Boletin
DEPARTAMENTO DE HACIENDA
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DEPARTAMENTO DE HACIENDA
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MINISTRO
DOCTOR MANUEL M. DE IRIONDO
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1
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MENSAJE
DI!L
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
AL ABRIR LAS SESICNES
D~L
CONGRESO ARGENTINO
MAYO 5 DE 1910
BUENOS AIRES
-----·
T/IU.EIU!.5 On.AFICOS DE J..l. COMPARfA OEN.IlRAL DE f'6UOAOS

-····------------•...
¡'
1
HACIENDA
Para exponer con mayor claddad y exactitttd las ideas, los hechos
y los <latos que se refieren á la hacienda pública, en su ftmción adxni-
nistrativa y en sus relaciones con la formación y el aumento de la
l"iqueza nacional, en1pezaré por llamar vuestra atención sobre la situa-
ción. monetaria, el desarrollo económico y las condiciones financieras
que presenta el país ettlos primeros diez años del siglo que corre; y
para cerrar el capítulo, expresaré algunas consideraciones sobre e1
uso del crédito por las Provincias, las instituciones bancadas de la
Nación, el último ejercicio y el sistema rentístico.

- 6 -
El cambio operado e11 nuestra situación monetaria, constituye, para
la economía nacional, el hecho de más trascendencia que se registra
en el período enunciado, pues él importa la solución del problema del
papel moneda y la comprobación más elocuente del poder de ex-
pansión de las fuerzas productoras de la República.
Erl 190:2 el fondo de conversión constituido por las cantidades en
oro que se entregaban á la Caja en cambio de billetes, alcanzaba ape-
nas á 2843 pesos y actualmente sube á zor.653·ooo pesos, sin contar
los 30.ooo.ooo existentes en el Banco de la Nación, formados con re-
cursos del Gobierno para gal'antir las emisiones anteriores á la Ley
387r. Reuniendo ambas sumas tendremos que el Tesoro de conversión
asciende al 70 ola del valor de todas las emisiones que están en cir-
culación activa ó en la caja de los Bancos i proporción que, según la
experiencia universal y el ejemplo de los grandes Bancos emisot·es del
extranjeroJ debe considerarse bastante para asegurar una convertibi-
lidad permanente.
De manera que, comparando nuestro encaje de conversión con las
más altas sumas que á igual destino responden en otras naciones, re-
sulta que ocupamos el cuarto lugar, ya que sólo no• aventajan el
Banco de Francia, la 'l'esorería de Estados Unidos y el Banco de Rusia.
Pero lo que más debe halagarnos es el hecho de que el rápido y
extraordinario crecimiento de la existencia en oro de la Caja de Con··
versión es debido á los excedentes de nuestro comercio internacional
y las importaciones de capitales, que han venido acumlllándose desde
1901 hasta el presente; como asimismo la circunstancia de que las Sll-
tnas depositadas en el Banco de la Nación para garantir las emisior
nes en descubierto, proceden exclusivamente de rentas ge.nen\\les, sin
que por e1lo se haya resentido en lo más mínimo la atención tle lo!5
servicios públicos.
Puede decirse, pues, que la formación del fondo de garantía de toda

-
- 7 -
nuestra circulación fiduciaria, es el resnltado de la producción nacional,
que ha permitido que nos sean favorables los saldos de la balanza co-
mercial, de la desahogada situación del erario en los últimos años, y
del empeflo con que el Gobiemo ha persistido en la realización de los
propósitos que inspiraron. la ley respectiva.
Como consecuencia de tales éxitos nuestro come1"cio interno se ha
desenvuelto en un ambiente de prosperidad y de plena confianza, au-
mentando en proporciones inesperadas la actividad y el número de
sus transacciones, lo que á su vez ha venido á dar mayor amplitud á
las necesidades de la circulación monetaria.
Como t1n dato que evidencia esta situación, puedo enunciar el incre-
mento de las operaciones bancarias en general.
F,n efecto, en 1906 los depósitos de los bancos sumaban pesos mo-
neda nacional 700.3DO.ooo y pesos oro 23-goo.ooo y hoy pasan de pe-
sos moneda nacional I.I39·ooo.ooo y de pesos oro 35·12J.OOO.
Los dcscuetllos y adelatttos en cuenta corriente han aumentado de
pesos moneda nacional 6JI .8oo.ooo y pesos oro 39.ooo.ooo á pesos mo-
neda nacional 1.022.543·858 y pesos oro 32.854·654·
Las existencias rle los bancos en el paÍS1 que eran de pesos 1noneda
nacional 19<J.40o.ooo y pesos oro 26.2oo.ooo. llegan hoy á pesos moneda
)
nacional 349·507.ooo y á pesos oro 62.655·989.
Al 3X de Marw, la existencia total de oro en el pals ha llegado á
264.2 millones de pesos, cifra que señala la más alta cantidad de me-
tálir.C'l jamás alcanzada. De esta suma existían 201.6 miUones eu la
\\
Caja de Conversión y 62.6 millones en las cajas bancarias.
¡
Con la importancia de este caudal en oro, puede considerarse com-
pletamente asegurada la estabilidad del valor de ,nuestra moneda ac-
tna\\1 y aun decirse que nos en con tramos de hecho en la conversión
prevista y prometida por la ley precedentemente citada.
Por lo que al desarrollo económico se refiere, el crecimiento de la

-8~
circulación monetal'ia realizado en el período que consideramos y cu-
yo monto excede de un 135 o¡o, está lejos de se•· un hecho anormal; él
se relaciona con el desal'l'ollo del comercio exterior en los años 1900 á
1909, aumentado de modo considerable, tanto en las importaciones co-
nlo en las exportaciones.
Las importaciones, que en 1900 fueron de pesos oro sellado
II3·435-067, en 1909 sumaron pesos oro sellado J02-756.095, lo cual da
un aumento de 166 o!o. Las exportaciones señalan un crecimiento casi
paralelo, pues en 1900 marcaron un valor de pesos oro sellado
154.600.4I2, y en 1909 se han elevado á 397·350.528, lo que representa
un aumento en los diez años de 156 o¡o.
Resumiendo estos datos, tenemos que el intercambio comercial ar-
gentino, que en rgoo fué de pesos oro sellado 268.085.520, se eleva en
1909 á la ingente suma de 700.J06.623 pesos oro sellado, ósea un cre-
cimiento de 161 o¡o.
Igual progreso se observa en lo que ataiíe á la índole de las impor-
taciones, estudiadas éstas desde el punto de vista económico, pues han
mejorado notaulemente, en el último decenio, las de carácter repm-
ductivo, elevándose su porcentaje de 32.8 ola en 1901 á 51 ·5 olo
en 1909.
Con el aumento de la población, la edificación se ha desarrollado en
proporciones desconocidas, co1110 lo prueban los materiales introduci-
dos del extranjero y e! consumo de artículos importados que se pa-
gan con los salarios y los beneficios de los que en ella ilttervienen.
La ilnportación de animales destinados al mejoramiento de la gana-
der.ía, que es una de nncstras principales fuentes de riqueza, ha nu-
mentado considerablemente; la de los elementos. del trabajo indnsiriai,
sigue verificándose en vasta escala; la introducción de semillas, antes
insignificante, hoy absorbe annalmcnic millones de pesos; y las impor-
taciones consistentes en material agrícola, que abarata y cxliende la.

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.. ~;:::-~·.il
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producción, multiplicando la eficacia del esfuerzo del agt·icultot·, asu-
men propot·ciones que superan en un año al de décadas atltcriores.
Igualmente las estadísticas de importación, acusan una evidente me-
jora en los consumos de las clases obreras, revelando una situación
de bienestar c¡t1e no sólo las clases superiores aprovechan.
'.
1'
'l'octas estas cifras, índices de sólido y satisfactorio adelanto cc:onó-
mico, se confirman plenamente por los saldos que la halanza comer-cial
arroja en favor del país durante la década 1900 á 1909, saldos que as-
cienden á pesos ó76·792.110 oro; así como por las cantidades que son
exponentes del comercio de metúlico en esos diez aitos, y que acusan
una importación de 241.805.627 pesos oro sellado y una exportación de
sólo 18-481.6o4 pesos oro sellado.
Entre los efectos producidos por el desanollo económico que en
tan vastas proporciones viene operándose en el país, cabe mencionar
('] dcsahog·n y la prosperidad ele la.'; finanzas de la Nación, sin desco-
nocer que también han cooperado á ese éxito, operaciones ventajosas,
facilitaclaR por la restauración y afianzamiento del crédito.
Como es sabido, nucstm deuda interna se componía de títulos de
diversos tipos de interés y amortización, circunstancia que influla en
la desvalorización de su precio~ sobre todo en aquéllos de más baja
lasa rlc renta. Ln unific~eión de esa deuda en el Crédito Argentino in-
terno de 5 oio de interés y r oio de amortización, fué una de las pl'i-
meras operaciones realizadas en el período constitucional que me ha
cahirlo el honor de desempei\\ar.
La suhsisle11eia del empréstito denominado 1'1viorgan" en los 1nerca~
dos europeos, concurría también desfavm·ablemente en la valorización
de los demás títulos argentinos, por su alto tipo de interés Y por las
.)
garantías cspcci.ales afectadas á su setvicio. Urgía, pues, el retiro de
ese empréstito, y á tal efecto, convertida la deuda interna~ se celebra-
ron operaciones de crédito qne fueron después consolidadas con la ne-
1
J

