naturaleza y sus manifestaciones podemos contribuir en el proceso de su destrucción.

20
LA CONFERENCIA FINANCIERA
INTERNACIONAL DE 1920* 1
Nada exterioriza mejor la solidaridad económica de las naciones que el reciente
esfuerzo, puesto de relieve en la Conferencia Financiera Internacional reunida en
Bruselas en septiembre del año pasado, para salir del desquicio financiero en que se
encuentran y que constituye uno de los aspectos más serios del caos económico legado
por la guerra. Es que las relaciones de los diversos países a los fines de la producción
y del intercambio fonnan un plexo tan intrincado como sensible, de tal modo que una
alteración ocurrida en alguna de sus partes, repercute con mayor o menor intensidad
en el resto del conjunto.
Así por ejemplo, la inflación fiduciaria de un país no sólo causa dentro de las
fronteras del mismo, el alza de los precios y la desorganización de los cambios, sino
que al expeler el oro de sus mercados, inunda de metálico los otros países que
mantienen relaciones con el país de origen de la inflación, produciendo fenómenos del
mismo linaje aunque de menor gravedad, a saber el ascenso de los precios y sus casi
inevitables concomitancias: la especulación; la expansión de los negocios, seguida
tarde o temprano por la contracción, tan nefasta esta última para el mundo comercial
e industrial, como beneficiosa fue la primera; y el profundo malestar social consiguien-
te a la carestía de la vida. E inversamente, no menos importancia tendrá para los otros
países la desinflación del circulante que se operase en uno de ellos.
Asimismo, la pretendida regulación de los cambios internacionales por algunos
gobiernos, las prohibiciones sobre los libres movimientos del metálico y las trabas y
* N. del Ed. Revista de Economía Argentina: 7, N2 37,julio de 1921, págs. 119-135
El carácter de este artículo es meramente informativo. Nos hemos propuesto dar a conocer la
naturaleza de los problemas tratados en la reunión de Bruselas, y los arbitrios propuestos para solucionados.
En primer lugar nos servimos de los tres volúmenes (l. Report of the Conference; Il. Verbatin Record of
the Debates,
y III. Statements on the Financia/ Situation of the Countries Represented at the Conference),
publicados por la misma Conferencia, y que la Biblioteca E. Tomquist y Cía. Ltda. nos facilitó gentilmente.
Luego, nos fue útil la consulta de dos artículos del economista norteamericano Joseph S. Davis, aparecidos
en la Review of Economic Statistics, "World Banking and Currency: A Review of Recen! Developments",
agosto de 1920, pág. 209 y "World Currency and Banking: The First Brussels Financial Conference",
diciembre de 1920, pág. 349. (N. del A.)

LA CONFERENCIA FINANCIERA INrERNACIONAL DE 1920
69
fricciones en la circulación internacional de las mercaderías y los capitales, inciden de
diversos modos en cada una de las economías nacionales.
Y por último, para no seguir en indefinida serie, la reorganización industrial de la
Europa desvencijada, la pronta rehabilitación de su capacidad productiva -forzoso
antecedente de la reanudación de su capacidad adquisitiva-, y los medios a que
recurrirá para ello, no pueden ser indiferentes, a países que compiten con la industria
europea o a los que, como el nuestro, estando aún distantes de la etapa industrial,
ofrecen al viejo continente sus productos alimenticios y materias primas, a cambio de
artículos elaborados. ¿Cómo colocar nuestros granos y carnes si la desorganización de
la Europa y su falta de medios de pago se oponen a ello?
Y al esbozar la complejidad de las actuales relaciones económicas, hemos descu-
bierto el horizonte de la Conferencia, reunida por iniciativa de la Secretaría de la Liga
de las Naciones. En ella figuraron, representando a treinta y nueve naciones, expertos
economistas y hombres del mundo de las finanzas, cuyo conocimiento de las materias
a tratarse, junto con su libertad de criterio se puso de manifiesto en el desarrollo de las
sesiones.
La Conferencia debía estudiar la crisis financiera por la que pasa actualmente el
mundo, y proponer arbitrios para mitigar sus consecuencias y remover sus causas.
Indudablemente, su campo de acción estaba restringido sólo a una de las fases de la
grave cuestión económica presente: la fase financiera, que constituye una emanación
de condiciones económicas y políticas más profundas. Ningún alivio o mejora en la
situación sería posible, sin la apaciguación de las contiendas internas y sin la
reanudación de la verdadera paz y de la cooperación entre las naciones, requisitos
esenciales para la reorganización de las fuerzas productivas. Pero, si esto significa lo
limitado de la esfera de acción de la Conferencia, no implica la disminución de su
importancia, ya que entre las condiciones para el restablecimiento industrial, es
esencial el funcionamiento de un sistema que facilite el intercambio de los bienes y
suprima las fricciones que se oponen a su circulación y distribución. Y esto último, cae,
sin duda alguna, dentro del radio de la Conferencia.
Una de las bases para las discusiones consistía en la obtención de una imagen tan
completa como fuese posible de la situacion del mundo, y en facilitar, por medio de la
comparación de las situaciones de los diversos países, la formación de un juicio sobre
la importancia y la dificultad de los problemas a que cada uno tiene que hacer frente.
Para ello, la Secretaría de la Liga, había reunido datos estadísticos y otras informacio-
nes pertinentes, material que resulta interesante para el que pretende estudiar la
situación económica y conjeturar su futuro. Versa sobre La circulación y los cambios,
Las finanzas públicas, Los precios al por menor, y la Producción, consumo y comercio
de carbón.
Los datos estadísticos no son groseras compilaciones de cifras, sino que
están seleccionados y presentados en forma que sean accesibles; se sugiere respecto a
ellos, métodos de análisis, que podrían utilizarse con éxito en sucesivas investigacio-
nes. Por ejemplo, el folleto sobre el Comercio Internacional, resume los varios métodos
usados en diversos países para avaluar las importaciones y exportaciones, reduce las
cifras de cada país a moneda uniforme para hacer posible las comparaciones, etcétera.
En una palabra, la compilación de la Secretaría, a pesar de ciertas lagunas y deficien-

70
RAÚL PREBISCH
cias, representa un valioso material de estudio. Además, resulta un antecedente impor-
tante en el terreno de la unificación de las diferentes estadísticas nacionales, tarea que
la Secretaría se propone proseguir y que tantos beneficios dará a los investigadores que
ahora tropiezan en este punto con la más completa anarquía.
Fuera de las informaciones estadísticas, la Secretaría publicó otras sobre la
situación de Europa respecto a los Alimentos y Transportes, sobre las Medidas de los
gobiernos en lo que concierne a los créditos de asistencia y a la Promoción de las
exportaciones,
en que se estudia la acción del Comité Internacional de Créditos de
Asistencia (R elief C redits ), las provisiones de la Corporación Financiera Americana de
la Guerra, la Ley Edge, la Ley Webb Powmerene, las provisiones y operación de la Ley
Británica de Comercio Ultramarino (Crédito y Seguros), y el origen y las funciones del
Banco Nacional Francés del Comercio Exterior. En otro escrito se estudian las medidas
tomadas en diversos países para regular las operaciones de los cambios, y se incluye
el texto de las leyes, decretos y reglamentos administrativos más importantes que se
dictaron sobre el particular.
Este material, arriba citado, fue distribuido a los delegados, junto con los puntos
de vista de eminentes economistas -a quienes la Secretaría creyó conveniente consul-
tar-, a saber, Gide (Francia), Pantaleoni (Italia), Bruins (Holanda), Pigou (Inglaterra)
y Cassel (Suecia). Y para completar el cuadro informativo de la situación cada uno de
los delegados informó concisamente sobre el estado financiero de sus respectivos
países.
Con todo este material, se ha podido resumir en cuatro grupos, según sus
características predominantes y comunes, la situacion financiera de los diversos países.
l. Algunos de los países ex beligerantes (Alemania, Bélgica, Francia, Gran
Bretaña, Grecia, Italia y Portugal), habiendo sido incapaces de cubrir las expensas de
guerra con sus recursos ordinarios, se encuentran agobiados de deudas internas y
externas, que alcanzan a 155 millares de dólares -cuando antes de la guerra apenas
alcanzaban a 17 millares-y constituyen una elevada proporción de la rentas nacionales
de los mismos (20 a 40 % ). Por ejemplo, en el Reino Unido los gastos públicos
constituían, antes de la guerra el 7 ,7 % de la renta nacional, y después de la guerra. el
20 %, y en Francia el 12,8 % y 35 %, respectivamente. Los gastos públicos, han
aumentado entre 500 y 1.500 % sobre las sumas anteriores al conflicto bélico.
Estos países, han perdido gran parte de sus reservas de. metal amarillo y han
experimentado una fuerte inflación de papel circulante y crédito, recientemente
reducida en la Gran Bretaña, obstaculizada en Francia. y en pleno desarrollo en las otras
naciones.
Durante la guerra, la restricción obligada de las exportaciones y el aumento de las
importaciones, produjo a estos países saldos comerciales "desfavorables".
Debido a la intromisión de los gobiernos, los cambios, durante las hostilidades no
reflejaron la situación real. Pero después del armisticio, suspendida esta injerencia, se
depreciaron rápidamente, hasta que más tarde aparecieron leves tendencias hacia su
mejoramiento.

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
71
II. Como resultado de la guerra, se formaron pequeños países (Armenia, Polonia.
Checoslovaquia, etcétera), cuyas redundantes circulaciones y crecidos déficit, y su
falta de capitales, hacen difícil su situación.
III. En los países neutrales, la situación es diferente aunque no menos difícil. El
crecimiento de los gastos públicos, originado principalmente por el alza de los precios,
determinó déficit en los presupuestos -colmados en algunas naciones por nuevos
impuestos, y aún existentes en otras.
El aumento de sus exportaciones y la disminución de sus importaciones, trajo a
estos países, crecidos balances comerciales ''favorables", que al causar la importación
de oro, determinaron el aumento de la circulación y el alza de los precios. Terminada
la guerra, aumentaron súbitamente sus importaciones -pues necesitaban rellenar sus
casi exhaustos depósitos de mercaderías-, mientras que las exportaciones, en muchos
casos. disminuyeron, debido en gran parte al premio con que sus monedas se cotizaban
respecto a los signos monetarios envilecidos de los ex beligerantes.
IV. Fuera de Europa, la situación durante las hostilidades, principalmente en los
países del Nuevo Mundo, fue análoga a la de los países anteriores. Los balances
comerciales "favorables", además de causar grandes importaciones de metálico y el
consiguiente descenso del poder de compra de la moneda, permitieron a muchos de
estos países, redimir gran parte de sus deudas externas y aun prestar capitales a los
beligerantes.
Su futura situación depende sobre todo de la restauracion de la capacidad produc-
tiva del viejo mundo.
Dentro de lo heterogéneo de la situación, existen sin embargo, hechos comunes:
-La depreciación de las unidades monetarias, aun las de aquellos países que
pudieron conservar el patrón oro, pues el oro mismo ha perdido cerca de la mitad de
su poder de compra.
-El desequilibrio de los presupuestos.
-Las dificultades creadas a las transacciones internacionales por las mútiples
trabas ahora existentes.
La inestabilidad de los cambios y las dificultades que oponen a las exportaciones
si son favorables, y a las exportaciones. si son desfavorables.
Aunque los asuntos que la Conferencia debía considerar, estuviesen íntimamente
vinculados entre sí, para metodizar y facilitar el trabajo, se los dividió como sigue en
cuatro grupos, confiándose el estudio de cada uno de ellos a una comisión especial de
delegados:
1 º Determinación de los principios que deben formar las bases de la administra-
ción de las finanzas públicas, teniendo en vista las dificultades de la situación presente.

72
RAÚL PREBISCH
2º Examen de las cuestiones del papel moneda, de la inflación del medio circulante
y de la restricción sobre el uso del oro, que tanta influencia han ejercido sobre el alza
de los precios y la depreciación de los cambios.
3º Estudio de los medios de reanudar la antiguas corrientes de comercio interna-
cional.
4º Examen de la cuestión de los créditos internacionales.
Pasaremos ahora al examen de los puntos esenciales de cada grupo de problemas
y de las resoluciones de las respectivas comisiones.
l. FINANZAS PÚBLICAS
Los déficit en los presupuestos de las naciones constituyen en lo presente un gran
obstáculo en el sentido de la restauración de las finanzas públicas, sobre bases sanas
y en el de la terminación de la inflación del medio circulante.
Dos causas contribuyeron principalmente a la formación de los déficit. Primero, en
los países beligerantes, los enormes gastos necesarios para el mantenimiento de la
guerra; y en éstos y en los neutrales el aumento de las expensas ordinarias causadas por
el ascenso de los precios. Y segundo, las grandes sumas gastadas por el Estado en
subsidios, en el suministro de artículos de primera necesidad a precios muchas veces
menores que los de costo, y en otras medidas para abaratar la vida; en la administración
a pérdida de muchos servicios públicos, etcétera.
Como para responder a la mayor parte de estos gastos, los gobiernos no pudieron
contar con nuevos impuestos ni bastó el aumento de los existentes, ni con el aporte de
los ahorros reales. Tuvieron forzosamente que recurrir directa o indirectamente a la
inflación del medio circulante, esto es, a la creación de nuevo poder adquisitivo, según
veremos al examinar los problemas de la moneda y los cambios (11).
Es por esto que la Comisión de Finanzas Públicas llamó la atención de la opinión
pública sobre el hecho que la continuación de los déficit en los presupuestos, era el peor
obstáculo en contra de la reducción de los precios y la reanudación de la prosperidad,
pues traía consigo, tarde o temprano las siguientes consecuencias:
a) Una mayor inflación del crédito y de la circulación.
b) Una depreciación más grande de las unidades monetarias y una más fuerte in-
estabilidad de los cambios internacionales.

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
73
c) Un mayor ascenso en los precios y en el costo de la vida.
Para evitar en lo posible estos déficit de tan funestas consecuencias, la Comisión
recomendó:
a) La restricción de los gastos ordinarios anuales, comprendido el servicio de la
deuda pública, hasta llegar a ser cubiertos por los recursos ordinarios.
b) La reducción estricta de los armamentos hasta tanto sea compatible con las ne-
cesidades de la defensa nacional.
Apenas firmado el armisticio, las naciones entraron de nuevo en desenfrenada
locura armamentista, hasta tal punto que en término medio, el 20 % de los gastos
nacionales se emplea en la adquisición de materiales bélicos. La Comisión afirmó
enfáticamente que el mundo no puede soportar estos gastos y que sólo por la
cooperación las naciones podrán volver a la prosperidad.
c) El abandono de todas las expensas extraordinarias improductivas
d) La restricción aun de los gastos productivos extraordinarios en tanto a cuanto
fuese posible.
Reconociendo las dificultades prácticas en la aplicación de estos principios la
Comisión consideró que cada gobierno debiera abandonar tan pronto como fuese
posible todas aquellas medidas que ocultan al público la situación económica verda-
dera, tales como:
a) El abaratamiento artificial del pan y otros alimentos, del carbón y otras materias
primas vendiéndolas al público a precios inferiores a los de costo y la supresión de
subsidios de desocupación que desmoralizan al trabajador en lugar de fomentar su
espíritu de trabajo.
b) El mantenimiento de fletes ferroviarios, de los servicios postales y de otros
servicios públicos, sobre bases insuficientes para cubrir los gastos de producción.
En tanto no fuera posible cubrir los gastos con los recursos existentes, será forzoso
recurrir a los nuevos impuestos. La Comisión no recomienda ninguna forma de
impuesto ni de conscripción del capital para llenar los déficit, pues entiende que la
elección debe depender de la situación económica de cada país. Observando los
principios anteriores, los gobiernos no necesitarán ni deberán recurrir a empréstitos
para cubrir sus expensas ordinarias. Pero en ciertos países, especialmente los que
tienen regiones devastadas, cuyos gastos de reconstrucción no podrían ser satisfechos
con recursos ordinarios, es justificable recurrir a los recursos extraordinarios bajo la

74
RAÚL f>REBISCH
fonna de empréstitos. Por otra parte, la forma en que se efectúen estos empréstitos no
es menos importante que su destino: deben basarse únicamente sobre el ahorro real de
la población, so pena de caer en la inflación. Pero estos ahorros, forman la base aún por
muchos años de los créditos creados durante la guerra o están afectados por éstos. De
ahí que la primera medida debe ser la consolidación de las deudas flotantes tanto
interiores como exteriores, que pesan aún sobre los mercados.
La Comisión estimó conveniente para estimular la atención pública sobre estos
problemas, la prosecución por la Secretaría de la Liga de las Naciones de los trabajos
de compilación de datos comparativos y materiales sobre los presupuestos de cada una
de las naciones, sobre sus sistemas de impuestos, y sobre todas las sugestiones útiles
para la educación financiera del público mundial.
Y por último, la Comisión de Finanzas Públicas consideró que la estricta observa-
ción de los principios planteados en las resoluciones precedentes, es indispensable
para el restablecimiento de las finanzas públicas sobre bases sanas. El Estado que no
hiciese esfuerzos para cumplir estas observaciones, caería en dificultades insalvables.
Para esto. deben colaborar todas las clases sociales. "Debe organizarse la industria de
tal suerte que los obreros tengan estímulo en producir rendimientos máximos; es sólo
de esta manera que se hará posible el establecimiento de condiciones de vida que cada
nación debe considerar como un deberde asegurara su pueblo. Por otra parte, las clases
ricas deben aceptar todas las cargas necesarias para salir de la situación".
No pueden ser más generales y sencillas las resoluciones de esta Comisión,
aceptadas íntegramente por la Conferencia. Lo difícil estriba en que los gobiernos, en
su política financiera, abandonen la línea del menor esfuerzo y entren enérgicamente
en la aplicación de las medidas que entran en la órbita de las recomendaciones
anteriores.
II. LA MONEDA y LOS CAMBIOS
Antes de la guerra, las transacciones internas de los países podían efectuarse sobre
bases tan sólidas como laque constituía la unidad monetaria de oro. que aunque variaba
de valor entre dos épocas más o menos distantes, tenía la suficiente estabilidad para
desempeñar bien sus funciones en los cambios cuyos extremos no se distanciaban
mucho. Asimismo, el oro, al saldar los déficit de los balances económicos entre las
naciones, además de medio de pago internacional, desempeñaba funciones regulado-
ras del monto y dirección de las importaciones y exportaciones.
Pero la inflación del medio circulante, consecuencia casi inevitable de las guerras,
alteró profundamente las bases de la circulación monetaria, a poco tiempo de comenzar
el último conflicto. Tres influencias comenzaron entonces a hacerse sentir. Por una
parte se produjo una súbita demanda de artículos, especialmente de parte de los

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
75
gobiernos, de aquellos artículos directamente necesarios a la guerra. La previsión del
ascenso de los precios indujo, por otra parte, al acaparamiento y ambos fenómenos,
causaron desde un principio el alza de los valores.
Al mismo fin tendió el relajamiento inicial de la producción debido a su abandono
por gran número de obreros, y la obstaculización del comercio internacional.
Por último, aumentó al mismo tiempo la demanda de moneda puesto que al subir
los precios se hacía necesaria mayor cantidad de circulante: el crédito se había
restringido súbitamente; y el oro y la plata se habían retraído de la circulación. Además
de ia circulación existente, se hacía pues necesaria la creación de una nueva, para
responder a las necesidades del tráfico monetario.
Esta fue la primera etapa de la situación anormal; la necesidad del aumento del
circulante para responder a un crecimiento "real" en el valor de los artículos. Es decir,
que, en los hechos, se había producido una inversión de la teoóa cuantitativa de la
moneda, que afirmaba la dependencia de los precios de la cantidad de circulante. Pero,
pasado el transtorno inicial, la teoóa se pudo comprobar en el desarrollo real de los
fenómenos.
A la necesidad natural de más medio circulante, a que acabamos de referirnos, no
tardó en unirse la necesidad que los gobiernos experimentaban, de medios de pago pa-
ra financiar las operaciones, ya que sus recursos pecuniarios resultaban insuficientes.
Es así que comienza la inflación del circulante, y como, por otra parte, el volumen de
los artículos porque se cambia este circulante permanece más o menos fijo, el valor
total de este último siempre queda el mismo, esto es, cada una de sus unidades, o cada
unidad monetaria (ya que en ella se resuelven últimamente las dos especies circulantes:
moneda y crédito) disminuye su valor adquisitivo o poder de compra.
De varias formas se desarrolló el proceso de la inflación:
12 La peor de ellas consistió en la emisión directa por los gobiernos para hacer
frente a sus necesidades; emisión que no se volvió a redimir o retirar de la circulación
(Rusia, Austria, Hungóa y otros países). Las emisiones de Tesoreóa italianas y las
británicas, pertenecen a esta categoóa (inflación de papel).
2º Los bancos de Estado prestaron grandes cantidades sobre colaterales (especial-
mente sobre los títulos de los empréstitos de guerra}, ya sea emitiendo billetes
(inflación de papel}, o ya creando "depósitos" (inflación de crédito) a favor de los
clientes. Sistema muy usado en Alemania y otros países.
32 Los gobiernos han obligado o persuadido e los bancos centrales a hacer
adelantos o a comprar bonos de Tesoreóa, redimidos menos rápidamente que las
nuevas solicitaciones de adelantos. El producto de estas negociaciones se acreditaba
en cuenta corriente (inflación de crédito), o se entregaba en billetes (inflación de
papel), según la costumbre de los países. Este método ha sido usado en forma moderada
en los Estados Unidos y la Gran Bretaña, y en grandes proporciones en Alemania,
Francia e Italia.

76
RAÚL PREBrsrn
4º Se han vendido bonos o certificados de Tesorería a los particulares y a los
bancos a cambio, no de ahorros reales, sino de medio circulante creado por los mismos
bancos (billetes o depósitos), que tomaban los bonos como colaterales de préstamos,
que la mayor parte de las veces servían para pagar los mismos u otros bonos, o financiar
otras operaciones. El caso común fue el siguiente: un particular solicitaba crédito a un
banco para comprar títulos de un empréstito de guerra; el banco concedía el crédito en
la cantidad solicitada, requería del gobierno la venta de los títulos (que guardaba como
colaterales o garantía), acreditando al mismo el importe y debitando al particular la
misma cantidad. Por un simple movimiento de cuentas, los gobiernos conseguían
circulante con que financiar sus necesidades de guerra (inflación del crédito). Este
sistema se desarrolló principalmente en los Estados Unidos.
5º Finalmente, las reservas metálicas han sido movilizadas y centralizadas de tal
manera que su coeficiente necesario pudiese ser disminuido, al mismo tiempo que
permitiese la mayor expansión de los billetes y depósitos creados. Tal fue el caso de
los Estados Unidos, con el mecanismo de sus bancos de reserva federal.
Los cuatro primeros procesos que acabamos de enunciar. respondieron simple-
mente a la financiación de las necesidades de los diversos Estados. Y si las naciones
siguen con sus presupuestos con déficit y para cubrirlos no pueden recurrir al ahorro
genuino, les será forzoso acudir al método indirecto de la inflación. Pero, según hemos
visto anteriormente, los déficit tienen su principal raíz en el ascenso de los precios. y
si para colmarlos se recurre a la inflación y ésta, a su vez, repercute sobre los precios
en el sentido de su elevación, los gobiernos caen -y caerán en lo sucesivo si mantienoo
la misma política- en un interminable círculo vicioso (inflación, alza de precios,
déficit, inflación, etcétera). De ahí, lo fundamental de la recomendación de la
Comisión de Finanzas Públicas sobre el equilibrio de los presupuestos.
La inflación tuvo además consecuencias de otro orden, distintas del ascenso de los
precios. Es un lugar común en Economía que el aumento de papel circulante tiende a
desplazar hacia el exterior al metal amarillo. Esta tendencia al agotamiento de las
reservas metálicas se manifestó acentuadamente en los hechos que consideramos,
dada la gran redundancia del papel circulante. Esta misma redundancia del papel trajo
consigo el hecho que cada una de sus unidades disminuyese de valor metálico. A la
estabilidad monetaria de anteguerra siguió entonces la inconversión y la inestabilidad
del valor del signo fiduciario. La desorganización se apoderó de los cambios, cuyas
cotizaciones respecto las valutas inalteradas, reflejaban grosso modo el valor metálico
del papel.
Unida la inconversión del papel a los balances económicos desfavorables, fue un
hecho la depreciación de los cambios, que los gobiernos quisieron contener por
medidas artificiales, lográndolo sólo en medida reducida. Por otra parte, para evitar la
depleción de las reservas metálicas, los gobiernos prohibieron la exportación de
metálico, lo que contribuyó sobre todo a la depreciación citada.

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
77
Dada esta desorganización monetaria, ¿qué medidas propuso la Comisión de
Moneda y Cambios para solucionarla? Indudablemente, para situaciones monetarias
diversas, diferentes tendrán que ser las soluciones; sin embargo, hay en aquéllas rasgos
comunes -que expresamos más arriba, y que no son los menos importantes- y hacia
ellos van las siguientes recomendaciones de la Comisión, aprobadas por la Conferen-
cia:
l. Es de la mayor importancia el poner término a la extensión de la inflación, lo
que podría hacerse absteniéndose de aumentar la circulación -en su sentido más lato-
Y aumentando el valor real que sirve de base a esta circulación. Para esto se necesita
cortar de raíz la causa principal de la expansión del medio circulante: los déficit en los
presupuestos. Es por esto que
II. Los gobiernos deben ajustar sus gastos a sus recursos.
III. Los bancos, y particularmente los bancos de emisión, deben sustraerse a toda
influencia política y deben conducirse dentro de una política financiera prudente.
IV. El aumento del volumen total de los créditos debe llegar a su fin y los gobiernos,
lo mismo que las municipalidades, deben, no sólo abstenerse de aumentar sus deudas
flotantes, sino comenzar a consolidarlas o a reembolsarlas gradualmente.
En tiempos normales la tasa del descuento es el regulador más eficaz de la
distribución del crédito. La elevación de la tasa se hace necesaria para evitar la mayor
expansión del crédito, aunque, así, éste costase más a los gobiernos que tienen deudas
flotantes considerables. Pero en ciertos países, las condiciones financieras no permi-
tirían esta medida. Es así que
V. En tanto que el crédito no pueda ser regulado por la tasa del interés, no debe
concederse sino para satisfacer necesidades económicas reales.
VI. Se debe librar al comercio, tan pronto como fuera posible, de todo control, y
suprimir las trabas que aún existen en el comercio internacional.
VII. Se debe evitar todos los gastos superfluos.
De las recomendaciones sobre la inflación se pasó a otras sobre otras cuestiones
sometidas a la Comisión:
VIII. Es altamente deseable que los países que se apartaron del patrón oro, vuel-
van a él.
Esta recomendación se hizo sin entrar a la discusión de si el oro representaba o no
una medida ideal de los valores, teniendo sólo en cuenta que este metal es actualmente
el patrón nominal del mundo civilizado.

78
RAÚL PREBISCH
IX. Es vana la pretensión de fijar una relación entre las circulaciones fiduciarias
actuales y sus valores nominales a oro, pues la situación es tan inestable que la relación
no podría mantenerse.
La vuelta al patrón oro efectivo o su institución, exigiría en muchos casos una
enorme desinflación y es cierto que:
X. La desinflación, en caso de efectuarse, debe ser llevada progresiva y prudente-
mente, de lo contrario causaría perturbaciones en el comercio y en el crédito, por la baja
súbita de los valores, que podrían traer desastrosos resultados.
XI. No podemos recomendar ninguna tentativa de estabilización del valor oro y
dudamos del éxito de las que se proponen.
XII. No creemos ni en la utilidad de una moneda internacional, ni en la de una
unidad internacional de cuenta, pues estas medidas no podrían solucionar las dificul-
tades actuales de los cambios que obedecen a causas más profundas.
XIII. No encontramos justificación a la idea de tratar los tenedores extranjeros de
billetes o de saldos bancarios, distintamente de los nacionales.
XIV. Debiera crearse, en los países que no la tienen, una institución central de
emisión.
XV. Toda tentativa para limitar las fluctuaciones de los cambios estableciendo un
control artificial de las operaciones, es vana y perjudicial, pues tiende a eliminar los
correctivos naturales, falsea el mercado y dificulta las operaciones a término que
permiten suprimir en sus cálculos a los comerciantes e industriales el margen destina-
do a cubrir los riesgos del cambio, margen que contribuye al alza de los precios. La
injerencia del Estado en el comercio y en los cambios tiende a impedir el mejoramien-
to de las condiciones económicas, que es lo único que puede sanear el cambio. Y por
último
XVI. Debe instituirse una comisión para que continúe la compilación de estadís-
ticas financieras lo mismo que para la prosecución del estudio de la política monetaria.
III. COMERCIO INTERNACIONAL
No era del resorte de la Conferencia el estudio de fondo del comercio internacio-
nal, sino el de las reacciones que sobre la situación financiera de las naciones tienen
las trabas y restricciones opuestas al intercambio internacional durante la guerra y que

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
79
aún subsisten. Por la misma naturaleza del asunto, las resoluciones de la Comisión del
Comercio Internacional son vagas y menos concretas que las de las otras comisiones,
y no han hecho más que condensar las ideas que sobre esta cuestión ya flotaban en el
ambiente.
La primera resolución afirma la necesidad de la paz internacional para el restable-
cimiento y prosperidad del intercambio. La segunda aboga porque la unidad económi-
ca europea no se vea comprometida por la creación de barreras económicas artificiales.
La tercera es la más interesante; se refiere al restablecimiento de la libertad de comercio
existente antes de la guerra, a que cada país debe tratar de llegar dentro de los límites
y el plazo que le fueran posibles, suprimiendo, entre otros obstáculos las restricciones
artificiales y la discriminación de los precios. Las restricciones artificiales se estable-
cieron en diversos países para evitar desequilibrios pronunciados en los balances
comerciales, prohibiendo las importaciones y el consumo de ciertos artículos. Tam-
bién se crearon restricciones con el objeto de asegurar a las industrias esenciales la
provisión de sus materias primas. Después del armisticio, muchas de la restricciones
cambiaron de carácter, dirigiéndose a la defensa de los mercados nacionales, y
comenzaron a relajarse poco a poco. Los Estados Unidos las abandonaron primero;
Inglaterra abandonó algunas y Francia e Itali.a procedieron con mayor prudencia en la
abolición.
Es de creer que la aplicación de esta recomendación de la conferencia sobre la
remoción de las restricciones, controles y reglamentaciones, acentúe la tendencia
general a la baja de los precios.
Por discriminación de los precios se entendió la diferencia entre los precios de venta
en los mercados interiores y exterior. Con la supresión de la discriminación se tiende
seguramente a evitar que productos extranjeros compitan ventajosamente en el
metcado nacional con los productos indígenas, merced ala "prima de exportación" que
significa la depreciación de la moneda extranjera respecto a la doméstica.
La cuarta resolución afinna que la inestabilidad de los cambios es uno de los peores
obstáculos para el restablecimiento del comercio internacional. Pero no sólo la
inestabilidad de los cambios es un obstáculo grave, sino también su desequilibrio. Los
cambios elevados tienden a aislar a los países, aun más de lo que harían tarifas
aduaneras elevadas. Es así que mientras el viejo mundo no puede procurarse los
artículos necesarios para su consumo debido a la enorme pérdida de sus cambios, los
países productores de alimentos y materias primas, por contragolpe, se encuentran en
difícil situación para colocar los excedentes de su producción. Por eso, si los países de
cambio depreciado, por un esfuerzo consciente y sostenido, logran limitar su consumo
e intensificar su producción, los países de cambio favorable verán seriamente compro-
metidos sus mercados externos.
De esta forma, es evidente que el equilibrio de los cambios será en general
beneficioso, tanto para los países de moneda a premio como para los de valuta
depreciada.
La quinta resolución se refiere a los créditos para los países necesitados, asuntos de
que especialmente se ocupó la comisión siguiente.
La última resolución afirma la importancia vital que para el restablecimiento del

80
RAÚL PREBISCH
comercio internacional tiene el mejoramiento y la utilización racional de los sistemas
de transportes del mundo.
IV. CRÉDITOS INTERNACIONALES
Es imperiosa la necesidad actual de crédito que tienen los estados europeos. Vimos
que la Comisión de Finanzas había recomendado la consolidación de las deudas
flotantes para que no pesasen más sobre la situación general. Para esto es necesario
recurrir a los empréstitos: y de ahí la primera necesidad de crédito: la de los gobiernos.
Reclaman ingentes capitales la reconstrucción de las regiones devastadas y la
reorganización de su utilaje industrial; y la fundación de nuevas empresas, obstaculi-
zada o retardada por la guerra.
Y por último, no menos importante es la necesidad de créditos a plazos más largos
que los créditos comerciales corrientes, que tienen los países europeos para procurarse
los consumos y materias primas para la reorganización de sus industrias ya que las
reservas del medio de pago universal por excelencia, el oro, están casi exhaustas.
Las operaciones de crédito necesarias revisten por la misma fuerza de las cosas un
carácter internacional. Después de la guerra, la distribución de los recursos entre los
pueblos, principalmente de los recursos líquidos, es más desigual que nunca. Las
nuevas naciones tienen necesidad de formar su capital inicial; mientras que la antiguas
compelidas durante la guerra a gastar sus reservas, experimentan la necesidad de
reconstituirlas. Y ambas se ven obligadas a solicitar el apoyo de sus vecinos. Por otra
parte, los disturbios ocurridos en la situación económica, han causado la ruptura del
equilibrio anterior de los cambios. El oro ha desaparecido casi completamente como
medio de pago internacional. Y por esto, no hay otro medio para aliviar la situación que
el de recurrir a los empréstitos internacionales.
El obstáculo principal hacia las operaciones de créditos internacionales, estriba en
las dificultades de todo orden creadas por la guerra. Para que el crédito se desarrolle
es necesario el orden en las finanzas públicas, la cesación de la inflación y el
saneamiento de la circulación monetaria, y el libre juego de las transacciones
comerciales. Pero la accion de estos factores es lenta, mientras que la necesidad de
crédito para muchos países es perentoria; por eso se imponen medidas de efectos más
inmediatos. Veamos a qué resultado llegó la Comisión de Créditos Internacionales
sobre este punto.
La mayor dificultad que se opone a la concesión de créditos estriba en la falta de
garantías de reembolso. Ninguna de las propuestas sobre garantías satisfacieron a la
Comisión, que se limitó a recomendar lo siguiente:
La formación de un organismo internacional que sería puesto a disposición de los
Estados que desearen recurrir al crédito para asegurar el pago de sus importaciones (y

LA CONFERENCIA FINANCIERA INTERNACIONAL DE 1920
81
sólo de aquellas que una comisión de este organismo compuesta de banqueros y
hombres de negocios de notoriedad internacional designados por el Consejo de la Liga
de las Naciones, juzgase esenciales y para fines productivos).
Los Estados harían conocer las garantías que pudieran afectar en seguridad de los
créditos susceptibles de ser acordados por los exportadores; y la concesión del
organismo después de examinarlas fijaría el valor de los créditos que estaría dispuesta
a autorizar. El gobierno interesado prepararía entonces un monto de obligaciones hasta
la cantidad autorizada. El vencimiento y la tasa de interés de estas obligaciones sería
convenido entre la Comisión y el gobierno; los servicios, estarían asegurados por la
renta de las garantías.
En estas condiciones los gobiernos podrían prestar a sus ciudadanos la cantidad
suficiente de obligaciones para que pudiesen garantir las importaciones a crédito del
extranjero. Con este fin los importadores pasarían las obligaciones recibidas a los
exportadores, los que las retendrían hasta que los créditos concedidos les fuesen
devueltos.
En cuanto a la tasa de interés y el vencimiento del préstamo de las obligaciones 'a
los particulares, se fijarían de común acuerdo entre éstos y sus gobiernos.
Dentro de estos lineamientos generales caben diversas formas y detalles, de que no
se ocupó la Comisión. Una de ellas podría facilitar a las colectividades públicas la
obtención directa de créditos.
La Comisión de Créditos Internacionales se ocupó, además, de otros asuntos, entre
los más importantes de los cuales citaremos el de la extensión sobre bases internacio-
nales del sistema de seguros a los créditos de exportación, que facilitaría el comercio
con países cuyas condiciones políticas y sociales no inspiran confianza a los exporta-
dores; el de los métodos por los cuales la materia prima en el curso de sus transforma-
ciones sucesivas no dejase de servir de garantía de los créditos concedidos por el
exportador o el banquero (la Comisión propuso el estudio ulterior de este punto poruna
junta de juristas); el de la unificación de las diversas legislaciones sobre letras de
cambio y conocimientos; y el del trato recíproco a las sucursales de los bancos
extranjeros establecidos en diversos países.

21
EL TRABAJO LIBRE*
Mejor que el verbalismo quejumbroso los siguientes párrafos traducidos de un
excelente artículo de la Revue lnternationale du Travail (enero de 1921, Nº 1,
"Méthodes d'Exploitation Industrielle", por John R. Commons, profesor de Economía
Política de la Universidad de Wisconsin), hacen resaltar las razones de fondo que el
capitalismo tiene para defender tan tenazmente el "trabajo libre":
Se ha comprobado una evolución continua en los métodos de organización del
trabajo, y en lo presente, es posible comparar los resultados tomando períodos de
tiempo suficientemente extensos. Hace treinta años, en dos grandes industrias, la
metalúrgica y la gráfica, los obreros trabajaban de 11 a 12 horas por día, siete días por
semana y mientras en la industria metalúrgica el sindicalismo fue abatido a consecuen-
cia de la huelga de Homesicad, en 1892, en la industria gráfica se estableció una
poderosa organización obrera, basada en la exclusión de las fábricas de los trabajadores
no sindicados.
Si hoy, después de transcurridos treinta años, comparamos la situación de los
obreros en cada una de esas industrias, ¿qué constatamos?
El trust del acero, con su política tendiente a admitir igualmente en sus talleres a
obreros sindicados y no sindicados, obliga ahora, como antes, a una gran parte de sus
obreros a trabajar de 11 a 12 horas diarias, siete días por semana, mientras que en la
industria gráfica, en que no se admite más que obreros organizados, éstos no trabajan
más de 44 a 48 horas por semana.
En la industria metalúrgica, los salarios varían de la misma manera que los precios
de los objetos necesarios a la vida, cuyo curso está determinado por la ley de la oferta
y de la demanda, mientras que en la industria gráfica, los salarios son "estandarizados
o estabilizados" según principios humanos; de tal suerte que el obrero gráfico gana
actualmente más, trabajando 8 horas por día que cuando tenía jornada de 1 O horas; y
cuando decimos que gana más, no evaluamos solamente el monto de su salario sino
también el poder de compra de este último.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas, año IX, Serie U, Nº 1, agosto de 1921, págs. 67-68.
Firmado: "R.P."

EL TRABAJO UBRE
83
En estas industrias se han producido transformaciones radicales que han tenido
por consecuencia. al mejorar los procedimientos de trabajo, aumentar el rendimiento
de los obreros. Pero, en tanto que en la industria metalúrgica estas mejoras no tenían
otro resultado que el aumentar los beneficios de los propietarios y reducir los precios
demandados a los clientes, en la industria gráfica, la transformación de los métodos de
trabajo no solamente ha permitido ofrecer al público diarios más baratos y mejor
informados, sino aumentar a la vez los beneficios de los patrones y los salarios de los
trabajadores, asegurando al mismo tiempo la reducción de las horas de trabajo.
Así pues, en una de estas industrias, sólo los patrones y el público, participan en el
progreso de la comunidad, mientras que, en la otra, estos progresos, benefician
igualmente a los patrones, al público y a los asalariados.
En presencia de tal contraste, no se puede pretender de buena fe que la negativa de
admisión de no sindicados en los talleres gráficos no haya tenido consecuencias
funestas para el país, y que la metalurgia, al abrir las puertas de sus usinas tanto a los
trabajadores organizados como a los no organizados, haya contribuido a la prosperidad
nacional.
El trust del acero no ha quedado atrás de los acontecimientos, pero la política en que
se ha inspirado en su evolución no ha sido la de rivalizar con los sindicatos en lo que
a la mejora de las condiciones de trabajo se refiere; ha seguido, por el contrario, una
dirección diametralmente opuesta a pesar de haber querido aparecer como inspirada
únicamente en el deseo de mantener la libertad de trabajo.

22
LA ORTOPEDIA BANCARIA
DEL PROFESOR PIÑERO*
l. EL PROYECTO DE ÜRAN BANCO DE EsT ADO
Hay épocas fecundas en proyectos financieros. En 1909, el oro afluía en proporcio-
nes inusitadas, debido, no a los saldos favorables del comercio exterior, sino a lo
abultado de los préstamos que el país conseguía en los mercados financieros de Europa.
Y como el aumento del "stock" metálico, al traducirse en billetes, originase una plétora
momentánea de medio circulante, algunos de nuestros entendidos quisieron subsanarla
con traviesos proyectos monetarios. El fenómeno contrario acaecía en 1913; la tensión
de los mercados monetarios europeos consiguiente a la guerra de los Balcanes,
determinaba un brusco retraimiento de la corriente, antes abundante, de los préstamos,
con que nos habíamos acostumbrado a pagar aquella gran parte de los servicios del
capital extranjero -que habían crecido en los años anteriores a causa de los mismos
préstamos-, cubiertos sólo en mínima parte con los escasos superávit que arrojaba
nuestro intercambio comercial. El desequilibrio desfavorable en el balance de pagos,
al originar la baja de los cambios, traía consigo, la necesidad de exportar metálico. Par-
te del oro acumulado en fuertes cantidades en el lustro anterior, abandonaba el país
impelido por aquel desequilibrio, y la circulación de billetes se reducía. Es entonces
que algunos financistas (haciéndose eco de la grita que a causa de la restricción del
crédito fácil y abundante, lanzaban los especuladores en inmuebles, cuyos precios se
habían inflado artificialmente de un modo extraordinario) querían evitar, a toda costa,
la lógica reacción contra una situación ficticia, formulando proyectos de emisiones sin
garantía metálica disimuladas bajo el atrayente ropaje del redescuento. En última
instancia, el fin de estos proyectos no era perfeccionar nuestra constitución bancaria,
sino sacar de sus apuros a la especulación embarrancada. Se pretendía entonces, como
se había pretendido periódicamente en nuestra historia monetaria, y como lo pretendió
hace algunos meses un destacado financiero, que fa circulación del país era escasa para
las crecientes necesidades de los negocios. Para sustraerse a la liquidación inevitable,
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 9, serie Il, Nº 2, septiembre de 1921, págs. 133-143.

LA ORTOPEDIA BANCARIA
85
se quería expandir más el crédito a base del redescuento, emitiendo billetes, cuya
conversión, junto con la de los ya existentes, gravitaría sobre los depósitos metálicos
de la Caja de Conversión. Paliativo que hubiese sido tanto más perjudicial a nuestra
economía, cuanto que la contracción del crédito y la liquidación eran el resultado de
una reacción sana en el balance de pagos internacionales, en cuyas partidas activas, los
"préstamos" crecían excesiva y continuamente, al mismo tiempo que ascendía el
monto de las partidas pasivas de importaciones y servicios del capital extranjero.
Asimismo, cuando en los afios de guerra los balances de pagos arrojaban grandes
saldos favorables, gracias a la valorización de los productos de la exportación y a la
restricción forzada de la cantidad de las importaciones, el metal amarillo se incorpo-
raba, directa o indirectamente, a nuestra circulación monetaria por medio de los billetes
emitidos por la Caja de Conversión. Y comienzan de nuevo las elucubraciones sobre
la moneda, los bancos, y su reforma; es cuando el sefior Sergio Piñero,.abandonando
la posición anónima de la banca particular, desde donde defendiera anteriormente los
proyectos de redescuentos, saca a flote su elaborado plan 1 de "Gran Banco de Estado",
creación original por lo raro de su mecanismo y la amplitud de sus furciones.
Cuando creíamos olvidada la iniciativa de nuestro ex profesor, nos sorprende su
resurrección días pasados, en el American Club2 por lo que juzgamos ocasión de
lanzarle algunas observaciones.
11. MECANISMO DE LA CAJA DE CONVERSIÓN
Examinaremos, ante todo, la crítica que hace el sefior Pifiero a nuestro actual
sistema de emisión (dejando a un lado la legislación de emergencia que aún perdura),
pasando en seguida al análisis de su plan bancario. La Caja de Conversión, nos dice,
ha cumplido su misión en la historia monetaria argentina; en tiempos pasados
armonizaba con las necesidades para que había sido creada; pero, en lo presente, su
función normal de entregar oro por billetes y billetes por oro, es de un automatismo que
desconoce en absoluto el estado del mercado monetario. "Ese arbitrio de fabricar
billetes resulta un anacronismo en nuestro país. La máquina que mantenemos en
situaciones normales, alimentada por el oro que recibe, lanza billetes a granel, sin te-
ner noción de las necesidades de la plaza,
como que no interviniendo en operaciones
de crédito o de banca, está completamente ausente y no puede pulsar jamás las nece-
sidades del mercado".
Tal proyecto era el resultado a que habían llegado, en 1917, las investigaciones monetarias del
Seminario de la Facultad, dirigidas por el señor Sergio Piñero.
Véase La Raz6n, viernes 14 de octubre de 1921.

86
RAÚL PREBrsCH
"Y mientras continúe ofreciéndosele oro, la máquina 'ciega, inconsciente y fría',
continuará lanzando dinero e inundando la plaza de billetes en algunos casos, y en
otros, restringiendo la circulación, cuando el público le exija la devolución de
metálico."
Es decir que nuestro actual sistema de emisión, es de "una rigidez incompatible
con una moneda que se jacta de ser sana". Si los balances de pagos, por cualquier cau-
sa, nos son favorables, el oro afluye al país, y la Caja no tiene más remedio que entregar
billetes cuando se presenta a sus puertas, determinando el aumento de la circulación;
en el caso contrario, de la necesidad de exportar oro por balances desfavorables, aquella
institución se verá obligada a entregar oro por billetes, originando la anemia en la
circulación. Es por esto, que la Caja está "nuevamente amagando al país con el peligro
de la inflación, tan pronto como nuestra exportación se acentúe y volvamos a la nor-
malidad". Dejaremos a un lado lo aventurado de esta conjetura, en la que se parece
olvidar que el oro que importamos en los últimos diez años no se debió a un crecimiento
normal de las exportaciones sino a un abultamiento de los préstamos, antes de la guerra,
y a la inflación anormal del valor de nuestros productos durante ella, y que por lo tanto
el saldo favorable que las exportaciones dejasen sobre las importaciones tendría que
utilizarse en el pago del diezmo al capital extranjero, siendo poco probable que sobrase
un saldo activo que pudiera convertirse en oro, a no ser que los Estados Unidos
reanudasen las funciones de prestamista que antes. ejercía Europa. Lo más importante
consiste en los medios que propone el sefior Pifiero para impedir estas plétoras y
anemias periódicas de la circulación.
III. Los MOVIMIENTOS INTERNACIONALES DE METÁLICO
Para los economistas clásicos, las importaciones y exportaciones de metálico, eran
partes integrantes de un mecanismo internacional. En un país cualquiera, las importa-
ciones de metálico, debidas a tal o cual causa, no pueden continuar por mucho tiempo,
pues encuentran, en sus propios efectos, un correctivo natural. La mayor cantidad de
moneda en circulación influye sobre los precios en el sentido de su ascenso, estimu-
lando de este modo las importaciones de mercaderías extranjeras, y desalentando las
exportaciones. Se ha complementado posteriormente esta parte de la teoría clásica,
introduciendo la influencia del c.!"édito sobre los precios. En tiempos de Ricardo, aquél
desempeñaba, en las transacciones, un papel ínfimo en comparación al preponderante
que hoy tiene. En lo presente, sin embargo, el crédito descansa sobre la existencia
monetaria; y por lo tanto un aumento de ésta prepara el terreno para su expansión;
mientras que una disminución tiene los efectos opuestos, esto es la contracción; de
modo que, si bien la moneda interviene directamente en la actualidad en sólo una parte
reducida de los negocios que se efectúan, el nivel de los precios se modifica,
obedeciendo a las variaciones de su cantidad, a través de las variaciones en el mismo

LA ORTOPEDIA BANCARIA
87
sentido del circulante crédito. Volviendo a la teoría, el aumento de las importaciones
y desalentamiento de las exportaciones, a la larga, detennina un desequilibrio en el
balance de pagos, que precisa saldarse en metálico. Al salir éste, deja tras sí la
contracción del crédito, esto es, la disminución del circulante, y la baja de los precios,
que, disminuyendo las importaciones y acrecentando la exportaciones, trae otro estado
de equilibrio.
El mecanismo inverso se pone en movimiento cuando acaecen exportaciones de
oro, hasta producir su cese. Todo esto, si los demás factores del balance de pagos no
se alteran mientras tanto, no habiendo razón lógica alguna para que esto suceda.
Queda así establecido que las importaciones y exportaciones de metálico, están
íntimamente vinculadas al balance de pagos y al nivel de los precios. Se ha reconocido,
por otra parte, que el correctivo natural de las exportaciones de metálico consistente en
la baja de los precios, es por lo común demasiado lento, y buscado, por consiguiente,
otros recursos de más rápida acción.
No hace al caso discutir con Ansiaux, si la elevación de la tasa del descuento es una
manifestación, que expresa la restricción de disponibilidades, de aquel correctivo
natural, o una medida de polftica bancaria. Lo cierto y fundamental es que todas las
medidas destinadas a evitar racionalmente la exportación de metálico, cuando ésta
amenaza o comienza a producirse, tratan de actuar, directa o indirectamente sobre el
balance de pagos en desequilibrio, que es el detenninante de la situación. La misma
elevación de la tasa del descuento, verbigracia, a más de impedir momentáneamente
la salida del país de los capitales metálicos, o atraerlos por el propio incentivo de la más
alta remuneración, tiene el efecto más profundo de ocasionar la baja de los precios, al
causar la restricción del crédito circulante; por lo que sus efectos son análogos a los que
siguen a la exportación de metálico. Asimismo, la realización o venta de valores
mobiliarios en el exterior. es medida que afecta la partida de los préstamos en el balance
de pagos.
Esta disgresión hará resaltar la originalidad y el carácter de los remedios que
propone el señor Pifiero para contrarrestar los efectos de las importaciones excesivas
del metal amarillo y evitar las exportaciones, esto es, corregir lo que él llama la
"inelasticidad" de la circulación. lrving Fisher, en vista de las perturbaciones que
consigo traen las alzas y bajas del nivel de los precios, construye su sistema circulatorio
especial, cuyo funcionamiento, al menos, es lógico. Más, las preocupaciones de
nuestro ex profesor, son de otra laya que las del economista estadounidense.
IV. LA "ELASTICIDAD" SEGÚN EL SEJiíOR PIRERO
La Caja de Conversión, con el vicio orgánico que la caracteriza, a saber, "la
emisiomanía automática, sin tasa ni medida" -designación tan inexacta como exage-
rada- tendrá que desaparecer, al ser abarcada por el "Gran Banco de Estado", que, entre

88
RAÚL PREBISCH
otras múltiples funciones, reunirá la de emitir billetes y "gobernar" la circulación. De
cómo hará esto último, resulta original; así lo describe el catedrático en la monografía
citada:
El oro existente en la Caja de Conversión, y el fondo de conversión que actualmente
custodia el Banco oficial, pasarían a constituir el fondo de garantía de la circulación
fiduciaria, en el nuevo establecimiento. con lo que éste atendería a la conversión de
billetes al tipo de 0,44 == l.
Pero lo más importante estriba en la facultad del Banco de suspender la conversión
cuando lo creyere conveniente "observando como norma, empero, la de mantenerla
siempre que de ello no se deriven daños para la economía nacional".
De tal modo, cuando el oro precise salir para compensar nuestros débitos con el
exterior, el banco, si ha expandido su crédito y teme la reacción, o sigue las
inspiraciones de la gente de negocios que siempre es adversa a cualquier recurso que
signifique la baja de los precios, aunque mediatamente ésta sea en bien de la economía
nacional en lugar de elevar la tasa del descuento, o acudir a otros medios que corrijan
el desequilibrio en el balance de pagos, recurre al temperamento más fácil y expeditivo,
de no dar más oro por billetes, esto es, suspender los pagos metálicos. De esta suerte,
las causas determinantes del desequilibrio no se corregirían, ya que, al no disminuir la
cantidad de circulante, tampoco bajarían los precios. Sin embargo, la baja de los
cambios, que sería la consecuencia fatal de la incorversión, produciría la restricción de
las importaciones y el estímulo a las exportaciones; aunque no acentuadamente, pues,
manteniéndose la inflación del circulante en el mercado interno, todavía habría muchos
compradores a precios altos. Aun en el caso de no existir la inflación interna, sólo se
alcanzaría muy lentamente el equilibrio del balance de pagos por medio de la baja de
los cambios, desde que para que el llalance comercial diese un saldo que pudiera
compensar el déficit anterior en el balance, transcurriría un tiempo más considerable
que el que hubieran tomado, para el mismo efecto, las exportaciones de metálico en un
régimen normal de conversión. Por otra parte, alcanzado por la baja de los cambios este
equilibrio en el balance de pagos, y por lo tanto, como es de suponer, restablecida la
conversión, volveríamos al punto de partida, debido a que en el mercado interno se
hubieran mantenido los precios altos; y más aún, las importaciones cobrarían un vuelo
más amplio que el normal, desde que habría que reponer los "stocks" de mercaderías
extranjeras agotadas por la restricción precedente.
Es así como los efectos del equilibrio momentáneo que pudieran llegar a producir
los cambios bajos, serían contraproducentes; a más, durante su operación se tendría la
inestabilidad de los tipos con todas sus perniciosas consecuencias.
Podría argüirse, sin embargo, que el Banco estaría en condiciones de contener la
baja de los cambios, y por lo tanto, la desvalorización del billete, por dos medios. El
primero, exportando oro por su cuenta, y en tal caso, no habría razón para que no
hiciesen lo mismo los otros establecimientos en un régimen de conversión. Tanto éstos,
como aquél, entonces, tendrían que restringir el crédito, como reacción al decrecimien-
to de sus disponibilidades metálicas; empero, el Banco de Estado, podría evitar la
restricción del crédito, emitiendo billetes con garantía de papeles de crédito, ejerciendo

LA ORTOPEDIA BANCARIA
89
el redescuento -que sería otra de sus funciones- con lo que aumentaría la inflación del
circulante, y con ella continuarían las causas que dan origen al desequilibrio en el
balance de pagos, retardando, por lo tanto, y agravando, el retomo a la conversión. El
segundo, girando contra las disponibilidades o créditos que tuviese en sus correspon-
sales en el exterior. paliativo como el anterior, que tampoco anularía las causas del
mercado interno originantes del desequilibrio, ya que la circulación no disminuiría.
No se detiene aquí la curiosa ortopedia bancaria del profesor Pifiero. También
contempla su plan, el caso, contrario al anterior, de un exceso de medio circulante
monetario. Si el oro se importase al país en grandes cantidades, produciendo la plétora
de billetes "en circunstancias en que las necesidades de numerario fuesen limitadas"
el Banco, si lo creyese conveniente, quedaría autorizado "para suspender la emisión
de billetes en cambio de oro,
establecido por el artículo 7 de la ley 3871, atendiendo
el pedido de papel moneda, con el que tuviese en sus arcas como de su pertenencia".

Como la anterior esta disposición, desentona con los principios de la ciencia y las
normas fundamentales de la política bancaria; para evitar la abundancia de circulante,
originada por causas no monetarias, se recurre a artificios monetarios, que están muy
lejos de alcanzar los fines perseguidos. ¿Acaso no aumenta el Banco la circulación de
billetes -que quiere evitar- al entregar los que tiene en sus arcas?
Esta medida sólo tendría efectos internos en las cuentas del Banco al sustituir las
disponibilidades a papel convertible que antes poseía, por el oro que se le entrega. La
circulación de billetes, de hecho, aumentaría tal como hubiese acaecido sin aquel
mecanismo, existiendo la Caja de Conversión. Tal vez se nos contestaría que al
entregar los billetes de sus arcas y recibir, en cambio, metálico, el Banco podría
restringir su crédito, disminuyendo de esta suerte en el mercado la cantidad de crédito
circulante. Pero para esto, no se necesitaría la urdimbre bancaria que teje nuestro ex
profesor. Un Banco de Estado cualquiera, sin facultad de emitir, y aun el mismo actual
Banco de la Nación, podría restringir su crédito cuando la cantidad de billetes emitidos
"automática y fríamente" por la Caja de Conversión, fuese mayor que las necesidades
momentáneas del mercado; asimismo, la medida sería inútil, pues, los otros bancos, al
ver acrecentar sus depósitos por la misma abundancia del circulante monetario, y por
lo tanto sus reservas, facilitarían el crédito a sus clientes.
Y aun en el caso extremo en que la "sensible" institución del sefior Piñero no
emitiese siquiera sus billetes viejos por el oro que se le presentara, la situación no sería
muy diferente, pues, el metálico circularía tal cual es, o lo que es muy probable iría a
engrosar las reservas aúreas de los bancos, que son los que, en realidad, importan el oro
al país, suministrándoles de este modo, una base más amplia para sus descuentos a oro
y a papel, esto es, para la expansión del crédito. No sería otro el efecto si se llevase a
cabo la otra alternativa que propone el señor Piñero, por la que el metálico que el
establecimiento obtuviese en canje de los billetes de sus arcas, se cambiaría, dentro del
mismo, a través de un simple movimiento de cuentas por los documentos que el banco
hubiese redescontado anteriormente, los que pasarían a formar parte de su propia
cartera. Para efectuar tales redescuentos el banco habría emitido billetes, sin equiva-
lente a metálico, y con la sola garantía de papeles comerciales. Por esta alternativa, tales

90
RAÚL PRI!BISCH
billetes permanecerían co~o antes en la circulación, hasta el vencimiento de los
documentos redescontados. Unicamente se modificaría el carácter de lo que garante los
billetes que en lugar de papeles comerciales, sería metálico sonante; por otra parte, el
banco tendría menos metálico propio (es decir no perteneciente a la partida de
"Emisión") pero sí, más papeles comerciales en su cartera. Con lo que la emisión
continuaría en la misma cantidad que antes, es decir, aumentada.
Es que la moneda es sólo un engranaje de un complicado mecanismo cuyas piezas
son interdependientes. Por ello, los defectos de la circulación monetaria, no siempre se
curan con remedios monetarios. El cerrar automáticamente una caldera de agua
hirviente, para no permitir la salida del vapor, tendría el contraproducente resultado del
estallido de aquélla; o sale libremente el vapor, o se quita a la caldera el fuego que pone
en ebullición el líquido. Y el señor Piñero, quiere tapar la caldera y mantener el fuego ...
Y aun en el supuesto ilógico que el sistema original que se propicia pudiese
funcionar en la práctica. sería tan "inelástico" como lo es una circulación a papel
inconvertible, cuya cantidad varía más o menos arbitrariamente, y no según las
necesidades reales del movimiento internacional de valores, manifestadas en el estado
de los cambios.
V. ÜTRO CONCEPTO DE "ELASTICIDAD"
Por otra parte, se ha dado más en designar por circulación elástica, a la que se ajusta
a las necesidades estacionales del mercado interno, aumentando la cantidad de
circulante en las épocas del año en que es necesario mover mayor número de
transacciones, y disminuyéndola en caso contrario; en este sentido nuestra circulación
no es inelástica, a pesar de que pudiera creerse lo contrario al considerar el automatismo
de la Caja de Conversión. Desde que, consultando durante varios años los balances
bancarios mensuales, se nota una acentuada regularidad en la evolución anual de sus
diversas cuentas; en los meses de verano, en que las actividades agrícolas requieren
más medio circulante, por ser la época del levantamiento de las cosechas, aumentan las
cifras de los préstamos y disminuyen .los encajes; al mismo tiempo como es lógico,
aumenta la cifra de los billetes en manos del público. A su vez, en los meses de invierno,
nótase una evolución contraria. En otros términos, en la estación más activa, aumenta
la cantidad de circulante (ya sea el crédito contra el que puede girar el cliente, ya los
billetes que recibe, después de efectuado el adelanto en cuenta corriente o el descuen-
to); mientras que en la de calma, disminuye. Es posible que esta elasticidad no posea
toda la amplitud necesaria, esto es. sea insuficiente para las necesidades rurales; en tal
caso, podría discutirse la posibilidad de establecer un banco de emisión, que redescon-
tase los papeles a corto término que la banca particular descontara en los centros
rurales; banco de emisión que de ningún modo precisaría tener aquellas facultades

LA ORTOPEDIA BANCARIA
91
sobre la circulación que asigna el profesor Pifiero a su gran Banco de Estado. Esto es
una cuestión aparte.
VI. EL BANCO DE INGLATERRA y NUESTRA CAJA DE CONVERSIÓN
A propósito de la elasticidad, recuerda el profesor de Bancos, que el Departamento
de Emisión del Banco de Inglaterra, desempeña una función parecida a la de nuestra
Caja de Conversión; "pero aquél no procede con la libertad ilimitada y absoluta pres-
cindencia del departamento de las operaciones comerciales, como se hace aquí; desde
que allá, el simple cambio de billetes por metálico, sólo se verifica cuando se ha
excedido el límite de circulación fijado por la ley". En primer lugar y en tiempos
normales, el simple cambio de billetes por oro (como el de oro por billetes), se efectúa
en cualesquiera circunstancias; y no, como lo sostiene el sefior Pifiero, sólo cuando se
ha excedido el límite fijado por la ley; dicho límite de 18.000.000 de libras representa
únicamente la cantidad máxima de billetes que el Banco puede emitir sin su correspon-
diente garantía metálica (cantidad que no pone en peligro la convertibilidad de la
circulación monetaria, por ser muy reducida en relación a las necesidades de las
transacciones) más allá de la cual, toda emisión debe tener su completo respaldo de
metal amarillo.
El Departamento de las Operaciones Bancarias, fuera de aquel caso, permanece
frente al Departamento de Emisión, como un particular cualquiera.
En segundo lugar, aceptando aun la inexactitud anterior. esta diferencia del lssue
Department con la Caja de Conversión, no es lo que hace elástico al sistema inglés. La
elasticidad del circulante se consigue en Inglaterra, merced al alto grado de perfeccio-
namiento de su organización bancaria, en la que los "depósitos" juegan un rol análogo
al de la emisión de billetes en otros países. Los depósitos de los bancos ingleses, sólo
en parte reducida, son dinero llevado directamente por el público; gran proporción de
su monto, ha sido creada por los mismos bancos, al transferir a la cuenta correspon-
diente el producto de los descuentos; de modo que el depósito se ha formado sin
necesidad directa de dinero (se entiende, sin embargo, que siempre es necesario
mantener una pequefia reserva variable en efectivo), y como en Inglaterra más del
noventa por ciento de las transacciones se efectúan por medio de cheques girados
contra esos depósitos, en esto consiste precisamente la gran economía de moneda
metálica que realiza aquel país, las instituciones de crédito ajustan la cantidad de
circulaqte a las necesidades estacionales, aumentando o restringiendo su crédito-y
por consiguiente sus "depósitos" - dentro de los límites más o menos amplios de los
cocientes de encaje que la práctica aconseja mantener.
Es así que la elasticidad del circulante se halla plenamente satisfecha por la
expansión de estos depósitos en tiempos de actividad, y por su contracción en las
épocas de calma; así como en los b~nc0s de emisión la elasticidad del billete se

92
RAÚL PREBISCH
caracteriza por su mayor o menor cantidad, según lo requieran los negocios. He aquí
la razón de la gran elasticidad del sistema inglés.
VII. Ü1ROS DEFECTOS DEL GRAN BANCO DE EsTADO
No termina aquí la inventiva del señor Piñero. Hay, además, en su proyecto, algo
que trasciende a megalomanía criolla, tan común en nuestra historia financiera. Nos
referimos al enorme capital del establecimiento, trescientos millones de pesos, en
consonancia con la multiplicidad de las funciones que desempeñaría el "Gran" Banco.
Se provee en su Carta Orgánica, todas las funciones bancarias habidas y por haber, en
desmedro de la división del trabajo que también debe tenerse en cuenta en la esfera
bancaria, y en riesgo de la estabilidad del billete; pues, este instituto, también efectua-
ría operaciones de crédito agrícola e industrial, cuya lenta evolución sería contraria a
la liquidez de activo que requiere siempre un Banco de emisión. Más no nos
detendremos en este aspecto del asunto, por haber sido tratado con lucidez por el doctor
Eleodoro Lobos, cuando don Sergio Piñero presentara por primera vez a la discusión
pública su proyecto bancario. Nos remitimos a la Organización del crédito y los
proyectos financieros.

23
ANOTACIONES SOBRE NUESTRO
MEDIO CIRCULANTE*
A PROPOSITO DEL ULTIMO LIBRO DEL
DOCTOR NORBERTO PIÑERO
La línea general de casi todos nuestros escritores e historiadores es el empiris-
mo. Las cosas son porque son, jamás devienen o se mudan por el resorte de una
fuerza exterior que las empuja. El cambio vendrá en todo caso, por causas de afuera,
influencias externas ... Nada que sea orgánico, sistemático, pensado· a frio, atrae a
esta alma argentina algo histérica, caprichosa, y que se llena con las apariencias
efímeras si son bellas o sonoras ...
... Las guerras, las biografías en fonna de crónicas, las instituciones, y en época
más reciente la economía política, tienen la preferencia de nuestros intelectuales. A
veces se salen del método estricto para apasionarse como los abogados en algún
pleito gordo.
JuAN AousTfN GARdA (Sobre nuestra incultura).
1
Tan íntimamente ligados están los problemas monetarios al desarrollo de nuestra
economía, que lo que se ha escrito sobre el asunto, es exuberante. Abundan los estu-
dios fragmentarios y las monografías de carácter circunstancial o histórico sobre de-
terminados puntos o aspectos de la cuestión, pero aún no cuenta nuestra literatura eco-
nómica, con una obra de síntesis, que, apartando los detalles sin importancia y lo
accesorio, contemple en conjunto el desarrollo del medio circulante argentino desde un
punto de vista dinámicamente objetivo, y trate de penetrar en las relaciones de
causalidad o interdependencia de los hechos, valiéndose del frondoso material disper-
so legado por los escritores del siglo pasado y de los comienzos del presente. El traba-
jo de Emilio Hansen 1 publicado hace algunos años, revela paciencia y erudición, pero,
aparte de ser un valioso antecedente descriptivo, no pasa más allá de una crónica ame-
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 9, Serie II, Nº 3, octubre de 1921, págs. 190-204
(capítulos 1-IV); 9, N° 4, noviembre de 1921, págs. 283-307 (capítulos V-VI); 10, N00 6-7, enero-febrero de
1922, págs. 49-86 (capítulos VII-VIII); 1 O N" 10-11, mayo-junio de 1922, págs. 287 -307 (capítulos IX-X).
1
LA moneda argentina, estudio histórico, Buenos Aires, 1916.

94
RAÚL PREBISCH
na de nuestras peripecias monetarias, salpicada, con excesiva frecuencia, de disquisi-
ciones históricas que muy poco hacen al caso, tanto más cuanto que en el estudioso
debiera suponerse un conocimiento previo de nuestra historia. Esta obra, por lo tanto.
no desentona en carácter con las anteriores; faltan en ella vistas de conjunto, y cuando
se pretende explicar lo acaecido, la subjetividad del autor puede más que el análisis de
la realidad concreta.
Es por esto que con sumo interés acogimos la última obra del doctor Norberto
Pií'íero2• En ella propónese el autor estudiar los problemas presentes sobre la moneda
y los bancos, a la luz de las enseí'íanzas que se desprenden de los acontecimientos
pasados, ya que la "exposición de los antecedentes nacionales sobre la materia, no
responde a una mera curiosidad histórica o especulativa. Su objeto es ilustrar los
problemas actuales. El pasado y el presente, son factores capitales del porvenir"3 •
Diversas, en su alcance y naturaleza, son las maneras de estudiar los acontecimientos
pasados. La investigación científica, se esfuerza por conocerlos tales cuales fueron,
analizándolos y desmenuzándolos, para pasar luego, si es posible, a la indagación de
sus relaciones, transformando, de esta suerte, su masa inerte en un sistema orgánico.
Más, nuestros escritores, en general, poco uso hicieron de ella, al estudiar los
problemas monetarios y bancarios del país. Unas veces, con abrumadora objetividad
estática, han descripto los acontecimientos; en tal caso, frecuentemente, han descuida-
do los más importantes para entregarse con entusiasmo a lo superfluo; y si quisieron
explicarlos, concedieron a lo fortuito o contingente, un papel preponderante. Otras, la
investigación del carácter jurídico de las instituciones y la monótona exégesis de las
leyes, decretos y reglamentos sobre la materia, cuya influencia, a menudo no salió del
papel, los atrae en sumo grado. Lo que en parte se debe a que su formación intelectual
se ha orientado casi siempre hacia la interpretación de los textos y la búsqueda de las
intenciones del legislador, y no a la indagación de la realidad.
No creemos equivocarnos al decir que el nuevo libro no llena el vacío anotado. Su
autor, ortodoxo de la escuela criolla de economía, no rompe nuestro clásico molde. Por
otra parte, nada fundamental hay en este libro, que no se pudiera encontrar en los
anteriores, sin que el presente llene sus lagunas y deficiencias, o contribuya a la
dilucidacién de fenómenos en que aquéllos no tuvieron éxito. Así en los primeros
capítulos que se ocupan principalmente de la moneda en la colonia, y en los primeros
aí'íos de vida independiente del país, de los primeros bancos y de la Casa de Moneda,
no se adelanta un paso sobre lo que Vedia en su interesante Banco Nacional, y V.F.
López en El Banco, nos dicen sobre estas cuestiones; en los capítulos siguientes, que
abarcan la historia del circulante desde la transformación de la Casa de Moneda en
Banco de la Provincia hasta la estabilidad monetaria, no se ha sabido dar coherencia
a aquel material disperso existente, y llegar de este modo a una originalidad, si no en
los detalles, de conjunto; ni aprovechar los datos de la estadística que, aunque escasos
La moneda, el crédito y los bancos en la Argentina, Buenos Aires, 1921 (Ed. J. Menéndez).
Prólogo, VI.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
95
en los comienzos, son de gran utilidad. En cuanto a los problemas monetarios de lo
presente, el autor, con mucho tino, no se ha entregado a la originalidad, pues ésta, en
los últimos diez años. bajo forma de irreflexivos proyectos financieros, arriesgó la
estabilidad de nuestra moneda. tan penosamente conseguida.
11
En la historia monetaria argentina, a pesar de su confusa apariencia, nótase una se-
rie de períodos de ilimitada confianza y prosperidad, de expansión en las transaccio-
nes, de especulación inmobiliaria y fantasía financiera; seguidos de colapsos más o
menos intensos, precipitados en pánicos que originan la liquidación forzada de las ope-
raciones, el relajamiento de la confianza. la postración y el estancamiento de los
negocios. Sin duda, cada uno de estos ciclos no se presentan exactamente en las mismas
condiciones, ni con idéntico carácter; pero, considerados en conjunto, es posible
encontrar en ellos, hechos fundamentales que se repiten, cuyo análisis permite
formular síntesis acerca de su evolución. Y no es que al hacer esta afirmación, al parecer
apriorística, estemos influenciados por la descripción del proceso clásico de las crisis
formulado por algunos economistas. Lejos de ello, buscaremos demostrar que en
nuestras crisis, aparte las diferencias de menor cuantía, interviene un factor fundamen-
tal, ausente en las crisis europeas y peculiar al grado de formación histórica del país.
Para ello, nos hemos valido de los datos acumulados en la obra del doctor Piñero y en
otros trabajos que citaremos en texto. Asimismo, la lectura de la obra del profesor
italiano Lorini sobre la cuestión monetaria argentina a fines del siglo pasado-respecto
a las críticas acerbas en gran parte infundadas, de que fue objeto, nos ocuparemos en
otra ocasión-y la de John H. Williams, nos ha descubierto un horizonte nuevo sobre
nuestros problemas monetarios e indicado el método a seguir en su estudio.
111. EL INS1RUMENTO DE LOS CAMBIOS EN LA COLONIA
Fiel a su propósito de estudiar lo pasado, comienza el doctor Piñero dando un ligero
vistazo al sistema monetario de la colonia; afirmándose en las disposiciones de las
leyes de Indias y pragmáticas reales, sostiene que "en punto a la fabricación, valor,
peso, ley y circulación"4 era idéntico al sistema monetario español. Y agrega más
adelante: "la Argentina conservó legalmente intacto durante muchos años, después de
su emancipación, el régimen monetario de la metrópoli. De 1810 en adelante, a pesar
Pág. 4.

96
.RAÚL PREBISCH
del curso forzoso y de las múltiples reformas promovidas y fracasadas, la unidad, el
peso, no sufrió alteración legal hasta 1875. Al contrario, fue confirmado en diversas
ocasiones".5
Pero en realidad, la circulación monetaria metálica, fue escasísima en la colonia,
dadas las condiciones en que se desenvolvía su vida económica; condiciones que
precisan considerarse -pues el instrumento de los cambios, de hecho, es su función o
producto, y no algo abstracto que se les sobrepone- y que Juan Agustín García estudia
magistralmente en su Ciudad Indiana. 6 "Hasta 'cierto punto, dice este autor,7 la
economía colonial era de ciudad, encerrada en los límites de la aldea y sus alrededores,
con raros intercambios, su población fija, renovada exclusivamente por aumento
vegetativo; sus necesidades reducidas a lo más indispensable. Sus fenómenos carac-
terísticos; la tierra como fuente única de riqueza; la/alta de capital, de valores muebles
y crédito; un comercio pequeño y estrecho".
En tales condiciones económicas rudi-
mentarias, tan opuestas a las de la metrópoli, en la práctica, no podía existir una misma
moneda, aunque, legalmente, el sistema monetario fuese el mismo.
Por una parte la vida estática del Río de la Plata, sus "raros intercambios" y su
aislamiento comercial con el exterior casi absoluto, inherente al sistema de monopolio
instaurado por el Pacto Colonial, dispensábale de la necesidad de una moneda metálica
fuerte para desarrollar sus escasas transacciones. Por otra parte, la circulación perma-
nente de moneda metálica en un país, requiere un ahorro y apartamiento previos de
capitales,8retirados as{ de empleos más indispensables y productivos, para ser trans-
formados luego en moneda. Y la pobreza crónica de la colonia, cuya única riqueza, en
potencia, era la tierra, no se prestaba a este ahorro o sacrificio previo, ni por
consiguiente a un apartamiento de capitales que no tenía. Pues, para permitirse el uso
de un costoso instrumento de los cambios un país, o debe poseer y explotar minas de
metales preciosos-y aun en este caso, poder retener siquiera una parte de ellos-, lo que
no tenía la colonia del Plata, o atraerse dichos metales y radicarlos permanentemente,
por medio de los saldos activos de su intercambio con los otros países. En este último
caso, tampoco se encontraba este país bajo el sistema colonial que a más del estricto
monopolio mercantil, aseguraba a España el de los metales preciosos. Las trabas
Pág. 5.
Buenos Aires.
Ob. cit., Los negocios de la ciudad, pág. 101.
Así lo establece, entre otros, Ch. Conant, The Principies of Money and Banking, vol. 1, pág. 36.
t:n excedente de capital sobre las necesidades de la producción comente es un requisito previo para la
comunidad que desea usar moneda. Para un pueblo primitivo, los instrumentos usuales de la producción
agrícola, semillas y ganado, son más esenciales que la moneda. Es solamente cuando merced a estos medios
se ha creado un sobrante de capital, que éste puede ser invertido en un artículo cuya única función sería la
de instrumento de los cambios, así como cuando el agricultor ha ahorrado algo más de lo que representan
sus útiles y semillas necesarios, recién puede invertir este ahorro en un carro para transportar sus productos
al mercado.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
97
comerciales que le había impuesto la metrópoli, no anulaban completamente el
comercio de mar, gracias al contrabando y a los navíos de permisión concedidos de
tarde en tarde. En todo caso las importaciones de afuera, que respondían a las
necesidades más apremiantes de la población, eran saldadas con la moneda internacio-
nal de los productos naturales del país, depreciados por el monopolio, o tal vez "con
metales preciosos, sellados o en barra", que venían periódicamente del Alto Perú y
Paraguay, según V.F. López,9 para compensar los saldos desfavorables con Buenos
Aires que les enviaba productos de consumo. Pero esto era seguramente lo menos
frecuente, pues la colonia del Plata, antes de atraer metales preciosos, necesitaba
proveerse de los artículos europeos más indispensables por la vía indirecta de tierra
adentro y a través del Alto Perú, compensando estas importaciones con sus propios
productos; es lógico entonces que los metales no viniesen a ella pues la corriente les
era contraria.

Es así que la escasez de moneda en las Provincias del Plata, atribuida directamente
por algunos escritores, al sistema prohibitivo colonial, era más bien una consecuencia
indirecta de las condiciones comerciales creadas por él. Debido al régimen funesto del
monopolio, dice A. de Vedia,10 este país "carecía hasta de la moneda para los cam-
bios más insignificantes.
El oro ni la plata podían pasar en forma alguna de Potosí.
Numerosas disposiciones reales prohibían, con penas severas, la extracción de esos
metales amonedados o en pasta". Es que como dijimos en el párrafo anterior, no tenían
por otra parte ningún incentivo económico para bajar.
A su vez, afirma el doctor Piñero: "La falta o escasez de moneda en Buenos Aires,
producida por el monopolio y la clausura o restricción de las internaciones procedentes
del Alto Perú", 11 elevaba el premio existente entre la plata fuerte y la sencilla pues esta
"carecfa del peso y ley que le asignaba el cuño". Se explica. pues, esta moneda de
pésima ley, cuyo valor intrínseco no cubría muchas veces los gastos de acuñación,
armonizaba notablemente con las condiciones de la colonia que no podía costearse otra
superior, mientras que la plata fuerte era una moneda extraña, transitoria, lista para
escapar cuando lo requiriesen los movimientos del comercio exterior ya que ninguna
fuerza la arraigaba en Buenos Aires, centro de este comercio. Asimismo, no podían
encararse con el mismo criterio los problemas monetarios de la metrópoli y las
colonias, pues "Bu en os Aires tenía intereses encontrados con la monarquía. Cuando en
Madrid clamaban por la moneda sana, se sentía muy cómoda con la moneda enferma.
Cuando se decretaba su consumo o conversión (esto es, la disminución de su cantidad
en circulación, para reducir su premio respecto de la moneda fuerte,12 su comercio
El Banco, sus complicaciones con la política en 1826 y sus transformaciones hist6ricas, Buenos
Aires, 1891.
10
El Banco Nacional, Historia financiera de la República Argentina, 1811-1854, pág. 8.
11
Pág. 6.
12
Lo que, en otro lugar, hace exclamar a García: "¡Es curioso y significativo cómo la vieja historia

98
RAÚL PREBISCH
representado por el Cabildo, pedía que lo exceptuaran de la ley, o que se prorrogaran
los plazos ... Es que la ciudad tenia su sistema monetario original. La mm1edafi11a
circulaba poco,
servía para guardar los capitales que se ocultaban a las miradas rapaces
de los gobernantes. La ciudad no producía oro ni plata, pagaba sus saldos con los
frutos del país. Su nwneda internacional eran los cueros cuyos precios se mantienen
firmes y uniformes durante todo el siglo. Para las necesidades internas la moneda de
vellón era perfecta,
no obstante sus alza<> y bajas. No representaba un equivalente de
metal precioso como en España; era un signo. un sustituto de valores; cumplía un papel
análogo al de las palabras generales en el lenguaje. que facilitan la rapidez del
raciocinio permitiendo reemplazar con un nombre. una serie numerosa de objetos que
presentan una cualidad común. El real vellón era el signo. el sustituto de las riquezas
privadas dentro de los límites de la ciudad. por una convención social tácita,13 impues-
ta por la naturaleza de las cosas, así como en los primeros años se usaban la harina o
los cueros; convención análoga a la que da significado a las palabras de un idioma
popular. El obrero sabía que su jornal de tantos reales representaba una cantidad de pan.
carne, vino... Y esa relación la aprende desde su infancia. es un conocimiento
instintivo. inconsciente; inculcado por la repetición continuada de los mismos actos.
se incorporaría al organismo como se incorporan las ideas de tiempo y espacio que
muchos filósofos creen innatas. Todos la aceptaban sin detenerse a reflexionar sobre
sus condiciones intrínsecas y su relación con el oro y la plata: satisfacfa una necesidad
vital de la agrupación.
Su consumo traía graves males ajuicio de los contemporáneos,
por "no tener otra ninguna de que valerse esta república para el comercio y uso de los
vecinos". A nadie se le ocurría atacar este convenio tácito ... Sometido al criterio de los
estadistas de Madrid, esa moneda falsa era un mal que debía repararse cuanto antes. sin
ahorrar sacrificios. En nuestra economía de ciudad era un bien. el idioma de los
negocios que permitía sustituir los valores por un signo barato y sencillo. Durante dos
siglos se vivió en ese régimen. familiarizándose el pueblo con un sistema monetario
original ... "14
se repite en las diversas épocas! Con otros nombres la cuestión monetaria del siglo XVII presenta analogías
sorprendentes con la actualidad económica (el autor escribía a fines del siglo pasado). La moneda de vellón
es nuestra moneda fiduciaria, que antes como ahora, perturba los precios, mantiene una inestabilidad
molesta, se presta a especulaciones ruinosas para el público." (pág. 142).
La naturaleza de convención social tácita que García atribuye a este signo sin valor, o de valor
exiguo, nos hace recordar lo que dice Wicksteed, para Jos tiempos primitivos ("The Common Sense of
Political Econon1y", pág. 137, citado por Taussig, Principies,!, pág. 114): "se encuentran más pruebas en
los Poemas Homéricos de la avaluación de mujeres esclavas, escudos de bronce, etcétera, en términos de
tantas cabezas de ganado, que de alguna transferencia directa del ganado en pago de aquellos bienes". (Lo
que también podía llamarse convención social tácita sobre el instrumento de los cambios.) Agrega Taussig:
"también es probablemente cierto que respecto a los otros bienes usados como moneda, se empleaban más
libremente para medir los valores relativos que para efectuar los cambios".
García, ob. cit., cap. cit., pág. 145.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
99
La importancia de la cita, por la autoridad que encarna el autor en materia de historia
colonial, compensa su extensión. Ella corrobora, por el 'análisis inductivo de la vida
económica de la colonia lo que conjeturalmente, y por vía deductiva. formulamos
anteriormente: que un pafs pobre y sin transacciones importantes -tal nuestro caso-
no puede costearse una moneda metálica fuerte, ni la requiere para sus escasos
negocios.

lll. LA "COLONIA" INDEPENDIENTE
El estado precario de la economía colonial, apenas se modifica con el relajamiento
del sistema prohibitivo ( 1776); la fuerza de los monopolistas españoles parapetados en
el Consulado, era aún poderosa, para depreciar, en su provecho, nuestros productos.
Más tarde, abierto el país al comercio libre meses antes de la revolución, y después de
ella, los esfuerzos y sacrificios inherentes a la guerra de la independencia, le impidieron
entregarse a la obra lenta de formación y acumulación de capitales, requisito previo.
para la explotación racional de sus riquezas naturales y la consecución de una moneda
fuerte. Por una parte, la interrupción del comercio con tierra adentro, de donde venía
antes el escaso metálico que no tardaba en abandonar Buenos Aires, y por otra, las
gruesas partidas que el gobierno patrio hubo de gastar en la adquisición de materiales
para la guerra, que además del consumo privado de los habitantes, venían exclusiva-
mente del extranjero, dice V.F. López,15 produjeron "en la plaza. gran escasez de
moneda circulante".
Si bien es cierto que a las mismas condiciones de hecho de la economía de la colonia
-la falta de capitales- que perduran aún en los primeros años de vida política
independiente y no permiten la existencia de una moneda fuerte, corresponden formas
de comercio de "naturaleza simple y rudimentaria" que se desarrollan cómodamente
sin este instrumento. "Unos cuantos barraqueros ... acopiaban los cueros secos que
provenían de las volteadas de la campaña o del consumo de carne que hacía la población
de la provincia; y por contratos permanentes estos acopios, pasaban a manos de las
casas inglesas" -que al calor del comercio libre comenzaron a establecerse y a traer
capitales-
que las más de las veces pagaban en cuellla corriente de mercaderfas,
porque los mismos vendedores de los cueros eran a la vez "mayoristas" y distribuyentes
de la importación" .16 El comercio exterior, así el de importación como el de exporta-
ción para desenvolverse, necesitaba, como hoy, capitales; y como los hijos del país no
los tenían (a no ser aquellos "en potencia", en sus tierras), esta/unción capitalista tenía
que hacerse por los extranjeros. De ahí aquella organización especial del comercio.
"'
Ob. cit., pág. 9.
1•
Ob. cit, pág. 10.

100
RAÚL PREBISCH
En cuanto a las condiciones en que se desarrollaban las transacciones menores, nos
recuerdan las que García describe en la ciudad indiana. "La escasez de moneda17había
llegado a tal grado que por mis propios recuerdos puedo reproducir lo que otros han
dicho con entera verdad. El tesoro doméstico de las familias y de los pobres, para los
gastos diarios de mercado, almacén y tienda, se componía de una variadísima colección
o surtido de pequeños discos de hojalata, marcados con las iniciales del emitente de este
respetable título y con una cruz símbolo de la fe púnica de tal o cual pulpero. A cada
merchante era menester llevarle su propio título o plata blanca para comprarle; si lo
primero, él chancelaba Ja compra; si lo segundo, 'daba el vuelto' en 'Contraseñas', ya
suyas, ya de tal o cual almacén o tienda con que el vendedor estaba entendido para este
mutuo servicio, en el que figuraban panaderos, lecheros, carniceros y todos los
servicios de abasto. Creemos que en ninguna otra parte habíase visto igual cosa; y lo
consignamos para que se comprenda el inmenso abuso y las extorsiones que nacían de
ese inaudito desorden, la raz6n de que la de papel echase entre nosotros tan profundas
rafees desde el primer momento de su aparición" 18 •
"Esas contraseñas fueron susti-
tuidas gradualmente en el comercio por billetes particulares, que hacían el oficio de la
actual emisión menor. y que, como ésta, eran inconvertibles de hecho. pues se
mantenían siempre en la circulación, absorbidas por las exigencias de los cambios"19
así como la colonia sentíase cómoda con la de vellón. Es que ambas eran instrumen-
tos casi sin costo.
IV. LAS URGENCIAS DEL.FISCO, EL PRIMER BANCO,
Y LA FALTA DE CAPITALES
En tal estado embrionario, llegamos a la segunda década de vida política libre. Y
el contraste entre nuestra "escasez de circulante" metálico, y la prosperidad del Banco
de Inglaterra, deslumbraba y excitaba la imaginación de nuestros estadistas, llevándo-
En 1813, quiso evitarse esta escasez, prohibiendo la exportación de metálico. A propósito Larrea
hacía una observación muy atinada, que podrían consultar con provecho, ahora, nuestros estadistas: "el
comercio busca siempre y de un modo irresistible su balanza. Siendo sabido que la del nuestro con las
naciones extranjeras, sólo puede hacerse con dinero, pues que las demás producciones nuestras exportables
no alcanzan a cubrir el valor de las importaciones, será evidente que la prohibición de extraer la plata y oro,
deberá ser siempre ilusoria y en perjuicio nuestro" pues nunca se conseguirá impedir las "extracciones
clandestinas". Véase A. de Vedia, ob. cit., pág. 14.
López, ob. cit., pág. 18 (también citado por Piñero).
19
Vedia, ob. cit. pág. 42 (ídem).

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
101
les por el atrayente declive de las creaciones financieras. Tanto más cuanto que el
extremo agotamiento del erario público reclamaba con urgencia poder adquisitivo y

medíos de pago, lo que años antes le había obligado "a decretar medidas de excepción
como los empréstitos forzosos y las emisiones de documentos o papeles de crédito para
atender sus compromisos"2º seguramente desalojaron de la circulación el exiguo
metálico existente. Es por esto que el gobierno puso gran empeño en la creación de un
instituto análogo a los europeos. "Es un hecho que la mayor parte de los establecimien-
tos bancarios de la Europa, sin exceptuar el Banco de Inglaterra, dice A. de Vedia,21
tuvieron su origen en las dificultades financieras del Estado, y no es extraño por lo tanto
que, en medio de la crisis por que atravesaban las Provincias (del Plata) surgiese poco
después de la revolución la idea de imitar a las naciones que, en circunstancias
semejantes, habían acudido al arbitrio de fundar bancos de emisión y descuentos, como
medio de reconcentrar los elementos del crédito y las operaciones del comercio,
proporcionando recursos poderosos al gobierno". Mas, si las precarias circunstancias
de las finanzas oficiales podían asemejarse, grande era la diferencia entre el ambiente
económico de Inglaterra; con sus capitales acumulados y moneda metálica producto
del ahorro colectivo, y el de las Provincias del Plata, cuyas condiciones nos son
conocidas, con su escaso metálico listo a escapar cuando así lo requiriese el tráfico
internacional. Además, el Banco de Inglaterra se había creado en base de un préstamo
a moneda constante que un grupo de capitalistas hiciera al erario público; mientras que
nuestros Bancos22 se fundarían con papeles de crédito "creados" por el mismo
gobierno; y entre ambos procedimientos hay mucha distancia.
Es probable que la falsa idea que convierte al crédito en capital -expuesta más
tarde con tanta sutileza por Mac Leod- dominase en nuestros estadistas; de ello nos
ocuparemos más adelante. Pero el hecho es que se creía, o se simulaba creer, que la
fundación de un banco "llenar fa con los recursos del crédito, el vacfo que habla dejado
el metálico en su fuga, facilitando el desarrollo de las empresas, con una rapidez de
que no se tenía idea en el día"·23 ¿Si el crédito reemplazaba con éxito el metálico, a qué
preocuparse más por la escasez del último?
La idea oficial24 consigue plasmar en la práctica. En junio de 1822, un grupo de
negociantes echa las bases del Banco de Descuento, cuyo objeto, según decían, sería
"suplir la escasez de metálico que el ensanche del comercio, por la afluencia de
capitales extranjeros atraídos por la nueva situación, hacía cada vez más sensible, y
20
Piñero, pág. 40.
"
Pág. 10.
"
Exceptuando el de Descuentos.
"
De Vedia, ob. cit., pág. 59.
24
Pues fue el ministro de Hacienda quien logró convencer a los comerciantes de su necesidad y
eficacia.

102
RAÚL PREBISCH
promover el desarrollo de la producción";25 pero cuyo fin real se revela una vez más
en las palabras del ministro de Hacienda García al defender en la Legislatura
provincial, la concesión del Banco: "Este Banco -continúa Agote más adelante-
según el mismo ministro, debía ser el cooperador del sistema de hacienda que se había
implantado, por la estrecha relación en que se pondría al Tesoro Público con el Banco,
el cual le proporcionaría recursos a un interés bajo, en vez del alto que pagaba el
gobierno cuyo crédito estaba equiparado al de los particulares".
La formación del capital
Nacía pues el primer banco ( 1822), para responder, más a las urgencias fiscales,
que a las necesidades de un comercio embrionario. Y a origen tan espurio, únesele
desde los comienzos la constitución fofa y deleznable de su capital, en consonancia con
el ambiente económico. Según las bases, aquél sería de un millón de pesos fuertes.
dividido en acciones de cien pesos cada una que se entregarían a la suscripción pública;
pero en la práctica, las acciones "se llenaron parte en metálico y parte en billetes
tomados del mismo banco, lo que le privó desde el principio, de la base metálica que
debía tener"26 • Es así que el capital metálico de este banco de emisión, no pasó nunca
de la tercera parte del que nominalmente se había fijado, como puede colegirse de las
cifras sobre las reservas metálicas, que más adelante damos a conocer; al principiar las
operaciones, las reservas apenas alcanzaban a 291 mil pesos fuertes, y aun este pequeño
capilal real, no era propio del país, ya que casi todas las acciones del banco se
localizaron en Londres,27 lo que corrobora la tesis sentada anteriormente.
Como hasta dos años después de la fundación del establecimiento (1824), no se
cubriese el resto del capital, y el banco necesitase fondos para sostener el giro ya
abultado de sus operaciones, el directorio otorgó facilidades para la suscripción y el
pago. Las medidas tuvieron éxito, pues al poco tiempo, aquélla ascendió a quinientas
acciones más. Sin embargo, ello no significaba el aumento del capital real del
establecimiento, sino la expansión aun mayor del crédito, pues las facilidades consis-
tían pura y simplemente en un proceso de inflación. Se acordaba liberalmente el
descuento de letras. cuyo importe-en billetes o en crédito en cuenta corriente-servía
para pagar las acciones; tales letras se renovaban indefinidamente o chancelaban con
los fondos provenientes del descuento de otras.28 Esta es la causa por la que el capital,
entre 1824 y 1825, salta bruscamente de 445 mil pesos fuertes, al millón estatutario;
"
Infonne del Pres. del Créd. Púb., D. Pedro Agote sobre la Deuda Pública, Bancos y Emisiones de
Papel Moneda, y Acuñación de Moneda, en la Rep. Argentina, Buenos Aires, 1881, t. I, pág. 82.
"
Agote, ob. cit., pág. 81.
27
Vedia, ob. cit., pág. 71.
"
Agote, pág. 90.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
103
y uno de los motivos porque la cartera líquida experimenta, en el mismo período un
aumento tan notable (obsérvese el cuadro). Como alguie•1 expresase al público el
Estado del Banco de Descuentos2'
(miles de pesos fuertes)
Fecha
Capital
Emisión
Reserva met. Cartera lfq.
1823 -
agosto 31
445
291
270
705
1824 -
febrero 28
469
910
154
1.352
1824 -
agosto 31
1.000
1.680
204
2.565
1825 -
febrero 28
1.000
1.698
285
2.457
1825 -
agosto 31
1.000
1.934
253
2.594
1926 -
febrero 28
1.000
2.694
255
3.280
peligro de este aumento ficticio del capital, un defensor del banco respondía desde el
Argos que "la teoría de establecer bancos con suscripciones exclusivamente metálicas
era bellísima, pero, en la situación del país, enteramente irrealizable" .30 Es así que,
con tan exiguo capital, el primer banco inicia sus operaciones.
La expansión del crédito y de los negocios
En sus principios, el banco fue prudente en sus emisiones de billetes "teniendo en
cuenta el encaje metálico y las responsabilidades de la casa".31 Empero, esta política
fue efímera; en 1824, contra una re~rva de 154 mil pesos fuertes, la emisión
convertible a la vista y al portador, ya alcanza la crecida suma de 910 mil pesos fuertes.
Comienza entonces la inflación del circulante -esto es billetes y depósitos creados por
el mismo banco por medio del descuento-y la prosperidad artificial que le es inherente,
se manifiesta en la mayor actividad de las transacciones. "Alucinados los espíritus, dice
"
Omitimos, y así lo haremos en adelante, las cifras menores de mil. Hansen.
'° Vedia, pág. 73.
"
Piñero, pág. 68.

104
RAÚL PREBISCH
López,32 al ver que con cuatrocientos mil pesos de capital 'abonado', mantenían una
circulación de billetes bien entretenida, de más de dos millones, haciendo asombrosas
ganancias, al mismo tiempo que todo el país prosperaba, creyeron que habían resuel-
to el grave problema de la circulación de un modo definitivo ... "
Hasta entonces, el
obstáculo al desarrollo de la producción rural "había sido la falta de capital circulan-
te, a bajo interés, que era necesario, no sólo para los adelantos propios del negocio y
pago de los medios cooperativos, sino para representar en plaza el precio inmediato de
esa producción y vivificar su mercado. Este inconveniente venía pues a estar salvo por
la circulación fiduciaria que el Banco de Descuentos acababa de poner en acción", para
hacer entraren movimiento aquella producción y circulación de los valores de la tierra.
Y "estos valores nuevamente creados, serían a su vez de aplicación, de empleo y de
cambio, al monto de su circulación fiduciaria; y como ésta se empleaba en tierras, en
ganado, en procreos, y en el mercado de sus frutos, no sólo ni iba al banco a buscar una
conversión infructuosa e inútil, sino que cada día era más atraída, y con mayor fuerza,
a la propiedad rural y a la propiedad raíz; convirtiéndose por su propio giro en valores
'nuevos y efectivos' que le servían de lastre, diremos así, es decir, de garantía, puesto
que con ese papel se compraban estancias, ganados y casas; se pagaban 'salarios' y se
ponían en el mercado el monto de toda la producción riquísima y buscada con que
saldábamos el valor de la importación".
Pero esta situación próspera --que López probablemente pinta con exageración33
en que el equilibrio era perfecto, no duraría mucho. Es que la acción del crédito está
limitada por condiciones de hecho, a saber, el monto de capitales existentes para la
producción; el crédito, de por sí, no crea capitales, sino contribuye al mejor aprovecha-
miento de los existentes. Y donde éstos no existen, o son pocos, el crédito, creado en
cantidades desproporcionadas no tiene otro efecto que la inflación de los valores. Es
lo que sucedió con el circulante creado por nuestro Banco de Descuentos, que si al
principio estimularía la producción al suplir el que faltaba, emitido con exceso más
tarde, creó un ambiente de prosperidad ficticia, de expansión de los negocios y de
inflación de los valores, principalmente en los inmobiliarios (la especulación en
tierras). Asimismo, en los primeros tiempos, mientras la importación se saldaba con los
frutos del país, nadie acudía al banco a convertir sus billetes, pues la importación de
metálico no era necesaria; sin embargo la situación no tardó en alterarse; el equilibrio
entre las importaciones y las exportaciones se torna en desequilibrio desfavorable,
debido a que las primeras, estimuladas seguramente por la misma inflación, a fines de
1824, exceden a las segundas en un 25 %,34 y el metálico precisa exportarse, en desme-
"
López, pág. 9.
"
A propósito dice Vedia, pág. 70: Creemos que hay mucha verdad en el fondo de este cuadro,
aunque tal vez le hayan alcanzado los reflejos del Banco de la Provincia.
"
Vedia, pág. 71.

.ÁNOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
105
dro de los encajes del Banco, cuyos billetes se presentaban para la conversión. Es pues
un balance de pagos desfavorable, que determina la mala situación.
El estallido de la crisis
Es entonces cuando el directorio, al recordar la insuficiencia del capital del
Banco, recurre a la medida ya referida, que aumenta aun más las emisiones y los valores
en cartera, y que lejos de consolidar la situación, contribuye a dar más vuelo a la
expansión y a disminuir la proporción relativa del encaje.
Al mismo tiempo, junto a las extracciones de metálico para pagar los saldos
desfavorables del comercio exterior, y la inflación de la cartera, el erario público,
apremiado por las exigencias de la insurrección oriental, comenzaba a gravitar
pesadamente sobre el establecimiento, reduciéndole sus reservas metálicas, ya indirec-
tamente por la emisión de más billetes, o ya directamente por la obtención de préstamos·
en metálico.
Esta continua reducción de las reservas metálicas, obligó al Banco a restringir sus
préstamos a los particulares. La estrechez del crédito produjo entonces sus efectos; a
la expansión de los negocios de los años anteriores, sucedió la liquidación apresurada
de los mismos; y la especulación, alimentada antes por el crédito fácil, comenzó a
desplomarse súbitamente; por otra parte, esta restricción hizo dificilísima la realiza-
ción de los valores en cartera, que venían renovándose indefinidamente a su venci-
miento. Para aliviar esta tirantez del mercado monetario, el gobierno resolvió entregar
provisionalmente al descuento, los tres millones de pesos fuertes provenientes de la
realización del empréstito de 1824, para obras públicas, contratado en Londres; pero,
de hecho, el mismo gobierno, presionado más tarde por las exigencias de la guerra,
absorbió casi todo el metálico del empréstito, dejando en su lugar "letras de Tesorería".
(Para apreciar más adelante la formación del capital del Banco Nacional, precisa
recordarse este hecho.)
Esta dificultosa situación, se precipita en crisis, cuando a fines de 1825 estalla la
guerra con el Brasil, ya prevista. El bloqueo impide entonces la salida de los frutos del
país, agravando así los apuros del comercio rioplatense y el estado del Banco. En
febrero de 1826, el directorio preséntase ante el gobierno exponiéndole fa precaria
situación en que los acontecimientos habían puesto a la institución, y solicitándole
autorización para dejar temporariamente la conversión de sus billetes, pues de lo
contrario veríase obligado a suspender totalmente los descuentos, privando al público
de su principal servicio.
De este modo fracasaba nuestro primer Banco, un tanto artificial, que a sus dos
pecados de origen -el haber nacido al calor de las necesidades fiscales, más que del
comercio y la exigüidad de su capital metálico- unía durante su desarrollo, el otro, no
menos gn>ve, de las emisiones excesivas, estimuladas por el ambiente de prosperidad
ficticia que ellas mismas crearon, y por las urgencias del erario público, el monto de
cuyas deudas al banco, no hemos podido encontrar en los balances.

106
RAÚL PREBISCH
Desde el primer Banco Nacional hasta
la crisis de la Oficina de Cambios*
v. EL BANCO NACIONAL
Cuando el Banco de Descuentos recaba del gobierno la autorización para suspen-
der sus pagos en metálico, reaparece el proyecto de creación de un banco nacional sobre
las bases del existente. obstaculizado meses antes por la resistencia de los accionistas.
A más de los fines políticos de consolidación nacional que se aducían en su favor, el
móvil principal, parece haber sido el mismo que el del Banco de Descuentos. El Banco
Nacional, decía el Ministro García, es "tanto más necesario. cuanto que las circuns-
tancias que han sobrevenido al organizarse la Nación, demandan a todos sacrificios
nuevos, y más grandes esfuerzos al paso que se obstruyen los principales canales de
las rentas públicas,
fundadas, desgraciadamente, en las entradas eventuales del
comercio exterior" .35Sin la ayuda del crédito "sería inútil pensar en levantar las sumas
indispensables para atender los gastos ordinarios y extraordinarios de la administra-
ción, a menos de crear impuestos abrumadores que muy pronto nadie podría soportar".
Por otra parte "los capitales destinados al fomento de la industria. amenazaban ser
distraídos de esa aplicación (a causa de la guerra) dejando un vacío que produciría muy
pronto alteraciones gravísimas para el comercio y la industria de todas las clases
sociales. Había que arbitrar medios de producción supliendo el déficit que necesaria-
mente iba a dejar la guerra. y que facilitar la acción del gobierno en todo el territorio
de la república y en todos los ramos del servicio nacional".36
La creencia en la misteriosa virtud creadora del crédito. no se había pues relajado
con el fracaso del Banco de Descuentos, atribuido quizás a la guerra -que sólo precipitó
la crisis-y no a su origen espurio. Lejos de ello. los destellos de la prosperidad artificial
anterior, parecían fortalecer esta falsa noción. Continuaba haciéndose sentir la falta de
capitales para desenvolver la producción, y los aprietos del gobierno crecían cada vez
más; para subsanar la deficiencia se creyó encontrar una panacea en la fundación de un
nuevo establecimiento con mayor capacidad que el de Descuentos, que pudiese emitir
billetes, esto es, "crear" los capitales que fuesen necesarios. Y este error sobre el
crédito, tal vez no hubiese sido tan fecundo en desgraciadas creaciones prácticas, a no
* Véase en el número anterior la primera parte de este trabajo: Anotaciones sobre m1estro medio
circulante, a propósito del último libro del doctor Norberto Piñero.
"
Vedia, pág. 112.
"
Vedia, pág. 113.

Á.NOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
107
existir la presión de las urgencias oficiales y las necesidades ficticias de la circulación
originadas por la inflación. En otros términos, el error consistía en suponer que la
constitución económica embrionaria del pafs podría soportar instituciones, cuya
naturaleza y amplitud correspondfan a un grado superior de desarrollo económico;
debido a este error -desarrollado en circunstancias propicias- nuestra historia mone-
taria y bancaria abunda en creaciones discordantes con los reducidos medios reales en
que se basaban.
Sin embargo, entre la vorágine de falsos conceptos, destácase la teoría sana. A
propósito del proyecto, apareció en 1825 un opúsculo anónimo37 en que el autor
comenzaba sentando un principio fundamental que acredita tanto la madurez de sus
reflexiones cuanto la solidez de su doctrina. "Los bancos, por sf solos, no crean
riquezas, si bien, cuando éstas preexisten, dilatan la esfera del capital, y los recursos
que resultan de su más pronta y ventajosa circulación ...
El país que no se encuentre en
circunstancias tan favorables, no necesita de bancos". Respecto a lo último, entendía
que "con exclusión del solo pueblo de Buenos Aires (esfera a que se limitaban las
operaciones bancarias) las provincias del Río de la Plata no se hallaban todavfa en
aptitud de formarlos y sostener/os".
Lo que no cabía dudar si se comparaba el estado
de Buenos Aires con el de las demás provincias, y sus respectivas capitales. Si es cierto
que estas últimas poseían riquezas naturales en potencia, sólo conseguirían capitales
de su explotación o de su cultivo, entonces "retardado por falta de población, y no del
simple hecho de crear bancos, que no efectúan sino una rápida distribución de las
riquezas ya adquiridas". Pretender hacerlos agentes de producción, significaba "que-
rer que el efecto precediera a la causa, e invertir totalmente el orden de las cosas".
"Los decantados beneficios de las instituciones bancarias en un medio semejante,
tenían más de maravilloso que de real y practicable. En un país de donde, por falta de
industria y de fuerza productiva, se habla extrafdo todo el metálico para pagar la
industria extranjera, podía evitarse, por una moderada sustitución de billetes, que se
entorpeciera la circulación, y por consiguiente el comercio. Pero dos condiciones
importantes debían llenarse en ese caso. La primera era guardar una discreta
proporción entre los billetes emitidos y el exiguo metálico existente, y la segunda,
ajustar la cantidad absoluta de esos billetes a la cantidad de metálico que habría
bastado para llenar las necesidades de la circulación".
"Los autores del proyecto de banco no podían ignorar que no habla en el país ni la
mitad del metálico necesario para cubrir las acciones. Introducirlo del exterior no era
un arbitrio suficiente para conservarlo dentro pues nada puede contener la corriente

irresistible que lleva el dinero de un país sin industria al que la tiene; y tan quimérica
idea está ya desterrada de la imaginación de todos los economistas".
Luego de comparar la población de las provincias -de cuyos seiscientos mil
habitantes, sólo la tercera parte debía considerarse, ya que el resto no se dedicaba a
ningún ramo industrial ni se hallaba en aquella condición social que exige y sostiene
"
Publicado por la Imprenta Nacional. Vedia, pág. 90, de quien tomo las citas del texto, por no
encontrar el original, supónelo escrito por Manuel Moreno.

108
RAÚL °PRE.BISCH
establecimientos bancarios-, con la de Estados Unidos y su circulación relativamente
reducida, deducía que "sobre elementos pequeños se quería basar planes gig:.tptescos;
que no se tenla en cuenta los estrechos lfmites de la circulación del pdls, ni la
deficiencia de los fondos metálicos que la fomentaban, y que el único efecto de la nueva
combinación equivalía al de una medida por la cual se extendiese considerablemente
la emisión fiduciaria sobre la base única del mismo banco existente".
"Si las cosas que tienen un valor intrínseco lo pierden en razón de su abundancia,
los billetes que no lo tienen lo perderían en grado infinitamente mayor ... Se diría que
en presencia de esa necesidad se provee a la introducción de numerario de fuera. Es
muy cierto; ¿pero quién provee para que permanezca el metal introducido? Nadie,
porque esto es superior a las fuerzas humanas".
"En cuanto a la pretendida insuficiencia del Banco de Buenos Aires, observaba que
si hubiera existido en el pafs un millón de pesos en metálico, importe de su capital
autorizado, se hubiera cubierto en esa especie, y no se habría considerado insuficiente
su circulación para una provincia de 130 mil almas. Pero la experiencia no se había
hecho ni tampoco se había demostrado que la circulación no bastase para las
necesidades de la plaza:
lejos de admitir que el banco fuese limitado, se veía que el pals
carecla de elementos bastantes para sostener su planta primitiva,
¿qué sucedería con
un establecimiento diez veces mayor?".
Denunciaba también el autor el sofisma implicado en la afirmación repetida que los
bancos bajarían la tasa del interés -entonces muy alta en el país- ya que ésta depende
de la mayor o menor abundancia de capitales. Establecer bancos para conseguirlo "era
hacerse una ilusión agradable, porque los metales no podían atraerse o comprarse sino
con los productos de la industria o agricultura del país. Donde éstos no dejasen un
sobrante anual, después de pagar el metal introducido, sería inevitable verificarlo con
el mismo artículo; esto es introducirlo para extraerlo".
A pesar de todo, triunfa el proyecto de creación de un banco mixto, contra las
resistencias de los accionistas del Banco de Descuentos, que por cierto no defendían
la teoría sana, sino sus intereses y privilegios. 38 Como el gobierno no accediese al
pedido de suspensión de la conversión antes referido, sino bajo la condición de que el
banco sirviera de base al nuevo establecimiento, los accionistas se vieron en la
alternativa de aceptar o liquidar la institución, optando por lo primero; pues lo último
hubiese sucedido si la autorización no se concedía, en vista de las reducidas reservas
metálicas del banco frente a la masa redundante de billetes. De tal forma, los billetes
quedaron, hasta el establecimiento próximo del Banco Nacional, "garantidos" (sic) por
el gobierno, quien, al mismo tiempo, ante los gastos en metálico que exigían las
operaciones militares fuera de la provincia, aprovechó la ocasión para dar el último
zarpazo al Banco de Descuentos, incautándose de las reservas metálicas que aún le
quedaban y dejando en su lugar "buenas letras". De hecho, aunque no explícitamente,
la inconversión quedaba autorizada.
"
Las discusiones legislativas a que dio origen el Banco Nacional pueden leerse en Piñero, cap. IV,
parágrafos V y VI; y más extensamente en López, págs. 33 y siguientes, y Vetiia, capítulos XVII a XXIV.

ANarACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
109
Formación del capital del nuevo Banco
Es así que, algunos meses después, aparece el Banco Nacional (1826), con taras
constitutivas aun más graves que las del banco anterior. Puede comprobarse esta
afirmación, al examinar la formación real de su capital, cuyo monto nominal de 10
millones de pesos, estaba dividido en acciones de 200 pesos; se constituía con
a) El capital de 1.000.000 de pesos del Banco de Descuentos, que, como hemos
visto, en gran parte se había pagado en billetes, o a base de créditos del mismo
establecimiento. A pesar de ello, para impresionar bien a los accionistas y Bolsa de
Londres, cada acción antigua de 1.000 pesos fuertes, se canjearía por siete nuevas
acciones de 200 pesos fuertes.
b) El producto de los tres millones de pesos fuertes del empréstito inglés, que como
se recordará fue "entretenido productivamente" en descuentos a particulares en parte,
y en parte canjeados por "letras de Tesorería". Por tal razón, esta suma, según Agote, 39
se descomponía como sigue:
En letras
$f.
2.655.464.-
5 1/2
En Tesorería
19.829.-
3
Muebles
572.-
Pagaré del gobierno
323.133.-
7
$f.
3.000.000.-
Por consiguiente, de este empréstito no existía más dinero en efectivo que la
insignificante suma de 19 mil pesos. "Lo demás, dice Agote, estaba en documentos de
créditos, cuya mayor parte es probable que no se haya cubierto. No encuentro al menos
documento alguno que acredite el pago del gobieno, y es seguro que el pago de las letras
se haya verificado con tardanza y pérdida".
c) La suscripción pública a que se entregarían los seis millones restantes. El fracaso
de esta suscripción vuelve a corroborar la afirmación que el país no tenía capitales para
invertirlos en creaciones bancarias de tanta magnitud. En septiembre de 1826, el total
suscripto apenas había llegado a 781.000 pesos fuertes y lo realizado a 420.000.
Con esta insuficiente base metálica, y haciéndose cargo de las responsabilidades
del de Descuentos, esto es, su emisión de 2.694.000 pesos fuertes, surgió el nuevo
"
Ob. cit., pág. 92.

110
RAÚL PREBISCH
banco que "podía resolver una situación política apremiante, pero no tenia los funda-
mentos de una institución sólida y verdadera"
.40En tales condiciones, a poco de haber
comenzado sus operaciones el nuevo establecimiento, las intenciones de restablecer la
conversión de los billetes hubieron de abandonarse. debido a la exigüidad de los
recursos metálicos de que más tarde se apoderó el gobierno. y con tanta mayor razón
cuanto que las emisiones sin garantía crecían incesantemente al impulso de las
necesidades insaciables del Erario, que desde los comienzos presionó al nuevo banco,
al punto que, algun tiempo después, éste, en verdad, no fue más que un simple resorte
administrativo; lo que no contradijo los fines reales que se tuvo en vista al proyectarlo.
El erario público se valió del banco, ya por medio de las emisiones directas. o del
sistema indirecto de las emisiones de fondos públicos. "Estos no tenían mercado y no
se colocaban en plaza. Se facultaba entonces a aquéllos (a los gobiernos) para
negociarlos con el banco, o para tomar préstamos del mismo Banco. con garantía de
esos fondos. Pero como el establecimiento carecía de recursos al efecto. se le facultaba
o mandaba a emitir billetes para prestar al gobierno".41
Por otra parte -para anotar una vez más lo extemporáneo de la institución respecto
a las necesidades del comercio y la industria de la época- el comercio serio no
necesitaba el crédito abundante; ello se desprende de las respuestas de algunos
suscriptores en 1828, a las quejas dirigidas contra la política del banco. "Las casas más
respetables, que seguían con regularidad sus negocios. rara o ninguna vez tenían que
recurrir al banco. y más bien no sabían en qué emplear sus capitales dada la paralización
del comercio y la industria. En la lista de los deudores al Banco Nacional, no aparecían
con crédito desproporcionado aquellos comerciantes que hacían un giro regular o
legítimo en la plaza; sino aquellos individuos que, repentinamente, y sin c<Jltar con los
recursos necesarios. se habían lanzado en grandes especulaciones monopolizando el
comercio de los principales artículos".42Es que las necesidades comerciales limitadas
por su propia naturaleza, nunca habían requerido el crédito excesivo para desarrollar-
se: se hubiesen contentado con un banco que supliese únicamente las reducidas nece-
sidades de la circulación, como lo hacía notar Manuel Moreno. Pero el banco nació
respondiendo a la presión del erario público y al impulso de los especuladores -que
siempre encuentran escasa la circulación-, sin recursos efectivos. y en un ambiente que
no los tenía. De ahí la fatalidad de su fracaso como banco, y su "éxito" como engranaje
oficial y organismo in11acionista.
Carece de interés. para nuestro trabajo, el estudio de la existencia precaria que sigue
esta institución degenerada. Algunos datos. sin embargo, harán conocer en síntesis su
marcha. A los cinco meses de haberse fundado, el nuevo banco duplica su emisión, que
llega a 5.418.000 de pesos, y la cotización del metálico asciende a 138 %. Pero donde
40
Agote, ob. cit.. pág. 93.
"
Piñero, pág. 112.
"
Vedia, ob. cit., pág. 241.

ANarACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
111
se nota mejor su carácter de dependencia oficial y la depreciación de los billetes
redundantes es en las siguientes cifras43 (en miles de pesos m.c.).44
Fechas
Deuda del gobierno
Emisión
Cotiz. del metálico
Diciembre de 1826
8.990
7.164
300%
Julio de 1827
11.365
10.215
330%
Julio de 1829
18.006
15.287
480%
La Casa de Moneda
De este modo sigue vegetando el Banco Nacional, con su pesado lastre de billetes
redundantes y depreciados, en medio de las calamidades consiguientes a las malas
cosechas y la anarquía desencadenada sobre el país, que cohibía el desarrollo de sus
fuerzas vivas. Rosas, en 1836, decreta su disolución, levantando en su lugar la Casa de
Moneda, institución que si en sus funciones legales difirió de la anterior, en la práctica,
continuó la función primordial de la extinguida: la de oficina emisora de papel moneda
para colmar los déficit de los presupuestos que bajo la tiranía alcanzaron a sumas
exorbitantes, debido a las exigencias de una administración desordenada, de la lucha
civil, y del conflicto externo. Las cifras45 prueban este aserto:
(Miles de pesos
moneda corr.)
Saldo de la emisión del extinguido
Banco Nacional, 1836
15.287
Fechas
Objeto de la emisión
Marzo de
1837
Déficit
4.200
Diciembre de
1838
Déficit
16.575
Septiembre de 1839
Renov. de billetes e incremento 10%
3.605
Marzo de
1840
Déficit
12.000
Enero de
1846
Bloqueo anglo-francés
75.056
Enero de
1852
Para operaciones de descuento
10.300
137,023
"
Datos de Jorge Pillado, El papel moneda argentino, Buenos Aires, 1901, págs. 20 y siguientes.
"
El gobierno dio el carácter de moneda corriente a las emisiones del banco.
"
Lorini, La questione monetaria (argentina), Roma, 1902, pág. 350.

112
RAÚL PREBISCH
Caído Rosas en 1852, la Casa de Moneda continuaba sus funciones ordinarias. Para
cubrir los déficit se emitió 13.500.000 pesos y para sostener el sitio 57.700.000. Por
consiguiente. al transformarse en 1853 esta institución, la masa de billetes inconver-
tibles y depreciados alcanzaba a 210 millones de pesos moneda corriente.
VI. EL BANCO DE LA PROVINCIA Y LA CRISIS 1867-1880
Aquellos tiempos caóticos, no se habían prestado a la obra lenta y ordenaJa de la
consolidación económica del país, ni por lo tanto, a la formación de sus capitales por
el ahorro colectivo, base en que se afirmaría la explotación de sus decantadas riquezas
naturales y las instituciones de crédito que facilitarían la producción y el comercio.
Lejos de ello: "el país se hallaba arruinado. El comercio y la industria que le daban vida.
no podían ejecutarse por el estado de guerra permanente, lo que traía la inseguridad de
la-> personas, y por consiguiente el alejamiento de los capitales. Y ante estas precarias
circunstancias, vemos de nuevo aparecer la falsa idea del crédito. su virtud creadora.
"Uno de los primeros intereses de la provincia, decía Vélez Sársfield,46 debe ser la
creación del crédito, porque faltan capitales, para explotar los mil elementos de su
riqueza" (si bien es cierto, esta vez, se esperaba también en la posibilidad de concentrar
los ahorros dispersos para entregarlos al comercio y la industria). Y como la Casa de
Moneda, a poco de su fundación. había sido desprovista de las escasas funciones
bancarias que se le había dado, se impuso, ante los gobernantes, la creación de un
banco.
Este fue el Banco de la Provincia y Casa de Moneda (1853), en que se refundió la
institución anterior. Como sus antecesores, y en concordancia con el ambiente
económico, su capital, heredado de aquélla, fue exiguo:
a) $f. 4.112 en metálico.
b) $ 5.312.109 m.c., en parte en moneda depreciada, y en parte inmovilizados en
la casa que ocupaba la Casa de Moneda. los muebles y las maquinarias para sellar
moneda.
Este capital, "no podía servir de base para darle (al Banco) una organización capaz
de volver al billete a su valor primitivo''47 ni tampoco para sostener una sólida
superestructura de crédito.
46
Agote, ob. cit., pág. 101.
47
Ibídem.

ANOTAOONES SOBRE NUESTRO MEDIO ORCULANTE
113
No obstante lo dispuesto en sus estatutos -por los que no estaba obligado a
conceder crédito a los gobiernos- el nuevo banco, no pudo sustraerse a la influencia
de aquéllos, agobiados por los déficit que causaban las luchas intestinas. Es así que el
establecimiento se vio obligado a tomar a su cargo fuertes sumas de títulos de
empréstitos que el país no podía absorber y más tarde a usar, en favor del gobierno, el
recurso fácil de las emisiones. De este modo, la emisión total. que comprendía las
sumas recibidas de las instituciones anteriores, ascendía al terminar en 1861 la guerra
civil, a 395.24 7 .000 pesos m.c., cantidad exorbitante que deprimió aun más el valor del
billete.
Para remediar los males que el exceso de papel y su inestabilidad, causaban a los
negocios el P.E. de la Provincia envió a la legislatura, en 1864. un proyecto de
conversión de la emisión existente, a razón de 25 billetes papel porun peso fuerte. Fuera
de las protestas que este intento levantase, es interesante conocer los medios con que
se emprendería la conversión, ya que el país no tenía fondos metálicos propios. El
Ejecutivo proponía. además del producto de la venta de tierras públicas, del ferrocarril
del oeste y de otros recursos, la contratación de un empréstito externo a oro; lo último
fue combatido, no por el peligró que implicaba el restablecimiento de la conversión
con oro prestado, sino porque, al decir del diputado Mansilla. los empréstitos
extranjeros eran "el origen de los atentados que venían presenciando"'.48 Aprobado el
proyecto, su ejecución fracasó por no haberse podido reunir los fondos requeridos.
"El banco empero continuaba progresando. Sus progresos crecientes, la mejora
económica general, y la adopción de algunas medidas eficaces, condujeron al equili-
brio monetario y a un estado de conversión de hecho" .49 Con estos términos. tan vagos
como imprecisos, pretende el doctor Piñero, explicar un acontecimiento tan importante
como la conversión. ¿A qué se debió la mejora casi repentina de la situación
económica? ¿Y la abundancia de oro en el país era el efecto visible de un brusco
desenvolvimiento de sus fuerzas productivas o de operaciones financieras especiales?
Es lo que trataremos de analizar en seguida.
La Oficina de Cambios. Lo que permitió la Conversión
Acabamos de ver que el intento de conversión de 1864, había fracasado por la
imposibilidad de reunir fondos al efecto. Tres años más tarde, en 1867, fúndase sin
embargo, una Oficina de Cambios, anexa al Banco de la Provincia pero independiente
del resto de sus operaciones, cuya función automática sería de dar papel por oro y oro
por papel, al tipo referido de 25 por uno. Y a pesar de su carencia de fondos propios,
la oficina tiene éxito; la conversión queda restablecida sin violencia alguna.
Es lógico que la simple creación de la Oficina de Cambios, no atrajo las especies
metálicas, cuya abundante importación permitió la reanudación de los pagos metáli-
""
Piñero, pág. 193.
"
Ibídem, pág. 197.

114
RAÚL PREBISCH
cos, suspendidos, como se recordará a partir de las dificultades del Banco de Descuen-
tos. Tampoco vino el oro en pago de los saldos favorables de nuestro balance comercial
con el exterior; pues, examinando las estadísticas de las importaciones y exportaciones,
venws crecer los saldos desfavorables precisamente en la época misma del restable-
cimiento de la conversión,
como puede observarse en las cifras siguientes, en que
hemos comparado el comercio exterior con el movimiento de la Oficina de Cambios
(véase también el gráfico Nº 1)
Evolución del comercio exterior y de la Oficina de Cambios
lmiles de pesos)
Comercio exterior'
Oficina de Cambiosb
Años
Importaciones Exportaciones
Reserva
Billetes
Saldo
$f.
$f.
metálico
1=25
1865
30.284
26.126
-
4.157
-
-
1866
37.401
26.740
-
10.660
-
-
1867
38.792
33.196
-
5.596
3.480
88.022
1868
42.412
29.709
-
12.702
5.340
133.509
1869
41.195
32.449
-
8.746
3.877
96.942
1870
49.127
30.223
-
18.901
7.001
175.039
1871
45.629
26.996
-
18.632
10.527
264.139
1872
61.585
47.267
-
14.317
15.413
385.330
1873
73.434
47.398
-
26.035
10.157'
253.941
1874
57.826
44.541
- 13.285
6.242
156.055
1875
57.624
52.009
-
5.615
2.823
79.599
1876
36.070
48.090
+ 12.020
4.872
121.823
1877
40.443
44.769
+ 4.326
158
3.720
Datos de la Dirección General de Estadística de la Nación.
Datos elaborados en base a las cifras que da Agote, ob. cit., pág. 129, sobre el movimiento de la
oficina.
De esta suma, la Legislatura provincial autorizó a tomar 3 millones de pesos fuertes para reforzar
las escasas reservas metálicas del banco.
En tal caso, precisa examinarse el resto del balance de cuentas o pagos del país con
el exterior, de la que el comercio internacional es sólo una parte, aunque importante.
Para ello, poseemos datos estadísticos muy rudimentarios, junto a indicaciones, que si
no cuantitativas, no podría tachárselas de inexactas. De ellas se colige que desde 1866,

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
115
el país estuvo recibiendo capitales del extranjero en fonna inusitada, por diversos
conceptos. Así se desprende de lo que dice Agote al referirse a la mejora de la situación
económica a que alude Pii\\ero~ ella "no fue el resultado de un desenvolvimiento lógico
y gradual de las fuerzas productivas del país ... La i11troducci6n del oro de los
empréstitos que la Nación y la Provincia contrajeron en Inglaterra
y del que reclamó
la provisión de los ejércitos de la República y del Brasil que estaban en campaiia con
el Paraguay, dieron un movimiento extraordinario al comercio y la industria que se
desarrollaron rápidamente ... "5º
La corriente de los empréstitos externos comienza con vigor en 1868, llega a su
máximo entre 187 l y 1873, y se extingue en 1874, hasta la década siguiente. ~
suma
contratada oficialmente por el país en los mercados monetarios extranjeros durante el
período 1868-1873 alcanzaba51 a 15.546.884 libras. Además de estos y otros emprés-
titos, en aquella época comenzaba el país a tomar en préstamo fuertes capitales
extranjeros para el desarrollo de sus fuerzas productivas, atraídos por la pacificación
relativa del país.
De esta fonna el haber del balance de cuentas o pagos del país con el exterior, debido
al fuerte incremento de los préstamos, sobrepasa al debe, o sea los compromisos
momentáneos del país con las otras naciones. La oferta de cambios sobre el exterior,
aumenta entonces en relación a la demanda, haciendo bajar el tipo más allá del punto
metálico de entrada (gold point), lo que produce la importación de oro. Es así que no
sólo disminuye la demanda de oro en el país, sino que su "stock" crece inusitadamente,
rebajando el valor de cada una de sus unidades en relación al papel moneda. Pues el
valor metálico,52 no sólo depende de su cantidad u oferta y de su demanda, sino tam-
bién de la cantidad y demanda del oro. Y al valorizarse de este modo el billete, su
conversión se hace posible sin ninguna violencia.
,. Agote, pág. 108.
"
Según la enumeración de los diversos empréstitos, que hace Alberti en sus Estudios Económicos,
Ed. Cult. Arg., pág. 223.
"
Nótese que decimos valor "metálico" del billete para diferenciarlo de su valoro poder adquisitivo,
esto es, su valor, no en términos de oro, sino de los demás bienes porque se cambia. Los dos valores pueden
marchar, a veces, en sentido contrario; depende del estado del balance de pagos y del mercado interno. a)
Supongamos un país cuya circulación inconvertible no aumente, mientras los negocios se activan de tal
suerte que cada billete acrecienta su poder adquisitivo; la baja de los precios, estimula las exportaciones
y disminuye las importaciones; el balance de pagos -si las demás partidas no varían, y en este caso no hay
razón para suponer lo contrari<>- se welve favorable, y por medio del mecanismo de los cambios, el
metálico es importado en el país, disminuyendo su valor con relación al papel, esto es, el billete se valoriza
en términos de oro, pudiendo llegar a efectuarse la conversión, y de poder adquisitivo. En este caso, los dos
valores marchan en el mismo sentido. b) Puede suceder otro caso, en que, el balance de pagos se vuelve
favorable y se producen importaciones de oro que acrecen el valor metálico del billete, pero no debido a
los saldos favorables del balance comercial. sino a los del balance de préstamos (o sea el saldo entre las
sumas que el país toma prestado y los servicios de los préstamos anteriores que tiene que pagar al exterior);
en que el oro importado, a más de servir para la conversión dela emisión inconvertible existente (como pudo

116
RAÚL PREBISCH
Así cabe explicarse el éxito de la Oficina de Cambios y el desarrollo progresivo de
sus operaciones desde su fundación hasta 1873 (véase las cifras anteriores y el gráfico
1 en que la curva respectiva representa el oro depositado, contra el cual la oficina emi-
tía 25 pesos de billetes m/c. por cada peso fuerte y a su vez, entregaba 1 peso fuerte por
25 pesos de billetes m/c).
La inflación del circulante y la e.\\pansi6n de los negocios
El aumento de la emisión de billetes -ahora convertibles- sirvió de base a un
ensanche de la superestructura del crédito. Habíamos dejado en 395 millones de pesos
m/c. el monto de la emisión en 1861; para llegar a 1867. habrá que deducir los 97
millones retirados de la circulación e incinerados en 1864. De este modo, el monto de
billetes al abrirse la Oficina de Cambios asciende a 298 millones de pesos moneda
corriente. Esta suma aumenta a partir de esa fecha, con las emisiones que hacía la
Oficina contra entrega de metálico, y con las de "notas metálicas" efectuadas por el
Banco de la Provincia, y sobre las que luego volveremos. Toda esta masa de billetes,
gravitaba sobre la oficina para su conversión, que nadie solicitaba durante el período
de "prosperidad", en que no era necesaria la exportación de oro.
Al crecimiento de la circulacióp monetaria, corresponde una expansión aun mi<;
fuerte del crédito que puede coristatarse analizando la cifras del movimiento anual de
la cartera del Banco de la Provincia; en siete afias, dicho movimiento se multiplica por
doce, mientras la circulación de billetes sólo asciende al doble (véase el cuadro). loque
ya es un aumento notable en tan corto lapso. Existían en aquel tiempo otros bancos
particulares en la Capital, cuyas operaciones eran reducidas con relación a las del
establecimiento provincial que expresa la marcha general del mercado monetario. Por
otra parte, no hemos podido conseguir datos estadísticos sobre estos bancos.
La fuerte inflación de billetes y créditos, determinó la expansión de las actividades,
que a su vez reaccionó sobre aquélla dándole más impulso. "La excesiva cantidad de
medio circulante,
decía un hombre de negocios y escritor de la época,53 trajo la
suponerse en el caso a), sea entregado a la circulación en forma de nuevos billetes convertibles: y en que,
a su vez, esta mayor circulación 'iiva de base para una expansión del crédito. Tal aumento de circulante
(billetes convertibles y crédito) obraría en el sentido del alza de los precios: lo que determinaría un aumento
de las importaciones y disminución de las exportaciones y, a la larga, un balance desfavorable que tendría
que saldarse en metálico, a no ser que el país siguiese tomando más préstamos en el exterior ... Si esto
sucediese, el valor metálico del billete no variaría en términos de oro, si es que se restableció la conversión,
o seguiría aumentando, en caso contrario, mientras que su poder adquisitivo seguiría disminuyendo. Es
decir que en el caso b) o los dos valores marchan en sentido contrario, o uno permanece fijo y el otro varía,
en tanto que en el caso a) los dos valores marchan juntos. Es el b) que tendremos ocasión de observar en
el resto de esta monografía.
5l
Véase Francisco Balbín, La Crisis, 1873-75, Buenos Aires, 1877, págs. 6 y siguientes.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
117
facilidad de obtener crédito a bajo precio (no había firma mala entonces), estimulando
extraordinariamente el comercio y la especulación en todas las clases sociales, y
ocasionando como consecuencia la elevación ficticia de los precios.
La inflación del circulante
Aumento o disminución
Movimiento de la Cartera
de la emisión
del Banco de la Provincia
Años
$m/c. = $f.
$m/c
$ f.(metálico) Total,$ f.
1866 (fines)
298.457
11.938
47292
4.903
6.794
1867
+ 88.022
+
3.480
122.650
6.697
11.603
1868
+ 45.487
+
1.860
159.523
7.698
14.058
1869
- 36.567
-
1.463
272.638
11.344
22.248
1870
+ 78.097
+
3.124
339.405
11.953
25.529
1871
+ 89.100
+
3526
369.975
15.910
30.706
1872
+ 121.191
+
4.886
510.328
20.714
41.126
1873
-
97.866
-
5.256
588.894
21.695
45.247
Emisión total
552.398
22.095
Más las emisiones
de notas metálicas
de 1867-1873
135.575
5.423
687.973
27.518
La especulación se dirigió principalmente sobre la propiedad raíz, elevando su
precio fabulosamente, aun cuando en la mayoría de los casos, el inmueble que le servía
de base, no producía renta alguna, o no estaba en relación con el capital empleado ... Un
pedazo de tierra en Lincoln, en Tapalqué, o en otros puntos más o menos desiertos
pasando de mano en mano, permitía se obtuviesen, en pocas horas, enormes beneficios,
hasta que la operación se terminaba con la creación de pueblos imaginarios. Toda
industria, toda especulación, por aventurada que fuese, encontraba eco, y a aquellos
que hacían gala de menos prudencia en sus arriesgados cálculos se les llamaba "genios
comerciales". Entonces no se hacía uso del crédito en relación racional con el capital
de cada uno, sino que a los que así lo hacían, se les señalaba como "atrasados e
incapaces de leer en el porvenir".
Son los fenómenos típicos del período ascendente de una crisis: abundancia de
circulante, expansion de los negocios, desarrollo inusitado de la especulación, confian-
za excesiva en el porvenir del país, etcétera. A su vez los gobiernos no se sustrajeron
a la influencia de este ambiente de prosperidad artificial; más bien, sus operaciones

118
RAÚL PREBISCH
financieras con el exterior, los empréstitos, al determinar la afluencia de metálico, y
por ende el aumento de la circulación, fueron causas objetivas de esta crisis.54 Así por
ejemplo, los veinte millones del producido del Empréstito de Obras Públicas ( 1871)
fueron depositados por el Gobierno Nacional en el Banco de la Provincia, quien recibió
esa suma en calidad de depósito comercial a la vista, y ganando interés. Y para no perder
los réditos, el establecimiento, coloca en préstamos a largo plazo, según era su
costumbre, incitando de este modo a los demás bancos, a seguir, por razones de
competencia, la misma política de expansión del crédito. Porotra parte, el déficit creció
rápidamente en los presupuestos que "se aumentaron inconsideradamente, sin que
estuvieran en relación con las entradas. gastando ingentes sumas sin beneficio para la
producción y comprometiendo el crédito futuro del país. más allá de lo que la razón
aconsejaba".55 Para responder a estos gastos abultados y tratar de cubrir los déficit, los
gobiernos, recurrieron a los bancos, además de los empréstitos a largo término. De tal
suerte que a fines de 1873 la deuda del Gobierno Nacional al Banco de la Provincia.
ascendía a 7 .637.108 pesos fuertes (=a 188 millones m/c.) y la del gobierno provincial.
a 176 millones de pesos m/c. Después de esta fecha, las deudas siguen creciendo
aceleradamente; es lo que representamos en el gráfico, reduciendo la moneda corriente
a pesos fuertes. Parte de la deuda nacional tenía su expresión en las "notas metálicas"
pagaderas en moneda metálica al portador y a la vista, ya citadas cuya emisión
obtuviera el gobierno de parte del banco. Las notas circulaban "gozando de la confianza
del público que las recibía como un billete convertible a la vista y en metálico"56 pues
mientras el balance de pagos no se desequilibrase. y la actividad en las transacciones,
no se detuviese, los billetes serían absorbidos por el mercado, sin que nadie se
preocupase de pedir su conversión. Es por esto, y no debido a su "seguridad y garantía"
consistente sólo en fondos públicos y en billetes del Tesoro, que las notas circulaban
a la par de los billetes emitidos por la Oficina de Cambios contra depósito efectivo de
oro. Sorprende, por consiguiente, que el doctor Piñero, al referirse a la emisión de las
notas metálicas -influenciado sin duda por el mantenimiento de su valor nominal por
las causas antedichas- sostenga que "la medida constituiría un gran paso en la vía a
seguir para llegar al equilibrio monetario". 57 Ya veremos más adelante. al hablar del
cierre de la oficina. cuál fue el efecto definitivo del "gran paso" sobre la cantidad de
billetes quedados inconvertibles.
Los préstamos tomados por el país en el exterior entre 1867 y 1873, debieron ser
considerables. No sólo permitieron el aumento de la circulación interna, sino que
54
Es común designar por crisis el paso del movimiento ascendente de los negocios al descendente,
que por lo general reviste la forma de pánico; nos parece más propia la extensión del término crisis, al ciclo
completo (véase Pareto, Cours).
"
Balbín, ob. cit., pág. 7.
,. · Agote, ob. cit., pág. 121.
"
Piñero.

.ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
119
también hicieron posible el abultamiento extraordinario de las importaciones, estimu-
ladas por el alza de los precios consiguiente la inflación y por el ambiente de
prosperidad artificial que incitaba a excederse en sus cálculos a los importadores. Las
importaciones, de 23 millones de pesos en 1865 (véase las cifras anteriores) ascienden
aceleradamente a 73 millones en 1873, esto es, triplican en el corto espacio de nueve
años, mientras que las exportaciones apenas duplican. Y como el saldo era ya
ligeramente desfavorable en la primera fecha, tórnase mucho más aún en 1873, en que
las importaciones llegan a su máximo. Sin los préstamos el país no hubiese podido
pagar las fuertes sumas que representaban las importaciones; asimismo, ellos explican
la paradoja de los saldos comerciales desfavorables y el aumento del "stock" metálico
del país.
El estallido de la crisis
En 1873. la prosperidad artificial detiene súbitamente su marcha y la confianza
general se relaja. Los tipos del cambio se deprimen súbitamente en el mes de marzo,
descendiendo aun más que el punto metálico de salida, lo que produce la exportación
de oro. El tipo máximo de cambio sobre Londres durante todo el año anterior había sido
de 50 3/4 peniques, y el mínimo de 49, según las cotizaciones oficiales de la Bolsa de
Comercio; en marzo de 1873 el tipo desciende hasta 48 7 /8 y se mantiene bajo el resto
del año. Este desequilibrio de los cambios implicaba a su vez un desequilibrio en el
balance de cuentas con el exterior:
las sumas del Debe sobrepasaron las del Haber,
determinando la necesidad de exportar oro. ¿A qué se debía este desequilibrio? Según
Agote,58 a "la necesidad de pagar en oro el exceso de las importaciones, que la
depreciación de nuestros productos, no alcanzaba a cubrir y a otras causas concurren-
tes, como la crisis o perturbación comercial de la República Oriental". Balbín la
atribuye al déficit que presentaba el país en su balance comercial. Este casi había
duplicado en el término de un año, alcanzando a 26 millones en 1873; si bien es cierto
que esta fuerte cantidad ya explica suficientemente el balance de pagos desfavorable,
es muy probable que otros factores de este último también se hayan alterado. En los
años anteriores, como ya notamos, los saldos desfavorables del balance comercial, se
pagaban con los nuevos préstamos extranjeros, que además servían, indirectamente,
para pagar los servicios del capital extranjero contratado anteriormente. Pudo haber
sucedido que estos servicios crecieran mucho en el año que consideramos, dado el gran
incremento de los préstamos en los años anteriores; robustece esta suposición lo que
dice más adelante el mismo Balbín:59"El oro en gran parte había sido exportado del país
en pago de las deudas públicas, dividendos de empresas con capitales extranjeros,
obras de salubrificación, capitales que emigraban, etcétera; es decir que crecía el pasivo
"
Ob. cit., pág. 12.
"
Agote, oh. cit., pág. 108.

120
RAÚL PREBISCH
del balance de préstamos. Tampoco es aventurado suponer que el activo de este
balance, disminuyó debido a la tensión de los mercados monetarios europeos en 1873,
consiguiente al pánico continental iniciado en Viena; tensión que debió haber dificul-
tado la contratación de nuevos préstamos en los mercados financieros europeos. Si bien
es cierto que las estadísticas que tenemos a mano sobre las oscilaciones de la tasa del
descuento del Banco de Inglaterra, sólo nos indican un aumento de la tasa recién en
octubre de 1873 a 6 %, y en noviembre a 9, de 4 1/2 que era en enero del mismo año,60
no sabiéndose si la estrechez del mercado ya se experimentaba en los meses anteriores;
las exportaciones metálicas en nuestro país, acaecieron sin embargo en el mes de
marzo.
Resumiendo, el desequilibrio en el balance de pagos, se debía en primer lugar a un
abultamiento excesivo del déficit del intercambio comercial, determinado de una
manera indirecta por el aflujo de metálico extranjero, a través del aumento de los
precios que tenía efectos estimulantes sobre la importación; y en segundo lugar,
probablemente, a un desequilibrio en el mismo balance de préstamos.
El hecho es que el oro se exportaba y la circulación del país comenzaba a reducirse.
Las reservas metálicas de la Oficina de Cambios. en 1873, reducen, en 5 millones la
suma de 15 millones correspondiente al año anterior; es que los billetes comenzaban
a afluir hacia ella. buscando su conversión; la cantidad emitida por la misma desciende
de385 millones en 1872a253en1873. Almismotiempo.contribuyóareduciraun más
las reservas de la Oficina, la autorización dada por la legislatura provincial al banco,
para apoderarse de tres millones de pesos fuertes en metálico, a fin que reforzase sus
propias reservas y convirtiese seguramente las notas metálicas ··garantidas" con
papeles de crédito, y que esta vez ya no circularían con la facilidad que antes ao;;ombraba
tanto al doctor Piñero.
Por otra parte, el gobierno ponía en serios aprietos al Banco, haciendo fuertes
extracciones de los depósitos metálicos provenientes del empréstito. y que, como ya
dijimos, el establecimiento había colocado a largos plazos. No hemos podido averiguar
la causa de tales extracciones, pero, conforme a nuestro razonamiento anterior, el
gobierno hubo de haber requerido oro, para hacer frente a sus compromisos con el
extranjero.
Y "así como la abundancia de capitales trajo el crédito fácil y barato, así también
su escasez, desde que empezaron a ser retirados de la circulación, hizo el crédito más
difícil
y produjo un aumento en la tasa del interés".61 Empero, a pesar de la contracción
experimentada en la circulación de billetes, y a la disminución de sus propias
disponibilidades, el Banco de la Provincia, no alteró la tasa del descuento sino en junio.
subiéndola de 6 %, a 8 %; mientras los otros establecimientos se apresuraron a
levantarla apenas comenzó a sentirse la estrechez en el mercado monetario. esto es, en
marzo. La divergencia entre la política casi rígida del Banco de la Provincia y la más
"'
Tugan Baranowsky, Las crisis industriales en Inglaterra.
61
Balbín, ob. cit., págs. 9 y 49.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
121
sensible de los otros establecimientos particulares, puede inducirse del cuadro adjunto,
en que se ha reunido todas las oscilaciones mensuales; las cifras más altas indican el
tipo de los descuentos de plaza.
Oscilaciones de la tasa del descuento
1873
1874
1875
1876
1877
Fechas
~rov. Particulares Prov.
Particulares Prov.
Particulares
Prov.
Partirulares
Prov.
Partitulares
Enero
6
7a9
9
12 a 15
8 10112 a 15
8
10 a 15
7
8 a 12
Febrero
6
8a9
9
12a15
8
10 a 15
8
10 a 15
7
8a10
Marzo
6
7112 a 9
9 10112 a 15
8
10 a 15
8
9 a 12
7
10a12
Abril
6
9a12
8
10a10
8
lOa 15
8
9 a 12
7
10 a 12
Mayo
6
10 a 15
8
12 a 15
8
9 a 15
8
10 a 15
7
7a10
Junio
8
12 a 15
8
12 a 15
8
10 a 15
8
10 a 18
7
6 a 10
Julio
9
12 a 15
8 10112 a 15
8
lOa 15
8
9 a 15
7
6a10
Agosto
9
12 a 15
8
9a12
8
10 a 15
8
8 a 12
7
5a8
Septiembre 9
12 a 15
8
9 a 12
8
8 a 15
8
8 a 12
6
5a8
Octubre
9
15 a 18
8
9 a 12
8
8 a 15
8
7 a 12
6
4112 a 6
Noviembre 9
15 a 18
8
12 a 18
8
8 a 15
7
7a9 -
-
Diciembre
9
9 a 15
8
12 a 18
8
8 a 15
7
9a12 -
-
Es así que comienza en el segundo trimestre de 1873, el período descendente,
caracterizado por la restricción del crédito y la liquidación y depresión de los negocios;
cuando las operaciones comerciales llegan a su máximo. el monto de la Cartera del
Banco de la Provincia, alcanza a la cifra máxima de 95 millones de pesos fuertes, para
comenzar a descender luego. Esta misma evolución retrógrada denota el nwvimiento
de la cartera. Es lo que indican las cifras siguientes,62en las que hemos reducido a pe-
sos fuertes las cantidades a moneda corriente, para poder efectuar las sumas.
Monto de la
Movimiento de la Cartera
Fecha
Cartera
$f.
m.c.
m: met.
Total en p.f.
1873 junio 30
84
588
21
45
1873 diciembre 31
95
-
-
-
1874
89
516
20
41
1875
83
479
18
38
1876
71
457
12
31
"
A base de datos de Balbín y Lorini.

122
RAÚL PREBISCH
El malestar comercial, se intensificó en septiembre de 1873 y siguió por algunos
meses más, en forma aguda. "El comercio excedido en la importación, no encontraba
fácil salida para sus productos, y como en su mayor parte el comercio introductor no
tenía capital en el país, se veía obligado a forzar las ventas, procurándose elementos
para las remesas. Las mercaderías se vendían a vil precio" .63
La especulación inmobiliaria, privada del crédito fácil y abundante, comenzó su
involución; al principio el descenso de los valores de la propiedad raíz, no fue rápido;
pero la revolución de septiembre de 1874, trajo consigo su brusca precipitación. Los
especuladores acudieron al Banco Hipotecario y solicitaron moratoria para sus deudas.
recurriendo a paliativos que sólo retardarían por algún tiempo la baja de los precios
inflados, sin poderla evitar.
La Oficina de Cambios vio disminuir rápidamente sus reservas metálicas. pues los
tenedores de billetes acudían solicitando su conversión; la cifra de diez millones
correspondiente a 1873, descendió a seis en 1874 y a dos en 187 5. En junio de este año,
la oficina pudo hacer frente a la conversión gracias a los esfuerzos del directorio y a la
cooperación de la banca particular que le facilitó fuertes sumas.
El Banco de la Provincia, por su parte, hizo grandes esfuerzos para atender la
creciente demanda de cambios, girando libremente sobre el extranjero, aun con
pérdida; pero llegó un momento en que faltando cambios, los compromisos del país,
tuvieron que saldarse en oro. Es así que todas las medidas tuvieron un efímero efecto,
ya que las causas que originaban la situación dificultosa no habían desaparecido. No
llegaban nuevos capitales al país, pues el estado de liquidación y depresión en las
actividades, les hacía desconfiar de las nuevas inversiones. Tampoco los gobiernos
contrataron nuevos empréstitos en el exterior, de tal suerte que el Haber del balance de
préstamos, en los años siguientes al 73, se redujo casi a la nada; mientras que el Debe,
continuó siendo más o menos el mismo. Si bien es cierto que otras partidas pasivas del
balance total de pagos disminuyeron, no lo hicieron en la medida necesaria para
restablecer el equilibrio; las importaciones, que junto a los servicios del capital
extranjero, constituían casi todo el Debe del balance, disminuyeron a partir de 1873
(véase las cifras de la pág. 114, determinando por consiguiente el descenso de los
déficit del intercambio comercial, y aun, en 1876, un saldo favorable de 12 millones,
que seguramente no llegó a compensar las otras partidas pasivas. Hemos omitido de los
balances de pago ciertas partidas de menor cuantía tales como las remesas de los
extranjeros radicados a sus familias, los gastos de los viajeros. respecto al Debe, y las
sumas traídas por los inmigrantes en lo que se refiere al Haber, por no encontrar datos
estadísticos. Con todo, habiendo disminuido la cifra de los inmigrantes en los años de
depresión, la partida de las remesas de extranjeros, que seguramente descendió por la
mala situación, contribuiría en todo caso al aumento del pasivo anual del país.
Ante la reducción de las reservas metálicas, la inconversión era un inevitable
corolario. El gobierno la decretó en mayo 16 de 1876, accediendo a los pedidos del
directorio del banco; los cambios, cotizados antes en pesos fuertes, se dislocaron
"
Balbín, ob. cit., pág. 9.

ANUJ'ACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
123
momentáneamente. En la primera quincena de mayo, la cotización del peso fuerte, o
de los 25 pesos moneda corriente a que equivalía aún en el mercado de cambios sobre
Londres osciló entre 49 1/4 y 48 1/2 peniques; en la segunda quincena, los 25 pesos
moneda corriente, ya no convertibles y por lo tanto. de un valor menor a un peso fuerte,
descendieron hasta 40 peniques, lo que denota su brusca depreciación; en los meses
posteriores. ésta continúa hasta llegar, el valor de los 25 pesos, a 37 peniques. En abril
de 1877. se reanuda la cotización del peso fuerte, y la desvalorización de la moneda
corriente ya no puede constatarse directamente en los tipos del cambio internacional
sino en el premio del oro.
Y el vago estribillo, reaparece en el libro del doctor Piñero, para explicar la
suspensión de los pagos metálicos "Los acontecimientos políticos, los trastornos
económicos, la crisis, que tan grave y profundamente afectaron al país en los afios
sucesivos de este período, influyeron en el encaje. Este sufrió serias alternativas de
alzas y bajas"; y más adelante: "La situación económica y financiera cambió rápida-
mente en virtud de múltiples causas. el oro emigró. el desequilibrio monetario se
produjo, y el curso legal del billete, se presentó de nuevo como una medida necesaria,
como una imposición de los hechos".64 He ahí lo casual y contingente, que tanto
zarandean nuestros escritores. ¿Mas. puede ser este modo de interpretación de los
hechos, fecundo en consecuencias teóricas o en normas de aplicación práctica?
Entre la aparición de las primeras dificultades en 1873, y la suspensión de la
conversión, se desarrolla un período de lucha para evitar, con medidas artificiales, el
desenlace de siete años anteriores de expansión desmesurada. Entre estas medidas,
aparte de la acción del Banco de la Provincia en el mercado de cambios y la estabilidad
de la tasa del descuento, ya referidas, merecen citarse por su importancia, el crédito
concedido por el Banco Hipotecario a algunos especuladores embarrancados, y la
política expansiva del nuevo Banco Nacional, fundado en las postrimerías del período
ascendente; dicho establecimiento supo sacar partido de la restricción del crédito del
Banco de la Provincia, emitiendo billetes en abundancia y aumentando rápidamente el
monto de su Cartera. Tales medidas sólo retardaron por algún tiempo la liquidación,
que recién alcanza grandes proporciones en 1876 y 1877, según puede deducirse
tomando como índice la evolución de la cuenta "varios deudores en gestión y mora"
del Banco de la Provincia, que representa, por decirlo así, la digestión penosa de los
créditos concedidos con tanta facilidad durante los años de "prosperidad".
Evolución de la cuenta "varios deudores en gestión y mora"65
Años
Miles$ f. en met.
Miles de $ m. c.
1873
343
23.206
64
Piñero, ob. cit., pág. 211.
"
Cifras tomadas de Balbín, ob. cit., pág. 22.

124
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº l. Desarrollo de la crisis, 1865-1878
~ ....... --------------------------------------------------------~
76
74
72
"
/\\
70
I
\\
68
I
\\
66
I
\\
64
/
\\
62
I
\\
60
I
\\
58
I
\\. __ ,
56
I
\\
54
I
\\
52
50
/
\\
46
/ / '
I
\\
46
/
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\\
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44
___
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42
-
40
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38
/
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36
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34
/
32
/
30
28
26
A
24
I \\
I
\\
22
I
\\
20
I
\\
I
\\
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18
I
\\
16
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12
10
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\\
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........
\\
//~-/
'~-~
\\
'-...
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
n
78
Anos
Saldo comercial
Movimientos en cartera
desfavorable
del Banco de la Provincia
Importaciones
Oficina de cambios
(oro depositado)

.ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANfE
125
Años
Miles $ f. en met.
Miles de $ m. c.
1874
808
44.219
1875
2.344
74.201
1876
4.265
84.704
1877
4.272
103.196
La paradoja anterior consistente en saldos comerciales desfavorables por una parte.
y "prosperidad .. del país con aumento de sus existencias metálicas. reaparece en los
años comprendidos entre 1876 y 1881 (inclusive) pero en forma inversa. Con
excepción de un solo año, 1878, los saldos del intercambio comercial son favorables,
y sin embargo, el "stock" de oro del país no crece en proporciones apreciables. el mo-
vimiento de los negocios no es siquiera el reflejo de los años de expansión. La
explicación. como en el caso anterior debe buscarse en las otras partidas del balance
de cuentas, principalmente, en la cesación de los grandes préstamos.
En el gráfico, hemos procurado sintetizar en algunas curvas el desarrollo de la crisis
que terminamos de estudiar someramente. La curva superior, que representa la marcha
ascendente de las importaciones hasta 1873, y luego su movimiento retrógrado. junto
con la tercera, que indica los saldos pasivos del intercambio comercial, y que
experimenta la misma evolución, caracterizan parte del balance de pagos, y permiten
conjeturar sobre bases sólidas, el movimiento del resto, si se las compara con la cuarta
curva, que representa el ciclo de la Oficina de Cambios. La curva de las reservas
metálicas, asciende mientras asciende la curva de los saldos comerciales desfavora-
bles, y la de las importaciones denota un movimiento creciente, y desciende. cuando
éstas lo hacen así.
Es que todas ellas son manifestaciones de un tercer factor. los préstamos que las
determina en gran parte. Y aunque estos últimos aparecen como la causa objetiva de
la crisis, su corriente se encuentra influenciada, en parte, por los factores en cuya
formación ellos mismos contribuyeron: tal es la interdependencia, y la urdimbre de
acciones y reacciones entre estos fenómenos. Es así, por ejemplo, que la inflación de
billetes y crédito consiguiente a las importaciones del metálico de los préstamos. a más
de estimular las importaciones-por el mecanismo del ascenso de los precios-, fomen-
ta las nuevas operaciones de préstamos,66 al crear un ambiente económico de confian-
za y prosperidad ficticia en que todas las inversiones parecen seguras y provechosas.
"
Las causas de las corrientes extraordinarias de préstamos que de tiempo en tiempo venían a la
Argentina, habrá que buscarlas, en gran parte,_ en los países exportadores de capitales. El primer empréstito
argentino (1824) y la fundación de nuestro primer banco, cuyo escaso capital metálico, como se recordará,
provenía de los accionistas de Londres, coincide con el período ascendente de una crisis inglesa.
caracterizada por fuertes exportadores de capitales a los países sudamericanos (véase Tugan Baranowsky,

126
RAÚL PREBISCH
La tercera curva pone de relieve las estrechas relaciones de los gobiernos con el
Banco de la Provincia. que en 1876, además de los 12 millones de "notas metálicas"
en circulación fue autorizado a emitir otros 12 millones, para responder a las
apremiantes necesidades del Erario Nacional.
Monto de la circulación después del colapso
El capital extranjero. al llegar al país en grandes cantidades bajo forma de metáli-
co. había hecho posible el restablecimiento de la conversión y el éxito de la Oficina de
Cambios. Cuando. después de algunos años de actividad febril, abandona el país
respondiendo a saldos adversos del balance de pagos, no sólo deja tras sí la suspensión
de los pagos metálicos y la depresión en los negocios. sino también, una crecida suma
de billetes inconvertibles. antes inexistentes. Tal es el resultado que, en definitiva.
tuvieron la Oficina, y el "gran paso" del Banco de la Provincia al emitir las "notas
metálicas":
(en miles de pesos)
Importe de las emisiones anteriores a 1867
$m.c.
298.457
Id. de "notas metálicas"
$f.
19.344
$m.c.
483.613
Id. de la Oficina de Cambios, cuyo encaje
metálico tomara el Banco para reforzar
sus reservas
$f.
3.000
$m.c.
75.000
ob. cit.), en pago de títulos públicos y acciones, y una gran especulación en la Bolsa londinense: asimismo,
el colapso en Inglaterra, y la suspensión de pagos metálicos por el Banco de Descuentos, son coetáneos.
El período ascendente de la crisis argentina, cuyo somero estudio acabamos de hacer, se desarrolla
paralelamente al período ascendente de una crisis general europea, que estalla en Viena en 1873, y se
extiende por toda Europa, aunque con menos intensidad; y precisamente en 1873 bajan bruscamente las
reseivas metálicas de la oficina, y comienzan los síntomas del desbarajuste en este país. Es que mientras
en los mercados monetarios europeos hay confianza y "prosperidad" los déficit en nuestros balances de
pagos -<le otro modo desfavorables- son largamente compensados por los nuevos préstamos, y la
exportación de oro, no se hace necesaria. Pero cuando los mercados monetarios se ponen en tensión y sube
la tasa del descuento, se paraliza la exportación de capitales, y nuestros balances de pagos se desequilibran,
requiriendo la exportación de especies. Si bien el semi colapso argentino de 1873, es anterior en meses al
ascenso de la tasa del descuento del Banco de Inglaterra, es probable que la tensión del mercado monetario
inglés y los principios de la desconfianza, hayan sido tan1bién anteriores a éste. En todo caso, la disminución
de los préstamos, que suponíamos en los años que siguen al 73, tiene su razón de ser, en el período
descendente de la crisis europea, aparte de la desconfianza que originaría en aquellos años nuestro paf s.
Sería pues interesante estudiar, desde nuestro punto de vista, la solidaridad de los mercados monetarios,
o en otros términos, el funcionamiento del mercado monetario internacional.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
127
Existencia en la Oficina de Cambios 158
(en oro), más 738 (en notas)
$f.
897 =
$m.c.
22.429
882.071
O sea: 483 millones de pesos moneda corriente inconvertibles más, debidos al
"gran paso"; y 100 millones a la Oficina.
VII. EL BANCO NACIONAL DE 1872
Al referirnos a las causas que retardaron la liquidación de la crisis anterior, citamos
las emisiones y el crédito excesivos del Banco Nacional, fundado a fines de 1872,
cuando el período ascendente de la crisis llegaba a su cresta. Su creación era producto
de un ambiente de prosperidad ficticia: "La facilidad de los negocios, la valorización
de las tierras, la expansión de la ganadería, la especulación, las perspectivas halagüeñas
del porvenir, suscitaron y favorecieron",67 la fundación del nuevo establecimiento.
Formación de su capital
El Banco Nacional, de carácter mixto, podría emitir billetes pagaderos al portador
y a la vista, efectuar toda clase de operaciones, incluso la de prestar a los gobiernos hasta
una cantidad que no pasase del doble del capital realizado; debía conservar una reserva
metálica equivalente a la cuarta parte de su emisión. Para comenzar sus operaciones
requería tres millones de pesos fuertes, o sea el 15 % de su capital legal de 20 millones
de pesos fuertes, dividido en acciones de cien pesos, que suscribirían el gobierno y los
particulares.
Más interesante que estos detalles legales -que casi siempre fueron letra muerta o
fácilmente modificados en nuestra historia monetaria- resulta la formación real del
capital del nuevo Banco, que, por cierto, seguía la tradición de los anteriores. Era como
sigue:
61
Piñero, ob. cit., pág. 243.

128
RAÚL PREBISCH
a) El gobierno nacional suscribió 20.000 acciones, pagando, como de costumbre,
enfondos públicos creados al efecto;
b) Los particulares fundadores suscribieron 50.000 acciones, y el resto se libró a
la suscripción pública, que rebasó rápidamente merced a la ciega confianza caracterís-
tica del período de expansión. "Este hecho demuestra de un modo evidente, dice
Agote,68 que la situación económica de la Nación era favorable. Contribuían para ello,
además de otras causas, la introducción de fuertes cantidades de dinero provenientes
de los empréstitos contraídos por los gobiernos para obras públicas" a que ya nos
referimos. Si la suscripción fue rápida, difícil se hizo la realización de fondos, a punto
que el Banco no pudo reunir los tres millones de pesos fuertes necesarios para comenzar
sus operaciones, debiendo solicitar del gobierno los fondos públicos prometidos a fin
de colmar el déficit. Es que gran parte de esta suscripción exorbitante había sido
efectuada, no por capitalistas o personas que quisieran dar colocación a sus ahorros,
sino por especuladores esperanzados en la valorización de las acciones, cuyos
proyectos se desvanecerían en la fecha del pago, en que el país entraría en los
prolegómenos del colapso. "A pesar de la buena situación del país al tiempo de
proyectarse el establecimiento del Banco Nacional, se presentían ya las dificultades
que habían de surgir, al realizarse el capital necesario para darle movimiento. Esta
suma era superior a la capacidad económica del país, que no habfa acumulado todavía
bastante riqueza,
para destinar, sin riesgo de un contraste por efectos de una crisis, una
parte de ella a instituciones de esta naturaleza"69 De ahí que, frente a un capital nomi-
nal de veinte millones, el nuevo banco diese comienzo a sus funciones, con la suma
relativamente insignificante de 2.551.000 pesos fuertes en metálico y 449 .000 pesos
fuertes en fondos públicos.
Evolución del nuevo Banco
Sobre este armazón endeble, comienza el Banco Nacional sus operaciones a
principios de 1873, y a mediados del mismo año, el otro "coloso criollo", el Banco de
la Provincia -que, según se jactan sus numerosos apologistas se había desarrollado al
margen de los principios científicos, si bien es cierto que a fuerza de inyecciones de oro
prestado que venía al país en busca de intereses- comenzaba su evolución retrógrada,
restringiendo su crédito; en tanto que el nuevo establecimiento explota en su provecho
la coyuntura, lanzando sus emisiones y otorgando créditos liberales. Hasta el 30 de
"
Agote, ob. cit., pág. 163
"'
Agote, ob. cit.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
129
junio de 1874, esto es, a un año y meses de sus comienzos, emitió la cantidad de cuatro
millones y medio de pesos fuertes (equivalentes a 112 millones de pesos m.c.) y
descontó 9 1/2 millones de pesos fuertes (o sea cerca de 250 millones m.c.).
Pronto comenzaría a experimentar serias dificultades. Por una parte. los accionistas
no cubrían las cuotas de sus títulos, por lo que el Banco continuaba privado de los
fondos metálicos que había esperado desde su fundación. Por otra, cosechaba el
producto de sus créditos fáciles, pues los deudores no pagaban en la fecha de los
vencimientos, y solicitaban renovación de sus papeles; a lo que el establecimiento
accedía concediéndoles créditos de amortización lenta, designados comúnmente como
créditos de habilitación. 70En este caso, como en muchos otros ejemplos del Banco de
la Provincia, los famosos créditos de habilitación consistían simplemente en medidas
para sacar del paso a los deudores embarrancados. En tal forma el Banco Nacional veía
disminuir sus disponibilidades, lo que le obligaría a restringir su crédito, e incorporarse
de hecho al movimiento descendente de la crisis.
Hemos reconstruido su evolución, en el siguiente cuadro formado con las cifras que
traen las obras de Lorini y Quesada:
Evolución del Banco Nacional
(miles de pesos fuertes)
Capital real
Fecha
Fondos y
Caja
Dep. priv. Emisión
Cartera
Metálico
Títulos
1873
2.551
449
1.908
156
2.251
2.663
1874
-
-
3.887
6.606
5.248
9.110
1875
4.030
441
2.551
1.618
3.407
5.573
1876
5.124
555
208
216
911
5.523
En estas cifras puede observarse el incremento que toman en los dos primeros años
la emisión y los descuentos, y el decrecimiento que experimentan las mismas cuentas
en 1875, que, como se recordará, es cuando se entra de lleno en la liquidaci6n,71 una
de cuyas manifestaciones más importantes, la suspensión de los pagos metálicos para
ambos bancos, se produce en mayo de 1876. En ese año, las letras protestadas por el
70
Véase S. Quesada, Historia de los Bancos Modernos, Buenos Aires, 1901, t.!, pág. 173.
71
Para comprender la evolución del Banco Nacional, precisa recordarse nuestra reconstrucción de
la crisis, efectuada en el capítulo anterior, sobre cuyos hechos sería ocioso volver en este lugar.

130
RAÚL PREB!SCH
establecimiento desde su fundación sumaban 4.388.000 pesos fuertes, de las que
quedaban pendientes aún por un valor de 1.600.000 lo que señala la situación
dificultosa en que se desplazaba el banco. Esta última suma va comprendida en la
cantidad de 5.523.000 que representa el monto de la cartera, de la cual pesos fuertes
1.440.671 expresan la deuda del gobierno. Para darse cuenta de la situación embara-
zosa del Banco Nacional en el m1o de la inconversión, habrá que comparar el monto de
su emisión que según el balance de julio 6, alcanzaba a 2.666.527 pesos fuertes. con
la exigua suma de su existencia metálica, igual a 217 .523 pesos fuertes. Las últimas
cifras discrepan con las del cuadro; es que éstas corresponden al mes de septiembre.
habiendo el Banco, en el período transcurrido, retirado parte de sus billetes.
El Banco de la Provincia había sido el primero en suspender la conversión de sus
billetes en mayo 16; el Nacional procuró continuar sus pagos, contando para ello con
la ayuda del gobierno nacional. su deudor, y con la realización de las cuotas por los
suscriptores. Pero ambos recursos fracasaron por la estrechez del Tesoro, y porque los
accionistas no podían satisfacer el pedido del Banco, pues no habfa oro en plaza, ni
estaban en condiciones de adquirirlo para ese objeto.72 La inconversión de los billetes
del establecimiento provincial, determinó una corrida sobre el Banco Nacional que,
exhaustas sus reservas, hubo de cerrar sus puertas y solicitar del gobierno análoga
medida. Este, en la imposibilidad de pagar su deuda, que ascendía más o menos al
monto de los billetes en circulación, la decretó en mayo 29.
De esta suerte, el Banco Nacional en medio del desprestigio y la desconfianza,
siguió una vida precaria, viendo descender la cotización de sus acciones y el valor de
sus billetes. Empeoró aun más su situación, cuando el Banco de la Provincia -en
compensación de la nueva deuda del gobierno nacional por medio de otra emisión de
"notas metálicas", a que ya nos referimos-, obtuvo el curso forzoso para sus notas en
el interior de la República, y el privilegio de la circulación en la ciudad de Buenos Ai-
res. Una ley de octubre de 187 6, reformó la organización del Banco al reducir su capital
a ocho millones de pesos fuertes, esto es, a lo pagado anteriormente por los accionistas,
más una suscripción de 18.000 acciones de cien pesos por el gobierno nacional, que
pagó, como lo hacía siempre, en billetes de tesorería y fondos públicos.
Marcha de los bancos en el período descendente
Ambos bancos siguen su marcha lenta, pero sólida, durante los años de depresión,
hasta que al comenzar la década siguiente, la confianza, y con ella las actividades,
comienzan a renacer. Es que el país entraría en nuevo período ascendente. El Banco
72
Agote, ob. cit., pág. 166.

.ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
131
Nacional reduce paulatinamente su cartera, antes excesivamente abultada, y aumenta
el coeficiente de cubrimiento de sus emisiones, esto es, la relación entre el encaje y la
emisión; al mismo tiempo que consolida su capital -reducido en comparación al
primitivo- y forma fondos de reserva. Asimismo, el Banco de la Provincia desinfla
apreciablemente el movimiento total de su cartera (aumentando levemente el de la
cartera a m.c. pero disminuyendo, en una proporción más fuerte el de la cartera a
metálico). Empero, el saneamiento de su activo, se dificultaba por el monto exorbitante
de los créditos en gestión, que en 1877 alcanzaban a 4 millones de pesos fuertes y 95
millones de pesos m.c. y que como antes expresamos, eran el resultado de los préstamos
liberales de los "buenos tiempos", de los "préstamos habilitadores". Además, la deuda
de los gobiernos al Banco, era sumamente pesada; el nacional debíale 15 millones de
pesos fuertes; y el de la provincia 254 millones de pesos moneda corriente, que habían
servido para colmar los crecidos déficit de los presupuestos desde muchos años atrás;
sin contar los 4,9 millones de pesos fuertes y 240 millones de pesos moneda corriente,
que tenía invertidos en fondos públicos, cédulas, bonos. etcétera.
La marcha retrógrada del crédito en el período descendente, puede observarse en
el siguiente cuadro, en que hemos tomado al año 187 4 como punto de comparación para
las cifras del Banco Nacional, y 1873, para las del Banco de la Provincia; ya que dichas
fechas representan los puntos culminantes de su evolución.
Los dos bancos en el período descendente
(miles de pesos)
BANCO NACIONAL
Emisión
Fondo Res.
Años
Caja
Cartera
$f.
$f.
$f.
$f.
1874
5.248
3.387
9.110
-
1877
246
1.296
3.482
151
1878
402
1.507
3.017
233
1879
980
2.077
2.913
309
1880
1.428
1.606
2.754
76
MOVIMIENTO DE LA CARTERA DEL BANCO DE LA PROVINCIA
Años
$f.
$m.c.
1873
21.695
588.894
1877
11.736
579.169

132
RAÚL PREBISCH
Años
$f.
$m.c.
1878
9.456
608.867
1876
7.268
676.136
1880
6.489
692.280
El comercio exterior en el período descendente
El período de reacción y estancamiento de las actividades que sigue a la crisis del
76, se manifiesta en las cifras del intercambio comercial con el exterior, así como se
manifestó el período anterior de expansión. A partir del 76, después de una larga serie
de saldos desfavorables. el comercio exterior. hasta 1881, registra saldos favorables,
con la sola excepción del año 1878. en que la exportación sufre una caída. Es que las
importaciones, estimuladas en el ciclo anterior por el fácil medio de pago de los
préstamos extranjeros, bajan bruscamente en el año del pánico a 36 millones de pesos
oro contra 57 millones de pesos oro en 187 5; mientras que las exportaciones continúan
más o menos estacionarias:
(en miles de pesos oro o fuertes)
Años
Import.
Export.
Saldo
1876
36.070
48.090
+
12.020
1877
40.443
44.769
+
4.326
1878
43.759
37.523
-
6.235
1879
46.363
49.357
+
2.993
1880
45.353
58.380
+
12.844
1881
55.705
57.938
+
2.232
1882
61.246
60.388
-
857
Es así que el balance comercial se reajusta a las nuevas condiciones del balance de
préstamos, que si en los años de expansión del ciclo anterior fue favorable permitiendo
compensar el saldo desfavorable del balance comercial y aun causar importaciones de
oro en el país, en los años de reacción debió ser desfavorable como ya señalamos, si
se tiene en cuenta los servicios que el país tuvo que pagar al exterior correspondientes
a dichos préstamos anteriores y al capital extranjero importado, y a la escasez de los

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
133
capitales nuevos importados y préstamos tomados en el último período, debido a la
desconfianza reinante en la situación.
Los saldos favorables del balance comercial durante el período de reacción,
servirían en tal caso, junto al pequeño activo del Balance de Préstamos, para pagar ta-
les servicios. Es pues de este modo que cabe aquí también explicar esta paradoja de
un período de estancamiento en las actividades con saldos positivos en el intercam-

bio comercial.
VIII. Los DOS BANCOS Y LA CRISIS 1881-1885
Estado de los bancos
El período descendente de la crisis anterior, con sus dos características, la
desinflación del crédito por una parte, y la liquidación y estancamiento de las
actividades económicas, por otra, llegaba a sus postrimerías al comenzar la penúltima
década del siglo pasado. Es cuando renace el movimiento expansivo en la cartera de
los bancos, y los negocios se avivan.
La reducida emisión del Banco Nacional asciende, en 1880, a 1.428.000 pesos y
está casi totalmente cubierta por especies metálicas por valor de 1.319.000 pesos
fuertes. En el año siguiente, elestablecimieno renuncia al beneficio de la inconversión,
y reanuda sus pagos metálicos;
la emisión sube hasta 2.410.000 pesos fuertes, al
mismo tiempo que la reserva metálica crece hasta 1.725.000 pesos fuertes. A su vez,
la Cartera, experimenta un repunte, pasando de 2.754.000 pesos fuertes en 1880, a
3.534.000, en 1881. al mismo tiempo que los depósitos privados pasan de 1,3 a 4,4
millones de pesos fuertes.
La mejora de la situación, estimula las creaciones financieras. El capital del Banco
Nacional, descontando los malos préstamos inmovilizados, y lo que aún adeudaba el
gobierno por las acciones suscriptas, alcanzaba efectivamente a seis millones de pesos
fuertes; suma que, ante la "prosperidad creciente" en que entraba el país, y las "grandes
riquezas" en potencia que la crisis anterior no había logrado echar en tierra, parecía
insuficiente para la misión que el banco estaba destinado a desenvolver. Es así que una
ley de octubre de 1882, eleva su capital a pesos fuertes 20 millones, consistiendo el
aumento en 120.000 acciones de cien pesos, mitad de las cuales suscribiría el gobierno,
y mitad, el público:

134
RAÚL PREBISCH
a) El primero. como es de suponer, pagó enfondos públicos nacionales, entregan-
do al banco un equivalente de pesos moneda nacional 8.571.000,73 que en parte
reemplazaría los viejos títulos.
b) El segundo. esta vez, suscribió y pagó sus acciones (debido a las circunstancias
que luego veremos), ascendiendo lo realizado en el primer momento a 2,2 millones de
pesos moneda nacional.
Como el banco. en consideración al desarrollo de su giro, necesitaba realizar en lo
posible su capital, y en el país no había mercado para los fondos públicos (porotra parte
no lo había tampoco para ningún otro valor mobiliario, debido a la falta de ahorros
propios. que caracterizaba la formación económica del país). comenzó su directorio en
1883, a gestionar su colocación en Europa, obteniendo al afio siguiente, un adelanto de
24 millones de francos sobre los títulos. que produjeron un total líquido de $ m/n
6.654.000. De esta suerte. gran parte del aumento del capital del banco se hizo
directamente con dinero extranjero, cuyos illfereses exigirfan en lo sucesivo una salida
anual de oro, que se juntaría a la requerida por el servicio del capital extranjero, que
en esos años se importaba en fuertes sumas.
Por otra parte. las grandes sumas inmovilizadas en créditos oficiales, cohibían el
giro del Banco de la Provincia. Teniendo presente esta circunstancia, el gobierno
provincial, creó en 188 l. para reembolsar su deuda, la suma de veinte millones de pesos
fuertes oro en fondos públicos, negociables en el exterior. Al año siguiente el gobierno
nacional consolidó parte de su deuda. entregando al establecimiento,f ondos públicos
por valor de 9.366.744 pesos fuertes; y en enero de 1883 canceló otra fracción de
6.633.255 pesos fuertes, pagando. asimismo en fondos públicos. La venta en Londres
de tales títulos le permitió aumentar sus reservas metálicas, con el oro extranjero
obtenido, que, como en el caso anterior, requeriría extracciones anuales.
La nueva conversión del papel y los balances de pagos
Al afluir el metal amarillo al país en grandes cantidades en 1881, hizo descender
el premio del oro sobre el billete, hasta el punto que el peso fuerte llegó a valerotra vez
25 pesos mone~ corriente. 74 Es entonces que el Banco de la Provincia reabre. por sí
"
Entraba entonces en vigencia la nueva ley monetaria que creaba la unidad "peso moneda
nacional'', que diferia muy poco en valor del "peso fuerte".
"
Como se recordará, este tipo fue el fijado por la fracasada Oficina de Cambios de 1867.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
135
mismo, la oficina de Cambios, para evitar la mayor valorización del papel, y entrega
billetes contra el oro que se le presenta. Por consiguiente, después de cinco años de
inconversión, el Banco entraba nuevamente en la vía de la reanudación de sus pagos
metálicos; ésta se efectúa completamente en julio de 1883.
Es sorprendente la analogía de esta situación, en que la conversión se restablece
espontáneamente, con la que precede a la fundación de la Oficina de Cambios en 1867,
como podrá recordarlo el lector. ¿Qué fuerzas detenninan el cambio en la fisonomía
económica del país, entre los últimos años de estancamiento de la década anterior y los
primeros años de la presente? Para averiguarlas, nuestra tarea se ha reducido en parte
en este caso, ya que poseemos las investigaciones del norteamericano Williams, cuyo
trabajo sobre el comercio internacional argentino bajo un régimen de papel moneda
inconvertible, toma al año 1880, como punto de partida.
Aprovechando un material estadístico ya más abundante y mejor ordenado que el
de los años anteriores, este economista ha logrado reconstruir nuestros balances de
pagos internacionales, consiguiendo así una base firme para estudiar Jos movimientos
de metálico entre nuestro país y el exterior, el papel moneda, y las crisis de 1884-1885
y 1890-1891, con éxito poco común.
Gracias a los balances de pagos favorables, el oro se importa al país en cantidades
apreciables, determinando por lo consiguiente la baja de su valor con respecto al papel
moneda, o mejor dicho, la apreciación de este último; tal cual en 1867, en que la
afluencia de metálico extranjero, produce el mismo fenómeno. Y la similaridad va más
lejos aún, desde que aquel superávit del balance de cuentas no proviene de los saldos
favorables del comercio exterior, sino de la caudalosa corriente de los préstamos
contratados en el extranjero.
En efecto, las importaciones, que en 1881 son un poco menores que las exportacio-
nes -siendo el saldo favorable de las últimas sobre las primeras, de apenas 2,2 millones
de pesos moneda nacional oro- experimentan un acelerado crecimiento en los años
posteriores, mientras las exportaciones aumentan de valor, pero en menores proporcio-
nes; de tal suerte que los superávit se toman en déficit a partir de 1882.
El balance de préstamos denota una evolución contraria; habíamos supuesto, con
argumentos aceptables, que en los años del período descendente de la crisis anterior,
el activo de dicho balance era reducido y menor que su pasivo; en los años que
consideramos, en cambio, el saldo de los préstamos es favorable al país. A los
compromisos oficiales, ya citados, que el país contrajo en el exterior, al pagarse con
fondos públicos negociables en Europa las deudas de los gobiernos a los bancos, hay
que agregar los numerosos emprésitos externos, nacionales y provinciales, contrata-
dos a raíz de la refonna monetaria, de la federalización de Buenos Aires y construc-
ción de La Plata, y para la construcción de ferrocarriles; el valor nominal de tales
empréstitos en el período 1881-1885, asciende a 101,19 millones de pesos oro; el
monto realizado, a 89 ,14 millones; y el servicio anual que requería este capital, a

136
RAÚL PREBISCH
6,23 millones.75 Además de los empréstitos oficiales, el país importó capitales para la
construcción de ferrocarriles, inversiones inmobiliarias, hipotecas, comercio e indus-
trias, cuya suma estima Williams en 44,31 millones de pesos oro, que exigían un
servicio anual de 2,21 millones. Las sumas totales de los préstamos y sus servicios
anuales en los años 1881-1885, se elevan de este modo, a$ 149,35 millones y a 8,82
millones respectivamente.
Con las cifras anuales de las partidas anotadas, el autor citado ha reconstruido los
balances de pagos tal como se expresan en seguida.
Balance de préstamos y comercial, 1881-1885
(miles de pesos oro)
Préstamos
Comercio exterior
Años
Nuevos
Servicios
Saldo
Exporta-
Importa-
Saldo
préstamos
ciones
dones
1881
14.075
11.967
+ 2.108
57.938
55.706
+
2.232
1882
25.293
15.724
+ 9.568
60.389
61.246
+
857
1883
47.393
19.496
+ 27.903
60.208
80.436
+ 20.228
1884
39.732
27.574
+ 12.158
68.030
94.056
+ 26.026
1885
38.732
22.637
+ 15.522
83.879
92.222
+
8.343
Balance de pagos, 1881-1885
(miles de pesos oro)
Años
Activo
Pasivo
Saldo
1881
72.013
67.673
+
4.340
1882
85.682
76.970
+
8.712
1883
107.607
99.932
+
7.830
1884
107.762
121.630
-
13.868
1885
122.611
114.859
+
7.752
Es entonces el aumento de los préstamos que permite la reanudación de la
conversión de los billetes, primero en el Banco Nacional y luego en el de la Provincia,
"
Williams, Argentine /nternational Trade Under Inconvertible Paper Money, 1880-1900, Cam-
bridge, 1920, pág. 41 y siguientes.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
137
no porque hubiesen acumulado reservas metálicas suficientes y proporcionadas, sino
por el hecho que, al ser favorables los balances de pagos, la oferta de cambios sobre
el exterior era superior a la demanda; y al no existir, por lo tanto, necesidad de
exportar oro, a nadie preocupaba la conversión del papel.

Efectos de las grandes importaciones de metálico
La consecuencia primera del fuerte aflujo de oro, fue desde luego la conversión de
los billetes. Por otra parte, las inyecciones de metálico excitaron la imaginación de
nuestros estadistas; la prueba de ello es la Ley Monetaria de 1881, exponente típico de
la megalomanía criolla, según el italiano Lorini, y disposición legal algo pretenciosa,
al decir más suave de Williams. Dicha fórmula legislativa pretendfa resolver de un
plumazo el problema del circulante metálico, olvidando la naturaleza del ambiente
económico del pafs sin ahorros acumulados, base indispensable para la existencia de
una moneda metálica estable (que significa apartamiento de capitales de otros usos
productivos). Desde 1813 se venían dictando meticulosas disposiciones sobre la
moneda, con el fin de proveer a la nueva nación independiente de una moneda metálica
propia, con las insignias de su soberanía; fácil es adivinar su resultado, si se recuerda
lo que antes expresamos sobre los capitales metálicos de que el país carecía. Y en 1881,
resuelto el último problema que planteaba la unidad nacional, y deslumbrado el país
por el oro prestado que llegaba, la vieja ilusión renace. Por otra parte, se pretendía
solucionar la anarquía circulatoria reinante en las provincias, que dificultaba las
transacciones interprovinciales pues "cada emisión fiduciaria (cada provincia tenía su
emisión especial) tenía su cotización diferente según la clase y la localidad donde
circulaban". La misma capital de la República veía circular junto a las onzas y demás
monedas extranjeras de curso legal, los billetes de la antigua Oficina de Cambios, la
antigua "moneda corriente" del Banco de la Provincia, las "notas metálicas del mismo
establecimiento, y los billetes convertibles e inconvertibles del Banco Nacional. "En
las provincias la diversidad era mayor, por cuanto circulaban, además de las diferentes
monedas de papel, la plata chilena y boliviana, melgare jos, chirolas, etcétera, para los
negocios ordinarios y de menor cuantía. "76
La nueva ley adoptaba en su primer artículo el patrón bimetálico esto es el peso oro
y el peso plata, aunque en el artículo segundo limitaba la acuñación de la plata; lo que,
sencillamente, significaba instaurar el monometalismo. Proveía minuciosamente el
título, la ley, etcétera, de las diferentes monedas y otros detalles. Pero, sus efectos, fuera
de dar cierta uniformidad a la circulación, fueron nulos, ya que una disposición
76
Jorge Pillado, oh. cit., pág. 45.

138
RAÚL PREBISCH
legislativa no podría retener los metales en el país cuyos movimientos obedecían
únicamente al estado del Balance de Pagos, ni mucho menos solucionar la anarquía
circulatoria del interior, que, como veremos al hablar de los bancos garantidos.
respondió a circunstancias histórico-económicas de profundo arraigo. Es así que "a
fines de 1886, cuando se habían acuñado 11.225.000 pesos oro, el director de la Casa
de Moneda, se oponía a nuevas acuñaciones. y llamaba la atención sobre el hecho de
que el oro amonedado se había exportado o fundido, por lo que era inútil seguir
acuñando en las mismas condiciones ".77 A pesar de este fracaso, cuyas causas se verán
más adelante, el doctor Piñero sostiene que la Ley de 1881 "tiene un fundamento
científico"78 pues se basa en el sistema métrico decimal (sic): y llevando al extremo su
superstición legalista, continúa la apología al decir que "produjo efectos importantes
y permanentes" y que "¡en su virtud se restableció la circulación metálica y desapare-
ció la anarquía monetaria"!
Pero el hecho fundamental sobre las importaciones de metálico y los préstamos
extranjeros, es el de haber actuado como causas objetivas de un nuevo período
ascendente, análogo al de la crisis anterior. La propiedad inmobiliaria, cuyos valores
se habían deprimido a fines de aquélla, comenzaba de nuevo a inflar sus precios. Los
negocios volvíanse más activos al calor de la facilidad del crédito y a la vez
reaccionaban sobre éste, en el sentido de su mayor expansión: tal abundancia de crédito
se basaba en el aumento real de los capitales de los bancos oficiales, que, como se
recordará, estaba constituido por oro prestado. y en el crecimiento de los depósitos de
la clientela, proveniente de la mayor cantidad de circulante monetario. Y el crédito no
sólo se concedía al comercio y la industria: la política criolla no tardaría en manosear
sus resortes. "Los préstamos llamados habilitadores ya no sirvieron para facilitar
recursos a toda clase de negocios, sino que se concretaron a los políticos, a los que traían
adherentes a candidaturas en embrión y a dar fondos a los comités por medio del
descuento de letras a personas imaginarias para terminar en los grandes descuentos que
servían a las especulaciones de los allegados a los que dirigían los destinos económicos
de la desgraciada provincia de Buenos Aires".79 Como se ve, por segunda vez, que el
famoso crédito habilitador a largo plazo, servía menos a los intereses rurales, como
sostienen sus panegiristas que a los enjuagues bancarios.
Por las cifras correspondientes a los dos bancos oficiales, que son los únicos que
publicaban sistemáticamente los balances, se puede apreciar la expansión del circulan-
te. Para el Banco Nacional (véase el cuadro), hemos podido obtener datos más
n
Williams, ob. cit., pág. 34.
"
Pág. 22.
79
Quesada, ob. cit., t. JI, pág. 205.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
139
completos que para el de la Provincia, cuyo movimiento de cartera apenas consegui-
mos indagar. Esta pasa de 34 millones de pesos fuertes en 1881, a 41 millones en 1882;
60 millones de pesos moneda nacional en 1883, 73 en 1884 y 75 en 1885.
Evolución del Banco Nacional 1880-188580
Sumas acorda-
Año
Emisión
Encaje metál. Préstamos
Depósitos
das en préstamo
1880
1.428
-
1.319
38.678
-
1881
2.410
-
1.725
56.262
1.344
1882
-
3.592
-
82.359
4.405
1883
15.411
32.600
6.523
188.858
11.684
1884
25.471
57.714
7.045
253.831
19.055
1885
37.021
79.285
6.524
412.420
25.296
En cuanto a la circulación de billetes, si bien es cierto que se redujo de cerca de 900
millones de pesos moneda corriente redundantes e inconvertibles, a que ascendía al
comenzar la década, a un valor relativamente insignificante de billetes convertibles, en
cumplimiento de la Ley Monetaria y de los decretos posteriores que obligaban a los
bancos a reemplazar sus antiguos billetes por notas metálicas pagaderas a la vista y al
portador, ello fue debido a la sencilla prestidigitación consistente en reemplazar
veinticinco billetes antiguos por uno nuevo, amparada por los balances de pagos
favorables. Y este "true" es lo que seguramente ha inducido a Williams a sostener que
en el período considerado no hubo emisiones de billetes, y que, lejos de ello, la masa
inconvertible fue grandemente reducida al cambiarse por notas convertibles; error que
repetimos nosotros al ocuparnos, hace algunos meses, del opúsculo del doctor Justo
sobre la moneda. La afirmación es doblemente falsa, desde que, en primer lugar, los
billetes inconvertibles sólo fueron reemplazados en parte por notas metálicas, aunque
su valor total se redujese al computarse cada veinticinco de sus unidades, por un peso
moneda nacional. Es así que en un informe presentado al gobierno en enero de 1885
por los bancos, aún se lee "circulación a pesos fuertes", a "moneda corriente", y a
"bolivianos". En segundo lugar, hubo emisiones crecidas en este período si bien es
"
Cifras tomadas en Quesada y Agote, oh. cit. (pesos fuertes hasta 1882, inclusive, y moneda
nacional en adelante).

140
RAÚL PREBISCH
cierto que fueron convertibles,81 en el cuadro anterior, podemos observar el fuerte
aumento de la emisión del Banco Nacional en los años 1883, mientras apenas crecieron
las reservas metálicas; en cuanto a las emisiones totales, ascendieron de un valor de 50
millones de pesos moneda nacional en 1883, a un valor de 61,7 millones en enero de
1885,82 que
traducidos en billetes al tipo en que se efectuaba la conversión, nos dan
l.500 millones de pesos moneda corriente, cantidad superior, en más de 50 %, a la
emisión redundante de comienzos del período de expansión.
Ya hemos visto cómo las importaciones, estimuladas por la expansión de los
negocios y el alza de los precios (que se produjo seguramente al calor de la inflación
del circulante) por una parte, y permitidas por la abundancia de los préstamos. por otra
-que a más de causar entradas de metálico al país, servían de medios de pago de los
saldos desfavorables-, crecen de un modo exorbitante entre 1881y1884, y llegan a su
máximo en este año; a su vez, el déficit en el balance comercial asciende rápidamente,
y experimenta un brusco salto hacia arriba en el 84 por la razón anterior, ya que las
exportaciones no llevan el mismo compás creciente (véase el cuadro de la página 136).
Al mismo tiempo, los nuevos préstamos externos disminuyen en este año mientras se
acrecientan los servicios de los contratados en los otros años. Es así que el balance de
préstamos, favorable en 7 millones en 1883, tómase desfavorable en el año siguiente,
en la suma de 13 millones de pesos moneda nacional (papel u oro), trayendo consigo
la baja de los cambios y la necesidad de exportar metálico.
El colapso de 1884-1885
Los bancos oficiales trataron, sin embargo, como en el período álgido de la crisis
anterior, de contener la exportación de metálico; para ello hicieron frente, a costa de
grandes perjuicios, a la gran demanda de giros sobre el exterior, comenzada a fines de
1883, y acentuada en el año siguiente, vendiendo cambios a tipos altos, en discordancia
con la situación real del mercado. Y tales eran las pérdidas que los tipos artificiales
irrogaban a los dos establecimientos -que a su vez tenían que remesar a tipos ruinosos
o por medio de la venta en Europa del resto de los títulos públicos que tenían- que en
junio de 1884, el Provincial abandonó la lucha suspendiendo sus operaciones de giros,
para volver a emprenderla poco tiempo después a pedido del Banco Nacional que por
sí solo no podía hacer frente a una demanda que crecía por días. Al mismo tiempo, los
billetes se presentaban para su conversión, debilitando los encajes metálicos.
"
No está de más repetir que el estado de conversión se produjo, no por el monto crecido de metálico
acumulado, sino porque debido al balance de pagos favorable, muy pocos billetes se presentaban para
canjearse por oro.
"
Véase las cifras del informe citado en Pillado, ob. cit., pág. 53.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
141
Pero agotados los medios para hacer frente a las exigencias del mercado de
cambios, la situación artificial no pudo continuar, y ambos bancos decidieron cerrar sus
oficinas de giros para lo cual se requería previamente la suspensión de la conversión,
pues, de lo contrario, los anteriores solicitantes de billetes hubiesen acudido a
convertirlos para exportar metálico por su propia cuenta, y causado, de esta suerte, la
depleción de las ya exiguas reservas de los bancos. Es para evitar esta exportación de
metal amarillo, que el gobierno autoriza a los bancos a suspender sus pagos en especie
en enero de 1885.
Para producir la inconversión actuaron, por consiguiente.factores análogos a los
que determinaron el colapso del 76. El desequilibrio en el balance de pagos, en primer
lugar, determinó la baja de los cambios y la necesidad de exportar metálico, tendiendo,
de este modo, a deplecionar las reservas de los bancos, exiguas en relación al monto
de los billetes emitidos excesivamente en los dos últimos años. En segundo lugar, estas
emisiones desproporcionadas de billetes, causaron seguramente una mayor elevación
de los precios, y contribuyeron, de tal forma, al estímulo creciente de las importaciones
que llegaron a su máximo en 1884 y que junto a la disminución del saldo de los
préstamos fueron las causantes del desequilibrio en el balance. Pues, es a través de este
mecanismo del comercio internacional, que las emisiones excesivas de papel presionan
sobre las existencias de oro, determinando su exportación. Es así que el déficit de 13
millones en el balance de préstamos, por una parte, y las escasas reservas de los bancos
oficiales, que ascendían precisamente a 13,2 millones, contra una crecida emisión de
60 millones de pesos moneda nacional, por otra, fueron los determinantes de la
suspensión de los pagos metálicos. De este modo completamos la explicación que de
este fenómeno presenta Williams, al ponderar la influencia de las emisiones excesivas,
cuya existencia él desconoce.
Si los pagos en metálico no se hubiesen suspendido en 1885, de seguro que gran
parte del oro habría abandonado el país para restablecer el equilibrio en el balance de
pagos; la cantidad de billetes en circulación hubiera disminuido en una cantidad
equivalente, y el crédito, desmesuradamente expandido en los años anteriores, sufrido
una brusca contracción, y determinado la liquidación de los negocios y de las acti-
vidades especulativas, la baja de los precios y del valor de la propiedad inmobiliaria.
La reacción habría sido recia, mas la situación económica del país se hubiese saneado
al eliminarse lo artificial y ficticio. Sin embargo, dejándose arrastrar el gobierno por
las influencias del ambiente -que casi siempre en tales circunstancias críticas ha
considerado las conveniencias inmediatas en desmedro de las permanentes de la
economía nacional- decretó la inconversión. Con lo que no se produjo la desinflación
del circulante, que hubiese sido su lógica y sana consecuencia. Lejos de ello, poco tiem-
po más tarde, nuevas emisiones de billetes se aumentarían a las existentes bajo el con-
senso oficial. Y las causas productoras del desequilibrio seguirían actuando con mayor
intensidad, preparando un desenlace más fuerte que el que se quiso evitar con paliativos.

142
RAÚL PREB1sCH
Si el gobierno en lugar de pretender desviar el curso de los acontecimientos, se
hubiera limitado, al reconocer su carácter tan lógico como necesario, a tratar que sus
consecuencias fuesen menos drásticas, el período descendente hubiese sucedido a la
época de expansión que culmina en el colapso del 85. En tal caso, la corriente inflada
de los préstamos se hubiese reducido, habrían decrecido las importaciones (parte de las
cuales habían sido artículos de "consumo improductivos", o si "productivos" en sí
mismos, no correspondían a las circunstancias económicas y las necesidades del país),
aumentando los saldos comerciales favorables con que pagar los servicios del capital
extranjero sin contraer nuevas deudas; la situación fofa de los bancos se hubiese
consolidado, y el país, preparado, por medio del ahorro, para costearse una moneda
metálica propia, que aún no podía conseguir. Pero los intereses que traía aparejados
la inflación predominaron en tales circunstancias. Y su triunfo hubiese sido efímero,
a no ser el carácter local del colapso del 85; en efecto, los mercados prestamistas de la
Europa, no experimentaron, como en la crisis anterior, ningún relajamiento en sus
operaciones, coetáneo a nuestro período crítico. De ahí que los préstamos apenas
interrumpidos, siguieran luego en proporciones crecientes. Sin ellos la liquidación no
se hubiese podido contener por mucho tiempo.
Es por esto que el fenómeno de la inconversión sólo tuvo el efecto de alterar el
mecanismo circulatorio; la expansión continúa desarrollándose con más intensidad, al
aumentar la doble corriente que la alimenta: préstamos extranjeros y expansión del
circulante (papel moneda y crédito).
IX. LA CRISIS DEL 90
Continuación del período ascendente anterior
Como para los primeros aflos de la década, contamos, en este caso, con las
concienzudas investigaciones de Williams sobre los balances de pagos, en que los
préstamos ocupan un lugar preponderante. Su reconstrucción se ha hecho menos difí-
cil debido a que gran parte de los capitales extranjeros prestados, lo fueron bajo forma
de empréstitos públicos, adquisición de cédulas hipotecarias, construcciones ferrovia-
rias, para cuyos rubros existen estadísticas adecuadas. Tales balances arrojan saldos
favorables al país después del déficit de 1885, hasta el segundo colapso de 1890; y no
a causa de los superávit del intercambio comercial, ya que, lejos de ello, las importa-
ciones excedieron en valor a las exportaciones, sino a los balances de préstamos. He
aquí las cifras:83
"
Williams, ob. cit., caps. VI y VII.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
143
Balance de préstamos extranjeros, públicos y privados, 1886-1891
(miles de pe~
oro)
Préstamos
Servicios
Balance
Año
1
2
3
4
s
6
(Col. 3-6)
Públicos Privados
Total
Públicos
Privados
Total
1886
41.587
25.993
67.580
19.901
6.863
26.764
+
40.816
1887
46.548
106.950
153.498
22.309
14.996
87.305
+ 116.193
1888
91.760
156.040
247.796
25.050
24.473
49.523
+ 198.273
1889
30.833
122.805
153.612
30.502
29.300
59.802
+
93.810
1890
11.420
33.975
45.345
28.206
32.035
60.241
-
14.846
1891
2.506
5.736
8.242
8.089
23.486
31.575
-
23.383
Balance de pagos anuales, 1886-1891
(miles de pesos oro)
Activo
Pasivo
Balance
Año
1
2
3
4
s
6
(Col. 3-4)
Exportac. !Préstamos
Total
lmportac. Servicios
Total
1886
69.835
67.580
137.415
95.409
26.764
122.173
+ 15.242
1887
84.422
153.498
23.990
117.352
37.305
154.657
+ 83.263
1888
100.112
247.796
347.908
128.412
49.523
177.935
+ 169.973
1889
90.145
153.612
843.757
164.570
59.802
224.372
+ 19.385
1890
10.819
45.395
146.214
142.241
60.241
202.482
-
56.268
1891
103.219
8.242
111.461
67.208
31.575
98.783
+ 12.678
En las cifras correspondientes a los préstamos privados, el autor citado ha incluido
las operaciones hipotecarias, los capitales contratados para la construcción de ferroca-
rriles, y aquellos invertidos en colocaciones varias del comercio y la industria. En 1886,
en plena expansión, se funda el Banco Hipotecario Nacional, cuyas cédulas, junto con
las del Banco Hipotecario Provincial, establecido en 1872 durante el período ascenden-
te de la crisis de la Oficina de Cambios, inundan los mercados europeos, ya que, como
hemos puntualizado en páginas anteriores el país no tenía ahorros propios con qué
sostener un mercado de valores mobiliarios. Suponiendo que el 90 % de las cédulas se
hayan colocado en el exterior, Williams encuentra, reduciendo a oro las cantidades a
papel que el monto realizado en tal forma en 1887 alcanza a 54 millones de pesos oro;

144
RAÚL PREBISCH
46, en 1888; 55, en 1899; para descender bruscamente a 13 en 1890, el año crítico; tales
cifras disminuyen no por el decrecimiento de las cédulas vendidas, que de un valor de
94 millones de pesos papel en 1887, pasan a 159 en 1889, sino por el ascenso del premio
del oro sobre el papel inconvertible desde el colapso del 85 (35 o/o en 1887, 91 o/o en
1889). En cambio, los servicios de interés y amortización a pagar anualmente al
extranjero, se abultaban de forma continua; alcanzan a 5 millones en 1887; 9, en 1888;
10, en 1889; ascendiendo a 12 millones de pesos oro en 1890, o sea una cantidad casi
equivalente al monto obtenido por la venta de nuevas cédulas en ese año.
A su vez la cantidad enorme de préstamos inmobiliarios que dichas emisiones de
cédulas representan, unida a la facilidad del crédito ordinario, azuzan vivamente la
especulación inmobiliaria, cuyo vuelo ya había comenzado en los años anteriores. Aun
en el supuesto que los préstamos se hubiesen concebido dentro del límite del 50 o/o del
valor de la propiedad-lo que no sucedió, pues ambas instituciones cedieron al impulso
corrosivo del ambiente y a las maniobras de la "política"- sus operaciones no
hubiéranse asentado sobre base firme, desde que los precios se habían inflado
extraordinariamente. De lo que puede formarse una idea aproximada, consultando las
cifras de la estadística municipal84 de la ciudad de Buenos Aires, en donde se
caracteriza la fiebre especulativa que se desarrollaba en todo el país. Las ventas de
propiedades raíces marchan en acelerado aumento entre 1886, cuyo número asciende
a 4.402, y 1889 en que las propiedades vendidas alcanzan a 10.370; para descender
bruscamente en el año siguiente, cuando el crédito personal y real se relaja. En 1891,
las ventas suben nuevamente hasta 8.607, pero ello se debe más bien a un exceso de
pequeñas ventas y no a un resurgimiento de la actividad. Análoga evolución denotan
el valor total de las transacciones y el número de metros cuadrados transferidos
anualmente, como puede verse en el siguiente cuadro:
Fiebre especulativa sobre inmuebles en los años 1886-1891
Año
Número de propiedades
M 2 vendidos
Valores realizados
(miles)
(miles de pesos m/n)
1886
4.402
5.604
34.462
1887
6.316
7.424
83.985
1888
6.949
19.759
123.076
1889
10.370
43.509
304.204
1890
5.353
9.014
103.010
1891
8.607
8.463
90.314
"
Véase Anuario de la Ciudad de Buenos Aires, año 1, 1891, Bs.As., 1892, págs. 245 y siguientes.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
145
Dividiendo los valores realizados por el número de metros cuadrados vendidos,
podría obtenerse un promedio de precios por metro, de escasa utilidad, pues abarcaría
tanto los valores de los terrenos edificados en el centro como en los terrenos baldíos en
los suburbios, de los que se apoderó preferentemente la especulación. Más lógico
resulta considerar los promedios de precios obtenidos en alguna de las parroquias
características, que es lo que hacemos en el cuadro siguiente:
La inflación de los valores inmobiliarios en los años 1886-1891
(promedio de los precios por m2 en $ m/n)
Años
Catedral
Socorro
Pilar
S. Cristóbal
Flores
Belgrano
al Norte
1886
86
33
5
2
1887
123
52
7
4
1888
145
72
10
7
1,3
1,3
1889
217
117
21
13
1,7
2,8
1890
215
96
25
14
2,5
3,1
1891
232
79
17
15
2,1
2,4
Por estas cifras puede verse el aumento extraordinario de los precios en tan corto
lapso, y su brusco descenso, en general, en los años del estallido de la crisis; en algunas
parroquias los precios aumentaron sólo poco más que el doble mientras que en otras
multiplicaron varias veces su valor. Es por eso que el límite del 50 % fijado por la ley
al Banco Hipotecario Nacional, resultaría ilusorio en el momento de la liquidación,
dado el porcentaje mucho mayor del crecimiento artificial de los valores.
El resto del capital privado, invertido en ferrocarriles, cuya fiebre de construccio-
nes es similar a la especulación inmobiliaria, y en bancos, sociedades anónimas
diversas, tranvías, etcétera, sigue una evolución análoga que el invertido en el rubro de
cédulas. De tal suerte que todo el capital privado contratado por el país en el exterior,
llega a 25 millones de pesos oro en 1886; 156 en 1888; para descender a 33 millones
en 1890, o sea una suma igual a los servicios correspondientes al mismo año.
Los gobiernos nacionales, provinciales y municipales rivalizaron con los particu-
lares en las operaciones de préstamos, contratando grandes empréstitos para obras
públicas y para llevar a cabo la famosa creación de los bancos libres, según veremos
más adelante. Por otra parte la contratación de los empréstitos respondía como lo hace
notar Williams, al deseo de los gobiernos de ver bajar el premio del oro, cuya altura
hacía sumamente onerosa, para un presupuesto en déficit crónico, la adquisición de
cambios sobre el exterior para pagar los servicios anuales de la deuda, cuyo monto, en
los últimos años, sobrepasa al de los nuevos empréstitos. Sería difícil, y al margen de
nuestro tema, la indagación del destino productivo o improductivo de estos emprésti-

146
RAÚL PREBISCH
tos; lo que no nos impide afirmar que el crecimiento rápido en el uso del crédito
exterior, fue de fatales consecuencias, debido a que sus servicios necesitaron pagarse
en oro, y al salir el metálico en fuertes cantidades, depreció aun más nuestra moneda.
Entre 1885 y 1893 la deuda pública nacional creció de 118 millones de pesos, a 43,9
millones moneda nacional y 250 millones oro.85 0tra causa no menos importante del
aumento de la deuda pública fueron los déficit en los presupuestos, que en esta época
de imprevisión. excitación y corrupción administrativa, alcanzaron a sumas inusita-
das. Entre 1880 y 1884 los déficit anuales sumados alcanzaron a la suma, ya conside-
rable de 79 millones de pesos: mientras que, entre 1883 y 1892 subieron a 174 millones.
De ahí que el déficit haya sido una de las causas determinantes del colapso, ya que, todo
país sin capitales acumulados, al consolidarse su deuda flotante. contrae un compro-
miso externo (si es que aquélla no estaba ya radicada fuera del país), pues el mercado
nacional no puede absorber los títulos, cuyos servicios precisan efectuarse en oro.
Nuestro país estaba en ese caso, y a la carga de tales servicios, se agregaron los que
anualmente reclamaba el capital privado extranjero.
· Hecho este examen de las cuentas internacionales del país, que tanta repercusión
tienen sobre el circulante estudiaremos el mercado interno, caracterizado por el estado
del crédito. Habíamos expresado que la intromisión del gobierno en los acontecimien-
tos del 85, coincidente con la buena disposición de los centros prestamistas del exterior,
detuvo la desinflación del circulante y la liquidación sana de aquella situación artificial.
La misma fuerza inflacionista de que el gobierno se hiciera eco entonces, predominaría
en el ambiente de prosperidad ficticia de los años sucesivos. Es así que en el mismo año
1885 se solicita con insistencia nuevas emisiones de billetes inconvertibles, pues así
lo requerían las "necesidades legítimas del comercio y de la industria". Se sabe que, en
la<s épocas de actividad febril, todo aumento de circulante encuentra en seguida su
ocupación en la extensión de los negocios y el alza de los precios, en nuestro país
principalmente los de la propiedad inmobiliaria; mientras ningún factor destruya la
confianza, el desarrollo de las actividades requiere cada vez más medio circulante para
continuar su marcha ascendente. Es claro que existe en cierto modo la "necesidad" de
nuevas emisiones mientras la "prosperidad" no se relaje; pero ello no significa la
bondad de su satisfacción. Es lo que no tuvo en cuenta el gobierno y gran parte de la
"opinión general'' manejada por cierta prensa que reflejaba los intereses emisionistas.
"Creemos -decía el diario Sud Américcr-, hoy más que nunca que la industria y el
comercio del país no pueden adquirir el crédito en una forma más fácil, más económica
y más rápida ¡que las emisiones inconvertibles de los Bancos de Estado"!86
De tal modo, la emisión de billetes inconvertibles que en el colapso del 85 ascendía
a la cantidad, ya enorme para la población del país, de 61 millones de pesos moneda
nacional, asciende a 74 millones a fines de año; con lo que no se sacian las
Exposición (oficial) sobre el estado económico y financiero de la República Argentina. Bs.As .•
1893.
86
Citado por Quesada, ob. cit., t. 11, pág. 215.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
147
"necesidades" pues al año siguiente se continúa presionando al poder público: el mon-
to emitido llegaba a 89 millones y el premio del oro a 39 %.
Los bancos a su vez siguen expandiendo su crédito de forma desmesurada en
relación a los recursos formados por el capital y los depósitos. El Nacional aun no había
realizado completamente su capital de 20 millones, en tanto que sus descuentos y
adelantos alcanzan en 1886 a 98 millones, sus depósitos a 34, y su emisión a 39 millones
papelcontra un encaje de 6 millones de pesos oro (véase el cuadro más adelante) y como
al año siguiente el directorio quisiera expandir más el crédito reclamado por el
"progreso" del país proyectó el aumento del capital a 43 millones de pesos moneda
nacional. Modificación aceptada por el gobierno, que encontraba su razón "en la
extensión que habían tomado las transacciones, en el crecimiento del comercio interno
y externo y la subida de todos los valores",87 es decir del mismo modo que, como
recordará el lector, se justificaban en períodos ascendentes de crisis anteriores,
análogas operaciones o la fundación de nuevos establecimientos de crédito. El
aumento se resolvió en la emisión de 226.000 acciones de 100 pesos, de las que 100.000
suscribió el gobierno pagando, como nunca lo hiciera antes, con oro sonante, producto
de la venta de un ferrocarril oficial; lo que si por una parte daba más recursos al banco
para extender sus descuentos y entrar con más bríos en las especulaciones de bolsa (en
la que se permitiría "movilizar" los encajes metálicos de los establecimientos emiso-
res), por la otra, significaba aumentar el circulante con oro prestado, ya que dicho
ferrocarril se había construido con capitales extranjeros, y por consiguiente el metálico
que resultaba de su transferencia, en última instancia, provenía de empréstitos. En
cuanto al resto, se entregó con éxito, a la suscripción pública.
Por otra parte, el Banco aumentó en el mismo año sus disponibilidades metálicas,
por el préstamo de 7,7 millones de pesos oro que la banca alemana le adelantó en
caución sobre los 10 millones de fondos públicos que recibiera del gobierno nacional
en pago de su deuda. Por lo que también esta vez, el establecimiento aumentaba sus
fondos con dinero prestado que exigía intereses trimestrales. El crédito, en tanto, seguía
su expansión.
[Es cuando el doctor Piñero, al contemplar "sólidamente constituido" al Banco
"con su gran capital", y resuelta su grave preocupación constitucionalista, exclama
airoso: "Era el Banco prescripto por la Constitución. El problema bancario y el de la
emisión quedaban resueltos en la República"
(sic). Por lo que lamenta la creación del
sistema de los Bancos Garantidos. Pero aun sin este nuevo sistema, y sin las copiosas
emisiones a que dio origen, el problema bancario y de la emisión estaba muy lejos de
ser resuelto. No hay más que recordar el capital extranjero con que los bancos habían
ampliado sus operaciones, la desmesurada extensión del crédito, y el creciente pasivo
del balance de pagos; antes de los Bancos Garantidos, la situación era delicada.]
A su vez, el Banco de la Provincia, para dar más vuelo a su giro, negoció en el
exterior, parte de los fondos públicos en cartera que poseía desde tiempos atrás; es por
esto que la reserva metálica pasa de 3,9 millones de pesos oro en 1885, a 11,5 millones
"
J. A. Terry, La crisis, Bs.As., 1893, pág. 105.

148
RAÚL PREBISCH
en 1886. Pero, este oro, como el del Banco Nacional, se entregaría en fáciles descuen-
tos y en operaciones de cambio; al año siguiente alcanzaba apenas a 1.895.000 pesos
oro (véase el cuadro). Es así como se aumentaba el circulante con oro prestado.
Y al crédito de los bancos oficiales, se agregaba el de los establecimientos
particulares, cuyo movimiento compite con el de aquéllos; para darse cuenta de la
fiebre especulativa de aquellos tiempos, basta conocer el hecho, citado por el ministro
de Hacienda en su mensaje, que, en todo el año 1886, se habían fundado 12 bancos
nuevos con un capital de 52 millones, y aumentado el capital de los existentes en 25
millones. "Se producía un inmenso movimiento de flujo y reflujo alrededor de los
bancos. De un lado los capitales que ingresaban a sus cajas en forma de depósitos
particulares y oficiales; oro remitido de Europa en busca de buena colocación, oro
ingresado por razón de negociaciones bancarias, de enajenación de fondos públicos, de
empréstitos con garantías. De otro lado, ese dinero distribuyéndose en la plaza por el
descuento fabuloso de letras y por los préstamos, antibancarios, en cuentas corrientes
de plazo indefinido. Y a los bancos oficiales seguían muy de cerca los bancos
particulares, reproduciendo en más humilde escala lo que pasa con los primeros".88
El sistema de los Bancos Garantidos
La tendencia inflacionista que dominaba al gobierno, obtenía su triunfo definitivo
con la aprobación por el Congreso, del Plan de Bancos Libres o Bancos Garantidos,
redactado por el Poder.Ejecutivo en septiembre de 1887. Por una parte, presentaban los
autores del proyecto el argumento que les sirviera anteriormente para justificar las
nuevas emisiones de billetes, "el crecimiento de las transacciones, la valorización de
las tierras, el desarrollo de las industrias existentes, la fundación de otras, reclamaban
mayor cantidad de circulante".89 El aumento de la emisión de billetes, en más de la
mitad, desde 1885, y la expansión correlativa del crédito, habían sido absorbidos por
el crecimiento artificial de los valores y el mayor movimiento de las transacciones; por
lo que sentíase "cierta tirantez" en los negocios, como se había experimentado
anteriormente, sin que el aumento del circulante la solucionase. Por otra parte se
pretendía remediar la anarquía monetaria de las provincias sobre la que no tuvo acción
apreciable la ley monetaria del 81, a pesar de sus propósitos.
Es que tal anarquía en el circulante respondía a condiciones de hecho, que simples
leyes monetarias no podrían alterar, cuyo origen histórico se remonta a los tiempos
coloniales. El sistema colonial español había desviado las rutas naturales del comercio,
es decir, aquellas por la que los productos podían llegar a los puntos de consumo con
"
Teny, ob. cit., pág. IOL
"
Ibídem.

.ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
149
el mínimo de costos de transporte. Buenos Aires tenía que proveerse de los artículos
manufacturados más indispensables por vía del Alto Perú. Y la corriente de mercade-
rías y personas debida a esta deformación artificial de la realidad económica, va
creando, a su paso, poblaciones que viven del tráfico, y de industrias rudimentarias, y
que más tarde servirían de puntos de apoyo a las futuras provincias argentinas. Es así
que la colonización y población de estos territorios, se desarrollan de un modo diferente
que en los Estados Unidos. En éstos, la dirección de aquéllas fue de la periferia al
centro; no se colonizaban nuevas tierras sino cuando el aumento de la población
comenzaba a dificultar las condiciones de vida en los lugares más cercanos al mar y a
los grandes ríos que permitían la fácil salida de sus productos. En nuestro país, por el
contrario, la colonización no sólo se desarrolla en el litoral, cerca de las salidas
marítimas, sino que por las circunstancias comerciales apuntadas, se desenvuelve
también en el interior, concretándose en centros poblados. Y mientras dura el sistema
absurdo del monopolio y el litoral es tributario del interior y Alto Perú, se mantiene en
equilibrio este sistema artificial. Pero cuando se abren los puertos al comercio libre la
corriente comercial se reversa y el producto europeo de la gran industria, de costo y
transporte más barato, desaloja de los mercados del litoral, al producto provinciano y
aun compite con él en sus propios centros de producción (los artículos de cuero y los
tejidos por ejemplo). Es entonces que comienza la decadencia y pobreza de los centros
mediterráneos, cuya artificiosa existencia provenía de un error histórico.
Y sin capitales acumulados, y con industria en plena involución, las provincias no
podían costearse una moneda metálica propia, como tampoco podía toda la nación. Los
"melgarejos", las "chirolas" y demás monedas de plata chilena y boliviana, eran de
pésima ley y escaso valor intrínseco. Con ellas, y con las emisiones regionales, se
desarrollaban sus transacciones internas en las épocas que consideramos. Cada
provincia tenía su billete propio que desalojaba, dentro de sus límites a los billetes del
Banco Nacional que de gfdinario tenían premio sobre aquél. De ahí la anarquía
monetaria que dificultaba las transacciones.
¿A qué se debía la repulsión de las provincias hacia el billete nacional, que era tan
inconvertible como los provinciales? Es que si los billetes del Banco Nacional llegaban
al interior en pago de las subvenciones que exigía una constitución política costosa, por
el comercio del litoral, que allí iba a establecerse, o por cualquier otra razón, no
tardaban en abandonarlo en pago de los saldos desfavorables de su comercio con el
litoral, que ya no aceptaba como antes sus productos, sino que, por el contrario,
ofrecíale artículos manufacturados europeos que allí no podían producirse. "Si la
moneda nacional no se detiene en el medio circulatorio de ciertas provincias, es porque
son provincias pobres, que consumen más de lo que producen y que necesitan para el
funcionamiento de su existencia económica, sueldos y subvenciones nacionales o
anticipos del crédito ... En tal caso "es evidente que sus saldos comerciales anuales les
serán desfavorables y el numerario tendrá que ser exportado".90
'° Terry, ob. cit., pág. 111.

150
RAÚL PREBISCH
Sobre las provincias del interior gravitaba pues un error histórico que sólo el
aumento de la población y el desarrollo y facilidad de las comunicaciones podóa
solucionar91 y la anarquía monetaria era sólo una emanación de las precarias condicio-
nes en que aquéllas se encontraban. El billete nacional no conseguía radicarse en las
provincias y por medio de la nueva combinación bancaria.por la que emergería ex novo
en cada provincia un Banco Garantido, que emitiese billetes nacionales, se queóa
conquistar para éstos el lugar ocupado hasta ahora por el billete provincial, que a causa
de su circulación restringida a su territorio, no podía exportarse en pago de los saldos
desfavorables con el litoral, por lo que tenía un desagio sobre la moneda de éste: el
billete del Banco Nacional. En la misma taumaturgia se había confiado para tener una
moneda metálica propia, dictando leyes monetarias como la del 81, a que ya nos
referimos; la nación no tenía capitales para invertirlos en moneda; ésta venía bajo
forma de préstamos extranjeros y se retiraba cuando el balance de pagos rompía su
equilibrio; y como el papel. emitido por otra parte en cantidades excesivas, no podía
compensar estos saldos, se depreciaba con respecto al oro, así como el billete provincial
lo hacía frente a los billetes del Banco Nacional. Del mismo modo que, durante la
colonia, debido a que la tendencia del comercio era del norte hacia Buenos Aires, la
plata fuerte de aquél tenía premio sobre la sencilla de ésta, bajo el régimen del comercio
libre. al invertirse la corriente comercial, el dinero de Buenos Aires tiene premio sobre
el de las provincias.
He aquí los hechos según el ministro de Hacienda: "Siéntese escasez de moneda
legal en las provincias, donde las operaciones son de lento desenvolvimiento, y se nota
una tendencia a establecer disparidad permanente entre los billetes de los bancos
provinciales, que desalojan de la circulación el del Banco Nacional. perturbando los
cambios y las transacciones". "Se ve en perspectiva la anarquía monetaria, que
mantuvo en el atraso y en la ruina el comercio interior
(es decir se tomaba la causa por
el efecto), a causa de la diversidad de valor de los billetes que representan hoy la
moneda legal del país, desde que circulan como inconvertible por autoridad de la
Nación".92
Es muy probable que la tendencia emisionista, y el deseo de traer más oro al país,
según ya veremos, fueran los móviles reales del proyecto de Bancos Garantidos. En
cuanto al deseo de solucionar la anarquía monetaria, fue seguramente un pretexto para
ganar adeptos al plan o no presentar tan claramente aquellos móviles; pues en el mismo
congreso alguien hizo notar la ineficacia que tendría la medida propuesta: "Las
provincias, decía el diputado Ernesto Colombres, especialmente las provincias pobres,
en sus relaciones de intercambio con Buenos Aires resultaban siempre deudoras de la
última, y debían cancelar con numerario sus saldos en contra. De ahí que para proveer
a la exigencia inevitable de medio circulante, en las transacciones internas de las
91
Y hoy aún se plantea este problema para las provincias del norte que parecen haber encontrado un
remedio más fácil en la protección aduanera.
"
Mensaje del Ejecutivo al proyectar el sistema de Bancos Garantidos.

ANarACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
151
provincias, se necesitase el billete o la emisión local, sin poder cancelatorio fuera de
los límites de cada una de ellas" y no el billete único con poder cancelatorio en todo el
país, que por la razón antedicha se abarrotaría en Buenos Aires.93
El nuevo sistema respondía pues a una necesidad "real" de un ambiente "ficticio".
Es por ello que "la opinión y ambiente en el Parlamento y fuera de él, en la prensa, en
la bolsa, y en muchos centros de actividad, eran propicios a la reforma".94 desde que
por ella, la emisión podría aumentarse fácilmente. La ley aprobada, calcaba el sistema
bancario de los Estados Unidos, vigente hasta hace poco tiempo. Según sus disposicio-
nes, cualquier establecimiento bancario que tuviera un capital mínimo de 250.000
pesos en dinero, estaría en condiciones de acogerse a la ley, y por consiguiente, de
emitir billetes previo depósito en la Oficina Inspectora, creada al efecto, de un monto
equivalente de fondos públicos de la deuda interna a oro, que deberían adquirirse con
oro efectivo al 85 % de su valor nominal. Ningún banco podría emitir más del 90 % de
su capital.
El oro recibido por el gobierno en pago de la venta de los títulos se depositaría a
interés en el Banco Nacional, durante dos afios, al cabo de los cuales debería emplearse
en amortizar la deuda externa nacional. "El senador del Valle impugnó extensamente
la disposición; sostuvo que ella alteraba una de las bases esenciales de la ley norteame-
ricana, en virtud de la cual los fondos públicos, destinados a la garantía, se abonaron
y se abonaban siempre en papel de curso legal, por su valor escrito; y propuso que así
se estableciera en el proyecto, para valorizar el medio circulante, que era uno de los
fines de la reforma". Le replicaron otros diputados," quienes expusieron los beneficios
que, en su sentir, produciría la cláusula propuesta". En esa insistencia sobre el pago de
títulos a oro, puede verse el segundo fin oculto del proyecto, puesto de relieve por
Williams, que consistía en traer más oro al país, desde que al valorizar el papel, esto
es mantener a un nivel más bajo el premio del oro, haría menos onerosas las remesas
metálicas que originaba la deuda pública con el exterior. En cuanto al propósito que
para ello aducían los promotores, a saber: la amortización de los títulos de la deuda
externa con el metálico obtenido por la venta de los títulos de la deuda interna sobre
la que descansarían las emisiones, no parece haber sido muy sano. En primer lugar, el
metálico se depositaría a premio en el Banco Nacional, lo que significaba que éste
podía utilizarlo en su giro pues sólo así podría recuperar los intereses que pagase. De
este modo, el oro, a más de servir directamente para la emisión de billetes, se
incorporaría a los negocios en forma sonante y contante. Los resultados prácticos de
esta medida no confirman la rectitud del propósito; en 1887, las reservas metálicas del
Banco Nacional (véase el cuadro) ascendían a la suma enorme de 32 millones de pesos
oro, a causa de aquellos depósitos; al afio siguiente, descendía a 4 millones, por haberse
empleado en préstamos y entregado en su mayor parte en operaciones de cambios en
"
Piñero, pág. 276.
"
Piñero, pág. 275.

152
RAÚL PREBISCH
la bolsa, para abandonar luego el país, cuando el balance de pagos desfavorable
comienza a sentirse a mediados de año.95 En segundo lugar, seguramente se sabía que
las provincias, a quienes se pretendía beneficiar con esta ley, no tenían, por su pobreza
crónica, oro propio con que adquirir los títulos de la deuda interna a oro; en las mismas
condiciones estaban los bancos oficiales que meses antes se habían visto obligados a
negociar fondos públicos en el exterior para aumentar sus disponibilidades metálicas.
Por lo tanto, para obtener el metálico, las provincias acudirían al crédito externo, y los
bancos oficiales negociarían los títulos públicos que les quedaban, con lo que los
compromisos oficiales (nacionales y provinciales) del país con el exterior, en el
supuesto que se amortizase la deuda externa, quedarían los mismos; cuanto más,
reduciríanse un poco los intereses si los títulos viejos redituasen más que los nuevos.
Pero es en la aplicación práctica inmediata del sistema de Bancos Garantidos,
donde se ponen de relieve las intenciones que le originaron. De esta forma capciosa,
se eludió el cumplimiento de las prescripciones fundamentales de la ley. Veinte bancos
se acogieron a ella, "varios de los que no existían aún en la fecha del decreto
autorizando su incorporación, y que eran sólo proyectos que se incubaban en las
carteras de algunos gobiernos de provincia".96Trece de estos bancos eran provinciales,
para cuya formación contrajeron sus respectivos gobiernos en 1888, nueve empréstitos
por 4 7 millones de pesos oro.97 Lo que no quiere decir que todos los títulos de la deuda
interna fueron pagados con metálico; de la suma emitida de 196 millones de pesos oro,
solamente 76 millones fueron pagados en oro; el resto lo fue en pagarés (Banco de la
Provincia y Banco de Córdoba), o acreditado en los libros del gobierno.98
Es así que los resultados netos del plan de Bancos Garantidos, fueron opuestos a
los que aparentemente se tuvieron en vista aunque respondieron admirablemente a la
tendencia inflacionista: la cantidad de papel inconvertible, que en 1886 era de 89
millones de pesos moneda nacional sube a 129 millones en 1888 y a 183 en 1889, y el
billete se deprecia más aún. La deuda pública externa aumenta en cantidades exorbi-
tantes en lugar de disminuir; y el Banco Nacional evapora las reservas metálicas que
le habían sido confiadas.
El crédito a su vez experimenta un enorme desenvolvimiento como puede
observarse por los cuadros siguientes en que hemos ordenado las cifras consignadas en
las obras de Quesada y Lorini:
"
Quesada, ob. cit., t. I, pág. 209.
96
Pillado, ob. cit., pág. 59.
"
Williams, ob. cit., pág. 58.
"
Ibídem.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
153
Expansión de los bancos oficiales, 1885-1891
(miles de pesos)
l. Banco Nacional
Cartera
Depósitos
Año
Emisión
Encaje
Papel
Oro
Papel
Oro
1885
29.678
25.296
37.021
6.524
1886
34.967
34.967
39.586
6.170
1887
40.068
40.068
40.922
6.251
1888
84.360
84.360
44.719
32.334
1889
151.259
151.269
49.778
4.776
1890
117.997
31.441
67.651
989
1890
62.000
19.018
135.792
13.567
142
1891
126.531
6.189
90.019
1892
{ 82.131
1.135
63.695*
2.574*
* Deudores en mora y gestión.
!l. Banco de la Provincia
Cartera
Depósitos
Año
Emisión
Encaje
Papel
Oro
Papel
Oro
1885
75.140
86.615
24.000
3.995
1886
65.255
2.907
27.346
11.521
1887
80.132
92.280
3.710
33.507
1.895
1888
119.834
4.885
110.031
4.623
44.085
4.889
1889
140.735
4.263
138.385
1.288
1.297
1890
121.338
5.000
132.009
1.781
831
1891
42.393
1.405
78.668
1.812
57.918
6
1892
{ 49.961
55.562*
* Deudores en mora y gestión.

154
RAÚL PR.EBISCH
Al considerar que la cifra de los descuentos y adelantos efectuados por el Banco
Nacional en 1885, que alcanza a 79 millones de pesos papel, llega a 198 millones en
1890, resalta la anormalidad de este crecimiento rápido. El crédito llegó a otorgarse por
los bancos oficiales al margen de toda norma comercial, rivalizando ambos bancos en
la corrupción de sus procedimientos y en lo anti económico de su política; el documento
habilitador a largo plazo, destinado a propulsar el desarrollo rural, cayó en manos de
los "políticos" amigos del gobierno; los adelantos en cuenta corriente, forma de
banquear extraordinaria en otros países por los peligros que reviste, en el nuestro llegó
a ser operación vulgar, agravada por el hecho que el cubrimiento de los saldos se
postergaba continuamente por los deudores. Los dos establecimientos principales,
formaron íntimo consorcio con los gobiernos respectivos, cuyas desastrosas conse-
cuencias recién sintiéronse más tarde; en este consorcio se originaron los "préstamos
a miembros de los poderes públicos y a personas de orden principal o secundario en la
política militante, que no estaban en relación con sus negocios ni con sus medios de
satisfacerlos y cuyos documentos estaban en gran parte abandonados en la cartera,
siendo el resultado definitivo un servicio interrumpido en intereses y amortizaciones,
con garantías poco eficaces cuando no ilusorias"99 Por otra parte, los grandes présta-
mos, especialmente los préstamos en metálico, absorbían gran parte de las disponibi-
lidades y no salían de un círculo reducido de personas allegadas al establecimiento; de
ahí que, al estallar la crisis, su cobro fuese casi imposible. El Banco Nacional además
había empleado en fondos públicos y títulos, cantidad apreciable de sus fondos,
haciendo caso omiso de la necesidad que tiene un banco comercial de mantener la
liquidez de su activo.
Y al calor de la expansión exorbitante del crédito, y de las continuas emisiones de
papel moneda, se desenvuelven aceleradamente los negocios y la especulación,
principalmente la especulación inmobiliaria cuyas cifras características ya hemos dado
más arriba, y la de bolsa, en títulos, acciones y metálico. Que el crédito alimentaba este
movimiento especulativo lo prueba, por ejemplo, el "crack" ocurrido en junio de 1888,
producido a causa del brusco retiro por el Banco Nacional, de las fuertes sumas de
dinero que se empleaban en pases y títulos; estos últimos sufrieron una brusca baja
originando "el sacudimiento más profundo y violento que registra la crónica de las
instituciones bursátiles". Las acciones del Banco Nacional casi llegaron a triplicar su
valor, a causa de los dividendos elevados (en épocas de inflación los bancos ganan
extraordinariamente debido al aumento de su giro, así como los comerciantes e in-
dustriales en general) y de los falsos estados presentados al público por los directores.
Estimulada por el alza de precios consiguiente a la inflación del circulante, y por
lo bajo del premio del oro debido a las grandes cantidades importadas (según
Williams), la importación llega a su máximo de 164 millones en 1889, siendo que en
1886 apenas alcanzaba a 95 millones. El déficit en el balance comercial asciende en
aquel año a 74 millones de pesos.
99
Informe del primer Directorio que sucedió al caído en 1890. Véase Quesada, ob. cit., 1, 213.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
155
Las características del período ascendente de esta crisis son pues análogas a las de
los períodos ascendentes de las crisis anteriores, aunque más intensas. "El momento era
de extraordinaria actividad en los negocios y en toda suerte de especulaciones ... Un
ansia de enriquecerse dominaba al mayor número ... Se especulaba sobre casas, sobre
campos, sobre papeles de bolsa, oficiales y no oficiales, sobre todo; y los bienes, al
pasar vertiginosamente de una persona a otra, adquirían siempre un valor más alto, no
en razón de su renta o de sus mayores aplicaciones probables, sino en virtud de la
creencia en el progreso sin límites y en la grandeza futura de la república y, sobre todo,
en virtud del extravío de criterio y del predominio de la especulación y el juego ... "100
El estallido de la crisis y sus consecuencias
Pero la reacción sobreviene cuando comienza el desequilibrio en el balance de
pagos. El afio 1889 marca la cresta del período ascendente. El balance de pagos
correspondiente denota apenas un saldo favorable de 19 millones de pesos oro-contra
169 millones en 1888-1º1 que seguramente debió producirse en los primeros meses a
juzgar por los cambios desfavorables, muchas veces hasta pasar el punto metálico de
salida, que predominan en todo el afio. El oro empieza a exportarse en cantidades
apreciables, lo que, unido a las nuevas emisiones de papel, eleva su premio de 158, que
era en marzo, a 233 en diciembre para seguir creciendo en lo sucesivo. Es en los últimos
meses del año que las dificultades aparecen~ el crédito de los bancos particulares se
restringe, lo mismo que el de los oficiales, para la generalidad de la clientela, lo que no
puede observarse en los balances porque éstos dan solamente cifras anuales, que en
1889 llegan a su cresta. "Las ventas ya no pueden operarse al contado, la especulación
tiende a detenerse, escasean los compradores para las tierras, los 'cracks' se suceden
en la bolsa, principia a ocultarse el dinero ya sea papel u oro, y el interés sube, las
obligaciones a término se hacen de difícil o imposible cumplimiento". 102 A principios
de 1890, la desconfianza se generaliza y la reacción de las actividades se acentúa; las
transacciones inmobiliarias, sin el apuntalamiento del crédito fácil, experimentan en
el primer trimestre de este año, una marcada declinación: el número de ventas alcanza
a 1.222 y su valor a 35 millones, en tanto que en igual época del afio anterior habían
ascendido a 2.271 transacciones por valor de 56 millones de pesos.
En 1890 se acentúa el déficit en el Balance de Pagos, iniciado en el año anterior,
que sube a 54 millones de pesos oro; es que los préstamos sufren una violenta reducción
100
Piñero, pág. 287.
101
Estos balances de pagos, como su autor lo reconoce, tienen un margen de error e incertidumbre.
A pesar de ello, se prestan muy bien para conocer la tendencia del movimiento internacional de cuentas,
que es lo que interesa.
'" Véase Terry, ob. cit., cap. III, de donde sacamos algunos de los datos que siguen.

156
RAÚL PREBISCH
en tanto que sus servicios aumentan, a la par que continúa el desequilibrio en el
intercambio comercial, ya que si las importaciones disminuyen entre 1889 y 1890
debido a la subida en el premio del oro, no lo hacen en la proporción necesaria para ser
compensadas con las exportaciones. Mientras tanto los bancos siguen restringiendo su
crédito con tanta mayor razón cuanto que sus disponibilidades se reducían; primero,
por la falta de pago de los documentos en cartera y demás créditos, peculiar a todos los
estallidos de las crisis, en que por falta de compradores a los precios de antes, ni los
negociantes, ni los especuladores, pueden realizar sus mercancías, tierras o títulos a los
precios que esperaban, lo que les obliga a liquidar en plena baja; segundo por el retiro
de los depósitos de la clientela, debido ala generalización de la desconfianza y a la gran
demanda de circulante, que aparece en tales momentos, determinada por el deseo de
oponerse a la liquidación. Asimismo el Banco Nacional no puede realizar su cartera a
metálico, en gran parte alimentada, como ya expresamos, por el oro de los Bancos
Garantidos, que, movilizado de esta forma, salió del país impelido por el desequilibrio.
En esa situación dificultosa, bancos y gobierno acuden al paliativo acostumbrado: las
emisiones inconvertibles que se efectúan clandestinamente, dando el golpe de muerte
al sistema de Bancos Libres.
(Paralelamente al malestar económico desarróllase la crisis política que termina
con la caída del gobierno de Celman, fiel exponente del período de despilfarro,
optimismo exagerado y especulación que había dominado en las actividades económi-
cas de los años anteriores. Es entonces cuando, al cambiar la dirección del Banco
Nacional, se pone en descubierto su política escandalosa y su grave situación.)
Para evitar la caída del Banco Nacional,1º3 deudor del erario por el oro de los
Bancos Garantidos, y permitirle responder a las exigencias de sus depositantes; para
auxiliar al Banco Hipotecario Nacional, que frente a la morosidad de sus deudores, no
le convenía ejecutarlos vendiendo sus inmuebles, dado el vil precio a que estos últimos
se vendían; y con el fin de proveer de fondos a la Municipalidad de la Capital para que
se supiese en condiciones de abonar su deuda exigible, el nuevo gobierno, obligado por
la presión de los hechos a prostituir su teoría antiemisionista, recurre a 60 millones de
emisión inconvertible.
Empero, un acontecimiento inesperado y de la mayor importancia, cambiaría el
destino de las emisiones. El gobierno nacional debía pagar al exterior alrededor de 15
millones de pesos oro por el servicio de su deuda pública, que al premio a que estaba
el metálico, equivalían más o menos a cincuenta millones papel; y no tenía oro
disponible para comprar cambios, ni por otra parte, poseía recursos a papel para
adquirir metálico, ya que ese año las rentas públicas habían disminuido a 71 millones
'º' La situación de este Banco era desastrosa. Debía al gobierno 47 millones de pesos papel (producto
de los depósitos que le hacía la Tesorería General para socorrer su encaje) y 12 millones de pesos oro; a
los acreedores exteriores debía 18 millones de pesos oro por el servicio de los empréstitos externos que
había tomado a su cargo en los años de expansión, y 11 millones de pesos oro a los acreedores del país. En
tanto que su encaje metálico apenas alcanzaba a 400 mil pesos oro. Su estado parecía pues insostenible a
pesar de las emisiones de papel.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MFDIO CIRCULANfE
157
de pesos papel, suma que casi absorbían totalmente los otros gastos ordinarios de la
administración, muy abultados desde los años anteriores. Y mientras esperaba un
arreglo con los acreedores europeos para salir del mal paso, recibe una comunicación
de la casa bancaria Baring Brothers, de Londres, prestamista secular del gobierno
argentino, en la que pedía a este último el pronto envío de los servicios que vencían,
y la autorización para no pagar las cuotas del empréstito de Aguas Corrientes que había
suscripto recientemente; de lo contrario veríase obligada a liquidar. Las dificultades de
la casa Baring, o el Pánico Baring, nombre con que han pasado a la historia financiera,
eran el resultado de la activa participación del establecimiento en el proceso de
expansión, al suscribir fuertes sumas de títulos que luego no pudo colocar entre el
público. Ante esa situación el gobierno utilizó la nueva emisión para comprar metálico
y con él, cambios sobre Londres, lo que elevó más el premio.
Ya a principios de 1890 la desconfianza se había generalizado y acentuado la
reacción en las actividades; las transacciones inmobiliarias, sin el apuntalamiento del
crédito fácil, experimentaban en el primer trimestre del año, una marcada declinación;
las propiedades no encontraban compradores y los precios comenzaban a desplomarse.
En el primer trimestre de este año el número de ventas alcanzaba a 1.222 y su valor a
35 millones de pesos papel, en tanto que en igual época del año anterior ascendían a
2.271 transacciones por valor de 56 millones de pesos. Pero es en las cifras anuales en
que la reacción se nota con más intensidad. Tanto las cifras del número de ventas como
las de superficie vendida, valores realizados, y de los precios obtenidos por metro
cuadrado caen del máximo que habían alcanzado en el año anterior (véase el cuadro de
la pág. 145).
La reacción en el crédito puede observarse en las cifras de la cartera de los dos
bancos oficiales, que expresan la tendencia general. En 1889, el monto de la cartera del
Banco Nacional llega a su máximo de 151 millones de pesos papel para bajar a 62
millones en 1890, en que también aparecen descuentos por 19 millones oro, efectuados
seguramente con el oro de los Bancos Garantidos. Igualmente la cartera del estableci-
miento provincial desciende de 140 a 121 millones de papel, entre 1889 y 1890. El
crédito personal desaparecería por completo; los bancos oficiales estaban próximos a
la falencia, y los particulares no descontaban una sola letra, por más abonadas que
fueran las fmnas. 104
Es cuando el comercio y la industria sentían desplomarse las nuevas sociedades,
principalmente anónimas, que habían florecido en los últimos años. A su vez el
comercio mayorista de importación padecía bajo la doble dificultad de la restricción
del consumo en el mercado interno, y de la altura del premio del oro que hacía muy
pesado el cumplimiento de sus compromisos con el exterior, postergados sucesiva-
mente desde los años anteriores, en la esperanza de la valorización del papel.
El estallido de la crisis que se precipita con el de la revolución política de julio de
1890, continúa hasta mediados de 1891. Los bancos oficiales continúan soportando la
extracción de sus depósitos; para auxiliarlos el gobienro nacional decreta varios días
' 04
Terry, ob. cit., pág. 182.

158
RAÚL PREBISCH
de feria y mientras tanto recurre a la emisión de un emprésito interno de l 00 millones
de pesos papel cuyo producido de apenas 28 millones no puede contener la corrida de
los depositantes. Fracasa esta medida y dejada a un lado la de nuevas emisiones. fue
un hecho la caída de los bancos oficiales cuyo cierre decretó el gobierno el 7 de abril,
procediéndose enseguida a la liquidación. Lo dificultoso de esta última puede apreciar-
se por la cifra enorme a que llegan los deudores morosos y en gestión en 1892: 63
millones papel en el Banco Nacional y 55 en el de la Provincia.
Y teniendo en cuenta las necesidades del comercio que había quedado en pie y las
de las industrias rurales, favorecidas doblemente por la baja de los salarios consiguien-
te a la desocupación, y por el ascenso del premio que establece una "prima de
exportación" sobre sus productos, el gobierno crea el Banco de la Nación. Esta
institución debió ser netamente particular pues su capital se formaría por la suscripción
de 50 millones de pesos en acciones; mientras la suscripción se abriese al público, la
Caja de Conversión emitiría los 50 millones de pesos papel de su capital, que luego se
cancelarían con el producto de aquélla. Pero la suscripción no tuvo éxito y el Banco
quedó fundado sobre la emisión inconvertible y con carácter oficial. En los primeros
años sigue una marcha lenta en medio de la depresión de las actividades económicas,
adquiriendo más tarde un desarrollo sólido merced a la mejora de la situación del país
que según veremos, se produce en los años posteriores, y a su política prudente.
Con la caída de los bancos se acentúa la franca liquidación de la crisis. esto es, el
período descendente. Ella se manifiesta en el intercambio comercial de la misma forma
que la crisis que termina con el cierre de la Oficina de Cambios: con saldos favorables.
Es que el activo del balance de préstamos105 casi desaparece puesto que los gobiernos
no contratan nuevos empréstitos y los capitales extranjeros son reacios a colocarse en
este período de depresión de las actividades, mientras que el pasivo sigue abultado
aunque en proporción menor que en los años de expansión, debido: en primer lugar, al
pago de los servicios del gobierno nacional en títulos del emprésito moratoria, por 75
millones de pesos oro, empréstito concedido por el comité de interventores de la casa
Baring, con el exclusivo fin de satisfacerporlos años 1891, 1892 y 1893, los servicios
de la deuda nacional externa, que de otro modo hubieron de efectuarse en oro, lo que
hubiese elevado más su premio y puesto en serio aprieto las finanzas oficiales. (En
1892, previéndose la imposibilidad de reanudar el pago en efectivo en 1894, el
gobierno concertó con sus acreedores europeos el "Arreglo Romero" por el cual se
reanudaban parcialmente los servicios de intereses escalonando su pago en una serie
de años, y reanudando el pago de amortización, recién en 1901; en segundo lugar a la
suspensión de los servicios de las cédulas del Banco Hipotecario Provincial, debido a
la falencia y morosidad de sus deudores consiguiente al fracaso de la especulación
inmobiliaria, y a la falta de pago de los servicios de las deudas provinciales, de que se
hizo cargo más tarde la Nación. Además los servicios del capital extranjero disminu-
yeron en una situación en que ya no se obtenían los copiosos beneficios del período
anterior.
"" Véase en Williams los Balances de Pagos, cap. VIII.

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANI'E
159
Debido al trastrueque del balance de préstamos, y a través del mecanismo que tan
bien estudia Williams, las importaciones disminuyen considerablemente (142 millo-
nes oro en 1890, 67 en 1891, y 91 en 1892) mientras aumentan la<i exportaciones (100,
103y113,respectivamente), de tal suertequeelintercambiocomercial arroja superávit
que compensan los déficit en el balance de préstamos, permitiendo aun balances de
pagos ligeramente favorables en los años 1891 y 1892, que vuelven a tomarse
desfavorables en 1893 y 1894 debido a la disminución de los saldos favorables del
intercambio comercial. Es así que el movimiento de cuentas internacionales del país
sigue con alternativas hasta que en los últimos años de la década sus fuertes superávit
determinan la subida de nuestros cambios y la importación de metálico. Este fenómeno
por una parte y la absorción de los billetes inconvertibles por la actividad renaciente
de las transacciones, traen la valorización del papel, detenida artificialmente en 1899,
por la ley de conversión que, al coincidir con una serie de balances de pagos favorables
asegura la estabilidad y convertibilidad del billete.
X. SlNTESIS y CONCLUSIONES
Al desarrollar en los capítulos anteriores, un ligero bosquejo de uno de los aspectos
de nuestra historia económica, no nos ha guiado el prurito "académico", de reconstruir
lo pasado, como fin en sí mismo; sino que, al desentrañar ciertas regularidades de la
maraña de los hechos, investigar la acción de factores que aún peduran, y conocer la
génesis de muchos fenómenos actuales, hemos creído encontrar elementos para
ponderar los problemas que la realidad presente plantea. Al principio de este trabajo,
que según nuestra concepción primitiva no rebasaría el estrecho marco de una crítica
a los puntos más salientes que le merecían de un libro recién aparecido, tuvimos ocasión
de anotar que en la introducción de este último, su autor emprendía un estudio histórico
previo de la moneda, el crédito y los bancos en la República Argentina, porque
consideraba que su conocimiento ilustraría los problemas actuales; y agregaba: "el
pasado y el presente son factores capitales del porvenir". Entendía de este modo, el
doctor Piñero, rendir homenaje al método histórico, que tanto impulso dio a la ciencia
económica; pero el hecho es que sus páginas son simples narraciones, en que los hechos
importantes figuran en el mismo plano que los detalles insignificantes y las disposicio-
nes legales atraen demasiado la atención. Por manera que una vez terminada su lectura,
queda en la mente la impresión vaga y oscura de un caos de acontecimientos, en cuya
producción la contingencia monopoliza todo el terreno.
Por otra parte, esta narracion histórica: por cierto muy diferente del método que
lleva el mismo nombre, de muy poco sirve al autor cuando en el último capítulo
presenta un plan de reformas de la ordenación presente de la moneda y el crédito, plan
que analizaremos más adelante.
Precisa pues sintetizar los rasgos fundamentales de nuestra historia del circulante.
Y si la magnitud de la crítica anterior está en desproporción con la modestia de este

160
RAÚL PREBISCH
trabajo, cuando, a su tumo, aspiramos a hacer obra constructiva, no se interprete
aquélla como petulancia de un principiante; sólo hemos pretendido poner de relieve la
inutilidad científica de ciertos modos de estudiar los problemas económicos, y al
mismo tiempo, sin duda alguna en forma muy imperfecta, demostrar que la historia
monetaria y bancaria argentina no es refractaria a la formulación de regularidades y ge-
neralizaciones, a la investigación sistemática.
Después de un examen inductivo de la realidad pasada, apuntalado por ciertas
deducciones lógicas, sostuvimos que durante la Colonia, y normalmente, no podía
circular una moneda metálica fuerte, ya que el país no tenía capitales acumulados para
costear su mantenimiento. La moneda fuerte, si aparecía, era fugazmente, y no tardaba
en abandonar el país, impelida por saldos desfavorables del intercambio comercial. Por
lo que, en relación a los fines perseguidos, era ocioso estudiar las disposiciones
legislativas, que, sobre la moneda que debía circular en la colonia, nos enviaban desde
España.
La misma carencia de capitales propios persiste durante la vida independiente. De
ahí lo inocuo de la legislación monetaria de la Asamblea del 13; ni el ardor patricio,
ansioso de simbolizar en el cuño la soberanía naciente, ni sus ingenuas creaciones
legales, lograron atraer el metálico que serviría de moneda. Mucho más importante en
su alcance y en sus efectos, fue el trasplante a un medio refractario, de instituciones
bancarias arraigadas en otros ambientes apropiados. El primer banco ( 1822), se incuba
al calor de los apuros fiscales; y con el exiguo capital metálico extranjero que logra
reunir, lanza copiosas emisiones de billetes y otorga fácilmente su crédito. Pero el
período de prosperidad ficticia, de subida de valores y de especulación inmobiliaria,
que la inflación del circulante genera, concluye en el estallido de una crisis, no bien el
crecimiento de las importaciones desequilibra el balance comercial. Ocurre la necesi-
dad de exportar metálico, los tenedores de billetes acuden a convertirlos por oro, ya sea
para responder a esta necesidad, o impulsados por la desconfianza reinante. Incapaz de
convertir la gran masa de billetes presentados con las escasas reservas metálicas, el
banco suspende sus pagos en metálico. Y el relajamiento del crédito consiguiente al
mal estado bancario, da fin a la prosperidad artificial.
Sucede al primer banco, otro que, sobre un capital más deleznable aún, y producto
a su vez de necesidades fiscales e intereses inflacionistas, no tarda en convertirse en
máquina emisora de billetes cada vez más depreciados e inconvertibles, destinados,
casi en su totalidad, a enjugar los déficit de los presupuestos. Más tarde es reemplazado
por la Casa de Moneda, de idénticas funciones.
Sin que el ambiente económico del país hubiera cambiado fundamentalmente, se
llega, en la segunda mitad del siglo, a la fundación del Banco de la Provincia. Su capital
metálico es insignificante, y si en 1867, la Oficina de Cambios anexa ofrece convertir
espontáneamente sus billetes, es porque lo permite la afluencia extraordinaria de
metálico prestado por el extranjero, que eleva al mismo tiempo el valor del papel. Los
billetes que emite la oficina a cambio de metálico, los que emite sin garantía y sin
peligro inmediato gracias a los balances de pagos favorables, suministran amplia base
para la expansión del crédito. Sobreviene al calor del aumento creciente del circulante,
la prosperidad artificial: por una parte se inflan los valores, especialmente los de la

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
161
propiedad inmobiliaria, y por otra, aumentan considerablemente las importaciones.
Pero en cuanto el crecimiento de estas últimas y de los intereses del capital extranjero,
y la disminución de la corriente de los préstamos, convierten en desfavorable el balance
de pagos, la oficina, al sentir que sus reservas metálicas descienden rápidamente,
suspende sus pagos y el billete se deprecia. Cuando la situación cambia de aspecto
( 1873-1875), la restricción del crédito fácil trae el fracaso de la especulación inmobi-
liaria, la baja de los valores y la liquidacion y depresión de los negocios; y la fuerte
reducción que experimentan las importaciones, permite arrojar saldos positivos al
balance comercial, con que hacer frente a los intereses del capital extranjero.
El período descendente dura pocos años. Al comenzar la década siguiente. se
reanudan las fuertes operaciones de crédito con el extranjero, y los balances de pagos
favorables, junto a las importaciones consiguientes de metálico, producen una crisis
cuyo período ascendente es análogo al anterior. El desequilibrio en el balance de pagos
( 1884-1885) trae la incoversión y un colapso poco intenso gracias a la continuación de
la corriente de los préstamos (ya que en ese caso los mercados monetarios extranjeros
no experimentan tensión alguna como en 1873), y de las emisiones excesivas que
acrecen la inflación del circulante y la prosperidad ficticia. Empero, el desenlace no se
evita: con medidas artificiales se logra contenerle por el momento. postergarle. hasta
que en 1890 el balance de pagos desfavorable precipita el estallido violento de la crisis.
El período descendente que sigue, se caracteriza a su vez por saldos positivos del
balance comercial y por la exigüidad de los préstamos de capital extranjero.
En el resumen que acabamos de hacer pueden observarse ciertas regularidades;
algunas son comunes a todas las crisis, y otras, peculiares al grado de formación
histórica de nuestra economía.
País sin capitales acumulados, y por tanto incapaz de mantener moneda propia, la
Argentina debía tomarlos en el exterior, ya para desenvolverse económicamente, ya
para colmar los déficit en los presupuestos. Los capitales prestados permiten~ por una
parte, el abultamiento de las importaciones de mercaderías extranjeras, y por otra, al
incorporarse como metálico a la economía nacional, aumentan la cantidad de medio
circulante, y preparan el terreno para la expansión del crédito y un período ascendente;
del mismo modo que es el retraimiento de la corriente de estos capitales que, junto a
la variación de otros factores sobre los que tienen gran influencia, desequilibran el
balance de pagos y producen una situación crítica. De tal suerte que estos capitales,
como expresamos a su tiempo, constituían los factores objetivos preponderantes en la
formación de nuestras crisis. Sería unilateral darles carácter exclusivo y despreciar la
acción de factores subjetivos muy importantes que mantienen con aquéllos estrecha
interdependencia. Factores subjetivos, tales como la apreciación de las oportunidades
que ofrecía la Argentina y de las probabilidades de rápido enriquecimiento intervenían
en la incorporación de nuevos capitales; impulsaban a la clase gobernante, con
determinados intereses, sentimientos, ideologías, etcétera, a contratar dinero europeo
para la construcción de obras públicas, a gastar y derrochar las rentas y el producto de
los empréstitos. Es algo subjetivo, la confianza, lo que, a más de una base material,
permite y acelera el desarrollo de un período ascendente; gracias a ella se amplían los
negocios sobre la base del crédito y toma vuelo la fantasía financiera. Asimismo, es el

162
RAÚL PREBISCH
relajamiento de esa confianza que, ora retrae la corriente de los préstamos y origina el
desequilibrio en el balance de pagos, ora determina la restricción del crédito, o ambas
cosas a la vez: es cuando el colapso se produce. La inseguridad. depresión y
desconfianza subsiguientes, mantienen el estancamiento en los negocios hasta que.
insensiblemente, al nublarse cada vez más el recuerdo de la épocas trágicas, la
confianza renace y abre el campo para un nuevo ciclo.
Hay pues una serie de acciones y reacciones mutuas entre ambas categorías de
factores. por lo que no podría olvidarse la existencia de una de éstas. En el presente
trabajo. no hemos tratado de penetrar en la complejidad de este entrelazamiento. sin
que ello signifique desconocer su importancia. Sólo hemos estudiado la expresión
material de los fenómenos y averiguado sus causas objetivas más importantes. que se
presentan con regularidad debido a la estructura económica especial del país. Hemos
estudiado la acción importantísima que los balances de pagos -en nuestro país. casi
absorbido totalmente en el intercambio con el exterior, y ávido de los capitales
extranjeros-, tienen sobre la situación monetaria y bancaria; y constatado la regulari-
dad con que ciertos fenómenos se producen cuando actúan determinados facto::es. Ir
más allá hubiese significado invadir el campo de otras disciplinas de la Economía. E1
mismo carácter tendría el estudio interesantísimo, de las fuerzas que determinan la
política monetaria y bancaria argentina: la influencia. por ejemplo, que los intereses.
sentimientos, etcétera de los grupos que tienen el poder político. ejercen sobre ciertos
acontecimientos tales como la política inflacionista que sigue a la crisis del 85. la
detención legal del crecimiento del valor del papel moneda y otros más. Estudios que
saldrían de los límites de este bosquejo.
XI. LA CRISIS DE 1913: BREVE SÍNTESIS DE LA EVOLUCIÓN
DE NUES1RO CIRCULANTE EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Interdependencia entre la moneda y el crédito
Si en el siglo pasado las funciones bancarias y monetarias al ser ejercidas por
institutos de emisión a la vez que de depósito y descuento. han estado íntimamente
ligadas, en lo presente. sin perder su interdependencia, se desarrollan en dos planos
distintos. La cantidad de billetes en circulación ya no depende directamente de los
establecimientos de crédito. sino del estado del balance de pagos. La Caja de
Conversión, única institución emisora, entrega billetes por oro u oro por billetes
(prescindimos de la anormalidad actual), según la necesidad que el país tenga de
importar o exportar oro: por manera que, sólo de esta forma, la circulación de billetes
se expande o retrae. En cambio, en el régimen anterior, si bien los movimientos del
balance de pagos influenciaban poderosamente la cantidad de billetes en circulación,
la dependencia no era tan directa, automática, como bajo el sistema presente. Los

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
163
bancos no estaban sujetos a la relación estricta que implica un exacto contravalor en
oro porcada billete emitido, sino que podían lanzar billetes a la circulación, sin garantía
metálica expresa; y en la práctica sobrepasaron siempre el margen clásico fijado por
la experiencia. Es por esto que, al sobrevenir un desequilibrio en el balance de pagos
que hiciera necesaria la exportación de metálico, y por lo tanto la conversión de billetes,
las reservas aúreas, de suyo exiguas en relación al papel emitido con exuberancia,
decrecían rápidamente, y los establecimientos emisores, en la imposibilidad de hacer
frente a la conversión exigida, suspenderían sus pagos en metálico.
Actualmente, al ajustarse la emisión a un exacto respaldo en oro, la inconversión,
de hecho, por el juego de factores económicos, no podría producirse. Es cierto que la
masa de billetes sin garantía expresa, legado de las emisiones del siglo pasado, da lugar
a temores, y los temores a proyectos de reforma. Ya veremos cuán infundados son unos
como otro. Asimismo, nos referimos a la inconversión actual, producto político y no
económico.
Que ambas funciones referidas se desarrollen en diversos planos. no excluye la
existencia, entre ellas, de un intrincado plexo de acciones y reacciones. El aumento de
billetes causado por la afluencia de metal amarillo, traído a su vez para saldar balances
favorables, es base propicia para una expansión del crédito. El oro, en sí mismo o por
medio de billetes, va directamente a las reservas de los bancos -que son quienes lo
importan al país- o indirectamente, al ser depositado por el público después de haber
circulado. Y al aumentar el coeficiente de las reservas, se aflojan los resortes del
crédito.
El juego diverso se desarrolla cuando ocurre un trastrueque en la situación. Si un
desequilibrio negativo en el balance de pagos exige salidas de metal, las reservas
bancarias comienzan a devolver los billetes que otrora las alimentaran, disminuye la
circulación, y acaece una restricción del crédito drástica, si el desequilibrio es fuerte
o su expansión fue desmesurada, menos intensa, si aquél no es grave o la política
bancaria anterior fue prudente.
En todo caso la conversión continúa; pero la disminución de los billetes y sus
consecuencias, recién apuntadas, traen una crisis bancaria y comercial más o menos
intensa según la amplitud relativa de la restricción del circulante (billetes y crédito) y
la existencia de otros factores accidentales.
No termina aquí la interdependencia entre moneda y crédito. Baste recordar lo que
dijimos en otro capítulo respecto de la acción estimulante de la inflación interna del
medio circulante sobre el comercio exterior y la corriente de los préstamos, cuyas
variaciones, al modificar el balance de pagos, afectan las importaciones y exportacio-
nes de metálico, y, a través de ellas, la situación monetaria.
La estabilidad monetaria
Las anotaciones que en otros capítulos hiciéramos sobre la historia de nuestro
medio circulante, han pretendido arrojar luz sobre aquella interdependencia entre el
movimiento internacional de cuentas del país, y el mercado monetario y bancario

164
RAÚL PREBISCH
interno. No se abandona el terreno estrictamente objetivo, al servirse de la experiencia
pasada como canon de interpretación de los acontecimientos más salientes de los
últimos años y de lo presente.
Producto de intereses de fuerte gravitación en la política del país, la Ley de
Conversión, si bien lesionaba otros, tuvo benéficos efectos sobre la economía de la
clase dominante y la consolidación monetaria. Retornar al peso de cien centavos de la
ley monetaria de 1881 -al dejar rienda suelta a la valorización del billete determinada
por balances de pagos favorables y la absorción paulatina del papel inconvertible por
el crecimiento de las transacciones- hubiese significado el brusco reajuste de la vida
económica del país a una unidad monetaria que si existió alguna vez, fue de un modo
muy fugaz. Durante todo el siglo pasado, el circulante efectivo fue el billete inconver-
tible y depreciado; las conversiones, de vida muy efímera, fueron plantas de inver-
náculo alimentadas con la savia inconstante del oro extranjero. En el siguiente cuadro
que comprueba este aserto, puede observarse que sólo en los años 1883 y 1884 el papel
valía 100 centavos oro (éxito efímero de la ley monetaria); que en los cinco años
siguientes en que acaecen grandes emisiones, el término medio de su valor metálico fue
68 centavos, y que en los diez años precedentes a la ley de conversión este valor medio
es muy inferior al tipo fijado de cuarenta y cuatro centavos.
Cantidad de billetes en circulación y valor metálico del papel106
(miles de pesos)
1883
100
1884
100
1885
74.820
73
1886
89.197
72
1887
94.070
74
1888
129.504
68
1889
163.647
52
1890
245.100
40
1891
261.408
26
1892
281.608
30
1893
306.743
31
1894
298.702
28
1895
296.743
29
1896
295.115
34
1897
292.703
34
1898
252.046
39
1899
291.342
44
"' Boletín Semestral de la Dir. Gral. de Est. (Resúmenes).

ANarACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
165
La ley de Conversión, al aprovechar la coyuntura de la valorizacion del papel, a la
par que despejó el camino para la estabilización del billete -lo que por sí mismo trajo
mayor seguridad en las transacciones- consagró una situación de hecho, de mucho
tiempo arraigada: la depreciación. Si bien es cierto que esta ley, sin la serie de balances
de pagos favorables que entonces tuvo la Argentina hubiese sido una de las tantas
disposiciones legales cuya influencia no pasaba más allá del papel, no se puede negar
que la fijación del tipo en 44 centavos, tuvo influencia no despreciable sobre la
estabilidad monetaria ulterior. En efecto, si se hubiese dejado libre el campo al ascenso
del valor metálico del papel hasta llegar a la paridad de la ley del 81 -a más de las
continuas fluctuaciones que implicara y a la intensa crisis que trajera- los 291 millones
de pesos sin garantía metálica expresa, hubiesen tenido un significado mucho más
importante: en lugar de representar 128 millones de pesos oro al tipo fijado de 0,44,
equivalieran a 291 millones. Cantidad que, frente a otra igual de billetes emitidos al tipo
de 100, y por lo tanto con igual garantía metálica que su valor nominal, representaría
el 50 % de la circulación total sin garantía; mientras que, frente a la misma cantidad de
oro canjeada por billetes al tipo de 44 centavos -o sea 609 millones de pesos papel-
significaría apenas el 30 % de la emisión en descubierto. Por consiguiente, cuanto más
reducido hubiese sido el tipo adoptado, mayores probabilidades de éxito habría tenido
la Ley de Conversión.
Intensa reanudación de las corrientes de metálico
A partir de 1903 el billete se toma estable, sobre la sólida base de los balances de
pagos favorables producidos por los saldos positivos del balance comercial y la
reanudación de la corriente de los capitales extranjeros, por una parte; y por otra,
gracias a la cesación definitiva de las emisiones sin respaldo metálico exacto. Es el
ensanche de aquella corriente, que, a fines de la primea década, permite a nuestro país,
atraer fuertes cantidades de metal amarillo y acrecer extraordinariamente la cifra de sus
importaciones de mercaderías. Y al calor del oro extranjero, se incuba el período
ascendente de una crisis, análogo en muchos aspectos a los que preceden los colapsos
de 1875, 1885, 1890.
Aserto que puede comprobarse al examinar los balances de pagos y la evolución
de sus factores. Por lo pronto, la existencia visible del metálico en el país (en la Caja
de Conversión y en las arcas de los bancos, según los balances) que en 1905 es de 128,6
millones de pesos oro, asciende a 253,5 millones en 1910, es decir, casi duplica en un
lustro. Y si entonces se pudo creer que este aumento de la masa metálica, al menos en
los dos últimos años, era el halagüeño resultado del "exceso de la producción nacional
sobre el consumo puesto de relieve en los copiosos superávit del balance comercial; no
pasaría lo mismo en los años posteriores, por más que la prensa y la "opinión pública"
aturdidas por el ruido del metal amarillo, cantaban loas a la futura grandeza nacional.
Las cifras desvanecen toda ilusión. Según los cálculos que el Ministro de Hacienda,
doctor Rosa, expresara en el Congreso en 1910 para contener a su tiempo la febril
contratación de empréstitos públicos en el extranjero --característica de nuestros

166
RAÚL PREBISCH
períodos de inflación que ya apuntaba con contornos muy nítidos-, el servicio de los
2.600 millones de capital extranjero colocados en diversas formas en nuestro país, las
remesas de los inmigrantes y los gastos de los viajeros argentinos en el exterior,
recargaban el pasivo anual de la Argentina hacia el extranjero, en más de 200 millones
de pesos oro. En tanto que el superávit comercial de aquel año apenas alcanzaba a 9 ,7
millones de pesos oro; lo que significaba que tanto el aumento de la existencia
metálica, conw el pago de casi la totalidad de aquella fuerte suma del pasivo, se
efectuaban con los nuevos fondos que nos prestaban los capitalistas europeos.

Puede examinarse con más claridad esta situación en el balance de pagos corres-
pondiente al año económico de 1911-1912. que es característico de esta época de
inflación. Las cifras que expresa, hasta ahora inéditas han sido consultadas en la
excelente biblioteca de la casa E. Tornquist Ltda., y corregidas según los valores
"reales" de la estadística del comercio exterior.
Balance de pagos internacionales correspondientes al
año económico 1911-1912
(en miles de pesos oro)
Activo
Exportaciones
448.141
Empréstitos públicos colocados en el extranjero
48.500
Cédulas hipotecarias colocadas en el extranjero
36.155
Capitales extranjeros invertidos en distintos ramos de la producción nacional,
hipotecas, terrenos
186.857
Total del activo
719.653
Pasivo
Importaciones
428.953
Servicios de la deuda pública pagaderos en Europa
43.600
Servicios de las cédulas hipotecarias colocadas en Europa
8.400
Intereses sobre el capital ferroviario extranjero
46.000
Intereses sobre los demás capitales
69.500
Ahorros remitidos por los inmigrantes
43.000
Gastos de los viajeros argentinos en el extranjero
44.000
Total del pasivo
683.453
Saldo activo en oro: aumento de la masa metálica
+ 36.200
719.653

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
167
Por amplio que pudiera ser el margen de error en estas cifras, no se presta a dudas
el estado real del país en su movimiento económico con el exterior, de que depende su
circulación monetaria y la superestructura del crédito. El saldo exiguo de las exporta-
ciones sobre las importaciones (19 millones solamente), que venían experimentando
un rápido crecimiento desde los años anteriores, carece de importancia en relación al
enorme servicio financiero anual -<.:ada vez mayor por la incorporación de nuevos
capitales- que el país debía pagar al extranjero por los conceptos expresados en el
pasivo, y cuyo monto giraba alrededor de 250 millones de pesos oro. Casi toda esa su-
ma era cubierta, por lo tanto, indirectamente, con la disposición de nuevos capitales
extranjeros, cuyos dos primeros rubros. expresados en el "Activo" del balance, son de
más fácil y segura estimación que el tercero. Y sobre responder a estos servicios
financieros, los nuevos capitales permitían aún que nuestras reservas metálicas
aumentaran en 32.2 millones de pesos oro (cifra que representa la suma del crecimiento
del encaje de la Caja de Conversión, más el de las existencias de oro de los bancos),
aumento que redundaba, en gran parte, en el ascenso de la cantidad de billetes en
circulación y en la mayor expansión del crédito, en beneficio de las actividades
especulativas y fomento de la prosperidad ficticia.
Puede complementarse el análisis de este período ascendente generado por el
torrente de capitales extranjeros, después de haber analizado un balance de pagos
típico, con la observación del siguiente cuadro en el que hemos agrupado el comercio
exterior, las existencias de metálico, el papel en circulación y el crédito bancario.
Evolución del comercio exterior, de las existencias metálicas y del circulante
(billetes y crédito) en el período 1905-1914
(millones de pesos oro)
Existencia visible de metálico
Expor-
Impor-
Años
tación
tación
Saldo
Caja de Conv. Bancos
Total
1905
322,8
205,1
+
117,6
90,1
39,6
129,7
1906
292,2
269,9
+
22.2
102,7
26,0
128,7
1907
296,2
285,8
+
10,3
105,1
40,2
148,3
1908
366,0
272.9
+
93,0
126,7
47,6
174,3
1909
397,3
302,7
+
94,5
172,5
67,2
239,7
1910
342,3
405,0
62,7
186,0
67,5
253,5
1911
389,0
379,3
+
9,7
189,0
59,3
248,3
1912
501,6
446,8
+
57,8
222,8
68,9
291,7
1913
519,1
496,2
+
22,9
233.1
53,9
287,1
1914
403,1
322,5
+
80,6
224,4
45,7
270,1

168
RAÚL PREBISCH
(millones de pesos papel)
Préstamos bancarios
Años
Billetes
Todos
Banco de
Bancos
Bancos
en circ.
los bancos
la Nación
nacionales
extranjeros
1905
498,1
621,6
164,3
270,0
187,3
1906
526,7
699,4
173,7
1907
532,l
763,7
218,7
1908
581,2
835,0
249.4
371,8
213,8
1909
685,3
1.043,4
299,0
499,7
244,6
1910
715.9
1.297,8
361,1
661,4
275,4
1911
722,9
1.463,2
406,6
738,9
307,7
1912
799,8
1.532,4
419,6
812,0
300,8
1913
823,3
1.540.8
477,7
738,0
325.1
1914
803,2
1.195,6
496.7
472,6
226,3
Las importaciones que en 1905 apenas alcanzaban a 205 millones de pesos oro,
después de un crecimiento acelerado, alcanzan la cifra máxima de 496 millones en
1913, año que marca la cresta del período ascendente. Los saldos positivos exiguos del
intercambio comercial, y el déficit de 62 millones en 1911, en frente al ascenso
continuo de las existencias visibles de metálico y a lo considerable del servicio
financiero a pagar al exterior (alrededor de 250 millones oro, según la estimación para
1911-1912), justifican el haber generalizado para todo este período las conclusiones
que surgían del balance de pagos correspondiente al año económico 1911-1912, a
saber, que la Argentina contaba anualmente con fuertes sumas de capitales extranjeros
con que pagar el diezmo financiero al exterior y expandir su circulación monetaria
interna. Esto no significa sostener que los nuevos capitales servían directamente para
responder a estos dos últimos fines, como tampoco podría sostenerse que las exporta-
ciones pagaban directamente las importaciones; es sólo una manera esquemática de ex-
presarse para hacer resaltar las características de esta situación; ya que las partidas
activas de los balances de pagos se confunden entre sí para constituir la oferta de
cambios sobre el exterior, del mismo modo que las partidas pasivas para formar la
demanda. Por medio del mercado de cambios así resultante, se producen las entradas
o salidas de metal amarillo, que influyen sobre la cantidad de circulante, y por medio
de éste, sobre los precios y la situación de los negocios; estos dos últimos factores
reaccionan a su vez sobre el balance de pagos. Es así que en el caso que consideramos,
el abultamiento de las importaciones. que achica extraordinariamente el superávit
comercial, ha encontrado su estímulo ya directo. ya indirecto a través del nivel de
precios y de los tiempos de bonanza traídos por la expansión del circulante, en la

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
169
caudalosa corriente de los capitales prestados. Por la misma circunstancia, cuando esta
corriente disminuye, desciende a su vez el monto de las importaciones; punto sobre que
volveremos más adelante.
Por el mecanismo bancario ya explicado en otra ocasión. el aumento de la canti-
dad de billetes, suministra una base propicia para la expansión del crédito. Las cifras
comprueban una vez más esta afirmación. La circulación de papel, que en 1905 era de
498 millones de pesos, asciende a su máximo de 823 millones en 1913. A su vez el
monto de las diversas clases de crédito concedidas anualmente por los bancos
(descuentos, adelantos, cauciones), se eleva de 621 millones en 1905 a 1.540 millones
en 1913 (máximo). Pero no sabría confundirse en una sola designación a todos los
bancos, en vista de la política diferente seguida por los mismos respecto al crédito, por
lo que se Jos ha clasificado en tres grupos en el cuadro anterior.107
Los bancos nacionales-sin considerar el Banco de la Nación- no desmintieron la
tradición criolla que constituye el rasgo dominante en la historia de nuestra política
bancaria: Ja imprevisión, la confianza excesiva, y el marcado espíritu de especulación
y de aventuras financieras. Fueron los que con su crédito abundante y fácil azuzaron
Ja especulación desenfrenada en inmuebles -también alimentada por la enorme
extensión de las operaciones hipotecarias, tanto del banco oficial, como de los
particulares, que se efectuaban en su mayor parte con oro extranjero prestado bajo la
forma de grandes cantidades de cédulas exportadas o de dinero efectivo importado por
las sociedades hipotecarias-, hasta pujar sus precios a sumas exorbitantes. (Hasta en
este aspecto se asemeja esta crisis a las anteriores, en que predomina la especulación
inmobiliaria; lo que bien se explica por las características económicas de nuestro país.)
El monto de los préstamos que en 1905 llegaba a 270 millones de pesos papel, sube
hasta el máximo de 812 millones en l912paradescendera 738 y472 millones en 1913
y 1914 respectivamente, en que la situación cambia de tono. Y sobre la política
inflacionista en relación al crédito, fomentan el agio con la emisión de nuevas acciones
a precios subidos: en lugar de engrosar sus fondos de reservas con las primas así
recibidas, repartieron estas últimas en calidad de beneficios a los accionistas, e
inflaron, de esta suerte, sus propias acciones. Ambas políticas. movidas por el mismo
hilo, son un antecedente necesario para comprender la situación dificultosa en que,
poco tiempo después. cayeron estos bancos. y la naturaleza de las medidas que sugerían
a los poderes públicos para salir del paso.
En cambio, la política del Banco de la Nación y de la banca extranjera, fue cautelosa
como lo hace ver el análisis de sus préstamos. El primero aumenta sus préstamos de 164
millones en 1905, a 361 en 1910 y 4 77 en 1913; ele rédito concedido por los segundos,
alcanza 187 millones en 1905, a 27 5 en 1910 y apenas demuestra un ascenso hasta 325
en 1913. cifra máxima que decae al año siguiente.
Mientras las bases materiales en que la confianza descansaba no se comovieran. y
101
Adoptamos la división que el malogrado doctor Enrique Kohn solía hacer en sus penetrantes
crónicas financieras de su Buenos Aires Hande/s Zeitung, cuya colección nos ha sido de gran utilidad al
escribir estas páginas. por los datos y sugestiones que contiene.

170
RAÚL PREBISCH
la afluencia de metálico extranjero continuase expandiendo la circulación de billetes,
la superestructura del crédito seguiría, a su vez, ensanchándose. En última instancia,
la savia que alimentaba la política expansiva de los bancos y las actividades especu-
lativas. emanaba de la disposición de los capitalistas europeos a concedernos más
dinero prestado.
A mediados del afio económico 1912-1913 comienzan a sentirse con persistencia
los primeros síntomas de un fracaso. Es que las complicaciones que nublan el horizonte
político de la Europa prestamista, ponen en tensión sus mercados monetarios. tensión
que obstaculiza y debilita las caudalosas corrientes de capitales a que nuestra economía
se había adaptado en los últimos afios. La reacción se pone de manifiesto muy
claramente al examinar la contextura del balance de pagos correspondiente al afio
económico 1913-1914, y comparar sus rubros con los ya estudiados cuando analiza-
mos un balance típico del período ascendente. Los nuevos capitales tomados a
préstamo en el extranjero, 114 millones de pesos oro, por la razón anotada, ni siquiera
alcanzan a la mitad de lo contratado en 1911-1912, a saber 271 millones de pesos oro.
En tanto que las sumas a remesar al exterior, aun después de haber descontado 18
millones de créditos en suspenso por quiebras, el principio de la guerra europea y las
moratorias internacionales, alcanza a la suma, mucho mayor, de 177 millones de pesos
oro. Para cubrir esta suma no bastan juntos los nuevos capitales y el escaso superávit
comercial; por manera que el déficit tiene que colmarse con exportaciones de metálico
efectivo, que disminuyeron nuestra masa metálica en 32.6 millones de pesos oro.
Balance de pagos correspondiente al año económico 1913-1914 108
(miles de pesos oro)
Activo
Exportaciones
404.250
Empréstitos públicos
46.200
Emisiones de empresas argentinas en Europa
34.300
Títulos vendidos a Europa (cédulas, bonos)
23.500
Nuevos capitales extranjeros (en hipotecas y demás inversiones)
10.000
Créditos en suspenso (quiebras, etcétera)
18.550
536.800
"'' Primero de los publicados por el señor Carlos A. Tomquist.

.ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
171
Pasivo
Importaciones
392.100
Servicios financieros
177.300
569.400
Menos el saldo pasivo en metálico, representado por las exportaciones de oro -
32.600
536.800
Cuando comienzan las primeras exportaciones de metálico, y la rarificación
consiguiente de los billetes en circulación. cunde violentamente la desconfianza y los
bancos restringen su crédito. Restricción tanto más intensa, cuanto más imprudente fue
la política expansiva anterior. Es cuando los especuladores, privados del crédito fácil
y abundante, no pueden solventar sus compromisos, y se ven obligados a liquidar sus
inmuebles a precios deprimidos. La baja de los valores inmobiliarios es mucho más
brusca que el rápido ascenso que habían experimentado en los años precedentes de
prosperidad ficticia. Los bancos argentinos, otrora tan pródigos, por instinto de propia
conservación, se niegan a socorrer a los negociantes como ellos quisieran, a saber, con
la renovación íntegra de sus documentos.
La reacción, que se presentaba con este carácter agudo en los que más habían
abusado del crédito, y les hundía en la bancarrota, repercutía, aunque con menos
intensidad, en el mundo de los negocios (quien más, quien menos, todos se beneficiaron
en la época anterior). Pero el comercio sano, aunque vio deprimidas sus operaciones,
pudo capear la tormenta y mantenerse en pie: los bancos no lo abandonaron.
Caracterízase este período crítico, como todo otro, por una acelerada desinflación
del circulante. Los bancos argentinos, cuya extravagante política ya conocemos,
reducen drásticamente la suma de sus préstamos: de 812 millones de pesos papel en
1912 y 738 en 1913, a 472 en 1914. Los bancos extranjeros restringen también su
crédito, aunque en menores proporciones que los argentinos; y la solidez de sus encajes
les permite soportar con tranquilidad la disminución subsiguiente de su clientela y del
volumen de sus operaciones. En cuanto al Banco de la Nación, si bien sigue auxiliando
a su clientela con nuevos créditos, el pequeño aumento en sus préstamos entre 1913 y
1914 -es decir durante la crisis del mercado monetario interno, lo que demuestra su
potencialidad financiera- no guarda proporción con el crecimiento de los años ante-
riores. Pero este ligero ascenso, apenas pesa en el conjunto de los préstamos; es así que
la cifra correspondiente a todos los bancos. desciende, entre 1913 y 1914, de 1.540,8
millones, a 1.195,6.
Cuando se contempla en su conjunto esta situación, forzoso es concluir que era el
reverso lógico, la reacción natural y sana, de aquel período de prosperidad artificial que
le precedió. Período en que el volumen creciente de las importaciones -parte para la

172
RAÚL PREBISCH
producción, parte para el consumo "improductivo"- dejaba exiguos saldos positivos
en nuestro intercambio comercial; nuestros servicios financieros se cubrían con nuevas
deudas; nuestro circulante se expandía en grandes proporciones, sobre la flotante
estructura del oro extranjero, y pujaba sin cesar los valores inmobiliarios. En cuanto los
mercados europeos nos prestaron menos dinero, tuvimos que exportar metálico para
pagar los servicios financieros, disminuyeron los billetes, se ajustaron las llaves del
crédito. y el colapso arrastró a los que antes jugaron con éste. Es sorprendente la
analogía de esta situación con las que caracterizan las crisis argentinas del siglo pasado,
estudiadas en capítulos anteriores. En aquéllas como en éstas, es un desequilibrio
negativo en el balance de pagos, producido por el mismo juego de factores, que trae el
colapso. Es entonces que de la malla de intereses tejidos a la sombra de la inflación,
parten los más peligrosos proyectos financieros, que, con medidas artificiales, preten-
dían detener la necesaria liquidación.
Alguien habló entonces de la torpe política de evitar la salida de oro del país, por
medio del cierre de la Caja de Conversión y la prohibición de exportar el metal amarillo.
Por donde se ve que la legislación de emergencia que se dictaría meses más tarde, al
estallar la guerra, tiene sus raíces en este proyecto, que, no por su lógica simplista,
respondía menos a los intereses inflacionistas.
Pero, más que el cierre de la Caja, la emisión libre de billetes, el redescuento, atraía
las miradas ansiosas de los especuladores embarrancados. Junto a los proyectos que
con este fin inflacionista se formulaban por los particulares, surgían otros en la Cámara
de Diputados. Diferentes en su mecanismo externo, estos proyectos, aparentemente
encaminados a perfeccionar nuestro ordenamiento bancario, encubrían bajo su atra-
yente ropaje la intención aviesa de sacar a flote la especulación en fracaso por la
restricción del crédito. al permitir a los bancos que la habían alimentado y que ahora
se negaban a seguirlo haciendo redescontar los documentos de sus carteras. Ya
directamente en la Caja de Conversión, ya indirectamente a través del banco oficial, el
redescuento se resolvería en la emisión de billetes cuya única garantía expresa estaría
constituida por los papeles redescontados. Por uno de los proyectos la garantía metálica
total de la circulación, es decir de los billetes nuevos como de los viejos, no podría
descender más allá del 40 %; según otro, el más peligroso para la estabilidad del billete,
la "Caja de Descuentos'' podría emitir cuanto papel moneda exigiesen las ''necesidades
de la circulación" (recuerde el lector que en nombre de estas "necesidades reales" se
llevó a término la locura emisionista precedente al colapso del 90, y verá claro lo que
este término puede ocultar); el tercero de los proyectos acudía a la formación de un
''fondo de redescuentas" con el producto de un empréstito de 200 millones de pesos;
de tal suerte que, dada la imposibilidad de hecho de colocar empréstitos tan crecidos
en nuestro mercado interno --cerca del 90 % de las células hipotecarias y de los títulos
de la deuda interna estaban en aquel entonces radicados en el extranjero--, la Argentina
continuaría la expansión desenfrenada de su medio circulante, sobre el costoso y a la
vez nada seguro basamento del oro extranjero (y aquí apelamos de nuevo a nuestra
historia monetaria).
Discutiremos en otro lugar la conveniencia del redescuento en nuestro país como
institución permanente. En el presente caso, frente a la situación crítica del 13, le

ANOTACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANrE
173
condenamos con acritud, en vista del emisionismo que solapadamente perseguía. Es
cierto que copiosas emisiones de billetes hubiesen detenido la liquidación de la crisis
al azuzar de nuevo la especulación y recomenzar la puja hacia arriba de los valores
inmobiliarios; que el oro hubiese podido seguir su fuga y en realidad, desalojado por
los billetes a través del mecanismo que el lector ya conoce, se habría exportado en
mayores proporciones, sin que esta fuga trajese consigo rarificación del circulante.
Empero, los factores responsables de la situacion crítica persistieran latentes y aun
agravados: el desequilibrio en el balance de pagos se hubiera tomado más intenso
debido al abultamiento de las importaciones que la inflación interna trajera consigo. Y
exportado el metálico, y frente a balances de pagos desfavorables, la inconvertibilidad
y depreciación del billete, fueran un hecho seguro. Por otra parte, detener la liquidación
de la crisis, apenas significa postergarla; ni la confianza sobre que descansa el crédito,
ni la expansión de éste, como tampoco la subida de valores, pueden seguir continua-
mente; cualquier hecho, en situación tan falsa, es susceptible de precipitar la crisis en
un colapso mucho más intenso que el que se quiso evitar con paliativos. Recordará,
quien nos sigue a través de este escrito, que las medidas artificiales que pretendieron
evitar la reacción natural en 1873, condujeron a una situación crítica peor dos años más
tarde: y cómo análogos procedimientos puestos en juego para esquivar la liquidación
que debió sobrevenir a 1885, condensan más tarde el terrible colapso del 90.
Efectuada una encuesta sobre los proyectos de redescuento (a mediados de 1913),
si bien de los 14 bancos consultados, 11 se declararon a favor del proyecto, tales
adhesiones provenían de bancos chicos que, de buen grado, consideraban las perspec-
tivas de ventilar sus carteras inmovilizadas. En cambio, los bancos más serios,
principalmente los extranjeros, caracterizados por sana y prudente política, se pronun-
ciaron en contra: "en nuestro concepto, decía el Banco de Londres, el establecimiento
de la referida institución, ni es indispensable, ni llenaría necesidad alguna sentida en
nuestra plaza"; después de análogas consideraciones, el Banco de Londres y Brasil
agregaba: "podría tener un resultado contrario a los fines que se perseguirían con su
implantación a nuestra plaza".
Para el bien de la economía nacional, los proyectos de redescuento, no plasmaron
en la práctica. La liquidación seguía su marcha lenta; y, relajada la tensión de los
mercados monetarios europeos, el oro, en pequeña" cantidades, recomenzó a visitar
nuestras playas, en marzo de 1914. Pero pocos meses después un acontecimiento de la
mayor trascendencia, la guerra, trajo de nuevo al tapete la cuestión monetaria y
bancaria.
La conmoción que las primeras noticias produjeran en el público, y las inciertas
perspectivas de lo futuro,justificaron el feriado de la primera semana de agosto en favor
de los bancos y la Caja de Conversión, que temían posibles corridas sobre sus
depósitos. Asimismo, por idénticas razones, y por la actitud de bancos como el
Francés, que, en previsión del conflicto exportó parte de sus reservas metálicas, el
cierre por treinta días de la Caja de Conversión y la prohibición de exportar metálico,
fueron medidas que se explican a la luz de la prudencia.
Aberración fue, en cambio, convertir en instituciones permanentes, estas dos leyes
de emergencia. Del cúmulo de razones dadas en favor de tal intromisión política en el

174
RAÚL PREBISCH
mecanismo monetario, trasciende con fuerza el fantástico temor de una depleción de
nuestras reservas metálicas, debida a la acción de las potencias beligerantes. Ne
concebimos, en verdad, los medios desconocidos de que éstas se hubiesen valido para
extraer de por sí nuestras reservas de metal amarillo. Por otra parte. no nos molestamos
mucho en indagarlos: creemos muy posible que la política criolla y nuestros financistas
espurios, se hayan servido de este artificio accesible al público, de suyo ingenuo ~
impresionable. Tal como hoy, para mantener la misma política. sugieren en la
imaginación popular, el manotazo del Tío Sama nuestro tesoro metálico.
Lo más probable es que el hilo oculto que guiaba esta política partiese de la madeja
inflacionista de la crisis del 13; más arriba llamamos la atención sobre la primera
iniciativa de cierre. para evitar la salida natural del oro debida a la tensión de los
mercados monetarios europeos. Al comenzar la guerra era evidente que los capitalistas
europeos, por mucho tiempo, no nos prestarían más dinero; por lo tanto, para hacer
frente a la carga financiera anterior, se tendría que exportar metálico hasta que el
balance comercial se reajustase. Y esa rarificación del circulante, era lo que de ningún
modo querían aceptar los abogados del cierre.
El hecho real fue que el aumento notable del valor de las exportaciones -por la
intensa demanda de los productos argentinos- compensó con creces la desaparición
de los capitales extranjeros en nuestros balances de pagos del período bélico: los saldos
positivos del intercambio comercial no sólo bastaron para cubrir el diezmo al
extranjero, sino que sirvieron para repatriar parte de nuestra deuda, y aun proveer al
país de fuertes cantidades de metálico que directa o indirectamente se canjearon por
billetes y acrecieron la circulación. Es así que durante la guerra, fueron completamente
inútiles y rutinarios el cierre de la Caja y la prohibición de exportar metálico. gracias
a una serie de balances de pagos favorables, cuya existencia puede constatarse
palpablemente por las cotizaciones a premio del peso argentino.
El balance correspondiente al afio económico 1914-1915, suscripto por el sefior
C.A. Tomquist, comprueba nuestro aserto, al mismo tiempo que su comparación con
los correspondientes a los afias anteriores. resume en pocas cifras, la situación
económica del país, que terminaMos de estudiar a grandes rasgos. 109
Los balances de pagos internacionales y la "crisis del 13"
(en millones de pesos oro)
Años económicos
1911-1912
1913-1914
1914-1915
Activo:
Exportaciones
448,14
404,25
556,90
Empréstitos públicos en el extranjero
48,50
46,20
14,70
"' El autor espera completar este somero estudio de la crisis del trece y de los acontecimientos pos-
teriores, en un estudio más sistemático y que contemple aspectos que en esta monografía se pasan por alto.

ANCYrACIONES SOBRE NUESTRO MEDIO CIRCULANTE
175
Años económicos
1911-1912
1913-1914
1914-1915
Emisiones de empréstitos argent id.
34,30
20,05
Ventas de valores, etc., id.
36,15
23,50
Nuevos capitales extranjeros
186,85
10,00
Créditos en suspenso
18,55
Haberes Banco de la Nación
8,00
Total del Activo
719,65
536,80
600,10
Pasivo:
Importaciones
428,95
392,10
268,00
Ahorros de inm. y gastos de viajeros
87,00
Servicios financieros
167,50
177,34
11,00
Repatriación de títulos
11,00
Reembolso de hipotecas
10,00
Reembolso de créditos
63,60
Total del pasivo
683,45
569,40
527,79
Saldo en metálico
+ 36,20
-
32,60
+ 74,40
719,65
536,80
600,10
En este balance puede notarse que el decrecimiento en el valor de las importaciones
(428 millones en 1911-1912, 392 en 1913-1914 y 268 en 1914-1915), junto a un
aumento en las exportaciones (448, 404 y 556 respectivamente), permite al balance
comercial arrojar un enonne saldo de 288 millones. Este saldo capacita al país para
pagar los servicios financieros al exterior que casi no alteran (167, 177 y 173 millones)
ya que la contratación de nuevos capitales con que antes se pagaban alcanza apenas a
35 millones, contra 114 en 1913-1914 y 271en1911-1912; y aun reembolsar títulos,
hipotecas y créditos por valor de 84 millones y aumentar el metálico perteneciente al
país en la suma enonne de 74 millones de pesos oro.
Por manera que la guerra europea, al afectar por medio de balances de pagos
favorables, nuestras existencias metálicas, interrumpe la gradual liquidacion de la
"crisis del 13". La evolución subsiguiente de nuestro medio circulante, hasta llegar a
las circunstancias actuales y las reformas propuestas por el doctor Pifiero, serán materia
de un último artículo.

24
PLANES PARA ESTABILIZAR EL PODER
ADQUISITIVO DE LA MONEDA*
CAPÍTIJLO l. INTRODUCCIÓN
1. Inestabilidad del patrón monetario metálico
En el estado actual de la economía, basada en la división del trabajo y en el
intercambio de bienes y servicios, el oro, por un proceso de selección natural,
desempeña, en un momento dado, las importantes funciones de moneda, como
instrumento de los cambios y medida de los valores, gradas a las cualidades técnicas
que posee.
Pero, a través del tiempo, el valor, o poder adquisitivo de este metal, no es constante,
y. por lo tanto, no tiene la condición que debe llenar toda medida: la de la invariabilidad.
En dos épocas diferentes el oro no puede ser una medida apropiada de los valores,
porque su propio valor cambia, ni por consiguiente el instrumento ideal de las
transacciones.
Está tan arraigado el concepto de la invariabilidad del valor del oro como moneda,
que cualquier medida que trate de mitigar sus fluctuaciones, es considerada por la
generalidad de las personas, como descabellada y peligrosa en caso de ponerse en
práctica pues iría en contra de las leyes inmutables que dan a la moneda de oro su valor
constante. Sin embargo, la observación estadística de los fenómenos económicos,
demuestra que la moneda cambia continuamente de poder adquisitivo.
Si esas fluctuaciones no comprometiesen el bienestar de la colectividad, su estudio,
así como el de las medidas destinadas a evitarlas, sólo tendrían un interés académico;
mas esto no es lo que sucede, puesto que la inestabilidad de la moneda altera
profundamente las relaciones económicas de los miembros de aquélla, y trae consigo
* N. del &l. Publicado en Investigaciones de seminario, Buenos Aires, Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires, 1921, vol. II, págs. 459-513.

f>LANEs PARA ESTABILlZAR LA MONEDA
177
malestares sociales que asumen la forma de crisis, como la de carácter universal que
hoy presenciamos, seguidas por la depresión en los negocios. Es por estoque el estudio
de esta cuestión adquiere particular relieve, y aun más, después de la brusca deprecia-
ción que la moneda ha experimentado en los últimos años, a continuación de la
paulatina baja en su poder de compra, que venía sufriendo desde principios del presente
siglo.
El reconocimiento de la inestabilidad del patrón oro, no significa querer abando-
narlo y entregarse a las fantasías de algunos escritores, que imaginaron, sin tener en
cuenta las complicaciones de la realidad, diversas panaceas para suprimir el mal, que
como el "contabilismo" (le comptabilisme) del socialista belga Solvay 1 que trataba de
suprimir el oro en su intermediación en los cambios y reemplazar sus funciones por un
sistema de compensaciones, y la moneda representativa siempre de un cierto "valor de
trabajo'', sostenida por otros, son teóricas y lógicamente exactas dentro de ciertas
hipótesis que no corresponden a la realidad. Tal vez, en otra organización de la
economía, distinta de la capitalista, podría pensarse en ellas; pero éste no es el caso
actual. Lo que se desea es la corrección de esa moneda de oro, en su faz imperfecta, sin
despreciar su eficacia en las transacciones, y, principalmente, en los pagos internacio-
nales, dadas sus propiedades técnicas.
Junto a los que creen en la virtud del oro para conservar los valores, hay algunos
economistas que reconocen los cambios en el poder adquisitivo de la moneda de oro,
pero que los atribuyen, no a causas monetarias o intrínsecas de la misma moneda, sino
a hechos externos a ella y pertenecientes a otro orden de fenómenos. De ahí que,
cualquier medida monetaria tendría efectos contraproducentes, al no atacar el mal en
sus orígenes.
Y por último, y entre ellos nos contamos, están los que, sin desconocer otras causas
que obran en períodos anormales, ven en la misma moneda el origen de sus variaciones.
La valorización o desvalorizacion de ésta, es efecto de ciertas condiciones intrínsecas
de ella. Tienen para sostener esto, el apoyo de la comprobación experimental, que se
hizo posible no hace muchos años, gracias a los progresos del método estadístico, con
Jevons Sauerbeck y otros continuadores; aunque ya con anterioridad, el estudio de la
historia económica había permitido hacer conjeturas más o menos aproximadas a la
realidad.
2. El poder qdquisítivo de la moneda, y el nivel general de los precios
Como todos los precios se expresan, generalmente, en términos de moneda, es
indiferente hablar de baja del poder adquisitivo de la moneda o de alza del nivel general
Ch. Conant, Principies of Money and Banking, pág. 423.

178
RAÚL PREBISCH
de los precios2cuando ésta se deprecia, o de alza del poder adquisitivo y baja del nivel
general de los precios, cuando la moneda se aprecia. Pero, si estas expresiones son
recíprocas la una de la otra y pueden usarse indistintamente, no es lo mismo cuando se
trata de las relaciones de causalidad entre ellas.
Los que ven fuera de la moneda la explicación del fenómeno, sostienen que las
variaciones del nivel general de los precios, son la causa de las del poder adquisitivo
de la moneda. Y a su vez, las variaciones en el nivel general de los precios, son debidas
al juego de la ley de la oferta y la demanda en cada uno de los artículos que entran en
él, o sea al precio de cada uno de los artículos individuales considerados separadamen-
te. Si todos esos artículos suben o bajan de precio, el nivel general asciende o desciende.
Esta manera de razonar no es satisfactoria; ante todo, es necesario distinguir claramente
lo que significan las dos designaciones de nivel general de los precios y de precios de
artículos individuales, tomados separadamente. El de cada uno de estos últimos se
determina, sencillamente, por la ley de la oferta y la demanda; pero estos ténninos no
tienen sentido si no se los relaciona con el precio; se dirá, demanda a tales precios, y
oferta a tales otros. Por ejemplo, si la carne cuesta un peso el kilo, la demanda será
menor que cuando cuesta 70 centavos. Y esto aun es incompleto si no se lo relaciona
con el nivel de los precios. Así, la demanda de carne a l $el kilo, es mayor cuando el
nivel general de los precios es alto, que cuando es bajo. No es suficiente entonces
considerar, por una parte, a los artículos y por otra a la moneda, sino que precisa
también considerarse el poder de compra de esa moneda, o dicho en otros términos, el
nivel general de los precios. Si generalmente, al tratar del juego de la oferta y de la
demanda, no se razona de este modo, es porque en un momento dado, ya se presupone
un cierto poder de compra de la moneda.
Suponiendo el gráfico clásico de la determinación del precio por la intersección de
las curvas de la oferta y de la demanda, y un poder de compra de la moneda dado, si
este poder de compra se reduce, por ejemplo, a la mitad, es decir, que el nivel general
es el doble que antes, el alto de estas curvas será también el doble y el precio nominal
se hallará, también, multiplicando por dos, aunque el precio de un artículo en término
de otro, y no de moneda, será siempre el mismo.
Esto, en cuanto a la determinación aislada de cada precio; ahora bien, si se quiere
determinar el nivel general de precios por medio de los precios individuales que a su
vez presuponen un cierto nivel de precios, se razonará falazmente, puesto que esta
demostración cae en una petición de principio; es así como la pretendida demostración
de los que sostienen que el nivel de los precios es el resultado de los precios
individuales, no puede considerarse seriamente. Más adelante volveremos sobre este
punto, al considerarlo en el terreno inductivo. Por otra parte, es más lógico suponer que
las variaciones del nivel general de los precios, respondan a una causa única (la
Las variaciones del nivel general de los precios, expresan las del conjunto de ellos, eliminando las
que corresponden a casos particulares. La estadística permite sintetizar la serie de datos individuales que
corresponden a cada uno de los artículos, por un sólo dato conciso: el número indicador.

PLANEs PARA ESTABIUZAR IA MONEDA
179
expansión del medio circulante), que a multitud de causas que actúan sobre cada uno
de los artículos que constituyen aquél.
3. La teoría cuantitativa de la moneda, y la ecuación del cambio
Fracasada la explicación anterior, se hace necesario buscar otra, que al mismo
tiempo que sea más lógica, pueda tener su comprobación experimental; tal es la
explicación dada por la titulada teoría cuantitativa de la moneda.
Expuesta, primeramente, por los primeros economistas ingleses -algunas veces de
una manera vaga y oscura- Locke, Hume, Adarn Smith, y luego por David Ricardo y
Mill, la teoría cuantitativa pasó más tarde por un período de fuerte descrédito,
principalmente en los Estados Unidos, donde dio motivo a controversias políticas
frecuentes, de que la hubieron de sacar en este último país, economistas ilustres como
Fisher, Kemmerer y Fetter, que, aunque conservando sus rasgos esenciales, la recons-
truyeron adaptándola a las nuevas condiciones que presenta la realidad.
Trataremos de exponer sucintamente la teoría en la nueva forma que le da Irting
Fisher en su Purchasing Power of Money, vinculándola con la ecuación del cambio;
y el procedimiento más claro será llegar a ella por aproximaciones sucesivas, amplian-
do poco a poco, el radio de las hipótesis, hasta llegar a la realidad.
Supongamos que el único instrumento de los cambios, en una economía de división
del trabajo, y en la cual "cada uno produzca solamente con la mira del mercado, o sea
con el propósito de cambiar", sea la moneda, y que "asimismo, no tenga lugar trueque
ninguno"; en este caso "todas las mercaderías se cambian por toda la moneda, así sea
ésta escasa o abundante''.3 En el caso más simple, el poder de compra o valor de la
moneda, es inversamente proporcional a su cantidad.
En el caso en que todas las mercaderías no sean cambiadas por moneda y que una
parte de ellas se trueque por otras, el resto se cambiará por toda la cantidad disponible
de moneda, deducida aquella cantidad que se acumula o guarda para pagos futuros. Por
una parte, tendremos, entonces, las mercaderías dedicadas a las transacciones, y por
otra, la cantidad de moneda en circulación, y el precio se determinará como en el caso
anterior.
El trabajo, pues, que la moneda tiene que cumplir, está dado por la cantidad de
mercaderías y no por su propia cantidad, ni por el número de unidades en que se divide;
de manera que el valor de la masa de moneda, es función de la cantidad de mercaderías
que por esa masa se cambia. Por lo mismo que el valor de esta masa de moneda es
independiente de su cantidad, el valor de cada una de las unidades en que esta masa se
divide, varía en relación inversa a la cantidad de moneda. Según esto, si el volumen
de los negocios no varía, y en cambio, la cantidad de moneda en circulación se duplica
o se reduce a la mitad, como toda la moneda se cambiará por todas las mercancías, los
Pantaleoni, Economía pura, pág. 298.

180
RAÚL PREBISCH
precios se duplicarán o mediarán, respectivamente, es decir, que cada unidad de
moneda tendrá la mitad y el doble de poder adquisitivo que antes, en su caso.
Hemos considerado la hipótesis en que toda la moneda existente se cambia por
todas las mercaderías. Pero en un momento dado, en un día, por ejemplo, sólo una
fracción de las mercaderías se vende y sólo una parte de la moneda se emplea en las
transacciones; se puede considerar a las cantidades de mercaderías o de moneda, como
dos fondos o depósitos, de los cuales parten flujos más o menos regulares para el
mercado. La proporción que este flujo lleva con respecto al fondo, en la moneda, se ha
dado en designar como su "velocidad de circulación", y depende de los hábitos del
pueblo, de la situación geográfica y del estado de la técnica (véase más adelante, las
·causas que, según Fisher, influyen sobre la velocidad de circulación). Asimismo, las
mercaderías tienen su velocidad de entrada al mercado, que depende de gran variedad
de circunstancias; sin embargo, el flujo de mercaderías, cuando se considera un
mercado extenso, se presenta con bastante regularidad, y sus fluctuaciones, a veces
bruscas, no son amplias ni duraderas, pues este flujo depende de circunstancias de
hecho, que varían, lentamente, a través del tiempo.
Por lo tanto, si se considera un período de tiempo tal como un año. es necesario tener
en cuenta las veces que la moneda ha desempeñado su función durante ese período
(velocidad de circulación), considerándolas como moneda realmente existente; la
velocidad de circulación se determina dividiendo el monto de las operaciones en
moneda, efectuadas en el lapso considerado, por la cantidad de moneda en circulación.
Respecto a las mercaderías, junto al flujo o cantidad que se entrega a la venta, habrá
que considerar el número de veces que la misma mercadería se compra y vende por
medio de la moneda; el conjunto de transacciones, así considerado, se denomina
comúnmente "volumen de los negocios".
Se hace más clara la teoría cuantitativa de la moneda, expuesta en una sencilla
fórmula matemática, ideada por Fisher, que tiene completa exactitud dentro de las
condiciones hipotéticas aceptadas, y que sirve de base para sucesivas correcciones.
La ecuación del cambio, tal es el nombre de la fórmula, para todo un mercado, es
la suma de las ecuaciones del cambio para cada uno de sus individuos componentes.
En el primer miembro se designa por M la cantidad de moneda en circulación, por V
su velocidad de circulación, y el producto MV, es igual al segundo miembro, formado
por la suma de las Q, o sea las transacciones habidas, multiplicadas por r P, o sea los
precios a que estas transacciones se han efectuado. En definitiva, la ecuación del
cambio presenta la forma general,
MV=rPQ
en donde se ve que, permaneciendo V y Q invariables4 y aumentando o disminuyen-
do M, o sea la cantidad de moneda en circulación, los precios, o el nivel general de
"Others things been equal", como dicen los escritores en lengua inglesa.

PLANES PARA ESTABilJZAR IA MONEDA
181
precios, aumentarán o disminuirán proporcionalmente. Dentro de esa hipótesis, la
teoría cuantitativa de la moneda, podría expresarse en la siguiente forma:
El nivel general de los precios varía proporcionalmente a la cantidad de moneda en
circulación, si no se alteran los otros factores de este "equilibrio económico''.
Observando la ecuación del cambio, también se deduce que las variaciones en la
velocidad de circulación tienen el mismo efecto que las variaciones en la cantidad de
moneda, y que el nivel general de los precios varía inversamente al volumen de los
negocios (las Q).
Este es el principio cuantitativo de la moneda, como lo expuso David Ricardo: toma
en cuenta solamente a la moneda y a su velocidad de circulación y. por lo tanto,
responde incompletamente a la realidad económica actual, en que, junto a la moneda
desempeñan sus funciones. otras clases de medio circulante, que trataremos en
seguida.
Cuando se considera el efecto económico del crédito, existe la propensión a creer
que desempefia las funciones de un sustituto de la moneda. Una compra a crédito, tiene
los mismos efectos sobre los precios, que una compra en moneda efectiva y, si, junto
a un grupo de compradores al contado, se introduce otro a crédito, con la ·misma
potencialidad, los precios doblarán; en este caso el crédito ha originado las mismas
consecuencias inmediatas que la moneda.
Sin embargo, el crédito por sí mismo no sustituye a la moneda, de una manera
permanente, pues sólo pospone su uso; cuando viene la época de los vencimientos,
tiene que hacerse uso forzosamente de la moneda que, en ese momeno, no podrá ser
empleada en otras transacciones. El crédito, en sí mismo, no es un verdadero sustituto
de la moneda y simplemente afecta el tiempo en que deberá hacerse empleo de ésta.
En ciertos casos, la extensión del crédito puede tener los mismos efectos que un
aumento en la cantidad de moneda. "En las grandes oscilaciones pendulares de la
industria moderria, es posible la existencia de intervalos de largo considerable-un afio,
dos o tal vez más- en que se hacen nuevas compras a crédito, más libremente que los
pagos efectuados a cuenta de compras anteriores. Durante tal período, las operaciones
de crédito tienden a subir los precios, por la diferencia existente entre los dos
volúmenes de transacciones. En tiempos de depresión se presenta la situación inversa:
vacilación en las compras y contracción de los negocios a crédito. Entonces, el pago
de las deudas anteriores, excede a las nuevas compras a crédito y el balance se inclina
hacia el otro lado. Cambios como éste, aunque probablemente de no mucha consecuen-
cia, juegan algún rol en la tendencia oscilatoria de los movimientos de precios" .5
Pero, cuando el crédito toma una forma representativa, tal como el pagaré, y esta
forma pasa de mano en mano antes de su completa extinción, no se puede negar, que
el documento que así circula libremente, desempefia las funciones de un medio
circulante, que evita el empleo de la moneda en las transacciones intermedias y sólo
necesita de aquélla, cuando llega su vencimiento.
En el mundo comercial moderno, gran parte de las transacciones se efectúan por
Taussig, Principies o{ Economics, Cap. 31, pág. 428.

182
RAÚL PREBISCH
medio de cheques girados contra diferentes bancos, que por medio de compensaciones
emplean sólo un mínimo de moneda. Para explicar la función de los cheques y de los
depósitos bancarios en lo que se relaciona a su carácter de medio circulante, es
necesario hacer un breve análisis de su naturaleza.
En los bancos comerciales modernos, el depósito, en gran parte, no es como su
nombre lo indica, la cantidad que el cliente entrega al banco en custodia, como en los
primitivos bancos italianos, y en el Banco de Amsterdam, sino que los depósitos son
creados por el banco. Los verdaderos depósitos juegan aún un gran rol, y son la base
necesaria en que descansan los depósitos creados, que ascienden a cifras muy
superiores. En realidad, un banco presta su crédito a los clientes, ya emitiendo billetes
o ya, como entre nosotros, acreditando en la cuenta corriente de los mismos, el
producido líquido de los documentos comerciales descontados o de los préstamos
concedidos; estos documentos han nacido de una transacción que ha afectado los
precios, y son luego presentados al banco para su descuento. La cantidad que el banco
acredita al cliente, constituye un depósito contra el cual éste gira, pero no, hasta
agotarlo completa e inmediatamente, sino dejando siempre un saldo a su favor, para
hacer frente a sucesivas contingencias, y porque sus propias conveniencias con el
banco, así lo requieren, pues es sabido que el cliente debe tener "activa" su cuenta y
que el monto de los préstamos o descuentos que se le conceden está en íntima relación
con el saldo acreedor medio de su cuenta corriente. Por otra parte, el cliente, tarde o
temprano, deposita en su cuenta el dinero proveniente de los pagos que se le efectúan,
y cuando se acerca la época del vencimiento, comienza a acumular fondos para hacerle
frente y no encontrarse desprevenido.
El mundo comercial vive del crédito, y mientras algunos descuentan y giran contra
sus depósitos otros engrosan sus saldos, acumulando fondos, de tal manera que, en un
momento dado, el banco tiene un monto grande o pequeño de depósitos, según los
negocios, y un correspondiente monto de su cartera, por otra parte, además de los
depósitos de los no comerciantes.
De tal manera que, con una base reducida de caja, el banco puede extender
considerablemente su crédito, creando así un medio circulante propio, que es un
verdadero sustituto de la moneda. Si el banco sólo prestase los fondos que le dispensan
sus clientes y no fuese más allá, su función económica sería sólo la de concentrar los
ahorros dispersos y distribuirlos; no crearía medio circulante alguno, sino que lanzaría
de nuevo a la circulación los fondos que le fueron confiados.
Los depósitos son, pues, un medio circulante que desempeña en las transacciones
el mismo papel que la moneda; los cheques girados contra esos depósitos, constituyen
la parte del medio circulante en actividad, pues todos los depósitos no se emplean al
mismo tiempo en las transacciones en un momento dado, así como no toda la moneda
existente está en circulación, sino una parte de ella. La relación entre los cheques y los
depósitos, se expresa por el término "velocidad de circulación de los depósitos'',
análogamente a la rapidez o velocidad de circulación de la moneda.
Más perfecta es, aún, la sustitución de la moneda, cuando se perfecciona el
mecanismo de compensaciones, que tiene origen en las operaciones del mismo banco
con diferentes clientes y luego se extiende a todos los bancos de un lugar. En las

PLANEs PARA ESTABILIZAR lA MONEDA
183
cámaras compensadoras, la sustitución de la moneda por el cheque toma proporciones
enormes, desde que sólo es necesaria una parte mínima de aquélla para el pago de los
saldos; en ellas se puede apreciar mejor la culminación del proceso de creación de
medio circulante, que efectúan los bancos.
Los depósitos de esta naturaleza, que desempeñan funciones de medio circulante
análogas a las de la moneda, serán designados en adelante por el término "depósitos
sujetos a cheque", usado por los escritores norteamericanos.
Es sabido que los depósitos sujetos a cheque, provenientes de los préstamos y
descuentos que efectúa un banco, están en relación (elástica) con sus reservas y nun-
ca pasan de cierto límite fijado por la prudencia y la experiencia de los banqueros.
Asimismo, el monto de los depósitos que los clientes de un banco efectúan en él, está
en relación a la moneda en circulación; los comerciantes, en general, tienen una cierta
cantidad de efectivo en caja, para sus transacciones diarias de poca importancia y el
resto lo depositan en los bancos, extrayéndolo luego por medio de cheques, conforme
a sus necesidades. En última instancia, pues, los depósitos sujetos a cheques guardan
una cierta relación, a veces quebrantada bruscamente en ciertos períodos de transición,
a los que luego dedicaremos algunas palabras con la cantidad de moneda en circula-
ción, lo cual podemos expresar, llamándolos M', diciendo que ésta es proporcional a
M. Asimismo, designaremos por V' la velocidad o rapidez de circulación de los
depósitos.
De la relación que existe entre los depósitos sujetos a cheque y la moneda en
circulación, se deduce que la introducción de éstos no invalida la anterior relación entre
la moneda y los precios, sino que le da una forma más amplia.
Planteada en su nueva forma, la ecuación del cambio sería:
MV x M'V' = tl>Q = PT
en que PT = rPQ, si se designa a l:P, o la suma de los precios, por P, o sea el promedio
ponderal de los precios, y a I:Q por T.
La expansión del crédito constituye, pues, un aumento del medio circulante que
obra sobre los precios, de la misma manera que un aumento de moneda. A su vez, la
expansión del crédito se hace posible por el aumento de las reservas de los bancos más
allá del límite de prudencia fijado por la costumbre, aumento que proviene de una
mayor circulación de moneda en el mercado; pues es sabido, y la estadística lo
demuestra, que hay una relación casi constante entre el monto de moneda (o en nuestro
caso billetes) en circulación y las reservas de los bancos.
4. Las crisis y los períodos de transición
Habíamos dicho que todo aumento en la cantidad de moneda circulante engendraba
un aumento proporcional en los depósitos sujetos a cheque, y que ambos eran causantes
de una alza de los precios; éstos son los efectos últimos; pero, antes de llegar a ellos,
se pasa por períodos de transición en que, los otros factores de la ecuación del cambio,

184
RAÚL PREBISCH
sufren modificaciones que duran más o menos tiempo. Tampoco debe creerse que se
consigue un completo ajustamiento de la ecuación del cambio, porque la realidad
económica es un continuo "devenir", en que una fuerza sigue actuando después de la
otra, antes de que los efectos de la primera se hayan manifestado completamente; la
ecuación del cambio fue formulada en condiciones estáticas y la realidad es dinámica.
Por esto, el proceso de ajustamiento, es comparable al proceso de equilibrio que
presenta un péndulo en movimiento, y que, antes de llegar a su completo reposo, es
perturbado por otras fuerzas extrafias; cuando uno de los factores de la ecuación del
cambio. principalmente la moneda, varía, esta variación se transmite. pasando por los
períodos de transición, sobre los precios, pero nunca con una exactitud matemática,
como se comprende.
Entraremos. ahora. a la explicación de lo que se entiende por períodos de transición.
Si, por un saldo favorable de la balanza económica, que trae consigo una importación
de metálico, o por cualquier otra causa. aumenta la cantidad de moneda en circulación,
pronto comienzan a subir los precios de los artículos más sensibles, y el efecto
tonificador de la mayor cantidad de circulante en el mundo de los negocios, no tarda
mucho tiempo en hacerse sentir. Los comerciantes e industriales en general, sienten
incentivos muy fuertes -el alza de los precios- para ampliar sus transacciones, y con
este objeto, solicitan créditos a los bancos; los fondos disponibles de estos últimos
vienen en continuo aumento, y, por lo tanto, no tienen inconveniente de hacer frente
al creciente número de solicitudes de descuento.
La tasa del interés que el comerciante paga por los préstamos. tarda mucho en subir
en la proporción en que lo hacen los precios; si éstos experimentan un ascenso
del 2 1/2 % anual, y la tasa primitiva fue de 5 %, la nueva tasa debiera ser de un poco
más de 7 l/2 %, desde que los $ 100 al cabo de un afio, tendrán solamente alrededor
de 97 1/2 % de su poder adquisitivo.
Esta lentitud de ajustamiento de la tasa del interés, y el fenómeno análogo que
experimentan los salarios, al no subir paralelamente al alza de los precios, repercute
favorablemente sobre los comerciantes e industriales, pues sus beneficios son mayores
que antes, y les incita a conseguir nuevas concesiones de los bancos.
Aumenta, entonces, la cantidad de los depósitos sujetos a cheque (es decir, que M'
aumenta en relación al aumento inicial M). y este aumento contribuye a inflar más los
precios. De manera que, el estímulo para nuevos préstamos no cesa, ni cesará mientras
la tasa del interés no se ajuste definitivamente y los bancos comiencen una política
restrictiva del crédito; la cantidad de depósitos sigue creciendo hasta alterar la relación
normal con las reservas y con la cantidad de moneda en circulación. Pero, esta no es
la única complicación que ocurre; los factores restantes V, V' y Q, también experimen-
tan variaciones. Los negocios se ven estimulados por las condiciones fáciles de los
préstamos bancarios, en períodos en que el alza de los precios hace decir a los
empresarios que los "tiempos son buenos" (si bien es cierto que los obreros y demás
personas que tienen entradas fijas, no piensan de la misma manera), o lo que es lo
mismo, las Q aumentan. Sin embargo, este aumento depende, además. de otros factores
menos variables, y sobre los cuales la cantidad de medio circulante no tiene acción
sensible: de la eficiencia del trabajo, de la cantidad de capitales y obreros existentes,

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
185
de los transportes y del estado de otros medios técnicos que no son susceptibles de
crecer bruscamente y que, por lo tanto, limitan el volumen real de los negocios. Podrán
emplearse algunos obreros antes desocupados, efectuarse algunas compras y ventas
adicionales de carácter especulativo; pero, casi todo el efecto de un aumento en los
depósitos sujetos a cheque, repercutirá sobre el nivel de los precios. Por consiguiente,
sólo podrá decirse que, transicionalmente, hubo un aumento en el volumen de los
negocios T (o las Q).
Asimismo, la velocidad de circulación de la moneda aumenta, debido a que todos
se apresuran a gastar su dinero en artículos que más tarde tendrán precios más altos,
contribuyendo, también, este aumento, a un alza mayor de los precios.
De manera que, de todos los factores de la ecuación del cambio, el que prevalece
es el de la cantidad de moneda, cuyo crecimiento junto con el de los depósitos sujetos
a cheque y el aumento en la velocidad de circulación, causan el alza del nivel general
de los precios. El único factor que tiende hacia la baja, en proporciones casi insensibles,
es el del aumento en el volumen de los negocios T, que como hemos visto, se halla
limitado por condiciones técnicas. En última instancia, pues, actúa el principio
cuantitativo.
Este aumento creciente de los precios, debido originariamente al crecimiento de la
cantidad de moneda circulante, no puede seguir indefinidamente. Una vez que la tasa
del interés se ajusta, cesa el estímulo de los empresarios y la expansión del crédito;
además, llegado el límite que la ley o la prudencia de los banqueros aconseja, respecto
de la proporción de las reservas éstos conceden préstamos con menos facilidad.
Acaecido este ajuste, sobrevienen dificultades para los que contaban con renovar sus
préstamos y efectuar nuevos negocios con la base de la tasa anterior; algunos de ellos,
unido esto a la restricción del crédito, antes concedido con facilidad, se declaran en
quiebra o suspenden sus pagos, y el caso más común es el de que arrastren consigo a
los bancos con los cuales operaban: y entonces el pánico cunde en el mundo comercial,
y las demás instituciones de crédito azotadas por una corrida, se ven obligadas, algunas,
a cerrar sus puertas y otras, a emplear toda clase de medios para sostenerse.
Los empresarios, urgidos por la necesidad de fondos líquidos para hacer frente a sus
operaciones y compromisos, y no contando con la ayuda de los bancos, no tienen más
remedio que liquidar sus existencias, sin dilación alguna. Inundado de mercaderías,
que compiten entre sí para cambiarse por dinero (muy escaso entonces) el mercado
siente bajar bruscamente el nivel de los precios: es el período de depresión en los
negocios; nadie intenta, siquiera, comenzar nuevas operaciones, porque los beneficios
posibles son absorbidos por la apreciación de la moneda. Es así como la curva
ascendente del nivel general de los precios, después de llegar a su período culminante,
en el cual la crisis aparece, baja bruscamente, postrando a los negocios e inhibiendo la
iniciativa de los empresarios.
Pero la depresión, poco a poco, desaparece; los depositantes, pasado el pánico y
conforme la confianza va renaciendo, retoman con sus depósitos a los bancos; éstos,
renuevan sus operaciones, concediendo préstamos a altas tasas de interés; el enrareci-
miento del circulante se dilata cada vez más, hasta que los negocios vuelven paulati-

186
RAÚL PREBISCH
namente a la nonnalidad, una vez que la tasa del interés se vuelve a ajustar a las nuevas
condiciones, hecho que, como en el caso opuesto, sucede con lentitud.
Este es, a grandes rasgos, el período de una crisis; es claro que, en la generalización
que presentamos, caben multitud de casos particulares, caracterizados por circunstan-
cias especiales; pero es la fonna más apropiada de explicar este fenómeno, que se viene
repitiendo con regularidad casi matemática, desde principios del siglo XIX, desde que
los ciclos del crédito, o sea los períodos que median entre dos crisis, duran más o menos
10 años. Condiciones monetarias y del crédito son las causas principales de las crisis,
antes atribuidas a un encadenamiento de hechos de la más variada naturaleza.
5. Alzas y bajas progresivas del nivel general de los precios
Como se comprende, la evolución explicada en el párrafo anterior, no trae,
necesariamente, un período de culminación -la crisis- y luego la baja de los precios.
La cantidad de moneda circulante, puede también crecer poco a poco, originando, a su
vez, el crecimiento de los depósitos sujetos a cheque y, por último, junto con éste, el
alza del nivel de los precios; indudablemente ésta trae siempre el malestar social que
le es inherente, pero el período agudo de crisis, en que los precios llegan a su máximo,
muchas veces se puede atenuar, sin mayores consecuencias, gracias a la política
previsora de las instituciones de crédito, al conceder con parsimonia los préstamos y
elevar la tasa del interés.
Igualmente, una baja de precios producida por una disminución del circulante,
puede ocasionar períodos de depresión en los negocios, más o menos fuertes y
pronunciados.
Pero, muy bien puede decirse que estos casos en que los fenómenos se presentan
bajo una forma atenuada, constituyen la minoría.
Estamos, ahora, en condiciones de establecer que, el nivel general de los precios,
es un elemento pasivo en la ecuación del cambio, función de los otros factores y,
principalmente, de la cantidad de moneda en circulación. Estos factores son causas
directas del nivel de los precios, y a su vez, están detenninados por varias otras causas
que llamaremos indirectas y que sólo enunciaremos en el párrafo siguiente.
6. Causas indirectas del nivel general de los precios, que afectan directal'Yll!nte
a los factores de la ecuación del cambio

Seguiremos, paralelamente, a Fisher, que las divide en:
l. Condiciones que influyen en el volumen y extensión de los negocios.
1 º) Condiciones que afectan a los prcxtuctores

J>LANEs PARA ESTABIIJZAR LA MONEDA
187
a) Diferencias geográficas en recursos naturales.
b) División del trabajo.
e) Conocimiento de la técnica de producción.
d) Acumulación de capitales.
2º) Condiciones que afectan a los consumidores.
a) Facilidad de los transportes.
b) Libertad relativa del comercio y la industria.
e) Carácter del sistema monetario y bancario.
d) Confianza en los negocios.
11. Condiciones que influyen en la velocidad de la moneda y de los depósitos
sujetos a cheque.
1 º) Hábitos del individuo.
a) Respecto a la sobriedad y el ahorro.
b) Respecto al sistema de "cargar" o "acreditar" en los libros.
e) Respecto al uso de cheques
2º) Sistemas de pago de la comunidad.
a) Respecto a la frecuencia de los recibos y pagos.
b) Respecto a la regularidad de los recibos y pagos.
e) Respecto a la correspondencia entre la época y los montos de los recibos y
pagos.
3º) Causas generales.
a) Densidad de la población.
b) Rapidez de los transportes.
III. Influencias que obran sobre los depósitos sujetos a cheque.
1 º) El sistema bancario y los hábitos del público, respecto al uso de éste.
2º) El hábito de "cargar".
IV. Factores que afectan la cantidad de moneda.
Trataremos, sucintamente, los factores que tienen acción sobre la cantidad de
moneda, comenzando por las:
1. Influencias que obran por medio de la exportación e importación de moneda.

188
RAÚL PREBISCH
Vimos que la cantidad de moneda es el factor principal en la ecuación del cambio;
este factor, a su vez, depende de otras circunstancias exteriores, tales como las
producidas por el desequilibrio entre los niveles de precio entre diversos países.
Consideramos solamente a un país sin relaciones comerciales con los demás, pero dada
la importancia de éstas. el problema del nivel de los precios y del poder adquisitivo de
la moneda. adquiere un carácter internacional.
Si un país tiene sus precios más altos que otro, ya sea por la mayor cantidad de
circulante, mayor velocidad de circulación o menor volumen de los negocios, el
desequilibrio tiende a desaparecer. En tal caso, una cierta cantidad de mercaderías se
cambia por mayor cantidad de moneda, en el país de los precios altos que en el país de
los precios bajos; entonces. convendría mandar moneda al segundo país y mercancía
al primero. Es decir que, en el país de los precios bajos, aumentarán las exportaciones
de mercaderías hacia el otro país y disminuirán las importaciones, desde que ahora
conviene más comprar en sus propios mercados. Por el contrario, el país de los precios
altos aumentará sus exportaciones de metálico para pagar las importaciones del otro
país, y disminuirán sus exportaciones de mercancías. Llegará un momento en que el
influjo de moneda al país de los precios bajos habrá hecho subir sus precios, y, por el
contrario, el reflujo de moneda en el otro país, habrá hecho bajar sus precios; el
equilibrio, entonces, se habrá establecido y los niveles de precios serán iguales, salvo
pequeñas diferencias (causadas por los gastos de transporte, etcétera).
Este principio monetario, que se conoce en economía bajo el nombre de principio
de la distribución internacional de la moneda, se presenta, en larealidad,junto con otros
problemas referentes al comercio internacional. Según él, "el monto de la moneda se
halla regulado en todo país, según su valor"6 lo que parece en contradicción con loan-
tes establecido, de que el valor o poder de compra de la moneda, es función de su
cantidad. Mas, la paradoja es sólo aparente, pues el primer principio se ~fiere a la
cantidad de moneda que se distribuye en todos los países, según el valor que ésta tiene
en cada país y en un momento dado, y que es función de su cantidad. velocidad o
movimiento de los negocios; y esa moneda se distribuye, precisamente, teniendo en
cuenta el principio cuantitativo.
2. Influencias que operan por medio de la función o la acuñación de la moneda.
Como el oro (y demás metales que se usan como moneda) tienen, además,
aplicación en las artes y la industria, el metal presenta valor como moneda y como oro
en pasta, y si se exceptúan ligeras fluctuaciones, en un régimen de libre acuñación, estos
valores son iguales, desde que si el valor del oro en pasta es mayor que el que representa
la moneda que de él se puede sacar, la moneda se convertirá en pasta, y se acuñará la
pasta en moneda, en caso contrario. En la práctica, este balance entre los dos usos se
mantiene, principalmente, dirigiendo la nueva producción de oro de las minas, hacia
el más remunerativo.
Véase Pantaleoni, Economía pura, Tercera parte, Cap. VI, párr. 7, pág. 365.

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
189
3. Influencias que operan por medio de la producción y consumo de los metales
usados como moneda.
El oro, como cualquier otro artículo o mercadería, se produce hasta llegar al costo
marginal de producción, más allá del cual ya no es remunerativo; pero, como el precio
del oro se cotiza en oro, este proceso no es claro, a simple vista. Si el nivel de los precios
sube, los gastos de producción (salarios, carbón, maquinaria) del oro, suben en moneda
y el oro extraído siempre se acuña en la misma cantidad de gramos por cada unidad de
moneda; por esto, los productores marginales se ven obligados a dejar de trabajar sus
minas y aquellos que anteriormente obtenían beneficios, pasan a la categoría de
marginales. Tal es el caso actual, en que los mineros, dada la depreciación del artículo
que producen, están en condiciones desfavorables y piden subvenciones a los gobier-
nos, para seguir produciendo. Cuando el oro baja de valor, se deprecia, y aumenta su
consumo en la artes de lujo y en las industrias.
Si, por el contrario, el nivel de los precios baja, la producción de oro se vuelve más
remunerativa y aun aquellas minas de baja eficiencia, entran a competir con las demás;
asimismo, el consumo del metal se restringe, puesto que éste aumenta de precio.
4. Influencia de los sistemas monetarios y bancarios (que no trataremos por no
alargar este trabajo).
Aquí sería el caso de estudiar la influencia de sistemas monetarios, como el
bimetalismo, sobre la cantidad de moneda en circulación y. por consiguiente, sobre el
poder de compra. En la influencia del sistema bancario, habría que examinar los efectos
de un sistema monetario inelástico, como el nuestro, y como el de los Estados Unidos
antes de los bancos de reserva federales, en lo que se refiere a las variaciones del poder
adquisitivo de la moneda, '<:uando la cantidad de ésta no responde a las oscilaciones
estacionales del volumen de los negocios.
7. Resumen de la teoría cuantitativa de la nwneda
Antes de pasar adelante, comprimiremos en pocos términos lo dicho anteriormente
sobre la teoría cuantitativa de la moneda.
l 2) Los precios son elementos pasivos y dependientes de otros factores.
Descontando los períodos de transición:
22) Un aumento en la cantidad de moneda circulante M, causa aumentos correla-
tivos en la cantidad de depósitos sujetos a cheque M', y ambos tienden a hacer subir
los precios.
32) Un aumento de la cantidad de moneda de un país, tiende a distribuirse en los
otros países que usan el mismo metal. Cuando el nivel de los precios hace variar el valor

190
RAÚL PREBISCH
de la moneda y el del metal en pasta, el oro se usa, más o menos, en las industrias, según
el caso.
4º) Un aumento en las velocidades de circulación tiende a subir los precios.
52) Un aumento en el volumen de los negocios T, tiende a bajar los precios, pero,
también, a aumentar las velocidades de circulación y la cantidad de depósitos sujetos
a cheque, neutralizando, total o parcialmente, la tendencia a la baja.
6º) Hay otras causas que influyen indirectamente sobre el nivel de los precios, al
hacer variar los otros factores de la ecuación del cambio.
Durante los períodos de transición, un aumento en la cantidad de moneda puede
hacer variar, temporariamente, los otros factores (relación de M' a M, V y V' y los T).
CAPÍTULO ll. PRIMERAS MEDIDAS PROPUESTAS PARA CORREGIR LAS
FLUCTUACIONES EN EL PODER DE COMPRA DE LA MONEDA
1. Lowe. Scrope. El "standard" tabular de Stanley Jevons
Las fluctuaciones en el poder de compra de los metales, no pasaron desapercibidas
para los primeros econonomistas. Adam Smith, al notar las oscilaciones de aquéllos a
través del tiempo, proponía, para los contratos a largo término, el uso del trigo como
moneda, sosteniendo que, si sus precios oscilaban, a veces, bruscamente, según las
variaciones estacionales del mercado, el precio medio, en una época larga, variaba
menos que el poder de compra del oro. Pero debido, precisamente, a esas fluctuaciones
estacionales causadas por la oferta y la demanda, el trigo no es conveniente para regular
el pago de salarios y otros contratos a corto plazo, y es sólo utilizable en los contratos
a largo plazo, tales como los de arrendamiento.
Por esto, se hizo necesario buscar otro "standard" de los valores a través del tiempo,
que mitigase la inestabilidad de los metales y no presentase los defectos del trigo. En
1822, fue publicado, en Inglaterra, un libro "Sobre el estado presente de Inglaterra
respecto a la agricultura, el comercio y las finanzas", considerado hoy como uno de los
libros más importantes de aquel tiempo, sobre materias económicas. En él, su autor,
Joseph Lowe, estudia las fluctuaciones del precio o poder adquisitivo de la moneda,
y. para remediar los males consecuentes de esa inestabilidad, expone un plan consis-
tente en un cuadro de referencia, que indicase en qué proporciones las sumas de dinero
expresadas en un contrato, debieran modificarse para mantener invariable el poder de
compra de cada unidad monetaria.
El cuadro de referencia registraría las fluctuaciones de los precios de los artículos
de consumo general, principalmente, los artículos de primera necesidad; hasta enton-

PLANES PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
191
ces, la London Gazzette, daba datos bastante seguros sobre las cotizaciones de los
granos y del azúcar, y, extendiendo esta investigación a mayor número de artículos,
para completar los datos de aquella publicación, se tendrían materiales suficientes para
formar el cuadro.
De esta manera, trataba Lowe de corregir la moneda, de acuerdo con las fluctuacio-
nes de los precios de los artículos que compra esa moneda. El plan era bueno, en
principio, pero su autor no se ocupó en darle formas prácticas y llevaderas; por esto,
no pasó más allá de una simple proposición teórica.
Algunos aiios después, Poulett Scrope, en sus "Principios de economía política"
( 1833) y J .R. Porter, en "El progreso de la nación", proponían la corrección del patrón
monetario legal, valiéndose de las variaciones de los precios medios de varios artículos.
Porter construyó un cuadro que contenía las fluctuaciones medias mensuales de 50
artículos, desde 1833 a 1837.
Refiriéndose a esos planes de corrección, dice Stanley Jevons7 "Estos proyectos
para un 'standard' de tabular o medio de valor, parecen perfectamente sanos y de alto
valor, desde un punto de vista teórico, y las dificultades prácticas no son de carácter
serio. Para llevar a la práctica los proyectos de Lowe y Scrope, una comisión
gubernativa permanente tendría que ser creada y dotada de una especie de poder
judicial. Los oficiales del departamento, recogerían los precios corrientes de los
artículos, en los principales mercados del país, y, por un sistema bien definido de
cálculos, computarían con esos datos, las fluctuaciones medias en el valor adquisitivo
del oro. Las decisiones de esta comisión, serían mensualmente publicadas y los pagos
serían ajustados de acuerdo con ellas".
El mismo Jevons, daba una nueva forma a estos proyectos y presentaba su plan de
"standard" tabular; por medio de él, cada unidad monetaria compraría siempre la
misma cantidad de artículos; es decir, que la moneda real estaría formada por todos esos
artículos, y la moneda aparente o nominal de oro, debería ajustarse siempre a ella. Los
artículos tomados tendrían que ser seleccionados, de manera que las fluctuaciones de
unos fuesen independientes de las fluctuaciones de los demás, y en número suficiente
para representar las variaciones de los precios de todos los artículos existentes, excep-
tuando, naturalmente, a los de poca importancia en el volumen de las transacciones; el
promedio geométrico de las razones en que sus precios en oro hubiesen cambiado, sería
calculado logarítmicamente.
"Al principio, el uso de este 'standard' tabular, será voluntario, de manera que sólo
se exigiría cuando las partes hubiesen insertado una cláusula, al efecto, en el contrato.
Después que la practicabilidad y utilidad del plan se hubiesen aclarado suficientemen-
te, podría hacerse obligatorio, en el sentido de que cada deuda en moneda de más de
tres meses de plaw, fuese variada de acuerdo al 'standard' tabular, en ausencia de
estipulación en contrario".8
Money anti Mechanism of Exchange, pág. 323.
Jevons, ob. cit., pág. 324.

192
RAÚL PREBISCH
Sostenía Jevons, que la dificultad de estos proyectos no sería considerable; habría
cierta complejidad, al principio, entre las relaciones de deudor y acreedor y algunas
disputas sobre la fecha de la corrección; pero la complejidad no iría más allá que la de
un tenedor de libros que tiene que calcular intereses. Por otra parte, para que las
resoluciones de la comisión nombrada fueran de buena fe, las estadísticas de precios
y demás datos, deberían tener toda la publicidad requerida para que cualquier
interesado pudiese efectuar las comprobaciones del caso.
Con todo, concluye Jevons, este método y sus resultados serían mejores que si
continuásemos aceptando un solo metal como medida o "standard" para los pagos
diferidos, como se hace ahora.
Algunos afios después que Jevons, el economista inglés Marshall, presentó a la
"British Association for the Advancement of Science", un plan de ajustamiento de
salarios y contratos a término, que no difería, en sus rasgos esenciales, del proyecto del
primero, pero tuvo la misma suerte que sus precursores, y su plan no se llevó a la
práctica.
Estos dos últimos planes se basaban en las variaciones de los números indicadores
del nivel general de los precios, para hacer las correcciones a la moneda. Este
procedimiento estadístico que permite concentrar, en un solo dato, una serie de
cantidades dispersas, y cuya aproximada concordancia con la realidad, se alcanza
siempre que los métodos usados sean buenos, empezaba a introducirse, y con gran
ventaja, en esta clase de investigaciones.
2. Inconvenientes de los sistemas de ajustamiento parcial
Aunque teóricamente inatacables, estos planes han debido luchar, y luchan con una
serie de inconvenientes, todos ellos en gran parte subsanables, como lo prueba el hecho
de su progresiva adopción en empresas norteamericanas e inglesas, en unas como
resultado práctico a que los empleados llegaron, después de reclamaciones y huelgas
de los obreros, por aumento de sus salarios para hacer frente a la carestía de la vida, y
en otras en forma de común acuerdo entre asociaciones patronales y obreras.9
El principal escollo con que estos planes chocan, es el conservadorismo de los
hombres de negocios y de los sindicatos obreros, respecto a todo sistema nuevo, que
vaya en contra de sus prejuicios arraigados; la gente está acostumbrada a ver en el peso
(en la Argentina se acepta comúnmente que sólo el peso papel varía en oro, en casos
como el actual en que se prohfüe la exportación del metal y la Caja de Conversión está
cerrada) la misma unidad de medida. El peso oro siempre es un peso oro, desde que
tiene, continuamente, la misma cantidad de metal; y éste no se deprecia ni se aprecia,
puesto que es invariable: es el razonamiento más general sobre estas cuestiones.
Por otra parte, la sola posibilidad, para un hombre de negocios, de que un préstamo
de$ 1.000 pudiera transformarse en$ 1.100 o en 900, según la moneda se hubiese
A mayor abundamiento sobre el "Index nwnber wage", nombre con que se designa al salario
ajustado, véase el artículo publicado por Ja revista neoyorquina Commerce ami Finance, mayo 7 de 1919.

Pl.ANEs PARA FSTABILIZAR LA MONEDA
193
depreciado o valorizado, basta para alejarlo del plan de ajustamiento; esto, para él, es
una especulación pura y simple, desde que, por circunstancias ajenas a su voluntad, su
préstamo aumentaría o disminuiría. Lo mismo podría decirse de los obreros: induda-
blemente, sería halagador para ellos el ver subir sus salarios (aunque sólo "nominal-
mente"), en un período de alza de precios; por el contrario, no les agradaría verlos bajar,
cuando las circunstancias son opuestas a las anteriores, a pesar de que sus salarios reales
serían siempre los mismos.10
La comprensión por el público, en general, de las causas monetarias y del crédito,
de la inflación y baja de los precios y, por lo tanto, de las variaciones del poder de
compra de la moneda, y su convencimiento de las ventajas que estos planes reportan,
será obra gradual y progresiva, de una sana propaganda de los principios fundamen-
tales. Que esta propaganda ya está dando sus fruto::. lo prueba el hecho arriba citado,
de su adopción. Además, la enorme inflaóón acontecida durante la guerra y que aun
perdura, con su cúmulo de efectos perniciosos, ha contribuido mucho a este respecto,
preparando el terreno y removiendo la inercia y los prejuicios del público.
Se ha dicho que la eficacia de estos planes de ajustamiento de la moneda descansaba
en su aplicación general. Si sólo se usase en una clase de contratos a término, dejando
al margen a los demás contratos, por una parte se llegaría a tener valores estabilizados,
y por otra, se conservaría el viejo "standard" fluctuante; tal sería el caso en que se
ajustase el pago de los salarios, según las variaciones del poder de compra de la
moneda, y en que, los demás contratos a término del empleador, no se corrigiesen.
Esta observación no tiene, casi, importancia, si se consideran los efectos de las
variaciones del poder de compra de la moneda; si éste baja, es decir, que el nivel general
de los precios sube, los empresarios, en general, recogen más beneficios que antes,11
y por lo tanto, el aumento de salarios a sus obreros no les perjudica, porque en realidad,
siguen pagando los mismos salarios reales; de esta manera, los mayores beneficios sólo
son nominales. Por otra parte, nada les impediría a estos empresarios, ajustar los demás
contratos, desde que tienen los elementos para hacerlo.
Se ha hecho, a todos los planes que se dirigían a suprimir la inestabilidad de la
moneda, la objeción de que, ni en el caso de alcanzar ésta -por medio de ellos,- a
caro biarse siempre por la misma cantidad de artículos, no se llegaría a fijar una medida
constante de los valores. Para sostener esto, algunos arguyen que la misma cantidad de
artí¡:ulos no es siempre representativa del mismo valor, ya sea éste el resultado de la
apreciación subjetiva que los hombres hacen de los bienes, o ya sea el resultado del
trabajo, socialmente necesario para producirlos, acumulado en ellos.
En el primer caso, como los hombres cambian sus costumbres y sus tipos de vida
y, por lo tanto, sus necesidades, los mismos artículos no responden siempre, y de la
10
En los sistemas de salario número indicador, a que hemos hecho referencia, el ajuste en dirección
superior, se hace proporcionalmente al aumento de los precios; pero, cuando éstos bajan. el ajuste de los
salarios se hace en proporción menor a esta baja.
11
Hay varias excepciones: el caso típico es el de las empresas de ferrocarriles, que aumentan sus
gastos y salarios en épocas de alza de los precios, mientras perciben las mismas tarifas.

194
RAÚL PREBISCH
misma manera, a éstas; y la satisfacción que de ellos resulta, no es, entonces. constante;
por consiguiente, no representan siempre el mismo valor.
En el segundo caso, como la eficiencia y la productividad del trabajo cambian a
través del tiempo, los mismos artículos no tienen incorporada, siempre, igual cantidad
de trabajo, o sea, no son de igual valor.
Por consiguiente, si se llegase a obtener que un peso tenga siempre el mismo poder
de compra, no se habría, sin embargo. encontrado la unidad de valor constante que se
buscaba.
Esta objeción teóricamente justa y exacta, no tiene importancia si se la examina en
su parte práctica. Es cierto que, unos bienes son ahora más deseados que antes y otros
menos, pero, ni todos al mismo tiempo, ni gran parte de ellos, experimentan,
conjuntamente, variaciones de tal importancia, para poder afirmar que una determina-
da cantidad (que se toma como base par::i las investigaciones estadísticas) tenga un
valor diferente entre dos épocas. Asimismo, el nivel de vida de las clases de la
población, cambia muy lentamente, si es que se exceptúan los cambios producidos,
precisamente, por la misma alteración del poder de compra de la moneda, como sería
el caso en que este último disminuyese, y como consecuencia, que el obrero, en general,
que ganaría el mismo salario nominal, se viese obligado a restringir el consumo de
ciertos artículos y abandonar el de otros.
De la misma manera, la cantidad de trabajo socialmente necesaria para producir los
bienes en cuestión, no varía bruscamente, sino de un modo muy lento, y mientras para
una parte de ellos aumenta, para otra disminuye, produciéndose, así, compensaciones.
Aun en el caso de ser esto posible, no se puede concebir que estas variaciones
lleguen a 2 y 3 % anual, como era el porcentaje de aumento del nivel general de los
precios, antes de la guerra y desde principios del siglo, y mucho menos a los porcentajes
elevadísimos que se observaron en estos últimos años de guerra.
Por otra parte, el número y la variedad de artículos que se toman para formar los
números indicadores, es elástico y por lo tanto, susceptible de alteraciones; éstas
podrían efectuarse, ya sea alterando los "pesos" de los artículos, o ya sustituyéndolos
por otros o abandonándolos.
3. Antecedentes argentinos. El plan de Bunge para el ajuste de la nwneda.
El "coeficiente de corrección"

La cuestión del ajustamiento parcial de la moneda, o sea de la estabilización de su
poder adquisitivo, en ciertos y determinados casos, cuenta en nuestro país con dos
antecedentes.
Incidentalmente, en un debate en la Cámara de Diputados, el doctor Juan B. Justo,
refirióse a su iniciativa de ajuste automático de los salarios al aumento del costo de la
vida, destinada a presentarse al Congreso socialista, que debió reunirse en Viena, en
1914, y que no se llevó a cabo por la guerra.
Esta consistía en que, en cada país "por medio de las cooperativas, se estableciera
el número índice del costo de la vida obrera, calculando según la importancia que tiene

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
195
en el presupuesto obrero cada uno de los renglones, y que se estableciera por la ley o
en otra fonna, el alza automática de los salarios, en proporción al alza del costo de la
vida obrera"12
Al reconocer la inestabilidad del patrón monetario oro para medir los valores a
través del tiempo, el ingeniero A.E. Bunge propicia la adopción de un "coeficiente de
corrección de la moneda" en unos casos, y del ajuste de las cantidades expresadas en
moneda, en otros. Ambas operaciones se basarían en las fluctuaciones del nivel general
de los precios o en las de los precios de los artículos que constituyen el consumo del
obrero.
En revistas y diarios, el seí'íor Bunge ha expuesto y difundido en fonna clara y
comprensible, el alcance y la necesidad práctica de las medidas que propone. Haremos
un ligero análisis de ellas, para dejar constancia de los pasos dados en nuestro país, en
lo que a regulación del poder adquisitivo de la moneda, se refiere. Por otra parte, estas
medidas han sido repetidamente expuestas por el señor Bunge, en este Seminario.
La determinación del mayor valor. - En todos los proyectos de imposición al
mayor valor, se define a éste como la diferencia entre los precios de la propiedad raíz
en dos épocas diferentes; pero, como estos precios se expresan en moneda, y la moneda
varía de valor, resulta que, en ciertas ocasiones, el mayor valor nominal es mayor que
el real, si la moneda pierde su poder adquisitivo y menor si ésta aumenta en poder de
compra.
De aquí resulta la necesidad de tener en cuenta las variaciones de nivel general de
los precios, o las inversas, del poder de compra de la moneda, para detenninar, con
precisión, el mayor valor.
El precio de las tierras agrícolas se detennina en el mercado, capitalizando su rédito
neto -el precio de los productos obtenidos menos el costo de producción- a la tasa
corriente de interés. Si el precio de esos productos particulares, sube a causa de la mayor
demanda colectiva, causada por el aumento de población o la mejora en el "standard'º
de vida, aumenta la renta de la tierra, y este aumento de la renta se capitaliza en el mayor
valor de aquélla.
Por esta razón, sólo las variaciones del nivel general de los precios, que responden
a causas generales y en la que están eliminadas las particulares, pueden servir de base
a la apreciación exacta del mayor valor; es lógico que un número indicador en el que
los productos agrícolas fonnasen la mayoría o tuviesen indebido peso, nunca pennitiría
la averiguación del mayor valor, pues éste, a su vez, proviene del ascenso de esos
mismos precios.
Si el indicador del nivel general denotase un aumento del 70 % (n. i. 170), el
"coeficiente de corrección" se encontraría dividiendo 100 (indicador base) por 170, o
sea, 0,59. En tal suposición, un campo, que en la fecha del indicador base valía pesos
120.000 y ahora vale$ 250.000 oro, se habrá valorizado sólo en$ 27.500, o sea la
diferencia entre$ 14 7 .500, que es el resultado de multiplicar 200.000 por el coeficiente
0,59, y el precio primitivo.
12
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, 23 de junio de 1920.