-
I O -
gociación de un empréstito interno de S ojo de renta y 1 ojo de amor-
tización, realizado en las mús favorable~ condiciones. Con este etn~
préstito se consiguió 5. la vr:z transiormar en deuda interna una parte
importante de la deuda exterior.
Con el retiro del etnpréstito 1'Morgan" y con las amortizaciones or-
dinal'ias por valor de 25.000.000 de pesos oro, hechas durante lo• últi-
mos cinco años, la deuda externa ha quedado reducida á 3ID.ooo.ooo
$ oro al 31 de Diciembre de 1909; habiéndose, por otra parte, extin-
guido el empréstito inglés de 1824 y el de ferrocarriles de 188o.
La deuda interna en ig11al fecha de 1909, ascendía á $ oro 87.734.000
y$ mjn. 115.345·000.
Es así cotno sumando toda nuestra deuda consolidada, externa é
¡
interna á oro y á papel, resulta q11e el importe total de ella no ha
aamentado con relación al de 1900. En efectot en ese año, la deuda
'
¡
consolidada ascendía á $ ojs. 447.121.88g, siendo en 1909 de $ oro se-
l
llado 448.362.648.
Mientras el movimiento de esa deuda ha permanecido estacionario,
las rentas nacionales han crecido de 64 á 12o.ooo.ooo. Esta circunstan-
cia ha influido favorablemente sobre la relación existente entre los
servicios de las deudas y el producido de las rentas, siendo esa relación
de 43 ojo ett 1901 y de 22 o\\o en la actualidad, proporción satisfac-
toria si se la compara con la que ofrecen la generalidad de las na-
ciones.
Igualmente la relación e11tre el comercio internacional y la det1da
consolidada, ha descendido de 1.6ñ en 1900 á o.6.¡ en 1909; y esta
misnta relación entre el comercio exterior y l:ls rentas nacionales, ha
f.oido de 0.24 en 1900 y de o. 17 en x9og; todo lo ct1al se demuestn\\ en
el sig·uiente cuadro:

. i
-
I l -
~~00 1
oro ústá la

($
""'''l ll!U~a CCBIDiid~~~ R~nta~ Ha~tanatu Relación en qua. por ca.da FIJ~O
oom""' o/a.)
($ ojg,l
(G ots.)
Oiuda Oo~solld~da 1 Rer.!H ~uicnatu
~1
1900
268.o8548I 44J.I9I.88g
64.858.210 $ ojs. !.66 $ ojs. 0.24
1901
28!.675·851 442.847-017
6s.o46.go3 " " !.57 " " 0.2J
..
1902
28?..525-983 433·965-488
65-463.843 '·'
!.53 " " 0.23
1903
352.191.124 .¡26.407-386
75·455-507 " " 1.21 " " 0.22
~
1904
451 ·463-494 426.553-403
83.074-620 " " 0-94 " " 0.18
~
1905
5"7 ·998.261
384437·269
90423-328 " " O.J2 " " O.IJ
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1906
562.224·350 379·5Go.,38H 1 OO. 7 50.799
o.67 " " O.lJ
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1907
582.065.052 418.JSH·79D IOJ.327.045 " " O.JI "
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1908
638.978.o8o 398.940.316 1 l 1.862.596
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1909
JOO. 106.623
448.J62.648 120.J9LÓ94
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Debe, además, tenerse en cuenta que para apreciar el gravamen efec-
tivo de las deudas, hay que dedudr del importe de los servicios las
entradas que representan para el Estado las inversiones hechas en
obras reprodu-ctivas, como igualmente conviene distinguir lo que es
una carga por iutc1·eses de lo que se abona por a111ortización.
En realidad, á parte de las deudas de provincias, los empréstito<
argentinos, en su mayoría, han sido destinados á la construcdón y
desarrollo de obras eminentemente reproductivas, que han contribuido
á labrar el engnndecimiento del país.
Pam la aclq uisición de las obras ele salubridad, se contrajo un em-
préstito de $ ojs. 32.ooo.ooo, y para continuarlas se autorizó el uso del
crédito por más de 70.ooo.ooo de pesos, habiéndose sólo emitido
12.ooo.ooo en 1907 para gastos de la Defensa Agrícola. La construc-
,.
ción del Puerto de la Capital y la compra del Puerto de La Plata
csti111 l"<'Pl'C!.Ctliatlas en la deuda pública por $ oro :-e1lado 22.000.000.
\\
1
j\\

-
! 2 -
La edificación escolar, la construcción de puentes, caminos, telégra-
fos, etc., comprenden la mayot· parte de los 8o.ooo.ooo en títulos del
Crédito Argentino de 1905 con que se convirtieron las emisiones veri-
ficadas para la realización· de tales obras. El último empréstito, co-
mo ya se sabe, se destina al aumento del capital del Banco de la Na-
ción, á la construcción y equipo de ferrocaniles y al fomento de los
territorios nacionales.
Y bien: actualmente los ferrocaniles del Estado pl'Oducen más de
J4.ooo.ooo de pesos, 6 sea el 7 o[o del capital que representan. El
puerto de Buenos Aires y sus servicios producen cerca de IJ.ooo.ooo
de pesos anuales, ó sea más del so o[o del empréstito efectuado para su
construcción.
Las Obras de Salubridad producen alrededor de S.soo.ooo pesos, su-
ma que equivale al ro o[o del monto del empréstito de 1891 y de los
títulos emitidos hasta la fecha para la prosecución de las mismas. Las
líneas telegráficas, qne llegan hasta las más apartadas fronteras de la
Nación, producen ya 2.6oo.ooo pesos al año.
Debe agregarse á ésto, r¡ue los edificios públicos construidos durante
los últimos años, reportan importantes economías en alquileres, ha-
biendo á su vez atmlentado el patrimonio privado de la Nación ..
La deuda procedente de letras de tesorería y del uso del crédito it
corto pJazo en Europa, ha motivado, durante Jos últimos 4 aíios, un
desembolso ele 25.853.6,16 pesos, para stt completa cancelación; de mo-
do que á la fecha, esos débitos están totalmente extinguidos, y sería de
desear que este expedient-e para. crear renías desapareciese rle nuestras
prácticas flllíutcicras. X o puede desconocerse realmente que la inOucu-

-
IJ-
cia de esta clase de deudas redunda siempre en menoscabo del crédito
nacional, pues eonstituye un procedimiento cuyo carácter no encuadra
en las formas comúnmente 11sadas por Jos Estados para proporcionarse
recursos extraordinarios.
Las letras de tesorerla sólo pueden justificarse cuando ellas t·evis-
ten un carácter provisorio, para ser retiradas con los ingresos de ren-
tas genera~ es dentro del mistno ejercicio en qne se han emitido; pero si
se van transfiriendo y aumentando ele año en aflo, constituyen un em-
préstito disimulado, sin ley que Jo atltorice, que le fije límites, que le
dé aplicaciótL y que le establezca el contralor necesario.
Durante Jos últimos cuatro años se han retirado y amortizado títu-
los de deuda pública por valor de 82.ooo.ooo de pesos y se l1an llevado
al fondo de conversión, pat·a completarlo, hasta los límites que la ley
respectiva le fija, $ o]s. r8.289-455 tomados de rentas generales.
No obstante de haber hecho frente á todas esas erogaciones, en el
trienio I907-1909, los ejet·cicios se han cerrado siempre con superavits
y el total á que éstos ascient.len en esos tres años, es de 23.000,000 de
pesos, que han sido aplicados á pagar la deuda exigible por expedien-
tes, dejúndola reducida á los limites impuestos por las mismas exigen-
cias y formalidades del trámite administrativo.
Cabe también consignar como un testimonio de bien ordenada ad-
ministración, que no obstante haberse gastado en cinco años 1nás de
$ rso.ooo.ooo en obras públicas que tenían en su mayor parte recursos
en títulos, la deuda interna á papel sólo ha aumentado en $ 26.r7r.ooc
durante ese tiempo. Ello se explica por la prudencia con que se ha
procedido en lo referente á emisiones de títulos, pagándose en efec-

- 1 4 -
tivo las erogaciones á que se destinaban. En tal virtud han. dejado de
emitirse cerca de $ So.ooo.ooo, que habrían venido á acrecentar la deu-
da pública en esa suma, recargando el presupuesto con 4.soo.ooo pesos
para atender s11 servicio.
Podría creerse que tan elevado esfuerzo económico, realizado en
cumplimiento del propósito de sanear las finanzas, se ha verificado con
detrimento de los servicios públicos ó de las obras de cultura y de
progreso general reclamadas por el país; sin embargo, no es así, como
lo demuestra el más sucinto estudio de los gastos en los Departa-
mentos de la Administración que ofrecen cifras de mayor importancia
en ese sentido, y en que se atienden necesidades de más rápido des-
doble, exigidas por el progreso nacional. Estos Departamentos son
los del Interior, Justicia é Instrucción y Obras Públicas.
SUMAS GASTADAS POR PRESUPUESTO, LEYES ESPECIALES Y ACUERDOS
DEPARTAMENTOS
INTERIOR
JUSTICIA e L PUBLICA
OBRAS PUBLICAS
Años
$ (}1'0
$ m¡n.
$ m[u.
$ oro
$ m¡n.
\\900
1.529,fiU
1G.ü82.9U'fl,Uil
1::!.00.5.900,.50
1.099.164,69
8.130.250,06
1901
ll.t.l88,0U
1·1.39i:I.:JB3,88
12.106.959,67
L823.024,2~J
ti. 723.480,45
Hl02
9.1JOD,tl0
H.iSU.978,32
13.097,038,81
1.266.948,11 11.600.806,96
\\903
ló.4ü3.tl5l,(iS
lil.lü2.0-!7,.! 1
3.:H5,5H,48 12.648.681,27
190J 160.-'l.J!),Oll l7.810.19.:i,RK
1H.274.i\\S2/'ill
6.31 '2.625,16 12.783.904,55
IHO!)
2il.3B3.7i)7,!Hi
1 !).RB-4.l!l3,8S
503.02:1,74 15.447.905,50
lPOO
~i;Jn,on ~1.155.H2,5!-:
!.!7.710.l!W,ü:i
298.2·i0,00 18.320.399,51
1907
24.631.981,11
:~ti.fmi.200,2fl
a.20S.123,o7
3:).680.57J,31
1901l
2ü.806.177,!)¡'¡
;.¡3,259.267 ,o o
1.834.801,10 -!3.234.500,90
1009
31.050.318,98
42.18-7.167,02
27 ,.1:.21.388,63
34.267.557¡lll
ni cuadro que entrego á vuestro estudio y que abarca el monto de
los gastos correspondientes á la década I9<JO·I909 evidencia que en el
Departamento del Interior, de 1900 ú 1906 inclusive, los gastos se ele-