196
RAÚL PREBISCH
Ajuste de salarios y sueldos. -Al tratar este punto, es preciso hacer una distinción.
Cuando el nivel general de los precios sube, la moneda baja en su poder de compra, y
por lo tanto, el salario o sueldo nominal, que se paga en esa moneda, tiene un poder
adquisitivo menor: es decir, el salario real de ahora, es menor que el de antes; para que
el salario real permanezca siempre igual, será necesario ajustarlo a los nuevos precios,
valiéndose de las fluctuaciones del número indicador, que marca el nivel general. Pero,
además, el salario real. puede disminuir, si alguno o algunos de los artículos que entran
en el consumo doméstico del asalariado, aumentan extraordinariamente de precio; en
tal caso,no es lógico arguirque la moneda se haya depreciado, pues, en general, compra
los mismos artículos que antes; sino que esos artículos se han apreciado. En este último
caso, ya no es correcto hablar, como en el primero, de corrección de la moneda, sino
de ajuste de los salarios al costo de la vida; ajuste que podrá realizarse, tomando como
base los números indicadores del mismo.
Sin embargo, los precios en general y los del costo de la vida, no difieren mucho
entre sí, en la mayoría de los casos.
De la misma manera que respecto a los demás salarios, el salario mínimo legal o
privado, que desnaturaliza su fin primordial de asegurar el "mínimo de bienestar'' al
obrero, cuando suben los precios, podrá ser ajustado de acuerdo a los números
indicadores.
Respecto a las deudas, contratos de arrendanriento y alquiler, y demás estipulacio-
nes en dinero y a largo plazo, podrá estipularse su ajuste, para evitar los perjuicios que
de otra manera caerían sobre el deudor, si el poder adquisitivo de la moneda sube, y
sobre el acreedor, si éste baja.
Los valores estabilizados, o sea aquellos que tienen siempre el mismo valor
nominal (cédulas, títulos, bonos) bajan de valor "real", cuando baja el poder de compra
de la moneda, de la misma manera que aumentan su valor "real", cuando el poder de
compra de la moneda sube. Por otra parte, los intereses fijos de que gozan estos "valores
estabilizados" también se alterarán, aunque nominalmente siempre son los mismos,
cuando cambia el valor "real'' del principal.
Es por esto que, "en las emisiones de títulos con valor nominal e interés fijo, se
podrá establecer intereses adicionales en proporción a la diferencia efectiva de los
"valores estabilizados" y de los precios de los demás bienes, medidos en dinero.
Las leyes de impuesto a la renta determinan un límite mínimo no imponible, dado
un cierto nivel de los precios; pero, cuando éste sube, las rentas imponibles que seguían
al límite mínimo, tendrán un poder de compra menor que antes, y, por lo tanto, habrá
que ascender este límite. Inversamente, si los precios bajasen, las rentas no imponibles
significarían, entonces, mayor suma de bienestar que el bienestar mínimo que presume
la ley y deberían, por consiguiente, caer dentro de la categoría de las rentas imponibles.
Hemos analizado los propóitos principales que guían al sefior Bunge al difundir el
plan de ajuste y el coeficiente de corrección de la moneda. A la serie de artículos13 ya
"
Los problemas económicos del presente, cap. X: Poder adquisitivo de la moneda. Coeficiente de
corrección de la moneda, págs. 271 a 303.

PLANES PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
197
publicados, hará seguir otros, en que puntualizará más, cada uno de los puntos que a
grandes rasgos hemos analizado, contribuyendo, así, a desvanecer la ilusión existente
acerca de la invariabilidad del poder de compra de la moneda.
Las dos iniciativas argentinas cayeron en el vacío, seguramente por su falta de
mayor difusión, principalmente, entre los sindicatos obreros y patronales, que en otros
países adoptaron planes de ajustamiento de los salarios, según las fluctuaciones de
costo de la vida. Sin embargo, existe, en un proyecto de ley de salario mínimo
presentado a la Cámara de Diputados en las últimas sesiones del período ordinario de
1920, por el doctor Anastasi, una disposición referente a las variaciones de este salario,
según las fluctuaciones del costo de la vida denotadas por los números indicadores; este
proyecto constituye la primera iniciativa de legislar sobre estas cuestiones.
CAPÍTULO 111. EL PLAN DE FISHER PARA ESTABILIZAR EL PODER
ADQUISITIVO DE LA MONEDA
1. Hemos hecho una ligera reseña de aquellos planes destinados a corregir
parcialmente el poder de compra de la moneda, ajustando los salarios, contratos a largo
término, etcétera. Según estos planes, el régimen de la circulación monetaria no se
alteraría en lo más mínimo; en ellos, no se trata de evitar la abundancia del medio
circulante, que causa el alza de los precios y la consiguiente depreciación de la moneda,
sino de corregir los efectos de esa depreciación; asimismo, en ellos no se arbitran
medidas para el caso en que, el enrarecimiento del medio circulante, haga elevar el
poder de compra de la moneda, sino que se busca corregir las consecuencias de este
aumento, sobre los salarios y demás contratos a término.
¿No sería posible corregir a la misma moneda, en general, en lugar de la complicada
serie de correcciones parciales? Un sistema por medio del cual la unidad monetaria
tuviese siempre y en todos los casos el mismo poder de compra, en vez de la unidad
actual de poder de compra variable, solucionaría esta cuestión.
A esto, es lo que se propone llegar Irving Fisher en su nuevo libro Stabilizing the
Dol/ar. 14 en el que desarrolla, ampliamente, su plan para estabilizar el nivel general de
los precios, o sea el poder adquisitivo de la moneda, sin fijar los precios individuales.
En su "Purchasing power of money", cuyo desarrollo de la teoría cuantitativa de la
La Prensa del 8 de agosto de 1920, c001ienza una serie de artículos sobre "La unidad de valor", cuyos
resúmenes se vienen publicando desde el Nº 25-26 de la Revista de Economía Argentina.
14
Stabilizing the Do/lar. A Plan to Stabilize the General Price Leve/ without Fixing Individual
Prices, por lrving Fisher, New York, The Macmillan Co. 1920, XLIX, 305 págs. Un ligero comentario de
este libro lo hemos publicado en la Revista de Ciencias Económicas, de jWlio-julio de 1920, y en la Revista
de Economía Argentina, de septiembre de 1920.

198
RAÚL PREBISCH
moneda y de la ecuación del cambio, ha sido el tema de las primeras páginas de este
trabajo, publicado nueve años antes que su última obra, Fisher esboza su plan de
estabilización 15 a manera de conclusión teórica de su libro, para remediar los males de
la inestabilidad monetaria, y sin pretender su aplicación práctica, por considerar que,
entonces "no había madurado todavía el tiempo para la aceptación de ningún plan
práctico, y sólo se necesitaba un conocimiento claro y público de los hechos y
principios" .16
La guerra alteró profundamente la circulación monetaria de todos los países del
mundo, y el poder adquisitivo de la moneda -como consecuencia de la inflación de
papel moneda y del crédito en los países beligerantes y la de este último y de la inflación
de oro en los neutrales- bajó en proporciones desmesuradas, produciendo la conmo-
ción que ahora presenciamos, en el mundo del trabajo.
Esta experiencia, como otras anteriores, está haciendo comprender al público que
"el nivel de los precios a que se efectúan los negocios, está a la merced de condiciones
monetarias y del crédito. Hoy, el público, está dispuesto a reconocer, así como no lo
estaba antes de la guerra, que el nivel de los precios subirá con un flujo de oro, papel
moneda o crédito. Como consecuencia, se está produciendo, lenta pero seguramente,
una revolución en el pensamiento económico, similar a la revolución en el pensamiento
cosmológico, después de Copémico. Así como, entonces, aprendimos que el Sol, la
Luna y las estrellas, no se levantan ni se ponen, aunque se muevan algo, sino lo que así
parece es la revolución de la Tierra sobre su eje, así vamos aprendiendo que los
artículos o bienes, en masa, no suben ni bajan, sino, lo que así parece, es realmente el
movimiento de la moneda" .17
Es por esto que, ahora, el profesor Fisher, juzga oportuna la ocasión para lanzar su
plan completamente elaborado, y en el que prevé los menores detalles de su aplicación.
2. La moneda-bienes
La moneda de oro, usada directa o indirectamente en las transacciones, no se
cambia siempre por la misma cantidad de bienes; pero, si en vez de ser de oro, fuese
constituida por los bienes contra los cuales se cambia, es lógico que, en tal caso, la
moneda-bienes resultante, se cambiaría constantemente por los mismos bienes de que
está formada, así como la actual moneda de oro equivale, invariablemente, a igual
cantidad de gramos de oro.
Esta moneda-bienes (goods do/lar) consistiría en una determinada cantidad de
artículos: trigo, carne, carbón, harina, azúcar, algodón, petróleo, huevos, leche,
"
Purchasing Power of Money, cap. XIII: The problem of making purchasing power more stable.
"
Purchasing Power of Money, Preface to the first edition, pág. IX.
17
Stabilizing the Dollar, pág. XXVI.

PLANES PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
199
manteca, maíz, papas, botines, tabaco sin elaborar, tabaco elaborado, tocino, cuero,
lana, goma, alcohol, jabón, etcétera, de tal manera combinados, que su valor, en la fecha
de la adopción, equivalga a un peso de la moneda anterior. De tal manera, el nivel
general de los precios no podría subir ni bajar, puesto que los bienes o artículos que lo
constituyen tendrían siempre el mismo precio, desde que serían medidos por una
moneda formada con ellos mismos.
Es natural que la circulación de esta moneda-bienes sería imposible, así como sería
imposible la vuelta al sistema del trueque: sus cualidades técnicas inapropiadas le
impedirían ejercer la función de instrumento de los cambios, que tan bien cumple el
oro, actualmente. Este, a su vez, falla como medida de los valores, para lo que la
moneda-bienes es lo más perfecto y apropiado. Entonces, si se lograsen coordinar los
aspectos buenos de cada moneda y desechar los malos, se llegaría a una moneda que
fuese, al mismo tiempo, el común instrumento de los cambios y la medida de los
valores.
Esto se alcanzaría, manteniendo a la moneda de oro en la circulación (es decir,
respetando sus buenas cualidades técnicas como instrumento de los valores); pero, al
mismo tiempo ajustando la cantidad de oro contenida en cada unidad monetaria o peso
($)a las variaciones experimentadas en los artículos de la moneda-bienes, en términos
de la moneda de oro (esto es, agregando a la moneda de oro las buenas aptitudes de la
moneda-bienes, como medida de los valores). De este consorcio, saldría otra moneda
de oro de peso variable, pero de poder adquisitivo constante, es decir, equivalente,
siempre, a la misma cantidad de artículos. La unidad de esta moneda sería, siempre, de
igual valor o equivalente a la unidad de la moneda-bienes.
Las variaciones del precio en oro de los artículos componentes de esta última, se
conocerían por medio de los índices de precio, correspondientes a cada uno de ellos,
y de los números indicadores correspondientes a todos, en conjunto.
3. La moneda estable en poder adquisitivo
La nueva moneda, para representar siempre el mismo poder de compra, y contra-
riamente a la moneda actual, tendría una cantidad variable de oro, según las variaciones
experimentadas por el número indicador del nivel general de los precios. Cuando éste
indicase baja de los precios, debería rebajarse la cantidad de oro contenida en cada
unidad monetaria, pues ésta poseería un poder aquisitivo mayor que el de la moneda-
bienes; y si, por el contrario, el número indicador denotase que el nivel general de los
precios hubiese subido, debería aumentarse, a la moneda, una cantidad de oro, pues la
cantidad existente tendría un poder adquisitivo menor que el de la moneda-bienes. En
los dos casos, la disminución o el aumento en la cantidad de oro, debería ser
proporcional al alza o a la baja, respectivamente, del número indicador; así, por
ejemplo, si éste subiese a 1O1, la cantidad de oro contenida en cada unidad monetaria
precisaría subir, proporcionalmente, en uno por ciento.
Seguramente, este ajustamiento de la moneda no produciría, de un modo preciso,
la vuelta de los precios a su nivel anterior. En el ejemplo anterior, el 1 % de aumento

200
RAÚL PREBISCH
en la cantidad de oro, podría no hacer bajar exactamente a 100 el número indicador, y
sí sólo a 100 1/2; entonces, en el bimestre siguiente (si es que se decidiese que el
ajustamiento se hiciera bimensualmente) habría que aumentar otra cantidad equivale.1-
te al 1/2 %. De manera que, al ajustamiento exacto o casi exacto, en ciertos casos,18
habría que llegar por medio de "tanteos" porque "la corrección absolutamente perfecta
sería imposible; pero, cualquier imperfección que continuase reapareciendo, no podría
escapar a una corrección final".
"El resultado sería, que el nivel de los precios oscilaría sólo ligeramente. En vez de
grandes convulsiones en los precios, tales como encontran10s a través de la historia, el
número indicador daría vueltaalrededordelapar,esdecir, 101, 1001/2, 101, 100, 102,
1001/2, 100, 98, 99, 99 1/2, 100, etcétera, rara vez saliendo la línea más que en uno o
dos por ciento".
Así, pues, se habría llegado a la moneda ideal, tipo o medida de los valores y cuya
unidad se cambiaría, siempre, por la "canasta de artículo::"' (basket full of goods), que
constituyen la moneda-bienes.
Es fácil imaginar la imposibilidad práctica de alterar cada dos meses, si fuese
necesario, la cantidad de oro contenida en la unidad monetaria; esto significaría un
continuo proceso de fundición de las monedas anteriores y de su reacuñación en otras
nuevas. Pero, esto no constituye una dificultad, puesto que el oro es susceptible de
circular por medio de certificados -como sucede en los Estados Unidos, y como
sucedía en nuestro país, en tiempos anteriores al cierre de la Caja, si se exceptúa a los
300 millones de billetes inconvertibles, anteriores a la Ley de Conversión- y perma-
necer físicamente inmóvil en las reservas. Así, la misma cantidad de oro, bajo custodia
del gobierno (puesto que él sería el encargado de la administración del sistema), podría
representar menos o más certificados que antes, según la nueva unidad monetaria
contuviese más o menos oro que anteriormente.
El hecho de que cada unidad monetaria, contenga, virtualmente, más o menos
cantidad de oro que antes, no tiene acción alguna sobre el nivel de los precios, mientras
la cantidad de certificados en circulación sea la misma. Este principio monetario
constituye uno de los teoremas fundamentales de David Ricardo, muy claramente
expuesto por Pantaleoni.19 Según él, si, en un mercado cerrado, la cantidad de moneda
circulante es de 100 unidades, cada una de las cuales pesa 10 gramos de oro, la autoridad
resuelve quitar un gramo de oro a cada unidad, de tal suerte que su peso total quede
reducido a 9 gramos, y sustraer de la circulación la cantidad de oro extraída, para que
aquélla sea siempre de 100 unidades, los precios permanecerán inmóviles. Ahora bien,
si esta autoridad dispone de los 100 gramos de oro extraídos a las 100 unidades en
circulación, y acuña, con ellos, nuevas monedas a razón de 9 gramos por unidad, los
precios subirán proporcionalmente al aumento de unidades en circulación, aunque la
cantidad total de oro sea siempre la misma.
"
"En que muchas cosas pueden introducirse en el periodo comprendido entre los ajustamientos",
Cap. IV, sec. 9, pág. 97.
1'
Véase Pantaleoni, ob. cit.

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
201
Es por esto que, el retomo del número indicador a su nivel normal, sólo se
conseguiría expandiendo o rarificando la circulación de certificados, para lo cual
propone Fisherdos sistemas, el directo y el indirecto-dividiéndose este último en otros
más- que están en relación con el sistema de reservas que se adopte.
4. Las reservas definidas, indefinidas y mixtas
Cuando la cantidad de oro contenida en la moneda fuese aumentada, y las reservas
de oro que tiene el gobierno permaneciesen físicamente intactas, cada certificado
correspondiente a cada una de las unidades monetarias, tendría un contravalor de oro,
menor que el que tenía antes. Así, en el caso en que el número indicador hubiese subido
a l O 1 y, por consiguiente, la cantidad de oro de la moneda se hubiese aumentado de
acuerdo con el sistema, cada certificado en circulación ya no tendría, en las reservas,
su correspondiente 100 % de garantía en oro, sino alrededor de 99 %; de la misma
manera, en caso de disminuirse la cantidad de oro de la moneda, cada uno de los
certificados representaría en adelante alrededor de 101 % de oro. es decir, que el
gobierno poseería más oro que el que corresponde a los certificados en circulación.
El primer procedimiento respecto a las reservas, sería el de mantenerlas siempre al
100 %, o lo que es lo mismo, tener siempre una reserva definida. Para esto, habría que
disminuir la cantidad de certificados en circulación, en el primero de los ejemplos
citados arriba, y aumentarla, en el segundo; lo cual la administración monetaria (el
gobierno) conseguiría, destruyendo proporcionalmente al alza del número indicador,
los certificados que tuviese en su poder y emitiendo certificados en proporción a la baja
del número indicador, respectivamente.
La primera de estas operaciones se efectuaría con los certificados que el gobierno
recibiera en pago de los impuestos, así como en concepto de otras entradas; pero, como
sería deseable que el retiro se hiciera inmediatamente, para que su acción sobre los
precios fuera, también, inmediata, el gobierno podría retirar una cantidad correspon-
diente de sus depósitos en los bancos, que según vimos anteriormente constituyen una
especie de medio circulante.
La emisión de certificados, en el segundo de los supuestos, cumpliría el gobierno
pagando con ellos sus gastos, o, como en el caso anterior, si se quisiere un retomo más
rápido de la reserva al 100 % , depositando igual cantidad de certificados, en las cuentas
de los bancos.
Veamos, ahora, otro de los aspectos de estas operaciones. En el caso de retiro de
certificados, el gobierno perdería la suma cancelada, y en el caso de emisión, ganaría
lo emitido, lo que quiere decir que, el gobierno soportaría la pérdida o aprovecharía la
ganancia que, en un sistema de inestabilidad, correspondería, en general, a todos los
poseedores de dinero. "En caso de depreciación de la moneda, el gobierno está en la
misma posición que un poseedor de un artículo deteriorable. Su oro, es como una fruta
madura, que comienza a echarse a perder, y el tesoro sufre, por lo tanto, una pérdida.
Entonces, impone al público para proveer a la depreciación".

202
RAÚL PREBISCH
"La pérdida por la depreciación del oro no se debe, sin embargo, a la estabilización
de la moneda y al mantenimiento de la reserva. La misma pérdida, en alguna forma,
ocurre siempre que el oro se deprecia, ya esté o no estabilizado. Bajo el sistema
presente, la pérdida cae en el tenedor de certificados y no sobre el Tesoro. Cada peso
de esos certificados, ahora en nuestro bolsillo, baja en poder adquisitivo, siempre que
el oro se deprecia. La estabilización de la moneda sólo da una medida específica de esta
pérdida, y, la operación de mantener la reserva, traduce esta pérdida en impuestos".
"El mismo principio se aplica en el caso opuesto. Bajo nuestro presente sistema,
cuando el oro se aprecia, cada poseedor de certificados recibe un incremento de valor.
El certificado de oro aumenta de valor en nuestros bolsillos. Bajo un sistema de
estabilización y de reserva constante al 100 %, el Tesoro Público, cosechará esta
ventaja y la devolverá de nuevo al público, aligerando, proporcionalmente, la carga de
los impuestos".20
De manera que, por el sistema de la reserva' definida, las posibles pérdidas o
ganancias provenientes de la operación de estabilización, serían por cuenta del
gobierno, quien a su vez las trasmitiría a la comunidad, por medio del impuesto. Es
necesario no confundir estas ganancias o pérdidas, con las ganancias y pérdidas que
en un sistema de moneda inestable, corresponden a los miembros de ciertas clases, en
general; si la moneda desciende en su poder de compra, obtienen más beneficios los
empresarios, comerciantes, industriales y agricultores en general, y por el contrario,
menos entradas "reales" todos los que reciben réditos fijos, los asalariados, empleados,
etcétera; en este caso, existen ganancias por una parte y pérdidas por la otra; de manera
que, estabilizada la moneda, no habría. en realidad, ni ganancia ni pérdidas para el
gobierno.
No sucede así, con las ganancias o pérdidas a que primero aludimos y que provienen
de una depreciación o apreciación real del oro. Ahora bien; como los precios, salarios,
etcétera, se miden en esta moneda depreciada o apreciada respecto a lo que fue
anteriormente, las relaciones en ellos basadas, se alteran, y originan ganancias y
pérdidas. Lo mismo sucedería si otra unidad de medida, tal como el metro, variase de
longitud arbitrariamente, como lo hace la moneda, introduciendo el desorden en las
relaciones que se basan en esta medida; los que contrataron hace un año, con la base
de una cierta longitud del metro, y ahora tengan que cumplir el contrato con un metro
más corto, ganarán la diferencia, y, en cambio, la perderán las partes contratantes
contrarias; si el gobierno resolviese estabilizar el metro, aumentando o disminuyendo
su longitud, según el caso, perdería o ganaría, respectivamente, la cantidad de material
(si suponemos que estuviese hecho de un metal precioso) necesario para esta opera-
ción; pero, como esta unidad de medida ya quedaría estabilizada, no habría, en
adelante, ganancias y pérdidas de la primera clase.
La financiación del sistema es uno de los puntos más interesante del plan, y hubiera
sido más conveniente que Fisher precisase mejor los conceptos, como lo hizo respecto
a otros detalles.
20
Stabilizing the Do/lar, App. I, Sec. 1, D, pág. 129.

PLANES PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
203
Supongamos que el plan de Fisher entre en vigencia en nuestro país, a partir del 1 º
de noviembre de 1920, en que el monto de la circulación de billetes sería, más o menos,
de $ 1.300.000.000 papel y que -para mayor claridad- éstos tuvieran su garantía
metálica o reservas al tipo de 100 % (aunque ésta sería, más o menos, de 78 %); si al
cabo de dos meses, es decir, el 1 ºde enero de 1921, el número indicador, cuya base 100
correspondería a la fecha de la adopción del plan, subiera a 101, sería necesario
aumentar en 1 % la cantidad de oro de cada peso, y para mantener a 100 la reserva,
retirar el 1 % de los billetes en circulación. Esta cantidad retirada, que alcanzaría a
$ 1.360.000 papel, sería por consiguiente, la pérdida del gobierno en la operación. Todo
el oro que, en adelante ingresara al país, no se cambiaría como antes, al tipo de tantos
gramos de metal por peso($), sino por una cantidad mayor en 1 % de gramos, lo cual
cooperaría, a la vez, a la contracción de la cantidad de medio circulante, que de otra
manera habría penetrado en el mercado, mitigando, así. la consiguiente alza de los
precios.
Por el contrario, si el 1º de enero de 1921, el número indicador bajase a 99, el
gobierno tendría que disminuir la cantidad de gramos de oro en cada peso en 1 %,
originando como consecuencia el alza de 101 % de la reserva; para equilibrarla sería
necesario emitir alrededor de $ 1.300.000, que en este caso serían una ganancia para
el gobierno.
De esta manera, el gobierno controlaría la circulación de los billetes y el nivel de
los precios. La cantidad que perdería o ganaría sería insignificante, en relación al mon-
to del dividendo social que la variabilidad de la moneda traspasa de una clase de la
comunidad a otra; calcúlese la cantidad de salarios pagada durante dos meses, en todo
el país, tómese el 1 %, y se tendrá, aproximadamente, la suma que la clase trabajadora
recibe de menos en sus salarios reales, en beneficio de los empresarios en general;
agréguese a esto las enormes pérdidas que sufre toda la colectividad a consecuencia de
las huelgas y conflictos obreros, originados por aumentos de salarios (y que son la
mayoría), para hacer frente a la carestía de la vida; auméntese a esto la cantidad que
pagan, de menos, los deudores, a los acreedores, por hacerlo en moneda depreciada; lo
que, todos los que tienen entradas fijas, pierden por la misma causa; lo que, el mismo
gobierno pierde en sus recaudaciones fijas, y mil otras sumas comprendidas en las
múltiples relaciones en que entra la moneda. La enorme cantidad resultante correspon-
derá a lo que unos ganaron y otros perdieron, y eso que no dimos lugar t!n el cálculo,
a los$ 1.360.000 que pierden, en conjunto, los poseedores de billetes, puesto que el oro
que representan se ha depreciado en 1 %.
Dijimos que el gobierno se resarciría de las pérdidas aumentando proporcional-
mente los impuestos; aquí, nace otro problema, a saber: ¿en qué forma se repartirían
esos impuestos en la comunidad? Y, en el caso contrario, ¿cómo se aligerarían los
impuestos, cuando hubiera ganancias?
Fisher no plantea la cuestión; pero, de todos modos, la s~1ma implicada no tiene la
importancia capaz de originar serios problemas de política impositiva.
El sistema de reservas indefinidas. - El sistema de la reserva indefinida, consistiría
en la prescindencia de la administración monetaria, en lo que se refiere al equilibrio de

204
RAÚL PREBISCH
aquélla. El aumento o la disminución de billetes circulantes, sería obra de las
operaciones de los particulares, "así, si el oro se depreciase relativamente a los
artículos, como se vería por la tendencia de los números indicadores a subir, las
consecuencias serían, 12) que el peso del peso($) oro sería aumentado, es decir, que el
precio del oro sería reducido; 2º) que el depósito de oro (emisión de billetes) sería
desalentado, y la redención de billetes, alentada, y ambas operaciones tenderían a la
reducción de los billetes en circulación".
"Si el oro se apreciase, se producirían las condiciones opuestas: 1 º) el peso se
reduciría en cantidad de gramos de oro; 2º) el depósito de oro (emisión de certificados)
sería alentado y su reducción desalentada". 21
En el sistema de la reserva definida, se agregaría, además de esto, la acción del
gobierno, que emitiría o retiraría billetes, de tal manera que, en la próxima operación,
la necesidad de ajustar el peso de la unidad monetaria, sería disminuida.
"Bajo el sistema de la reserva indefinida, el único influjo y reflujo de billetes se
efectuaría por medio del depósito y retiro de oro, tal como en lo presente; mientras que,
bajo el sistema de la reserva definida, habría, además, un influjo de billetes por medio
de emisiones o cancelaciones especiales, para mantener el volumen de billetes
circulantes, de acuerdo con la reserva de oro".
"El sistema indefinido cumpliría su función estabilizadora, afectando o previnien-
do los movimientos internacionales del oro, que de otra manera ocurrirían, mientras
que el sistema definido, no tendría necesidad de intervenir en los movimientos del oro,
como ocurre actualmente".22
El sistema de la reserva indefinida se expondría a fracasar en ciertos casos, y
peligraría la reducción en oro de los billetes, cuando la reserva bajase a cerca de O,
mientras que el sistema definido estaría protegido de estas eventualidades. Además, la
acción de este último sistema sería más rápida, puesto que el aumento o disminución
de los certificados en circulación, se haría tan pronto como la reserva se desequili-
brase.
Tratándose de una nación importante, el sistema de la reserva indefinida tendría
otro grave inconveniente, la aceleración del movimiento del oro que saldría, debido al
aumento en el peso de la unidad monetaria, o el retardo del movimiento del oro
destinado a entrar al país, aumentaría la cantidad de circulante en otros países, produ-
ciendo, de esa suerte, el alza de los precios, que a su vez repercutiría en el país en
cuestión y haría necesario un nuevo aumento en la cantidad de oro de la unidad
monetaria.
El sistema indefinido dependería, para su éxito, de los movimientos internacionales
del oro, mientras que el definido no se vería afectado, en su desenvolvimiento, por
circunstancias exteriores; el primero descansa en el interés de los particulares en
negociar con oro, acelerando o retardando su movimiento, lo que no siempre puede
"
Stabilizing the Do/lar, App. 1, Sec. C, pág. 128.
22
Stabilizing the Do/lar, App. 2, Sec. 1, D, pág. 130.

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
205
suceder; mientras que, el segundo, es independiente de esos movimientos, y por lo
tanto, muy superior al sistema indefinido.
Las reservas mixtas. - El sistema de las reservas mixtas, consistiría en una
combinación de los dos sistemas anteriores; se dividiría a las reservas, en reservas
propiamente dichas, que responderían siempre al 50 % de los billetes, y en un sobrante
variable, según las oscilaciones de la cantidad de oro de la unidad monetaria. Este
sistema representaría ventajas sobre el indefinido, en lo que imposibilitaría el agota-
miento de toda la reserva y conservaría sus otras características en cuanto a la lentitud
e incertidumbre de los procedimientos.
Una variante del sistema, que Fisher considera como lo más recomendable, sería
la de invertir el sobrante, gradualmente, en títulos públicos, cuyos intereses servirían,
al mismo tiempo, para la financiación del sistema. Para comprar estos títulos, la
administración monetaria tendría que entregar oro a los vendedores, que en caso de no
exportarse o emplearse en las artes, se canjearía por certificados, debido a los
inconvenientes de su manejo para los particulares; la compra, entonces, representaría
una emisión de certificados o billetes, que obraría en el sentido del alza de los precios,
haciendo, así, necesario un posterior aumento en el peso de la unidad monetaria, es
decir, que su acción repercutiría sobre el oro, depreciándolo. Este abaratamiento del
oro originaría su exportación al interior o su empleo en la artes, al mismo tiempo que
la restricción de la producción minera.
Pero, siendo, ahora, el peso ($) más pesado que antes, la reserva (propiamente
dicha) de 50 % bajaría, y para equilibrarla, seda necesaria la acción del sobrante que
le cedería oro. Por esto, el sobrante tendería a volverse nulo, debido a las sucesivas
adiciones de oro al peso ($) y su canje por títulos públicos; para remediar esto habría
que vender parte de los títulos, obteniendo de nuevo billetes. Si esta reserva (sobrante)
quedase exhausta, se pondrían en juego los procedimientos de la reserva definida.
Hasta aquíla venta de títulos produciría el alza de los precios; existiría, sin embargo,
otra reacción (de poca importancia entre nosotros, aunque de mucha en los Estados
Unidos, durante la guerra), consistente en la inflación del crédito (depósitos sujetos a
cheque), causada por una emisión o venta de títulos a los particulares, pues éstos sirven
como garantías o colaterales de préstamos acordados por los bancos. Pero, la resultante
sería en el sentido de la elevación de los precios, dada la supremacía de la primera
reacción sobre la segunda.
Para comprar títulos tendríase que considerar, ante todo, la oportunidad, puesto
que, si los precios tienden a subir, una operación de esta naturaleza acentuaría aun más
esa tendencia, de la misma manera que, una venta de títulos, produciría un enrareci-
miento del circulante y la baja de los precios.
Por eso, creemos que podría combinarse el sistema de la reserva definida, con el
rasgo saliente de este último, no de una manera sistemática, sino subordinando su
acción a los momentos oportunos. Salvo este detalle, la inversión de una parte de la
reserva sería una manera muy provechosa de mantener activa una cantidad de oro que,
de otro modo, no produciría ningún interés y aun demandaría gastos de administración
y conservación.

206
RAÚL PREBISCH
5. La teoría cuantitativa y el plan de Fisher
Sostiene Fisher, que su plan no supone la teoría cuantitativa de la moneda. Y que
el "único principio monetario supuesto es elcomún a todas las teorías, y universalmen-
te aceptado, a saber: que una gran cantidad de oro comprará más artículos que una
pequefia cantidad, una libra más que una onza, por ejemplo, y que, un aumento del oro
de la unidad monetaria, aumentará, de cualquier modo, el poder de compra del oro.
Respecto al proceso exacto por el cual se alcanza este resultado, conocido, no
necesitamos ocuparnos de él".
Pero es, precisamente, en este "proceso exacto" en que la teoría cuantitativa va
implicada, pues como creemos haberlo demostrado antes, el sólo hecho de aumentar
o disminuir la cantidad de oro contenida en cada unidad monetaria, sin alterar el número
de unidades circulantes, no basta para tener acción sobre el nivel general de los precios.
Por eso, cuando se cambia el peso en oro de la moneda, según el plan de Fisher, se
cuenta con medios directos (reservas definidas), indirectos (reservas indefinidas) o
mixtos (reservas mixtas), para alterar la cantidad de billetes en circulación y afectar,
por consiguiente, a los precios.
Es tanto más extrafia la negación de Fisher, cuanto que, más adelante dice: "que un
cambio en el peso del peso($) cambiará el número de pesos en circulación, se ha hecho
ya evidente". Y esto no es más que una aceptación de la teoría cuantitativa, no en su
forma rígida, a saber, que la cantidad de moneda hace variar, proporcionalmente, a los
precios, sino que todo influjo de moneda hace subir los precios y todo reflujo los hace
bajar.
6. Algunos detalles técnicos del plan de Fisher
a) Epocas de ajustamiento. - Para la estimación de las épocas en que debieran
efectuarse las correcciones, habría que tener presente la sensibilidad del mercado
respecto a un influjo o reflujo de circulante; algunos sostienen que tresmeseses el plazo
mínimo, después del cual, recién los precios se ajustan a las nuevas condiciones; pero,
dada la sensibilidad de los artículos tomados como base para los números indicadores
y la experiencia de los mercados norteamericanos, Fisher sostiene que el plazo será la
mitad del anterior; por consiguiente, propone que las correcciones se hagan cada dos
meses.
En todo caso, las épocas de ajustamiento tendrían que estudiarse según las
circunstancias de cada país.
b) La especulación en oro. -Como el "precio" del oro varía en billetes, en el plan
de estabilización, según las variaciones del n. i., la operación de ajustamiento podría
dar margen a la especulación; si los precios presentasen la tendencia al alza, y, por lo
tanto, existiese la probabilidad de que el oro se depreciase en billetes, es decir, que se

PLANES PARA ESTABil..IZAR LA MONEDA
W7
aumentase la cantidad de oro contenida en la unidad monetaria, los especuladores, días
antes del ajustamiento, tendrían interés en vender oro al tipo de 10 billetes por 100 x
de oro, 23 y producido un aumento de 1 % en la cantidad de oro de la unidad monetaria,
es decir, cambiado el tipo a 10 billetes por 101 x de oro, canjear la misma cantidad de
billetes que recibieron, por mayor cantidad de oro que la entregada en la primera
operación. Para prevenir esta especulación. habría que disponer de dos requisitos:
primero, que el ajuste de la unidad monetaria nunca pasase 1 % en cada ocasión, y
segundo, que, por cada venta de oro por los particulares la administración monetaria
cobrase una comisión del 1 %. que al mismo tiempo resarciría sus gastos. En caso de
que la tendencia <!e los precios fuese contraria, convendría a los particulares la compra
de oro al tipo de 10billetes por lOOx de oro,paraluegovenderesa misma cantidad de
oro, por mayor cantidad de billetes, cosechando de esta manera una ganancia; como en
el caso anterior, la especulación se evitaría cargando una comisión de 1 % por cada
compra de oro por los particulares.
Además de esta especulación, podría darse otra clase, a término más largo; comprar
o.vender oro, no para terminar la operación en la fecha del próximo ajustamiento, sino
después de dos ajustamientos, de tal manera que se evitaría la segunda comisión del 1
por ciento. Pero, no es probable su aparición, "porque para períodos cortos como dos
o tres meses los "gastos", es decir, gastos de transporte del oro de y a la administración
monetaria, junto con el gasto, tiempo y trabajo de preparación necesarios para reunir
los billetes (y tenerlos por tanto tiempo), impedirían la operación; y porque, para
períodos largos, como un año, el riesgo no permitiría, tampoco, la operación. Es claro,
entonces, que la tal especulación será conspicua por su ausencia.24
c) Selección del número indicador. - Como éste es la guía del sistema, sería
necesario poner especial cuidado en su selección, aunque los diferentes tipos de
indicadores, cualquiera que sea el número de artículos, su "peso" o fórmula, llegan a
resultados poco diferentes; Fisher recomienda un tipo especial, basado solamente en
los precios de los artículos al por mayor: "(a) por la mayor facilidad de fijar o
"estandarizar" los grados definidos de artículos al por mayor, que en las otras clases de
precios; b) por la mayor importancia del comercio al por mayor, y por el hecho de que
la gran cantidad de las partes contratantes, están más interesadas con los precios al por
mayor, que con los al por menor; c) por la mayor sensibilidad de los precios al por
mayor, a las influencias que afectan el nivel de los precios; d) por el hecho de que la
estabilización de los indicadores al por mayor, traerá consigo la estabilidad del nivel
de los precios al detalle, mucho más pronto y de un modo más completo que
viceversa". 25
"
Adoptamos esta relación por comodidad y para mayor claridad.
24
Stabilizing the Do/lar, App. I, Sec. 2, B, pág. 145.
"
Stabilizing the Do/lar, App. I, Sec. 3, pág. 149.

208
RAÚL PREBISCH
En cuanto a los artículos, deberían seleccionarse los más sensibles, y su lista debiera
ser tan general como sea posible, teniendo en cuenta que no sólo se trata de estabilizar
el poder de compra de la moneda respecto a los salarios, sino respecto a todas las
transacciones. Los números indicadores serían calculados según el promedio aritmé-
tico ponderal de los precios de aquellos artículos, y es aceptable estimar que, dadas las
facilidades de información y comunicación, su cálculo podría terminarse dos o tres días
después de obtenidos los datos.
d) Selección del nivel de los precios que se quiere estabilizar. - La selección del
nivel de los precios depende de muchas circunstancias, tales como el monto de las
deudas públicas y privadas existentes, de las hipotecas, de los contratos a largo término,
y la fecha en que todas estas transacciones hayan comenzado, y, por consiguiente, del
poder adquisitivo de la moneda en que se basaban; para determinarlo, procurando
incurrir en el menor número de injusticias posible, respecto a deudores y acreedores,
sería conveniente el nombramiento de una comisión judicial que diese su parecer sobre
la cuestión.
e) Los bancos"y el plan de Fisher. -Ninguna reforma fundamental en el sistema
bancario sería necesaria para el buen funcionamiento del plan; la única condición sería
la de ser un sistema sano, lo que, por otra parte, es esencial en todos los casos. El cré-
dito concedi'1o por los bancos es un medio circulante, y, por lo tanto, su expansión
desmedida produciría el alza de los precios y la necesidad de nuevas adiciones de oro
de la moneda; al mismo tiempo, la disminución del porcentaje de las reservas de los
bancos, haría peligrar la superestructura del crédito; para evitar esto, existe el manejo
de la tasa del descuento, que es una llave reguladora del crédito respecto de las reservas,
tal como lo efectúa el Banco de Inglaterra, y como últimamente lo hicieron los Bancos
de reserva federales de los Estados Unidos.
t) Los camhios y el comercio internacionales, y el plan. - Bajo el sistema actual,
los cambios internacionales a la par, expresan la relación existente entre las cantidades
de fino de cada una de las monedas que se consideran. Si se alterase, entonces, la
cantidad de oro de una de las monedas, la relación de paridad sería otra; así en el caso
hipotético en que nuestro peso oro tuviera el doble de oro que lo que actualmente tiene,
la paridad 1 $ oro = 5 francos, se transformaría en l $ oro = 10 francos, siempre que
,el franco no hubiera cambiado de peso. Los cambios, en apariencia, parecerían
inestables; pero, en realidad, el precio del oro, en oro, entre dos países, siempre sería
el mismo.
Fisher supone el caso en que los precios en los Estados Unidos, llegasen a
estabilizarse por medio del plan y que, en los otros países, el nivel de precios hubiera
subido; entonces, los tipos del cambio de los Estados Unidos con Londres, por ejemplo,
declinarían, debido a que el dólar contiene, ahora, más oro, y la libra igual cantidad que
antes.

PLANEs PARA ESTABILIZAR LA MONEDA
2()1)
En ese supuesto, el exportador americano se encontraría con que los precios en su
país son siempre los mismos, mientras que en Inglaterra han subido el doble; lo que
antes vendía por f 100, entonces vendería por f 200; pero, este aumento sería sólo
ilusorio, puesto que al vender la letra en Estados Unidos obtendría pesos 486 (dólares).
al nuevo tipo de $ 2,43 = 1 f, en lugar de$ 4,86 = 1 f de antes, o sea lo mismo que
anteriormente acostumbraba a recibir, cuando vendía la letra de f al tipo de $ 4,86.
Se puede concluir de esto, que, cuando los cambios en el nivel de los precios y en
el tipo del cambio, correspondiesen mutuamente, no habría ni ganancias ni pérdidas;
mas, si existiese lentitud en el ajustamiento, éstas se originarían durante los períodos
de transición. "Si, como parece ser el caso, el tipo de cambio se ajustase más
rápidamente que el nivel de los precios, el cambio alcanzaría a$ 2,43 (dólares) antes
que el nivel de los precios haya doblado, y el exportador recibiría menos de f 200, o
sea menos de pesos 480. En este caso, sufriría algo a causa de la inflación inglesa, que,
presumiblemente no hubiera sufrido si no hubiese habido estabilización y los precios
americanos hubiesen marchado paralelamente a los ingleses. Si, por otra parte, la libra
esterlina se apreciase, el exportador americano gfillaría un poco".
"Contrariamente, el importador americano, ganaría un poco a causa de la estabili-
zación cuando los precios subieran y perdería, cuando bajaran".26
Sin embargo, este nuevo riesgo que se introduciría en el comercio internacional, no
se puede comparar, siquiera, con el riesgo actual, que significan las variaciones en el
poder de compra de la moneda.
Bajo el sistema actual, un país de patrón oro está influenciado profundamente por
los desarreglos producidos en los otros países del mismo patrón; fenómeno que se pudo
comprobar durante la guerra y al que nos referiremos en el capítulo IV. Mientras que,
bajo el plan de Fisher, cada país conseguiría absoluta independencia de las alteraciones
producidas en la circulación monetaria de las naciones extranjeras; por otra parte, la
adopción del plan de Fisher no requeriría acuerdo internacional alguno, y su eficacia
sólo dependería de su regular funcionamiento en el país en que se hubiese puesto en
práctica.
Muchos son los detalles técnicos del plan de Fisher. que hemos pasado por alto, para
no alargar esta exposición; solamente juzgamos necesario comentar aquellos puntos
esenciales y característicos, cuya incomprensión no permitiría apreciar las bases
científicas de este plan y las ventajas que representaría su aplicación.
Sin embargo, creemos que en la República Argentina, el tiempo aun "no ha
madurado'', como dijo Fisher, en 1911, respecto a Norteamérica, para pretender la
experimentación del sistema, dadas las teorías erróneas que predominan sobre el poder
adquisitivo de la moneda, y el retardo en la adopción de otras medidas de reorganiza-
ción monetaria, mucho más sencillas que la que nos ocupa
Ante todo, es necesario empezar la difusión de los principios fundamentales en que
se basa el plan.
26
Stabilizing the Dol/ar, App. 1, Sec. D, pág. 179.

210
RAÚL PREB1srn
CAPÍTULO IV. EL NIVEL DE LOS PRECIOS Y LA GUERRA EUROPEA
1. Causas de su elevación
Casi todos los países, a partir, más o menos, del año 1873. comenzaron a
experimentar la baja del nivel de los precios, hasta que, en el año 1896, éstos
permanecen estacionarios, aunque por breve tiempo. Los grandes progresos de la
técnica, los transportes y la mayor eficiencia del trabajo, indujeron a la creencia de que
aquélla era debida a la disminución del cosa> de producción de los artículos fabricados.
Indudablemente, en muchas circunstancia~. este hecho explicaba los casos individua-
les, mas no tenía la generalidad y las proporciones suficientes para constituirse en causa
general que abarcase el conjunto de los precios. Las investigaciones estadísticas
demostraron, luego, que la causa principal del descenso en el nivel general de los
precios, era la falta de paralelismo entre el crecimiento del medio circulante y el
volumen de los negocios; éste aumentaba más rápidamente que aquél, originando su
paulatino enrarecimiento y el aumento del poder de compra del oro.
En la República Argentina no existen estadísticas para comprobar este hecho, que,
por otra parte, estaría disimulado por el estado de inconversión monetaria en que
entonces se debatía el país (el mismo billete inconvertible, atribuido al aumento del
volumen de las transacciones, comenzó a valorizarse. rápidamente, en oro, hasta que
la ley de conversión puso fin a esta valorización; pero, faltan los datos para saber si el
oro también se valorizaba). Sin embargo, es difícil, concebir que el país se haya
sustraído a esta apreciación del oro.
La baja del nivel de los precios no duró mucho, sin embargo, pues al entrar el siglo
XX, aquél comenzó universalmente su marcha ascendente, de una manera lenta, hasta
que, llegada la guerra europea, la situación se altera profundamente. En este caso, ya
no podía atribuirse el fenómeno a causas relacionadas con la producción de los bienes,
pues ésta siguió progresando como antes. ¿Cómo explicar, entonces, la depreciación
de la moneda?
Unos veían en los trusts y demás coaliciones de los productores, la causa del
encarecimiento general; otros, en la acción de los numerosos intermediarios. Por un
lado, se acusaba a los empresarios que extraían grandes beneficios a expensas del
público, y por otro, a los obreros, que pedían más altos salarios para compensar la baja
del poder de compra de la moneda, con que eran pagados. Esta alza de los salarios
originaba, a su vez, los altos precios de los artículos fabricados, que reaccionaban de
nuevo sobre los salarios y, así, el círculo vicioso se repetía sin lograr dar una
explicación aceptable de los hechos. La especulación jugaba, según la mayoría, el rol
preponderante en el alza de los precios.
Algunos se explicaban el descenso del poder de compra de la moneda, por el
encarecimiento de los artículos, producido por los altos derechos aduaneros. Hace poco

PLANES PARA ESTABILIZAR lA MONEDA
211
tiempo que oímos a los defensores de esta teoría, en la Cámara de Diputados. En la
sesión del 23 de junio de 1920, se decía: los procedimientos de producción mejoran y
aumenta en general la eficiencia del trabajo, por una parte, y por otra, los procedimien-
tos técnicos de la extraccion del oro se perfeccionan paralelamente; ¿cómo se explica,
entonces, la baja en el poder de compra del oro? Sencillamente, porque el oro circula
libremente entre las naciones, y en cambio, las mercaderías ven trabada su circulación
internacional por los derechos aduaneros, que ponen los gobiernos.
Si se profundiza un poco el razonamiento, se notará el sofisma implicado en esta
demostración. En ella, no se tiene en cuenta la diferencia existente entre la producción
del oro y la de las mercaderías; la producción de aquél se agrega a la masa ya existente,
casi en su totalidad (exceptuando el consumo en las artes e industrias), mientras que las
mercaderías producidas en un año y entregadas a las transacciones, se consumen pronto
o se apartan de la circulación, formando capitales.
La lista de motivos continúa, sin que ninguno dé una explicación satisfactoria de
las causas del descenso del poder adquisitivo de la moneda. La teoría cuantitativa es
la única capaz de interpretar este fenómeno, en general. La cantidad de medio
circulante, oro, y depósitos sujetos a cheque, y su velocidad, ha aumentado en
proporciones mayores al crecimiento del volumen de las transacciones, y de ahí que,
cada unidad monetaria, tenga que hacer un trabajo menor que antes respecto a las
mercancías, es decir, que se deprecia medida en términos de éstas.
Esta alza, que hasta entonces veníase efectuando de una manera paulatina, al
comenzar la guerra europea, toma un sentido brusco, que causa una de las más grandes
revoluciones en los precios, en tan corto espacio de tiempo. Los gobiernos beligerantes
necesitaban comprar subsistencias y materiales para equipar y sostener los enormes
ejércitos y, para financiar estas adquisiciones, viéronse obligados a emitir empréstitos,
autorizando al mismo tiempo a sus grandes bancos a extender, cada vez más lejos, el
límite de sus emisiones de billetes. Para adquirir los títulos de estos empréstitos, los
particulares recurrieron frecuentemente al crédito de los bancos, y así, en Alemania,
éstos estaban autorizados a conceder créditos para facilitar su adquisición y estos
mismo títulos servían más tarde de garantía en operaciones de la misma naturaleza.
Esta gran inflación del circulante y esta gran cantidad de poder adquisitivo, lanzada al
mercado sin las cantidades equivalentes de mercancías, produjeron el alza repentina de
los precios, que a su vez, fue causa de una mayor expansión del crédito.
Pero, si la inflación del circulante causó, principalmente, el abultamiento de los
precios, es necesario no perder de vista otro factor, que, aunque no tuvo una influencia
preponderante, fue de alguna importancia. Nos referimos al enrarecimiento de la
producción, causado en los países beligerantes por el abandono de las fábricas, de
millones de obreros, para ingresar a las filas. Sin embargo, en otros países, como la
Argentina y los Estados Unidos, no hubo enrarecimiento de la producción, y, por el
contrario, hubo aumento del volumen de los negocios y los precios subieron, aun los
de aquellos artículos que no eran solicitados por los gobiernos beligerantes. Según las
investigaciones de Kemmerer y Fisher en los Estados Unidos, el volumen físico de las
transacciones, en 1918,fue22 % a41 % mayor que en 1913, y 8 % mayor que en 1917,
y, sin embargo, los precios subieron considerablemente. Las mismas causas que, antes

212
RAÚL PREBISCH
de la guerra, se aducían para explicar la carestía de la vida, que entonces era
incomparablemente menor que la actual, se daban, y aún se dan, como motivo del alza
de los precios; se dice que la especulación es una de las principales, que el acaparamien-
to es otra; pero, estos dos fenómenos se originan en la misma alza de los precios: si éstos
comienzan a subir dan aliciente a los especuladores y acaparadores, a comprar hoy para
vender cuando los precios sean más altos. En ciertos artículos, se podría explicar su
encarecimiento excesivo, por los monopolios y acaparamientos; pero, eso no basta para
explicar el alza general. Se ha calculado por Fisher, en los Estados Unidos, que para
que el alza en el precio de las papas, por ejemplo, tuviese acción sobre el número
indicador, basado en 300 artículos, tendrían que subir un 100 %, para causar un
aumento de 1 % en éste.
Sin embargo, ahora no sólo los economistas tratan de explicar el descenso del poder
de compra de la moneda por la inflación del circulante. Ultimamente, una comisión de
las principales asociaciones obreras de Inglaterra, reunida para estudiar las causas del
encarecimiento general, se expedía diciendo que éste se debía, mucho más, a una
expansión de la moneda, que a un enrarecimiento de la producción.
En el diario inglés The Daily Mail, del 12 de abril de 1919, se publicó un artículo
de Lord D' Abemon, autoridad en estas cuestiones, transcripto en una publicación
inglesa de esta capital, The Review o/The River Plate, en el que se discuten los me-
dios para solucionar la crisis financiera del mundo en general y de Inglaterra en
particular.
Según D'Abemon, la altura actual de los precios, es un efecto de las transforma-
ciones anormales experimentadas por las circulares de todos los países, siendo de poca
importancia, en el conjunto, los desarreglos de la producción. Por esto, afirma que,
"ningun alivio grande y permanente se conseguiría, de cualquier aumento de la
producción, tan deseable como ésta sea. Tomando los precios en masa, es dudoso si el
'profiteering'27 ha aumentado 5 % su nivel y es dudoso, si el contralor de los precios
consigue tanto como el 5 % de diferencia en el costo de la vida. El alivio, grande y
permanente, puede sólo provenir de la solución de la cuestión del circulante. Los altos
precios prevalecientes son, necesariamente, la consecuencia de la acción financiera y
monetaria tomada durante la guerra, y durará tanto tiempo como el que las causas
permanezcan sin corrección. En cada país, los precios han subido proporcionalmente
a la cantidad de agua echada en cada circulación individual. Lo que comúnmente se
llama inflación, dilución o aguamiento de la circulación. El hecho cardinal es que, no
son tanto los artículos y servicios que han subido de precio, sino que el valor de la
moneda ha bajado. La di$minución en la producción, es un factor relativamente sin
importancia, comparadG con la dilución de la circulación".
"Es por esto, que se hace necesario combatir ciertas herejías e ilusiones respecto de
esta cuestión. Las principales ilusiones sobre esta cuestión son: 1 º) Que los precios
bajarán, por un curso natural a su viejo nivel, tan pronto como la producción sea
n
"Profiteering" es el término usado en los países de habla inglesa para designar la acción de los
empresarios que consiguen pingües beneficios y a quienes se les atribuye el alza de los precios.

Pi.ANEs PARA ESTABil.JZAR lA MONEDA
213
restaurada. 2º) Que los precios descenderán a su viejo nivel; tan pronto como la deuda
flotante sea consolidada. 32) Que los cambios volverán alas viejas paridades, tan pronto
como el comercio libre se haya reasumido entre los varios países del mundo y la
producción haya ganado sus proporciones normales. 4º) Que el nivel general de los
precios y el costo de la vida, bajarán tan pronto como los fletes se normalicen. 6º) Que
la acumulación de oro en el Banco de Inglaterra o el Banco de Francia, restaurará las
viejas paridades del cambio".28
La conclusión lógica de todo esto es que, mientras los gobiernos se basen en
diagnósticos falsos, las medidas que tomen serán de poco o ningún efecto, hasta tanto
no se ataque el mal en sus raíces: sin desinflación del circulante no habrá desinflación
de los precios.
Es general el anhelo de ver bajar rápidamente los precios a su antiguo nivel de
anteguerra (que como hemos visto, no era un nivel estable); pues esto traería el
abaratamiento de la vida.
Pero, este anhelo que se encarna en la prensa y en los políticos, además de ser el
exponente del sentimiento popular, en caso de ser posible su pronto cumplimiento ¿es
conveniente?
Vamos por partes. Una baja rápida del nivel de los precios no es posible, porque la
inflación del circulante -si bien es cierto que se puede detener, contrarrestando así la
ulterior ascensión- no se puede reducir, súbitamente, con la misma facilidad con que
se ha creado. La rarefacción del circulante tendrá que ser una operacion lenta, so pena
de hacer caer ruidosamente la estructura del crédito, tan inflado y aun más que la
moneda, y llevar a las naciones a una crisis más violenta.
La depreciación de la moneda, la baja de su poder de compra, es una situación de
hecho, y como tal, ha originado el paulatino ajustamiento de las relaciones expresadas
en moneda, a esa nueva situación, los obreros, por medio de sus organizaciones
sindicales, han conseguido, en parte, ajustar sus salarios, y si se pone término a la
inflación del circulante, éstos no tardarán, por medio de los sindicatos, en subir más y
alcanzar la inflación de los precios.
El hecho de que el descenso del poder adquisitivo de la moneda haya producido las
injusticias que todos conocemos, no es argumento para sostener que su valorización
haya de resarcir a todos los perjudicados, pues si el primer fenómeno trae la prosperidad
de los empresarios a expensas del trabajador y empleado a salarios fijos, el segnndo no
tiene los efectos contrarios. La baja de los precios trae consigo la depresión de los
negocios, y ésta, a su vez, origina quiebras, liquidaciones y malestar, que repercute
forzosamente en la clase obrera; la desocupación producida por la paralización de las
industrias, deprime los salarios al mismo tiempo que el influjo de mercaderías lanzado
al mercado, en frente a la potencia adquisitiva disminuida de los consumidores,
produce un nuevo descenso brusco de los precios, que anula completamente el espíritu
de iniciativa para nuevas empresas y para la continuación de las existentes.
Por otra parte, todas las deudas y contratos a término, originados durante la
"
Review ofThe River Plate, ob. cit.,jwiio de 1920, pág. 243.

214
RAÚL PREBISCH
depreciación de la moneda, y todas las deudas contraídas por los beligerantes para
financiar la guerra, aumentarían considerablemente su peso, en caso de producirse la
valorización; es por esto que, los gobiernos no son partidarios de esta política. En favor
de ella, no se puede tampoco argumentar con razones de justicia, pues los acreedores
perjudicados por el descenso del poder adquisitivo, no son los mismos acreedores de
hoy, que se beneficiarían por el ascenso y no es nada difícil que suceda todo lo contrario,
desde que los enriquecidos por la desvalorización, han debido colocar sus fondos en
títulos de los empréstitos contraídos por los países en guerra.
La futura política de los países europeos respecto a estas cuestiones, tendrá gran
repercusión sobre nuestra econo.wía nacional; dada la solidaridad "malgré lui", que
tiene nuestro país como todos los otros, con los países que usan o usaban antes de la
guerra, el patrón oro, pues como antes dijimos, la gran importancia que tiene el
intercambio comercial entre las naciones, hace que las cuestiones que se le vinculan,
tengan carácter internacional.
2. El alza del nivel de los precios en la República Argentina
Los números indicadores, que apenas se remontan hasta 1909, afirman que nuestro
país no se ha sustraído al alza mundial de precios, anterior a la guerra. Empezada ésta,
los precios comenzaron a subir bruscamente, a pesar de que no tuvimos ni tenemos
empapelamiento alguno, como tuvieron los países beligerantes.
La República Argentina, así como los Estados Unidos y otros países neutrales, no
experimentaron inflación de papel, sino una verdadera inflación de oro, que, en
resumidas cuentas, tuvo los mismos efectos sobre los precios.
Como el papel y el crédito creado por los beligerantes no es un medio de pago
internacional, éstos tuvieron por fuerza que desplazar grandes cantidades de oro hacia
el exterior, para efectuar sus compras, siempre que no obtuvieron crédito en el país
extranjero. Al mismo tiempo, los países vendedores -y tal es nuestro caso (y el de los
Estados Unidos)- se vieron inundados29 por el metal, que transformándose en certifi-
cados o billetes, abultó extraordinariamente la cantidad del circulante, permitió la
expansión del crédito y produjeron el alza de los precios.
Hubo, entonces, dos importantes factores anormales, a saber: 1 º) El alza de los
precios en los países beligerantes, producida por la abundancia de circulante y su
repartición en los demás países (lo cual es un aspecto del principio de la distribución
internacional de la moneda, que vimos anteriormente). 2º) En tiempos normales, los
europeos pagaban sus compras con artículos manufacturados, y el saldo (escaso), en
oro, y es evidente que esta entrada de artículos no causaba el alza de los precios, sino
todo lo contrario; pero, durante la guerra, mandaron oro en grandes cantidades, y este
enorme poder adquisitivo lanzado en los mercados, sin el correlativo aumento de
"
Aunque no literahnente en la Argentina, pues parte del oro se depositaba en las legaciones, y, por
lo tanto, la inundación fue de billetes o más bien de certificados metálicos.

PLANES PARA ESTABILIZAR lA MONEDA
215
volumen de los negocios, causó, al mismo tiempo que la expansión del crédito, el alza
de los precios.
Indudablemente, los negocios aumentaron, progresaron y se crearon industrias
nuevas; pero, no paralelamente (sino en mínimas proporciones), a la cantidad de oro
que, del extranjero, llegó al país.
Se dice, frecuentemente, que "la mayor demanda" extranjera fue la causa del alza
de los precios, pero, ésa es una manera incompleta de explicar las cosas, pues ésta,
causa el aumento de sólo los precios de los artículos demandados y no el de la totalidad.
Falta el resto, consistente en la cantidad de oro que se mandó al país "en oferta" y que
aumentó el circulante. Si el país hubiese vendido todo a crédito a los paises europeos,
sin recibir ningún circulante en cambio, ni poner en juego el organisnw bancario, los

precios en general, no habrían subido, a pesar de la mayor demanda.
3. Algunas suposiciones sobre el plan de Fisher, en la Argentina
Antes de terminar este trabajo, sería interesante decir algo sobre los efectos que
hubiese tenido el plan de Fisher, en caso de haberse adoptado antes de la guerra, sobre
uno de los aspectos importantes de nuestra economía, en los últimos tiempos. Cuando
comenzó la guerra europea, hubo el peligro de que las extracciones del oro de la Caja
de Conversión, por los países extranjeros, produjese una súbita rarefaccion del
circulante, trayendo el pánico y la crisis; como medida acertada cerróse, entonces, la
Caja, y prohibióse la exportación de oro. Pero, si el plan hubiese obrado, desde las
primeras extracciones de oro que hubiesen producido la baja de los precios, la
administración monetaria habría emitido la cantidad de billetes necesaria para contra-
rrestar la baja; el peligro de la rarefaccion del circulante, con sus consecuencias no
habría existido. Además, se habría llegado a la estabilización del nivel de los precios,
y las ventajas que esto representa, no habría para qué repetirlas.
Por otra parte, no habría existido la necesidad de gravar algunos artículos con
ciertos derechos de exportación; éstos respondían a la necesidad de obtener, para el
mercado interno, precios más bajos, al mismo tiempo que beneficiar al país con los
precios del mercado extranjero. El alza aislada (sin afectar la cantidad de circulante)
de estos pocos artículos, tiene una influencia pequeña sobre el nivel general de los
precios, y como antes dijimos, es la moneda que por ellos se obtiene, lo que afecta a
éste. Por lo tanto, habiendo mayor cantidad de moneda en el país y subiendo los precios,
el plan habría actuado engrosando la moneda y manteniendo, casi igual, la cantidad de
circulante, y por lo tanto, contrarrestando el alza de los precios.
Indudablemente, en caso de haber existido el plan, no hubiésemos alcanzado una
completa estabilización del nivel de los precios, por la razón de que importamos gran
cantidad de artículos manufacturados, de gran influencia en el volumen de las
transacciones. Pero, habríamos evitado el ascenso de los precios, causado por el
aumento de circulante.
Estas son apreciaciones generales que tratan de explicar conjeturalmente, y sin
detalles, lo que hubiesen sido algunos aspectos del plan de Fisher, en nuestro país. Ir

216
KAUL .t'REBISCH
más lejos en esto y en otras cosas, sería prolongar indefinidamente este trabajo, el que,
por otra parte, responde sólo al propósito de fijar conceptos monetarios, un tanto
extraños en nuestro ambiente.
No perdemos de vista, por esto, la parte más interesante de la teoría cuantitativa de
la moneda, esto es, su comprobación estadística por medio de la ecuación del cambio,
tal como Kemmerer lo hizo con tanto éxito en los Estados Unidos. Pero, para esta
comprobación sería necesario el funcionamiento de otro seminario, el año venidero.

25
CARACTER Y FINALIDAD DE LOS
CURSOS DE SEMINARIO*
l. SIGNIFICADO DE LA INVESTIGACIÓN PERSONAL
En nuestras universidades ha predominado un método didáctico unilateral, que si
no fue exclusivo, se debe a que, en ciertos casos, exigencias de la vida profesional
trajeron consigo la necesidad de complementarlo.
Este método, que tiene su expresión en las "conferencias", se ha desarrollado con
fuerte arraigo en la enseñanza jurídica y social. El profesor puede tener excelentes
condiciones para la cátedra, y verter en su exposición corriente el producto de paciente
labor; sus alumnos, sin embargo, son auditorio pasivo, receptáculos cuyo único
esfuerzo mental, valioso, por cierto, pero incompleto, consiste en recibir los conoci-
mientos ya elaborados por otros cerebros; por manera que su individualidad, así
sofocada, recibe muy poco estímulo.
Es cierto que el diálogo socrático entre profesor y alumnos, remueve aquel
ambiente de calma intelectual; pero a más de las dificultades que traban su desarrollo
cuando el auditorio es numeroso y heterogéneo por la diferente capacidad de sus
componentes, carece de la intensidad, el método y la sistematización que sólo se
alcanzan en otro ordenamiento especial de los estudios.
Si la aptitud mnemónica del alumno se pone en juego durante las conferencias y
llega a su cresta en los exámenes finales; y el verbalismo crece en ellas con lozanía; son
filón inexplotado su capacidad para llegar a la verdad conocida, siguiendo el proceso
originario de su descubrimiento -la rediscovery de los norteamericanos- o para
elaborar nuevos conocimientos al valerse de sus dotes de investigador, existente en
todos en mayor o menor grado. Falta, pues, cultivar la personalidad del alumno,
despertar su inquietud espiritual, poner en efervescencia su libre iniciativa y origina-
lidad. Y ya es mucho.
* N. del Ed., Publicación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional
de La Plata, con prólogo de Salvador Oría. Está firmada y datada: "Raúl Prebisch. Jefe del Seminario de
Investigaciones. Junio de 1922."

218
RAÚL PREBISCH
Porque si la universidad ha de tener una función más amplia que la formación de
simples profesionales, no puede permanecer al margen de la elaboración científica.
Idea fundamental, ésta, que desde hace años inquieta a los universitarios de espíritu
más sagaz y que en los últimos parece plasmar en moldes concretos.
Si aquélla fue, de mucho tiempo, el refugio de métodos arcaicos, que, desalojados
del campo de la ciencia no oficial se incrustaron en su organismo, el Seminario aspira
a condensar en la práctica las nuevas corrientes metodológicas y el fermento que las
anima. Tiende a penetrar gradualmente en el campo hoy monopolizado por las
conferencias, sin pretender por ello negar ni restar importancia a la función útil del
profesor ordinario, que si no limita su exposición a lo fácilmente accesible en los libros
y manuales en boga, y aporta el producto de sus esfuerzos e investigaciones personales,
sigue más de cerca el movimiento científico y sistematiza las últimas teorías y
desenvolvimientos de su materia- que flotan incoherentes sin lograr la decantación de
lo sustancial de su contenido- es indispensable para dar al alumno una sólida forma-
ción que le sirva de base para el desarrollo posterior de su capacidad.
En el Seminario, el profesor abandona el aislamiento de su cátedra, para entrar en
íntimo contacto con sus alumnos. Juntos están frente a materiales inexplorados o cuyo
conocimiento recién se elabora, y que ofrecen, por lo tanto, extenso horizonte para la
investigación. Con el método experimental penetran a través de su enredada urdimbre.
El método experimental
De fecundos resultados en las disciplinas físico naturales, el método experimental
ha tardado mucho tiempo en abrirse campo en el derecho, la economía y las ciencias
sociales. Es que exige despojarse de prejuicios, ideologías, intereses, sentimientos y
pasiones, que, producto del ambiente, impresionan vivamente al espíritu humano. En
tanto que en las ciencias fisiconaturales, pulverizado el dogma religioso por el libre
examen, no queda obstáculo alguno para que el estudio experimental del universo
sustituyera las abstrusas concepciones subjetivas; en las sociales, cuyo objeto es el
estudio del hombre en sociedad, con todos sus intereses, pasiones, etcétera, estos
factores subjetivos -que el investigador experimental de los fenómenos sociales no
debe considerar en su significado o valor intrínseco, sino en cuanto ellos son hechos
o materiales de estudio- al ser difícil el apartarlos, empañan el cristal con que se ob-
serva la realidad viviente. Si Galileo, al desviarse del dogma teológico, ve libre su
mente ante la observación experimental de los hechos; el jurista, que analiza ciertas
relaciones de derecho; el sociólogo, que indaga la evolución de la familia, la propiedad;
o el economista, que estudia la economía del capital sufren frecuentemente la
influencia de aquellos prejuicios, pasiones, sentimientos, intereses, etcétera, que, por
lo mismo que fluyen del medio ambiente económico social en que viven, gravitan con
fuerza en sus concepciones.
Obstáculos de otra índole también se opusieron y se oponen a la generalización del
método experimental en las ciencias sociales. El estudio de la realidad concreta en toda

CURSOS DE SEMINARIO
219
su complejidad es mucho más difícil que levantar construcciones lógicas sobre un
núcleo reducido de principios abstractos o postulados dogmáticos, aceptados "a
priori", o inducidos imperfectamente de la realidad. Con ellos se tiene en la mente el
germen de los elementos con que a base de pura deducción se construyen sistemas
filosóficos, jurídicos y económicos, sin preocuparse de estudiar el intrincado plexo que
la realidad de los fenómenos sociales ofrece. En cambio, la observación y el análisis
objetivo de los hechos, y de las relaciones que aquéllos suponen -efectuados a través
del tiempo y del espacio, en documentos, estadísticas y otros materiales con frecuencia
imperfectos- por las dificultades que le son inherentes, requieren mucho esfuerw y
paciencia, y no siempre se llega a formular conclusiones, como las que con tanta
facilidad y limpidez se desprenden de la especulación pura.
Sin embargo, si sus resultados carecen de exuberancia, son fuerte propulsor del
progreso científico. Al fecundar el estudio objetivo los fenómenos sociales, destruye
las concepciones metafísicas, destierra la logomaquia; y al poner de relieve lo dinámico
de la vida social, abandona el vano propósito de encontrar la verdad absoluta.
El método didáctico, que tiene su expresión en la "conferencia", y el experimental,
son excluyentes. Es cierto que el profesor a veces expone el resultado de sus propias
indagaciones, que, como tales, pueden ser valiosas; pero, en todo caso, al trasmitírsele
los conocimientos ya elaborados, sin que haya contribuido en lo mínimo en el proceso
de su formación, el alumno no abandona su posición estática.
Es en los seminarios donde a la vez que se reacciona contra el viejo método, al
ejercitar al alumno en la investigación personal, el estudio de la realidad concreta es
susceptible de tomar amplio vuelo. Frente al complejo de los hechos que la forman, y
cuyo carácter, interdependencia o regularidades, etcétera, corresponde averiguar, el
profesor adiestra a los alumnos en el manejo de las fuentes de donde emana su
conocimiento -ya que en las ciencias sociales se restringe el campo de la observación
directa, sugiere métodos y criterios para observar y sistematizar tales hechos, y
acostumbra a recalcar en ellos lo fundamenal en desmedro de lo accesorio y sin
importancia. Su papel es, por consiguiente, dirigir al alumno en el trabajo, habituarlo
a concentrar sus energías para llegar a resultados valederos; lo que, más que con reglas
y consejos generales, insinuará paulatinamente con la práctica de su ejemplo.
La investigación podrá o no llegar a conclusiones, a inducir regularidades o
formular teorías; ello depende de su propia naturaleza y de la capacidad y contracción
de los investigadores. Pero nunca se habrán derrochado fuerzas si fue bien encauzada,
desde que el fin didáctico de iniciar a los alumnos en la investigación científica se habrá
cumplido.
La investigación social en nuestro país
En nuestro país, si el campo de estudio de los fenómenos sociales parece un tanto
estéril, es porque no se le ha cultivado intensamente. Las contadas investigaciones que
se han hecho, llevan al convencimiento que tales fenómenos son tan susceptibles de

220
RAÚL PREBISCH
interpretación científica, como los europeos, de mucho tiempo estudiados. El origen
de nuestro derecho, así como la averiguación de las fuerzas que impulsaron su
formación y de las que lo mantienen en perpetua elaboración y presionan sobre sus
manifestaciones escritas y sus instituciones, recién han sido objeto de incipientes
estudios. Lo mismo podría decirse de nuestras instituciones políticas y en cuanto al hilo
interno que anima la política argentina, su estudio apenas se insinúa con rasgos muy
flojos. El estudio experimental de la economía argentina, apenas comienza a ganar
terreno a la generalización extraída sin trabajo de los libros extranjeros, al verbalismo
y la improvisación. Y si los problemas que plantea la cuestión social argentina ya
cuenta con serios investigadores, tan grande es su extensión, que aún queda en ellos
mucho campo inexplorado.
De tal suerte que los Seminarios no tropezarán con la carencia de objetos de estudio.
Su éxito dependerá, en gran parte, del grado de colaboración entre profesor y alumnos.
11. DISPOSICIONES DE LA ÜRDENANZA
La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, ha querido incorporarse a esta
corriente de la enseñanza, al dictar su Consejo Académico la Ordenanza del 14 de
septiembre de 1920, sobre los Seminarios de Investigaciones, y al aprobar el 3 de
octubre del año pasado el proyecto de ampliación y modificaciones, presentado por el
consejero doctor Salvador Oría.
La transformación metodológica que implica el Seminario, resalta con vigor de
esta ordenanza: "El profesor deberá intensificar la labor directa del alumno, procuran-
do que éste le imprima un sello personal, y que de ella resulten conclusiones originales
y adecuadas" (artículo 8º); asimismo, acentúa la finalidad que esta transformación de
los métodos hace posible: "Los temas a tratarse deberán tener, en lo posible, el
incentivo que despiertan los problemas de actualidad, o que son objeto de la atención
general por involucrar intereses colectivos de importancia" (artículo 8º), investigacio-
nes que contribuirán de esta forma "a la obra social que debe prestar la Universidad"
(artículo 16).
Categorías de trabajos prácticos
La Ordenanza ha designado con el nombre genérico de "trabajos prácticos" todas
las tareas a desarrollarse en el Seminario; y al tener en cuenta el diverso carácter de los
materiales de estudio y la situación de los alumnos, ha dividido aquéllos en las
siguientes categorías:

CURSOS DE SEMINARIO
221
11. Investigaciones de carácter bibliográfico y documental
Hay materias en que, por lo inexplorado del tema, precisa ante todo averiguar y
sistematizar todas las informaciones y antecedentes posibles sobre el mismo, labor que
a la vez que familiariza al estudioso con la búsqueda y el examen de las fuentes, ejercita
su espíritu crítico y, al compenetrarle de los materiales existentes, le hace vislumbrar
el rumbo definitivo que tomará su actividad posterior. Este trabajo previo, se designa
con el nombre de investigaciones bibliográficas y documentales.
21• Monografias
Cuando esta tarea preparatoria llega al punto de servir de base a estudios parciales,
sin prestarse todavía a una construcción orgánica completa, es posible iniciar trabajos
monográficos, cuyo radio más o menos restringido depende de los materiales previos
ya acumulados. Del mismo modo, las monografías bastan para aquellos casos en que
la extensión del asunto no requiera la dedicación de varias personas, sino de una sola,
capaz, por sí misma, de llevar a buen término la investigación.
Tanto a las investigaciones bibliográficas y documentales como a las monografías
aisladas se ha dado en llamar en algunas universidades alemanas y norteamericanas,
y entre nosotros en el Seminario de la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos
Aires, cursos o investigaciones de preseminario. En cuanto a las primeras, de suyo
están destinadas al desarrollo posterior, parcial al principio, de conjunto más tarde, si
es posible; por manera que la designación se justifica. Bajo otro aspecto sucede lo
mismo con las monografías cuando revisten la segunda forma anotada más arriba, es
decir, cuando la extensión del asunto no requiera colaboración entre varias personas;
entonces, y siempre que la sencillez relativa de los temas, los haga accesibles a los
principiantes, se confían a los alumnos de los cursos inferiores, para iniciarlos en la
investigación personal; y, como tales, son trabajos de preseminario.
En lo que concierne a la primera forma de monografías, o sea la elaboración parcial
del asunto sobre las investigaciones bibliográficas efectuadas, sólo podría designársela
como trabajo de preseminario, en cuanto estuviese destinada a una construcción
posterior de conjunto.
32• Ciclo total del Seminario
· El ciclo total versa sobre un asunto cuya amplitud obliga a que la investigación sea
distribuida entre varias personas; pero es tan íntima la correlación entre las partes, que,
cada trabajo, a pesar de su carácter parcelario, no debe desenvolverse en un plano
aislado de los otros. Es así que el Seminario precisa colaboración intensa y pareja de
todos los investigadores; su ausencia perjudica la armonía qQe debe caracterizar al

222
RAÚL PREBISCH
todo. Pues cada alumno, para proseguir sin trabas inútiles su tarea, requiere compene-
trarse del resultado parcial que los otros alcanzaron, y recíprocamente. Y al ser de tal
modo solidarias todas las partes, la lentitud o abandono de los unos, perjudica la acción
de los demás. Es en nombre de esta solidaridad que debe ejercitarse una vigorosa crítica
entre todos los colaboradores, de la que, en lo posible, saldrán depuradas las conclu-
siones a que se haya llegado; asimismo, ella justifica la eliminación por el profesor de
los alumnos de "inasistencia reiterada" o cuyo concurso fuera de escaso o de ningún
valor para el interés del Seminario. (Artículo 14).
4•. Ejercicio de adaptación profesional
Hasta ahora hemos hablado del Seminario como un instituto de elaboración
científica, diverso en su naturaleza y alcance del sistema de las conferencias. que
sofoca el espíritu de investigación. La misma pasividad en que la mera exposición del
profesor mantiene a su auditorio, no permite suministrar a los alumnos la preparación
práctica que exige el ejercicio de la profesión; de tal suerte que, tan refractario es aquel
sistema a la investigación científica, como a la práctica profesional.
De ahí que nuestro Seminario, al seguir el ejemplo de análogas instituciones del
extranjero, abarque entre sus tareas los ejercicios de adaptación profesional. No se trata
ya de estudiar la vida social, sino que el objeto de estos ejercicios es desentrañar el
aspecto jurídico del laberinto de las relaciones diarias y resolverlo de acuerdo al
derecho codificado, constituido; familiarizar a los futuros profesionales en la resolu-
ción de los "casos jurídicos" y en la práctica forense. Para ello el profesor prepara
cuestionarios en que expone en detalle la situación de derecho que el estudiante,
después de analizar, debe resolver de acuerdo a las prescripciones de los códigos de
fondo y al trámite y procedimientos que fijan los de forma.
Agrupación de las materias
Al consultar la diversa naturaleza de las disciplinas que se estudian, y las
inclinaciones y aptitudes individuales, la Ordenanza ha dividido las primeras en cinco
grupos, para cada uno de los que da preferencia a determinada categoría de trabajos
prácticos.
1 º) El primer grupo concierne a los estudios histórico-jurídicos. Es tan grande el
terreno desconocido en la historia del derecho argentino y de nuestras instituciones
jurídicas y políticas, como inexploradas son sus diversas fuentes históricas. De ahí la
necesidad previa de invetigaciones bibliográficas y documentales que, junto a las
monografías, son los trabajos prácticos a que la Ordenanza ha dado preferencia en este
grupo. Abarca, éste, las siguientes materias: Historia del Derecho Argentino, Evolu-
ción del Derecho de Roma, Historia Constitucional e Historia de las Instituciones re-
nresentativas.

CuRsos DE SEMINARIO
223
22) Todo el derecho privado y público, encamado, en parte, en los códigos
generales de fondo y los cuerpos generales de legislación --excluido, por lo tanto, el
Derecho Internacional- cae en el segundo grupo. Respecto a las materias a que da
origen, y que en seguida se detallan, la Ordenanza ha preferido las investigaciones
bibliográficas, las monografías y los cursos de seminario: Derecho Civil Argentino,
Derecho Comercial, Derecho Penal y Régimen Carcelario, Derecho Marítimo y
Legislación Aduanera. Derecho Constitucional, Derecho Público Provincial y Muni-
cipal, Legislación Administrativa, Derecho Federal, Derecho Ferroviario, Legislación
del Trabajo y Derecho Privado actual.
3ª) El tercer grupo concierne a los códigos y legislaciones formales. A ellos se
refieren principalmente los ejercicios de adaptación profesional que presi::ribe la
Ordenanza. También se podrán efectuar preferentemente, en este grupo, investigacio-
nes bibliográficas y documentales y monografías. Abarca las siguientes materias:
Organización Judicial y Procedimientos Penales, Derecho Procesal Civil, Comercial
y Práctica Forense.
411) En este grupo está comprendido aquel aspecto del derecho privado y público
de que prescinde el grupo 211, a saber, el Derecho Internacional (Derecho eventual).
Sobre las materias que abarca -Derecho Internacional Público (soluciones di-
plomáticas) y Derecho Internacional Privado-- se efectuarán con preferencia investi-
gaciones bibliográficas y documentales y monografías.
511) Este grupo concierne a otra rama de las ciencias sociales. En las tres asignaturas
que comprende -Finanzas, Economía Política y Política Económica- tendrán prefe-
rencia las investigaciones bibliográficas, monografías y cursos de Seminario.
Carácter obligatorio de los Seminarios
Los trabajos prácticos son de carácter obligatorio: los alumnos de un determinado
afio deberán efectuar, por lo menos uno, de cualquier categoría que fuese, en cada
período de clases. Pero para obtener el diploma correspondiente a cada ciclo, la
Ordenanza prescribe una categoría especial de trabajos prácticos: los cursos de
Seminario, que el aspirante al título deberá seguir por lo menos en número de dos.
Otras disposiciones
Sobre la asistencia a los cursos, nada dispone la Ordenanza; se entiende, por
consiguiente, que aquélla es libre. Sin embargo, esta libertad se encuentra acondicio-
nada por la contribución efectiva que el inscripto aporte a las tareas comunes. Es por

224
RAÚL PREBISCH
ello que al profesor se le ha conferido la facultad de eliminar al alumno de inasistencia
reiterada y cuyo concurso en la investigación fuese escaso o de ningún valor; la lógica
de esta disposición ya ha sido anotada más arriba.
Como corolario de esta obligación del alumno de trabajar, de investigar personal-
mente -porque sino el seminario pierde su esencia didáctica y se resuelve en última
instancia en la exposición exclusiva del profesor- se desprende la de presentar, al
término de los cursos, sus trabajos monográficos con las conclusiones a que hubiesen
llegado, junto a los antecedentes que sirvieron para el desarrollo de la investigación.
Estos antecedentes, para sistematizar el trabajo del alumno por una parte, y para
que sirvan, depurados y clasificados, como fuente posterior de información, por otra,
deberán registrarse en fichas, de cuyos diferentes modelos se ocupa la Ordenanza en
su artículo 15.
Seminarios actuales
En el presente año, para no implantar ex novo todo el régimen de los Seminarios,
el Consejo Académico ha dispuesto el funcionamiento de tres cursos de investigación
sobre el "Contralor obrero", las "Finanzas de la Provincia de Buenos Aires", y algunos
puntos importantes del "Derecho Indiano".
Contralor obrero
Las indagaciones sobre el Contralor obrero, dirigidas por el profesor de Política
Económica, doctor Alfredo L. Palacios, y secundadas por el jefe de Seminario, han
comenzado regularmente a mediados de mayo. Si la aspiración al contralor obrero
parece tener su germen, mucho antes de la guerra, en la imposición sindical del
delegado, simple representante del gremio, sin funciones técnicas y contraloreador
únicamente de las condiciones en que el trabajo se desenvuelve en la fábrica, es en los
últimos años que surge en Rusia íntimamente ligado a la nueva organización política,
y. que gracias al acrecentamiento de la potencia del trabajo organizado, la existencia
de un contralor técnico, administrativo y financiero, de las fábricas y de toda la
industria, se formula con insistencia y llega a implantarse parcialmente en algunos
casos (Italia, Gran Bretaña). Trasciende a la vez este movimiento a las nuevas
constituciones de ciertos estados europeos (Alemania, Checoslovaquia, etcétera); en
la ideología del sindicalismo (declaraciones de las Confederaciones del Trabajo, de
Francia e Italia, y de los congresos de las trade unions británicas); y en la literatura
política socialista (Cole, Hobson, etcétera).
La indagación de los hechos que originan el contralor de las fábricas y de la
industria, de su carácter, sus manifestaciones, resultados -en donde se hubiese
aplicado- y obstáculos que se le oponen, constituyen el objeto de este seminario. El
asunto ha sido dividido en los siguientes subtemas, de cada uno de los cuales se
ocuparán uno o dos alumnos -según su amplitud- que, en las reuniones semanales,

CuRSOS DE SEMINARIO
225
expondrán los resultados hasta entonces obtenidos, para coordinar las tareas parciales:
Origen del contralor obrero e influencia de la guerra sobre su desarrollo en Europa.
Significado de los consejos de empresa en la actual estructura económica.
El contralor obrero ante las organizaciones sindicales. ¿Sustituye el consejo de
empresa al sindicato o es una prolongación de este último? Manifestaciones de las
conferencias sindicales.
El contralor obrero en la Gran Bretaña. Los consejos Whitley y la encuesta del
Ministerio del Trabajo. Actitud de las organizaciones sindicales ante el plan Whitley.
Aplicación del plan en la práctica.
El contralor obrero en Italia. El movimiento de septiembre de 1920 y sus
resultados. Planes del contralor de las empresas y de la industria nacional de la
Confederación General del Trabajo, de las organizaciones patronales y del gobierno.
Crítica. Práctica del contralor.
Legislación del contralor. La Constitución alemana y la ley sobre consejos de
empresas. Leyes de Austria. Checoslovaquia, Noruega, etcétera.
Planes de reconstrucción económica, política y social, basados en el contralor
obrero. El movimiento guildista en Inglaterra y sus propulsores (Cole, Hobson y
Orage). Las trade unions y el partido laborista ante el socialismo de Guildas. Plan de
la Confederación General del Trabajo sobre la reconstrucción económica de Francia.
El plan de socialización de Bauer.
El contralor obrero en Rusia y la nueva organización política económica.
Ensayos de contralor obrero en la República Argentina. Iniciativas del Departa-
mento del Trabajo ante las organizaciones patronales. Los consejos de personal. El
delegado.
Flnanzas de la Provincia de Buenos Aires
El segundo de los seminarios, sobre las "Finanzas de la Provinica de Buenos
Aires", ha comenzado también a funcionar bajo la dirección del profesor de finanzas,
doctor Salvador E. Oría, y del ayudante señor doctor Armando Spinelli. Se han
propuesto indagar un asunto de tanta actualidad como trascendencia para los intereses
de la provincia. La tarea se ha iniciado con el análisis del sistema impositivo vigente,
de sus defectos, de la proporción en que grava la riqueza y renta de la provincia y de
la zaga permanente de sus rendimientos respecto a los gastos públicos. Análisis previo
necesario para formular cualquier plan de reforma impositiva. Aquella zaga de los
recursos se manifiesta por otra parte en el crecimiento de la deuda pública, cuyos
servicios gravitan en fuerte proporción en las salidas; el origen de esta deuda y su estado
actual, constituye otro de los motivos de este seminario.
Los subtemas han sido divididos en esta forma:
Clasificación técnica de los impuestos y demás recursos provinciales. ~vestiga-
ción de su carácter y rendimientos.
·
Reformas rentísticas.

226
RAÚL PREBISCH
Presupuestos nacionales y provinciales: rozamientos y superposición de graváme-
nes.
Función de los empréstitos en los presupuestos provinciales. Uso del crédito
público.
El tercero de los seminarios, de carácter histórico-jurídico. bajo la dirección del
doctor Jorge Cabral Texo, y colaboración del ayudante señor A. Spinelli, abarcará el
estudio de algunos puntos importantes del derecho indiano. La indagación y crítica de
las fuentes, constituirá, ante todo, su tarea esencial; así lo requiere la naturaleza del
terreno, muy poco frecuentado por nuestros estudiosos. La elaboración posterior
tendrá que llevarse a cabo en seminarios sucesivos. Comenzaron las reuniones de este
seminario, a mediados del mes en curso.
Sistematización bibliográfica
Aparte del funcionamiento de los cursos, ha iniciado el Seminario de Investigacio-
nes la sistematización informativa y bibliográfica, sobre la que podrán surgir y
desarrollarse con amplitud cursos ulteriores. Es la existencia embrionaria en este
material previo, el escollo principal que dificulta el trabajo de investigación. Una vez
que el estudioso tenga muy de cerca toda la información necesaria, bien clasificada, su
tarea se habrá reducido en gran parte, y podrá concentrar todas sus energías en el nudo
mismo de la indagación.
Los artículos más importantes de la prensa de la Capital Federal y de esta ciudad,
sobre cuestiones políticas, jurídicas, económicas y sociales, se recortan diariamente y
clasifican en carpetas. Se ha pensado que este procedimiento para registrar tan valiosos
materiales de información, presenta al investigador más ventajas, y sobre todo más
comodidad, que el sistema de ficheo directo y conservación íntegra de los diarios. El
último -que, por otra parte, será usado por los alumnos para anotar los datos y
materiales pertinentes a sus trabajos- ha sido adoptado, en cambio, para clasificar y
sistematizar el contenido de las revistas más importantes y el de los libros tomados de
la biblioteca de la Facultad o adquiridos por el Seminario. La clasificación que hace la
primera se refiere a la obra en conjunto, mientras que la del segundo desciende hasta
el detalle de sus capítulos principales. Este ficheo, se limitará, por ahora. a un núcleo
limitado de cuestiones, e irá ampliando paulatinamente su radio, conforme aumente el
personal administrativo, hoy reducido a un solo empleado.
A grandes rasgos, hemos procurado exponer el carácter de los seminarios en
nuestra Facultad. Podría sintetizarse su función en dos términos: fomentar la investi-
gacion personal y ejercitarla en la realidad viviente. No se nos oculta que esa reacción
contra un sistema de tan profunda raigambre en nuestra enseñanza chocará con
escollos. Empero, nos anima la idea de que, tanto el esfuerzo tenaz, como sus
resultados, lograrán apartarlos.

26
SOBRE LA DEGRADACION DEL MARCO
Y EL PAGO DE LAS REPARACIONES*
Convocada para planear la reconstrucción de la economía europea, la Conferencia
de Génova, sobre el vicio originario de su constitución, de excluir del memorándum el
asunto de las reparaciones, desarrolló, más tarde, sus debates en un plano político. De
ahí lo pobre de sus resultados en relación al fin propuesto.
Los cambios inestables representan una traba poderosa para el desenvolvimiento
de las transacciones internacionales, base necesaria en que deberá afirmarse todo plan
de reconstrucción económica que pretenda ser fecundo. Consciente de la importancia
de este problema, los políticos de Cannes le incluyeron entre los temas a tratarse en
Génova, junto a los de la moneda y los bancos, con que tan estrecha interdependencia
mantiene. Empero, eliminaron de entre aquéllos el referente al pago de las reparacio-
nes, e impidieron así, desde un principio, el ataque al mal en sus propias raíces.
Es que al deformar violentamente el balance de pagos internacionales de Alema-
nia, las reparaciones introducen en el mecanismo de sus cambios y de su moneda un
activo germen de inestabilidad y desequilibrio. De tal suerte que la pretensión de
alcanzar un patrón efectivo de valores más estable, para impulsar el intercambio
internacional, comenzaba por desconocer los factores decisivos que a ello se oponen
en Alemania, núcleo de la vida económica de la Europa del centro y oriente, y parte
importantísima de la economía mundial.
La Conferencia Financiera reunida en Bruselas en 1920, abarcó en su horizonte el
desbarajuste económico consiguiente a la guerra, y agravado más tarde. De ahí que sus
conclusiones, al no transformarse radicalmente lo que las motivaba, mantengan su
fuerza original. Fruto del análisis de economistas muy capaces, en general, aquéllas son
inobjetables. Sin embargo, en lo que a cambios y moneda se refiere, una prohibición
del memorándum, análoga a la de la Conferencia de Génova, no permitió aclarar las
determinantes reales del hundimiento de uno de los cambios de más importancia, el
cambio alemán.

N. del &l. Revista de Ciencias Económicas: 10, serie 11, N2 12, julio de 1922, págs. 51-62. El
artículo está firmado y datado: "Raúl Prebisch. Julio de 1922."

228
RAÚL PREBISCH
Por lo tanto, si las recomendaciones de esta conferencia financiera para detener la
inflación del circulante -a la que- se hacía principal responsable del desquicio de los
cambios- constituían adecuados remedios para atacar el desequilibrio financiero en
algunos países, frente a los problemas concretos del Reich resultaban mal planteadas,
y por consiguiente sin alcance positivo, por haber eliminado arbitrariamente factores
de trascendencia.
Reconocían los peritos que en los déficit de los presupuestos, b mejor en los
expedientes a que se recurría para colmarlos, radicaba la inflación del medio circulante
(moneda o crédito bancario). Tales expedientes se resolvían, al fin de cuentas, en la
simple emisión de papel moneda o la apertura directa de créditos al fisco, o también,
como sucedió con más frecuencia, en la expansión del crédito bancario, de los
depósitos sujetos a cheque, sobre la garantía de títulos públicos y demás documentos
creditorios de los gobiernos. Es así que la buena lógica no está ausente de sus
recomendaciones acerca la reducción drástica de los gastos públicos, y la consolida-
ción de las deudas flotantes, no por medio de los enjuagues bancarios hasta entonces
usados, sino del ahorro genuino y disponible. Por otra parte, al reconocer en la tasa del
descuento. un regulador eficaz del crédito bancario, insinuaban su elevación a los
bancos centrales, con el fin de poner freno a la inflación. De este modo, los peritos
concebían el proceso tradicional de esta última, proceso que, por otra parte, correspon-
día a los hechos.
En el desarrollo "normal", por decirlo así, de la inflación, el descenso en el valor
externo o metálico de la moneda de un país, es el resultado del aumento del medio
circulante en el mercado interno, de acuerdo al clásico mecanismo, de todos sabido, y
comprobado experimentalmente en los últimos tiempos. Y si este fue el proceso en
Alemania y en otros países durante la guerra, muy otro fue más tarde, cuando, agobiada
la economía de la primera con la carga de las reparaciones, se invirtieron los términos
del problema; aunque parezca paradoja! a simple vista, es la depreciación externa del
papel moneda, una de las causas más poderosas de los déficit fiscales, y el motivo
principal de la continua expansión del circulante. Por donde se desprende lo inocuo de
las citadas recomendaciones, como trataremos de mostrar en estas anotaciones.
Es muy íntima la trabazón entre el cambio y la moneda alemanes, y el cumplimiento
de las reparaciones. Ligado muy de inmediato este asunto, a las finanzas internas de la
república, a la resistencia contributiva de su economía, a la capacidad de la población
para soportar nuevos gravámenes sin desmoralizarse ante el trabajo productivo, no es
menos importante el aspecto relacionado al balance de pagos internacionales. Precisa
por lo tanto, en el problema de las reparaciones, distinguirse dos fases, a saber: la
capacidad para pagarlas, y la aptitud para transferir el pago, esto es, la posibilidad de
adquirir disponibilidades en el mercado de cambios, y la influencia de la presión
resultante sobre el valor del marco. Es lo que hace notar el profesor Williams en un
brillante artículo sobre el comercio exterior alemán y el pago de las reparaciones1 cuyos
datos nos servirán más de una vez en el nuestro.
Quarterly Journal of Economics, mayo de 1922.

SOBRE LA DEGRADACIÓN DEL MARCO
229
Los 138.000.000.000 marcos oro en que el Tratado de Versailles ha fijado el monto
de las reparaciones, al cinco por ciento de interés y uno por ciento de amortización,
representan para Alemania, un pasivo financiero anual de 8.280.000.000 marcos oro.
Es en las cifras de los presupuestos, en la zaga permanente de los recursos en relación
a los gastos, donde se notan las primeras consecuencias de esta enorme anualidad,
posteriormente reducida por sucesivas moratorias. Y aun si se deduce las sumas
correspondientes al pago de este servicio anual, los presupuestos del año financiero
pasado acusan un considerable desequilibrio, como puede apreciarse en los siguientes
datos tomados de The Statist de Londres.2 El presupuesto ordinario, presentado al
Reichstag el 11 de abril de 1921, denotaba un déficit de marcos 3.219.500.000, y el
extraordinario, de 33.100.636.190. Debido a la inestabilidad del marco, repetidas
veces hubieron de ser revisadas las estimaciones: el último informe oficial calculaba
en 119.000.000.000eldéficitdefinitivodeeseañofinanciero. Y si se tiene presente que
los servicios originados por las reparaciones en ese período, ascendían solamente a
55.000.000.000 en el presupuesto ordinario, y 6.600.000.000 en el extraordinario, es
decir, a menos del 60 % del déficit, surgirá la conclusión que este último aun subsis-
tiera si fuesen eliminadas de los presupuestos aquellas cantidades. Lo que por ninguna
manera significa que el desequilibrio fiscal de Alemania es independiente de la carga
de las reparaciones pues éstas constituyen el factor más responsable de la persistente
degradación del marco. Depreciación que, como se verá más adelante, determina a su
vez las abultadas cifras de los presupuestos.
Para el año financiero que corre, el déficit ha sido calculado en 160 mil millones
de marcos. Pero la subsiguiente depreciación del marco, ya se encargará de dejar esta
suma muy por lo bajo de la realidad.
Enjugados estos déficit en su mayor parte con expedientes financieros inflacionis-
tas, tales como los préstamos a corto plazo, el aumento consiguiente del medio
circulante activa la depreciación interna y externa del marco. El valor interno del marco
-en poder adquisitivo- es inferior al externo -en metálico-, debido, ante todo, a que
este último, es el primero en ser afectado por el desequilibrio negativo del balance de
pagos; y luego por el hecho que cada progreso en la inflación del circulante, tiende a
que este valor externo del marco, sea descontado con anticipación en el mercado
internacional, en tanto que sus efectos sobre los precios internos comienzan recién a
desarrollarse. La diferencia entre los dos valores del marco-en cuya explicación habrá
que tomar en cuenta, por lo tanto, aquellos expedientes inflacionistas anotados-
complica las dificultades del gobierno cuando llega el momento de pagar las cuotas de
las reparaciones. Desde que los recursos destinados al efecto, se recaudan sobre la base
del valor interno del marco, mientras su inversión, se efectúa de acuerdo al valor
externo, mucho menor. Y a este respecto, recuérdese la situación de nuestro gobierno,
en la época en que la continua depreciación del peso, al acercarse el estallido de la crisis
en 1890, le ponía en serios aprietos, cuando se presentaba al mercado de cambios para
The Statist, mayo 6 de 1922.

230
RAÚL PREBISCH
adquirir libras y pagar los servicios de la deuda pública con pesos papel obtenidos sobre
la base de un valor interno superior al valor metálico a que se cotizaban.
Si las reparaciones, a través del déficit en los presupuestos, afectan el valor del
marco. mucho mayor es su influjo sobre el mismo al trastornar sus servicios el balance
de pagos. País acreedor, Alemania, antes de la guerra, el exceso de los intereses y
beneficios de los capitales invertidos en el extranjero le permitía importar mercaderías
por un valor superior al de sus exportaciones. Así, en 1913, éstas alcanzaban a
10.452.000.000 marcos oro, mientras que las importaciones ascendían a 11.124 millo-
nes, y dejaban por lo tanto en el balance comercial, un déficit de 672.000.000 marcos
oro, cubierto con el superávit referido del balance de préstamos o inversiones.3 Lo
contrario sucedía y sucede en la Argentina, en que las exportaciones, por un ajuste
espontáneo de los factores del intercambio exterior, deben sobrepasar en valor a las
exportaciones, para responder a la carga financiera anual que debemos a nuestros
acreedores. Y es precisamente en ese sentido que tendrán que reajustarse las cuentas
internacionales de Alemania.
Es sabido que durante la guerra desapareció una parte considerable de los créditos
alemanes en el exterior, y más aún, que por la pérdida de su marina mercante, la partida,
antes considerable de los fletes, se ha transformado en débito. Pero lo que da contornos
graves al problema, es que, al debilitamiento de los créditos, sobre que antes descan-
saba el equilibrio del balance de pagos, se agrega, por otro lado, un fuerte acrecenta-
miento de los débitos, consiguiente a la inclusión, entre ellos, de la cifra anual de las
reparaciones. De esta modificación resulta un desequilibrio negativo de gran magnitud
en el balance de pagos, que tendrá que ser cubierto por saldos positivos del balance
comercial alemán; desde que, si bien un empréstito externo puede solucionar tempo-
rariamente aquel desequilibrio, en última instancia, el pago de los servicios originados
más tarde por el mismo, tendrá que efectuarse sobre la base de un exceso de las
exportaciones sobre las importaciones.
Por el arreglo de Londres de mayo de 1921, el servicio anual de las reparaciones
en efectivo -8.280 millones de marcos oro- se efectuaría por medio del pago de una
suma fija de 2.000 millones, más el 26 % del valor de las exportaciones. Para ello, según
Keynes,4 las exportaciones alemanas hubiesen tenido que ascender anualmente a
24.000 millones de marcos oro, o sea, alrededor de dos veces y media el monto anterior
a la guerra, sin que las importaciones aumentasen la cifra correspondiente a 1913.
Empero, de hecho, las importaciones alemanas han continuado siendo superiores
a las exportaciones, y en una proporción mucho mayor. Mientras en 1913, el promedio
mensual de los saldos negativos, fue 56 millones de marcos, y el saldo negativo total,
672 millones, en los doce meses transcurridos entre julio de 1919 y mayo de 1920, el
promedio fue 315 millones, y el saldo total 3.4 7 5 millones. Y en tanto que el déficit total
durante los ocho meses del año pasado, ascendió a 557 millones (importaciones: 2.898;
Véase J. M. Keynes, IAs consecuencias económicas de la paz. Calpe, pág. 165.
Keynes, A Revision ofthe Treaty, pág. 71, cit. por Williams.

SOBRE LA DEGRADACIÓN DEL MARCO
231
exportaciones, 2.432 millones de marcos oro), y el promedio mensual a 56 millones,
el monto de las reparaciones, de acuerdo al arreglo de Londres, a pagar en el mismo
período, era 1.965 millones de marcos oro en efectivo (sin contar los pagos en
mercaderías y las transferencias de propiedades, que ascendieron a 5.246 millones de
marcos oro). Es así que las exportaciones hubiesen debido exceder a las importaciones
en cerca de dos mil millones de marcos oro, en lugar de ser sobrepasadas por éstas en
557 millones.
El efecto más importante de este desequilibrio en el balance de pagos-<:onsiguiente
al déficit en el balance comercial y a los servicios de las reparaciones- fue un
pronunciado descenso en el valor metálico del marco que de 2,39 centavos oro
americano en enero de 1921, bajó a 1,37 1/4 centavos en noviembre del mismo año.
De ahí que sobre las dificultades financieras internas determinadas por la zaga
permanente entre recursos y gastos, el gobieno alemán tropezaba con otro obstáculo
externo no menos grave para cumplir con el pago de las reparaciones, a saber, la
diferencia entre el valor metálico y el poder adquisitivo del marco, según ya se ha
explicado. Y esta situación precaria, le lleva, en diciembre pasado. a notificar a la
Comisión de Reparaciones, la imposibilidad de hacer frente al pago de la cuotas de
enero y febrero.
Es entonces que el Arreglo de Cannes, en enero pasado, decide suspender el plan
original de Londres. La nota elevada más tarde por la Comisión de Reparaciones al
gobierno alemán, confirma este arreglo, y siempre que este último acepte ciertas
condiciones, le ofrece reducir los servicios correspondientes al afio en curso, y
concederle moratoria por el resto. Aceptada la proposición por Alemania, a fines de
mayo-<:umplido el plazo del ultimátum financiero- el plan de reparaciones para 1922,
quedó establecido en la siguiente forma: los pagos totales ascenderían a 2.170 millones
de marcos oro de los que 720 millones consistían en dinero efectivo, y el resto en
especie. Pagados hasta entonces 370 millones, lo demás se cubriría por cuotas de 50
millones, el día 15 de cada uno de los meses transcurridos entre junio y octubre
inclusive, y por dos de 60 millones el 15 de noviembre y el mismo día de diciembre.5
Las condiciones que la Comisión de Reparaciones exigía a Alemania antes de
otorgarle la reducción de sus servicios, tienden a asegurar el saneamiento de las
finanzas, que podrán ser controladas por los gobiernos aliados. Se obliga, además, al
gobierno del Reich, a reducir sus gastos, aumentar los impuestos y establecer el
equilibrio de sus presupuestos.
Que el problema está muy lejos de ser resuelto, lo prueban los hechos acaecidos
hace poco tiempo, al aproximarse el día 15 de julio, fecha fijada para el pago de la
segunda cuota de 50 millones de marcos oro. La fuerte demanda de cambios a oro por
el gobierno alemán para efectuar este pago ~nfrente a la oferta relativamente exigua,
si se considera las cifras ya citadas del balance de pagos-, unida a otros factores (tales
como la venta precipitada de parte de los marcos adquiridos por los países extranjeros,
motivada por el empeoramiento de la situación política y financiera) trajo la súbita
Véase The Statist, de Londres, jWlio 3 de 1922; The German Reply, pág. 956.

232
RAÚL PREBISrn
depreciación externa del marco papel que de 0,0028 centavos oro americano descen-
dió a cerca de 0,00 l O centavos, depreciación análoga a las acaecidas en 1919-1920, en
que el marco descendió de 7,13 centavos oro americano en julio de 1919, a 1,08
centavos en febrero de 1920, y entre mayo y noviembre de 1921, en que bajó de 1,77
a0,371/4.
Ante esta mayor depreciación del marco es completamente ilusorio esperar el
saneamientodelasfinanzasinternas,siemprequeporotroarreglo,oporlacontratación
de un fuerte empréstito externo, Alemania se libre temporariamente de los servicios de
reparaciones. Pues, por una parte, es imposible que las exportaciones crezcan de
repente y arrojen un saldo positivo tan grande como para equilibrar el balance de pagos.
Tanto más cuanto que, carente de parte considerable de las materias primas necesarias,
la industria alemana tiene que importarlas; y esto representa finalmente el aumento del
pasivo comercial. Por otra parte, en el caso imaginario de que pudiera alcanzarse aquel
superávit, quedaría en pie la cuestión de las finanzas internas, a saber, los recursos con
que el gobierno adquiriría los cambios necesarios para pagar las cuotas, sin agravar más
el déficit en los presupuestos, ni recurrir a los consabidos expedientes inflacionistas,
que, al fin de cuentas, como ya se hiciera notar, repercutirían negativamente en el valor
del marco. La solución temporaria de ambos problemas, el externo y el interno, fuera
alcanzada, de conseguir el gobierno la contratación de un empréstito externo, que, a la
vez que le dispensara de la necesidad de acudir al mercado de cambios, aliviara sus
finanzas internas de todo el peso de las reparaciones. Pero tal contratación, es asunto
de suyo muy arduo: los capitalistas no prestan su dinero sin asegurarse que un
presupuesto equilibrado permita el cumplimiento regular de los servicios; y el
presupuesto alemán no está, por cierto, en esas condiciones. ·
Es la misma situación, que, en proporciones relativamente insignificantes, la
Argentina tuvo que encarar después de la crisis del 90. Altísimo el valor del oro debido
a balances de pagos desfavorables y a la desconfianza reinante, la adquisición de
cambios para satisfacer los servicios de la deuda pública hubiese pujado más aún su
valor; aparte que el gobierno no tenía dinero para hacerlo, ni podía obtener empréstitos
internos. De ahí la contratación de un empréstito moratoria, con cuyos títulos -que
durante algún tiempo no requerirían el pago inmediato de los servicios- se pagaría los·
intereses correspondientes a la deuda pública anterior
No es otra cosa lo que actualmente tramita Alemania, a la par que una segunda
moratoria, para poder despejar su horizonte financiero. Y son los únicos medios de salir
del círculo vicioso en que se halla encerrada. Hablar de finanzas equilibradas mientras
el marco se degrada continuamente, es un contrasentido: desde que el gobierno se
encuentra frente a frente a la disparidad entre los valores interno y externo de aquél; y,
bajo otro aspecto, cuando este desequilibrio tiende a desaparecer por la disminución
posterior del poder adquisitivo de la moneda, el aprieto financiero no es menor: el
gobierno tendrá que efectuar sus compras a precios más altos que los presupuestados
(recuérdese lo ya anotado sobre las rectificaciones de que con frecuencia son objeto las
estimaciones del presupuesto a causa de la inestabilidad del marco) y se verá forzado
a subir la remuneración de sus empleados, enfrente a la exorbitante carestía de la vida.
Podría argüirse, además, que, en tal caso, el aumento de los impuestos, atacaría el

SOBRE LA DEGRADACIÓN DEL MARCO
233
desequilibrio. Pero, sin discutir si los contribuyentes pueden soportar una carga más de
150 millones de marcos papel, y si tan enonne aumento no conduce indirectamente a
la inflación del circulante, ocurre preguntar: ¿qué sistema impositivo pennitirá el
aumento automático de los rendimientos, confonne se degrada la moneda en que se
perciben? Es así que, si bien es innegable que un aumento de los impuestos mejoraría
las finanzas, sería necesidad tomar la medida como una panacea
Igualmente ilusoria que la recomendación sobre el saneamiento de las finanzas,
resulta la limitación de las emisiones del Reichsbank, por cuya autonomía vela con
especial cuidado la nota del 31 de marzo de la Comisión de Reparaciones. Es que en
tanto persista la depreciación externa, la inflación interna del circulante será un
acontecimiento fatal.
La depreciación interna de la moneda alemana, según se ha visto más arriba, radica
en el fuerte desequilibrio del balance de pagos: el exceso de la demanda de moneda
extranjera (dólares, libras, francos, etcétera)-por el gobierno del Reich para el pago
de las reparaciones, y por los comerciantes para el cubrimiento del valor de las
importaciones-, sobre la oferta, deprime el valor de cambio externo de los marcos con
que se quiere adquirir aquellas divisas extranjeras.
Degradada más y más la moneda, el gobierno, por una parte, siente acrecer
continuamente el peso de las reparaciones; ya que, como se hizo notar, obtiene sus
recursos en marcos papel -de carácter fijo por todo el año financiero- con cuyo valor
descendente tiene que adquirir disponibilidades extranjeras para pagar las cuotas. De
ahí la descompaginación de sus presupuestos, traducida en los déficit y su financiación
a base de aumentos del circulante (billetes y crédito bancario).
El mismo resultado interno, por otra parte, presenta la depreciación externa del
marco, en lo que respecta a los particulares. Al disminuir el valor metálico del marco
papel, encarecen los precios de las materias primas importadas en fuertes cantidades
para mover la industria, y las materias alimenticias, recibidas igualmente desde el
exterior en grandes proporciones; encarecimiento que repercute gradualmente en los
otros artículos. Y esta subida de los precios internos, consiguiente a /abaja del cambio,
hace necesaria mayor cantidad de medio circulante para el desenvolvimiento de los
negocios;
por lo que el Reichsbank, para responder las demandas de sus clientes se ve
precisado a continuar la expansión que activa aun más la elevación de los precios, 6esto .
es el descenso en el poder adquisitivo del marco, y agrava el desequilibrio en el balance
de pagos. De ahí el círculo vicioso, en cuyo centro se encuentra el problema de las
reparaciones, y lo inocuo de toda recomendación financiera tal como la de restringir
la expansión del circulante, que no contemple este problema.
Recomendaciones frecuentes, basadas en la teoría clásica. Para ésta, el aumento del
circulante en el mercado interno, origina el alza de los precios que al estimular las
importaciones, restringir las exportaciones y desequilibrar el balance de pagos produ-
Nuestros diarios, al acaecer la última depreciación súbita del marco, hablaban en su sección
telegráfica, de la enorme demanda de billetes al Reichsbank, ¡que no podía satisfacerla en seguida por estar
en huelga sus litógrafos l

234
RAÚL PREBISCH
ce, en última instancia, la baja del cambio, o sea la depreciación externa de la moneda.
La depreciación externa, según esta teoría, es un resultado de la interna. Es por esto que,
para atacarla en sus raíces, se aconseja, ante todo, el saneamiento interno de la moneda.
Verdadera, en ciertos casos, la teoría clásica, mientras las hipótesis sobre que se
asienta se ajustan a los hechos, pierde su contenido real, en cuando la práctica es
divergente. Y que Alemania está en este caso, puede verse por la cifras que siguen
tomadas de una publicación oficial reciente de los Estados Unidos, sobre
La paridad de poder adquisitivo entre el marco y el
dólar y los tipos del cambio7
1
2
3
4
s
6
N. J. de los
N.I.
Porcentaje Paridad de Tipos del
Porcentaje
Fecha
Estados
de
de 1 resp.
poder
cambio
de 4 resp.
Unidos
Alemania
a2
adquisitivo
aS
1913
100
100
$ 0,2380
1920
Marzo
218
1615
15,36
0,0865
0,0127
287,40
Junio
258
1473
17,52
0,0417
0,0256
162,90
Septiembre
220
1582
14,29
0,0340
0,0173
196,53
Diciembre
173
1681
10,29
0,0245
0,0137
178,83
1921
Marzo
150
1449
10,42
0,0248
0,0160
155,00
Junio
139
1376
10,10
0,0240
0,0149
161,08
Septiembre
143
1377
8,04
0,0191
0,0097
196,91
La primera columna representa el movimiento de los precios internos en los
Estados Unidos, registrado por los números indicadores del Federal Reserve Board;
la segunda, el mismo fenómeno en Alemania, según los N.I. de laF rancfurter Zeitung;
la tercera expresa el porcentaje de los N.I. americanos en relación a los alemanes, es
decir la magnitud relativa de la elevación de los precios en los respectivos mercados
internos; la cuarta nos da a conocer la "paridad de poder adquisitivo" entre ambas
monedas, que resulta de multiplicar los porcentajes de la columna 3 por el cambio par
entre el dólar y el marco, a saber,$ 0,238. De tal suerte que esta columna indica el poder
adquisitivo interno del marco expresado en dólares, mientras la siguiente enseña el
valor externo, expresado también en dólares.
Véase United States Tariff Commission, Depreciated Exchange and lnternationa/ Trade,
Washington, 1922.

SOBRE LA DEGRADACIÓN DEL MARCO
235
Por último, en la columna 6, en que se ha calculado el porcentaje de las cifras de
la 4 en relación a las de la columna 5, puede verse que la diferencia entre ambos valores
del marco, es considerable. Así, en marzo de 1920, cada marco podía adquirir en el
mercado alemán $ 0,0365 de mercaderías expresadas en dólares, en tanto que apenas
podía comprar$ 0,0127 de éstos en dólares.
No podría explicarse esta persistente diferencia a favor del valor interno del marco,
si la inflación interna fuese la causa principal de la degradación externa, y no el déficit
en el balance de pagos. Pues las fuerzas de la inflación determinan aquélla, después de
haber actuado sobre ésta; en todo caso, la disparidad fue inversa.
Y si esto no fuese suficiente, un hecho curioso, comentado humorísticamente por
The Economist, de Londres-que, dicho sea de paso, también se observa con frecuencia
en nuestra historia monetaria- desvanece las dudas restantes. En 1921, el marco, en
relación con el dólar, bajó de 73 a 310, descenso mucho mayor que el experimentado
en 1920, a saber, de 50 a 73. Y sin embargo, en 1921, el aumento proporcional de las
emisiones de papel moneda, fue sólo la mitad del correspondiente a 1920. En los
primeros meses de este afio, la emisión creció desde 44 mil millones de marcos papel,
hasta 67, en tanto que el marco mejoró su cotización frente al dólar, de 50 a 38.
Tales hechos, paradojales para quien atribuye la desvalorización del marco a la
inflación interna, se explican por el rol preponderante que el balance de pagos tiene
sobre el valor externo del marco. Es por esto que toda recomendación sobre el
saneamiento de las finanzas y moneda alemanas, que prescinda del problema de las
reparaciones, fatalmente resulta miope.
Y no es otro el camino seguido hasta ahora por la política aliada, de que el último
descenso del marco parece desviarla.
Antes de terminar estas líneas veremos cómo pudieron efectuarse los pagos de las
reparaciones y del exceso de mercaderías importadas a pesar de lo reducido de las
exportadas. Cuestión de que también se ocupa Williams en el artículo citado, y cuyas
conclusiones al respecto, resumiremos en seguida.
En primer lugar, se ha podido hacer frente al saldo pasivo, con la venta de marcos
papel a capitalistas extranjeros y especuladores, que, al esperar una pronta rehabilita-
ción de Alemania, invirtieron en su papel moneda sumas considerables.
En segundo lugar, los pagos han sido posibles, gracias a los saldos activos creados
en el extranjero, por las transferencias de capital alemán. Según estimaciones a Suiza
sola pasaron alrededor de 40 y 50 billones de marcos papel y a Holanda, 200 millones
de dólares.
Y, para no citar sino las operaciones más importantes, las inversiones de capital
extranjero en Alemania, han contribuido en el mismo sentido arriba anotado. Según
cálculos recientes han sido estimadas, a partir del armisticio, en 50 billones de marcos,
o sea, más o menos 250 millones de dólares, según el tipo del cambio de la fecha del
cálculo.
Si las cifras anotadas son sólo aproximaciones basadas en indicios, los hechos que
revelan son indudables. De lo contrario el gobierno y los importadores alemanes no
hubiesen podido adquirir disponibilidades en el mercado de cambios. Y el valor
metálico del marco, fuera infinitesimal.

27
INFORMACION ESTADISTICA SOBRE
EL COMERCIO DE CARNE V ACUNA*
El descenso general de los precios, subsiguiente a la inflación anterior, ha consti-
tuido el hecho económico más saliente de los últimos tiempos. Y en este precipitado
reajuste de los valores, el comercio de carne vacuna no ha sido de los más favorecidos.
Sería imposible analizar objetivamente la situación precaria de este comercio,
puesta de relieve en el bajo nivel de las cotizaciones. sin una información estadística
adecuada, que sirva de lastre a lo que sobre aquélla se afirma, muchas veces en forma
antojadiza.
Información estadística de que ahora se ocupa la Sociedad Rural Argentina; de ello
es la prueba este escrito sobre el comercio de carne vacuna, primer fragmento de un
plan general en el mismo sentido sobre los productos ganaderos y agrícolas.
Carentes casi en absoluto de estadística de primera mano sobre el mercado inglés,
nuestra investigación había de tropezar en sus comienzos con dificultades. No fueron
menores los obstáculos en lo que a nuestro país se refiere: a sus lagunas y errores, la
estadística oficial une su falta de sistematización, como más adelante tendremos
ocasión de anotar.
Para mayor claridad de exposición se ha dividido esta información en secciones. En
la primera se estudia la carne vacuna en el mercado británico, el mercado consumidor
por excelencia: la carne chilled y los subproductos, la congelada, y el conjunto de
ambas. En la segunda se exponen y analizan las condiciones de nuestro mercado
productor.
PRIMERA PARTE: EL MERCADO BRITANICO
La producción mundial exportable de carnes de toda clase (vacuna, de carnero y de
cordero; congelada, chilled y ganado en pie) alcanzó en 1921 a 970.300 toneladas,1

N. del Ed. De Raúl Prebisch, Información estadística sobre el comercio de carnes. Primera parte:
El mercado británico, Buenos Aires, Sociedad Rural Argentina, Oficina Estadística, 1922, págs. 3-7 4.
Estas cifras y las siguientes han sido tomadas de la Thirty F orth Annual Review of the Frozen Meat
Trade, 1921, publicadas porla casa mundial W. Weddel and Co. Ltd., Londres. Véase los cuadros de las
págs. 27 y siguientes. (Siempre entiéndase toneladas inglesas, equivalentes a 1.105.842 toneladas
métricas.)

COMERCIO DE CARNE VACUNA
237
de las que 917.414. o sea el 94 % fueron absorbidas por el mercado británico. De ahí
la importancia de este último como regulador mundial del comercio de carnes.
En el consumo del Reino Unido entraron además en dicho año, 1.056.400 toneladas
de carnes de producción interna. De tal suerte que el total de carne disponible para el
consumo británico ascendió a 1.999.169 toneladas, de la que el 47% fue carne
importada.
De un crecimiento regular en los años anteriores a la guerra, la carne disponible para
el consumo, en los últimos. experimenta fuertes variaciones. Como puede verse en el
cuadro Nº 1 y en el gráfico correspondiente, las carnes de producción interna acusan
cifras más o menos estables, mientras que las importaciones denotan alzas y bajas
pronunciadas: en tanto que estas últimas oscilan entre 694.000 toneladas (1913),
429.000 (1915) y 917.000 (1921), las primeras apenas varían en el mismo período en-
tre una cantidad mínima de 1.038 mil toneladas (1920) y una máxima de 1.142.000
(1916).
Por manera que las cantidades de carne importada tienen gran preponderancia en
las fluctuaciones del conjunto disponible para el consumo. Y si aquellas cantidades
actúan de algún modo sobre los precios, se comprenderá su importancia capital en la
situación general del mercado.
De aquellas 917.000 toneladas de carne importada en 1921 para el consumo del
Reino U nido, 578.000, o sea el 63 %, eran de carne vacuna, y el resto de ovina. La carne
vacuna importada a su vez constituía el 41 % del total de carne vacuna disponible para
el consumo (1.399.000 toneladas) y el 30 % del total de carnes de todas clases con el
mismo destino.
De las 578.000 toneladas de carne vacuna importada, alrededor de 381.000, o sea
el 64 % procedían de la República Argentina. De tal suerte que la carne vacuna
exportada por nuestro pafs entra en el 40 % del total de carne vacuna importada en
el Reino Unido, en el 26
% del total de carne vacuna disponible para el consumo del
mismo mercado, y en el 19
% del total de carne de todas clases disponible para este
fin.
Hecha esta breve reseña del mercado inglés, pasaremos a ocupamos separadamente
de cada una de las carnes vacunas.
l. CARNE VACUNA CHILLED
1. Oferta y cotizaciones de esta carne en el mercado británico en el periodo 1910-1921
Las importaciones de carne vacuna chilled en el Reino Unido, o lo que es lo mismo,
la oferta de esta carne en el mercado británico, así como las proporciones en que entran
en el conjunto de importaciones de carne vacuna congelada y chilled, se han caracte-
rizado por un descenso persistente en los años de guerra hasta 1919, y un brusco
ascenso, que, arrancando del año 1920, continúa en el primer semestre del año en curso.

238
RAÚL PREBISCH
Gráfico N!! l. Cantidades de carne disponibles anualmente
para el consumo del Reino Unido (producción interna e importaciones)
Período 1902-1921
2 5 0 0 - - - - - . - - - . - . . . . . : - - . . . - - - - - - - - - . - - - - - - - -....... - -
1904
1906
1908
1910
1912
1914
1916
1918
1920 1921

Cuadro Nº l. Totales anuales de la carne vacuna, de carnero y de cordero disponibles
para el consumo del Reino Unido
Australasia
Sudamérica
Norteamérica
Ganado
Producción
Dispon.
Años
y Sudáfrica
Cong.
Cong.
en pie
interna
total
Congelada
y chilled
y chilled
y carne fresca
1902
1.088.850
190.941
113.812
117.318
168.598
1.591.519
1903
1.081.800
122.709
131.899
137.067
194.029
2.667.504
(J
1904
1.087.000
102.063
154.883
120.452
201.685
1.666.083
1905
1.093.300
109.737
206.856
112.186
199.714
1.721.793
1906
1.095.950
132.018
213.541
121.887
196.078
1.759.474
1
1907
1.100.280
169.081
212.442
123.129
165.721
1.770.603
g
1908
1.120.900
141.705
271.568
72.703
140.015
1.746.891
&?
1909
1.128.600
189.386
299.335
43.535
115.657
1.776.513
~
1910
1.121.760
252.154
334.481
24.335
71.890
1.812.620
1911
1.121.170
212.019
407.359
8.855
71.260
1.820.663
1912
1.108.100
214.886
427.205
888
24.278
1.775.357
~
1913
1.095.300
272.900
417.360
401
10.245
1.826.206
1914
1.115.560
286.609
403.176
4.380
7.852
1.817 .877
1915
1.118.010
286.380
323.762
53.835
2.552
1.781.539
1916
1.142.910
211.409
267.309
54.998
827
1.677.483
1917
1.085.000
182.212
188.372
61.839
1.593
1.519.016
1918
1.073.200
116.540
162.931
208.521
-
1.561.192
1919
1.063.800
192.687
280.642
54.299
-
1.591.428
1920
1.038.980
356.204
432.472
18.616
3.073
1.851.345
1921
1.056.400
369.604
531.636
18.199
26.330
1.999.169
~

240
RAÚL PREBISCH
No han sido menos inestables los precios. Y ocurre averiguar si la oferta de carne
presenta alguna relación con ellos.
Con este propósito hemos reducido ambos factores a números indicadores. Pues no
se sabría comparar adecuadamente las variaciones absolutas de cantidades heterogé-
neas, de tan diversa magnitud, como son la que indican los precios y las toneladas
disponibles de carne. Para ello habría que indagar las variaciones relativas correspon-
dientes, de la que los números indicadores son una expresión muy cómoda, a que se
llega por un sencillo procedimiento estadístico. Así, en lugar de decir que el precio de
la libra de carne vacuna chilled en el mercado de Smithfield era 5 ,125 peniques en 1913,
12 en 1917 y 12,125 en 1920, diremos, tomando como "base" de comparación la cifra
de 1913, que los precios han variado según lo indican los números indicadores
respectivos, a saber:
Años
Operaciones
N.I.
1913
(5,125)
= 100
(12 X 100)
1917
= 234
5,125
(12,125 X 100)
1920
= 237
5,125
Lo mismo respecto a las cantidades de carne chilled importadas. En lugar de
expresar que en 1913 se importó 2.991 mil toneladas, 909.000 en 1917 y 510.000 en
1920, se darán los correspondientes números indicadores.
Años
Operaciones
N.I.
1913
(2.991)
100
(909 X 100)
1917
30
2.991
(310 X 100)
1920
17
2.991
Así hemos calculado los números indicadores del siguiente cuadro (Nº 2) y trazado
con ellos el gráfico correspondiente.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
241
La primera columna registra las variaciones de los promedios anuales de las
cotizaciones al por mayor en el mercado de Smithfield 2 de los cuartos traseros -por
no disponer de más datos- de la carne chilled sudamericana. El haber tomado estos
cuartos, y no el promedio de traseros y delanteros, como suele hacerse para establecer
el precio medio de la carne chilled, no perjudica el resultado; pues los números
indicadores sólo expresan variaciones relativas; y éstas son casi idénticas en las
cotizaciones de los cuartos traseros que en las de los delanteros. También haremos
notar que los precios se refieren únicamente a la carne chilled sudamericana, que, por
representar sus importaciones la casi totalidad, hacen muy valedero el procedimiento
usado. Porotra parte, se ha tomado las cotizaciones de Smithfield que reflejan el estado
de todo el mercado británico. La segunda columna representa los números indicadores
correspondientes a aquellos precios. La tercera, el número de cuartos vacunos chilled
importados anualmente en el Reino Unido.3 Y la cuarta, los números indicadores
correspondientes. La base de una y otra serie de estos números corresponde a las
cantidades de 1913, año que, por su relativa normalidad, suele tomarse como punto de
comparación.
La correlación inversa entre la línea delgada del gráfico, que representa la
evolución de los precios, y la gruesa, que representa la de las cantidades importadas,
es muy marcada. Con excepción del año 1912 en que los precios suben ligeramente a
pesar que la cantidad de chilled importada crece por modo brusco, en el resto del
período observado, 1910-1921, puede verse que a cada aumento en las importaciones
corresponde una baja en los precios, y cada disminución, una subida en éstos. Es así
que los números indicadores de las cantidades importadas descienden de 100 en 1913
(2.991.000 toneladas) a 96 en 1914 (2.871.000), 51en1915 (1.518.000), 38 en 1916
(1.139.000) y 30 en 1917 (909.000); en tanto que los precios suben de 100 en 1913
(peniques 5,125) a 115 en 1914 (5,875), 156 en 1915 (8,000), 185 en 1916 (9,500) y
234 en 1917 (12,000). E inversamente, así que en 1919 comienzan a crecer de nuevo
las importaciones de carne, después de casi haberse suspendido en 1918 y 1919, los
precios bajan del nivel altísimo a que habían ascendido en los años de guerra: entre
1920 y 1921, el número indicador de las importaciones crece de 17 a 63 (510.000
toneladas a 1.883 .000) en tanto que el de los precios baja de 237 a 198 (peniques 12, 125
a 10,125).
La sensibilidad de los precios de la carne chilled respecto a las cantidades que
constituyen su oferta en el mercado británico, parece, pues, extraordinaria. A ello ha
de contribuir, sin duda alguna, la naturaleza especial de esta carne que apenas permite
el transcurso de un mes entre su preparación y su consumo. Si bien es cierto que en el
gráfico se nota una sorprendente relación inversa entre oferta y precios, no lo es menos
que en la evolución de éstos deben haber intervenido también las fuerzas de la
Tomados del gráfico sobre los precios de la ca.me que aparece en el Suplemento I del Anuario
W eddel ya citado.
Tomados del suplemento citado.

242
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 2. Números indicadores de los promedios anuales
de los precios de la carne vacuna chilled y de las importaciones
de la misma en el Reino Unido
Cotizaciones de la libra
de cuartos traseros
Nos. indics.
Cuartos
Nos. indics.
chilled (en pen)
de los precios
chilled
de las
Años
de la
importados importaciones
Norteame·
Sudame-
chilled Am.
3
4
rica na
rica na
2
o
1
1902
7.000
-
1.468.498
-
1903
5.500
4.375
-
1.758.542
-
1904
5.875
4.375
-
1.636.300
-
1905
5.500
4.000
-
1.741.195
-
1906
5.625
4.125
-
1.910.613
-
1907
6.000
4.500
-
1.878.042
-
1908
6.375
4.875
-
1.626.284
-
1909
6.500
4.750
-
1.587.134
-
1910
6.750
4.625
90
1.879.851
63
1911
6.500
4.125
80
2.256.328
75
1912
-
5.000
98
2.232.069
74
1913
-
5.125
100
2.991.910
100
1914
-
5.875
115
2.871.922
96
1915
8.375
8.000
156
1.518.840
51
1916
9.875
9.500
185
1.139.522
38
1917
13.125
12.000
234
909.610
30
1918
-
-
-
82.395
3
1919
-
-
-
52.818
2
1920
-
12.125
237
510.817
17
1921
-
40.125
198
1.883.362
63
demanda, cuya estimación estadística no podemos efectuar hoy por hoy, por disponer
de datos incompletos.
2. Procedencia de las importaciones
Dada esta relación de la cantidad de carne chilled importada, con los precios de la
misma, interesa cono-:.:er la procedencia de las importaciones. Por el cuadro siguiente,

COMERCIO DE CARNE VACUNA
243
Gráfico Nº 2. Números indicadores de las importaciones anuales de
carne vacuna chilled en la Gran Bretaña, y de los promedios anuales
de sus precios en Smithfield, en el período 1910 - 1921
Año base: 1913
300
290
2BO
270
260
250
240
230
220
210
200
190
1BO
170
160
150
140
130
120
110
100
90
BO
70
60
50
40
30
20
10
o -1-~~--~
....... ~~....-~--~--...-~-.-~~....-~~==::::iic:::;;.~"'T""~--1
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
Importaciones anuales
Gran Bretaña
Precios promedios anuales
en Smithfield

244
RAÚL PREBISCH
Nº 3, puede verse que la Argentina es el principal exportador de chilled al Reino Uni-
do;4 en 1921. de 1.883.000 cuartos importados en este país, 1.709.000 o sea el 90.75
por ciento correspondían a nuestro país, 167 .000 al Uruguay, Brasil, etcétera, o sea el
8,56 % y el resto, 7 .000 cuartos, procedía de Norteamérica. Estas proporciones alteran
un poco las de 1913, en cuyas importaciones totales de 2.991.000 cuartos, la Argentina
entraba con 2.916.000, o sea el 98,96 %, el Uruguay, Brasil, etcétera, con 25 .000, o sea
el 0,86 por ciento y Norteamérica con el resto. Por lo tanto, el Uruguay. Brasil, etcétera,
han mejorado su situación, absoluta y relativamente, a expensas de la Argentina que
ha disminuido sus exportaciones en número y proporción en 1921, con respecto a 1913.
Cuadro Nº 3. Procedencia de las importaciones anuales de cuartos vacunos
chilled en el Reino Unido, 1902-1921
Importancia relativa de las procedentes de la Argentina
Proporción
Uruguay,
Fecha
Argentina
Norteamérica
Totales
de las imp.
Brazil, etc.
argentinas
en el total%
1902
94.498
-
1.374.000
1.468.498
6,43
1903
142.542
-
1.616.000
1.758.542
7,31
1904
198.300
-
1.438.000
1.636.300
12,1
1905
402.195
-
1.339.000
1.741.195
23,1
1906
454.613
-
1.456.000
1.910.613
22,7
1907
427.042
-
1.451.000
1.878.042
47,1
1908
767.284
-
859.000
1.626.284
67,1
1909
1.066.134
-
521.000
1.587.134
80,5
1910
1.593.001
-
286.850
1.879.851
85,1
1911
2.151.170
858
104.300
2.256.328
95,3
1912
2.220.707
962
10.400
2.232.069
99,4
1913
2.961.219
25.891
4.800
2.991.910
99,0
1914
2.774.286
90.736
6.900
2.871.922
96,6
1915
961.112
201.786
355.942
1.518.840
63,2
A principios del presente siglo, sin embargo, nuestro país apenas entraba con un 6,43 % en las
importaciones de carne vacuna chilled en el Reino Unido (Véase la última columna del cuadro 3 ):
Norteamérica, era, en esa época, el principal, casi el único, productor. Hoy la situación es totalmente
inversa.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
245
Cuadro Nº 3 (continuación)
Proporción
Uruguay,
Fecha
Argentina
Norteamérica
Totales
de las imp.
B razil, etc.
argentinas
en el total%
1916
751.456
146.175
241.891
1.139.522
66,0
1917
631.268
61.392
208.950
909.610
70,2
1918
58.469
23.926
-
82.395
70,9
1919
51.550
1.268
-
52.818
97,6
1920
473.812
37.005
-
510.817
92,7
1921
1.709.271
167.047
7.044
1.883.362
90,7
Es así que la relación anotada lo es de causa a efecto, puede afirmarse que las
exportaciones argentinas tienen un influjo enorme sobre el nivel de los precios del
mercado británico.
3. Tendencia actual de las importaciones de carne vacuna chilled,
de los precios y de su relación

Hicimos notar que la carne vacuna chilled llegó a entrar en proporciones muy bajas
en el total de carne vacuna importada en el Reino Unido, y que en 1920 inició su
reacción ascendente. Reacción que se acentúa en el primer semestre de este año, en que
las importaciones de carne vacuna chilled forman alrededor del 60 % de la carne vacuna
congelada y chilled en conjunto.
En el cuadro Nº 4 puede verse que las importaciones de cuartos vacunos chilled en
el mercado británico en los seis primeros meses del año en curso, alcanzan a 1.683.000
cuartos contra 870.000 en el mismo período del año anterior, lo que representa un
aumento de 93 %.
Cuadro Nº 4. Importaciones periódicas de cuartos vacunos chilled
en el Reino Unido 1921-19225
Fecha
1921
1922
De enero 1 a enero 31
63.501
265.502
A febrero
188.836
561.925
Datos elaborados con las cifras que publica la circular quincenal de la Casa W eddel.

246
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 4 (continuación)
Fecha
1921
1922
A marzo
289.433
881.593
A abril
433.843
1.091.041
A mayo
698.316
1.401.862
A junio
870.391
1.683.626
A julio
1.003.524
A agosto
1.090.554
A septiembre
1.269.846
A octubre
1.500.838
A noviembre
1.650.576
A diciembre
1.879.328
De la estadística que publica la Compañía Sansinena, puede inducirse aproxima-
damente las cifras que corresponden a la Argentina y el Uruguay en aquellas
importaciones británicas. Las cifras son sólo aproximadas, debido a que, en primer
lugar, representan exportaciones sin indicar destino. mientras que las británicas
expresan sólo las importaciones del Reino Unido. Y pudiera ser que entre unas y otras
hubiese filtraciones hacia otros países del continente, si bien es cierto que aquel reino
consume casi la totalidad de la exportaciones sudamericanas. En segundo lugar. los
períodos tomados por ambas estadísticas, no coinciden exactamente debido al tiempo
que transcurre entre la fecha de las exportaciones y su arribo al mercado consumidor.
De la estadística ya citada resulta que en el primer semestre de 1922 la Argentina
exporta 1.511.000 cuartos de vacuno chilled contra 678.000 en igual período del año
anterior, y el Uruguay 260.000 contra 129.000 cuartos, cifras que, dentro del total de
1.772.000 cuartos exportados, representan el 85 y 15 % respectivamente. El total a su
vez. denota un aumento 97 % sobre la cantidad correspondiente a igual período de 1921
(808.000 cuartos) porcentaje que apenas difiere del de la estadística inglesa.
En el cuadro número 5, comparamos las exportaciones periódicas de cuartos
vacunos chilled por nuestros establecimientos frigoríficos en los afios 1921 y 1922 (las
razones que nos han inducido a tomar la estadística privada y no la oficial. serán
discutidas en otra sección).
También en los últimos tiempos, los precios de la carne que consideramos, han
seguido de cerca las fluctuaciones en las cantidades importadas en el mercado
británico. Para averiguarlo, hemos calculado números indicadores de los promedios
mensuales de las cotizaciones al por mayor en el Mercado de Smithfield, a partir de
enero de 1921, tomando como base la cotización media de los seis primeros meses de
1922, 5.088; y números indicadores de las importaciones mensuales de la carne chilled
en el Reino Unido, tomando como base el promedio mensual de las importaciones de
los seis primeros meses (1.683.626 + 6 = 280.602).
Con ambas series de números indicadores, hemos trazado el gráfico número 4, en
el que puede notarse, lo mismo que en el gráfico sobre cotizaciones e importaciones

COMERCIO DE CARNE VACUNA
247
Gráfico Nº 3. Importaciones anuales de cuartos vacunos chilled
en el Reino Unido, en el período 1902-1921
sooo----..-----.,~-....,..--..,...--.,~--r----r----r--.
3 0 0 0 + - - - - l - - - - + - - - - + - - - + - - - - t - - - . . - + - - + - - - r - - - ; - ;
Norteamérica
1918
1920 1921

248
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 4. Números indicadores de las importaciones mensuales de
carne vacuna chilled en la Gran Bretaña, y de los promedios mensuales
de sus precios en Smithfield, a partir de enero de 1921
Base: promedios del primer semestre de 1922
- - - \\
190
\\
180
\\ \\
170
\\ \\
160
\\ \\
...... -,
150
\\
/"
.... _.....
' \\
140
130
\\
\\
/'
120
\\ /
'
\\/
110
100-+~~~~~~~~~~~~~~~~~~--"~""""~~'f--~-#---'-""""---I
90
80
70
60
50
40
30
20
10
1921
1922
Importaciones mensuales
Gran Bretaña
Precios promedios mensuales
en Smithfield

Cuadro N11 5. Importaciones mensuales de cuartos vacunos cbilled en el Reino Unido
y exportaciones sudamericanas de los mismos en este Reino, 1921-1922
Importaciones totales del Reino Unido
Argentina y Uruguay
Argentina
Uruguay
()
Mes
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1
Enero
63.501
265.502
111.047
312.955
96.376
277.318
14.671
35.637
Febrero
125.335
296.423
94.130
256.786
81.675
222.862
12.455
33.924
g
Marzo
100.607
319.668
144.047
247.852
126.773
201.333
17.274
46.519
i
Abril
144.400
209.448
228.129
275.417
199.338
238.262
28.791
37.155
Mayo
264.473
310.821
182.767
299.443
146.707
251.590
171.060
47.853
~
(')
Junio
172.075
281.764
138.476
379.970
117.744
320.552
20.732
58.418
~
Julio
133.133
-
78.892
-
75.596
-
3.296
-
Agosto
87.030
-
177.335
-
171.999
-
5.336
-
Septiembre
179.292
-
242.034
-
237.136
-
4.898
-
Octubre
230.992
-
259.544
-
148.589
-
10.955
-
Noviembre
149.738
-
215.210
-
197.105
-
18.105
-
Diciembre
228.752
-
291.346
-
265.083
-
26.263
-
~

250
RAÚL PREBISCH
anuales ya analizado, la relación inversa entre las variaciones de las cantidades
importadas mensualmente y las cotizaciones a que se vendieron. Casi siempre, a un
ascenso en aquellas cantidades, corresponde un descenso en los precios y viceversa. Si
en los tres primeros meses de 1921. en que los precios no varían, esta relación no se
mantiene, ha de deberse seguramente a que durante los mismos, el gobierno británico
contraloreaba los artículos de primera necesidad, entre ellos los de la carne.
Pese al hecho de tener cifras semanales sobre precios e importaciones, hemos
preferido tomar los promedios y las cantidades mensuales respectivamente. Pues éstas
reflejan mejor el estado de la oferta que las semanales, sujetas a variaciones sumamente
irregulares y arbitrarias.
En el mismo gráfico puede notarse que, aparte de las alzas y bajas acaecidas en
cortos períodos en las cantidades de carne y en los descensos y ascensos correlativos
en los precios, la tendencia general de aquéllas, desde los primeros meses de 1921 hasta
la fecha ha sido creciente, y la de éstos, decreciente.
Cuadro Nº 6. Números indicadores de las importaciones mensuales
de cuartos vacunos chilled en el Reino Unido,
y de los precios de la misma, 1921-1922
Promedio mensual
lmport. de
Fecha
Números
de Jos precios
Números
cuartos vacunos
indicadores
de carne chilled
indicadores
chilled en el R. U.
por lib. (en pen.)
Enero
63.501
22,6
10.000
196,3
Febrero
125.335
44,7
10.000
196,3
Marzo
100.607
35,8
10.000
196,3
Abril
144.400
51,4
8.400
164,9
Mayo
264.473
94.2
7.281
142,9
Junio
172.065
61,3
7.281
142,9
Julio
130.133
46,4
7.700
151,1
Agosto
87.030
31,0
7.906
155,2
Septiembre
179.292
63,9
7.300
143,3
Octubre
149.738
82,3
5.781
113,5
Noviembre
230.992
53,4
6.562
128,8
Diciembre
228.752
81,5
5.863
115,0
Enero
265.502
94,6
5.047
99,0
Febrero
296.423
105,6
4.343
85,3
Marzo
319.668
113,9
4.862
95,4
Abril
209.448
74,6
5.734
112,5
Mayo
310.821
110,8
5.437
106,7
Junio
281.764
100,4
5.150
101,0

COMERCIO DE CARNE VACUNA
251
4. Volumenffsico y volumen económico del consumo
Las cantidades de carne importada· en la Gran Bretaña, como asimismo las de
cualquier otro artículo. si están despojadas de su valor económico, o, en otros términos,
si no se tiene en cuenta los precios a que se venden en el mercado, no son un índice fiel
y sensible de la potencia adquisitiva de los consumidores.
En efecto, el consumo de carne, dentro de ciertos límites, es elástico, a saber,
susceptible de aumentar o disminuir, según la mayor o menor cantidad de dinero que
los individuos puedan destinar para su adquisición. Ahora bien, si las rentas de que los
consumidores disponen, permanecen invariables, y por consiguiente, invariable tam-
bién la porción de ellas dedicada a comprar carne: y, por otra parte, crece la cantidad
de este artículo ofrecida en el mercado debido a un aumento precedente de las
importaciones, para inducir a los consumidores a comprar más carne que la de
costumbre, es decir, a aumentar su demanda, habrá que ofrecerla a precios más bajos.
En este caso, supuesto que otras condiciones no se hubiesen modificado (others things
being equal, según dicen los economistas ingleses), aunque el volumen físico de carne
consumida haya aumentado, su volumen económico (producto de los precios por el
volumen físico) permanece más o menos inalterado. O, en otros términos, la demanda
física de carne habrá aumentado, mientras que la estimación económica de la demanda,
que es un reflejo del poder adquisitivo de los consumidores, será, sin embargo, la
misma.
Pudiera también acaecer que la baja pronunciada de los precios estimule de tal
suerte la demanda, que los consumidores estimen conveniente abandonar parte de
otros consumos y dedicar el poder adquisitivo así disponible a la compra de mayores
cantidades de carne. Entonces, tanto el volumen físico, cuanto el económico del
consumo, aumentarán, pero el segundo en proporciones más débiles que el primero.
En un segundo caso, si las rentas de que disponen los consumidores, disminuyen
por una crisis que las deprime, o por cúalquier otra causa, la parte de esas rentas
disponible para el consumo de carne-como para otro artículo- también decrece. Y, si
al mismo tiempo, aumenta la cantidad de carne ofrecida en el mercado, para venderla
en su totalidad sería menester bajar sus precios a un nivel más bajo que el del caso
hipotético anterior, en que las rentas no variaban para estimular la demanda. De tal
suerte que en estas condiciones, el volumen físico del consumo aumenta, si bien
disminuye su correspondiente volumen económico.
5. Volumen económico del consumo de carne vacuna en el mercado británico
Atento a lo sostenido en la parte anterior, investigaremos el volumen económico del
consumo de carne vacuna importada en el Reino Unido, o lo que es lo mismo, el valor
económico de la demanda habida en el mercado británico. Lo haremos, en primer lugar,
con la carne chilled y, en seguida, con la congelada, para terminar con el conjunto de
ambas carnes.

252
RAÚL PREBISCH
a) Carne vacuna chilled.- Respecto a ésta, como a la congelada, compararemos
el volumen económico del afio 1920 con el de 1921, y en seguida, el de los primeros
semestres de 1921y1922.
Multiplicando por 112 los promedios anuales correspondientes a 1920 y 1921, de
las cotizaciones al por mayor de la libra de carne vacuna chilled sudamericana en
Smithfield, hemos averiguado los mismos promedios por cwt. ( 1 cwt. = 112 libras). Las
cifras resultantes fueron a su vez multiplicadas por el número de cwt. de carne chilled
importados en los mismos períodos, lo que nos da el valor en peniques de la carne
consumida, reducido en seguida a libras esterlinas. He aquí los cálculos.
l. Valores anuales
Promedio de las cotb:aciones
Valor de los
Años
(en peniques)
Cwts.
mismos
importados
Por libra
Por cwt.
en libras
1920
10.125
1.134
1.014.501
!
4.778.240
1921
7.875
861
3.008.190
!
10.791.881
Para encontrar los valores correspondientes a los primeros semestres de 1921 y
1922, hemos multiplicado los promedios semestrales de las cotizaciones al por mayor
en Smithfield por las respectivas importaciones semestrales de cwts. Como la estadís-
tica no nos da el peso de las carnes importadas en los semestres, ni en toneladas ni en
cwts. y sí el número de cuartos, al dividir el número de cwts importados en 1921, o sea,
3.008.190, por el número de cuartos comprendidos en él-1.879 .328- hemos averigua-
do el peso medio de los cuartos en cwts. Luego multiplicamos el número de cuartos
importados en los primeros semestres aludidos por este peso medio, y así encontramos
las cantidades de cwts. importados en los mismos períodos, que multiplicadas, a su vez,
por sus precios respectivos, nos dan los valores semestrales.
II. Valores semestrales
Promedio de las cotb.aciones
Primeros
(semestrales)
Cwts.
Valor de los
semestres
importados
mismos
Por libra
Porcwt.
En peniques Por libras
1921
8.810
986.720
4.528
1.393.495 6
!
6.119.745
1922
5.088
569.857
2.374
2.695.484
:E
6.399.084
1
Iguales a 69.674,7 y 134.774,2 toneladas inglesas.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
253
b) Carne congelada.- Respecto a esta carne, en cuyo suministro al mercado
británico intervienen varios países con cantidades importantes, y con el fin de tener un
reflejo tan aproximado como fuere posible de las cotizaciones medias, junto a los
precios de la carne congelada sudamericana, hemos debido considerar los de las carnes
australianas que poco difieren de los de las neozelandesas. Pero como Sudamérica por
una parte, y Australia y Nueva Zelandia por otra, no concurren en las mismas
proporciones en el mercado británico, para obtener un término medio de ambos
precios, hemos multiplicado cada uno de ellos por la proporción en que la carne que
representan entra en el conjunto de las importaciones, y dividido la suma de los dos
productos así obtenidos, por la suma de las proporciones consideradas (el promedio así
resultante se designa en estadística como "promedio ponderado").
El resto del procedimiento usado en esos cálculos es idéntico al adoptado en lo que
respecta a la chilled. Y sólo difiere de él por considerar toneladas en lugar de cwts., y
por lo que, para la carne australiana y neozelandesa sólo toma el promedio de la primera
y última cotización de cada uno de los semestres considerados, en lugar de tomar el
promedio de todas las cotizaciones semanales, simplificación que no altera mayormen-
te el resultado final. He aquí la serie de operaciones:
l. Valores anuales
Promedios anuales de las cotizaciones de la carne vacuna congelada
en el mercado de Smithfield
Carne australiana (Australia y N. Zelandia)
Carne sudamericana
Promedio de
Promedio de
Año
cotización
Proporción de Australia
cotización
Proporción
por libra
y Nueva Zelandia
por libra
(Argentina)
en peniques
en peniques
1920
10.125
10 + 8,6= 19%
10.312
65%
1921
5.750
21,6 + 10,9 = 32%
7.375
54%
Promedio ''ponderado" de los promedios anteriores
Año
1920
10.125 X 19 + 10.312 X 65
= 10.269
19 + 65

254
RAÚL PREBISCH
Año
1921
5.750 X 32 + 7.375 X 54
6.770
32 +54
Valor económico de las importaciones
Cotizaciones
En peniques
Toneladas
Valor económico
Año
por libra
por tonelada
importadas7
de las mismas
1920
10.269
23.002
442.205
f 42.381.664
1921
6.770
15.165
430.069
f 27.174.984
II. Valores semestrales
Promedios semestrales de las cotizaciones de la carne vacuna
congelada en el Mercado de Smithfield
Carne australiana (Australia y N. Zelandia)
Carne sudamericana
Promedios
Primeros
semestrales
semestres
Cotizaciones por libra
Propor·
delas
Propor-
Promedio
en peniques
ciones
cotizaciones
ciones
por libra
en peniques
(Enero 7 /21)
(Junio 24/21)
1921
9.500
4.625
7.0625
28%
8.204
72%
(Enero 6/21)
(Junio 30/22)
1922
3.750
4.000
3.875
30%
4.293
70%
Promedios "ponderados" de los promedios anteriores
1 º semestre 1921
7.0625 X 28 + 8.204 X 72
7.884
100
Debemos advertir. para evitar equivocaciones, que si bien el número de toneladas importadas
disminuye ligeramente entre 1920 y 1921, el de cuartos aumenta, si bien es cierto que en pequeñas
proporciones, de 4.871 mil en 1920, a 5.108 mil en 1921. (Véase An. Weddel, págs. 18 y 27 respectiva-
mente). Lo que induce a suponer una disminución en el peso medio de los cuartos importados.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
255
12 semestre 1922
3.875 X 30 + 4.293 X 70
4.167
100
Valor económico de las importaciones
Valor de la
Semestres
Cuartos
Toneladas
Valor económico
tonelada
primeros
en libras
importados
importadas8
de las mismas
1921
f 73.584
2.991.522
251.467
f 18.503.947
1922
f 38.892
1.119.278
94.086
f 3.659.192
e) Conjunto de ambas carnes
l. Toneladas importadas
a) Anuales
Años
Chilled
Congelada
Total
1920
50.725
442.205
492.930
1921
150.410
430.069
580.479
b) Semestrales
Primeros
Chilled
Congelada
Total
semestres
1921
69.674
251.467
321.141
1922
134.774
94.086
228.860
Calculadas sobre la base de la cifra anual para 1921: 5.ll6.l44 cuartos importados = 430.069
toneladas = 0,08406.

256
RAÚL PREBISCH
11. Valor económico
Total de las importaciones de carne vacuna congelada y chilled
a) Valores anuales
Años
Chilled
Congelada
Total
1920
f 4.778.240
f 42.381.664
f47.159.904
1921
f 10.791.881
f 27.174.984
f 37.966.865
b) Valores semestrales9
Primeros
Chilled
Congelada
Total
semestres
1921
f 6.119.745
f 18.503.947
f 24.623.692
1922
f 6.399.084
f 3.659.192
f 10.058.276
Del informe Weddel ya citado tomamos además las siguientes estimaciones
sobre el
Valor económico total de las importaciones de toda clase
de carne en el Reino Unido
Años
Precio por
Valor
Toneladas
tonelada
económico
1920
810.415
f88
f 71.515.144
1921
917.414
f76
f69.703.644
Las cifras por nosotros calculadas, a saber f 24.623.692 y f 10.058.276, son un poco inferiores
a los valores de la carne vacuna importada (en el mismo período) según el Board of Trade, a saber f
26.214.273 y f 11.724.735 respectivamente (Véase el Meat Trade Journal,julio 27 de 1922, pág. 159). Es
que, seguramente, las últimas cifras incluyen los valores de las pequeñas cantidades de carne vacuna fresca
importada en el Reino Unido, mientras nosotros sólo consideramos la carne vacuna congelada y chilled.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
257
6. La oferta y la demanda en el mercado británico de carnes
Estas crifras encierran hechos que interesa conocer. En 1921, con respecto al año
anterior, no obstante haber aumentado el peso de las carnes de toda clase (vacuna y
ovina: congelada y chilled y ganado en pie) importada en el Reino Unido -o en otros
términos, el volumen físico del consumo- su volumen económico más bien ha
disminuido.
En efecto, las 917.414 toneladas1º importadas en 1921, superan en 106.999
toneladas, es decir en un 13 % , las 810.415 importadas en 1920. Mientras que lo pagado
por ellas por los consumidores descendió de f 71.515.144 en 1920, af 69.703.644 en
l 921, o sea en un 2,6%. Lo que significa que el valor económico de la demanda ha
permanecido casi inalterado. Por lo tanto, para inducir a los consumidores a comprar
más carne el mercado había de reaccionar bajando las cotizaciones: en tanto que el
promedio del precio de todas las carnes era en 1920, f 88 por tonelada, en 1921
descendía, en un 14% a f 76.
Esto, en lo que se refiere al conjunto de las carnes (congelada y chilled). Si de él,
pasamos a la carne vacuna importada (congelada y chilled) las cifras no son menos
suget:entes. Mientras el peso de las cantidades importadas crece desde 492.930
toneladas en 1920 hasta 580.479 toneladas en 1921, o sea en un 15%, su valor
económico disminuye, en un 19% de f 47.159.904 a f 37.966.865, respectivamente.
En el primer semestre del año en curso, el número de toneladas de carne vacuna
congelada y chilled importada-228.860--disminuye en un 29% con respecto a igual
período del año anterior, en que entraron 321.141 toneladas; el valor económico; a su
vez, experimenta, pero con mayor intensidad una evolución retrógada: de 24.623.892
f en el primer semestre de 1920, baja a f l 0.058.276 en igual período del presente año:
o sea un descenso del 59%. Lo que nos dice que el volumen económico del consumo
de carne vacuna congelada y chilled importada ha disminuido en los últimos tiempos,
y en forma mucho más acentuada que su volumen físico.

Para explicar estas variaciones ocurre, sin embargo, considerar por separado cada
una de las carnes vacunas.
El peso de la carne chilled importada en 1921, a saber 3.008.190 cwts, es superior
en un 1.993.689 cwts, o sea en 197% al correspondiente del año anterior, en que se
importaron 1.014.50 l cwts. El valor económico de los mismos también ha aumentado
def4.778.240en 1920af 10.791.881en1921,peroen una proporción menor, a saber
126%.
El peso de la carne congelada importada en 1921 -430.069 toneladas- disminu-
yó en un 2,7% con respecto a Jacifra del año anterior, en que se importaron 442.205
toneladas. Empero, contrariamente a lo acaecido con la carne chilled, su valor
económico descendió de f 42.381.664 en 1920, a f 27.174.984 en 1921, o sea una
disminución de 36%.
En los primeros seis meses de 1922, la carne chilled importada, a saber 2.695.465
cwts, aumenta en un 93% con relación a la cifra del primer semestre de 1921, 1.393.495
10
(Vacuno, ovino; cong., chilled, y ganado en pie).

258
RAÚL PREBISCH
cwts. El valor económico, a su vez, crece pero en proporciones relativamente pequeñas
(4,5%), de f 6.119.745 en el primer semestre de 1921, a f 6.399.084 en igual período
del año en curso.
Las importaciones de carnes congeladas, por otra parte, disminuyen en un 63% en
el primer semestre del presente afio -en que ascendieron a 94.086 toneladas- con
respecto a las del primer semestre de 1921 -en que entraron 251.467 toneladas. Los
valores, asimismo. decrecieron en un 80%: de f 18.503.947 en los primeros seis meses
del pasado año, bajaron a f 3.659.192 en los del presente.
A primera vista, las variaciones correspondientes ala carne congelada y a la chilled,
por lo erráticas, parecen desconcertantes. Sin embargo, si se profundiza el análisis, se
verá que la hipótesis esbozada anteriormente se ajusta a los hechos.
Precisa ante todo recordarse que alrededor del 50% de la carne vacuna importada
en el Reino Unido antes de la guerra, correspondía a la carne chilled (50% en 1911;
45,3% en 1912; 53,3% en 1913; 49,5% en 1914); que esta alta proporción se redujo
considerablemente en los años de guerra, hasta llegar a 1,4% en 1919 (27,2% en 1915;
25,5% en 1916; 23% en 1917; 2% en 1918; y 1,4% en 1919); y por último, que desde
este año comienza su marcha ascendente-hacia la normalidad antibélica-y alcanza
al 9,6% en 1920, al 26.9% en 1921,para llegar alrededor del 60% (58,88) en el primer
semestre del año en curso.
Estas proporciones, y los cálculos de páginas anteriores, nos indican que en lo que
a los últimos años se refiere, dentro del volumen económico descendente del consumo
de carne vacuna, la demanda de chilled ha crecido en intensidad en desmedro de la de
congelada. Es decir que, si bien los consumidores británicos han reducido sus gastos
de carne vacuna en conjunto, han aumentado los de chilled relativamente a los de
congelada. Y de este modo, aquélla recobra la importancia anterior, perdida transito-
riamente en los años de hostilidades, por razones conocidas.
Hemos visto que la oferta de carne congelada en 1921, permaneció casi estacionaria
(fue menor apenas en un 2.7%) en relación a 1920; y que, a pesar de esto el volumen
económico del consumo descendió en un 32%. Si el mercado de carne chilled hubiese
reaccionado del mismo modo, con igual intensidad, el aumento mucho más conside-
rable de la oferta, deprimiera fuertemente su valor económico. Sin embargo, a un
crecimiento de 197% en aquélla, éste ascendió en un 126%.
Fluye de estos hechos en primer lugar, que el volumen económico del consumo de
carne congelada, ha mermado notablemente en 1921 con respecto a 1920. En segundo
lugar, que parte del poder adquisitivo que antes se empleaba en consumir esta carne,
se ha dedicado a la compra de chilled, esto es, a aumentar el valor económico de su
demanda. Sin este aumento, el volumen económico del consumo hubiese permanecido
más o menos como antes, no obstante el crecimiento del volumen físico. Hemos dicho
más arriba, parte del poder adquisitivo solamente, porque el resto desapareció del
mercado de carne vacuna; en efecto, el valor económico de la demanda del conjunto
de esta última--0 sea el poder adquisitivo que a ella se consagraba- se redujo, como
ya hemos visto en un 19%.
Los fenómenos parecen haberse desarrollado en la siguiente forma. A los precios
entonces existentes, la intensidad de la demanda física de carne congelada (y su valor

COMERCIO DE CARNE VACUNA
259
económico ya que consideramos que los precios no varían en ese instante), tendió a
decrecer en 1921 en comparación al año anterior. La oferta, sin embargo, continuó más
o menos en las mismas cantidades. De ahí que para colocarse toda ella en el mercado,
había de bajw sus cotizaciones para estimular, por este modo, la demanda. Es así que
el mercado absorbió la misma cantidad de carne, o lo que significa lo mismo, que el
volumen físico del consumo fue casi idéntico, en tanto el económico menguó su
importancia.
En cambio, la demanda física de carne chilled a los precios entonces existentes y
en el mismo período (y por la misma razón que en el caso anterior, su valor económico)
tendió a crecer a expensas de la congelada. Y si la oferta hubiese permanecido
inalterada, los precios habrían tendido a subir, en tanto la tendencia contraria se hubiese
operado en la otra carne. En tal caso, a pesar que el consumo hubiese mantenido el
mismo volumen físico, el económico fuera mayor. Sin embargo, ya sabemos que la
cantidad de chilled ofrecida en el mercado creció en fuertes proporciones: proporcio-
nes superiores en intensidad a la expansión del valor económico de la demanda
acaecida gracias al nuevo poder adquisitivo (proveniente del menor consumo de carne
congelada) que se le incorporaba.
De tal suerte que, a los precios iniciales, si bien las demandas física y económica
de carne chilled aumentaron merced a la disminución en la demanda de carne
congelada, no lo hicieron con la amplitud suficiente para absorber a esos precios el
crecimiento sobrevenido en la oferta. La absorción se efectuó por completo. una vez
que el descenso en las cotizaciones estimuló la demanda física. Es por esto que el
volumen físico de la carne chilled consumida en 1921, ascendió fuertemente, en tanto
que su volumen económico experimentó también una subida pero en menores
proporciones: sobrepasó al volumen económico del año anterior en aquella parte del
mismo tomada a la carne congelada.
En el primer semestre del año en curso, comparado con el de 1921 continúa
disminuyendo la demanda de esta última, de tal modo que el fuerte descenso acaecido
en la oferta no impide la baja persistente de las cotizaciones. De ahí que el volumen
físico decreciera, y el económico descendiera con mayor intensidad aun. La oferta de
chilled sigue a su vez en alza y los precios bajan, no obstante el pequeño aumento en
el valor económico de la demanda.
Los cálculos anteriores y la interpretación de los hechos, están basados sobre las
cotizaciones al por mayor en el mercado de Smithfield. Si los precios al por menor -
los precios que pagan los consumidores- han seguido o no de cerca la evolución de
los precios al por mayor, no podríamos decirlo por el momento. En todo caso, una vez
averiguado. vendrá el momento de revisar aquella interpretación.
7. Variaciones de los precios de la carne chilled en los mercados
de Smithfield y Liniers
Para comparar la evolución de los valores de la carne vacuna chilled en el mercado
de Smithfield, con los precios que los frigoríficos pagan por los novillos especiales que

260
RAÚL PREBISCH
Cuadro N11 7. Cotizaciones al por mayor de la carne vacuna "chilled"
sudamericana en el mercado de Smithfield, Londres
Cotización por libra
Valor de 750 libras de carne
(en peniques)
Fecha
Cuartos 1 Cuartos 1 Promedio
En
1
En papel 1 En papel
delanteros
traseros
peniques
cambio par cambio real
1921
Enero
7
8
12
10
7.500
357,75
335,87
14
8
12
10
7.500
357,75
340,05
21
8
12
10
7.500
357,75
336,70
28
8
12
10
7.500
375,75
340,90
Febrero
4
8
12
10
7.500
357,75
340,90
11
8
12
10
7.500
357,75
348,75
18
8
12
10
7.500
357,75
344,35
25
8
12
10
7.500
357,75
347,86
Marzo
4
8
12
10
7.500
357,75
352,36
11
8
12
10
7.500
357,75
355,66
18
8
12
10
7.500
357,75
362,66
24
8
12
10
7.500
357,75
362,66
Abril
1
7 3/4
101/2
9.125
6.843,75
326,44
334,04
8
6 1/2
10
8.250
6.187,5
295,14
310,25
15
6
111/2
8.750
6.562,5
313,03
338,01
22
5 1/2
101/4
7.875
5.906,2
281,72
305,07
29
5
11
8.000
6.000
286,20
312,58
Mayo
6
5
11
8.000
6.000
286,20
336,70
13
41/2
9 1/2
7.000
5.250
250,42
292,80
20
41/2
9 1/2
7.000
5.250
250,42
279,92
27
43/4
9 1/2
7.125
5.343,7
254,89
264,01
Junio
3
43/4
91/4
7.000
5.250
250,42
269,64
10
43/4
9 1/2
7.125
5.343,7
254,89
257,53
17
5
10
7.500
5.625
268,31
290,14
24
5
10
7.500
5.625
268,31
290,54
Julio
1
51/4
101/2
7.875
5.906,9
281,76
307,73
8
43/4
103/4
7.750
5.812,5
277,25
305,43
15
43/4
11
7.875
5.906,9
281,76
309,86
22
41/2
11
7.750
5.812
277,23
305,41
29
41/4
101/4
7.250
5.437
259,34
279,25
Agosto
5
41/4
9 1/2
6.875
5.156
245,95
269,39
12
5 1/2
111/4
8.375
6.281
297,82
320,68
19
5 3/4
113/4
8.750
6.572
313,00
340,88
26
5
10 1/4
7.625
5.718
272,74
316,96

COMERCIO DE CARNE VACUNA
261
Cuadro N2 7 (continuación)
Cotil.ación por libra
Valor de 750 libras de carne
(en peniques)
Fecha
Cuartos 1
Cuartos 1 Promedio
En
1
En papel 1 En papel
delanteros
traseros
peniques
cambio par cambio real
Septiembre
2
6
12
9.000
6.750
321,97
350,64
9
5 3/4
10
7.875
5.906,9
281,76
299,99
16
5
9 1/2
7.250
5.437,5
259,36
281,66
23
43/4
7 1/2
6.125
4.593,75
219,12
233,30
30
5
7 1/2
6.250
4.687,5
223,59
227,27
Octubre
7
5 1/4
7 1/4
6.250
4.687,5
223,59
226,61
14
41/2
6 1/2
5.500
4.125
196,76
211,86
21
45/8
6 3/4
5.687,5
4.265,6
203,47
219,02
28
45/8
6 3/4
5.687,5
4.265,6
203,47
217,24
Noviembre
4
43/4
7 3/4
6.250
4.687,5
223,59
238,73
11
5 1/4
8 1/2
6.875
5.156,2
245,95
261,87
18
45/8
7 3/4
6.250
4.687,5
223,59
239,26
25
5 1/4
8 1/2
6.875
5.156,2
245,95
267,85
Diciembre
2
4 7/8
8 1/4
6.568,5
4.926,3
234,98
257,02
9
41/2
7 3/4
6.125
4.523,7
219,12
240,35
16
4
7
5.500
4.125
196,76
216,76
23
4 3/8
7 3/8
5.625
4.218,7
201,23
221,30
30
3 1/2
7 1/2
5.500
4.125
196,76
217,39
1922
Enero
6
3 3/4
7 3/8
5.563
4.176,3
199,21
220,00
13
3 1/2
6 1/2
5.000
3.750
178,87
197,62
20
3 1/2
61/4
4.875
3.656,2
174,44
190,75
27
3 1/2
6
4.750
3.562,5
169,93
180,95
Febrero
3
31/2
5 1/2
4.500
3.375,0
160,98
170,45
10
3 3/4
5 1/2
4.625
3.468,7
165,45
167,15
17
3 1/2
5
4.250
3.187,5
152,04
157,91
24
3 1/4
4 3/4
4.000
3.000
143,10
149,23
Marzo
3
3 3/4
5 1/2
4.625
3.468,7
165,45
167,16
10
3 1/4
4 3/4
4.000
3.000
143,10
149,03
17
3 1/2
5
4.250
3.137,5
152,04
160,98
24
3 7/8
7
5.437
4.078,l
194,52
204,82
31
4
8
6.000
4.500
214,65
224,15
Abril
7
4
7 7/8
6.000
4.500
214,65
233,76
13
3 7/8
7
5.437
4.078,1
194,52
210,35

262
RAÚL PREBISCH
Cuadro N!l 7 (continuación)
Cofüación por libra
Valor de 750 libras de carne
(en peniques)
Fecha
Cuartos ¡ Cuartos 1 Promedio
En
¡ En papel ¡ En papel
delanteros
traseros
peniques
cambio par cambio real
Abril
21
3 1/2
7
5.250
3.937,5
187,81
204,54
28
4 3/4
7 3/4
6.250
4.687,5
223,59
240,34
Mayo
5
4
7
5.500
4.125,0
196,76
216,38
12
4
7
5.500
4.125,0
196,76
210,08
19
3 7/8
6 7/8
5.750
4.312,5
205,70
219,94
26
3 1/2
6 1/2
5.000
3.750
178,87
191,70
Junio
2
3 1/8
6 1/8
4.625
3.468
165,42
177,61
9
3 1/4
6 1/4
4.750
3.562
169,50
183,46
16
3 1/2
7 1/2
5.500
4.125
196,76
213,06
23
3 3/4
8
5.875
4.406,2
210,17
226,30
30
3 1/4
6 3/4
5.000
3.750
178,87
192,60
Julio
7
3
6
4.500
3.375
160,98
173,34
14
2 7/8
5 5/8
4.250
3.187,5
152,04
161,43
21
4
7
5.500
4.125
196,76
211,86
29
3 1/4
6
4.675
3.506,25
167,24
177,57
Agosto
4
3 1/4
6 1/4
4.750
3.562,5
169,93
182,45
11
3 1/2
7
5.250
3.937,5
187,81
203,38
Cuadro N!l 8. Cotizaciones del cambio argentino en Londres
y valor del peso papel en peniques
Valor del
Valor del
Fecha
Cambio
Fecha
Cambio
$papel
$papel
Año 1921
Marzo
4
48.375
21.285
Enero
7
50.750
22.330
11
48.000
21.120
14
50.125
22.055
18
47.000
20.680
21
50.625
22.275
24
47.000
20.680
28
50.000
22.000
Abril
1
46.562,5
20.487,5
Febrero
4
50.000
22.000
8
45.325
19.943
11
48.875
21.505
15
44.125
19.415
18
49.500
21.780
22
44.000
19.360
25
49.000
21.560
29
43.125
19.195

COMERCIO DE CAJtNE VACUNA
263
Cuadro N11 8 (continuación)
Valor del
Valor del
Fecha
Cambio
Fecha
Cambio
$papel
$papel
Mayo
6
40.500
17.860
Diciembre 30
43.125
18.975
13
40.750
17.930
Año1922
20
42.625
18.755
Enero
6
43.125
18.975
27
46.000
20.2MJ
13
43.125
18.975
Junio
3
44.250
19.470
20
43.562,5
19.167
10
45.625
20.750
27
45.875
20.185
"
17
44.062,5
19.387
Febrero
3
45.000
19.800
24
44.000
19.360
10
45.625
20.075
Julio
1
43.625
19.195
17
45.875
20.185
8
43.250
19.030
24
46.687,5
20.J02
15
43.325
19.063
Marzo
3
45.665
20.075
22
43.250
19.030
10
45.750
20.130
29
44.250
19.470
17
45.000
19.800
Agosto
5
43.500
19.140
24
45.250
19.910
..
12
44.250
19.470
31
45.625
20.075
19
43.750
19.250
Abril
7
43.750
19.250
26
41.000
18.040
13
43.062,5
19.387
Septiembre
2
43.750
19.250
21
43.750
19.250
9
44.750
19.690
28
44.325
19.503
16
43.875
19.305
Mayo
5
43.325
19.063
23
44.750
19.690
12
44.625
19.635
30
43.875
20.665
19
44.562,5
19.607
Octubre
7
47.000
20.680
26
44.437,5
19.552
14
44.250
19.470
Junio
2
44.375
19.525
21
44.250
19.470
9
44.125
19,415
28
44.625
19.635
16
44.000
19.360
Noviembre
4
44.625
19.635
23
44.250
19.470
11
44.750
19.690
30
44.250
19.470
18
44.526,5
19.591
Julio
7
44.000
19.360
25
43.750
19.250
14
43.750
19.250
Diciembre
2
43.562,5
19.167
21
44.250
19.470
9
43.437,5
19.112
29
44.8,75
19.745
16
43.250
19.030
Agosto
4
44.375
19.525
23
43.325
19.063
11
44.000
19.360
faen!IJl para preparar aquella carne, nos hemos servido, en lo que al mercado inglés se
refiere, de las coti7.aciones semanales de carácter oficial, publicadas por la circular
Weddel.

264
RAÚL PREBISCH
Con la elaboración de estos datos hemos formado el adjunto cuadro estadístico
número 7. En las dos primeras columnas de este cuadro registramos las cotizaciones
al por mayor en peniques de la libra de carne de cuartos delanteros y traseros, a partir
de la primera semana de 1921. En la tercera columna, hemos calculado los promedios
simples de ambas cotizaciones, lo que nos da los precios semanales por libra. En
realidad, Jos cuartos traseros pesan algo más que los cuartos delanteros; y como porotra
parte sus precios por libra son superiores a los de éstos, al dar a ambos cuartos Ja misma
importancia para calcular el promedio, el precio medio obtenido es ligeramente
inferior al precio medio real. Pero este error por defecto se compensa más tarde con
otros pequefios errores por exceso como veremos más adelante.
En la cuarta columna se ha multiplicado el precio medio por libra así obtenido, por
750, o sea el peso medio en libras, carne limpia, de un novillo especial tipo chilled en
el mercado de Liniers.
En la quinta columna se ha reducido los valores en peniques resultantes. a pesos
papel según el cambio par entre nuestra moneda y la libra esterlina, es decir, a pesos
0,0477 por penique. Y en la última columna, la sexta, se ha efectuado la misma
operación, pero de acuerdo al cambio telegráfico del día entre Buenos Aires y Londres,
cotizado por el Banco de la Nación Argentina (Jos tipos de cambio y los valores
correspondientes del peso papel en peniques pueden verse en el cuadro Nº 9).
En lo que respecta a los valores en nuestro país, hemos tomado las cotizaciones
publicadas semanalmente en la Revista de la casa Tomás Devoto y Cía. Ltda. Tiene esta
publicación la ventaja de registrar sistemáticamente los precios de los diversos tipos
de hacienda vacuna en el mercado de Liniers, en pie, y las correspondientes cotizacio-
nes por libra.
Sobre la base de estos datos hemos formado el siguiente cuadro estadístico Nº 9.
En la primera columna anotamos los precios de un "novillo mestizo especial para
frigorífico" en pie, en los días siguientes a las fechas de las cotizaciones de Londres
registradas en el cuadro anterior. En la segunda damos para las mismas fechas las
oscilaciones de los precios por libra, y en la tercera su promedio correspondiente.
Dividiendo los datos de la primera columna por estos promedios, hubiésemos
podido encontrar el peso medio de los novillos vendidos en tal fecha. Y en ese caso para
comparar los precios en Liniers por novillo en pie, y los de la carne en el mercado
Smithfield, hubiésemos tenido que multiplicar las cotizaciones por libra en este
mercado por los pesos correspondientes a la fecha de cada comparación. Pero, como
estos pesos medios varían continuamente, el tenerlos en cuenta en una comparación
que debe estar sujeta a bases fijas, estables, hubiese introducido un factor de confusión,
de que se puede prescindir lícitamente.
Es así que hemos supuesto un peso medio estable de 750 libras para los novillos
especiales para frigorífico, y multiplicado este peso por las cotizaciones por libra; del
mismo modo que en el cuadro anterior, multiplicamos por la misma cantidad las
cotizaciones de Smithfield. Por manera que, por una parte tenemos los precios de
novillos tipo chilled de 750, carne limpia, y por otra, los precios semanales de la misma
cantidad de carne chilled en el mercado de Smithfield. De este modo la comparación,

COMERCIO DE CARNE VACUNA
265
Cuadro N1 9. Cotizaciones semanales de un novillo tipo "chilled"
en el mercado de Liniers
Precio de un novillo
Precio de un
Por libra
Fecha
en pie
novillo de
(cotizaciones
750 libras
1 Promedio
reales)
Precios
(cálculo)
1921
Enero
8
225 a 250
30
30
225
15
215 .. 250
28,5 a 29
28,75
215,62
22
215" 250
28
" 28,5
28,25
211,87
29
215" 250
29
" 29,5
29,25
219,37
Febrero
5
215" 250
30 .. 30,5
30,25
226,87
12
215" 250
29
" 29.5
29,25
219,37
19
210" 240
28
.. 28,5
28,25
211,87
26
210" 240
29
" 30
29,50
221,25
Marzo
5
210" 240
" 30
30
225
12
210 .. 240
28
" 29
28,50
213,75
18
210 .. 240
27
" 28
27,50
266,25
25
210" 240
28
.. 28,5
28,25
213,75
Abril
2
210" 240
28
" 28,5
28,25
213,75
9
210" 240
" 29
29
217,60
16
210" 240
29
" 29,5
29,25
219,37
23
210 .. 240
28
" 29
28,50
213,75
30
210" 240
26
" 27
26,50
198,75
Mayo
7
190 .. 210
24
" 25
24,50
183,75
14
190 .. 210
24
" 25
24,50
182,75
21
160" 180
20
" 21
20,50
153,75
28
160" 180
20
" 21
20,50
153,75
Junio
4
180 .. 190
23
.. 24
23,50
176,25
11
180 .. 190
23
.. 24
23,50
176,25
18
180 .. 190
24 " 25
23.50
176,25
24
180 .. 190
24
" 25
23,50
176,25
Julio
2
180 .. 190
20
" 21
20,50
153,75
8
180" 190
21
" 23
22
165
16
180" 190
21
" 23
22
165
23
180" 190
20 " 22
27
157,30
30
190" 200
23
" 24
23,50
176,25
Agosto
6
190" 200
23
" 24
23,50
176,25
..
13
200" 220
24
" 26
25
187,50
20
200" 220
24 " 26
25
187,50
27
210" 230
27
" 28
27,50
206,25

266
RAÚL PREBISCH
Cuadro N2 9 (continuación)
Precio de un novillo
Precio de un
Por libra
Fecha
en pie
novillo de
(cotizaciones
750 libras
1 Promedio
reales)
Precios
(cálculo)
1921
Septiembre
3
190 a 220
24
a 25
24,50
183,75
10
190" 220
24
" 25
24,50
183,75
17
200,. 230
27
" 28
27,50
206,25
24
200"230
28
" 29
28,50
213,75
Octubre
1
200"230
28
" 29
28,50
213,75
8
200"230
27
" 28
27,50
206,25
15
180" 210
24
" 25
24,50
183,75
22
180" 220
" 26
26
195
29
180" 220
28
" 29
28,50
213,75
Noviembre
5
180" 220
26
" 27
26,50
198,75
12
180" 220
25
" 26
25,50
191,95
19
180" 210
23,5 "24,5
24
180
26
160" 180
22
" 23
22,50
168,75
Diciembre
3
160" 180
22
" 23
22,50
168,75
10
160" 180
24
" 25
24,50
183,75
17
140" 170
22
" 23
22,50
168,75
24
140" 170
" 23
23
172,50
31
160" 180
" 24
24
180
1922
Enero
7
170a 190
24 a 25
24,50
183,75
14
170" 190
" 24
24
180
21
160" 190
22 " 23
22,50
168,75
28
160" 190
23 "24
23,50
176,25
Febrero
4
160" 190
21 " 22
21,50
161,25
11
160" 170
21 " 22
21,50
161,25
18
140" 160
19 " 20
19,50
146,25
25
140" 160
19 "20
19,50
146,25
Marzo
4
140" 160
19 " 20
19,50
146,25
11
130,. 160
18 " 19
18,50
138,75
18
130" 160
" 19
19
142,50
25
130" 160
17 ,. 18
17,50
131,25
Abril
1
130" 160
" 17
17
127,50
8
110" 130
15 " 16
15,50
116,25
15
22
115" 130
" 16
16
120,00
29
130" 145
16 " 17
16,50
123,75

COMERCIO DE CARNE VACUNA
267
Cuadro N2 9 (continuación)
Precio de un novillo
Precio de un
Fecha
Por libra
en pie
novillo de
(cotizaciones
750 libras
1 Promedio
reales)
Precios
(cálculo)
1922
Mayo
6
125 a 135
15 a 16
15,50
116,25
13
125,, 135
15 " 16
15,50
116,25
20
125,, 135
15 ,, 16
15,50
116,25
27
135,, 145
17 ,, 18
17,50
131,25
Junio
3
145,, 155
19 ,, 20
19,50
146,25
10
145" 155
18 ,, 19
18,50
138,75
17
145,, 155
18 " 19
18,50
138,75
24
145,, 155
19 ,, 20
19,50
146,25
Julio
1
145,, 155
" 20
20
150,00
8
155,, 170
21 ,, 22
21,50
161,25
15
155" 170
21 ,, 22
21,50
161,25
22
155" 170
21 " 22
21,50
161,25
29
155,, 175
21 ,, 22
21,50
161,25
Agosto
5
155,, 175
21 ,, 22
21,50
161,25
12
155,, 175
21 ,, 22
21,50
161,25
asentada sobre bases bien estables, refleja solamente las oscilaciones de los valores en
uno y otro mercado, que es lo que nos interesa conocer.
Se sabe que las 750 libras de carne limpia de un novillo en pie, después de
refrigeradas, pierden una parte de su peso. Por lo tanto, para averiguar el valor de esa
carne en Londres, hubiésemos debido tomar menos de 750 libras, y no esta cantidad
como hicimos. Pero este pequeño error por exceso se compensa con el error por defecto
proveniente de considerar los cuartos delanteros y traseros como si fuesen del mismo
peso.
Con el propósito de presentar más claramente la evolución de los valores en
Smithfield y en Liniers, hemos trazado sobre la base de las cifras ya registradas el
adjunto gráfico.*
La línea gruesa superior que corresponde a las cifras de la columna 6 del cuadro Nº
7, representa las fluctuaciones semanales de los precios de las 750 libras de carne en
el mercado Smithfield traducidos a pesos papel al cambio del día. La línea que sigue,
más delgada (de acuerdo a las cifras de la columna 5), expresa los mismos precios
traducidos al cambio par. La superficie rayada, encerrada entre las dos líneas,
representa de este modo la desventaja o ventaja del cambio para los frigoríficos. Pues
estos establecimientos como se sabe compran la materia prima en nuestro país en pesos
* N. del Ed. Gráfico 5.

268
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 10. Promedios quincenales de las cotizaciones
de los cueros y el sebo, y mensuales de las cotizaciones de la grasa
en Buenos Aires
Cueros
Sebo
Grasas
Meses
100 kilos en $ oro
100 kilos en $ oro
100 kilos en $ oro
1921 1 1922
1921
1922
1921
1922
1
1
Enero
42,50
56,00
21,50
18,25
29,00
20,00
36,91
51,75
16,66
17,50
Febrero
31,41
47,18
16,00
17,50
25,00
21,50
33,50
45,75
16,00
17,75
Marzo
36,50
44,50
16,00
17,75
16,80
21,00
35,75
40,25
15,86
17,50
Abril
35,00
40,93
15,75
17,50
16,30
22,00
35,25
40,87
15,50
17,50
Mayo
30,50
41,-
15,87
17,50
20,00
22,50
40,33
42,70
16,91
17,50
Junio
44,00
42,50
17,125
17,375
20,00
23,00
44,00
42,75
17,675
17,50
Julio
42,00
43,75
17,00
17,87
24,00
44,50
44,25
18,43
Agosto
43,87
45,56
18,90
18,87
28,00
43,75
46,00
18,87
Septiembre
45,12
47,43
nóm.
38,00
48,25
Octubre
48,25
32,00
50,25
20,50
·Noviembre
52,75
20,50
30,00
51,50
19,75
Diciembre
56,75
19,00
20,00
50,00
19,00
papel argentino y la venden elaborada en Inglaterra en libras esterlinas. De tal suerte
que cuando el cambio sobre Londres es favorable a nuestro país, los frigoríficos
obtienen menos pesos papel por cada libra que lo que obtuvieran al cambio par; lo que
significa que pierden en el cambio; es lo que acaeció en los dos primeros meses de 1921,
pérdida representada en el gráfico por la superficie rayada superior a la línea gruesa.
Por el contrario, cuando el cambio es desfavorable a la Argentina, los frigoríficos
obtienen más pesos papel por cada libra que lo que obtuvieran al cambio par; y esta

Cuadro N11 11. Cotizaciones quincenales de los aceites y la estearina de vacuno en peniques
y en pesos oro al cambio par, en Londres
Extra beef premier jus
Premier beef prem. jus
Extra oleo oil
Enpenique8
En$oro
En peniques
En$oro
En peniques
En$oro
Meses 1
( orcwt.)
r 100 kil.
orcwt.)
( or 100 kil.
orcwt.
( or 100 kil.
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
Enero
-
50
-
25,02
82/6
47/6
41,28
23,76
-
50
-
25,02
48
-
24,01
-
46
-
23,01
-
50
-
25,02
Febrero
-
47/6
-
23,76
-
45
-
22,51
-
47/6
-
23,76
(")
46
-
23,01
-
-
-
-
Marzo
-
-
-
-
-
48/6
-
24,26
-
-
-
-
~
47
-
23,51
-
-
-
-
o
Abril
-
46
-
23,01
39
44
19,51
22,01
-
44
-
22,01
o
46
-
23,01
45
44
22,51
22,01
-
-
-
-
g
Mayo
50
46
25,02
23,01
45
43
22,51
21,51
55
-
27,52
-
...
50
-
25,02
-
48
47
24,01
23,51
55
-
27,52
-
Junio
50
47
25,02
23,01
47/6
-
28,76
-
55
-
27,52
-
i
~
53
48
26,52
-
50
46
25,02
23,01
55
48
27,52
-
Julio
53
49
26,52
-
50
46/6
25,02
-
55
48
27,52
-
52
-
26,02
-
50
-
25,02
-
55
-
27,52
~
Agosto
67/6
-
33,77
-
65
-
32,52
-
70
-
35,02
..
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Septiembre
82
-
41,03
-
80
-
40,03
-
77/6
-
38,78
80
-
40,03
-
77/6
-
38,78
-
77/6
-
38,78
Octubre
15
-
37,53
-
72/6
-
36,27
-
77/6
-
38,78
65
-
32,52
-
62/6
-
31,27
-
15
-
37,53
Noviembre
65
-
32,52
-
62/6
-
31,27
-
67/6
-
33,77
62/2
-
-
-
60
-
30,02
-
60
-
30,02
Diciembre
60
-
30,02
-
59
-
20,52
-
60
-
30,02
56/6
-
28,27
-
53/6
-
26,77
-
55
-
27,52
-
N
$

270
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 11 (continuación)
Estearina
Neats-foot oíl (Ac. de patas)
Meses
En pen. (p.cwt.) En $ oro (p.100 Kg.) En pen. (p.galón)
En $ oro (p.100 lts.)
1921 1
1922
1921 1
1922
1921 1
1922
1921 1
1922
Enero
47/6
23,76
5
27,33
47/6
23,76
5
27,33
Febrero
47/6
23,76
5/6
30,50
Marzo
Abril
47/6
23,76
5
27,33
45
22,51
Mayo
47/6
49/6
23,76
24,77
4
22,18
50
25,02
4/6
24,95
5/6
30,50
Junio
52/6
52
26,27
25,77
4/3
23,57
5/6
30,50
55/6
52
27,77
25,77
4/3
23,57
5/6
30,50
Julio
56
52
28,02
25,77
4/3
23,57
5/6
30,50
56
28,02
4/3
23,57
Agosto
75
37,53
5
27,73
Septiembre
80
44,03
5/3
29,11
77/6
38,78
5/3
29,11
Octubre
75
37,53
5
27,73
65
32,52
4 10/12
27,38
Noviembre
60
30,02
4 10/12
27,38
57/6
28,77
5
27,73
Diciembre
55
27,52
5
27,73
50
25,02
5
27,73
diferencia representa la prima del cambio, o lo que los frigoríficos ganan en el cambio,
ganancia que en el gráfico está indicada por la superficie rayada inferior a la línea
gruesa.
La línea inferior, trazada de acuerdo a las cifras de la columna 5 del cuadro Nº 9,
representa las oscilaciones semanales del precio de un novillo tipo chilled en Liniers.
De la observación del gráfico y de los datos correspondientes se desprende que en
el período enero 1921-junio 1922, el descenso medio de las cotizaciones de la carne
chilled ha sido menor en nuestro mercado que en el británico. Pues, mientras entre el
promedio de las cotizaciones en Smithfield en el primer semestre de 1921, a saber$
313,15 las 750 libras al cambio par y el mismo período del afio en curso, o sea$ 182,02,

Cuadro N2 12. Cotizaciones quincenales de las menudencias congeladas de vacuno (ox frozen offals)
por libra en el mercado de Smithfield
(En peniques y en pesos papel, al cambio par)
HÍ2ado
Cola
Riñones
Lengua
(Ox Livers)
(Ox Tail)
(Ox Kidney)
(Ox Tongil)
Fecha
1922
Enpen.
En$ papel
Enpen.
En$papel
En pen.
En$papel
Enpen.
En$papel
(J
Precios
Prom. I C. par Precios Prom. ¡
C. par Precios Prom. ¡ C. par
Precios
Prom. ¡ C. par
1
Enero
g
6
a7
6,50 0,31
7a11
9
0,4293 1/6 a 1n
18,50 0,8824 1 a 1/4
14
0,6678
Febrero
i
6
"7
6,50 0,31
7" 11
9
0,4293 116 .. 1n
18,50 0,8824 1 "1/4
14
0,6678
Marzo
6
"7
6,,50 0,31
7" 11
9
0,4293 1/6 " 1/7
18,50 0,8824 1 "1/4
14
0,6678
~
(")
51/2" 61/2
6,00 0,2862
9" 11
10
0,4110 116 .. 1n
18,50 0,8824 1/2 " 1/4
15
0,7155
~
Abril
51/2" 61/2
6,00 0,2862
9" 11
10
0,4110 116 .. 1n
18,50 0,8824 1/2 " 1/4
15
0,7155
51/2" 61/2
6,00 0,2862
9" 11
10
0.4770 116 .. 1n
18,50 0,8824 1/2 " 1/4
15
0,7155
Mayo
51/2" 61/2
6,00 0,2862
9" 11
10
0,4110 116 .. 1n
18,50 0,8824 1/2 " 1/4
15
0,7155
5
"6
5,50 0,2623
3 "8
5,50 0,2623 1/6 " 1/8
19,00 0,9063 1/2 "1/4
15
0,7155
Junio
5
"6
5,50 0,2623
3 "8
5,50 0,2623 1/6 " 1/8
19,00 0,9063 1/2 " 1/4
15
0,7155
41/2" 51/2
5,00 0,2385
3 "7
5,00 0,23&5 1/3 " 1/6
16,50 0,7870 1/2 " 1/4
15
0,7155
Julio
5
"6
5,50 0,2623
3 "7
5,00 0,2385 1/3 " 1/4
15,50 0,7393º 1/2 " 1/4
15
0,7155
N
~
-

Cuadro N2 13. Cotizaciones quincenales de las menudencias congeladas de vacuno (ox frozen offals)
¡j
por libra en el mercado de Smithfield
(En peniques y en pesos papel, al cambio par)
OxHearts
Ox Cheeks
Ox Skirts (thik)
Ox Skirts (thin)
Fecha
En$
En$
En peniques
En$
En peniques
En$
En peniques
1922
En peniques
papel
papel
papel
papel
Precios
!Prom. e.par Precios 1 Prom. e.par
Precios 1 Prom. e.par
Precios
!Prom. e.par
:;ti
>
Enero
2 1/2 a 3
2,75 0,1311 2 1/2 a 3
2,75 0,1311 5 1/2 a 6
5,75
0,2742 2 1/2 a 3
2,75 0,1311
¡;¡,
Febrero
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
i
21/2 "3
2,75 0,1311 21/2 "3
2,75 0,1311 5 1/2 "6
5,75
0,2742 2 1/2 "3
2,75 0,1311
"'
(")
Marzo
2 1/2 "3
2,75 0,1311 2 1/2 "3
2,75 0,1311 5 1/2 "6
5,75
0,2742 2 1/2 "3
2,75 0,1311
::e:
11/2 "2
1,75 0,0834 2
"2 1/2 2,25 0,1073 5
"5 1/2 5,25
0,2504 2 1/2 " 3 1/2 3
0,1431
Abril
11/2 "2
1,75 0,0834 2
"2 1/2 2,25 0,1073 5
"5 1/2 5,25
0,2504 2 1/2 " 3 1/2 3
0,1431
11/2 "2
1,75 0,0834 2
" 2 1/2 2,25 0,1073 5
"5 1/2 5,25
0,25()4 2 1/2 " 3 1/2 3
0,1431
Mayo
11/2 "2
1,75 0,0834 2
" 2 1/2 2,25 0,1073 5
"5 1/2 5,25
0,2504 2 1/2 "3 1/23
0,1431
11/2 "2
1,75 0,0834 11/2 "2
1,75 0,0834 5
"5 1/2 5,25
0,2504 3
" 3 1/2 3.25 0,1548
Junio
11/2 "2
1.75 0,0834 11/2 "2
1,75 0,0834 5
"5 1/2 5,25
0,2504 3
" 3 1/2 3,25 0,1548
1 1/2 "2
1,75 0,0834 2 1/2 " 3
2,75 0,1311 5
"5 1/2 5,25
0,2504 3
" 3 1/2 3,25 0,1548
Julio
11/2"2·
1,75 0,0834 2 1/2 " 3
2,75 0,1311 5
"5 1/2 5,25
0,2504 3
" 3 1/2 3,25 0,1548

Cuadro N!! 14. Cotizaciones quincenales de las menudencias congeladas de vacuno (ox frozen offals)
por libra en el mercado de Smithfield
(En peniques y en pesos papel, al cambio par)
Ox Sweet Fread
eooked Tripe
eaul fat
Beef Kidneys Knobs
Fecha
En$
Enchel. Enpen En$
En peniques
En$
En peniques
En$
En peniques
1922
papel
papel
papel
papel
(')
Precios
Prom. e.par Precios 1 Prom. e.par
Precios 1 Prom. e.par
Precios !Prom. e.par
!
Enero
1/6 a 1/9
19,50 0,9301 3 a 4
3,50
0,1669

-
-
-
-
-
Febrero
~
1/6 " 1/9
19,50 0,9301 3 "4
3,50
0,1669 3
a 31/2 3,25
0,1550
Marzo
1/6 " 1/9
19,50 0,9301 3 "4
3,50
0,1669 3
a 31/2 3,25
0,1550
;
1/3 " 1/6
18,50 0,8824 2 " 3
2,50
0,1192 3 1/2 "4 1/2 4,00
0,1908 4 a5
4,50 0,2146
Abril
1/3 " 1/6
18,50 0,8824 2 "3
2,50
0,1192 3 1/2 "41/2 4,00
0,1908 5 "5 1/2
5,25 0,2504
1/3 " 1/6
18,50 0,8824 2 " 3
2,50
0,1192 3 1/2 "41/2 4,00
0,1908 5 "5 1/2
5,25 0,2504
Mayo
1/3 " 1/6
18,50 0,8824 2 " 3
2,50
0,1192 3 1/2 "4 1/2 4,00
0,1908 5 " 5 1/2
5,25 0,2504
1/4 "1/6
17
0,81()1) 2 "2 1/2 2,25
0,1073 4 1/2 " 5
4,75
0,2245 6 " 6 1/2
6,25 0,2981
Junio
1/4 " 1/6
17
0,81 ()1) 2 " 2 1/2 2,25
0,1073 4 1/2 " 5
4,75
0,2245 6 " 6 1/2
6,25 0,2981
1/4 "1/6
17
0,81()1) 2 "2 1/2 2,25
0,1073 4 1/2 " 5
4,75
0,2245 6 " 6 1/2
6,25 0,2981
Julio
1/4 "1/6
17
0,81 ()1) 2 " 2 1/2 2,25
0,1073 4 1/2 "5
4,75
0,2245 6 " 6 1/2
6,25 0,2981
Si

274
RAÚL PREBISCH
se nota un descenso medio de 42,2% entre los promedios de Liniers, a saber$ 201,97
y$ 136,80 respectivamente, los valores bajan en una proporción menor: 32,2%.
Puede además notarse que el margen entre una y otra línea de cotizaciones es
sumamente inestable: se dilata y contrae sucesivamente y hasta llega a desaparecer. Así
la diferencia de cerca de$ 150 existente en marzo de 1921, se anula en octubre del
mismo año, para volver a dilatarse en seguida, desaparecer casi por completo en enero
y febrero de 1922, crecer de nuevo, y perder finalmente su importancia en julio del año
en curso.
Para averiguar la entrada bruta que los frigoríficos obtienen por cada novillo chi-
lled faenado no bastan las cifras anteriores sobre las cotizaciones de la carne en
Smithfield. Pues es sabido que los grandes progresos de la técnica en esta industria han
permitido el aprovechamiento completo de todo el animal. Es así que a los precios de
la carne en Londres habrá que agregar los precios a que se venden los subproductos
obtenidos en el mismo proceso de preparación de aquélla. Para ello será necesario
contar con una tabla tan precisa como fuera posible de las proporciones y el peso de los
subproductos extraídos de cada novillo de 750 libras.
Por otra parte, de la suma anterior habrá que descontar los gastos de transporte del
novillo hasta el establecimiento, los de elaboración y el flete marítimo, seguro y otros
gastos que la carne elaborada tiene que soportar antes de llegar al mercado consumidor
de Smithfield. Y para hacer aun más completo el cálculo será preciso deducir además
la cuota de gastos generales de administración, y la de amortización e intereses sobre
el capital invertido en la planta fija, por cada animal faenado.
8. Cotizaciones de los principales subproductos
Con el fin de facilitar al investigador la tarea recién aludida, damos a conocer a
continuación la evolución de los precios de los principales subproductos.
Respecto al cuero, cuyo mercado, contrariamente al de la carne, se encuentra en
Buenos Aires, hemos tomado promedios quincenales de las cotizaciones que publica
semanalmente el "Boletín Oficial de la Bolsa de Comercio" de Buenos Aires; tales
cotizaciones de "cueros salados de frigoríficos" son "derechos pago's", por cien kilos
y en pesos oro. Para el sebo hemos tomado, de la misma fuente, los promedios
quincenales de las cotizaciones en Buenos Aires del "sebo vacuno de frigorífico",
derechos a cuenta del vendedor, por cien kilos peso neto, y en pesos oro.
Respecto a la grasa, transcribimos los promedios mensuales de sus precios en
Buenos Aires por cien kilos y en pesos oro, según información recibida directamente
de un establecimiento frigorífico.
De la Circular Weddel, varias veces citada, sacamos las cotizaciones quincenales
en Londres de los aceites y de la estearina.
Para el "aceite de patas" ( neats foot oil) registramos en las dos primeras columnas
del cuadro correspondiente sus precios en peniques y por galón; y en las dos últimas
los mismos precios por cien litros y expresados en pesos oro. En lo que se refiere a los
cuatro subproductos restantes en las dos primeras columnas apuntan a las cotizaciones

COMERCIO DE CARNE VACUNA
275
en peniques y por cwt; y en las dos últimas por cien kilos y en pesos oro. Las
cotizaciones tomadas comienzan recién en abril o mayo de 1921, época en que
reaparece la circular referida; adjuntamos el cuadro correspondiente Nº 11.
En los cuadros números 12, 13 y 14 registramos las cotizaciones quincenales por
libra en el mercado de Smithfield de una serie de menudencias congeladas ( ox frozen
offals) a partir de enero de 1922. Fueron tomadas en chelines o peniques, en su caso,
del Meat Trade Journal, y reducidas a pesos papel al cambio par.
Por último, de la misma fuente anterior, hemos tomado las cotizaciones en Londres
de siete subproductos de gran aplicación en la industria unos, y en la agricultura como
abonos, otros, y formado con ellos el cuadro Nº 15.
CuadroN2 15
Hueso molido
Huesos (Bones)
(Bone meal)
Canilla (Knuckie) Pezuña (Hoofs)
Fecha
p. ton.
por ton.
p. ton,
p. ton.
En! 1 En$p.
En! 1 En$p. En! 1 En$p.
En! 1 En$p.
Abril
5,lOs
62,97
6,lOs
62,97
6,lOs
62,97
8,lOs
97,32
Mayo
5,lOs
62,97
7,5 s
83,01
6,lOs
62,97
9,0 s 103,05
Junio
5,lOs
62,97
7,15s
85,87
6,15s
77,28
11,0 s 125,95
Julio
6,7 s
72,70
8,0 s
91,60
7,0 s
80,15
11,0 s 125,95
Sangre seca
Residuo de grasas (Tankage)
Cuernos (Horns)
(Dried Blood)
Fecha
por 100 onzas
por unidad de Por un. de amon. Por un. de fosfato
amoniaco
En chel 1 En $ p. En chel 1 En $ p. En chel 1 En $ p. En chel 1 En $ p.
Abril
3s.10d
2,19
15s.6d
8,87
15s
8,58
ls.3d
0,71
Mayo
4s. 3d
2,43
18s.
10,30
16s
9,15
ls.4d
0,76
Junio
5s. Od
2,86
16s.6d
9,44
16s
9,15
ls.3d
0,71
Julio
5s. 6d
3,14
19s.6d
11,16
16s.3d
9,30
ls.4d
0,76
11. CARNE VACUNA CONGELADA
1. Importancia relativa de esta carne
En las primeras páginas habíamos visto que el 63% de las carnes de toda clase
(vacuna y ovina, congelada y chilled) importadas en 1921 en el Reino Unido, estaba