-
I5-
val'On de 15 á 21 millones y en el trienio 1907-1909 aumetttaron de 31
á 31 millones; lo que da una proporción mucho mayor de aumento para
estos tt·es últimos años que para los siete primeros.
Este notable crecimiento de gastos queda explicado por la natura·
leza misma de los servicios administrativos que los han exigido, y en-
tre los cuales figuran los de Correos y Telégrafos, Policía, Depat·ta-
mento Nacional de Higiene y Territorios Nacionales.
En. Justicia é Instrucción Pública el aumento es más notable aún.
pues de 12 á 19 millones que alcanza el gasto desde rgoo á 1905 inclu-
sive, sube á mucho más del doble, es decir, de 19 á 42 millones, de 1905
á 1909.
Sin embargo, es justo reconocer que ese aumento está representado,
en el progTeso nacional, por la incorporación de nuevos é importantes
institutos de enseñanza superior y profesional, que complementan la
org·anización de los altos estudios en el país, y por el funcionamiento
de crecido número de nuevas escuelas de comercio, de colegios nacio-
nales y escuelas normales é industriales que difunden. la instmcción
y la cultura general en todas las secciones de la República.
F.n Obras Públicas, el aumento es más acentuado todavla, pues de
1 r.gBs.ooo $ el!. que importaba en rgoo, ascendió á r6.58g.ooo en tgos,
y á $ 97·400.ooo en 1909, proporción excepcional, no alcanzada por el
incremento de los gastos de ningún otro Departamento y que, por sí
sola, está diciendo de qué modo crecen, con el vigoroso desarrollo del
paÍS sus vitales exigencias.
1
Por lo expuesto se ve que con sólo la aplicación de las rentas y de
los recursos ordinarios se ha r.onseguido sanear la hacienda pública,
,\\
amortizar la deuda exigible, atender los gastos de presupuesto y las
1
1

-
r6-
inversio11es extraordinarias autorizadas por leyes especiales y acuer-
dos de gobierno, aumentar el fondo de conversión y hacer el servicio
de la deuda externa é interna de la Nación con toda exactitud y regu-
laridad. Y no son extrañas al concepto que de esta situación financiera
se han formado los met·cados extmnjeros, las facilidades y condiciones
ventajosas en qne se ha celebrado el último empréstito de pesos oro
so.ooo.ooo; empréstito que no entraña una carga para la Nación, pues
él se destina á aseg·urar el mejor servicio y extensión. de los ferroca-
rriles~ (L valorizar la tierra pública y á nmpliat las operaciones del Ban-
co de la Nación; todo lo cttal se traducirá en mejoras y beneficios eco-
nómicos y fina..ncieros.
Y tan favorable nos es el juicio que ht situación general del país ha
tnereciclo en el exterior, que no ha tardado en exteriorizarse en la apre-
ciac:ión de nuestros títulos ele tenta.
En \\'erdad, á tlnes de 1904 lu~ títultlS de 4 ojo :~e cotizaban á 85 y
~7 314; los de 5 njo ú yS 3!4 y 1 oo y los de (i ojo ú lO~) 314· Hoy los pri-
meros se cotizan á 91 3[4 y 95 3[4 y los segtwdos á 102 1[2 y IOJ r[2.
Pero donde puede juzgarse mejor esta valorización es en el precio que
alcanzan los títulos del último empréstito de pesos oro so.ooo.ooo que
se cotizan arriba de 103 rj2, es decir, la misma ciüa á que se coti-
zaba el empréstito Margan de 6 o[o, caucionado con sólidas garantías.
A su yez el producido de las rentas qnc en 1904 no alcanzó á pesos
I8g.ooo.oou, ha excedido en 1909 á la cantidad de zJs.ooo.ooo, lo que
corresponde á un aume11lo de un 45 ojo en cinco años.
Durante el 1nismo períoclo los excedentes del producido de la renta,
con relación á lo calen lado, pueden estimarse en 16o.ooo.ooo de pesos,

----- -
1
.,
17 •
resultado que realza la prudencia cou que se ha efectuado el cómputo
de los rccttrsos. Y si á esto se añade que los últimos ejercicios se han
cerrado con apreciables superavits, podremos convencernos de que la
situación financiera de la Nación es holgada y próspera y que permi-
tirá continuar los gastos extraordinanos de la defensa nacional con
la• rentas genemles, sin necesidad de recurrir al uso del crédito.
No tengo para qué hacer constar ante V. H. las seguridades de que
ú ese resulta(lo no han concurrido ni la creación de nuevos in1puestos
ni l'l a11mentu Ue la tasa de los existentes, y que antes po1· el contra·
riu, de cutre los recm·"os o1·dinal'ios se han suprimido los derechos á
la exportación, los adicionales de ro o\\o á la importación, los impues-
to" sobre los azúcares, vinos, aceites y sombreros y las utilidades del
Hnnco de la Nación. Algunos de estos ¡·ubres habrían producido desde
mt supresión las siguientes cantidades:
Los adicionales á la importación, en seis años, pesos oro 98·576.o3r;
los derechos {t la exportación, en cuatro afies, $ o¡s, 12.778.720; im-
¡mcstos int<.·rnos ú los azttcares y vinos, $ m¡n. 44.000.000 ¡ lo que hace
un total en$ m\\n. de 297,079·ooo, suma que excede en$ m\\n. 30.ooo.ooo
al presupuesto del año en curso.
Bn cuanto á nuestras instituciones de crédito, el Banco Hipotecario
Nacional, con los aumentos sancionados por V. H., tiene hoy un capi-
tal de 25o.ooo.ooo de pesos,-encontrándose así habilitado para exten-
der su esfera de acción en provecho del crédito territorial.
Su circulación actual es de 178·546.250 pesos, y la misma con un
capital de 13o.ooo.ooo era en 1906, de pesos II2.72I.050.
l,a totalidad de los préstamos escriturados en la Casa Central y en

-
t 8 -
las ngencias, ascendía en 1906 á $ 30-447·ooo, cifra que en el año P""
sado subía á $ 52.425.400.
El lota! de las emisiones de la Cédula Hipotecaria Argentina, del
6 o¡o, ascendía en Abril último á $ 28.813.100.
I,a creación de esta última cédula ha venido á uniformar los dile"
rentes tipos qtte el Banco ha emitido con arreglo á su primitiva ley
orgánica, simplificando con ella las operaciones y facilitando su colo-
~~ación en los mercados europeos. Su demanda alcanza un término
medio de 9.000.000 de pesos por mes, y el precio de cotización en la
actualidad es de 102, lo que evidencia la bondad de la reforma reali-
zada.
La sanción del proyecto de nwdificacíones á la carta orgánica, que
tuve el honor de son1cter á Yuestra comrideración el aíio pasado, ven·
drá á consolidar más la situación del Banco, ampliando sus funciones
é invistiéndolo de la inclepeudencia y de las facultades que institucio-
nes ele esta índole requieren para su mejor éxito y desarrollo.
La prosperidad del Banco de la Nación Argentina ha excedido á las
previsiones más optimistas, desvaneciendo por completo las dudas y
las incertidumbres que despertara su fundación. Su capital, que en
Diciembre de 1904 ascendía á ;;o.ooo.ooo de pesos oro, hoy llega ú pe-
.' e>s Jnoncda nacional II3.422.656. El fondo de resen·a, que en la indi~
cada fecha era de pesos uro 2.035·506, alcanza en este momento á pc-
sos oro 8.151.376.
Las ut;!idades líquidas que el Banco ha tenido durante los último•
dnco ~'.ños, pasan rle 2R.ooo.ooo de pesos moneda nacional. Su cartera
d(~ descuentos y adelantos en cuenta corriente, ha aumentado de pe~

sos g6.ooo.ooo en 1904, á pesos ;>o7.672.6o2, el 31 de Marzo último.
Sus depósitos, que en 1904 eran de pesos 143-455·000, alcanzaban en la
fecha últimamel)te expresada á $ 360.448.81 r. Su encaje actual es de
i ·.
1:
; ;
pesos oro 3S·84I.I8o y de pesos moneda nacional II8.666.678; y sus re·
1;
i ¡
servas pi'Opias, sin incluir en ellas el fondo de conversión, se han man-
·i 1
tenido durante el último año en nn término medio de 49 1j2 ojo.
El Banco es duefio ya de propiedades cuyo valor pasa de 15.ooo.ooo
de pesos.
Sus sucut·Hales, que á fin de 1904 eran 84, alcanzan hoy á 130,
y casi todas se hallan instaladas en casa propia. El capital asignado
á ellas es de wo.ooo.ooo de pesos y pueden movilizar hasta el 50 ojo
de sns depósitos generales, qtte constan de 16o.ooo.ooo de pesos .•
LR inmensa prosperidad que el Banco ha alcanzado, según lo reve-
lan las cifras que se acaban de enunciar, la extensión de su• opera-·
dones, el prestigio c¡ue con justo título ha conquistado y la influencia
que en nuestro mercado se le reconoce, le están señalando desde ya
el destino y las funciones de una gt·an institución central, llamada á
dirigir y garantizar la emisión y la cit·culación monetaria, á. determi-
nar el volumen de ésta segt\\n las demandas de crédito, y á obrar de
una manera eficaz y decisiva sohre el curso de los cambios por la tasa
de los descuentos.
Nuestras tradiciones y antecedentes políticos y bancarios, las nece-
sidades y tendencias peculiares de nuestro país en el orden económicc.
y los preceptos de nuestra carta fundamental, concurren á consagrar
esa amplia y elevada aspiración que ya impulsaba á los hombres del
Congreso de 1826, á pensar que un banco nacional constituía un lazo
de unión entt·e las provincias argentinas, que recibirían los beneficios
del crédito y verían las 111a1úfestaciones del sentimiento de la unidad
política, representadas en la circulación única de sus billetes, como
expresión de la uniformidad de la moneda.