Gráfico N!! 6. Subproductos: cotizaciones quincenales de los cueros lrig. 100 kg en Buenos Aires
!j
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60 -..~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--..
50
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i
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30
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20
~~~~-~~~~~b~~~~~-~~~~~b~
1921
1922

Gráfico Nº 7. Subproductos: cotizaciones quincenales del sebo vacuno (100 kg) en Buenos Aires
$oro
25
24
23
22
j
n
21
1
o
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o
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I
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~
17
16
15
14
Ene
Feb
Mar
Abr
May Jun
Jul
Ago
Set
Oct
Nov
Die
Ene
Feb Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Set
~
1921
1922
...,¡

Gráfico Nº 8. Subproductos: cotizaciones quincenales de la estearina (100 kg) en Londres
!:3
00
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50 -T~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~----.
40
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30
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20
10
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Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago Set
Oct
Nov
Die
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Set
Oct
Nov
Dk:
1921
1922

Grárico N• 5. Cotizaciones semanales de la carne vacun
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M•~~~~,C,,~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~.-n~~~~~~~~~~,.,.,.~~~~~~~~~~~~~~~~~~,,.,~~~~~~~~~~~

la carne vacuna chlDed en Smithfield y Liniers (750 libnui)
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'
Q.40
Prec!ios en Smitlifierd. camfiio reaÍ
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\\,
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'Pre~ios en Smifhfield, cambio p,ar
Precios en Liniers
1
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1
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A10&l 6ep. I GC'f. i NOiTiliTc.
11:f+.
__
----------------------+ '"----------------LAS PRECIOS EN UN REGIMEN DE COMPETENCIA-----------------...

COMERCIO DE CARNE VACUNA
279
constituido por carne vacuna congelada y chilled. En este conjunto las importaciones
de carne vacuna congelada alcanzaban alrededor del 73% y las de chilled el resto, a
saber: en las de 580 mil toneladas importadas, 430 mil (o sea 5.101 mil cuartos) eran
de congelada y 150 mil (o sea 1.883 mil cuartos) de chilled. También habíamos
anotado, al referirnos a la carne chilled, que la importancia relativa de cada ura de las
dos carnes vacunas en el conjunto de ambas, ha experimentado intensas variaciones en
los últimos años, como puede verse en el siguiente cuadro número 1:
Cuadro Nº l. Proporciones entre los cuartos de vacuno congelado chilled,
y el total de cuartos vacunos importados en el Reino Unido
Carne
Carne
Carne
Carne
Años
congelada%
chilled %
Años
congelada%
chilled %
1910
55,7
44,3
1916
74,5
22,5
1911
49,5
50,5
1917
77,0
23,0
1912
54,7
45,3
1918
98,0
2,0
1913
46,7
43,3
1919
98,6
1,4
1914
50,5
49,5
1920
90,4
9,6
1915
72,8
27,2
1921
73,1
26,0
En los años de guerra la carne vacuna congelada aumenta de importancia relativa
y llega a constituir en 1919 el 98% de la carne vacuna congelada y chilled importada.
Pero a partir de esa fecha pierde el terreno ganado a la chilled, hasta el punto que, en
el primer semestre del año en curso, sus importaciones apenas forman alrededor del
41 % del conjunto de las de vacuna congelada y chilled
2. lmportaciones y precios de esta carne en el mercado británico
en el período 1910-1921
En el cai;o de la carne chilled las variaciones en las cantidades importadas
representan muy bien el estado de la oferta en el mercado británico, debido a la
naturaleza especial de aquélla. No así en lo que se refiere a la carne congelada, cuya
conservación en las cámaras frigoríficas es físicamente ilimitada (aunque no económi-
camente, pasados ciertos limites, dada la inmovilización de capital y los gastos de
conservación que representa). De tal suerte que es posible una oferta reducida de esta
carne congelada, no obstante sus crecidas importaciones (sustraídas, en tal caso, al
mercado, por su depósito en las cámaras); y viceversa, pequeñas importaciones pueden
coincidir con grandes ofertas.

280
RAÚL PREBISCH
Anotamos este hecho para que sea tenido en cuenta al analizar el gráfico Nº 9 de
más adelante, que representa las variaciones de los números indicadores de las
importaciones anuales de cuartos vacunos congelados, en el Reino Unido y los de los
precios al por mayor de la misma carne en Smithfield. Como esta carne proviene de
varias fuentes de importancia y sus precios son distintos. según sea su procedencia,
además de las cotizaciones de la carne sudamericana. se ha considerado las de las
carnes australianas y neozelandesas y "ponderado" -conforme al procedimiento ya
conocido- el promedio anual de cada una de ellas, según la importancia relativa de
la carne que representaban en el conjunto. De este modo se ha calculado una serie de
números indicadores ponderados de las cotizaciones de la carne congelada en el
mercado de Smithfield, según puede verse en los cuadros Nº 2, 3, 4 y 5. Tanto para éstos
como para los correspondientes a las importaciones, se ha tomado como base las cifras
del año 1913.
Cuadro Nº 2. Promedios anuales de las cotizaciones de la carne congelada en
Smithfield, y números indicadores correspondientes
1
2
3
4
Cotizaciones de la libra de C.
Números
IProporciones de Producto de los
Años
congelada argent.
indicadores la congelación
precios (2)
(En peniques)
de los precios arg. en total de por las propor-
C. delan-1 C. tra- J Prome-
de la cong.
cong. vac.
ciones (3)
teros
seros
dio
arg.
import.
1902
1903
3 1/8
41/8
3.625
97
1904
2 5/8
3 3/8
3.000
80
1905
2 5/8
3 1/4
2.937
78
1906
2 5/8
3 3/8
3.000
80
1907
2 7/8
3 4/8
2.250
87
1908
3
3 3/4
3.375
90
1909
2 3/4
3 1/4
3.000
80
1910
3
3 3/4
3.375
9()
56.5
5.085
1911
2 3/4
3 3/4
3.250
87
63,8
5.550
1912
3 1/4
3 7/8
3.562
95
58,6
5.567
1913
3 3/8
4 1/8
3.750
100
40.5
4.050
1914
4 5/8
5 1/4
4.937
132
29,1
3.841
1915
6 1/4
7 1/4
6.750
180
52,9
9.522
1916
1917
1918
11
14
12.500
333
24,9
9.790
1919
101/8
13 5/8
11.875
317
57,7
18.290,9
1920
8 3/8
12 1/4
11.875
275
64,8
17.820
1921
5 5/8
9 1/8
7.375
197
53,8
10.598,6

COMERCIO DE CARNE VACUNA
281
Entre la línea delgada del gráfico, que representa los números indicadores de los
precios, y la gruesa, la de las importaciones, no se nota la relación persistente que
averiguamos en el mercado de carnechilled. Es así que en el período 1910-1913 lalí-
nea de los precios asciende, baje o suba la de las importaciones. En 1913 y en los años
de guerra, hasta el 16, sea por la característica ya anotada de la carne congelada (que
podía almacenarse y no entregarse al mercado), sea por la gran demanda de la misma
o por el contralor del gobierno británico, los precios suben acentuadamente, no
obstante el mayor volumen de las importaciones. Para los años 1916 y 1917 no hemos
conseguido promedios anuales de las cotizaciones, pero se sabe que su marcha ha sido
ascendente hasta el año 1918. En tal caso, la evolución de los precios en ese período
corresponde a un pronunciado descenso de las importaciones. Pero entre 1917 y 1918
crecen de nuevo éstas y también aquéllos, y entre 1918 y 1919 descienden uno y otro
Cuadro Nº 3. Promedios anuales de las cotizaciones de la carne congelada
australiana en Smithfield, y números indicadores correspondientes
1
2
3
4
Cotizaciones de la libra de C.
Números Proporciones de Producto de los
congelada austr.
indicadores la congelación
precios (2)
Años
(En peniques)
de los precios aust. en el total por las propor-
C. delan-J C. tra- J Prome-
de la cong.
de cong. vac.
dones (3)
teros
seros
dio
austr.
import.
1902
4 1/8
1903
2 1/2
3 3/8
2.937
78
1904
2 1/4
3 1/8
2.687
72
1905
2 3/8
3
2.687
72
1906
2 3/8
3
2.687
72
1907
2 3/8
3 5/8
3.000
80
1908
3
3 3/4
3.375
90
1909
21/2
3 1/2
3.000
80
1910
3
3 5/8
3.312
88
22,5
1.980
1911
2 1/2
3 5/8
3.625
97
23,5
2.279
1912
3 1/8
3 3/4
3.457
92
27,1
2.493,2
1913
3 3/8
41/8
3.750
100
41,4
4.140
1914
4 5/8
5 3/8
5.000
133
42,2
5.612,6
1915
6 1/2
7 1/8
6.812
182
28,0
5.696
1916
1917
1918
1919
1920
8 3/8
11 7/8
10.125
270
40
2.706
1921
4 7/8
6 3/8
5.750
153
21,6
6,304,8

282
RAÚL PREBISCH
factor. Recién entre 1919 y 1920, a un ascenso en las importaciones corresponde un
descenso en los precios. Sin embargo, entre 1920 y 1921, los precios continúan
bajando, no obstante que las importaciones permanecen más o menos estacionarias
(recuérdese que mientras asciende ligeramente el número de cuartos importados,
desciende en un 2. 7 % el de toneladas importadas). Es que, como ya hemos visto en la
parte primera, la depreciación de la carne congelada parece deberse a la disminución
sobrevenida en el valor económico de su demanda, en beneficio de la carne vacuna
chilled.
Por lo tanto, en lo que a la carne que consideramos se refiere -y en el período
estudiado- la correlación entre precios e importaciones es unas veces indirecta y otras
inversa; de tal suerte, que no cabe suponer interdependencia entre ambos factores.
interdependencia que si existió virtualmente. su juego, en la práctica, se vio anulado
Cuadro Nº 4. Promedios anuales de las cotizaciones de carne congelada
neozelandesa en Smithfield, y números indicadores correspondientes
1
2
3
4
Cotiwciones de la libra de C.
Números
Proporciones de Producto de los
congelada neoz.
indicadores la congelación
precios (2)
Años
(En peniques)
de los precios arg. en el total por las propor-
C. delan-1 C. tra- 1 Prome-
de la cong.
de cong. vac.
ciones (3)
teros
seros
dio
arg.
import.
1902
1903
3 1/4
41/4
3.750
97
1904
2 3/4
3 7/8
3.312
85
1905
2 3/4
3 1/2
3.125
81
1906
2 7/8
3 5/8
3.250
84
1907
3
3 3/4
3.375
87
1908
3 1/4
3 7/8
3.562
92
1909
2 7/8
3 5/8
3.250
84
1910
3 1/4
3 7/8
3.562
92
14,5
1.334
1911
2 7/8
3 7/8
3.375
87
7,4
643,8
1912
3 1/4
41/4
3.750
97
5,8
562,6
1913
3 1/2
4 1/4
3.875
100
4,8
480
1914
45/8
5 5/8
5.125
132
28
3.696
1915
6 1/2
7 3/8
6.9375
179
11,8
2.112,2
1916
1917
1918
1919
1920
8 1/4
11 7/8
10.062
260
8,6
2.236
1921
4 5/8
6 5/8
5.625
145
10,9
1.580,5

COMERCIO DE CARNE VACUNA
283
Gráfico Nº 9. Números indicadores de las importaciones de
carne vacuna congelada en la Gran Bretaña, y
de sus precios en Smithfield.
Año base: 1913
350....,..~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
340
330
...... ,,
320
310
300
'
290
'
280
'
270
'
260
' \\
250
\\
240
\\
230
\\
220
\\
210
\\
200
\\
190
180
170
160
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
o-;-.......... .--..... ..,... ..................... .,... .............. ....,..--................ ....,. .......... ,_. .............. ....,,.... ..... ~
1910
1911
1912
1M3
1M4
1M5
1M6
1M7
1M8
1M9
1920
1921
1922
importaciones anuales
Gran Bretaña
precios promedios anuales
en Smithfield

284
RAÚL PREBISCH
por el de otras fuerzas más poderosas (intensidad de la demanda, contralor oficial,
etcétera).
Cuadro Nº 5. Números indicadores simples de las importaciones de carne
vacuna congelada en el Reino Unido, y ponderados
de sus cotizaciones anuales
Años
lmport.
Precios
Años
Import.
Precios
11
1910
90
90
1916
227
1911
84
89
1917
116
1912
103
94
1918
149
333
1913
100
100
1919
140
317
1914
116
132
1920
183
273
1915
156
180
1921
195
179
3. Procedencia de las importaciones en el período 1910-1921
Como puede verse en los cuadros Nros. 6 y 7, de los 5.101 mil cuartos vacunos
congelados importados en 1921 en el Reino Unido, para el consumo de su mercado,
más de la mitad-el 53,8%-o sean 2.747 mil, procedían de nuestro país; 1.104 mil,
o sea el 21,6%, de Australia; 559 mil, o sea el 10,9% de Nueva Zelandia; 25 mil de
Norteamérica y el resto, 664 mil de Uruguay, Brasil, Venezuela, etcétera.
Cuadro Nº 6. Importaciones anuales de cuartos vacunos congelados
Uruguay
Años Argentina
Australia N.Zelandia Norteamérica
Brasil
Total
Ven.
1902
488.876
43.609
153.536
686.021
1903
565.642
45.587
91.994
703.223
1904
789.109
46.537
104.467
940.113
1905
1.152.051
10.276
89.463
16.082
1.267.872
1906
1.298.438
13.112
121.858
16.265
1.449.673
1907
1.265.439
73.117
220.162
55.671
1.614.389
1908
1.447.365
75.800
179.002
85.992
1.788.159
1909
1.491.368
268.257
297.328
98.717
2.155.670
1910
1.336.757
533.398
344.048
148.084
2.362.487

COMERCIO DE CARNE VACUNA
285
Cuadro Nº 6 (continuación)
Uruguay
Años
Argentina
Australia N.Zelandia Norteamérica
Brasil
Total
Ven.
1911
1.410.159
520.073
165.474
112.689
2.208.395
1912
1.580.644
732.834
157.850
225.419
2.696.747
1913
1.060.312
1.084.832
126.750
345.030
2.616.924
1914
852.612
1.236.466
321.784
55.307
456.256
2.922.425
1915
2.154.254
1.143.779
482.232
214.932
74.239
4.069.436
1916
1.678.583
591.998
639.684
327.233
82.178
3.319.676
1917
848.027
1.028.888
557.146
435.528
159.125
3.028.714
1918
1.150.523
210.859
223.906
2.043.401
282.545
3.911.234
1919
2.116.118
604.643
310.757
247.432
382.331
3.661.281
1920
3.120.820
483.076
418.002
59.910
727.207
4.809.015
1921
2.747.049
1.104.317
559.711
25.347
664.741
5.101.165
Cuadro Nº 7. Proporciones en que los principales países exportadores de carne
vacuna congelada concurren en el mercado británico, 1920-1921
Años
Argentina
Australia
N. Zelandia
%
%
%
1910
56,5
22,5
14,5
1911
63,8
23,5
7,4
1912
58,6
27,l
5,8
1913
40,5
41,4
4,8
1914
29,1
42,2
28,0
1915
52,9
28,0
11,8
1916
50,5
17,8
19,2
1917
28,0
33,9
18,3
1918
29,4
5,3
7,9
1919
57,7
16,4
8,4
1920
64,8
10,0
8,6
1921
53,8
21,6
10,9
La Argentina ocupa, por consiguiente, en el mercado británico de carne vacuna
congelada, una posición tan o más importante que todos los demás países juntos que
concurren a ese mercado. Ello puede apreciarse en el gráfico Nº 10 sobre las
importaciones de carne vacuna congelada en el Reino Unido, en que hemos represen-

286
RAÚL PREBISCH
tado las de nuestro país por la superficie en blanco. superficie que se destaca vivamente
por su importancia en el conjunto ascendente de las importaciones, salvo en algunos
años de excepción. En efecto, de los doce años considerados, 1910-1921, sólo en cuatro
la proporción argentina baja del 50%, como puede observarse en el cuadro; en el resto
pasa de esa cifra y aún del 60%: de tal modo, que el promedio del período gira en tomo
del 50%.
Siguen después de nuestro país, con una proporción importante, Australia y Nueva
Zelandia, cuyas carnes, en el mercado británico, en los últimos años y en lo presente,
se cotizan a precios inferiores a la carne vacuna sudamericana. Hecho tanto más
significativo para nuestro país, cuanto que, aquellos países, antes de la guerra y en sus
primeros años, obtenían para sus carnes vacunas congeladas precios más elevados que
las nuestras. Así, como puede observarse en los cuadros anteriores, Nº 2, 3 y 4, mientras
que en 1913 el promedio de la cotización de la carne vacuna congelada sudamericana
era apenas de 2 peniques 937 milésimos por libra, el de la australiana y neozelandesa
era de 3.625 y 3.750, respectivamente. En 1921, por el contrario, en tanto que la
congelada argentina se cotizaba a 7.375, las australiana y neozelandesa apenas
obtenían 5.150 y 5.625, respectivamente.
Sobre estas desventajas, en frente a nuestras carnes. las de Australia unen las de
pagar fletes marítimos más altos hasta el mercado británico. En efecto, en el Anuario
W eddel,
de 1921, ya citado, página 1 O, puede verse que por libra de carne congelada
los fletes corrientes son de 1 penique para la carne argentina, de 1 penique 3/8 para la
australiana y de 1 3/8 más 2 1/2% de aumento para la neozelandesa. Es decir, que la
Argentina tiene una ventaja de 3/8 a 3/4 de penique por libra de carne transportada,
mientras en 1913 aquélla apenas alcanzaba de 1/8 a 1/4.
4. Tendencias actuales de las importaciones y precios
Ya en la parte primera habíamos dicho que las importaciones de carne vacuna
congelada, en el Reino Unido, habían descendido de 2.991 mil cuartos en el primer
semestre de 1921a1.l 19milenigualperíododelañoencurso,oseaen un62,5% (véase
cuadro Nº 8). A pesar de ello, los precios continuaron bajando, como puede observarse
en el adjunto gráfico número 11. En él se han trazado líneas que representan las
variaciones mensuales de los números indicadores de los precios de la carne vacuna
congelada sudamericana (línea delgada), que reflejan más o menos las de toda la carne
vacuna congelada: la de los cuartos sudamericanos importados mensualmente (línea
gruesa), y las del total de cuartos vacunos congelados importados cada mes (Véase
cuadro Nº 9).
Puede notarse en esas líneas que al aumento o disminución periódica de las
importaciones sudamericanas o de las totales, corresponde indistintamente un ascenso
o descenso en los precios, sin ninguna relación estable, y que, en general, en todo el
período observado, descienden ambos factores a la vez. En la carne chilled, como se
recordará, existía una relación inversa entre precios e importaciones, tanto en cortos
períodos cuanto en la tendencia general de unos y otros. Cabe también recordar que,

COMERCIO DE CARNE VACUNA
287
Cuadro Nº 8. Importaciones periódicas de cuartos vacunos congelados,
en el Reino Unido, 1921-1922
1921
1922
Enero a enero
373.483
280.340
a febrero
903.252
471.548
a marzo
1.481.994
645.941
a abril
2.123.129
829.833
a mayo
2.672.956
962.075
a junio
2.991.522
1.119.298
a julio
3.459.945
a agosto
3.836.742
a septiembre
4.105.137
a octubre
4.418.789
a noviembre
4.743.453
a diciembre
5.116.144
en 1 al ensayar la explicación de estos hechos, habíamos expresado que la baja de los
precios de la carne congelada, en el primer semestre de este año. a pesar de la
disminución de las importaciones, parecía deberse al decrecimiento en el valor
económico de su demanda, tal como en el año anterior.
5. Marcha de los valores de la carne vacuna congelada, en el mercado
de Smithfield y en el de Liniers
Para comparar la marcha de los valores en el mercado británico y el nuestro,
adoptamos el mismo procedimiento y las mismas fuentes de información que en el caso
de la carne chilled; sólo que hemos considerado un peso medio de 700 libras, carne
limpia, en el novillo ·'mestizo gordo para frigorífico". tomado como base estable de
cálculo, en lugar de las 750 libras, del novillo '"mestizo especial para frigorífico",
adoptado anteriormente.
Así hemos formado los adjuntos cuadros estadísticos Nos. 1 O y 11, con cuyos datos
trazamos las líneas del gráfico Nº 12. La línea gruesa superior representa las variacio-
nes semanales del precio de 700 libras de carne vacuna congelada, en Smithfield, en
pesos papel y al cambio del día; la línea delgada las mismas variaciones, pero
expresadas al cambio par, y la superficie rayada comprendida entre ambas, la pérdida
o ganancia de los frigoríficos en el cambio. Comparando a simple vista la marcha de
estas líneas con las correspondientes a la carne vacuna chilled. puede notarse que estas
últimas son mucho más irregulares en sus oscilaciones: hay en ellas una serie continua

288
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 10. Importaciones anuales de cuartos vacunos congelados
en el Reino Unido, 1902-1921

Cuadro N11 9. Importaciones mensuales de cuartos vacunos congelados, en el Reino Unido,
1921-1922, y su procedencia
Sudamérica
Australia
Nueva Zelandia
Otros países
Totales
Meses
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1921
1922
1
1
1
1
1
('.)
Enero
292.134
176.470
55.853
39.756
-
63.858
25.496
256
373.483
280.340
!
Febrero
433.294
126.515
52.654
52.037
43.821
12.656
-
-
529.769
191.208
Marzo
447.802
145.197
117.280
16.512
12.151
10.684
1.309
-
578.742
174.393
ª
Abril
471.959
124.111
113.958
38.894
57.500
20.887
718
-
641.135
183.892
r;?
Mayo
370.640
85.886
39.277
34.416
137.287
10.450
2.623
1.490
549.827
132.242
i
Junio
192.227
122.267
112.071
28.244
12.653
5.840
1.615
872
318.566
157.223
~
Julio
230.803
-
107.514
-
129.136
-
970
-
468.423
~
Agosto
225.355
-
129.171
-
22.019
-
252
-
376.797
Septiembre
94.914
-
155.030
-
17.725
-
726
-
268.395
Octubre
225.865
-
62.693
-
23.994
-
1.100
-
313.652
Noviembre
171.862
-
98.442
-
54.984
-
1.376
-
326.664
Diciembre
254.935
-
60.374
-
51.441
-
3.941
-
370.691
~

290
RAÚL PREBISCH
Gráfico N2 11. Números indicadores de las importaciones totales de
carne vacuna congelada en la Gran Bretaña, de las importaciones
sudamericanas y de sus precios en Smithfield
Año base: 1913
N.I.
400 -..~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
.......
390
380
370
360
350
340
330
320
310
300
290
280
270
260
250
240
230
220
210
200
190
180
170
160
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
o-+~..-..--.-....
--. ...... ..-...... ..,.. ..... --.~_...,.... .... ....,.....,~,....,....-.-..... --.~.,....,....~
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Die Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Die
Importaciones totales de carne vacuna
congelada de Gran Bretaña
Importaciones sudamericanas
Precios en Smithfield de las
importaciones sudamericanas

COMERCIO DE CARNE VACUNA
291
Cuadro N!! 9 bis. Números indicadores de las importaciones mensuales de
carne vacuna congelada, en el Reino Unido, y de los precios de la misma
(Base de los números indicadores -
Promedios de los S primeros meses de 1922)
Imports.
Imports. de
Promedios
Números
Números
Números
totales de
cuartos vac.
mens. de los
Meses
indica-
indica-
indica-
cuartos vac.
congelados
precios car-
dores
dores
dores
congelados
de Sudam.
ne congel.
Enero
373.483
200,2
292.134
223,9
10.000
232,9.
Febrero
529,769
284,0
433.294
332,2
9.875
230,0
Marzo
578.742
310,2
447.802
343,3
9.125
212,6
Abril
641.135
343,7
471.959
361,8
7.225
168,3
Mayo
549.827
294,7
370.640
.284,1
6.406
149,2
Junio
318.566
170,8
192.227
147,4
6.593
153,6
Julio
468.423
251,0
230.803
176,9
6.662
155,2
Agosto
376.797
202,0
225.355
172,8
6.812
158,7
Septiembre
268.395
144,0
94.914
72,8
7.075
164,8
Octubre
313.652
168,1
225.865
173,14
6.343
147,8
Noviembre
326.664
175,l
171.862
131,74
5.906
137,6
Diciembre
370.691
198,7
254.935
195,4
5.325
124,0
Enero
280.340
150,3
176.470
135,3
4.560
106,2
Febrero
191.208
102,5
126.515
97,0
4.171
97,2
Marzo
174.393
93,5
147.197
112,8
3.999
93,2
Abril
183.892
98,6
124.111
95,1
4.203
97,9
Mayo
132.242
70,9
85.886
65,8
4.326
98,4
Junio
157.223
84,3
122.267
93,7
4.500
104,8
de alzas y bajas pronunciadas, que indican bien la gran sensibilidad de la carne chilled
en lo que a sus precios se refiere, sensibilidad mucho mayor a la que denota la carne
congelada.
Asimismo, el margen entre las líneas superiores y la línea inferior--que indica las
oscilaciones de un novillo de 700 libras para congelar en el mercado de Liniers-, es
relativamente más estable en esta carne que en la chilled, en la que se sucedían
alternativamente estrechamientos y expansiones.
Si consideramos la evolución de los valores en el mercado británico y en el nuestro
en los 18 meses transcurridos entre enero de 1921 y junio de 1922, comprobaremos que,
lo mismo que en lo que respecta a la carne chilled, el descenso medio de los precios fue
mayor en el primer mercado que en el segundo. Así mientras entre los promedios de
las cotizaciones por libra en Smithfield en el primer semestre de 1921, a saber, 8,165
peniques y el primer semestre del afio en curso, a saber, 4,298 hay un descenso de
4 7 ,36% entre los promedios de las cotizaciones de un novillo en Liniers, en los mismos
períodos, es decir,$ 0,2457 y$ 0,1545 respectivamente, la baja es de 37,11 %.

292
RAÚL PREBISCH
Cuadro N2 10. Cotizaciones de la carne congelada argentina
en el mercado de Smithfield
Cotización por libra
Valor de 700 libras de carne
Fecha
(En peniques)
C. Del.
C. Tras.
Prom.
En pen.
En papel
En papel
camb. par camb. real
1921
Enero
7
8
12
10
7.000
333,90
304
18
8
12
10
7.000
333,90
317,38
21
8
12
10
7.000
333,90
307,69
28
8
12
10
7.000
333,90
318,18
Febrero
4
8
12
10
7.000
333,90
318,18
11
8
12
10
7.000
333,90
325,50
18
8
12
10
7.000
333,90
321,39
25
7 1/2
111/2
9,50
6.650
317,20
308,44
Marzo
4
71/2
111/2
9,50
6.650
317,20
312,42
11
7 1/2
11 1/2
9,50
6.650
317,20
314,86
18
7
101/2
8,75
6.125
292,16
296.17
24
7
101/2
8,75
6.125
292,16
296.17
Abril
1
6
10
8
5.600
267,12
273,33
8
5 1/2
10
7,75
5.425
258,77
272,62
15
5
9 1/2
7,25
5.075
242,07
261,39
22
43/4
8 1/2
6,625
4.637,5
221,20
239,54
29
41/2
8 1/2
6,50
4.550
217,03
237,04
Mayo
6
4 1/2
8 1/2
6,50
4.550
217,03
255,33
13
41/4
8 1/2
6,375
4.462,5
212,86
248,80
20
41/4
8 1/2
6,375
4.462,5
212,86
237,68
27
4 1/4
8 1/2
6,375
4.462,5
212,86
220,47
Junio
3
41/2
8 1/2
6,500
4.550
217,03
233,69
10
41/2
8 3/4
6,625
4.637,5
221,20
223,49
17
4 1/2
8 3/4
6,625
4.637,5
221,20
239,20
24
41/2
8 3/4
6,625
4.637,5
221,20
239,54
Julio
l
4 3/8
9
6,812
4.768,4
227,45
248,41
8
45/8
9 1/8
6,875
4.812,5
229,55
252,89
15
41/2
9
6,750
4.725
225,38
247,86
22
4 1/4
8 3/4
6,500
4.550
217,03
239,09
29
4
8 3/4
6,375
4.462
212,83
229,17
Agosto
5
4
8 1/2
6,260
4.375
208,68
228,57
"
12
41/2
9
6,750
4.725
225,38
242,68
19
5
91/2
7,250
5.075
242,07
263,63
26
43/4
9 1/4
7,000
4.900
233,73
271,61
Septiembre
2
5
9 1/4
7,125
4.987,5
237,09
259,09
9
5 1/4
91/4
7,250
5.075
242,07
257,74

COMERCIO DE CARNE VACUNA
293
Cuadro N 11 10 (continuación)
Cotización por libra
Valor de 700 libras de carne
Fecha
(En peniques)
C. Del.
C. Tras.
Prom.
En peo.
En papel
En papel
carnb. par carnb. real
1921
Septiembre
16
5 1/4
91/4
7,250
5.075
242,07
262,88
23
5 1/4
91/8
7,125
4.987,5
237,90
253,30
30
43/4
8 1/2
6,625
4.637,5
221,20
224,84
Octubre
7
4 3/4
8 1/2
6,625
4.637,5
220,20
224,25
14
4 3/4
7 3/4
6,250
4.375
208,68
224,70
21
5
7 1/2
6,250
4.375
208,68
224,70
28
43/4
7 3/4
6,250
4.375
208,68
222,81
Noviembre
4
5
6 3/8
5,875
4.112,5
196,16
269,41
11
5
6 3/4
5,875
4.112,5
196,16
208,86
18
5
7
6,000
4.200
200,34
214,38
25
5
6 3/4
5,875
4.112,5
196,16
213,63
Diciembre
2
5
6 3/4
5,875
4.112,5
196,16
214,56
9
41/2
6 1/2
5,50
3.115
183,64
201,44
16
41/2
61/4
5,25
3.675
175,29
193,11
23
4
6
5,00
3.500
166,95
183,60
30
4
6
5,00
3.500
166,95
184,45
1922
Enero
6
3 1/2
6
4,75
3.325
158,60
175,23
13
3 1/2
5 1/2
4,50
3.150
150,25
166,00
20
3 3/4
5 1/4
4,50
3.150
150,25
164,34
27
3 3/4
5 1/4
4,50
3.150
150,25
156,05
Febrero
3
3 1/2
5
4,25
2.975
141,90
150,25
10
3 1/2
5
4,25
2.975
141,90
148,19
17
3 1/2
5
4,25
2.975
141,90
147,38
24
3 1/4
43/8
3,937
2.755,9
131,45
137,09
Marzo
3
3 1/4
43/4
4
2.800
133,56
137,93
10
3 1/4
43/8
3,937
2.755,9
131,45
136,90
17
3 1/4
4 3/4
4
2.800
133,56
141,41
24
3 3/8
4 3/4
4,062,5 2.873,7
135,64
142,83
31
3 1/4
43/8
4
2.800
133,56
137,96
Abril
7
3 3/8
43/8
4,062,5 2.843,7
135,64
146,96
13
3 1/2
5
4,250
2.975
141,90
153,45
21
3 1/2
5
4,250
2.975
141,90
154,54
28
31/2
5
4,250
2.975
141,90
152,54
Mayo
5
31/2
5
4,250
2.975
141,90
156,06
12
31/2
5
4,250
2.975
141,90
151,51

294
RAÚL PREBISCH
Cuadro N2 10 (continuación)
Cotización por libra
Valor de 700 libras de carne
Fecha
(En peniques)
C.DeL
C. Tras.
Prom. En pen.
En papel
En papel
camb. par camb. real
1922
Mayo
19
3 5/8
5 1/8
4,375
3.062,5
146,08
156,19
26
3 5/8
5 1/4
4,437,5 3.106,2
148,16
158.86
Junio
2
3 5/8
5 1/8
4,375
3.062,5
146,08
156,85
9
3 5/8
5 1/4
4,437,5 3.106,2
148,16
159,98
16
3 5/8
5 1/2
4,562,5 3.193,7
152,33
164,96
23
3 5/8
5 3/4
4,687,5 3.281,2
156,51
168,52
30
3 1/2
5 3/4
4,625
3.237,5
154,42
166,28
Julio
7
3 1/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
157,29
14
3 1/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
155,10
21
3 1/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
158,18
29
3 1/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
Agosto
4
31/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
156,85
11
3 1/4
5 1/2
4,375
3.062,5
146,08
158,18
Cuadro N11 ll. Cotizaciones de un novillo gordo, para congelar,
en el mercado de Liniers
~
Precio de un
Precio de un
Fecha
Por libra
novillo en pie
novillo de 700
( cotiz. reales)
Precios
Promedio
lbs. (cálculo)
1
1921
Enero
8
195 a210
29
a 29,50
29,25
204,75
15
185 "200
27,50 .. 28
27,75
194,25
22
185 "200
27
27
189
29
185 "200
27,50 " 28
27,75
194,25
Febrero
5
185 "200
28
.. 29
28,50
199,50
12
185 "200
28
28
196
19
180" 190
27
27
189
26
180" 190
26
.. 27
26,50
185,50
Marzo
5
180 "200
28
.. 29
28,50
199,50
12
180 "200
26
" 27
26,50
185,50
18
180 "200
26
26
182
25
Abril
2
180 "200
26
.. 27
26,50
185,50

COMERCIO DE CARNE VACUNA
295
Cuadro N11 11 (continuación)
Precio de un
Fecha
Por libra
Precio de un
novillo en pie
novillo de 700
1921
( cotiz. reales)
Precios
Promedio
lbs. (cálculo)
1
1921
Abril
9
180" 200
26
" 27
26,50
185,50
16
160" 180
25
"26
25,50
178,50
23
160 .. 180
24
" 25
24,50
171,50
30
160" 180
22
,, 23
22,50
157,50
Mayo
7
160" 180
21
" 22
21,50
150,50
14
160" 180
21
" 22
21,50
150,50
21
140" 150
18
.. 19
18,50
129,50
28
140" 150
18
" 19
18,50
129,50
Junio
4
150 .. 160
19
.. 20
19,50
136,50
11
150" 160
19
" 20
19,50
136,50
18
150" 160
20
20
140
24
150" 160
22
" 23
22,50
157,50
Julio
2
150" 160
17
" 19
18
126
8
150" 160
17
" 19
18
126
16
150" 160
17
" 19
18
126
23
150" 160
17
" 19
18
126
30
170" 180
19
" 21
20
140
Agosto
6
170" 180
19
" 21
20
140
13
180" 190
22
" 23
22,50
157,50
20
180" 190
22
" 23
22,50
157,50
27
180 .. 200
26
26
182
Septiembre
3
160" 170
22
" 23
22,50
157,50
10
160" 170
22
" 23
22.50
157,50
17
170" 190
24
24
168
24
160" 180
24
24
168
Octubre
1
160" 180
24
24
168
8
160" 180
23
23
161
15
150" 170
21
" 22
21,50
150,50
22
150" 170
22
" 23
22,50
157,50
29
150" 170
22
" 23
22,50
157,50
Noviembre
5
150" 170
22
22
154
12
150" 170
22
22
154
19
130" 150
15
" 16
15,50
108,50
26
120" 130
16
16
112
Diciembre
3
120" 130
16
16
112
10
120" 130
17
" 18
17,50
122,50
17
100" 120
15
" 16
15,50
108,50

296
RAÚL PREBISCH
Cuadro N11 11 (continuación)
Precio de un
Fecha
Por libra
Precio por un
novillo en pie
novillo de 700
(cotiz. reales)
Precios
Promedio
lbs. (cálculo)
1
1921
Diciembre
24
100 .. 120
15
" 16
15,50
108,50
31
120 .. 140
19
,, 20
19,50
136,50
1922
Enero
7
140 a 160
21
a 22
21,50
150,50
14
140" 160
19
,, 20
19,50
136,50
21
130,, 150
18
,, 19
18,50
129,50
28
130 .. 150
18
,, 19
18,50
129,50
Febrero
4
130 .. 150
16
,, 17
16,50
115,50
11
120,, 140
15
,, 16
15,50
108,50
18
120,, 140
15
,, 16
15,50
108,50
25
120,, 140
15
.. 16
15,50
108,50
Marzo
4
120,, 140
15
,, 16
15,50
108,50
11
110"125
14
,, 15
14,50
101,50
18
110" 125
15
,, 16
15,50
108,50
25
110" 125
15
15
105
Abril
1
110,, 125
14
,, 15
14,50
101,50
8
100,, 115
14
14
98
15
22
100 .. 115
14
,, 15
14,50
101,50
29
100" 120
14
,, 15
14,50
101,50
Mayo
6
100,, 120
12
.. 13
12,50
87,50
13
100,, 120
12
.. 13
12,50
87,50
20
100" 120
12
,, 13
12,50
87,50
27
110 .. 125
13
,, 14
13,50
94,50
Junio
3
125,, 140
15
,, 16
15,50
108,50
10
125 "140
14
,, 15
14,50
101,50
17
125,, 140
14
.. 15
14,50
101,50
24
125" 140
16
,, 17
16,50
115,50
Julio
1
125,, 140
17
.. 18
17,50
122,50
8
130" 150
18
,, 19
18,50
129,50
15
130,, 150
18
" 19
18,50
129,50
22
130,, 150
16
,, 17
16,50
115,50
29
135,, 150
18
.. 19
18,50
129,50
Agosto
5
135" 150
19
,, 20
19,50
136,50
,,
12
135,, 150
19
,, 20
19,50
136,50

COMERCIO DE CARNE VACUNA
297
111. CONSIDERACIONES GENERALES ACERCA DEL MERCADO BRITÁNICO
Después de haber analizado separadamente el comercio de carne vacuna chilled y
congelada, conviene abarcar en un vistazo de conjunto las características del mercado
británico de carnes. Es lo que a continuación hacemos, comenzando por la
1. Distribución de la producción mundial exportable de carnes
Ya hemos anotado que el mercado británico absorbe la mayor parte de la carne
vacuna y ovina (congelada y chilled) producida en el mundo entero para la exporta-
ción. Pero las proporciones en que lo hace, no han sido constantes en los últimos
tiempos, como puede verse por las siguientes cifras tomadas de diversos capítulos del
Anuario W eddel, ya citado.
Cuadro N!! l. Distribución de la producción mundial exportable de carnes
(toneladas inglesas)
Años
Producción
Importado
Proporciones
Importado por
mundial exp.
Reino Unido
el continente
1913
764.900
720.257
94%
1919
1.111.500
528.354
47%
1920
1.076.700
810.415
75%
300.000
1921
970.300
917.114
94%
86.000
En 1913 el Reino Unido consumía el 94% de la producción exportable. En los años
siguientes, de anormalidad, disminuyó esta proporción: en 1914, sobre una producción
exportable de 800.375 toneladas, sólo el 86% fue consumido en el Reino, y el resto,
105.948 toneladas, en otros mercados diferentes; en 1915, sobre 881.075 toneladas, el
75%; y así, hasta llegar a 1919, en que el mercado británico apenas consume el 47%
de la producción exportable. En 1920 esta proporción sube hasta el 75%; el resto es
importado por el continente europeo, que consume además algunos miles de toneladas
de carne de cerdo, por lo que la estadística le asigna una importación total de 300.000
toneladas (mayor que la diferencia entre la producción exportable y las importaciones
británicas, a saber, 266.285 toneladas): importación extraordinaria por su magnitud si
se le compara con las exiguas cantidades a que ascendía antes de la guerra. Refiriéndose
a ella, decía el Anuario Weddel de 1920: "No pueden predecirse las posibilidades de
esos nuevos mercados (los del continente) si se tiene en cuenta que han absorbido el
año último unas 300.000 toneladas, o sea el 30% del conjunto mundial, pero es
imposible admitir que esas demandas se establezcan bajo bases permanentes.
Son

298
RAÚL PREBISCH
todavía mercados oportunistas, influidos en mucha parte, antes por consideraciones
políticas, expuestas acontlicto, y por otras de orden económico, que por las dificultades
reales que se enlazan con los precios y los transportes." (pág. 6 de la edición cast.)
Los hechos acaecidos en 1921, justificaron aquella incertidumbre: el continente
apenas importó 86.000 toneladas (comprendida la carne porcina). es decir, menos de
la tercera parte de lo consumido el año anterior. Y el colapso de los mercados
continentales "produjo una oferta inesperada. y. hasta cierto punto. desproporciona-
da"11 en el mercado británico; las cifras lo comprueban: en 1921, se importaron 917
mil toneladas, contra 810 mil en el año anterior. De este modo el Reino Unido volvió
a recobrar el mismo lugar que le correspondía en 1913 en el consumo de las carnes
producidas para la exportación, a saber. el 94%.
2. Procedencia de las importaciones británicas de carne vacuna congelada y chilled
Ahora interesa conocer el lugar que cada uno de los países o regiones productoras
de carne exportable, ocupa en la oferta de carne importada en el mercado británico.
Téngase bien presente que las proporciones que hemos calculado, se refieren única-
mente a las carnes importadas, que, como ya sabemos. constituyen alrededor de la
mitad de las carnes disponibles para el consumo del Reino Unido.
Sobre la base de las cantidades de toneladas de carne importadas que publica el
Suplemento Nº l del Anuario Weddel de 1921, hemos formado el adjunto cuadro
estadístico, y calculado una serie de proporciones. Estas proporciones se refieren,
primero, a las cantidades parciales de carne vacuna y ovina congelada y chilled
procedentes de cada uno de los países o grupos de países considerados. en relación a
los totales de carne importada de la misma clase; segundo, a las cantidades parciales
de carne vacuna congelada y chilled, respecto a las totales.
Cuadro Nº 2. Proporciones en que los diversos países entran
en las importaciones de carne en el Reino Unido
Totales
Sudamérica
Años
Toda clase
1
Vacuna
Toda clase 1
Vacuna
Cantidades! Prop. 1 Cantidades 1 Proporciones
(1)
(2)
1913
720.257
460.064
447.355
62%
380.062
82%
72%
1919
528.354
326.453
280.579
53%
215.820
66%
58%
1920
810.415
487.704
434.172
54%
384.105
79%
67%
1921
917.414
578.331
533.636
58%'
441.112
76%
64%
" Anuario Wedde/, 1921, pág. 3 de la edición inglesa.

COMERCIO DE CARNE VACUNA
299
Australia
Nueva Zelandia
Norteamérica
Años
Toda clase
1
Vacuna
Toda clase 1
Vacuna
Vacuna
Cantid. 1 Prop. 1 Cantid. I Prop. Cantid. 1 Prop.j Cantid.j Prop. Prop. 1 Proporción
1913
150.666 21 %
67.373 14%
122.234 17% 12.208 3%
401 0,5% 1%
1919
67.044 13%
31.115 9%
121.209 23% 21.237 6%
58.281 11 % 18%
1920 154.743 19%
41.849 8%
197.305 24% 43.549 9%
18.201 2 % 4%
1921
104.732 11%
83.857 14%
263.665 29% 40.978 7%
12.384 1 % 2%
En este cuadro, en el que se ha omitido las cifras de poca importancia de algunos
países, puede verse que Sudamérica (Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela) entra con
sus carnes vacuna y ovina, congelada y chilled, en más de la mitad de las importaciones
de estas carnes en el mercado británico; le sigue en importancia Nueva Zelandia, que
ganó. en los últimos años, el segundo lugar, ocupado antes de la guerra por Australia
(que ahora ocupa el tercero); y, por último, en cuarto término, los países de Norteamé-
rica.
Si nos limitamos a la carne vacuna congelada y chilled solamente, constataremos
que las importaciones sudamericanas en el Reino Unido, giran en tomo a las tres cuartas
partes del total de las importaciones, como puede verse en la columna 1; en la siguiente
2, se ha calculado las mismas proporciones, pero sólo para las importaciones de carne
vacuna argentina, que constituyen a su vez más del 80% de las de sudamericana y
alrededor de los dos tercios de las importaciones totales de carne vacuna congelada y
chilled. Siguen en importancia, a Sudamérica en general y a nuestro país en particular,
Australia, Nueva Zelandia y Norteamérica, que se reparten, en orden decreciente, el
cuarto restante.
3. Cantidades y proporciones de las carnes absorbidas por el mercado de Smithfield
En repetidas ocasiones, en el curso de este trabajo, nos hemos referido a la
importancia del mercado de Smithfield, en el comercio de importación e interno de
carnes en el Reino Unido. Conviene, por lo tanto, conocer las cantidades y proporcio-
nes de carne, importada y de producción interna, absorbidas por este mercado para el
consumo del distrito de Londres. Con las cifras del Anuario Weddel hemos formado
el siguiente cuadro y calculado las respectivas proporciones.
En este cuadro puede verse que mientras en 1913 y 1920, el 79% de las carnes
(vacuna y ovina; congelada, chilled y fresca) vendidas en el mercado de Smithfield, era
carne importada, en 1921 esta proporción asciende hasta el 85 %; es decir, que sólo una
pequefia parte de la carne consumida en el distrito de Londres, es de producción interna.
Pero como las carnes de esta procedencia constituyen alrededor del 50% del total
disponible para el consumo del mercado bótánico, se comprenderá que en el resto del
Reino Unido (esto es, excluyendo Londres), ellas ocupan un lugar preponderante

300
RAÚL PREBISCH
Cuadro N~ 3. Cantidades y proporciones de las carnes absorbidas
en el mercado de Smithfield
1913
1920
1921
Pro p.
Pro p.
Pro p.
1921
Toneladas respecto Toneladas respecto Toneladas respecto
al total
al total
al total
Producción interna
78.043
21%
68.193
21%
53.559
15%
Importado
292.382
79%
257.225
79%
311.053
85%
Total
370.425 100%
325.418 100%
364.612 100%
enfrente a las importadas. Las carnes importadas negociadas en Smithfield, consti-
tuían, en 1913.el42% del totaldecarnesimportadasen todo el Reino; el 32%en 1920,
y el 34% en 1921; proporciones que, junto a las anteriores -que denotaban el aumento
relativo de la importancia de estas carnes en Smithfield- nos indican el hecho ya
conocido, del aumento del consumo de carnes importadas en el mercado británico. La
característica anterior del mercado londinense, se explica, según el Anuario Weddel de
1921 (pág. 9), en parte, por la escasez y los altos precios de las carnes de producción
interna, y en parte por el elevado costo del transporte ferroviario desde los centros de
producción hasta Londres, costo elevado que absorbe gran parte de la ventaja de precio
que tales carnes tienen en Smithfield sobre las importadas.
De las 257 .225 y 311.053 toneladas de carnes (vacuna y ovina; congelada y chilled)
importadas en 1920 y 1921 para el mercado de Smithfield, 138.067 y 172.570, eran de
carne vacuna, de las que, a su vez, 118.059 y 143.798, procedían de Sudamérica, cifras
que, relacionadas a las importaciones totales de carne vacuna congelada y chilled en
el Reino Unido, nos indican que el 28% y 30% de éstas se consumen en el distrito de
Londres, y que, a su vez, el 85% y 78%, respectivamente, de este consumo, está
constituido por carne vacuna sudamericana.
4. Situaci6n econ6mica general del Reino Unido
Dos años después del armisticio, en la segunda mitad del año 1920, comienza en
el Reino Unido una intensa crisis económica, simultánea al colapso de los mercados
orientales y americanos, en que se colocaba gran parte de lm; exportaciones británicas,
y al fracaso de la reconstrucción financiera y económica de Europa.
No es este el lugar para ocupamos de esta crisis; pero se han presentado en ella
hechos que, de no conocerlos, estrecháramos demasiado el marco de este estudio.
Haremos, por lo tanto, una breve revista de ellos:

COMERCIO DE CARNE VACUNA
301
a) El nivel general de los precios.-El descenso de los valores, como en toda crisis,
ha sido general, como puede verse por los siguientes números indicadores de los
precios en general al por mayor, calculados por la acreditada revista inglesa The Stati st.
En frente a ellos agregamos, con fines comparativos, los números indicadores de los
precios al por mayor de la carne vacuna en el mercado de Smithfield, que hemos
calculado combinando los números indicadores de la carne chilled y los de la conge-
lada (que el lector ya conoce), después de haber "ponderado" cada serie, según la im-
portancia relativa de las importaciones de la carne vacuna a que corresponden.
Números indicadores
Años
Precios al por
Precios de la carne
mayor
vacuna
1913
100
100
1914
98
124
1915
127
131
1916
160
1917
206
1918
226
333
1919
242
317
1920
295
269
1921
188
184
El nivel general de los precios comienza su descenso a fines de 1920, y si el número
indicador registra un aumento en ese afio con relación al anterior, se debe a que la subida
de los precios en los primeros meses sobrepasa a la baja de los últimos. Los precios de
la carne, en cambio, principian a descender en 1919 del nivel, más alto que el general,
a que habían ascendido en los aflos anteriores (mientras el máximo de estos precios fue,
en números indicados, 333 (1918), el de los precios en general fue 295 (1920). En el
afio pasado, ambos números indicadores descienden más o menos al mismo nivel.
b) Monto pagado en salarios.- La crisis económica trajo consigo una intensa
desocupación. Según el Ministerio de Trabajo del Reino Unido, mientras en 1913 el
número de personas sin trabajo ascendía sólo a 500.000, en los primeros meses de este
afio giraba alrededor de 2.000.000. Junto a la baja de los precios por una parte, y a la
desocupación, por otra, ha sobrevenido el descenso del monto pagado por salarios, y
del poder adquisitivo de los mismos, a saber, los salarios "reales". Según las estima-
ciones de la publicación oficial Labour Gazette12 de junio pasado, el monto de los
12
Citado por V. A. Hobson en "Britain Economic Outlook on Europe", Journal o/ Political
Economy, agosto de 1922, pág. 469.

302
RAÚL PREBISCH
salarios pagados en lo que corre de este año, es menor en f 2.400.000, semanales, a lo
pagado en el año anterior. Y de acuerdo a los números indicadores del costo de la vida
de la clase trabajadora, calculados por el Board ofTrade, los salarios "reales'' de Jos
obreros calificados y no calificados. han descendido un poco bajo el nivel de
anteguerra. Ambos datos nos indican que la potencia adquisitiva de Ja clase trabajadora
británica ha menguado en los últimos tiempos.
c) Valor económico de algunos consumos.- Habíamos visto que el valor econó-
mico del consumo de la carne vacuna importada en el mercado británico se redujo en
el primer semestre del año en curso con respecto a igual período del año anterior. Las
últimas estadísticas del Board of Trade, que transcribimos a continuación, nos
muestran que otros consumos importantes no se han sustraído a la misma evolución
retrógrada.
CuadroNº4
Carne ovina
Carne porcina
Manteca
Cwt. Im •
Valor !
Cwt.Im. Valor!
Cwt. Im .
Valor !
Primer
semestre
de 1921
3.628.462 16.320.255
301.261
1.912.442
2.833.641
23.714.352
Primer
semestre
de 1922
3.209.383
12.123.584
325.351
1.587.543
2.809.487
16.617.481
En la carne porcina. no obstante haber aumentado el número de cwts. importados,
su valor económico desciende. Las cantidades de carne ovina y de manteca disminu-
yen, pero mucho mayor es la proporción en que bajan sus respectivos valores
económicos (más para la manteca que para la carne ovina). Es así que estos últimos,
en conjunto, descienden de f41.947 .049 en el primer semestre de 1921, a f 30.328.808
en igual período del año en curso.
NOTA FINAL SOBRE ESTE PRIMER INFORME
No se ha pretendido en este informe sentar conclusiones generales, a más de las
parciales que surgen en su curso. Si ellas han de ser objetivas y de clara comprobación
experimental, se desprenderán de un trabajo maduro, cuyos materiales básicos presen-

COMERCIO DE CARNE VACUNA
303
trunos, en parte, al estudioso. No es otro el objeto de estas páginas: dar a conocer, en
forma accesible y metódica, los hechos concretos, y establecer las normas a que ha de
ajustarse, en lo sucesivo, la información permanente sobre las mismas.

28
ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA*
l. EL ESTUDIO DEL COMERCIO DE CARNES
Cerca de dos años han transcurrido desde los comienzos de la intensa desvaloriza-
ción del ganado vacuno, sin que se haya tomado medida alguna de carácter positivo,
pese a la grita del gremio de hacendados y al diario repiqueteo de los proyectistas.
Es cierto que las demostraciones en que estos últimos apoyan los planes de acción
que sugieren insistentemente al gobierno, distan mucho de ser concluyentes: el análisis
objetivo de los hechos concretos cede el lugar, frecuentemente, a las afirmaciones
antojadizas y la vacía elocuencia, cuando no al manejo arbitrario de las estadísticas.
No es de extrañar, sin embargo. La gran simplicidad en que los ganaderos
argentinos han desarrollado siempre sus negocios, les despreocupó casi por completo
de la observación y estudio de las condiciones económicas en que se efectuaban. Ya
hace más de una década, al irrumpir los intereses norteamericanos en la industria
frigorífica del país, comenzó a plantearse la cuestión ganadera, si bien es cierto, en
términos inversos a los presentes. Y sólo algunos espíritus de clara penetración
lograron vislumbrar, entonces, las posibles proyecciones del nuevo problema con el
correr de los años. Es así que el ministro de Agricultura Lobos, proponía en aquel
tiempo la creación de una oficina permanente sobre el comercio de carnes, que
estudiaría las condiciones de nuestro mercado productor y de los centros consumido-
res, a la vez que reuniría toda suerte de informacion~s al respecto, informaciones cuya
falta comenzó a sentirse una vez iniciada la presente crisis. Como que los ganaderos
aprovechaban del rápido crecimiento en el valor de sus haciendas, debido a la fuerte
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 1 O, serie 11, Nº 17, diciembre de 1922, págs. 383-440.
El artículo está finnado y datado: "Raúl Prebisch, Ex director de Estadística de la Sociedad Rural Argentina.
Facultad de Ciencias Económicas, enero de 1921 ".Este último año es una errata y corresponde leer: 1923.
La posdata está fechada "Febrero 15 de 1923".

.ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
305
competencia de las nuevas empresas, no fijaron su atención en esta y otras medidas
previsoras, que pronto hubieron de olvidarse.1
De tal suerte que, años más tarde, al producirse el descenso de las cotizaciones del
ganado, era profundo el desconocimiento de los productores del país, del mercado
británico que absorbía casi la totalidad de las exportaciones de carne argentina. No fue
menor el descuido del gobierno en lo que se refiere al suministro de las informaciones
pertinentes; incapaz, la estadística rural, de ofrecer cifra alguna sobre el estado o la
evolución de los mercados consumidores de nuestras carnes, tampoco respondía-ni
responde aún- tan siquiera de un modo medianamente satisfactorio, a la necesidad de
conocer minuciosamente cómo se desenvuelven en la Argentina, la producción y el
comercio de carnes. Sin hablar del censo ganadero, la estadística permanente a cargo
del Ministerio de Agricultura -la compilación de cuyas cifras es sencillísima y sólo
requiere consagración y honestidad intelectual- está de tal modo plagada de aberra-
ciones, que su consulta, muchas veces induce a juicios falsos. (Siempre que esta
consulta sea posible, pues los vacíos son frecuentísimos, y el retardo en la elaboración
de los datos es crónico.)
A no ser esta imprevisión, la cuestión de los "packers" en los Estados Unidos, no
fuera una estruendosa novedad para nuestro gremio de hacendados. Cuatro años
después de haber aparecido el informe de la Federal Trade Commission, sobre la
industria frigorífica en aquel país, algunos fragmentos fueron difundidos recientemen-
te en el libro rojo. Y se han aceptado sin discusión alguna, todas las conclusiones del
informe, sin antes conocer las numerosas réplicas que ha levantado.2
Explicable el desconocimiento de los mercados consumidores, no se puede
concebir, empero, que el informe citado nos haya venido a enseñar lo que en nuestro
país se produjera en los años 1911-1914, cuando las empresas norteamericanas
conmovieran el comercio de carnes. Pero el hecho es que todas las revelaciones que ha-
ce la publicación oficial de los Estados Unidos sobre el "pool'' de las empresas, fueron
tomadas de un informe australiano sobre la industria frigorífica aparecido en 1915; y
este informe, a su vez, se basa en lo que expresa el Diario de Sesiones de nuestra
Cámara de Diputados: en la sesión del 25 de junio de 1913 el ministro de Agricultura
Mujica y algunos diputados, al referirse extensamente a nuestro comercio de carnes,
consignaron todos los hechos que el libro rojo expone con gran revuelo a nuestros
ganaderos.
Sin duda alguna, el estudio sereno y meditado del Informe de la Federal Trade
Commission, en toda su extensión, y de las críticas que ha levantado, constituye un
El mismo doctor Lobos, durante su decanato de la Facultad de Ciencias Económicas, y cuando la
crisis comenzaba a vislumbrarse, hizo un llamado a algunos poderosos ganaderos para que dotasen de
fondos a un Instituto de investigación pennanente del comercio de carnes, que funcionaría en el Seminario
de dicha Facultad. Al considerar la idiosincrasia pastoril, fácil es adivinar el resultado de esta iniciativa ...
Véase, por ejemplo, las aparecidas en diversos números de la revista de la Universidad de Harvard,
el Quarterly Journal of Economics, y del J ournal of Po/itical Economy, de la Universidad de Chicago.

306
RAÚL PREBISCH
aporte valioso para la investigación del problema ganadero en nuestro país. Sin
embargo, no es menos cierto que el conocimiento de lo sucedido en nuestro mercado
de carnes en época un tanto lejana y de la acción de los "packers" en los Estados Unidos,
apenas constituyen un aspecto de aquel problema. cuya importancia no exime de
abandonar el análisis de los fenómenos ocurridos en nuestro propio comercio de carnes
y en los últimos tiempos.
Sin embargo, algunos ganaderos parecen refractarios a este análisis. Convencidos
-como nosotros-de la existencia de un ''pool" entre los establecimientos frigorífi-
cos. le suponen con místicos contornos. Y la idea de una entidad omnipotente, capaz
de manejar los precios y torcer el comercio a su antojo, es mucho más accesible a la
simplista y aletargada mentalidad pastoril, que la explicación que fluye de los
fenómenos concretos. de suyo complejos.
En las presentes anotaciones hemos hilvanado, precisamente. algunas de las
observaciones que el estudio de tales fenómenos nos sugiriera durante nuestra breve
permanencia en la Sociedad Rural Argentina, a cargo de su Oficina de Estadística.
ll. EL DESCENSO DE LOS PRECIOS EN LA ÜRAN BRETAÑA
Hemos de ocuparnos, ante todo, de la evolución del mercado británico, que
consume, como es sabido, la mayor parte de las carnes argentinas; para estudiar, en
seguida, el comercio del ganado en nuestro mercado productor.
Baja de precios y mayor demanda
Es el año 1921 en que se produce la intensa desvalorización de las carnes en la Gran
Bretaña, reflejada en los precios al por mayor del mercado de Smithfield. Coincide, este
descenso, con un aumento de las importaciones de carne vacuna congelada y chilled,
con respecto al año anterior.
Es claro que tal aumento en las importaciones significa un crecimiento en el
consumo de carne en la Gran Bretaña; y este crecimiento es la inequívoca expresión
de una demanda más intensa. Así lo entiende el hacendado Pagés en su conferencia
sobre la crisis ganadera. Y nadie pretenderá negarlo: desde que los consumidores
compran más carne, mayor es la demanda de aquéllos pues que ninguna fuerza
coercitiva les obliga a proceder de este modo.
De acuerdo con el celebrado conferencista del Prince George's Hall sobre la
constatación de este acontecimiento. nuestra explicación de este último difiere sustan-
cialmente de la que él expresara.

ANOTACIONES SOBRE IA CRISIS GANADERA
307
De la exposición del señor Pagés3 se desprende que el aumento del consumo de
carne vacuna importada en el mercado británico -índice del acrecentamiento de la
demanda- y el descenso de las cotizaciones, son fenómenos que lógicamente se
excluyen en la práctica, o, en otros términos: desde que la demanda de carne es más
intensa, no se concibe la baja de los precios a que se vende.
A contrario sensu, si el consumo de un artículo disminuye, es porque, a su vez, la
demanda ha menguado; y, al suceder así, los precios bajan. No sospechara Adam
Smith. al exponer sistemáticamente por primera vez la teoría de los precios, la ley de
la oferta y la demanda, que, un siglo y medio más tarde, los economistas criollos ha-
bían de sustentar principios diametralmente opuestos ... 4
Como a pesar del raciocinio del señor Pagés, las cotizaciones de la carne vacuna
importada en el Mercado de Smithfield -que como es sabido, refleja la evolución de
todo el mercado británico- denotan un pronunciado descenso en el año 1921, el
poderoso hacendado sostiene que tales cotizaciones, producto de las innumerables
maniobras del trust de la carne, son completamente ficticias. Y para demostrarlo,
vuelve sobre lo que ya expresó anteriormente, a saber, que es inconcebible la baja de
los precios desde que la demanda y el consumo son más intensos ...
A la luz de la teoría y la práctica, la tesis del señor Pagés, en la forma absoluta en
que la expone, resulta deleznable. La primera, basada en la experiencia, nos enseña que
el juego de la oferta y la demanda, y su resultado, el precio, constituyen. en la realidad
concreta, una completa e inestable urdimbre de acciones y reacciones. Que la demanda
de un artículo y su consumo, sean más intensos, no significa siempre que los precios
hayan de subir. En un primer caso, dado un determinado nivel de cotizaciones y una
oferta invariable, si la demanda aumenta, y los otros factores permanecen los mismos,
dicho nivel ascenderá, es así que la mayor demanda trae consigo precios más altos. En
un segundo caso, para no abundar en otras hipótesis familiares en los textitos de
economía política, el descenso de los precios estimula la demanda, la hace más intensa;
en efecto, dado un determinado nivel de precios y una oferta creciente, y supuesto que
los otros factores permanezcan los mismos, para que los consumidores absorban mayor
cantidad del artículo considerado que lo que acostumbran, habrá que ofrecérselo a
precios más bajos; y tales precios más bajos son el acicate de una demanda más amplia
y profunda.
Publicación del Comité Nacional de Defensa de la Producción (Crisis ganadera argentina).
Conferencia dada en el Prince George's Hall el día lunes 30 de octubre de 1922, por el ingeniero Pedro l.
Pagés. Buenos Aires, Imprenta Gadola, Rivadavia 775. 1922.
Es de lamentar que el doctor Sáncbez Sorondo se haya impregnado tan fácilmente de esta fofa
argumentación. Al referirse a ia crisis ganadera en la sesión de diciembre 16 de 1922 de la Cámara de
Diputados, expresaba lo siguiente:
"Quiere decir entonces que no es exacto que tenga aquí su imperio la ley de la oferta y la demanda. Los
efectos de esta ley son bien conocidos: a mayor demanda mayor precio, a mayor oferta, menos precio. Aquí,
en el mercado ·argentino hemos tenido más demanda el año 1922, y hemos tenido menor precio el mismo
año 1922. Hay wia alteración profunda de las leyes económicas ... "

308
RAÚL PREBISCH
Pero es frente a la experiencia que debe colocarse la tesis del señor Pagés para
aquilatar la veracidad de su contenido. Con este propósito analizaremos la crisis de las
carnes en el mercado británico sobre la base de las estadísticas publicadas por la
Sociedad Rural Argentina5 a más de las recientemente conseguidas.
En el año 1921, la Gran Bretaña importó 580 mil toneladas (inglesas) de carne
vacuna congelada y chilled, lo que representa un aumento del 15 % sobre las 492 mil
importadas el año anterior. El valor económico a que se negoció esta carne, calculado
de acuerdo a los promedios de precios al por mayor en el mercado de Smithfield,
disminuyó, en cambio, en un 19 % -desde que descendió de f 47.159 a f 37.966
miles- debido a la baja de las cotizaciones.
Para profundizar este análisis consideremos cada una de las dos carnes vacunas, ya
que su naturaleza corresponde a gustos y capacidades diferentes de los consumidores.
En 1920, la Gran Bretaña adquirió para su consumo, 50,7 mil toneladas de carne vacuna
chilled; y en 1921. esta cantidad ascendió considerablemente, en 196 %, hasta llegar
a 150.4 mil toneladas. Paralelamente a esta "inundación" del mercado (para emplear
el correspondiente castellano del término "glut". con que australianos y neozelandeses
designan las crecidas importaciones del chilled argentino, que obstaculizan la coloca-
ción de sus carnes congeladas) se produjo el descenso en las cotizaciones al por mayor
en Smithfield: de 10,125 peniques en 1920, descendió a 7,875 peniques, en 1921, la
libra de esta carne. De tal suerte que esta baja en los precios permitió la absorción
completa de la excesiva cantidad de carne importada en relación al año anterior.
Sin
embargo, a pesar de este descenso en las cotizaciones, el volumen económico de las
transacciones al por mayor, 6debido al crecimiento considerable del volumen físico de
lacarneofrecida, aumentó en 126% (f 10.791 mil en 1921, contraf4.778milen
1920; pero en menores proporciones que éste, cuyo aumento, como ya dijimos, fue de
196%.
O en otros términos, lo pagado por el chilled en 1921 fue mucho mayor que en
1920, a pesar de los precios bajos.
En el año 1922, la evolución del mercado continúa en el mismo sentido; así, en el
primer semestre se importaron 134 mil toneladas de chilled contra apenas 69 mil en
igual período de 1921; lo que significa un ascenso de 93 %. Los precios, asimismo,
continuaron en baja: de 8,810 peniques por libra en el período considerado de 1921, a
5,088 en igual lapso del año pasado. El valor económico permanece más o menos
estacionario: crece apenas de f 6.119 mil en el primer semestre de 1921, hasta f 6.339
mil en igual período de 1922, o sea en un 4,5 %.
Las cifras parecen indicar, por lo tanto, que es el rápido aumento en la oferta de
Sociedad Rural Argentina (Oficina de Estadística), l nformación estadística sobre el comercio de
carnes, Primera parte, "El mercado británico", Raúl Prebisch, Buenos Aires, 1922, 75 páginas.
Para evitar malentendidos agregamos: al por mayor. Veremos más adelante que esta expresión
puede ser cambiada por la de al por menor, desde que los precios al detalle también bajaron en el mercado
británico.

.ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
309
carne chilled, que trajo consigo la caída de los precios, sin la que las cantidades
ofrecidas no pudieran venderse en su totalidad.
Antes de considerar la carne vacuna congelada, conviene tener en cuenta el reajuste
experimentado en su demanda. Con anterioridad a la guerra, las cantidades de carne
vacuna chilled y congelada importadas en la Gran Bretaña se dividían en partes iguales
(en 1911, el 50 % era de chilled; en 1912, el 45,3 %; en 1913, el 53,3 %; en 1914, el
49 ,5 % ). Esta proporción del chilled se redujo considerablemente en los años de guerra,
hasta llegar a 1,4 % en 1919; se explica este desalojo por las condiciones superiores del
congelado para almacenarse por mucho tiempo y ser transportado con relativa
facilidad, según lo requerían las circunstancias bélicas Desde 1919 comienza el
reajuste, de tal suerte que la proporción llega a 9,6 % en 1920, a 26,9 % en 1921ya58
% en los primeros seis meses de 1922. Es decir que, habiendo cesado los factores que
impusieron la supremacía del congelado -supremacía puramente artificial, por lo
tanto-el chilled comenzó a ganar el terreno perdido en el mercado de carnes, desde que
sobre él ejercita su preferencia el consumidor británico, atraído por su calidad muy
superior a la del congelado. Sin embargo, esta preferencia no se manifiesta con
intensidad, hasta que la baja de los precios de la carne vacuna chilled, hace posible
la extensión de su consumo. Es así que, como lo demuestran las proporciones más
arriba transcriptas, la demanda del chilled se desarrolló a expensas del congelado.
Y es justamente por este decrecimiento de la demanda que, a pesar de la
disminución de 2,7 % en las importaciones en 1921 en relación a 1920 (430 y 442 mil
toneladas respectivamente), la carne vacuna congelada ve descender su cotización por
libra de 10,269 peniques en 1920, a 6,770 peniques en 1921. El volumen económico
de las transacciones por mayor a su vez, descendió en un 36 %, a saber, de f 42.381 a
f 27.174 miles; mientras en igual periodo pudo ascender el volumen económico del
chilled vendido, debido, precisamente, a este descenso.
Asimismo, en el primer semestre de 1922 con respecto al de 1921, continúa la
misma evolución. Las importaciones disminuyen en un 63 % (94 mil toneladas en
1922, 7 contra 251 mil en 1921 ); los precios descienden de 7 ,884 peniques por libra, a
4,167; y, por consiguiente, baja el volumen económico de las transacciones al por
mayor de f 18.503 mil, a f 3.659 mil, en ambos períodos.
Es posible que en el descenso de los precios en el año 1921, hayan intervenido las
fuertes cantidades del congelado que se almacenara en los años anteriores. Pero en
1922, este factor desaparece y, sin embargo, continúa la baja; lo que indica que la
disminución de la demanda fue el factor preponderante en aquélla.
A riesgo de insistir en demasía, resumiremos lo expresado anteriormente. El
aumento considerable en la oferta de la carne vacuna chilled, trajo consigo el descenso
de las cotizaciones. Los precios bajos, a su vez, estimularon la demanda, y permitieron
Expresa el comisionádo Calvo en su interesante informe sobre el comercio de carnes, que es una
idea aceptada en Smithfield que si aumentan estas importaciones, el derrumbe de los precios fuera mayor.
He ahí, pues, la razón que impone su disminución. ¿Por qué, entonces, los frigoríficos no hicieron lo mismo
con el chilled?: lo veremos más adelante.

310
RAÚL PREBisCH
al chilled competir ventajosamente con el congelado, y desalojarlo por completo de las
posiciones que conquistara en circunstancias anormales. Decreció de esta suerte. la
demanda de carne congelada en favor de la carne chilled. Y, de este modo, el valor
económico de la demanda de esta última aumentó, pero en proporciones menores ( 126
%) a lo que subió la oferta (196 %).
Está demás advertir al lector que esta interpretación de los hechos es sumamente
esquemática, sin dejar de ajustarse, por ello, a los mismos. Y no podría ser de otro
modo, a riesgo de resultar muy confusa, debido a la complejidad de los fenómenos que
trata de explicar.
Dada la evolución diferente de las dos carnes, la consideración de su conjunto no
tiene otro interés que el de hacer notar que el volumen económico de las transacciones
al por mayor en carne chilled y congelada, ha venido disminuyendo a partir de 1921.
Ya dimos las cifras correspondientes a este año, en comparación al año 1920. En el
primer semestre del año 1922 las importaciones conjuntas, a saber: 228 mil toneladas.
disminuyeron en un 29 %, con respecto a las 321 mil toneladas importadas en igual
período del año anterior. Pero en modo mucho más intenso desciende el volumen
económico (56 % ): de f. 24.623 mil en el primer semestre de 1920, baja a f. 10.058.276
en el de 1921. Esta cantidad en que disminuyó el volumen económico del conjunto. o
bien desapareció del mercado de carnes en general, o bien engrosó el valor económico
de la demanda de otras carnes (nativa, ovina, etcétera).8
Las afirmaciones del hacendado Pagés
Dijimos que la oferta excesiva de la carne chilled era responsable de la baja
ocurrida en los precios. Por otra parte, se sabe que de nuestro país procede más del 90
% de las importaciones británicas de esta carne. No es sin razón, por consiguiente, que
la gente de Australasia nos acusa insistentemente de haber desalojado su carne
congelada, al producir un "glut" en el mercado británico con nuestra~ crecidas
exportaciones de chilled.
Es muy probable que, de no haber aumentado en forma tan considerable las
importaciones de esta última, los precios se hubiesen mantenido firmes. ¿En tal caso.
cuál hubiese sido el efecto de la reducción de las exportaciones argentinas sobre
nuestro mercado productor? Trataremos de averiguarlo en otro lugar
Fiel al dogma del poder místico del "pool" de frigoríficos, el hacendado Pagés, a
más de afirmar sin demostración alguna la existencia de hechos problemáticos, rechaza
indignado la tesis anterior, que ya formuláramos en el folleto citado de la Sociedad
Rural Argentina. Transcribimos en seguida uno de los párrafos sustanciosos de su
celebrada conferencia, cuyas frases enumeraremos con el fin de facilitar su refutación.
Para evitar confusiones insistimos en que, para encontrar la explicación de los fenómenos
ocurridos, precisa considerarse las cifras referentes.a cada una de las carnes, como lo hiciéramos en los
párrafos anteriores.

Gráfico N1 12. Cotizaciones de 700 libras de carne congelada en Smitbfield, y <
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ovillo gordo para congelar del mismo peso en Liniers (enero 1921- agosto 1922)
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ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
311
"Actualmente-dice-se ensaya una nueva tesis para demostrar, aparentemente,
la correlación de los precios nuestros con los de Smithfield (1) y es la siguiente: el
volumen físico y el volumen económico del consumo en el mercado británico (2). Pero
yo pregunto: ¿El volumen físico y el económico tiene la misma relación en la carne
vacuna y la lanar? (3). ¿Cuál es el volumen económico del consumo del mercado
inglés? ¿Es acaso, el que pagan en Smithfield los 'jobbers' confabulados con los
frigoríficos y los carniceros financiados por los frigoríficos, o el que paga el consumi-
dor inglés en las carnicerías? (4).
No: la capacidad adquisitiva del obrero, del pudiente y del mediano consumidor no
se percibe ni se justiprecia en Smithfield, como en la cotización, en el mercado, del
producto que lleva en su canasta. Quiere decir entonces, que la disminución del
volumen económico del mercado inglés (sic) no guarda proporción con la disminución
de precio que sufre el productor argentino y que es obra exclusiva de la trustificación
de frigoríficos 'jobbers' y carniceros confabulados en perjuicio del productor argen-
tino y sin beneficio del consumidor británico (5).
Si se hace, por otra parte, la apreciación de los promedios de las cantidades
importadas y precios del ganado lanar, durante los últimos cuatro años, se comprobará
más y mejor la falsedad de la nueva tesis sustentada (6).
Por otra parte, ¿cuál es el volumen económico de la ciudad de Buenos Aires (sic),
es el precio que da Liniers o es el precio que paga el pueblo consumidor en los mercados
y en las carnicerías? (7)". (páginas 24 y 25).
Analicemos el contenido de tan rotundas afirmaciones:
(1) Se ensaya una nueva tesis para demostrar, aparentemente, la correlación de
los precios nuestros con los de Smithfield. Sin embargo, nuestra tesis sólo pretende
explicar la evolución del mercado británico, los factores de la baja de precios. Y no se
trata, en ella de aquella correlación, que debió ocuparnos en un segundo informe.
(2) Y es la siguiente: el volumen físico y el volumen económico en el mercado
Smithfield. Con la transcripción de estos términos que de por sí nada significan -y que
fueron usados por nosotros por comodidad de expresión-el hacendado Pagés pretende
exponer nuestra tesis. Lo que induce a pensar que agobiado por las ideas preconcebidas
no la ha comprendido, o no ha querido comprenderla ...
(3) ¿El volumenflsico y económico tienen la misma relación en la carne vacuna
que en la lanar? Sin duda, que debe haber diferencias. Y sorprende tal pregunta, cuando
en la página 18 de su conferencia dice: "no es posible aglomerar toda la carne, tanto
vacuna como lanar, porque son dos cosas heterogéneas, de regímenes distintos".
Volveremos sobre esto en (7).
(4) ¿Cuál es el volumen económico del consumo del mercado inglés? ¿Es acaso,
el que pagan en Smithfield los "jobbers" confabulados con los frigoríficos, y los
carniceros financiados por los frigoríficos o el que paga el consumidor inglés en las
carnicerías? Al formular nuestra tesis nos adelantamos a posibles objeciones. El señor

312
RAÚL PREBISCH
Pagés las fonnula, pero olvida nuestra advertencia: "Los cálculos anteriores, y la
interpretación de los hechos, están basados sobre las cotizaciones al por mayor en el
mercado de Smithfield. Si los precios al por menor -los precios que pagan los
consumidores-, han seguido o no de cerca la evolución de los precios al por mayor, no
podríamos decirlo por el momento. En todo caso, una vez averiguado, vendrá la
ocasión de revisar aquella interpretación" (pág. 25).
(5) "No: la capacidad adquisitiva del obrero, del pudiente y del mediano
consumidor, no se percibe ni justiprecia en Smithfield, como en la cotización en el
mercado del producto que lleva en su canasta. Quiere decir, entonces, que la
disminución del volumen económico del mercado inglés (sic), no guarda proporción

con la disminución de precio que sufre el productor argentino y que es obra exclusiva
de la trustificación de frigoríficos, 'jobbers' y carniceros confabulados en perjuicio
del productor argentino y sin beneficio del consumidor británico".

Con un simple y rotundo no, el señor Pagés cree demostrar que los precios al por
menor han seguido una evolución diferente a los precios de Smithfield, y, por lo tanto,
la falsedad de nuestra tesis, basada sobre éstos. ¡Lástima grande que no sea verdad
tanta ... simpleza! Pues no significa otra cosa hoy en día, el querer negar la existencia
de un fenómeno constatado, con juegos de palabras y sin ofrecer pruebas experimen-
tales. Y sin embargo, así habla el conferencista, que en la página 15 de su exposición,
no para mientes en aludir a su "espíritu de investigación"; "todo esto es fácil decirlo,
así, en palabras que no demuestran nada; pero es más fácil aun desvirtuarlo; ya no con
palabras, sino con cifras" (pág. 13).
Es a las cifras a que recurrimos. En el cuadro comparativo que sigue, hemos
registrado los precios de venta al por menor de la carne vacuna chílled y congelada
importada en la Gran Bretaña durante 1921 y 1922, de acuerdo a los datos publicados
mensualmente por The Labour Gazette, publicación oficial del Ministerio de Trabajo
de aquel país. La simple observación de las columnas pertinentes, índica que la baja
se ha producido tanto en los precios que paga el consumidor como en las cotizaciones
al por mayor a que la carne vacuna se negocia en Smithfield.

En las dos primeras columnas del cuadro, anotamos los promedios de precios al
detalle de la libra de carne de costíllar (ribs), chílled y congelado en peniques y en $
m/n; en la dos siguientes, los mismos datos referentes al costado (think flank); y en las
últimas los precios al por mayor de la carne chílled y congelada.
No da The Labour Gazette otros datos. Pero es sabido que la marcha de los precios
de cada uno de los trozos en que se divide la res para ser vendida al consumidor, es más
o menos la misma. Por otra parte, los oficiales del Ministerio del Trabajo, para fonnar
los números indicadores de los precios al por menor, seleccionan de cada clase de
artículos ~n este caso, la carne vacuna- aquellos tipos que mejor representan la
evolución del todo. Es lícito, por lo tanto, suponer que el descenso de los precios
anotados, refleja el de la carne vacuna importada, en general.
Es así que la baja se manifiesta en unos y otros precios, pero es más intensa en las
cotizaciones al por mayor que en las al por menor: mientras en el período enero-

ANOTACIONES SOBRE U. CRISIS GANADERA
313
Cuadro N11 l. Precios al por menor y al por mayor de la libra de carne vacuna
(chilled y congelada) importada en el Reino Unido
Al pormenor
Al por mayor
Año
Costillar
Costado
Chilled
Congelado
(ribs)
(think ftank)
Chelines 1 $ m/n Chelines 1 $ m/n Peniques 1 $ m/n Peniques! $ m/n
Año1921
Enero 31
1/3 3/4
0,751 0,9 3/4
0,465
10.000
0,477
10.000
0.477
Abril 30
1/3 1/4
0,727 0,9 1/2
0,453
8.000
0,382
6.500
0,310
Junio 1
1/2 3/4
0,703 0/9
0,429
7.000
0,334
6.500
0,310
Julio 1
1(2. 1/2
0,691 0/8 3/4
0,417
7.875
0,376
6.812
0,325
Agosto2
1/2
0,667 0/8 1/2
0,405
6.875
0,328
6.260
0,299
Septiembre 1
1/1 3/4
0,655 0/8 1/4
0,393
9.000
0,429
7.125
0,340
Octubre l
1/03/4 o,608 on 112
0,357
6.250
0,298
6.625
0,318
Noviembre 1
1/0
o,572 on
0,333
5.687
0,271
6.250
0,298
Diciembre 1 0/111/4 0,536 0/6 1/2
0,310
6.568
0,313
5.875
0,280
Diciembre 31 0/11
0,524 0/6 1/4
0,298
5.500
0,262
5.000
0,238
Año1922
Febrero 1
0/11
• 0,524 0/6 1/4
0,298
4.500
0,215
4.250
0,203
Marzo 1
0/10 3/4
0,512 "
4.625
0,221
4.000
0,190
Abrill
6.000
0,286
4.000
0,190
Mayo 1
5.500
0,262
4.250
0,203
Junio 1
4.625
0,221
4.375
0,209
Julio 1
5.000
0,238
4.625
0,221
Agosto 1
0/10 1/2
0,50
0/6
0,286
4.750
0,226
4.375
0,209
Septiembre 1 "
5.312
0,253
4.375
0,209
Septiembre 30 0/10 1/4
0,488 "
4.500
0,215
4.375
0,209
diciembre de 1921, aquéllos descienden en un 50 %, éstos sólo disminuyen en 30 %.
Pero esta zaga de los precios al por menor, se nota corrientemente en todos los artículos;
en la última baja general; en la Gran Bretaña, los precios al por menor están
distanciados de los precios al por mayor por un espacio de alrededor de seis meses.9
Siempre se ha observado que los precios al detalle tardan más tiempo en descender, que
son más estables que aquéllos. Así, no obstante mantenerse entonados y muchas veces
ascender los precios al por mayor, a partir de febrero de 1922, los que paga el
consumidor denotan siempre su tendencia a la baja.
Véase A. Hobson, "Britain Economic Outlook in Europe", Journal of Political &onomy, agosto
de 1922.

314
RAÚL PREBISCH
Es preciso tener presente que al comparar la evolución de ambos precios, no
intentamos establecer "márgenes" entre ellos. Podrán o no obtener superganancias los
detallistas que compran la carne en Smithfield, o los frigoríficos que tienen directamen-
te sus puestos de venta: es un asunto que ni el lllferim Report on Meat del gobierno
británico, ni la investigación del comisionado Calvo, han logrado poner en claro. Lo
que nos interesa dejar establecido es que el descenso se ha producido también en los

precios que paga el consumidor, lo que le ha inducido a consumir la mayor cantidad
de carne que se le ofrecfa.10De tal suerte que, formulada por vez primera nuestra tesis
sobre la base de cotizaciones de Smithfield, con carácter condicional, la averiguación
de los precios al detalle ha venido a confirmarla.
Guiado por su fecunda intuición, el hacendado Pagés afirma categóricamente la
existencia de una confabulación entre los frigoríficos y los "jobbers" o comerciantes
mayorista<; que adquieren la carne que estos últimos importan en Smithfield. De tal
suerte que este mercado sería simplemente una pantalla, un instrumento de que el ''trust
de la carne" se serviría para engañar; y las cotizaciones a que se efectúan los negocios,
serían absolutamente ficticias, y no las cotizaciones reales que rigen para el comercian-
te independiente. Creyentes, más en la experiencia que en la intuición, transcribimos
un oportuno párrafo del comisionado Calvo, que, como se sabe, ha estudiado sobre el
terreno el mercado británico de carnes. Al ocuparse de las cuatro categorías de
comerciantes que operan en Smithfield, el señor Calvo se refiere a "3º). Los vendedores
a comisión (bajo esta denominación vienen los frigoríficos que tienen puestos de ventas
en los mercados) quienes reciben consignaciones del exterior o interior para ser
vendidas en este mercado; 4º) Los 'jobbers·, o comerciantes; compran en el mercado
a los demás, o directamente de afuera, para revender. Estos 'jobbers' en general son
hombres de capital, quienes compran grandes cantidades de carne que reparten con una
pequeña ganancia a los carniceros al menudeo, que tienen sus tiendas algo retiradas del
mercado y que retacean la carne en la forma que más le convenga. Conservan su
independencia para comprar donde les convenga. Muchos de los más importantes no
tienen vinculaciones de interés. sea como accionistas o de otra manera con los
frigoríficos argentinos, a pesar de vender mucha carne chilled y mostrar gran interés
en todo lo que se refiere a la Argentina. A este mercado (Smithfield), puede ir
cualquiera a comprar o vender,
siendo de propiedad y administrado por la Municipa-
lidad de Londres-y es, hay que decirlo,- un modelo de administración y limpieza".
Si al mercado de Smithfield, de propiedad del gobierno, "puede ir cualquiera a
comprar o vender"; si muchos de los "jobbers" más importantes no tienen vinculacio-
nes con los frigoríficos, a quienes compran la carne importada para revenderla a los
mayoristas: dicho mercado es libre.
"
Un hecho análogo puede observarse en nuestro país. Los precios al por mayor de la hacienda para
el consumo han descendido en el mercado de Liniers; asimismo los que paga el consumidor, pero en
menores proporciones. Para conocer la evolución del mercado, no es preciso conocer los "márgenes" de
gariancia de los intermediarios (cuestión importantísima desde otro pwtto de vista). El hecho fwtdamental
es que la baja más o menos intensa de las cotizaciones al menudeo, ha permitido el aumento del consumo
"per cápita", y ha ayudado a descongestionar el mercado.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
315
Números indicadores de las importaciones mensuales de
carne vacuna chilled en la Gran Bretaña, y de los promedios mensuales
de sus precios en Smithfield, a partir de enero de 1921
Base: promedios del primer semestre de 1922
200-.-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--.
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190
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180
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170
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160
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130
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120
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110
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100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
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1921
1922
Importaciones mensuales
Gran Bretaña
Precios promedios mensuales
en Smithfield

316
RAÚL PREBisCH
Por otra parte, de la observación de las fluctuaciones de los precios del chilled en
Smithfield. se desprende que éstas lejos de ser el resultado de los manejos arbitrarios
de las empresas. responden muy de cerca a las cantidades de carne importada (que en
el caso, por la naturaleza especial del chilled, que no puede ser almacenado sino por
pocos días, representan fielmente el estado de la oferta).
En el folleto ya citado de la Sociedad Rural Argentina 11 habíamos trazado el gráfi-
co que reproducimos, en el que se ve con toda claridad la relación inversa muy marca-
da existente entre la línea gruesa -que representa la oferta mensual de carne chilled-,
y la línea delgada -que representa los precios medios mensuales: a cada aumento en
aquélla corresponde una disminución en éstos, y viceversa. Si los frigoríficos torcieran
a su antojo las cotizaciones, no se observara esta sorprendente regularidad.
En la carne congelada no se encuentra esta relación entre los precios y las
cantidades importadas, que en este caso no son un índice fiel de la oferta, debido al largo
almacenamiento de que este producto es susceptible. Las oscilaciones de los precios,
antes bien, responden a las oscilaciones de los precios del chilled, como puede
constatarse en el folleto citado, al comparar el gráfico.de la página 5912 y sus cifras
correspondientes -referentes al congelado- con el gráfico reproducido. Lo que
confirma lo ya expresado acerca de la acción refleja del mercado de carne chilled sobre
el de carne congelada.
Continuemos la refutación al hacendado Pagés:
(6) "Si se hace,porotra parte, la apreciación de los promedios de las cantidades
importadas y precios del ganado lanar, durante los últimos cuatro años, se compro-
bará, más y mejor la falsedad de la nueva tesis sustentada".
Como el hacendado Pagés
no se toma el trabajo de exponer las cifras a que se refiere, lo haremos nosotros. Los
datos sobre el comercio de carne ovina de que disponemos en este momento, son los
publicados por el señor Calvo en su informe. De ellos se desprende que las importa-
ciones de carne congelada de carnero y cordero en el mercado británico en el primer
semestre de 1921, fueron un poco inferiores a las de igual período de 1920. a saber:
3.605.722 y 3.621.186 cwts, respectivamente; de ahí que el volumen económico de las
transacciones al por mayor se mantuviese más o menos el mismo (aumentó ligeramen-
te), a saber: f 16.155 mil en el primer semestre de 1921, contra f 15.155 mil en el de
1920, según el señor Calvo. Si las importaciones de carne vacuna Chilled no hubiesen
crecido en las proporciones considerables que ya conocemos, posiblemente su
mercado hubiese reaccionado en la misma forma que el de carne ovina. Por lo tanto,
no se puede pretender que dos fenómenos se produzcan en la misma forma, si los
factores que en los mismos intervienen, manifiestan tendencias opuestas. Así, en el
primer semestre de 1922, las importaciones de carne ovina congelada sólo alcanzaron
11
Véase en la pág. 17 y siguientes, el método empleado y las cifras absolutas que sirvieron para
calcular los números indicadores.
"
Comparación que no hacemos para no alargar estas anotaciones.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
317
a 3.171.318 cwts, contra 3.605.722 en igual período de 1921; en tanto que las
importaciones de carne vacuna chilled continuaron ascendiendo con intensidad.
Si los australianos y neozelandeses hubiesen aumentado sus. exportaciones de
carne ovina al Reino Unido en las mismas proporciones en que la Argentina aumentó
sus remesas de chilled, de seguro que los precios de aquélla habrían descendido
considerablemente. He aquí cómo se comprueba la falsedad de una tesis ...
(7) El último de "los siete puntos del hacendado Pagés" es del mismo tenor que los
anteriores: "Por otra parte, ¿cuál es el volumen económico de la ciudad de Buenos
Aires (sic), es el precio que da Liniers o es el precio que paga el pueblo consumidor
en los mercados y en las carnicerías?
Sin duda alguna, el volumen económico del consumo de carne vacuna en la ciudad
de Buenos Aires, está dado por los precios que paga el consumidor. Y es sabido que
estos precios al detalle descendieron, si bien es cierto que con menor intensidad que los
precios pagados por los matarifes en Liniers. Precisamente, este descenso de los
precios al por menor, como ya se ha expresado estimuló el aumento del consumo
absoluto y "per cápita", y contribuyó, de esta suerte, a descongestionar el mercado de
haciendas. Tal como el descenso de los precios de la carne chilled en el mercado
británico, activó la absorción del "glut" por los consumidores.
Estudiado el descenso de los precios de la carne vacuna en el mercado británico,
pasaremos revista de los hechos ligados directamente a nuestro mercado productor.
111. EL "POOL" EN EL COMERCIO DE CARNES
El "pool" durante la guerra
La irrupción de los capitales norteamericanos en nuestro comercio de carnes, en el
año 1907, comenzó a turbar la calma en que estos negocios se desarrollaban. Antes de
aquella fecha, intereses ingleses y criollos dominaban la exportación de carnes
argentinas, y parece ser, habían convenido para no permitir el alza de los precios de la
hacienda sobre ciertos niveles. El mismo señor N.A. Calvo, que estudiara recientemen-
te el mercado británico, se manifestaba, entonces, en esos términos: "Los ingleses y
anglo-porteños tenían un convenio conocido por todo el mundo, para no pagar por
cabeza más de cien pesos moneda nacional, por pesado o bueno que fuera el novillo.
Sólo cuando vinieron los americanos, se deshizo ese convenio, en que estaban La
Blanca, cuando pertenecía a un sindicato de estancieros argentinos, y la Plata Cold
Storage, cuando era propiedad de un sindicato sudafricano".13En el mismo sentido se
"
Citado por el diputado Emilio Frers en la sesión de junio 27 de 1913 de la Cámara de Diputados.

318
RAÚL PREBISCH
expresaba el ministro de Agricultura Mujica14 al ser interpelado sobre la situación de
nuestro comercio de carnes:" ... sea expresa o tácitamente, ellos (los frigoríficos anglo-
argentinos) establecieron una especie de modus vivendi, casi un trust, para poder
realizar sus operaciones con beneficio positivo, y fijaron un límite máximo al precio
de los novillos; y entonces nuestros novillos nunca pasaron del precio de 80, 90 y,
excepcionalmente, 100 pesos".
Sea por sus procedimientos técnicos más avanzados, que permitían la reducción de
los costos de elaboración, y una eficaz utilización de los subproductos del ganado; sea
por una administración más económica; o por razones de lucha comercial: los intereses
norteamericanos -invertidos al comienzo en fábricas ya existentes- iniciaron una
competencia perjudicial al statu quo de los intereses "anglo-portefios'", que disfrutaban
de los bajos precios de la hacienda vacuna.
Es así que, como puede verse en las cifras del cuadro número 2, y el gráfico
correspondiente, las cotizaciones del ganado vacuno iniciaron su repunte: los novillos
mestizos especiales. tipo chilled, que en 1906 apenas alcanzaban un precio medio de
$ 92, en 1911 llegaron a un precio medio de $ 122 para subir a altura mucho más
considerable en los afias subsiguientes (en los primeros meses de 1914, esto es antes
de la guerra este tipo de novillos consiguió precios que oscilaban entre$ 170 y 180).
Análoga fue la marcha de los precios de los otros tipos de vacuno, como bien puede
observarse en las columnas del siguiente cuadro.
Tales aumentos en los precios. operábanse a través de una demanda más intensa.
La faena de los frigoríficos, principalmente de los frigoríficos norteamericanos, creció
en esos afias. y por consiguiente, el volumen de las exportaciones de cuartos vacunos.
(En 1911, exportáronse 3.687 mil cuartos, contra 2.899 mil en el afio anterior).
La influencia de estas crecidas exportaciones, recibidas en su mayor parte por el
mercado británico, sobre este último, es interesantísima, y ha de arrojar luz sobre los
acontecimientos presentes. En 1911, las importaciones de carne vacuna chilled en el
Reino Unido, ascendieron a 1.879.851 cuartos, lo que significa un aumento de 16 %
sobre los l.587 .134 cuartos importados el afio anterior. Ante este "glut" de chilled
-muy inferior por cierto al de 156 % que se produjera en los últimos tiempos-, el
mercado reaccionó y bajaron los precios en 1910, la libra de los cuartos traseros de
carne chilled se cotizaba a un promedio de 4.125 peniques en 1911 (descenso d~ 10 % ).
Es así que la mayor oferta deprimió las cotizaciones, tal como sucede en esta crisis.
Pero la analogía va más lejos aún. En efecto, a pesar de que en ese aiio
disminuyeron las importaciones de carne congelada en el Reino Unido (2.208.395
cuartos en 1911, contra 2.362.487 en 1910, los precios bajaron de un promedio de
3.562 peniques por libra, en 1910, a un promedio de 3.375 peniques en 1911.
Es que entonces, como ahora, la baja de los precios de la carne chil/ed ejerció su
acción refleja sobre la demanda de carne congelada; aumentó el consumo de la
primera, gracias al acicate de las bajas cotizaciones, en desmedro del de la última: en
1910, en elconjunto de carne vacunachilled y congelada importada en el Reino Unido,
1•
Sesión del 25 de junio de 1913 de la Cámara de Diputados.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
319
Promedios anuales de las cotizaciones del ganado vacuno
en el mercado de Liniers, 1906-1922
$m!n
230
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1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 191_5 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922

320
RAÚL PREBISCH
Cuadro N11 2. Promedios anuales de los precios de la hacienda vacuna
en pie, en el mercado de Uniers, 1906 - 1922 ª
Novillos
Vacas
Vaquill. Terneros
Mestizas
Criollas
Criollos
Año
gordas
gordas
Mestizos Mestizos gordos y
Mestizas Especiales
boa.carne bna.carne
especiales
gordos
carne
y carne
y carne regulares y buenos
gorda
gorda
gorda
$m/n
$m/n
$m/n
$m/n
$m/n
$m/n
$m/n
1906
92,30
78,90
45,45
53,15
42,55
35,80
26,45
1907
99,80
88,25
63,55
55,80
50,65
35,89
23,95
1908
105,75
91,15
54,30
51,12
45,20
30,25
22,37
1909
116,00
94,00
52,65
51,35
46,70
40,55
26,89
1910
117,30
110,60
66,25
60,10
44,65
49,10
31,85
1911
122,50
103,75
63,75
56,25
41,65
38,55
26,30
1912
124,60
107,50
80,00
56,20
55,30
57,90
46,25
1913
135,00
113,95
104,15
85,85
73,95
77,70
66,05
1914
173,75
148,35
106,65
84,60
78,95
71,85
66,45
1915
187,50
157,90
121,90
94,15
87,50
82,70
65,83
1916
186,70
162,90
125,40
102,50
87,70
83,55
65,40
1917
170,40
146,25
115,40
96,05
88,75
73,95
69,15
1918
194,40
166,85
126,25
105,40
95,85
85,20
74,80
1919
223,30
201,25
141,85
136,05
113,00
104,60
100,00
1920
220,40
193,75
137,50
132,10
121,65
120,40
106,45
1921
169,40
134,80
98,95
82,10
75,85
71,25
65,85
1922
120,41
92,10
59,60
45,85
38,75
36,25
43,10
Promedios formados con las cotizaciones semanales que publica el Boletín Oficial de la Bolsa de
Comercio, de Buenos Aires.
ésta entraba con el 55,7 % y aquélla con el 44,3 %; en tanto que, en el año siguiente,
el año de la reacción del mercado, la carne vacuna chilled gana el primer puesto al entrar
en el total con el 50,5 %; mientras la congelada desciende hasta el 49,5 %.15
El descenso de los precios de la carne en el mercado británico, debido, como hemos
visto, al aumento de las exportaciones; y el ascenso de las cotizaciones de los novillos,
"
Podríamos haber empleado, en la interpretación anterior, los términos: volumen físico y econó-
mico. ¿Repetirá el señor Pagés que entonces (1911) los frigoríficos "tenían el volumen físico y el
económico en el bolsillo" (pág. 32 de su folleto)? No existía en ese tiempo el "pool" de las empresas para

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
321
en nuestro mercado, determinado por la competencia de las compañías norteamerica-
nas, por otra: trajeron consigo, según parece, la cesación de las ganancias, y aun
pérdidas para las empresas empeñadas en la lucha. Por esa razón, dichas empresas
(tanto anglo-argentinas como norteamericanas) resolvieron,. de común acuerdo, for-
mar un "pool" o entendimiento que entraría en vigencia el 1 ºde enero de 1912. Por este
convenio se adjudicaba a cada uno de los frigoríficos de la Argentina y el Uruguay, la
proporción de sus exportaciones al Reino Unido; y se limitaba las cantidades de carne
que podrían embarcar, con el fin de no congestionar de nuevo el mercado británico, y
evitar de este modo el descenso de los precios.
Es cierto que el "pool" al contralorear las cantidades de carne exportada, redujo la
competencia de las empresas en lacompradel ganado argentino. Sin embargo, el precio
de la hacienda vacuna se mantuvo firme durante el año 1912, en que funcionó el "pool";
y los promedios correspondientes a este año-como puede verse en el gráfico- más bien
denotan un ligero ascenso en relación a los del año anterior en que reinó la independen-
cia completa de las compañías.
Es en el mercado británico que se notó la acción consciente del "pool". Las
importaciones de carne chilled cuyo aumento en el año anterior causó el derrumbe de
los precios se estabilizaron en la cifra de 1911, acusando una ligera disminución
(2.232.069) cuartos en 1912, contra 2.256.328 en 1911. De tal suerte que el mercado
logró entonarse y la libra de cuartos traseros chilled, subió de un promedio de 4.125
peniques, a 5.000 peniques.
Permítasenos una hipótesis para aclarar el alcance del "pool". Si los frigoríficos
no lo hubiesen formado, es posible que las exportaciones de chilled argentino al Reino
Unido habrían seguido creciendo, y asimismo el descenso de los precios en Smithfield.
El consiguiente aumento de la demanda en nuestro mercado interno, y la gran
competencia, por otra parte, llevara los precios del ganado a niveles más altos. Esta
doble presión, de continuar subiendo por algún tiempo, hubiese conducido a los
frigoríficos a una catástrofe. ¿Y la reacción en los negocios, la disminución de la
demanda, resultantes, no hubiesen sido perjudiciales para el productor argentino, como
no lo fue la estabilización relativa de los precios traída por el "pool"?
Llegado el término del convenio en abril de 1913, una de las empresas norteame-
ricanas, "La Blanca", solicitó se le asignase un 50 % más sobre las cantidades que le
correspondían según el pacto que expiraba. Denegada esta solicitud, el "pool" no pudo
renovarse.
Al avivarse de nuevo la competencia en nuestro mercado interno, los precios
reanudaron su rápido repunte, y las compañías anglo-argentinas, su grita. En tanto que
el promedio de precio de los novillos mestizos especiales, tipo chilled, subio apenas de
regular sus embarques; y entre ellas se hacían ruda competencia. Tampoco podía afirmar que las
cotizaciones de Smithfield --que entonces, como hoy denotaban la baja en los valores-, eran ficticias y
dispares de los precios al por menor, pues si los frigoríficos norteamericanos pretendían conquistar el
consumo británico, su interés estaba en ofrecer a la población, carne importada a bajos precios.

322
RAÚL PREBISCH
$ 122.50en 1911,a $ 124,60en 1912, año, este último, enqueel''pool" estuvo en vigor,
en 1913, en que dicho "pool" cesa, el promedio de cotización sube hasta $135. En abril
de 1914, fecha en que entra en vigor un nuevo convenio, los precios. pujados por la
competencia, llegan a oscilar entre$ 190 y$ 210.16
Antes de esta renovación, los frigoríficos anglo-argentinos "manifestaron por
unanimidad que estaban convencidos de la existencia de un trust. y que el descenso de
los precios era una maniobra de ese trust. Agregaron que la lucha actual era insostenible
en esas condiciones por las numerosas pérdidas que origina" .17 Las compañías
norteamericanas, a su vez, declararon no tener pérdidas en sus operaciones.
Si las manifestaciones de una y otra parte fueron verídicas. no podríamos decirlo.
Por una parte es indudable que las compañías norteamericanas, con mejor técnica.
estuvieron en condiciones de hacer fuerte competencia a las existentes. Por otra. es
cierto que aquéllas, gracias a su potencialidad financiera, pudieron soportar pérdidas
transitorias, desde que. en compensación, conquistarían más terreno en el comercio de
carnes.
Sea como fuere. el hecho que merece subrayarse es que el "pool" o entendimiento
de los frigoríficos se impuso para evitar las caídas de los precios en el mercado
consumidor -caídas determinadas por las importaciones excesivas; y para limitar la
competencia y por lo tanto, la elevación de los precios en el mercado productor, más
allá de ciertos límites.
El "pool" se presenta, de tal suerte, bajo un doble aspecto. En cuanto evita la
depreciación de un producto argentino en el extranjero. es beneficioso para la
economía nacional. En cuanto. bajo la protección de una competencia limitada,
presiona sobre el valor del ganado, es perjudicial. No puede, por lo tanto. contemplár-
sele con un criterio absoluto: así como en ciertos momentos puede aprovecharse del
productor, en otros, el "pool'' resulta una verdadera necesidad, tanto para las empresas
que lo forman, cuanto para aquél.
Es así que el problema no está en destruirle -si fácil fuere el evitar que pocas
grandes empresas se entendieran expresa o tácitamente-, sino en reforzar su aspecto
útil y evitar los abusos que pudiera traer.
Es esta doble faz del "pool" que ha reconocido en uno de sus fallos la justicia
norteamericana. En su conferencia, el hacendado Pagés alude al que los frigoríficos
1'
Al referirse a este aumento en los precios del ganado, consiguientes a la ruptura del "pool", el señor
Pagés exclama airado (pág. 38): ¿Quién dispone, pues, del volumen físico y económico de los mercados?
Sin duda alguna, el "pool" al limitar la competencia, limita los precios del ganado en nuestro país. Ello
no quiere decir. sin embargo, que "disponga" del volumen físico o económico de las transacciones en el
mercado británico; ya hemos dicho que toda combinación está condicionada por factores de hecho;
productores o vendedores. libres o combinados, pueden actuar sobre el volumen físico, al aumentar o
restringir la cantidad de mercaderías que ofrecen: pero no pueden manejar al consumidor que absorbe el
mayor volumen físico, si se le estimula con precios bajos. Las exclamaciones, ¡Señor Pagés! ¡Señor Pagés!,
resultan con frecuencia juegos de palabras.
17
Discurso ya citado del ministro Mu ji ca.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
323
norteamericanos habían formado antes de 1902 en los Estados Unidos, para distrituir-
se los mercados de venta: y a la "aplastadora i11juctio11" dictada contra aquéllos por
haberse entendido en un "pool", por la Suprema Corte. Pero es el hecho que el señor
Pagés, al seguir de cerca en esto al informe sobre los ··packers", incurre en la misma
parcialidad que la Federal Trade Commission. que omite una cláusula interesantísima
de tal "injuction".
Así lo pone de manifiesto mister Weld. al estudiar aquel informe en un luminoso
artículo aparecido en la revista de la Universidad de Harvard.18
He aquí uno de sus párrafos:
"Los 'pools', a partir del 90, no fijaron los precios. Su objeto era establecer las
proporciones de los envíos de carne fresca a varios mercados del Este, para prevenir
la inundación(' glut') periódica y la escasez ... Los frigoríficos han declarado tener este
convenio para distribuir los envíos, pero jamás han admitido que esto fuese una
combinación ilegal en restricción del comercio. El doctor Virtue {comentador del
informe de la Trade Comm. y empleado de la misma. a quien replica mister Weld).
describe la injuctíon de 1903 (a que alude el señor Pagés) en lo que se refiere a la
prohibición, entre otras cosas, de la fijación de las cantidades de carne despachadas.
Pero olvida mencionar que la 'ínjuction' en ese tiempo contenía la siguiente cláusula
específica:
'No se emite en esta sellfe11cia ninguna prohibición ... de reducir la cantidad de
carnes despachadas a un mercado determinado, cuando el propósito de tal convenio,
en buena/e, sea prevenir la sobreacumulación de carnes como de otros artículos en
tales mercados.'"

''La Federal Trade Commíssíon, también omite esta cláusula al ocuparse de la
'injuction ·. En otros términos, la 'ínjuctíon' permitía específicamente la verdadera
práctica para la que el 'pool' de ganado fuera organizado; y no se continuó con el
'pool', no porque fuese ilegal. ni contrario al interés público, sino porque los
frigoríficos se dieron cuenta que era mejor terminar con un convenio que no era mirado
con simpatía, ni comprendido por el público".
En el mismo artículo míster Weld refuta a la Trade Commíssíon cuando afirma que
el "pool" manejaba los precios {afirmación en que la Trade Commíssíon basa sus
conclusiones sobre el monopolio de los "packers ").Pero no es el caso de ocuparnos de
esto en el presente artículo. Sí los frigoríficos de los Estados Unidos, no aprovecharon
del "pool" que regulaba los envíos de carne para influir sobre los precios; sí a pesar del
"pool" de 1912 -que eliminó la competenda destructiva en nuestro mercado íntemo-
las empresas establecidas en la Argentina siguieron pagando anos precios por el
ganado: no quiere decir que el "pool'", en ciertos casos, dentro de ciertas condiciones
de hecho, no pueda presionar sobre las cotizaciones de aquél.
Es lo que veremos más
adelante.
11
"The Meat Packing Investigation: A Reply, Quarterly Journal of Economics, mayo de 1921.

324
RAÚL PRE.BISCH
El "pool" después de la guerra
El "pool", reanudado19 en abril de 1914 para evitar los efectos de una ruda
competencia tanto en el mercado británico cuanto en el nuestro, coincidió. cuatro
meses más tarde, con la guerra europea. Otra razón se impuso entonces para la
continuación del "pool'', a saber. la necesidad de adjudicarse las bodegas y disminuir,
de este modo, en lo posible, las consecuencias perjudiciales de la escasez de fletes.
Al considerar los efectos de este nuevo entendimiento, habrá que tener en cuenta,
por lo tanto, las condiciones anormales en que se desenvolvió. Debido a la gran
demanda de carnes motivada por las necesidades de los beligerantes, los precios
subieron a alturas inusitadas. La carne vacuna congelada desalojó durante este período
a la chilled -como ya se dijo anteriormente- cuyas importaciones en el mercado
británico disminuyeron extraordinariamente; en tanto que las de aquélla se elevaron a
cifras altísimas, para responder a la intensa necesidad que de ella se tenía.
El número indicador de los precios de la carne vacuna chilled en Smithfield, saltó
entonces, de 128 en 1914, a 175 en 1915, 208 en 1916y 262 en 1917; después de cuya
fecha, y hasta 1920, apenas llegan pequeñas cantidades de esta carne al mercado. Más
intensa fue el alza de los precios de la carne congelada; el número indicador, que era
154 en 1914, subió a 211en1915, hasta llegar a 391 en 1918 y 371en1919.
En el Mercado de Liniers, en cambio, el aumento, en 1915 y 1916, fue relativamen-
te pequeño en relación a la cifra de 1914; y en 1917, los precios aun llegan a bajar con
respecto a esta misma cifra.
Para apreciar mejor la marcha de los valores en uno y otro mercado, conviene
recordar lo sucedido antes de la guerra, aun a riesgo de incurrir en repeticiones.
Debido a la gran competencia de los frigoríficos norteamericanos, en 1911, el
número indicador de los precios de los novillos tipo chilled, ascendió a 115 en relación
a la base 100, que representa el promedio de las cotizaciones del período 1906-1910;
en tanto que el número indicador de los precios de la carne chilled en Smithfield
descendió a 90, con respecto a análoga base. Formado el "pool", en 1912, el precio de
los novillos apenas sube a 117 en ese año (contra 115 en el anterior), mientras que la
estabilización de la oferta en el Reino Unido, lleva el número indicador de 90 en 1911
a 109 en 1912. Roto el entendimiento, en 1913, el número indicador de los precios de
los novillos tipo chilled, asciende de 117 en 1912, a 127 en 1913 y a 163 en 1914, no
obstante que el de los precios de Smithfield apenas aumenta de109, en 1912, a 112 en
1913 y 128 en 1914.
En el gráfico correspondiente, se puede ver con más claridad esta evolución de los
1•
Weddel and C., Review of the Frozen Meat Trade, 1914, pág. 15. Al respecto dice esta Revista:
'"Las compañías, al mismo tiempo, llegaron a un entendimiento entre ellas, sobre las proporciones de esta
cantidad que comerciaría cada una, y el comercio de exportación, desde entonces, se ha desenvuelto de
acuerdo a estas bases". Es importante hacer notar, sin embargo, que las proporciones del "pool, ya habían
sido consideradas privadamente por las compañías, antes de comenzar la guerra". Citado por el Informe
de la Federal Trade Commission, t. 1, pág. 172.

.ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
325
precios, y observar, al mismo tiempo que, en los cuatro años anteriores a la guerra, y
siempre con relación al período 1906-1910 -que es el más normal-, los números
indicadores de los precios de Smithfield (tanto de la carne chilled, como de la
congelada) ascendieron menos que los números indicadores de los precios pagados por
los frigoríficos por nuestros novillos.
Es recién a partir de 1915 que acrecentados los precios de la carne en el Reino
Unido, al calor de la demanda de guerra y· debilitada la competencia entre los
frigoríficos, en nuestro mercado interno, se invierte la posición de ambas series de
números indicadores. En el gráfico se observa bien esta disparidad, creciente en los
años posteriores.
Es sabido el hecho que los frigoríficos hicieron grandes ganancias en el período
bélico. Es cierto que los gastos de elaboración de la carne, de transporte, y el riesgo,
debieron aumentar considerablemente; pero no lo es menos que también crecieron en
grandes proporciones los precios de los subproductos, para compensar con creces
aquellos gastos.
Y si bien la hacienda en nuestro país se valorizó con menos intensidad que la carne
en el Reino Unido, los beneficios de nuestros ganaderos también fueron considerables,
hasta el punto que hacendado hubo20 que llegó a duplicar su capital en el espacio de un
año. Sin duda, si el "pool" no hubiese existido, si no hubiese existido tampoco la
necesidad de "entenderse" para la adjudicación de las bodegas, la competencia entre
los frigoríficos, en el mercado de nuestras haciendas habría sido mayor, y las cotiza-
ciones de estas últimas fueran mejores que las obtenidas.

A este respecto conviene hacer notar lo siguiente:
Primero: que la accion del ''pool" de compradores, está limitada por condiciones
de hecho. Por más que un frigorífico conozca exactamente la cantidad de ganado que
los otros han de comprar, si todos tienen necesidad de más ganado, es decir, demandan
más cabezas, deben ofrecer precios más alt~s para atraer más vendedores. Y el nivel
de los nuevos precios, dado un aumento déterminado de la demanda, dependerá del
mayor o menor crecimiento de la oferta con que hayan respondido aquéllos. Y la prue-
ba de que los frigoríficos "entendidos" no son omnipotentes para "manejar" los
precios, está en el hecho que, a pesar de haber existido un "pool" durante la guerra, se
desarrolló competencia -por cierto nada destructiva- entre las empresas, y los precios
de las haciendas subieron a alturas que permitieron superganancias a los hacendados.
Segundo: que si nuestro comercio de carnes hubiese sido completamente libre
durante la guerra, es muy posible que los frigoríficos obtuvieran, asimismo, ganancias
extraordinarias. En épocas de inflación de precios -tales como la de la guerra y la
subsiguiente al armisticio, casi todas las industrias-y entre ellas las que no gozaban de
monopolio de hecho o legal (el aduanero), han obtenido superbeneficios. Es un hecho
tan sabido, que su anotación resulta un tanto pueril; y los mismos hacendados-sin que
ningún místico ''pool" los ayudara, obtuvieron tan buenos beneficios, que aún hoy los
apetecen ...
20
Véase el interesantísimo artículo publicado en La Prensa de diciembre 26 de 1922 sobre la crisis
ganadera.
·

326
RAÚL PREBISCH
Números indicadores de los precios medios anuales
de la carne chilled sudamericana en Smithfield y de los novillos
tipo chilled en Liniers
Base: promedio del período 1906-1910
300
280
260
I
\\
/
\\
I
240
\\
/
\\
/
\\
I
220
\\
I
\\
I
\\
200
/
\\
/
\\
/
\\
180
/
/
\\ \\
160
\\ \\ \\
140
120
100
80
60 ....+ ............ _.
...... __. ...... .....,,..... ...... __ ...... __ ............ __ ...... ...,. .................................... __, ........................ _,
(1900-10)
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
Precios de los novillos tipo chilled en Liniers
Precios medios anuales de la carne chilled
sudamericana en Smithfield

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
327
Números indicadores de los precios medios anuales de la carne congelada
sudamericana en Smithfield, y de los novillos
para congelar en Liniers
Base: promedio del período 1906-1910
N.I. ~--------------------...;_--------
400
............
380
.........
360
\\ \\
340
\\ \\
320
\\ \\
300
\\
280
\\ \\
260
\\ \\
240
\\ \\
220
\\ \\
200
\\ \\
180
\\ \\
160
\\
~
\\
140
_____ .,, V ~
~
120
----- --
100
__.__.
80
60 -4---.--..... --...---.--...... - - - . - -..... - -..... --.--...... -----~
(1906-10)
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
Precios medios anuales de la carne
congelada sudamericana en Smithfield
Precios medios anuales de los novillos
para congelar en Lin iers

328
RAÚL PREBISCH
IV. LA CRISIS
La inflación y la prosperidad de la ganadería
En un país de escasa riqueza mobiliaria como el nuestro, la especulación fomentada
por el crédito había de buscar la única riqueza que le era accesible: la inmobiliaria. Los
desenfrenos especulativos que precedieron a la crisis de 1873-1875, al preludio de
1885 y al estallido de 1890, tuvieron su principal expresión en la propiedad urbana y
rural. No de otra naturaleza fue la crisis de 1913 en que restringido el crédito abundante
que alimentara la inflación exorbitante de los valores, caen súbitamente los precios,
entre la grita de los especuladores embarrancados.
Algunos años más tarde, sin embargo, había de inventarse la prenda agraria, por la
que al adquirir una sencilla movilización económica, el ganado sería asimismo objeto
de especulación. Por otra parte, como toda forma de crédito, la prenda agraria,
manejada con limpieza y precaución, podría constituir un eficaz estímulo a las fuerzas
productivas.
En épocas de la creación de la prenda, la valorización de la hacienda vacuna, ya
iniciada, hacía vislumbrar un futuro de grandezas para la ganadería nacional. Los
negocios inmobiliarios, llegados a un límite extremo de reacción y precios bajos
después de la crisis, ofrecían, entonces, escaso atractivo. El crédito bancario, por otro
lado, brindábase fácilmente, debido a la débil demanda que por él había, y al creciente
volumen de los encajes. En tales condiciones, la hacienda vacuna se presentaría como
objeto preferente de los negocios.
Comenzaba la expansión de la "industria madre". La demanda de haciendas de cría
e invernada era intensa, y continua la elevación de sus valores. Los campos de pastoreo,
asimismo, eran muy solicitados, y los contratos de arrendamientos se estipulaban a
precios cada vez más altos: así lo permitía la elevación sistemática de las cotizaciones
pagadas por los frigoríficos y saladeros, apremiados por las necesidades de una
exportación siempre creciente, de la que el cuadro que sigue permite formarse una idea:
Exportaciones de carne vacuna antes de 19181
Frigoríficos, saladeros y fábricas de conservas de carne (toneladas)
Chilled y
Tasajo
Año
Conservada
Extracto
Totales
congelada
y salada
1912
314.290
16.346
546
8.034
339.216
1913
366.229
12.574
799
3.910
383.512
1914
368.968
13.944
431
2.377
385.720
1915
362.769
31.944
653
213
395.579
1916
427.700
44.569
640
1.199
474.078

ANarACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
329
Cbilled y
Tasajo
Año
Conservada
Extracto
Totales
congelada
y salada
1917
394.837
100.784
579
2.613
503.813
1918
495.614
191.001
1.108
2.780
690.503
Del Boletín Mensual de Estadística Agrícola.
Atraídos por las ganancias consiguientes al ascenso continuo. de los precios y
estimulados por las facilidades del crédito comercial y bancario, los negociantes en
hacienda aumentaron considerablemente. Personas que nunca se habían interesado por
esta clase de operaciones, no importa las aptitudes que para ello tenían, compraban
haciendas y arrendaban campos, algunas veces sin capital alguno. Comerciantes
mayoristas y minoristas de la Capital Federal, especuladores y aventureros, converti-
dos de la noche a la mafiana en criadores e invemadores, competían en los negocios de
hacienda con nuestra, ya de mucho tiempo arraigada, aristocracia de establo.21
Los remates y ferias de hacienda se veían muy concurridos; y en ellos, los consig-
natarios y rematadores que por su responsabilidad acreditada disponían sin dificultad
del crédito bancario, vendían hacienda a plazos de sesenta o noventa días a los criadores
e invernadores, durante cuyos plazos-como expresa el señor Rostagno-estos criadores
o invemadores, genuinos o de ocasión, gestionaban en los bancos adelantos prendarios
sobre la misma hacienda comprada a crédito, con lo que hacían frente a los compro-
misos contraídos con el rematador o consignatario.
Es así que, gracias al crédito se pudo hacer grandes negocios con escasos capitales.
El crédito permitió pagar cotizaciones inusitadas por las haciendas de cría e invernada;
y ofrecer altísimos precios por los arrendamientos. Mas, no se le debe convertir en
causa de la elevación de los precios, como se hace con frecuencia.
Es la gran demanda de la exportación la que determinó el fenómeno del alza. Este
a su vez trajo la expansión de las transacciones y la especulación, fomentada por el
crédito comercial y bancario. Sin duda alguna que este crédito contribuyó sobre todo
a la puja de los precios de las vacas de cría, de los novillitos y las vaquillonas; pero la
valorización de estas haciendas tuvo su raíz principal en los precios altos que las
fábricas pagaban por los productos, y que seguirían pagando mientras continuase la
demanda intensa. En este caso -de persistente demanda- el crédito facilitaba con un
buen margen de provecho, el proceso por el que se actualizaba el valor futuro del
producto en perspectiva. Y todo continuaría bien, tanto los negocios sanos, cuanto los
de carácter especulativo, mientras aquel valor se realizase a su tiempo, de acuerdo a lo
previsto ...
21
Véase al respecto dos interesantes trabajos: el ya citado de La Prensa y el publicado por M. N.
Rostagno en la Revista de Ciencias Económicas. mayo-junio de 1922, titulado "La crisis ganadera".

330
RAÚL PREBISCH
De otro modo también pudo el crédito influir sobre los precios: al permitir a muchos
negociantes no desprenderse de sus ganados para solventar a su madurez los compro-
misos. Empero, en este caso como en el anterior, sólo fue un factor coadyuvante de la
inflación de los precios, y no su causa. Pues que dicha inflación tuvo su base real y no
ficticia.
A este respecto conviene insistir, dadas las repetidas exageraciones sobre la
influencia del crédito en el alza de precios. El proceso de la valorización de nuestros
ganados, fue distinto al de la inflación de valores inmobiliarios que en 1913 llega a su
cúspide. En el primero, es la gran demanda de carne, es el precio alto que obtiene la
misma en los mercados consumidores. que determina la valorización de las haciendas.
El crédito, en este caso, al facilitar la afluencia de nuevos negociantes y la expansión
de las operaciones, al ampliar el radio de la competencia entre criadores y entre
invernadores, permitió que un mayor número de personas aprovechase la coyuntura de
la valorización. Que bajo la influencia del crédito abundante, los precios del mercado
interno pudieran ascender en proporciones superiores a lo que permitiera el valor futuro
del producto, es cierto; pero siempre es el último el motivo de la inflación.
En el caso de la propiedad inmobiliaria, en cambio. los valores subieron sin basarse.
ni lejanamente, en el valor efectivo de los productos del suelo, que no había aumentado.
Comenzada, quizá, la especulación en vista de un crecimiento futuro de aquel valor,
a poco, estimulada por un abundamiento de crédito, se desvinculó completamente de
este factor. La inflación de los valores, por consiguiente, fue ficticia.
Terminada la guerra, la inflación del circulante y los precios en Europa, había de
seguir su desarrollo por más de un año. Así, el número indicador del precio de la carne
vacuna congelada, en Smithfield, que en 1918 había llegado a su máximo de 391, en
1919 apenas desciende a 3 71, desde donde baja a 322 en 1920; es recién a partir de este
año que el descenso se produce en forma intensa, de tal suerte que en 1921 el número
indicador alcanza un promedio anual de 230. Del mismo modo, el número indicador
de las cotizaciones del chilled bajó de 265 en 1920, a 221 al año siguiente.
En nuestro mercado interno la marcha de los precios fue diversa en los primeros
tiempos, como puede observarse en el gráfico de la página 319. Mientras en Smithfield
desciende el precio de la carne entre 1918 y 1919-si bien en forma poco acentuada-
y entre 1919 y 1920. continúa el ascenso de precio de nuestros novillos en el primero
de estos períodos, y comienza un leve descenso en el segundo. Sin embargo -como se
verá por las cifras de más adelante- la demanda de las fábricas exportadoras, disminuía
después del año 1918 en que había llegado a su máximo.
Es posible que la "fiebre aftosa", extendida a los rebaños de todo el país. al afectar
la oferta, contribuyera a que la valorización se mantuviese en la primera de las épocas
anotadas. Pero el factor que parece haber apuntalado los precios del ganado por algún
tiempo más, es el crédito, sostenido a su vez, por la confianza.
Habíamos expresado anteriormente, que el crédito no podía ser considerado como
factor determinante de la subida de precios. Lo que, por cierto, no significa que su
influencia no se haya dejado sentir en el sostenimiento de aquéllos por algún tiempo,
y, más tarde, en el descenso. En efecto, se creía en la Argentina que la baja de las carnes
en Europa sería un fenómeno de corta duración. Por otra parte, se tenía grandes

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
331
esperanzas en que otro factor, las exportaciones de ganado en pie para reponer los
diezmados stocks de Europa, mantendría los precios firmes en el país. "Pronósticos tan
halagadores contribuyeron a fomentar la especulación que siguió con todo desenfreno.
Las casas consignatarias y los rematadores concedían fuertes créditos a sus clientes;
aumentaba as[ el número de compradores pues no hacía falta dinero para adquirir
ganado; en cambio, /os vendedores disminuían porque obtenfan crédito
y no necesi-
taban vender hacienda para hacer frente a sus compromisos".22
Que es el crédito, afirmado en creencia optimista de que continuarían en lo futuro
los altos precios, el factor que mantuvo por algún tiempo las cotizaciones y logró
contener la baja en nuestro mercado interno, parece confirmarlo el hecho que, entre
1919 y 1920. mientras descendía ligeramente el precio de los novillos, debido al
decrecimiento de las necesidades de la exportación, de la demanda externa, los temeros
y las vaquillonas -en los que se cifraban futuros provechos- obtenían aun precios más
altos en 1920 que en 1919. El crédito comercial y bancario seguía estimulando la
demanda de hacienda en las ferias. y permitía que los poseedores no liquidasen.
El descenso de los precios
Al llegar el año 1921. las circunstancias se invierten. Es cierto que Europa había
disminuido sus rebaños de ganado, y que su población y sus industrias necesitaban
alimentos y materias primas. Empero, su potencia adquisitiva se había reducido
considerablemente: la reconstrucción resultaba mucho más áspera de lo que general-
mente se esperaba.
Persiste en la Gran Bretaña el movimiento de baja general de los precios. entre ellos
los de las carnes, así nativas como importadas
En la Argentina, el interés de los frigoríficos por la hacienda vacuna sigue
disminuyendo, y se acentúa la baja ya iniciada en el año anterior. Los bancos, que
habían concedido crédito con tanta liberalidad, restringen los nuevos préstamos y
dificultan las renovaciones, tanto del crédito personal concedido a los rematadores y
consignatarios, como del concedido a los ganaderos con prendas de sus haciendas, pues
la baja en el valor de éstas, disminuye proporcionalmente la garantía que representa.
La sequía, además, se deja sentir con intensidad en 1921, para agravar más aún la
difícil situación de los ganaderos. Y la falta de campos con buenos pastos, poruna parte,
y la competencia que la agricultura, estimulada de nuevo por los altos precios de los
cereales, hace a la ganadería en los arrendamientos, por otra. lleva muy arriba el precio
de éstos.
Es así que la liquidación forzosa de las haciendas para responder a los compromisos
creditorios difícilmente renovables, unida a la motivada por los altos precios de los
arrendamientos (mayores que cuando la cotización de la hacienda era buena), aumenta
la oferta de animales en el mercado. La demanda, asimismo, debilitada por la
22
Véase Rostagno, art. cit.

332
RAÚL PREBISCH
disminución del interés de las empresas exportadoras, se manifestó, por otro lado en
los remates ferias, en la escasez de compradores; escasez que contrasta notablemente
con la abundancia de los años anteriores. De ahí, por consiguiente, la fuerte caída de
las cotizaciones. (Si otro factor de importancia ha intervenido para intensificar este
descenso, lo veremos más adelante.)
Algunas cifras ilustrarán la afirmación que formulamos. Ya hicimos notar que las
necesidades de la exportación venían disminuyendo desde el año 1918, en que se
exportaron 690.503 toneladas -según se ve en el cuadro- hasta el año 1921, en que la
exportación total apenas alcanza a 406.932 toneladas.
Exportaciones de carne vacuna después de 1918.23 Frigoríficos, saladeros
y fábricas de conservas de carne (toneladas)
Chilled y
Tasajo
Año
Conservada
Extracto
Totales
congelada
y salada
1918
495.614
191.001
1.108
2.780
690.503
1919
345.795
90.185
569
4.279
440.827
1920
406.552
14.805
126
2.382
423.865
1921
389.902
14.001
135
2.894
406.932
Pero más expresivas que estas cifras heterogéneas son las que representan la faena
de.animales vacunos, correspondiente a las exportaciones anotadas. De acuerdo a los
datos suministrados por la Dirección de Economía Rural y Estadística, en tanto que en
1918 las exportaciones de carne vacuna por los frigoríficos, saladeros y fábricas de

conservas de carne habían requerido una matanza de 2 .976 mil cabezas, en 1919, esta
cifradescendfaa2.019mil; en 1920,a 1.416 mil; ya 1.252 mil en el año 1921. De estas
cantidades, corresponde a los frigoríficos solamente, una matanza de 2 .739 mil reses
en 1918; 1.911 mil en 1919; 1.377 mil en 1920; y 1.182 mil en 1921.

Estas cifras son el resultado del juego recíproco, de la acción interdependiente de
varios factores. En efecto, una vez iniciado el debilitamiento de la demanda externa,
y el aumento de la oferta en nuestro mercado interno, los precios bajan; lo que a su vez
reacciona sobre la demanda, y la estimula. Es así que las cantidades anotadas son el
complejo resultado de estas acciones y reacciones. Y a este respecto, podríamos repetir
lo que ya dijéramos al ocupamos del mercado británico. Una hipótesis aclarará esta
cuestión; supongamos que los precios de las haciendas no hubiesen descendido en
1921, debido a una fijación oficial (si esto fuese posible); es evidente que en tal caso,
23
Del Boletín Mensual de Estadística Agrícola.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
333
la faena destinada a la exportación hubiese llegado a cifras muy inferiores a las que en
realidad alcanzó. La disminución de los precios operada durante el año, determinó la
absorción por el mercado externo de mayor número de cabezas que las que tomara si
las altas cotizaciones del año anterior se hubiesen mantenido. Así también, en lo que
se refiere al mercado interno, estrangulado por la carestía precedente, y acicateado en
1921 por las cotizaciones en baja.
·
En todo el país, en 1920, los frigoríficos, fábricas de conservas y mataderos
municipales y particulares, faenaron 1.657 mil reses vacunas para el consumo interno
de la población; cifra que sube a 2.034 mil en 1921, gracias a la baja de los valores. Si
a estas cantidades sumamos las representadas por las reses faenadas por las empresas
para la exportación, resulta que la faena total de los frigoríficos, etcétera, y mataderos
de la República, fue de 3.287 mil cabezas en 1921, contra 3.074 mil en el año ante-
rior.
Sin el descenso en los precios ¿cómo la exportación y el consumo interno hubiesen
podido absorber la mayor cantidad de ganado?
Ese descenso parece ser, por consiguiente, la reacción natural de un mercado
congestionado de haciendas cuya demanda, a la vez, tendía a decrecer. No importa si
tal congestión responde a un crecimiento de los rebaños, o a la presión de circunstancias
económicas: el hecho indiscutible es el aumento del número de cabezas vacunas
ofrecidas en venta.
Debido a que las compras de ganado vacuno se realizan en más grande escala en
las mismas estancias que en el mercado de Liniers -para el que sólo hay estadísticas-,
no se puede conocer periódicamente las ofertas de ganando. Sin embargo, este mercado
refleja el estado general de los negocios; por lo que es interesante conocer las cifras que
a él se refieren. A pesar de la manifiesta disminución del interés de los frigoríficos por
la hacienda, el ganado vacuno continuó llegando a Liniers, en proporciones aun
superiores en 1921 que en 1920, a saber: 1.387 mil cabezas contra 1.300 mil,
respectivamente.
En 1922 continúa el descenso en el mercado británico. El número indicador de los
precios de la carne vacuna chilled, baja de 221en1921a137 en el año siguiente: y el
de la carne congelada de 230, en el primero de estos años, a 136 en 1922. En nuestro
mercado interno se acentúa el proceso de liquidación y la oferta de ganado se presenta
abundante: mientras en el primer semestre de 1921 (la estadística oficial, con su atraso
crónico nos impide dar cifras más completas) en el mercado de Liniers entraron 703
mil cabezas de vacuno, en igual período de 1922, esta cifra llega a 970 mil. Los
frigoríficos y el consumo interno pagan precios bajísimos; el número indicador de los
precios de los novillos mestizos especiales, tipo chilled, desciende de 160 en 1921, a
un promedio de 113 en 1922; del mismo modo, el correspondiente a los novillos
mestizos gordos para congelar, que en aquel año era de 146, baja a 99, en éste; el de los
temeros descendió de 254 a 164; pero mucho más intenso fue el descenso experimen-
tado por las vacas mestizas, las vacas criollas y las vaquillonas, los números indicado-
res de cuyos precios bajaron de 151a84, 165 a &4 y 181a95 respectivamente, lo que
bien demuestra la desconfianza reinante sobre el valor futuro de los productos.
La mayor oferta de ganado en el año 1922, con respecto a 1921,fue absorbida en
gran parte por el consumo interno, que aumentó notablemente merced al descenso de

334
RAÚL PREBISCH
los precios. Para la exportación se faenó apenas algunos animales más que en el año
anterior. Las cifras de la matanza en los frigoríficos, acusan un sensible crecimiento.
debido no a la mayor exportación de cuartos refrigerados, que en uno y otro año casi
es la misma, sino, en gran parte. a la mayor faena para el consumo de la Capital Federal
y provincia de Buenos Aires, y en proporciones menores a la mayor exportación de
carne conservada y extracto de carne.
De lo hasta ahora expresado en estas anotaciones se desprende que la repercusión
de la baja de los valores en el mercado británico sobre nuestro mercado, ha sido
facilitada por una oferta más abundante de ganado. Aun sin esta oferta crecida. el
descenso de los precios de la hacienda se hubiese producido por el solo hecho
comprobado, de la tendencia de la demanda externa a disminuir fuertemente.
En la sección siguiente trataremos de saber si otros factores han intensificado aquel
descenso.
v. Los PRECIOS DEL GANADO y LOS FRIGORÍFICOS
Ante el señor Pagés y la mayoría de los hacendados para quienes preparó su
conferencia, la baja de la carne vacuna se debe única y exclusivamente a las
escandalosas maniobras de un trust extranjero que azota en estos momentos la gran
riqueza nacional formada con el sudor de nuestra activa y progresista aristocracia
pecuaria ...
Si el argumento tiene éxito y satisface ardientemente a los especuladores en fracaso
y ganaderos embarrancados, no menos que a serios hombres de estancia hechos a las
ideas simplistas: es deleznable considerado a la luz de los fenómenos que venimos de
analizar. Esto, por cierto, no significa pintar a los frigoríficos de color de rosa. Desde
que, una cuestión es la de si ellos ganan, y otra la de si con sus maniobras han producido
el descenso de los valores.
Nadie pone ya en tela de juicio la existencia de un entendimiento entre las empresas
firgoríficas o más bien, la continuación del "pool" o "conferencia" -como quiera
llamársele- formado en abril de 1914 para prorratearse las exportaciones al mercado
1'ritánico y evitar sus inundaciones periódicas, y mantenido durante la guerra para
adjudicarse las bodegas marítimas.
"En la conferencia -expresa el comisionado Calvo en su interesantísimo informe-
se reúnen todos los gerentes de todas las compañías, cada semana o cada quince días
más o menos. y es donde se trata el precio de fletes, nuevos contratos en común para
el continente, seguros, etcétera, y ya quedó definitivamente establecido el porcentaje
que le toca a cada uno."
"Todos los gerentes sostienen bajo su palabra que no se utiliza este convenio para
hacer presión en los precios". (En un estudio objetivo de este asunto, una declaración
tal, como se comprenderá, tiene muy poco peso.)
"Su objeto, según ellos, es evitar que se pusiera en un momento dado, mayor
cantidad de carne 'chilled' que lo que puede absorber este mercado. lo que produciría

ANOTACIONES SOBRE lA CRISIS GANADERA
335
una baja aun más perjudicial a todos, desde que, como he dicho, no se puede conservar
mucho tiempo el 'chilled' sin que pierda mucha parte de su valor".
"Todo esto es perfectamente razonable y basado sobre sanos principios de
comercio".
'"El inconveniente que encuentro a este arreglo es: los que estamos en el comercio
de hacienda sabemos que todos los compradores de los frigorificos son hombres
inteligentes y vivos -y lo tienen que ser para llegar a ese puest(}- que siguen paso por
paso lo que hacen sus competidores y las compras que efectúan".
'"Como saben exactamente lo que cada uno necesita y la época para cuando se
necesita, y hasta la última libra de carne que cada uno puede poner a bordo de cada
vapor; sin necesidad de convenios previos, ni instrucciones al respecto, ¿por qué
hacerse la competencia si hay para todos sin apurarse?"

Ya nos hemos expresado en el mismo sentido que el señor Calvo sobre la influen-
cia indirecta que el "pool" de compradores pudiera tener sobre los precios, al limitar,
de hecho, la competencia. Empero, nuestra divergencia con el comisionado, quizás
radique en el alcance de aquella influencia (sobre el que nada afirma).
Una serie de hipótesis -muy comunes en Economía- nos harán ver que está
limitada por condiciones de hecho.
A) Supongamos que, por cualquier causa, mejorasen las cotizaciones de la carne
vacuna importada en el mercado británico; y que los frigoríficos no sólo se entienden
sobre la distribución de las exportaciones, sino también sobre todos los aspectos que
presenta el negocio (esto es, que forman un verdadero "trust"). En tal caso, el "trust"
razonará, digamos, sobre si obtendría mayores beneficios al continuar enviando la
misma cantidad de carne, o si le convendria aumentar los embarques. En el primer caso,
disfrutarla de mayores precios en la venta de carne, mientras seguiría pagando las
misma~ cotizaciones por nuestros novillos, desde que no habría modificado su
demanda en nuestro mercado interno. Es cierto, que entonces, fuera difícil mantener
el entendimiento, pues cada una de las empresas tendería a libertarse y cosechar para
sí las grandes ganancias de las otras. Es una situación análoga a la engendrada por el
"pool" de 1912, que, como sabemos, hubo de disolverse por la pretensión no aceptada
de una de las empresas de aumentar la proporción de sus embarques. En el segundo de
los casos, para exportar mayor cantidad de carne, las empresas combinadas deberían
demandar más animales a los productores, a través del incentivo de los precios más
altos;
de lo contrario, al no tener ningún motivo para hacerlo, éstos no aumentarian la
oferta. Sin duda que en un régimen de libre competencia los precios ofrecidos serian
mayores; pero en uno y otro caso se produjera el alza. Es así que, como ya anotamos
en otro lugar durante la guerra, a pesar del "pool" (menos poderoso -es cierf(}- que el
trust hipotético) los frigoríficos pagaron precios cada vez más altos por las haciendas.
Y sin ir tan lejos: las empresas"trustificadas" -según se dice- están pagando precios
más altos por el ganado ovino, y pueden hacerlo porque en Smithfield se cotiza la carne
correspondiente a más altos precios. ¿Cómo es que el "pool" omnipotente no paga hoy
las mismas cotizaciones, o cotizaciones más bajas que antes, si así obtendría mayores
beneficios?

336
RAÚL PREBISCH
Ninguna de estas hipótesis tiene analogías con lo que hoy sucede en el mercado de
carne vacuna. Sigamos pues nuestros supuestos teóricos.
B) Los precios bajan en la Gran Bretaña; y si la oferta de carne aumenta, serán más
bajos aún, dada la sensibilidad del mercado. Como en el caso anterior, supongamos al
mismo tiempo que la oferta de ganado en el país productor continúe inalterada. Es
lógico que las empresas trustificadas guiadas por el deseo de obtener ganancias y no
pérdidas, tratarían de disminuir las exportaciones para entonar los precios en Smith-
field. Al hacer esto debilitarían la demanda de ganado, esto es, tenderían a reducir sus
compras. Pero como la oferta continuaría inalterada, y ningún productor desearía
quedar sin vender su tropa, para que los frigoríficos se la comprasen tuviera que
ofrecerla a precios más bajos; y la intensidad de este descenso sería tal que a los
frigoríficos conviniese seguir exportando más carne no obstante la inundación que en
tal supuesto se produjera en el mercado británico, y los precios más bajos aún que
resultaran. Es cierto que dada la inestabilidad e interdependencia de todos lo~ factores
en juego, el nuevo nivel de precios más o menos estable, así en Smithfield como en
Liniers, no se establecería automáticamente, sino después de una serie de ajustes, por
los que las empresas buscarían obtener su rendimiento máximo. En otros términos, la
política de los frigoríficos trataría de llegar a la posición de equilibrio relativo más
beneficioso intermedia entre estas dos situaciones hipotéticasy extremas: a) obtener
más altos precios en el mercado británico, al importar menores cantidades de chilled;
al disminuir, por lo tanto, las exportaciones de carne de nuestro país, la demanda de los
frigoríficos sería menos intensa, y como la oferta permanecería inalterada, los precios
del ganado descenderían a más bajos niveles; de tal suerte que el margen entre las
cotizaciones pagadas por la hacienda y los recibidos por la carne se ampliaría, por una
parte, y el número de operaciones realizadas se reduciría, por otra; b) obtener precios
más bajos en el mercado británico al continuar importando las mismas cantidades de
chilled; al permanecer inalteradas las exportaciones de nuestro país, la demanda de
ganado continuara la misma, frente a una oferta asimismo invariable: por lo que los
precios del ganado fueran más o menos los mismos, o quizá más bajos por la presión
de los compradores organizados; es así que el margen entre ambos niveles de precios
se reduciría, pero al mismo tiempo, el número de operaciones seguiría siendo el mismo.
De tal suerte que los frigoríficos podrían imponer precios bajos a los productores
y comprarles todas las haciendas ofrecidas para resarcirse-y posiblemente con creces-
del consiguiente descenso de los precios en· Londres.
En un régimen de libre concurrencia este período de transición fuera más largo y
dificultoso; pues cada empresa, independientemente de las otras, regularía sus propias
exportaciones, y por lo tanto sería mayor el riesgo de una baja brusca de las cotizaciones
en Smithfield, debido a importaciones crecidas. Y los precios, tanto de la carne como
los del ganado serían mucho más inestables. En efecto, supongamos que en un
determinado momento, dado ciertos niveles de precios en Smithfield y Liniers las
empresas obtuvieran superbeneficios. Entregadas a la libre competencia, como es
lógico cada uno de los frigoríficos trataría de aumentar sus operaciones, estimulado por
aquellas ganancias excesivas; esto es, aumentaría su demanda de ganado, y por lo tanto

ANOTACIONES SOBRE lA CRISIS GANADERA
337
subirían los precios. En el mercado británico, como se comprende, crecerían las
importaciones, y al mismo tiempo, descenderían los valores. Es a<;í que el margen entre
ambos niveles de precio se estrecharía y disminuirían las ganancias. Y dado el desorden
y la anarquía inherente a la libre competencia, es muy posible que se llegara a una
situación de pérdidas: por haber aumentado excesivamente la demanda y pujado muy
arriba los precios en el mercado productor, y remitido a la Gran Bretaña cantidades muy
fuertes de carne que deprimieran intensamente las cotizaciones. Frente a esta situación
desfavorable, cada frigorífico trataría de enviar menos carne al mercado británico, esto
es, disminuiría su demanda de ganado; por manera que la reacción se traduciría en
nuestro país por el descenso de los precios altos pagados anteriormente.
Resumiendo: en un régimen de trustificación, el desenvolvimiento de los negocios
fuera más estable que en uno de libre concurrencia; pero los frigoríficos estuvieran en
condiciones de imponer al productor precios más bajos que los precios resultantes de
un régimen de competencia abierta (asimismo bajos, desde que las cotizaciones de la
carne en Smithfield también lo serían). En el primer caso, el riesgo de perder en los
negocios sería mucho menor que en el segundo; y en éste, las superganancias, apenas
surgidas, tenderían a desaparecer, en tanto que en el segundo. a mantenerse.
A riesgo de abrumar al lector, seguiremos nuestras hipótesis, ya que ellas nos
compenetran de la complejidad de la reacción de los mercados.
C) Supongamos ahora que. dada la misma hipótesis anterior sobre el mercado
británico, la oferta de ganado disminuyera en nuestro país. Para contener la baja de las
carnes en aquél, las empresas reducirían sus embarques, y por lo tanto, disminuirían su
demanda de hacienda. En un régimen de libre concurrencia entre los frigoríficos, los
precios. a pesar del menor interés de éstos, tenderían a mantenerse firmes. desde que
la oferta disminuye más o menos con la misma intensidad que la demanda, según se ha
supuesto. En un régimen de monopolio, por el contrario, las empresas se encontrarían
en posición fuerte para imponer precios más bajos a los productores. que no tendrían
otro remedio que aceptarlos. Pero si el precio fuere tan bajo que resultase tan
beneficioso para los frigoríficos como perjudicial para los ganaderos, dos órdenes de
consecuencia<; tenderían a producirse a través del tiempo. Por una parte, el abandono
paulatino de la industria de carnes por muchos productores. determinaría un descenso
tan considerable en la oferta de ganados, que los mismos frigoríficos se verían
seriamente perjudicados en sus negocios. Por otra, el deseo tan lógico de expandir sus
operaciones, que cada empresa sentiría frente a los grandes beneficios, tendería a que
la combinación se disolviese. Bien se comprende. empero. que los frigoríficos, sin
llegar a tales extremos, sin perjudicar tan siquiera al productor, podrían, en un supuesto
de oferta y demanda decreciente, pagarle precios que -sin dejar de ser remuneradores-
podrían serlo mucho más en un régimen de libre concurrencia.
D) Por último. supongamos que los precios bajasen en el mercado británico y que
la oferta de ganados, ya sea por causas naturales -superproducción- o económicas,
creciere en el mercado productor. En este caso, se produjeran los mismos fenómenos
que en el caso (B) de oferta inalterada, pero el descenso de los precios, así de la carne

338
RA L'L PREBISCH
en Smithfield, como del ganado en la Argentina, sería más intenso. En efecto. En el caso
de trustificación, las empresas. frente a la abundancia de ganados podrían imponer
precios más bajos aun que en el caso (B) y a la vez los precios en Londres bajarían
debido a las mayores exportaciones; asimismo. en el de libre concurrencia. en el que
dada aquella baja en Londres, el máximo de precio que podían pagar por el ganado para
obtener beneficios normales. estaría a un nivel m~s bajo que el del caso (B ).
El caso presente del comercio de carnes es análogo al recién considerado en la
hipótesis anterior. Pero es preciso tener en cuenta: Primero. que. según se desprende
del informe del comisionado Calvo. las empresas frigoríficas no están trustifica<las.
sino que forman un "pool .. para regular las exportaciones; "pool" que a su vez trae la
limitación de fa competencia en nuestro mercado interno. Segundo: que frente a la
organización de los compradores. los vendedores están absolutamente desorganiza-
dos; ante una demanda compacta. la oferta se presenta incoherente y dispersa. sin
regulación alguna. De tal suerte que, aunque no hubiese "pool .. que limitase la
competencia. de hecho. la situación de los frigoríficos -que no alcanzan a diez- sería
siempre ventajosa frente al sinnúmero de productores aislados en las estancias (en
donde aquéllos adquieren más de 60 % de las haciendas) que desconocen, al efectuar
sus ventas lo que hacen en ese momento los otros productores que con él compiten.
Tercero, que. ocurrida una baja en los precios. el consumo interno concurre con los
frigoríficos para repartirse la oferta.
Ya hemos visto que las grandes importaciones de chilled en el mercado británico.
determinaron el descenso de sus cotizaciones. y a la vez. por el fenómeno reflejo ya
explicado en otro lugar, la reducción de la demanda de carne congelada. Es sabido que
la Argentina suministra más del 90 % de la carne vacuna chilled consumida en el Reino
Unido. Para detener la baja. se planteaba. por lo tanto, el problema de la reducción de
las exportaciones de carne vacuna chilled de nuestro país, y por consiguiente. el de la
reducción de la demanda de nuestro ganado. Pero es el hecho que la oferta creció al
mismo tiempo en el mercado interno. De tal modo que para inducir a los frigoríficos
y al consumo interno a que descongestionasen el mercado.24 los precios de la hacienda
hubieron de bajar. (No importa. en este momento. la mayor o menor intensidad de la
baja.) El '"pool'' de frigoríficos. pagando precios bajos. reguló los embarques de tal
forma que no produjesen en el mercado consumidor un descenso por bajo de ciertos
límites (es a lo que se refiere el señor Calvo).25
"
Y aun si la oferta no hubiese crecido. la congestión existiera, desde que la demanda tendía a
disminuir.
25
Se podría objetar a las empresas la política seguida en sus negocios, del siguiente modo. Si las
exportaciones de chilled argentino deprimieron sus precios, y al mismo tiempo hicieron fuerte competencia
a la carne congelada, los frigoríficos, en lugar de seguir embarcando mayores cantidades de aquélla.
debieron estabilizar sus exportaciones, para alcanzar. de este modo, la fim1eza en los precios. En tal caso.
no hubiese quedado otro recurso a las empresas que exportar mayores cantidades de carne congelada, para
no paralizar sus operaciones, por una parte, y para absorber nuestra producción, por otra. El examen de las

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
339
De nuestra exposición anterior se desprende que el descenso de los valores de la
carne y el ganado vacuno hubiese acaecido también en un régimen absoluto de libre
concurrencia entre los frigoríficos. y que. debido al "pool'' --que limita lacompetencia-
esos últimos estuvieron y están en condiciones de intensificar la baja de Jos precios.
Hicimos notar. asimismo. que si el margen entre los precios de Smithfield y Liniers
permitía extraprovechos. la competencia entre las empresas. en un régimen de
completa libertad comercial. llevaría de nuevo este margen al límite "normal" de
ganancias en los negocios. mientras que. bajo el sistema del "pool" Jos frigoríficos
podían mantenerlo más amplio para cosechar beneficios extraordinarios.
Mucho se escribe y discute sobre el margen en los presentes momentos. Pero es
preciso reconocer que los cálculos presentados son poco satisfactorios: basados en
suposiciones, las más de las veces. citan estadísticas y datos sin dar el menor indicio
de su procedencia para que pudiera comprobarlos el que descare. Por otra parte. tales
cálculos difieren según sea el autor que los presenta. Fieles a la seriedad que hemos
tratado de poner en este trabajo. no nos atrevemos a entrar en un terreno que nos es
desconocido. Creemos. además. que mientras el gobierno no se decida a contralorear
la industria de carnes y competentes técnicos oficiales estudien el problema de las
ganancias. en los mismos frigoríficos. por cada animal faenado. toda apreciación sobre
la materia es susceptible de grandes errores.
Es así que. sólo a título informativo. formularemos algunas observaciones. Por el
gráfico que presentamos. puede notarse que las ganancias de las empresas son
sumamente variables. y que. en general han venido disminuyendo. dada la tendencia
a estrecharse que denota el margen entre los precios de Smithficld y Liniers. Los
cálculos acerca de Ja amplitud de este margen, como se ha dicho son diversos. Depen-
den, en primer lugar. de la tabla de rendimientos de subproductos que se adopte como
base de cálculo; en segundo lugar, de la época que se elija para la comparación. desde
que los precios. así de la carne en Liniers y Smithfield, como de los subproductos. son
estadísticas nos pe1mitirá suponer los resultados que hubiese tenido esta política. En 1911. 1912 y 1913.
las importaciones de chilled en el Reino Unido fueron: 2.256: 2.232 y 2.991 mil cuartos respectivamente;
y las de congelado: 2.208; 2.696 y 2.616 mil cuartos respectivamente. Durante la guerra, como ya se sabe,
aumentaron considerablemente las importaciones de la segunda carne y disminuyeron las de la primera.
En el año 1921. pudo obse1varse que las importaciones del congelado solamente, 5.101 mil cuartos eran
muy superiores a las de aquellos años. y aun mayores que el promedio del conjunto de las dos carnes en
el trienio; mientras que las del chilled, a saber: J .883 mil cuartos. eran todavía inferiores a las de entonces.
Y a hemos explicado. sin embargo, cómo el chilled tendía a recuperar su posición perdida. Si por la política
hipotética, las empresas. al suspender las importaciones de chilled en favor de las de congelado, hubiesen
tratado de impedir la recuperación, las importaciones de este último en 1921, alcanzaran alrededor de 6.000
cuartos. cantidad muy superior al promedio de las importaciones conjuntas del trienio. Es lógico suponer
que el mercado británico no hubiese recibido a precios altos estas exportaciones. El descenso de los valores
se hab!Ía producido; y, además, con este doble orden de consecuencias para la Argentina: primero, sus
novillos tipo chilled le fueran comprados para congelar. en desmedro de los precios: segundo, sentirían sus
exportaciones la fuerte competencia de las de Australasia (que como se sabe, no envía chilled al mercado
británico).

340
RAÜL PREBISCH
variables en sumo grado; y por último, de los precios máximos, mínimos o medios que
se tomen (por ejemplo, la circular Weddel registra precios medios. en tanto que los
informes oficiales de Smithfield publican sólo cotizaciones de las carnes de primera
calidad -first quality meats).
Así es que el comisionado Calvo presenta los precios de los subproductos a
mediados de 1922 -época de su estada en Londres-, precios que apenas difieren de los
publicados por nosotros en el folleto de la Sociedad Rural Argentina. El hacendado
Pagés, en cambio, toma para sus cálculos "'los precios medios de la venta anual, durante
el ciclo de 1915 a dbril de 1921 ".Como se comprenderá, tales cotizaciones medias no
son utilizables en absoluto para cálculos sobre las ganancias en 1922, ni aun en 1921,
en que los valores fueron mucho más bajos. Lo que no impidió, por cierto, al señor
Pagés, hacer la siguiente mixtura: como el señor Calvo no da precios para todos los
subproductos, aquél completa la enumeración con los precios medios referidos; y de
este modo, el nuevo cálculo está formado, en lo que respecta a ciertos subproductos,
con los precios de mediados de 1922, y en el resto, ¡con los promedios de 1915-1921!
No importa cuál fuese el error cometido, cálculos de este linaje deben ser tomados con
ciertas prevenciones ... 26
Utilizando los datos del señor Calvo, las cotizaciones de la Circular Weddel, para
el mercado británico, y las de T. Devoto y Cía., para el nuestro, formulamos -siempre
a título informativo- las siguientes apreciaciones.
"
Y también las estadísticas con que el conferencista del Prince George's Hall, salpica elegantemente
su exposición: "Pero mi espíritu de investigación --expresa con elocuencia el señor Pagés al referirse a las
estadísticas sobre la exportación de carnes- no se detuvo en las cifras de la estadística nacional; fue más
lejos, fue a comprobar las de origen inglés, para cerciorarse si ellas confirmaban los hechos acusados por
nuestras estadísticas ... " (pág. 15). Por nuestra parte. deploramos si aquel "espíritu de investigación ..
fatigara sus alas al volar tan lejos: pues que en el viaje parece haber mezclado las cifras. del mismo modo
que hizo la mixtura de precios.
Exportaciones de toneladas de carne según
Importaciones de cuartos
1
vacunos argentinos en el
Año
Reino Unido
el señor Pagés
y la Dir. de E.R. y E.A.
(Estadística W eddel)
Congelado
Chilled
Congelado
Chilled
Congelado
Chilled
1
1
1
1912
317.620
25.231
1.580.644
2.220.707
1913
332.054
34.175
1.102.932
2.989.800
1.060.312
2.961.219
1914
328.278
40.690
1.155.588
3.244.716
852.612
2.774.286
1915
351.036
17.703
3.259.230
1.109.676
2.154.254
961.114
Téngase presente que nuestras exportaciones se dirigían a Ja Gran Bretafia y a otros países; de ahí
la diferencia entre las exportaciones de cuartos de la Argentina, y las importaciones de cuartos argentinos
en la Gran Bretaña. Pero Jo que deseamos poner en evidencia es la proporción ridículamente baja que el
señor Pagés asigna a las exportaciones de chillled en relación al total; mientras que en las estadísticas
oficiales argentinas e inglesas el chilled tiene mayor importancia que el congelado.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
341
El precio máximo alcanzado en Smithfield por las 750 libras de carne chilled, en
el período 1921-1922. fue$ 362, al cambio real, en la semana que termina en marzo
25 de 1921: en la misma fecha, las 750 libras de un novillo vendíanse en Liniers a
$ 206. Resta por lo tanto un margen de $ 156, al que hay que sumar $ 50 de
subproductos, y restar $ 71 de ga<>tos de elaboración y flete; el resultado arroja una
ganancia de$ 135 por novillo. Ahora bien, como el señor Calvo toma la cifra más baja
para el rendimiento en subproductos. y la más alta para el flete y gastos. si suponemos
que uno y otros se compensan, la ganancia será de$ 156.
En la semana que termina en julio 14 de 1922. las 750 libras de chilled en
Smithfield, valían. al cambio real,$ 161. y en Liniers. la misma cantidad. El margen,
por lo tanto se anula: de acuerdo con las cifras del señor Calvo. los frigoríficos pierden
$ 21 por novillo; y no ganan ni pierden. si se supone que subproductos y gastos se
compensan.
En la semana que termina el lº de diciembre de 1922. el precio de Smithfield llega
a$ 190 y el de Liniers a$ 109, de tal suerte que la ganancia es de$ 60 según el señor
Calvo y de$ 81 según el supuesto anterior.
La variabilidad del margen, y de las líneas de precios que lo encierran, bien
demuestra que si el "pool'', al limitar la competencia. puede permitir grandes ganan-
cias a los frigoríficos. es impotente para manejar a su capricho las cotizaciones. Se ha
sostenido lo último, siempre que los precios de la carne ascienden en Smithfield,
mientras descienden en Liniers. El mismo señor Calvo, ante esos hechos y el aumento
simultáneo de las exportaciones de nuestro país, deduce aquella conclusión. como si
este aumento y la baja de los precios de la hacienda no pudieran ser el resultado de una
oferta abundante en el mercado. La lógica exigiría entonces que el fenómeno contrario
fuera explicado a la inversa. Es decir que cuando los precios bajan en Smithfield
mientras suben en Liniers -lo que sucede con igual frecuencia que el caso anterior- se
atribuyera el ascenso de los precios de la hacienda al manejo de los ganaderos ... (véase
el gráfico comparativo).
Es así que los frigoríficos tienen que actuar dentro de las condiciones que les crean
la oferta, en nuestro mercado, y la demanda en el británico. De poder manejar a su
antojo la primera, la baja de los precios en Smithfield sería seguida automáticamente
por el descenso de los precios en Liniers. De ser posible lo segundo, no tendrían por
qué regular periódicamente los embarques.
Comprueba, por otra parte, este aserto. la observación de las fluctuaciones estacio-
nales de los precios de la hacienda en Liniers. a través de varios años, debido a las
oscilaciones estacionales de la oferta, dependientes, a su vez, del régimen de los pastos.
Con este fin, hemos formado un cuadro comparativo de los promedios mensuales de
las cotizaciones de un novillo mestizo especial tipo chilled, desde varios años atrás,
según las tablas de precios del ganado que publica sistemáticamente el Boletín de la
Bolsa de Comercio a partir de 1902. Como pudiera objetársenos que las fluctuaciones
estacionales de los precios provienen del peso variable de los animales, remitimos al
lector de La Prensa de diciembre 26 de 1922, en que se publicaron las cotizaciones por
libra de carne chilled en Liniers, a partir de 1911 que, como las por animal en pie,
fluctúan estacionalmente.

34.?.
RAÚL PREBISCH
Cotizaciones de la carne chilled en Smithfield
-·----------,-
1
1 Promedio
Prom750 libs.
k 1 $m/n
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libra
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por libra
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1
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1921
en
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- - - - -
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-
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Enero
7
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357,75
335,87 CT'° , , 5.563 J99,2J 220.09
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10
357.75
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5,000 J 78,87
197.62
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J 90.75
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Febrero
4
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3
4.500 J60,98
J 70,45
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JO
357.75
348,75
..
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25
JO
357 .75
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24
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Marzo
4
10
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Marzo
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11
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357.75
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J67,98
24
10
~57 ,75
362.66
24
5.437 194,52
J60.98
Abril
1
9,J25 326.44
331.04
3J
6,000 214.65
204.82
..
8
1
8.250 295.14
3 J0.25
Abril
7
6,000 214.65
224.15
15
8,750 3 J3.03
338.0J
14
5,437
J94.52
233.76
22
7.875 281.72
305,07
2J
5,250 l 87.8J
210.35
29
8,000 286.20
312.58
28
6,250 223.59
204.54
M_~yo
6
8,000 286.20
336.70
~1,'~Yº
5
5.500 J96.76
240.34
13
7 ·ººº 250.42
292,80
12
5.500 196.76
2 J6.38
..
1
20
7.000 250.42
279.92
19
5.750 205.70
2J0.08
27
7' 125 254.89
264,01
26
5.000 178.87
219.94
Junio
3
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269.64
Junio
2
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191,79
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177.61
17
7 .500 268,31
290,14
16
5.500 J 96.76
183.46
24
7.500 268,3 J
290.54
20
5,875 210.17
213.06
Julio
1
7.875 281.76
307 ,73
33
5.000 178.87
226,30
x
7 .750 277 .25
305,43
Julio
7
4.500 160,98
198,60
15
7.875 28J.76
309,86
14
4.250 152.04
173.34
22
7.750 277.23
305.41
2J
5,500 196.74
161.43
29
7.250 259.34
279.25
29
4.675 167.24
211.86
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5
6.875 245.95
269.39
Agosto
4
4.750 J69.93
177,57
12
8.375 297 .82
320.68

11
5.250 187 ,81
182.45
19
8.750 313.00
340.88
18
5 .500 196.76
203.38
26
7.ó25 272.74
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25
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2
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24
5.625 201,23
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2
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216.76 1
23
5.625 201.23
221JO 11
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J9 u
_____
- - - - - - - - -

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
343
Cotizaciones de la carne chilled en Liniers
Preciod~
1
H 1922 J Precio de un
Fecha
Promedio no\\'il!o de 750
Fecha
Promedio no\\'illo de 750
1921
por libra
libras
por libra
libras
_
1
(cálculo)
(cálculo)
· - - -
Enero
8
30,00
225.00
Enero
7
24,50
183,75
..
..
15
28.75
215,62
14
24,00
180.00
..
..
22
28,25
211.87
21
22.50
168.75
..
..
29
29.25
219.37
28
23,50
176,25
Febrero
5
30,25
226,87
Febrero
4
21,50
161.25
..
..
12
29,25
219.37
11
21,50
161,25
..
, .
19
28,25
211,87
18
19.50
146.25
..
..
26
29,50
221.25
25
19,50
146,25
Mar1,o
5
30.00
225.00
1 Marzo
4
19,50
146.25
..
..
12
28,50
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17
18,50
138,75
..
..
18
27,50
206.25
18
19,00
142.50
..
..
1
25
28,25
213.75
25
17.50
131.25
Abril
2
28.25
213.75
Abril
1
17.00
127.50
..
..
9
29,00
217.50
8
15.50
116.25
..
..
16
29,05
219.37
15
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-
..
..
23
28.50
213.75
22
16,00
120,00
..
..
30
26,50
198.75
29
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123.75
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7
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6
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116.25
14
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183.75
13
15.50
116.25
..
..
21
20,50
153.75
20
15,50
116.25
..
..
28
20.50
153,75
27
17.50
131.25
Junio
4
23.50
176,25
Junio
3
19.50
146.25
..
..
11
23,50
176,25
10
18,50
138.75
..
..
18
23.50
176.25
17
18,50
138.75
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..
24
23,50
l 76,25
24
19,50
146,25
Julio
2
20,50
153.75
Julio
1
20,00
150.00
..
..
8
22,00
165,00
8
21,50
161,25
,.
..
16
22,00
165.00
15
21.50
161,25
..
..
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157 ,50
22
21,50
161,25
..
..
30
23.50
176,25
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161.25
A~osto
6
23,50
176,25
A~osto
5
21.50
161,25
13
25.00
187,50
12
21.50
161.25
..
..
20
25,00
187.50
15
20,50
153,75
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27
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206.25
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3
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S~ptiembre
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Octubre
1
28.50
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206,25
Octubre
7
18,00
135.00
..
..
15
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183,75
14
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138.75
..
..
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26.00
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18,50
138.75
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16.50
123.75
Noviembre
5
26.50
198.75
Noviembre
3
16,50
123.75
..
..
12
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191,95
10
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116.25
..
..
19
24,00
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18
14.50
108,75
..
..
26
22.50
168,75
25
14,50
108.75
1
Diciembre
3
22,50
168,75
Diciembre
2
14.50
108.75
..
..
10
24,50
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5
14.50
108,75
..
17
22,50
168,75
..
24
23.00
172.50
..
31
24,00
180.00

344
RAÚL PREBISCH
Cotizaciones mensuales de los novillos mestizos especiales, tipo chilled, en pie,
en el mercado de Liniers, 1911-1922
(en pesos moneda nacional)
Mes
1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922
Enero
105
115
115
165
160
190
155
165
205
225
195
120
Febrero
115
115
120
175
165
200
175
165
205
225
195
120
Marzo
125
115
125
175
160
190
175
175
205
215
190
120
Abril
125
115
145
200
160
195
175
190 215
225
205
110
Mayo
115
115
145
170
165
180
170
185
215
210
145
95
Junio
125
120
130
170
170
180
170
172 225
200
145
135
Julio
125
135
145
175
190
180
180
185
250 220
147
145
Agosto
135
145
135
175
235
185
180 220 250 240 205
145
Septiembre 135
135
135
175
230 210
180 240 250 240
185
135
Octubre
135
135
145
175
210
195
160 205
230 240
160
135
Noviembre 115
125
145
100 210
160
170 225
225
210
140
102
Diciembre 115
125
135
170
195
175
135
205
205
195
120
102
VI. LA ORTOPEDIA GANADERA
El precio míninw
Incapaces aún de agremiarse para organizar la venta de sus haciendas. los ganade-
ros argentinos solicitan insistentemente la acción del Estado Providencia. Y los
diversos planes que sugieren al gobierno. recorren todas las notas de la gama
intervencionista.
La verdad es que las circunstancias imponen sin demoras la intervención del
Estado. El "pool'' de los frigoríficos limita la competencia en el mercado interno, y los
poderes públicos no pueden sustraerse al conocimiento preciso de sus efectos. para
resguardar la producción. Es este conocimiento preciso que más falta hace en los
momentos actuales. dado el carácter tan poco firme de los cálculos sobre las ganancias
que las empresas obtienen en sus negocios. Recién en posesión de estos datos podrá
pensarse en la regulación coercitiva de los precios. como se verá más adelante.
No podrán esgrimir los frigoríficos teoría alguna de la libertad económica. para
oponerse a la intervención oficial. En primer lugar, ellos mismos. al regular sus
exportaciones de carne por medio del "pool", confiesan, de hecho, los resultados
perjudiciales de la libre competencia anárquica, y la necesidad de entenderse para

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
345
evitarlos. En segundo lugar, de las propias empresas angloargentinas partió en 1913 la
idea de la intromisión del gobierno en el comercio de carnes. cuando sus intereses
parecían seriamente amenazados por la competencia de los frigoríficos norteamerica-
nos.
El primer paso a dar por el gobierno es. por lo tanto, la investigación prolija del
negocio de carnes sobre el propio terreno, en los frigoríficos intervenidos. Que recién
sobre esa base se podrá asentar una política firme. Se nos dirá tal vez. con cierta ironía,
que no valía la pena haber escrito tantas líneas para llegar a una conclusión así. Pero
es el hecho que, entre sugerir la investigación de un asunto que sólo las empresas
conocen a ciencia cierta. o convertirnos en autores de proyectos elegantemente
elaborados sobre materiales deleznables. optamos por lo primero ...
El proyecto de intervención oficial en el mercado de carnes que más ha cautivado
la convicción de los ganaderos-como que la convicción, en general, es producto de los
intereses- es el que fija un precio mínimo para la venta de la hacienda vacuna. Unos
lo desean establecido lisa y llanamente; y otros, más escrupulosos de las normas
constitucionales que nos rigen, lo propician disfrazado por medio de un impuesto de
escala móvil, que al agrandarse cuando los frigoríficos desearen pagar bajos precios
por la hacienda, y menguar conforme los precios fueren más altos, se obligaría a
aquéllos, por propia conveniencia, a no ofrecer menos de una determinada cotización
mínima.
Supuesto este precio mínimo, surgen tres hipótesis, a su vez dobles-según existie-
re competencia entre los frigoríficos, o la competencia fuere limitada- a saber, que
dados ciertos precios de la carne argentina en el mercado de Smithfield. el precio
mínimo resultare: a) mayor que el que los frigoríficos pudieran pagar para obtener sólo
ganancias normales; b) igual; e) menor. Analizaremos a continuación cada una de estas
hipótesis.
a) Que el precio mínimo fijado oficialmente fuese mayor que el que los frigoríficos
pudieran pagar para obtener sólo ganancias normales. En este caso. las empresas, con
o sin "pool" entre ellas. trataran de reducir sus exportaciones de chilled y congelado,
para conseguir. de este modo, precios más altos en el mercado británico. Entonces
disminuirían sus adquisiciones de hacienda en nuestro mercado. En éste. por otra par-
te, existirían dos niveles de precio diferentes, a saber: uno, el de los "precios políticos",
pagados por las empresas por un número decreciente de ganado; otro, el de los precios
resultantes de la oferta creciente compuesta de los animales de exportación que los
frigoríficos ya no comprasen. y de los que acostumbrasen a llegar al mercado con
destino al consumo. Es así que se plantearía el problema de repartir entre los ganaderos
ansiosos de vender sus haciendas, el privilegio entrafiado en la compra a precio mínimo
por los frigoríficos; y el de evitar que los hacendados que no hubiesen conseguido
colocar así su hacienda, vendiesen a las empresas mayor cantidad de animales que lo
que se les permitiese, a precios inferiores que el mínimo, pero superiores a los que
reinaran en el mercado de consumo (que para conseguir que se absorbiese mayores
cantidades de carne habría tenido que reducir las cotizaciones). En resumen, en el caso
que analizamos, los ganaderos aprovecharían de un precio mínimo superior a los

346
RAÚL PREBISCH
precios de antes, por menores cantidades de hacienda vendidas a los frigoríficos para
la exportación: y obtendrían precios más bajos que los anteriores a la regulación. por
mayores cantidades de ganado, por el resto de la hacienda. cuyo único destino fuera el
consumo interno (y la preparación de carne conservada y tasajo, si es que no rigiese
también otro precio mínimo para las carnes destinadas a esto).
Desde que la Argentina contribuye con más del 90 % en las importaciones de
chilled en el Reino Unido. la reducción de nuestras exportaciones. al afectar seriamente
la oferta. repercutiría en el alza de los precios en Smithficld. Asimismo, la subida de
los precios del chilled y la disminución de las importaciones. determinaría el alza de
las cotizaciones de la carne vacuna congelada. Pero con el estímulo de este ascenso. los
australianos y neozelandeses aumentar:in sus exportaciones de congelado a la Gran
Bretaña, y sus cotizaciones no tardarían en descender. de nuevo. a bajos nivele'>.
Es entonces que. si bien los frigoríficos seguirían sus negocios de chilled. los de
congelado podrían tornarse imposibles por la competencia señalada. Lógico fuera que.
en tales circunstancias, aquellas empresas trataran de exportar únicamente la primera
de las carnes en cantidades de tal modo reducidas que sus precios altos permitieran
desarrollar lucrativamente el negocio (y en este caso descenderían más aun las compras
de ganado en la Argentina). Pero dos serían los obstáculos que se opusieran a la
intensificación de esta política. En primer lugar, como a nadie escapa, a medida que el
número de animales faenados en los frigoríficos se redujese, el costo unitario de
elaboración y de transporte. tendería a crecer pesadamente.~7 En segundo lugar. los
precios no podrían subir más allá de cierta altura. pese a lo reducido de las exportacio-
nes, desde que. franqueados ciertos límites. el consumo de carne chillcd tendería a ser
sustituido por el de otras carnes u otros artículos.
Es así que. conforme fuera más alto el precio mínimo de las haciendas. los
frigoríficos comprarían menos animales. y tenderían a exp011ar sólo carne vacuna
chilled desde que pueden manejar su oferta. ya que no la de carne congelada. Bien
entendido que, a mayor precio mínimo, mayores fueran las dificultades para desarrollar
los negocios.
Por cierto que estas dificultades no fueron consideradas por los proyectistas. Al
fundamentar su proyecto, parlamentario tan hábil como el doctor Sánchez Sorondo.
razonaba más o menos como sigue. La Argentina produce más del 90 % de la carne
vacuna chilled que consume la Gran Bretai1a. Luego, al poseer este semimonopolio
natural. es capaz de imponer precios al consumidor de aquel país. De tal suerte que si
el impuesto de escala móvil con que damos barniz constitucional al precio mínimo,
aumenta el costo total de la carne, los frigoríficos pueden cobrar precios más altos al
consumidor británico.
Firmemente adherido a su principio económico, el doctor Sánchez Sorondo.
sostenía que. a los fines de la defensa inmediata de la producción ganadera, no
n
Desde que, a pesar de la gran reducción del número de animales faenadc>s. el capital fijo inwitido
en la planta, y gran parte del circulante, siguen siendo los mismos. y sus intereses y amo11 ización se reparten
con W1a cuota mucho más pesada sobre cada animal sacrificado, confom1e disminuyen las operaciones.

A"lüTAClONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
347
importaba saber si los frigoríficos estaban o no trustificados. ni si eran o no los
causantes de la crisis por que atraviesa aquélla. Desde que esta crisis se manifestaba
concretamente en los precios bajísimos obtenidos por la hacienda. con obligar a los
frigoríficos a pagarlos más altos. el urgente problema se solucionara: que ya las
empresas se resarcirían a su vez en el mercado británico al pedir precios más altos por
la carne que importasen.
Parecía. pues. no tener en cuenta el autor del proyecto que. así como el consumo
de carne chilled habría aumentado al calor de los precios bajos. disminuiría progresi-
vamente conforme ascendiesen éstos. y que. pasados ciertos límites. el chilled sería
sustituido por otros consumos: que el costo unitario aumentaba al disminuir la faena:
que si el impuesto de escala móvil se aplicara también a la carne congelada. la
reducción de sus exportaciones y la consiguiente subida de precio serían aprovechadas
por otros países productores. que obligaran a retirarse del terreno a los frigoríficos del
país. Por otra parte. es lícito afirmar que el gobierno británico. preocupado más de una
vez del aprovisionamiento regular de un artículo de consumo tan arraigado en la
población. no contemplara con indiferencia la maniobra monopolística de los produc-
tores argentinos. consistente en reducir la oferta para obtener precios altos.
Tampoco se ha considerado la repercusión y las dificultades que el precio mínimo
tendría en nuestro propio mercado. según ya hemos visto.
Repetimos que estas y aquellas dificultades están en función de la altura del precio
mínimo. Si éste no afectara seriamente las ganancias .. normales" de las empresas. una
leve reducción de las exportaciones bastara para obtener más altos precios en Smith-
field. En tal caso. si entre los frigoríficos reinara la libre competencia. después de los
ajustes que ya conocemos. se llegaría a un nuevo nivel de precios en el mercado
británico. que permitiere únicamente la recuperación de dichas ganancias .. normales".
En cambio. si subsistiere el .. pool" de las empresas. que limita la competencia. éstas
podrían reducir con mayor intensidad las exportaciones y obtener en Smithfield pre-
cios que permitieran superganancias. Pero como se comprende, la altura de estos
precios estaría muy limitada por las dificultades ya anotadas (referentes tanto al chilled,
cuanto al congelado).
b) Que el precio mínimo fijado oficialmente fuese igual que el que los frigoríficos
pudieran pagar para obtener ganancias '·normales ... En este caso, si existiese libre
competencia entre los frigoríficos, los negocios tenderían a mantenerse en las mismas
proporciones. Pues si alguno de aquéllos o todos al establecerse el precio mínimo
redujesen sus exportaciones, la superganancia resultante de los precios más altos así
conseguidos en el mercado británico. fuera el estímulo automático del aumento de las
exportaciones, hasta llegar de nuevo a las ganancias "normales".
Si existiere .. pool" que limitase la competencia, los frigoríficos podrían conseguir
precios más altos en Smithfield. al reducir sus exportaciones; pero siempre dentro de
los límites a que ya hicimos referencia al tratar la hipótesis a).
e) Que el precio mínimo fijado oficialmente fuese menor que el que los frigoríficos
pudieran pagar para obtener ganancias normales. Esta hipótesis no se refiere. cierta-

348
RAÚL PREBISCH
mente, al caso de libre competencia entre los frigoríficos, pues que entonces estarían
pagando precios más altos que el mínimo por las haciendas compradas al productor.
Si la competencia estuviese limitada, los frigoríficos podrían continuar en las mismas
proporciones su comercio, y seguir obteniendo extra-provechos; extra-provechos que
pudieran aumentar en la misma forma que en el caso b).
De las consecuencias perniciosas que bajo un régimen de precio mínimo se
produjesen si la hipótesis a) se realizase prácticamente, se desprende la necesidad de
la investigación prr?via de los técnicos oficiales en los mismos frigoríficos, cuya
importancia ya señalamos. Pero no se crea que de realizarse cualesquiera de las dos
hipótesis restantes, el problema quedaría solucionado definitivamente. Y aquí llega-
mos a otro aspecto del asunto, cual es el de la estabilidad del precio mínimo, estabilidad
que nuestros pastores desean ardientemente para retornar a la "feliz edad y tiempos
dichosos" en que no tenían más que estirar el brazo y coger el fruto dorado, sin
preocuparse en lo más mínimo de las condiciones económicas de la producción y de
los mercados de venta.
Por razones de método, en nuestra exposición habíamos supuesto que la realiza-
ción de una de las tres hipótesis excluía la de las otras dos. Sin embargo, es muy posible
que, en la práctica, se desarrollasen alternativamente.
En efecto, la gran inestabilidad de los precios de la carne en Smithfield, como puede
observarse en los gráficos al respecto, haría que el precio mínimo que en un determi-
nado momento apenas permita ganancias normales, impida obtenerlas, poco tiempo
después, o facilite los extra-provechos. Y esta inestabilidad fuera mucho mayor en un
régimen de libre competencia, por lo que ya se dijo en el capítulo anterior, que bajo el
sistema de "pool" que, sin embargo, no siempre llega a tener éxito en la regulación de
las exportaciones.
De tal suerte que un precio mínimo estable que en ciertos mbmentos no produjese
complicaciones, en otro pudiera traerlas y viceversa. Por lo tanto, en caso de que
averiguada la obtención de extra-provechos en la industria frigorífica, en perjuicio de
la producción del país, se resolviese la implantación de un precio mínimo que no tocase
las ganancias "normales" (determinadas después de un estudio meditado) sería
necesario corregirlo continuamente para que no perdiese esta última condición.
Sin pretender entrar en detalles, nos parece que un sistema satisfactorio para llegar
a este precio mínimo elástico, fuera el de pagar al ganadero un precio evidentemente
bajo cuando vende sus haciendas, y abonarle más tarde primas variables de acuerdo a
la cotización que la carne proveniente de aquéllas hubiese obtenido en el mercado
británico y a las alteraciones que habrían sobrevenido en los costos de elaboración28 y
de transporte.
"
La investigación del costo de producción a más de ser difícil, conducirá sin duda alguna a
resultados diferentes según sea el frigorífico de que se trate, debido principalmente a la diferente eficiencia
de los procedimientos técnicos y administrativos. A los efectos del precio mínimo, para no perjudicar a
ninguna empresa, debiera tomarse como base el costo unitario de elaboración más alto -
el "costo
marginal" de los economistas.

ANOTACIONES SOBRE LA CRISIS GANADERA
349
Para estimular a las empresas a que extiendan sus negocies y adquieran por
consiguiente mayor número de animales, se podría rebajar gradualmente el precio
mínimo conforme crece la faena, o no aumentarle proporcionalmente cuando por este
crecimiento disminuye el costo unitario de elaboración.
Limitadas de tal modo las ganancias de los frigoríficos por la aplicación de un
precio mínimo elástico, no habría por qué preocuparse de la accion del "pool" sobre las
exportaciones. En todo caso aquélla siempre fuera benéfica porque al regular los
embarques disminuiría el riesgo de la caída brusca de los precios en el mercado; y
porque al evitar por medio de las variaciones del precio mínimo toda suerte de extra-
provechos que no proviniesen de una extensión de las operaciones, los frigoríficos no
tuvieran interés alguno en limitar sus exportaciones para obtener más altos precios en
Smithfield; antes bien, esta política les resultaría perjudicial, pues que el costo unitario
sería más alto y más pequeño el monto de las ganancias brutas debido al menor número
de reses faenadas. Por otra parte, no se nos ocurre cómo el gobierno podría impedir que
las pocas compañías frigoríficas formen un "pool" para regular las exportaciones desde
que la adjudicación de éstas es susceptible de efectuarse en forma secreta y de
disimularse por mil medios.
No se nos oculta que este régimen intervencionista en el comercio de carnes, por
los valiosos intereses que afecta y por su complejidad, requiere una gran moralidad
administrativa en los funcionarios públicos a que se confiase el contralor de la industria
-en que podrían participar con provecho representantes de las entidades ganaderas- y
una capacidad técnica un tanto extraña en nuestra burocracia, en cuya formación han
intervenido los apetitos de la política criolla antes que la selección de los más capaces.
Esta forma de ortopedia ganadera repugna a la libertad de industria. Empero, al no
ocurrírsenos otro sistema mejor, no vacilamos en propiciarla si es que los técnicos
oficiales averiguan la existencia de extra-provechos en los negocios frigoríficos, al
calor de la limitación de aquella libertad, y en perjuicio de la economía argentina.
Aguda en sus manifestaciones, la crisis ganadera ha turbado el letargo de los
hacendados argentinos, y tal vez contribuya poderosamente a que su instinto de clase
-incoherente, desorientado y negativo las más de las veces- se transforme en clara
conciencia de sus intereses económicos.
En cuanto a las ganancias "normales". parécenos que su determinación debiera efectuarse sobre la base
del término medio de los beneficios obtenidos por la generalidad de los negocios en que reinase la libre
competencia.
Nota. Escrita la mayor parte de este trabajo en algunos días de vacaciones pasados en nuestra provincia
de Tucumán, al regresar a la Capital Federal nos enteramos de los proyectos del ministro de Agricultura
sobre el comercio de carnes, de cuyo contenido tenemos el propósito de ocupamos en otra ocasión. Y ya
en prensa este artículo, aparecen los memoriales de los frigoríficos, presentados a la Comisión Especial de
Asuntos Ganaderos de la Cámara de Diputados de la Nación. En uno de estos memoriales se hacen
apreciaciones sobre el precio mínimo, del mismo linaje que las que hacemos en el último capítulo de nuestro
trabajo. Es que, basadas en los mismos hechos, a saber, las características del mercado británico y de nuestro
mercado productor, y en los mismos principios elementales sobre los precios, no es de extrañar que las
hipótesis formuladas lleguen a las mismas conclusiones. (Febrero 15 de 1923.)

29
LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSION* 1
EL PROYECTO MONETARIO DEL DOCTOR fRERS
La prosperidad de nuestra producción agropecuaria, sujeta en su mayor parte al
ritmo de los mercados extranjeros, está ligada íntimamente a la reconstrucción de la
economía europea.
La enorme destrucción de valores consiguiente a la guerra; la ruptura de innume-
rables lazos que unían otrora las relaciones económicas internas e internacionales; y el
aumento exorbitante de los signos monetarios y del crédito, constituyen las caracterís-
ticas más salientes de la Europa de los últimos tiempos. Y la anarquía monetaria, el
desequilibrio e inestabilidad de los cambios, no son sino el resultado manifiesto
de esta situación económica.
El problema del reordenamiento de la moneda y los cambios y el mucho más
general de la reconstrucción económica, son interdependientes. Por una parte, la
depreciación de aquélla y la inestabilidad de los cambios, emergen parcialmente de la
situación precaria de cada economía nacional y de las trabas opuestas al intercambio
entre los países; por otra, condición importante para el vigoroso desarrollo de este
intercambio y el mejoramiento interno, es la estabilidad de la medida de los valores.
Cuestión de tal trascendencia como la de la anarquía monetaria, que ha preocupa-
do a las conferencias de Bruselas y Génova -sin que sus recomendaciones fueran
escuchadas por los gobiernos- concentra en este momento la atención del doctor
Emilio Frers, presidente del Museo Social Argentino.
* N. del &J. Revista de Ciencias Económicas: 11, Serie II, N2 18-19, enero-febrero de 1923, págs.
27-39. El artículo está firmado y datado: "Raúl Prebisch. Facultad de Ciencias Económicas. Febrero de
1923".
Solicitada la opinión de la Facultad de Ciencias Económicas por el Museo Social Argentino, sobre
el proyecto de "Caja Internacional de Conversión" del doctor Emilio Frers, el señor Decano encargó el
as1U1to al Seminario de Economía y Finani.as. La respuesta, redactada por uno de los adscriptos a este
último, constituye el presente artículo. (Eduardo M. Gonella, Director del Seminario de Economía y
Finanzas.)

LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSIÓN
351
"Si la causa más inmediata de las perturbaciones comerciales -expresa el doctor
Frers al fundamentar su proyecto monetario2- es la inestabilidad de los cambios
producida por la depreciación desastrosa de los rublos. coronas. liras o francos. parece
evidente que el remedio de una situación mundial de esta naturaleza. debe encontrarse
en el restablecimiento del equilibrio monetario, es decir, en la estabilidad de los tipos
de cambio internacional''.
Y agrega más abajo: ''La verdad es que el problema, más que otra cosa es un
problema de equilibrio monetario, y por consiguiente, que es necesario plantear esta
alternativa; o bien se debe elevar de alguna manera el valor de la moneda depreciada
por las emisiones excesivas, o bien se debe depreciar la moneda de todo el mundo".
"La primera de estas medidas, el alza. es actualmente imposible. al menos si se ha
de efectuar en un espacio tan breve como sería necesario para el restablecimiento del
equilibrio industrial y comercial. La depreciación, al contrario. podría ser la obra de un
día, desde que no habría más que desmonetizar el oro y Ja plata y convertirlo en papel.
o bien en "unidades de cuenta" como lo propone el doctor Vissering. ¿Pero habría una
nación de las que poseen oro amonedado que aceptaría el plan? Dudo mucho: y, mejor
dicho, lo tengo por imposible. Y desde que el mundo se encuentra frente al problema.
pienso que debiera resolverlo por medio de un sistema de restablecimiento del
equilibrio monetario".
Es para llegar a este "restablecimiento del equilibrio monetario" que el doctor
Frers propone la fundación de una Caja Internacional "que no haría otra cosa que servir
de intermediario en los pagos internacionales", y convertiroroen papel y papel en oro.
según el caso.
El establecimiento de este organismo presupone la cooperación estrecha de todos
los países. Cada uno de ellos depositaría todas o parte de sus reservas metálicas. y
recibiría de la Caja Internacional de Conversión su valor en "ases". o sea certificados
de papel equivalentes a la par al oro. Sobrepasada la suma de 1.000 millones de dólares
en el monto de las reservas de la Caja, ésta podría emitir "ases", "hasta un límite
razonable", contra sólo el 50 % de su equivalente en metal amarillo, y siempre que se
le ofreciese garantías reales como títulos, acciones. hipotecas. etcétera.
Los "ases" servirían exclusivamente para saldar las deudas provenientes de
operaciones comerciales entre diferentes países, y ninguna otra moneda podría ser
empleada con aquel fin. ''Es evidente que los primeros envíos de oro deberán ser hechos
por los Estados fundadores de la Caja; pero desde el momento de su constitución ésta
funcionaría automáticamente en virtud del movimiento comercial que vendría a
facilitar El comerciante alemán, ruso o italiano que túviera necesidad de pagar
mercaderías compradas en Londres, por ejemplo, canjearía en oro sus marcos, rublos
o liras, al precio de su respectiva desvalorización, y Jo enviaría a la Caja Internacional
de Conversión, para girar sobre Londres en billetes de moneda internacional".
Museo Social Argentino, Caisse /nternationale de Conversion, Regularisation du Change
Monetaire, por Emilio Frers, Buenos Aires, 1922.

352
RAÚL PREBrsCH
Es sabido que el sencillo mecanismo de las letras de cambio ha jugado un papel tan
preponderante en la compensación de las cuentas internacionales, que, antes de la
guerra, los movimientos efectivos de metal amarillo apenas se efectuaban en pequeña
escala; sus exportaciones producíanse cuando el "gold point'' de salida indicaba a la
plaza deudora la existencia de un desequilibrio negativo entre la oferta y la demanda
de letras de cambio sobre el exterior. Menores aún han sido los movimientos de
metálico en los años de guerra y en los últimos tiempos, no porque los desequilibrios
en los balances de pagos internacionales fueran menos intensos, sino porque los
gobiernos trabaron y sofocaron la tendencia ambulante del oro.
Nada expresa el doctor Frers en su proyecto monetario sobre este sistema tan
acabado de compensaciones internacionales. Al punto que no se sabe si todos los
débitos de un país necesitarán ser satisfechos en "ases", y si todos sus créditos le serán
pagados en la misma forma, o si solamente el saldo entre unos y otros deberá ser
cubierto en "ases'', de igual modo que este saldo era reembolsado en metálico en una
economía internacional libre. En el primero de los casos cada país tendría que adquirir
tal cantidad de oro para canjearlo por"ases" o de "ases" en su caso, como fuere el monto
de sus deudas comerciales hacia los otros países, y enviar a éste los certificados
obtenidos. Al mismo tiempo, recibiría de los países de que es acreedor, la cantidad de
"ases" que representan sus créditos. En el segundo caso, al subsistir el mecanismo de
los cambios, cada país enviaría o recibiría únicamente lo necesario para saldar sus
balances de pagos.
En última instancia uno y otro sistema de compensación internacional conducen al
mismo resultado; pero es evidente que el segundo es mucho más simple y económico
que el primero. Ante el silencio del proyectista sobre este aspecto de su plan.
supondremos que, en la realización práctica de éste, no trata de prescindir del juego
compensatorio de las letras de cambio. De este modo le colocamos en la situación más
favorable frente a las críticas que formularemos en seguida al proyecto de Caja
Internacional de Conversión.
Al funcionar la Caja, los países deudores adquirirían oro y lo llevarían a ésta para
recibir una cantidad equivalente de "ases", o, en su caso, comprarían "ases" directa-
mente en el mercado. De este modo, los billetes de la Caja entrarían en circulación para
cubrir los pagos provenientes del comercio internacional. "Una operación determina
otra, y al seguir y multiplicarse otras al infinito, el movimiento progresivo de canje de
oro por papel, podría llegar poco a poco a traer la rehabilitación general del comercio
y como consecuencia la normalización gradual de las relaciones monetarias".

Es precisamente lo que no entendemos en el plan del doctor Frers. No llegamos a
comprender cómo el movimiento progresivo del canje de oro por papel traería
gradualmente la reconstrucción del circulante, si este movimiento automático no
afectase las causas del desbarajuste monetario, salvo que la Caja, impregnada en
esencias sobrenaturales, se sustrajese a la acción de las fuerzas concretas.
En efecto, está plenamente demostrado que la inflación del medio circulante, por
un lado, y los déficit en los balances de pagos internacionales, por otro, son los
determinantes principales de la degradación de los signos monetarios. Degradación
que se manifiesta en el precio de aquellos signos con respecto al dólar-única moneda

LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSIÓN
353
que en lo presente equivale en su completo valor al oro-, es decir, en los tipos del
cambio. La inestabilidad de estos tipos, apenas perceptibles antes de la guerra gracias
a los libres movimientos del metal amarillo, se desarrolla, hoy, dentro de límites muy
amplios. Es que los gobiernos han obstaculizado y prohibido aquellos movimientos,
en el temor de que, si fuesen libres sus reservas metálicas se agotaran pronto, dado los
déficit en los balances de pagos, y la enorme desproporción entre aquéllas y el papel
moneda emitido en cantidades excesivas.
El funcionamiento de la Caja Internacional de Conversión presupone la libertad del
comercio de metálico, a través del paso de la propiedad de los "ases" de un país a otro.
Supongamos que los gobiernos se decidan por esta política liberal, lo que nos parece
difícil, según se verá por las razones de más adelante. En este caso, los comerciantes
del país deudor, para adquirir "ases'' con que saldar sus compromisos internacionales,
tendrán que comprar oro en el mercado libre y pagarlo con papel moneda depreciado.
El precio del oro, en este caso, dependerá de su demanda más o menos intensa, y de la
cantidad de circulante (papel moneda y crédito) disponible en el mercado. La demanda
de oro, a su vez, resultará del mayor o menor desequilibrio en el balance de pagos, y
de las maniobras de la especulación -siempre limitada por condiciones de hecho. La
cantidad de circulante, por otra parte, provendrá de las emisiones hechas por los
gobiernos o bancos y de la política del crédito seguida. A propósito conviene hacer
notar que, según el plan del doctor Frers, una vez en funcionamiento la Caja, cada país
podría llevar hasta cualquier extremo su política inflacionista interna, pues ella no
alteraría-al modo de ver del autor del proyecto-el regular funcionamiento ideado para
rehabilitar la moneda y los cambios. Pero continuadas de tal suerte las emisiones de
billetes, el precio del oro, expresado en papel moneda, fuera cada vez más alto e
inestable.
Es así que, por un lado, se tendría una moneda internacional, el "as", cambiable a
la par por oro en la Caja, y por otro, el papel moneda de cada país, depreciado
directamente en términos de metálico, o de su equivalente (el "as"), lo mismo que hoy
se manifiesta en relación al dólar. Y como se comprende, la inestabilidad de este papel
moneda, que es lo que ante todo interesa evitar, continuaría tal como en las circunstan-
cias actuales, mientras no se llevase a la práctica un sistema de conversión a tipo fijo
de cada signo monetario por su equivalencia en oro antes de la guerra, o por un valor
menor. Pero requisitos esenciales para esto son el enjugamiento del déficit en el balance
de pagos, y la desinflación completa delcirculante, en el primero de los casos, o el freno
de la inflación, en el segundo. Por cierto que una conversión así, es muy diferente a
la que propone el doctor Frers, e implica un esfuerzo sistemático y una política de
frugalidad económica, que contrastan con el fácil desenvolvimiento que aquél supone
en su proyecto financiero.
A este respecto conviene hacer una incursión por nuestra historia monetaria, tan
fecunda en interesantísimas experiencias. Apenas si precisa recordarse que la Argen-
tina ha tenido siempre dos monedas. La de papel para sus transacciones internas, y la
de oro, que pocas veces fue de metal efectivo, y casi siempre una simple moneda de
cuenta en que se expresaban las transacciones con el exterior. Es sabido, además, que
elrégimennormaldenuestropapelmonedahasidolainconversión,yporconsiguiente,

354
RAÚL f>REBISCH
la inestabilidad y el envilecimiento de su valor con respecto al oro o a la moneda de
cuenta. De tal suerte que, después de la ley monetaria de 1881, y la inconversión
acaecida a consecuencia de la crisis de 1885, nuestro país efectuaba sus negocios
internos con un papel moneda depreciado, el peso papel, que se cotizaba libremente en
la Bolsa de Comercio en términos del peso moneda nacional oro. Los cambios
extranjeros se expresaban a su vez con respecto a este peso moneda nacional oro, y sus
oscilaciones estaban circunscriptas a los límites del gold point. Ahora bien, el
comerciante que tenía que pagar sus deudas a la Gran Bretaña, por ejemplo, debía girar
en libras esterlinas sobre Londres. Para adquirir letras con este fin, compraba el oro que
fuese necesario, en la Bolsa de Comercio, y pagaba en pesos papel, según la cotización
del día; o bien, adquiría directamente las letras sobre Londres en un banco, que le
debitaba su importe en pesos oro -según la cotización del cambio-, o en pesos papel
-en que se traducían los pesos oro, al premio del día. Los bancos, a su vez, hacían frente
a estas letras a favor de la Gran Bretaña, con las que habían comprado a los
exportadores, en contra de este país. Y si el monto de las compradas resultaba inferior
al de las solicitadas por la clientela, bajaba el valor del peso oro, hasta que, franqueado
el gold point de salida, los bancos compraban metálico con pesos papel, para
exportarlo, o efectuaban operaciones de crédito con el exterior.
Por manera que, mientras las transacciones internas se efectuaban en pesos papel
inconvertibles, depreciados y de valor metálico fluctuante, los cambios internaciona-
les, expresados, en general, en tantas unidades de moneda extranjera por peso oro,
oscilaban dentro de límites tan cerrados como en cualquier país europeo de moneda
sana.
La situación del papel moneda y los cambios bajo el régimen de la Caja Internacio-
nal de Conversión, sería muy semejante a la recién descripta. Los francos, marcos y
demás signos monetarios depreciados, a más de su función de intermediarios en los
negocios internos, se emplearían -con el fin de saldar las deudas externas- para
adquirir cambios en "ases", o metálico para obtener "ases" en la Caja, o los propios
"ases"; del mismo modo que nuestro peso papel depreciado se utilizaba para comprar
cambios a oro sobre el extranjero, o el mismo oro, toda vez que las circunstancias
requerían su exportación. De este modo el franco o marco manifestaran su respectivo
envilecimiento e inestabilidad, en relación al oro, a los "ases", o los cambios en "ases",
así como el peso papel argentino denotaba su mayor o menor <legradación y valor
fluctuante frente al oro, o su equivalente, el peso moneda nacional oro, o los cambios
a oro (en libras, francos, o cualquier otra moneda convertible a la par). Bajo el sistema
de la Caja Internacional, por lo tanto, los graves problemas monetarios del presente,
estarían tan lejos como antes de su solución. El envilecimiento del signo monetario
interno enfrente a la moneda internacional, y su inestabilidad en términos de ésta y de

los otros signos, seguirían con todos sus obstáculos y perniciosas consecuencias para
el intercambio internacional;
así como hoy estos signos depreciado:; oscilan continua-
mente de valor entre ellos y con respecto al dólar.
Son precisamente variaciones de este linaje las que transtornaban nuestra economía
en el siglo pasado. Y mientras las causas que las determinaban no fueron sofocadas en
sus propias fuentes, el problema hubo de quedar planteado. Recordemos que la

LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSIÓN
355
desvalorización de la moneda de papel argentino-como lo ha estudiado magistralmen-
te el profesor Williams, tenía su razón de ser en las emisiones excesivas de billetes y
en el desequilibrio de nuestro balance de pagos internacionales. (La especulación
obraba al calor de estas circunstancias.) Poco después de la penosa lección del 90, cesó
en el país la nefasta política inflacionista, y terminó la orgía del capital extranjero,
cuyas abundantes importaciones tornábanse más tarde en reflujo, al originar fuertes
servicios que, pagaderos en el exterior, desequilibraban el balance de cuentas interna-
cionales; redujéronse las grandes importaciones de mercaderías, y la magnitud
creciente de las exportaciones permitió cubrir paulatinamente el débito de nuestro
balance, sin que el país tuviese que tomar préstamos extranjeros, como antes de la
formidable crisis. Es entonces cuando el papel moneda, llegado antes a bajísimos
niveles, comienza a mejorar su valor metálico. Por una parte, el país, con su espontáneo
desenvolvimiento económico, absorbía los billetes redundantes; por otra, los balances
de pagos se asentaban sobre más sólidas bases. Al influjo de estas circunstancias es que
se dicta la Ley de Conversión de 1899; ley que -no importa si surgió de los intereses
perjudicados por el alza del papel- despejó el camino a la conversión y estabilidad de
nuestra moneda, recién alcanzadas dos o tres afias más tarde, una vez que se
equilibraron nuestras cuentas internacionales.
He aquí, pues, los factores del equilibrio monetario: disminución de la oferta de
billetes, y descenso de la demanda de metálico. Y una vez producida la conjunción de
estas fuerzas, establecimiento de un mecanismo por el que aquellos billetes pudiesen
canjearse por oro, y viceversa.
No es de otra naturaleza el problema que se plantea, en lo presente, a cada uno de
los países de moneda degradada. Ante todo, aquél es de economía interna, en cuanto
es factor primordial del saneamiento monetario la desinflación del circulante, o, al
menos, la obstaculización de sus futuros aumentos. Y es un problema de proyecciones
internacionales, por cuanto así lo es el del balance de pagos.
El caso presente del franco es ilustrativo.3 Después del armisticio, el franco soportó
una baja precipitada, a pesar del resplandor de la "victoire". "La causa principal de esta
baja-expresa el profesor Ansiaux-, debe ser buscada en la intensidad de las urgentes
necesidades de alimentos, utiliaje, materias primas, que experimentaban los tres países
(Francia, Bélgica e Italia). La inevitable terminación de la asistencia anglo-americana
en materia de cambio, ha tenido por efecto hacer gravitar aquella necesidad con todo
su peso sobre el cambio, en momentos en que la capacidad de exportación de las
naciones interesadas se había reducido al extremo. El desequilibrio en el balance de
pagos, ha sido, pues, la verdadera razón de esta primera crisis del cambio; que la
inflación preexistente la haya exacerbado, es muy probable: había creado una masa de
'poder adquisitivo' que tenía apuro en emplearse en el exterior como en el interior, a
favor de la recuperación de los cambios internacionales".
Maurice Ansiaux, "L'Anarchie Monetaire Intemationale", Revue Economique lnternationa/e, 25
de diciembre de 1922.

356
RAÚL PREBISCH
Atenuado poco a poco el desequilibrio por el aumento de !as exportaciones, el
cambio comenzó a mejorar. Pero pronto sobrevino la crisis de superproducción, debido
a la cual la capacidad de exportar se redujo de un modo inquietante; como al mismo
tiempo se restringieron las importaciones, la disminución resultante del intercambio
internacional no se presentaba en condiciones de agravar radicalmente la situación del
cambio. Es más bien la competencia de las exportaciones de los países de moneda en
vfa de envilecimiento más intenso que el franco, que dificultó la colocación de los
productos nacionales en los mercados extranjeros, cuya demanda, como es sabido,
hubo menguado. Dificultades como éstas, al obstaculizar el equilibrio del balance de
pagos, trajeron una segunda crisis del franco en 1921, y, sobre todo, en 1922.
La extrema degradación del marco, por otra parte, proviene a la vez de las emisiones
excesivas de billetes y del enorme déficit en el balance de pagos, determinado
conjuntamente por los saldos negativos del balance comercial y por las cuotas de
reparaciones. Se sabe, además, que gran parte de las emisiones tienen su origen en la
necesidad de mayor circulante que experimentan los negocios, toda vez que los precios
internos suben rápidamente a cada nueva pérdida del cambio enfrente a las monedas
extranjeras.
Tanto en el caso del franco, como con mayor razón en el del marco y cualquier otra
moneda inestable, la especulación, al precipitar al mercado, en épocas de desconfianza.
las cantidades de billetes retenidas en vista de una valorización futura, contribuye a
intensificar el envilecimiento.
Si examinásemos la situación monetaria de los otros países de papel inconvertible
y depreciado, comprobaríamos la acción de los factores ya señalados. La experiencia
actual, por lo tanto, unida a la que surge de nuestra historia económica, nos lleva a negar
al proyecto del doctor Frers, las virtudes que éste le asigna. El canje de oro por "ases''
y de "ases" por oro, no traería la rehabilitación de la moneda y los cambios -que es lo
que realmente interesa- mientras no se equilibren las cuentas internacionales, y se
desinfle enérgicamente el circulante, si es que se desea retrotraer el valor del billete a
paridad de anteguerra con el oro, o se ponga freno o reduzca la inflación, si es que se
pretende "estabilizar" el papel en su valor metálico y poder adquisitivo actuales.
Es cierto que al ponerse en libertad parte de las reservas metálicas acumuladas en
diversos países, con el fin de que constituyan el tesoro de la Caja Internacional de
Conversión, mejoraría el estado de algunos cambios. Entre ellos, el cambio argentino,
que recobraría su paridad con el dólar. Pero este no es un aspecto particular de la
cuestión que nos ocupa: como que la libre circulación internacional de oro, no necesita,
para reanudarse, de Caja Internacional alguna. Más aún, a los obstáculos de orden
económico y financiero que los gobiernos ven hoy en día en la libertad de comercio del
metal amarillo, se agregarían otros de orden político. En lo presente, cada Estado tiene
sus reservas en su propio territorio, mientras que, bajo el régimen de la Caja las tendría
concentradas en otro país, si bien con pleno derecho a ellas. Lógicamente, una y otra
cosa son equivalentes: mas, en. la práctica, la segunda no condice con el actual
recrudecimiento de un celoso nacionalismo. No hace hincapié, el doctor Frers, en las
dificultades económico-financieras con que los gobiernos justifican su intervención en
el libre comercio de oro. En unos casos, la prohibición de exportar capitales metáJ!cüs

LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSIÓN
357
responde al temor de ver agotadas las reservas, al ser absorbidas por el déficit en el
balance de pagos (con lo que fuera más difícil la conversión futura). Es cierto que estas
reservas quedarían en la Caja, pero a la orden de otros Estados, que poseerían los "ases"
correspondientes: de la misma forma que, en lo presente, los Estados Unidos, país
acreedor por excelencia, absorben parte de las reservas de sus deudores. En otros casos
se teme que, vinculado el metálico a la cantidad de billetes, la exportación del primero
traiga consigo la desinflación del circulante. Y ésta parece ser la posición de nuestro
país, pues que es fácil demostrar que, dado el monto de nuestras reservas, su
agotamiento no pudiera producirse.
Se podrá objetar que, en el segundo de los casos, de acuerdo al plan del doctor Frers,
el país que temiese aquella desinflación, podría emitir la cantidad de billetes que
quisiese. Pero estas em~siones, sobre estimular la salida del metálico que hubiese
quedado en el país, y elevar la depreciación de los billetes frente al oro o los "ases'',
aumentaría el desequilibrio y la inestabilidad de los cambios internacionales (traduci-
dos a papel) que es precisamente lo que el doctor Frers pretende remediar con su
creación financiera.
Expresa el autor del proyecto que los "ases" servirían únicamente para el pago de
las deudas que proviniesen de operaciones comerciales. Es así que no considera las
deudas de carácter político, el pago de cuyos servicios afecta los balances de pagos de
igual modo que las primeras y contribuye, por lo tanto, como éstas, al desequilibrio de
los cambios.
Para analizar con orden el proyecto de Caja Internacional de Conversión, hemos
considerado, hasta aquí, que este organismo sólo emitifía "ases" contra depósito de su
contravalor metálico completo. Pero es el caso que, según el proyecto, una vez pasadas
lasreservasdelasumade 1.000millonesdedólares,laCajapodríaemitir"ases",contra
sólo el 50 % de respaldo en oro, siempre que el país que solicitare la emisión le diese
garantía de títulos, hipotecas, etcétera.
Sin duda que el doctor Frers no vacilaría en calificar de operación de crédito a esta
última, si ella fuese efectuada, con carácter interno, por cualquier banco de emisión. Y
como el nombre no hace a la cosa, la Caja Internacional, pese a su título, se convertiría,
en parte, en un instituto de créditos internacionales. Sin embargo, el autor sostiene en
otro lugar de su folleto, que "el mal (monetario) se encuentra menos en la falta de
crédito, que en la pérdida de poder adquisitivo de los países envilecidos en su papel
inconvertible". Y más adelante, al referirse a la Caja, afirma que "no sería de ningún
modo un instituto de crédito", y que "no haría otra cosa que servir de intermediario en
los pagos internacionales, y para la consiguiente conversión de las monedas de oro en
papel, y, recíprocamente, de la de papel en oro, en su caso".
El crédito internacional, o el extranjero, concedido a un país que necesita equilibrar
o disminuir el déficit en su balance de pagos, o que desee adquirir materias primas para
industrializarlas en artículos de exportación; sin duda alguna resultaría benéfico para
el cambio, si es que se observase una política monetaria circunspecta en el interior del
país en cuestión.
Muchos planes de créditos internacionales han surgido a partir de la Conferencia
de Bruselas: empero, a pesar de todos sus detalles y garantías, ninguno ha llegado a

358
RAÜL PREBISCH
tener realización práctica, por el temor de los países que tomarían el papel de
acreedores.¿ Cómo pensar entonces que estos mismos países, que serían los más fuertes
depositantes de la Caja Internacional de Conversión, consentirían en llevar su oro, para
que en seguida fuese aguado con emisiones espúrias de "ases"? ¿Aceptarían, acaso,
Estados Unidos y la Argentina, por ejemplo, que cada una de las unidades de su oro
depositado en la Caja, disminuyese paulatinamente de poder adquisitivo? Puesto que
la emisión de ·'ases" sin su íntegro respaldo metálico, tendría el mismo efecto sobre el
poder adquisitivo de este último, que el que, en diversas épocas históricas, tuviera el
gran aflujo de oro subsiguiente al descubrimiento de nuevas minas productivas.
Por otro lado, el autor no se ocupa de los requisitos esenciales para efectuar estas
emisiones (a pesar de que se detiene en otros detalles de escasa impo11ancia), a saber,
el plazo, el "límite razonable de las mismas", etcétera. Desde que sostiene que la Caja
Internacional no obtendría beneficios, es de pensar que no cobraría interés alguno por
esta clase de emisiones. Véase, entonces, cómo podría producirse un empapelamiento
de "ases". Pasado el límite de 1.000 millones de dólares, o "ases", en las reservas,
cualquier país, al ofrecer las garantías ya anotadas, y depositar una cantidad de oro
(para cuya obtención hiciera cualquier esfuerzo), podría conseguir de la Caja doble
cantidad de "ases" que el metálico entregado. Con estos ''ases'' se presentaría de nuevo
a la Caja, y solicitaría su equivalente en oro, con cuya cantidad, más otras hipotecas o
garantías, pudiera conseguir el doble de "ases", "ases" canjeables por metálico a la par.
Y así sucesivamente.
De este modo, o se llevaría a la Caja Internacional de Conversión al fracaso. a una
verdadera "inconversión'',4 por falta de metálico suficiente para responder a las
emisiones de "ases" efectuadas; o, en el caso fantástico en que casi todas las reservas
metálicas del mundo se hubiesen acumulado en aquéllas, los países deudores llegaran
a poder equilibrar con suma facilidad sus balances de pagos con ''ases" emitidos en
última instancia contra una mínima cantidad de metálico, y una máxima "garantía" de
hipotecas y títulos.
Es bien cierto que a este equilibrio de las cuentas internacionales se llegara. en el
segundo de los casos, a costas de la depreciación intensa del oro, debido a las emisiones
excesivas de "ases" -que suponemos convertibles-; y en desmedro de los países
acreedores que hubiesen visto reducido automáticamente el valor de sus créditos. en
tanto en cuanto el oro estuviese degradado en términos de los demás bienes. ¿Es lógico
pensar, entonces, que los Estados Unidos verbigracia, serían capaces de llevarun grano
de oro a Ja Caja, si ésta hiciera peligrar. de tal modo sus intereses económicos?
Es así que estas emisiones podrían ser de gravísimas consecuencias para las
relaciones económico-financieras entre los países. El crédito internacional, disimulado
en aquéllas, si se otorga en pequeña escala, no altera la estabilidad de los "ases", pero
Como sucedió con nuestra Oficina de Cambios en 1876. Previamente a este colapso, a más de los
billetes emitidos contra respaldo metálico íntegro, y la "moneda corriente" (papel) emitida antes de la
efímera conversión, el gobierno, cargado de compromisos, había lanzado "notas metálicas", en grandes
cantidades. Como los "ases" del presente caso, las "notas metálicas" de metálico sólo tenían el nombre ...

LA CAJA INTERNACIONAL DE CONVERSIÓN
359
tampoco llega a colmar los déficit en los balances de pagos, condición esencial para el
restablecimiento del equilibrio relativo de los cambios. Por el contrario, concedido en
mayores cantidades, consigue lo último, pero a costas de un mal mucho mayor.
El crédito internacional o extranjero a los países que lo necesitaren, ha de otorgarse
caso por caso, después de un estudio cuidadoso de las condiciones económico-
financieras de que dependiera su éxito; y, sobre todo, lo ha de ser en forma directa, sin
tocar el mecanismo monetario.
Todos los países de moneda envilecida aspiran a llegar de nuevo al patrón oro. ¿A
qué entonces manosearle? Y algunos de ellos, por una drástica desinflación del
circulante, por la economía en los gastos públicos, y el esfuerzo tenaz en mejorar su
balance de pagos internacionales, están en vísperas de conseguirlo. Tal es el caso de
la Gran Bretaña. Y economistas de nota ya le señalan como ejemplo.

30
A PROPOSITO DE LA PRIMERA CONFERENCIA
DEL PROFESOR JEZE*
La primera conferencia del profesor Gastón Jéze ha suscitado apreciaciones,
a nuestro entender, tan injustificadas como inoportunas. Para rectificarlas hemos hil-
vanado algunas ideas que no han logrado aparecer donde correspondía.
A pesar de que el presente número de la Revista ya estaba en prensa en ese
momento, conseguimos intercalar estas líneas en el mismo: pues que, de esperar el
siguiente, habrían perdido toda su oportunidad.
Entre frases elogiosas y amables para la persona del profesor Jéze La Razón del
domingo pasado1 publica algunas apreciaciones sobre la primera conferencia que die-
ra aquél el 20 del corriente en la Facultad de Ciencias Económicas; apreciaciones que
por referirse al ilustre maestro y por haber salido en diario tan importante, merecen ser
analizadas con cuidado.
La argumentación principal del articulista -{]_ue firma con las iniciales S.0.-
estriba en que el señor Jéze, recién llegado a la Argentina, "ajeno hasta ayer" a los
problemas de nuestra vida financiera, mal podría abordarlos con éxito en el breve lapso
de su estada entre nosotros. De ahí que sea ilusorio esperar gran cosa de su "improvi-
sado curso sobre las finanzas argentinas", expuesto a serios errores en su desenvolvi-
miento. Lamenta por esta razón, el crítico, "que se haya obligado" al profesor de la
Universidad de París a ocuparse de los vastos y complejos problemas de nuestras
finanzas locales; en lugar de haberle dejado explayarse con toda la elegancia del
espúitu francés, sobre cuestiones financieras de "interés general''.
El lector que no conozca el significado de la obra de Jéze en la evolución de los
estudios financieros, y su carácter estrictamente objetivo, el que ignore que la obra de

N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 11, Serie II, Nº20, marzo de 1923, págs. 171-176. El
artículo está datado: "Facultad de Ciencias Económicas, abril 25 de 1923."
22 de abril.

LA PRIMERA CONFERENCIA DEL PROFESOR JÉZE
361
J éze, tamizada severamente a través del método experimental, representa una reacción
vigorosa, contra la metafísica financiera, en que aun se deleitan estérilmente algunos
profesores de finanzas, para escapar al trabajo sistemático, paciente y a veces
infructuoso que requiere la observación de los hechos concretos; el lector que no esté
al corriente de estas cosas, después de enterarse del artículo referido, se ha de sentir
impulsado a confundir al profesor J éze entre los tantos conferencistas de ultramar, que,
ayudados por la gracia y persuasión de su palabra fluida, vienen a encontrar un éxito
fácil entre nosotros ...
Estoy seguro que la intención del articulista está muy lejos de esto. Pero el respeto
profundo que tengo hacia el maestro. y el deseo de que desaparezca toda duda sobre
el particular, me obligan a escribir algunas de las observaciones que a propósito del
artículo de La Razón del domingo he escuchado del señor Jéze esta mañana, y también
las que surgieron en mí al analizar aquel artículo.
Si bien el propósito del profesor Jéze, antes de su partida de Francia, no era
concentrar su atención únicamente en los problemas argentinos, con exclusión de los
problemas generales de actualidad, desde hace tiempo recibía información sobre
aquéllos. Pues que su viaje no es la consecuencia de una resolución brusca, del mes
pasado, sino que tiene su origen en las gestiones que, hace ya varios meses, el profesor
Levy Bruhl -que como se recordará estuvo el año pasado en la Argentina- comenzó
a realizar inmediatamente después de su regreso de la Argentina para que la Univer-
sidad de París nos enviase un financista.
Por manera que procede con ligereza el articulista al dar por sentada la falta de
información del profesor Jéze sobre nuestros problemas. Por otra parte, cuando una
personalidad como Jéze -que ha surgido y se ha destacado en el mundo científico
debido principalmente al riguroso método de observación y análisis de los hechos, y
a la seriedad de toda su labor científica y docente-, resuelve abandonar sus investiga-
ciones, su cátedra, y su revista, para arrojar su semilla en nuestra Universidad: nadie
tiene el derecho de suponer que, apartándose de golpe de las normas que han informado
toda su obra, venga a "improvisar" cursos en nuestro país, a hablamos con soltura de
lo que apenas sabe, a desplegar afirmaciones sobre hechos financieros que no ha
observado rigurosamente.
Muy sorprendido el profesor Jéze ante afirmación tan concluyente, nos decía: "Se
sostiene que no conozco los problemas financieros de este país y que llegaré a
conclusiones erróneas, antes que yo me expresase sobre los mismos; si en el curso de
mis estudios encuentro que mis observaciones, mis datos concretos, no bastan para
inducir conclusiones, no tendré reparos en decir así; pero déjeseme entrar en materia,
y después, que venga la crítica, a posteriori, basada en lo que yo he dicho y no en lo que
voy a decir".
No ha considerado el crítico que el señor Jéze se encuentra en una situación
privilegiada para abordar de inmediato el estudio de nuestros problemas. Es, el profesor
de la Universidad de París, el tipo acabado del docente universitario europeo que, sin
desmedr-: por cierto de su gran cultura general, se ha dedicado por completo a su
materia, sin compartir su tiempo precioso con la política, el ejercicio de la profesión,
o una vida social intensa. Tiene, pues, el profesor Jéze, el criterio muy aguzado para

362
RAÚL PREBISCH
observar nuestra vida financiera, el método y la rapidez de comprensión que sólo se
adquieren al consagrarse tenazmente a una especialidad determinada; dedicación tenaz
que no existe aún entre nosotros, y que hasta tiempos muy recientes no pudo existir.
en parte porque la naturaleza de nuestro ambiente apenas es propicia a los estudios
especializados.
Laméntase el articulista de que el sabio profesor no se haya dedicado más bien a
exponer los problemas generales de la ciencia financiera. De hacerlo así, agrega,
hubiésemos podido llamarle el "maestro de maestros''. Sin embargo. creemos que el
Instituto de la Universidad de París en Buenos Aires ha procedido con encomiable tino
al insinuar al profesor Jéze que no siguiese esa ruta. En efecto. los grandes problemas
financieros de actualidad y las soluciones más importantes -incluso la recientísima
reforma del presupuesto y de la contabilidad de los Estados Unidos-están tratados con
admirable claridad y precisión de estilo y de concepto en la sexta edición del
conocidísimo "Traité de Science et de Législation Financiere". ¿Qué hubiese escrito
el articulista si el profesor J éze se habría limitado a repetir lo que ya nos dijo en trabajos
anteriores?
A causa de la improvisación del profesor Jéze, continúa el articulista "la razón fría
y el espíritu crítico de cierta parte del auditorio no hallaban suficiente médula en la
conferencia". Yo he podido constatar, en cambio. la excelente impresión producida
por esta conferencia en personas capacitadas para comprenderla. En cuanto al término
"médula", su significado es muy relativo. En una conferencia de introducción, en que
se trata de despejar el terreno y exponer el método, no ha de pretenderse que sean
abordados los problemas fundamentales del curso, o sea su "médula". so pena de
introducir la confusión en el desarrollo de aquél. Y a este nuevo error de óptica
periodística, ha caído sin duda alguna el articulista, por la impaciencia que a todos nos
agita ante maestro tan reputado, y nos hace incurrir en juicios prematuros.
Como todo cultor del método experimental, el profesor Jéze tiene conciencia de la
relatividad de los principios e instituciones financieras en el tiempo y en el espacio. No
cree, antes de comprobación experimental que los primeros determinen la vida finan-
ciera de todos los países, ni que las segundas puedan ser trasplantadas de un país a otro
de condiciones de hecho-materiales y psicológicas- diferentes, sin previa adaptación.
Exponía este concepto de relatividad, precisamente para colocarse en la posición de
observador sin par ti pris ante los problemas nacionales. Y como ejemplo cercano del
fracaso a que se llega si este concepto no es observado, citaba, al pasar, el trasplante
poco afortunado de ciertas instituciones europeas a nuestro país por Bemardino
Rivadavia.
Como el articulista no comparte la misma opinión sobre este aspecto de la obra del
gran estadista, desde que sostiene que las instituciones rivadavianas fracasaron debido
al ambiente de convulsiones internas y externas en que fueron creadas, y no a su
artificialidad: aprovecha esta cita accesoria, que no afecta al nudo de la exposición del
profesor J éze, para comprobar una afirmación que formula en el párrafo anterior. Decía
en este párrafo: "Esta circunstancia, como ciertos datos, a nuestro juicio erre ieos. son
frutos de una deficiente información o de la necesidad de recurrir a ésta con excesivo
apresuramiento".

LA PRIMERA CONFERENCIA DEL PROFESOR JF.zE
363
Sin embargo. infonnaciones históricas nada deficientes inducen a creer que
Rivadavia. impregnado en las instituciones de la vieja Europa. quiso "actualizar el
porvenir"" demasiado ligero. con la impaciencia febril de su celo patriótico. Así nos lo
dice Vicente Fidel López en su Historia argentina. y lo confirman relaciones de la
época como las que el doctor José León Suárez. que ha dedicado gran parte de sus
energías al estudio de nuestra historia. transcribe en una oportuna carta dirigida el 23
del corriente al sefior Jéze, para solidarizarse con sus apreciaciones históricas.
Expresa el doctor Suárez que la Gaceta Mercantil de 29 de agosto de 1848
publicaba una carta del doctor Adeodato Gondra -ministro general del gobernador de
Tucumán. y considemdo como uno de los hombres más preparados del Partido
Federal- en que emitía el siguiente juicio sobre la política rivadaviana: "Siento verme
precisado a recordar los males que causó a su patria don Bernardino Rivadavia con las
decantadas instituciones de política rural y agrícola y otras que ensayó trasplantar de
las viejas sociedades europeas al suelo virgen de América. La historia juzgará aquel
personaje ... Podrá concederle la ciencia de los libros. pero le negará el conocimiento
de su país y de su época ... ", y más adelante agregaba de Rivadavia; "éste no fue otra
cosa que un imitador bastante desacordado''.
Termina el doctor Suárez su carta recordando que análogas opinones sobre
Rivadavia sabe de su bisabuelo don Joaquín Suárez, que fue presidente del Uruguay
y amigo del estadista argentino.
No puede por lo tanto calificarse de deficiente la información aludida. En todo
caso. repetimos que la cita era accesoria. de carácter secundario: el profesor Jéze tomó
el caso de Rivadavia como pudo tomar el caso del poco feliz Banco de Descuentos, a
cuya fundación ( 1822) no fue ajeno Rivadavia. banco creado a imagen y semejanza del
de Inglaterra, pero en un ambiente precario para soportar una institución financiera de
la talla que se le quiso dar; y como pudo citar otros ejemplos. cual la desgraciada
experiencia de los Bancos Garantidos.
Sostenía el ilustre conferencista que entre la situación mediocre de nuestras
finanzas aquejadas de un déficit crónico. y el estado general satisfactorio de la
economía argentina, existía un contraste evidente. que se nota también en nuestra
historia económico-financiera. En tales condiciones. sostenía que era imperdonable
que la Argentina tuviera malas finanzas: "La guerra os ha enriquecido y no arruinado.
No tenéis excusa alguna para presentar presupuestos en déficit".
Después de haber examinado en detalle algunos factores que le permitieron hacer
aquella afirmación sobre nuestro estado económico, el profesor Jéze. agregaba: "La
situación económica de la Argentina es buena. es sana. Sin duda. hay crisis ganadera.
Los precios del ganado son bajos. Pero esta crisis es pasajera. La Argentina tendría
demasiada suerte si no sufriese el contragolpe de la crisis mundial producida por la
guerra ... En cambio, he aquí una riqueza en potencia, formidable, y que no es pasajera:
la industria petrolífera se desarrolla día a día ... En fin, la mejor prueba de que la
situación económica es buena es que los capitales extranjeros recomienzan a afluir a
la Argentina".
Al escuchar estas palabras nadie sospecha que un travieso articulista diría dos días
después:: "otro error del maestro-perfectamente explicable por la premura con que se

364
RAÚL PREBisCH
desarrolla su plan- es admitir que la economía nacional, juzgada por él como muy
próspera, puede equilibrar la pérdida que implica la crisis ganadera, fenómeno actual
decisivo, fulminante, con la riqueza petrolífera, realidad incompleta, poco inmediata
y que constituye una esperanza más o menos fundada para nuestro porvenir". Y más
abajo: "realidades tan graves como el desastre ganadero ... no se contrabalancean con
la esperanza dorada de una riqueza petrolífera que sólo se puede entrever".
Hay evidentemente en estos términos una interpretación inexacta de lo que expresó
el profesor Jéze, que no habló de contrabalancear ni equilibrar las pérdidas en el ganado
con los beneficios en la explotación del petróleo, desde que se refirió a este último como
riqueza en potencia. La situación económica del país, en general satisfactoria, había de
tener sus sombras: la crisis ganadera; pero esta crisis es pasajera, no ha de tardar en
desaparecer. Aquellas sombras, empero, se aclaran ante la visión deslumbradora del
porvenir de la riqueza petrolífera, cuya explotación crece de día en día. Así he
comprendido las palabras que el profesor Jéze dijera el día 20; y así me lo ha confirmado
él en nuestra conversación de esta maflana. Por otra parte, creemos que las considera-
ciones que se hagan respecto del petróleo argentino deben ser muy bien meditadas,
pues que podrían perturbar la afluencia de capitales extranjeros que comienzan a
orientarse hacia las explotaciones petrolíferas, con evidentes beneficios para la
economía nacional.
He excedido en la extensión que pensaba dar a estas líneas; pero el carácter del
artículo publicado en diario tan serio como La Razón, artículo escrito por cierto con
mucha altura; y el deseo de que el sabio profesor francés no sea mal comprendido por
nuestro público, me han llevado a extenderme en esta forma.

31
LA SOCIOLOGIA DE VILFREDO PARETO*
Puede decirse que en la historia se observa un período de fe, seguido por otro de
escepticismo, al que sucede otra marea de fe; y así sucesivamente. El espíritu humano
oscila entre estos dos extremos y las ideas sociales siguen este movimiento ondulatorio.
Para referirme sólo a los últimos siglos, al humanismo del Renacimiento sucede la
reacción religiosa de la Reforma y de la Iglesia Católica. Pero los humanistas tienen
pronto sus herederos en los "filósofos" del siglo 18, que no logran establecer el reinado
de la "razón", pues los desaloja la ola subsiguiente de religión cristiana en Inglaterra;
y en Francia; de religión democrática y humanitaria en sus comienzos, patriótica y
guerrera, luego, y católica más tarde. A esta reacción suceden los "intelectuales" y
positivistas del siglo pasado, que combaten los "prejuicios" y que en el pedestal de la
fe pretenden elevar la santa Ciencia. Mas, en la primera década del presente siglo, surge
un idealismo que pretende "reemplazar al empirismo, el positivismo y la ciencia",
retoña el patriotismo y el socialismo se le inclina; reflorece la fe en sus diversas formas
de religión cristiana, antialcohólica, sensual.
Este movimiento ondulatorio de las ideologías sociales, correspondiente a una
variación análoga de los sentimientos-detenidamente estudiada por Pareto-, descien-
de a veces a la realidad experimental, pero se mantiene casi siempre en las regiones del
dogma y de la metafísica.
Las concepciones de este linaje desaparecieron casi por completo de las ciencias
físico-naturales, en que el único juez de la verdad de las doctrinas es su conformidad
con la experiencia científica.
En cambio, en las llamadas "ciencias sociales" constituidas de aquellas ideologías,
los conceptos son aceptados o rechazados según su concordancia o discordancia con
los sentimientos e intereses, expresados en creencias, entidades diversas, metafísicas,
teológicas
A estas ideologías oscilantes, un tanto estériles desde el punto de vista de la
experiencia científica, lo que no implica juicio alguno sobre su utilidad social, Vilfredo
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 11, Serie Il, Nº 27, octubre de 1923, págs. 154-166.
Conferencia pronunciada el 2 de octubre de 1923 en Ja Facultad de Ciencias Económicas, en el acto público
en homenaje a la memoria de Vilfredo Pareto.

366
RAÚL PREBISCH
Pareto pretende sustraerse, y vaciar las "ciencias sociales" en el molde en que
progresan las ciencias físico-naturales.
Su Tratado de Sociología General condensa esta aspiración. El propósito del autor
es narrar, analizar los hechos sociales y sus relaciones, para descubrir uniformidades,
y formular teorías de acuerdo a la realidad. Trata de prescindir en absoluto de su estado
de ánimo, de sus pasiones. de sus sentimientos e intereses. Pero las manifestaciones de
estos últimos son también hechos sociales; y así, extrínsecamente los considera Pare to,
como índice de fuerzas de gran importancia en el equilibrio social.
Es bien difícil mantenerse en esa prescindencia. No incurre Pareto en la debilidad
de creerse un ''hombre lógico experimental" perfecto; y acepta que en la sociología
haya rendido alguna vez tributo inconsciente a sus sentimientos. Pero no se extienda
a la obra póstuma las críticas de que el Cours d' Economie Poli tique publicado
alrededor de 1897 es pasible y algunas de las cuales fueron formuladas por el mismo
Pareto. o más bien dicho, por el sociólogo Pareto de veinte años después. En el Curso.
el economista Pareto hace una análisis científicamente riguroso de los fenómenos
económicos: pero cuando se ve precisado a ocuparse de fenómenos sociales, se deja
llevar por las teorías que surgen de la ética corriente, y por los juicios de la sociedad
en que vive, teorías y juicios que concuerdan con sus sentimientos. "El autor del Curso
-<lice Pareto- parece creer. al menos implícitamente. que lo que es contrario a la ética
es perjudicial a la sociedad, y que lo que es declarado repudiable por las opiniones
corrientes, que él hace suyas. debe ser evitado". Así, en el Curso se abandona a
consideraciones éticas a propósito de los despojos que sufre la propiedad privada a
través de la historia: "Es preciso desprenderse del prejuicio que induce a creer que el
robo no es más un robo cuando se ejecuta bajo las formas legales". En el mismo libro
se muestra partidario de la libertad económica: posición que abandona en el Manual y
en la Sociología, en que aspira a mantenerse en un plano estrictamente experimental.
Es un tanto ridícula mi pretensión de comprimir en pocas palabras la obra de Pare to,
sustanciosa aun en sus menores detalles. Lo intentaré, sin embargo.
Entre los elementos mutuamente dependientes que determinan la forma social,
Pareto, en una primera aproximación, y por un tiempo no demasiado largo, considera
constantes los factores naturales, el clima, el suelo, etcétera Y concentra su atención
en ciertos elementos internos de la sociedad. los sentimientos, las tendencias. los
intereses, las aptitudes para el razonamiento, las manifestaciones ideológicas que
corresponden a los sentimientos, los razonamientos lógico-experimentales. En cuanto
a la raza y ciertos elementos externos, su acción se manifiesta sobre los elementos
anteriores y así indirectamente, se la tiene en cuenta.
Después de estudiar gran número de fenómenos sociales desde la sociedad greco-
latina hasta la nuestra, Pareto elige los de importancia más grande. para extender luego
el análisis entre los elementos internos que determinan el equilibrio social. al mayor
número de elementos. De este modo, ha descompuesto los fenómenos concretos en
otros fenómenos ideales, más simples, y se ha esforzado en obtener así, algo más
constante que el fenómeno real, de suyo complicado y variable.
Entre los elementos de mayor constancia, Pareto ha encontrado los instintos o
sentimientos, que han variado muy poco desde los tiempos de Aristóteles hasta los

LA SOCIOLOGÍA D" "ILFREDO PARETO
367
nuestros. No de otro modo nos gustarían los clásicos griegos y latinos, si no encontrá-
semos en ellos sentimientos de que participamos en gran parte.
Los sentimientos juegan un papel importantísimo en las acciones humanas. Sobre
todo preponderan en las acciones no lógicas a las que dan origen. Los teóricos han
considerado casi exclusivamente las acciones lógicas en sus divagaciones, o sea las
acciones en que el medio está lógicamente unido a'k>s fines que se persigue, desde un
punto de vista subjetivo y objetivo, no sólo respecto a las creencias del individuo que
las efectúa, sino también en relación a la realidad experimental. Y estos teóricos han
desechado las acciones no-lógicas, que no tienen este carácter, a pesar de haber
reconocido en los hombres ciertas inclinaciones naturales ajenas al razonamiento
lógico-experimental, inclinaciones eliminadas por ellos por considerarlas prejuicios y
supersticiones abominables, o las más de las veces, por pereza intelectual.
Dada la enorme importancia de las acciones no-lógicas en la realidad, conviene
estudiar los instintos o sentimientos de donde surgen. Así lo ha hecho Pareto al analizar
los conceptos, teorías, creencias de los hombres en distintas épocas; ha encontrado en
estos razonamientos una parte más o menos constante, que es la manifestación de
aquellos sentimientos y que designa con el nombre de residuos; y una parte variable
que constituye el trabajo desarrollado por el espíritu para dar razón de los residuos.
formada de elementos más o menos lógicos o fantasistas que tratan de explicarlos. A
esta parte llama derivaciones. Esta distinción entre residuos y derivaciones es impor-
tantísima para el desarrollo ulterior de la Sociología.
Como los residuos han sido extraídos de los razonamientos, quedan los simples
apetitos, los gustos, las disposiciones, y en los hechos sociales aquella categoría tan
importante que se llama intereses, que no están recubiertos por el razonamiento, y a los
que Pareto considera aparte.
Después de analizar los residuos, Pareto los clasifica en seis grandes clases y dentro
de cada clase en grupos según sus analogías y diferencias. Sólo nos ocuparemos
rápidamente de las dos clases cuya importancia en la determinación de los fenómenos
sociales es enorme. La primera clase está constituida por los residuos que corresponden
al instinto de las combinaciones, que es poderosísimo en la especie humana, y que
probablemene ha sido y es un factor importante de la civilización. Un número muy
grande de fenómenos nos da como residuo una tendencia a combinar ciertas cosas. El
hombre de ciencia combina elementos en su laboratorio, muchas veces según hipótesis
razonables, a veces al azar. Cumple, en gran parte, acciones lógicas El ignorante hace
las combinaciones guiado por analogías en general fantasistas, pueriles, absurdas; sus
acciones son en gran parte no lógicas. Hay pues en los hombres una propensión a creer
en la eficacia de estas combinaciones.
Algunas combinaciones constituyen un agregado de partes estrechamente unidas
que concluye por adquirir una personalidad semejante a la de los seres reales. Después
que este agregado se ha formado, a menudo actúa un cierto instinto; con una fuerza
variable se opone a que las cosas así unidas se separen, y si la separación no puede ser
evitada, trata de disimularla, conservando el simulacro del agregado. Grosso modo se
puede comparar este instinto a la inercia mecánica. Se opone al movimiento desarro-
llado por otros instintos. De ahí surge la gran importancia social de este residuo, que

368
RAÚL PREBISCH
Pareto llama de la persistencia de los agregados, algunos casos como factor de
estabilidad, de conservación social.
Hay otras clases de residuos que no mencionaremos para no extender demasiado
esta conferencia, pero cuya importancia social es mucho menor que la de las dos clases
anteriores (los residuos que se manifiestan en la necesidad de expresar sus sentimientos
por actos exteriores, los residuos que se relacionan a la sociabilidad, los que se refieren
a la integridad del individuo y de sus dependencias y por último los residuos sexuales).
Pareto ha observado que los residuos, es decir los instintos o sentimientos que
manifiestan, se presentan en correspondencia con el género de ocupaciones de los
hombres. De este modo, la teoría llamada del materialismo económico podría confun-
dirse con la teoría paretiana de los residuos, si se observa que éstos corresponden al
estado económico. Esto sería cierto si no se cometiese el error de querer separar el
estado económico, de los otros fenómenos sociales con los cuales, al contrario, se
presenta en relación de mutua dependencia, y además de subsistir una relación única
de causa a efecto, a las numerosas relaciones análogas que se entrelazan.
Además de los residuos, los intereses juegan un gran papel en la determinación del
equilibrio social. Los individuos y las colectividades son empujados por el instinto y
por la razón a apropiarse los bienes materiales útiles o solamente agradables a la vida,
al mismo tiempo que a buscar honores y consideraciones. Pareto ha designado bajo el
nombre de intereses a este conjunto de tendencias. Al materialismo histórico corres-
ponde el mérito de haber percibido la importancia de la acción de los intereses sobre
los otros elementos que constituyen el equilibrio social, pero sus adeptos cayeron en
el error de tomar la parte por el todo y despreciaron la accion de aquellos elementos y
la interdependencia con los intereses.
Otro de los elementos importantes en la determinación del equilibrio social, es la
heterogeneidad de la sociedad y la circulación entre los diversos grupos sociales. Los
hombres, pese a ciertos teóricos, son diferentes, física, moral e intelectualmente. Las
clases constituidas por ellos, aun en el régimen de las castas, no son cerradas; existe
una circulación más o menos intensa entre ellas. En una primera aproximación, Pare to
sólo considera dos grandes grupos sociales, en la imposibilidad de tener en cuenta los
múltiples que existen. En uno de ellos abarca a los individuos que tienen en un grado
notable cualidades de inteligencia, de carácter, de destreza, de capacidad de todo
género, no importa cuál fuere su utilidad o su naturaleza ética. A esta clase de gente
superior se le llama elite. Se puede dividir esta última en elite gobernante, compuesta
de los individuos que directa o indirectamente juegan un papel notable en el gobierno.
El resto será la elite no gobernante.
No siempre la elite está formada de individuos superiores; a veces la simple etiqueta
suple este carácter; de esta desviación resultan fenómenos de gran importancia en el
equilibrio social.
Dos hechos merecen la atención en esta materia; primero, en una misma cla~e, la
proporción de personas que forman parte nominalmente, sin tener los caracteres
requeridos; segundo, entre las diversas clases -dos en una primera aproximación- el
modo en que se efectúa el pasaje de una clase a otra, y la intensidad de este movimiento,
o sea de la circulación de las elites en el presente caso.

LA SOCIOLOGÍA DE Vll.FREDO PARETO
369
Se ha observado diferencias en la repartición de los residuos entre los diversos
grupos sociales y sobre todo entre la clase superior y la inferior. La proporción del
residuo del instinto de las combinaciones y del residuo de la persistencia de los
agregados, varía con el tiempo en las distintas clases y estos cambios son importantí-
simos para la determinación del equilibrio social. La observación vulgar los ha
percibido bajo la forma especial de cambios en los sentimientos llamados "religiosos··
de la clase superior. Se ha notado que en ciertos tiempos se debilitaban y en otros se
fortalecían, y que estas oscilaciones correspondían a cambios sociales importantes. De
un modo más preciso, se puede describir estos fenómenos al decir que, en la capa
superior los residuos de la persistencia de los agregados se debilitan poco a poco hasta
que una marea proveniente de la capa inferior les hacía recuperar su vigor perdido.
Después de haber estudiado con detención y aisladamente los elementos de mayor
importancia para la determinación del equilibrio social, a saber: los residuos, los
intereses, las derivaciones y la heterogeneidad y circulación sociales, Pareto se
preocupa en averiguar su dependencia mutua. Desde este punto de vista, por cuanto en
ellos se formulan síntesis teóricas, los capítulos más interesantes de la sociología son
los dedicados a esta interdependencia, a saber; el capítulo XII sobre "la forma general
de la sociedad", y el XIII. sobre "el equilibrio social de la historia".
El estado de equilibrio concreto de una sociedad es una consecuencia de todas las
acciones y reacciones entre los elementos citados. Para dar una idea concreta de es-
tas acciones y reacciones. Pareto considera el caso particular de la protección aduanera
de las industrias, antes de pasar a casos más generales.
La acción de ciertos intereses consigue la protección aduanera. Los efectos
dinámicos de la protección -aparte de otros efectos económicos sobre la riqueza-
enriquecen no sólo al individuo bien dotado desde el punto de vista técnico, sino
también al hombre bien dotado en relación a las combinaciones financieras, a la
astucia; enriquecimiento que le permite conseguir los factores de los políticos que le
confieren las -ventajas de la protección. Las personas que tienen estas cualidades en
grado eminente tórnanse ricas, poderosas, gobiernan el país. Lo mismo sucede con los
políticos que oportunamente venden las ventajas de la protección. En estos individuos.
los residuos del instinto de las combinaciones son intensos, los de la persistencia de los
agregados, mucho más débiles. La protección abre grandes oportunidades a los que
tienen los primeros residuos. De este modo, ella tiende a desarrollar estos residuos en
la clase gobernante aunque en toda la población el conjunto de ellos varía muy poco.
He aquí la influencia de los intereses sobre la distribución de los residuos. Además, y
ahora vienen los efectos sobre la heterogeneidad social, la circulación se hace más
intensa por la incorporación a la elite gobernante de los nuevos ricos.
La influencia de la protección sobre las derivaciones es considerable; se nota una
bella floración de teorías económicas que la defienden. Pero las derivaciones actúan
poco o nada sobre los residuos, poco sobre los intereses, un poco sobre la heterogenei-
dad social porque las personas hábiles en la defensa de los intereses y en las alabanzas
llegan a introducirse en la elite gobernante.
La reacción de la heterogeneidad social, así modificada, sobre los otros elementos,
es notable. Una vez que gracias a la protección, los intereses han llevado a la clase

370
RAÚL PREBISCH
gobernante hombres ampliamente provistos de los residuos del instinto de las combi-
naciones, tales hombres reaccionan a su vez sobre los intereses, y empujan a la nación
entera hacia el industrialismo y las ocupaciones económicas. Por esta serie de acciones
y reacciones entre los intereses y la heterogeneidad se establece un equilibrio en que
la producción económica y la circulacion de las elites se vuelve más intensa. Y así, la
composición de la clase gobernante se encuentra profundamente modificada.
Si ninguna fuerza se opusiese, esta serie de acciones y reacciones continuaría
indefinidamente y la protección y sus efectos crecerían de continuo. Es lo que se nota
en numerosos pueblos del siglo XIX; pero por otra parte nacen y se desarrollan fuerzas
que se oponen a este movimiento. Abandonando ahora el caso particular de la
protección, para pasar al caso general, encontramos esas fuerzas en las modificaciones
que acaecen en la elite y en fenómenos concomitantes. La historia nos enseña que
cuando la proporción de los residuos del instinto de las combinaciones y de la
persistencia de los agregados, se modifica en la clase gobernante el movimiento no
continúa indefinidamente en el mismo sentido, sino que pronto o tarde es reemplazado
por movimientos en sentido contrario, la guerra o la revolución interna, como veremos
más adelante.
Siguiendo en el caso general, el cambio de residuos en la clase gobernante en favor
del instinto de las combinaciones, puede debilitar la resistencia de la lucha entre ésta
y la clase gobernada. El predominio de los intereses principalmente industriales y
comerciales en la clase gobernante la puebla de hombres astutos, que poseen numero-
sos instintos de combinaciones y le quita hombres de carácter fuerte, de sentimientos
nobles, que poseen numerosos instintos de persistencia de agregados. Para gobernar se
requiere el consentimiento de los gobernados y la fuerza en distintas proporciones.
Pero a medida que los residuos del instinto de las combinaciones se desarrollan y los
de la persistencia de los agregados se atrofian en la clase gobernante, ésta se vuelve
cada vez más incapaz de usar la fuerza. Para evitar la violencia y mantenerse en el
poder. la clase gobernante recurre entonces a la astucia, al fraude y la corrupción, y los
individuos aptos para esto son atraídos a dicha clase, y eliminados los que tienen
veleidades de resistencia. De este modo se fortifican los residuos del instinto de las
combinaciones, puesto que éstas son necesarias en el arte de los expedientes, para
descubrir medios ingeniosos que puedan sustituirse a la resistencia abierta; y se
debilitan los residuos de la persistencia de los agregados. El predominio de los primeros
residuos y el decrecimiento de los últimos, hacen que la clase gobernante se preocupe
menos del porvenir y se cuide más del presente. Los intereses materiales prevalecen
sobre los intereses ideales de las colectividades y de la patria. Las guerras son
esencialmente económicas, empresas de especulación.
Si en la clase gobernada hay individuos dispuestos a emplear la fuerza, y tienen
jefes capaces de conducirlos, se observa en general que la clase gobernante es
desposeída, y que otra toma su lugar. El hecho se produce fácilmente si la primera está
movida por sentimientos humanitarios. Es el caso del movimiento del pueblo francés
en 1789 contra su clase gobernante. El derrocamiento de la clase gobernante es más
difícil si ésta sabe servirse de la astucia, el fraJde y la corrupción de un modo avisado,

LA SOCIOLOGÍA DE VILFREDO PARETO
371
y si sabe asimilarse los individuos que podrían servir de jefes revoltosos a los
gobernados.
A propósito del uso de la fuerza en la sociedad, hace notar Pareto la falta de sentido
preciso de todas las derivaciones que tratan de justificarla o de repudiarla. Todos los
gobiernos hacen empleo de la fuerza con más o menos intensidad. De hecho, con o sin
la entidad divina o misteriosa del sufragio universal, es siempre una oligarquía la que
gobierna y sabe dar la expresíón que desea a la "voluntad popular". Cuando la clase
gobernante repudia el uso de la violencia en la clase gobernada no hace sino expresar
su sentimiento de conservar el poder, y de mantener la estabilidad social.
Aquí caben algunas consideraciones generales sobre el régimen político que está
estrechamente ligado a la naturaleza de la clase gobernante; y ambos están en relación
de nuestra dependencia con otros fenómenos sociales. Las derivaciones numerosísi-
mas sobre la forma del régimen político, y los mitos a que llegan frecuentemente,
carecen de valor desde el punto de vista lógico-experimental; mientras que unas y otros,
o mejor, los sentimientos que manifiestan pueden producir efectos muy importantes
para estimular los hombres a la acción.
Sin detenemos en la ficción de la "representación popular" ni en otras entidades
metafísicas de la "ciencia política" veamos qué fondo encuentra Pare to, inductivamen-
te, bajo las diversas formas del poder de la clase gobernante. Aparte de un pequeño
número de excepciones de corta duración, se encuentra una clase gobernante poco
numerosa que se mantiene en el poder en parte por la fuerza, en parte con el
consentimiento de la clase gobernada, que es mucho más numerosa. Desde el punto de
vista de fondo las diferencias residen principalmente en las proporciones de la fuer-
za y del consentimiento; desde el punto de vista de la forma, de las maneras en que se
maneja la fuerza y se obtiene el consentimiento. En punto a esto último, puede decirse
que la obra de los gobiernos es tanto más eficaz cuanto mejor partido saben sacar de
los instintos y sentimientos existentes; tanto menos, cuando ignoran este arte e ineficaz
y vana cuando pretenden cambiarlos violentamente. A los instintos y sentimientos hay
que agregar los intereses como medio de gobierno, Las diferentes proporciones en que
la clase gobernante hace uso de la fuerza y el consentimiento tienen en gran parte su
origen en las diferencias de proporción entre los sentimientos y los intereses.
La evolución llamada "democrática" parece estar en relación estrecha con el
empleo del medio de gobernar basado en el consentimiento hábilmente obtenido por
el artificio y las clientelas políticas, por oposición al medio que recurre al uso de la
fuerza. El régimen de un buen número de países "democráticos" podría ser definido
como un feudalismo en gran parte económico en que el principal medio de gobernar
en uso es el juego de las clientelas; así como el feudalismo guerrero recurría a la fuerza
"<le los vasallos. Un régimen en el que el "pueblo" exprese libremente su "voluntad" -si
es que hubiese una-sin clientelas, sin maniobras, sin camarillas, sólo existe en el estado
de piadoso deseo de los teóricos de la "ciencia política" pero no se observa en la reali-
dad ni en lo presente ni en lo pasado. No obstante, se habla con frecuencia de una
"degeneración" de la democracia al considerar el fenómeno anotado. ¿Pero, cuándo y
dónde ha existido la democracia en su virginal pureza, desde la que "degeneró"?

372
RAÚL PREBISCH
La observación de la realidad. además, nos prueba que los defectos de los diversos
regímenes políticos pueden ser diferentes pero que. en conjunto algunos géneros de
estos regímenes difieren poco de los otros a éste respecto. Los reproches dirigidos a la
democracia modema no difieren mucho de los que se dirigiera a las democracias
antiguas. entre ellas, la ateniense. Si hay un gran número de hechos de corrupción en
unas y otras, no sería difícil encontrar análogos en las monarquías absolutas y
constitucionales, en las oligarquías y en otros regímenes.
Si se considera los regímenes políticos libres de todo prejuicio, pasión sectaria,
edad, etcétera, vemos: primero. que los hombres que gobiernan tienen en general la
tendencia a usar de su poder para mantenerse, y a abusar para tener ventajas
particulares. Las diferencias entre los regímenes están en el fondo, en los sentimientos
de la población; según sea ésta más o menos honesta lo es el gobiemo. Segundo, que
la clase gobernante no sólo usa los bienes ajenos en su propio provecho sino también
en el de las personas de la clase gobernada que defienden la gobemante, que aseguran
su poder. sea por las armas. por la astucia, por el apoyo de la clientela. Tercero. que la
máquina gubernamental consume de todos modos una gran cantidad de riqueza, que
está en relación no sólo con la intensidad con que el gobierno interviene en los negocios
privados, sino también con los medios que la clase gobernante usa para mantenerse en
el poder, medios que están en correspondencia con las proporciones de los residuos del
instinto de las combinaciones y de la persistencia de los agregados en la clase
gobernante y en la gobernada, según ya hemos visto.
Precisamente para conservar el poder, los gobiernos democráticos contemporá-
neos. que tan bien ha estudiado Pareto, gobiernos en los que predominan los residuos
del instinto de las combinaciones. recurren mucho menos a la fuerza que al arte sutil
y costoso de obtener el consentimiento de los gobemados por los medios a que ya nos
hemos referido. Es por eso que tales gobiernos son muy sensibles a la<> variaciones de
la prosperidad económica, pues que los grandes gastos que requiere la clientela política
sólo pueden hacerse en épocas de bonanza, cuando el crédito es fácil y los recursos
crecen. Mas en los períodos de estagnamiento el gobierno se ve cargado con los
resultados de las malas finanzas anteriores, y no puede satisfacer con largueza los
servicios necesarios de las clientelas Y el gobernar se torna dificultoso.
Para dar una rápida idea de la dependencia mutua entre los residuos, los intereses.
las derivaciones y la heterogeneidad y circulación sociales, hemos considerado el caso
de la protección aduanera y pasado en seguida al caso general.
En la historia se observa un movimiento ondulatorio de estos elementos. en este
sentido puede decirse que !a historia se repite, o mejor, que parte de la historia o ciertos
grupos de fenómenos se repiten.
Los períodos de prosperidad económica se caracterizan por el predominio de los
intereses. esto es de las preocupaciones económicas, en la clase gobernante, y por el de
los residuos del instinto de las combinaciones sobre los de la persistencia de los
agregados. Los individuos que poseen en alta proporción los primeros. se enriquecen
y entran con facilidad en la clase gobernante: la circulación de las elites tórnase
intensísima. Con ello, aumenta en esta clase la preponderancia de los intereses y del
instinto de las combinaciones. Es decir que entre los elementos citados se establece un

LA SOCIOLOGÍA DE VILFREOO PARETO
373
movimiento interdependiente. La disminución de los sentimientos de la persistencia de
los agregados en la clase gobernante, la hace refractaria al uso de la fuerza para
conservarse en el poder, y la dispone al empleo del arte costoso de la clientela, el fraude
y la corrupción, no importa cuál fuere la forma del régimen político; empleo en que
triunfa el arte sutil de las combinaciones, y para el que se requiere riquezas más
considerables, en general, que en un régimen que recurre a la fuerza, y que sólo pueden
obtenerse en un período de prosperidad económica.
La variación de las derivaciones es concomitante con el movimiento. Cuando en la
clase gobernante predominan los intereses y el instinto de las combinaciones, las
derivaciones cambian de forma para corresponder a esta preponderancia: se condena
los prejuicios, la fe, las concepciones tradicionales de la justicia y la religión, y el
escepticismo bajo formas diversas cunde en la sociedad.
Mientras este movimiento se desarrolla en la clase gobernante, el residuo de la
persistencia de los agregados se mantiene vivo en la clase gobernada, y la fe y la fuerza
de ésta, dirigida por jefes que la clase gobernante no supo o no pudo asimilar. desaloja
a esta última y lleva al poder a un grupo de hombres en que predominan dos residuos
de la persistencia de los agregados, hombres que quieren y saben hacer uso de la fuerza
para mantenerse. que se preocupan del porvenir y de los intereses ideales de la
colectividad. Este movimiento es concomitante, en general, con un período de
estagnación económica en que la efervescencia de los intereses está momentáneamente
sofocada. Brotan entonces diversas derivaciones religiosas, la fe, la superstición, el
idealismo.
En la historia, la reacción a veces sobreviene por una guerra, en cuya preparación
la clase gobernante al demostrar su incapacidad para manejar la violencia, es desalo-
jada por el entusiasmo y la fe patriótica del "pueblo"; o por la absorción del país por
una potencia extranjera.
La historia, asimismo, nos enseña que el movimiento de reacción es seguido más
tarde por otro movimiento ascendente y así hasta nuestros días. Es el movimiento
ondulatorio de los fenómenos sociales, que Pareto estudia desde la antigüedad greco-
latina; estudio que constituye la médula de su sociología.
He expuesto la impresión recogida por mí en una lectura desordenada de la
Sociología. Dudo mucho de su fidelidad y sobre todo de su claridad. Pero estoy
contento de estas líneas: al escribirlas se ha afirmado cada vez con más intensidad en
mí, la intención de estudiar sistemáticamente la obra del sabio maestro de Lausana.

32
ESTABLECIMIENTO DE NUESTRA
ADMINISTRACION FINANCIERA
SOBRE BASES COMERCIALES*
La reducción e':, los gastos excesivos necesaria para suprimir el déficit erróneo de
nuestros presupuestos y conseguir el funcionamiento económico y eficiente de los
servicios públicos, requiere el establecimiento de nuestra administración financiera
sobre bases análogas a las de la administración comercial privada.
Para esto se requiere:
a) Que en el Ministerio de Hacienda se Ct11lfalice la administración financiera y que
el Ministro, de hecho, sea el director responsable de' ,as finanzas nacionales. Esto
presupone, en el Ministro de Hacienda, facultades para intervenir en la marcha de los
otros departamentos, y para revisar detalladamente, reducir o modificar las evaluacio-
nes de gastos presentadas por éstos en la época de la preparación del proyecto de
presupuesto.
b) Que el Ministerio de Hacienda cuente para desempeñar estas nuevas funciones,
con una organización especializada que le informe y asesore en materia de gastos
públicos. Los deberes más importantes de esta organización serían:
1 ºEstudiar la estructura administrativa de todos los departamentos para conocer sus
necesidades financieras rutinarias, e informar sobre las mismas al Ministro de Hacien-
da.
2º Seguir de un modo permanente y sistemático el desarrollo de los gastos en cada
departamento del gobierno, para informar al Ministro de Hacienda sobre la oportuni-
dad y economía observadas en la aplicacion de los créditos acordados por el Congreso.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 12, Nº 69, marzo de 1924, págs. 201-202. El artículo
está firmado: "Raúl Prebisch. Egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires. Ex-
Secretario de la Comisión de Presupuestos y Finanzas del Ministerio de Hacienda."

ESTABLECIMIENTO DE NUESTRA ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
375
Este deber implica para los funcionarios de la nueva organización, la facultad de
informarse libremente de la marcha financiera de los departamentos del gobierno, de
consultar ordinariamente sus libros, documentos y archivos, e interrogar al personal
toda vez que lo creyese necesario.
3º Revisar en detalle las evaluaciones de gastos contenidas en los presupuestos
parciales presentados por los otros ministros al de Hacienda, y proponer a éste las
reducciones o modificaciones que creyese convenientes.
4º Sugerir al Ministro de Hacienda para que éste las someta al Presidente y al
gabinete, las reformas a la estructura administrativa de los departamentos, con el fin de
coordinar las actividades de los mismos, suprimir las duplicaciones inútiles de
servicios, establecer la cooperación interdepartarnental en las compras de suministros
y en la utilización de los materiales, etcétera.
5º Coordinar su acción con la de la Contaduría General de la Nación con el fin de
establecer una información rápida, clara y precisa de la marcha financiera de los
departamentos, prescribir nomenclaturas y procedimientos uniformes de contabilidad
e información en los distintos departamentos.
c) Que en cada departamento o repartición importante exista un funcionario
técnico, de carácter no político, designado por el Ministro correspondiente y respon-
sable directamente ante el mismo, encargado de:
1 ºVigilar la marcha administrativa del departamento o repartición y contralorear
la aplicación económica y estricta de los créditos concedidos al departamento.
2º Informar al Ministro respectivo sobre estas cuestiones y sugerirle las reformas
o medidas necesarias para la mejor administracion del departamento.
3º Preparar las evaluaciones de gastos del presupuesto parcial que cada ministro
deberá someter al de Hacienda.
d) Que la información financiera destinada al Congreso y al público sea presentada
con prontitud y claridad, libre de las complicaciones técnicas y burocráticas de toda
suerte que hoy entorpecen su examen.
e) Que sin perjuicio de la autonomía técnica de ciertas grandes reparticiones, el
Ministerio de Hacienda extienda hasta ellas su contralor financiero, en la misma forma
en que lo hace con los departamentos administrativos.
t) Que se reglamente la carrera administrativa y se establezca la competencia como
requisito esencial para el ingreso al empleo público y la promoción del mismo.

33
EL PROBLEMA DE LA TIERRA*
Cuando el doctor Dane me invitó, bajo el patrocinio del Henry George Club. para
hablar sobre la vida argentina. se congeló mi sangre tan repentinamente como cambia
de calor a frío la temperatura de nuestra ciudad.
La razón es sencilla; mi manejo del idioma inglés es muy deficiente y dudaba si
sería capaz de hacerme entender. Pero se me dijo que yo lo hablo mejor que muchos
chinos, y aun cuando no estoy muy convencido de ello, me atrevo a dirigirles la palabra.
teniendo en cuenta que mis oyentes australianos, estando libres del compromiso de
oúme, excusarán mis faltas.
Porregla general, cuando un ciudadano describe su propio país ante extranjeros, sus
sentimientos patrióticos lo inducen a exagerar los mejores aspectos de la vida nacional
y descuidar el relato de los malos. O bien sus ideas sociales y políticas lo llevan a
describir crudamente las cosas que considera errores o perjuicios. Y o procuraré no caer
en la primera ni en la segunda de dichas exageraciones. Deseo ser absolutamente
objetivo; aun cuando ello es difícil. porque las raíces de mis sentimientos son muy
profundas. Pero. por otra parte, esta es la única manera de dar a ustedes una idea
verídica de la vida argentina.
Los primeros hombres blancos que fueron a la República Argentina, o sea al Río
de la Plata, fueron los españoles. Como su principal propósito era encontrar oro y plata.
quedaron decepcionados cuando vieron enormes extensiones de tierra llana, práctica-
mente sin límites, y carentes de los minerales que ellos buscaban. Hallaron, en cambio,
tribus de indios. quienes, para probar su afecto por los españoles, no vacilaron en
comerse algunos de ellos con refinado deleite.
Este fue el comienzo de una larga lucha entre españoles e indios. ¡Duros tiempos
para el "pioneer" español! Gradualmente los españoles conquistaron a los indígenas y
se esforzaron en asimilarlos a la civilización europea, entonces con todo su brillo y
esplendor en España.
* N. del Ed. Progress, Melbourne, abril de 1924. Conferencia pronunciada en 1924, en inglés, en
el Henry George Club de Melboume. Traducción castellana del profesor Cándido Villalobos Domínguez
(1881-1954), quien fuera secretario general del Partido Liberal Georgista. Publicada en Buenos Aires~''
septiembre ~e 1945 en Hombre de campo, págs. 1-2 y Finanzas, vol. 10. N2 110, págs. 27-31.

EL PROBLEMA DE LA TIERRA
377
Buenos Aires fue fundado sobre el Río de la Plata. Pocos españoles se mezclaron
con los aborígenes allí. pero según los blancos fueron internándose más en el país, se
mezclaron libremente con indígenas, formando un nuevo tipo de mestizos. Este
mestizaje no es de un tipo inferior; tiene buenas cualidades de inteligencia, imagina-
ción y carácter, pero. desgraciadamente, heredó la pereza de ambos antecesores,
español e indígena.
Como el rey cerró las puertas del Río de la Plata, para dirigir el comercio con España
y otros países en interés de los monopolistas de Sevilla, el desarrollo de la nueva colonia
fue muy lento, y la escasa población vivía en malas condiciones. Después de nuestra
independencia, en 1810, nosotros abrimos nuestro país al libre comercio y a la libre
inmigración europea. Pero el desorden político interno, la anarquía y las guerras civiles
impidieron a la nueva república obtener provecho de la nueva política económica. En
la segunda mitad del siglo pasado fue cuando se obtuvo la paz interna y la civilización
capitalista europea comenzó su desenfrenada expansión en nuesrro país. El capital y
empresas inglesas fueron recibidos con brazos abiertos por nuestros gobiernos,
educados en las ideas europeas; ellos construyeron ferrocarriles a través de todo el país,
plantando la necesaria base para el desarrollo de la producción. Empezaron a afluir
inmigrantes europeos con las manos vacías. pero llenos de optimismos sobre el
porvenir de la nación; y como ellos se mezclaron con los descendientes de españoles
y con los criollos, cambiaron gradualmente las costumbres e ideas españolas, y dieron
impulso a las preocupaciones de índole económica.
Al mismo tiempo, nuestros estadistas comprendieron la importancia de la educa-
ción para el progreso del país, y la adaptación al sistema educacional norteamericano.
Durante todo el siglo pasado la cría del ganado fue la principal ocupación de la clase
superior de los descendientes de españoles; sus miembros tenían el poder económico
del país y acomodaron el poder político a sus intereses. Algunos heredaron de sus
antepasados las grandes extensiones de tierras fértiles recibidas por ellos de la corona
de España como reales donativos; a otros les había dado el gobierno como recompensa
por sus servicios militares grandes áreas de tierra conquistada por ellos a los indios.
En la segunda mitad del siglo pasado el gobierno vendió tierra a precios muy
baratos, principalmente para obtener recursos y para satisfacer las ambiciones perso-
nales de políticos y de sus amigos y parientes. La cría de ganados, en esas condiciones,
constituyó la ocupación aristocrática de los argentinos adinerados, quienes llevaban
una vida fácil y alegre en la ciudad de Buenos Aires y gastaban frecuentemente en París
su dinero, proveniente por lo común del privilegio territorial.
Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta ahora esta situación ha cambiado muy
poco. Es verdad que en muchos casos las grandes áreas han sido subdivididas, pero eso
no ha alterado las características de nuestra vida rural: muy grandes extensiones de
tierra en manos de un número relativamente pequeño de gente rica que vive en las
ciudades. Es verdad también que la agricultura ha sustituido a la ganadería en muchas
partes de las regiones dedicadas anteriormente a ésta; pero es agricultura extensiva y
precaria que despoja al suelo de sus más ricos elementos, y está muy lejos de los
métodos científicos de cultivo.

378
RAÚL PREBISCH
Aparte del relativamente escaso número de casos en que el inmigrante extranjero
-en general español o italiano- ha conseguido obtener un pequeño pedazo de tierra,
después de vencer grandes obstáculos y pagar un alto precio por ella, la agricultura está
a cargo de arrendatarios de porciones de las grandes propiedades, por medieros y por
obreros agrícolas, dirigidos por un administrador, quien recibe de tiempo en tiempo las
instrucciones del propietario, ausente en la ciudad en muchos casos.
Los arriendos eran de muy corta* duración antes que una reciente ley fijara un
mínimo de tres años. Arriendos de uno o dos años eran frecuentes. Esta característica
de los arriendos favorece al terrateniente, porque él puede aumentar el precio del
arrendamiento a intervalos frecuentes, y cambiar fácilmente de agricultura a ganadería,
cuando las condiciones del mercado le son favorables, como en el quinquenio que
precedió a la guerra y durante la guerra. Los resultados de esto son deplorables: el
cultivador arrendatario se esfuerza en obtener de la tierra todo lo que puede en el más
corto tiempo; no planta árboles ni construye una casa para sí y su familia si la tiene. La
misma ley antes citada obliga al propietario a pagar al arrendatario el precio de las
mejoras indispensables. Es de esperar que esta ley haga menos dura la situación del
arrendatario.
La tierra queda agotada y el país obtiene una vida rural precaria. Ranchos
miserables constituyen generalmente la vivienda del productor arrendatario; ellos
deben estar hechos de modo que se puedan desbaratar rápidamente cuando es necesario
trasladarse a otro lugar. Esta población flotante no puede tener vida social ni interés por
las iniciativas políticas del lugar en que vive el arrendatario por tan corto tiempo.
El sistema de participación ha dado en general buenos resultados, especialmente
cuando ha sido puesto en práctica por propietarios inteligentes. Pero los propietarios
prefieren más el sistema del arriendo, porque obtienen buen ingreso de las contingen-
cias de las cosechas, sin preocupación ninguna por su parte. En los casos en que el gran
terrateniente es el empresario, el uso de buenos métodos es una excepción; el cultivo
extensivo y sin método prevalece en las más ricas partes del país.
Cuando llega la época de las grandes cosechas, la población del país no es suficiente
para hacer el trabajo y se buscan al efecto hombres de las ciudades. Antes de la guerra
iba gran cantidad de italianos a la Argentina en ese período y volvían a Italia después
de la recolección. Ahora esa inmigración "golondrina", como se la llama, está
empezando a desarrollarse como en tiempos pasados. Algunas pequeñas zonas
florecientes, intensivamente bien cultivadas, constituyen una excepción en este
general aspecto del cultivo extensivo de grandes áreas. Se ha hecho gran cantidad de
literatura y una abrumadora abundancia de oratoria política encaminada a atacar el
monopolio de la tierra y subdividirla, abriéndola al inmigrante y transformándola de
un instrumento de privilegio, como es ahora, en un instrumento de eficiente producción
y una base de amplia, saludable y culta población rural. Pero en la Argentina el poder
político de los grandes terratenientes es todavía tan grande, que ellos impiden la
* N. del Ed. En Hombre de Campo, de muy poca.

EL PROBLEMA DE LA TIERRA
379
aprobación de leyes contra sus intereses, y consiguen mantener obstáculos a la
ejecución de ciertas leyes que (como la "ley del hogar", proyectada hace muchos años
a la manera de los Estados Unidos) intentaba establecer una población permanente
sobre la tierra.
Al comenzar los veinte años del siglo pasado aparecieron los reformadores de la
tierra en nuestro escenario político e intelectual. El primero de ellos fue Bemardino
Rivadavia. quien había vivido en Europa y estaba familiarizado con los filósofos
franceses y los economistas ingleses. Con esa preparación intelectual llegó por
entonces a la presidencia de la República. Rivadavia tenía en su mente que la única
manera de dar ímpetu al progreso de la nueva república era por medio de la educación
y un adecuado sistema territorial, conformado de modo para atraer al inmigrante
extranjero, fuente de cultura y de progreso económico y político. Con respecto a lo
primero, estableció escuelas y la Universidad de Buenos Aires que acaba de cumplir
un siglo de existencia.
Con respecto a lo segundo, él vislumbró los males que surgirían del monopolio
privado de la tierra. Entonces el gobierno poseía la gran mayoría de las tierras fértiles.
El plan de Rivadavia era, en un sentido, colectivista: las tierras permanecerían en
manos del Estado, el cual no las vendería, sino que las arrendaría al verdadero
cultivador, con el fin de impedir la concentración de grandes extensiones y darle al
gobierno el incremento de valor no ganado. Pero el partido al que Rivadavia pertenecía
fue derrotado poco después, y con él sus avanzadas ideas. Desde entonces comenzó el
sombrío período de la guerra civil a que me he referido.
El Partido Liberal Georgista en la Argentina presenta a Rivadavia como el
precursor del georgismo en nuestro país, después de estudiar cuidadosamente sus ideas
y compararlas con las de Henry Georg e. El invoca a ambos en su propaganda ideológica
y política. Los georgistas han formado ese partido en la Argentina hace pocos años, y
están acrecentando sus fuerzas. Algunos de los líderes son profesores en las Univer-
sidades de Bu e nos Aires y Córdoba. En la Facultad de Ciencias Económicas una parte
especial del curso anual de régimen agrario está dedicado a la explicación del
georgismo.
Pero los terratenientes son todavía muy fuertes. Ellos impiden la aprobación de una
ley nacional de impuesto a la tierra y de impuestos sobre el mayor valor. Ellos pagan
actualmente seis milésimos del valor nominal de la tierra, pero ese valor es mucho
menor que el valor verdadero. Es decir, que la contribución del propietario de tierra al
tesoro nacional es muy pequeña en comparación con los enormes recursos que ellos
reciben de su privilegio territorial.
La inmigración fue preconizada con el fin de poblar el país. Pero, como ustedes
pueden imaginar, esa intención falló, a causa del poder de los grandes terratenientes;
por otra parte, ellos no tienen incentivo para subdividir y vender sus tierras porque
pueden obtener el beneficio de los incrementos de valor si mantienen la propiedad en
sus manos. Ciertamente ellos venden y compran tierras frecuentemente en los períodos
de auge de la especulación; en 18 años (1901-1918) el 64 por ciento del área agrícola
cambió de manos. Pero los precios inflados de esas transacciones, fuera de proporción
con los precios que el cultivador puede obtener por la venta de los productos, los hace

380
RAlJL PREBISCH
prohibitivos para ellos. Esas transacciones son únicamente de carácter especulativo, y,
como ustedes saben, concluyen en un pánico después de poco tiempo. Son transaccio-
nes de naturaleza gran capitalística, y no intentos de subdividir la tierra y desarrollar
su producción.
Esto explica por qué, sobre 2.358.000 extranjeros que hay en la Argentina, sólo
212.000 están ocupados en tareas agrícolas y pastorales, no únicamente en el campo,
sino también en el manejo de las correspondientes empresas de las ciudades. Contra
estos 212.000 hay 610.000 ocupados en industrias y oficios, comercio y transporte;
l 08.000 en servicio doméstico; y el resto de los 2.358.000 en varias otras ocupaciones.
La acumulación del valor no ganado de la tierra en un número de manos relativa-
mente pequeño y las grandes ganancias resultantes de los bajos salarios y el proteccio-
nismo, son factores que contribuyen a una desigual distribución de la riqueza. Pero hay
otro factor de gran importancia: la depreciación de la moneda. Durante todo el siglo
XIX el papel moneda argentino (lanzado en grandes cantidades por los gobiernos y por
bancos privados, era inconvertible, y disminuía continuamente su valor en oro, con
excepción de algunos cortos períodos. Esto resultó, en general, como es frecuente en
la historia económica, en beneficio de los terratenientes, quienes recibían más papel
moneda por la venta de sus productos, en tanto que estaban pagando los mismos
salarios a los trabajadores agrícolas. No menos beneficiada era la clase comercial, que
hacía ganancias cuando el premio del oro sobre el papel acrecía el costo de las
mercaderías importadas del extranjero y el precio de las mercaderías manufacturadas
en el mercado interno, sin un correspondiente aumento en los salarios de los trabaja-
dores. El papel moneda emitido tuvo por efecto inflar artificialmente el precio de la
tierra, estimulando, en consecuencia, la especulación territorial.
Como resultado de la gran desigualdad en la distribución de la riqueza, las más altas
clases sociales viven en muy buenas condiciones, mientras la gente obrera y la parte
más baja de la clase media llevan en general una existencia muy difícil. Las primeras
disfrutan de todos los refinamientos artísticos, literarios, musicales y científicos de la
civilización; ellas tienen dinero y ocios para obtenerlos. Las segundas no tienen ni lo
uno ni lo otro; sus oportunidades educacionales son escasas; es verdad que el
analfabetismo está desapareciendo rápidamente, pero eso es una parte muy exigua de
lo que puede hacerse para elevar la personalidad humana de los trabajadores. Ellos
viven en muy incómodas e insalubres condiciones en míseras viviendas de las grandes
ciudades, mientras muy cerca de ellos la gente despliega su opulencia en brillantes y
costosas residencias o espléndidos palacios. Los visitantes forasteros reconocen la
belleza y magnificencia de los edificios y jardines de Buenos Aires. cuya población -al-
canzando ahora a 2.000.000 de habitantes- hace a nuestra capital una de las primeras
ciudades del mundo. La alegría de la vida nocturna, el lujo de las mujeres, el generoso
verter del champagne en los cabarets, la brillantez de una atmósfera cosmopolita,
inducen a las gentes forasteras a llamar a Buenos Aires el París de Sudamérica.
¡Pobre consuelo para las clases trabajadoras que arrastran su existencia desde el
taller a sus tristes habitaciones!

34
DETERMINACION DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE*
METODO AUSTRALIANO DE PROMEDIOS
Las frecuentes protestas que los agricultores y hacendados australianos levantaron
contra la incidencia inequitativa del impuesto a la renta sobre sus economías individua-
les, decidió al gobierno de la Federación a confiar a una Comisión Especial de la
Cámara de Representantes, el estudio, entre otras materias relativas al sistema
impositivo, de las consideraciones especiales que pudieran darse a los productores
primarios en lo que concierne a la determinación del impuesto a la renta a pagar, y
en particular respecto a las pérdidas resultantes de condiciones climatéricas adver-
sas.

Las industrias primarias de Australia, constituyen la principal fuente de su riqueza
nacional. Como las de otro país están sujetas a violentas fluctuaciones debidas a
circunstancias climatéricas, de las que la industria manufacturera está libre en gran
parte. Esto no significa que la segunda no experimente fluctuaciones intensas, puesto
que es un hecho evidente que todas las actividades económicas están sujetas con mayor
o menor intensidad a movimientos cíclicos en que se alternan las condiciones prósperas
y las adversas; movimientos que aun no se ha llegado a controlar.
Por consiguiente, esta similaridad de condiciones determinó a la comisión especial
a rebasar el tema un tanto estrecho en su contenido -si bien de gran importancia- que
le fijara el gobierno y a entender el estudio de aquellas consideraciones especiales
destinadas únicamente a los productores primarios, a todos los contribuyentes cuya
actividad se tradujese en resultados anuales de carácter fluctuante o en pérdidas.
DETERMINACIÓN AISLADA DE LA RENTA ANUAL
Para determinación de la renta que debiera pagar impuesto, la ley australiana
consideraba los resultados de cada año financiero independientemente de los que le
* N. del Ed. Revista de Econom(a Argentina: 13, 74, agosto de 1924, págs. 121-134. Artículo
firmado: "Raúl Prebisch, Egresado de la Fac•Jltad de Ciencias Económicas de Buenos Aires".

382
RAÚL PREBISCH
precedían, sin tomar en cuenta las pérdidas que en éstos pudieran haber ocurrido. De
ahí que de la comparación del impuesto pagado durante una serie de años por un
contribuyente de renta fluctuante y que experimentó pérdidas en algunos de aquéllos,
con el impuesto pagado por otro contribuyente de renta regularmente distribuida y de
un valor total equivalente a la del primero: resultase una situación inequitativa de que
la Comisión recogió abundantes comprobaciones en la práctica.
El siguiente ejemplo es uno de los tantos casos reales presentados a la Comisión.
Se refiere a la situación desigual de un hacendado de renta fluctuante respecto al
contribuyente urbano de renta regular:
Renta del
Impuesto
Renta del
¡ Impuesto
Año
hacendado
pagado
contribuyente
pagado
!
i:
urbano
1
!
!

24.015
8.704
8.064
1.900

28.805
10.747
8.064
1.900

-34.646
8.064
1.900

-67.255
8.064
1.900

4.163
551
8.064
1.900

55.531
22.148
8.064
1.900

45.835
18.012
8.064
1.900
Beneficio
158.349
Menos pérdidas
101.901
Beneficio neto
56.448
60.161
56.448
13.300
El productor primario en este caso, pagó impuesto a la renta sobre todo el monto
de los beneficios obtenidos en los años buenos sin ninguna compensación para las
pérdidas sufridas en los años adversos; de tal suerte que durante todo el período
considerado abonó por impuesto a la renta 60.161 libras, o sea 3. 713 libras más que el
total de sus beneficios netos. Esto sin contar el impuesto estatal a la renta, ni los
impuestos Federal y Estatal a la tierra, con cuyo pago empeoraría la situación.
Este caso extremo, en que el contribuyente ha estado trabajando a pérdida para
pagar impuestos al fisco, si bien acaecido en la práctica, no fue frecuente. Pero indica
hasta qué punto un método como el que consideramos -y que es corriente en las
legislaciones impositivas- llega a ser arbitrario e inequitativo.

DETERMINACIÓN DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE
383
Otro caso real presentado a la Comisión es el de un comerciante que ha experimen-
tado en un período de seis años los siguientes resultados: 1) Beneficio, 15.000 libras;
2) Pérdida, 8.000 libras; 3) Beneficio, 7.500 libras; 4) Pérdida, 1.000 libras; 5)
Beneficio, 2.500 libras; 6) Beneficio 1.200 libras. Los beneficios alcanzaron a 26.200
libras y las pérdidas a 9 .000 libras. El impuesto a la renta pagado por este comerciante
en todo el período sobre el beneficio neto de 17 .200 libras alcanzó a 6.802 libras en
tanto que un contribuyente de renta anual regular de 2.867 libras cuyo monto durante
el mismo período 17 .200 libras hubiese sido igual a aquel beneficio neto de 17 .200
libras apenas pagara un impuesto de 1.682 libras.
Basta aceptar la posibilidad de casos como este para oponer graves reparos al
sistema bajo el cual se producen. Pero no se trata sólo de posibilidades sino de hechos
concretos como se desprende de los datos compilados por el Departamento Federal de
Impuestos a solicitud de la Comisión.
El Departamento ha considerado los datos correspondientes a un grupo de cincuen-
ta contribuyentes pertenecientes a la industria primaria y elegidos completamente al
azar entre el conjunto de aquéllos. El total de impuesto federal pagado por los mismos
durante un período de cinco años -que representa a la vez resultados prósperos y
adversos- sobre el volumen de sus respectivas rentas anuales, ascendió a un agregado
de 136.187 libras. De haber pagado cada contribuyente de año en año el impuesto sobre
el promedio quinquenal de sus rentas y compensado por lo tanto las pérdidas de un año
con las ganancias de otros años: el monto total del impuesto pagado por los cincuenta
contribuyentes durante el mismo período de cinco años fuera sólo de 88.976 libras, o
sea inferior en 4 7 .221 libras al impuesto realmente abonado. Es decir que este último
fue una vez y media mayor (1,53) de lo que estos productores primarios hubiesen
debido pagar bajo un método más equitativo.
Si se analizan los casos individuales, el desconcierto en que resultaba el antiguo
sistema es evidente. Uno de los cincuenta contribuyentes pagó diez veces más
impuesto que lo que hubiese abonado si sus rentas anuales se hubieran promediado.
Otros tres contribuyentes pagaron impuestos de 6 libras, 66 libras y 103 libras, cuando
equitativamente no debieron pagar absolutamente nada.
CAUSAS DETERMINANTES
Estas asperezas del impuesto a la renta australiano -hoy eliminadas por el
Parlamento después del brillante informe de la Comisión- debíanse a que el sistema
no averiguaba en todos los casos la verdadera capacidad imponible del contribuyente,
ni establecfa un método para compensar las pérdidas de unos años con los beneficios
de otros.

La anterior Ley Federal de Impuesto a la Renta tomaba en consideración tres
factores para determinar el impuesto pagable por un contribuyente:

384
RAÚL PREBISCH
a) La renta acrecida al mismo en el año financiero inmediatamente precedente.
b) La fuente de dicha renta: esfuerzo personal o renta de propiedades.
c) La tasa del impuesto en conformidad con una escala progresiva.
El segundo factor -del que nos ocupamos en otro lugar- no ha sido alterado por la
última reforma. En cuanto al primero y al tercero. ambos en estrecha conexión bajo el
antiguo método: merecieron el detenido análisis de la Comisión.
Al segregar el año financiero de los que le preceden y considerar que la renta
acrecida al contribuyente durante el mismo es un índice fiel de su capacidad imponible.
de acuerdo a la cual habrá de graduarse la tasa del impuesto, la ley australiana. como
otras legislaciones presentes, parecía desconocer el hecho de la continuidad de las
actividades económicas. Sí la práctica mercantil por conveniencias de contabilidad y
control las divide arbitrariamente en períodos anuales. ello no es razón para que se
considere parcelada del mismo modo a la capacidad imponible en que se manifiesta
tales actividades. al hacerla corresponder estrechamente a las alternativas de los
ejercicios o años financieros.
En efecto. la observación de los hechos demuestra que generalmente el individuo
no ajusta estrictamente su nivel de vida todos los años de acuerdo a la renta que recibe
en cada uno de ellos; que así como en un año de pérdidas no reduce considerablemente
sus gastos hasta lo indispensable para su subsistencia, tampoco los aumenta excesiva-
mente en un año de beneficios hasta hacer desaparecer por completo esos últimos. El
nivel de vida depende en general de circunstancias económicas correspondientes a un
período más extenso que el de un año. Y si bien es cierto que experimenta ondulaciones
correlativas a las variaciones de los años financieros.éstas son mucho más intensas que
aquéllas.
De hecho, pues, y en general. el contribuyente regula su nivel de vida y el monto
de sus gastos según el monto de la renta acrecida en un período más largo que el año
inmediatamente precedente; y el principio que determina su tren de vida, a saber, su
poder adquisitivo, ha de determinar también su capacidad imponible si se pretende
practicar el concepto aceptado de equidad impositiva.

Es lo que sostuvo la Comisión a la par de autores conocidos, entre los que Sir Josiah
Stamp, que fuera miembro de la Comisión Británica de Impuesto a la Renta. expresa
lo siguiente.1
"La alta tasa del impuesto a la renta está dando relieve en otro sentido a la cuestión
del tiempo en relación a la capacidad imponible (ability). La base del impuesto debiera
ser un período suficientemente largo para suministrar una indicación media de los
recursos. la base sobre que descansa la economía doméstica y las condiciones de vida
Fundamental Principies of Taxation in the Light of Modern Deve/opments, citado en el First
Report, pág. 9.

DETERMINACIÓN DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE
385
de un individuo. Pero no tan extenso que el tiempo para pagar el impuesto no siga muy
de cerca el período con respecto al cual ha sido computado". Recordemos a propósito
uno de los principios clásicos de Adam Smith: "el impuesto debe ser cobrado en el
tiempo y del modo más conveniente para el contribuyente".
Preeisamente es por no haberse seguido este precepto, de bases tan objetivas que
el método adoptado en la ley de impuesto a la renta británica, de promediar las rentas
de varios años (hasta siete) ha levantado frecuentes protestas Véase cómo:
Si un comerciante británico ha recibido en 1921 una renta de 8.000 libras, en 1922.
3.000 libras y en 1923. 1.000 libras, su renta media trienal será de 4.000 libras. La ley
considera que su capacidad imponible media es esta última cantidad, y le obliga a pagar
en 1924 el impuesto correspondiente a la misma, no obstante que su renta imponible
apenas alcanza a 1.000 libras. Y aun si ésta hubiese sido nula. el comerda:nte debiera
abonar impuesto sobre una renta de 3.000 libras (promedio de los-ires afios preceden-
tes).
· .~
De ahí la grita que en ciertas secc;,iones levantara el sistema promedia! británico. Los
inconvenientes del mismo aumentan si en lugar de considerar tres años se consideran
más hasta el límite de siete.
Es que este sistema confunde en una sola cosa, dos factores que la Comisión
australiana analiza con cuidado, a saber: la capacidad imponible del sujeto de acuerdo
a la cual debiera aplicarse la tasa del impuesto; y la "renta legal" ( "statutory
income") a la cual la tasa debiera aplicarse.
Es únicamente para la determinación de
lo primero que aquella Comisión auspicia el sistema de los promedios.
En cuanto a la "renta legal", a la que se aplicará la tasa determinada de acuerdo a
la capacidad imponible, se ha considerado que la conveniencia de los contribuyentes
y de la administración del impuesto está en que la valuación de los beneficios que
constituyen dicha renta. corresponda en el tiempo lo más estrechamente posible a los
beneficios recibidos por el contribuyente. Desde este punto de vista lo más satisfactorio
sería valuar los beneficios de este último y cobrar el impuesto correspondiente en el
mismo año en que fueron acrecidos. Pero este procedimiento se tomaría dificultoso en
la práctica puesto que la mayoría de los contribuyentes recién conoce la cifra exacta de
sus beneficios después de finalizado el año financiero. De tal suerte que la administra-
ción del impuesto se vería obligada a efectuar dos valuaciones de la renta del
contribuyente: una previa de carácter estimativo y condicional durante el año financie-
ro y de acuerdo a la cual aquél pagaría el impuesto; y otra definitiva, posterior al año
financiero, según cuyos resultados la administración reajustaría el monto del impuesto
pagado. Se comprende que esta doble tarea de valuación duplicaría las tareas de la
administración del impuesto, de suyo pesadas y complejas. Por ello la ley australiana
considera "renta legal" a los beneficios obtenidos en el año inmediatamente preceden-
te, con lo que las dificultades administrativas recién referidas quedan salvadas.
Considerada la conveniencia del contribuyente, este método es mucho más
satisfactorio que el británico en el que el pago del impuesto se extiende en un período
que abarca de uno a siete ai'ios, según sea la extensión del promedio que se adopte para
determinar la capacidad imponible y la renta legal a la vez.

386
RAÚL PREBISCH
SOLUCIONES PROPUESTAS
Compensación de las pérdidas.- Para evitar la situación inequitativa que resulta
a los contríbuyentes de renta fluctuante con respecto a los de renta regular, se propuso
a la Comisión australiana diversos remedios que analizaremos en seguida.
El método de la compensación de las pérdidas, que a simple vista parece
satisfactorio, permite que las pérdidas sufridas en las operaciones de un año o varios
años sean descontadas, hasta desaparecer de los beneficios de los años subsiguientes;
la tasa del impuesto, en tal caso, se determinaría y aplicaría según el saldo restante
después de efectuadas tales deducciones.
Este método constituye una solución ventajosa en el caso en que el contribuyente
hubiese sufrido pérdidas pero no en el caso mucho más común en que su renta acusase
fluctuaciones anuales. En efecto, de los cincuenta contribuyentes ya citados, elegidos
al azar por el D~partamento de Impuestos en un período de cinco años: sólo 21 de ellos
registran pérdidas, a saber 19 contribuyentes en un solo año y dos en dos años. Es decir,
que en un total de 250 casos (50 contribuyentes en cinco años), sólo 23 casos de
pérdidas han acaecido.
Esto significa, sí es lícito generalizar, que en la industria primaria, sólo alrededor
de 10 % de los resultados anuales acusan pérdidas. Y como parece que las pérdidas son
más frecuentes en esta industria que en las otras actividades económicas en general, es
lícito concluir que la aplicación del sistema de la compensación de las pérdidas tendría
un alcance reducidfsinw; y no solucionaría la situación inequitativa resultante de la

fluctuación de las rentas.
A nuestro modo de ver, esta limitación es el único defecto reprochable al sistema.
En esto las nuestras difieren con las ideas sustentadas por la Comisión, que atribuye al
último resultados inequitativos que, a más de no serlo así si bien se analiza, son
comunes al mismo sistema auspiciado por aquélla, según se verá más adelante.
Dos contribuyentes, A y B, han sufrido una pérdida de 3.000 libras en un
determinado añp. Al año siguiente A obtiene un beneficio de 7 .000 libras, del que,
deducida la pérdida de 3.000 libras queda una renta imponible de 4.000 libras sobre la
que paga 512 libras de impuesto. De no haber podido compensar la pérdida, pagará
impuesto sobre 7.000 libras. o sea 1.450 libras Es decir que la compensación le ha
permitido un ahorro de 944 libras (1.456 libras - 512 libras) de impuesto.
B, obtiene apenas un beneficio de 3.500 libras al año siguiente al de la pérdida, del
que descontada esta última queda una renta imponible de 500 libras sobre la cual paga
un impue~to de 17 libras. Si la compensación no le hubiese sido permitida, hubiese
pagado un impuesto de 401 libras sobre 3.500 libras. Lo que nos dice que ha ahorrado
apenas 383 libras de impuesto o sea una suma menor que la que ahorró el otro
contribuyente a pesar de haber tenido ambos la misma pérdida.
La Comisión concluye que esta desigualdad es inequitativa, en lo que no estamos
de acuerdo, pues que precisamente el cánon de equidad que ella acepta está cumplido:
ambos contribuyentes han pagado impuesto progresivo en relación a su renta

DETERMINACIÓN DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE
387
imponible neta en los dos años considerados. Si el criterio de la Comisión se entendiese
a la compensación de las pérdidas y beneficios obtenidos por un contribuyente en el
mismo año, su absurdo sería evidente. Situaciones como ésta son debidas a la gradua-
ción progresiva de la tasa del impuesto y acaecen en cualquier método de compensa-
ción o promedios.
Por otra parte, si se quisiese evitar esta aparente inequidad para caer en una real, no
habría más que deducir del impuesto correspondiente a los beneficios obtenidos en un
año próspero, el impuesto que las pérdidas del año adverso hubiesen pagado si en lugar
de pérdidas hubieran sido beneficios. Con lo que todas las pérdidas del mismo volumen
obtendrían la misma deducción de impuesto.
Es así, pues, que la única dificultad que vemos en el sistema de la compensación
de las pérdidas es su alcance limitado.
Método británico de los promedios. -
Ya hemos observado que en la legislación
británica se promediaban los beneficios o pérdidas de varios años no sólo para
determinar la capacidad imponible, sino también la "renta legal" que había de soportar
el impuesto. De tal suerte qµe el pago del impuesto sobre la renta efectiva de un
determinado año se distribuye en tres o más años en un número correspondiente de
cuotas Es así que, si a años prósperos seguían años mediocres o adversos, el
contribuyente podía verse en la situación crítica de pagar un alto impuesto en una épo-
ca de escasez de fondos. Este inconveniente, y otros defectos por cierto no inherentes
al sistema de promedios en general, pero sí al sistema británico, explican por qué la
Comisión Británica de Impuesto a la Renta recomendó su abolición en 1920. La
recomendación no fue aceptada por el Parlamento, lo que hace suponer que el método
junto a sus desventajas contenga elementos sanos. Es precisamente lo que la Comisaín
australiana ha tratado de aprovechar en su original método que llamaremos:
Método australiano de los promedios. -
Este método, esbozado en forma
imprecisa en otro lugar, fue sugerido a la Comisión por un representante de los
productores primarios (de la "Federated Grazier's Association"). Descansa en el re-
conocimiento y la aplicación práctica del método de los promedios para determinar la
capacidad imponible y también en el convencimiento de que es deseable en vista de los
intereses del contribuyente y del fisco que se siga computando el impuesto sobre la
renta del año inmediatamente precedente.
Según este método, para determinar el impuesto a pagar por el contribuyente habrá
que hacer las siguientes operaciones simples:
a) A la renta imponible del año precedente, agregar la renta imponible de los años
anteriores -no más de cuatro-- y dividir el total por cinco: el cuociente representa la
"capacidad imponible".
b) Multiplicar la renta imponible del año cuya valuación se considera por la tasa del
impuesto aplicable a la "capacidad imponible", según la escala de progresión; el
producto es el monto del impuesto a pagar.

388
RAÚL PREBISCH
Estas operaciones son sencillas y fáciles de entender por el contribuyente. Véase
el siguiente ejemplo:
Renta del 7º afio
Pérdida
246
Renta del 8° afio
Pérdida
572
Renta del 9° afio
Beneficio
141
Renta del l Oº año
Beneficio
655
Renta del 11 º afio
Beneficio
558
Renta total para los 5 afias
f
536
Promedio
107
Tasa aplicable al promedio: 5,8034
Impuesto a pagar (5,8034 x 558): 139.10 libras
Además de esta ventaja el sistema australiano responde al canon de equidad desde
que la tasa del impuesto corresponde estrechamente a la capacidad imponible del
contribuyente determinada en un período suficientemente extenso de tiempo.
Las protestas levantadas contra el antiguo sistema radicaban en que contribuyentes
de renta fluctuante en años prósperos o adversos, pero de la misma capacidad
imponible que otros contribuyentes de renta regularmente distribuida, pagaban, sin
embargo al cabo de algunos afios, un impuesto mayor que los últimos.
Para aquilatar el grado de equidad del nuevo método y de los otros propuestos,
bastará, por tanto, comparar el monto que bajo ellos paga el contribuyente de renta
fluctuante, con el monto de impuesto que paga el contribuyente de la misma capacidad
imponible, pero de renta regular.
Con este propósito la Comisión ha aplicado los diversos sistemas a doce casos
reales de contribuyentes que pagaron impuesto durante once afios de operaciones. Si
representamos por 100 el monto de impuesto que tales contribuyentes hubiesen pagado
si sus rentas hubieran sido regulares en vez de fluctuantes, el impuesto pagado bajo el
método australiano de promedios fuera 106,70; bajo el método de compensación de las
pérdidas, 135,09; bajo el antiguo método australiano, 148,22.
Lo que nos dice que en estos casos representativos el método que más estrechamen-
te se ajusta a la capacidad imponible es el método australiano de los promedios.
Corregido por medio de los créditos en suspenso en la forma que explicaremos más
adelante, el método australiano llega a un ajuste tan estrecho como lo denota el monto
relativo del impuesto a pagar apenas llegaría a 102,07.
Las operaciones de un comerciante oscilan por lo frecuente entre beneficios
relativamente grandes y ganancias escasas y raramente terminan en pérdidas anuales.
El método australiano suministra los ajustes necesarios para hacer equitativo el
impuesto pagadero en el caso de aquellas oscilaciones; pero el ajuste no es tan completo
cuando ocurren pérdidas

DETERMINACIÓN DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE
389
La función de un sistema de promedios es compensar las rentas menores que el
promedio con las rentas mayores que el promedio. Ahora las pérdidas no son otra cosa
que "exageraciones negativas" de estas rentas menores y es lógico entonces tratarlas
con el mismo procedimiento y aplicarles el mismo ajuste. El ajuste se efectúa en las
rentas menores al exigir de ellas el pago de un menor impuesto que decrece así que
decrecen las rentas. Cuando las últimas llegan a cero el impuesto también se anula.
Cuando traspasan el límite cero y se transforman en cantidades negativas o pérdidas,
el impuesto, bajo el nuevo método expuesto, sigue siendo nulo, por donde se ve que el
procedimiento aquí pierde su lógica.
Si las cantidades son negativas, el impuesto debe también ser negativo, en buena
lógica matemática. Los "créditos en suspenso" no son otra cosa que estos "impuestos
negativos" que se acreditan al contribuyente para ser compensados más tarde con los
impuestos, digamos, positivos, que éste deberá abonar al fisco. El "crédito en
suspenso", es el producto de multiplicar la tasa correspondiente a la capacidad
imponible por el monto de las pérdidas (renta negativa) del año que se considera; del
mismo modo que su contrario, "el impuesto pagable" contra el cual se compensará en
aflos sucesivos el "crédito en suspenso" es el resultado de multiplicar la tasa correspon-
diente a la capacidad imponible por el monto de los beneficios (renta positiva).
A pesar de que el sistema australiano corregido por los créditos en suspenso es el
que más se acerca a un ajuste correcto, la Comisión no lo recomendó al Parlamento.
Consideró que si bien es cierto es el sistema más equitativo, introduce en la determi-
nación del impuesto un elemento de complejidad que no le permitiría ser comprendido
por la mayoría de los contribuyentes. Por otra parte es probable que su implantación
hubiese aumentado el costo de la administración del impuesto al imponer nuevos
deberes al cuerpo de valuadores.
Todas estas dificultades, hoy por hoy sobrepasaban las ventajas que apenas un
número limitado de contribuyentes obtendría.
La Comisión no pretendió que su sistema fuese perfecto y aceptó la posibilidad de
ficciones en su desenvolvimiento. En la ley británica es sabido que el sistema de
promedios resulta en indebida generosidad para las rentas crecientes y en perjuicio pa-
ra las decrecientes: ello se debe a la confusión ya referida entre capacidad imponible
y renta legal. En el método australiano, es muy poco probable que esto suceda por la
discriminación que establece entre ambos. Pero si se probase en casos excepcionales
que la tasa aplicable resulta excesivamente inflada, podría recurrirse a la disposición
del art. 95 que autoriza a una junta compuesta del Comisionado, del Secretario del
Tesoro y del Contraloreador General de Aduanas a eximir en todo o en parte del pago
del impuesto, cuando la situación precaria del contribuyente así lo requiere.
EL MÉTODO DE LOS PROMEDIOS EN LA LEY VIGENTE
La Ley de Valuación del Impuesto a la Renta, 1922-1923, ha adoptado el método
de promedios recomendado por la Comisión del Parlamento Australiano.

390
RAÚL PREBISCH
Ejemplos de la aplicación del método australiano de los promedios
comparada con otros métodos
A
B
Renta
e
D
E
F
G
H
1
total de
Método promedia! Método
Método anterior
El
los cinco Pro me-
pro me-
mismo
Renta
añoso dio quin-
Tasa Importe
dial
Tasa
con
Año imponi-
meses
quenal.
apli-
del
Crédi-
apli- Impuesto compen-
ble
anterio- Capad- cable al impuesto tos en cable
BxC
sación
del
res al
dad im- prome-
BxD
sus-
aB
de
año
año
ponible
dio
penso
pérdidas
f
f
f
f
f
f
14.818
14.818
14.818
77.4341
4.781
77.4341
4.781
4.781
2
6.496
21.314
10.657
67.6970
1.832
46.683
1.264
1.264
3
608
21.922
7.307
57.8721
131
9.009
23
23
4
p.31
21.891
5.473
40.1374
5
5
4.533
26.424
5.285
38.9345
735
34.1229
644
630
6
3.853
15.459
3.092
24.9027
400
29.4719
478
478
7
4.401
13.364
2.673
22.22118
407
33.2783
610
610
8
4.523
17.279
3.456
27.2317
513
34.0589
642
642
9
6.645
23.955
4.791
35.7737
990
47.6364
1.319
1.319
10 p. 5.115
14.307
2.861
23.4247
499
11
601
11.055
2.211
19.2657
48
8.9642
22
12
5.411
12.055
2.413
20.5582
464
39.7407
896
4
13
7.393
14.935
2.987
24.2309
746
52.4224
1.615
1.615
14
22.207
30.497
6.099
44.1428
4.084
85.7238
7.933
7.933
15
24.558
60.170
12.034
71.6570
7.332
87.3259
8.936
8.936
Promedio
de renta
anual 6.727
15 años
22.463
504
29.613
28.278
El método no sólo se extiende a los productores primarios como en la ley de 1921,
sino a todos los contribuyentes con excepción de las compañías que, al pagar el
impuesto de acuerdo a una tasa proporcional y no progresiva, no se resienten de
ninguna de las desventajas soportadas por los contribuyentes individuales bajo el
antiguo método.
"En las valuaciones de impuesto para el año financiero que comienza el 1 ºde julio
de 1922 y para los años subsiguientes -expresa el art. 13- la tasa aplicable a la renta
imponible de un contribuyente que no sea una compañía será calculada de acuerdo a
la ley por la cual se establecen las tasas del impuesto a la renta, como si la renta
imponible fuese el promedio de la renta derivada por el contribuyente en los años

DETERMJNACIÓN DE LA CAPACIDAD IMPONIBLE
391
(designados en este artículo como 'años promediales '),que comienzan en el primer año
promedial y tenninan en el año inmediatamente precedente al año financiero para el
que se paga el impuesto". "El primer año promedial será el quinto año anterior al año
financiero para el que se paga impuesto- excepto en los casos en que las disposiciones
subsiguientes de este artículo establecen de otro modo el primer año promedial".
Dicha<> disposiciones persiguen diversos propósitos. La primera, según la cual "el
primer año promedial no será anterior al año que comienza en el 1° de julio de 1920"
tiene por objeto no complicar las tareas administrativas al elegir un año no distante de
aquel en que la ley empieza su vigencia.
La segunda disposición expresa que "cuando la renta imponible del contribuyente
determinada de acuerdo a la renta del año que de otro modo sería el primer año
promedial, fue mayor que su renta imponible del año inmediatamente siguiente, el
primer año promedial será el primer año subsiguiente al año primeramente menciona-
do en el cual la renta imponible del contribuyente fue menor que su renta imponible
en el año próximo subsiguiente. De no ser así, el contribuyente que hubiese pagado
anteriormente un alto impuesto sobre aquella renta máxima del primer año. se veria
obligado en el año de la renta mínima a pagar un impuesto en la determinación de cuya
tasa intervino la renta máxima. De tal suerte que se comenzaría en cierto modo
estableciendo una duplicación de impuestos sobre el contribuyente, y esto bastaría para
tomar impopular un método debido a su deficiente aplicación. En cambio, al comenzar
el período promedial con el año de renta mínima, el impuesto será más liviano que si
el método promedial no se aplicase, y esto ha contribuido mucho, en la práctica reciente
del procedimiento a que el público lo reciba como una innovación ventajosa.
"Ningún año en el que el contribuyente no condujo negocio alguno y no recibió
renta imponible -dice la disposición siguiente-podrá ser considerado como primer año
promedial" pero "cualquier año en que el contribuyente condujo algún negocio sin que
resultase renta imponible alguna podrá ser el primer año promedial". La disposición es
correcta por cuanto en el primer caso no hubo actividad alguna que pudiese producir
renta, en tanto en el segundo se desarrollaron actividades que eventualmente resultaron
en una renta nula.
"En el caso de un contribuyente que conduce negocios el exceso de deducciones
permitidas sobre la renta valuable, en cualquier año que fuese un año promedial, será
tomado en consideración al calcular el promedio". Esta disposición está de acuerdo con
el principio adoptado en el método de los promedios, a saber, asentar el cálculo sobre
las rentas imponibles, esto es, las rentas valuables menos las deducciones concedidas
por la ley.
Como el método de promedios se basa en la suposición que las rentas fluctúan de
un año para otro, no contempla el caso en que la renta de una persona disminuyese
continuamente, en cuyo caso el contribuyente pagana un impuesto según una tasa
mayor que la correspondiente a su capacidad imponible. La siguiente disposición trata
de evitar esto: "Cuando el contribuyente asegura que debido al abandono de su
ocupación, o a cualquier otra causa, su renta imponible se ha reducido permanentemen-
te a una cantidad menor que las dos terceras partes del promedio de la renta imponible
respecto al cual se calcularla la tasa del impuesto, su valuación se efectuará, aparte de

392
RAÚL PREBrsCH
las disposiciones de este artículo, como si nunca hubiese sido contribuyente en los años
anteriores ...
APLICACIÓN DEL MÉTODO EN LA PRÁCTICA
La aplicación del método de promedios en la práctica no ha defraudado las
esperanzas de la Comisión que lo recomendara. Los contribuyentes, y principalmente
aquellos de la industria primaria, lo han acogido como una medida equitativa y
ventajosa, que por otra parte es fácil de comprender.
En mérito a los resultados administrativos, el Departamento de Impuesto había
previsto un aumento enorme de trabajo en la oficina de valuación, aumento que en la
práctica ha probado no ser mayor que cinco por ciento sobre el nivel anterior. Si se tiene
en cuenta que en los años sucesivos la renta de los cuatro precedentes se encuentra en
el informe inmediatamente precedente del mismo legajo, se comprenderá que el
trabajo se simplificará aún en lo futuro. Además, el cálculo de los promedios, de la tasa,
y del monto del impuesto, no se efectúa por los valuadores -quienes anteriormente
calculaban el impuesto sino por empleados dedicados permanentemente a esta activi-
dad. Esto, al mismo tiempo, ha librado a los valuadores de un trabajo de carácter
rutinario que no armonizaba con las funciones técnicas delicadas que se les ha
confiado.

35
ACLARACIONES AL PROYECTO
DE COLONIZACION DEL PODER EJECUTIVO*
l. LA CONCISIÓN EN LOS TÉRMINOS Y LA AMPLITUD DE CONTENIDO,
RESPONDEN A NUESTRAS CARACTERÍSTICAS PARLAMENTARIAS
A cada tentativa de refonna agraria en nuestro país, la agitación de las ideas y el
comentario de las leyes extranjeras, enriquecen copiosamente la literatura sobre el
problema. Contrasta esta efervescencia de palabras con la acción efectiva, sofocada en
un trámite legislativo poco diligente, desvanecida por la influencia de los intereses en
que la gran propiedad se apuntala. Mientras tanto, la fisonomía de nuestras campañas
se modifica con lentitud. Produce la tierra, aunque en malas condiciones; y el
trabajador rural no se arraiga en ella para constituir las poblaciones vigorosas en la que
los estadistas de antaño vislumbraban el núcleo de la nacionalidad.
Un nuevo proyecto se envía a las cámaras. La condición de sus diez artículos. que
pareciera enderezada a desconcertar al romanticismo académico ansioso de creaciones
exuberantes: responde, empero, a exigencias circunstanciales y a las enseñanzas de la
experiencia colonizadora en países que, como Australia y Nueva Zelandia, se asemejan
a la Argentina en su estructura económica.
Por una parte, el parlamento no es precisamente por su actividad y celo público lo
que conciben los teóricos de la "ciencia constitucional". Cuanto más largo y elaborado
es un proyecto, tanto más se dilata y entorpece su trámite legislativo, y peor se
desarticula su texto, si es que se despacha; y al final de cuentas no es frecuente que se
apruebe la iniciativa así estropeada. He ahí nuestra experiencia y la suerte de la
colonización auspiciada de mucho tiempo atrás. Verdad manifiesta cuyo peligro
presiente el Poder Ejecutivo cuando en los fundamentos de su proyecto expresa que "si
se empeñase el estudio de planes diversos, es posible que se pasaran años en
* N. del Ed. Revista de Economía ,~rgentina: 13, Nos. 75-76, septiembre-octubre de 1924, págs.
211-220. El artículo está finnado y datado: "Raúl Prebisch. Egresado de la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, septiembre 17 de 1924."

394
RAÚL I'REBISCH
discusiones tan eruditas como interesantes que, si se traducen en una larga demora, el
país podría perder una ocasión de poblarse que quizá no vuelva a presentarse en mucho
tiempo".
Por otra parte, Ja rigidez de las disposiciones de una ley reglamento, al cohibir en
la acción al poder administrador, no le permitiría ajustarse a las exigencias cambiantes
e imprevistas de un experimento de colonizacion. La Closer Settlement Act de Nueva
Gales del Sud, dictada en 1901, se reforma en 1904 y soporta diez enmiendas hasta el
año 1919. Lo mismo acaeció con las leyes de los otros cinco estados australianos y
Nueva Zelandia, cuyos parlamentos, de sorprendente laboriosidad, no vacilan en dar
sanciones legislativas a lo que la práctica sugiere. Pretender que las imperfecciones con
que probablemente surgiría una ley-reglamento de colonización, serían corregidas con
presteza por nuestro Congreso, fuera sumergirse de nuevo en ilusiones no sustentadas
en hechos conocidos. No se nutre de ellas el Poder Ejecutivo que en los fundamentos
manifiesta que con el fin de satisfacer "a los que desean que un verdadero código
contemple todas las eventualidades" había proyectado "un minucioso cuerpo de legis-
lación". "Pero con posterioridad-agrega- un mayor estudio de la experiencia de Italia
en su agro romano, y de la práctica constante de nuestra propia aplicación de las leyes
de tierras vigentes, nos han convencido que lo que ocurre es fijar principios básicos que
cumplan los preceptos constitucionales respecto a la propiedad y permitan una
elasticidad para que la reglamentación, fácil de perfeccionar, se adapte a las condicio-
nes de cada zona de nuestro país, y se modifique a medida que la experiencia indique
la necesidad de ampliar o restringir su forma de aplicación". De tal suerte que el
proyecto sólo acuerda facultades y medios para iniciar en el país la colonización
intensiva, cuyo desarrollo ha de suministrar la experiencia que se requiere para
basamento de la legislación de lo futuro.
Il. EL PODER EJECUTIVO PODRÍA EMPLEAR LAS DIVERSAS MANERAS DE ADQUIRIR
TIERRAS Y HABRÍA DE RECURRIR A LA EXPROPIACIÓN EN ÚLTIMO TÉRMINO
Los términos amplios pero precisos del artículo primero autorizan al Poder
Ejecutivo a adquirir tierras con el fin de "venderlas o arrendarlas en parcelas de
superficie adecuada a cada zona". La expresión ''adquirir" abarca las diversas formas
por la que, de acuerdo al derecho civil, se puede recibir la propiedad de un inmueble,
a saber, la compra, donación, etcétera, y aun comprende la forma extraordinaria de la
expropiación, no obstante lo cual se la incluye en el texto para autorizarla expresamen-
te al declarar la colonización de utilidad pública.
De modo que se permite al poder administrador, el empleo discrecional de
cualesquiera de los diversos medios de adquisición, según lo indicaren las circunstan-
cias. Si de acuerdo al estudio técnico del organismo que aplicase la ley, una gran
extensión de tierra fuese colonizable, el Poder Ejecutivo estaría facultado para
proponer al propietario la compra total o parcial del inmueble; si éste rehusare, le

ACLARACIONES AL PROYECTO DE COLONIZACIÓN
395
insinuaría que colonizase privadamente al menos el 50 % de la superficie del campo,
por medio de su venta en pequeños lotes según las condiciones reglamentarias que se
le impusiere para evitar un simulacro; si el propietario no quisiera emprender por sí
mismo esta tarea, podría solicitar del Poder Ejecutivo que colonice por cuenta y riesgo
del terrateniente (art. 8°) o demandar la ejecución de la misma a las empresas
ferroviarias o terceros (art. 1 º)facultados a colonizar por su cuenta y por cuenta ajena
dentro de las condiciones legales y reglamentarias. Es para cuando el terrateniente
fuese refractario a la colonización privada -a pesar de todas las facilidades que la ley
le acordaría- que se habría de recurrir a la expropiación del 50 % del inmueble como
máximo (art. 3º).
Difícil es que una ley que aspire a colonizar genuinamente, tenga mayores
contemplaciones para con el propietario empecinado. quizá sin conciencia de ello, en
estorbar el desenvolvimiento de la vida rural.
"La facultad de expropiar -dice el doctor Miguel Angel Cárcano en un reciente
artículo al referirse a las legislaciones de Alemania y el Imperio Británico- se aplica
solamente en último término, después que se han agotado todos los recursos para una
adquisición amigable". Esta acertada característica de los sistemas extranjeros, es
todavía más liberal en el proyecto del Poder Ejecutivo si se considera que las leyes de
Australia y Nueva Zelandia, ponen al terrateniente en el dilema de la venta voluntaria
o amigable y la venta forzada, es decir, la expropiación.
Por manera que esta diversidad de recursos, que pudiera juzgarse al primer vistazo
como propicia a las vacilaciones e incertidumbres que perjudican la acción guberna-
tiva, más bien exalta su eficiencia al darle plasticidad.

III. RÉGIMEN DE LA EXPROPIACIÓN
1. La f acuitad de expropiar
Al ser la expropiación la forma extraordinaria y más delicada para adquirir tierras
colonizables, su régimen absorbe la parte agraria del proyecto. Se declara de utilidad
pública a la colonización agropecuaria y se faculta al Poder Ejecutivo para expropiar
hasta el 50 % de la tierra de cada propietario con dicho propósito (arts. 1 ºy 3º).
Desde el movimiento agrario de Tiberio Graco, hasta la~ contiendas agrarias
recientes en Europa, y la expropiación o el simple despojo surgieron de la eclosión de
sentimientos e intereses en la masa exasperada. De matiz muy diferente, empero, es la
expropiación auspiciada con fines de colonización sistemática en las leyes de Alema-
nia y el Imperio Británico y en el proyecto que analizamos.
La primera ley de colonización intensiva en Nueva Gales del Sud, dictada como
sabemos, en 1901, fracasó por haber prescindido de la facultad de "reasumir"
(resumption) por la expropiación, el dominio de las tierras de propiedad privada; la
esperanza de valorizaciones futuras y la distinción social inherente al squatter (esto es,

396
RAÚL PREBISCH
al gran terrateniente hacendado) le impulsaban a no abandonar su propiedad. Por esta
razón, se enmendó la ley en 1904 para incorporarle el régimen de la expropiación. El
mismo régimen caracteriza las leyes de los otros estados australianos, excepto el estado
de Westfalia* y del Dominio de Nueva Zelandia.
Así como estas leyes, promulgadas antes de la guerra y aplicadas con éxito desde
entonces, carecen de espíritu de pendencia, tampoco lo tenía aquella excelente
inicia ti va del doctor Ernesto Padilla, aprobada por la legislatura tucumana en 1915, que
daba al poder administrador la facultad de expropiar las tierras de la provincia que
a su juicio fuesen colonizables.1 Demás está advertir que la ley no se aplicó en el
período de desorden político que siguió al gobierno de aquel estadista.
En todas estas legislaciones como en la iniciativa que estudiamos no es la ley misma
la que determina y califica en cada caso la tierra que debe expropiarse para que ella
adquiera las condiciones de utilidad pública, sino que se concede la facultad general
al poder administrador, que dispone de la capacidad técnica indispensable.
Solicitar
de nuestro congreso, por otra parte, la autorización para expropiar inmueble por
inmueble, como lo quisiera la vieja Ley de Expropiación de Bienes en 1866, equival-
dría a postergar indefinidamente esta forma de colonización, o renunciar a ella.
2. Incertidumbre para el propietario
Se habla ya de la incertidumbre que el propietario experimentaría si las mejores
tierras del país estuvieran pendientes de los decretos de expropiación del Poder
Ejecutivo. Aparte de que lo mismo sucedeóa si la ley de colonización estableciese que
el Congreso debeóa autorizar en cada caso la expropiación, desde un punto de vista
práctico, tal incertidumbre no traería trastornos.
Pues que, si bien es cierto que el
terrateniente ignoraóa el designio del gobierno en lo que a la expropiación concierne
no lo es menos que ello no le impediría seguir la explotación del fundo y efectuar
mejoras con este fin, desde que la ley cuando se refiere al precio que se le pagará. habla
del "inmueble", esto es, de la tierra y lo que a ella estuviese adherido permanentemen-
te. Por otra parte, muy pocas cosas ha de haber adheridas a las grandes extensiones
dedicadas a la ganadeóa, que el Poder Ejecutivo aspira a colonizar; y de ahí la escasa
probabilidad de que este problema se plantee con frecuencia. Tampoco perderá su
libertad de realizar actos juódicos relacionados al inmueble, aunque la venta del mismo
no será muy fácil si se sospecha que su expropiación es inminente; pero en tal caso de
* N. del Ed. "Westralia" en el original.
He aquí los artículos fundamentales de esta ley: "art. 12 El Poder Ejecutivo creará y fomentará la
formación de colonias agrícolas en la Provincia, ya sea fundándolas directamente, ya sea concediendo los
beneficios de esta ley a las personas o sociedades que quieran establecerlas. Art. 2" Queda facultado el Poder
Ejecutivo a adquirir tierras por compra o expropiación para fundar las colonias a que se refiere el artículo
anterior. Declárase de utilidad pública y sujetas a expropiación las tierras necesarias para la fundación de
colonias en el punto que el Poder Ejecutivo determine.

ACLARACIONES AL PROYECTO DE COLONIZACIÓN
397
incertidumbre el recurso del propietario sería sencillo: ofrecer en venta el inmueble al
mismo gobierno, que si tiene intención de expropiarlo, no vacilará en efectuar una
compra amigable si no se le pide un precio superior al del mercado. El propietario
pierde en parte su libertad de acción sólo cuando el Poder Ejecutivo declara en reserva
la tierra (art. 2°) porun término no superior a un año, en cuyo caso aquél puede efectuar
únicamente las mejoras o actos jurídicos autorizados por el poder administrador. Esta
disposición se justifica desde que tiende a evitar que el propietario realice tales mejoras
o actos, con el fin de aumentar ficticiamente el precio de la expropiación o aun evitarla.
Además, los perjuicios derivados de la incertidumbre resultan insignificantes si se
los compara a los males de carácter demográfico y social enquistados en la gran
propiedad territorial.
3. La Ley de Expropiación de Bienes y el proyecto
La disposición del proyecto de ley según la cual la expropiación auspiciada se regirá
únicamente por la misma, responde, primero, a anular, por razones expresadas más
arriba, el efecto de los artículos 2° y 3° de la Ley de Expropiación de Bienes. que
prescriben que el Congreso autorizará en cada caso la expropiación después del estudio
de los planos descriptivos, etcétera. Segundo, a la necesidad de mejorar la vieja ley que
ni fija ni insinúa procedimiento alguno para establecer el precio del inmueble; lo que
dio lugar con frecuencia -como se consigna en los fundamentos del proyecto- a que
los jueces indemnicen al propietario con largueza. Por ello el artículo 7º del proyecto
trata de que los jueces se atengan a los factores que determinan el valor real del
inmueble.
Además el mismo artículo elimina del precio del inmueble, al mayor valor sobre-
venido en el mismo a causa de obras públicas efectuadas por acción o concesión oficial
o por efecto de la misma acción colonizadora. Esta disposición completa así la del
art. 15° de la vieja ley, cuyo texto decía: "que el valor de los bienes debe regularse por
el que hubieren tenido, si la obra no hubiere sido ejecutada ni aún autorizada". La
exclusión no se refiere por lo consiguiente al mayor valor derivado de otros orígenes,
de los factores económicos y sociales que actúan con tanta intensidad y permanencia
en nuestra economía agraria, desde que es a la acción impositiva y no a la colonizadora,
si bien es cierto que son susceptibles de marchar en armonía, a quien corresponde es-
te problema. Asimismo, y por idénticas razones, no podría reprocharse a una ley de
colonización, que no disponga medida alguna sobre el mayor valor acrecido a las
propiedades vecinas al inmueble expropiado. o a la porción de este último que restase
en manos del terrateniente.
En los casos de discordancia entre el poder administrador y el propietario sobre el
precio o indemnización a pagar al segundo, el procedimiento establecido en el proyec-
to ofrece las mismas garantías y seguridades para el terrateniente que el art. 6º de la Ley
de Expropiación; ambas reconocen la jurisdicción territorial en que el inmueble
estuviese ubicado, y dan lugar a los recursos permitidos por las leyes nacionales de
procedimientos; el proyecto prescribe que "el procedimiento será sumario y actuado",

398
RAÚL PREBISCH
mientras la vieja ley dice "procediendo verbal y sumariamente", lo que es lo mismo
desde que el procedimiento verbal es siempre actuado.
Hay dos diferencias entre el proyecto y la ley, que sin embargo, no se refieren a
materias fundamentales. En primer lugar, en aquél se prescribe una sola audiencia para
oír a los interesados y peritos en el Juzgado de sección, y se establece que los tribunales
despacharán de urgencia los casos presentados; en tanto que la ley de 1866 nada dice
sobre el particular. La reforma tiende pues a evitar la prolongación excesiva de los
juicios. La otra modificación accesoria se refiere a la manera de pagar las costas.
No ha sido necesario incorporar otras disposiciones de la Ley de Expropiación de
Bienes, modificadas o no, porque ellas se refieren al procedimiento y no al principio
jurídico de la expropiación.
Por modo que al prescindir de la vieja ley, no disminuyen las garantías del derecho
habiente, y las partes en litigio se benefician por la celeridad del juicio.
IV. PARA DAR FLEXIBILIDAD A LA ACCIÓN COLONIZADORA, EL PROYECTO CARECE
DE DETALLES REGLAMENTARIOS
1. Naturaleza de las tierras
El fin que se persigue es colonizar tierras a través de su venta o arrendamiento en
"parcelas para explotaciones agropecuarias", como reza el texto proyectado.
Fuera entonces vanidad legal el prescribir que sólo se hará el fraccionamiento de las
mejores tierras por su ubicación y fertilidad: desde que si el poder administrador tiene
la pretensión descarada de establecer pequeñas explotaciones agropecuarias en tierras
yermas, un artificio dialéctico de la misma laya bastaríale para demostrar la buena
ubicación y fertilidad de las tierras en cuestión. Porotra parte, es engañoso suponer que
en prescripciones así pararían mientes gobiernos sin escrúpulos. Y en lo que al fondo
toca, de incurrir en ello, la ley tuviera que sentar un criterio general para apreciar la
fertilidad o ubicación conveniente de los fundos a colonizar; criterio que, o resultaría
impreciso y vago, e inútil por lo tanto, o lo que es peor, rígido y absurdo. Son los
técnicos agrónomos. cuyos servicios es imprescindible que la práctica de la ley
reconozca, los que en cada caso aconsejarán la conveniencia de colonizar en tal o cual
zona.
2. Forma de venta
En cuanto a la forma de venta de las parcelas, al contado o a plazos; al precio de
venta, con o sin beneficio para el Estado; a la época en que el comprador recibiría el
título de propiedad; a la opción que el arrendatario tendría para la compra: el proyecto
libra estos detalles a la reglamentación del Poder Ejecutivo.

ACLARACIONES AL PROYECTO DE COLONIZACIÓN
399
Si en general el éxito de la colonización implica la venta de las tierras al precio de
costo más los gastos, es posible la ocurrencia de casos en que una adquisición a precios
bajos, permita un recargo prudencial que no perjudique al colono, y se traduzca en un
beneficio susceptible de empleo en obras de fomento. La ley, evidentemente, no puede
tener la elasticidad que estos casos requiriesen. Lo mismo argüiríamos en lo que
concierne a los plazos de pago cuya prórroga por acto del poder administrador, se
impusiera tal vez si las malas cosechas o las condiciones precarias del mercado fúeran
persistentes; y en mil otros ejemplos de larga enumeración. ¿Qué peligro habria en que
estas cuestiones administrativas se dejasen al criterio flexible del Poder Ejecutivo?
Sobre él recaen las responsabilidades de la práctica de la ley, y es necesario por
consiguiente acordarle la amplitud de acción que se requiera luego del estudio
detenido e inteligente de cada serie de casos.

Es cierto que entre tales cuestiones las hay que se refieren a derechos e intereses
esenciales del colono. Sin embargo, del hecho que el reglamento y no la ley se ocupen
de ellas, no provendría inseguridad ni confusión alguna para aquél, puesto que el
colono ha convenido por escrito con el Poder Ejecutivo la compra o el arrendamiento
de una parcela en las condiciones especificadas y de acuerdo a la reglamentación en
vigencia. La situación es segura y definitiva, toda vez que las partes cumplan lo
estipulado, porque, como es bien sabido, las leyes o l<?s decretos no tienen efecto

retroactivo. Las modificaciones del convenio de venta o arrendamiento, sólo podrán
hacerse por mutuo consentimiento de las partes. Pero si las situaciones individuales de
derecho son definitivas y claramente deslindadas, en buena hora tenga el Poder
Ejecutivo la facultad de dictar nuevos decretos o alterar los existentes en lo que se
refiera a derechos y obligaciones a crearse en lo futuro; o si conciernen a lo pasado,
siempre que la otra parte interesada preste su conformidad. Es cabalmente la ventaja
de relieve de la reglamentación administrativa qQe, por su agilidad. puede llegar allí
donde el cuerpo legal artrítico no logra desplazarse.
'
V. ASPECTO FINANCIERO DE LA COLONIZACIÓN
En punto a la financiación del plan, el proyecto autoriza al Poder Ejecutivo a
emplear el crédito hasta$ 100.000.000 anuales. Esta cantidad constituye el único límite
trazado al Poder Ejecutivo fuera de las disposiciones generales de la Ley de Contabi-
lidad, como se comprende. No auspicia, por lo tanto, el proyecto, solución financiera
alguna, ni sencilla. ni ingeniosa. El poder administrador podrá adaptarse así, con suma
flexibilidad, a las necesidades y al estado del mercado monetario en la Argentina y el
extranjero: emitirá títulos o bonos internos o externos de amortización constante o
variable, larga o corta, o hará cualquier operación a crédito con los establecimientos
bancarios nacionales o extranjeros. Con mucho tino el proyecto no ha prescripto tasas
máximas de interés ni tipos mínimos de cotización cuando se emitiese títulos; desde
que la experiencia ensefia que toda vez que el interés real que devengaría el título a la

400
RAÚL PREBISCH
tasa máxima. es inferior al interés real del mercado monetario, la gestión del empréstito
se dificulta sobremanera, hasta hacerlo fracasar, u obliga a recurrir a expedientes
aparentemente mejores pero en última instancia más costosos para el fisco; y que,
cuando la tasa real fijada por el Congreso es inferior a la tasa real del mercado, los
banqueros tienen buen argumento para presionar al Ministro de Hacienda hasta obtener
la primera.
En esta materia, como en muchas otras, de buena administración, no es por cierto
la previsión detallista del congreso lo que garantiza la economía de la operación, sino
la capacidad, rectitud y energía de los hombres que la realizan.
El proyecto faculta asimismo al Poder Ejecutivo a hipotecar las tierras colonizables
que hubiese adquirido. La amplitud de la disposición b) del artículo 9° le permitirá
realizar operaciones con establecimientos privados hipotecarios, territoriales o colo-
nizadores, o acogerse a los beneficios de la carta orgánica del Banco Hipotecario
Nacional. De este modo se facilitará al colono el pago gradual y a largo plazo de su
parcela, al transferírsela con carga hipotecaria; y el Ejecutivo, al recibir el importe del
préstamo, tendrá fondos para efectuar nuevas adquisiciones de tierras o para prescindir
del uso del crédito ordinario.
Es repetir lo ya observado afirmar que el éxito de esta operacion no está en la ley
ni en la pedantería de los reglamentos, sino en las aptitudes financieras de los que
manejan su aplicaéión.
VI. CARÁC1ER ACLARATORIO DE ESTE ARTICULO
La reasunción de tierras del dominio privado, daría un nuevo giro a la política
agraria argentina. Este hecho, y la singular concisión del proyecto-tan poco frecuente
en documentos de este linaje-, explican que su contenido sea susceptible de interpre-
taciones apresuradas.
Evitarlo ha sido nuestro propósito para contribuir en algo al
estudio impostergable de la iniciativa.
Impostergable, porque de la inmigración abundante en perspectiva, podríamos
seleccionar excelentes pobladores rurales. Pero aquella no "rendirá su provecho
óptimo... ni se encauzará fecundamente el aporte anual de nuestro crecimiento
vegetativo si no se eliminan las dificultades que hoy entorpecen e impiden la
colonización".
Es un lugar común en nuestra oratoria política y nniversitaria, colonizar, poblar,
aprovechar la savia nativa y el aporte extranjero; un lugar común, el concepto de dividir
las tierras para realizar la tarea ... Y esto es precisamente una desgracia para el actual
Ejecutivo: pues que estos lugares comunes son tan comunes entre nosotros, que se
discute sinceramente la urgencia de emprender la colonización. Así se ha discutido por
décadas y décadas ...

36
PRIMER INFORME DEL DOCTOR RAUL PREBISCH
SOBRE SUS ESTUDIOS FINANCIEROS
Y ESTADISTICOS EN AUSTRALIA*
Buenos Aires, 14 de agosto de 1924
Tengo el honor de diriginne a V.E. comunicándole mi regreso al país después de
cumplida parcialmente la misión de estudio que me confiara su antecesor en el
Ministerio, doctor Rafael Herrera Vegas.
Abandoné Buenos Aires el 24 de octubre del año pasado y llegué a Wellington,
capital de Nueva Zelandia, el 13 de diciembre. La información que a bordo pude
recoger sobre la excelente administración pública del Dominio, me indujo a permane-
cer en él durante once días. El 24 del mismo mes reanudé viaje hacia Australia para
aprovechar la semana festiva en que las actividades administrativas se paralizan en la
travesía de cinco días entre Auckland y Sidney.
En mi breve estada en NuevaZelandia visité primeramente el Land and lncome Tax
Department cuyos funcionarios me explicaron prolijamente el mecanismo administra-
tivo al conducinne con toda paciencia a través de cada una de las secciones del
Departamento, desde aquella en que se reciben y clasifican las cartas y los informes con
declaraciones de renta hasta la sección que expide el recibo al contribuyente después
de efectuado el pago. El tiempo reducido que me había propuesto permanecer en
Wellington sólo me permitió tomar anotaciones escritas sobre los rasgos fundamenta-
les del sistema; pero esta rápida visita constituyó una experiencia de que habría de sacar
provecho más tarde al iniciar mi estudio detenido de la administración australiana del
impuesto sobre la renta.
En la Oficina de Estadística y Censos me detuve los cinco últimos días de mi estada
en Wellington. A su frente se encuentra un estadístico de gran capacidad, míster
Malcolm Fraser, que dirige con tanto éxito su departamento, que la calidad de las
estadísticas vitales y agropecuarias de Nueva Zelandia no ha sido aún sobrepasada por
país alguno. En la época de mi visita se activaba la tabulación del último censo en
* N. del Ed. Revista de Econom(a Argentina: 13. Nos. 75-76, septiembre-octubre de 1924, págs.
292-295.

402
RAÚL PREBISCH
maquinarias tabuladoras de cuya altísima utilidad me he de ocupar en un segundo
informe sobre la organización estadística de Australia y Nueva Zelandia, que seguirá
al informe sobre el impuesto sobre la renta en Australia, que presentaré en breve a ese
Ministerio.
Llegado a Sidney el l º de enero, me trasladé inmediatamente a Melboume, sede
provisoria de la administración nacional. Enterado el primer ministro por el cónsul y
vicecónsul argentinos del objeto de mi misión, dispuso se me facilitasen todos los
elementos necesarios en el Department of Taxation y en el Bureau of Census and
Statistics.
Comencé mis tareas en el Departamento de Impuestos, cuyo Comissioner, míster
Ewing, me explicó a grandes rasgos el sistema impositivo y su práctica y me suministró
toda la información escrita sobre la ley y su aplicación e interpretación, cuyo
conocimiento era indispensable antes de entrar en el análisis del mecanismo adminis-
trativo. Una vez adquirido aquél inicié una investigación sistemática y minuciosa de
los procesos y trámites que ocurren en cada una de las secciones y ramas del
Departamento Central, observé en la práctica diaria la naturaleza de la tarea, la forma
en que se desarrollaba y subdividía, sus dificultades, las precauciones necesarias, el
contralor; recopilé cuidadosamente los documentos y formularios usados y anoté las
diversa<; formas de registro y contabilización; estudié la composición y número del
personal administrativo y las calificaciones que deben reunir en cada género de tareas.
Terminado el estudio detenido de las diversas secciones, me entrevisté con el
personal superior encargado de la dirección y el contralor para comprobar mis
observaciones, fortalecer mi noción sobre el conjunto del sistema administrativo y
discutir muchos puntos referentes a la práctica y legislación del impuesto sobre la renta.
Hacia este per5onal superior como al de menos jerarquía de todas las secciones, me
siento muy obligado por todas las molestias en que incurrieron al dispensarme una
atención extraordinaria.
El Departamento Central en Melboume se ocupa exclusivamente del impuesto
correspondiente a rentas derivadas en más de dos Estados, y del contralor de las ofici-
nas establecidas en cada Estado para la percepción de las rentas derivadas dentro del
mismo. El año pasado se ha modificado un tanto esta organización, y de ello me ocuparé
ampliamente en mi informe. De las oficinas estaduales sólo he observado con
detención la de Victoria, establecida en Melboume, y la de Nueva Gales del Sud,
establecida en Sidney, y visitado rápidamente, mientras el vapor que me conducía a
Londres hacía escala en los puertos, las oficinas establecidas en Hobart (Tasmania) y
en Adelaida (Australia-Sud) para recoger la información publicada. Sin embargo,
como las oficinas estaduales tienen una organización análoga -que sólo difiere en su
extensión y en detalles sin importancia- el hecho de haber estudiado dos, además de
la investigación en la Oficina Central, asegura el conocimiento de todo el sistema.
Aparte del estudio del impuesto sobre la renta he dedicado parte considerable de mi
tiempo al Bureau of Census and Statistics. La coordinación entre las actividades
estadísticas del Commonwealth y de los Estados a los fines de uniformar los métodos
de recolección, compilacion y tabulación de los datos; y el criterio inteligente con que
se los interpreta y difunde, han dado a la estadística australiana un grado altísimo de

ESTIJDIOS FINANCIEROS Y ESTADÍSTICOS EN AUSTRALIA
403
uniformidad, exactitud y claridad. El Year Book of the Commonwealth of Australia ha
sido calificado por el Times de Londres como el mejor del mundo. Hace no más de un
lustro, Africa del Sud al reorganizar su estadística asimila por completo el sistema y los
métodos australianos. Y en el informe de la nueva Oficina Nacional de Estadística del
Canadá sobre estos últimos y la forma en que se los difunde, se concentra con provecho
la atención de las autoridades estadísticas.
En la Argentina tenemos los mismos problemas estadísticos que Australia resolvió
hace 20 años con el agravante de que no sólo falta la coordinación y uniformidad
indispensables, sino que también, en muchos de los casos, hasta la tentativa de levantar
en forma sistemática y permanente estadísticas indispensables de nuestras caracterís-
ticas económico sociales y su desarrollo. Esta circunstancia, que fue la que en el decreto
de mi nombramiento motivó la inclusión de la organización estadística como tema de
estudio, y el deseo manifestado por el Director de laEstadísticaNacional, me indujeron
a estudiar el sistema australiano. Analicé detenidamente en cada sección de la Oficina
Central y de la Oficina del Estado de Victoria los métodos empleados en la compilación
y elaboración de los datos, formé colecciones completas de los formularios, fichas e
instrucciones usados en los diversos procesos estadísticos y observé las ventajas de los
sistemas mecánicos de compilación y tabulación sobre todo en lo que respecta al censo
y a la estadística demográfica permanente. De tal suerte que el segundo informe que
elevaré a ese Ministerio -basado en los datos a que acabo de referirme- versará sobre
la organización estadística y censal de Australia.
Mi plan era permanecer en Australia hasta mediados de abril, y de acuerdo había
reservado mi pasaje a Londres en un barco que partía en ese tiempo.
Aunque la resolución por la que se me declaraba cesante cablegráficamente me fue
comunicada a fines de marzo, resolví, sin embargo, quedarme hasta el 17 de abril para
cumplir el plan de investigaciones que me había impuesto. De lo contrario, el fracaso
proveniente de la falta de tiempo hubiese sido interpretado como confirmación de lo
que un diario de la Capital decía a propósito del decreto del anterior Ministro: Estos
envíos al exterior "en último análisis no resultan más que pretextos para viajes
recreativos a costa del erario".
Saludo al señor Ministro con todo respeto.
RAÚL PREBISCH

37
ANOTACIONES A LA ESTADISTICA
NACIONAL*1
NOTA PRELIMINAR
El siguiente memorándum fue presentado al Excmo. señor Ministro de Hacienda
de la Nación. Ha tenido como fin poner de relieve las deficiencias más graves de
nuestra estadística nacional, y sugerir los medios que, a mi juicio, resultarían más
acertados para corregirlas. Si es bien difícil decir hasta dónde aquella crítica y estas
sugestiones son originales, es sencillísimo, sin embargo. descubrir el origen de la
preocupación que me ha llevado a formularlas. Hace algunos años, el ingeniero A.E.
Bunge, ex Director General de Estadística de la Nación, al notar en mí un cierto interés
por estos asuntos -en el curso de Seminario que entonces desarrollaba en la Facultad
de Ciencias Económicas- comenzó a impartirme un estímulo tal, que mi interés se
transformó en verdadero entusiasmo. Con el correr del tiempo, al entusiasmo sucede
la preocupación; y hoy ella encuentra el terreno más propicio para dar sus frutos, si es
que ha de darlos. Y durante, y después de este cambio, no cejó el ingeniero Bunge en
su empeño en formarme estadístico: abrióme de par en par las puertas de su oficina para
que yo analizara en ella todos sus procedimientos; puso especial empeño en explicarme
las deficiencias que aún había de subsanar y los medios para lograrlo en el futuro;
publicó mis primeros artículos en esta Revista y consiguió que el ex Ministro doctor
Herrera Vegas me enviase al extranjero a estudiar ésta y otras cuestiones conexas.
De este modo he tenido la suerte de poder estudiar la materia. no solamente en el
aula universitaria, sino también en nuestra propia administración y en el extranjero. La
exposición de las deficiencias que señalo y del plan de trabajo que formulo, responde
pues a algo así como a una segunda etapa de la obra realizada por el Director Bunge
y prevista por él, en su interés por el futuro de la estadística nacional a la cual consagró
una década de eficiente labor como estadístico oficial.
* N. del Ed. Revista de Economía Argentina: 15, N2 86, agosto de 1925, págs. 85-104. El artículo
está firmado y datado: "Raúl Prebisch. Profesor de Economía Política de la Facultad de Ciencias
Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Julio de 1925".
El señor Prebisch, autor de este estudio, ha sido designado Subdirector de la Dirección General
de Estadística de la Nación.

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
405
Hasta hace más o menos dos décadas la estadística argentina respondía, en general,
a fines meramente ilustrativos. La atención oficial convergía hacia ella de cuando en
cuando para exteriorizar por medio de sus cifras los progresos alcanzados por el país,
o acentuar la importancia de ciertos acontecimientos. Es recién cuando se plantean al
país nuevos problemas sociales y de producción e intercambio, que se reconoce en las
cifras estadísticas un instrumento adecuado de investigación sistemática. Y entonces
comienza a sentirse intensamente la falta de una estadística nacional bien organizada.
Esta necesidad, por otra parte, no nos es exclusiva. Una de las lecciones derivadas
de la guerra nos indica la tendencia de la estadística a guiar cada vez más las actividades
oficiales, reemplazando los métodos más o menos empíricos de lo pasado. Es bien
significativo el hecho de que Italia, al comprobar seguramente la eficacia de la
StatistichesReichs Amt como arma alemana, haya reorganizado en 1917 sus servicios
estadísticos como medida de guerra. A propósito es bueno recordar que un alto
comisionado británico en los Estados Unidos declaró en el mismo año que la estadís-
tica daría el triunfo a Inglaterra. Sin exageración alguna me atrevo a decir que en los
Estados Unidos la organización estadística ha duplicado su importancia al año
siguiente de haber entrado en la guerra. El Canadá reorganizó por completo sus
servicios estadísticos en el año 1918, y las soluciones adoptadas son tanto más
importantes para nosotros cuanto que a su ordenamiento estadístico anterior aquejaban
males análogos a los que hoy presenta el nuestro: falta de coordinación en las
actividades de las diversas oficinas de estadística, duplicación frecuente de tareas entre
las mismas, presentación inconveniente y desordenada de las cifras, atraso en las
compilaciones, desorden y demora de las publicaciones, etcétera.
Inspírase la reforma canadiense en la eficiente organización estadística del Com-.
monwealth Australiano, la que asimismo sirve de base a la transformación de la
estadística del Africa del Sud, realizada en la misma época.
En Sudamérica, el Brasil y Chile aprovechan la sugestión de los países extranjeros
e incorporan como ellos, los modernos sistemas electromecánicos de compilación y
tabulación.
En la Argentina, sin embargo, la necesidad de buenas estadísticas como instrumen-
to para investigar el estado actual y la tendencia de los hechos económicos y sociales
no recibe la misma solicitud oficial que en aquellos países. La escasez de recursos con
que se dota a las oficinas unida a la falta de estímulo gubemamentaF por una parte; y
la escasa competencia de buena parte del personal que ha tenido acceso a las delicadas
fareas de dirección y contralor de algunas oficinas estadísticas ya sea por accidente
burocrático o mediante una selección que no tiene precisamente como canon las
calificaciones técnicas requeridas: son factores que aislada o cumulativamente han
obstaculizado nuestro progreso estadístico.
En 1917 el Director de Estadística Nacional ya propuso la adquisición de elementos mecánicos
de compilación y tabulación. En 1920, encontrándose en Washington aquel funcionario, el gobierno de los
Estados Unidos ofreció enajenar al precio de coste hasta tres equipos mecánicos en nuestro país. Pero
desgraciadamente no se aceptó este ofrecimiento ni se compraron máquinas particulares.

406
RAÚL PREBISCH
Me he propuesto en este memorándum estudiar a grandes rasgos nuestra estadística
nacional para poner de relieve sus deficiencias y sugerir luego las reformas inmediatas
de que es susceptible. La crítica exagerada proviene a menudo de no haber sentido
directamente las dificultades inherentes a las cosas que se contemplan desde lejos; el
hecho de que hace dos años el Director de Estadística me haya dispensado la
oportunidad de analizar la organización y los métodos de su oficina, contribuye, sin
embargo, a apartarme de aquella actitud. Y en cuanto a las sugestiones prácticas que
yo pudiera formular, son el fruto de tal análisis y de mi investigación personal en las
oficinas de estadística de Australia y Nueva Zelandia, que figuran por su eficiencia
entre las primeras del mundo.
Consideraré separadamente las actividades que la ley 3180 encomienda a la
Dirección General de Estadística de la Nación, señalando en cada caso las deficiencias
más importantes y los medios de corregirlas.
ACTIVIDADES DE LA DIRECCION GENERAL
DE ESTADISTICA DE LA NACION
J. ESTADÍSTICA DEL COMERCIO EXTERIOR
Si se tienen en cuenta los medios de que dispone, esta rama funciona con gran
eficiencia. Los métodos de recoger y clasificar los datos y los de ajustar las cifras de
las importaciones a su valor real (reforma introducida por la Dirección saliente), son
altamente satisfactorios. Los procedimientos de valuación de las importaciones han
suscitado un gran interés entre los estadísticos; los adoptados en la Argentina han sido
muy bien calificados en el exterior, particularmente en la Revista internacional de
estadística Metron. Es ocioso agregar que el método ideal sería el de computar
directamente cada mercadería que entra según su valor efectivo; pero tal procedimien-
to ofrece grandes dificultades sobre las que no podría extenderme en este memorán-
dum.
La compilación y tabulación mecánicas. Si en punto a estos métodos nuestra
estadística del comercio exterior se compara favorablemente con la de los países
extranjeros, no puede expresarse lo mismo acerca de sus procedimientos de compila-
ción y tabulación. La Argentina es posiblemente el único país de gran intercambio
comercial que siga efectuando estas tareas con procedimientos manuales, no obstante
que desde hace varios años la Dirección General de Estadística reclama con insistencia
los procedimientos mecánicos. Cuatro son las grandes ventajas que los últimos tienen
sobre aquéllos:

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
407
a) Las máquinas estadísticas, a pesar de su alto precio. resultan de una considerable
economía. Actualmente pasa de 80 el número de personas entregadas exclusivamente
a la elaboración de la estadística del comercio exterior, este personal suele ser
reforzado de tiempo en tiempo para poner al día las cifras o evitar su atraso. Es lo que
ha sucedido en los últimos tiempos en que ha debido dejarse de lado otras actividades
para concentrar las fuerzas de la oficina en la estadística del comercio exterior; a ese
precio se ha logrado tener relativamente al día esta rama. Pero no escapará que tal
sistema no es recomendable y en tal caso, o se aumenta permanentemente el personal
o se adquieren máquinas estadísticas de compilación y tabulación.
Una vez que los empleados adquiriesen práctica en el manejo de las máquinas,
podría reducirse apreciablemente su número en la estadística del comercio exterior, lo
que permitiría reforzar las otras ramas y crear las que hoy faltan. Como prueba de lo
que se sostiene, referiré mi experiencia personal.
En Nueva York he visitado la División Estadística de la Aduana, en donde se han
centralizado las estadísticas del intercambio exterior de todos los Estados Unidos. Me
sorprendió sobremanera la economía y eficiencia con que se desarrollaba el trabajo con
ayuda de las máquinas Power de que hablaremos. Cada puerto enviaba diariamente a
esta oficina sus planillas aduaneras (correspondientes a nuestros manifiestos), las que
inmediatamente eran codificadas para pasar en seguida a las máquinas perforadoras
(punching machines) en donde cada una de las cifras o conceptos de las planillas era
transferida sobre una ficha por medio de perforaciones en lugares convencionales
(según el código o clave recién aludido). Gracias a la práctica de las empleadas que
atendían las perforadoras, cada una de ellas preparaba diariamente 3.000 fichas. Una
vez que las fichas estaban perforadas eran pasadas en el orden cronológico en que
habían sido enviadas de cada puerto a través de las máquinas tabuladoras que las
anotaban a gran velocidad con todo su detalle en tiras duplicadas de papel. Una de las
copias se cotejaba con las planillas originales para averiguar si algún error se había
deslizado, en cuyo caso un empleado hacía la corrección debida sustituyendo la ficha
errónea por otra nueva; estas copias servían también para controlar a fin de semana la
eficiencia de las empleadas, es decir, el número de veces que se hubieran equivocado.
La segunda copia se remitía al puerto de procedencia como registro de su movimiento
aduanero. Las fichas pasaban luego a las máquinas clasificadoras (sorting machines)
que las clasificaban con una rapidez maravillosa: 15.000 a 18.000 fichas por hora; y
después a las máquinas tabuladoras (tabulating machines) en donde las cifras eran
agrupadas e impresas en la forma requerida (a razón de 3.000 por hora).
Acerca de la economía introducida con el empleo de estas máquinas se me dijo que
en la época de la compilación y tabulación manual había 115 empleados entregados
exclusivamente a las cifras del puerto de Nueva York, y a la publicación de un solo
informe. Con el sistema mecánico 95 empleados se encargaban de un trabajo que
había aumentado cinco veces de volumen
y se publicaban ocho informes. Prescindi-
mos de mayores comentarios.
b) Con las máquinas estadísticas la posibilidad de errores en la compilación y
tabulación se reduce a un mínimo despreciable; ya hemos visto cómo se corrigen los

408
RAÚL PREBJSCH
errores de perforación (aparte de que hay otros medios como indicaré en el apéndice);
en la clasificación y tabulación no puede concebirse el más míninw error, pues todo
el proceso es mecánico (he visto que un muchacho no mayor de 18 años atendía cuatro
tabuladoras y se me expresó que podía atender hasta seis: su única función era alimen-
tar las máquinas de fichas). En los procesos manuales para controlar un trabajo sujeto
por completo a manipulaciones individuales, habría que realizarlo de nuevo y asimis-
mo, no se llegaría a eliminar las fallas por completo.
c) La rapidez de las tareas es otra gran ventaja de los procedimientos mecánicos.
Una vez que los empleados han adquirido práctica en las perforadoras, gran parte del
trabajo se realiza automáticamente. Véase cómo podría combatirse entre nosotros
nuestra tendencia de ir a la zaga.
d) Las máquinas permiten ampliar considerablemente el análisis estadístico. Una
vez perforadas las fichas. se pueden hacer con sus datos todas las combinaciones que
se deseare, con un recargo ínfinw de trabajo.
Con los procedimientos manuales, las
nuevas combinaciones o clasificaciones que se quieran hacer después de terminadas las
primeras, exigirían, por lo general. una reordenación de todas las fichas, lo cual implica
un trabajo abrumador. Por ejemplo, nuestras importaciones están clasificadas de
acuerdo con un sistema lógico distinto de la forma en que las mismas mercaderías están
clasificadas en la Tarifa de Avalúos (de acuerdo con un canon fiscal y no económico);
si se reputase necesaria una segunda clasificación de acuerdo con la de la Tarifa (con
el fin de prestar un mayor servicio a los comerciantes importadores, o de conocer en
detalle los efectos de tal o cual elevación del aforo o del derecho aduanero) habría que
efectuar un trabajo tan largo y costoso como el exigido por la primera clasificación; las
máquinas, en cambio, lo realizarían con extrema velocidad, ya que el trabajo más largo
-la perforación automática de la ficha- no tiene que repetirse.
Por el costo elevado de clasificación y tabulación manual, nuestras estadísticas
-y especialmente el censo de 1914- han restringido considerablemente el análisis.
Las máquinas lo extienden provechosamente en toda<> direcciones, acentuando así la
utilidad práctica de las estadísticas y su valor como instrumento de investigación
sistemática.
Las ventajas del proceso mecánico son, pues, evidentes. No sólo la estadística del
comercio exterior, sino también las otras ramas, derivarían un beneficio enorme de la
introducción de las máquinas como se verá en su oportunidad.
Otros campos de investigación. Antes de terminar con la rama de que me ocupo,
señalaré dos problemas hacia los cuales tendría que dirigirse la investigación una vez
que las máquinas permitieran disponer de personal para ello. El primero se refiere a la
concordancia de nuestras estadísticas de importaciones y exportaciones con las
estadísticas de exportaciones e importaciones de los países de procedencia y destino
respectivamente; sería un medio de contralor que ha sugerido muchas observaciones
interesantes en otros países. El segundo toca asuntos de gran actualidad; convendría
complementar las cifras de nuestras exportaciones con el análisis estadístico de los
mercados a que se dirigen. Así, por ejemplo, si de carne o cereales se trata, es interesante

ANITTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
409
conocer el lugar que ocupa el producto argentino en las importaciones y el abasteci-
miento de la Gran Bretaña, los precios comparados, etcétera. En este sentido nuestra
estadística es muy pobre, a pesar de la gran importancia de una información de esta
naturaleza, tanto más valiosa cuanto más clara y objetiva fuera la presentación de los
hechos.
II. EsT ADfSTICA FINANCIERA
Esta rama de la estadística nacional no ha podido elaborar permanentemente sus
cifras a pesar de la existencia de una "sección finanzas" en la Dirección General. de
Estadística, cuyas actividades no se han manifestado con continuidad.
En 1923 tuve oportunidad de prestar mi concurso a esa oficina para que pusiese al
día su estadística financiera, según los deseos del Ministro de Hacienda. La Dirección
publicó entonces algunos informes sintéticos acompañados de gráficos muy sugesti-
vos, sobre el desarrollo y estado actual de los gastos, recursos y deuda pública.
Desgraciadamente, la falta de interés demostrada por el jefe de sección que debió
continuar permanentemente esta tarea cuyas bases ya se habían fijado, por una parte
y el hecho de que el resto del personal fue absorbido en la pasada compilación de las
estadísticas del comercio exterior, por otra, no permitieron aprovechar en lo sucesivo
la experiencia adquirida en el manejo de las enmarañadas publicaciones fiscales. Las
dificultades en el estudio de estas publicaciones no estriban tanto en lo abstruso de la
materia como en la oscuridad y desorden de la forma en que ellas se presentan. La
estadística financiera, en nuestro país, es un mero subproducto de las contabilidades
fiscales. Estas tienen como fin comprobar el cumplimiento de las leyes y reglamentos
en la inversión de los fondos y la percepción de los tributos, más no se preocupan en
clasificar, disponer y sintetizar los datos en forma que resulten accesibles a los que no
son peritos en contabilidad fiscal o ignoran la clave secreta que adoptan frecuentemente
los contadores oficiales para designar tal o cual concepto.
Además, los diversos criterios con que los datos financieros son clasificados y
presentados por la Nación, las provincias y las municipalidades, obstaculizan y hasta
suelen impedir la comparación de las cifras o la síntesis de los datos locales en datos
globales para todo el país. La estadística financiera se resiente entonces de falta de
coherencia.
Desde un doble punto de vista se puede considerar la necesidad de una buena
estadística financiera: como medio de información del Gobierno y especialmente del
Ministro de Hacienda y como medio de presentar clara y sintéticamente a la opinión
pública la marcha de las finanzas de todo el país. De allí la importancia particular de
esta rama de las actividades de la Dirección General de Estadística.
En cuanto al primer punto, si las cosas no han cambiado sustancialmente después
del Ministerio del doctor Herrera Vegas, en que pude informarme bien sobre ello,
puedo sostener y comprobar que el Ministro de Hacienda y mucho menos los otros

410
RAÚL PREBISCH
Ministros no pueden contar con una estadística permanente para saber en cualquier
momento, sin cálculos previos engorrosos, datos esenciales. Recordemos los principa-
les defectos:
a) La clasificación de los gastos públicos nacionales se hace únicamente por
unidades administrativas (Ministerios, reparticiones, etcétera) y como a veces una
oficina pasa a depender de otra, o se subdivide, o se desdoblan las partidas globales
afectadas a su funcionamiento, o se altera en cualquiera otra forma la presentación
anterior del presupuesto o la memoria, resulta imposible desentrafiar las variaciones de
los gastos de tal oficina sin pedir datos adicionales a la Contaduría General. No se
clasifican los gastos según su naturaleza, segun los objetos a que correspondiesen; no
se conoce, sin cálculos especiales, lo que la administración nacional gasta anualmente,
por ejemplo, en útiles de oficina, forraje, etcétera ni lo gastado en construcción o
reparación de edificios públicos, pues que ambos conceptos se confunden con
frecuencia y están dispersos en los diversos anexos. pese al anexo de obras públicas.
No hay, por otra parte, criterio alguno para dividir los gastos según su naturaleza
económica en gastos ordinarios de administración y gastos que aumentan el capital
nacional.
En aquel entonces visité la oficina de estadística de la Contaduría General que
realizaba una tarea ineficiente debido a la pésima clasificación adoptada.
b) En cuanto a los recursos, aparte de su agrupación inconveniente, las memorias
de contaduría no daban el producido total de la contribución directa y de las patentes
porque una parte de él correspondía a otras entidades, y del impuesto sobre las
sucesiones por recaudarse para el Consejo Nacional de Educación. De tal suerte que
para conocer nuestra carga impositiva nacional, habría también que hacer cálculos
especiales.
c) Tampoco tiene el Ministro de Hacienda una estadística permanente sobre los
gastos y recursos y deuda pública de las provincias y municipalidades. Si necesita, por
ejemplo, saber a cuánto ascienden los impuestos a la tierra en todo el país, y cuál ha sido
esta carga en los afios anteriores, habría que ponerse a investigar en un sinnúmero de
publicaciones.
Podría seguir este análisis de las deficiencias de nuestra estadística financiera, pues
los casos concretos abundan, pero ello implicaría el alargamiento de este memorán-
dum. De lo expresado, sin embargo, se desprende que para la buena organización per-
manente de tal estadística sobre bases eficientes, se requiere:
Un personal con capacidad para analizar pacientemente las publicaciones financie-
ras nacionales, provinciales y municipales y establecer enseguida la forma más
conveniente de efectuar el despojo de los datos que contienen. Este personal, así como

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
411
el de las otras ramas a crearse, podría ser formado con los empleados de que se podrá
disponer una vez que se aplicase la maquinaria a la estadística del comercio exterior.
Además, mucho se ganaría si se estudiase seriamente la forma de presentación de
nuestros presupuestos y memorias de Hacienda. En los Estados Unidos el Gobierno
Federal adoptó en 1921 las recomendaciones que en este sentido hiciera la Comisión
de Economía y Eficiencia designada anteriormente por el Presidente Taft (como parte
integrante de la reforma de toda su administración financiera) y sus presupuestos y
memorias son ahora un modelo de presentación: cualquier dato se encuentra fácilmen-
te primero en forma sintética y sucesivamente con detalles cada vez mayores.
JII. ESTADÍSTICA DEMOGRÁFICA
Las gravísimas deficiencias de esta rama de nuestra estadística son tanto más
lamentables cuanto que los fenómenos demográficos adquieren un matiz peculiar en
los países jóvenes.3
No obstante su gran importancia científica y su utilidad práctica en muchos
problemas sociales y como base de la higiene pública, la estadística demográfica,
aparte de no haber estado nunca bien organizada, se encuentra en precarias condicio-
nes. Y esto a pesar de haber duplicación de tareas.
A este respecto existe entre las estadísticas provinciales una gran anarquía: las
declaraciones tomadas bajo el imperio de la ley en los registros civiles, son en general
poco satisfactorias, ya sea por la rutina oficinesca o por la escasa cultura de los
declarantes o por ambas causas; los métodos de compilación, las clasificaciones,
etcétera, son diversos de una provincia a otra, así como la naturaleza de los datos
recogidos y clasificados. Por ejemplo, no es uniforme la clasificación en grupos de las
edades, ni la de las causas de las defunciones, ni se entiende por "mortalidad infantil"
la misma cosa en todas las provincias; algunas estadísticas presentan grandes planillas
en que los nacimientos están clasificados prolijamente según la hora en que se hubiesen
producido, pero omiten la edad de las madres, dato importantísimo para averiguar la
fecundidad de la población femenina y establecer comparaciones con provincias o
países de diversa composición de edades.
No es el caso de continuar la crítica sino de citar algunos ejemplos sugestivos. En
esta rama, se ve quizá con mayor evidencia que para ser estadístico no basta acumular
cifras y hacer planillas sin conocer su utilidad o finalidad práctica o científica.
No puedo dejar de referinne a la preocupación que Australia y Nueva Z-elandia han tenido por este
asunto: su estadística demográfica (vital statistics) es inmejorable. Sir George Knibbs, el organizador de
la estadística australiana, ha desarrollado sobre sus bases una importantísima contribución a la vez teórica
y aplicada: La teoría matemática de la población (The Mathematical Theory of Population).

412
RAÚL PREBISCH
De nuestra estadística demográfica también se puede decir que es un subproducto
descuidado de los registros civiles.
Algunas estadísticas municipales y provinciales están bien organizadas pero los
defectos anotados impiden la elaboración de una estadística demográfica coherente
para todo el país. Existe, es cierto, la tentativa del Departamento Nacional de Higiene
para hacerlo, pero sus resultados no son satisfactorios. La oficina de estadística del
Departamento compila sus cifras con los datos de las planillas recibidas de las
provincias. Tales compilaciones llevan varios años de atraso, sobre todo las relativas
a los territorios nacionales.4 Además, carecen de datos esenciales y son muy pocas las
combinaciones que se hacen entre los datos existentes debido, sin duda, al costo
elevado de los procedimientos manuales de compilación y tabulación.
Empero, por buena que llegase a ser nuestra estadística demográfica permanente,
sus cifras necesitan ser reajustadas periódicamente por censos generales de la pobla-
ción. Los diversos cálculos intercensales son científicamente aceptables siempre que
el período que transcurre entre los dos censos no sea muy largo: así los del crecimiento
de la población como los relativos a la natalidad, mortalidad y nupcialidad (expresados
en tasas simples o ponderadas).
En esta rama, el empleo de las máquinas traería ventajas bastante apreciables,
siempre que la compilación y tabulación se centralizasen; desde que la conveniencia
de las máquinas está en razón directa del número de fichas. Es así que aquéllas no
convendrían para la estadística de una sola provincia, pues que el número de fichas sería
reducido; pero sí para el conjunto de provincias y gobernaciones.
Pero la centralización estadística no requiere la fusión administrativa de todas las
oficinas locales en una nacional, sino la coordinación de sus actividades, dirigida por
la Dirección General de Estadística. El método de trabajo australiano me ha sugerido
la siguiente combinación. Habría previamente que ponerse de acuerdo sobre los datos
esenciales que deben suministrar los registros civiles. Cada oficina estadística local se
encargaría entonces de llenar con tales datos planillas también uniformes, que se
enviarían en cortos períodos a la oficina nacional en donde los datos se compilarían y
tabularían mecánicamente; a cada provincia se enviarían de retomo las cifras parciales
correspondientes y para su registro detallado, una copia del primer paso de las fichas
por la tabuladora como en el caso citado de la Aduana de Nueva York. Las estadísticas
locales no serían trabadas en su autonomía puesto que la tarea de la oficina nacional,
para cada una de ellas ha sido puramente mecánica. Y cada estadística local podría
presentar sus cifras en detalle e interpretarlas como le pareciese más correcto; en tanto
que la oficina nacional presentaría e interpretaría las cifras relativas a todo el país, y los
hechos más salientes de las estadísticas locales.
De nuestro abandono en estas cuestiones he aquí un buen ejemplo. Los territorios acostumbraban
a llenar planillas sueltas y a enviarlas al Departamento. Se dice que alguien tuvo la feliz idea de proveer
a los territorios de gruesos volúmenes encuadernados de planillas: y, es claro, ¡los funcionarios respectivos
esperan llenar todo el volumen que les ha correspondido en el reparto para enviar todos los datos de varios
años a la vez!

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
413
Así elaborada, la estadística demográfica nacional costaría menos que lo que
actualmente se gasta anárquicamente sin llegar a un resultado satisfactorio; y la
Dirección General de Estadística podría entonces cumplir con esta tarea, que le fuera
encomendada por la ley 3180, tarea que no pudo realizar hasta ahora por falta de
personal.
IV. EsTADÍSTICA INDUSTRIAL
Después de la estadística industrial levantada con tantas fallas en ocasión del censo
de 1914, esta rama de la estadística se ha paralizado casi en absoluto. Es cierto que
algunas oficinas como la Dirección de Comercio e Industrias del Ministerio de
Agricultura han realizado ciertas investigaciones monográficas sobre determinadas
industrias; y que algunas provincias han recogido esporádicamente algunos datos.
Pero no se ha desenvuelto ningún esfuerzo sistemático y general.
No es el lugar de encarecer la importancia de esta clase de estadísticas. Baste anotar
que las transformaciones industriales acaecidas en el país en la última década no han
tenido el instrumento que las mida y sintetice sus características fundamentales.
Tampoco puede contarse con las cifras necesarias para averiguar, por ejemplo, los
efectos de una determinada política económica sobre tal o cual industria.
El levantamiento de una estadística industrial relativamente completa exigiría en
los comienzos gastos considerables que irían reduciéndose en los años sucesivos;
Inclinado hacia el sistema de los censos industriales períodicos, cuando estudié sobre
el terreno la estadística industrial permanente de Nueva Zelandia y Australia, dicha
estadística anual me pareció una exageración no justificada por sus resultados prácti-
cos desde que las cifras que reflejan las actividades industriales no acusan, en general,
variaciones bruscas de un año para otro como las de las actividades agrícolas. Pero un
mayor examen me llevó a una conclusión opuesta.
En todos los estados australianos y en Nueva Zelandia, como acabo de expresar,
se recogen anualmente estadísticas referentes a las industrias en que se utiliza fuerza
mecánica, o en que trabaja un número superior a cuatro obreros, con detalles sobre el
número de personas ocupadas, salarios, materia prima, fuerza motriz, producción,
capital invertido en la fábrica, edificios y terreno. Las fichas son recogidas por la
policía, quien las entrega a la oficina de estadística, donde son examinadas y
verificadas por correspondencia si es necesario.
Es claro que la estadística anual refleja todas las alteraciones del movimiento
industrial, pero aparte de ello, la calidad y exactitud de las cifras es muy superior a
la de los censos periódicos.
Esto último es importantísimo desde que es mejor no tener
estadística alguna que tener mala estadística que pueda inducir a conclusiones
equivocadas. Los industriales que suministran los datos y el personal empleado en

414
RAÚL PREBISCH
recogerlos se familiariza con la tarea si se repite todos los años. Por otra parte, los
empleados de la oficina permanente que examinan en forma continua tales datos,
adquieren experiencia en esta clase de trabajos, que exigen perspicacia y conocimiento
de las condiciones industriales; así se sobrepasan gradualmente las primeras dificul-
tades y la calidad de las estadísticas mejora. Todo el valor educativo que se deriva de
la continuidad del esfuerzo y del estudio de los problemas que la estadística plantea se
pierde por completo cuando transcurren algunos años entre las dos estadísticas o
censos, para cuyo levantamiento se emplea personal temporario en el que difícilmente
figuran los empleados anteriores.
Por estas razones es que modifiqué mi manera de ver sobre la materia. Si la
estadística industrial ha de ser amplia y exacta, es indudable que el sistema de Australia
y Nueva Zelandia es el más conveniente.
Antes de levantar entre nosotros una estadística industrial, habría que depurar
nuestros registros nacionales y provinciales de patentes para llegar a un padrón
completo y al día. Podría ensayarse el método de enviar las fichas por correo a los
industriales, recurriendo al empadronamiento directo en los casos en que no se hubiese
tenido respuesta. La ley de estadística (3180) ya tiene en cuenta las dificultades que
surgen de la negligencia o mala voluntad de aquéllos, al disponer que las oficinas de
patentes no entregarán la patente del año si los industriales no les suministran los datos
estadísticos que se les solicitase. Pero esto tiene el grave inconveniente de unir la
estadística a los asuntos impositivos; y ello es una fuente inagotable de datos falsos.
Más conducente sería prescribir a tales oficinas que no otorguen la patente a los
industriales que no acrediten por un certificado el haber respondido a la solicitud de
datos que les hubiera hecho la Oficina Nacional de Estadística, dentro de los límites de
la ley respectiva.
Un problema importante en la estadística industrial radica en la coordinación de la
clasificación industrial con la de la estadística del comercio exterior de tal suerte que
sea posible conocer en cualquier momento cuál es el consumo nacional de un artículo,
o la cantidad de un artículo de producción nacional que se consume en la Argentina o
que se exporta a los países extranjeros.
Las provincias podrían prestar una gran colaboración en el levantamiento de la
estadística industrial. En cuanto a su compilación y tabulación, el sistema mecánico
prestaría aquí también su valiosísima ayuda.
V. EsTADÍSTICA DEL COMERCIO INTERNO Y DE PRECIOS
Acerca de la estadística comercial habría que repetir las consideraciones anteriores
sobre la estadística industrial permanente. Pero debido a la pulverización de las

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
415
actividades comerciales en pequeños negocios, la estadística permanente resultaría
muy complicada, por lo que podría limitarse al comercio mayorista y en las ramas de
mayor importancia del comercio minorista.
Sin desconocer la importancia de tales estadísticas comerciales, su valor es
secundario en relación a las de la producción industrial y agrícola, y las del comercio
exterior. puesto que estas actividades suministran la materia de las transacciones
comerciales. Es así que las estadísticas relativas a tales actividades combinadas con las
del transporte ferroviaro, suministrarían un índice apropiado del movimiento comer-
cial interno.
De tal suerte que el levantamiento de la estadística referida podría dejarse para
cuando las otras ramas se hubiesen desenvuelto satisfactoriamente, o ser motivo de
censos periódicos.
Pero hay otro aspecto interesante del comercio interno que aun no se ha investigado
entre nosotros. En un país vasto y de variados recursos como la Argentina, interesa
conocer la distribución regional de los principales artículos del comercio, singularmen-
te los artículos de consumo. La estadística de los transportes ferroviarios, convenien-
temente clasificada, sería de gran importancia a este respecto.
A esta rama tocaría asimismo recoger estadísticas sobre las operaciones de las
bolsas y mercados, los productos y valores negociados, las cotizaciones, las operacio-
nes a término. Ningún trabajo de conjunto se ha realizado todavía en nuestro país, a
pesar de que las oportunidades estadísticas para hacerlo son bien favorables.
Estadística de precios.- En punto a los productos agrícolas, y a los precios de la
tierra y de los arrendamientos rurales, la Dirección de Economía Rural y Estadística
ha comenzado a llevar registros ba<;tante completos.
Es,asimismo,muysatisfactorialaformaenquelaDirecciónGeneraldeEstadística
lleva los precios al por mayor de los artículos importados y exportados.
En cuanto a los precios al por mayor de los artículos de producción interna. los
precios al por menor, y el cálculo de las oscilaciones del costo de la vida, la Dirección
de Estadística realizó importantísimas investigaciones que no pudo continuar perma-
nentemente por falta de personal. Había elaborado al mismo tiempo esta oficina un
propio sistema de números indicadores que permitieron averiguar las variaciones en el
poder adquisitivo de la moneda, sistema muy bien juzgado por eminentes estadísticos
y economistas exL-anjeros.
Conviene hacer notar de paso que debido al carácter esporádico de nuestros
números indicadores, la Argentina es uno de los pocos países cuyas cifras no figuran
en las compilaciones internacionales (B ureau International du Travail) o en las grandes
publicaciones financieras (Bulletin ofthe Federa/Reserve Board, The Economist, The
Statist,
etcétera).
El Departamento Nacional del Trabajo y algunas oficinas provinciales levantan
estadísticas de precios de los artículos de consumo y de la vivienda. Coordinando sus
actividades con las de estas oficinas, la estadística nacional podría ampliar considera-
blemente y organizar en forma permanente las estadísticas de precios, considerando las
distintas regiones del país. El estudio prolijo del "standard" de vida de la población
sería imprescindible para ponderar debidamente los datos recogidos.

416
RAÚL PREBISCH
VJ. EsTADÍSTICA DE LOS BANCOS, EL CRÉDITO Y LA MONEDA
El hecho de que los bancos de la Capital entreguen al Ministerio de Hacienda las
cifras principales de sus balances mensuales, no debe hacemos pensar que esta rama
de la estadística es satisfactoria.
l. En primer lugar la publicación de estas cifras adolece de algunas deficiencias:
a) Las cifras de los depósitos no distinguen los de caja de ahorros, plazo fijo y
cuenta corriente; ni estos últimos hacen separación alguna entre los depósitos que la
clientela realiza directa y efectivamente, y aquellos depósitos "creados" por los bancos,
es decir, resultantes de préstamos concedidos a la clientela y cuyo producto se acredita
en cuenta corriente. El hecho de no tener en cuenta esta diferencia importante, ha
inducido a muchas apreciaciones erróneas sobre nuestro mercado monetario.
b) Las cifras sobre los préstamos no se subdividen según la naturaleza de estos
adelantos en cuenta corriente. descuento, cauciones. etcétera. Por lo menos estas tres
clases debieran figurar en la estadística. Por otro lado, es de gran importancia para
conocer el estado del mercado monetario. particularmente cuando se trata del redes-
cuento, deslindar bien los adelantos de los descuentos.
c) La publicación de las cifras podría mejorarse considerablemente. Convendría
clasificar los bancos en categorías según el origen de su capital (como muy acertada-
mente lo hace el "Buenos Aires Handels Zeitung"): y además, presentar cifras
sintéticas sobre el movimiento bancario de los meses anteriores. por medio de índices
o porcentajes que permitieran conocer fácilmente la tendencia del mercado y la
relación variable del encaje a las responsabilidades.
11. En segundo lugar no se publican otros datos de capital interés:
a) Por lo menos anualmente debieran presentarse en forma sintética las principales
cuentas del activo y pasivo de los establecimientos bancarios: y en la misma forma los
principales rubros de las cuentas de ganancias y pérdidas, ya que ellos arrojan mucha
luz sobre la situación bancaria.
b) Debieran asimismo publicarse cifras mensuales sobre las variaciones del interés
y de la tasa del descuento, segun la clasificación bancaria corriente y para los
principales centros de negocios.
c) Sería útil, además, publicar sintética y ordenadamente los promedios semanales
y mensuales de los cambios sobre el exterior.

.ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
417
III. En tercer lugar, las cifras no abarcan todos los establecimientos bancarios del
país desde que se refieren únicamente a los bancos de la Capital Federal y sus sucursales
en el interior. Es cierto que estos bancos dominan todo el movimiento y que la
deficiencia anotada no es grave. Interesaría establecer en la publicación de las cifras
anuales la división del crédito y los depósitos entre los centros urbanos y la campaña,
lo que permitiría tener una idea bien aproximada de las actividades rurales de nuestros
establecimientos de crédito.
He considerado con cierto detalle esta rama de la estadística, para cuya preparación
no se requiere, ciertamente, mucho esfuerzo, debido a que los establecimientos de
crédito son relativamente pocos en nuestro país. y tienen bien organizada su contabi-
lidad como para responder de inmediato a las cifras solicitadas.
Crédito hipotecario.- La ley obliga a inscribir las hipotecas y a comunicar sus
cancelaciones a los registros de la propiedad.
El Registro Nacional y los provinciales aprovechan esta oportunidad para recoger
datos estadísticos, pero los segundos no lo hacen con la amplitud con que el primero
efectúa esta tarea. El Registro Nacional de la Propiedad lleva muy bien su estadística,
aunque la publicación de las cifras parece más bien enderezada a demostrar la actividad
de las oficinas que a presentar ordenadamente el movimiento hipotecario.
A pesar de esto, no tenemos una estadística hipotecaria nacional en razón de que:
a) Las provincias clasifican las hipotecas en diversa forma de tal suerte que sólo es
posible combinar las cifras totales.
b) La mayor parte de las provincias no lleva estadística de las hipotecas cancela-
das, dato que es fundamental. Ultimamente el Ministerio de Hacienda ha requerido del
Banco Hipotecario Nacional el levantamiento de un censo hipotecario. Realizado este
censo, se podría tener al día la estadística hipotecaria y para esto no habría que hacer
otra tarea que sumar a las cifras de la carga hipotecaria que resultasen las correspon-
dientes a las nuevas hipotecas, y restar las cifras de las cancelaciones que se efectuasen,
además de las amortizaciones del Banco Hipotecario Nacional.
La maquinaria podría introducirse con gran economía en la estadística hipotecaria
y permitiría extender mucho el análisis de los datos efectuando combinaciones hoy
vedadas a los procedimientos manuales. La organización de las tareas sería análoga a
la planeada para la estadística demográfica.
Ventas de inmuebles.- Una clasificación lógica exigiría la colocación de este
rubro en la estadística comercial; pero la estrecha conexión entre el movimiento de los
inmuebles y el crédito hipotecario, por un lado, y el hecho de que la fuente para recoger
los datos está en los registros de la propiedad, por otro, hacen que resulte ventajoso que
el mismo personal de la estadística hipotecaria se encargue de la de ventas de
inmuebles.

418
RAÚL PREBISCH
Acerca de estas dos estadísticas, habría, además, que coordinar tareas con la
Dirección de Economía Rural y Estadística. que reúne estadísticas provinciales sobre
ventas e hipotecas rurales, excluyendo las urbanas.
VII. ESTADÍSTICA DEL 1RABAJO
El Departamento Nacional del Trabajo y algunas oficinas provinciales recogen y
publican datos estadísticos referentes a los problemas del trabajo: jornada, salario,
accidentes, conflictos industriales, etcétera. La Dirección General de Estadística
tendría que coordinar todos estos esfuerzos sugiriendo a las oficinas el uso uniforme
de fichas y planillas, y de formas análogas de clasificar y presentar los datos. Sobre esta
base, más los datos que la dirección recogiera por su cuenta allí donde la oficina
provincial no lo hiciese, se podría tener una estadística permanente del trabajo.
Esta rama, por razones de mejor aprovechamiento del personal, se encargaría
también de la estadística sobre la cooperación y mutualidad en la Argentina, coordi-
nando sus tareas, en lo que a la cooperación agrícola se refiere, con la Dirección de
Economía Rural y Estadística.
VIII. ÜTRAS ESTADÍSTICAS
Hay otras ramas de la estadística de menor volumen que la Dirección General
tendría que coordinar y presentar sintéticamente.
La estadística de la instrucción pública se lleva actualmente en el Ministerio del
ramo en lo que respecta a la enseñanza secundaria y universitaria, y en el Consejo
Nacional de Educación en lo que toca a la instrucción primaria nacional y local. Esta
tarea ha sido bien organizada por el Consejo, que tropieza aún con el inconveniente de
la lentitud de algunas provincias para suministrarle los datos. La estadística escolar
podría ampliarse considerablemente y prestar una valiosísima ayuda ala antropometría
y morbilidad infantiles, si se introdujesen los procedimientos mecánicos de compila-
ción y tabulación.
La estadística judicial requiere la misma tarea de coordinación, si bien en este caso
el empleo de la maquinaria no sería conveniente debido a la limitación de los datos.
En materia de estadística de transportes y comunicaciones, la Dirección General
de Ferrocarriles del Ministerio de Obras Públicas lleva una estadística ferroviaria
bastante satisfactoria. En punto a la carga transportada, convendría dar el detalle de
ciertos productos importantes, para conocer el intercambio interprovincial, como ya se
ha sugerido al hablar del comercio exterior.

ANOTACIONES A LA ESTADÍSTICA NACIONAL
419