No podría, pues, despertar temores por ~u novedad la idea de dotar
al Banco de la Nación de las enunciadas facultades y funciones, des-
de que ella aparece ya prestigiada por nuestras asambleas, las qtte
asociando la unidad de la circulación á la idea de la unidad nacional,
no dudaron que hasta la acuñación de la moneda, que exterioriza uno
de los más altos atributos de la soberanía nacional, no podía ser extra-
ña á los poderes conferidos á un banco que emite sus billetes con la
intervención, el sello y Ja garan.tia de la Nación. Y como en sus ener·
gías cívicas, en los legítimos entusiasmos de su patriotismo, y en la
conciencia de la grandeza de su misión y de su obra, esas asambleas
no sentían vacilaciones ni dudas, crearon el Banco Nacional de 1826,
invistiéndolo de las referidas atribuciones sin retroceder ni ante la
consideración de que esa institución no era un banco único de Estado.
De m.anera que no puede decirse que la fundación de un estableci-
nliento bancario en las condiciones que aquellos estadistas lo conce-
bían~ fuera una obra irrealizable, toda vez 4ue la ineficacia, la deca-
dencia y la caída de la institución que ellos implantaron, no pueden
atribuirse á deficiencias de su organización. sino á los errores, á los
extravíos y á las pasiones de la época, que al eliminar de la escena la
presidencia de Rivadavia y el Congreso, no debían sentir más respeto
por sus creaciones. Pero si fuera necesario justificar esa concepción
con el testimonio de los hechos, bastaría recordar el Banco de Ingla-
ten·a, que reorganizado por el ac.ta de 1844, no es más que la ejecu-
dón de ese pensamienLCJ en la parte en que ia facultad de emisión va
unida á la suprc:nut dirección de hu; llpt.:ra~.~iunci. pt1ramcnte banLaria~.
Tributarhnnns un homenaje á los anlH•los y clarovidencias del pa-
triotismo de aquella abnegada generación, ni par c¡ue realizaríamos
una. de las 1nás imperiosas exigencins de la actualidad, si llegáramos
á constituir en el Banco de la Nación, un organismo único en qu.e fun·
cionen armónicamente el régimen de comercio de banco, el privilegio

- 2 1 -
de e.mtston y la pre.-rogatil•a soberana de acuñar moneda, para reali-
zar el propósito de que una misma iniciativa, una misma direcci611
,:•
y un mismo impulso gobiernen la distribución, la amplitud y los mo-
,:;
vimientos de la circulación, ajnstándola {\\ las necesidades positivas de
los negocios.
La experiencia de diez años ha venido á demostrar que la Caja de
Conversión, restringida á las funciones qne le asigna la ley y. desvincu-
lada del Banco de la Nación, no puede ejercer ningnna influencia salu-
dable sobre las necesidades de la circulación, desde que no está ni en
sus facultades ni en sus medios, la posibilidad de estimulat· el crédito,
ni favorecer la actividad industrial y comercial.
Creada en momentos difíciles, y destinada principalmente á limitar
la valorización de nttestt·a moneda ele papel, su acción. se reduce hoy á
emitir y entregar billetes en cambio del oro que recibe, sin poder fijar
el monto de la circulación según la actividad y las necesidades de las
transacciones, Esta función mecánica, qne no responde ya á ninguna
medida de pmdencia ni de previsión, no tiene otro efecto económico
qt1e el de impedil' que la circulación se t'egularice y adapte al des-
arrollo de los negocios cuyas exigencias sólo pueden ser conocidas y
apreciadas, en sus justas proporciones, por el Banco, como que ello
está en las incumbencias ¡Jt·opias de su misión.
Ciet·tamente qt1e el Departamento de emisión del Banco de Inglate-
rra desempeña u11a función igual, pero no procede con la libertad ilimi·
tada y la absoluta préscindencia del departamento de las operaciones
comerciales, como lo hace nuestra Caja; desde qw; allá, el simple cam-
bio de billetes por metálico sólo se verifica cuando se ha excedido e\\
límite de la circnlación fijado por la ley.
Ese límite no existe entre nosotros y como la Caja no tiene restric-
ción niugcma para canjear billetes poi' oro, resulta que no es posible
precisar hasta donde llegan las necesidades circulatorias de la plaza,

- 2 2 -
como resulta también que aquélla no tien.e ninguna atribución que
ejercitar para mantener la circulación en la medida que pueda reque·
drlo la diversidad de las circunstancias y situaciones del mercado.
Reconozcamos, como un merecido elogio, que la acción de la Caja
en el cumplimiento del propósito capital que determinó su creación.
nos ha dado una situación sólida y estable con la hjaclón del valor de
la moneda, que hoy se halla inaltemblemente in.corporado, exento de
tluctnaciones, á los intereses de nuestra vida económica; pero no debe
llegar nuestra admiración hasta el extremo de desconocer que en las
~~andiciones actuales, no es posible ni hay ventaja ninguna en mante·
t1erla separada de nuestra institución bancaria, sin disminuir la im-
portancia y las funciones esenciales de ésta y sin qtle acabe por des·
empeñar un rol enterantente estéril en el organismo de nuestra circu-
lación.
Pero para concentrar en una soJa institución el gobierno y la direc-
ción de los intereses permanentes que comprenden el giro de las ope-
raciones de banco y las funciones del crédito y de la moneda, habría
que establecer en la ley que sancione estas ideas, todas las garantías
y restricciones que la ciencia y el ejemplo de otras naciones aconsejan
para la seguridad y el amparo de tan fundamentales intereses.
Estas reformas serán materia de un pr<;>yecto de ley, que aba1·que en
su conjunto las mencionadas instituciones, haciendo de ellas un solo
organismo. Entretanto, y á propósito de tan importante asunto, puedo
adelantar la certeza de que el fondo de conversión, que ha llegado
al límite marcado por la ley, continuará aumentándose de acuerdo con
el interés y el celo que á este respecto ha demostrado V. H. al consa-
grar en la ley de presupuesto la autorización correspondiente.

. i
1
1
-- 2.1 --
¡
No debo prescindir de hacer aquí mención de la actitud que el
P. E. se ha visto en el caso de asumir en presencia de los empréstit0s
exteriores q11e algunas provincias habían celebrado y que otras se pro-
ponían celebrar.
Como los efectos y las responsabilidades de operaciones de esta
1
clase, realizadas en época no lejana por las provincias, habían recaído
l
en definitiva sobre el crédito de la Nación, no era prudente guardar
1
silencio ni permanecer indiferente ante iniciativas y gestiones que po-
dían traer los mismos resultados 6 alentar la reincidencia en los mis-
1
!
mos des61·denes enyas consecuencias aun gravitan sobre el erario na-
: ¡
cional.
'
: l
; ¡
'.ran grave se consideraba la negociación de empréstitos en el ex-
tranjero por provincias que aun di!ícihnente podían atender los
f:
compromisos contraídos con la Nación al hacerse cargo ésta de sus
deudas externas, que la opinión ilustrada del país y el patriótico cel0
~ r
de la Honorable Cámara de Senad01·es, sintiéndose justamente alar-·
f
mados, incitaron al Gobierno á adoptar medidas que pusieran de ma ..
t

nifiesto de una manera categórica, la seguridad de que esas operacio-
1
nes no gozaban de la garantía de la Nación, ni afectaban en forma al-
guna su responsabilidad.
Y esta preocupación era tanto más justificada, cuanto que mediaba
la cit·ctmstancia de que los prestamistas de las provincias empeñadas
en llevar á cabo tales empréstitos, pretendían que los agentes diplo-
máticos de la Nación intervinieran en los contratos correspondientes)
investiclos ó. la vez ele su representación.
La inconveniencia de tal intervenció11 resaltaba á primera vista, des-
de que muy bien podía inducirse de ella, al menos ostensiblemente,
la prestinció11 de que las operaciones á celebrarse no eran extrañ"' ñ
la aquiescencia del Gobierno Federal; y como ningu11o de los proyectos
de empréstito le era conocido al Gobierno, en sns bases, recursos