La estadística ferroviaria tendría que ser acompañada de datos sobre las otras
formas de vialidad, sin excluir la vialidad urbana. Convendría, asimismo, dar cifras
sintéticas sobre el movimiento postal y telegráfico.
IX. CONSIDERACIONES FINALES
De esta reseña puede inferirse el amplísimo campo de tareas que se ofrece a la
Dirección de Estadística Nacional. La ley sobre la materia (3180) dictada en 1894, le
encomienda ya la formación de las diversas estadísticas a que nos hemos referido en
el curso de este memorándum. No obstante ello, la compilación y tabulación de la
estadística del comercio ha sofocado casi por completo las otras actividades permanen-
tes de la Oficina Nacional, al absorber su personal en el afán continuo de poner al día
y evitar el atraso de la masa enorme de datos sobre nuestro intercambio exterior.
Sostengo, basado en mi investigación personal en las oficinas estadísticas extran-
jeras, que el empleo de los procedimientos mecánicos de tabulación y compilación
reduciría considerablemente el personal empleado en la estadística del comercio
exterior. El personal sobrante podría ser adiestrado entonces en la elaboración de las
otras estadísticas, según lo propo!lgo en cada caso en este memorándum. La experien-
cia adquirida en algún tiempo de trabajo continuado será el mejor basamento futuro de
todas estas nuevas actividades de la Dirección General.
La Conferencia Estadística del Imperio Británico reunida en Londres en 1920 con
el propósito de uniformar las estadísticas de la Metrópoli y la de las colonias y de sugerir
la forma más adecuada de recogerlas, compilarlas y publicarlas, dio un énfasis
extraordinario a este elemento de información y de investigación científica. En una de
sus resoluciones, 5 decía:
"La Conferencia desea manifestar su convicción de que ninguna oficina de
estadística puede ejercer con propiedad sus funciones, cuando se limita al trabajo
inicial de recoger y compilar cifras.
La Conferencia conceptúa que una visión tan
estrecha de la estadística oficial ha traído consigo, por una parte, la tendencia a
acumular una masa indigesta de material estadístico, compilado a un costo considera-
ble en el que se dilapidaba tiempo y dinero; y por otra parte, en el fracaso en facilitar
informaciones directamente accesibles al público.
La Conferencia por lo tanto sostiene que una oficina de estadística debe necesaria-
mente incluir en sus funciones:
British Empire Statistical Conference. Resol. 11.

420
RAÚL PREBISCH
a) La presentación de los resultados de sus compilaciones ante todo en forma clara
que ponga de relieve sus elementos esenciales, con información suplementaria sobre
los detalles o sin ella, la que, originada en los procesos de compilación, no necesita ser
publicada a no ser que responda a un propósito suficientemente útil.
b) La utilización de los conocimientos especiales y de la experiencia adquiridos en
el trabajo de tabular las estadísticas, y el análisis crítico de los resultados para indicar
más claramente su valor y significado.

c) La eliminación en cada rama de las estadísticas oficiales, de todos aquellos
elementos que, después de ser cuidadosamente examinados, resulten no responder a
propósito satisfactorio alguno".
Si aquel trabajo previo de recoger y compilar los datos, considerado preliminar por
la Conferencia exige conocimientos de metodología estadística en su organización y
desarrollo, la segunda fase de las funciones de la oficina de estadística, al ser más
delicadas y complejas, requiere por su propia naturaleza una preparación mucho más
amplia.
La posición del estadístico oficial es especialísima. Cada una de las ramas en que
la administración pública se parcela, corresponde un núcleo más o menos grande de
cuestiones especiales. La estadística oficial, en cambio, atraviesa todo el campo de las
actividades económicas y sociales de la población.
Abarca, pues, esta rama todas aquellas manifestaciones de la vida colectiva
susceptibles de expresarse numéricamente. Recogerlas, analizarlas y presentarlas en
forma accesible, deberá ser la importantísima tarea de nuestra Dirección General de
Estadística.

38
ANOTACIONES DEMOGRAFICAS* 1
A PROPOSITO DE LA TEORIA DE LOS MOVIMIENTOS DE
LA POBLACION
PARTE l. CONCOMITANCIA DE LAS VARIACIONES DEMOGRÁFICAS
CON LAS ECONÓMICAS, EN CORTOS PERÍODOS
1. Las teorías demográficas
Los movimientos de la población y las variaciones de sus atributos, revelan ciertas
uniformidades, a veces accesibles a la observación corriente, otras confundidas en la
trama de los hechos sociales.
Las teorías demográficas tratan de explicar estas uniformidades. Como todas las
relativas a los agregados sociales, aquéllas pueden ser agrupadas en dos categorías muy
amplias. Por un lado, las teorías experimentales, que al erigir los hechos en único y
estricto juez de su valor, sólo son aceptadas como verdaderas si concuerdan satisfac-
toriamente con la realidad. Por otro lado, aquellas teorías que alejándose en mayor o
menor grado de la experiencia objetiva, obtienen su aprobación, no por explicar en
forma adecuada los fenómenos concretos, sino por estar de acuerdo con nuestros
prejuicios, sentimientos, pasiones o intereses.
Sí hoy las teorías experimentales de la población tienden a prevalecer, el núcleo
inicial de la demografía, como el de las otras disciplinas sociales, estuvo formado de
explicaciones de la segunda categoría.
* N.de/Ed.RevistadeEconcmíaArgentina: 18, 105,marzode 1927,págs.199-216; 18, 106,
abril de 1927, págs. 287-304; 18, 107, mayo de 1927, págs. 403-408; 19, 109,julio de 1927, págs.
19-29. El artículo está finnado: "Raúl Prebisch Subdirector de la Dirección General de Estadística de la
Argentina".
Trabajo leído en la sesión de octubre 17 de 1926 en el "Instituto Popular de Conferencias"
salón de actos públicos de LA Prensa.

422
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº l. Movimiento demográfico de la ciudad de Buenos Aires
Crecimífuito
Matrimonios
Nacimientos
Defunciones
Pobla-
Años
vegetativo
ción
Número 1 %e
Número/ %e
Número 1 %e
Número/ %e
1869
187.126
1.858
9,93
6.994
37.38
5.982
31,97
1.012
3,73
1870
200.807
1.916
9,54
7.561
37,65
5.886 1
29,31
1.676
15,94
1871
214.488
1.896
8,84
7.542
35.16
20.748
96,73
13.206
14,25
1872
228.169
2.193
9,61
8.078
35,40
5.671
24,85
2.407
13,33
1873
241.850
2.291
9,47
8.559
35,39
5.891
24,36
2.668
9,38
1874
255.531
1.968
7,70
8.864
34,69
7.190
28,14
1.674
8,89
1875
269.212
1.776
6,60
9.202
34,18
6.751
25,08
2.451
8,90
1876
282.893
1.635
5,78
8.967
31,69
5.277
18,65
3.690
11,08
1877
296.574
1.467
4,95
8.833
29,78
5.538
18,67
3.295
11,75
1878
310.255
1.478
4,76
8.993
28,98
5.550
17,89
3.443
10,58
1879
323.936
1.636
5,05
9.878
30,49
6.749
20,97
3.084
9,17
1880
337.617
1.652
4,89
9.401
27,85
7.073
20,95
2.328
8,56
1881
351.298
1.859
5,29
9.576
27,26
6.316
17,98
3.260
8,39
1882
364.979
2.138
5,86 10.477
28,71
7.196
19,72
3.281
8,11
1883
378.660
2.568
6,78 10.792
28,50
8.501
22,45
2.291
8,10
1884
392.341
2.774
7,07 11.870
30,25
8.242
21,01
3.628
7,80
1885
406.022
3.200
7,88 12.581
30,99
9.2952
22,89
3.286
8,96
1886
419.703
3.141
7,48 14.003
33,36
9.994
23,81
4.009
8,22
1887
433.375
3.462
7,99 15.939
36,78
12.892
29,75
3.047
10,40
1888
462.185
4.498
9,73 19.119
41,36
12.367
26,76
6.752
12,17
1889
490.995
4.159
8,47 22.044
44,90
14.736
30,01
7.308
14,06
1890
519.865
5.545
10,67 23.020
44,28
16.417
31,58
6.603
16,23
1891
548.615
5.007
9,13 24.591
44,82
13.014
23,72
11.577
16,99
1892
577.425
4.607
7,98 23.255
40,27
13.341
23,10
9.914
19,79
1893
606.235
4.919
8,11 25.791
42,54
13.000
21,44
12.791
19,16
1894
635.045
5.019
7,90 25.905
40,79
13.702
21,58
12.203
19,38
1895
663.854
5.492
8,27 26.767
40,32
14.947
22,52
11.820 19,62
1896
695.747
5.797
8,33 28.826
41,43
13.645
19,61
15.181
28,56
1897
727.640
5.751
7,90 30.270
41,60
14.216
19,53
16.034 22.22
1898
759.533
6.111
8,05 31.388
41,33
13.533
17,82
17.855
23,20
1899
. 91.426
6.045
7,64 32.589
41,18
13.567
17,14
19.022 22,20
1900
823.319
6.496
7,89 32.178
39,08
16.504
20,04
15.674 21,18
1901
855.212
6.432
7,52 33.298
38,94
15.807
18,48
17.491
20,05
1902
887.105
6.479
7,30 32.430
36,56
14.097
15,89
18.333
20,11
1903
918.998
6.667
7,~5 31.636
34,42
13.996
15,23
17.640
19,76
1904
950.891
7.287
7,66 32.762
34,45
14.313
15,05
18.449
18,92
1905 1.007.058
8.352
8,29 34.203
33,96
15.916
15,80
18.287
18,19

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
423
Cuadro NI! 1 (Continuación)
Crecimiento
Matrimonios
Nacimientos
Defunciones
Pobla-
Años
vegetativo
ción
Número J %e
NúmeroJ o/oo
Número 1 o/oo
Número 1 %e
1906 1.063.225
9.732
9,15 36.009
33,87
17.916
16,85
18.093
17,84
1907 1.119.392
10.008
8,95 39.161
34,08
18.616
16,63
20.545
18,22
1908 1.175..559
10.798
9,19 40.804
34,71
18.139
15,43
22.665
18,85
1909 1.254.302
11.405
9,09 42.705
34,05
18.959
15,12
23.746
19,12
1910 1.345.828
12.285
9,79 45.001
35,88
20.968
16,72
24.033
18,88
1911 1.405.757
13.113
9,74 47.820
35,53
22.869
16,99
24.951
18,68
1912 1.499.646
14.065
10,79 48.752
34,68
22.982
16,35
25.770
18,44
1913 1.573.117
13.801
9,20 50.700
33,81
23.009
15,34
27.691
18,02
1914 1.581.469
12.200
7,75 50.631
32,19
23.486
14,93
27.145
16,45
1915 1.582.441
11.158
7,06 45.480
28,76
23.904
15,12
21.576
14,65
1916 1.587.092
11.356
7,18 43.961
27,78
23.289
14,72
20.672
13,27
1917 1.598.024
10.687
6,73 43.166
27,20
22.337
14,07
20.829
12,30
1918 1.612.470
12.000
7,51 40.937
25,62
23.805
14,90
17.132
11,35
1919 1.632.816
13.472
8,35 40.258
24,97
23.800
14,76
16.458
10,51
1920 1.662.815
15.323
9,38 41.412
25,36
24.123
14,77
17.289
10,46
1921 1.701.419
15.692
9,44 41.455
24,93
23.860
14,35
17.595
10,83
1922 1.753.722
16.450
9,67 42.960
25,24
23.691
13,92
19.269
10,99
1923 1.824.510
16.789
9,57 43.767
24,96
24.353
13,89
19.414
11,19
1924 1.881.329
17.465
9,57 45.598
24,99
25.219
13,82
20.379
11,04
1925 1.926.089
17.607
9,36 45.887
24,39
25.421
13,51
20.466
10,63
Fiebre amarilla.
Defunciones según el censo municipal de ese año; el anuario estadístico consigna la cifra 12.084.
Este último carácter reviste la famosa teoría de Malthus, que suscita una violenta
controversia a principios del siglo pasado. Con un fondo sustancialmente verdadero,
la tesis malthusiana, envuelta en preocupaciones éticas y sociales, recibe la aceptación
entusiasta de las clases superiores de Inglaterra. No movía a éstas, por cierto, un vivo
interés científico, sino que, al atribuir el Pastor de Hailesbury la miseria de las clases
obreras a su reproducción desordenada y abundante, les relevaba oportunamente de
inquietudes religiosas y sentimentales.
De preocupaciones opuestas emergen las teorías optimistas (contrarias a ésta), que
reposan en la creencia dogmática de que el progreso material, prolongándose indefi-
nidamente con el mismo ritmo del siglo XIX ha de permitir el crecimiento constante
de la población.

424
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 2. Comercio exterior de la República Argentina
(Global y per cápita)
Valor
Valor
Valor
Valor
Valor
Valor
global
per
global
per
global
per
Años
Años
Años
en miles
cápita
en miles
cápita
en miles
cápita
de$ oro
$oro
de$ oro
$oro
de $oro
$oro
1864
45.511
28,6
1885
176.101
55,7
1906
562.224
90,-
1865
56.411
34,3
1886
165.244
51,-
1907
582.065
90,3
1866
64.142
37,9
1887
201.774
60,7
1908
638.978
96,-
1867
71.988
41,4
1888
228.524
67,1
1909
700.107
102,1
1868
72.122
40,3
1889
254.715
73,-
1910
768.424
108,8
1869
73.645
40,1
1890
243.051
68,-
1911
747.337
102,8
1870
79.348
41,3
1891
170.427
46,6
1912
948.530
126,9
1871
72.626
36,3
1892
204.851
54,8
1913 1.015.383
132,2
1872
108.854
52,2
1893
190.314
49,8
1914
725.611
91,3
1873
120.832
55,7
1894
194.477
49,8
1915
887.667
110,4
1874
102.368
45,5
1895
215.164
54,0
1916
939.130
115,4
1875
109.634
47,-
1896
228.966
54.6
1917
930.491
112,7
1876
84.161
34,8
1897
199.458
45,4
1918 1.302.069
155,5
1877
85.213
34,1
1898
241.258
52.4
1919 1.686.738
198,2
1878
81.283
31,5
1899
301.768
62,8
1920 1.979.053
227,6
1879
95.721
35,9
1900
268.085
53,5
1921 1.420.663
159,4
1880
103.917
37,8
1901
281.676
54,-
1922 1.365.654
148,6
1881
113.644
40,2
1902
282.526
52,1
1923 1.639.791
172,-
1882
121.635
41,8
1903
352.191
62,6
1924 1.840.105
187,2
1883
140.644
47,-
1904
451.463
77,4
1925 1.744.778
172,9
1884
162.086
52,7
1905
527.998
87,4
Al concordar estas ideologías con ciertos sentimientos de generosidad, con algu-
nos prejuicios morales, con las distintas variedades de fe sobre la sociedad futura, son
aceptadas y defendidas en los grupos de individuos en que se manifiestan tales
tendencias psicológicas.
La ciencia experimental, mientras aspira a serlo, se despoja de preocupaciones de
ese linaje. Del examen de los hechos, se remonta a la teoría para descender nuevamente
hacia ellos con el fin de verificarla.
Pero el análisis de los hechos, singularmente en materia demográfica y ecooómica,
depende estrechamente del perfeccionamiento de los censos y estadísticas.
Cada publicación europea, norteamericana o australiana sobre esta materia,
permite explorar nuevas ramificaciones del laberinto demográfico.

ANOTACIONES DEMOGRÁHCAS
425
Cuadro N2 3. Incremento migratorio de la población argentina
Incremento
Incremento
Años
Población
Años
Población
Absol.
Re la t.
1
Absol. 1 Relat.
o/oo
o/oo
1864
1.593.373
+ 6.152 + 3,86
1895
3.984.911
+ 43.370 + 10,88
1865
1.641.996
+ 6.543 + 3,98
1896
4.190.191
+ 85.688 + 20,45
1866
1.690.619
+ 8.046 + 4,97
1897
4.395.471
+ 44.304 + 10,08
1867
1.739.242
+ 7.227 + 4,16
1898
4.600.751
+ 39.331 + 8,55
1868
1.787.865
+ 14.761 + 8,26
1899
4.806.031
+ 49.538 + 10,31
1869
1.836.490
+ 11.719 + 6,38
1900
5.011.311
+ 51.597 + 10,30
1870
1.919.122
+ 13.784 + 7,18
1901
5.216.591
+ 14.735 + 8,33
1871
2.001.754
+ 6.728 + 3,36
1902
5.421.871
+ 14.735 + 2,72
1872
2.084.386
+ 10.819 + 5,19
1903
5.627.151
+ 35.459 + 6,30
1873
2.167.018
+ 13.848 + 6,39
1904
5.832.431
+ 87.710 + 15,04
1874
2.249.650
+ 16.445 + 7,31
1905
6.037.711
+ 135.177 + 22,39
1875
2.332.282
+ 7.616 + 3,27
1906
6.242.991
+ 189.352 + 30,33
1876
2.414.914
+ 3.414 + 1.41
1907
6.448.271
+ 121.700 + 18,87
1877
2.497.546
+ 2.785 + 1,12
1908
6.653.551
+ 173.123 + 26,02
1878
2.580.178
+ 9.909 + 3,85
1909
6.858.831
+ 139.483 + 20,34
1879
2.662.810
+ 12.049 + 4,53
1910
7.064.111
+ 194.057 + 27,47
1880
2.745.442
+ 7.065 + 2,57
1911
7.269.391
+ 105.459 + 14,51
1881
2.828.074
+ 10.086 + 3,57
1912
7.474.671
+ 206.110 + 27,57
1882
2.910.706
+ 35.448 + 12,18
1913
7.679.951
+ 146.360 + 19,06
1883
2.993.338
+ 46.228 + 15,44
1914
7.948.609
- 61.103
- 7,69
1884
3.075.970
+ 37.276 + 12,12
1915
8.042.486
- 64.492
- 8,02
1885
3.158.602
+ 67.109 + 21,25
1916
8.141.601
- 40.557
- 4,98
1886
3.241.234
+ 50.240 + 15,50
1917
8.257.161
- 32.738
- 3,96
1887
3.323.866
+ 78.467 + 23,71
1918
8.374.072
- 10.863 - 1,30
1888
3.406.498
+ 111.812 + 32,82
1919
8.510.030
+
267 + 0,03
1889
3.489.130
+ 181.050 + 51,89
1920
8.696.389
+ 31.515 + 3,72
1890
3.571.762
+ 30.995 + 8,68
1921
8.913.824
+ 53.988 + 6,06
1891
3.654.394
- 42.573
- 11,65
1922
9.190.923
+ 81.956 + 8,92
1892
3.737.026
+ 10.398 + 2,78
1923
9.532.191
+ 148.990 + 15,63
1893
3.819.658
+ 29.192 + 7,64
1924
9.826.388
+ 114.777 + 11,68
1894
3.902.290
+ 26.971 + 6,91
Es deplorable que la República Argentina permanezca voluntariamente al margen
de este genuino movimiento científico, pues no se ha esforzado en recoger con seriedad
las cifras relativas a sus fenómenos demográficos. El censo de 1914, en efecto, adolece

426
RAÚL PREBISCH
de graves deficiencias que lo colocan en evidente inferioridad frente a los censos de
países similares: Australia, Nueva Zelandia o el Canadá.
Ciñéndonos a su aspecto demográfico, aquella operación se sustrae a las normas
de la técnica estadística y a los requisitos metodológicos más fundamentales. Casi
diríamos que unas y otros son universales, como que resultan de experiencias
incesantes y del intercambio activo de las mismas en el Instituto Internacional de
Estadística, al que no concurre este país.
Estos defectos, la falta de periodicidad del censo y la incoherencia de las
estadísticas demográficas generales y permanentes, perjudican en extremo la demo-
grafía argentina. El rápido crecimiento de nuestra población, la afluencia inmigratoria
con la variedad de razas y tipos que la constituyen, el descenso de la natalidad y la
restricción de la familia en algunas regiones, la elevada mortalidad infantil en otras:
brindan un laboratorio en extremo interesante. Sin embargo, y en razón de la carencia
de informaciones objetivas, estos asuntos sólo han logrado imponerse esporádicamen-
te a la curiosidad pintoresca de algunos estudiosos. Transformar esa curiosidad en
disciplina científica, es tarea que requiere la sistematización previa, en estadísticas. del
rico caudal de hechos concretos que aún esperan ser indagados.
2. Correlación entre las variaciones de la nupcialidad y del comercio exterior
Interrogando nuestros hechos demográficos. mediante el escaso material de que
disponemos y consultando la experiencia de otros países, nos hemos propuesto, en esta
conferencia, esbozar la teoría que explique las uniformidades de los movimientos
vegetativos de la población.
Estos movimientos dependen directamente de la diferencia entre los nacimientos
y defunciones, e indirectamente a los matrimonios que actúan, desde luego, sobre los
primeros.
Por lo tanto, debemos comenzar por el análisis particular de cada uno de estos
fenómenos, cuyas variaciones cuantitativas se aprecian generalmente por un coeficien-
te o tasa que expresa el número de nacimientos, defunciones o matrimonios ocurridos
en un año, por cada 1.000 habitantes. Las tasas así calculadas son un índice muy grosero
del hecho que se quiere medir, pero a falta de elementos que permitan un cálculo más
preciso, en nuestro país, las emplearemos para estudiar por lo menos la dirección de los
fenómenos, ya que no su magnitud exacta.
Si se analizan las tasas de nupcialidad, natalidad y mortalidad en la ciudad de
Buenos Aires a partir de 1865, año en que se inicia la información estadística utilizable,
se observa en las tasas de natalidad y mortalidad una tendencia general o secular
creciente, hasta la última década del siglo pasado; tendencia secular que se transforma
en decreciente al iniciarse el presente siglo. En cambio, la tendencia secular de la
nupcialidad es mucho más estable, pues no revela ningún movimiento prolongado de
ascenso o descenso.
Pero dentro de estas tendencias seculares, a través de un largo período, nótase una
serie de oscilaciones o variaciones que suceden continuamente. Cada oscilación

ANOTACIONES DEMOGRÁF1CAS
427
Cuadro Nº 4. Tendencia secular y variacione!\\a corto término
de la tasa de nupcialidad en la ciudad de Buenos Aires
Tenden-
Variaciones a
Tenden-
Variaciones a
Cifras
Cifras
cia
corto término
cia
corto término
Años
reales
Años
reales
secular
secular
Absol. I Relat.
Absol. I Relat.
%.
%.
o/oo
o/oo
%
%
1869
8,62
9,73
+ 1,11
+ 12.8
1895
8,27
8,16
-0,11
- 1,3
1870
8.54
9,43
+0,89
+ 10,4'
1896
8,10
8,16
+0,06
+ 0,7
1871
8,39
9,33
+0,94
+ 11,2
1897
7,93
8,09
+0,16
+ 2,0
1872
8,16
9,30
+ 1,14
+ 13,9
1898
7,84
7,86
+0,02
+ 0,2
1873
7,86
8,92
+ 1,06
+ 13,4
1899
7,81
7,86
+0,05
+ 0,6
1874
7,45
7,92
+0,47
+ 6,3
1900
7,84
7,68
-0,16
- 2,0
1875
7,04
6,69
-0,35
- 4,9
1901
7,90
7,57
-0,33
- 4,1
1876
6,67
5,77
-0,90
- 13,4
1902
7,98
7,35
-0,63
- 7,8
1877
6,36
5,16
-1,20
- 18,8
1903
8,07
7,40
-0,67
- 8,3
1878
6,11
4,92
- 1,19
- 19,4
1904
8,21
7,72
-0,49
- 5,9
1879
5,96
4,90
- 1,06
- 17,7
1905
8,36
8,36
-
-
1880
5,92
5,07
-0,85
- 14,3
1906
8,58
8,79
+0,21
+ 2,4
1881
6,02
5,34
- 0,68
- 11,2
1907
8,79
9,09
+0,30
+ 3,4
1882
6,26
5,97
-0,29
- 4,6
1908
8,96
9,07
+0,11
+ 1,2
1883
6,58
6,57
- 0,01
- 0,1
1909
9,02
9,35
+0,33
+ 3,6
1884
7,01
7,24
+0,23
+ 3,2
1910
8,98
9,54
+0,56
+ 6,2
1885
7,42
7,47
+0,05
+ 0,6
1911
8,86
10,10
+ 1,24
+ 13,9
1886
7,80
7,78
-0,02
- 0,2
1912
8,71
9,91
+ 1,20
+ 13,7
1887
8,08
8,40
+0,32
+ 3,9
1913
8,56
9,24
+0,68
+ 7,9
1888
8,26
8,73
+0,47
+ 5,6
1914
8,50
8.-
-0,50
- 5,8
1889
8,40
9,62
+ 1,22
+ 14,5
1915
8,48
7,33
- 1,15
- 13,S
1890
8,48
9,42
+0,94
+ 11,0
1916
8,47
6,99
- 1,48
- 17,4
1891
8,55
9,26
+0,71
+ 8,3
1917
8,42
7,14
-1,28
-15,2
1892
8,57
8,40
- 0,17
- 1,9
1918
8,39
7,53
- 0,86
-10,2
1893
8,53
7,99
-0,54
-
6,3
1919
8,42
8,41
- 0,01
- 0,1
1894
8,45
8,09
-0,36
- 4,2
1920
8,45
8,86
+0,41
+ 4,8
presenta su propio ciclo, esto es, su movimiento de ascenso y de descenso, y se
desarrolla en un período relativamente corto de años si se lo compara con el de la
tendencia secular.
Por medio de procedimientos estadísticos que no es del caso explicar, las variacio-
nes en cortos períodos se prestan a ser analizadas independientemente, considerándo-

428
RAÚL PREBISCH
Cuadro N2 S. Tendencia secular y variaciones a corto término
del comercio exterior per cápita
Tenden-
Variaciones a
Tenden-
Variaciones a
cia
Cifras
corto término
Cifras
cia
corto término
Años
reales
Años
secular
secular reales
Absol.
$oro
I Relat.
Absol. I Relat.
$oro
$oro
%
$oro
$oro
$oro
%
1869
42,0
40,7
- 1,3
- 3,0 1895
53,9
52,8
-
1,1
- 2,0
1870
42,3
39,2
- 6,1
- 7,5
1896
53,l
51,3
- 1,8
- 3,5
1871
42,8
46,2
+ 0,4
+ 0,9
1897
53,0
50,8
- 2,2
- 1,1
1872
42,4
48,0
+ 5,6
+ 13,2
1898
54,3
53,5
- 0,8
- 1,4
1873
41,8
51,1
+ 9,3
+22,2
1899
56,5
56,2
- 0,3
- 0,5
1874
41,3
49,4
+ 8,1
+ 19,6
1900
59,5
56,7
- 2,8
- 4,7
1875
41,1
42,4
+ 1,3
+ 3,1
1901
62,9
53,2
- 9,7
- 15,4
1876
41,2
38,6
- 2,6
- 6,3
1902
66,7
56,2
-10,5
- 15,7
1877
41,1
33,4
- 7,7
-18,7
1903
70,8
64,0
- 6,8
- 9,6
1878
41,0
33,8
- 7,2
-17,5
1904
75,3
75,8
+ 0,5
+ 0,6
1879
41,1
35,0
- 6,1
-14,8
1905
79,6
84,9
+ 5,3
+ 6,0
1880
41,4
37,9
- 3,5
- 8,4
1906
84,7
89,2
+ 4,5
+ 5,8
1881
42,7
39,9
- 2,8
- 6,5
1907
90,8
92,1
+ 1,3
+ 1,1
1882
44,6
43,0
- 1,6
- 3,5
1908
96,3
96,1
- 0,2
"
0,2
1883
47,6
47,l
- 0,5
- 1,0 1909 100,6
102,3
+ 1,7
+ 1,6
1884
50,9
51,8
+ 0,9
+ 1,7
1910 103,3
104,5
+ 1,2
+ 1,3
1885
53,4
53,l
- 0,3
- 0,5
1911
105,8
112,8
+ 7,0
+ 6,6
1886
55,0
55,8
+ 0,8
+ 1,4
1912
109,3
120,6
+ 11,3
+ 10,3
1887
56,0
59,6
+ 3,6
+ 6,4
1913
115,1
116,8
+ 1,7
+ 1,4
1888
56,7
66,9
+ 10,2
+ 17,9
1914
124,0
111,3
-12,7
-10,2
1889
57,l
69,3
+ 12,2
+ 21,3
1915
132,4
72,3
- 60,l
-45,3
1890
57,5
62,5
+ 0,5
+ 0,8
1916
139,1
112,8
-26,3
-18,9
1891
57,0
56,4
+ 0,6
+ 1,0
1917
143,4
114,5
-28,9
-25,2
1892
56,6
50,4
- 6,2
-10,9
1918
147,9
142,l
- 5,8
- 5,9
1893
56,1
51,4
- 4,7
- 8,3
1919
153,7
180,4
+26,7
+ 17,3
1894
55,1
51,2
- 3,9
- 7,0
1920
156,7
212,9
+56,2
+35,0
las simples desviaciones de la tendencia secular. A su vez, esta última puede ser
estudiada eliminando esas perturbaciones que acaecen en cortos lapsos. Después de
esta abstracción analítica, se impone necesariamente la síntesis que nos acerque
nuevamente a la realidad tal cual es.
En esta forma hemos averiguado las variaciones de las tasas demográficas de la

ANOTACIONES DEMOGRÁHCAS
429
Ciudad de Buenos Aires, excluyendo la tendencia secular y las hemos representado en
una serie de gráficos.
Comenzando con el análisis de los matrimonios, resulta en extremo sugestivo que
los años en que se presentan los puntos de máxima y mínima de nuestra nupcialidad,
coincidan justa o aproximadamente con los mismos puntos de valor de nuestro
comercio exterior, sumadas las importaciones más las exportaciones.
Es lo que puede verse en el gráfico Nº 1 en que la línea doble expresa las variaciones
de la tasa de nupcialidad y la línea llena las del valor del comercio exterior por cada
habitante de la ciudad de Buenos Aires. De uno y otro dato se ha exluido la tendencia
secular.
El movimiento sincrónico de ambas líneas es tanto más sorprendente si se tiene en
cuenta el grado de inexactitud de la estadística retrospectiva. Existe entre ellas una gran
correlación, salvo pocos años en que surgen ligeras discrepancias.
Alrededor de 1873, 1890, 1913 y 1920, la nupcialidad y el comercio exterior
alcanzan su máximo. Estos años, por otra parte, señalan la terminación de periodos de
prosperidad económica -o periodos ascendentes del ciclo económico, para emplear
el lenguaje de la Economía Política- y marcan el comienzo de periodos de liquidación
de los negocios y depresión económica, de períodos descendentes.
Se demuestra que las variaciones de nuestro comercio exterior constituyen un
índice muy fiel a nuestro movimiento económico general. No podóa ser de otro modo
en la Argentina, cuyas actividades económicas fundamentales están enderezadas hacia
el intercambio con los países extranjeros, sobre todo antes del desarrollo de nuestras
industrias fabriles.
El nivel de la exportación y sus alternativas, revelan el resultado económico de las
faenas agropecuarias. Y las importaciones, no sólo dependen de lo que hayamos podido
exportar, sino también, y en grado muy intenso, del ahorro extranjero, que al afluir al
país e invertirse, comunica un fuerte impulso a nuestra vida económica. Decíamos que
las importaciones dependen del ahorro extranjero, por cuanto este último, si se
exceptúa una porción mínima que nos llega en moneda metálica, se incorpora bajo
forma de las varias mercaderías que el país necesita, o cree necesitar para su
desenvolvimiento. Es así como se explica que nuestras importaciones aumenten
considerablemente en algunas épocas y lleguen a superar el nivel de las exportaciones,
que en los periodos ascendentes suelen permanecer estacionarias o elevarse con menos
fuerza que aquéllas.
Simultáneamente se expande la circulación monetaria y el crédito para adaptarse
al mayor volumen de los negocios, en los comienzos, y para inflarlos desmesuradamen-
te a poco andar.
En estos procesos ascendentes aumentan los réditos o ingresos de los individuos,
en algunos grupos más que en otros y aún a expensas de otros. Pero en general, los
réditos reales de la colectividad se elevan, puesto que el ahorro extranjero permite
ampliar los consumos según se manifiesta en las cifras de las importacio:ies.
Plásmanse estos hechos en un ambiente de optimismo, estímulo y reacción, al
mismo tiempo, del movimiento progresivo de los negocios y de la situación de bonanza
característica del período de ascenso.

Gráfico l. Variaciones de las tasas de nupcialidad y natalidad
.¡:,.
w
de la ciudad de Buenos Aires y del comercio exterior per cápita, 1869-1920
o
(excluidas las tendencia<; seculares)
+ % 1869
1880
1890
1900
1910
1920+ %
40
w
w
m
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de la Ciudad
de Buenos Ai:::re-:-;s"-------+\\---l--:-----~---\\..\\.----JL..J10
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-% 1869
1880
1890
1900
1910
19201- %

ANarACIONES DEMOGRÁFICAS
431
Cuadro N11 6. Tendencia secular y variaciones a corto término de la tasa
de incremento migraJorio de la población argentina
,"
Tenden-
Variación 1
Tenden-
Variación
cia
Cifras
Cifras
absoluta a
cia
absoluta
Años secular reales
Años
secular
reales
corto
corto
%e
%e
término
%e
%e
término
1869
5,47
+7,27
+ 1,80
1895
8,98
+ 12,75
+3,77
1870
5,44
+5,64
+0,20
1896
8,14
+ 13,80
+5,66
1871
5,22
+5,24
+0,02
1897
8,67
+ 13,03
+4,36
1872
5,02
+4,98
-0,04
1898
9,44
+9,65
+0,21
1873
4,78
+6,30
+ 1,52
1899
10,24
+9,72
-0,52
1874
4,54
+5,66
+ 1,12
1900 11,52
+9,65
- 1,87
1875
4,20
+4,00
-0,20
1901
12,53
+7,12
-5,41
1876
4,25
+ 1,93
-2,32
1902
13,55
+5,78
-7,77
1877
4,71
+2,13
-2,58
1903
14,34
+8,02
- 6,32
1878
5,46
+3,16
-2,30
1904 15,70
+ 14,58
- 1,12
1879
6,37
+3,65
-2,72
1905
16,71
+ 22,59
+5,88
1880
7,34
+3,56
-3,78
1906
17,94
+ 23,86
+5,92
1881
8,87
+6,11
-2,76
1907
19,14
+ 25,07
+5,93
1882 10,81
+ 10,40
-0,41
1908
19,80
+ 21,74
+ 1,94
1883
13,91
+ 13,25
-0,66
1909 19,17
+ 24,61
+5,44
1884 16,45
+ 16,27
-0,18
1910 17,22
+20,77
+3,55
1885
17,60
+ 16,29
-1,31
1911
14,65
+ 23,18
+8,53
1886 17,27
+ 20,15
+2,88
1912 12,17
+ 20,38
+ 8,21
1887
16,68
+24,01
+7,33
1913
9,73
+ 12,98
+3,25
1888
16,26
+ 36,14
+ 19,88
1914
7,83
+ 1,12
- 6,71
1889
15,82
+ 31,13
+ 15,31
1915
5,89
-6,90
- 1,01
1890 15,50
+ 16,31
+0,81
1916
4,57
-5,65
- 1,08
1891
15,28
-0,06
- 15,22
1917
3,39
- 3,41
-0,02
1892 14,63
-0,41
- 14,22
1918
2,64
-1,75
-0,89
1893
13,34
+5,78
- 7,56
1919
2,37
+0,82
-1,55
1894 10,93
+8,48
-2,45
1920
2,30
+3,27
+0,97
Ese optimismo, esa fe en la prolongación indefinida de la prosperidad, no se
circunscriben, por cierto, al campo económico, sino que afectan las otras manifesta-
ciones sociales.
La tendencia natural de los sexos a contraer matrimonio, tropieza, en la realidad,
con obstáculos entre los que predominan los de orden económico. Como que el
matrimonio implica una cierta condición económica presente en los individuos que lo

432
RAÚL PREBISCH
contraen y, a la vez, la aptitud para poder afrontar la responsabilidad emergente de la
constitución de la familia.
Sucede que tales obstáculos amenguan en los períodos de prosperidad, pues crecen
los ingresos, a la par que aquella reacción de optimismo debilita en los individuos el
sentido de la previsión y de la responsabilidad, induciendo a muchos de ellos a dar un
paso del que se hubiesen abstenido en otras circunstancias.
De ahí, pues, el sincronismo entre los ciclos de la nupcialidad y los ciclos
económicos.
En resumen, las variaciones acorto término de la nupcialidad dependen íntimamen-
te de las reacciones psicológicas acaecidas en los individuos sujetos al riesgo de
contraer matrimonio -nos referimos al riesgo matemático de que se discurre en el
cálculo de probabilidades-, reacciones psicológicas, decíamos, que están en interde-
pendencia con las fluctuaciones del estado económico.
3. Variaciones de la nupcialidad y movimientos migratorios
Podría argüirse, sin embargo, que las variaciones de la nupcialidad provendrían
de haberse alterado, en el conjunto de la población de la ciudad de Buenos Aires, y en
virtud de los movimientos migratorios, la proporción de personas sujetas a la proba-
bilidad de contraer nupcias.
Esta objeción parece grave, si se recuerda que el ingeniero Alejandro E. Bunge
demostró en un informe la concomitancia entre el comercio exterior y los movimientos
migratorios.
En el gráfico Nº 2, las variaciones de la tasa de crecimiento migratorio de nuestra
población (línea de puntos) manifiestan cierta simpatía con las del comercio exterior
"per cápita" (línea gruesa), simpatía que, aparte de ser muy débil en los extremos del
diagrama, es mucho menor, además, que la existente entre la nupcialidad y el comercio
exterior.
Estos aluviones migratorios están constituidos en su casi totalidad de individuos en
edad reproductiva, y por consiguiente, propensos al matrimonio. De ahí que, en las
épocas de bonanza, la nupcialidad crecería debido al aumento de esos individuos
adultos, vale decir, de la población extranjera.
Entre las variaciones de los matrimonios y las del comercio exterior, no habría pues,
concomitancia directa, sino indirecta, en virtud de la vinculación de ambos con el
movimiento migratorio.
Desprovistos de elementos estadísticos para averiguarlo, indagando los cambios
operados en la constitución de sexos y edades del conjunto de habitantes, hemos
recurrido a un criterio satisfactorio para el caso, a pesar de su empirismo. Si las
fluctuaciones de la tasa de nupcialidad respondiesen exclusivamente a las variaciones
de la cantidad de extranjeros en nuestra población y no a las del estado económico, los
matrimonios entre hombres y mujeres argentinos, serían absolutamente insensibles a
estas últimas.

Gráraco 2. Tasa de incremento migratorio del comercio exterior per cápita
y de los matrimonios entre argentinos en la ciudad de Buenos Aires, 1869-1920
(excluidas las tendencias seculares)
+ % 1869
1880
1885
1890
1900
1910
1920+ %
~
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~

434
RAÚL PREBISCH
Los hechos, sin embargo, indican lo contrario, como se ve en la línea delgada del
mismo gráfico Nº 2, línea que refleja las variaciones de los matrimonios entre
argentinos en la ciudad de Buenos Aires, a partir del año 1885, en que la estadística
municipal ofrece recién este detalle. Se prescinde por completo de las nupcias entre
extranjeros y de las uniones mixtas entre argentinos y extranjeros, para destacar la
influencia hipotética del factor migratorio. Las dos líneas se mueven sincrónicamente
salvo las inevitables discrepancias. Estas son más acentuadas que en el primer gráfico
pues en él se consideran las cifras de todos los matrimonios, que por su mayor amplitud
facilitan el juego de la ley de los grandes números.
·
Esta correlación nos demuestra la verdad de nuestro aserto anterior sobre la
dependencia que existe entre las variaciones de la nupcialidad y las del estado
económico a través de las reacciones psicológicas determinadas por éstas. Lo que no
excluye, desde luego, la influencia de los movimientos migratorios, que al reforzar o
rebajar en el agregado social, la proporción de los individuos en edad reproductiva,
contribuyen a elevar o reducir el número de matrimonios por cada mil habitantes.
Cuadro Nº 7. Tendencia secular y variaciones a corto término
de los matrimonios entre argentinos en la ciudad de Buenos Aires
Variaciones a
Variaciones a
Ten den-
corto término
Tenden-
corto término
Años
cia
Cifras
Años
cia
Cifras
secular reales
Absol. ¡ Relat.
reales
secular
Absol. ¡ Relat.
%
%
1885
697
735
+ 3,8
+5,5
1903
1.699
1.506
- 193
- 8,8
1886
699
737
+3,8
+5,4
1904
1.816
1.666
- 150
- 8,3
1887
710
825
+ 11,5
+ 16,2
1905
1.943
1.893
-50
- 2,6
1888
728
810
+ 8,2
+ 11,3
1906 2.091
2.103
+ 12
+0,6
1889
758
808
+ 5,0
+ 6,7
1907 2.243
2.253
+ 10
+0,4
1890
794
734
- 6,0
- 7,6
1908
2.391
2.379
- 12
- 0,5
1891
832
735
- 9,7
- 11,6
1909
2.520
2.568
+48
+ 1,9
1892
878
738
- 14,0
- 15,9
1910 2.634
2.773 + 139
+5,3
1893
919
772
- 14,7
- 16
1911
2:736
2.997 +261
+9,5
1894
971
872
- 9,9
-10,2
1912 2.850
3.092 +242
+ 8,5
1895
1.022
1.014
-8
- 0,8
1913
2.995
3.074
+79
+2,6
1896
1.084
1.108
+2,4
+ 2..2
1914 3.194
2.921
- 273
- 8,5
1897
1.148
1.238
+9,0
+7,8
1915
3.433
2.919
- 514
- 15
1898
1.218
1.281
+ 6,3
+5,2
1916 3.705
3.018
- 687
- 18,5
1899
1.300
1.381
+8,1
+ 6,2
1917
3.988
3.361
- 627
- 15,7
1900
1.392
1.371
- 2,1
- 1,5
1918 4.294
3.838
-456
-10,6
1901
1.491
1.414
- 7,7
- 5,1
1919 4.521
4.575
-46
- 1
1902
1.595
1.445
- 15,0
- 9,4
1920 4.793
4.956 + 163
+ 3,1

ANOTACIONES DEMOGRÁflCAS
435
4. Concomitancia de las variaciones de la nupcialidad en Inglaterra y Gales
y con las de la República Argentina

Dejando por un momento la ciudad de Buenos Aires, vamos a entrever, ahora, una
cierta simpatía internacional entre los movimientos de la nupcialidad, de acuerdo a lo
que se pone de manifiesto en el gráfico Nº 3. Entre la línea de rayas que representa las
variaciones de la nupcialidad en Inglaterra y Gales y la línea doble, las de Buenos Aires,
se manifiesta una concordancia tan interesante como significativa, ambas siguen las
mismas tendencias crecientes o decrecientes, a no ser los años que preceden inmedia-
tamente a la guerra.
Las oscilaciones de la línea doble son más amplias que las de rayas: el hecho se
explica por la relativa sedimentación demográfica de Inglaterra, en contraste con la
inestabilidad de la población de Buenos Aires, en que los movimientos migratorios
ocasionan continuas perturbaciones en la constitución de sexos y edades, y por ende,
en la tasa de nupcialidad.
Es que la nupcialidad inglesa, como lo demostrara concluyentemente Hooker hace
algunos años, es muy sensible a las variaciones económicas. La Gran Bretaña nos ha
cedido su ahorro y su espíritu de empresa y ocupa un lugar preponderante en nuestro
comercio exterior. Es un hecho comprobado, por otra parte, que la acumulación
colectiva del ahorro y la inclinación de sus poseedores a distribuirlo en el propio país
o en las naciones extranjeras, están sujetos a un movimiento ondulatorio.
A su vez, este movimiento ondulatorio explica el ritmo de las crisis generales y
periódicas, cuyo desenvolvimiento en la Gran Bretaña se refleja nítidamente en los
ciclos económicos argentinos. De esto se infiere, por consiguiente, que la simpatía
entre la nupcialidad inglesa y la argentina proviene de la interdependencia económica
entre los respectivos países.
5. Variáciones de la natalidad y de la nupcialidad
También se observa en los nacimientos un movimiento oscilatorio análogo al
registrado en el caso de los matrimonios, como se ve en el gráfico Nº 1. La línea de
puntos y rayas que expresa las variaciones de la tasa bruta de natalidad, sigue las
ondulaciones de la línea doble que, según ya sabemos, indica las variaciones de la
nupcialidad en la ciudad de Buenos Aires. Hasta mediados de la década del 80, la
natalidad no parece guardar relación con la nupcialidad; en cambio, después de esa
época, la vinculación es evidente.
El hecho de que la linea de puntos y rayas siga a la doble con un intervalo de uno
a dos años, señala claramente que los nacimientos -a que la primera se refiere-
resultan de los matrimonios cuyas fluctuaciones están representadas por la segunda
línea.
r La €arencia de estadísticas nos impide averiguar si al incremento de la natalidad
determinado por los nuevos matrimonios se agregan los efectos de las alteraciones de

Gráfico N11 3. Variaciones de la tasa de nupcialidad de la ciudad de Buenos Aires y en Inglaterra
~
C'\\
y País de Gales, 1869-1920 (excluidas las tendencias seculares)
+%1869
1880
1890
1900
1910
1920-+%
40-i-I-
40
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-%1869
1880
1890
1900
1910
19201-%
Tasa de nupc1al1dad en la ciudad de Buenos Aires.
-
-
-
-
En Inglaterra y Pais de Gales.

ANOTACIONES DEMOGRÁflCAS
437
Cuadro N11 8. Tendencia secular y variaciones a corto término
de la tasa de nupcialidad en Inglaterra y Gales
Tenden·
Variaciones a
Tenden-
Variaciones a
cia
Cifras
corto término
cia
Cifras
corto término
Años
Años
secular reales
secular reales
Absol. I R~at.
Absol. I Relat.
o/oo
o/oo
o/oo
o/oo
%
1869
8,4
8,1
- 0,3
+3,6
1895
7,8
7,6
-0,2
. 2,6
1870
8,4
8,1
- 0,3
+3,6
1896
7,8
7,8
-
-
1871
8,4
8,4
-
-
1897
7,9
8
+ 0,1
+ 1,3
1872
8,3
8,6
+0,3
+3,6
1898
7,9
8,1
+0,2
+2,5
1873
8,3
8,7
+0,4
+4,8
1899
7,9
8,1
+0,2
+2,5
1874
8,2
8,6
+0,4
+4,9
1900
7,9
8,1
+0,2
+2,5
1875
8,1
8,4
+0,3
+3,7
1901
7,9
8
+0,1
+ 1,3
1876
8,1
8,2
+0,1
+ 1,2
1902
7,9
8
+0,1
+ 1,3
1877
8
7,9
- 0,1
+ 1,2
1903
7,9
7,9
-
-
1878
7,9
7,6
-0,3
+3,8
1904
7,9
7,8
+0,1
+ 1,3
1879
7,8
7,4
-0,4
+5,1
1905
7,8
7,8
-
-
1880
7,7
7,4
- 0,3
+3,9
1906
7,8
7,9
+0,1
+ 1,3
1881
7,6
7,6
-
-
1907
7,7
7,8
+0,1
+ 1,3
1882
7,5
7,7
+0,2
+2,7
1908
7,7
7,7
-
-
1883
7,4
7,7
+0,3
+4,1
1909
7,8
7,5
-0,3
- 3,8
1884
7,5
7,6
+0,1
+ 1,3
1910
7,9
7,5
-0,4
- 5,1
1885
7,5
7,3
- 0,2
+2,6
1911
8
7,6
-0,4
-5
1886
7,5
7,2
-0,3
+4
1912
8
7,7
-0,3
- 3,7
1887
7,5
7,2
-0,3
+4
1913
8,1
7,9
-0,3
- 2,5
1888
7,5
7,3
- 0,2
+2,6
1914
8,3
8,7
+0,4
+4,8
1889
7,5
7,5
-
-
1915
8,5
8,8
+0,3
+3,5
1890
7,5
7,7
+0,2
+2,6
1916
8,6
8,6
-
-
1891
7,5
7,8
+0,3
+4
1917
8,6
8
-0,6
-7
1892
7,6
7,6
-
-
1918
8,6
8,8
-0,2
-2,3
1893
7,7
7,5
- 0,2
+2,6
1919
8,6
9,7
+ 1,1
+ 12,8
1894
7,8
7,5
- 0,3
+3,8
la fertilidad en los matrimonios ya existentes. Es bien probable, sin embargo, que los
ciclos económicos influyan sobre la natalidad en la misma forma en que reaccionan
sobre la nupcialidad. Las investigaciones realizadas en otros países y la observación
cotidiana nos sugieren que el empeoramiento o la mejora-recalco el sentido dinámico
de estos términos--, de la situación económica, inclina a la gran masa de individuos
a restringir o expandir su prole.

438
RAÚL PREBISCH
Cuadro N11 9. Tendencia secular y variaciones a corto término
~e la tasa de natalidad en la ciudad de Buenos Aires
Tenden-
Variaciones a
Tenden-
Variaciones a
cia
Cifras
corto término
cia
Cifras
corto término
Años secular reales
Años
reales
Absol. I Relat.
secular
Absol. I Relat.
o/oo
%"
o/oo
o/oo
%
%
1869 35,91
37,51
+ 1,60
+4,4
1895
41,62
40,85
-0,77
- 1,9
1870 35,65
36,73
+ 1,08
+3,0
1896 41,03
41,12
+0,09
+0,2
1871
35,19
36,07
+0,88
+2,5
1897 40,44
41,45
+ 1,01
+2,5
1872 34,61
35,32
+0,71
+2,0
1898 39,74
41,37
+ 1,63
+4,1
1873
34,13
35,16
+ 1,03
+3,0
1899 39,11
40,53
+ 1,42
+ 3,7
1874 33,52
34,75
+ 1,23
+3,7
1900 38,46
39,73
+ 1,27
+3,3
1875 32,82
33,52
+0,70
+ 2,1
1901
37,89
38,19
+0,30
+0,8
1876 32,02
31,88
- 0,14
-0,5
1902 37,29
36,64
-0,65
- 1,8
1877 31,29
30,15
- 1,14
- 3,7
1903
36,67
35,14
- 1,53
-4,2
1878
30,74
29,75
-0,99
- 3,2
1904 36,08
34,28
- 1,80
- 5,0
1879 30,26
29,11
- 1,15
- 3,8
1905 35,59
34,09
-1,50
-4,2
1880 29,97
28,53
- 1,44
-4,8
1906 35,19
34,27
-0,92
- 2,6
1881
29,99
27,94
-2,05
- 6,9
1907 34,87
34,52
-0,35
- 1,0
1882 30,47
28,16
- 2,31
- 7,6
1908
34,59
34,58
- 0,01
- 0,1
1883 31,45
29,15
-2,30
- 7,3
1909 34,27
34,88
+0,61
+ 1,8
1884 32,70
29,91
-2,79
- 8,5
1910 33,84
33,15
+ 1,31
+3,9
1885
34,12
31,53
- 2,59
- 7,6
1911
33,28
35,36
+2,08
+ 6,3
1886 35,45
33,71
- 1,74
-4,9
1912 32,61
34,67
+2,06
+6,3
1887 36,77
37,17
+0,40
+ 1,1
1913 31,82
33,56
+ 1,74
+5,5
1888 37,96
41,01
+3,05
+8,0
1914 30,98
31,58
+0,60
+ 1,9
1889 39,05
43,51
+4,46
+ 11,4
1915
30,09
29,58
- 0,51
- 1,7
1890 40,05
44,67
+4,62
+ 11,6
1916
29,18
27,91
- 1,27
-4,4
1891
40,92
43,12
+ 2,20
+ 5,4
1917
28,25
26,87
- 1,38
-4,9
1892 41,62
42,54
+0,92
+2,2
1918
27,50
25,93
- 1,57
- 5,7
1893 42,01
41,20
- 0,81
- 1,9
1919
26,70
25,32
- 1,38
- 5,2
1894 41,96
41,21
-0,75
- 1,8
1920 26,37
25,16
-1,21
-4,6
6. La mortalidad, variable independiente
En cuanto a la mortalidad, del carácter errático de sus variaciones se deduce que,
si existe alguna conexión entre ellas y los ciclos económicos, preponderan otros
factores tales como las epidemias, las alteraciones climatéricas, que modelan su curso
definitivo.

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
439
En las fluctuaciones en cortos períodos de la población, la mortalidad tendría que
ser tratada como un fenómeno independiente, como una variable independiente,
respecto a las ondulaciones económicas. Pero aquellas fluctuaciones de la población
no dejarían por ello de depender de estas últimas ya que la natalidad, que es uno de los
dos términos del problema oscila de acuerdo a las alternativas del ciclo económico
como acaba de verse.
PARTE ll. TENDENCIAS SECULARES DE LOS FENÓMENOS DEMOGRÁFICOS
1. La tesis de Malthus
La concomitancia de los movimientos de la población, en cortos períodos, con las
variaciones del estado económico, recuerda uno de los aspectos del Ensayo de Malthus.
Afirmaba éste que el crecimiento de la población estaba contenido por obstáculos
económicos, a saber, la cantidad limitadade medios de subsistencia de que los hombres
disponen.
Cuando estos medios aumentan, o sea, cuando mejora el estado económico, se ele-
van las cifras de la nupcialidad y la natalidad y por ende las de la población. De tal modo
que todo el incremento se emplea en mantener nuevos habitantes.
La población presiona, pues, constantemente, sobre las subsistencias. Y si el equi-
librio entre ambas se perturba por una abundante procreación, surgen fuerzas represi-
vas que destruyen una parte de los habitantes hasta restablecer aquél. Esas fuerzas
actúan a través de una excesiva mortalidad general o infantil, la miseria, el vicio, y las
guerras. Pero el desequilibrio se evitaría o amenguaría, en todo caso, si obrasen con
mayor eficacia las fuerzas preventivas, que inducen a los hombres a postergar sus
nupcias y a limitar la natalidad.
La experiencia posterior a Malthus, sin embargo, parece haber resultado desfavo-
rable a su tesis. En efecto, a pesar del crecimiento de la riqueza---en la que figuran los
medios de subsistencia- la natalidad comenzó a descender en forma continua en la se-
gunda mitad del siglo 19. Es cierto que también disminuyó la mortalidad general e in-
fantil, pero con menor intensidad que aquélla. De modo que en el crecimiento vegeta-
tivo de la población, se inició asimismo una tendencia declinante.
Por un lado, se habría comprobado pues, que el mejoramiento de la situación eco-
nómica estimularía la natalidad y por otro, que la natalidad habría disminuido, no obs-
tante el aumento de la prosperidad general. Sin embargo, un fenómeno no excluye al
otro. El primero se refiere a las variaciones en cortos períodos de la natalidad y la si-
tuación económica, mientras que el segundo constituye una tendencia general o secular
de la natalidad y el estado económico. Las inflexiones que la natalidad experimenta en
lapsos reducidos, estarían determinadas por las variaciones económicas, a través de
ciertas reacciones psicológicas. Pero tales inflexiones ocurrirían dentro de una tenden-

440
RAÚL PREBISCH
Cuadro N2 10. Inglaterra y País de Gales. Tasas de natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
o/oo
o/oo
o/oo
1841-1850
32,6
22,4
10,2
1851-1855
33,9
22,7
11,2
1856-1860
34,4
28,8
12,6
1861-1865
35,1
22,6
12,5
1866-1870
35,3
22,4
12,9
1871-1875
35,5
22,-
13,5
1876-1880
35,4
20,8
14,6
1881-1885
33,5
19,4
14,1
1886-1890
31,4
18,9
12,5
1891-1895
30,5
18,7
11,8
1896-1900
29,2
17,7
11,5
1901-1905
28,1
16,1
12,-
1906-1910
26,6
14,7
11,9
1911-1915
23,6
14,3
9,3
1916-1920
20,1
14,5
5,6
1921-1924
20,3
12,2
8,1
cia secular decreciente de la natalidad, que podría o no podría depender del estado
económico.
Es precisamente lo que trataremos de averiguar en seguida.
2. La revolución industrial y el aumento de la natalidad en Inglaterra
Malthus escribió su Ensayo cuando la revolución industrial sacudía profundamen-
te la estructura económica y social de la Gran Bretafia, impulso perturbador a que no
se sustraen los otros países, conforme se expande el sistema de producción capitalista.
La maquinaria sustituye a los obreros y artesanos en las ciudades; y al número creciente
de desocupados, agréganse los paisanos que los señores desalojan de sus campos, de-
dicados en adelante al pastoreo o a extensiones de caza.
Este exceso relativo de población en la Gran Bretaña, en los comienzos del siglo
pasado, no se atenúa tanto por el recrudecimiento de las fuerzas represivas, cuanto por
la emigración y la absorción de trabajadores, determinada por el propio sistema capi-

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
441
Gráfico Nll 4. Inglaterra y País de Gales, tasas de natalidad,
mortalidad y crecimiento vegetativo
º/oo
__ ..... -----,,
-------------
', ' ......... ,,
30
...... , ,,
' \\ \\ \\ \\ \\.-
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'-~--,
-------
10
\\
\\ \\ /
V
- - - - - - - Natalidad
- - - - - Mortalidad
- - · - · - Crecimiento vegetativo

442
RAÚL PREBISCH
talista que se extiende prodigiosamente y se consolida por la apertura de nuevos mer-
cados y el descenso del coste de fabricación.
Observemos en el gráfico N2 4 la tendencia secular de los fenómenos demográficos
cuando esto último sucede, una vez que el nuevo sistema domina en la economía in-
glesa. Para eliminar fácilmente las variaciones a corto término y hacer resaltar la
tendencia secular, hemos tomado promedios quinquenales de las tasas.
La tasa de natalidad se eleva gradualmente hasta el quinquenio 1875-1880; tam-
bién aumenta la tasa de mortalidad; pero con menos fuerza; por manera que la dife-
rencia entre ambas, o sea la tasa de crecimiento vegetativo, crece continuamente hasta
el mencionado período 1875-1880.
No obstante este fuerte incremento de la población, aumenta el bienestar de las ma-
sas y se eleva su tenor de vida.
Es que se dispone de una cantidad más grande de bienes consumibles (incluidos los
medios de subsistencia) y crecen los réditos reales de los individuos, medidos en esos
bienes consumibles. Como que la rápida acumulación derivada en gran parte de los
grandes beneficios, promueve a su vez el mayor desenvolvimiento del sistema capita-
lista y el descenso del coste de una producción creciente.
Expresado en términos un tanto esquemáticos: aumenta intensamente la cantidad
de bienes consumibles; pero este incremento Se emplea sólo en parte en la creación de
nuevos individuos, pues la otra parte se dedica a mejorar el estado de la población exis-
tente. Se relaja pues la fuerza de los obstáculos que impiden el crecimiento de los ha-
bitantes, pero no en la medida necesaria para eliminar el margen de riqueza que el pro-
greso técnico y económico va formando entre los guarismos de la población y de las
subsistencias, las que tienden a constituir una cuota relativamente decreciente de
aquella riqueza. La natalidad pudo ser más considerable y el hecho de que no lo fue
seflala la presencia de una acción volitiva en los individuos para restringir su prole y
mejorar su "standard" de vida.
3. Elevación del nivel de vida de las masas
Así que perdura el aumento de los salarios y se abaratan los medios de vida, las cla-
ses más numerosas experimentan en el siglo XIX transformaciones psicológicas de
profundo significado demográfico, económico y político.
Limitémonos a las primeras para no rebasar nuestro asunto. A las necesidades pri-
mordiales de alimentación y vestido, esto es, las que constituyen el mínimun requeri-
do fisiológicamente para poder subsistir, de acuerdo a la concepción malthusiana, a
estas necesidades primordiales, decía, se sustituye un complejo creciente de necesida-
des que se multiplican y diversifican, que se amplían en cantidad y modifican en
calidad.
De tal suerte que ante el desenvolvimiento económico del siglo pasado el mínimum
de subsistencia más o menos rígido a que Malthus se refería, cede el lugar a un míni-
mum variable impuesto por un "standard of life" que aspira constantemente a elevarse.

ANUf ACIONES DEMOGRÁFICAS
443
De ello emerge, cabalmente, la reacción de carácter demográfico, que no es au-
tomática sino volitiva. O el ascenso del salario real se traduce en la ampliación de la
familia, o en el mayor bienestar de una familia más limitada.
He ahí el problema cotidiano que comienza a plantearse conforme el bienestar de
las masas, al perdurar, les permite una existencia más llevadera y les hace ganar en
cultura, a la vez que desarrollan y refuerzan sus sentimientos de responsabilidad y
previsión.
4. Descenso constante de la natalidad inglesa
Las estadísticas de la segunda mitad del siglo XIX contribuyen a despejar las incógnitas
del problema. En este período, la tendencia secular de la natalidad en Inglaterra y Gales,
después del fuerte impulso recibido del desenvolvimiento técnico y económico subsi-
guiente a la revolución industrial, comenzó a deslizarse por la pendiente. Lo mismo
acaece con la mortalidad. Entre el descenso de una y otra existe una interdependencia
en que no sabríamos detenemos: disminuye la natalidad porque la mortalidad deja me-
nos claros que llenar en cada familia y en el conjunto de la población; y desciende la
mortalidad, en especial la mortalidad de los niños. porque la procreación es menos
abundante. Sin embargo, como el descenso de los nacimientos prevalece por su inten-
sidad, declina también el crecimiento vegetativo de la población, como puede obser-
varse en el diagrama. Por lo tanto, la cifra de los habitantes continúa creciendo pero con
un ritmo inferior al que caracteriza la época precedente.
5. La fertilidad en las distintas clases sociales
El descenso de la natalidad no se ha manifestado parejamente en los distintos es-
tratos sociales, como se desprende de un trabajo de Stevenson, publicado en mayo de
1920 en el Journal of the Royal Statistical Society.
El censo inglés agrupa los habitantes en cinco clases, en orden decreciente de con-
dición económico social, y en tres grupos, segregados de los anteriores, por sus
especiales características.
La primera clase, que llamaríamos superior, está constituida por los capitalistas,
empresarios, administradores y las categorías más altas de las actividades intelectua-
les, artísticas y profesionales.
La segunda clase, que designaríamos clase media, comprende a los pequeños co-
merciantes, a los artesanos en cuyo trabajo hay elementos de creación artística indivi-
dual, las categorías inferiores de los grupos profesionales, intelectuales y artísticos, y
los propietarios de explotaciones agrícolas.
La tercera clase abarca los trabajadores calificados en que la aptitud y la destreza
preponderan sobre la fuerza física.
La cuarta se refiere a los obreros semicalificados, que requieren menos aptitudes
que los anteriores, y en los cuales la fuerza física es esencial.

444
RAÚL PREBISCH
La quinta clase está constituida por los obreros no calificados en que prácticamente
domina el trabajo material grosero.
De los tres grupos restantes, el primero está constituido de los trabajadores textiles;
el segundo, de los mineros; y el tercero, de los asalariados agrícolas.
Se ha agrupado, por lo tanto, a los individuos de las cinco primeras clases, en orden
decreciente de condición económico social.
Así que disminuye la fortuna de las clases, aumenta la fertilidad conyugal, como
puede verse en el cuadro Nº 11. En la clase superior o rica, hay apenas 213 niños por
cada 100 familias. mientras que en la de los obreros no calificados, el guarismo se eleva
a 317. Más intensa es aún la fertilidad de los mineros que alcanza a 348 hijos por cada
100 familias.
La mortalidad crece, asimismo, en razón inversa de la situación económica: de 123
que mueren en la clase superior por cada 1.000 niños nacidos, se sube a 202 entre los
obreros no calificados y a un máximo de 212 entre los mineros.
Las familias de obreros textiles presentan una fertilidad reducida y una mortalidad
intensa. Es que en la industria textil trabajan gran parte de las madres de este grupo. cir-
cunstancia que dificulta su doble función materna de tener y criar hijos.
Por el contrario, en el grupo de los trabajadores agrícolas, la elevada fertilidad y la
baja mortalidad se explican por el ambiente material y moral en que se desenvuelve la
vida de campo. Este es precisamente el grupo que más contribuye al crecimiento de-
mográfico del país, según puede verse en la tercera columna del cuadro Nº 11, en que
se presenta la proporción de hijos sobrevivientes por cada 100 familias o sea la ferti-
lidad efectiva, eliminada la acción de la mortalidad.
El hecho de que la fertilidad efectiva crezca a medida que se rebajan las condiciones
económicas, nos comprueba que la mayor intensidad de las fuerzas represivas, no com-
Cuadro Nº 11. Fertilidad en las distintas clases sociales en Inglaterra y Gales
Sobrevivientes
Fertilidad
Mortalidad
Clases
por 100 familias
por 100
por 1.000
sociales
(fertilidad
familias
nacidos
efectiva)
l. Clase superior
213
123
187
Il. Clase media
248
150
211
III. Obreros calificados
278
167
231
IV. Obreros semicalif.
285
173
236
v. Obreros no calif.
317
202
253
VI. Trabajadores textiles
247
203
197
VII. Trabajadores mineros
348
212
274
VIII. Trabajadores agrícolas
320
129
287

ANOTACIO:NES DEMOGRÁFICAS
445
Gráfico N1 5. Francia, tasas de natalidad, mortalidad
y crecimiento vegetativo
---..........
__
30
........... ........... -......_ _ __......_ __ --........... .......... .........
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I
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I
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...... _ _ _
...,. ....................
. . . - -............ ...--""""
-------Natalidad
- - - - Mortalidad
- - - - Crecimiento vegetativo

446
RAÚL PREBISCH
pensa del todo el elevamiento de los frenos preventivos denunciado por la creciente fer-
tilidad de las cinco clases.
Estas diferencias entre las distintas clases sociales se amplían durante el período
considerado por las estadísticas, o sea desde la mitad del siglo pasado. En los matrimo-
nios realizados en la década 1851-1861, la diferencia de fertilidad entre la clase supe-
rior y la clase de los jornaleros es de 16% mientras que en los realizados en el período
1906-1911, alcanza a 43%. Si las cifras permitiesen efectuar la comparación veinte
años antes, expresa Stevenson, se hubiese encontrado, probablemente, una igualdad
sustancial entre las clases sociales. Parece tanto menos aceptable esta hipótesis, si se
reflexiona acerca de las costumbres de las clases inferiores, cuya propia pobreza les in-
duce a vivir al día sin prever el porvenir de la prole que traen al mundo con tanta fa-
cilidad.
Sea de ello lo que fuere, aquel estadístico inglés nos demuestra cómo la disminu-
ción de la fertilidad, iniciada en los grupos superiores, contagia gradualmente las dis-
tintas clases sociales, con tanta menor eficacia cuanto más baja es la categoría social.
Es que las clases superiores, prósperas y cultas, ofrecen un terreno más propicio a
la propaganda de las prácticas preventivas. Aparte de que esta propaganda, realizada
a la vez por ideólogos desinteresados y por los que esperan lucrar con sus efectos,
depende en buen grado del libro y del periódico para su divulgación.
La restricción de los nacimientos habría sido, por lo tanto deliberada. Dos obser-
vaciones más, entre otras, contribuyen a probarlo. Primero, la fertilidad de las madres
que trabajan es bajísima, lo que sugiere la influencia del factor volitivo. En segundo
lugar, las estadísticas señalan que en las altas clases sociales, aquella restricción
aumenta la intensidad a medida que se extiende la duración del matrimonio; en otras
palabras, una vez que los sentimientos de familia se han visto colmados con el naci-
miento de uno o dos hijos, se acentúa en lo sucesivo la limitación de la fertilidad. Es
evidente que tales hechos sólo pueden explicarse por intervención dedsiva de la vo-
luntad.
La heterogeneidad demográfica de las clases sociales ha sugerido en algunos eu-
genistas la idea de un gran peligro para el porvenir de la raza, en el hecho de que los
menos aptos se reproducirían con mayor fuerza que los más capaces. Esquivamos de
adrede este asunto, pues la biometría no puede decirnos aún, en forma concluyente, si
los individuos biológicamente mejor dotados son más escasos así que se baja en la
escala social.
6. La disminución de la natalidad en otros países de raza europea
El descenso de la natalidad afecta a todos los países de raza europea, al menos a
aquellos para los que se dispone de estadísticas demográficas en un largo período. No
se circunscribe pues a las viejas naciones de población densa sino que manifiéstase por
igual en los países de reciente colonización tales como Australia, Nueva Zelandia y el
Canadá. En cuanto a la República Argentina, la falta de una infonnación completa nos

.ANUfACIONES DEMOGRÁFICAS
447
Gráfico N11 6. Suecia, tasas de natalidad, mortalidad
y crecimiento vegetativo
40
30
20
10
o
~
iii ~ ª ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ·~ ~ ~ ~ ~ !! ~ ~ ~ ~ ~ ~ @
- - - - - - Natalidad
- - - - Morlalidad
- - - - Crecimien1D vegetativo

448
RAÚL PREBISCH
Cuadro N11 12. Francia. Tasas de natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios decenales y quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
%o
%o
%o
1811-1820
31,8
26,1
5,7
1821-1830
31,-
25,2
5,8
1831-1840
29,-
24,8
4,2
1841-1850
27,4
23,3
4,1
1851-1855
26,1
24,1
2,-
1856-1860
26,6
23,8
2,8
1861-1865
26,7
22,9
3,8
1866-1870
25,9
24,4
1,5
1871-1875
25,5
25,-
0,5
1876-1880
25,3
22,4
2,9
1881-1885
24,7
22,2
2,5
1886-1890
23,l
22,-
1,1
1891-1895
22,4
22,3
0,1
1896-1900
22,-
20,7
1,3
1901-1905
21,3
19,6
1,7
1906-1910
19,9
19,2
1,7
1911-1915
17,2
18,4
1,2
1916-1920
13,2
18,8
5,6
1921-1924
19,7
17,6
2,1
obliga a ceñirnos a las cifras de la ciudad de Buenos Aires, sin pretender, por ello, que
nuestras conclusiones sean susceptibles de ser generalizadas a todo el territorio.
Para demostrarlo voy a presentar una serie de gráficos, lo que nos eximirá de fas-
tidiosas citas numéricas.
Comenzaremos por Francia (gráfico N2 5) en que el proceso declinante de los na-
cimientos data de mucho tiempo atrás. Y a lo revelan las estadísticas de comienzo del
siglo pasado, en épocas en que no se habían perfeccionado aún los procedimientos de
contralor de la natalidad.
Véase cómo desciende la tendencia secular del crecimiento vegetativo. Antes se
decía que la población francesa trataba de estabilizarse. Ahora, en presencia de este de-
crecimiento, se teme más y más la despoblación.
El gráfico (Nº 6) de los movimientos de la población de Suecia es muy ilustrativo,
pues al abarcar más de un siglo de experiencia, nos señala claramente el impulso que
la natalidad y el crecimiento vegetativo de la población recibieron del progreso técnico
y económico y de la facilidad de emigrar.

.ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
449
Grár1eo N11 7. Australia, tasas de natalidad, mortalidad
y crecimiento vegetativo
º/..,
~-------------------------~-----.
30
20
10
V
o-;.--..... ..---..---.... ----.----..---.... --.... ------------.... --------~
- - - - - - - NatalidEKI
- - - - - Mortalidad
- - - - Crecimiento vegetativo

450
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nº 12 bis. Suecia. Tasas de natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios decenales y quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
%.
%.
o/oo
1801-1810
30,9
27,9
3,-
1811-1820
33,4
25,8
7,6
1821-1830
34,6
23,6
11,-
1831-1840
31,5
22,8
8,7
1841-1850
31,1
20,6
10,5
1851-1855
31,8
21,6
10,2
1856-1860
33,7
21,7
12,-
1861-1865
33,2
19,8
13,4
1866-1870
29,7
20,5
9,2
1871-1875
30,7
18,3
12,4
1876-1880
30,3
18,3
12,-
1881-1885
29,4
17,5
11,9
1886-1890
28,8
16,4
12,4
1891-1895
27,4
16,6
10,8
1896-1900
26,9
16,1
10,8
1901-1905
26,1
15,5
10,6
1906-1910
25,5
14,3
11,2
1911-1915
23,1
14,-
9,1
1916-1920
21,1
14,5
6,6
1921-1923
19,9
12,2
7,7
En cuanto a los países jóvenes no podremos exhibir gráficamente el movimiento
de los Estados Unidos por cuanto carece este país de cifras completa<;. Pero la tasa de
incremento total de la población, incluido el crecimiento migratorio, desciende de un
máximo de 38% anual entre los censos de 1850 y 1860 a 22,3% entre 1900-1910 y a
16% entre 1910-1920.
Nos interesan especialmente Australia y Nueva Zelandia (gráficos Nº 7 y 8, respec-
tivamente), países nuevos y ricos como el nuestro, y en que la producción agropecuaria
es la actividad fundamental.
Obsérvese cómo disminuye progresivamente la natalidad y el crecimiento vegeta-
tivo no obstante el aumento de las actividades productivas. Es que en Australia y Nueva
Zelandia se trata de conservar y ascender a toda costa el nivel de existencia. Así se com-
prende la política de la Australia blanca, en cuyo nombre se excluye por completo a los
asiáticos de su enorme territorio; de ahí las leyes drásticas sobre inmigración europea

.ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
451
Cuadro N2 13. Australia. Tasas de natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
'foo
'foo
%e
1860-1864
42,6
1865-1869
40,3
1870-1874
37,6
1875-1879
35,6
1880-1884
35,1
1885-1889
35,4
15,2
20,2
1890-1894
33,4
13,7
19,7
1895-1899
28,3
12,5
15,8
1900-1904
26,6
11,9
14,7
1905-1909
26,6
10,8
15,8
1910-1914
25,2
10,7
14,5
1915-1919
19,4
10,8
8,6
1920-1923
22,-
9,9
12,l
y la conducta no menos severa de los obreros que han llegado a excluir de sus sindicatos
a los inmigrantes que en lugar de cultivar la tierra, congestionaban más las ciudades.
7. Descenso de la natalidad, de la fertilidad y de la tasa de crecimiento
vegetativo en la ciudad de Buenos Aires
Y por último, véase el gráfico Nº 9, relativo a la ciudad de Buenos Aires. Después
de haber llegado a un máximo hacia el final del siglo pasado, las tendencias seculares
de la natalidad y mortalidad descienden constantemente. Nótese cómo se eleva la tasa
de crecimiento vegetativo de la población en el período en que el impulso económico
del país es extraordinario, hasta principios del presente siglo, en que comienza a
declinar y llega a ser en lo presente, alrededor de la mitad de lo que fuera hace 25 años.
A propósito de la tasa de crecimiento vegetativo;recordemos que no ha mucho, se
hizo un cálculo de la población de la Capital Federal tomando como base el incremento
anual en el período comprendido entre el censo nacional de 1869 y el municipal de
1895. Si se analiza el contraste entre el ascenso de la tasa de crecimiento vegetativo en
ese período, y el descenso subsiguiente, se pondrá de manifiesto cuán peligroso es ha-
cer construcciones sobre la arena movediza de nuestra demografía.
La natalidad ha menguado considerablemente y no porque los matrimonios ha-
yan disminuido con respecto a la población, pues la tendencia secular de la nupcialidad

452
RAóL PREBISCH
Gráfico N11 8. Nueva Zelandia, trutas de natalidad, mortalidad
y crecimiento vegetativo
º/oo
50 ~~~~~~~-------------------------
40
30
20
-... ______ __
__
______ ...---..-..
10
............._......,_
-...__
..................
o --!""---------------------------------------------------------~
o
m
"'
m
m
m
~
~
- - - - - - - Natalidad
- - - - Mortalidad
- - - - - Crecimiento vegetativo

.ANOTACIONES DEMOGRÁHCAS
453
Gráfico N!! 9. Ciudad de Buenos Aires, tasas de natalidad,
mortalidad y crecimiento vegetativo
º/oo
50 - . - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - .
40
30
20
10
o
-10
"'
¡;;
- - - - - - - Natalidad
- - - - - Mortalidad
- - - - Crecimiento vegetativo

454
RAÚL PREBISCH
Cuadro Nll 14. Nueva Zelandia. Tasas de natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
r.,.,
roo
roo
1875-1879
41,1
12,7
28,4
1880-1884
37,6
11,l
26,5
1885-1889
32,2
10,l
22,l
1890-1894
28,2
10,1
18,1
1895-1899
26,-
9,6
16,4
1900-1904
26,3
9,9
16,4
1905-1909
27,3
9,7
17,6
1910-1914
26,2
9,3
16,9
1915-1919
24,4
10,5
13,9
1920-1924
23,-
9,-
14,-
Cuadro N2 15. Ciudad de Buenos Aires. Tasas d~ natalidad, mortalidad
y de crecimiento vegetativo. Promedios quinquenales
Crecimiento
Años
Nacimientos
Defunciones
vegetativo
roo
%<>
r.,.,
1861-1865
36,7
30,3
6,4
1866-1870
36,l
34,7
1,4
1871-1875
34,9
38,2
3,3
1876-1880
29,7
19,5
10,2
1881-1885
29,2
20,9
8,3
1886-1890
40,4
28,5
11.9
1891-1895
41,7
22,4
19,3
1896-1900
40,9
18,8
22,1
1901-1905
35,6
16,1
19,5
1906-1910
34,2
15,9
18,3
1911-1915
31,8
15,2
16,6
1916-1920
25,9
14,5
11,4
1921-1925
24,2
13,5
10,7

ANarACIONES DEMOGRÁFICAS
455
Cuadro N2 16. Cálculo grosero de las variaciones de la fertilidad conyugal
en la ciudad de Buenos Aires
Promedio Promedio
Promedio
Promedio
anual de
de naci-
anual de
de naci-
Matri-
nacimien-
mientos
Matri-
Años
crecimien-
mientos
Años
monios
monios
tosen el
por 100
tosen el
porlOO
quinquenio
matri-
quinquenio
matri-
posterior
monios
posterior
monios
1868
1.703
7.040
413,4
1895
5.492
26.421
481,l
1869
1.858
7.384
397,4
1896
5.797
27.107
467,6
1870
1.916
7.698
401,8
1897
5.751
27.484
477,9
1871
1.896
7.944
419
1898
6.111
27.558
431
1872
2.193
8.089
368,9
1899
6.045
27.694
458,l
1873
2.291
8.151
355,8
1900
6.496
28.132
433,1
1874
1.968
8.258
418,6
1901
6.432
28.670
445,7
1875
1.776
8.231
463,4
1902
6.479
29.932
462
1876
1.635
8.372
512
1903
6.667
31.605
474,1
1877
1.467
8.701
593,l
1904
7.287
33.351
457,7
1878
1.478
9.082
614,5
1905
8.352
35.336
423,1
1879
1.636
9.586
585,9
1906
9.732
37.456
384,9
1880
1.652
10.251
620,5
1907
10.008
39.152
391,2
1881
1.859
11.056
594,7
1908
10.798
40.911
378,9
1882
2.138
11.922
557,6
1909
11.405
42.369
371,5
1883
2.568
13.281
517,2
1910
12.285
42.404
345,2
1884
2.774
14.919
537,8
1911
13.113
41.681
317,9
1885
3.200
16.568
517,7
1912
14.063
40.670
289,2
1886
3.141
18.245
580,9
1913
13.801
38,890
281,8
1887
3.462
19.495
563,1
1914
12.200
37,051
303,7
1888
4.498
20.625
458,5
1915
11.158
36.394
326,2
1889
4.159
21.256
511,l
1916
11.356
36.057
317,5
1890
5.545
21.880
394,6
1917
10.687
36.139
338,2
1891
5.007
22.618
451,7
1918
12.000
36.836
307
1892
4.607
23.743
515,4
1919
13.472
37.964
281,8
1893
4.919
24.596
500
1920
15.323
38.876
253,7
1894
5.019
25.608
510,2
1921
15.692
39.506
251,8
se caracteriza por su estabilidad, sino porque descendió la fertilidad de cada matrimo-
nio.
A falta de buenos datos censales, hemos ensayado un procedimiento grosero que
nos permita por lo menos conocer la tendencia del fenómeno. Consiste en averiguar el

456
RAÚL PREBISCH
término medio anual de los nacimientos que se produjeron en un quinquenio por cada
100 matrimonios realizados en el afio anterior al mismo quinquenio. Resulta así como
puede verse en el cuadro N2 16, que alrededor de 1880, ocurría un promedio de 6 a 7
nacimientos por cada matrimonio, en tanto que en lo presente la cantidad media de hijos
es un poco inferior a tres.
De tal suerte que la ciudad de Buenos Aires no se ha sustraído al fenómeno general.
lo que indicaría una presión más fuerte de sus habitantes sobre el nivel de existencia.
p ARTE 111. EL EQUILIBRIO DEMOGRÁFICO
1. Interdependencia entre los factores del equilibrio denwgráfico
Se cae en una verdadera logomaquia cuando en las ciencias sociales se busca
afanosamente las "causas" de ciertos hechos que forman parte de un complejo de
fenómenos ligados entre sí por relaciones de interdependencia.
Si suponemos este complejo en equilibrio, la alteración de cualquiera de sus
términos, repercute con mayor o menos intensidad sobre los demás; y éstos, a su vez,
reaccionan sobre el primero. Con criterio poco científico se designa a unos, causas, y
a otros, efectos; pero, a su turno, éstos trócanse en causas, y éstas en efectos. Con lo
que se gira sin cesar dentro de un círculo vicioso.
Es así como se ha indagado la "causa" del descenso de la natalidad, sin analizar
detenidamente el equilibrio demográfico, cuyos factores primordiales, en forma muy
esquemática, serían los siguientes:
1. El instinto genésico;
2. Los obstáculos materiales de orden económico que se oponen a su expansión.
En otros términos la cantidad limitada de recursos económicos, de la riqueza de que
dispone la colectividad, dados la organización social y el estado de la técnica
productiva;
3. La formación psicológica de las masas, esto es, sus inclinaciones, sentimientos,
prejuicios y creencias;
4. La mortalidad;
5. Los medios con que cuentan los individuos para llevar a la práctica estas
inclinaciones, sentimientos etcétera, en materia de natalidad.
La fuerza virtual del instinto genésico puede ser considerada como constante, en el
período que estudiamos. Se ha sostenido, no obstante, que el descenso de la natalidad

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
457
proviene del embotamiento de aquél, como si modificaciones fisiológicas de tal
magnitud, pudieran acaecer en el corto lapso de algunas décadas.
En la hipótesis de que disminuyesen los obstáculos económicos, vale decir,
aumentase la riqueza y de que los otros factores del equilibrio demográfico permane-
ciesen inalterados, el instinto genésico se expandiría en la medida en que hubiese
menguado la fuerza de aquellos obstáculos. Se elevaría, por consiguiente, la natalidad
de acuerdo a la tesis malthusiana.
La condición de que los otros factores del equilibrio demográfico permaneciesen
inalterados, no concuerda, sin embargo, con la realidad. La variación de un factor
peturba todo el sistema. El no tenerlo en cuenta introduce un gran error en las teorías
sobre la población. Trataremos de evitar este error al ocuparnos rápidamente del
equilibrio demográfico desde el siglo pasado, a la luz de los hechos referidos en este
trabajo, para formular escuetamente su explicación teórica.
El crecimiento de la riqueza en el siglo anterior permite, en primer lugar, que la
natalidad aumente, mientras promueve una lenta transformación de la psicología
colectiva. Sobre ciertos sentimientos y creencias favorables a la formación de familias
numerosas, por ejemplo, prepondera el deseo de rodearse en lo posible de todos los
recursos y las exigencias de una vida progresivamente complicada. Por otra parte,
conforme las masas van asimilando los hábitos de vida de las clases superiores,
requieren y consumen más riqueza, y se ocupan más del porvenir. De ahí la generali-
zación de las fuerzas preventivas, del propósito deliberado de restringir la natalidad;
propósito que adquiere miras a ganar toda la fuerza y consistencia de un hábito social
que se acataría más o menos conscientemente.
Pero no entraremos en el cercado ajeno, pues allí trabaja el psicólogo social.
Bástanos agregar que aquellas transformaciones, no sólo se manifiestan sobre la
natalidad sino que reaccionan sobre la misma producción de la riqueza; se refuerza el
interés personal de los individuos y las preocupaciones de carácter económico pasan
al primer plano entre los móviles que determinan las acciones humanas.
Al disminuir la natalidad se perturba además otro de los factores del equilibrio
demográfico. La mortalidad desciende, y a su turno, influye sobre aquélla, como ya lo
hemos anotado.
Los fallecimientos son menores, asimismo, en razón de que el crecimiento de la
riqueza hace posible la práctica de las medidas que la ciencia médica y la higiene
pública aconsejan en su constante perfeccionamiento. Y al declinar la mortalidad,
disminuye, además, la destrucción de riquezas que se deriva de la crianza de indivi-
duos que no llegan a la edad productiva, esto es, que fallecen antes de los 18 años,
aproximadamente.
Que el aumento de la riqueza haya reaccionado sobre las tendencias, sentimientos,
etcétera, no justifica que se lo erija en "causa" de tales transformaciones psicológicas.
Ni mucho menos que a través de la influencia de esos factores sobre la conducta de los
individuos haya sido la "causa" del descenso de la natalidad. Puesto que aquel
fenómeno ha surgido al calor del espíritu de empresa y de tendencias psicológicas
favorables al desenvolvimiento económico, que a su vez reacciona sobre uno y otras.
Y por último, el propósito deliberado de restringir la natalidad es tanto más efec-

458
RAÚL PREBISCH
tivo, y es tanto mayor entonces, la alteración del equilibrio demográfico, cuanto más
se hayan perfeccionado y divulgado las prácticas enderezadas hacia este fin.
Estimulados los hombres por sus sentimientos paternales, redoblan sus esfuerzos.
El futuro nos dirá si la restricción artificial no tiende a debilitar esta actitud. También
nos instruirá acerca del mayor o menor éxito en la vida, de los hijos de familias
limitadas, criados en un ambiente fácil y lleno de oportunidades, en que el acicate de
la necesidad sería menor que en las familias más extensas. En tales circunstancias, el
descenso de la natalidad, resultante de la alteración del equilibrio demográfico, sería
el agente de nuevas perturbaciones, por su influencia directa e indirecta sobre las
actividades económicas.
2. Acción de la propaganda sobre la natalidad
El descenso de la natalidad, como ha de recordarse, comenzó en el quinquenio
1875-1880; y alrededor de 1876 se desarrolló en el Reino Unido la activísima campa-
ña de Charles Bradlaugh y Annie Besant, en favor de la restricción artificial de la
natalidad, mediante los procedimientos inventados para evitar la fertilización.
Tal coincidencia ha permitido afirmar que esa campaña ha sido la "causa" del
descenso de la natalidad. Se atribuye así a la prédica ideológica una importancia
decisiva de que carece en sí misma. Las ideologías hacen efervescencia y tienen éxito
cuando en el ambiente, existen tendencias y sentimientos propicios, que la propagan-
da, cuando más, podría reforzar. Sin la transformación psicológica de las masas, en el
siglo XIX, la campaña Bradlaugh Besant no hubiese tenido trascendencia.
En efecto, cuando en los individuos siguen predominando preocupaciones morales
o religiosas, la eficacia de aquella "propaganda" es mucho menor. Por ejemplo, en un
reciente trabajo de Sir William Beveridge sobre el descenso de la fertilidad en las razas
europeas, se demuestra la diferencia de fertilidad entre las provincias holandesas, cuya
vida se desenvuelve bajo condiciones políticas y económicas similares. El descenso
de la natalidad ha sido mucho menos intenso en las provincias católicas que en las
protestantes. Lo mismo se manifiesta en Canadá: en Quebec, en que el 85,5% de la
población es católica, se producen 327 nacimientos legítimos por cada 1.000 mujeres
casadas, en edad fecunda; el guarismo desciende a 144 en Columbia Británica en que
apenas el 12,2% de la población pertenece al credo romano. Agregaremos, al pasar,
que mientras en Quebec la mortalidad infantil es de 146% en Columbia Británica
apenas llega a 61 %.
3. La natalidad y el aumento de la riqueza
Las transformaciones psicológicas requieren un lento proceso. Desde las clases
superiores van infiltrándose paulatinamente hasta tocar las inferiores, según hemos
visto al considerar la desigual fertilidad de los estratos sociales. De un país se extiende
al resto por el intercambio de hombres, ideas y productos.

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
459
Si este proceso no tiene tiempo para desenvolverse, al aumento de la riqueza sigue
el de la natalidad. Es por ella que la cantidad de nacimientos se eleva cuando la
prosperidad crece en el corto período de ascenso del ciclo económico, según lo hemos
demostrado al comenzar esta conferencia. Pero así que las transformaciones han
podido realizarse, la natalidad desciende. Por donde se ve que la contradicción entre
ambas proposiciones es sólo aparente.
4. Otros móViles psicológicos que influyen sobre la natalidad
El deseo de mantener y elevar el "standard of life" parece prevalecer actualmente
entre los móviles que determinan a contralorear los nacimientos. Pero debemos
reconocer que en ciertos grupos sociales más o menos reducidos, según los países, y
en ciertas épocas históricas, otros motivos influyen poderosamente en el mismo
sentido.
Rehúyese, entonces, la maternidad, pues los sentimientos de familia ceden a las
preocupaciones de una vida inquieta y mundana, poco propensa de suyo a los goces y
sacrificios del hogar. Recordemos a propósito las cavilaciones demográficas de Au-
gusto, que se resuelven en la Lex Julia de Maritandis Ordinibus, por la que se forzaba
al matrimonio a los que habían preferido hasta entonces un celibato más o menos
venturoso; y aquella otra ley Papia Poppea, que estimularía la natalidad. Ambas fueron
ineficaces, pues en los sentimientos de la sociedad romana parecía dominar aquella
máxima a la que Polibio atribuyó la decadencia de Grecia: "El deber de todo ciudada-
no es no dilapidar su fortuna y no tener hijos".
5. La presión de la población y los obstáculos económicos
En las sociedades y clases en las cuales lo que se designa por civilización ha tenido
menos acceso, la escasa riqueza existente se confunde en gran parte con los bienes que
los individuos requieren para satisfacer sus necesidades más elementales. En el siglo
XIX el ingente desarrollo de la técnica y la economía permite satisfacer, además, las
necesidades que surgen de continuo a medida que se elevan las condiciones de
existencia.
En el primer caso, el crecimiento de la población, estimulado por el instinto
genésico, está contenido por la cantidad de bienes requeridos por aquellas necesidades
primordiales. En el segundo, por la cantidad de bienes exigida para mantener un
régimen determinado de existencia.
En un caso, la población presiona sobre los medios de subsistencia, como se expresa
en el Ensayo de Malthus; en otro, sobre los medios que aseguran el nivel de existencia.
En ambos el obstáculo es de naturaleza económica. Lo que nos demuestra que en
el fondo, el pastor Malthus tuvo razón, pese a todas las inexactitudes y deficiencias de
su mentada teoría.
Todo parece sugerir que el ritmo con que durante el siglo pasado creció la riqueza

460
RAÚL PREBISCH
colectiva tiende a declinar. El siglo XIX, al decir de Maynard Keynes sólo habría sido
un "magnífico episodio" en la historia. Al menos lo sería, mientras no ocurriesen
grandes descubrimientos técnicos que nos emancipasen de la lentitud de la naturaleza.
Así que se presenta aquel fenómeno, por una parte, los individuos por otra, tienden
a mejorar su nivel de existencia. Aumenta pues, la presión de la población sobre este
último. De ahí el descenso de la tasa de crecimiento vegetativo de la población, que
resulta, como ya se ha expresado, de la restricción volitiva de la natalidad.
PARTE IV. Los NEOMALTHUSIANos
1. Los neomalthusianos en Inglaterra y Estados Unidos
Mencionaremos brevemente, las derivaciones ideológicas de estos hechos de-
mográficos. La controversia sobre la población ha resurgido después de la guerra, so-
bre todo en los países que, precisamente, se caracterizaron en el siglo pasado por el
intenso crecimiento de su riqueza y de sus habitantes.
En esta discusión se destacan los neomalthusianos. Son los que predican la
restricción artificial de la natalidad, para evitar la superpoblación relativa, o sea el
exceso de habitantes, no con respecto a la extensión del país o sus riquezas potenciales,
sino a la producción y las condiciones de existencia actuales. Según estos ideólogos la
superpoblación amenazaría con deteriorar el tenor de vida.
La mayor cantidad de habitantes inplicaría rebajar su calidad. Así lo expresa,
recientemente, el inglés Harold Cox, que esgrime su dialéctica contra "aquellos
miembros de la Segunda Comisión Real sobre la Tasa de Natalidad que ... ansiosos de
encontrar alguna justificación en favor del aumento de la población de la Gran Bretaña,
sugirieron que podría mantenese una mayor cantidad de gente, si ésta comiese papas,
en lugar de carne". A lo que mister Cox replica: "no vale la pena venir al mundo o traer
otros a él -simplemente para sembrar papas, comer papas y morir".
En los Estados Unidos, que durante tantas décadas absorbieran el exceso de pro-
creación de los países europeos, las nuevas leyes de inmigración, so pretexto de
selección racial, evitan la entrada de las grandes masas migratorias que, si en un tiempo
contribuyeron a desenvolver económicamente ese país, en lo presente destruirían el
equilibrio demográfico en desmedro del alto nivel de vida. Así lo expresa claramente
el profesor de Economía Política, mister Wolfe, de la Universidad de Ohio, en un
reciente estudio sobre la "Magnitud óptima de la población". "El último resultado de
la política migratoria sin restricciones, sostiene mister Wolfe, sería reducir todos los
países al 'standard of life' de los países inferiores. Se haría un servicio mayor a la
humanidad ... si a cada nación se hiciese responsable de la pobreza causada por sus
propios sentimientos y supersticiones". Con esto último alude a los países de procrea-
ción excesiva que tratan de enjuagar sus males demográficos en las corrientes migra-
torias.

ANOTACIONES DEMOGRÁFICAS
461
El mismo profesor Wolfe recomienda el contralor artificial de la natalidad con el
fin de establecer la relación más productiva entre la población y los recursos naturales,
de tal suerte que el ingreso en bienes consumibles, correspondientes a cada individuo,
sea el mayor posible. "Debemos aspirar a una política -expresa-- que consiga un
ajuste tal entre población y recursos, que nos permita vivir tan bien como sea posible.
Aun si pudiésemos demostrar que este país puede mantener 500 millones de habitantes,
eliminando los desperdicios y renunciando a la carne, cui bono? EJ nivel de la vida,
continuaría descendiendo y el problema de los números empeoraría. Las únicas
personas felices serían los generales de ruidoso sable. Los que hoy sostienen que
podemos encontrar el medio para mantener el doble o el triple de nuestra población, son
simples víctimas de nuestro irreflexivo culto a la magnitud y el crecimiento, sin indagar
los valores humanos comprometidos".
2. La solución simplista
Mal pQdríamos aventurar opiniones sobre este asunto, si nuestra única finalidad ha
sido esbozar rápidamente la teoría de la población. Nos hemos circunscripto a destacar
hechos y exponer su interdependencia, sin considerar subjetivamente su valor ético o
social.
Sin abandonar esta actitud, creemos que la solución del problema de los números,
por medio de la restricción de la natalidad, no es tan simple como la ven algunos
neomalthusianos.
Cuando el individuo limita su prole, obedece a su interés egoísta de familia. Tiene
en cuenta las ventajas personales que resultan de una familia escasa, sin curarse de los
principios abstractos en que reposan sus deberes hacia la nación, hacia su mayor
grandeza, civil, militar o económica. Esa práctica tiende a transformarse en hábito. Y
así como la inercia social perpetúa por cierto tiempo la costumbre de una procreación
excesiva, podría hacer lo mismo con aquel nuevo hábito hasta determinar aún el
decrecimiento de la población.
Es precisamente este peligro que se teme en Francia tanto del punto de vista
económico (por la carga creciente de personas improductivas que los adultos deben
mantener), cuanto del punto de vista político y militar.
Los neomalthusianos esquivan frecuentemente este último aspecto del asunto,
resolviéndolo, cuando más, con las consabidas fórmulas de la solidaridad internacio-
nal. Algunos de ellos son más lógicos, aun cuando la experiencia histórica no presta
mucho apoyo a sus planes de acción. Es el caso de mister Harold Wright, que en un
reciente libro sobre la población publicado por la Universidad de Cambridge, con
prólogo de Maynard Keynes, van tan lejos en su prédica en favor del contralor de la
natalidad que aspira a la formación de una "Liga de las Naciones de Baja Natalidad"
preparada para actuar conjuntamente, si fuera necesario, contra cualquier raza que por
su fecundidad demasiado grande, amenace la paz del mundo".
Que la proposición de mister Wright sea un nuevo ideal piadoso, no está
desprovisto de lógica. En tanto que la población de los principales países de una raza

462
RAÚL PRE.BISCH
Gráfico N2 10. Japón, tasas de natalidad, mortalidad
y crecimiento vegetativo
•t,.
40 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
30
20
- - - - - - - Natalidad
- - - - - Mortalidad
- - - - - - - Crecimiento vegetativo

ANOTACIONES DEMOGRÁHCAS
. 463
europea tiende a llegar a un nivel estacionario, la de otras razas sigue expandiéndose
rápidamente a pesar de la intensidad y aun de la virulencia de las fuerzas represivas.
Obsérvese en el gráfico Nº 10, por ejemplo, cómo, mientras en los países de raza
europea desciende la natalidad y el crecimiento vegetativo, en el Japón la procreación
aumenta continuamente desde el siglo pasado. Se eleva también la tasa de crecimiento
vegetativo, salvo la interrupción concomitante con la guerra, y a pesar del descenso de
la tasa de mortalidad.
Si lo mismo sucede en los otros países asiáticos, como se afirma, aunque no tene-
mos estadísticas para probarlo, no serían del todo fantásticos los temores de que de allí
surjan las grandes migraciones e invasiones de que la historia está llena. Pero me
abstengo de entrar en este terreno conjetural.
Cuadro N!! 17. Japón. Tasas de natalidad, mortalidad.
y crecimiento vegetativo. Promedios quinquenales
Crecimiento
Defunciones
Años
Nacimientos
vegetativo
o/oo
o/oo
o/oo
1876-1880
25,l
17,9
7,2
1881-1885
25,8
19,l
6,7
1886-1890
28,4
20,6
7,8
1891-1895
28,6
21,1
7,5
1896-1910
31
20,7
10,3
1901-1905
31,7
20,6
11,1
1906-1910
32,6
20,8
11,8
1911-1915
33,5
20,1
13,4
1916-1920
33
23,5
9,5
1921-1924
34,5
23,6
10,9
Y, finalmente, permítaseme abandonar mi posición objetiva.
En este país de los contrastes, descienden la natalidad y el crecimiento vegetativo
en la Capital Federal. Mientras tanto, en buena parte del territorio, no existe aún esa
cohesión civilizadora que resulta de una mayor densidad de la población, de un
contacto más estrecho entre los hombres.
No olviden nuestros estadistas que entre los obstáculos que presionan sobre la
población, prevalecen los de orden económico y que los problemas emergentes no han
de resolverse con acierto si seguimos careciendo de estadísticas que nos enseñen la
realidad; realidad que con tanta frecuencia pretendemos conocer mediante nuestra fácil.
intuición.

464
RAÚL PREBISCH
APÉNDICE. SOBRE MÉTODOS Y FUENTES
l. Métodos
Con el fin de calcular la tendencia secular y las variaciones a corto término, hemos
seguido métodos análogos a los empleados frecuentemente en sus series estadísticas
por el Harvard University Commitee on Economic Research .2
Como los ciclos económicos y demográficos que se manifiestan en el período 1869-
1925 estudiado en este trabajo, no duran más de once años, hemos juzgado que la
tendencia secular (secular trend) estaría bien representada por un promedio encadena-
do de la misma duración, o sea de once años. Para calcular el promedio encadenado de
cada año, hemos sumado a la cifra real de ese año, las cifras reales de los cinco años
anteriores y de los cinco posteriores. En esta forma se ha querido anular los movimien-
tos ascendentes y descendentes de los ciclos, compensando unos con otros.
Las variaciones a corto término reflejan, por lo contrario, los movimientos de los
ciclos, aislándolos de la marcha a largo término, de la tendencia secular de los
fenómenos. Tales variaciones son, pues, las desviaciones de las cifras reales con
respecto a la tendencia secular; y para calcularlas basta extraer las diferencias positivas
o negativas entre ambas y transformarlas en simples porcentajes de dicha tendencia
secular.
Como al presentar gráficamente las variaciones a corto término se presentarían
aristas muy bruscas que habrían hecho confuso el diagrama, hemos debido suavizarlas.
Para ello calculamos promedios encadenados de tres años de las cifras de la tendencia
secular y de las cifras reales y averiguamos las desviaciones de las últimas con respecto
a las primeras, en la forma ya expresada. En los gráficos de este trabajo, tomamos
únicamente en consideración estas últimas desviaciones, para mayor claridad; asimis-
mo nos limitamos a presentar los cuadros estadísticos relativos a tales desviaciones
suavizadas, omitiendo las referentes a los primeros por razones de espacio.
2. Fuentes
Como las cifras demográficas de la estadística municipal de la Ciudad de Buenos
Aires se remontan apenas al año 1882, hemos recurrido, para los años anteriores, a los
guarismos sobre bautismos, casamientos y defunciones publicados por Alberto B.
Martínez en su "Historia Demográfica de Buenos Aires" (Censo Municipal de Buenos
Véase Review Economic Statistics, 1919, Explanation of the data and method used in the lndex
of General Business Conditions.

ANOTACIONES DEMOGRÁHCAS
465
Aires de 1887, pág. 405 y siguientes). Las cifras posteriores a 1882 han sido tomadas
de los anuarios y boletines de la Dirección General de Estadística Municipal.
En cuanto a las cifras de la población de Buenos Aires y de la República Argentina,
hemos utilizado, hasta 1914, las averiguadas por Latzina, mediante interpolaciones
entre los diversos censos. ("Demografíadinámica",porF.Latzina, vol.,4,pág.495 del
tercer censo nacional.)
Las cifras posteriores a 1914 han sido tomadas del informe sobre "Población y
movimiento demográfico de la República Argentina en el período 1910-1925",
publicadas por la Dirección General de Estadística de la Nación.
De los boletines de esta última, hemos extraído los guarismos del comercio exterior
global y por cabeza, y los datos del movimiento migratorio. Precisa advertirse que unas
y otras se refieren a todo el país, mientras los datos demográficos corresponden
exclusivamente a la ciudad de Buenos Aires. Si se tiene en cuenta que no consideramos
cifras absolutas, sino variaciones relativas, no se podrá negar que el error que
pudiéramos haber cometido con ello resulta despreciable.
Las informaciones retrospectivas sobre el movimiento demográfico de los países
extranjeros considerados, fueron extraídas de la colección de los "Aper9u Demogra-
phique Intemationale", publicados por el Instituto Internacional de Estadística. Las
cifras de los últimos años fueron tomadas de los Anuarios estadísticos de cada país.

39
DE COMO DISCURRE EL PROFESOR OLARIAGA*
ESTUDIO DE PROBLEMAS ARGENTINOS
Los estudios económicos habrían de recibir un enorme impulso en la Argentina. si
nos preocupásemos de radicar en nuestros institutos de investigaciones un núcleo de
economistas formados en las grandes escuelas europeas o norteamericanas. De ellos
aprenderíamos los métodos y la disciplina científica de que hoy carecemos; y con el
andar de algunos afios nos sentiríamos con fuerzas suficientes para dar mayor
consistencia a nuestra Facultad.
De ahí el interés suscitado por el profesor Olariaga, quien se proponía disertar sobre
algunos problemas de nuestra economía nacional.
Asistiríamos, por lo tanto, a un proceso previo de indagación científica de la
realidad argentina, sobre la que no se podría discurrir con acierto sin haberla analizado.
Y para más y mejor, nos advertía aquel catedrático, que "no se sentía realmente
economista más que cuando pisaba tierra santa".1
Justificábase de este modo nuestra viva atención, toda vez que, no tratándose del
estudio de los asuntos argentinos, preséntasenos con harta frecuencia la oportunidad,
bien o mal aprovechada. de seguir en libros y revistas el curso de las teorías generales
o las investigaciones económicas extranjeras.
Los problemas económicos argentinos serían ''planteados orgánicamente desde un
punto de vista de la economía nacional". esto es, considerando la necesidad de nuestro
país de ir "formando su economía propia". Rumbo o punto de vista que, por loable que
sea, coloca al doctor Olariaga entre aquellos economistas que, a la investigación
científica, asocian una finalidad definida de política económica. Con ello se introduce
un propósito completamente ajeno a la ciencia experimental, que sólo aspira a observar
los hechos y descubrir sus uniformidades.
* N.delEd.RevistadeCiencias Económicas: 15,SerieII, N°75,octubre de 1927 ,págs.1.130-1.144.
Las citas del presente artículo corresponden a las conferencias pronunciadas el 6 de julio y el 23
de septiembre, por el doctor Olariaga, en la Facultad de Ciencias Económicas. La primera fue publicada
en el número de julio de 1927 de esta Revista.

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
467
Vaya esto a manera de simple comprobación, por cuanto si con esa finalidad el
profesor Olariaga llega a explicar satisfactoriamente nuestra realidad económica, su
método habrá resultado excelente. Conviene, entonces, averiguarlo.
LA CRISIS EN NUES1RO PAÍS
Es natural que este país "pretenda ir formando su economía propia" -arguye
aquél- si su desenvolvimiento económico se encuentra subordinado al de ciertas
naciones europeas: "La crisis comercial del mundo repercute en la Argentina en
diversos sentidos, porque la Argentina. como varias otras naciones de la América del
Sud, depende principalmente, en su creación de empresas, en su importancia de
capitales y en su desarrollo de mercados, de la economía europea. y Europa se
encuentra en franca y prolongada decadencia".
"Cuando vine hace tres años a Buenos Aires -agrega- oí hablar mucho de
crisis ... Ahora vuelvo, y sigo oyendo hablar de crisis". Y es claro que si la gente lo dice
y repite, no puede dudarse de la crisis argentina: "efectivamente, señores. esa temida
crisis ya no es tan pasajera".
Hay economistas como los de Harvard o Cambridge, que de muchos años atrás
interrogan afanosamente la realidad, valiéndose de múltiples series estadísticas, para
averiguar la naturaleza de los períodos del ciclo económico, entre los que el de la crisis
es bien saliente. Los hay también, como el profesor Olariaga, que, para cerciorarse de
la crisis en un país adonde recién llegan, interrogan a la gente. Con ello no se hiere la
lógica, puesto que aquél atribuye a la "voluntad colectiva de los pueblos" el poder de
orientar los fenómenos económicos; poder para cuyo ejercicio se requiere, evidente-
mente, la facultad de discernir si están o no en crisis. Sólo que las opiniones de la gente
suelen ser un tanto peregrinas, como cuando, en nuestro país, al término crisis se
acompaña el calificativo "de progreso" para designar los períodos de bonanza. o se le
agrega un florilegio de adjetivos quejumbrosos para aludir al tendal de negociantes
embarrancados en los abusos del crédito.
Y no sólo dice la gente que estamos en crisis, sino que el fenómeno ha sido
comprobado estadísticamente, hace pocos meses, por la Sociedad de las Naciones en
la Memoria sobre la Producción y el Comercio, publicada por el Comité Preparatorio
de la Conferencia Internacional Económica celebrada recientemente en Ginebra.
Dicha publicación presenta cifras del comercio internacional en 1913 y 1925. El
catedrático español selecciona las de algunos países y las reproduce porque "demues-
tran bien gráficamente que, al cabo de pasada la guerra y cuando ya la situación ha
llegado a ser bastante normal, entre nueve países que pueden considerarse económi-
camente nuevos, y algunos de ellos de producción agrícola parecida a la vuestra la
Argentina es la que ha tenido un ritmo de desarrollo más lento en el periodo más
reciente de su vida económica".
Sea dicho de paso que la citada memoria ofrece simplemente algunos números muy
condensados. Nos dice, por ejemplo, que las exportaciones de la República Argentina

468
RAÚL PREBISCH
en 1925 fueron el 158,7% de las de 1913. Pero de ningún modo expresa haber
"'comprobado estadísticamente" el fenómeno de la depresión económica argentina.
Merece destacarse este rasgo de desprendimiento científico del profesor Olariaga que,
después de haber exprimido con arduo esfuerzo la verdad inmanente en los guarismos,
cede generosamente sus comprobaciones.
EL ESTANCAMIENTO DE NUESTRAS EXPORTACIONES
La demostración del doctor Olariaga, en su primera conferencia, no rebasa el
párrafo citado más arriba: si bien reanúdase tan sutil argumento en un discurso
posterior, en que nos dice que la Argentina desde el año 1913 apenas ha cambiado el
volumen de las exportaciones.
No se oculta el profesor ibérico que la mera comparación de dos años carece de gran
consistencia puesto "que en el caso de un país cuya producción agrícola sufre grandes
oscilaciones no sólo por las cosechas del país, sino por las mundiales, tomar datos de
un año determinado o no referirse a la media. por lo menos. de un quinquenio, es
encontrarse con un dato de muy poca fidelidad". Afortunadamente, esta dificultad se
descarta, y con elegancia suma, por un procedimiento metafísico de eliminación de las
variables molestas. En efecto, "simplificando todo lo posible como hemos dicho ya,
y tomando como base la cifra de 1913 (que corresponde más o menos a la de 1912) la
exportación argentina en el año 1926 era aproximadamente lo que en 1913, en tonelaje,
en volumen físico. no así en valor real que ha sido muy superior, debido al alza del nivel
de los precios".
Retornando, sin embargo, de la sublimación trascendente del guarismo a su
significado concreto, obsérvase que el profesor Olariaga toma como base de compa-
ración el año de máxima en nuestro ciclo económico precedente a la guerra. En efecto,
si bien la cifra de 1913 "corresponde aproximadamente a la de 1912", a saber
11.835.000 y 11.109.000 toneladas respectivamente. ambas constituyen alrededor del
200%, de la cifra del año 191 Len que nuestros embarques apenas suman 5.439.000
toneladas. Lo que significa bien a las claras que si la simplificación se hubiese referido
a este último año, las exportaciones de 1926 (o sea 12.277.000 toneladas) resultarían
ser el 225,7% de las de pre-guerra.
Este procedimiento del profesor Olariaga, desarrollado sobre un plano científico,
no debe ser confundido, por cierto, con aquel que el vulgo carente de técnica emplea
con frecuencia. Tal el caso de un hombre de negocios, que, debiendo presentar en el
extranjero un cuadro atrayente de nuestra situación económica. manifiesta con toda
desenvoltura que las exportaciones argentinas constituyen ahora el 490,9% de las de
hace diez años. Efectivamente las cifras parecen darle tanta razón como al señor
Olariaga, desde que en los primeros nueve meses de 1927 las toneladas exportadas
alcanzaron a 15.036.000 contra apenas 3.062.000 toneladas en igual período del año
1917.

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
469
RITMOS DE CRECIMIENTO
Sobre la misma base del año 1913 el profesor Olariaga efectúa las siguientes
comparaciones internacionales a que ya nos hemos referido.
Aumento de exportaciones en 1925 sobre las de 1913
Malasia Británica
374,l
Canadá
307.6
Japón
288,9
Nueva Zelandia
255,9
China
221,8
Australia
198,7
Estados Unidos
196,8
India
187,1
Argentina
158,7
El fenómeno de depresión económica argentina se encontraría estadísticamente
comprobado por el hecho de que sus exportaciones en 1925 experimentaron un
porcentaje de aumento de 58, 7 % cori respecto a las de 1913, 2 mientras los otros países
del cuadro mencionado acusan incrementos relativos mucho más altos.
La fuerza persuasiva de tales comparaciones. sobre los que también contemplan
nuestro problema del punto de vista nacional. no ha de verse menguada. por cierto. si
intentamos observar el curso del intercambio comercial de diversos países con el fin
de averiguar el ritmo de su crecimiento desde el comienzo de este siglo.
Algunos gráficos logarítmicos nos ayudan en nuestra tarea. Hemos recurrido a
ellos, por cuanto tienen la ventaja de que la misma distancia vertical representa. en
cualquier parte del gráfico, idéntica intensidad de crecimiento. En cambio. en el grá-
fico en escala natural. la misma distancia vertical señala siempre igual incremento
absoluto, aunque el crecimiento relativo que resulta sea diferente según el punto de la
curva a que se refiera. 3
Las cifras de los distintos países (pág. 476) han sido reducidas a dólares. según el
promedio anual de cambio, para evitar los efectos de la inestabilidad del premio de oro.
El doctor Olariaga expresa que el "porcentaje de aumento" de 1925 sobre 1913 fue de 158,7%.
Confunde, pues, esta expresión con la de "porcentaje de la cifra de 1925 con respecto a la de 1913".
Por ejemplo, en 1871 nuestro intercambio comercial fue de 73 millones de pesos oro, y en 1873,
de 121 millones: el crecimiento absoluto fue de 48 millones y el relativo de 65,7%; en 1897, el intercambio
fue de 199 millones y de 302 millones en 1899: el crecimiento absoluto fue de 103 millones y el relativo
de 51,7%. El gráfico en escala natural presenta los incrementos absolutos; el gráfico logarítmico los
incrementos relativos: de ahí su ventaja en el presente caso.

470
RAÚL PREBISCH
Ritmo de crecimiento del comercio exterior de la Argentina y Nueva Zelandia
(Gráfico logarítmico!\\~ 11
200%
Las distancias verticales
representan incrementos
100% de:
1901
1905
1910
1915
1920
1925
Ritmo de crecimiento del romt>rcio exterior de la Argentina y Australia
1<;rafico loj!antmico '.\\" 2)
200%
Las distancias verticales
representan incrementos
100% de:
80%
T60% 40%
1901
1905
1910
1925

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
471
Ritmo de crecimiento del comercio exterior de la Argentina y Canadá
(Gráfico lo¡:arítmico ~º 3)
200%
Las distancias verticales
representan Incrementos
100%
de:
80%
Can.(1914 y 1902)
1915
1920
1925
Ritmo de crecimiento del comercio exterior de la Argentina ~· E!>tados Unidos
(Gráfico lo¡:arítmico Nº 4)
Las distancias verticales
200%
representan incrementos
de:
100%
80%
60%
40%
1915
1920
1925

472
RAÚL PREBISCH
En cada gráfico comparamos la línea gruesa, que representa el ritmo de crecimiento
de nuestro comercio exterior, con tres líneas delgadas correspondientes al comercio de
uno de los cuatro países considerados, a saber, Nueva Zelandia, Australia, Canadá y
Estados Unidos (gráficos la 4, págs. 470 y 471). La línea delgada superior señala Ja
situación del comercio exterior del país extranjero. con respecto a la línea gruesa
argentina. tomando como punto de partida el año 1913; la línea delgada intermedia
tiene al año 1914 como punto de partida, y la inferior, al afio 1901o1902.
En todos los gráficos se observa que según se haya elegido un año u otro como
punto de partida, el comercio exterior de fa República Argentina ha crecido con un
ritmo inferior, aproximadamente igual, o superior, al comercio exterior de Nueva
Zelandia. Australia, Canadá o Estados Unidos.
No sería tan amena la Economía Política si no tuviera el singular atributo de
satisfacer cualquier inclinación del espíritu humano. Tanto más plausible, entonces, la
actitud del profesor Olariaga que con ánimo firme y sin el menor embarras du choix
nos presenta aquella interpretación que concuerda mejor con las aspiraciones de
nuestra fuerte conciencia nacional en materia de política económica. Y bien valía el
hacerlo, si así se sustrae afortunadamente al ''destino trágico del economista (que por
lo visto no es tan implacable como el de la tragedia griega) de tener que actuar en
aquellos aspectos de la vida social que más suelen mortificar al amor propio o
contradicen el interés privado".
Puede observarse en los gráficos que las fluctuaciones del comercio exterior de los
cuatro países considerados. en el período precedente a 1913. son muy distintas a las de
la Argentina, tanto por el tiempo en que ocurren, cuanto por su duración y amplitud.
En nuestro país. desde los primeros años del siglo se desenvuelve. aunque con una
leve inflexión en 1907 y otra en 1911, el largo período ascendente de un ciclo
económico que llega a su cima en 1913. En ese lapso, el crecimiento considerable de
las exportaciones, permite un fuerte ascenso en las importaciones. abultadas. asimis-
mo, por la afluencia de los capitales extranjeros que llegan al país bajo forma de
mercaderías.
En Nueva Zelandia el comercio exterior llega a un punto de máxima en 1907, desde
donde cae el año siguiente y se eleva continuamente sin perturbaciones importantes
hasta 1917. Resulta entonces, que mientras para nosotros 1913 es año de máxima y
1914 de mínima, para los neozelandeses ambos son normales.
En Australia nótanse asimismo dos ciclos: pero la amplitud del de 1913 es mayor
que la del de 1907.
En Estados Unidos, culmina también un ciclo en 1907, cuya amplitud es mayor que
la del que tiene su cima en 1913.
En el Canadá, el comercio exterior crece con un ritmo suave, a través de fuertes
perturbaciones, hasta 1909; a partir de este año la curva se torna algo más empinada que
la nuestra, y toca un punto de máxima en 1914.
Nótase claramente que, aparte de las discrepancias que acabamos de mencionar
entre nuestro ciclo y los extranjeros, el ritmo de crecimiento de nuestro comercio
exterior durante el período considerado es superior al de los otros países referidos.
De lo expresado se desprende que el significado diferente del año 13 o del 14 o de

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
473
cualquier otro, en los distintos países, no permite tomarlos como base de comparación.
Al menos así dicen los escépticos que no tienen -como el profesor Olariaga-el punto
de vista de la economía nacional. Limítanse los tales a advertirnos, simplemente, el
riesgo de ciertas comparaciones estadísticas.
No lo teme el profesor español, al considerar como base el año 1913 con el fin de
averiguar la tendencia del comercio exterior en el "período más reciente" de nuestra
economía. en el que habríamos tenido un ritmo de desarrollo muy lento.
Menos que de la técnica estadística, la solución de este asunto depende más bien
del alcance que se atribuye a la expresión "período más reciente''.
Si se alude a los afios posteriores al máximo mundial de 1920, no necesitaba aquel
economista acudir al zarandeado año 13; bastábale comparar las curvas logarítmicas
de esos años.
Al hacerlo así hubiese comprobado que, en todos nuestros gráficos, el ritmo de
crecimiento del comercio exterior argentino después de 1920, es idéntico, en su
tendencia general, al de Australia, Nueva Zelandia, Estados Unidos y Canadá.

Si por "período más reciente" se entiende los tres o cuatro últimos lustros, como
parecería creerlo el doctor Olariaga al incluir el año 13 en sus comparaciones, la
discrepancia anotada en los ciclos toma arbitrario todo análisis que, pretendiendo
indagar el ritmo de crecimiento de un fenómeno, no elimine previamente las fluctua-
ciones cíclicas.
El "instrumental" científico a que se refiere aquél, permite eliminar dichas fluctua-
ciones y averiguar la tendencia secular o línea de crecimiento característico de los
fenómenos. En síntesis, el método consiste en anular los períodos ascendentes con los
descendentes por el cálculo de promedios móviles.
En esta forma se podrá comparar, a través de varias décadas, el ritmo de crecimiento
característico4 del comercio exterior. Pero es obvio que al necesitarse para el cálculo
del promedio móvil, debido a la naturaleza de nuestro ciclo, por lo menos cinco años
anteriores y cinco posteriores al año cuya tendencia secular se quiere determinar. el
procedimiento no permitiría averiguar la tendencia de los cinco últimos años. Ya se ha
señalado uno de los métodos satisfactorios para esto último. No ha seguido ni éste ni
aquel otro el profesor Olariaga, aunque, si bien se mira, tal cosa no tiene mayor
importancia.
EL HECHO MÁS ELOCUENTE
En efecto, "no es este hecho -se expresa después de la comparación de marras-
e! más elocuente dentro del razonamiento que veníamos exponiendo. El más elocuente
Es lo que hace Mr. Snyder, estadístico del Federal Reserve Board, en su libro reciente Business
Cyc/es atul their M easttrements.

474
RAÚL PREBISCH
es el que se deduce'' de un cuadro referente al volumen del comercio exterior en 1925,
comparado con el de 1913, por grupos de continentes.5
Según ese cuadro el comercio de la América del Sud en 1925 apenas sería el%, 7%
del de 1913, el de Africa, el 99%, y el de Europa el 93,7% excluida Rusia y el 89%
incluida Rusia; mientras que el volumen del comercio de América del Norte habría
llegado a ser el de 136,7% del de 1913. "Los países en Jos cuales se reflejaba una
disminución del comercio interior eran los que formaban el grupo europeo y aquellos
de América que abastecían de alimentos y materias primas al grupo europeo".
A pesar de las frecuentes incursiones de algunos sabios europeos, no hemos logrado
determinar aún con precisión, qué parte de la América del Sud corresponde probable-
mente a la Argentina. Empero, el doctor Olariaga habría presentado muy gustoso el
dato un tanto confuso de nuestro comercio exterior, si le hubiese sido accesible. No se
Je culpe, sin embargo, de no haber concretado "en qué proporción es afectada la
Argentina por el fenómeno, entre los países de la América del Sud, porque no ha
publicado el necesario detalle la Sociedad de las Naciones, pero cuantas correcciones
pueda imponer esa particularización, serían pocas para cambiar de fisonomía la
significación de dicho fenómeno".
Aunque la incógnita ha sido despejada en esta forma, mediante el consabido
procedimiento metafísico, ofrecemos a título de simple curiosidad el hallazgo de las
cifras argentinas. Trátase de un opúsculo adquirido accidentalmente en un librero de
viejo, e intitulado "El comercio exterior argentino en 1926 y su comparación con el de
1925". Se dice allí que el volumen físico de las importaciones de 1926 fue el 126,1 %
de las de 1910; y el volumen físico de las exportaciones, el 163,6% del de 1910; los
valores fueron el 216,8% y el 203,6% de los de 1910, respectivamente.6
IMPORTANCIA INDICIARIA DE LAS CIFRAS DEL COMERCIO EXTERIOR
Nos hemos referido al ritmo de crecimiento del comercio exterior de varios países.
El doctor Olariaga se limita a considerar las exportaciones. Estudiando el curso de ésta<>
en el gráfico Nº 5 (pág. 478) fluyen las mismas consideraciones formuladas acerca de
la validez de las comparaciones del comercio exterior. Puede observarse. a la vez, cómo
De las cifras, también presentadas en el memorándum referido, se eliminó las fluctuaciones de los
precios entre ambos años mediante un índice mundial (!) de precios, que denuncia a las claras la
precipitación con que el comité preparatorio de la Conferencia de Ginebra acumuló sus materiales de
estudio.
Se ofrece estas cifras a título ilustrativo, sin preferir, desde luego, la base de 1910, adoptada por
la estadística oficial. Entre este año y 1913 el volumen físico de las importaciones crece en 19,8% y el de
las exportaciones en 57 ,2%.

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
475
el ritmo de crecimiento de nuestras exportaciones, posteriormente a 1920, no difiere
sustancialmente del de los otros países.
Al tomar las cifras de las exportaciones para cotejar la situación económica de
diversos países, el profesor Olariaga parece aceptar implícitamente que aquéllas
tengan el mismo significado, análoga importancia indiciaria, en las variaciones
económicas de cada país.
En la República Argentina, las cifras de las exportaciones. consideradas aislada-
mente tienen un significado poco seguro.7 En cambio, las del comercio exterior, esto
es, las importaciones más las exportaciones, reflejan acentuadamente nuestras fluctua-
ciones económicas. Habría que demostrar si esto también sucede en los otros países.
Respecto a los Estados Unidos. el caso es bien dudoso, pues es ya un estribillo que su
comercio exterior sólo representa una parte muy pequeña de sus transacciones internas.
Si mediante las cifras de las exportaciones se tratase. no ya de apreciar las
fluctuaciones económicas de los ciclos. sino la tendencia secular de las actividades
productivas de un país, caeríase en la necesidad no menos imperiosa que la recién
anotada, de indagar analíticamente el significado de las cifras.
En efecto, de una nación a otra no sólo varía la cuota de la producción que se
exporta, sino que dentro de un mismo país aquella cuota no es constante a través del
tiempo. Por donde resultaría que el ritmo con que creciesen en largo término las
exportaciones, no reflejaría idéntico ritmo en el incremento de las actividades produc-
toras.
Detalles triviales, todos estos, susceptibles de deleitar a estadísticos cavilosos; pero
que no merecen la atención de los iniciados en los procedimientos inefables de la
ciencia trascendente.
En efecto, "simplificando lo más posible". sería absurdo desconocer que las meras
cifras de las exportaciones suministran un índice inequívoco, que a su simplicidad,
agrega la ventaja no menos grande de no exigimos engorrosas investigaciones en que
el "instrumental" podría confundirse "con la tarea inexcusablemente realista de
plantear y sistematizar los verdaderos problemas de la vida económica".8
En efecto, se presentan casos en que las exportaciones disminuyen de un año para otro, sin que ello
se traduzca apreciablemente en la situación económica general, debido a que, por la afluencia de capitales
extranjeros, ni el movimiento bancario ni las importaciones se resienten.
Pero no sólo las cifras del comercio exterior señalan nuestra depresión económica con el índice
prestigioso del profesor hispánico. Observa, asimismo, este último, otros síntomas de languidecimiento en
el comercio internacional de trigo: en 1909-1913 a la Argentina correspondía el 13,9% de las exportaciones
mundiales; en los últimos años, esta cifra se eleva a 22,l %, pero con mucha menos intensidad que la
proporción canadiense, que salta de 11,6% a 30%.
Malsano contentamiento el de los que, sin parar mientes en el más noble de los productos del suelo,
proclaman la creciente importancia de las carnes argentinas en el mercado británico, o de nuestro lino en
las exportaciones mundiales, en las que hoy participamos con el 73,8% (1920-1924) contra el 39,7% en
1910-1914, mientras el Canadá apenas tiene el 4% contra el 12,8%.

476
RAÚL f>REBISCli
Comeréio exterior y exportaciones de distintos países
(Miles de dólares)
Nueva
Australia
Estados
Años
Argentina
Canadá
Zelandia
(1)
Unidos
a) Comercio exterior
1901
271.783
120.198
448.351
372.440
2.310.937
1902
272.603
121.526
411.662
406.709
2.285.040
1903
339.821
135.284
418.816
450.325
2.445.861
1904
435.607
136.457
459.918
454.965
2.451.914
1905
509.454
138.622
463.232
453.436
2.636.075
1906
542.478
162.089
557.132
530.398
2.970.427
1907
561.622
181.871
606.526
442.313
3.315.272
1908
616.536
164.434
555.316
615.910
3.055.115
1909
675.518
171.967
566.903
548.517
2.974.931
1910
741.436
190.922
654.569
669.082
3.301.932
1911
721.089
187.720
712.699
742.725
3.576.546
1912
915.216
208.028
765.281
830.121
3.857.587
1913
979.721
220.331
770.469
1.048.275
4.278.892
1914
694.280
234.902
610.347
1.074.630
4.258.505
1915
854.270
254.555
724.943
917.398
4.442.759
1916
907.460
284.154
830.091
1.287.501
7.874.276
1917
928.263
250.380
685.409
2.025.662
9.185.981
1918
1.319.085
251.391
1.030.816
2.512.022
9.180.301
1919
1.660.665
378.570
1.112.774
2.124.734
11.824.791
1920
1.770.014
395.884
1.084.490
2.099.274
13.506.497
1921
1.027.307
337.839
888.807
2.226.389
6.994.179
1922
1.118.654
344.317
1.105.652
1.485.392
6.944.524
1923
1.283.091
408.740
1.189.928
1.713.602
7.959.559
1924
1.431.097
446.745
1.409.819
1.927.338
8.200.947
1925
1.592.715
520.164
1.449.636
1.877.543
9.136.437
1926
1.497.288
462.435
2.256.029
9.240.754
b) Exportaciones
1901
161.826
62.685
241.846
194.509
1.487.765
1902
173.183
66.403
213.712
209.971
1.381.719
1903
213.224
73.046
234.809
225.230
1.420.142
1904
254.880
71.771
279.756
211.055
1.460.827
1905
311.504
76.190
276.617
201.472
1.518.562

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜLARIAGA
477
Nueva
Australia
Estados
Años
Argentina
Canadá
Zelandia
(1)
Unidos
1906
281.990
88.059
339.380
246.658
1.743.865
1907
285.801
97.656
354.398
192.087
1.880.851
1908
353.150
79.407
312.969
263.369
1.860.773
1909
383.395
95.685
317.875
254.132
1.663.011
1910
375.406
107.938
362.510
298.764
1.744.985
1911
330.294
92.600
386.799
290.000
2.049.320
1912
484.048
105.948
384.921
307.716
2.204.322
1913
500.922
111.866
382.370
377.068
2.465.884
1914
385.698
128.201
295.803
454.480
2.364.579
1915
554.034
151.125
355.943
461.443
2.768.589
1916
553.677
158.632
466.814
779.300
5.482.641
1917
548.853
150.599
388.220
1.179.311
6.233.513
1918
811.940
135.899
543.118
1.562.729
6.149.088
1919
1.015.029
241.386
670.103
1.231.811
7.920.426
1920
933.803
170.177
484.270
1.148.803
8.228.016
1921
485.305
172.551
492.096
1.093.431
4.485.031
1922
553.742
189.242
522.069
745.724
3.381.777
1923
606.569
210.290
546.629
926.761
4.167.493
1924
786.588
232.397
715.702
1.045.317
4.590.984
1925
793.282
266.855
717.391
1.080.928
4.909.848
1926
734.387
220.010
1.328.129
(1) A partir del año 1914, las cifras de Australia se refieren a los años económicos que tem1inan el 30
de junio.
EL PAPEL DE LOS IDEALES
Que la destreza en el manejo de las estadísticas no entorpece el libre desenvolvi-
miento de las facultades intuitivas, lo demuestra en forma acabada la siguiente
contribución sociológica del profesor de la Universidad de Madrid: "Todos sabéis que
los fenómenos económicos viven articulados como los demás fenómenos del complejo
social, en organizaciones colectivas, y gobernados por instituciones nacionales que son
las que los ordenan y los coordinan en un sentido general, en un rumbo fundamental
que los ideales de los pueblos van trazando; y que, aun cuando a la iniciativa y a la
realización privadas se les deje en relativa libertad para producirlos, y, hasta cierto
punto, para organizarlos, es siempre a condición de que vayan ordenados y encamina-
dos al servicio de los fines superiores creados por la voluntad colectiva de los pueblos".
La tesis del catedrático peninsular es clarísima: los fenómenos económicos son
encaminados por los ideales, y éstos, a su vez, fluyen de la voluntad colectiva de los
pueblos.

478
RAÚL PREBISCH
Ritmo de crecimiento de las exportaciones en distintos países
(Gráfico logarítmico N2 5)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
200%
100%
80%
60%
40%
20%
:
..
... ··. . ·.
.
. : ,.·· ... · · ..
.
\\
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1901
1905
1910
1915
1920
1925

CóMO DISCURRE EL PROFESOR ÜIARIAGA
479
Si en lo que toca a lo primero, la experiencia histórica nos señala que con harta
frecuencia los fenómenos económicos escapan al contralor de los ideales humanos, no
deja de ser perfectamente cierto que si se descartan esos casos -con los mismos
métodos de eliminación de las variables, que ya conocemos-, los ideales dirigen los
fenómenos económicos. Por otro lado, "simplificando lo más posible" también se llega
a demostrar que los ideales nacen por generación espontánea sin que sobre su
formación, a pesar de los devaneos de Vilfredo Pareto, influyan sentimientos, intereses
e inclinaciones, ligados a los fenómenos económicos por complejas relaciones de
interdependencia.
En cuanto a esa entidad imponente que se designa como "voluntad colectiva de los
pueblos", su existencia ha sido plenamente comprobada por los teorizantes de la
"ciencia política". De otro modo no podría ejercitarse cotidianamente a través de esos
órganos representativos, de cuya virginal pureza no nos permite dudar la fe democrá-
tica que nos anima desde la reforma universitaria.
No destruye nuestras convicciones el implacable ataque de espíritus falaces, para
los que la voluntad colectiva no sería otra que la de los individuos de la elite en el poder,
que sabría aprovecharse de los sentimientos e inclinaciones populares para plasmar los
ideales más concordantes con sus intereses. Tal sería el caso de esos ideales proteccio-
nistas, propagados en "los pueblos" al calor de sentimientos de nacionalismo, si el
doctor Olariaga no hubiese descubierto en las entrañas más recónditas de aquéllos, la
sublime aspiración de ir "formando nuestra economía propia''.
Los DESIGNIOS DE LA VOLUNTAD COLECTIVA
Si existen designios de una voluntad colectiva, queda demostrada en forma
incontrovertible la existencia de esa voluntad colectiva.
La experiencia histórica ofrece abundantes ejemplos de esos designios. Como los
que presidieron la inversión de capitales extranjeros en nuestro país, según nos lo
expresa el doctor Olariaga: "Han sido iniciativas extranjeras -no olvidéis que hablo
en términos generales- con capitales extranjeros y muchas veces mano de obra
extranjera, las que han ido utilizando económicamente la Argentina, no para crear en
ella una riqueza permanente y progresiva, no para formar en ella el cuerpo robusto,
completo y autónomo de una gran nación independiente, sino para explotar del nwdo
más sencillo las oportunidades que estaban más a mano y llevar a sus respectivas

economfas nacionales los alimentos y materias primeras que necesitaban".
Que se trata evidentemente de un designio colectivo superior y ajeno a los
individuos, aunque plasmado en el fluido común de la<i esencias individuales -como
enseña un genial metafísico-, lo comprueba un doble orden de consideraciones
relativas a la inversión del ahorro británico en el extranjero.
En primer lugar, los banqueros y capitalistas que desde los comienzos del 19
colocan sus fondos en otros países, en plena expansión del individualismo y la libre

480
RAÚL PREBISCH
concurrencia, sólo tratan de conseguir el máximo provecho, buscando naturalmente la
"oportunidad más a mano.,, y sin cuidarse de llevar a la Gran Bretaña los alimentos y
materias primas que necesitan sus compatriotas.
En segundo lugar, cuando aquel país comienza a dar ímpetu a sus exportaciones de
capitales. la clase gobernante inglesa, animada del ideal de bastarse a sí misma (que
recién después de 1846 deja de encaminar los fenómenos de la economía británica)
pretende producir en su propio territorio los alimentos y materias primas de que
necesitaba el país. Mal podría, entonces, atraer la competencia exterior de esos
productos, mediante el envío de capitales a los países extranjeros.
Es obvio, por lo tanto, que ni los individuos. ni los gobiernos, estaban animados del
propósito aludido por el profesor español. Y no lo estaban, precisamente, porque tal
propósito o designio surgía exclusivamente de la voluntad colectiva del pueblo
británico.
EL DOCTOR ÜLARIAGA, ECONOMISTA EXPERIMENTAL
El profesor Olariaga nos manifestaba, en su primera conferencia sobre "El porvenir
de la economía argentina", que no se sentía realmente economista sino cuando pisaba
la tierra santa, el mundo concreto.
Parecía tratarse, por lo tanto, de un economista experimental. Y decididamente. el
catedrático español es un economista experimental.
No invalida nuestra proposición la frecuencia con que aquél abandona la tierra
santa para remontarse, en amplio vuelo. "sobre el mundo inquietante de las represen-
taciones". Y ello por la muy sencilla razón de que, en tales casos, y según su propia
definición, deja de ser un economista, para transformarse en el señor don Luis Olariaga.
pura y simplemente.
Es. seguramente. este señor, quien nos habla de la "voluntad colectiva de los
pueblos" o esgrime ágilmente los guarismos siguiendo su punto de vista de la economía
nacional.
Más de un funesto error en la historia del pensamiento humano ha de buscarse
precisamente en que. la exégesis precipitada de los textos, no permite deslindar las
distintas fases de la personalidad de los autores.
Nos proponemos evitar un error de esta naturaleza. en el presente caso, al brindar
esta modesta contribución aclaratoria. Y nos apresuramos a hacerlo, porque las gentes
ya atribuyen al economista español, con imperdonable ligereza. la tesis del estanca-
miento argentino del señor Olariaga.

40
EL REGIMEN DE POOL
EN EL COMERCIO DE CARNES*
(Informe presentado a la Comisión Especial de Carnes de la
Sociedad Rural Argentina)
CAPITULO l. EL CONTRALOR ** DE LOS EMBARQUES Y
LA ESTABILIDAD DE LOS PRECIOS
l. FORMACIÓN DE UN NUEVO POOL
Terminado el conflicto en el comercio de carnes, el Pool o Conferencia entre las
compañías frigoríficas intelTilmpido en mayo de 1925, reanuda sus operaciones en
noviembre del corriente afio.
El presente informe se propone analizar, desde un punto de vista objetivo, el
significado de esa combinación de empresas, las consecuencias que de ella podrían
dimanar para los productores de ganado, y sus posibles proyecciones sobre los precios
de la carne chilled argentina en el mercado británico.
Según manifestaciones reiteradas, mientras en un régimen de libre concurrencia no
existe coordinación entre los frigoríficos, los embarques de carne se realizan en forma
desordenada.
Sucédense, entonces, en el mercado británico períodos de abarrotamiento y precios
bajos, y de escasez y precios altos.
* N. del Ed. Revista de Ciencias Económicas: 15, Serie 11, Nº 77, diciembre de 1927, págs. 1.302-
1.321. Trabajo incluido en el volumen El pool de frigoríficos - Necesidad de la intervención del Estado,
Buenos Aires, Sociedad Rural Argentina, 1927, Parte 11. Al final del informe se asienta; "Firmado: Raúl
Prebisc:h. Aprobado por la Comisión Especial de Carnes. Firmado: Luis Duhau, presidente. Miguel Angel
Cárcano, Ernesto Hueyo, Rómulo Lanusse, vocales."
** En la publicación de la Sociedad Rural Argentina en lugar de "contralor" dice "regularización".

482
RAÚL PREBISCH
Estas fluctuaciones afectan todas las actividades de la industria. A los comerciantes
minoristas y las empresas frigorífica<>, les obliga a establecer un más amplio margen
entre los precios de compra y los de venta, con el fin de cubrir el mayor riesgo de las
operaciones. La expansión del margen recae sobre los precios del ganado que, además
de ser más bajos, sufren continuas alteraciones que entorpecen el desenvolvimiento de
la producción.
Por otro lado, el volumen variable de la faena y de los embarques no permite a los
frigoríficos y las compañías navieras el aprovechamiento regular. más económico, de
sus instalaciones y barcos.
En cambio, la Conferencia, al contralorear los envíos ajusta su volumen a las
necesidades del mercado británico, obteniéndose precios más estables que los deter-
minados por la libre concurrencia. De ahí su ventaja general.
Tal es la tesis expuesta por algunas de las personas consultadas por la Comisión de
Carnes al iniciar sus tareas.
2. FLUCTUACIONES DE LA OFERTA DE GANADO Y LOS PRECIOS
Al pensar en ese contralor de los embarques, se supone implícitamente que la oferta
de ganado posee un alto grado de plasticidad que permite a los frigoríficos adaptarla
a los requerimientos del mercado británico.
La observación más elemental de los hechos no comprueba ese supuesto. La oferta
de ganado varía continuamente. De un año para otro se alteran las cantidades
disponibles, según la mayor o menor amplitud que se hubiera dado a la cría desde tres
años antes y las condiciones climatéricas y sanitarias durante ese lapso. Dentro de un
mismo año, por otro lado, se presentan fluctuaciones de carácter más o menos
estacional, ligadas a la condición cambiante de los campos de pastoreo y a las va-
riaciones naturales del procreo en los distintos meses del año en que se inició la cría.1
En un régimen de libre concurrencia, el mercado absorbe los incrementos de la
oferta, bajo el acicate de precios más bajos: a mayor oferta, descenso de precios; a
menor oferta, ascenso de precios. Toda la oferta se dispone en esta forma, salvo la que
se sustrae del mercado, conservándola en previsión de mejores cotizaciones.
Aparte de estas fluctuaciones de carácter estacional, una gran cantidad de factores determinan
variaciones más o menos intensas en la oferta, en cortos períodos (semanales, mensuales). Los precios bajos
pueden provocar la precipitación de las ventas, en previsión de mayores descensos de precios. y los precios
altos, inducen con frecuencia, a los ganaderos, a retener sus novillos listos, en previsión de mayores
ascensos de los precios. Son fenómenos de pánico, en el primer caso. o de especulación, en el segundo, que
alteran la oferta en cortos períodos.
Por otro lado, no es raro que la oferta acuse congestión bajo la influencia de los compromisos
financieros de los hacendados.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
483
Pero en el caso del ganado, la retención voluntaria de una parte de la oferta, apenas
si puede realizarse dentro de muy estrechos límites. Pues aparte de las dificultades
físicas para hacerlo cuando los pastos escasean, preséntase el obstáculo de los gastos
inherentes a la operación, y el no menos importante de que la calidad del ganado
desmejora, su precio disminuye, y los riesgos aumentan, pasado un cierto límite de
tiempo.
·
Es por esto que las fluctuaciones de los precios del ganado están relacionadas
íntimamente a las variaciones de la oferta. Puede observarse este hecho en el gráfico
N9 1 ;* la línea gruesa representa las variaciones mensuales de la cantidad de novillos
comprados por los frigoríficos y la línea delgada los precios medios pagados durante
el período 1924-1927. No sabríamos decir si las compras absorben aproximadamente
la oferta del mercado, mes por mes. Si fuese así, el movimiento inverso de ambas líneas
parecería sefialar que cuando crece la cantidad de novillos ofrecidos, bajan las
cotizaciones y los frigoríficos compran más; y al contrario, cuando declina la cantidad
de novillos ofrecidos se elevan los precios y los frigoríficos restringen sus
adquisiciones.2 Como es lógico, las variaciones de las compras determinan el movi-
miento de la faena en los frigoríficos, y éste, a su vez, se refleja sobre las importaciones
británicas, por medio de nuestros embarques. La marcada influencia que tales variacio-
nes tienen sobre los precios en Smithfield, puede apreciarse en el gráfico N9 2. La línea
gruesa representa la faena de novillos en los frigoríficos de la República Argentina; y
la línea delgada, las variaciones de los promedios mensuales de precios de la carne va-
cuna chilled en el mercado de Smithfield, dos meses después de la faena en la Ar-
gentina. Por ejemplo, en el gráfico comparamos la faena de novillos en el mes de enero
de 1926 con el promedio de precios en Smithfield en el mes de marzo del mismo afio.
Es bien fácil observar-excepto en muy pocos casos-que cuando aumenta la faena
de novillos en la Argentina, disminuyen los precios de la carne chilled en Smithfield,
Los datos sobre las compras conesponden al peso global de los novillos oomprados mensualmente
por los frigoríficos en Liniers, las estancias y otros mercados.
Los datos sobre precios resultan de dividir el valor total de las compras de novillos reafü:adas
mensualmente por los frigoríficos, por el peso global en kilos, de los novillos comprados. Se trata, pues,
de m promedio aribnético de precios, ponderado de acuerdo a las cantidades compradas de cada clase de
novillos.
Con el fin de hacer más claro el gráfico, las cifras de las compras y los precios fueron suavizadas
mediante promedios encadenados trimestrales, cuyo cálculo se efectúa promediando las cifras de cada mes
con la que le precede y le sigue.
La necesidad de comparar variaciones de hechos de magnitud tan diferente, se satisface con el conocido
procedimiento de los números indicadores, que expresan tales variaciones en relación a una base fija. En
el presente caso, esta base está constituida por el promedio mensual de los doce datos conespondientes al
año 1924; el promedio fue igualado a 100 y de acuerdo a esta igualdad se calculó el número indicador
correspondiente a cada mes.
Las cifras originarias de las compras y los precios, entre enero de 1924 y diciembre de 1926 fueron
tomadas de los informes semanales de la División de Contralor de Comercio de Ca.nes del Ministerio de
Agricultura. Desde enero de 1927 fueron elaborados directamente por la Oficina de Estadística de la
Sociedad Rural Argentina.
* N. del &l. Los gráficos 1, 2 y 4 no se publican por no disponer de originales legibles para su
reproducción.

484
RAÚL PREBISCH
dos meses después: y cuando baja la faena, suben tales precios, después del mismo
intervalo.3
Las variaciones en el volumen de la faena se manifiestan inmediatamente sobre los
embarques, en razón de la naturaleza perecedera del chilled, y estos embarques. a su
tiempo, transfórmanse en las importaciones en el mercado británico, cuya influencia
sobre los precios es muy acentuada, como se verá más adelante.
A través del proceso recién descripto las fluctuaciones de la oferta de ganado en
nuestro país, repercutirían sensiblemente sobre los precios del chilled en el mercado
británico.
Por modo que uno de los requisitos esenciales para que el Pool llegase a estabilizar
los precios en Smithfield, consistiría en regular los embarques con prescindencia de
aquellas fluctuaciones naturales de la cantidad de novillos ofrecidos.
Pero ello traería inevitablemente la dislocación de nuestro mercado, en virtud de la
falta de plasticidad de la oferta. Las empresas combinadas introducirían por su propio
arbitrio un factor de perturbación, tanto más grave cuanto menores fuesen las compras
(es decir, los embarques regulados) en relación a la cantidad de novillos ofrecidos.
En efecto, esa parte sin absorber, ese sobrante o exceso de oferta gravitaría casi
exclusivamente sobre nuestro consumo interno, ya que los embarques limitados
habrían tornado inelástica la demanda para la exportación. El descenso consiguiente
de los precios sería más intenso que en un régimen de libre competencia, en que las dos
demandas (para la exportación y consumo interno) que se ejercitan sobre nuestra oferta
son elásticas, esto es, se expanden bajo el estímulo de cotizaciones más bajas.
Quedaría, sin embargo, la alternativa de preparar carne congelada o conservada con
el exceso de oferta de novillos chilled sobre los requerimientos de un plan regular de
embarques. La circunstancia de que tales carnes pueden almacenarse por tiempo
considerable, facilitaría la transformación de una oferta irregular de ganado en una
oferta regular de carne. Es obvio, sin embargo, que esa transformación de novillos
chilled en carnes de inferior calidad y precio, entraiiaría un inconveniente económico,
agravado por el descenso de las cotizaciones de tales carnes en razón del crecimiento
de su oferta en la Gran Bretaiia.
3. IRREGULARIDAD DE LOS EMBARQUES ANTES Y DESPUÉS DEL POOL
Sea de ello lo que fuere, la Conferencia podría regular los embarques en la forma
que reputase más conveniente en desmedro del buen funcionamiento de nuestro
mercado. Lo que no significa que así conseguiría la estabilidad de los precios británicos
Los datos sobre faena, se refieren al peso global de los novillos sacrificados mensualmente por los
frigoríficos. Fueron tomados de las fuentes ya citadas.
Los datos sobre precios en Smithfield son promedios mensuales calculados con los precios diarios que

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMEROO DE CARNES
485
del chilled por cuanto éstos dependen también de Ja demanda: y Ja demanda escapa a
todo sistema de contralor, como no sea el racionamiento forzoso de los individuos.
Pero si el Pool decide no dislocar el mercado argentino en Ja fonna indicada no tiene
otro camino a seguir, que el trazado espontáneamente por la libre concurrencia: a saber,
la adaptación de los embarques de carne chilled a las variaciones de Ja oferta de ganado.
Si bien es cierto que en tal caso no puede evitarse en Smithfield las fluctuaciones
de los precios provenientes de aquellos movimientos de la oferta, no deja de ser posible
que el Pool contribuya a suavizar las bruscas alzas y bajas determinadas por los envíos
desordenados.
Por ejemplo, si en nuestro país la oferta de ganado fuese creciente, los embarques
deberían seguir necesariamente la misma dirección. En un régimen de libre competen-
cia en que cada frigorífico embarca independientemente, los envíos se realizan en
forma muy irregular. En cambio Ja Conferencia, al coordinar la acción de las empresas,
podría conseguir embarques escalonados con un ritmo más regular; esto, aparte del
efecto sobre los precios, permitiría un mejor aprovechamiento de las bodegas maríti-
mas. Para que el Pool pudiese realizar con acierto este ordenamiento de los envíos sería
necesario tuviese los medios para prever con algunas semanas de anticipación el estado
de la oferta en el mercado, y al mismo tiempo contase con un eficiente ajuste de la
capacidad de las bodegas a las necesidades calculadas. Si tal cosa ha sucedido o no en
lo pasado, se verá en seguida.
Ocurre indagar, entonces, hasta qué punto el Pool disuelto en 1925 logró ejereer
influencia estabilizadora en el mercado de carnes.
Ante todo, analizaremos el curso de los envíos semanales de carne chilled efectua-
dos por los frigoríficos de Ja Argentina, valiéndonos de las cifras sobre el número de
cuartos exportados, compiladas por Ja Review of the River Plate, pues las estadísticas
oficiales no publican datos referentes a las semanas.
Con dichas cifras hemos construido el gráfico N2 3, correspondiente al período
1921-1927. La línea delgada sumamente irregular indica las variaciones de los embar-
ques de chilled, semana por semana. Es fácil comprobar que tales variaciones son
continuas y muy intensas, tanto en los ai'los del Pool, como después de su ruptura en
mayo de 1925.4
publica elMeatTradelournal; y desde elmesdemayode 1927, de acuerdo con la información cablegráfica
recibida directamente por la Sociedad Rural Argentina.
Precisa advertirse que el lapso de dos meses, en que se manifiesta la relación entre precios y faena no
es necesariamente el período real; éste podría ser menor. Pero como solamente se dispone de una estadística
mensual de la faena, no se ha podido tomar otra unidad de tiempo que el mes. El carácter de los datos
estadísticos ha obligado, asimismo, a tomar la faena de todos los novillos, en lugar de ceñimos a los de tipo
chilled. Pero a pesar de estos defectos, las correlacimes sm evidentes.

Las variacimes de los embarques, en los primeros años del gráfico, son más pequeñas en magnitud
absoluta que en los años siguientes. Su intensidad, sin embargo, no es menor, si se tiene en cuenta que tales
variaciooes en los primeros años, se refieren a un nivel medio de embarques muy inferior al nivel medio
de los años posteriores.

486
RAÚL PREBISCH
A través de las fluctuaciones de los embarques semanales, nótase tendencia
crecientes o decrecientes, que hemos despejado mediante un promedio encadenado,
cuyo cálculo se efectúa como sigue: la cifra de cada semana se promedia con las cifras
de las dos semanas anteriores y las dos posteriores. La línea gruesa de nuestro gráfico,
trazada con los promedios encadenados, representa, pues, aquellas tendencias crecien-
tes o decrecientes de los embarques una vez eliminadas las fluctuaciones semanales.
De la observación del gráfico durante y después del Pool parecería desprenderse que
esta combinación de empresas ni logró ordenar los embarques semana por semana
(línea delgada) ni consiguió, tampoco, eliminar las ondulaciones relacionadas proba-
blemente a los movimientos de la oferta (línea gruesa) si es que en realidad se propuso
tales objetivos.
Por el mismo método de su construcción, la línea gruesa de promedios encadenados,
aminora apreciablemente las variaciones de la línea delgada: tal es, en forma esquemá-
tica, lo que quizá pudiera realizar un Pool que consiguiese prever con acierto la oferta
de ganado en la Argentina, y disponer a la vez de la flexibilidad necesaria en el
suministro de las bodegas, según hemos expresado anteriormente.
4. CORRELACIÓN ENTRE IMPORTACIONES DE CHILLED Y PRECIOS EN SMI1HFIELD
Para averiguar con cierta precisión la influencia de los embarques de chilled
argentino sobre las cotizaciones del chilled en Londres, precisaría disponerse de cifras,
también semanales, sobre las importaciones en que aquéllos se manifiestan en el
mercado británico. Pero como el Board of Trade publica sólo cifras mensuales de las
importaciones, hemos debido conformarnos con ellas, tomándolas desde el año 1921
hasta 1927.
Para comparar los movimientos de estas cifras con las cotizaciones en Smithfield, 5
hemos calculado dos series de números indicadores con base en 1924, representándo-
las, asimismo, en el gráfico N2 4.
En este gráfico se comprueba que la línea gruesa, que refleja la marcha de las
importaciones, tiene en general un movimiento inverso al de la línea delgada con
puntos, que pone de manifiesto el andamiento de los precios; o en otros términos,
cuando aumentan las importaciones descienden los precios, y cuando aquéllas dismi-
nuyen, éstos ascienden.
Es que las importaciones de chilled representan fielmente la oferta de este artículo,
por cuanto su carácter det~ora1'le no permite prolongar su almacenamiento. Y esta
oferta gravita sobre el mercado de Smithfield, cuya libre organización ha sido
Los promedios mensuales de estas cotizaciones se. calcularon con los precios diarios que publica
el Meat Trade Journal.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
487
comprobada por las diversas Royal CommissionS'que indagaron el comercio de carnes
en la Gran Bretafia. Trátase, en efecto, de un mercado en que compradores y vendedores
actúan sin restricciones, de tal suerte que los precios reflejan fielmente los factores que
influyen sobre la oferta y la demanda de las carnes.
Con respecto al período 1924-1927, ya hemos sugerido, en páginas anteriores, que
la correlación inversa entre la faena mensual de novillos en la Argentina y los precios
del chilled en Smithfield, dos meses después, se establecía a través de los embarques
de nuestro país "f de las importaciones de dicha carne en el mercado británico.
El gráfico que acabamos de comentar comprueba ampliamente este aserto al
descubrirnos la influencia de las importaciones sobre los precios. Y al mismo tiempo
nos señala en forma inequívoca: a) que esta influencia se nota bajo el régimen de Pool
y bajo el de libre competencia; y b) que las variaciones de las importaciones y la
inestabilidad de los precios son muy acentuadas en uno y en otro caso, sin que se
observe entre ambos ninguna diferencia sustancial.
5. VARIACIONES SEMANALES DE LOS PRECIOS EN SMITHFIELD Y LINIERS
La inestabilidad de los precios en Smithfield, por otro lado, se disimula en parte en
los promedios mensuales. Nos aproximamos mejor a la realidad, considerando cifras
semanales. Es lo que hemos hecho en el gráfico Nº 5 en que además presentamos las
variaciones de los precios en el mercado de Liniers.7 La línea gruesa representa las
cotizaciones semanales de una libra de carne chilled en Smithfield, traducidflS a nuestra
First Report of the Royal Commission on F ood Prices, Londres, 1925. En la traducción efectuada
por el Ministerio de Agricultura (cir. N2 490) se expresa: "Todas las manifestaciones que hemos recibido
nos sugieren que sería completamente imposible la fijación de precios (to dictate prices) en el mismo
Smithfield; y no hemos recibido, de los minoristas de Londres, manifestación alguna que indique que todos
los importadores en Smithfield coticen los mismos precios al mismo tiempo, tal cerno sucede en los
mercados provinciales, según los minoristas.
"En tanto cuanto podemos juzgar, el mercado central de Londres es un mercado sumamente sensible,
sujeto a fluctuaciones de precios de día en día y de hora en hora, de acuerdo con la variación continua de
las condiciones de la oferta y la demanda, no sólo en Londres, sino a través del país e indirectamente, en
efecto, a través del mundo."
Las cotizaciones semanales en Smithfield, provienen de la misma fuente que las mensuales. Los
peniques en que están expresadas, fueron reducidos a pesos moneda nacional, de acuerdo al cambio real
y al cambio par, con el fin de facilitar las ccmparaciones. En el gráfico, los precios al cambio real están
representados por la línea gruesa y los calculados al cambio par, por la línea delgada; de tal suerte que la
superficie rayada, comprendida entre ambas, corresponde a la diferencia de cambio.
En cuanto al mercado de Liniers, hasta abril de 1924 en que entra en vigor la Ley de Peso Vivo, hemos
tomado las cotizaciones de la libra de carne limpia de un novillo mestizo especial para frigorífico, de
acuerdo a publicaciones de la casa Tomás Devoto y Cía. A partir de la vigencia de la ley mencionada, nos
hemos valido de las cotizaciones publicadas en los informes de la División de Contralor del Cdmercio de

488
RAÚL PREBISCH
moneda de acuerdo al cambio real; y la línea delgada expresa las mismas cotizaciones,
pero convertidas al cambio par; de tal suerte que la superficie rayada entre ambas líneas
corresponde a las diferencias de cambio.
La línea con puntos se refiere a las cotizaciones de una libra de carne limpia de un
novillo chilled en el mercado de Liniers.
La observación del gráfico nos seiiala en forma concluyente: que durante el Pool
como la libre competencia entre las empresas. las variaciones de los precios semanales
en Smithfield son continuas y de gran amplitud; lo mismo sucede con las cotizaciones
en Liniers, salvo que la intensidad de sus movimientos es inferior a la que presentan
las cotizaciones en aquel mercado.
Con lo que se demuestra claramente. al menos en el período observado, que el Pool
disuelto en 1925 no tuvo sobre las cotizaciones del chilled. en forma perceptible, la
influencia estabilizadora que suele atribuírsele.
Probablemente, las importaciones semanales del chilled en la Gran Bretaña, de cu-
yas cifras carecemos, acusan fluctuaciones de idéntica naturaleza que las de nuestros
embarques semanales, representados en el gráfico Nº 3, como se recordará. Si ello
fuese así, la línea de los precios semanales en Smithfield, recién presentada en el
gráfico N2 5 tendría variaciones menos bruscas y acentuadas que la línea de las
importaciones.
Este hecho podría obedecer a que las importaciones semanales no representan la
oferta semanal tan fielmente como las importaciones mensuales representan la oferta
mensual, en razón de la posibilidad de conservar el chilled entre una semana y otra y
la imposibilidad de hacerlo de mes a mes.
De tal suerte que el almacenamiento de ese producto, en cortos períodos, contribui-
ría a suavizar los precios, que, de otro modo, se resentirían con mayor fuerza de las
intensas fluctuaciones de los embarques argentinos.
6. EL POOL Y LA NIVELACIÓN DE PRECIOS EN NUESTRO MERCADO
Terminamos de ver la marcada influencia de las importaciones sobre los precios en
Smithfield, cuya estabilidad no podría conseguirse sin regularizar nuestra oferta de
ganado, aparte de lo ya expresado sobre la demanda.
En cuanto a la nivelación de los precios en nuestro mercado, es evidente, de acuerdo
a las consideraciones formuladas en otro lugar, que las empresas combinadas están en
condiciones de asegurar un nivel más o menos constante de valores, tanto en los
Carnes del Ministerio de Agricultura de la Nación. Como estas últimas cotizaciones se refieren al kilo vivo
de carne, hemos debido reducirlas a carne limpia, considerando que el rendimiento de esta última es de 60%,
de acuerdo a la cifra suministrada por aquella División.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
489
períodos de abundancia, cuanto en los de escasez, por lo mismo que bajo su arbitrio
queda el establecer los precios que les plazca, dentro de ciertos límites mencionados
más adelante. Nada impediría, por lo tanto, que los frigoríficos establezcan ese nivel
a la máxima altura posible, en favor de los ganaderos, como no sea su propósito,
fácilmente realizable, de obtener ganancias superiores a las normales en industrias de
análogo riesgo.
CAPITULO 11. OTRAS PROYECCIONES ECONOMICAS DEL POOL
l. SUPRESIÓN DE LA COMPETENCIA
Aparte del presunto contralor de los envíos, el Pool tiene sobre el mercado interno,
proyecciones que tocan muy de cerca los intereses ganaderos.
En un régimen de libre concurrencia entre los compradores, los precios que
permiten ganancias excesivas son transitorios. En efecto, el alto beneficio resultante
por novillo, estimula a cada empresa a comprar el mayor número posible de cabezas
con el fin de aumentar el volumen total de sus ganancias. La competencia tómase
activa. se acentúa la demanda, y los precios del ganado tienden a subir hasta el nivel
máximo compatible con ganancias normales.
Por cierto que los compradores no prefieren estos precios altos; pero si se resisten
a pagarlos. otros se llevan aquella parte de la oferta que los primeros hubiesen deseado
adquirir.
'
El desacuerdo en la demanda constituye la característica esencial de un régimen de
libre competencia, pues de él proviene el único impulso que eleva automáticamente las
cotizaciones, pese a la voluntad de los compradores.
Bajo un régimen de Pool, cada una de las empresas conoce exactamente la cantidad
de ganado que necesitan adquirir las demás, según la distribución predeterminada de
un volumen dado de embarques de carne chilled. Ninguna teme, por lo tanto, verse
privada de la parte de la oferta que le corresponde por convenio, ni trata, mucho menos,
de extender la magnitud de sus compras, salvo que decida romper el pacto.8
Es muy posible que los embarques fijados para una-determinada semana, requieran una faena de
novillos chilled superior a la oferta. Ignoramos cuál sería la actitud del Pool en esa emergencia. Podrían
plantearse <los casos extremos:
a) Que cada frigorífico disputase la oferta a los demás con el fin de evitar el falso flete consiguiente
al embarque de una cantidad de carne inferior a la capacidad de bodegas asignadas, en la semana, al

490
RAÚL PREBISCH
Al concertarse, por este modo indirecto, el acuerdo en la demanda, cesa práctica-
mente la competencia; los frigoríficos pueden imponer bajos precios, si así lo desean;
y los ganaderos se encuentran compelidos a recibirlos, toda vez que no prefieran
quedarse indefinidamente con su hacienda.
En otros términos, bajo la libre competencia, en frente a una determinada oferta de
ganado, cada uno de los compradores trata de adquirir para sí la mayor cantidad posible
de esa oferta, pues cuanto más grande es el volumen de sus negocios. tanto mayor
resulta el beneficio total; de ahí que sobre esa oferta se ejercite una demanda intensa
que tonifica los precios. Bajo un régimen de entendimiento, por otro lado, y frente a la
misma oferta determinada. ningún comprador trata de comprar una porción mayor que
la correspondiente por el pacto; y no tiene motivos para apresurarse en sus operaciones,
pues si llega el último, tiene su lugar reservado, de acuerdo al porcentaje que se le
asigna; de ahí que sobre esa oferta se ejercita una demanda suave que afloja los precios.
La libre concurrencia constituye una garantía para compradores y vendedores, por
cuanto regula automáticamente los precios, sustrayéndolos a la voluntad de unos y
otros. El Pool de una de las partes destruye esa garantía, y entrega a la voluntad de los
compradores combinados la posibilidad de establecer precios que les permitan
ganancias excesivas de carácter monopolista.
2. RESTRICCIÓN ARTIFICIAL DE LOS EMBARQUES
El gráfico Nº 4, que abarca un período de siete años, nos ha revelado claramente que
los precios del chilled en Smithfield varían inversamente a las importaciones.
Tales importaciones, como es sabido, proceden en su mayor parte de la República
Argentina.
Es evidente, por lo tanto, la posibilidad que se ofrece al Pool de restringir los
embarques de carne chilled, aun cuando nuestra oferta permanezca constante o
aumente, con el fin de obtener mejores cotizaciones en el mercado británico.
frigorífico en cuestión: habría. pues, competencia, y los precios tenderían a subir hasta que, en las semanas
siguientes se llegara a una situación en que las bodegas no superasen la oferta.
b) Que el Pool distribuyese el falso flete entre los frigoríficos, proporcionalmente a las cuotas de los
embarques con el fin de evitar la competencia intermitente del primer caso; si los frigoríficos se contentasen
con la oferta existente, no tendrían por qué subir los precios: pero si quisiesen estimularla o evitar su
retraimiento tendrían que ofrecer el incentivo de mejores cotizaciones.
La ocurrencia de desequilibrios como el anotado, obedece a la imperfecta previsión de la oferta y la
deficiente adaptación de las bodegas. Pero si, en este sentido, la perfección es muy difícil de : lcanzar, no
debe olvidarse que los frigoríficos podrían aminorar esos desequilibrios al fijar los embarques abajo del
nivel probable de la oferta.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
491
En la Argentina, la menor demanda de novillos para la exportación tendería a
congestionar el mercado y a rebajar los precios.9
Tal fenómeno determinaría la absorción gradual del exceso de oferta por nuestro
consumo interno.
Esto no significa que el sobrante de novillos chilled habría de ser entregado
directamente a nuestro consumo. Lo más probable es que ocurriese un fenómeno de
desplazamiento de las categorías superiores de hacienda vacuna a las inferiores, hasta
llegar al consumo. El exceso de novillos chilled, pendería sobre los novillos gordos,
sustituyéndolos en la preparación de carne congelada, y éstos, a su vez, desplazarían
los novillos de calidad inferior hacia el mercado de consumo interno.
Por medio de la restricción de los embarques, los frigoríficos conseguirían el
ascenso de los precios en la Gran Bretaña, en desmedro de los consumidores y su
descenso en la Argentina a costa de los productores. Si bien el problema se complica,
siempre que, al disminuir el volumen de las faenas, se recargaría probablemente el
costo de transformación del novillo en carne chilled.
Como quiera que la tendencia creciente del costo obligase al Pool a no transponer
ciertos límites en la restricción voluntaria de los embarques: la posibilidad de realizar
esta operación pone en descubierto un aspecto fundamental de la acción del Pool como
entidad monopolista.
3. COMPE1ENCIA DEL CONSUMO IN1ERNO
Hemos expresado que, en un régimen de Pool, los frigoríficos están en condiciones
de pagar precios más bajos que los correspondientes a un estado de libre competencia.
Terminamos de ver, por otro lado, que toda vez que las empresas, al restringir los
embarques de chilled provocasen la congestión de nuestro mercado, los precios
descenderían, determinando la expansión del consumo interno.
Por consiguiente, cuando los frigoríficos combinados resolviesen pagar cotizacio-
nes más bajas por los novillos chilled, sin que hubiera mermado la oferta, el consumo
interno entraría a participar en dicha oferta. Ello habría de realizarse por un desplaza-
miento de ganado, inverso al considerado anteriormente, desde las categorías inferio-
res hasta las superiores.
Las empresas sólo conseguirían, por lo tanto, un volumen menor de oferta, al
aumentar el consumo interno su participación en la misma.
Sin embargo, pareciera que hasta un cierto límite, aquéllas podrían seguir compran-
Existe congestión toda vez que la oferta excede a la demanda, en un detenninado nivel de precios,
ya sea por el aumento de la primera, por la disminución de la segunda, o por ambos factores a la vez. La
congestión de la oferta representa un estado en que la demanda sólo se extiende y absorbe el exceso de
aquélla, cuando se le ofrece el incentivo de precios más bajos.

492
RAÚL PREBISCH
do la misma cantidad de hacienda. Bastaría que se cuidasen en no rebajar los precios
de los novillos tipo chilled y congelado hasta el nivel de cotizaciones de las categorías
superiores de animales para el consumo argentino, con el fin de evitar la competencia
de este último.
Pero hasta llegar a ese límite, los frigoríficos habrían tenido oportunidades suficien-
tes para derivar beneficios sustanciales.
Si los gustos y el poder adquisitivo de nuestra población permitiesen el consumo
normal y corriente de los novillos que hoy se dedican a la exportación, es evidente que
la competencia interna comenzaría a obrar en ocasión de todo descenso de precios. sin
necesidad de que éstos alcanzasen el límite susodicho.
4. PRECIOS, COSTOS Y ARRENDAMIENTOS
Si bajo un régimen de libre concurrencia. debido al exceso de oferta o a la
declinación de la demanda, el precio del ganado resulta ser inferior al costo de
producción corriente. el mercado tiende a restringir la producción. pues nadie encuen-
tra interés en producir cuando falta el incentivo de precios que, por lo menos
compensen el costo, incluido en éste el interés de los capitales invertidos y la
remuneración normal del productor por su trabajo. Esta tendencia es tanto más rápida
cuanto menor es la cantidad de productores recalcitrantes y de aquellos otros cuyo
ganado sigue gravitando sobre la oferta en virtud de artificios bancarios.
Es así que al cabo de un cierto tiempo, la oferta de ganado es menor y los precios
suben, siempre que durante este proceso no se haya alterado apreciablemente la
demanda. Merced a los movimientos de la oferta, por lo tanto, los precios oscilan
alrededor del costo de producción. Si descienden más abajo de éste. la producción se
restringe, la oferta se contrae y las cotizaciones repuntan; si ascienden más arriba del
costo, la producción se expande bajo el estímulo de las ganancias. la oferta aumenta y
las cotizaciones decrecen.
Fuera de que en la realidad suelen sobrevenir, durante este proceso, perturbaciones
que afectan con mayor o menor importancia su curso normal, el problema así
presentado, dista mucho de estar resuelto, puesto que al expresar que los precios del
ganado tienden a nivelarse con el costo de producción, se olvida que éste es una
cantidad variable que depende, a su vez, de aquellos precios y de los precios de los
otros productos agropecuarios.
En efecto, en el costo individual de producción se incluyen las suma'> pagadas por
arrendamiento del campo; y el arrendamiento que un productor se inclina a pagar, está
ligado estrechamente al precio que espera obtener por los productos de la tierra.
La elevación de los precios del ganado estimula el ascenso de los arrendamientos
y por lo tanto del costo de producción de los novillos.
De idéntico modo al bajar los precios más allá del costo, disminuye la demanda de
campos en razón del retraimiento ya aludido de los productores, y los arrendamientos,

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
493
y el costo de producción por lo tanto, tienden a descender debido al decrecimiento de
aquellos precios.10
Por manera que, cuando el mercado llega a un desequilibrio en que las cotizaciones
son inferiores al costo, la oferta tiende a restringirse, y los precios a subir, por una parte
y el costo a disminuir por otra. De tal suerte que tales tendencias dirigen el mercado
hacia un nuevo punto de equilibrio entre el precio y el costo. situado sin embargo, en
un nivel más bajo que el del equilibrio precedente. Todo ello mientras no intervengan
otros elementos de perturbación.
Uno de los factores del reajuste consiste, pues, en el descenso de los arrendamientos,
o sea, de la renta del suelo derivada de la producción de ganados.
5. EL POOL y LA RENTA DEL SUELO
Si desde el punto de mira individual la renta del suelo se considera entre los gastos
de producción, encarada desde el punto de vista general, es pura y simplemente una
ganancia neta que la economía nacional obtiene de la posesión de la tierra.
El nuevo punto de equilibrio entre precio y costo, significa, por consiguiente, una
pérdida colectiva, cuyo significado debemos despejar en dos casos generales.
Si el descenso de los precios del ganado se debe a la acción espontánea de los
factores del mercado internacional, aquella pérdida es inevitable y cuanto antes se
reconozca su carácter de tal, sin la vana tentativa de sustraerse a ella, tanto mejor para
la producción general, que reanuda sus actividades a un nivel más bajo, pero de
menores riesgos.
Al hablar de la tendencia de los arrendamientos a bajar, debe tenerse en cuenta, como en todo
fenómeno económico, la posibilidad de que intervengan factores que la debiliten o contrarresten.
Por ejemplo, podría ocurrir que aquella tendencia determinada por el descenso de los precios del
ganado, coexistiese con un movimiento ascendente de las cotizaciones de productos agrícolas. tales como
el trigo, maíz y lino, que compiten con el ganado en la demanda de campos. El nuevo precio de los
arrendamientos dependería de la acción concurrente de ambas tendencias expuestas. Es claro que, bajo el
estímulo del incremento de precios de los productos agrícolas, los arrendamientos hubiesen subido con
mayor intensidad si no había disminuido el valor de los ganados. No se altera, pues, lo fundamental de
nuestro razonamiento en el texto.
Asimismo, puede suceder, a pesar de la baja en las cotizaciones del ganado y la estabilidad de los
precios de los otros productos agropecuarios, que los arrendamientos de campos ganaderos no acusen
tendencia a descender de inmediato. Tal fenómeno se presentaría en un caso de producción excesiva, si los
ganaderos juzgasen conveniente no liquidar sus haciendas. También acaecería cuando, por un lado hubiera
disminuido la demanda de campos de cría, en razón de las bajas cotizaciones, mientras que por otro hubiese
awnentado la de campos de invernada, debido a la conveniencia de esta operación. De hecho, los
invernadores podrían pagar altos arrendamientos a costa de los precios que reciben los criadores.
Fenón1enos como los anotados son transitorios, pues el correctivo se desarrolla espontáneamente, aun
cuando el crédito llegase a entorpecer el proceso de reajuste.

494
RAÚL PREBISCH
Pero si el descenso de precios se debe a la influencia de las empresas combinadas
la economía nacional experimentaría una pérdida en que no hubiese incurrido al
funcionar sin trabas la libre concurrencia.
De lo que recién hemos expuesto, se desprende que no plantean el problema en sus
términos cabales, los que giran constantemente en tomo al desequilibrio entre precio
y costo. No consideran por cierto que ese desequilibrio, en un régimen de libertad
comercial, es la advertencia que el mercado dirige a los productores para que dediquen
sus energías hacia actividades más provechosas: ni que el equilibrio, en un régimen de
Pool, es compatible con pérdidas considerables para la economía nacional.
6. EL POOL Y LA ADAPTACIÓN DE LA OFERTA
Ya hemos expresado que el descenso en los precios de ganado tiende a disminuir
los arrendamientos. Esta tendencia estimula el desarrollo de otras producciones que
compiten con la ganadería en la demanda de campos, mientras desanima las activida-
des ganaderas determinando el decrecimiento de la oferta.
En un régimen de concurrencia, la menor oferta provoca el ascenso de los precios,
en tanto que bajo la organización del Pool, los frigoríficos pueden seguir pagando los
mismos precios que antes.
En uno y otro caso, si las empresas desean que la oferta se expanda con el fin de
comprar mayores cantidades de ganado, deben ofrecer necesariamente precios más
altos. Sólo en esta forma se impulsa el retomo de las tierras, de aquellas otras
producciones, a las tareas ganaderas, o el recurso a nuevas tierras.
Pero la diferencia sustancial entre ambos casos estriba en que en un régimen de libre
competencia, cuando el mercado requiere una oferta más grande, los precios tienden
a subir hasta el máximo compatible con las ganancias normales (y algunas veces hasta
suelen sobrepasar este máximo), mientras que en un régimen de Pool, las empresas
frigoríficas están en condiciones de ofrecer incrementos de precios que no pasan de lo
estrictamente necesario para estimular la oferta. Y esta diferencia en la magnitud del
crecimiento es, precisamente, de carácter fundamental para los productores.
7. lNCÓGNIT AS SOBRE LOS PooLS
Las posibilidades del Pool de frigoríficos en nuestro mercado de haciendas,
equivalen, de hecho, a las de un monopolio. En este o aquel régimen, la obtención de
ganancias excesivas depende de la voluntad del comprador de ganado.
El monopolio. cuando no resulta de condiciones naturales o de la Ley, queda
expuesto a la concurrencia potencial, a la aparición de nuevas empresas competidoras.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
495
Pero al requerirse grandes inversiones de capital, el proceso de esa concurrencia es
lento, difícil y de grandes riesgos.
Mucho más inestable aun es la combinación de empresas en un Pool o Cartel, pues
ella no sólo depende de la concurrencia potencial de afuera, sino de la que está latente
en esas mismas empresas.
Trátase de entendimientos precarios que se desbaratan por el deseo de uno o varios
de los miembros de aumentar la proporción que les fuera asignada en el reparto de la
producción, las ventas o las exportaciones.
Y a este respecto, el Pool entre los frigoríficos de la Argentina tiene una historia
similar a la de otros Pools o Carteles industriales.
En efecto, en abril de 1913 la exigencia de uno de los frigoríficos de aumentar el
porcentaje de sus envíos, provocó la ruptura del primer Pool visible iniciado en nuestro
comercio de carnes en enero de 1912, después de la competencia áspera que sigue a la
irrupción de los frigoríficos norteamericanos.
El segundo Pool, que surge en abril de 1914, se disuelve en mayo de 1925, bajo
idéntica presión de otra de las compañías combinadas
Después de la ruptura de los Pools se desarrolla una intensa contienda entre las
empresas
En la guerra de precios de 1913, algunos frigoríficos, al solicitar la intervención del
Gobierno. manifestaron derivar fuertes pérdidas, mientras que las empresas norteame-
ricanas alegaron no tenerlas. Dos compañías tuvieron necesidad de fusionarse "clau-
surando uno de los frigoríficos para reducir gastos y continuar la lucha''. Al fin las
empresas norteamericanas lograron prevalecer sobre el resto, de tal suerte que en el
Pool de 1914 les correspondió el 58,5 % de los embarques, contra el 4135 % en el Pool
de 1912.11
Durante el último período de libre concurrencia activa, subsiguiente a la disolución
de 1925, ciertas empresas se quejaron insistentemente de su mala situación financiera.
Tres frigoríficos viéronse precisados a suspender sus operaciones y otros dos se
mantuvieron con embarques reducidos que hicieron temer su desaparición del merca-
do. La lucha parece haber terminado a favor de los dos núcleos de grandes empresa<>,
que habrían aumentado la proporción de sus embarques en desmedro de las pequeñas.
Estos hechos plantean incógnitas que la falta de informaciones directas no permite
despejar, pese a su indiscutible importancia para los productores.
Sería preciso conocer, si la mejor resistencia de unas empresas sobre las otras en el
desenvolvimiento de la contienda responde a su mayor capacidad financiera, o si radica
en más bajos costos de elaboración, o si se debe a la acción de ambas circunstancias.
La primera hipótesis se basa sobre el dato conjetural de que algunos frigoríficos
harían frente a las pérdidas en nuestro país, con las reservas constituidas o las ganancias
derivadas en el extranjero. De ser así, la lucha entre las empresas plantearía un caso de
los llamados de "concurrencia desleal", que haría suponer en las entidades que la
11
Datos tomados del artículo del señor Lino Landa jo, publicado en el informe de la Subcomisión de
Comercio Exterior de Carnes de la Sociedad Rural Argentina, pág. 144.

496
RAÚL PREBISCH
provocan, el deseo de resarcirse de las pérdida<> derivadas en la lucha y compensarlas
con creces, una vez realizado el entendimiento.
La segunda hipótesis descansaría en la suposición de que algunos frigoríficos
tienden a superar y desalojar del mercado a los otros. en virtud de que la gran escala
de sus operaciones y la eficiencia de su organización permite a los primeros alcanzar
un costo más bajo de elaboración.
8. LIBRE COMPETENCIA Y SELECCIÓN DE EMPRESAS
Si fuese cierto esto último, la reciente formación de un nuevo Pool habría
interrumpido un proceso de selección económica. al mantener con vida empresas
inferiormente equipadas
La subsistencia de tales empresas, por lo mismo que son débiles. parecería no tener
ventaja alguna para los productores de ganado. Es que el Pool. ya estuviese constituido
exclusivamente por grandes empresas, o ya incluyese las pequeñas junto a estas
últimas. estaría en idénticas condiciones para actuar sobre nuestro mercado como un
comprador monopolista, si así lo deseare.
Las grandes empresas. por lo mismo que son fuertes. tienen en jaque a las pequeñas.
Y no han de ser por cierto, estas últimas. si es que elaboran a costos superiores, quienes
habrían de pagar precios más altos. Como que. a más de los efectos directos sobre sus
balances, esta actitud suscitaría en las grandes empresas el propósito de aniquilarlas de
inmediato.
Y antes que una ventaja, la subsistencia de pequeñas empresas podría significar un
perjuicio para los ganaderos.
Puesto que, si sólo sobreviven las empresas más eficientes. el proceso de transfor-
mación de los ganados en carnes, en los frigoríficos, se realizaría a un costo unitario
más bajo.
Habría, pues. un margen entre costos y precios más amplio que el correspondiente
a un estado en que subsistiesen empresas inferiores. Que este margen se re11ejase en
mejores cotizaciones de ganado. dependería, como en todo caso bajo un régimen de
Pool, de la voluntad favorable de las empresas.
CAPITULO III. CONCLUSIONES
Hemos tratado de exponer algunos hechos salientes de nuestro comercio de carnes.
y de analizar sus consecuencias lógicas, evitando incurrir en consideraciones ajenas a
un trabajo objetivo.

EL RÉGIMEN DE POOL EN EL COMERCIO DE CARNES
497
De lo expresado en el curso de este infonne se desprende:
l. En los embarques de carne vacuna chilled de nuestro país se notan bruscas
oscilaciones, tanto bajo el régimen del Pool disuelto en 1925. como en el período de
libre concurrencia subsiguiente (gráfico Nº 3).
2. Las fluctuaciones de los precios de la carne chilled en los mercados de Smithfield
y Liniers son continuas y de gran amplitud bajo el Pool y bajo la libre competencia
(gráfico Nº 5).
3. Por lo tanto, el Pool no logra los propósitos. que se le atribuyen~ de ordenar el
volumen de nuestros embarques de carne vacuna chilled ni de estabilizar los precios.
4. La marcada influencia que las importaciones británicas de chilled tienen sobre los
precios de esta carne en el mercado de Smithfield {gráfico Nº 4) parecería comprobar
la afirmación de la Royal Commission on Food Prices. de que en dicho mercado rige
ampliamente la libre concurrencia.
5. Al combinarse en un Pool, los frigoríficos quedan en una situación de monopolio.
que podrían aprovechar para obtener ganancias excesivas. Cada una de las empresas
conoce la cantidad de novillos que deben comprar las demás, de acuerdo a la
distribución predetenninada de los embarques: cesa, pues, el desacuerdo en la
demanda, característico de la libre concurrencia, y los frigoríficos quedan en condicio-
nes de imponer precios bajos, si así lo desean.
6. Si el Pool decidiese restringir sus exportaciones de chilled al mercado británico:
conseguiría en éste más altas cotizaciones; en desmedro de los consumidores. y
congestionaría la oferta de novillos en nuestro mercado, a costa de los precios más bajos
que recibirían nuestros productores.
Así, las empresas combinadas, podrían restringir artificialmente las exportaciones
de chilled, hasta el punto de que obtuviesen el beneficio máximo, como en las
consabidas prácticas del monopolio.
7. El equilibrio entre el precio del novillo y su costo de producción en un régimen
de Pool, es compatible con pérdidas en la renta del suelo que la economía nacional
deriva en la producción de ganados.
8. Ignórase, por falta de infonnaciones directas, si las grandes empresas que resisten
mejor en la guerra de carnes producen a costo más bajo que las otras. Si fuese así, el
Pool interrumpiría un proceso de selección económica al mantener con vida empresas
menos eficientes; y la subsistencia de éstas no representaría ventaja alguna para los
productores de ganado. Más bien podría traducirse en su perjuicio. en ciertos casos.

41
ORGANIZACION DE LA OFICINA
DE INVESTIGACIONES ECONOMICAS* 1
l. INVESTIGACIONES ESTADÍSTICAS Y POLlTICA BANCARIA
La política bancaria de nuestra institución no ha de alcanzar su máximo de eficacia,
si no descansa en el conocimiento preciso de la realidad económica argentina.
Esa realidad se manifiesta en problemas cada vez más complejos. Y nuestra propia
experiencia.junto a la de países extranjeros, nos señala en la estadística, el instrumento
adecuado para despejar las incógnitas de aquellos problemas.
Interesa pues en alto grado al Banco de la Nación Argentina, promover las
investigaciones de estadística económica dando mayor amplitud y consistencia a su
Oficina de Economía, Fomento y Estadística, en concordancia con el extenso terreno
económico, sobre el que nuestro establecimiento desarrolla sus operaciones.
2. CARÁCTER DE LA ÜFICINA
Trataríase, por lo tanto, de una Oficina de Investigaciones e Informaciones
Económicas; y para su éxito es indispensable que se circunscriba a tales funciones. No
"
N. del &J. Revista Económica: 1, N2 1, agosto de 1928, págs. 3-5. Este memorándum fue escrito
por Raúl Prebisch, según testimonio del doctor Julio González del Solar, y no obstante la nota al pie
siguiente.
Memorándum presentado al H. D. del Banco de la Nación Argentina el 12 de marzo del año en
curso, porelseñor Presidente don Tomás E. de Estrada y el señor Director ingeniero Luis Duhau. Al aprobar
ese memorándum, el H. D. resolvió crear la Oficina de Investigaciones Económicas, dependiente de la
Presidencia; y por indicación del señor Estrada, designó los señores Directores ingeniero Luis Duhau y
doctor Carlos Indalecio Gómez para atender en forma permanente las cuestiones relativas a la organización
de la Oficina.

ÜFICINA DE INvEsTIGACIONES EcONÓMICAS
499
reputamos de ningún modo atinado que a una oficina de esta naturaleza se le asignen
funciones de gestión o política bancaria. Ella debe recoger y sistematizar informacio-
nes, analizarlas e interpretarlas, presentando al Directorio los elementos de juicio que
ha menester para el acierto de sus decisiones. Su acción debe terminar allí, pues. de lo
contrario invadiría, sin provecho alguno, las actividades que corresponden, natural-
mente, a las otras secciones del Banco. El nombre de Oficina de Economía, Fomento
y Estadística debe ser reemplazado por el de Oficina de Investigaciones Económicas
o de Economía y Estadística, suprimiéndose el término de Fomento, que nada tiene que
hacer con las tareas objetivas de investigación estadística. La decisión de si se debe o
no fomentar, corresponde a la política bancaria. determinada por el Directorio; y la
acción de fomento, compete justamente a la gerencia y su personal, que aplican las
decisiones de aquél. Insistimos sobre este punto, porque la armonía y cooperación entre
todas las secciones no se asegura si sus funciones no están claramente delimitadas.
3. INFORMACIONES CONFIDENCIALES Y PÚBLICAS
La Oficina deberá informar continuamente al Directorio, sobre la situación banca-
ria y monetaria, y el estado económico del país. Presentará sus datos en forma clara y
accesible, en cuadros estadísticos y gráficos, explicándolos convenientemente. Algu-
nas de estas informaciones, al ser destinadas exclusivamente a las autoridades del
Banco, conservarán un carácter confidencial. Otras informaciones, al mismo tiempo
que sirvan al Directorio podrán ser divulgadas en el público.
4. REv1sT A EcoNóMICA
Con respecto a éste último punto, todos nosotros hemos sentido la falta de una
publicación seria, con datos de fuente insospechable y prolijamente elaborados, que
nos presente las variaciones de la situación económica argentina en sus distintos
aspectos, y nos informe sobre las alteraciones más significativas de las economías
extranjeras, con las que mantenemos estrechas relaciones de intercambio.
El Banco de la Nación Argentina, que como ninguna otra institución del país,
abarca todo el panorama de nuestra economía, se encuentra en condiciones excepcio-
nales para llenar aquella necesidad mediante una Revista o Boletín mensual, análogo
al que publican las instituciones similares del extranjero. Tal sería una de las tareas
primordiales de nuestra Oficina, cuyos resultados podrían obtenerse en breve.

500
RAÚL PREBISCH
5. BARÓME1ROS ECONÓMICOS
En los últimos años, algunas instituciones muy serias del extranjero, comenzaron
a publicar sus barómetros económicos. Consiten éstos. en un análisis de los elementos
primordiales de la situación económica presente, con el fin de prever las variaciones
futuras. La elaboración de barómetros requiere la investigación minuciosa de series
estadísticas que abarquen por lo menos dos ciclos económicos, puesto que la previsión
de los barómetros se basa en la experiencia de tales ciclos.
El estudio de los ciclos requiere, por otro lado. algunas estadísticas bancarias y
económicas que no existen en nuestro país. Convendría, entonces, que nuestra Oficina
trate de recoger las estadísticas de que hoy carecemos, a la vez que comienza la
indagación de las series económicas retrospectivas.
6. INVESTIGACIONES ESPECIALES
Aparte de las informaciones de carácter sistemático y permanente, el Banco
requiere conocer ciertos hechos mediante estadísticas especiales. Con frecuencia se
presentará la necesidad de averiguar en detalle las condiciones económica<> y financie-
ras en que se desenvuelve tal o cual rama de la industria o el comercio; la Oficina
deberá. en tal caso, realizar encuestas o indagaciones especiales para informar con
rapidez al Directorio. Del mismo carácter serían las investigaciones sobre la distribu-
ción del ahorro. según la magnitud de los capitales. la ocupación, nacionalidad.
etcétera. de los que ahon-an; y muchas otras cuestiones interesantísimas para cuyo
estudio objetivo la Oficina deberá ir formando un personal capacitado.
7. CoNCEN1RACIÓN DE LAS ESTADÍSTICAS INTERNAS
Según las informaciones que hemos podido recoger, en muchas oficinas del Banco
se elaboran estadísticas que constituyen un valioso auxiliar de las tareas del Directorio.
Por cierto que la tarea específica de esas oficinas, no es la de compilar estadísticas; las
estadísticas, en tales casos. son subproductos de la contabilidad o de tareas administra-
tivas. Convendría analizar con minuciosidad la naturaleza de esas estadísticas y la
forma en que son compiladas con vistas a su centralización en la Oficina de Estadística,
o su coordinación a través de dicha oficina. No debemos olvidar que la elaboración de
estadísticas requiere una técnica especial, que no siempre se aplica con acierto cuando
las estadísticas son subproducto de actividades administrativas. Por otra parte, en los

OFICINA DE INVESTIGACIONES EcONÓMICAS
501
Estados Unidos, las máquinas estadísticas de compilación y tabulación (electromecá-
nicas), se prestan admirablemente a la centralización estadística. realizando el trabajo
con gran rapidez, exactitud y economía. Es muy posible que estas máquinas convengan
al Banco, pues nos permitirían. además. obtener con respecto a las operaciones de
nuestro establecimiento, una serie de detalles que sería muy engorroso y perjudicial
exigir a la contabilidad.
8. PERSONAL TÉCNICO
Aparte de la selección del director de la Oficina, la del personal técnico que haya
de secundarlo en sus funciones debe exigir el mayor cuidado. Se trata de una oficina
de investigaciones científicas, cuyas tarea"> sólo podrán ser confiadas a los que tengan
aptitudes e inclinaciones necesarias. Los estudios económicos recién comienzan a
efectuarse metódicamente en la Argentina, razón por la cual el Banco tendrá que formar
buena parte del personal técnico requerido. Para ello deberá seleccionar en las aulas
universitarias, aquellos jóvenes con vocación científica y ofrecerles en nuestra Oficina
un terreno en que dirijan sus esfuerzos hacia las finalidades inmediatas ya mencionadas
y encuentren a la vez los materiales de indagación objetiva de nuestros fenómenos
económicos.
Recordamos, a propósito, que el National City Bank of New York, tiene al frente
de su Oficina de Estadística a George Roberts, uno de los hombres de estudio más
destacados de los Estados Unidos; el Federal Reserve Board tiene en su Departamento
de Estadística, a estadísticos tan eminentes como C. Snyder y R. Burgess; y para no
citar otros ejemplos. la Oficina de Estudios Económicos del Banco de Francia, estuvo
a cargo del prestigioso economista Jules Decamps.
Concedemos a la organización de nuestra Oficina de Investigaciones, la mayor
trascendencia. Es por ello que creemos que mientras se trabaja en la nueva organización
de aquélla, dos miembros de este Directorio debieran atender en forma permanente
todas las cuestiones no comprendidas en las instrucciones que aquél diese al técnico
encargado de las tareas de organización.

42
RITMO DE CRECIMIENTO
DE LA ECONOMIA NACIONAL*
l. SERIES ESTADÍSTICAS
En este capítulo hemos tratado de presentar el ritmo de crecimiento de los factores
más importantes de nuestra economía nacional, en cuanto lo permiten las estadísticas
existentes.
La adopción de largos períodos en nuestras comparaciones gráficas responde al
propósito de encarar los fenómenos con amplia perspectiva, para no extraviarnos en el
cotejo de datos fragmentarios o en el análisis de informaciones de las que no ha sabido
desentrañarse el efecto de las fluctuaciones accidentales o de carácter cíclico.
La naturaleza de los datos de que disponemos nos ha obligado a dividir este capítulo
en dos partes. En una presentamos algunas series fundamentales de datos estadísticos
que se remontan al período de nuestra organización nacional, en que la afluencia del
capital y el esfuerzo extranjeros promueven el rápido desenvolvimiento de la riqueza
argentina.
Tales series son bien escasas y recién a partir de la primera década de este siglo
podemos interrogar nuestra realidad económica con mayor cantidad de elementos
estadísticos. Es lo que nos ha determinado a presentar, en otra parte, un conjunto más
nutrido de series estadísticas que, partiendo del año 1908, llegan hasta la actualidad y
abarcan las variaciones económicas de los últimos veinte alios.
Aparte de la presentación de los cuadros con las cifras absolutas de cada serie
estadística,. hemos trazado las variaciones de los fenómenos a que se refieren, en
gráficos de escala logarítmica. Poseen estos últimos la ventaja, muy apreciable en
nuestro caso, de que la misma distancia vertical implica en cualquier parte de las
curvas, idéntica intensidad o ritmo de crecimiento. En cambio, en el gráfico en escala
natural, la misma distancia vertical seiiala siempre igual incremento absoluto, aunque
* N. del Ed. Capítulo 1 de Anuario de la Sociedad Rural Argentina - Estadísticas económicas y
agrarias, Buenos Aires, Establecimiento Gráfico Luis L. Gotelli, 1928. Compilado bajo la dirección de
Raúl Prebisch, págs. 5-29

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1927.
- - - - - - - - - - - - - - - - - I R R E G U L A R I D A D DE LOS EMBARQUES BAJO LA LIBRE C O ! ' v ! P E T E N C I A - - - - - - - - - - - - - - - - _ .

RfrMO DE CRECIMIENI'O DE LA ECONOMfA NACIONAL
503
el crecimiento relativo que resulta sea diferente según el punto de la curva a que se
refiera.1
Otra ventaja por la que hemos adoptado el procedimiento logarítmico es que las
distintas curvas que en el gráfico se trazan pueden deslizarse de arriba hacia abajo y
superponerse libremente, desde que cada curva, al expresar variaciones relativas con
respecto a la misma curva, es independiente de las otras, y sólo tiene de común el hecho
de que la misma distancia vertical, en cualquier curva del gráfico o en cualquier parte
de una curva, refleja igual ritmo de crecimiento.
En una esquina de cada gráfico, hemos puesto una escala de crecimiento que facilita
la medición visual de las variaciones relativas de los fenómenos representados en las
curvas.
2. RITMO DE CRECIMIENTO EN EL PERÍODO 1865-1927
Con respecto al período 1865-1927, sólo disponemos de las siguientes series
estadísticas fundamentales, suministradas por la Dirección General de Estadística de
la Nación: población, comercio exterior, gastos públicos nacionales, deuda pública
nacional, inmigración, pasajeros transportados por los ferrocarriles, entradas brutas de
los ferrocarriles y carga transportada por los mismos. En el cuadro 1 se presentan los
valores numéricos absolutos de estas series y en los gráficos 1-6 comparamos sus
ritmos de crecimiento valiéndonos de la escala logarítmica.
3. RITMO DE CRECIMIENTO EN EL PERÍODO 1908-1927
Las principales series estadísticas que hemos podido conseguir para el período
1908-1927 se presentan en el cuadro Nº 2. Las cifras absolutas fueron transformadas
previamente en índices cuya base 100 en cada serie es igual al promedio anual de las
cifras de la misma serie en el quinquenio 1910-1914. Las cifras absolutas referidas
pueden consultarse en los distintos capítulos de este Anuario.
Para anali7.ar el desenvolvimiento de la economía argentina en los últimos veinte
Por ejemplo, en 1871 nuestro intercambio comercial fue de 73 millones de pesos oro, y en 1873,
de 121 millones: elcrecimiento absoluto fue de 48 millones, y el relativo de 65,7%; en 1897 el intercambio
fue de 199 millones y de 302 millones en 1899: el crecimiento absoluto fue de 103 millones, y el relativo,
de 51,7%. El gráfico en escala natural presenta los incrementos absolutos; el gráfico logarítmico, los
incrementos relativos: de ahí su ventaja en el presente caso, en el que nos proponemos destacar ritmos de
crecimiento.

504
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº l. Ritmos de crecimiento del comercio exterior
y la población
f Escala IOj!arítmica)
Las distancias verticales
700%
representan incrementos de:
600%
500%
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1865
1870
1875
1880
1885
1890 1895
1900 1905
1910
1915
1920
1925
(;ráfico Nº 2. Ritmo~ de crecimiento de los gastos públicos nacionales.
la población y el comercio exterior, 1865-1927
(Escala logarítmica)
700%
Las distancias verticales
representan incrementos de:
Comercio exterior
600%
500%
400%
300%_
200%
100%
50%
Población
1865
1870
1875
1880
1885
1890
1895
1900
1905 1910
1915
1920
1925

RITMO DE CRECIMlENTO DE LA ECONOMfA NACIONAL
505
Gráfico Nº 3. Ritmos de crecimiento de la deuda pública nacional,
la población y el comercio exterior, 1865-1927
!Escala IOj!arítmica 1
Las distancias verticales
Comercio Exterior
700º(•
representan incrementos de:
600%
500% 400%
300%
200%
100%
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Población
Gráfiro Nº 4. Ritmos de crecimiento del comercio exterior
~·la inmigración, 1865-1927
(Escala logarítmica l
700%------------------------.... --------,.....--------.,....--------....-~
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Las distancias verticales
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506
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 5. Ritmos de crecimiento del comercio exterior
y los pasajeros transportados por los ferrocarriles, 1865-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
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1865
1870
1875
1880
1885
1890
1895
1900
1905
1910
1915
1920
1925

RITMO DE CRECIMIENI'O DE LA ECONOM1A NACIONAL
507
Gráfico N11 6. Ritmos de crecimiento del comercio exterior,
la población, las entradas brutas de los ferrocarriles
y la carga transportada por los FF.CC., 1865-1927
(E'ieala l~arítmica)
Las distancias verticales
representan incrementós de:
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1875
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1910 • 1915 1920 1925

508
RAÚL PREBISCH
Gráfico NI! 7. Ritmos de crecimiento del volumen físico de la producción
agropecuaria, la población, el volumen físico de las exportaciones
y la carga transportada por los ferrocarriles, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
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RITMO DE CREOMIENTO DE LA ECONOMÍA NAOONAL
509
Gráfico N~ 8. Ritmos de crecimiento del área sembrada con cereales,
lino y alfalfa y la población, 1908-1927
(Escala loJ?arítm ica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
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510
RAÚL PREBISCH
Gráfico N!! 9. Ritmos de crecimiento del comercio exterior,
los cheques compensados, los billetes en circulación y los depósitos
y préstamos bancarios, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
200%
100%
Cheques compensados
80%
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40%
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Gráfico N2 5. Variaciones semanales del precio de una lib1
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---------------- --------------------LAS PRECIOS EN UN REGIMEN DE COMPETENCIA---------------------

RITMO DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
511
Gráfico Nº 10. Ritmos de crecimiento del nivel de precios agropecuarios
y los billetes en circulación, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos d e : - - - - - - - - - - - - . . . . . - - - - - - - - - - -
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Billetes en circulación
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Nivel de precios agropecuarios
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512
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 11. Ritmos de crecimiento del volumen físico
de la producción agropecuaria, la población
y los billetes en circulación, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
re~resentan incrementos de: -----1---------..----------~
100%
60%
80%
Billetes en circulación
40%
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RITMO DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMíA NACIONAL
513
Gráfico N11 12. Ritmos de crecimiento del valor
y el volumen físico de la producción agropecuaria
y el nivel de precios agropecuarios, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
200%
100%
. Valor de la producción
80%
60%
40%
20%
10%
Nivel de precios agropecuarios / \\
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1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 19241925 1926 1927

514
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 13. Ritmos de crecimiento de los gastos públicos nacionales,
el comercio exterior y la población, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticªles
representan incremeo~os_de_: - - - - - - - - - - - - . . - - - - - - - - . . - - - - - - ,
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Comercio .exterior
80%
60%
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Gastos públicos nacionales
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1908 1909191019111912 191319141915191619171918 1919 19ZO 192119221923 19241925 1926 1927

RITMO DE CRECIMIE.NTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
515
Gráfico N2 14. Ritmos de crecimiento de la deul,la pública nacional,
del comercio exterior y de la población, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
~~~~~~~~~.,.,..~-:'!"""
....... ~~~
...... ~~-.
100%
80%
60%
40%
20%
10%'
Comercio exterior
,,,,.~
"' __ _,,.
/
'
"" ,.....Deuda pública nacional
(consolidada y flotante)
-Población
190819091910 1911191219131914 1915 1916191719181919 19 19211922 1923 1924 1925192619 7

516
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 15. Ritmos de crecimiento de las quiebras comerciales
y el comercio exterior, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
200%
100%
80%
60%
40%
20%
I
¡\\
Quiebras
/
I \\
/
I \\
- - 1
\\
/
I
\\//
I
I
1
I
1
I
1
I
1
\\
/
\\
I
\\
1
I
\\
1..--'
\\
\\
\\
1908 1909 1910 :9'11191219131914191519161917 1918 1919 192019211922. 1923 1924 19251926 1927

RTIMO DE CREOMIENTO DE LA ECONOMÍA NAOONAL
517
Gráfico N!! 16. Ritmos de crecimiento de las ventas e hipotecas
de propiedades rurales y el comercio exterior, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Las distancias verticales
representan incrementos de:
200%
~~~~~~~~~~~--~~~~~~~...-~---.
100%
80%
60%
40%
20%
j0%
/
//
J
-
.
Hipotecas de propiedades rurales
,
I
I
r..J
1/
1908 1909 1910 191119121913 1914 1915 191619171918 1919 1920 19211922 192319241925 19261927

518
RAÚL PREBrsCH
Gráfico N2 17. Ritmos de crecimiento del volumen del ahorro
y de las cédulas hipotecarias en circulación, 1908-1927
(Escala logarítmica)
Volúmen de ahorro
representan incrementos de:
200%
1
1
100%
80%
60%
40%
20%
10%
1.......-L-..J,.~~~~~
1908 1909 1910 191119121913 1914 1915 1916 19171918 19191920 1921 1922 1923 1924 19251926 1927

RITMO DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA NACIONAL
519
l. Series estadísticas sobre el crecimiento de la economía nacional
Gastos
Deuda
Pasajeros Entradas Carga
Comercio públicos pública
transpor-
brutas
trans.
Años Población exterior
nacion. nacional lnmi-
tados
de los
por los
(en miles (en miles (en miles grant es por los FF.CC. FF.CC.
de $oro) de$ oro) de$ oro)
FF.CC. (en miles (en mile s
(en miles) de$ oro) de tons.)
1865
1.587.101
56.411
22.517
11.767
748
563
72
1866
1.645.436
64.142
13.703
13.696
1.180
1.107
84
1867
1.706.159
71.988
14.110
17.046
1.648
1.537
129
1868
1.769.379
72.122
16.693
29.234
1.676
1.739
152
1869
1.836.490
73.645
14.953
37.934
1.908
2.074
206
1870
1.882.615
79.348
19.440
47.506
39.967
1.949
2.503
275
1871
1.936.569
72.626
21.166
84.265
20.933
2.507
3.078
286
1872
1.989.880
108.854
26.463
80.013
37.037
2.247
3.410
342
1873
2.045.028
120.832
31.025
78.480
76.332
2.742
3.773
443
1874
2.102.284
102.368
29.784
77.183
68.277
2.592
4.378
504
1875
2.161.639
109.633
28.568
82.877
42.036
2.597
5.179
661
1876
2.223.189
84.161
22.153
86.814
30.965
2.338
4.587
734
1877
2.287.005
85.213
19.925
82.231
36.325
2.353
5.175
721
1878
2.353.194
81.283
20.841
80.649
42.958
2.475
5.333
734
1879
2.421.827
95.721
22.523
77.739
55.155
2.606
5.903
812
1880
2.492.866
103.917
26.919
86.313
41.651
2.752
6.560
773
1881
2.585.040
113.644
28.381 107.076
47.484
3.329
7.095
957
1882
2.639.573
121.635
58.007 124.113
51.503
3.646
8.496
1.308
1883
2.716.836
140.644
44.831 128.047
63.243
4.069
10.633
1.918
1884
2.797.042
162.086
56.440 122.503
77.805
4.819
14.030
2.421
1885
2.880.111
176.101
40.515 113.382
108.722
5.587
14.299
3.050
1886
2.966.260
165.244
39.179 117.154
93.116
6.459
16.159
2.949
1887
3.056.835
201.774
48.205 141.718
120.842
8.199
19.517
3.844
1888
3.158.914
228.524
51.597 277.463
155.632
10.106
22.428
4.411
1889
3.265.577
254.715
55.771 295.160
260.909
11.104
19.584
6.642
1890
3.377.780
243.051
38.146 355.762
110.594
10.070
26.049
5.421
1891
3.490.417
170.427
33.665 370.104
52.097
10.820
20.962
4.621

520
RAÚL PREBISCH
Cuadro 1 (continuación)
Gastos
Deuda
Pasajeros Entradas Carga
Comercio públicos pública
transpor-
brutas
trans.
Años Población exterior
nacion. nacional Inmi-
tados
de los
por los
(en miles (en miles (en miles grant es por los FF.CC. FF.CC.
de$ oro) de$ oro) de$ oro)
FF.CC. (en miles (en miles
(en miles) de$ oro) de tons.)
1892
3.607.103
204.851
38.685 425.471
73.294
11.788
19.534
6.038
1893
3.729.105
190.314
38.047 427.807
84.420
12.843
21.821
7.169
1894
3.856.728
194.477
40.114 393.396
80.671
13.928
22.904
8.145
1895
3.956.060
215.164
48.506 401.864
80.989
14.573
26.394
9.650
1896
4.071.438
228.966
78.213 421.505
135.205
17.248
31.251
10.914
1897
4.233.907
199.458
61.010 438.283
105.143
16.411
28.293
8.981
1898
4.357.803
241.258 121.290 454.165
95.190
16.478
33.242
9.429
1899
4.477.897
301.768
76.631 548.931
111.083
18.015
41.306
11.819
1900
4.607.341
268.085
68.580 447.192
105.902
18.296
41.401
12.660
1901
4.740.758
281.676
69.919 443.743
125.951
19.689
43.866
13.988
1902
4.871.792
282.526
85.335 435.655
96.080
19.815
43.273
14.030
1903
4.976.137
352.191
78.473 426.407
112.671
21.025
53.569
17.025
1904
5.103.602
451.463
85.781 426.553
161.078
23.313
62.559
20.124
1905
5.289.948
527.998 141.705 384.437
221.622
26.636
71.595
22.410
1906
5.524.017
562.224 118.911 379.560
302.249
34.194
82.019
26.717
1907
5.821.846
582.065 111.409 418.359
257.924
41.784
87.970
27.929
1908
6.046.500
638.978 111.049 398.941
303.112
47.150 101.398
32.211
1909
6.331.417
700.107 154.995 449.706
278.148
51.061 104.365
31.090
1910
6.586.022
768.424 180.948 452.791
345.275
59.711 110.941
33.607
1911
6.913.340
747.337 183.291 526.540
281.622
67.777 116.782
34.375
1912
7.147.361
948.530 177.828 531.498
379.117
73.642 132.060
40.430
1913
7.482.334 1.015.383 177.513 544.722
364.878
82.333 140.113
42.033
1914
7.948.609
725.661 184.641 545.023
182.672
75.104 115.107
33.507
1915
8.042.486
887.667 175.969 537.583
83.019
67.401 125.033
35.656
1916
8.141.601
939.130 164.844 546.688
75.381
64.830 129.518
36.631
1917
8.257.161
930.491 171.411 595.410
51.665
57.683 118.503
31.562
1918
8.374.072 1.302.069 185.263 578.225
50.662
59.040 169.683
39.683

Rfl'Mo DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMíA NACIONAL
521
Cuadro 1 (continuación)
Gastos
Deuda
Pasajeros Entradas Carga
Comercio públicos pública
transpor-
brutas
trans.
Inmi-
tados
delos
por los
Años Pob !ación exterior
nacion. nacional
(en miles (en miles (en miles gran tes por los FF.CC. FF.CC.
de$ oro) de $oro) de $oro)
FF.CC. (en miles (en miles
(en miles) de$ oro) de tons.)
1919
8.5 10.030 1.686.738 188.281 565.503
69.879
70.981 195.567
41.913
1920
8.6 96.380 1.979.053 214.634 553.301
115.302
83.650 218.485
41.861
1921
8.9 13.824 1.420.663 246.533 562.200
122.367
88.109 200.583
34.100
1922
9.1 90.923 1.365.654 270.363 569.750
161.009 101.691 210.397
35.163
1923
9.5 32.191 1.639.791 278.239 578.932
232.501 119.829 233.337
38.875
1924
9.8 26.388 1.840.105 295.329 670.376
191.169 134.136 263.181
46.936
1925 10.0 79.876 1.744.778 313.923 768.101
209.873 139.738 250.593
43.532
1926 10.3 50.7051 1.614.675 325.725 812.176
·245.672 145.416 239.449
46.527
1927 10.64 6.814 1.866.129
......
. ..... 294.404
......
. .....
......
1
Cifras provisionales.
años, es primordial formarse una idea aproximada de las variaciones de nuestra
producción durante ese lapso.
Deficiencias tan graves como las de nuestra estadística, ponen un serio obstáculo
a esta tarea. Sólo disponemos de cifras anuales de la producción agrícola; y de datos
que permiten estimar groseramente la producción ganadera, pero carecemos por
completo de una estadística de las actividades industriales.
Por esta última razón es forzoso constreñirse a la estimación de las variaciones de
la producción agropecuaria. Lo hemos realizado mediante la elaboración de un índice
de su volumen físico, de acuerdo a los métodos expuestos en el correspondiente
capítulo.
El índice del volumen físico de.la producción tiene sobre el índice del valor de la
misma, la ventaja de descartar las variaciones debidas a las fluctuaciones de los precios.
En el gráfico Nº 7 hemos representado (en escala logarítmica) las variaciones
relativas del índice del volumen físico de nuestra producción agropecuaria comparán-
dolas con el crecimiento del índice de la población en el mismo período.
Entre 1908 y 1914 en la producción agropecuaria, a través de sus continuas
fluctuaciones, se observa análoga intensidad de ascenso que en la población. Durante
la guerra y postguerra la población disminuye su ritmo de crecimiento, y si bien éste

522
RAÚL PREBISCH
2. Series estadísticas sobre el crecimiento de la economía nacional
Indices (Base: períodoi910-1914)
Movimiento de la
Depósitos en
Préstamos
Depósitos
Comercio
Años
Caja de Ahorros
bancarios
bancarios
Cámara
exterior
Compensadora
al 31 de dic.'
al 31 de dic.
al 31 de dic.
de la Cap. Fed.
1908
76,0
51,1
59,6
65,0
42,6
1909
83,2
65,0
74,0
85,8
47,8
1910
91,4
77,6
91,9
98,3
53,4
1911
88,8
82,8
105,8
101.7
57,8
1912
112,8
93,6
108,5
109,0
72,7
1913
120,7
117,3
109,1
104,1
186,4
1914
86,3
128,7
84,7
86,9
129,7
1910-1914
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
1915
115,5
168,1
87,9
103,4
142,6
1916
111,7
187,3
93,3
117,5
166,7
1917
110,6
194,2
110,0
139,2
201,1
1918
154,8
261,1
133,5
196,2
284,4
1919
200,5
286,5
149,7
208,7
355,5
1915-1919
138,6
219,4
114,9
153,0
230,0
1920
235,3
328,4
177,4
242,5
457,6
1921
168,9
345,1
180,1
233,9
385,9
1922
162,4
382,4
189,6
242.8
360,7
1923
195,0
392,5
205,8
225,8
388,8
1924
218,8
426,1
222,9
244,4
424.2
1920-1924
196,l
374,9
195,2
233,9
403,S
1925
207,4
426,5
223.9
245,5
420,8
1926
192,0
427,8
213,2
247,5
421,4
1927
221,9
459,8
203,7
261,l
408,9
(Continúa en la página siguiente.)
1
Depósitos en Caja de Ahorros y Plazo Fijo del Banco de la Nación Argentina y de la Caja Nacional
de Ahorro Postal.
vuelve a elevarse a partir de 1921, no llega a alcanzar el experimentado en los años
anteriores al conflicto; decrece, asimismo, durante la guerra y postguerra el ritmo de
crecimiento de nuestra producción agropecuaria, con respecto al período precedente;
pero en los últimos años parece recobrar el ritmo anterior a la contienda, superando al
de la población.

RITMO DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMfA NACIONAL
523
2. Series estadísticas sobre el crecimiento de la economía nacional
Indices (Base: período 1910-1914)
Toneladas
Volumen ffslco
Volumen
Area sembrada
transportadas
Años
Población
de la producción ffslco de las
con cereales
por los
agropecuaria
exportaclone11
y lino
ferrocarriles
1908
83,8
98,7
87,5
81,2
1909
87,7
98,2
84,5
88,5
1910
91,3
90,2
89,4
91,3
85,7
1911
95,8
82,4
79,7
93,4
92,8
1912
99,l
117,2
117,8
109,9
102,2
1913
103,7
113,2
121,7
114,3
109,3
1914
110,0
99,2
91,4
91,l
110,0
1910-1914
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
1915
111,5
120,9
114,9
96,9
106,3
1916
112,8
106,6
100,1
99,6
106,2
1917
114,4
77,9
71,8
85,8
99,2
1918
116,0
126,8
104,9
107,9
107,l
1919
117,9
118,9
122,5
113,9
102,9
1915-1919
114,5
111,9
102,8
100,8
104,3
1920
120,5
127,4
119,l
113,8
105,0
1921
123,5
127,0
110,3
92,7
97,4
1922
127,4
130,3
135,6
95,6
90,0
1923
132,1
144,1
142,1
105,7
101,2
1924
136,2
173,3
174,8
127,6
110,3
1920-1924
127,9
140,0
136,4
107,1
100,8
1925
139,7
144,0
135,8
118,3
117,5
1926
143,4
168,9 ~
J6Q,9
126,5
128,6
1927
147,5
Zl3,6 ~
203,6
145,9
130,5
(Continúa en la página siguiente.)
2
A falta de datos directos, el vol1D11en físico ¡J, la produccióli en 1927 ha sido calculado aplicando
al índice de 1926; a saber, 168,9 la píó(Íorcíón del crecimiento experimentado en el índice del vollDllen
físico de las exportaciones, que subió de 160,9 en 1926, a 203,6 en 1927 o sea en 26,5 por ciento.
Por lo tanto, a través del período observado, las tendencias de la población y la
producción no discrepan en fonna apreciable, salvo en los últimos ailos en que ésta
parecería tender a elevarse con más fuerza que aquélla. 2
Téngase siempre en cuenta que no consideramos la producción industrial, que durante la gúerra
parece haber experimentado un fuerte crecimiento relativo.

524
RAÚL PREBISCH
2. Series estadísticas sobre el crecimiento de la economía nacional
Indices (Base: período 1910-1914)
Nivel de precios
Valor de la produc-
Hipotecas rurales Venta de _propie-
Años
agropecuarios
ción agropecuaria
constituidas
dades rurales
1908
86,7
88,2
48,5
65,4
1909
96,2
95,3
56,2
80,4
1910
96,2
85,8
77,6
109,1
1911
93,4
74,8
99,7
120,6
1912
96,8
114,3
123,6
108,9
1913
104,2
116,9
101,4
90,8
1914
109,5
108,2
97,7
70,6
1910-1914
100,0
100,0
100,0
100,0
1915
121,7
143,2
50,6
66,2
1916
123,9
128,8
60,4
92,9
1917
175,8
116,0
60,6
80,0
1918
156,9
181,6
69,3
106,2
1919
163,8
179,5
84,4
120,8
1915-1919
148,4
149,8
65,1
93,2
1920
196,0
259,2
94,9
189,3
1921
147,5
180,4
125,5
189,5
1922
124,5
151,0
160,8
132,2
1923
131,8
173,2
114,1
128,0
1924
157,7
254,1
114,2
150,3
1920-1924
150,7
203,4
121,9
157,9
1925
164,6
221,4
1926
133,9
219,2
1927
127,7
(Conlinúa en la página siguien1e.)
No llegan a las mismas conclusiones los que consideran únicamente al área
sembrada como índice de nuestra producción del suelo, perdiendo de vista las otras
actividades agrarias.
En efecto, el área sembrada con cereales y lino, según puede observarse en el
gráfico Nº 8, que crece con un ritmo análogo al de la población hasta aproximadamente
1916, acusa una tendencia decreciente hasta el año 1922, mientras la población sigue
creciendo, aunque con ritmo inferior al del período precedente. Después de 1922 el área
sembrada reanuda su ascenso y crece con un ritmo superior al de la pé>blación.
La línea del volumen físico de las exportaciones tiene variaciones muy similares
a las del volumen físico de la producción agropecuaria, como era lógico esperar. Hay

RITMO DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMíA NACIONAL
525
2. Series estadísticas sobre el crecimiento de la economía nacional
(continuación)
Indices (Base: período 1910-1914)
Deuda pública
Billetes en
Oro en la Caja de
Gastos
Años
nacional (consolidada
circulación
Conversión y Ban·
nacionales
y flotante)
al 31 de dic.
cos al 31 de dic.
1908
61,4
75,2
64,4
1909
85,7
88,7
88,5
1910
100,1
85,3
92,6
93,6
1911
101,3
98,0
93,5
92,9
1912
98,3
100,1
103,5
107,7
1913
98,2
102,1
106,5
106,1
1914
102,1
114,5
103,9
99,7
1910-1914
100,0
100,0
100,0
100,0
1915
97,3
126,0
127,7
121,7
1916
91,1
134,7
131,0
128,3
1917
94,8
151,7
131,l
136,7
1918
102,4
155,2
149,3
159,0
1919
101,3
154,7
152,3
166,2
1915-1919
97,4
144,5
138,3
142,4
1920
118,7
148,6
176,2
189,7
1921
136,3
155,0
176,2
186,5
1922
149,5
167,6
176,2
186,1
1923
153,8
167,8
176,2
181,8
1924
163,3
179,3
170,7
173,2
1920-1924
144,3
163,7
175,1
183,5
1925
173,6
178,7
170,7
175,5
1926
180,1
184,4
170,7
175,8
1927
190,0 1
178,3
206,8
1
Al 31 de agosto.
afios, sin embargo, en que ambas líneas se mueven con desigual intensidad, sin que
podamos deslindar en qué medida el hecho se debe a la imperfección de nuestros datos
o a la influencia del consumo interno.
En el mismo gráfico puede notarse la simpatía que existe entre las variaciones del
tonelaje transportado por los ferrocarriles y las dos líneas anteriores.
Las cifras de nuestras exportaciones-así las de valores como de volumen físico-
reflejan los movimientos de la producción agropecuaria. Las cifras de las importado-

526
RAÚL PREBISCH
nes, por otro lado, expresan las variaciones de una parte considerable del consumo
nacional de artículos manufacturados. La magnitud de estas importaciones no sólo está
en relación de interdependencia con la de las exportaciones, sino que asimismo está
ligada íntimamente a las inversiones de capitales extranjeros, que en la mayor parte de
los casos se realizan bajo forma de importaciones de mercaderías.
De ahí que el movimiento del comercio exterior refleje fielmente nuestras activi-
dades económicas y fundamentales, como que ellas están enderezadas hacia el tráfico
internacional.
Es por ello que las variaciones de nuestro comercio exterior concuerdan con las del
valor de las compensaciones de cheques efectuadas en la cámara compensadora de la
Capital Federal, como se observa en el gráfico Nº 9. Ambas parecen constituir índices
muy satisfactorios de las fluctuaciones de nuestro estado económico. (Antes de 1913
el ritmo de crecimiento de las operaciones de la cámara compensadora es mucho más
acentuado que el del comecio exterior, debido probablemente a que aquellos año's
constituyeron el período de formación de ese organismo.)
Las tres líneas restantes del gráfico de que nos ocupamos permiten relacionar los
movimientos de nuestro medio circulante con los del comercio exterior.
En el período 1908-1913, el comercio exterior, los billetes en circulación y los
prestamos bancarios experimentan un movimiento creciente, aunque con distinta
intensidad, que después de llegar a un máximo en 1913, se transforma en movimiento
descendente tocando su mínimo en 1914. Análogo es el movimiento de los depósitos
bancarios, salvo que su máximo acaece en 1912. A partir del mínimo de 1914 las cuatro
curvas comienzan un nuevo movimiento ascendente, de gran intensidad, que culmina
en 1920. Después de este año, desaparece la concordancia entre la curva del comercio
exterior y la del medio circulante. Mientras el primero experimenta marcadas variacio-
nes ascendentes y descendentes, la circulación de billetes permanece casi estacionaria
en el período subsiguiente a 1920 debido a la clausura de la Caja de Conversión; los
préstamos bancarios siguen creciendo hasta 1925, aunque con menor intensidad que
en el período anterior; y los depósitos bancarios, a través de inflexiones mucho menos
pronunciadas que las del comercio exterior, acusan una tendencia ligeramente crecien-
te.
En el gráfico Nº 10 se observa, asimismo, que los billetes en circulación siguen la
tendencia ascendente del nivel de precios agropecuarios (calculado en la forma
expuesta en el correspondiente capítulo) hasta 1920, y cómo después de este año los
movimientos de la circulación no acompañan ni la tendencia, ni las inflexiones del
nivel de precios.
Tampoco se nota simpatía entre las tendencias del volumen físico de la producción
y de la circulación de billetes, como se desprende del gráfico Nº 11.
La distinta influencia que el nivel de precios agropecuarios, por una parte, y el
volumen físico de la producción, por otra, han tenido sobre el valor de la producción
agropecuaria, puede observarse en el gráfico Nº 12. El valor de la producción ha sido
calculado mediante la multiplicación de los promedios anuales de precios (empleados
en la elaboración del índice de precios agropecuarios) por las cantidades producidas en
cada año.

.RJTMo DE CRECIMIENTO DE LA ECONOMfA NACIONAL
527
Las fluctuaciones del nivel general de los precios en los últimos años deben
resguardarnos de realizar comparaciones entre cifras que expresan valores, esto es, se
resienten de la influencia de tales variaciones, con cifras que expresan simples
cantidades físicas, ajenas a las oscilaciones del poder adquisitivo de la moneda.
Las variaciones de los gastos públicos nacionales, por ejemplo, suelen cotejarse
con el desarrollo del área sembrada, o la cantidad de cereales producidos. Compárase,
de este modo, fenómenos expresados en valores, con otros expresados en cantidades
físicas, con el riesgo de inducir a conclusiones equivocadas.
Para no caer en ello hemos preferido comparar los valores de nuestros Gastos
Públicos Nacionales, con los valores del Comercio Exterior, en el gráfico Nº 13, en el
que se ha incluido, además, la curva de la población. La misma comparación con
respecto a la Deuda Pública Nacional (consolidada y flotante), puede observarse en el
gráfico Nº 14.
En el gráfico Nº 15 se compara el crecimiento del comercio exterior con el de las
quiebras y en el Nº 16, con el de las ventas e hipotecas de propiedades rurales.
El último gráfico Nº 17 se refiere al desarrollo del ahorro en el Banco de la Nación
Argentina y la Caja Nacional de Ahorro Postal y el de las cédulas hipotecarias en
circulación, que constituyen una manifestación importante del ahorro del país.

43
PROPOSITOS DE ESTA PUBLICACION*
Si se ha de conseguir el máximo de eficacia en la aplicación de los recursos del
Banco de la Nación Argentina, a las fuerzas de la economía nacional, es indudable que
su gestión, además del cuidadoso examen de las características individuales de cada
operación, debe desenvolverse de acuerdo a normas generales y bien meditadas de
política bancaria, derivadas de una exacta comprensión de las funciones de un
establecimiento de esta índole.
Esta Institución ocupa una posición prominente dentro del mercado monetario,
cuyo regular funcionamiento es de considerable importancia en la vida de la Nación.
Ello aconseja la conveniencia de ajustar el crédito, y la creación resultante de medios
de pago, a las necesidades reales de la producción y el comercio, evitando con igual
empeño la escasez indebida de circulante bancario, como el exceso que estimula
artificialmente los negocios para arrastrarlos a un estado crítico de penosa liquidación.
Aparte de este contralor del medio circulante, dentro de los límites y condiciones
de hecho del presente ordenamiento monetario, los recursos del Banco deben incorpo-
rarse a las actividades más productivas, fomentándolas en todas las formas compatibles
con una buena política bancaria.
Pero todo esto exige una observación permanente, sistemática, de la situación
económica y de sus perspectivas; observación que, así que se complica y agranda la
economía argentina, escapa, naturalmente, a la experiencia personal y directa de los
hombres encargados del mecanismo bancario, por mucha que sea su competencia.
En circunstancias análogas. en las grandes instituciones oficiales y privadas del
exterior, y principalmente en los Estados Unidos, se han constituido oficinas especia-
les, a cargo de expertos en materia económica y estadística, cuya tarea consiste en dar
cuenta a los dirigentes bancarios de la marcha económica del país y de los mercados
extranjeros, y publicar informaciones claras y concisas de innegable utilidad práctica
para el mundo de los negocios.
* N del Ed. Revista Económica: l, Nº 1, agosto de 1928, págs. 1-2. Esta presentación de la revista
de la Oficina de Investigaciones Económicas del Banco de la Nación Argentina, se publicó con la firma del
presidente del Banco, señor Tomás E. de Estrada. No obstante, fue escrita por el director de la Oficina, Raúl
Prebisch, según testimonio del doctor Julio González del Solar.

PRoPósrros DE ESTA PUBLICACIÓN
529
Quien conoce la evolución bancaria de la última década, está persuadido de los
excelentes resultados de este género de actividades. Basta citar, a este respecto, las
recientes manifestaciones del Right Hon. R. Me Kenna, presidente del Midland Bank:
"Sabemos que el acertado contralor del crédito por los Bancos Centrales, en todos los
países, es un factor muy importante de la prosperidad comercial, y que el mantenimien-
to de un nivel estable de precios debe constituir el principio directivo en el ejercicio de
este contralor. Pero esto no es todo. Queda todavía un vasto campo de estudios desde
el punto de vista práctico y teórico a la vez. Desgraciadamente, sin embargo, la falta
de estadísticas entorpece considerablemente las investigaciones" ... "La cooperación
entre todos los bancos, incluso el Banco Central, en la publicación de las estadísticas
necesarias para el estudio científico de esta cuestión, sería una ayuda apreciable en la
solución de algunos problemas suscitados por el contralor del crédito."
No es menos sugestiva la reunión de los economistas de los principales bancos
centrales de Europa y los Estados Unidos. efectuada en París en abril pasado, en que
se recomendó dar mayor amplitud a las investigaciones económicas de las instituciones
de crédito y adoptar en los países europeos los sistemas estadísticos e informativos de
los Bancos de Reserva Federal.
Con estos precedentes, y en vista de la necesidad de conocer las diversas manifes-
taciones económicas del país con la exactitud y precisión necesarias, se ha transforma-
do la Oficina de Economía, Fomento y Estadística de este Banco, en una Oficina de
Investigaciones Económicas, en cuya constitución la Presidencia ha contado con el
concurso del Directorio, y el entusiasta e inteligente de los miembros del mismo.
señores ingeniero Luis Duhau y doctor Carlos Indalecio Gómez, que constituyeron la
Comisión Especial.
Las tareas de organización de la Oficina han sido puestas bajo la experta dirección
técnica del señor Raúl Prebisch. profesor de Economía Política en la Universidad de
Buenos Aires.
Una de las primeras tareas del plan a desarrollar, ha sido esta publicación.
En un plano estrictamente objetivo e imparcial, ajeno a toda consideración de
política económica, la Revista procurará presentar los datos más significativos de la
vida económica nacional, contribuyendo a la divulgación pública de informaciones
fidedignas y bien ordenadas.
En este número aparecen los primeros cuadros y gráficos de la estadística bancaria
compilada con los datos suministrados por los establecimientos de crédito, cuya
importante cooperación el Banco de la Nación Argentina agradece públicamente en
esta oportunidad.
También se ha querido iniciar ahora la presentación de los índices del movimiento
económico argentino. A su valor informativo inmediato, estos índices unen la gran
ventaja de constituir el material para subsiguientes investigaciones sobre los ciclos
comerciales y bancarios, con el fin de construir barómetros económicos que. como los
de Estados Unidos, permitan ver con mayor claridad las perspectivas futuras, y formar
una mejor opinión de las tendencias de los acontecimientos presentes. Entre los índices
más interesantes que aún nos faltan, recordaremos el del nivel general de precios, que
en este momento está elaborando la Oficina de Investigaciones Económicas; y los del

530
RAÚL PREBISCH
volumen de las ventas en los principales ramos del comercio y la industria, que se
espera compilar con la colaboración de las empresas que accedieran a facilitar los datos
necesarios.
Queda, pues, iniciada una obra que tardaba en realizarse en nuestro país, cuyos
resultados. es indudable, han de despejar el terreno para nuevas y provechosas
construcciones.

44
LA POSICION DE 1928
Y LAS VARIACIONES ECONOMICAS
DE LA ULTIMA DECADA*
l. EL A~O 1928
Durante el afio 1928 ha proseguido, si bien con distinta intensidad, el impulso
creciente que el volumen económico de los negocios experimentara en 1927, al
reaccionar sobre la depresión relativa del afio precedente.
Tal es el significado que entrañan las cifras del valor de los cheques compensados, 1
expresión general del movimiento económico de nuestras transacciones. En efecto, en
la Cámara de la Capital Federal manifiéstase en 1928 con respecto al año anterior, un
incremento de 4,7%, ligeramente más bajo que el de 4,9% observado entre 1927 y
1926; las compensaciones en el interior de la República aumentan en 13% durante
1928, contra una proporción anterior de 23,2%.
Esa expansión se comprueba, asimismo, en los guarismos del comercio exterior,
que registran en síntesis el curso de nuestras principales actividades económicas. El
valor aproximado del intercambio durante el afio recién terminado, excede en 4% al
precedente que, por otra parte, había superado en 15,6% los valores mínimos de 1926,
en virtud del considerable aumento de las exportaciones agropecuarias.
Otros índices del movimiento económico, aunque de significado mucho menos
general que los dos precedentes -tanto por su propia naturaleza, cuanto por limitarse
a la Capital Federal- manifiestan igualmente una actividad mayor que en 1927. Es así
que el valor de los proyectos de construcciones aprobados por la Municipalidad denota
un ascenso de 6,9% que no alcanza, por cierto, al de 11,9% experimentado durante
1927, después del valor mínimo de 1926. Las ventas de propiedades exceden en 14, 1 %
las cifras del año anterior, cuando las transacciones llegan a un punto algo más bajo que
* N. del Ed. Revista Económica: 2, 1, enero de 1929, págs. l ·8. Publicado sin firma. La redacción
de la Revista era responsabilidad de Raúl Prebisch.
Las cifras absolutas se presentan en el cuadro 2. Contiene, además, este cuadro, lasjnformaciones
que acostumbramos publicar en nuestros comentarios mensuales sobre el "Estado Económico".

532
RAá PREBISCH
el de 1926. Las ventas en los grandes almacenes y tiendas sobrepasan en 4,7% las de
1927, que a su vez representaban un incremento del 3% sobre las de 1926. Del mismo
modo, los negocios bursátiles acusan una expansión de 12,3% contra 5,7% entre 1927
y 1926, a causa del movimiento más activo de los papeles de renta fija.
El ascenso general de las cotizaciones de estos últimos refleja la disminución de la
tasa del interés, provocada por el crecimiento de las disponibilidades en nuestro
mercado monetario. Responde evidentemente este hecho, a las considerables impor-
taciones de metálico realizadas en el segundo semestre de 1927 y el primero de 1928.
a raíz de los saldos positivos del comercio exterior y de las importaciones de capitales
extranjeros (incluidos los empréstitos públicos).
El crecimiento de las disponibilidades explica el incremento de 8,8% ocurrido en
los depósitos y de 42,6% en las existencias de billetes y metálico de los bancos; y por
consiguiente, el ascenso del encaje de un promedio de 18, 1 % en 1927 a 23,8% en 1928.
Por otra parte, la insignificante elevación de 0,05% experimentada en el promedio
de los préstamos, parecería indicar que el mayor volumen económico de los negocios
en 1928 no ha requerido, para desenvolverse, la expansión del crédito y la creación
resultante de depósitos en cuentas corrientes. Por el contrario, durante el año recién
terminado, el público, con sus propias disponibilidades. aumentó en 11,1 % el prome-
dio de tales depósitos, contra los cuales, por lo tanto, pudo girar con mayor amplitud.
Aparte de este crecimiento en los medios de pago bancario, el promedio de los
billetes en circulación fuera de los bancos (debido al aumento de las emisiones
determinado por la afluencia de metálico) se elevó en 6,2 % en el curso del año 1928.
Así que el volumen económico de las transacciones se ensancha después del
mínimo de 1926, el pasivo de los quebrantos, que en este año toca un máximo,
desciende en 5% en 1927, y en 1928 experimenta una nueva declinación de 22,9% con
respecto al año precedente.
Otra manifestación de aquel movimiento ascendente encuéntrase en las principales
recaudaciones nacionales, que experimentan un aumento de 8,9% con respecto a 1927.
año en que habían repuntado en 4,1 % en relación al mínimo de 1926.
Las variaciones del volumen físico de los negocios en 1928 son distintas a las de
su volumen económico. En los 1 O primeros meses del año la carga transportada por los
ferrocarriles acusa un descenso de 3,2% sobre la de igual período de 1927, que
sobrepasó en 17,5% a la correspondiente de 1926.
El volumen físico de las exportaciones de 1928 es también inferior en 9,4% al de
1927, en tanto que el de este año superaba en 35,3% al de 1926. En cambio el volumen
físico de las importaciones acusa un incremento de 16,6% en 1928 con respecto a 1927,
que compensa ampliamente el descenso de las exportaciones; ese incremento es
superior al de 6,3% experimentado en 1927 con relación a 1926. Si se combina la
disminución de las exportaciones y el aumento en las importaciones, resulta un ascenso
de 2,4% en el volumen físico del comercio exterior en 1928, comparado con el del año
precedente.
A pesar de la merma en el volumen físico de las exportaciones, su valor se
acrecienta en 2,3% en virtud de que el nivel medio de precios agropecuarios en 1928
sobrepasa al correspondiente de 1927. Unido este hecho al descenso que manifiestan

LA POSICIÓN DE 1928
533
los precios de las importaciones, se comprende fácilmente cómo el mayor poder
adquisitivo que debido a ello han logrado en el mercado internacional los productos que
exportamos, ha compensado con creces el descenso en la cantidad de la producción
agropecuaria negociable, descenso que, de otro modo, hubiese repercutido desfavora-
blemente sobre la economía general del país.
2. EL VOLUMEN ECONÓMICO Y FÍSICO DE LOS NEGOCIOS
El país acaba de atravesar, por lo tanto, un nuevo año de expansión. después del
mínimo de 1926.
Como los datos de los tres últimos años, sin embargo, no permiten indagar en qué
medida nuestras actividades económicas han recuperado o sobrepasado su nivel
anterior en este proceso de reacción ascendente, hemos juzgado oportuno destacar la
posición económica del año 1928 en una perspectiva más amplia, mediante el análisis
de las cifras de la última década. Tal es el propósito de las siguientes observaciones
derivadas del análisis de las cifras del cuadro l.
Según ciertas opiniones, a pesar del empuje de años recientes, el país no habría
conseguido rebasar el nivel de actividades de 1920. La simple observación del gráfi-
co 1 parecería confirmar el acierto de esas opiniones. Se ha representado en él, los
valores del comercio exterior y de los cheques compensados en la Capital Federal. en
dos curvas que en aquel año no sólo tocan el punto máximo del ciclo de la postguerra
sino de toda nuestra historia económica. De tal suerte que las estadísticas de 1928 son
inferiores en 1,9% en el comercio exterior, y en 6,5% en los cheques compensados. a
esos valores máximos, según se desprende de los datos del cuadro l.
Un juicio semejante adolece del error fundamental de comparar a lo largo de toda
una década, valores sobre los que han influido considerablemente las variaciones del
nivel general de precios. o en otros términos, del poder adquisitivo de la moneda en que
aquéllas están expresados.
De la intensidad de esas variaciones ofrece una idea el gráfico 2, cuya línea gruesa
representa el índice del nivel general de precios hasta 1927. Acompaña a esta línea, otra
delgada, de fluctuaciones muy similares aunque más pronunciadas: es el índice del
nivel de precios agropecuarios, que interviene con gran fuerza en la determinación del
valor de las exportaciones. El nivel general de precios de 1927 (y aproximadamente el
de 1928, de cuyo índice no se dispone aún) es el 72,7% del nivel medio de 1920; y el
de precios agropecuarios en 1928, es el 74.1 % de ese año máximo.
Variaciones de la amplitud que indica el gráfico contribuyen poderosamente a que
los índices del volumen económico de los negocios no reflejen la tendencia general y
las oscilaciones de la cantidad de mercaderías negociadas. Y esto es lo que concierne
fundamentalmente a la economía general del país, cuyo desarrollo no depende de un
nivel general de precios más alto o más bajo, sino de la cantidad real de bienes que

534
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nºl. Volumen económico de los negocios
(Escala logarítmica)
Millones de m$n
6000 - , . - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - . - 4 8 . 0 0 0
5500
44.000
5000
40.000
4500
36.000
A
//
/ \\
,,
/ \\
/'.'
11
4000
/
\\
11
"
/
32.000
/
\\
I
"
/
\\
/
""
3500
\\
/
28.000
\\
/
l......_ /
~
----------------------------1--
3000
24.000
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Cheques compensados
Comercio exterior

LA POSICIÓN DE 1928
535
Gráfico N9 2. Nivel de precios
(Escala logarítmica)
Indice: Base, cifra de 1926=100
140
120
100
-
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Nivel de precios agropecuarios
Nivel general de precios

536
RAÚL f>REBISCII
l. Volumen de los negocios y nivel de precios
Volumen económico
Volumen físico
Nivel de precios
Años
de los negocios
de los negocios
Cheques 1 Comercio
Comercio
General
1
Carga
1 Agropec.
compens.
exterior
exterior
transp.
Millones de m$n
Base: 1926=100
Base: 1926=100
1919
33.664,0
3.833,5
129,5
129,0
64,7
89,9
1920
43.338,6
4.497,8
135,6
150.2
77,0
89,8 2
1921
36.544,7
3.228,8
108,2
108,0
66,4
73,2
1922
34.162,6
3.103,8
98,5
100,3
78,4
75,4
1923
36.821,3
3.726,8
101,8
106,9
89,9
83,4
1924
40.173,0
4.182,1
109.5
118,6
100,9
100,7
1925
39.852,1
3.965,4
110,9
122,1
92.3
93,4
1926
36.904,5
3.669,7
100,0
100,0
100,0
100,0
1927
38.723,1
4.241,2
98,5
99,2
120,5
115,5
1928
40.528,4
4.412,7 1
111,3
123,4
112.0 3
Como la estadística oficial ha publicado únicamente las cifras del comercio exterior en los 11
primeros meses, hemos debido calcular el guarismo de diciembre para dar un dato aproximado del año. El
cálculo de las exportaciones se ha realizado asignando a los embarques efectuados durante el mes, según
fuentes particulares, los precios medios del mismo mes. En el caso de las importaciones se ha supuesto que
la cifra de 1928 acusa, con respecto a la de 1927, el mismo crecimiento de 6, 1 % experimentado en Jos once
primeros meses de aquél comparados con el mismo período del año precedente. 1 Véase la nota al pie del
gráfico 3. ' Indice anual sobre Ja base del crecimiento de Jos 10 primeros meses del año.
obtiene para su consumo y capitalización en sus actividades económicas, 2 ya sea
directamente, ya indirectamente por medio del tráfico internacional.
En lo que respecta al comercio exterior, la Estadística Nacional ha descartado las
fluctuaciones del nivel de precios, al multiplicar las cantidades de las mercaderías
importadas o exportadas por aforos o precios constantes. Con la combinación de los
Por ejemplo, los valores de las exportaciones e importaciones de 1920 superan los correspondien-
tes de 1928; pero esos valores encierran, en las exportaciones, una cantidad de mercaderías que fue menor
que la de 1928, y se cambió en el mercado intemacional por una cantidad también inferior de mercaderías
extranjeras para el consumo y capitalización del país.
Es obvio, por otra parte, que si el nivel de precios de las importaciones sube con mayor intensidad o
baja con menor fuerza que el de las exportaciones, el país experimenta un perjuicio, por cuanto para adquirir
la misma cantidad de productos extranjeros, debe entregar mayor cantidad de productos nacionales. Lo
contrario ha sucedido, justamente, en 1928. En la década que consideramos, sin embargo, como en el
período anterior de inflación, los movimientos generales de los precios de importación y exportación se
desarrollaron en el mismo sentido, si bien con distinta amplitud. Acerca de esto último. sería interesante
indagar los perjuicios o ventajas derivados para la economía de la Nación.

LA POSICIÓN DE 1928
537
datos que resultan de ello, hemos calculado3 el índice de volumen físico del comercio
exterior, cuya marcha puede verse en la línea gruesa del gráfico 3.
A través de sus fluctuaciones, este índice manifiesta una tendencia creciente
revelada por estas cifras: el índice máximo de 1927 supera con 19,5% al máximo de
1924, y éste en 30,9% al máximo anterior de 1920.
Asimismo. es fácil observar cómo el volumen físico del comercio exterior obedece
a una tendencia general de ascenso más intensa que el ritmo de crecimiento de la
población. representado en el gráfico por la línea delgada.
Plantéase ahora la cuestión de saber si ese índice de volumen físico constituye una
expresión aproximada de las variaciones de la cantidad de mercaderías negociadas.
Cabría suponerlo así por cuanto las cifras de los valores del comercio exterior, según
lo hemos manifestado en anteriores números, reflejan las fluctuaciones del volumen
económico de esas mercaderías; sólo en esta forma se explica la evidente simpatía entre
la línea que representa aquellos valores y la del movimiento de cheques compensados,
en nuestro gráfico 1.
La mejor prueba de que esa hipótesis no se aparta de los hechos surge de la
observación de la línea que en el gráfico 3 indica las variaciones de la carga trans-
portada por los ferrocarriles.
En el comercio exterior y el tráfico ferroviario, la mayor parte de las mercadería.;;
son comunes por la propia naturaleza de nuestras actí vidades económicas. Es cierto que
una proporción de las que intervienen en el primero se consume sin previo transporte
ferroviario. Como también. que las cifras de la carga incluyen artículos de producción
y consumo interno que no figuran en el comercio exterior. Pero muy escasas son las
mercaderías que en sí mismas, o a través de la materia prima que ha servido para
elaborarlas, no han sido objeto de una u otra actividad, ya que no de ambas.
Por lo tanto. la correspondencia general que revela el gráfico entre las oscilaciones
de dos índices que entre sí abarcan la casi totalidad de las mercaderías negociadas,
autoriza a considerarlos como índices groseramente aproximados del volumen físico
de los negocios.
Si se examina la tendencia general de ambos datos, sin embargo, se nota un
crecimiento más lento en la carga transportada. Entre 1920* y 1924* el incremento de
ésta fue de 10,2% contra 30,9% en el volumen físico delcomercio exterior; y entre 1924
y 1927* los aumentos fueron de 14,7% y 19,5% respectivamente. Entre 1920 y 1927,
los incrementos resultan ser de 26,4% y 56,5% en una y otro.
Es muy probable que tales diferencias radiquen en la diversa composición de los
datos, por un lado; y por otro, en el distinto sistema de cálculo, pues mientras las cifras
de la carga son simples agregados de las toneladas transportadas de las diversas
Este cálculo consiste en el promedio geométrico de los índices de las importaciones y exportacio-
nes, ponderados con la proporción que unas y otras representan en el valor del intercambio de la década,
a saber, 47,94% y 52,06% respectivamente.
* Años de actividad máxima.

538
RAÚL PREB1srn
Gráfico N2 3. Volumen físico de los negocios
(Escala logarítmica)
Indice
Base cifra de 1926 = 100
Miles de habitantes
125
14.000
8.400
Volumen físico del comercio exterior
5.600
En los primeros años del gráfico aparecen dos líneas sobre la cifra de la carga. En la línea de puntos
gruesos, construida con cifras de la Dirección de Ferrocarriles, la carga desciende entre 1919 y 1920.
Sucede lo contrario en la línea de puntos finos, trazada con los datos publicados en la Memoria de Obras
Públicas de 1920-21. Esos datos fueron reemplazados en la Memoria posterior de 1924-25 por aquellas
cifras. Por otra parte, las entradas brutas por carga en los ferrocarriles, representadas por la línea delgada,
ascienden también entre 1919 y 1920, pero ello no constituye una prueba categórica de que la carga
aumenta, pues a fines de 1920 las empresas cobraron tarifas más altas.
Con respecto a 1928 sólo se dispone de cifras para los diez primeros meses del año, en los que la carga
fue inferior en 2,7% a la del correspondiente período del año anterior. Ese por ciento ha sido aplicado a la
cifra anual de 1927 con el fin de obtener un dato provisional para 1928.

2. Indices del estado económico
Mes de diciembre
12 meses
% de variación
% de variación
Conceptos
1926
1927
1928
de 1928 de 1927
1926
1927
1928
de 1928 de 1927
resp. a
resp. a
resp. a
resp. a
1927
1926
1927
1926
Cheques compensados
{Miles de m$n)
(Miles de m$n)
Capital Federal
3.411.000
3.578.100
3.534.500
-1,2
4,9 36.904.500 38.723.100 40.528.400
4,7
4,9
Interior
549.200
670.700
692.400
3,2
22,1
5.687.800
7.005.400
7.918.600
13,0
23,2
Totales
3.960.200
4.248.800
4.226.900
-0,5
7,3 42.592.300 45.728.500 48.447.000
5,9
7,4
Medios de pago1
t""'
Billetes en circulación
778.400
830.700
875.500
5,4
6,7
754.900
788.600
837.800
6,2
4,5
>
Depósitos en cta. cte.
1.149.500
1.226.300
1.317.600
7,4
6,7
1.124.800
1.167.800
1.297.600
11,1
3,8
25
Valores del com. exterior1
fa
o
Intercambio
307.300
368.400
375.000
1,8
19,9
3.669.800
4.241.100
4.412.700
4,0
15,6
Importaciones
159.100
178.000
188.600
6,0
11,9
1.869.300
1.947.300
2.065.000
6,0
4,2
º'
z
Exportaciones
148.200
g
190.400
186.400
-2,1
28,5
1.800.500
2.293.900
2.347.700
2,3
27,4
Saldo comercial
-10.900
+12.400
-2.200
--
--
-68.800
+346.600
+282.700
--
--
:o
Carga transp. (miles tons. )2
4.000
4.100
4.200
1,3
1,7
38.500
45.200
44.000
-2,7
17,4
N
""
Vol. físico del com. ext.'
(Base: Cifra de 1926 = 100)
(Base: Cifra de 1926 = 100)
Intercambio
93,8
116,3
123,6
6,3
24,0
100,0
120,5
123,4
2,4
20,5
Importaciones
101,3
122,3
142,6
16,6
20,7
100,0
106,3
124,0
16,6
6,3
Exportaciones
87,4
111,1
108,4
-2,4
27,1
100,0
135,3
122,5
-9,4
35,3
Nivel de precios agropecuarios
88,4
105,9
104,4
-1,4
19,8
100,0
99,2
111,3
12,2
-0,ll
Cereales y lino
87,3
97,1
97,J
11,2
100,0
92,8
102,0
9,9
-7,2
Carnes
70,7
101,3
101,9
0,6
27,l
100,0
101,0
114,0
12,9
1,0
Cueros
106,9
170,9
144,8
-15,3
59,9
100,0
130,0
166,9
28,4
30,0
Lanas
94,7
119,7
125,2
4,6
26,4
100,0
104,2
120,2
15,4
4,2
Prod. lecheros
89,6
109,l
105,9
-2,9
21,8
100,0
109,4
100,1
-8,5
9,4
Prod. forestales
103,6
116,5
113,5
-2,6
12,5
100,0
111,1
113,3
2,0
11,1
(Miles de m$n)
(Miles de m$n)
Pasivo de los quebrantos
14.300
17.900
18.300
2,2
25,2
201.100
191.100
147.400
-22,9
-5,0
Ventas en grandes almacenes
Vl
y tiendas
14.600
15.400
15.400
--
5,5
133.100
137.100
143.500
4,7
3,0
\\;.)


2. Indices del estado económico (continuación)
Vl
E;
Mes de diciembre
12 meses
% de variación
% de variación
Conceptos
1926
1927
1928
de 1928 de 1927
1926
1927
1928
de 1928 de 1927
resp. a
resp. a
resp. a
resp. a
1927
1926
1927
1926
Construcciones en la C.F.
(Miles de m$n)
(Miles de 111$11)
Pe1misos número
1.262
1.666
1.729
3.8
32,0
16.757
19.781
20.764
5,0
18.0
Supetlicie (en mi les de m2)
124
202
238
17,8
62,9
1.724
2.033
2.265
11,4
17,9
Valor (en miles de m$n)
14.000
19.400
21.900
12,9
38,6
179.400
200.800
214.700
6,9
11.9
Ventas de prop. en la C.F.
50.300
44.000
53.200
20,9
-12,5
401.700
397.400
453.500
14,J
-1, I
Princ. recaud. naciona k •
;.:1
Aduaneras y portua 1 is
30.100
33.900
32.500
-4,1
12,6
362.800
381.300
426.600
11,9
5.1
>
Contr. territ. pat. y '~ llos
5.900
5.900
5.500
-6,8
102.900
105.900
109.800
3,7
2,9
f]·
Impuestos internos
11.200
11.600
11.200
-3,5
3,6
113.100
115.600
120.100
3,9
2,2
"O
Totales
47.200
51.400
49.200
-4,3
8,9
578.800
602.800
656.500
8,9
4,1
~
Transacciones bursátiles
ti:i
Ventas:
Cii
n
Cédulas hip. nac.
39.800
34.900
25.700
-26,4
-12.3
369.600
354.100
366.700
3,6
-4,2
::e:
Títulos públicos nac.
6.000
6.000
7.100
18,3
--
59.300
70.800
99.100
40,0
19,4
Títulos públicos prov. y
municipales
4.900
6.100
5.100
-16,4
24,S
57.200
59.200
87.900
48,5
3,5
Acciones
4.500
6.100
5.000
-18,0
35,6
53.200
84.000
81.200
-3,3
57,9
Bonos hipotecarios
2.700
3.400
4.300
26,5
25,9
34.200
38.300
46.200
20,6
12,0
Totales
57.900
56.500
47.200
-16,5
-2,4
573.500
606.400
681.100
12,3
5,7
Cotizaciones (m$n)
Céd. Ley 10.676 Serie 7
95,80
97,90
99,85
2,0
2,2
96,13
97,68
99,54
1.9
1,6
Créd. argentino interno 1911 5% 83,19
86,19
91,17
5,8
3,6
83,89
85,05
89,02
4,7
1,4
Rendimientos (%)
Céd. Ley 10.676 Serie 7
6.26
6.13
6,01
-2,0
-2,1
6,24
6,14
6,03
-1,8
-1,6
Crédito argentino interno
1911 5% (inm.)
6,01
5,80
5,48
-5,5
-3,5
5,96
5,88
5,62
-4,4
-1,3
Crédito argentino interno
1911 5% (neto)
6,66
6,39
5,91
-7,5
-4,1
6,57
6,49
6,12
-5,7
-1,2
1 Las cifras de los 12 meses son promedios anuales. 2 Cifras calculadas para diciembre de 1928. 3 Mes de octnbre y JO primeros meses.

LA POSICIÓN DE 1928
541
Gráfico N2 4. Volumen físico del comercio exterior
(Escala Iogarftmica)
Indices: Base, cifra de 1926=100
150 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -....
125
100
"\\
, / \\
/
\\
\\
75-r---
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Exportación
Importación

542
RAÚL PREBJSCH
Gráfico Ng S. Valores del comercio exterior
(Escala logarítmica)
Millones de m$n
3.000 - . . - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - .
2.500
2.000
'\\
I \\
I
\\
I
I
I
I
I
I
I
1.500
I
1.000 -+-----,.....----.... ---.,.....-....---...-----------1
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Exportaciones
Importaciones

LA POSICIÓN DE 1928
543
Gráfico N2 6. Saldos del comercio exterior
(Escala natural)
Millones de m$n
800
Saldos positivos
600
400
200
-200
Saldos negativos
-400
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928

544
RAÚL PREBISCH
mercaderías, en el índice del volumen físico éstas han sido combinadas de acuerdo con
su importancia económica.
Como quiera que un índice tenga mayor valor representativo que otro: ambos
ofrecen. sobre el ritmo del crecimiento económico argentino. una idea sustancialmente
distinta de la que podría derivarse del mero examen del valor de las transacciones.
La forma en que ese crecimiento se ha manifestado en los rubros fundamentales de
nuestra producción nacional, se verá más adelante. en otra sección.
3. EL CICLO PRESENTE
Dentro de las tendencias generales de que nos hemos ocupado recién, los índices
del volumen de los negocios presentan los movimientos cíclicos, períodos de expan-
sión seguidos de períodos de contracción y estancamiento. Al máximo del ciclo de la
postguerra en 1920. sucede un mínimo en 1921 en el volumen físico del comercio
exterior y en la carga transportada por los ferrocarriles (gráfico 3); mínimo que se
desplaza hacia 1922 en el volumen económico de los negocios (gráfico 1 ). debido a que
el nivel de precios prosigue hasta ese afio el fuerte descenso iniciado en 1920 (gráfico
2).
El nuevo período de expansión subsiguiente culmina en 1924 en el volumen físico
y económico de los negocios; pero mientras aquél toca su mínimo en 1925, éste, como
en el ciclo anterior, persiste en su descenso hasta 1926, en virtud de la declinación de
los precios entre ambos afios.
Posteriormente a 1926. se desarrolla otro período ascendente cuyas características
han sido ya enunciadas más arriba.
4. IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES
Nos hemos referido al crecimiento del comercio exterior en su conjunto durante la
última década. Acerca del movimiento de las importaciones y exportaciones, represen-
tado en los gráficos 4, 5 y 6, caben análogas consideraciones. Las líneas del valor de
unas y otras no superan todavía el máximo de 1920, si bien después de la depresión
subsiguiente denotan una suave inclinación ascendente. En cambio, en las líneas del
volumen físico, la tendencia de crecimiento durante la década es bien marcada.
En el gráfico 6 presentamos los saldos positivos y negativos del comercio exterior.
El saldo positivo de 1928 fue algo más bajo que el de 1927; lo que no significa que las
ventajas de nuestro intercambio hayan sido inferiores. Las cifras de los saldos careci::;¡
de significado económico si no se vincula el comercio exterior con las variaciones de
otros factores del balance de pagos. En nuestra historia económica han ocurrido
períodos de prosperidad en que, sin embargo. el saldo positirn disminuía y se
transformaba en negativo. Es que la afluencia de capitales extranjeros se traducía en

LA POSICIÓN DE 1928
545
importaciones de mercaderías, ya fuese que esos capitales sirviesen directamente para
la adquisición de éstas en el exterior, o ya que, al provocar la expansión del medio
circulante en nuestro mercado estimulasen indirectamente las importaciones de
productos.
5. PASIVO DE LOS QUEBRANTOS
La expansión de los negocios en los dos últimos años ha sido acompañada por el
descenso del pasivo de los quebrantos, así como la depresión anterior manifestóse en
un considerable repunte de éstos, según se observa en el gráfico 7.
6. VENTAS DE PROPIEDADES EN LA CAPITAL FEDERAL
El valor de las ventas de propiedades en la Capital Federal, después del suave
descenso de los años 1926 y 1927, experimenta un fuerte crecimiento en 1928, tocando
los valores más altos de la década, como puede verse en el gráfico 8.
7. CONSTRUCCIONES EN LA CAPITAL FEDERAL
Los proyectos de construcciones aprobados por la Municipalidad de la Capital
Federal, se elevan rápidamente en los primeros años de la década, desde el bajísimo
nivel a que habían caído durante la guerra y la postguerra. En ese crecimiento, las cifras
de la superficie cubierta alcanzan su máximo en 1923 y las del valor de los proyectos
en 1924, para caer ambas a un mínimo en 1926. En los ailos 1927 y 1928, el movimiento
de construcciones experimenta una nueva reacción ascendente, en la que tanto la
superficie cubierta como el valor, se aproximan a los máximos recién citados.
8. TRANSACCIONES BURSÁTILES
El valor nominal de las operaciones en títulos de renta fija4 en la Bolsa de Comer-
cio de Buenos Aires, no obstante el apreciable incremento adquirido después del
Títulos públicos nacionales, provinciales y municipales; cédulas y bonos hipotecarios. En
nuestros números anteriores hemos considerado los valores reales de las operaciones para los años 1926,
27 y 28; para los años anteriores, la Bolsa de Comercio sólo compilaba las cifras de los valores nominales.

546
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 7. Pasivo de los quebrantos
(Escala logarítmica)
2oo.ooo ~-----------M_ill_on_e_s_d_e_m_$n
_ _ _ _ _
_ _ , . . - - - - - - - - .
175.000
150.000
125.000
100.000
75.000
50.000 ~---------------------------~
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929

LA POSICIÓN DE 1928
547
Gráfico NQ 8. Ventas de propiedades en la Capital Federal
(Escala logarítmica)
Millones de m$n
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929

548
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 9. Construcciones aprobadas en la Capital Federal
(Escala logarítmica)
Miles de m'
Miles de m$n
3.soo .......
288.000
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
3.300
264.000
3.000
240.000
2.700
216.000
2.400
192.000
2.100
168.000
1.800
144.000
1.500
120 000
1.200
96.000
750
72.000
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Valor de las construcciones
Superficie cubierta

LA POSICIÓN DE 1928
549
Gráfico N2 10. Transacciones bursátiles
(Escala logarítmica)
Valor nominal en millones de m$n
1.000'""T'"----------------------------,
875
750
.... ---,
625
' \\
I
\\
I
\\
I
\\
I
\\
I
\\
I
\\
500
I
\\
I
\\
I
\\
JI
\\
\\
375
I
'
I
J
' ,
-
,__ -------·
,.,.
,,,.
---
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Total de títulos de renta fija
Cédulas hipotecarias nacionales

550
RAÚL PREBISCH
Gráfico Nº 11. Principales recaudaciones nacionales
(Escala logarítmica)
Millones de m$n
700
600
500
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Principales recaudaciones
Recaudaciones aduaneras y portuarias

LA POSICIÓN DE 1928
551
Gráfico Nº 12. Depósitos de ahorro y población
(Escala logarítmica)
Millones de m$n
Miles de hab.
2.40
19.200
2.10
16.800
14.400
--
- -
----
--
9.600
: . - - -
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Depósitos de ahorro
Población

552
RAÚL PREBISCH
mínimo de 1925. está aún muy lejos del valor máximo en que remata en 1923 el fuerte
ascenso iniciado en los primeros años de la década que consideramos. Es lo que se
observa en el gráfico 10. cuya línea gruesa representa las operaciones totales. al
contado y a plazo. en títulos de renta fija, y la de puntos. las operaciones en cédulas
hipotecarias. que constituyen el rubro más importante del conjunto. En los últimos años
el incremento de los valores reales ha sido superior que en los nominales, en virtud de
la tendencia creciente de las cotiZaciones. Véase cómo esta tendencia se refleja en la
cédula hipotecaria: de un promedio de m$n 94,3 en 1919, la cédula (series~). desciende
a 87.7 en 1920, para iniciar al año siguiente un continuo movimiento de ascenso que
la lleva a un promedio de 99,4 en 1928.
9. PRINCIPALES RECAUDACIONES NACIONALES
Las principales recaudaciones del Gobierno Nacional5 como el volumen de los
negocios, han seguido creciendo después del mínimo de 1926. Las recaudaciones de
1928 llegan así al máximo de toda la década, durante la cual, según se observa en la
línea gruesa del gráfico 11. es muy marcada la tendencia ascendente. La línea delgada
indica las recaudaciones aduaneras y portuarias que, al constituir una parte considera-
ble en el conjunto imprimen a éste sus variaciones.
10. VOLUMEN DEL AHORRO
Entre los datos a que nos hemos referido brevemente en esta sección, algunos, como
el comercio exterior y la carga transportada, tienen un carácter decisivo en la
interpretación del crecimiento económico de la década; otros, en cambio, como las
transacciones inmobiliarias y bursátiles, si bien pueden influir apreciablemente en el
ciclo de los negocios, no constituyen un factor fundamental en aquel sentido. En un
período más o menos largo, en efecto, el crecimiento económico es susceptible de
adquirir gran amplitud sin que aquellas transacciones se acrecienten paralelamente.
Las cifras del volumen del ahorro corresponden, sin duda, al primer grupo de
factores. Han sido representadas por la línea gruesa del gráfico 12, cuyo ritmo de
crecimiento. aventaja sensiblemente al de la población. Traducidos los valores
monetarios en términos de mercaderías. el crecimiento del ahorro ha sido más intenso
de lo que el gráfico revela, pues según ya se ha visto, después de 1920, se ha elevado
el poder adquisitivo de nuestra moneda.
Aduaneras y portuarias; contribución territorial, patentes y sellos; impuestos internos.

45
EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DEL ORO *
l. EL MERCADO MONETARIO INTERNACIONAL
El retorno de los principales países del mundo al patrón oro ha restablecido la
estrecha interdependencia de sus mercados monetarios. como en el largo período de
estabilidad relativa que precede a la guerra.
Es bien evidente el papel activísimo que en esta vinculación internacional desem-
peñan los Estados Unidos. El elevado nivel de sus tasas de interés viene ejerciendo una
poderosa atracción sobre los fondos disponibles del mundo entero, del mismo modo
que, un tiempo antes, la holgura de su situación bancaria había permitido a una parte
apreciable de sus reservas metálicas distribuirse en distintos países, promoviendo el
afianzamiento de sus condiciones monetarias.
Los movimientos de metálico con que esas alternativas se manifiestan sobre
nuestra economía, no se sustraen. por cierto, a la experiencia monetaria del país.
La sensibilidad del mercado monetario argentino a las variaciones del tipo de
interés en el exterior. nos brinda ejemplos muy significativos de esos movimientos
antes de la guerra. En sus períodos de abundancia de disponibilidades. los países
europeos, especialmente la Gran Bretaña, nos prestaban con liberalidad sus capitales
en forma de empréstitos públicos e inversiones privadas. que se transferían al país a
través de importaciones de metálico y mercaderías. En tanto se mantuvieran esas
condiciones, podíamos cubrir con facilidad los servicios financieros que devengaban
aquellos capitales, con las partidas activas provenientes de nuevas inversiones; pero así
que sobrevenía una tensión monetaria en Londres, nos veíamos forzados a saldarlos
con metálico, mientras la contracción de las importaciones fuese acumulando el
superávit comercial necesario para hacerlo con nuestros propios recursos.
* N. del&/. Revista Económica: 2, Nº 6, junio de 1929, págs. 111-124. Artículo sin finnar, que
consideramos escrito por Raúl Prebisch.

554
RAÚL PREB!SCH
En esas circunstancias, si habíamos administrado prudentemente el incremento de
las reservas metálicas, la exportación de oro provocada por el alto interés exterior,
apenas ocasionaba un suave receso de la prosperidad en nuestros negocios. Pero si
aquél había sido empleado generosamente en la expansión de los billetes y del crédito.
sin precaverse de excesos especulativos, las salidas de oro precipitaban el desenlace de
una crisis más o menos acentuada.
Tal es uno de los aspectos más característicos de nuestros ciclos económicos, desde
el que remata su fase ascendente en 1873, hasta el ciclo cuya liquidación se confunde
con los trastornos iniciales de la guerra.
Los efectos de la elevación de la tasa del interés en los Estados Unidos sobre la
República Argentina, por lo tanto. entrafian la repetición de un viejo fenómeno que hoy
se nos presenta mientras los negocios del país se desenvuelven sobre una base
sustancialmente sana. sin manifestación especulativa alguna.
Ligado así nuestro mercado monetario al internacional, hemos creído conveniente
un somero análisis de los factores que condicionan su posición presente, mantenién-
donos siempre en el terreno objetivo esencial en una publicación de esta naturaleza.
2. DESCENSO DE LA TASA EN LA RESERVA FEDERAL
Sin una breve referencia a las relaciones entre el Sistema de la Reserva Federal y
los bancos afiliados al mismo, no sería posible interpretar las condiciones bancarias de
los Estados Unidos en el momento actual.
Se sabe que los bancos afiliados tienen la obligación legal de mantener todas sus
reservas1 en el Banco de Reserva Federal del Distrito correspondiente.
La expansión del crédito y el aumento consiguiente de los depósitos. por un lado,
y por otro, las exportaciones de metálico o la demanda de billetes para las necesidades
internas, disminuyen el monto de esas reservas y obligan a los bancos afiliados a usar
del crédito en la Reserva Federal. Esta les facilita sus fondos, ya sea redescontándoles
documentos, o comprándoles aceptaciones o títulos públicos mediante operaciones
llamadas de mercado abierto. En estas últimas también participan aquellos negociantes
que, para cumplir sus compromisos o aumentar su cartera, venden aceptaciones y
títulos a la Reserva Federal; así obtienen disponibilidades que depositan en los bancos
afiliados, los que, a su vez, las redepositan en aquélla. acrecentando sus propias
reservas.
En esta forma, el Sistema concede a los bancos afiliados la base indispensable para
extender el crédito y adaptar el medio circulante (billetes y depósitos sujetos a cheque)
La proporción mínima de las reservas con respecto a los depósitos a la vista varía de J 1 a 7% según
la importancia de las ciudades; para los depósitos a plazo fijo la proporción de 3% de reservas es uniforme.
No se considera como reserva legal el dinero en efectivo o depositado en otros bancos que no sean los de
Reserva.,

EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DEL ORO
555
al incremento estacional o general del volumen de los negocios. o para sustraerles de
las perturbaciones que podrían ocasionar las salidas de metálico.
El Sistema cuenta asimismo con los recursos equivalentes para restringir las bases
l. Desarrollo del crédito en Estados Unidos
(De acuerdo a las cifras del Federal Reserve Bulletin.)
Prés-
Préstamos e inversiones de
Préstamos de los bancos de Nueva
Indice
Exls-
de los
tamos
los bancos afiliados (1)
York a los corredores de Bolsa
tencias
dela
precios
Meses
mone-
Prés-
Prés-
Por da.
Reserva
Por su
Por
de las
!arias
tamos tamos con
In ver-
de bancos
acciones
a los
propia
cuenta Total
de oro
comer- caución de
siones
del
bancos
cuenta
de otros
ciales
acciones
interior
(En mi /Iones de dólares)
(1926=
1927
100)
Enero
4.527
1.138
8.623
5.915
5.148
933
1.104
741
2.780
Febrero
4.576
1.006
8.566
5.780
5.212
841
1.127
765
2.730
Marzo
4.595
1.024
8.670
5.867 . 5.453
901
1.001
824
2.820
Abril
4.601
1.039
8.634
5.930
5.504
929
1.131
806
2.870
Mayo
4.651
1.000
8.649
6.017
5.608
936
1.191
805
2.930
Junio
4.606
1.033
8.628
6.220
5.658
1.077
1.180
858
3.110
Julio
4.575
1.026
8.590
6.191
5.623
1.032
1.188
877
3.100
117.2
Agosto
4.585
1.022
8.624
6.201
5.531
1.048
1.225
908
3.180
122.0
Septiembre 4.584
1.139
8.768
6.298
5.587
1.061
1.285
916
3.260
127.7
Octubre
4.566
1.213
8.855
6.403
5.660
1.103
1.326
962
3.390
126.7
Noviembre 4.490
1.331
8.816
6.492
5.804
1.175
1.276
990
3.440
129,6
Diciembre 4.416
1.513
8.720
6.676
5.932
1.282
1.354
985
3.620
133,l
1928
Enero
4.377
1.350
8.631
6.811
6.052
1.342
1.470
990
3.800
134.4
Febrero
4.373
1.237
8.617
6.606
6.091
1.167
1.500
1.117
3.780
132,3
Marzo
4.335
1.272
8.784
6.586
6.133
1.064
1.450
1.247
3.760
137,9
Abril
4.287
1.371
8.880
6.924
6.140
1.193
1.616
1.252
4.060
145,9
Mayo
4.207
1.442
8.884
7.075
6.188
1.272
1.628
1.514
4.410
152,l
Junio
4.119
1.495
8.909
6.962
6.193
1.048
1.568
1.744
4.360
145.3
Julio
4.113
1.488
8.937
6.955
6.114
929
1.543
1.760
4.230
144.2
Agosto
4.118
1.440
9.009
6.816
5.984
835
1.522
1.881
4.240
148,3
Septiembre 4.125
1.534
9.059
6.840
5.973
887
1.607
1.924
4.420
156,l
Octubre
4.133
1.584
9.130
6.874
5.934
933
1.720
2.048
4.700
159,l
Noviembre 4.151
1.610
9.014
7.082
5.888
1.105
1.749
2.248
5.100
169,2
Diciembre 4.142
1.766
9.055
7.198
5.936
1.114
1.760
2.319
5.190
172,9
1929
Enero
4.115
1.570
8.796
7.504
6.021
1.173
1.801
2.434
5.410
183,6
Febrero
4.143
1.408
8.737
7.522
6.004
1.082
1.817
2.656
5.550
186.8
Marzo
4.166
1.442
8.911
7.580
5.981
1.071
1.729
2.879
5.680
189,4
Abril
4.226
1.338
9.069
7.396
5.924
934
1.649
2.893
5.480
186,6
Estas cifras se refieren a los principales bancos afiliados.

556
RAÚL PREBISCH
del crédito. por la elevación de la tasa del redescuento. la limitación en la compra de
aceptaciones y la venta de títulos en el mercado abierto.
Sin embargo, el contralor del crédito a través de la disminución o el acrecentamien-
to de las reservas, sólo es posible dentro de ciertos límites impuestos por las
condiciones de hecho del mercado interno o mundial. Y precisamente, en las circuns-
tancias actuales, la naturaleza especial de esas condiciones de hecho. plantean para los
Estados Unidos un problema de contralor extremadamente difícil.
El proceso que lleva al mercado monetario de los Estados Unidos a su situación
presente, arranca en agosto de 1927, cuando todos los Bancos de Reserva Federal
rebajan de 4 % a 3 1/2 % la tasa oficial de redescuento. Un doble propósito entrañaba
esta medida: cooperar en la consolidación monetaria de algunos países y en el retorno
de otros al patrón oro: y contrarrestar la depresión a que tendía el movimiento de los
negocios.
El primer propósito puede realizarse gracias al estímulo que el bajo interés en el
mercado interno ofrece a las inversiones en el exterior. Las emisiones de los gobiernos
y las empresas privadas, y la transferencia de disponibilidades a corto plazo a los
mercados de tasas más altas, provoca, entonces, una considerable oferta de dólares: y
ello rebaja su valor en los cambios internacionales, hasta hacerlos transponer el punto
de salida del metálico.
Disminuyen así las existencias monetarias de oro, que después de varios años de
ingente crecimiento habían llegado a un máximo de 4.650 millones de dólares en mayo
de 1927.
Entre agosto del afio recién mencionado.cuando se baja el redescuento y comienzan
resueltamente la~ exportaciones de metálico, y julio de 1928 en que éstas se suspenden
al ascender el tipo a 5 %, dichas existencias se ven privadas de 470 millones de dólares.
Las exportaciones brutas de oro (sin tener en cuenta las importaciones) alcanzaron
en el mismo período a 700 millones de dólares, de los cuales 318 millones se destinaron
a Francia, 131 millones a la Argentina, 58 millones al Brasil. 41 millones a la Gran
Bretaña, 28 millones a Alemania y el resto a otros países.
Afluye. pues, el metálico de los Estados Unidos a los mercados monetarios
exteriores, mientras se mantiene el desnivel de las tasas. Sin embargo, tan pronto como
la actitud de la Reserva Federal y la gran demanda bursátil llevan el precio del dinero
a una altura extraordinaria. se invierte radicalmente ese movimiento y el dólar adquiere
un giro inquietante para la estabilidad monetaria de los países extranjeros.
En punto de la situación bancaria interna, la política liberal de mercado abierto y
redescuento desplegada por el Sistema. permite a los bancos afiliados agrandar la
magnitud de sus préstamos e inversiones. Pero el nuevo crédito concedido se dirige
preferentemente a la especulación bursátil, antes que al comercio y la industria. No
responde, en verdad, esa preferencia, a un hecho ocasional, sino a la marcada predilec-
ción del público por las acciones de aquellas empresas que en los últimos años habían
gozado de singular prosperidad. Así es como la cotización de los papeles sube
rápidamente; también la cantidad de los que se lanzan a la venta. Y para mantener e
impulsar ese movimiento, la Bolsa demanda un volumen creciente de crédito sin
reparar en el interés cada vez más alto que impone el mercado.

EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DEL ORO
557
Gráfico Nº l. Desarrollo del crédito en Estados Unidos
A) Tasa de interés en Nueva York
I
I
8
I
Call money -
/
Documentos comerciales
.6
.... '
·····
...
. ..
.. ·· ..
... ·· '
2
1927
1928
1929

558
RAÚL PREBISCH
Gráfico N2 1 (continuación)
Bl Préstamos de los bancos afiliados
Millones de dólares
10 ººº --------..--------.--------~
Comerciales
,,..,,,,. .......
9.000
- ---
; '
8.000
Con caución
1927
1928
1929
C> Préstamos de la Reserva a lo~ bancos
2 . 0 0 0 - - - - - - - - - . - - - - - - - - - . - - - - - - - - - .
Redescuento
1.000
o
1927
1929

EL MOVIMIENfO INTERNACIONAL DEL ORO
559
Gráfico N2 1 (continuación)
D) Préstamos totales a corredores
MIÍlones de dólares
7.500
250
J-
Préstamos a corredores . Í
6.000
200
I
/
,•, I
,l .... _,
4.500
150
1927
1928
E) Préstamos a corredores por bancos .de,~ ue,·a Yo~

560
RAÚL PREBISCH
3. DESARROLLO DE LA ESPECULACIÓN BURSÁTIL
Propónese, entonces, la Reserva Federal evitar esa diversión de crédito hacia las
actividades especulativas; y recurre para ello a su política restrictiva en la fonna a que
haremos referencia más tarde. Bástenos señalar por ahora, que no obstante el propósito
deliberado del Sistema, el crédito sigue irrigando generosamente los negocios bursá-
tiles. Véase en el gráfico 5, D, cómo se expande el monto del total de préstamos
concedidos a los corredores de la Bolsa de Nueva York. Durante 1927, el incremento
es de 1.140 millones de dólares, y entre enero de 1928 y marzo de 1929, de 2.370
millones.
En este último mes los préstamos totales tocan un máximo de 6.800 millones para
declinar ligeramente en el que sigue.
Esta falla aparente del contralor de la Reserva Federal sobre el volumen del crédito
bursátil. se atribuye al desarrollo de lo que se ha designado con acierto un verdadero
sistema bancario invisible que alimenta la especulación. Trátase de los fondos dispo-
nibles que las grandes empresas, los particulares, y los mercados monetarios extran-
jeros facilitan a los corredores de bolsa, en fonna de préstamos reembolsables a
demanda (cal! numey) o a breve plazo. Otro gráfico que abarca menos que el precedente
porreferirse únicamente a los préstamos a corredores por los bancos afiliados de Nueva
York (gráfico 5, C) comprueba lo que acaba de expresarse. En la procedencia de estos
préstamos se observa que los fondos que tales bancos conceden por su propia cuenta
a los corredores, si bien aumentan en 395 millones de dólares en 1927, bajo el régimen
de crédito fácil de la Reserva, disminuyen luego en 210 millones, en 1928 y los tres
primeros meses de 1929. En cambio los préstamos realizados por esos mismos bancos
por cuenta de otros (grandes empresas, etcétera), que apenas habían ascendido a 219
millones en 1927, experimentan un incremento de l.894 millones en el segundo
período considerado; los préstamos efectuados por cuenta de bancos del interior (que
en su mayor parte provienen de empresas y particulares) suben en 309 millones en 1927
y en 375 millones en 1928 y primer trimestre de 1929. Puede entonces afinnarse que
en el incremento de 3.511 millones en los préstamos a los corredores la participación
directa de los bancos afiliados al Sistema resulta en realidad insignificante.
De no ser así, el volumen de crédito bursátil habría respondido seguramente a la
política de finneza desplegada por la Reserva Federal de Nueva York desde los
comienzos de 1928.
Pero es obvio que las disponibilidades de las grandes empresas y particulares
escapan a los designios de la Reserva. Ocurre, por el contrario, que cuanto más sube
el tipo del interés impulsado precisamente por aquella política y por la intensa demanda
especulativa, tanto más fuerte resulta el acicate para que esas disponibilidades se
inviertan en la Bolsa abandonando colocaciones menos remunerativas
El sistema bancario invisible ha contribuido de esta manera al ingente desarrollo
de los negocios bursátiles en acciones, cuyos valores recientes se reflejan en el índice
representado en el gráfico 5, B), junto al volumen total de los préstamos bursátiles.

EL MOVIMIENTO INI'ERNACIONAL DEL ORO
561
4. AccIÓN DE LA RESERVA FEDERAL
La diversión del crédito hacia la especulación bursátil. al margen de la Reserva
Federal, no significa que ésta haya carecido de toda influencia sobre el volumen de los
préstamos a los corredores. como se desprende del breve análisis que sigue.
La política de crédito fácil iniciada por la Reserva Federal en agosto de 1927. se
revela especialmente en las operaciones de mercado abierto mediante la compra de
grandes cantidades de aceptaciones y títulos públicos, pues el aumento de los redes-
cuentos es muy inferior al de estos conceptos, como puede observarse claramente en
el gráfico 5, C). El volumen de crédito entregado en esta forma por la Reserva a los
bancos afiliados, aumentó en 490 millones de dólares entre agosto y fines del año 1927.
compensando con creces la disminución de 170 millones en las existencias monetarias
de oro. El ensanche consiguiente de las reservas permite a los bancos afiliados
acrecentar sus préstamos (gráfico 5, B). Es muy fácil ver que los préstamos con caución
de acciones, enderezados a los negocios de bolsa, se desarrollan con mucha mayor
amplitud que los préstamos comerciales, según ya hicimos notar en otra parte.
También se ha señalado que la primera reacción contra esta política se inicia a
principios de 1928, cuando la Reserva Federal comienza a vender títulos en el mercado
abierto y a restringir sus compras de aceptaciones, hasta que el volumen de estos
papeles toca un bajísimo nivel en la mitad del año. Desprovistos así de una parte
considerable de sus reservas, los bancos se ven precisados a recurrir al redescuento,
cuyas tasas, de acuerdo con la nueva política restrictiva, son elevadas sucesivamente
a4 %el3 defebrero.41/2%el18de mayo y 5 % el 13dejulioporelBancodeReserva
Federal de Nueva York. Así es como. entre diciembre de 1927 y julio de 1928, el crédito
de la Reserva disminuye en 25 millones de dólares al mismo tiempo que las existencias
monetarias sufren otra declinación de 300 millones.
Estas circunstancias, unidas a la demanda más intensa de crédito que gravita sobre
los bancos afiliados, en virtud del vigoroso resurgimiento de los negocios y del
desarrollo de las operaciones bursátiles, eleva resueltamente los distintos tipos de
interés. sobre todo del call nwney y del dinero a plazos, que reflejan las necesidades
especulativas (gráfico 5, A).
Las consecuencias de la tensión del crédito de la Reserva sobre los préstamos a los
corredores otorgados por su propia cuenta por los bancos de Nueva York, se nota en
los rectángulos inferiores del gráfico 5, E), cuya magnitud se achica sensiblemente
entre diciembre de 1927 y agosto de 1928. Los préstamos a los corredores están
comprendidos en el rubro préstamos con caución de acciones, que abarcan también los
fondos de esta naturaleza concedidos a la clientela ordinaria (gráfico 5, B). Tales
préstamos con caución de acciones recién declinan después de mayo, y con menos
intensidad que los otorgados a los corredores; lo que parecería sugerir que, al descender
estos últimos, la clientela ha podido financiar directamente en los bancos una mayor
cantidad de compras de acciones.
Como quiera que ello sea, la contratación del conjunto de préstamos con caución

562
RAÚL PREBrsCH
en los bancos afiliados, posteriormente a mayo, comprueba que el ascenso de la tasa
de redescuento y la política restrictiva de mercado abierto, comienzan a influir sobre
los préstamos especulativos, cuyo volumen total declina en los meses de junio y julio,
provocando una liquidación pasajera en desmedro de los precios de las acciones
(gráfico 5, D).
Sin embargo, la intervención de un nuevo elemento en este problema interrumpe
por algunos meses el avance que había iniciado la Reserva Federal.
A partir del mes de agosto, la tinanciación de las cosechas y las necesidades
estacionales de los negocios determinan una oferta extraordinaria de aceptaciones en
el mercado abierto. La Reserva se encuentra entonces ante un serio dilema. Si se negase
a absorber grandes cantidades de aceptaciones ocasionaría un grave perjuicio al
mercado de estos papeles (que había recibido siempre un apoyo eficaz del Sistema), en-
torpeciendo al mismo tiempo el desarrollo de los negocios; y si lo hiciese, el incremen-
to consiguiente de las reservas de los bancos afiliados, no tardaría en aligerar la tensión
del mercado monetario.~
Prefirió la Reserva adoptar esta última actitud, rebajando la tasa de interés en la
compra de la5 aceptaciones. De cómo el volumen de éstas se agrandó rápidamente,
ofrecen una idea los rectángulos negros del gráfico 5, C). El crecimiento de estos
papeles permitió a los bancos afiliados, no sólo reducir el importe de los redescuentos
que habían realizado anteriormente a tipos elevados, sino también acrecentar el
volumen del crédito de reserva. El incremento en éste de 320 millones, entre agosto y
diciembre de 1928, y simultáneamente el ascenso de 25 millones de dólares en las
existencias monetarias en virtud de las importaciones de metálico, ejercen una
influencia estimulante sobre el mercado. Reanudan su expansión los préstamos de los
bancos afiliados (gráfico 5, B), especialmente los préstamos con caución de acciones
que, como se recordará, habían sentido los efectos de la política restrictiva precedente.
Esta expansión y el continuo ascenso de los fondos invertidos por cuenta de otros
por los bancos afiliados de Nueva York, siguen impulsando los negocios de la bolsa
hasta comienzos del año en curso, cuando la Reserva Federal vuelve a ganar terreno en
sus propósitos de controlar el mercado monetario. Pasado el movimiento estacional de
las cosechas y la actividad de los negocios propia de fines de año, el Sistema reduce
considerablemente sus existencias de aceptaciones, las que, en abril último llegan al
punto más bajo en muchos años; y al mismo tiempo, líquida una parte de su cartera de
títulos. Ambas medidas contribuyen a rebajar el crédito de la Reserva en 430 millones ·
de dólares entre diciembre de 1928 y abril de 1929,3cantidad que sobrepasa en forma
apreciable el aumento de 85 millones de dólares en las existencias monetarias de
El mercado de aceptaciones bancarias ha dependido excesivamente de la Reserva Federal, que
hasta comienzos de 1929 ha mantenido para estas operaciones, con fines de fomento, tasas artificialmente
bajas. Así lo hace notar el Agente del Banco Federal de Reserva de Nueva York, doctor Randolph Burgess,
cuyo excelente libro sobre The Reserve Banks and the Money Market, recomendamos a los que deseen
conocer la organización y operaciones del Sistema.
Hasta este mes llegan las últimas estadísticas recibidas sobre préstamos bancarios.

EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DEL ORO
563
metálico en el mismo lapso. El resultado de esta política se advierte en seguida en la
contracción de los préstamos a los corredores por cuenta de los bancos de Nueva York,
y algo más tarde en el total de préstamos con caución de acciones. Y a en el mes de marzo
esa contracción anula el crecimiento proveniente de los préstamos por cuenta de otros,
de tal suerte que el conjunto de los préstamos a los corredores (gráfico 5, E) comienza
entonces a descender deprimiendo el precio de la acciones.4
5. LA ESTABILIDAD DEL CRÉDITO EN LA UNIÓN
El propósito meramente informativo de este artículo nos aparta lógicamente de toda
apreciación subjetiva sobre los hechos que hemos procurado describir en páginas
anteriores. Permítasenos, en cambio, agregar que la situación que se plantea a la
Reserva Federal es singularmente complicada.
Es cierto que entre sus resortes está el de elevar nuevamente la tasa del redescuento
arriba de 5 %, y hasta un nivel suficientemente alto como para producir directamente
una liquidación bursátil, o conseguirla indirectamente por reflejo del malestar que se
provocase en las actividades económicas generales. Sin embargo, se reputa que una
actitud semejante implicaría un perjuicio indebido a estas últimas, que atraviesan un
período de genuina prosperidad. Cabalmente, esta consideración ha llevado hasta
ahora al Sistema y los bancos afiliados a conceder al comercio y la industria tasas
preferenciales, mucho más bajas que las que pagan los corredores, como se nota en el
gráfico 5, A), cuyas dos curvas superiores (que reflejan la demanda especulativa) se
alejan considerablemente de las tres inferiores (demanda comercial).
Por otra parte, el ascenso de las tasas acentuaría la atracción que Nueva York, con
sus altos tipos de call money y préstamos a plazo, ejerce actualmente sobre los fondos
disponibles de los países extranjeros. En ellos, los Bancos Centrales, para contrarrestar
la declinación de sus .reservas metálicas tuvieron que subir sus tipos de redescuento,
aun a costas de la depresión de los negocios.
Cualquiera que sea la solución futura de este problema; se considera que la
existencia actual de un elevadísimo volumen de préstamos a los corredores por cuenta
de terceros entraña un peligro para la estabilidad del crédito. Es que los que invierten
así sus fondos, atraídos por el alto interés, están dispuestos a retirarlos en cualquier
momento, sin paráf mientes en los efectos de su actitud. Así ha sucedido ya en algunas
oportunidades, en que los bancos afiliados han debido acudir con sus propios fondos
.
Informaciones recibidas por cable, indican la continuación de este movimiento en junio pasado.
Entre la cifra de este mes y la cifra máxima de marzo, a saber 5.382 millones de dólares, ocurre un descenso
de 297 millones en los préstamos bursátiles.

564
RAÚL PREBISCH
para llenar el vacío ocasionado por el retiro de los préstamos por cuenta de otros; en
esta forma han evitado que las operaciones bursátiles se liquidasen de un modo violento
con la consiguiente perturbación de los negocios en general. Es cierto que al proceder
así los bancos afiliados defienden también sus préstamos con caución de acciones; pero
una situación de esta clase, hace gravitar sobre ellos una enorme responsabilidad
emergente de circunstancias ajenas a su propia política de crédito.
6. DESCENSO DE LAS INVERSIONES EN LOS PAÍSES EX1RANJEROS
Las inversiones de capital estadounidense en el extranjero, que durante el régimen
de bajo interés habían alcanzado una magnitud considerable, disminuyen intensamente
a partir del segundo semestre de 1928, bajo el régimen de tensión monetaria.
Esas inversiones, precisamente, habían permitido que las exportaciones de merca-
derías de los Estados Unidos. a pesar de su posición de país acreedor, fuesen mucho
mayores que sus importaciones. Es que el monto de los nuevos capitales cubría con
exceso los servicios financieros de los invertidos con anterioridad. servicios que, de
otro modo, se hubiesen efectuado permanentemente en mercaderías.
Al disminuir, por lo tanto las inversiones referidas, los países deudores han tenido
que hacer frente a esos servicios con las exportaciones de metálico (o lo que es lo
mismo, con la venta de divisas) mientras se reajusta el volumen de sus importaciones. 5
Ya se ha expresado por otra parte, que el ascenso de las tasas de interés ha sido un
poderoso acicate para la inversión en Nueva York de los fondos disponibles de otros
países, tanto los propios, como los que habían emigrado de los Estados Unidos en el
período anterior de crédito fácil.
Esta transferencia de fondos, ha contribuido también en forma muy activa, junto al
desequilibrio en el balance de pagos de los países deudores, a depreciar las monedas
extranjeras en términos de dólares, estimulando sus exportaciones de metálico a los
Estados Unidos.
Entre agosto de 1928, cuando se reanudan las exportaciones netas de metálico, y
abril de 1929, hasta donde llegan nuestras informaciones, entraron a la Unión 178
millones de dólares, de los cuales 73,3 millones procedieron del Canadá, 66,8 millones
de la Gran Bretaña, 16,5 millones de Alemania, 9,8 millones de la Argentina, y el resto
de otros países.
Se sostiene, por ello, que de continuar la tensión monetaria y la restricción de las emisiones
extranjeras en los Estados Unidos, ese reajuste de las importaciones de otros países, perjudicará sensible-
mente a aquellas industrias de la Unión que más se habían beneficiado con la expansión de las
exportaciones.

EL MOVIMIENI'O INTERNACIONAL DEL ORO
565
7. REFLFJO DE LAS CONDICIONES MONETARIAS DE LOS ESTADOS UNIDOS
Para que pueda observarse fácilmente el reflejo de las condiciones monetarias de
la Unión, sobre los tres mercados más importantes de Europa y la República Argentina,
presentamos tres series de gráficos con las variaciones de la tasa del interés, de las
reservas metálicas,6 y de los cambios sobre Nueva York (págs. 568, 569 y 570). Con
fines comparativos, se ha trazado también la curva de las existencias monetarias de los
Estados Unidos.
·
2. Reservas metálicas
Estados
Gran
Alemania
Francia
Argentina
Unidos
Bretaña
Meses
Oro y
saldos
Oro
Oro
Oro
Oro y
Oro
Oro y
Oro
divisas
divisas
exte-
riores
(en millones de dólares)
1927
Enero
4.527,0
730,4
437,1
573,4
458,5
466,5
Febrero
4.576,0
724,3
436,9
485,5
458,5
492,9
Marzo
4.595,0
725,5
441,1
489,5
458,5
496.2
Abril
4.601,0
742,2
440,7
481,4
458,4
501,2
Mayo
4.651,0
734,2
432,6
451,4
460,5
512,3
Junio
4.606,0
732,4
429,5
445,4
460,7
519,5
Julio
4.575,0
731.1
429,0
471,6
461,0
505,5
Agosto
4.585,0
728,4
441,4
478,8
462,9
523,5
Sept.
4.584,0
727,5
441,1
477,8
491,9
543,6
Octub.
4.566,0
731,4
440,9
479,3
520,4
569,7
Nov.
4.490,0
723,1
442,3
509,5
528,8
573,9
Dic.
4.416,0
737,1
444,2
511,4
539,9
578,8
1928
Enero
4.377,0
755,7
444,2
514,8
564,6
606,9
Febrero
4.373,0
761,l
449,7
516,9
580,6
629,2
Marzo
4.335,0
765,3
460,0
505,0
607,2
648,7
Abril
4.287,0
774,6
486,2
526,2
616,0
664,8
Para facilitar las comparaciooes, las cifras de las reservas han sido reducidas a dólares, según el
aunbio par.

566
RAÚL PREBISCH
2. Reservas metálicas (continuación)
·Estados
Gran
Alemania
Francia
Argentina
Unidos
Bretaña
Meses
Oro y
saldos
Oro
Oro
Oro
Oro y
Oro
Oro y
Oro
divisas
divisas
ex te-
riores
Mano
4.207,0
782,2
486,2
551,4
628,9
677,l
Junio
4.119,0
825,4
496,4
556,0 1.136,4 2.204,4
633,2
681,3
Julio
4.113,0
843,0
524,0
567,9 1.172,2 2.326,6
632,8
680,1
Agosto
4.118,0
842,7
535,5
581,9 1.180,8 2.442,2
632,5
676,0
Sept.
4.125,0
830,1
571,0
613,6 1.200,4 2.421,2
632,0
661,6
Octub.
4.133,0
795,5
603,4
642,2 1.206,8 2.479,9
621,9
655,2
Nov.
4.151,0
774,2
624,8
666,0 1.238,7 2.502,7
621,6
647,1
Dic.
4.142,0
748,4
650,0
687,0 1.253,5 2.533,0
618,5
650,8
1929
.Enero
4.115,0
'743,2
650,0
686,3
1.332,6 2.525,1
616,3
654,3
Febrero
4.143,0
734,3
650,0
673,6
1.334,3 2.524,5
613,8
649,9
Marzo
4.166,0
746,2
639,1
647,7
1.340,1 2.473,4
596,8
635,7
Abril
4.226,0
750,4
450,7
474,3
1.402,9 2.462,3
583,2
622,8
Mayo
790,6
420,4
455,2 1.434,3 2.464,7
571,l
611,7
Junto a la curva de las existencias visibles en la Argentina, se ha trazado la de esas
existencias más los saldos de nuestros bancos en el exterior. Con respecto al Banco de
Francia no es posible conocer las existencias de oro y divisas antes de la estabilización
del franco, pues estas últimas se englobaban bajo otro rubro del activo.
Así que se desenvuelve el período de crédito fácil en la Unión, y crece abundante-
mente la oferta de dólares, esta moneda se deprecia en el mercado internacional.
Obsérvese, en efecto, en nuestros gráficos, cómo el franco, la libra, el reichsmark y el
peso, que habían oscilado, casi siempre, bajo la línea de la paridad, la trasponen en el
segundo semestre de 1927, y se mantienen en un nivel elevado hasta mediados de 1928.
La depreciación del dólar, al estimular las salidas de metálico, disminuye las
existencias monetarias de los Estados Unidos, como puede verse en el gráfico. Y
simultáneamente se acrecientan las reservas de oro del Banco de In.glaterra, del de
Alemania, y en la República Argentina. En el caso del Banco de Alemania, hemos
incluido también las divisas, o sea aquellas disponibilidades que tiene en el extranjero
en forma de papeles inmediatamente realizables en metálico (aceptaciones, cb.eques,
billetes, etcétera).7
La Ley del Banco de Alemania prescribe una garantía mínima del 40% contra los billetes emitidos;
de esta proporción, la cuarta parte puede conservarse bajo la forma de divisas en el extranjero.

EL MOVIMIENTO INI'ERNACIONAL DEL ORO
567
Al invertirse la corriente internacional de fondos en el segundo semestre de 1928,
se deprecian los cambios sobre Nueva York, volviendo nuevamente bajo la línea de la
paridad. Las existencias monetarias de los Estados Unidos comienzan a recobrar el
metálico que habían perdido en el período anterior, mientras se desarrolla, primero, el
movimiento descendente de las reservas del Banco de Inglaterra, luego, el de las
existencias argentinas y más tarde, el de las reservas de oro y divisas de los Bancos de
Francia y Alemania.
Adviértese por lo tanto, una marcada similitud en la repercusión de las alternativas
monetarias de los Estados Unidos sobre esos cuatro países; sin que ello signifique, en
modo alguno, que idénticas manifestaciones no hayan ocurrido en otras partes.
Analizaremos ahora la reacción de algunos mercados monetarios ante esos hechos.
8. EL BANCO DE INGLATERRA
La política de mercado abierto que sigue el Banco de Inglaterra durante las
importaciones de metálico consigue evitar los efectos expansivos que éstas hubieran
tenido en la estructura del crédito. A medida que el oro tiende a elevar las reservas que
los bancos comerciales mantienen en el Banco Central, éste contribuye a reducirlas por
medio de la venta de títulos públicos, en forma análoga a la practicada por los Bancos
de Reserva Federal.
Así logra que el incremento de 120 millones de dólares que sus reservas metálicas
experimentan entre noviembre de 1927 y julio de 1928 (en que alcanzan un máximo
de 843 millones de dólares), no influya apreciablemente sobre el mercado monetario.
Esta política, y la fijeza de la tasa oficial en su nivel de 4 1(2 %, a pesar de la
tendencia declinante de las tasas particulares, demuestran el propósito deliberado del
Banco de Inglaterra de mantener la estabilidad de las condiciones del crédito. Los
hechos han obligado más tarde a reconocer la previsión y el acierto de tal actitud, que,
por otra parte, ha significado para el Banco el sacrificio de una parte de sus ganancias.
En efecto, cuando el oro comienza a salir, el Banco de Inglaterra sabe compensar la
disminución consiguiente de las reservas con la creación de fondos adicionales por
medio de la compra de títulos en el mercado abierto. Neutraliza, en esta forma, el
descenso de sus existencias metálicas con una operación inversa a la que había
empleado para anular los efectos del incremento anterior en las mismas.
El retomo de fondos que Nueva York había invertido previamente en Londres, y
la tansferencia de fondos británicos a ese mercado y a Berlín, explican en gran parte
el desarrollo de las exportaciones de metálico. Cuando éstas reducen las reservas
metálicas al nivel mínimo de 150 millones de libras que recomendara la Comisión
Cunliffe, el Banco decide elevar su tasa 5 1/2 %, el 6 de febrero del año en curso. Con
ello ha podido proteger sus reservas, si bien la influencia perturbadora de Nueva York
no le ha permitido fortalecer sensiblemente la posición de la libra, que después de un
suave ascenso, ha vuelto a caer a niveles que a veces tocan el punto de exportación. Por

568
RAÚL PREBISCH
Gráfico N!! 2. Tasas de interés
( Porcientos l
PARIS
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Tasa Oficial
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1927
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1927
1929
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4
1927
1928
1929
BUENOS AIRES
9
8
Sola firma
7
,,--- -..------ - ' , ______
/
,
/
.....
/
6
------
Listas de Pagarés
5
. .
. .
.
. . i
4
1927
1928
1929
Los datos paralos países extranjeros proceden del Federal Reserve Bulle1i11, lhe Economisl, The S1a1is1
y el W ochenpericht des Instituis fur Konjunklurforschung. Las tasas de interés en Buenos Aires provienen
de las compilaciones que realiza la Bolsa de Comercio, con respecto a los bancos particulares.

EL MOVIMIENfO INfERNACIONAL DEL ORO
569
Gráfico N11 3. Reservas metálicas
IMillnnes de dólares)
ESTADOS UNIDOS V FRANCIA
4700
Estados Unidos
.-
, .... ·-
4600 -
, ___ ...
'""'Oro
, ....... ,,, "
4500
----r· - - · ·
~
-
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4400
[oro y divisas
4300
-""""""' "\\
/
4200
.
4100
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1927
1928
1929
BANCO DE INGLATERRA
1100
1000
900
Oro~
800
·-
---- __,/
-
700
600
.
500
1927
1928 .
1929
BANCO DE ALEMANIA
800
700
,.,,,,,,.-:_ ::-,....._
Oro y divisas ,_,.,,-__...
---~ Oro
-
-
600
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300
.
.
.
200
1927
1928
1929 .
REPUBLICA ARGENTINA
900
800
Existencias de metálico y saldos exteriores
700
,.. ------------------ -------
600
---
-----
~
_,,.,,.,, __,,,_,,.--
Existencia de metálico
·500 7
~
400
.
. . . . . .
.
300
1927
1928
1929
Los datos para los paises extranjeros proceden del J."1.'deral Reserve Bu/letin, Tire Eco11omisr, The Statisr
y el W ochenpericht des lnstituts fur Konjunktuiforschung. Las tasas de interés en Buenos Aires provienen
de las compilaciones que realiza la Bolsa de Comercio, coo respecto a los bancos particulares.

570
RAÚL f>REBISCH
Gráfico N11 4. Cambios sobre Nueva York
(Porcientos de desviaciones a la par)
PARIS Y NUEVA YORK
1 , 0 0 1 . - - - - - - - - - - + - - - - - - - - - _ ; _ ¡ .
_ _ _ _ _ _ _ _
----J
o.so t-\\:--------7dl---==-------+---------I
-o.sol---_:_ _ _ _
¡__ ___
~==::::::t:::=~:_ __
_j
- 1 . 0 0 1 - - - - - - - - - l - - - - - - - - - + - - - - - - - - - I
1927
1928
1929
LONDRES Y NUEVA YORK
1,00
o.so
_ /
-
Par
~
' '-
-o.so
--
-1,00
1927
1928
1929
BERLIN Y NUEVA YORK
1,00
o.so
,,__-..... /
~
,,
Par
-
.... _
\\.._/
-o.so
/
-1,00
.
1927
1928
1929
BUENOS AIRES
o.so
Par
-o.so
-1,00
\\
-1.5
'
1927
1928
1929
Los datos para los países extranjeros proceden del Federal Reserve 8111/etin, Tite Eccmomist, TlteStatist
y el W ochenpericht des l nstituts fur Konjunkturforscltung. Las tasas de interés en Buenos Aires provienen
de las canpilaciones que realiza la Bolsa de Comercio, con respecto a los bancos particulares.

EL MOVIMIENfO INfERNACIONAL DEL ORO
571
ello, el incremento de 56,3 millones de dólares en las reservas metálicas entre el
mínimo de febrero y la última cifra de mayo, se explica menos por la acción espontánea
de los cambios que por las compras de oro que el Banco ha realizado en el mercado
abierto, pagando un precio mayor que el ordinario.
En estas circunstancias, se juzga que la situación monetaria británica seguirá siendo
incierta mientras no se despeje el problema bancario de los Estados Unidos.
9. EL BANCO DE ALEMANIA
Antes de su tensión monetaria, los Estados Unidos invierten en Alemania grandes
cantidades de capitales bajo forma de empréstitos públicos, inversiones particulares,
y colocaciones a corto plazo (en papeles o depósitos bancarios).
Es tal la magnitud de esos capitales, que Alemania puede transferir sin tropiezos las
cuotas del Plan Dawes, importar mercaderías en exceso de lo que exporta, y acrecentar
fuertemente las reservas de oro y divisas de su Banco Central.
Cuando la elevación de las tasas de interés en aquel país interrumpe la corriente de
capitales norteamericanos y provoca el retomo de fondos, en el segundo semestre de
1928, concurren a llenar el vacío, disponibilidades de Francia, de la Gran Bretaña y de
algunos países continentales.
Es por esto que el Banco de Alemania sigue acrecentando hasta fines del afio pasado
sus reservas de oro y divisas. La cifra máxima de diciembre de 1928, a saber 687
millones de dólares, representa un incremento de 242 millones sobre el mínimo de
junio de 1927.
Esta fuerte acumulación de fondos decide al Banco Central a reducir su tasa oficial
de 7 a 6 1/2 % en enero 12 de este afio. Con ello restablece, en cierto modo, el contacto
con las tasas particulares, que habían tendido a bajar durante todo el afio 1928, en virtud
de la afluencia de capitales extranjeros.
La relativa facilidad del mercado monetario de Berlín no se prolonga por mucho
tiempo. La gran altura de las tasas del cal/ nwney y del dinero a plazo en Nueva York,
y la elevación de las tasas en el mercado londinense promueven, algunas semanas
después, un intenso retiro de los fondos a corto plazo invertidos en el Reich. El Banco
de Alemania responde a la demanda de dólares y libras proveniente de esta operación,
del exceso de importaciones y de la transferencia de cuotas, desprendiéndose rápida-
mente de sus divisas en el exterior y exportando metálico.
La intensidad de este descenso y la crisis en la conferencia de los expertos, en los
últimos días de abril, propenden a desarrollar un fuerte pesimismo sobre la estabilidad
futura del reichsmark. El retiro precipitado de los fondos de otros países, la compra
activísima de monedas extranjeras, la retención de sus letras por los exportadores:
constituyen las manifestaciones más evidentes de la especulación bajista que se
desencadena en esas circunstancias.
Las medidas que adopta el Banco de Alemania contrarrestan de inmediato este

572
RAÚL PREBISCH
movimiento especulativo. Sin estar obligado a convertir sus billetes en oro o divisas.
sigue vendiendo toda cantidad de moneda extranjera que se le solicite. Pero se cuida.
al mismo tiempo, de restringir el crédito, no sólo por la elevación de la tasa oficial (de
6 1/2 a 7 1/2 % el 25 de abril) sino también por el contralor directo de los préstamos,
sobre todo en casos en que los fondos concedidos se empleaban (directa o indirecta-
mente) en la retención de letras o en la compra de monedas extranjeras.
La defensa del patrón oro ha costado a Alemania la pérdida de 232 millones de
metálico y divisas entre el mes de enero y mayo pasados. Pero los hechos parecen
indicar que su situación monetaria se ha consolidado, al subir su cambio arriba de la
paridad con el dólar en las últimas semana<i, bajo la influencia favorable de la
reinversión de fondos de París y otros mercados. Ello es una prueba, por otra parte. de
que la política del Banco Central y el arreglo de las reparaciones han restablecido por
completo la confianza en la moneda alemana.
10. BANCO DE FRANCIA
El retorno de capitales franceses y la confianza en el aumento del valor del franco,
ocasiona una gran demanda de esta moneda antes de su estabilización (junio de 1928).
Así es como el Banco de Francia puede acumular fuertes cantidades de divisas en el
exterior. Después de la estabilización, las divisas siguen creciendo hasta llegar a un
máximo de l .280 millones de dólares en diciembre de 1928.
Después de esta fecha comienza un descenso que a fines de mayo alcanza a 210
millones de dólares. Concurren principalmente en e:;;te hecho. la transferencia de
disponibilidades a mercados exteriores de más alto tipo de interés. y la transformación
en metálico, con destino a las reservas del Banco, de una parte de esas divisas.
Las reservas metálicas se acrecientan continuamente después de junio de 1928;
pero una buena proporción del aumento proviene del oro que los habitantes van
entregando a cambio de los billetes bien saneados de la circulación actual.
No obstante la condición de los mercados extranjeros, el Banco de Francia
mantiene su tasa de 3 1/2 %. Se aduce como razones para ello. la gran abundancia de
sus recursos y el deseo de desprenderse de una parte de sus divisas y de expandir su
cartera de redescuentos por lo menos hasta el nivel prebélico.
11. REPÚBLICA ARGENTINA
La considerable inversión de capitales extranjeros (principalmente norteamerica-
nos) y los saldos positivos de nuestro intercambio exterior. al exceder las partidas
pasivas del balance de pagos y llevar nuestro peso a una posición favorable, provocan

EL MOVIMIENfO INfERNACIONAL DEL ORO
573
una fuerte corriente de importaciones de oro en el último semestre de 1927 y el primero
de 1928. Así lo hemos apuntado en números anteriores.
Se han señalado también los factores estrechamente ligados al movimiento contra-
rio del metálico que se inicia en la segunda mitad de 1928 y adquiere mayores propor-
ciones en el curso de este año. Por un lado, las inversiones extranjeras se reducen
intensamente, después de haber abultado la cifra anterior de los servicios financieros;
y disminuye el saldo positivo de nuestro intercambio exterior, a raíz de la contracción
de las exportaciones y el incremento de las importaciones. Por otro lado, las facilidades
del mercado monetario local (ligadas precisamente a la acumulación previa de metá-
lico), permiten a los exportadores retener una parte de sus letras; a la vez que estimulan
la transferencia de algunas disponibilidades a los mercados extranjeros.
3. Movimientos del metálico, de los billetes en circulación
y de las reservas bancarias
Import.
Existencias visibles de metálico
Billetes
Existen-
export.
Meses
Banco de
Caja de
en cir-
cias
de
la Nación
Con ver-
Totales1
culación
bancarias
metálico
Argentina
sión
(Aumentos o disminuciones de un mes respecto al precedente, en miles de m$n)
1927
Enero
710
-2
289
-10.155
10.M4
Febrero
245
-127
59.950
-60.077
Marzo
749
-65
-39.389
39.324
Abril
233
-1.555
-117
7.292
-7.409
Mayo
5.656
-61
4.581
4.972
-13.625
18.597
Junio
698
4
292
-15.523
15.815
Julio
1.661
687
709
20.379
-19.670
Agosto
4.952
3
4.322
4.644
4.997
9.641
Septiembre
65.558
53.976
11.516
68.357
4.606
63.751
Octubre
71.078
53.828
14.460
67.146
-9.330
76.476
Noviembre
19.019
15.583
2.236
19.636
-10.672
30.308
Diciembre
26.146
4.698
20.832
26.126
63.765
-37.639
1928
Enero
60.621
49.466
9.954
58.246
-540
58.786
Febrero
35.921
22.375
14.843
37.732
14.127
23.605
Marzo
62.671
45.681
16.082
62.509
15.966
46.543
Abril
24.615
14.117
7.525
20.799
-10.483
31.282

574
RAÚL PREB1scu
Cuadro 3 (continuación)
Existencias visibles de metálico
Import.
Billetes
Existen-
export.
Meses
Banco de
Caja de
en cir-
cias
de
la Nación
Con ver-
Totales1
culación
bancarias
metálico
Argentina
sión
Mayo
29.325
18.724
7.021
30.344
-15.537
45.881
Junio
12.814
6.394
6.693
10.150
4.110
6.040
Julio
12
2
-1.184
-872
-7.360
6.488
Agosto
4
-4
-796
-789
3.976
-4.765
Septiembre
-294
-6
-843
-1.033
-9.343
8.310
Octubre
-23.179
-82
-23.777
-23.934
-6.281
-17.656
Noviembre
10
2
-591
-560
-9.581
9.024
Diciembre
-6.477
-3
-7.484
-7.466
65.687
-73.153
1929
Enero
-4.012
-34.545
29.395
-5.085
678
-5.763
Febrero
-2.355
-3
-5.868
-5.862
2.956
-8.818
Marzo
-42.221
-40.707
-40.014
13.356
-53.370
Abril
-33.665
-42.428
4.412
-32.207
3.930
-36.137
Mayo
-27.543
-9.424
-11.641
-28.442
-24.401
-4.039
Junio 2
-62.152
-55.123
-28.030
Incluidas las existencias de metálico en los otros bancos.
Cifras provisionales.
El gráfico 9 ilustra los aumentos o disminuciones que el movimiento de metálico
ha determinado en las existencias visibles del mismo, los billetes en manos del público,
y las reservas bancarias.
Entre comienzos de mayo de 1927 y fines del primer semestre de 1928, las
existencias visibles de oro se acrecientan en un equivalente de m$n 411, 7 millones, de
los cuales 284,8 millones refuerzan las tenencias del Banco de la Nación, m$n 120,8
millones las de la Caja de Conversión, y m$n 6,1 millones las de otros bancos
(comprendidos en nuestra estadística).
De los billetes que emite la Caja, tan sólo 42·,2 millones van a engrosar la circulación
en manos del público; el resto, más el metálico no convertido, permanecen en las
reservas bancarias, las que, por lo tanto. experimentan un incremento de m$n 369,4
millones.
En virtud de este último hecho, las exportaciones de metálico efectuadas en el
período siguiente no afectan la circulación en manos del público. Entre comienzos de
julio de 1928 y fines de mayo pasado, en efecto, los billetes.en circulación crecen en

EL MOVIMIENTO INTERNACIONAL DEL ORO
575
Gráfico N11 S. Movimie~to del metálico,de los billetes en circulación,
y de las reservas bancarias (en millones de m$n)
A) Importaciones y exportaciones de metálico
80
60
40
20
º~._.-........
20
40~
: L ................ ~~~ ........ ~ ...................... ~ ........ ~~ ........ ~1.L
1927
1928
1929
B) Metálico en el Banco de la Nación Ar~entina
5 0 . . - - - - - - - r - - - - - - - - . - - - - - - ,
60
Aumentos
40
20
___ ...., .......
º~
20
40
60
80 .....,U-.1....._, ...................................... ~
....... ....._ ................. ~~
.................................
1927
1928
1929
CI Metálico en la Caja de Conversión
80~-----~--------------.
60
· Aumentos
40
20
ol---&-.....alll..ljlllb.l.._-.~l._A1r.r~---l
20
40
Disminuciones
60
80 ......_....._......._ ......................... ~
...................................................... '-'-!~ ................ ...........
• 1929
1927
1928
Los aumentos o disminuciones representan la diferencia entre la cifra de cada mes y la del mes anterior.
Los rectángulos blancos expresan datos provisionales para junio de 1929.

576
RAÚL PREBISCH
Gráfico N11 5. (Continuación)
D) Existencia visible de metálico
80.--~~~~~-,-~~~~~-,-~~~~~---,
60
40
20
... __
º~___.
20
40
Disminuciones
60
80 U...U...U...U...J....l.~....L.1....L.1....i....L-L.1...L...L..L. ....... ....L..1'-L..J ........ ~
..................
1927
1928
1929
E) Billetes en circulación (en el público)
so~~~~~~~~~~~~-r-~~~~---.
60
Aumentos
40
20
o ~
... ~i.---~--a..r"w-.,..ii
..... .-~___,
20
40
Disminuciones
. 60
80L..L..l-Ll ................... ,_,_.&....L. .......................... ._.._ ............... ..L-L ...........................
1927
1928
1929
F) Existencias bancarias
20
o lllW ................
20
40
60
Disminuciones
80 ................................................................................... ~
...................................... .............
1927
1928
1929
Los aumentos o disminuciones representan Ja diferencia entre Ja cifra de cada mes y Ja del mes anterior.
Los rectángulos blancos expresan datos provisionales para junio de 1929.

EL MOVIMIENTO INfERNACIONAL DEL ORO
577
33,6 millones,8 al mismo tiempo que las existencias visibles de metálico disminuyen
en 146,3 millones; de ahí que las reservas bancarias se contraen en 179,9 millones.
En esa rebaja de las existencias visibles de metálico, corresponden m$n 86,5
millones al Banco de la Nación Argentina; m$n 59, 1 millones a la Caja de Conversión
y una cantidad insignificante a los otros bancos. Como aquél, hasta fines de mayo, no
realiza exportación alguna, el descenso de sus tenencias metálicas se debe a los
depósitos que realiza en la Caja de Conversión para obtener su equivalente en billetes.
mientras los otros bancos extraen oro con destino a la exportación.
El decrecimiento de las existencias visibles de metálico absorbe el 35,5 % del
incremento acaecido en el período anterior y constituye el 9 .8 % de la cifra máxima de
las mismas, antes de comenzar las exportaciones.
Hasta fines de junio pasado, las exportaciones9 de metálico alcanzan a un equiva-
lente de m$n 201,9 millones, de los cuales m$n 106,6 millones fueron enviados a
Nueva York; m$n 52,4 millones a París; m$n 18,1 millones a Londres; 17,1 millones
a Río de Janeiro; m$n 5,3 millones a Alemania y m$n 2,4 millones a Génova.
'
Esta cifra se descompone así: aumento hasta fines de abril, m$n 58 millones, disminución en mayo
m$n 24,4 millones.
Los aumentos o disminuciones de las existencias visibles de metálico no coinciden estrictamente
CM las importaciones o exportaciones del mismo, debido a que se realizan algunos movimientos internos
de oro (de escasa amplitud) en los que intervienen instituciones no comprendidas en la estadística de
aquellas existencias.

46
LA CARNE ARGENTINA
EN EL MERCADO BRIT ANICO*
La tendencia creciente del consumo global de carne vacuna en la Gran Bretai\\a
después de la guerra, se ha interrumpido en los dos últimos años, cuyas cifras son
inferiores al máximo alcanzado en 1926, según se observa en este cuadro:
Consumo
Importación neta2
de carne
Prod.
Consumo
vacuna
interna1
total
en Gran
Chilled
Conge-
Conser-
TotaP
Bretaña
lada
vada
1
1
1
Años
(En toneladas)
1919
807.600
6.400
320.800
111.400
441.800
1.249.400
1920
801.000
51.500
415.200
6.500
476.500
1.277.500
1921
809.300
152.800
404.600
18.100
582.600
1.391.900
1922
779.800
303.200
199.800
39.400
555.400
1.335.200
1923
818.100
386.700
240.500
37.400
676.900
1.495.000
1924
816.100
419.500
199.000
44.100
672.500
1.488.600
1925
819.100
417.600
195.700
60.100
686.600
1.505.700
1926
822.300
491.400
176.900
51.100
728.600
1.550.900
1927
833.200
527.700
131.000
48.400
708.300
1.541.500
19284
823.400
485.000
123.700
50.000
663.000
1.486.400
Las cifras de la producción interna han sido tomadas de la Weddel's Annual Review of the Frozen
Meat Trade; las de importaciones de los "Accounts Relating to Trade and Navigation of the U.K."
2
Importaciones menos reexportaciones.
Incluidas pequeñas cantidades de carne fresca y salada.
Excluida la carne de ternero.

N. del Ed. Revista Económica: 2, 7,julio de 1929, págs. 143-144. Publicádo sin finna. La
redacción de la Revista era responsabilidad de Raúl Prebisch. En esta llamada se consigna: "Por razones
de espacio sólo publicamos esta parte de un artículo sobre 'El comercio de carne vacuna'. El resto aparecerá
en el próximo número".

LA CARNE ARGENfINA EN EL MERCADO BRITÁNICO
579
Adviértese también en estas cifras que en la tendencia susodicha interviene
principalmente la carne importada, pues la de producción interna apenas revela un
ligero ascenso. El promedio anual de ésta durante el último quinquenio, a saber 822.800
toneladas excede tan sólo en 1,3 % al del quinquenio prebélico; mientras que el
promedio de las importaciones, o sea 691.800 toneladas, denota un acrecentamiento de
60,6%.
A su vez, el descenso del consumo global en los dos últimos años se explica por la
baja acontecida en las importaciones después del máximo de 1926.
En el impulso ascendente de las importaciones de carne vacuna prevalece la de
procedencia argentina, por cuanto su volumen tiende a crecer con mayor rapidez que
el conjunto de aquéllas, reconquistando el terreno perdido durante la guerra. Así es
como en el último quinquenio la proporción de nuestra carne en las importaciones
totales de carne vacuna alcanza a 74,1 %, esto es, algo más que la cifra de 72,6 %
registrada en el quinquenio 1910-1914. Pero como esas importaciones, han acrecen-
tado su importancia relativa dentro del consumo global de carne vacuna en la Gran
Bretaña, la participación del producto argentino en dicho consumo se eleva de 24.5 %
en el quinquenio anterior a la guerra a 33,4 % en el último quinquenio.
Esta expansión del consumo de carne argentina en la Gran Bretaña, se ha revelado
en la magnitud creciente de las importaciones de chilled, cuya mayor parte, como se
sabe, procede de nuestro país, según se desprende de este cuadro:
Importa-
Otros
ciones de
Argentina
Uruguay
países
Total
chilled
Años:
(En toneladas)
1919
6.300
100
6.400
1920
48.800
2.700
51.500
1921
138.500
13.600
700
152.800
1922
264.100
39.700
100
303.900
1923
354.200
32.900
600
387.700
1924
394.100
26.800
800
421.700
1925
381.600
36.000
700
418.300
1926
455.000
35.600
1.000
491.600
1927
507.700
17.100
4.200
529.000
1928
439.200
29.700
17.000
485.900
Las cifras de importaciones de este cuadro y el siguiente difieren de las del cuadro anterior por cuanto
éstas incluyen las reexportaciones de carne.
Entre 1927 y 1928 la proporción del chilled argentino desciende de 96 % a 90,4 %,
esto es al nivel sobre el que oscila en los últimos años. En cambio, las importaciones
de carne congelada acusan una persistente declinación posterionnente a las cifras

580
RAÚL PREBISCH
Cantidades y precios medios de la carne vacuna
importada en la Gran Bretaña
(Cantidades)
Miles de toneladas
1.000 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
900
800
Otras
700
600
500
400
300
200
100
o
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927 1928

LA CARNE ARGENilNA EN FL MERCADO BRITÁNICO
581
Cantidades y precios medios de la carne vacuna
importada en la Gran Bretaña
(Precios medios)
En libras por toneladas
125
100
75
50
25
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
Chilled
Congelada

582
RAÚT. PRE.BISCH
anormales de la guerra; y la de procedencia argentina tienden a bajar con más
intensidad que el conjunto, como surge de este cuadro:
Importa-
Otros
Posesiones
ciones de
Argentina
Uruguay
paf ses
británicas
Total
congelado
Años:
(En toneladas)
1919
190.200
15.600
51.400
66.200
323.400
1920
283.300
38.000
30.300
98.700
450.300
1921
241.600
48.000
16.500
132.000
438.100
1922
122.600
18.600
6.700
93.700
241.600
1923
138.200
24.900
8.400
87.200
258.700
1924
113.100
24.400
7.300
71.400
216.200
1925
78.600
15.600
14.900
103.000
212.100
1926
74.800
14.400
5.800
90.600
185.600
1927
79.500
12.800
10.600
49.500
152.400
1928
39.000
9.600
9.500
74.9001
133.QOO
1 Excluidas otras posesiooes.
Recientemente, el descenso de las importaciones de congelado argentino, unido al
repunte ocurrido en el de las posesiones británicas, lleva nuestra proporción de 52,2 %
en 1927 a 29,3 % en 1928, en el conjunto de las importaciones de esta carne.
La restricción en las importaciones en el último año con respecto al anterior, ha sido
acompañada de precios más altos. El promedio de las cotizaciones del chilled, se acerca
así al primer máximo alcanzado en 1925 después del reajuste de la postguerra; el
promedio de la carne congelada constituye la cifra más alta en el mismo período, como
se observa en estos guarismos:
Precios
Promedio de precios
Valores de las
y valores de las
importaciones
importaciones
Chilled
Congelado
de carne vacuna
Años:
(;[por tonelada)
(Miles del)
1919
91.690
92.750
48.800

47
LOS PAGOS INTERNACIONALES
Y EL CICLO MONETARIO *
l. SUMARIO
Hemos aludido frecuentemente a la estrecha vinculación entre las exportaciones de
metálico y el déficit en el balance de pagos internacionales. Pero recién ahora es posible
estimar numéricamente los dos principales ítems de este último, gracias a la publica-
ción de las cifras del comercio exterior en los primeros nueve meses del año pasado.
El crecimiento que experimentan las importaciones bajo el influjo de las fuerzas
mencionadas en el número anterior, y el descenso simultáneo de las exportaciones con
respecto al mismo lapso de 1928, han rebajl\\do el saldo positivo del intercambio
comercial a una cantidad muy inferior a la requerida para cubrir el volumen normal de
nuestros servicios financieros externos, públicos y privados. Si a ello se añade que la
corriente de capitales extranjeros parece haberse reducido a escasas proporciones,
mientras en meses recientes algunos fondos argentinos se transferían al exterior para
invertirse en colocaciones remunerativas a corto plazo, primero, y en papeles ofrecidos
a precios de liquidación más tarde, podrá explicarse fácilmente la magnitud alcanzada
por las exportaciones de oro.
La consiguiente declinación en las existencias metálicas engendra una serie de
perturbaciones características de la fase. descendente del ciclo monetario iniciado
cuando ese oro afluía a nuestro país. Y aquellos factores que promueven este
desenvolvimiento son precisamente opuestos a los que intervienen en la fase preceden-
te de ascenso en 1927 y gran parte de 1928. Entonces, el superávit del balance de pagos,
determinado por el considerable exceso de las exportaciones sobre las importaciones
y la amplitud con que se invierten nuevos capitales extranjeras, restablece rápidamente
el valor de la moneda argentina, le hacen transponer el punto de entrada del oro, y
estimula la introducción de fuertes partidas de este metal.
Desde septiembre de 1928 hemos perdido todo el oro que se incorpora durante ese
período. Este hecho y la suspensión de los embarques a raíz de la clausura de la Caja
* N. del Ed. Revista Económica: 2, N2 12, diciembre de 1929, págs. 221-227. Publicado sin finna.
La redacción de la Revista era reponsabilidad de Raúl Prebisch.

584
RAÚL PREBISCH
de Conversión (como no se exporte las tenencias metálicas de los bancos) ofrece la
oportunidad de recordar los rasgos más significativos del ciclo monetario presente,
según fueron analizados periódicamente durante su desarrollo.
Los saldos positivos del balance de pagos provocan un intenso acrecentamiento en
los depósitos y las existencias bancarias, y un aumento menos importante en los billetes
en circulación. Pero los saldos negativos. si bien privan a dichas existencias del dinero
que hubieron recibido anteriormente, apenas desinflan los depósitos y el circulante en
manos del público, pues la expansión del crédito, que se desarrolla paralelamente, llena
los claros producidos en unos y otros por la activa transferencia neta de fondos al
exterior. Por lo tanto, con menores existencias y mayores depósitos y préstamos que
en el punto de arranque del ciclo en 1927, el mercado monetario se desenvuelve
actualmente en condiciones de tirantez reflejadas en encajes relativamente bajos y en
la firmeza de los tipos del dinero.
Tal es, en síntesis, lo que trataremos de explicar objetivamente en las siguientes
líneas.
2. EL BALANCE DE PAGOS EN 1928-1929 Y 1927-1928
Las siguientes cifras sobre el intercambio comercial publicadas recientemente por
la Dirección General de Estadística de la Nación, permiten conjeturar, en términos muy
generales, los resultados del balance de pagos en el afi.o económico 1928-1929,
terminado el 30 de septiembre último, y comparar sus resultados con los del año 1927-
1928, según los cálculos que sobre el mismo ha realizado una autoridad en la materia.
Comercio exterior argendno, por años económicos
Años
Importaciones
Exportaciones
Intercambio
(valores
económicos
(valores
comercial
Saldos
de tarifa)
reales)
(en miles de m$n)
1927-28
1.857.300
2.395.800
4.253.100
538.500
1928-29
2.042.900
2.275.900
4.318.800
233.000
Como se advierte en ese cuadro, mientras las importaciones de 1928-1929
sobrepasan en m$n 185,6 millones (10 %) las del año económico precedente, las
exportaciones son inferiores en m$n 119,9 millones (5 %). En consecuencia, el saldo

l..oSPAGOSINTERNACIONALES
585
positivo del intercambio apenas llega a m$n 233 millones contra m$n 538,5 millones
en 1927-1928.1
Ese exceso de las exportaciones sobre las importaciones en 1928-1929, no alcanza
a cubrir la mitad de las transferencias de fondos al exterior exigidas por nuestros
servicios financieros, las remesas de los residentes extranjeros y los gastos de viajeros,
que han sido estimados aproximadamente en m$n 550 millones para el año económico
precedente. Si a esta cifra, en el supuesto probable que no haya variado sustancialmen-
te, se le agregan los m$n 32 millones transferidos por los bancos con el fin de aumentar
sus disponibilidades en el exterior, según nuestras compilaciones estadísticas, se llega
groseramente a un total de débitos por valor de m$n 582 millones. Estos débitos, al
superar en m$n 349 millones el saldo positivo del intercambio comercial, constituyen
el déficit aparente del balance de pagos en 1928-1929, déficit que ha debido ser
compensado en su mayor parte con los m$n 284,8 millones de metálico exportados en
ese período. Queda, sin embargo, una diferencia de m$n 64,2 millones, susceptible de
atribuirse a varios factores que no hemos podido estimar, pero que no han de alterar
fundamentalmente la característica de este balance en déficit. a saber: inversiones de
capitales extranjeros en mayor proporción que las transferencias de fondos argentinos
al exterior; movimientos de créditos comerciales fuera de los bancos; e imperfección
y deficiencia de los cálculos estadísticos. He aquí el resumen numérico:
El balance de pagos en 1928-1929
(Estimación grosera para el año económico terminado el 30 de septiembre
de 1929, en miles de m$n)
Créditos:
Exceso de exportaciones sobre importaciones
$
233.000
Débitos:
Servicios financieros, remesas de inmigrantes y gastos de viajeros
$
550.000
Aumento de disponibilidades exteriores
$
32.000
Total de débitos
$
582.000
Exceso de débitos sobre créditos (déficit)
$
349.000
Exportaciones de metálico
$
284.800
Saldo sin especificar
$
64.200
Las cifras de las importaciones representan sus "valores de tarifa" que, según se nos ha informado,
se aproximan mucho a la realidad en lo presente, no obstante la creencia difundida de que constituyen cerca
del 85% de los "valores reales". Así parece desprenderse de una investigación iniciada en 1928, que se
prosigue actualmente, con el fin de construir un nuevo índice para el cálculo de dichos valores reales.
Mientras no se publiquen los resultados de esta tarea, hemos preferido considerar exclusivamente los
valores de tarifa, por reputados más satisfactorios que las cifras reales calculadas en los últimos años
mediante un índice elaborado con una cantidad insuficiente de artículos.

586
RAÚL PREBISCH
El balance de pagos del año económico tenninado el 30 de septiembre pasado
revela, pues, un fuerte déficit que contrasta con el superávit del ejercicio 1927-1928.
En los cálculos referentes a éste, el autor2 llega a un saldo pasivo "sin especificar" de
m$n 286,4 millones, o sea, "el monto a que asciende el desnivel del balance de pagos
que numéricamente no ha podido fijarse·•.
Sin embargo, si en lugar de tomarse los "valores reales" de las importaciones, que
probablemente son exagerados, se considera sus valores de tarifa; si al valor de las
exportaciones se aplica el coeficiente de corrección empleado en su último infonne
sobre el intercambio por la Dirección General de Estadística; y si se tiene en cuenta la
disminución de disponibilidades bancarias en el exterior, de acuerdo con nuestros
datos: dicho saldo sin especificar se reduce considerablemente. Véase los guarismos:
El balance de pagos en 1927-1928
(En miles de m$n)
Créditos:
Exceso de exportaciones sobre importaciones
$
538.500
Inversiones de capital extranjero
280.900
Disminución de disponibilidades exteriores
40.000
Total de créditos
$
859.400
Débitos:
Dividendos de ferrocarriles
$
180.000
Servicio de la deuda pública
145.000
Servicio de las cédulas hipotecarias
17.000
Réditos de otros capitales extranjeros
86.000
Remesas de residentes extranjeros
77.000
Gastos de viajeros (saldo)
45.000
Títulos importados
8.400
Cancelación de la deuda a corto plazo
22.700
Total de débitos
$
581.100
Exceso de créditos sobre débitos (superávit)
$
273.300
Importaciones de metálico
342.000
Saldo sin especificar
$
63.700
Véase C. A. Tomquist, Balance de pagos de la República Argentina, correspondiente al año
económico 1927-1928.

W PAGOS INTERNACIONALES
587
Según estas cifras, los créditos sobrepasaron en m$n 278,3 millones a los débitos
de nuestras cuentas internacionales en 1927-1928. Ese superávit aparente se ha
liquidado mediante considerables importaciones de metálico que en el período en
cuestión fueron de m$n 342 millones. La diferencia de m$n 63,7 millones constituye
el saldo siil especificar, que debe atribuirse a las variaciones en rubros no considerados
y a deficiencias de la estadística.
3. DESARROLLO MONETARIO DURANTE EL CICLO
Se ha explicado en otra oportunidad cómo la compra de letras y transferencias en
moneda extranjera por los bancos, al acreditarse o pagarse a los vendedores del importe
correspondiente, dilata sus depósitos en cuentas corrientes y acrecienta los billetes en
manos del público, y cómo esos depósitos se contraen y los billetes reingresan a las
áreas bancarias cuando aquéllos venden fondos extranjeros.
Por ello es que, en la época del superávit mencionado en nuestro balance de pagos,
el exceso de oferta de moneda extranjera sobre la demanda se traduce en la expansión
neta de estos rubros, al mismo tiempo que, en el mercado de cambios, promueve la
valorización progresiva del peso y el desarrollo de las importaciones de metálico.
En consecuencia, entre mayo de 1927, punto de partida de la fase ascendente del
ciclo monetario y comienzos de septiembre de 1928, cuando termina, los. depósitos
corrientes de los bancos aumentan en m$n 170 millones, y los no sujetos a cheque, en
m$n 239 ,4 millones, o sea un total de m$n 409 ,4 millones. El acrecentamiento de los
primeros se comunica, pues, a los otros depósitos, como que después de circular en el
mercado por medio de cheques o de dinero en efectivo, retornan en mayor o menor
grado a los establecimientos de crédito, ya sea en forma de depósitos de índole similar
a los originarios, o de fondos de ahorro o a plazo fijo.
Simultáneamente, los billetes en manos del público aumentan en m$n 38,9
millones, a expensas de los establecimientos de crédito.
Pero el metálico importado permite a éstos resarcirse con creces de esta pérdida y
acrecentar considerablemente sus existencias en m$n 371,2 millones. En otros térmi-
nos, la mayor parte del oro importado se aloja en las arcas bancarias, ya sea en especie,
ya en billetes emitidos por la Caja de Conversión contra depósito de su equivalente; y
el resto se incorpora a la circulación del público en forma de billetes.
Este incremento de dinero en manos del público, y sobre todo el crecimiento
susodicho en los depósitos en cuentas corrientes, eximen al mercado del uso activo del
crédito para mover sus negocios. En virtud de ello los préstamos bancarios declinan
continuamente y recién inician su ascenso dos meses antes de comenzar el reflujo del
oro en septiembre de 1928; así es que a principios de este mes la cifra de los préstamos
es inferior en m$n 54,5 millones al saldo inicial del período.
Aquel considerable acrecentamiento de las existencias bancarias impulsa la pro-
porción del encaje de 16,7 % en mayo 111 de 1927 a 24,5 % en Septiembre 111 de 1928;

Las exportaciones de metálico desde su iniciación
Ul
00
00
(o$a reducido a m$n)
Origen de las exportaciones
Destino de las exportaciones
Meses
Total
Banco de
Otros
Bancos
Estados
Gran
la Nación
bancos
extran-
Alemania
Francia
Italia
Unidos
Bretaña
Argentina
argentinos
jeros
Septiembre de 1928
294.432'
-
-
294.432
Octubre de 1928
23.178.591'
-
572.727 22.605.864
10.599.546
Noviembre de 1928
Diciembre de 1928
6.477.500
-
-
6.477.500
1.766.591
-
4.710.909
-
:;.:l
Enero de 1929
4.009.092'
-
-
4.009.092
-
-
-
-
-
>
Febrero de 1929
2.355.455
-
-
2.355.455
2.355.455
-
-
-
-
~'
Marzo de 1929
42.221.524
-
4.710.909
37.510.615
18.078.114
-
-
21.787.955
2.355.455
'ti
Abril de 1929
31.309.775'
-
5.299.773
26.010.002
14.721.591
4.581.818
-
11.777.274
-
i
Mayo de 1929
27.640.184
-
7.179.772 20.460.412 11.8422.272
4.009.091
-
11.788.821
-
@
Junio de 1929
78.112.000
11.777.273
36.095.250
30.239.477
57.120.364
9.736.364
5.366.636
-
5.888.636
Julio de 1929
30.330.364
23.554.546
4.655.900
2.119.909
20.207.636
-
1.122.728
Agosto de 1929
12.780.455
5.888.636
-
6.891.819
10.489.546
2.290.909
Septiembre de 1929
26.405.159
12.955.000
-
13.450.159
14.309.386
5.154.545
3.996.909
-
2.944.319
Octubre de 1929
43.203.136' 116.036.364
-
26.089.454
3.595.045
24.462.000
9.846.318
-
5.299.773
Noviembre de 1929
59.289.641' 13.745.455
13.650.000 23.121.818
6.890.218
40.772.486
9.271.483
-
2.355.454
Diciembre de 1929'
38.701.317'
-
9.148.864 22.911.226
463.942 26.522.516
10.974.859
-
740.000
Totales
426.308.625
83.957.274 81.313.204 244.547.234 181.439.706 117.529.729
40.578.933
50.064.959
19.583.637
Hasta el cierre de la Caja de Conversión (17 de diciembre).' En el total se han incluido las siguientes exportaciones a Río de Janeiro: septiembre
de 1928, m$n 294.432; octubre m$n, 12.579.045, enero 1929, m$n 4.009.092 y abril 1929, m$n 229.092. 'En octubre, noviembre y diciembre de 1929,
se incluyen en el total m$n 1.077.318, m$n 8. 772.368, y m$n 6.641.227, respectivamente, exportados por particulares. Las cifras han sido compiladas
por la Oficina de Investigaciones Económicas y contraloreadas con las de una importante finna de corredores.

Los PAGOS INTERNACIONALES
589
Desarrollo del mercado monetario durante el ciclo
Exist encias
Existencias
Billetes
Depósitos
Saldos mensuales
visib les de
bancarias
en el
en
y sus diferencias
me tálico
en efectivo
oúblico
Ctas. Ctes.
(En millones de m$n)
1 ºde mayo de 1927
1.07 9,9
576,7
796,1
1.139,4
1° de septiembre de 1928
1.4 89,9
947,9
835,0
1.309,4
1° de diciembre de 1929
1.08 8,9
556,8
825,1
1.153,3
Diferencias:
1° de mayo 1927 - 1° de
septiembre de 1928
4 10,0
371,2
38,9
170,0
1° de septiembre de 1928 -
1 ° de diciembre de 1929
-40 1,0
-391,1
-9,9
-156,1
1° de mayo de 1927
1 ° de diciembre de 1929
9,0
-19,9
29,0
13,9
Saldos mensuales
Dep ósitos
Depósitos Préstamos T't
nos u jetos
1
1 Encaje
y sus düerencias
totales
totales
1 uos
%
ach eaue
(en millones de m$n)
1° de mayo de 1927
2.315,2
3.454,6
3.384,9
125,3
16,7
1° de septiembre de 1928
2.554,6
3.864,0
3.330,4
198,3
24,5
1° de diciembre de 1929
2.686.7
3.840,0
3.810,3
203,8
14,5
Diferencias:
1 ° de mayo de 1927 - 1 ° de
septiembre de 1928
239,4
409,4
-54,5
73,0
7,8
1° de septiembre de 1928 -
1 ° de diciembre de 1929
132,l
-24,0
479,9
5,5
-10,0
1° de mayo de 1927 -
1 ° de diciembre de 1929
371,5
385,4
425,4
78,5
-2,2
y los bancos rebajan sus tasas de interés acicateados por el propósito de colocar una
mayor parte de sus disponibilidades.
Tal es el factor primordial de esa reacción ascendente de los préstamos que, iniciada
a fines de la primera fase, constituye una de las características salientes de la segunda.
Entre septiembre 1º de 1928 y diciembre 1º de 1929 experimentan un crecimiento de
m$n 4 79 ,9 millones, y tienden, por lo tanto, a expandir en una cantidad aproximada el
conjunto de los depósitos bancarios y de los billetes en circulación en manos del
público. Sin embargo, aquéllos disminuyen en m$n 24 millones y éstos en m$n 99
millones durante esta fase. Es que sobre el desenvolvimiento bancario actúa con gran
intensidad la transferencia de fondos al exterior exigida por el déficit referido en el

590
RAÚL PREBISCH
balance de pagos. Contrariamente a lo que acontece en tiempos de superávit, la venta
de moneda extranjera en exceso a la oferta determina el retomo de billetes hacia los
bancos y la cancelación de depósitos, junto con la depreciación del cambio y el exódo
de metálico. Por manera que a este fenómeno de reabsorción bancaria se contraponen
los efectos opuestos de la expansión del crédito. De ahí que, como acaba de verse, el
descenso de los depósitos y de los billetes en manos del público, durante la segunda fase
del ciclo, haya sido relativamente pequeño en comparación con el sensible descenso
de m$n 391,1 millones que sufren simultáneamente las existencias bancarias por el
drenaje de metálico con destino a la exportación, y por ese aumento de circulante en
manos del público. Las existencias bancarias, por lo tanto disminuyen más de lo que
habían aumentado en la primera fase, a tal punto que en diciembre 1º de 1929 son
inferiores en m$n 19,9 millones a las de mayo 1º de 1927, en tanto que los depósitos
son superiores en m$n 385,4 millones. Esta última cifra se debe casi exclusivamente
a los depósitos no sujetos a cheque, desde que los en cuentas corrientes han vuelto
aproximadamente al mismo punto de partida.
Por lo tanto, la segunda fase del ciclo monetario no ha sido para los bancos una
simple regresión al punto de partida, dado que mientras las existencias se encuentran
privadas de todo el dinero exportado, más los billetes que circulan en el público en
exceso a la cifra inicial, los depósitos y préstamos son apreciablemente mayores, y el
encaje es 2.2 puntos más bajo que el de mayo 1 ºde 1927. Compréndese. en esta forma,
cómo después de este proceso se haya llegado a la tirantez presente del mercado
monetario, cuando la necesidad estacional de fondos es de máxima intensidad a causa
del movimiento de la cosecha y los requerimientos comerciales de fin de año.
4. EL MOVIMIENTO DE METÁLICO
A pesar de haber publicado mensualmente las cifras del movimiento del metálico,
hemos juzgado conveniente reproducirlas ahora en el siguiente cuadro general.
Tal vez por la falta de los guarismos que ahora publicamos, se ha confundido la cifra
de o$s 179,4 millones consignada en nuestro número de octubre (pág. 190) para las
importaciones desde septiembre de 1927 (posteriormente a la apertura de la Caja de
Conversión) con la de o$s 186 millones, correspondiente a las importaciones desde
enero de 1927.
El cuadro anterior se divide en dos partes. La primera revela el origen de las
exportaciones y la segunda su destino. Obsérvese cómo las exportaciones a los Estados
Unidos, que habían absorbido una parte considerable del metálico hasta septiembre
pasado, cuando la atracción de fondos de Nueva York acentuaba la demanda mundial
de dólares, se reducen a cifras mucho más pequeñas en los tres últimos meses del año.
En cambio aumentan principalmente las exportaciones a la Gran Bretaña y Alemania,
en circunstancias en que mejoraba apreciablemente la cotización de sus monedas con
respecto al dólar, algún tiempo antes de la violenta liquidación bursátil.

Los PAGOS INI'ERNACTONALES
591
Entre septiembre de 1928, cuando se inician, y el 17 de diciembre de 1929, las
exportaciones de oro ascendieron a un equivalente de m$n 426,3 millones ($oro 187 ,6
millones), o sea algo más que el metálico introducido desde septiembre de 1927, a saber
m$n 407 ,8 ($oro 179 ,4 según se ha visto más arriba) y aproximadamente lo mismo que
el metálico importado desde comienzos de ese año: m$n 422,7 millones ($ oro 186
millones).

48
EL ESTADO ECONOMICO*
l. ÜSCILACIONES Y TENDENCIA GENERAL DE LAS EXPORTACIONES
1. El movimiento persistente de ascenso
Nos hemos referido en otra oportunidad a la influencia que sobre el desarrollo de
nuestros ciclos económicos ejercen las exportaciones. Sus fluctuaciones son conti-
nuas. Después de una cosecha extraordinaria de trigo en 1929, con las abultadas
exportaciones a que dio origen, sucede ahora una producción tan escasa, que precisa
retrocederse muchos años para encontrar una cifra semejante; a la vez que la cosecha
de maíz presente entraña asimismo la posibilidad de una desviación apreciable en su
rendimiento normal.
Es indudable que el análisis de la amplitud y frecuencia de esos cambios ha de
contribuir a un mejor esclarecimiento de las variaciones del estado económico. Pero no
es ésta la única tarea que comportan. Las alternativas de alzas y bajas en que ellas se
resuelven, no permiten desentrañar fácilmente la tendencia general de las exportacio-
nes a través del tiempo, ni mucho menos compararla con la de otros períodos de nuestro
desenvolvimiento económico. La solución de esta dificultad no carece, por cierto, de
importancia, desde que el conocimiento de esa tendencia nos ayudaría a destacar la
posición económica presente en una perspectiva más amplia que la de algunos años
aislados, previniéndonos del error que podría cometerse si el examen se circunscribiese
a la actual coyuntura económica, con prescindencia de aquel dato, que refleja
sintéticamente el crecimiento orgánico de nuestra producción agropecuaria.
Con este propósito y valiéndonos de un procedimiento estadístico adecuado, 1
hemos averiguado la dirección del movimiento persistente de ascenso que manifiesta
* N. del Ed. Revista Económica: 3, l, enero de 1930, págs. 1-14. Publicado sin finna. La
redacción de la Revista era responsabilidad de Raúl Prebisch.
Para averiguar la tendencia general de crecimiento a través de sus variaciones anuales (línea
delgada de los gráficos) se ha calculado promedios móviles de 7 años (línea de puntos) suavizando

EL ESTADO ECONÓMICO
593
el volumen físico de las exportaciones argentinas en los últimos años. Tal es el
significado de la línea gruesa, que, en la parte inferior del gráfico 1, atraviesa
suavemente las aristas de otra línea delgada, con las bruscas oscilaciones de los
productos exportados de año en año.
Quizás el hecho más sugestivo que se desprende de aquélla. es que el volumen físico
de las exportaciones ha reanudado, en la última década, el intenso crecimiento que
caracteriza la primera del siglo. En ésta nótase el ritmo más acentuado; en su primer
quinquenio la curva asciende entonces con gran rapidez, y modera su impulso en el
segundo quinquenio, hasta reducirlo considerablemente en la década siguiente, en que
el crecimiento es relativamente lento, tanto en la guerra y postguerra como en los años
precedentes; la tercera década es de resurgimiento: la curva vuelve a empinarse y si no
adquiere la intensidad extraordinaria de ese primer quinquenio del siglo, supera la del
segundo, como es fácil observar en el gráfico.
2. Influencia de los precios agropecuarios
Han sido de tanta consideración las variaciones del nivel de precios agropecuarios
en las tres décadas, según se nota en la zona media del gráfico, que el valor de las
exportaciones, representado en la parte superior, carece del significado preciso que
tienen los datos del volumen físico, cuya ventaja estriba en que únicamente reflejan las
variaciones de la cantidad de los distintos productos, debidamente combinados de
acuerdo con su importancia económica y libres de toda fluctuación de cotizaciones. Así
es que debido a la inflación de estas últimas, la segunda década, de escaso crecimiento
en el volumen físico, se presenta sin embargo con un acrecentamiento de valores
análogo al de la década anterior; mientras que la tercera, no obstante el fuerte aumento
de la cantidad de productos exportados, manifiesta el ritmo más suave de todo el
período, en virtud de la declinación de sus precios. Por otro lado, la continua elevación
del nivel de precios agropecuarios posteriormente a 1895, cuando baja internacional-
mente el poder de compra del oro, es también la causa por la cual el crecimiento de
nuestras exportaciones antes del conflicto, aparenta ser mucho más fuerte que lo que
fue en realidad.
3. Oscilaciones del volumenffsico
Ha podido advertirse en el gráfico anterior que para conocer la tendencia general
de las exportaciones a través del tiempo, fue necesario descartar sus oscilaciones
empíricamente los residuos de oscilación con una línea gruesa que se aparta muy poco del promedio móvil.
Los desvíos de la línea delgada, con respecto a esta línea gruesa, expresados en porcientos, representan la
amplitud y frecuencia de las oscilaciones de los datos anuales, descartada aquella tendencia general de
crecimiento.

l. Valor y volumen f'asico de las exportaciones, nivel de precios agropecuarios y
U1
'f
principales grupos de productos exportados
Principales grupos de productos exportados
Precios
Volumen
Años
Valor
agropec.
físico
Granos
Productos
1
Carnes'
1
Cueros
1
Lanas
1
lecheros
Mili. de $oro
En toneladas
lnd. Base: Prorn.1910-1914 = 100
1895
120,1
47,2
55,5
2.097.000
265.900
108.200
201.300
500
1896
116,9
51,6
51,8
2.343.600
257.900
93.100
187.600
900
1897
101,2
68,8
40,2
641.400
202.800
100.000
205.600
600
1898
133,8
64,2
48,0
1.523.200
246.300
73.900
221.300
900
1899
184,9
56,9
64,5
3.056.400
225.100
99.800
237.100
1.200
:;e
Prom.
131,4
57,7
52,0
1.932.300
239.600
95.000
210.600
800
;¡,.
¡:o'
1900
154,6
65,7
49,7
2.881.000
163.400
94.600
101.100
1.000
1901
167,7
67,5
57,8
2.361.900
178.500
102.000
228.300
1.500
"O
1902
179,5
72,0
55,6
2.199.400
225.000
111.800
197.900
4.200

m
1903
221,0
66,6
75,2
4.407.000
256.700
100.200
193.000
5.600
~
g
1904
264,2
69,0
86,2
5.689.900
252.600
94.900
168.600
4.700
Prom.
197.4
68,1
64,9
3.507.800
215.200
100.700
177.800
3.500
1905
322,8
75,4
93,7
5.776.500
365.300
100.000
191.000
8.400
1906
292,3
80,1
80,1
5.549.300
266.700
83.100
149.100
7.500
1907
296,2
86,6
81,8
4.892.600
264.800
82.000
154.800
5.100
1908
366,0
86,7
104,6
6.871.500
311.000
97.500
175.500
5.600
1909
397,4
96,2
99,4
6.121.700
361.800
131.600
176.700
6.800
Prom.
334,9
85,0
91,9
5.842.300
313.900
99.000
169.400
6.760
1910
389,1
96,2
89,4
5.529.500
403.000
128.900
150.600
5.900
1911
342,3
93,4
79,7
3.346.200
514.900
142.100
132.000
3.600
1912
501,7
96,8
117,8
8.903.400
557.200
146.500
165.000
7.200
1913
519,2
104,2
121,7
9.592.900
531.800
112.100
120.100
7.200
1914
403,1
109,5
91,4
5.759.300
506.300
97.400
117.300
6.400
Prom.
431,1
100,0
100,0
6.626.300
502.600
125.400
137.000
6.600
1915
582,2
121,7
114,9
8.502.800
482.500
119.200
117.700
7.200

l. Valor y volumen físico de las exportaciones, nivel de precios agropecuarios y
principales grupos de productos exportados (continuación)
Principales grupos de productos exportados
Precios
Volumen
Años
Valor
agropec.
físico
Granos
Carnes
Productos
1
Cueros
Lanas
1
1
1
1
lecheros
Mili. de $oro
En toneladas
lnd. Base: Prom. 1910-1914 = 100
1916
573,0
123,9
100,1
6.687.100
567.600
125.400
117.600
8.600
1917
550,2
175,8
71,8
2.257.100
590.700
118.800
127.400
14.700
1918
801,5
156,9
105,0
4.602.000
835.000
111.300
103.900
22.500
tri
1919
1.031.0
163,8
122,6
7.041.800
655.000
139.200
140.200
31.100
t"'
Prom.
707,6
148,4
102,9
5.818.200
626.200
122.800
121.400
16.809
ttl
"'
...,
1920
1.194,4
196,0
136,3
11.028.700
552.700
82.800
94.600
31.000
>
1921
671,1
147,5.
110,2
6.368.200
515.300
111.500
162.700
34.300

o
1922
676,0
124,5
135,6
7.935.200
591.500
184.200
188.300
34.500
ttl
('"]
1923
771,4
131,8
142,1
8.210.900
797.200
176.400
131.600
44.100
o
z
1924
1.011,4
157,7
174,8
11.275.300
1.003.900
228.200
113.300
44.700
o.
Prom.
864,9
151,5
139,8
8.963.700
692.100
156.600
138.100
37.700
¡;
('"]
1925
867,9
164,6
135,8
7.391.100
937.900
190.400
103.600
44.500
o
1926
792,2
133,9
160,9
9.386.900
915.100
190.900
137.000
48.600
1927
1.009,3
132,3
203,6
15.514.000
977.700
199.700
149.000
35.600
1928
1.054,5
147,0
187,0
14.320.900
784.200
168.600
117.600
37.600
1929
952,9
137,4
186,0
14.341.600
758.600
140.700
119.500
33.900
Prom.
935,4
143,0
174,8
12.190.900
874.700
178.100
145.300
40.000
Nota: Las cifras del valor delas exportaciones proceden de la Dirección de Estadística de la Nación, las de nivel de precios agropecuarios del Anuario
de la Sociedad Rural Argentina, hasta 1926, y de nuestras compilaciones, en adelante. Con respecto al volumen físico de las exportaciones, hemos debido
calcular el índice correspondiente desde 1895 hasta 1910, para empalmarlo con la serie calculada por la Dirección de Estadística; en esta serie, el año
1920 aparece con un índice evidentemente equivocado, que hemos corregido rehaciendo los cálculos necesarios, ]os que arrojan una cifra de 152,4 en
lugar de 133,2 (Base 1910 = 100); ello ha traído consigo la necesidad de reajustar los valores, atribuyéndoles para ese año, la cifrra de$ oro 1J94,4
UI
millones, contra nn guarismo publicado de$ oro 1.044,1 millones. 1 Incluido el péso del ganado en pie, exportado.

UI

596
RAÚL PREBrsCH
Gráfico N1 1. Crecimiento relativo del valor y volumen físico
de las exportaciones, y del nivel de precios agropecuarios
_%_d_e-in-~-re-m-en-to_s_
1 Escala logarítmica)
800
-400
-600.Lu..u..L.u~~.i..a..1...u..i~~...i..LL.L..L:~~..u...&...1.7,~*"""-'-'~~:---
1995.99
1895·99
1900·09
1910·19
1920·29
1930:39
La línea delgada representa datos anuales: la de puntos, promedios móviles de siete años de lus mismos,
y la gruesa, el ajuste empírico de los pr0111edios, con el fin de descartar el movimiento persistente del
fenómeno. Las líneas horizontales indican el promedio base 191().14 = 100.

EL ESTADO ECONÓMICO
597
Gráfico N9 2. Oscilaciones del volumen físico
de las exportaciones
(Descartando su movimiento persistente de ascenso)
%
~-...~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-,
20
o
-20

598
RAÚL PREBISCH
anuales. A su vez, la primera debe ser eliminada si se quiere averiguar la amplitud y
frecuencia de estas últimas, según aludimos al comenzar estas anotaciones. Es lo que
se ha realizado en el gráfico 2, cuya línea representa los desvíos de cada dato anual del
volumen físico. con respecto a esa tendencia general de crecimiento. Las oscilaciones
se destacan con una nitidez y precisión que no se encuentran, por cierto. en la
correspondiente línea delgada del gráfico anterior; desde el año 1898 ocurren en
número de ocho: dos. con cinco años de duración cada una; tres, con cuatro años; dos,
con tres años; y la oscilación presente que en 1929 cumple su cuarto año de duración.
Los años en que la curva se desvía con mayor intensidad abajo de la tendencia general
de su crecimiento, son 1902, 1911y1917, años característicos en que las cosechas
malogradas afectan muy desfavorablemente las exportaciones de granos, según ha de
verse más adelante en el gráfico 3.
No todas estas oscilaciones coinciden, desde luego, con los ciclos económicos
argentinos, pues las fluctuaciones del poder adquisitivo interno, que tanta importancia
tienen en el proceso de aquéllos. no sólo dependen del volumen físico de las exporta-
ciones, sino también de sus precios. el movimiento de capitales y otros factores
diversos. Así se explica, por ejemplo, que en 1928 haya continuado la fase ascendente
del ciclo económico actual, no obstante el descenso de las cantidades exportadas. en
virtud del acrecentamiento de los valores provocado por el alza de precios; de la
continuación de la afluencia de capitales extranjeros en el primer semestre; y de la
expansión del crédito que neutraliza los efectos del éxodo de oro en el segundo
semestre de 1928 y en parte de 1929, hasta donde se prolonga esa fase.
4. Tendencia general de los granos
Los dos componentes de mayor importancia en la curva del volumen físico de las
exportaciones son evidentemente los granos y las carnes. La gran analogía que se
advierte en la tendencia general de los primeros. según la línea gruesa del gráfico 3, y
la del conjunto de exportaciones, en el que prevalecen sobre los otros productos. se
resiente durante la segunda década del siglo, cuando los embarques de granos tienden
a declinar levemente, mientras el volumen físico del total de exportaciones continúa
elevándose, aunque con ritmo más lento que antes.
Esa declinación de los granos es principalmente el resultado del descenso que el
área sembrada experimenta en la década susodicha, como se comprueba por el examen
de las líneas gruesas del gráfico 4; del mismo modo que el acrecentamiento de las
exportaciones en la tercera década obedece a que aquélla recupera su fuerte impulso
de crecimiento, a la vez que mejoran apreciablemente los rendimientos unitarios de la
producción, representada por las líneas delgadas. En este reajuste. el área sembrada con
lino sobrepasa más rápidamente el máximo alcanzado en la década intermedia del
siglo; el trigo lo hace en seguida y el maíz más tarde, no porque el incremento de su área
sembrada en la última década haya sido menos intenso que en el trigo, sino porque el
descenso que había experimentado anteriormente fue mucho más acentuado.

EL ESTADO ECONÓMICO
599
Gráfico N~ 3. Crecimiento relativo de las exportaciones de granos
IES<'ala IOJ?arítmkal
17.500.r------.---------.,..._----.------.------.--------.
Miles
de tons.
3.500 r------t----jr-f--t------t--tl---...,~--;-+-+----+----......j
1.500_..~_.__.__._ ....................... _._ ........ '-l-L.,..._...L....._.&-.L..J'-l-L.....L....L..."'-Jl.....L.....L...1-....L.....L....LJ-1.......J
1895-99
191J0.-09
..
1910-19
1920-29
La línea delgada representa datos anuak.;; la de pilito5, promedios móviles de siete años de las mismos,
y la gruesa, el ajuste empírico de los promedios, con el fm de descartar el movimiento persistente del
fenómeno.

600
RAÚL PREBISCH
Surgen claramente del gráfico los efectos de la adversidad del tiempo sobre la
producción. En el trigo acontecen cinco descensos muy violentos desde el año 1895:
en 1896-1897, con un rendimiento de 344 kg por hectárea; en 1901-1902, con464 kg;
en 1913-1914, con434 kg; en 1916-1917, con 352 kg; y en la cosecha presente, en que
el rendimiento se ha calculado oficialmente en 484 kg contra un promedio de 843 kg
por hectárea en la última década. En el maíz los rendimientos mínimos en el siglo
corresponden a 1906-1907, con 639 kg por hectárea; a 1910-1911, con 217 kg y 1916-
1917 con 410 kg; en los últimos años ocurren también oscilaciones acentuadas, pero
de magnitud muy inferior a la de aquellos guarismos. En el lino el descenso más fuerte
corresponde a 1916-1917, con un rendimiento de apenas 77 kg; en 1911-1912, 1921-
1922 y 1924-1925 acontecen bajas de menorimportancia con rendimientos de 350, 582
y 449 kg por hectárea, análogas a la que se presenta en esta cosecha, con un rendimiento
probable de 483 kg. contra 684 kg en la década.
La influencia neta de estos cambios en la producción sobre el volumen de las
exportaciones de granos, después de haber descartado su tendencia general, puede
observarse en el gráfico 5; el número y la duración de las oscilaciones es igual que en
el volumen físico del conjunto de exportaciones, pero su amplitud es mucho más
considerable a causa de que éstas, en sus variaciones, reciben la influencia moderadora
de los otros productos, sensibles en menor grado a las bruscas alternativas del tiempo.
5. Tendencia general de las carnes
Durante el largo período analizado, el movimiento persistente de ascenso en la
exportaciones de carnes también se altera en su dirección, pero en forma distinta que
en el caso de los granos. En efecto, el crecimiento que registra el quinquenio inicial del
siglo, según se nota en el gráfico 6, se acentúa precisamente en el segundo quinquenio,
cuando se debilita el ascenso de los embarques de granos; pero el fuerte impulso que
así adquieren las exportaciones de carnes, cede en intensidad en los primeros años de
la década siguiente, y se transforma en un ritmo de crecimiento prácticamente
constante en los últimos quince años, a través de todas las alternativas que sufren las
cantidades exportadas.
De esto se desprende una comprobación sugerente: durante la guerra, la tendencia
general de aumento de las exportaciones de carnes ha sido de intensidad inferior a la
de la primera década del siglo, aunque así no parezca indicarlo la expansión aparente-
mente extraordinaria de la ganadería en aquel lapso. Es cierto que entre 1915 y 1918
el valor de dichas exportaciones se abulta considerablemente a raíz de la gran inflación
de precios; sin duda que también acontece en esos años un fuerte incremento en las
cantidades; pero ese incremento es la simple fase ascendente del tercer ciclo que ocurre
en las exportaciones de carne durante el siglo; fase que no sólo se desarrolla con
intensidad análoga y duración inferior a la del mismo período del ciclo precedente, sino
que es seguida por un descenso mucho más violento que retrotrae las exportaciones de
1921 a una posición cercana al punto inicial de 1915.

EL ESTADO ECONÓMICO
601
Gráfico N!! 4. Area sembrada y producción de cereales y lino
(En millones de hectáreas y toneladas respectivamente)
(Escala logarítm•ca)
Producción
Area sembrada
Producción
Area sembrada
32 r--"""'T--,--...---.r---...-...----.32 12.....-....... -~-r---.--.....--...---.15
Producción
Area sembrada
Producción
Area sembrada
4 .----..---...--....-.--...----..---..---
16
12
Maíz
0,50 t----t~-+--+---l+-+-+---t---10,850
2 - -........ - -..... --.----.---41,5
0,25 l--+--+--+---t+t--+--+---4 0,425
t - - - - l t - - - + - - - - t - - - - - - 4 0 ,
75
o
0,5 W.A. ............................. 1.1.1.1 ............................. 0,375 ..... ~~~~~~~-LM~l.M.!
.... 0,175
1895-99
1900-09
19f0-19
1920-29
.1895-99
'

2. Area sembrada, producción, rendimiento, exportación y precios de los granos
°'
s
Area.
Produc-
Expor-
A rea
Produc-
Expor-
Años
Rend.
Pro me-
Prome-
sembr.
ción
tación
Rend.
sembr.
ción
tación
y quin-
dios de
dios de
(miles
(miles
p.Hc.
(miles
(miles
(miles
p.Hc.
(miles
quenios
(kilos)
precios
hect.)
tons.)
tons.)
precios
(kilos)
hect.)
tons.)
tons.)
Trigo
Maíz
1899-900
3.250
2.770
852
1.930
5,86
1.010
1.410
1.306
710
3,68
1900-901
3.380
2.030
600
900
6,64
1.260
2.510
1.992
1.110
3,91
1901-902
3.300
1.530
464
640
6,50
1.410
2.130
1.511
1.190
4,61
1902-903
3.700
2.820
762
1.680
5,87
1.800
3.780
2.100
2.100
3,80
1903-904
4.230
3.530
835
2.300
6,75
2.100
4.450
2.119
2.470
3,98
Promedio 3.570
2.540
711
1.490
6,32
1.520
2.860
1.882
1.520
4,00
1904-905
4.900
4.100
837
2.870
6,82
2.290
3.570
1.559
2.220
4,70
~
1905-906
5.680
3.670
646
2.250
6,71
2.720
4.950
1.820
2.690
4,59
p'
1906-907
5.690
4.250
747
2.680
7,80
2.850
1.820
639
1.280
5,07
>-c:i
1907-908
5.760
5.240
910
3.640
8,45
2.720
3.460
1.272
1.710
5,45
~
1908-909
6.060
4.250
701
2.510
9,74
2.970
4.500
1.515
2.270
5,80
til
g
Promedio 5.620
4.300
765
2.790
7,90
2.710
3.660
1.351
2.030
5,12
1909-910
5.830
3.570
612
1.880
8,59
3.010
4.450
1.478
2.660
5,50
1910-911
6.250
3.980
637
2.290
8,27
3.220
700
217
130
5,02
1911-912
6.900
4.520
655
2.630
8,45
3.420
7.520
2.199
4.840
5,16
1912-913
6.920
5.100
737
2.810
8,64 .
3.830
5.000
1.305
4.810
5,27
1913-914
6.570
2.850
434
980
8,83
4.150
6.680
1.610
3.540
5,07
Promedio 6.490
4.000
616
2.120
8,56
3.530
4.780
1.380
3.200
5,20
1914-915
6.260
4.600
735
2.500
11,75
4.200
8.260
1.967
4.330
4,80
1915-916
6.640
4.600
693
2.200
9,72
4.020
4.090
1.017
2.870
5,57
1916-917
6.510
2.290
352
940
16,13
3.630
1.490
410
890
10,07
1917-918
7.230
6.390
. 884
3.000
12,43
3.530
4.340
1.229
660
5,84
1918-919
6.870
4.900
713
3.290
13,07
3.340
5.700
1.707
2.490
6,41
Promedio 6.700
4.560
681
2.400
12,62
3.740
4.780
1.278
2.250
6,56
1919-920
7.050
5.900
83J
5.010
22,17
3.310
•6.570
1.985
4.470
9,00

2. Area sembrada, producción, rendimiento, exportación y precios de los granos (continuación)
A rea
Produc-
Ex por-
Años
A rea
Produc-
Ex por-
Rend.
Pro me-
Prome-
sembr.
ción
tación
Rend.
sembr.
ción
tación
y quin-
dios de
(miles
p.Hc.
dios de
(miles
(miles
p.Hc.
(miles
(miles
(miles
quenios
(kilos)
precios
hect.)
tons.)
precios
tons.)
(kilos)
hect.)
tons.)
tons.)
Trigo
Mafz
1920-921
6.080
4.250
699
1.700
16,72
3.270
5.850
1.789
2.830
8,62
1921-922
5.760
5.200
903
3.800
12,23
2.970
4.480
1.508
2.830
8,09
1922-923
6.580
5.330
810
3.720
11,71
3.180
4.470
1.406
2.860
8,82
1923-924
6.950
6.740
970
4.380
12,80
3.440
7.030
2.044
4.530
9,50
Promedio 6.480
5.480
846
3.720
15,13
3.230
5.680
1.759
3.500
8,81
1924-925
7.200
5.200
722
2.990
14,31
3.710
4.730
1.275
2.940
9,21
~
1925-926
7.770
5.200
669
2.030
12,20
4.300
8.170
1.900
4.910
6,45
1926-927
7.800
6.100
782
4.230
11,31
4.290
8.150
1.900
8.340
6,45
~
1927-928
7.980
7.600
952
5.300
10,50
4.350
7.770
1.786
6.370
8,53
1928-929
8.620
9.000
1.044
6.710
9,68
4.790
7.500
1.566
5.080
8,11
?$
Promedio 7.870
6.620
841
4.250
11.60
4.290
7.260
1.692
5.530
7.75
~
Lino
Total (incluido otros granos)
º'
1899-900
360
230
639
220
12,27
4.690
4.450
949
2.880
71,3
~
1900-901
610
390
639
340
1205
5.330
4.980
934
2.360
78,5
1901-902
780
370
474
340
11,59
5.580
4.090
733
2.200
82,7
1902-903
1.310
710
542
590
7,72
6.880
7.380
1.073
4.410
69,7
1903-904
1.490
940
631
880
7,50
8.000
8.980
1.123
5.690
73,7
Promedio
910
530
582
470
10,23
6.100
5.980
980
3.510
75,2
1904-905
1.()80
740
685
650
9,09
8.390
8.500
1.013
5.780
79,4
1905-906
1.020
590
578
540
10,91
9.560
9.320
915
5.550
80,6
1906-907
1.190
830
697
760
10,91
9.970
7.110
713
4.890
88,5
1907-908
1.390
1.100
791
1.060
10,68
10.400
10.350
995
6.870
94,4
1908-909
1.530
1.050
686
890
12,05
11.330
10.320
911
6.120
104,5
Promedio 1.240
860
694
780
10,73
9.930
9.120
918
5.840
89,4
1909-910
1.460
720
493
600
17,50
10.970
9.300
848
5.530
101,9
°'
1910-911
1.500
600
400
420
18,18
11.870
5.990
505
3.350
98,4
63

2. Area sembrada, producción, rendimiento, exportación y precios de los granos (continuación)
§
A rea
Produc-
Expor-
Años
A rea
Produc-
Expor-
Rend.
Prome-
Prome-
sembr.
ción
tación
sembr.
ción
Rend.
tación
y quin-
(miles
(miles
p.Hc.
(miles
dios de
dios de
(miles
(miles
p.Hc.
(miles
quenios
hect.)
tons.)
(kilos)
tons.)
precios
(kilos)
precios
hect.)
tons.)
tons.)
Lino
Total (incluido otros granos)
1911-912
1.630
570
350
520
14,77
13.080
13.650
1.044
8.900
99,3
1912-913
1.900
1.130
595
1.020
11,36
14.010
12.370
883
9.590
98,7
1913-914
1.830
940
514
840
11,36
14.090
11.220
796
5.760
101,5
Promedio 1.660
790
476
680
14,63
12.800
10.510
821
6.630
100,0
1914-915
1.720
1.140
663
980
10,68
13.620
14.830
1.089
8.500
115,4
1915-916
1.620
900
556
640
14,45
13.600
10.770
792
6.690
110,1
1916-917
1.300
100
77
140
21,55
12.700
4.970
391
2.260
183,7
~
1917-918
1.310
500
382
390
23,16
13.730
12.290
895
4.600
136,0
>
1918-919
1.380
780
565
890
25,82
13.180
11.950
907
7.040
148,3
fl'
Promedio 1.470
680
463
610
19,13
13.370
10.960
820
5.820
138,7
1919-920
1.770
1.270
718
1.060
24,60
13.450
14.300
1.063
11.030
213,3
~
1920-921
1.930
1.520
788
1.360
17,24
12.470
12.480
1.001
6.370
172,1
1921-922
1.580
920
582
940
19,83
11.530
11.220
973
7.940
148,4
1922-923
1.750
1.210
691
1.040
21,39
12.970
12.090
932
8.210
151,2
ª
1923-924
2.180
1.470
674
1.360
21,01
14.130
16.720
1.183
11.280
162,6
Promedio 1.840
1.280
696
1.150
20,81
12.910
13.360
1.035
8.970
169,S
1924-925
2.560
1.150
449
960 .
20,77
15.050
12.050
801
7.390
173,8
1925-926
2.510
1.910
761
1.670
15,70
16.470
16.970
1.030
9.390
142,2
1926-927
2.700
2.050
759
1.890
15,06
16.710
17.780
1.064
15.510
133,8
1927-928
2.860
2.200
769
1.940
15,40
17.340
18.880
1.086
14.320
145,8
1928-929
2.960
1.880
635
1.700
18,17
18.940
19.900
1.051
14.340
141,8
Promedio 2.720
1.840
676
1.630
17,02
16.900
17.110
1.012
12.190
147,S
Nota: El área sembrada, la producción y el rendimiento por hectárea se refieren al año agrícola, y las exportaciones y promedios de precios, al año
calendario correspondiente. Los precios están expresados en m$n por 100 kilogramos excepto en el total, en que se toma el índice de precios de todos
los granos, con base 100 en el quinquenio 1910-1914. Las cifras en negrita corresponden a los datos ajustados.

EL ESTADO ECONÓMICO
605
Gráfico N11 5. Oscilaciones de las exportaciones de granos
(Descartado su movimiento persistente de ascenso).
%

Gráfico N2 6. Crecimiento relativo de las exportaciones de carnes
~
Fsr.:il:i li:igarítmica
750 1
1
1
1
1
1
1
/\\ 1
Yl
' I
1
1
600 1
1
1
1
1
1
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1
1
1
~
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300 I•
1
1
1
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1
1
1
1
1
150 1 1 1 1 1 1 1 ' 1 1 1 1 ( 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ' 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
1910-19
1930-39
· 1885-89
1895-99
1900-09
1920-29
La línea delgada representa los datos anuales; la de puntos, promedios móviles de siete años de los mismos, y la gruesa, el ajuste empírico de los
promedios, con el fin de descartar el movimiento persistente del fenómeno.

EL ESTADO ECONÓMICO
607
Gráfico N1 7. Movimiento cíclico de las exportaciones de carnes
(Descartado su movimiento persistente de ascenso)
o/o

608
RAÚL PREBISCH
6. Los ciclos en las exportaciones de carnes
Para examinar estos ciclos con mayor claridad, se ha eliminado de las exportaciones
su movimiento persistente de ascenso, con el mismo procedimiento que en casos
anteriores. La línea del gráfico 7 representa los resultados de esta operación. En lo
transcurrido del siglo acontecen cuatro ciclos: el primer ciclo, iniciado después del
mínimo de 1900, dura siete años; el segundo, ocho; el tercero, seis; y el cuarto, cuenta
ya con ocho años de desarrollo. La fase ascendente de este último comienza posterior-
mente a la declinación de la postguerra y se extiende a los años 1922 y 1923 hasta llegar
a su máximo en 1924; desarróllase en seguida la fase descendente con una ligera
interrupción en 1927 y un debilitamiento en su intensidad durante el año pasado.
Estas oscilaciones en la exportación de carnes, como se desprende del cotejo de los
gráficos correspondientes, tienen una duración mayor que las de los granos, y su línea
representativa es mucho menos sinuosa. Es probable que ello sea así, debido a que las
alzas y bajas en la producción agrícola obedecen primordialmente a las variaciones
climatológicas de año en año, sin que el movimiento de los precios tenga sobre ellas
una influencia mensurable; mientras que en la ganadería este último factor parece
ejercer una influencia muy sensible, al estimular la producción con precios altos y
desalentarla con precios bajos; pero como el proceso productivo es relativamente
largo, sobre todo en el caso del ganado vacuno, el ajuste y por consiguiente sus
resultados sobre el volumen de la oferta y las exportaciones. se desarrollaría con una
lentitud que probablemente no es ajena a la mayor duración de las oscilaciones.
Merece, este asunto, una indagación laboriosa, no sólo por su interés del punto de vista
del análisis económico, sino también por la importancia práctica que tendría un mejor
conocimiento de los ciclos de nuestra ganadería y de los factores que los promueven.
7. Tendencias de otros grupos
En el gráfico 8 se presentan las variaciones anuales y las tendencias de otros grupos
de productos exportados. En los cueros, la suave declinación de la década intermedia
se interrumpe con el fuerte crecimiento del quinquenio inicial de la última década, para
proseguir en el segundo. En las lanas, el movimiento persistente de descenso en las dos
primeras décadas del siglo, experimenta una elevación poco acentuada en los años
iniciales de la tercera, y prosigue en los siguientes, si bien con menor intensidad. En
los productos lecheros. la inflexión que acontece en años recientes, después del
considerable empuje de la guerra y la postguerra. se asemeja a la del primer quinquenio
del siglo, cuando afloja por algunos años el impulso del período anterior.
8. La oscilación presente
Por lo tanto, las exportaciones de estos tres grupos de productos tienden ahora a
declinar ligeramente. pero como se sobreponen por su gran importancia los granos y

EL ESTADO ECONÓMICO
6()1)
Gráfico Nº 8. Crecimiento relativo de otros grupos de productos
(Escala logarítmica)
Miles de tons.
Miles de tons.
250
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200
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u eros
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Productos lecheros
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1111Í1111 ''''
-
. 0,5
1895-99
1900-09
1910-19
1920-29
1895-99
1900-09
1910-19
1920-29

610
RAÚL PREBISCH
las carnes, continúa manifestándose en el volumen físico del conjunto de exportacio-
nes, el intenso ritmo de crecimiento que habían recuperado al iniciarse la década recién
terminada.
Es dentro de esa tendencia que ocurre la presente oscilación de nuestras exporta-
ciones: a 1926 y 1927 ha tocado el ascenso; y a 1928 y 1929 el descenso que
probablemente ha de continuaren 1930, con una intensidad que depende de la medida
con que el maíz y los otros productos compensen el menoscabo de la cosecha fina.
Como quiera que sea. no se trata sino de la simple prolongación normal del período
oscilatorio, bajo la influencia de la adversidad climatológica, sin que ello comporte en
modo alguno el debilitamiento de las fuerzas productivas más fundamentales del país.
II. EL AÑO 1928 Y LA FASE DESCENDENTE DEL CICLO PRESENTE
1. Las dos fases del ciclo
La inflexión que acontece durante el año 1929 en el movimiento de los principales
índices económicos, y las tendencias de los últimos meses. según lo anotamos en el
comentario del número precedente, definen netamente el comienzo de otra fase en el
ciclo económico actual.
Es la fase descendente. cuyas características son opuestas a las del períqdo anterior
de ascenso iniciado posteriormente a 1926. Las curvas del gráfico 9 permiten
comprobarlo sin dificultades. Los depósitos en cuentas corrientes (línea 2 del gráfico)
que en 1927 y 1928 habíahse dilatado a causa del superávit en el balance de pagos,
empiezan a declinar en los primeros meses de 1929 y en el transcurso del año van
reduciendo su exceso sobre el nivel correspondiente del año anterior, a tal punto que
en el último trimestre ya resultan sensiblemente más bajos (ver cuadro 3). La misma
reacción se presenta con cierto retardo en los billetes en manos del público (3), que si
bien en su descenso estacional- posterior al primer trimestre del año apocan gradual-
mente su diferencia con el nivel correspondiente del año 1928. recién en el mes de
diciembre pasado llegan a un guarismo ligeramente inferior al de un año antes.
Esta tendencia restrictiva de los medios de pago. amortiguada por la expansión de
los préstamos (4). ha sido la consecuencia necesaria del éxodo de oro, que redujo
considerablemente las bases del crédito: de ahí la progresiva tensión del mercado
monetario, en contraste con la holgura precedente, y el acentuado descenso que
padecen los encajes bancarios después de su rápido empinamiento (5). mientras el tipo
de interés (6) describe la trayectoria inversa impuesta lógicamente por tales alternati-
vas.
Bajo la influencia de esta carestía cada vez mayor de disponibilidades, las.
cotizaciones de los papeles de renta fija (ver gráfico 10), con sus continuos altibajos
experimentan un menoscabo que les hace perder todo lo que habían recuperado en la
fase de abundancia de fondos.

EL ESTADO ECONÓMICO
611
Gráfico N1 9. Variaciones relativas de los principales índices económicos
(Escala logarítmica)
Escala logarltmica
Cheques compensados (1)
A
JA .
Capital Federal
'V
50
40
30
20
10
-10
-20
-30
-40
-50
Escalas de variaciones
1926 .
1927
1928
1929
1926
1927
1928
1929
1926
1927
1928
1929
Nota: Las líneas gruesas representan promedios móviles de 12 meses; las finas, cifras mensuales, y las
finas con asteriscos, promedios móviles de tres meses. En la escala logarítmica, la misma dirección vertical
expresa siempre variaciOftes de igual intensidad. Para permitir una estimación visual de esta intensidad,
presentamos a la izquierda del gráfico la escala de aumento o disminución. En el Pasivo de los quebrantos,
la línea de puntos representa promedios móviles de 12 meses y la gruesa su ajuste empírico.

612
RAÚL PREBISCH
Posterionnente al máximo alcanzado en el período anterior de expansión, el
volumen económico de los negocios tiende persistentemente a contraerse desde los
primeros meses del afio; así se desprende de las cifras de los cheques compensados ( 1),
que expresan groseramente sus variaciones, según lo tenemos repetido. También en
ellas, el exceso sobre el nivel correspondiente de 1928 se transforma en déficit en el
último trimestre del afio, tanto en la Capital Federal como en el interior.
Préstanse a una ilación similar algunos otros índices menos representativos. En
efecto, las ventas de propiedades (14) en la Capital Federal detienen su fuerte empuje
en el primer trimestre e inician un descenso apreciable que las lleva, en el último, a una
posición mucho más baja que un año antes. Así también la superficie de las construc-
ciones proyectadas ( 15), a cuyo ascenso sumamente fuerte durante el año 1928, sigue
una marcada reacción con análogos resultados que en el caso anterior sobre el último
trimestre del año. Es menos perceptible la tendencia declinante de las ventas en los
grandes almacenes y tiendas (13), pues si bien reducen gradualmente su sobrante
inicial hasta trocarlo en débil diferencia negativa en el tercer trimestre, retoman, en el
cuarto, sobre el nivel correspondiente del año anterior con un superávit insignificante.
Las recaudaciones nacionales (12), que no se habían sustraído, desde luego, al
movimiento general de ascenso en 1927 y 1928, contienen su impulso en la primera
mitad de 1929 y tienden a declinar en la segunda, de suerte que su monto en los dos
últimos trimestres es levemente inferior que en igual lapso del año precedente.
3. Variaciones relativas en los trimestres de 1929, cotejados con los de 1928
Principales índices económicos
ler. trim.
22• trim.
3er. trim.
4º. trim.
Valor de las exportaciones
- 9,5
- 6,5
1,4
- 18,5
Volumen físico exportaciones
- 2,2
9,8
6,0
- 14,5
Valor real importaciones
7,2
6,9
9,8
Valor de tarifa importaciones
7,1
8,3
11,2
- 8,1
Cheques compens. (C. Federal)
3,6
0,6
2,8
- 1,8
Cheques comp. (interior)
3,2
5,8
10,4
- 7.4
Medios de pago:
Billetes en circulación
4,5
3,9
2,5
1,0
Depósitos en etas ctes.
6,2
2,0
- 5,3
-11,0
Préstamos bancarios
9,2
13,4
12,2
9,8
Ventas prop. (C. Federal)
2,8
20,8
- 0,4
- 21.6
Ventas G. alm. y tiendas (íd.)
9,0
1,4
- 0,4
0,2
Transacciones bursátiles (íd.)
- 15,0
-23,7
12,1
2,1
Recaudaciones nacionales
4,5
5,0
-0,9
- 0,9
Pasivo de los quebrantos
- 13,5
- 21,0
45,1
60,1
Depósitos de ahorro
12,2
10,2
8,2
6,0

EL ESTADO ECONÓMICO
613
Cuadro 3 (continuación)
Principales índices económicos
ler. trim.
22• trim.
3er. trim.
4º. trim.
Construc. proyectadas (C. Fed.)
Superficie cubierta
65,8
45,9
12,7
- 12,6
Permisos concedidos
18,4
16,5
- 3,2
o.o
Carga transportada por los:
FF.CC. particulares
0,8
3,7
0,4
- 10,71
FF.CC. del Estado
11,2
4,6
- 6,4
- 29,42
Movimiento portuario
- 3,4
2,6
10,7
- 8,2
Consumo de fuerza motriz
eléctrica (Capital Federal)
6,3
17.5
21,4
13,1 1
Nota: Los porcientos han sido calculados sobre el promedio por día hábil en cada trimestre, para evitar
la influencia perturbadora de la duración desigual de los meses.
1
Octubre y noviembre.
Octubre.
La reacción de los negocios y la tirantez monetaria, conforme suele suceder en
casos análogos, han sido acompañadas del incremento en el pasivo de los quebrantos
(7), que en el primer semestre del año había tocado su mínimo en la presente
ondulación.
2. El proceso dclico
Hemos entrado por consiguiente, en el transcurso de 1929, en la fase descendente
del ciclo económico, cuyos síntomas aparecen en la segunda mitad de 1928 con el
desequilibrio del balance de pagos y el resentimiento del cambio internacional. Este
ciclo, como todos los movimientos de la misma índole, presenta características
particulares; pero su proceso sustancial no es nuevo para nuestro país, por cuanto está
ligado estrechamente con la evolución del mercado monetario internacional y las
alteraciones de la producción agropecuaria, como lo habían estado nuestros ciclos
antes de la guerra.
Recuérdese, a este respecto, las circunstancias bajo las cuales se desarrolla el
período ascendente. En 1927 y la primera mitad de 1928 aparece el superávit en el
balance de pagos, cuando afluye abundantemente el capital extranjero y se ensancha
el valor de nuestras exportaciones debido al incremento de su volumen físico y a la
elevación de los precios, primero, y a este último factor exclusivamente, más tarde. al
decaer la cantidad de productos exportados. El crecimiento del poder adquisitivo, en
forma de depósitos en cuentas corrientes y de billetes en circulación, determinado por
ese superávit, ofrece a los negocios un estímulo cuyos resultados se reflejan claramente
en la dirección ascencional de los índices ya referidos. Pero es en las importaciones
donde el acicate se presenta con mayor momento y efecto, no sólo porque sobre ellas

614
RAÚL PREBISOI
Gráfico Nº 10. Promedios de cotizaciones de las cédulas
y títulos de crédito interno
4Ex-cupón)
En mSn
En mSn
101
01
1
j j
100
,, r , .,
1 00
t-,
Cédulas hipotecarias nacionales
A
1
!
~
99
., .
99
\\r
:
1
!
i
i
¡
98
\\ 1
A j
1
J ,,-
98
\\
~
1
(
;
1
1
1
1
1
~
'
'
1
97
1
1
1
~
97
\\ "
!
1
J
'
96
Lr
1 '
1
-~ 96
l
1
i
i
'
i
~ ¡
95
I
1
~ Títulos de créditj argentino1 interno
I
1
1
95
J"4~/
I
1
1
i
f1
1
¡
1
f'l(
¡
1
1
94
r
94
i
'
!
'
:
i
1
1
1
i
i
;
'
1
¡ l
1
1
1
1
1
1
1
1
1
93
' 1
'
1
1
93
1926
1927
1928
1929
1930

4. Los principales índices económicos y sus variaciones relativas
Variaciones de un año
Mes de diciembre
Años
respecto al anterior
Indices
%1929
0J927
1928
%1929
antidades
1926
1927
1928
1929
1928
1926
%1927
1928
Cheq. compensados (mili. m$n)
4.102
-2,9
42.593
45.728
48.448
49.007
7,4
5,9
1,2
Capital Federal
3.476
- 1,6
36.905
38.723
40.529
40.891
4,9
4,7
0,9
Interior
626
- 9,5
5.688
7.005
7.919
8.116
23,2
13,0
2,5
tr1
t"'
Medios de pago (íd.) 1
¡;i
Billetes en circulación
862
-1,5
755
780
838
863
4,6
6,2
5,0
Depósitos en etas. ctes.
1.189
-9,8
1.125
1.168
1.298
1.270
3,8
11,1
2,2
~
Préstamos bancarios (íd) 1
3.797
8,7
3.360
3.338
3.340
3.712
-0,7
0,1
11,l
F:l
Encaje bancario (%)
12,43
-44,4
18,33
18,11
23,75
17,76
-1,2
31,l
-25,2
~
Vent. propiedades (miles m$n)* 40.700
- 25,5 401.700
397.400
453.500
445.600
- 1,1
14,1
-1,7
º'
Ventas G. alm. y tiendas (íd)*
16.200
3,2 136.500
140.600
146.400
149.500
5,0
4,1
2,1
~
G. alm. (índ. 1926=100)
144,6
1,9
100,0
103,0
107,8
109,2
3,0
4,7
1,3
Tiendas (íd)
13,4
5,0
100,0
103,0
106,6
109,9
3,0
5,5
3,1
Trans. bursátiles (miles m$n)
52.500
11,2 573.600
606.400
681.100
637.500
5,7
12,3
- 6,4
Cédulas hip. nacionales
35.400
37,7 369.600
354.100
366.700
376.900
-4,2
5,6
2,8
Emitidas, B. Hip. Nac.
3.400
-2,9 137.100
142.500
147.600
86.900
3,9
3,6
-41,1
Retiradas, B. Hip. Nac.
12.000
62,2
60.500
66.400
61.900
87.700
9,8
- 6,8
41,7
Otras transacciones
20.000
35,1 172.000
145.200
157.200
202.300
-15,6
8,3
28,7
Títulos púb. nacionales
4.000
-48,7
59.400
70.800
99.100
61.500
19,2
40,0
-37,9
Tít. púb. prov. y municip.
4.900
-3,9
57.200
59.200
87.900
72.300
3,5
48,5
-17,7
Bonos hipotecarios
5.400
25,6
34.200
38.300
46.300
62.200
12,0
20,9
34,3
Acciones
2.800
-44,0
53.200
84.000
81.100
64.600
57,9
- 3,5
-20,3
Recaud. nacionales (íd.)
58.400
- 11,6 665.100
706.000
740.700
752.000
6,1
4,9
1,5
°'
-u.

C'I
4. Los principales índices económicos y sus variaciones relativas (continuación)
-C'I
Variaciones de un año
Mes de diciembre
Años
respecto al anterior
Indices
%1929
%1927
ti da des
1926
1927
1928
1929
%1928
1929
1928
1926
1927
%1928
Aduaneras y portuarias
31.800
- 9,4 364.900
385.300
425.900
424.400
3,6
10,5
-0,4
Der~chos de importación
25.500
-6,6 285.900
301.300
329.700
337.800
5,4
9,4
2,5
Derechos de exportación
1.100
-45,0
17.700
11.500
25.300
17.900
-35,0
120,0
-29,8
Otras rentas
5.200
-10,3
61.300
72.500
70.900
68.700
18,3
- 2,2
- 3,1
Contribución territ. 2
500
25,0
36.900
37.700
38.300
39.100
2,2
1,6
2,1
Patentes2
700
250,0
20.500
21.800
22.600
23.500
6,3
3,7
4,0
~
Sellos2
4.800
0,0
45.500
46.400
48.900
49.500
2,0
5,4
1,2
¡::l·
Impuestos mtemos2
10.700
-4,5 113.100
115.600
119.600
125.600
2,2
3,5
-5,0
'"O
Otras recaudaciones
9.900
-30,8
84.200
99.200
85.400
89.900
17,8
-13,9
5,3
Pasivo de quebrantos (íd)
18.800
2,7 201.100
191.100
147.400
164.900
- 5,0
-22,9
11,9
i
Dep. de ahorro (mill .. m$n) 1
1.733
8,0
1.327
1.415
1.564
1.707
6,6
10,5
9,1
@
Construcciones proyectadas: *
Permisos (número)
1.387
- 19,8
16.757
19.781
20.764
22.328
18,0
5,0
7,5
Superficie (miles m2)
154
- 35,8
1.724
2.033
2.265
2.832
17,9
11,4
25,0
Carga transportada:
F.C. partic. (miles tons.) 2
3.100
- 8,8
37.600
44.300
42.400
42.000
17,8
-4,3
-0,9
F.C. del Estado (íd.)•
360
- 29,4
3.930
4.260
4.740
4.670
8,4
11,3
- 1,5
Movimiento portuario (íd)'
860
- 7,5
8.740
11.860
11.710
11.700
35,7
- 1,3
- 0,1
Consumo de fuerza motriz
Eléctrica (miles kw) 3
21.800
30,5 139.000
159.600
179.100
210.900
14,8
12,2
17,8

Operaciones en la Capital Federal. 1 Promedios de saldos mensuales. ' Las cifras corresponden al total de lo recaudado, y no sólo a lo ingresado
en rentas generales. ' Noviembre y 11 primeros meses, las cifras de 1929 son provisionales. ' Octubre y 1 O primeros meses, las cifras de 1929 son
provisionales. ' Miles de toneladas de registro neto de los buques y veleros entrados en puertos del país.

5. Indices del volumen f'isico, valor y precio medio de las exportaciones
Grupos de
Mes de diciembre
Promedios anuales
1
Variaciones anuales
productos
Indices
%1929
%1928
1926
1927
1928
1929
1927
1928
%1929
1928
1927
%1926
%1927
1928
- -
(Base: Promedio de 1926 = 100)
Granos:
Volumen físico
113,5
-19,2
11,8
100,0
162,0
158,4
160,2
62,9
-2,8
1,1
Valor
115,9
-16,2
9,2
100,0
154,8
163,9
155,4
54,8
5,0
-5,2
Precio medio
102,l
3,8
-2,3
100,0
95,0
103,5
97,0
-5,0
8,9
-6,3
Carnes:
Volumen físico
67,7
-14,0
-21,0
100,0
104,6
82,4
82,3
4,6
-21,2
-0,l
trl
t"'
Valor
77,4
-7,3
-21,4
100,0
112,3
98,6
98,1
12,3
-12,2
-0,6
Precio medio
114,3
7,7
-0,5
100,0
107,4
119,7
119,2
7,4
11,5
-0,4
Cueros:
Volumen físico
105,6
1,3
-14,4
100,0
112,5
92,6
80,9
12,5
-17,7
-12,6
~
Valor
80,3
-58,6
-53,4
100,0
134,2
134,1
72,3
34,2
-0,1
-46,l
Precio medio
76,0
-39,4
-22,2
100,0
119,3
144,8
89,4
19,3
21,4
-38,3
Lanas:
ª
º'
~
Volumen físico
105,1
-8,4
-27,6
100,0
102,8
85,9
88,2
2,3
-16,4
2,7
()
Valor
89,4
-36,5
-20,5
100,0
105,6
112,1
96,9
5,6
6,2
-13,6
o
Precio medio
85,l
-29,6
10,0
100,0
102,7
130,5
109,9
2,7
27,l
-15,8
Productos lecheros:
Volumen físico
105,2
-14,5
-10,3
100,0
72,9
73,0
63,7
-27,1
0,1
-12,7
Valor
105,5
-23,4
-8,2
100,0
75,7
72,8
64,5
-24,3
-3,8
-11,4
Precio medio
100,3
-10,4
2,5
100,0
103,8
99,7
101,3
3,8
-3,9
1,6
Productos forestales:
Volumen físico
137,1
31,l
-42,8
100,0
109,2
118,1
110,9
9,2
8,2
-6,l
Valor
154,9
81,4
-42,5
100,0
118,9
135,4
124,6
18,9
13,9
-8,0
Precio medio
113,0
0,2
0,5
100,0
108,9
114,6
112,4
8,9
5,2
-1,9
Total:
Volumen físico
103,0
-14,0
-2,9
-100,0
136,4
125,4
124,8
36,4
-8,1
-0,3
Valor
103,5
-17,3
-6,2
100,0
136,l
139,1
127,0
36,l
2,2
-8,7
Precio medio
100,5
-5,8
-3,4
100,0
99,8
110,9
101,8
-0,2
11,1
-3,2
°'
--..¡

618
'RAÚL PREBISCH
repercute el aumento de los negocios internos al engendrar una demanda más amplia
de artículos extranjeros de capitalización y consumo, sino también porque su creci-
miento entraña uno de los factores de más juego en la transformación del balance de
pagos. En efecto, en la segunda mitad de 1928 y gran parte de 1929 las importaciones
prosiguen su despliegue, mientras disminuye el valor de las exportaciones y sufren una
fuerte contracción las inversiones de capital extranjero a raíz de la tirantez monetaria
internacional. Se desarrolla de este modo el déficit en el balance de pagos, con el
consiguiente drenaje de metálico y la tendencia hacia la reabsorción de medios de pago,
que aconteciera con mayor intensidad y menos retardo de no haberse dilatado el crédito
a expensas de los encajes bancarios. La disminución de poder adquisitivo y la tirantez
monetaria provenientes de estos hechos, las malas perspectivas agrícolas que más tarde
se concretarían en el malogro de buena parte de la cosecha fina, van dejando sentir
entonces su efecto negativo sobre el volumen de los negocios. en la forma aludida más
arriba; las mismas importaciones pierden su impulso a mediados de año, de tal suerte
que las cifras del último trimestre manifiestan un descenso muy significativo con
respecto al nivel correspondiente del año anterior.
Es, pues, evidente, el carácter cíclico de las perturbaciones con que termina el año
1929 y se inicia el presente. Trátase de un fenómeno de coyuntura económica; de un
período de descenso en el movimiento ondulatorio que caracteriza normalmente la
evolución de cualquier país; de un hecho meramente superficial: como que, por sí
mismo, no afecta la estructura de la economía nacional, ni comporta desvío significa-
tivo en la dirección persistente de ascenso de sus actividades económicas.
III. RESULTADOS GLOBALES DEL AÑO 1929
Si las cifras anuales no dejan ver la inflexión susodicha en los principales índices
económicos durante el año 1929, permiten, por lo menos, cotejar en conjunto sus
resultados con los de años precedentes. Es el propósito de nuestro cuadro usual,
ampliado con los datos de 1926, 1927 y 1928 y sus variaciones relativas. Adviértese
en ellos que a pesar del descenso de algunos índices en los últimos meses con respecto
al nivel del año anterior, las cifras completas acusan, en fin de cuentas, un cierto
crecimiento comparadas con 1928, pero muy inferior en intensidad al que había
registrado este año sobre el que le precedía. Así acaece con los cheques compensados,
las importaciones, las ventas en los grandes almacenes y tiendas, las recaudaciones
nacionales. En otros índices la declinación final no ha logrado evitar que la cifra del año
pasado, referida al anterior, entrañe un porciento de aumento mayor que en 1928 sobre
1927, como en las construcciones proyectadas; o por el contrario lo ha conseguido, tal
como sucede en las ventas de propiedades en la Capital Federal, cuyo guarism0 de 1929
resulta inferior al de 1928, que había sobrepasado liberalmente al de 1927. También en
el pasivo de los quebrantos, el fuerte repunte de la segunda mitad del año repercute en

EL ESTADO ECONÓMICO
619
las cifras totales; éstas son así superiores a las del año anterior, en la que se manifestaba
un marcado descenso en relación a las de 1927.
En las exportaciones, la intensa declinación del volumen físico en el último
trimestre destruye el superávit que venían registrando las cifras acumulativas, de modo
que en su conjunto, el volumen de 1929 es algo inferior al del año precedente. Pero es
sobre todo el menoscabo de sus precios medios lo que lleva los valores a una cifra
sensiblemente más baja que en 1928, cuyo superávit sobre 1927 fue, por cierto. poco
apreciable. En el cuadro número 5, puede verse cómo estos hechos se manifiestan en
los distintos grupos de productos; salvo en los granos y lanas, que revelan un ligero
aumento. el volumen físico de los otros grupos registra declinación, en forma escasa
en las carnes, y pronunciada en los cueros y productos lecheros; en los valores la
contracción es general, si bien su intensidad varía entre el porciento insignificante de
la carnes y el más fuerte en los granos, hasta la declinación máxima en los cueros.
Aparte del cuadro, con nuestros índices acostumbrados. reproducimos las cifras de
cantidades y valores cuya publicación ha reanudado la Dirección General de Estadís-
tica de la Nación.
6. Tonelaje y valor de las exportaciones
Miles de toneladas
Miles de $ oro
Artículos
1927
1928
1929
1927
1928
1929
1
1
1
1
Cereales y lino
15.518
14.328
14.147
580.900
638.800
595.600
Harina y subp.
543
508
425
21.200
20.400
15.000
Carnes
902
707
688
137.400
134.100
133.800
Cueros
200
168
154
89.600
82.500
52.200
Lanas
157
125
128
80.900
80.300
69.400
Prod. lecheros
36
39
34
16.700
17.400
15.500
Prod. forestales
365
399
343
22.700
24.400
18.400
Varios
1.010
757
776
59.900
56.600
53.000
Totales
18.740
17.030
16.695
1.009.300
1.054.500
952.900
En cuanto a las importaciones, según las cifras de aquella Dirección para los
primeros nueve meses de 1929, sus valores de tarifa (expresión de su volumen físico)
son superiores en 8,3 % a los de igual lapso de 1928. He aquí las cifras de los principales
grupos de productos.

620
RAÚL PREBISCH
7. Valores de tarifa de las importaciones en los primeros 9 meses
Aum.odism.
Artículos
1927
1928
1929
y sus derivados
1928 11929
1927
1928
(En miles de pesos oro)
%
Alim. tabacos y bebidas
55.971
59.908
59.889
7,0
o.o
Tejidos
105.494
124.400
120.407
17,9
-3,2
Productos químicos
30.557
31.378
322.929
2,7
4,9
Papel
19.169
21.749
23.265
13,4
7,0
Maderas
17.351
17.491
19.782
0,8
13,1
Hierro
60.116
80.100
82.423
53,2
2,9
Maquinarias y vehículos
64.445
811.697
108.290
26.8
32.S
Metales (excluido hierro)
21.275
23.358
25.166
9,8
7,7
Piedras, tierra., vidrios y cer.
20.705
25.172
25.511
21,6
1,3
Combustibles y lubricantes
86.335
94.933
108.098
10,0
13,9
Caucho
17.888
16.729
22.614
-6,6
35,2
Varios
30.700
36.351
35.732
18,4
-1,7
Totales
530.006
613.275
664.106
15,7
8,3
Los precios medios descienden simultáneamente en 2 %. De ahí que los valores
reales calculados para esos nueve primeros meses, a saber m$n 1.478,7 millones.
manifiesten un aumento algo inferior a los de tarifa, o sea, 7,4 %. Como las
8. Indice del nivel de precios agropecuarios
Grupos
Ene.
Feb.
Mar.
Abr. 1~~1 Jun. Jul.
1
1
1
1
1
Granos
101,5
102,0
99,0
95,6
89,6
89,8
104,8
Carnes
107,3
110,l
113,9
111.9
110.8
110,8
117,0
Cueros
118,4
104,0
108,7
100,6
91,9
97,1
94,2
Lanas
120,5
119,7
113,1
109,9
107,4
98,2
103,3
Prod. lecheros
105,1
107,8
105,6
106,1
106,0
106,1
106,0
Prod. forestales
109,7
109,7
111,4
113,1
111,8
111,8
111,8
Nivel general
105,2
105,0
103,4
100,2
95,3
95,0
105,9

EL ESTADO ECONÓMICO
621
Cuadro 8 (continuación)
% de dic.
Grupos
Ago.
Sept.
Oct.
Nov.
Dic.
Nov.
Dic.
1929
1
1928
Granos
104,9
109,0
108,1
100,5
99,6
-0,9
-0,1
Carnes
116,5
114,5
125,3
116,6
10,0
-6.5
7,4
Cueros
92,2
91,2
83,8
79,7
78,0
-2,1
-2,1
Lanas
105,8
96,3
88,6
95,1
84,3 -11,4 -29,6
Prod. lecheros
106,1
109,3
109,1
103.8
99,9
-3,8
-4.2
Prod. forestales
111,8
111,8
111,8
111,8
111,8
o.o
1
Nivel general
106,9
107,6
107,6
101,S
98,8
-2,7
-4,9
exportaciones en el mismo período llegan a m$nJ.761,l millones, el superávit del
balance comercial asciende a m$n 282,4 millones contra m$n 506,5 millones en los
nueve primeros meses de 1928.
No han aparecido aún las cifras del cuarto trimestre del año; pero las recaudaciones
aduaneras señalan un probable descenso de 8,2 % con respecto al mismo trimestre del
año anterior. Este hecho habría reducido aproximadamente a 3,7 % el exceso de los
valores de tarifa en todo el año pasado, en relación a 1928, cuya cifra entrañaba un
incremento de 15,5 % cotejada con la de 1927.
El nivel de precios agropecuarios ha registrado en 1929 un promedio inferior al de
1928. En los primeros meses el índice prosigue la declinación iniciada en junio de este
último, en un nivel más bajo; y si bien a mediados de año se repone bruscamente hasta
alcanzarlo, no tarda en declinar de nuevo hasta cerrar con un índice menor que un año
antes. Intervienen principalmente en ello las lanas, cueros, y productos lecheros, pues
las carnes terminan con precios más altos; y los granos, con un descenso insignificante
en relación a diciembre de 1928.

49
EL ESTADO ECONOMICO *
l. LA FASE DESCENDENTE EN LOS PRIMEROS MESES DE ESTE AÑO
Al ocupamos en nuestro número anterior del ciclo económico actual, señalamos la
iniciación de su fase descendente en el transcurso de 1929, cuando el volumen de los
negocios tiende a decrecer persistentemente, mientras aumenta en forma progresiva la
tensión del mercado monetario.
Esa tendencia en los negocios se acentúa en los primeros meses del afio, a juzgar por
la intensa restricción de las compensaciones de cheques y el curso declinante de otros
índices económicos. Empero, la tirantez monetaria se interrumpe; y precisamente en
la época en que factores estacionales suelen sobrepujar los tipos de interés, éstos
descienden de la posición extraordinariamente alta que habían alcanzado al terminar
el afio precedente.
No se trata, por cierto, de un cambio sustancial en las fuerzas que venían ejercitán-
dose sobre el mercado de dinero. De ellas, según lo explicamos en otra oportunidad,
una tendía hacia la reabsorción de medio circulante interno, a causa de la transferencia
neta de fondos al exterior exigida por el déficit en el balance de pagos; y la otra pugnaba
por colmar los claros dejados por la acción de aquélla. Ambas han seguido actuando.
Por un lado, esa transferencia de fondos vinculada a la primera, si bien ha debido
realizarse casi por exclusivo mediante el empleo de disponibilidades bancarias en el
exterior, en virtud de la clausura de la Caja de Conversión, ha surtido los mismos
efectos restrictivos que antes sobre los depósitos de los bancos y el dinero en manos del
público. Y por otro, la expansión del crédito ha seguido contrarrestando esos efectos,
y sobreponiéndose a ellos, pues esos rubros denotan aumento, que no disminución, en
los dos primeros meses del afio.
Sin embargo, esto último no ha deprimido los encajes bancarios, como aconteciera
en otras circunstancias. Lejos de ello, con haber salido dinero de las arcas de los bancos
para el público, y haberse dilatado los depósitos: los encajes mantienen su posición, y
* N. del Ed. Revista Económica: 3. Nº 2, febrero-marzo de 1930, págs. 29-34. Artículo sin firmar,
que consideramos escrito por Raúl Prebisch.

EL ESTADO ECONÓMICO
623
ceden en altura los tipós monetarios, bajo la influencia evidente de la emisión de nuevos
billetes contra depósito de su contrapartida en oro en las legaciones argentinas del
exterior.
Por lo tanto. el paso de una situación de tirantez a otra de aflojamiento relativo, antes
que a una disminución sensible en la demanda de crédito, que sigue intensa, obedece
a esta medida de emergencia, que ahora como en 1925. cuando se aplicó por vez
primera, ha logrado su propósito primordial de suministrar al mercado monetario los
fondos adicionales que requería perentoriamente.
2. DESCENSO DE LAS EXPORTACIONES Y SUS PRECIOS
Que la transferencia de fondos al exterior, recién aludida. ha resultado muy escasa
para cubrir las necesidades de nuestro balance de pagos en desequilibrio, se comprueba
claramente por la sensible valorización de las monedas extranjeras. Es cierto que el
curso reciente del comercio exteriorno indica, en modo alguno, en lo que a él concierne
como factor principal de aquel balance, que ese desequilibrio se haya reducido. En
efecto, las exportaciones de los dos primeros meses del año comparadas con las de igual
período del año anterior, manifiestan un descenso mucho más intenso que las
importaciones, por más que éstas hayan menguado seriamente por la baja del peso y
la restricción de nuestro poder adquisitivo internacional. Así es que el exceso de
aquéllas, que llega de ordinario a su máximo estacional en esta época del año, se
transforma probablemente en déficit, en exceso de importaciones, según el cálculo que
presentamos más adelante.
l. Indices del volumen f'JSico, valor y precio medio de las exportaciones
Enero 1 Febrero
Dos primeros meses
Grupos de productos
1929
Indices
1930
1
Indice
1
1929
1928
(Base: Promedio de 1926 = 100)
%
Granos:
Volumen físico
128,0
112,9
120,5
-54,5
-5,6
Valor
131,5
113,2
122,4
-50,5
-10,3
Precio medio
102,7
100,3
101,6
6,6
-5,0

624
RAÚL PREBISCH
Cuadro 1 (continuación)
Enero
Febrero
Dos primeros meses
1
Grupos de productos
1930
1929
Indices
Indice
1929
1928
1
1
Carnes:
Volumen físico
83,2
73,3
78.3
-8,0
2,5
Valor
96,2
84,2
90,2
-7,8
5,9
Precio medio
115,6
114,0
115,2
0,7
1,6
Cueros:
Volumen físico
68,5
88,6
78,6
20,7
-34,8
Valor
52,5
63,1
57.8
-18,4
-56,1
Precio medio
76,6
71,2
73,5
-32,4
-32,7
Lanas:
Volumen físico
137,9
101,3
119,6
-59,2
15,5
Valor
107,7
71,5
89,6
-62,4
4.1
Precio medio
78,l
70,6
74,9
-38,2
-9,8
Prod. lecheros:
Volumen físico
117,3
95,4
106,4
-9,6
-4,8
Valor
112,6
91,5
102,1
-18,4
7,3
Precio medio
96,0
95,9
96,0
-9,7
12.7
Prod. forestales:
Volumen físico
104,9
101,5
103,2
3,3
-29.2
Valor
118,7
111,6
115,2
9,7
-40,9
Precio medio
113,2
110,0
111,6
1,3
-16,6
Total:
Volumen físico
115,6
100,4
108,0
-26,8
-5,8
Valor
116,2
98,4
107,3
-29,1
-11,9
Precio medio
100,5
98,0
99,4
-3,2
---6,5
Sobre las exportaciones, así rebajadas como se observa en el cuadro l, no sólo se
traduce la merma en la última cosecha sino también en la cantidad de otros grupos de
productos exportados. Junto con los embarques de granos, considerablemente reduci-
dos en estos dos meses en cotejo con los de 1929, obsérvasc una declinación muy
intensa en las lanas y también en las carnes y en los productos lecheros, aunque con
mucho menos fuerza. Tan sólo los cueros y los productos forestales parecen reponerse
de la acentuada depresión que acusaban un afio antes, si bien su influencia en el
conjunto de exportaciones es muy secundaria.
A ello se agrega, en detrimento del valor de las exportaciones, los efectos de la
reciente declinación del índice de precios agropecuarios. Pese a la acción moderadora
que sobre la baja efectiva ha tenido en el mercado interno la depreciación de la moneda,
este índice ha caído en febrero pasado, a un nivel sensiblemente inferior al de un año

EL ESTADO ECONÓMICO
625
2. Indice del nivel de precios agropecuarios
% de febrero
1929
1930
1930
Grupos
!
Enero
Feb.
Nov.
Dic.
Enero 1
Feb.
1930
1929
1
1
(Base: Promedio de 1926 = 100)
Granos
100.5
99,6
94,3
93,2
-1,2
-8,6
Carnes
116,6
l()<),0
110,8
110,5
--0,3
0,4
Cueros
79,7
78,0
79,l
74,0
-6,4
-28,8
Lanas
95,1
84,3
77,4
70,0
-9,6
--41,6
Prod. lecheros
103,8
99,9
96,0
95,9
--0,l
-11,0
Prod. forestales 111,8
111,8
111,8
116,8
-4,5
-2,6
Nivel general
101,5
98,8
95,0
93,2
-1,9
-11,2
antes,1 según se advierte en el gráfico l. Fuera de las carnes, cuya posición se mantie-
ne, todos los grupos de productos revelan un descenso general, que es de intensidad
máxima en las lanas. En los granos, las cotizaciones fueron arrastradas en simpatía por
la declinación del trigo; sin embargo, éste y el lino oscilan en los dos primeros meses
de 1930 arriba de los correspondientes del año 1929, mientras los otros productos lo
hacen en un nivel inferior que afecta desfavorablemente al conjunto del grupo (véase
cuadro 2).
3. EL PRECIO DEL TRIGO*
Esa baja registrada en los precios del trigo en los primeros meses del año, no
confirma hasta ahora las previsiones que sustentaban la política de retención del grano
El descenso en el índice de precios agropecuarios es más intenso que el del precio medio de las
exportaciones, en virtud de que en este último influyen acentuadamente los cambios ocurridos en la
composición de los productos exportados. Disparidades como éstas suelen ocurrir de mes a mes; pero la
tendencia general del índice y del precio medio son similares (véase la explicación detallada en el vol. 11,
3, pág. 43 de esta Revista).
* Ya en prensa este artículo, el desarrollo desfavorable de los cultivos de trigo de invierno en los
Estados Unidos, parece estar actuando sobre el mercado como factor de alza.

626
RAÚL PREBISCH
de las organizaciones cerealistas de los Estados Unidos y el Canadá. Según lo anotamos
en nuestro número de diciembre pasado, durante el mes de noviembre el malogro de
las cosechas del hemisferio sud, unido a las compras a término realizadas por esas
organizaciones y los especuladores alcistas,2 habían logrado detener la baja que venía
desarrollándose desde el mes de julio. Esperábase, en efecto, que los compradores
europeos, que restringieron seriamente sus importaciones de trigo en la segunda mitad
de 1929, abastecidos por las ventas liberales de la Argentina y los países del Danubio,
no tardarían en hacerlo en el nuevo año. Pero así que transcurren las primeras semanas
de éste, pudo comprobarse que aquellos compradores continuaban en su actitud pasiva.
Parece ser que Europa, dados su mejor producción en cantidad y calidad, el volumen
de sus existencias anteriores, y la disminución de su poder de compra por el receso
actual de sus actividades económicas, requiere menos trigo extranjero de lo que se
había calculado. Asimismo, las buenas cosechas de sucedáneos, la elevación de
derechos aduaneros, las medidas que obligan a usar trigo u otros granos nativos en las
mezclas y diversos factores secundarios, no han dejado de influir adversamente sobre
el consumo del grano extranjero.3
Carentes, pues, del estímulo de compras más activas las cotizaciones del trigo han
reanudado su baja, resintiéndose sobremanera de la liquidación forzada de posiciones
futuras por aquellos operadores en descubierto, deseosos de evitarse mayores pérdidas.
La baja se inicia en la segunda semana de enero y abunda en variados incidentes. como
el fracaso de las negociaciones del Pool con los molineros ingleses para obtener la
colocación preferente de su grano, y la intranquilidad financiera del mercado canadien-
se. conjurada, por el momento, con la garantía oficial del 15 % de margen sobre el valor
del cereal en los créditos bancarios concedidos a aquella institución. Pero las dos
últimas semanas de marzo han presenciado un nuevo repunte, al que no parece ajena
la corporación estabilizadora de los Estados Unidos, que ha obtenido 100 millones de
dólares para sustraer del mercado una mayor cantidad de las existencias disponibles de
trigo.
Mientras el Pool espera siempre una reacción en la demanda europea, Winnipeg ha
colocado nuevamente sus precios en un nivel de exportación, bajo los de Liverpool,
después de haberlos superado en los últimos meses de 1929.
Los adelantos de m$n 10,20 y 10,80 por quintal de trigo realizados por la Junta Agraria a las
cooperativas agrícolas, y los pronósticos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos sobre el
alza futura de los precios, concurrieron, sin duda, como elementos psciológicos a formar el optimismo de
esos especuladores alcistas.
Broomhall ha debido reducir su primera estimación de las necesidades probables de la importación
en el presente año comercial, de 20.250.000 tons. (cálculo de agosto de 1929) a 16.870.000 tons. (cálculo
de marzo último). Desde agosto, en que se inicia este año, hasta fines de marzo pasado, Europa importó
7.150.000 tons. de trigo, o sea, 5.070.000 tons., menos (41,5%) que en igual período del año comercial
precedente.

EL ESTADO ECONÓMICO
627
4. RECESO ECONÓMICO MUNDIAL
En fin de cuentas, como hemos sugerido otra vez, la sobreproducción mundial de
los últimos años es un elemento preponderante en la baja del trigo. Y si bien se abusa
de este vocablo para explicar aun los movimientos generales de los precios, de índole
monetaria, parece ser que en este caso, a juzgar por opiniones expertas, es el exceso de
la oferta sobre la demanda en relación a los precios existentes, lo que ha ejercido una
gran influencia en la última declinación de ciertos alimentos y materias primas de
importancia en el comercio internacional. Junto con el trigo, y entre los productos más
afectados, destácanse las lanas, el algodón, el café, el azúcar, el caucho, el estaño. De
ahí las dificultades económicas y las complicaciones monetarias porque atraviesan lvs
países productores de algunos de esos artículos, sin excluir, desde luego, la interven-
ción de otros factores: el Canadá, por el trigo; Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica,
por las lanas; Brasil, por el café; la Argentina, por sus productos agropecuarios y su
mala cosecha. Sin embargo, el receso de los negocios, derivado de tales acontecimien-
tos, no sólo se manifiesta en estos países. También ocurre actualmente en la Gran
Bretaíía, Estados Unidos, Alemania y diversas naciones manufactureras, en donde se
observa una declinación más o menos intensa en los índices de la producción industrial
y del volumen de los negocios, acompañada por un sensible incremento de la
desocupación obrera. Trátase, pues, de un fenómeno de carácter mundial, al que no
habría podido sustraerse la Argentina por su estrecha interdependencia con la econo-
mía internacional.
5. Orn.os ÍNDICES ECONÓMICOS
En el desarrollo de este proceso durante los tres primeros meses del año cotejados
con igual lapso de 1929, destácase el descenso de los cheques compensados, mucho
más intenso en las cámaras del Interior que en las de la Capital Federal, según se nota
al pie del cuadro 3. Paralelamente a la contracción del volumen económico de los
negocios, que esos datos reflejan de un modo sintético, se observa un considerable
incremento en el pasivo de los quebrantos, como suele suceder en análogos períodos
entre nosotros. Las construcciones proyectadas en la Capital Federal, según las cifras
de los dos primeros meses, revelan también un sensible menoscabo. En las transaccio-
nes bursátiles ocurre lo mismo en cuanto concierne al volumen de todos los papeles
excepto las cédulas y bonos hipotecarios; pero no en lo que toca a las cotizaciones de
los papeles de renta fija, cuya tendencia declinante parece interrumpirse bajo la
influencia probable del relajamiento sobrevenido en las condiciones monetarias; en
efecto, los títulos nacionales han experimentado un buen repunte desde principios de
año, y llegan a juntarse nuevamente con las cédulas hipotecarias, anulando el margen
variable que había existido entre ambos durante varios meses; estas últimas, después

628
RAÚL PREBISCH
3. Principales índices económicos
Enero
Febrero
Dos primeros meses
1
Indices
.
1
1930
1
1929
Cantidades
Cantidades % 1929
% 1928
%
Cheq. comp. (mili. m$n)
4.002
3.513
7.515
-13,4
3,3
Capital Federal
3.385
2.999
6.384
-11,4
3,3
Interior
617
514
1.131
-23,1
3,6
Medios de pago (íd.)'
B ill. en circulación
847
878
862
-1,7
4,8
Dep. en etas. ctes.
1.174
1.207
1.190
-15,1
7,5
Prést. bancarios (íd. )1
3.591
3.650
3.620
6,7
7,8
Encaje bancario(%)
13,5
12,8
13,2
-39,5
--0,7
Vent. prop. *(miles m$n)
53.000
30.400
83.400
17,6
2,9
Vent. G. Alm. y T.* (íd.)
11.600
9.800
21.400
-1,8
7,4
Trans. bursátiles* (íd.)
43.300
32.100
75.400
-14,2
-12,8
Céd. hip. nacionales
28.300
18.500
46.800
3,8
-14,3
Tit. púb. nacionales
3.200
3.400
6.600
-45,9
-13,5
Tit. púb. prov. y mun.
4.800
3.900
8.700
-38,7
19.3
Bonos hipotecarios
3.600
3.600
7.200
2,9
-23.1
Acciones
2.900
2.000
4.900
-38,0
-30,l
Cert. y obligaciones
500
700
1.200
-14.3
-22,2
Recaud. nacionales (íd.):
56.100
49.800
105.900
-5,4
6,0
Aduaneras y portuar.
35.100
32.2000
67.300
-7,7
6,7
Der. de importación
27.6CXl
25.900
53.5CXl
-8,7
8,9
Der. de exportación
1.800
1.300
3.100
6,9
---6,5
Otras rentas
5.700
5.000
10.700
-6,l
o.o
Contrib. territ.2
400
500
900
12,5
-11,l
Patentes'
400
300
700
16,7
-60.0
Sellos 2
4.700
3.100
7.800
20.0
-1.5
Impuestos internos 2
8.000
8.400
16.400
-15,9
14,0
Otras recaudaciones
7.500
5.300
12.800
10,3
2,7
Pasivo de quebr. (íd.)
15.7CXl
26.500
42.200
68,8
19,6
Dep. ahorro (mili. m$n) 1
1.727
1.709
1.718
2.3
12.3
Construc. proyectadas:*
Pennisos (número)
2.407
1.245
33.652
-18,2
9,4
Superficie (miles m')'
308
199
507
-17,4
52,7
Carga transportada:
F.C. part. (miles tons.) 3
3.3CXl
3.700
45.200
-1,l
-4,2
F.C. del Estado (íd.) 4
340
370
5.390
-4,4
120

EL ESTADO ECONÓMICO
629
Gráfico N11 l. Variaciones relativas de los principales índices económicos
(Escala logarftmica)
200
150
50
4Q
30
20
10
o
-10
-20
-30
1926
1927 1928
1929
1930
NoUJ: Las líneas gruesas representan promedios móviles de 12 meses; las finas, cifras mensuales, y las
finas con asterisco, promedios móviles de tres meses. En la escala logarítmica la misma distancia vertical
expresa siempre variaciones de igual intensidad. Para permitir una estimación visual de esta intensidad,
presentamos a la izquierda del gráfico la escala de aumento o disminución. En el Pasivo de los quebrantos,
la línea de puntos representa promedio móviles de 12 meses y la gruesa su ajuste empírico.

630
RAÚL PRm!ISCH
Gráfico N11 2. Promedios de cotizaciones de las cédulas
y títulos de crédito interno de 6%
(Ex-cupón)
En mSn
, En mSn
L
-
101
1 01,
1 l
100
r
1 00
11
"
~
Cédulas hipotecarias nacionales
'
~
la
99
99
"'1
\\f
1
1
,.\\ j
,
l
98
,, '
,
98

·r
f ~
1
\\
1
1
97
97
'
\\ \\ "
)
~r
1
1
!
l
96
96
'
/
'
'
!
r, ~J ••~"';-o
¡
i
TI_
~
i
I
!
1
¡
1
95
\\ 19 5
~lid
1
~
!
1
!
r-i
1\\_(
1
'
!
94
1
94
J
1
l
93
1
1
1
1

1
1
1926
1927
1928
1929
1930

EL ESTADO ECONÓMICO
631
Gráfico N11 3. Porcientos de exceso o defecto de las exportaciones
sobre las importaciones
(Porcentaje)
%
100
'
75
~
"
50
"
~ ~
~ j
25
V
~ \\ ~
o
V
'
-25
-50
'.
'
'

1927
. 1928
1929
1930

632
RAÚL f>REBISCH
Cuadro 3 (continuación)
Enero 1 Febrero
Dos primeros meses
Indices
Cantidades
c .d d 1 % 1930
J
% 1929
anti ª es
1929
1928
Movim. portuario (íd) 5
970
780
1.750
-11,2
-7,9
Consumo de fuena motriz
(miles kw.)3*
21.900
22.000
232.800
18,8
11,3
* Operaciones en Ja Capital Federal. 1 Promedios de saldos mensuales. ' Las cifras corresponden al
total de Jo recaudado, y no sólo a Jo ingresado en rentas generales. ' Diciembre de 1929, enero de 1930, año
1929, % 1929/1928 y% 1928/1927; las cifras de los últimos 3 meses son provisionales.• Noviembre de
1929, diciembre de 1929, año 1929, % 1929/1928 y 1928/1927; Ja cifra de diciembre es provisional' Miles
de toneladas de registro neto de los buques y veleros entrados en puertos del país.
Según las últimas infonnaciones, los cheques compensados en la Capital Federal, en el mes de marzo,
m$n 3.052 millones, son inferiores a 4,1% respecto al mismo mes de 1929. Los guarismos trimestrales
alcanzan a m$n 9.436 millones, o sea 9,2% menos que en igual lapso del año anterior.
En marzo, el pasivo de los quebrantos m$n 17 ,6 millones, excede en 90,5% al del mismo mes de 1929.
El pasivo del primer trimestre m$n 59,8 millones es superior en 75,0% al de igual lapso de 1929.
de un altibajo en enero y febrero, repuntan en marzo hasta sobrepasar apreciablemente
la posición inicial del afio. En las ventas en los grandes almacenes y tiendas, se advierte
asimismo un déficit con respecto a 1929, pero con muy escasa amplitud.
La iestricción general en el volumen de los negocios ha gravitado necesariamente
sobre las recaudaciones de aduana y de impuestos internos, por lo que el conjunto de
recaudaciones nacionales acusa en los dos primeros meses de este año cifras inferiores
a las de igual período de 1929. ·
Prosigue, pues, la fase descendente del ciclo económico con las características ya
esbozadas en nuestro número anterior.
4. Variaciones de las cédulas hipotecarias y los títulos de crédito interno de 6 %
(Ex-cupón)
Cotimciones
Rendim. inmediatos
Meses
Cédulas
Títulos
Cédulas
Títulos
1
1
rn$n
o/o
Dic. 1920
96,85
94,60
6,19
6,34
En.
1930
96,87
94,62
6,19
6,34
Feb. 1930
95,97
95.11
6,25
6,31
Mar. 1930
%,37
96,18
6,23
6,24
Mar. 1928
98,51
97,60
6,09
6,15
Mar. 1929
100,24
100,28
5,98
5,98

EL ESTADO ECONÓMICO
633
6. CALCULO DEL COMERCIO EXTERIOR*
Con el fin de conocer groseramente las tendencias delcomercio exterior y sus saldos
en los dos primeros meses del año, hemos realizado un cálculo similar al publicado en
nuestro número de noviembre: las exportaciones (para enero y febrero) han sido
estimadas de acuerdo con las variaciones registradas por nuestro índice del valor de las
mismas; y las importaciones (desde octubre de 1929), aplicando a los valores reales
publicados por la Dirección General de Estadística para un año antes, los porcientos de
aumento o disminución que acusan recientemente las recaudaciones aduaneras por
derechos de importación con respecto a las de ese año. Estas recaudaciones revelan
groseramente las variaciones de los valores de tarifa expresados en pesos oro a la par,
libres de las fluctuaciones recientes del cambio; mientras que el índice de las
exportaciones refleja valores en pesos, que por haber disminuido en términos de oro,
no expresan fielmente lo que recibimos por nuestros productos en el mercado
internacional. De ahí que para que ambos datos sean estrictamente comparables, hemos
ajustado el valor de las exportaciones con el coeficiente de depreciación del peso. a
partir de septiembre pasado. En esta forma, si bien las exportaciones en pesos moneda
nacional en los dos primeros meses del afio son inferiores en 28,9 % a las de igual
período del precedente, expresadas en oro internacional entraiian un sensible desmedro
de 34,7 %. Como simultáneamente las importaciones parecen haberse reducido apenas
en 8,8 %, el exceso de aquéllas sobre éstas, que era de 30,4 en el primer bimestre de
1929 (a saberm$n 44,4 millones, según cifras oficiales) se transforma en un déficit de
6,7 % en lo transcurrido del corriente, y en desacuerdo con lo que suele acontecer en
esta época del año según se observa en el gráfico J.
* Según el infonne que acaba de publicar la Dirección General de Estadística de la Nación el valor
de las exportaciones en los dos primeros meses de este año asciende a m$n 307, 7 millones, o sea, m$n 125,5
millones (29,0%) menos que en los mismos meses de 1929. Este porciento apenas difiere del que resulta
de nuestro cálculo basado sobre las variaciones del fudice del valor.

50
EL ESTADO ECONOMICO *
1. EL RECESO ECONÓMICO MUNDIAL
1. Los nwvimientos internacionales y el ciclo argentino
Conforme transcurre el año 1930 se extiende y acentúa el receso mundial en las
actividades económicas. Y los pocos países que habían logrado sustraerse a este
fenómeno general y transitorio, revelan en los últimos meses, signos inequívocos de
haber comenzado la fase descendente en el volumen de sus negocios.
Tratáse, en suma, de un proceso que por sus características, la forma en que las
perturbaciones iniciales han ido transmitiéndose de país en país, y la amplitud
internacional que reviste: se asemeja a aquellos movimientos cíclicos que acontecían
sistemáticamente antes de la guerra, con sus alternativas de actividad creciente, receso,
estancamiento y recuperación.
Entonces, como ahora, estas fluctuaciones repercutían en la Argentina con rasgos
bien pronunciados. Estamos ligados íntimamente al mercado internacional por la
índole de nuestras actividades económicas y las grandes inversiones de capitales
extranjeros. Por donde se explica que toda alteración en el poder de compra de los
principales países, o en sus condiciones monetarias, afecte sensiblemente el desarrollo
de nuestros negocios locales.
Hace poco tiempo, precisamente, nos referíamos a la influencia predominante que
sobre nuestro ciclo monetario actual habían tenido los acontecimientos del mercado
financiero de Nueva York, como antes de la guerra sucedía con el de Londres. Cabe
ahora señalar las consecuencias que entrañan para la Argentina las fluctuaciones del
poder de compra extranjero.
* N. del &J. Revista Económica: 3, Nº 5, junio de 1930, págs. 85-90. Artículo sin firmar, que
consideramos escrito por Raúl Prebisch.

EL ESTADO ECONÓMICO
635
2. El poder adquisitivo de los paises industriales
El receso económico de los países industriales, especialmente la Gran Bretaña,
Estados Unidos y Alemania, con los que mantenemos un activo intercambio, se
caracteriza por el descenso general de las actividades productivas, el fuerte aumento
de la desocupación obrera, y la contracción del comercio exterior e interior debido a
su menor volumen físico y a la baja del nivel general de precios. Disminuye así el
requerimiento de materias primas para las industrias y se reduce la demanda de
alimentos a causa de la merma en el monto global de los salarios y otros réditos de la
población. Se aflojan los mercados. Y bajan las cotizaciones de esos artículos.
La reducción del poder adquisitivo de dichos países constituye en realidad el factor
común en todo análisis reciente de los precios agropecuarios, ya se trate del trigo, de
la manteca o de las lanas. Es cierto que en algunos casos, según lo destacamos en su
oportunidad, la superproducción absoluta de algunas mercaderías representa un factor
importantísimo en ese proceso. Pero no lo es menos que en muchos otros ocurre más
bien un mero fenómeno de superproducción relativa, esto es, un exceso de las
cantidades ofrecidas no con respecto a la capacidad ordinaria de consumo, sino a los
réditos menguados de los consumidores, a su menor poder de compra.
3. Los países agropecuarios
No es necesario extenderse acerca de la incidencia conocida de estos hechos sobre
los países productores, especialmente Australia y la Argentina, en donde se agrega el
fracaso de la cosecha a las bajas cotizaciones. Por otra parte, el desequilibrio existente
entre los precios agropecuarios y los industriales tiende a que el empeoramiento de las
condiciones sea más intenso. En efecto, la abundancia de algunos artículos a que nos
hemos referido más arriba, y el carácter inelástico de la producción agropecuaria
mundial, que no se adapta rápidamente a los cambios en la demanda y depende
estrechamente de las contingencias del tiempo, han contribuido, entre otros elementos,
a que los precios de los productos del suelo declinen con mayor violencia que los
industriales.
Desde luego que todo esto ha traído consigo, a su vez, una restricción muy marcada
en el poder adquisitivo externo de estos países productores de artículos agropecuarios,
en menoscabo de las naciones industriales. Se desarrolla, por consiguiente, una serie
inextricable de acciones y reacciones, mediante las cuales el movimiento declinante de
los negocios se ha ido propagando y amplificando de nación en nación.
4. lnfluencia del fenómeno monetario
Exigirían un largo análisis los factores que han provocado esta situación mundial.
Tampoco hay concordancia de opiniones al respecto. Y las mismas teorías que tratan
de explicar estos movimientos cíclicos están en plena elaboración, después que la

636
RAÚL PREBISCH
investigación estadística de los últimos lustros ha desbai"atado más de una interpreta-
ción aparentemente satisfactoria. Sin embargo. se señala con insistencia la tirantez
monetaria internacional, a raíz de la especulación en la bolsa neoyorkina y la política
restrictiva de la Reserva Federal. El consiguiente encarecimiento del dinero habría
tenido consecuencias adversas sobre las actividades económicas, al oponerse a su
mayor expansión, en algunos países, y a su recuperamiento, en otros. No ha de
olvidarse, por otro lado, que esa misma tensión del mercado financiero internacional
redujo a escasa magnitud durante el año pasado las inversiones en el extranjero.
privando así al comercio internacional del poder adquisitivo que se desarrolla en los
países nuevos por la incorporación de capitales.
Ello no significa que esos fenómenos monetarios sean la causa de la declinación
en los negocios, sino un factor de gran momento en el desarrollo de todo el proceso.
Por su misma importancia, se espera ahora que del aflojamiento en los mercados
monetarios surja el impulso decisivo de una próxima recuperación. Como se sabe. el
descenso de las tasas del dinero se inició con la liberación de las disponibilidades
absorbidas por la bolsa, y se fue acentuando a medida que la contracción de los
negocios demandaba menos cantidad de fondos.
Empero, esta baja no se ha manifestado aún en el mercado para inversiones a largo
plazo, cuyas tasas se mantienen en una posición muy alta con respecto al bajísimo nivel
a que han descendido los tipos en el mercado de colocaciones a corto plazo.
II. EL RECESO EN LA ARGENTINA
1. Ventas y adquisiciones de los países extranjeros
De cómo el receso económico internacional, que acabamos de considerar en forma
muy sucinta, ha afectado el intercambio comercial de la Argentina, dan una idea las
siguientes cifras. El conjunto de los cinco países más importantes en nuestro comercio
exterior, que constituyen alrededor del 66 % del total, ha disminuido en 20 % sus ventas
a la Argentina en el primer trimestre del año en curso cotejado con igual lapso de 1929.
Así se desprende del cuadro 1, compilado con las cifras oficiales de esos países,
convertidas a pesos de acuerdo con el cambio par.
En el caso de los Estados Unidos se registra la con tracción más fuerte de las ventas,
a saber 37 %; síguenle las de Francia, con 20 %; las de Gran Bretaña y Alemania apenas
disminuyen en 6,8 % y 7,9 %, respectivamente; en cambio, las de Italia (en los dos
primeros meses) aumentan en 11 %.
Las adquisiciones de esos mismos países en la Argentina se han reducido con
mayor intensidad, o sea en 24 %. Italia revela un descenso del 59 % (dos primeros
meses) con lo que el saldo del intercambio se transforma de negativo en positivo para
el Reino; Francia restringe sus compras en 50 % y su saldo negativo se reduce
considerablemente. Las de Gran Bretaña bajan en 22 %, con análogas consecuencias;

EL ESTADO ECONÓMICO
637
l. Intercambio con los principales países
Primeros
Gran
Estados
Alemania
Francia
Italia**
5 países
trimestres
Bretaña
Unidos*
(En miles de m$n, cambio par)
EXPORTACIONES A LA ARGENTINA
1928
97.920
90.960
52.580
31.980
18.000
291.440
1929
84.960
135.300
56.820
28.940
19.770
326.790
1930
79.190
85.220
52.330
23.090
22.000
261.830
IMPORTACIONES DE LA ARGENTINA
1928
240.310
61.780
148.900
48.740
17.470
517.230
1929
241.660
77.000
90.4000
54.920
33.410
497.390
1930
187.770
66.400
82.770
27.280
13.690
377.910
SALDOS
1928
-142.420
29.180
-96.320
-16.760
530 -225.790
1929
-156.700
59.300
-33.580
-25.980
-13.640 -170.600
1930
-108.580
18.820
-30.440
-4.190
8.310 -116.080
* En los cinco primeros meses de 1930 las ventas de Estados Unidos a la Argentina fueron de m$n
140millones (cambio par) o sea 32% más bajas. Las compras alcanzaron am$n 116,7 millones, con 9,7%
de descenso.
** 2 primeros meses.
y las de Estados Unidos, en 14 % , reduciendo fuertemente el saldo positivo en su favor;
por último, las compras de Alemania se contraen solamente en 8,4 % sin afectar mucho
el balance adverso de su intercambio.
2. Las cuentas internacionales
Estas cifras parciales comprueban lo que tenemos dicho sobre las tendencias de
nuestro comercio exterior. En los cinco primeros meses del año cotejados con el mismo
lapso de 1929 el valor de las exportaciones, según nuestro índice, habría descendido
en 36 % si se lo expresa en pesos, y en 41 % en dólares. Las cifras del primer semestre
revelan probablemente una contracción análoga, a juzgar por el curso de las exporta-
ciones de los principales productos.
Las importaciones también se restringen pero no con la suficiente amplitud como
para contrarrestar el menoscabo de las exportaciones. De ahí que en los primeros 5

638
RAÚL PREBISCH
meses el déficit de éstas con respecto a aquéllas habría llegado a 4,9 % en pesos y 13
% en dólares, según los cálculos conjeturales que explicamos en otro número. En el
mismo lapso del año 1929, el superávit de las exportaciones sobre las importaciones
fue de m$n 216,6 millones, o sea de 26 %.

2. Cantidad y valor de las exportaciones
Cant. en miles de tons.
Val. en miles de m$n
Grupos de
Primeros
%de
Primeros
%de
productos
5 meses
aum.
5 meses
aum.
o
o
1929
1
1930
dism.
1929
1
1930
dism.
Granos
6.775,7
3.678,3
--45,7
654.320
360.980
--44,8
Trigo
3.358,9
1.390,2
-58,6
309.920
140.980
. -54,6
Maíz
1.622,9
1.264,3
-22,l
125.330
75.900
-39,4
Lino
1.025,9
630,7
-38,5
156.960
121.300
-22,7
Otros
590,0
245,5
-58,4
47.180
11.910
-74,8
Harina y subp.
178,0
147,6
-17,1
14.930
10.890
-27,1
Carnes
305,5
288,0
-5,7
133.170
133.120
-0,04
Yac. chilled
153,4
140,6
-8,3
66.780
65.290
-2,2
Yac. congelada
56,1
49,4
-11,9
21.840
20.300
-7,l
Conservada
32,3
34,5
6,8
17.970
20.030
11,5
Ovina congel.
40,9
43,2
5,6
16.450
18.010
9,5
Otras
22,8
20,3
-11,0
10.130
9.490
---6,2
Cueros
57,2
63,6
11,2
47.240
43.030
-8,9
Vacunos
47,4
53,4
12,7
37.320
35.140
-5,8
Ovinos
8,3
8,5
2,4
7.810
5.830
-25,4
Otros
1,5
1,7
13,3
2.110
2.060
-2,4
Lanas
87,3
77,9
-10,8
114.000
62.110
--45,5
Prod. lech. 1
19,9
19,8
-0,5
21.260
19.510
-8,2
Manteca
10,6
10,6
o.o
16.500
14.880
-9,8
Caseína
9,1
9,0
-1,1
4.560
4.510
-1,1
Prod. forest. 2
120,3
148,6
23,6
14.200
17.670
24,4
Extracto
49,9
63,2
26,7
10.440
13.210
26,5
Rollizos
59,7
71,0
18,9
3.150
3.770
19,7
Varios
319,1
279,8
-12,3
50.340
46.600
-7,4
Totales
7.685,0
4.556,0
--40,7
1.034.530
683.020
-34,0
1 Incluidos otros productos. ' Idem en el valor.

EL ESTADO ECONÓMICO
639
Es cierto que aumenta la celeridad con que las importaciones decrecen bajo el nivel
del afio anterior: de 8 % de descenso en enero pasado, se llega a 22 % en mayo, y
probablemente a una proporción mayor en junio, al menos en los guarismos de la
Capital Federal. Asimismo, tiende a aligerarse el pasivo de nuestras cuentas interna-
cionales, por la merma en las remesas de los servicios del capital extranjero, debido a
la disminución de beneficios que acontece en períodos de declinación económica. En
3. Principales índices económicos y sus variaciones relativas
Mes de mayo
5 primeros meses
Indices
%
%
%
%
Can ti-
Can ti-
1930
1929
1930
1929
dad es
dad es
1929
1928
1929
1928
Exportaciones: 1
Valor (miles$)º
118.420
-44,2
12,2
683.020
-34,5
-7,4
Cant. (miles tons.)0
762
-57,9
39,0
4.566
-41,2
4,0
Vol. físico (ind.)º
80,0
-48,6
37,2
94,4
-36,5
2,9
Precio medio (ind.)
91,4
-4,2 -17,9
96,l
-4,2
-9,8
Cheq. comp. (mill. $):º
3.660
-17,4
2,6
18.441
-13,2
3,0
Capital Federal
3.172
-13,6
-0,l
15.832
-10,3
2,5
Interior
488
-36,0
16,8
2.600
-27,7
5,4
Medios de pago (íd.) 2
Billetes en circulación
817
-6,5
4,6
842
-4,7
4,7
Depósitos corrientes
1.176
-9,8
0,2
1.185
-11,9
4,6
Prést. bancarios (íd.) 2
3.502
1,0
11,l
3.602
4,9
9,5
Encaje bancario (%) 2
14,2
-26,8 -21,8
13,6
-33,6 -11,2
Ventas prop. (mil. $)*º
33.100
-17,00
1,0
176.400
-0,6
7,2
Vent. G. Alm. y T. (íd.)*º 15.100
-13,7
9,8
58.000
-5,6
6,1
Trans. bursátiles (íd.)*º: 60.400
41,0 -51,8
231.900
7,2 -20,5
Cédulas Hipot. Nac.
33.600
72,7 -33,8
132.000
24,9 -27,8
Tit. Púb. Nacionales
4.100
-26,0 -46,3
17.800
-36,9 -18,4
Tit. Púb. Prov.y Mun. 8.100
16,4 -36,4
34.600
3,4
-3,0
Bonos Hipotecarios
10.000
113,9
4,4
28.500
26,1
11,3
AcciH1es
3.300
-29,4 -30,9
13.700
-37,4 -29,6
Certif. y obligaciones
1.300
-14,6
32,8
5.300
16,8 -17,5
Recaud. nacion. (íd.)º:
54.300
-25,1
11,0
276.400
-11,9
6,0

640
RAÚL PREBISCH
Cuadro 3 (continuación)
Mes de mayo
5 primeros meses
Indices
%
%
%
%
Can ti·
Can ti-
1930
1929
1930
1929
da des
da des
1929
1928
1929
1928
Aduaneras y port.
30.100
-22,2
16,4
160.000
-14,7
6,2
Derechos de imp.
23.800
-21,5
13,7
127.500
-14,8
8,5
Derechos de exp.
1.300
-40,2
596,0
6.500
-22,4
-3,8
Otras rentas
5.000
-19,3
-0,9
26.000
-12,3
-1,5
Contribución terr. 2
900
-24,7
43,4
3.600
-0,8
0,8
Patentes 3
800
-89,3
84,6
11.900
-21,9 -15,9
Sellos 3
6.500
106,2 -57,4
21.500
12,8
2,3
Impuestos internos 3
10.300
-13,9
6,8
45.900
-11,6
7,8
Otras recaudaciones
5.700
-43,0
17,1
33.500
-7,2
21.1
Pasivo de quebran. (íd.)* 15.400
-9,8
10,7
91.100
46,0 -14,4
Dep. ahorro (mill. $) 2
1.669
-0,8
10,2
1.697
0,7
11,6
Construc. proyectad.*º
Permisos (número)
2.116
12,7
-2,7
9.226
-10,2
19,6
Superficie (miles m')
204
-11,0
21,0
1.113
-19,4
62,8
Carga ferroviaria 4
2.900
-34,9
-4,3
10.500
-22,2
-1,5
F.C. Part. (mil. tons.)5 3.100
-27,9
13,2
12.500
-23,8
0,6
F.C. Estado (íd.)4
360
-18,2
-6,4
1.100
-20,9
6,1
Entradas ferroviarias
F.C. Part. (mil. $)
40.400
-20,0
4,6
220.500
-19,7
3,2
F.C. Estado (íd.)
5.100
-3,8
17,8
23.700
-8,1
12,2
Mov. portuario 6
820
-24.1
-6,9
4.290
-14,5
-5.1
Consumo fuerza motriz
Eléctrica (miles kw) 6*0
21.900
8,9
16,5
85.900
26,8
5,4
Mov. migratorio 7
Inmigrantes (núm.)
6.200
-30,3
17,l
51.400
-2,3
7,8
Emigrantes (íd.)
7.400
0,0
29,8
27.600
8,7
4,5
Saldo (íd.) 8
-1.200
1.500
1.900
23.800
27.200
24.500
0 Los porcientos expresan las variaciones del promedio por día hábil. *Operaciones en la Capital
Federal. 1 Las cifras del valor y cantidad de las exportaciones son de la Estadística Nacional; las del vol.
físico y precio medio representan índices calculados por nosotros, con base 100 para 1926. 'Cifras de fin
de mes y sus promedios respectivos. ' Las cifras corresponden al total de lo recaudado, y no sólo a lo
ingresado en rentas generales. • Marzo y tres primeros meses; las cifras de 1930 son provisionales. ' Abril
y 4 primeros meses. ' Miles de toneladas de registro neto de los buques y veleros entrados en 'Uertos del
país.' Cifras de la Dir. de lmnigración: pasajeros extranjeros de ultramar de 2• y 3• clase. 8 En la columna
de los porcientos consignamos las cifras absolutas de los saldos.

EL ESTADO ECONÓMICO
641
las empresas ferroviarias particulares, solamente, la merma de las entradas brutas en
el año económico recién terminado alcanza a m$n 82,2 millones, según el análisis que
presentamos en otro lugar. Parece ser, por otro lado, que una parte de aquellos
beneficios se reinvierten en el país para evitar los efectos del cambio, en la espera de
una valorización futura de nuestra moneda. Una opinión análoga acerca del carácter
transitorio de las dificultades actuales ha comenzado a estimular la colocación de
algunos fondos extranjeros en nuestro mercado bursátil; se confía en que la venta
posterior de los papeles argentinos que ahora se compra, ha de permitir, una vez que
el peso recupere su valor, la adquisición de una cantidad de moneda extranjera mayor
que se desembolsa actualmente.
Que esos factores de reajuste no se han desenvuelto hasta ahora con la amplitud
necesaria, se comprueba por la persistente valorizacion de las divisas extranjeras que
llegó a un promedio de 19 % en la primera semana de julio.
3. La contracción de los negocios
Empero, ni la restricción del comercio exterior, ni el déficit en el balance de pagos,
y el consiguiente menoscabo del cambio, constituyen hechos nuevos en nuestros
fenómenos cíclicos. Tampoco lo son las otras características que venimos señalando
desde meses atrás.
4. Movimiento de las Cámaras Compensadoras del Interior
Variaciones
Primer semestre
Cámaras
relativas•
Compen-
sadoras
1928
1929
1930
1928
1929
1930
1927
1928
1929
(En miles de m$n)
Rosario
2.815.020
2.888.390
1.958.260
14,4
3,5 -22,7
Bahía Blanca
272.790
244.100
173.700
8,7
-9,0 -29,3
Córdoba
325.880
341.860
277.260
24,l
5,6 -19,5
Tucumán
202.660
255.900
197.500
9,0
27,l -23,4
Santa Fe
158.050
193.570
173.220
27,0
23,5 -11,8
Mendoza
134.780
130.240
119.720
-5,7
-0,9
-8,7
La Plata
94.620
98.240
105.480
2,4
4,5
6,6
Concordia
77.140
77.700
80.250
-1,0
1,4
14,1
Total
4.080.940
4.230.000
3.094.390
12,6
4,4 -27,4
Calculadas con los promedios por día hábil.

642
RAÚL l>REBISCH
Gráfico N2 l. Títulos de renta fija de 6%
(Promedio diario de cotización ex-cupón)
En mSn
100
99
97
95
93
E.
F.
M.
A.
M .•
J.
J.
A.
S.
1930

EL ESTADO ECONÓMICO
643
Algunas cifras nos penniten resumir dichas características en el primer semestre
de este año, cotejado con igual lapso del anterior, reservándonos la oportunidad de
proseguir el análisis con infonnaciones más completas en el número próximo.
La contracción en el volumen general de los negocios por la disminución de las
actividades agropecuarias y el descenso de las importaciones ha sido intensa. Manifiés-
tase en las cifras de los cheques compensados en la Capital Federal que en el primer
semestre disminuyeron en 10 % por día hábil, comparados con los de igual período del
año precedente; lo mismo en los del interior. con un descenso de 27 % , según el detalle
del cuadro anterior. La carga transportada por los ferrocarriles, índice grosero del
volumen físico de las transacciones denota una retricción de 24 % (cuatro primeros
meses). También disminuye sensiblemente la edificación y las ventas en las tiendas y
grandes almacenes, según los índices relativos a la Capital Federal.
Como siempre acontece, el descenso en las actividades económicas promueve el
aumento en el pasivo de los quebrantos. En el primer semestre de 1930 alcanza a m$n.
103, 7 millones, o sea 46 % más que la cifra de 1929, pero es inferior al pasivo de igual
período de 1926 y 1927, a saber m$n 114,1ym$n107,3 millones. respectivamente;
éstas fueron las cifras máximas en el ciclo económico precedente. Debe advertirse que
mientras los quebrantos actuales no alcanzan a esas cifras, el volumen de cheques
compensados en la Capital Federal es inferior en 1,9 % a la cifra mínima de 1926.
4. Aflojamiento en las condiciones TIUJnetarias
La contracción en el volumen económico de los negocios, lo mismo que en otros
países, ha sido el factor primordial en el aflojamiento de las condiciones de nuestro
mercado monetario local por la menor demanda de fondos. El promedio de las tasas
5. Cédulas hipotecarias y títulos de crédito interno de 6 %
(Ex-cupón)
Cofü:aciones (m$n)
Rendim. inmediatos ( % )
Meses
Cédulas
Títulos
Cédulas
Títulos
1
1
Marzo
1930
96,37
96.18
6,23
6,24
Abril
1930
96,57
97,02
6,21
6,18
Mayo
1930
97,93
96,86
6,13
6,19
Junio
1930
98,21
98,25
6,11
6,11
Junio
1928
99,90
99,23
6,01
6,05
Junio
1929
98,34
98,16
6,01
6,11

644
RAÚL PREBISCH
para listas de pagarés ha disminuido de su posición máxima de 7,84 % en diciembre
pasado a 6,99 % en junio, y el de los depósitos a plazo fijo, de 5,97 % a 4,60 %.
Esta transformación ha influido sin duda alguna en la tendencia ascendente de los
títulos de renta fija en el transcurso del año, tendencia que en los últimos tiempos habría
sido estimulada también por la inversión referida de disponibilidades extranjeras en
estos papeles, aprovechando la situación del cambio. El promedio de cotizaciones (ex-
cupón) de las cédulas hipotecarias pasa del mínimo de 95.8 en diciembre a 98.1 enjulio;
el de los créditos internos, de 94,3 a 97,7: y el de los bonos hipotecarios de 92.3 a 94.8.
Análogos incrementos se advierte en los otros títulos de renta fija.
5. Baja en los precios agropecuarios
Un factor importantísimo en la contracción del volumen económico de los
negocios ha sido el más bajo nivel en los precios agropecuarios. En el primer semestre
de este año han continuado disminuyendo: entre diciembre de 1929 y junio pasado,
experimentan una baja de 7 ,7 % a la que sólo se sustraen las carnes; éstas suben en su
conjunto en 7,3 %. mientras los granos descienden en 10,4 % (9,1 % el trigo: 5,4 % el
lino; 14 % el maíz; 30 % la avena), las lanas en 14 %, los cueros en 6 % y los productos
lecheros en 23 % (20 % la manteca y 36 % la caseína).
Debido a este movimiento de descenso el precio medio de los productos exportados
en el transcurso de este año es inferior aproximadamente en 4,2 % al de igual período
de 1929. Esta baja, sin embargo. no es tan intensa como la ocurrida en el mercado
internacional para los mismos productos, debido a la depreciación simultánea del peso.
6. Indices del nivel de precios agropecuarios
% deJunio
Grupos
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Mayo
Junio
1930
1929
(Base: Promedio de 1926 = 100)
Granos
91,0
93,2
90,9
89,2
-1,9
-0,7
Carnes
112,8
113,1
115,6
117,0
1,2
5,6
Cueros
75,3
70,6
69,4
73,3
5,6
-24,5
Lanas
71,9
67,1
75,8
72,3
-4,6
-26,5
Prod. lecheros
94,9
85,0
80,3
76,9
-4,2
-27,5
Prod. forestales 106,8
106,8
107,8
106,9
-0,3
-4,4
Nivel general
92,4
93,0
92,3
91,2
-1,2
-4,0

Document Outline

  • I - Portada.pdf
  • II - Foto R. Prebisch
  • III - Pr�logo
  • IV - Nota preliminar
  • V - Indice
  • Investigaciones sobre el Standard de vida en China
  • El costo de la vida en Italia
  • La guerra y la poblaci�n en Francia
  • Departamento de investigaciones sobre fatiga industrial
  • La riqueza y renta del mundo antes de la guerra
  • Geograf�a econ�mica
  • La situaci�n financiera en Francia
  • La cuesti�n social
  • Stabilizing the dollar (La estabilizaci�n de la moneda), por Irving Fischer
  • El medio circulante y los precios en Italia
  • El medio circulante y los precios
  • Comentarios sobre el trabajo Estad�stica de precios y n�meros indicadores del Per�, por Oscar F. Arr�s
  • Deuda p�blica de las naciones antes y despu�s de la guerra
  • Principios de desinflaci�n
  • El ajuste de los salarios al costo de la vida
  • La organizaci�n de las estad�sticas
  • La Conferencia de Bruselas
  • Estudios sobre la moneda. J.B. Justo. Tercera edici�n. Buenos Aires. 1921
  • Anotaciones sobre la reforma
  • La Conferencia Financiera Internacional de 1920
  • El trabajo libre
  • La ortopedia bancaria del profesor Pi�ero
  • Anotaciones sobre nuestro medio circulante. A prop�sito del �ltimo libro del doctor Norberto Pi�ero
  • Planes para estabilizar el poder adquisitivo de la moneda
  • Car�cter y finalidad de los cursos de Seminario
  • Sobre la degradaci�n del marco y el pago de las reparaciones
  • Informaci�n estad�stica sobre el comercio de carne vacuna
  • Anotaciones sobre la crisis ganadera
  • La Caja Internacional de Conversi�n
  • A prop�sito de la primera conferencia del profesor J�ze
  • La sociolog�a de Vilfredo Pareto
  • Establecimiento de nuestra administraci�n financiera sobre bases comerciales
  • El problema de la tierra
  • Determinaci�n de la capacidad imponible. M�todo australiano de promedios
  • Aclaraciones al proyecto de colonizaci�n del Poder Ejecutivo
  • Primer informe del doctor Ra�l Prebisch sobre sus estudios financieros y estad�sticos en Australia
  • Anotaciones a la estad�stica nacional
  • Anotaciones demogr�ficas
  • De c�mo discurre el profesor Olariaga
  • El r�gimen de pool en el comercio de carnes (informe presentado a la Comisi�n Especial de Carnes de la Sociedad Rural Argentina)
  • Organizaci�n de la Oficina de Investigaciones Econ�micas
  • Ritmo de crecimiento de la econom�a nacional
  • Prop�sitos de esta publicaci�n
  • La posici�n de 1928 y las variaciones econ�micas de la �ltima d�cada
  • El movimiento internacional del oro
  • La carne argentina en el mercado brit�nico
  • Los pagos internacionales y el ciclo monetario
  • El estado econ�mico
  • El estado econ�mico
  • El estado econ�mico