condiciones, ninguna observación pudo formular, ningún examen pudo
hacer anticipadamente de los medios de que se disponía para hacer
frente á sus estipulaciones ni de la conveniencia y oportunidad de su
emisión.
No le quedaba entonces otro camino, para ponerse á cubierto de in.
terpretaciones et·róneas, que el de evitar, por parte de los agentes di-
plomáticos, la aceptación y el ejercicio de la personería de las pro-
vincias en las operaciones de que se hace referencia.
La adopción. de tal medida fué suficiente á los propósitos del Ga ·
bierno, y tan oportuna y eficaz, que vino á evidenciar, por la actitud
ulterior de los prestarni•tas, que en el cálculo de éstos entraba efec-
tivainente la convicción ó por lo menos la esperanza de que no les
faltaría á sus deudores el concurso de la Nación.
No necesito expresar que el procedimiento observado en la emer-
gencia de que me ocupo, era ajeno al intento de desconocer ó restringir
la facultad constitucional de las provincias para promover la introduc-
ción de capitales extranjeros en su suelo, como igualmente á la idea
de marcarles una norma de conducta en el ejercido de sus atributos
de gobierno propio; y el único móvil que lo inspiró fué el grande an-
helo de defender el crédito nacional para utilizarlo en las urgencias y
empresas que prevé nuestra ley fundamental, y en las que también l'nn
comprendidos el "adelanto y bienestar" de las entidades políticas que
constituyen la N ación.
Sin embargo, "en el deseo de mantener una política financiera dis-
creta y moderada, en garantía de intereses más permanentes'-', l'Ornn
decía el Honorable Senado en su minuta á propósito de este a.sutJto,
pienso que no s6lo habría conveniencia para las provincias, 5ino que
también cumplirían éstas un deber patriótico en no prescindir del
acuerdo de los Poderes Nacionales cuando traten de celebrar opera;
cienes de crédito en el extt'anjero. No p11ede desconocc-rs~, E·tt t"'fecto,

que si el Gobiemo Federal tiene la facultad de cotttratar empréstitos
sobre el crédito de la Nación, para los fines de carácter general que
la Constitución detet·mina, es it1justificable, ante la comunidad de un
mismo destino histórico, todo acto, por parte de las provincias, qne
venga á tener influencia y repercusión desfavorables sobre ese cré-
dito ó á e~ttot,pecer la consecución de tales fines.
V. H., que se halla investido de la atribución de dictar las leyes que
estime convenientes pam asegurar el ejercicio eficiente de los poderes
conferidos al Gobierno central, podrá adoptar las sanciones indispensa-
bles para que el poder de negociar empréstitos en nombt·e de la Na-
1
ción, tan necesario á la misión de todo gobiemo, cuente con la base de
t:
!1.
un crédito sólidamente constituído, y á la conservación del cual &e
i
sienta igualmente vinculado el interés de las provincias.
Pero avanzando en este orden de ideas, considero que no basta sal-
vaguardar el crédito financiero del Estado, sino que también debemos
cuidar el crédito en general, el buen nombre del país, en una palabra,
que muchas veces puede aparecer comprometido en negociaciones en
que sólo se pmcura especular á su amparo. No deja de ser honroso re-
cordar con este motivo y en estos momentos, que la previsión y el
honor del patriotismo at·gentino, alentando en la presidencia de Ri-
vadavia, ya se an.ticipaban en un notable documento público, á consn-
grar medidas tendientes á evitar que el espíritu de empresa, que ven-
dría á desarmllar sus energías y sus anhelos de lucro en nuestro suelo,
purliera aventurarse, munido de una concesión del Gobierno, en espe-
culaciones en que se menoscabe el prestigio de éste y se ocasione á la
'
vez la ruína de itttereses particulares.
Ciertamente que estamos en el deber de estimular todas las activi-
1 dades y fuerzas que concurran á labrar el engrandecimiento nacional,
pero no debemos incurrir en el desacierto de fomentar el afán inmode-
, niclo de riqurza, ontrcganclo á sociedades clesprovísta. de elementos y
.
.
\\ ' '
J

recursos, la concesión de obras de discutible utilidad por el momento
para que vayan á negociarla en los mercados de Europa, auspiciada
por el incentivo de la solvencia del Gobierno. Puede exigirse muy
bien en la ley, que las compañías concesionarias acrediten previamente
la provisión de capitales suficientes en relación con la magnitud de la
obra de que se trate, pues sólo así se podrá eliminar, en los límites de
lo posible, las contingencias de descrédito á que están expuestas em-
presas temerarias y prematuras y en las que sería muy difícil impedir
que aparezca envuelto el nombre. del país, desde que llevan la autori-
zación de st1s leyes. Y como este resultado á todos nos afectaría, es
prudente y discreto promover, en nombre de la conveniencia pública,
como decía el' estadista antes recordado, la intervención explícita y la
atención solícita de la autoridad para alejar la posibilidad de los ma-
les que, al par de stts venta.ia~. pudiera producir ]a acción de las so-
ciedades empt·esaria~.
Pasn ahora á daros una breve reseña del Í1ltin1o ejercicio econó-
mico.
Los recursos en efectivo pre5upuestos para 1909 fueron fijados en
$ 254·766.667, y produjeron $ 275·420-475, resultado que da un exce-
dente de $ 20.643.808 sobre el cálculo anterior, no obstante haberse
tomado como base para su estimación el producido ele la ren.ta en el
aiío inmediato de rgo8, base que, por tal consideración, pndo juzgarse
insegura.
Las autorizaciones comprendidas en el presupuesto para emitir títu-
los con destino al cumplimiento de diversas leyes de obras públicas,
ascendieron á $ cjJ. 6o.ooo.ooo, de los cualeo se han realizado única-

-
2.7-
mente $ 12.ooo.ooo, f•jados en el Art. r8 del mismo, para la adquisición
de inmuebles, construcción de edificios públicos, cuarteles, colegios y
es~uelas nm·males, y $ o!s. I.900.ooo para la ejecución de la ley rela-
tiva á la prosecución de las obras del F. C. Noroeste Argentino.
1'odos los recursos. inch1sive varias entradas efectivas no previstas
en el presupuesto, han dado un producido total de $ 307.235·337, ingre·
sados al 'l'esoro Nacional, suma en la que no figuran ni los fondos
provenientes del empréstito ni los correspondientes á la venta del
]t, C. Andino.
Lo invertido en gastos autorizados por presupuesto asciende á pe-
sos 264.839·574, cifra que señala una economía de más de 14.000.000
de pesos, realizada sobre las autorizaciones presttpuestas en efectivo,
en la forma que detalla el siguiente cuadro:
Sumas que han quedado sin gastar en rgog
)
DepartatnenloJ
$ o¡s.
$ el!.
Congreso N aciana!. , . . .
30·534·32
1
Departamento del lllteriol'.
512.835·11
u
Relaciones Exteriores . . . .
46.187·93
20.555·12
" Hacienda.
1.485.728.18
s.628.714.o4
" Justicia é Instrucción Pública . .
r .386.650.22
11
Guerra.
363.679·40
" Marina..
4·420.65¡
372.520.05
" Agricu 1 tlll'a
170.4!6.36
" Obras Públicas.
256.840.25
J.2I6.07I.9')
Pensiones, Jubilaciones y Retiros.
r8.910.89
!Anexo único , . . .
679·95!.57
Sumas.
- -
¡

- 2 8 -
Por leyes especiales, con recursos propios, se han invertido pesos
J2,447.287, fondos que, por no haber sido realizados los títulos respec-
tivos, se anticiparon de rentas generales para los siguientes objetos:
Edificación Escolar, Defensa Agrícola y Obras de Salubridad.
Se han gastado también, 9·095·972 $ en Ja ejecución de diversas le-
yes de obras públicas, que disponen la construcción de puertos, cana-
les, puentes y caminos, cuarteles militares y de bomberos, Casa de
:Moneda, y de otras leyes referentes á la representación nacional en
el exterior, internación de inmigrantes, conmemoración del centenario
y varias necesidades públicas de carácter político y administrativo.
Autorizados por acuerdos de ministros, en atención á su carácter
urgente, se han efectuado gastos por valor de $ 7·434·533· distribuí-
dos así, por Ministerio:
Interior. . . . . . . .
623-576
Relaciones Exteriores.
96-339
Hacienda . . . . . . .
349·391
Justicia é Instrucción Pública.
725-509
Guerra.
!.052.6g1
:IIIarina.
661.526
Agricultura. . . . . .
288.g88
Obras Públicas. . . .
2.182.959
Pensiones, J ubil•ciones y Retiro~.
1.454·154
7·434·533
No existiendo oancióu de V. H., respecto de los gastos exigidos
para la eelellración del centenario, el P. E. se ha visto en el caso de
autorizados en Acnor<lo. ele Ministros haeta In 'urna cle $ 3.200.000.
1

~
J
¡ .
1 :
!
Por igual motivo se han anticipado $ 2.741.049 para las obras del
Palacio de Justicia, Jos que serán reinteg1·ados al 'l'esoro con el .pro-:
l
1
dueto ele! "Boletín Oficial" y Registro de la Propiedad, recursos des-
!
tinados por ley especial para esa importante obra.
i ;
' '
En resumen, todos esos gastos al'fojan un total de $ 299.758.ooo, y
1
como las entradas del año, segím queda manifestado, suma11 pesos
'
§
307.ooo.ooo, el resultado final del ejercicio 1909 da un superavit elec-
1
¡
tivo de $ 7.000.000.
'
' '
' J :
En cuanto á los gastos que impone el acrecentamiento y la mejora
del poder militar y naval de la República, el P. E., consecuente con las
decla¡·aciones hechas á V. H., los ha costeado y atiende con los recur-
sos ordinarios fijados en el presupuesto, y con los excedentes de ren-
tas generales, dentro ele las sumas anuales que establece la ley t•espec-
tiva; habiéndose pagado por tal concepto hasta la feclta la cantidad
de $ 25.ooo.ooo.
A estos datos cabe agregar que el monto ele los adelantos en efec-
tivo hechos por el 'l'esoro á leyes con recursos en tltulos, que al 31
ele Diciembre de 1908 importaba $ 66.758.230, se eleva hoy á pesos
75·305.8o3. Se ha remitido además á Europa, con la antelación nece-
saria, Jos fondos requeridos por el servicio de nuestra deuda extemu,
en el r• de Enero, tomándolos de las rentas correspondientes al año
anterior, entre cuyos gastos figuraban con un monto de pesos oro se-
llado 5·3oo.ooo.
Como se ve, todas las erogaciones del ejercicio de que os doy cuenta,
han sido cubiertas con los recursos propios de la Nación, dentro de la
más completa normalidad administrativa y financiera, sin que en nin-

- 3 0 -
gún caso ni por ningún concepto se hayan emitido letras de tesorería ni
hecho uso de créditos á corto plazo en Europa; todo lo cual nos ha
proporcionado economías de importancia y ha contribuido á dar más
solidez á nuestro crédito.
Del producido líquido del último em¡JI'éstito, que dió 47·749.218 $
i!
o¡s, se entregaron en cumplimiento de la ley respectiva $ ois. !6.032.350
!
al Banco de la Nación Argentina para aumento de su capital; y se in-
¡
virtieron $ o¡s. 25.646.585 en la ejecución de las leyes 5559, 6on y 6300,
de fomento de los territorios nacionales, construccióu y equipo de los
\\
ferrocarriles del Estado y adquisición del "Córdoba y Noroeste". De
consiguiente, al 31 de Diciembre de 1909, quedó un saldo de pesos
oro 6.070.000, que ha sido gastado, en lo que va del presente año, con
sujeción estricta á los objetos determinados por las mencionadas le-
yes.
Los fondos correspondientes á la venta del Ferrocanil Andino y
c.uyo importe es de $ 27.328.ooo, están aún disponibles.
- - > ... !i><-<----
El Gobierno de la Nación ha prestado su concurso decisivo á 1a
Municipalidad de la Capital, cediéndole 2.ooo.ooo de pesos anuales del
producido del impuesto nacional de patentes rn esta ciudad, los q11e
deben ser empleados en el servicio del empréstito que ella ha efec-
tuado en J909, ¡: con cuyos iondos, no sólo ha podido entregar al Con·
sejo Nacional de Educación la suma de $ Io.ooo.ooo que le adeu-

-~
- 3 1 -
daba, sino también proveer á la ejecución de un vasto programa de
mejoras y adelaJ1tos edilicios.
J"a construcción de locales adecuados para la instalación de las re·
particiones del Departamento de Hacienda, ha sido objeto de especial
interés, consagrándose á tal empeño la mayor actividad.
Como resultado de ese esfuerzo, dentro de breve tiempo nos será
dado inaugurar el edificio de la Aduana de la Capital que está á punto
de ser concluido. Se ejecutan igualmente en este momento los traba-
jos de ampliación de la Oficina de Servicio y Conservación de los
Puertos de la Capital y La Plata; se ha terminado el edificio de la
Aduana del Paraná, cuya repartición funciona ya en local propio; y es-
tá completándose el estudio de los planos de una casa nacional en
el Rosario, con destino á la instalación de las oficinas de Aduana, las
de Impuestos Internos y la de Química Nacional, contándose ya con
los recursos necesarios para tal obra.
Ampliando este programa de construcción de edificios públicos, pre-
sentaré próximamente á la consideración de V. H. un proyecto relativo
al local para instalar la Administración de Contribución 'l'e•·ritorial,
Patentes y Sellos, la de Impuestos Internos, la Oficina Química Na-
cional y el Crédito Público Nacional, edificio que se levantar~ en los
terrenos de propiedad del Estado en el Paseo Colón.
La Casa de Moneda ha adquirido ya el terreno necesario para la
ampliación de su edificio y las obras correspondientes comenzarán. tan
pronto como V. H. acuerde el crédito que, á dicho fin, le será pedido
oportunamente.
··~
La Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones tiene comprado tam-
bién el terreno para la construcción de su local.

Con la realización de las enunciadas construcciones, todas las re-
particiones del Departamento de Hacienda, ocuparán locales propios,
eon las comodidades reclamadas po1· el mejor servicio público.
--~--·
Pendientes de la sanción de V. H. existen diversC>s proyectos de
ley, de la mayor importancia para los intereses financieros del país, y
no necesito, dado el asunto sobre que respectivamente versan, enca-
recer su estudio y despacho. Me refiero al proyecto sobre retiro de
las emisiones antiguas de billetes, al relativo al servicio en el exterio1'
de los titulas de la deuda interna á papel, al de la aprobación de los
contratos celebrados wn las provincias para el arregle. de sus deudas
con la N ación y al de reforma de la ley de papel sellado.
Existen también el proyecto rdcrenh~ á las emisiones lle letras Ue
tesorerías hechas por las provincias, como igualmente el de la ley de
sueldos, que es de urgencia por la naturaleza y extensión de los inte-
reses que afecta.
En vuestras primeras ~esiones tendré el honor de presentaros un
proyecto de reformas á la ley de contabilidad de acuerdo con las mo-
dificaciones que el gran desarrollo y la extensión de los servicios ad-
ministrativos reclaman para su mejor urganizaci6_n y funcionamiento,
como también para asegurar que los caudales públicos se perciban,
apliquen, inviertan y fiRcalicen con la mayor regularidad, corrección
y eficacia. 'l'al proyecto está ya preparado, y el P. E. no duda que
V. H. ha de coincidir con él en la apreciación. de la nrgencia de su
sanción, com:ag-rándole, en co11secucnda .. preferente é inmediato es-
Indio.

--- J3 ----
Duran te el año de 1909, el movi.mieuto general de buques en el
Puerto de la Capital, comprendiendo entradas y salidas, arroja Ull total
d~ 33·749 buques, con un tonelaje de 16.993.273·
De estos buques, 4252, ·que representan Io.367.658 toneladas, han
aido de ultramar, y 29.497, con un tonelaje de 6.626.314, pertenecen al
cabotaje nacional.
No obstante el creddo aumento que tales cifras expresan para el
movimiento general del puerto y que representan algo más de 100 o¡o,
comparado con el tonelaje que corresponde al año 1900, los servicios
de carga y descarga se han efectuado, en el año de que os doy cuenta,
dentro de condiciones normales y sin demoras ni inconvenientes dig-
nos d"' ser mencionados.
Tales resultados se deben principalmente al interés especlal que ••
ha dedicado á la mejora de los servicios del puerto de la Capital, cou
lo cual se ha conseguido aumentar en un 50 o\\o sus elementos de tra-
bajo y explotación.
Han merecido particular atención, durante mi gobierno, los recur-
sos fiscales cuyos producidos, gradualmente en aumento, permiten
adoptar un régimen financiero que, satisfaciendo las crecientes nece-
sidades administrativas, pueda subvenir al fomento moral y material
de nuestro país.
Pero, la prosperidad de un sistema rentlstico, no debe estar exclu-
sivamente subordinada al bienestar económico de los pueblos, ni al
desarrollo extraordinario de las industrias y del comercio, pues basta
un contratiempo imprevisto en las producciones internas y t1ll au-
mertto correlativo en los medios oficiales de amparo y estimulo, para
'!··
11

destruir el equilibrio financiero, que no puede ser. restablecido sin ele-
var los impuestos.
Para disminuir la probabilidad de tal contingencia, era necesario or-
ganizar las recaudaciones de modo que su rendimiento fuera el má-
ximo posible, aumento de capacidad •·entística que se obtiene regula-
rizando la forma de los ingresos, y procurando la mayor y más equi-
tativa distribución de las cargas fiscales.
A conseguir esos resultados se ha propendido por el Ministerio de
Hacienda con numerosas reformas del sistema re1ttístico, y de las cua-
¡
les fué objeto preferente el régimen aduanero que contribuye con un
1
55 o!o de las entradas, á la formación del tesoro nacional.
Debió comenzarse, desde luego, por adaptar los servicios de la Adua-
na de Buenos Aires, á las necesidades creadas por el extraordinario
movimiento mercantil de la Capital y con aquel propósito iué reorgani-
zado el personal de dicha Aduana suprimiéndose loo empleados acci-
dentales, y fijándose sueldos que compensaran la mayor contracción y
autorizasen á exigir la mayor probidad en el ejercicio de sus fun-
ciones.
En el mismo año, y con el concurso de V. H. fueron modificados los
pres!!puestos de gastos de las demás Aduanas, lo mismo que los de
las Receptorías y Resguardos, asignando á dichas reparticiones el per-
sonal y los rect1rsos que les eran reclamados por el incremento comer-
cial de las plazas litorales y fronterizas.
Por otra parte, fué organizado un co1ttralor permanente sobre to-
das las dependencias aduaneras establecidas en las fronteras fluviales
y .terrestres de la República, encomendándose á la Inspección del Mi-
:-r
nisterio de Hacienda dicha tarea fiscalizadora, últimamente ampliada,
hasta comprender todas las oficinas recaudadoras de impuestos y ren-
tas fiscales.
Semejante contralor, además de garantizar la regularidad del mo-
¡;
'.j

..

1
- 3 5 -
vi miento rentístico, coopera á la centralización de tan importantes
funciones administrativas, á la vez que á vigorizar y uniformar los
medios de vigilancia fiscal para prevenir los fraudes y contrabandos.
Tales medidas han contribuido sin dnda á que sean progresivos los
aume11tos de la renta aduanera, observados en los últimos años, ha-
biendo cesado, además, de ser insignificantes los ingresos de las prin-
cipales aduanas de segunda categoría establecidas sobre los ríos Pa-
raná y Uruguay.
Los nuevos puertos del Paraná, Santa l<'e, San Nicolás y Concep-
ción del Uruguay, algunas de cuyas secciones han sido provisional-
mente habilitadas, los muelles de Concordia, Diamante y Gualeguay,
así como las obras que se están cfect11ando en Gualeguaychú, darán
en breve mayot· impulso al comercio de esas ciudades y contribuirán
seguramente á engrosar las rentas de stts aduanas.
Reviste tmscendental impot·tancia todo lo que se refiere á los aran-
celes ad11aneros, hoy instntmentos decisivo• de la política mercantil
en las principales naciones, á la par de medios indirectos de amparar
el desarmllo de las industrias nacientes ó genuinas de cada país.
No ha llegado, pam nosotros, la oportunidad de rect!rrir á las re-
presalias aduaneras, esgrimiendo el artículo de la Ley númei"O 4933
que autoriza la aplicación de un derecho extraordinario á los artículos
del país que aplique tarifas hostiles á los productos argentinos.
En lo tocante á la protección de nuestras industrias, la Ley de
Adua11a en vigor y la Tarifa de Avalúos aprobadas por aquélla, con-
tienen múltiples liberalidades tendientes á dicho fin: franquicias ab-
solutas á los artícnlos necesarios para las industrias agrícolas y extracti-
vas, derechos mínimos á las materias primas de las industrias manu-
factureras, y recargo en los derechos y aforos de las producciones si.
milares á las de nuestro pais.
Pero, la Tarifa de Avalúos además de las funciones enumeradas,
l

·-· 36 -·-
ejerce una influencia apreciable sobre los elementos de nuestra pros-
peridad económica, y particularmente sobre los consumos y los sala-
rios.
Esos elementos son representados por intereses tan respetables co-
U10 los del comercio importador y de las explotaciones industriales,
únicas fuerzas visibles en contradicción, sin que tal lucha pueda defi·
nirse como trabada entre librecambistas y proteccionistas, nombres
doctdnarios relegados á los textos de la ciencia económica.
De ahí la necesidad de armonizar periódicamente esos intereses por
medio de revisiones acertadas del Arancel, en las cuales á la vez que
se incluyen las nuevas partidas y se corrigen los errores observados
en las antiguas, van modificándose los aforos y uniformándose los de-
rechos, tomando en cuenta las alteraciones en los precios de costo y de
venta de las mercancías¡ la producción del país en cada ramo, la si~
tuación de las industrias y las coudicioues del consumo
1.'an complicada labor ha sido 11evada á cabo por dos .._·omisiones en
los últimos tres años: la Comisión Revisora cuyos trabajos iueron so-
metidos al juicio de V. H. en 1907 y la Comisión Especial, presidida
por el señor Subsecretario de Hacienda, cuyos estudios, .;omplementa-
rios de los precedentes, pero conexivos de toda la Tarifa de Ava!Ítos.
serán próximamente remitidos á Vuestra Honorabilidad para 'll opor-
tuna cottSideración.
La falta de revisiones periódicas del Arancel, acarrea graves per-
turbaciones en el despacho aduanero, por la necesidad de adoptar afo-
ros declarados por los consignatarios, pnra la!:' numerosas mercancías
no incluidas en el Arancel, y por la dificultad para clasificar artículos
tarifados, pero cuyos valot·es han aumentado ó disminuido en una pro-·
porción considerable~ sin contar con las frecuentes transformaciones
de los productos de la industria ultramarina.
I,os decretos de Juuio de 1907 y de Febrero del r.orriente año. atri-

~---------
-
37 ··-
buyendo al Trilmual de Vistas el conocimiento en pdmet·a instancia
de las divergencias sobre clasificación, entre comerciantes y emplea-
dos fiscales, han dado excelentes resultados, pues en ce!Jtenares de
casos resueltos por dicho 'l'ribunal, apenas un 5 olo han sido llevados
en apelación ante el Ministerio de Hacienda.
El almacellaje y eslingaje de loo derechos portuarios son cobrados
t:onjttntmuente con los derechos de Aduana, cuando conto en la ca·
1
pita!, es fiscal la explo\\ación del puerto y de sus principales depósitos,
efectuándose además las operaciones de descarga, con peones y guin-
ches fiscales.
Las tarifas de almacenaje y eslingaje no han sido modificadas des-
de 1905, rigiendo al respecto la ley N' 4928, cuya reforma os fué pro-
pues\\a en 1907, y os será reiterada Ctt lo tocante á las bases de clichas
rentas, al someteros las nuevas reformas de la 'I'arifa de Avalítos.
Respecto al cobro ele eslingaje á los artículos nacionalizados, que
constituyen el removido del cabotaje, se ha juzgado equitativo eximir
de su pago á las mercancías para cuya descarga no sean utilizttdos los
elementos fiscales, en atención á que dichos efectos ya han abonado'
el eslingaje al ser intwducidos al país.
1
\\
La excelente aplicación que los capitales y las industrias extranj e-
ras encuentran en la Nación, han hecho desaparecer el elemento alea·
torio con que tropezaban 'en otra& épocas las empresas europeas~ las

cuales no se aventuraban á establecerse en nuestro país, sin el ali-
ciente de garantías, franquicias ó privilegios fiscales.
Ha llegado el momento, como para la inmigración, de limitar las an-
tiguas liberalidades, reduciéndolas en lo futuro á proporciones razona-
bles para iniciar la evolución hacia la igualdad de las cargas públicas,
principio fundamental de nuestra Constitución.
Tratándose de franquicias aduaneras, salta más á la vista la des-
igLtaldad entre los que soportan uniformemente dicho gravamen, y los
que están eximidos de abonarlo, exenciones que representan un ro
por ciento de -la recaudación anual de todas las aduanas, á pesar de
la inte1·pretación restrictiva que el P. E. da á las franquicias legales,
de ac11erdo con jurisprudencia expresa y constante de la Suprema Corte
Nacional.
Por lo demás, dichas fmnquicias suelen comprender artículos de
producción abundante y barata en nuestro país, de modo que mientras
por un lado se favorece á las industrias nacionales con derechos pro~
tectores, por otro se les priva de los mayores consumidores autorizados
á importar libres de gravamen, los similares extranjeros.
La ley N' 5315 •·eferente á las franquicias otorgadas á los ferroca-
rriles para importar materiales de construcción y artículos de explota-
ción ha puesto un término, de awerdo con la Constitución Nacional, á
los privilegios aduaneros, y procuró compensar las demás c:-:encio-
nes con un módico impttesto sobre las utilidades, y cuyo prodttcto es
aplicado á la mejora de las carreteras dentro de las zonas atravesadas
por las líneas de las empresas contribuyentes.
Las ordenanzas de Aduana han cesado de constituir el cuerpo exelu-
•ivo de legislación de esa materia: la ley de Aduana, las de Al mace-

a
- 3 9 -
!
naje, Eslingaje y Pescantes Hidráulicos, las del régimen sanitario ani-
mal, la sancionada en 1908 sobre tolerancia en los pesos de mercancías
1
importadas, y otras disposiciones legales, han modificado una gra!L su-
ma de las contenidas en el Código Aduanero de 1877·
Además, numerosos decretos reglamentarios de las operaciones p•·e-
vistas en dichas Ordenanzas, como de las nuevas originadas por los
1
progresos del tráfico mercantil, forman co!L las cotidianas resoluciones
t interpretativas, un segundo cuerpo del derecho administrativo en ma-
teria de Aduanas.
i
Un medio práctico de preparar la c.odificación de todas esas reglas,
ha sido ensayado con éxito por el Ministerio del ramo, mediante la
! publicación periódica de un Boletín de Hacienda, en el cual aparte de
los escritos, y las estadísticas sobre la renta y las finanzas, van inser-
tándose las nuevas disposiciones fiscales de carácter permanente, y
\\
estableciéndose la coordinación de aquéllas con las leyes, los decretos
1
í
y las resoluciones anteriores del mismo gén.ero.
Ese trabajo de correlación, permitirá formar un Código de Aduanas
f
ajustado al régimen vigente, y que exige las molestias actuales en la
consulta· de los múltiples textos que constituyen nuestro Digesto
fiscal.
Entre las disposiciones que deben ser modificadas, se encuentran
las referentes al régimen interno de las Aduanas. El Reglamento Ge-
neral en vigor acusa no escasas deficiencias en lo tocante á la orga-
nización de las distintas categorías de Aduanas, Receptorías y Res-
gnardos, y á la estabilidad de su personal, cuyas escalas de empleo•
y remuneraciones, deben ser fijas y sujetas á reglas claras de promo-
ción y retiro.
Por lo demás, y aparte de los medios de vigilancia fiscal con que
debe contar cada aduana, los Resguardos deben ser auxiliados Y con-
traloreados en ciertas regiones por servicios especiales de policía adua-

-40--
nera, dependientes de la Inspección del Ministerio de Hacienda, coma
acaba de hacerse en las costas del alto Uruguay.
El desarrollo comercial de las poblaciones fronterizas de los países
vecinos, ligadas además por ferrocarriles á puertos marítimos extran-
jeros, ha obligado á dictar disposiciones especiales, aplicando todas
las formalidades autorizadas por Ordenanzas de Aduanas, á las mer-
cancías ultramarinas que procedentes de trasbordos, desenbarquen en
puertos de las fronteras ó sean internados desde el litoral uruguayo.
Solamente que, para los servicios de esa vigilancia especial, será in-
dispensable aumentar el número de guardacostas y adquirir embarca-
ciones adecuadas á ese género de policía fluvial, como he tenido opor-
tunidad de proponerlo á V. H. en un proyecto pendiente de vuestra
consideración.
La exportación que producía frecuentes congestiones en ]m; puertos
de la Capital, Bahía Blanca y Rosario, hoy se distribuye regularmente
entre dichos embarcaderos y los numerosos habilitados en el litoral,
mientras los elevadores del puerto Babia Blanca y la habilitación del
muelle Galván han impedido las aglomeraciones antes tan perjudiciales
al comercio exportador.
Sucesivos decretos del Ministerio de Hacienda, han reducido á su
menor expresión las formalidades aduaneras para el embarque de ce-
reales y frutos del país, habiéndose extendido muchas de dichas faci-
lidades al cabotaje interno, sobre todo á la navegación de los puertos
del Sur, ya bastante desarrollados como para instalar en ellos depen-
dencias ftscales que hagan posible el comercio directo con nuestras
grandes plazas mercantiles.

- 4 1 -
Guiado por este propósito, el Ministerio de Hacienda ha otorgado
algunas franquicias á los vapores que hacen esa carrera, ha resuelto
asegurar la instalación de la zona franca comercial del puerto de La
Plata, la cual será habilitada dentro de breve término.
Otro punto interesante que ha debido ser resuelto durante mi ad-
ministración, ha sido el referente á la forma en que debía ser regla-
me!1tado el tránsito terrestre de mercancías importadas por Buenos
Aires ó Rosario con destino á Bolivia y Chile, una vez que nuestras
líneas férreas llegasen á las fronteras de esos países.
I,a dificultad quedó resuelta satisfactoriamente por Decreto del 31
de Julio de rgo8, exigiéndose únicamente el marchamo de los vagones,
sistema que será aplicado en breve á los transportes hasta ó desde las

fronteras del Alto Uruguay, por los r.aminos de hierro que se dirijan
1
\\'
al Paraguay. En Marzo del mismo año, se dictó asimismo la regla-
1
mentación del tránsito por ferry boats, exigida por la habilitación de
la línea entre los puertos de Zárate é Ibicuy.
l
En lo concerniente al tránsito fluvial, aun no ha sido posible con-
certar con los países vecinos, COitvencioncs aduaneras para implantar
el uso cómodo de las tornaguías, y desplegar mta acción conjunta en
materia <le policía fiscal.
1!.1 régimen orgánico de las administracionee generales de Impuestoe
Internos y Contribución Territorial, Patentes y Sellos, ha sido uni-
formado con la aprobación de· sus respectivos Reglamentos, que han
contribnído á corregir las incongruencias que Íl menudo perturbaban
.i
los proee<linñentos fiscales.
1
'
'

La ley que dictásteis el año pasado, haciendo extensivos á los espe-
clficos de tocador y de consumo higiénico, el impuesto interno á los
específicos medicinales, determinó al P. E. á reglamentar minuciosa-
mente dicho gravamen, del cual fueron excluídos ciertos artículos de
valor ínfimo y reclamados por las necesidades de la higien.e popular.
También se han adoptado procedimientos sencillísimos de contabili-
dad, para que las reparticiones aduaneras puedan llevar por separado
las cuentas de lo recaudado por los Impuestos de Sellos, Contribución
Territorial y Patentes.
Finalmente, haré observar que todos los impuestos mencionados
además de estar fiscalizados hoy ¡>or sus inspectores especiales, están
sujetos al contralor central de la Inspección adscripta al Ministerio
de Hacienda.
La división del territorio de la República en circunscripciones adua-
neras y en zonas de impuestos internos, determinó en e1 año anterior
el aumento de las Oficinas Químicas Nacionales, encargadas del aná-
lisis de vinos y dcmús bebidas sujetas á gravamen nacional, lo mismo
que de asesorar á las autoridades de las Aduanas en punto á la com-
posición de tejidos y otras mercancías que deben ser clasificadas se-
gún la naturaleza de sus elementos componentes.
Ocurría con frecuencia que dichos análisis, tratándose de mercait-
cías extranjeras, diferían de los practicados en los países originarios
de aquélla, siendo causa de tal divergencia, el empleo de distintos mé-
todos analíticos de parte de nuestras oficinas y de las de Europa y
Norte América.
En tal razón fueron comunicados al P. E. la" conclnsioneR de! Se-

- 4 3 -
gundo Congreso Internacional de la Cruz Blanca, reunido en Parls du-
rante el mes de Octubre de 1909, y en el cual se había declarado la
necesidad de unificar los métodos de análísis y de inspección de las
sustancias alimenticias.
Y como por otra parte, el representante de Sn Majestad Británica
habla expresado oficialmente el deseo de que se adoptase por nuestro
Gobierno un procedimiento de análisis de los tejidos, análogo al em-
pleado en Inglaterra, se juzgó conveniente dictar un decreto por el
Ministerio de Hacienda, encomendando á una Comisión Especial el
estudio de los métodos de análisis é inspección de las sustancias im-
portadas, y de las fabricadas en el pals, á fin de proponer loo más ade-
cuados en el Tercer Congreso Internacional de la Cruz Blanca.
Dicha Comisión, formada por los doctores Lavalle, At·ata y Nelsou,
con el Jefe de la Oficina Química de la Capital Sr. Barbagelata, deberá
terminar sus trabajos con la anticipación necesaria para que sus resul-
tados puedan presentarse en el citado Congreso, que se reunirá en
Septiembre del corriente año.
No terminaré esta parte de nii e:xposición si11 dejar consignado que
los desembolsos extraordinarios que ocasionarán al Tesoro los gastos
del Centenario y el acrecentamiento del poder naval y militar del país,
podrán set· atendidos con los excedentes de la renta, cuyo producido
en el primer trimestre del corriente año, es superior en $ 8.ooo.ooo al
de igual período del año anterior. Y puedo aun afirmar algo más, y es.
que los desembolsos que se hacen para el aumento de nuestra flota de
guerra representan adquisiciones para rs años más, de manera que si se
tiene en cuenta que dmante los últimos diez afias no se ha adquirido

--- 44
aadu de importancia para nuestra escuad•·a, resulta que el esfuerzo <¡ue
hoy realizamos en tal sentido ~B ni más ni menos, que la obra de 25
años.
En sus contornos y aspectos generales queda trazado el cuadl"O de
la situación económica y financiera de la Nación en la actualidad, e•
decir, en la fecha de su glorioso centenario. Se ve por ello que los re-
c-ursos ordinarios del F:stadn, ac1·ecentaflos por el aumento de la ri-
queza nacional, que es fruto del esfuerzo propio, le permitirán satis-
facer con holgura los servicios y cargos de la administración, aun en
la mayor amplitud que han adquirido, y atender con la más escrupu-
losa puntualidad los compromisos procedentes del u•o del crédito en
J
los empréstitos sa11donados por V. H.
Ha podido verse igttalmcnte en el curso de est<l exposición, que he-
mos conseg-uido no sólo realizar con los ingresos de rentas generales
obras autorizadas con. recursos en títulos, ahorrando la emisión de és-
tos con ventaja para el prestigio de ¡tuestro crédito, sino que hasta los
gastos de la defensa nacional, que todos los Estados c.uhren, sin ob-
jeción ni •·eparo alguno, con el producto de empréstitos, los hemos pa-
gado con los excedentes de la renta y con las asignaciones de la mis-
ma que determina la ley de Presupuesto.
Es ciertamente muy honroso para una Nación el que se pueda decir
de ella que para salvaguardar la integridad de su honor y de sus fron-
teras le basta el patrimonio de sus hijos, y que sólo recurre al capital
extraño para invertirlo en obra• que estimulen y faciliten el desem•ol-
vimiento de la producción y el bienestar económico, garantizando á la
vez con. el rendimiento de las mismas ti derecho y el in\\eré~ d~ RU.
j
acreedores.

1-'
1
- 45 --
Pero se ha afumado con razón g_ue para lo~ pueblos, como para lo~
Individuos, el éxito y la p1·ecminencia no dependen de la cantidad de
los bienes materiale> que poseen, sino de su espíritu de engrandeci-
miento y de su confianza en sl mismos, de su seguridad en el presente
y de su fe en el porvenir. Debemos, por consiguiente, para mostrar-
nos dignos de la posici6n de prosperidad g_ue alcanzamos, acreditar
que no carecemos de las virtudes necesarias para hacer que ella se colt-
vierta en una preponderancia positiva y durable. Las enseñanzas de
la experien.cia propia y la ajena nos están indicando el camino á se-
guir y los extremos á que conduce: si procedemos con prudencia, mo-
deración, economía y orden en el manejo y aplicación de los dineros
públicos, podremos prolongar esta situación de abundancia, mantener
la solvencia de la N ación y difundir su crédito extemo en todos los
mercado>; pero si malgastamos nuestro tesoro en empresas desatell-
tadas y prodigalidades infecundas, tendremos que resignarnos á acep·
ta1· Jos sacrificios que imponen la inconducta y el descrédito.

tL.c d.tr (!_~ (P4-,¡__u a: f.-<1~ c/c.,;~
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